1ª edición: julio de 2017 © 4°Grado Escuela Weitzman, 2017 © Morá Romi, por el Prólogo Reservados todos los derechos. No se permite la reproducción total o parcial de esta obra, sin autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. La infracción de dichos derechos puede constituir un delito contra la propiedad intelectual.
PRÓLOGO La decisión de escribir, de dejar una marca, supone haber alcanzado, o desear alcanzar al menos, alguna lectura. Escribir es una forma de estar leyendo, del mismo modo en que contar es una forma de leer lo que se cuenta. Leer y escribir van siempre juntos. Por eso resulta tanto más sencillo ponerse a escribir cuando uno “tiene algo para decir”, ha atrapado alguna significación, por así decir... Por eso, después de aventurarnos a leer varios cuentos con animales, los chicos quisieron escribir sus propias historias. El proceso de escritura llevo su tiempo, el de planificar, de tomar decisiones, elegir personajes y escenarios y las aventuras que contaríamos. Resultado de mucho trabajo, de escribir borradores, revisarlos, volver a escribir, ilustrar, es que logramos esta antología. ¡Qué esperamos disfruten! Los chicos de 4° y la morá Romi
Índice El Elefantito que comió mucho ................................................................Página 5 Así fue como la foca consiguió su cola para el agua ...............................Página 6 Picky, la Jirafa del cuello corto ................................................................Página 7 La búsqueda del León perdido ................................................................Página 8 Así fue como las cebras consiguieron rayas ...........................................Página 9 Cola del Chita ..........................................................................................Página 10 ¿Por qué las tortugas tienen caparazón? ................................................Página 11 Así fue como le creció la melena .............................................................Página 12 Así fue como el Colibrí consiguió sus colores .........................................Página 13 La Tortuga y su caparazón ......................................................................Página 14 Así fue como la Cebra consiguió sus rayas .............................................Página 15 Así fue como el cerdo tiene cola enrulada ...............................................Página 16 Así fue como le creció la trompa al elefante ............................................Página 17 La jirafa con cuello corto ..........................................................................Página 19 Así fue como el dinosaurio dejo de ser tan preguntón .............................Página 20 La tortuga marina que consiguió un lugar ...............................................página 21 Como tuvo el caparazón a la tortuga .......................................................Página 22 El rugido del tigre .....................................................................................Página 23 La chita y el jabalí ....................................................................................Página 24 El camino a la perdición...........................................................................Página 25 Como el ave aprendió a volar ..................................................................Página 27 El cuello de la Jirafa.................................................................................Página 28 ¿Dónde está la cola? ...............................................................................Página 29 Así fue como el conejo aprendió a saltar .................................................Página 30 Mis Propios cuernos ................................................................................Página 31 El Conejo que se enojó............................................................................Página 32 El Pájaro que aprendió a volar ................................................................Página 33
El ELEFANTITO QUE COMIÓ MUCHO Sol Baredes
Un viernes a la tarde nació un elefantito de circo muy flaquito que no quería comer nada. Un día en el circo probó algo que le encantó y desde ese momento le suplicó a su mamá y papá que se lo compraran todos los días para comer él solito y no compartir nada. Cierta vez el elefantito no fue al circo y se quedó las 24 horas comiendo milanesa con papas fritas. Después de la noche fue al circo y el director le preguntó: - ¿Por qué ayer no viniste? Y el elefante le dijo, mintiendo: ¡no pude! El director le dijo: -no me estarás mintiendo ¡Nooooo! ¡jaja! ¿yo mentirte a vos? Le dijo el elefantito con voz rara. El elefantito continúo ensayando para hacer mejor su presentación. Era el equilibrista del circo. Intento pararse en el sube y baja pero se cayó. El director viendo esa escena se acercó y le preguntó: -¿Estas bien? El animal se volvió a levantar y contestó: - ¡Sí! Estoy requeté bien. Voy a seguir practicando hasta que me salga. Esta vez intentó subirse a la cuerda. Dio dos pasos y se cayó de cabeza al piso. Entonces pensó que todo lo que había comido la noche anterior no lo dejaban hacer su trabajo. Al ver lo que pasó los animales del circo se acercaron a ayudarlo. El hipopótamo bailarín, la jirafa gimnasta y el mono malabarista se preocuparon mucho. El elefantito tuvo que contarles a sus amigos la verdad. El director escuchó lo que él contaba y lo mando a su casa a descansar. Esa noche el elefantito no actuó en el circo por el dolor de panza. A los dos días ya estaba mejor y pudó hacer sus acrobacias en la cuerda.
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“ASÍ FUE COMO LA FOCA CONSIGUIÓ SU COLA PARA EL AGUA” María Laura Karachunsky
La foca Omega vivía en el hielo con sus padres Ferch y Wasavi que eran los mejores y todos los querían. Un día Omega se preguntó: ¿porque no tenemos la cola en dos como las ballenas? Aurora, la osa polar, le contestó: -: ¡yo sé por qué! ¡Si querés te ayudo a tenerla! Ella le puso una piedra en la cola y le ordenó que no haga nada y que se quede lo más quieta posible, y la osa se fue. La pobre Omega esperó y esperó, entusiasmada en el hielo hasta que llegó su amiga y le preguntó: - ¿qué haces con esa piedra? -Aurora me dijo que la única manera de tener la cola en dos es poniéndome esta piedra. -Esa osa te engaño -dijo Sofí. Muy enojada se fue a buscarla a Aurora y la encontró en el gran iceberg muerta de risa por la broma que le hizo. Omega enojada le dijo: - ¡no vamos hacer más amigas y vas a jugar sola en el hielo! La osa siguió riéndose como si no le importara nada. Días más tarde la osa se dio cuenta que es feo estar sin amigos, fue donde estaba ella y su amiga y prometió no burlarse más de ellas. Omega la perdono sin dudar y se dio cuenta que había aprendido su lección por tan noble gesto el Hada de los hielos le cumplió su tan amado deseo a Omega, el de tener la cola partida como sus amigos del mar. La foca Omega, con su nueva cola, pudo nadar más cómoda y disfrutar de la vida en el mar.
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“PICKY, LA JIRAFA DEL CUELLO CORTO” Sharon Klawir
Había una vez una jirafa llamada Picky, que vivía en un bosque lleno de árboles. En el invierno la pasaba muy mal, trataba de cubrirse con los árboles, pero como tenía el cuello corto no llegaba a defenderse de las tormentas. Tenía dos amigos llamados Bruno y Diego, que siempre se burlaban de ella porque tenía el cuello corto, en cambio la jirafa nunca se burlaba de ellos por ser feos. Con el tiempo se dieron cuenta de que burlarse estaba muy mal y más de una amiga. Entonces se amigaron y para festejar se fueron a orillas del Río Paraná para hacer un picnic y brindar por su amistad. Encontraron unas golosinas muy extrañas que les llamaron la atención. Probaron los dulces y comenzaron a sentirse mal pero Picky estaba muy emocionada por volver a estar con sus amigos y de haber pasado un día tan lindo, además de comer tantas golosinas de todos los modelos. Al otro día, la jirafa se levantó muy temprano y vió que su cabeza tocaba las hojas de los árboles. Ahí se dio cuenta de que las golosinas eran mágicas y que su cuello había crecido. Entonces pensó que los sueños se pueden hacer realidad. Corriendo fue a buscar a sus amigos que la abrazaron y la felicitaron por su nuevo cuello.
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LA BÚSQUEDA DEL LEÓN PERDIDO Ariela Libezuk
A un león le gusta saltar y jugar. Eso hacia Maxi todo el tiempo. Era un leoncito naranja con toques amarillos y muy aventurero. Un día caminando por la selva se encontró con sus padres y les preguntó: -¿Quieren jugar conmigo a las escondidas? -¡Si! -respondieron. Entonces se escondió y se fue muy lejos. -¡Uno, dos, tres! contaron ellos así hasta llegar a cincuenta. -¿Maxi dónde estás? –gritaron. -¡Maxi acá está mamá y papá! Así siguieron por unos minutos hasta que se encontraron con los amigos y les preguntaron qué había pasado con Maxi. Le respondieron preocupados: -Estábamos jugando a las escondidas y desapareció. Luego el coatí dijo: - ¡Veo huellas! -Es verdad ¿Las seguimos? - dijo la cebra. -Ok! –dijo el coati. Mientras ellos seguían las huellas Maxi dijo: -No puedo más, me quedaré aquí Los padres y sus amigos se fueron. Las siguieron hasta que no vieron más huellas. Miraron hacia adelante y vieron que Maxi estaba jugando con un bichito de por ahí. Lo saludaron y el prometió que nunca más se escaparía.
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“ASÍ FUE COMO LAS CEBRAS CONSIGUIERON RAYAS” Santiago Museri
En las praderas había un grupo de cebras que no tenían rayas. Eran amigables y asustadizas. Una noche una cebra se fue del grupo para tomar aire. Quería ver cómo sería el exterior. Encontró en su camino una casa que la estaban construyendo y había pintura por todos lados. Muy distraída se tropezó con una lata de pintura y muy asustada salió corriendo y la pintura hizo sus rayas. Ella les contó su historia a sus amigos y a ellos les gusto tanto su look que hicieron lo mismo. Al día siguiente todos se despertaron y le prepararon una sorpresa. Era como un cumpleaños. Había cosas para comer, bailaron, se divirtieron y jugaron toda la noche. Y así fue como la cebra consiguió sus rayas.
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COLA DEL CHITA Tobías Neiman
Hace muchos años había una chita que tenía una cola cortita. Un día estaba caminando y su papá le pregunta: -¿A dónde vas hijo? -Estoy paseando- contestó el hijo. La chita chica se llamaba Berni y el grande Berno. Un día pasaban los dos hermanos y la mamá y le preguntaron lo mismo que el papá y por supuesto Berni le respondió lo mismo. Berni recorrió toda la selva y cada lugar que veía era más hermoso. Luego decidió volver con su familia para descansar. Al otro día siguió el camino. Berni estaba feliz con su viaje. A la mañana siguiente quería volver a descansar, pero en el camino se le trabo la cola con una rama. Él tiró y tiró hasta el final y logro sacar la cola. Berni fue a su casa y sus papás no entendían nada, lo vieron llegar con una cola mucho más larga. Él les explicó y ahí entendieron lo que había pasado. Desde ese momento se dieron cuenta de que era mejor tener la cola así porque podía correr más rápido.
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¿POR QUÉ LAS TORTUGAS TIENEN CAPARAZÓN? Valentina Oxman
Hace mucho tiempo las tortugas no tenían caparazón, solo poseían un cuerpo muy pequeño el cual no sabían defender y solo conseguían esconderse de los depredadores para que no lograran encontrarlas. Entre todas ellas había una tortuga llamada Olivia a la que todos querían un montón por eso tenía muchos amigos. Todos ellos vivían en la parte sur del bosque. Un día a Olivia se le ocurrió irse de viaje a la parte norte del bosque junto con su mejor amiga Leila. Ya que les encantaba ir a explorar nuevos caminos. Al llegar ahí escucharon ruidos entonces Leila dijo: -Separémonos para ver que causa ese sonido. -Bueno ¡hagámoslo! dijo Olivia. Al rato vio que había un monstruo horrible y por eso se escondió atrás de un arbusto. Leila vio que estaba en problemas entonces fue a ayudarla. Cuando llego vio al monstruo y entonces se escondió debajo de un caparazón y como Olivia vio que era resistente también lo hizo. El monstruo dio tres golpes al caparazón y como este no se rompía por esa misma razón se rindió y desde ese momento, las chicas se quedaron con el caparazón. al llegar a casa les contaron toda su historia de viaje a sus amigos y entonces todos ellos para defenderse se pusieron cada uno a buscar un caparazón y cuando nacían más y más tortugas les contaban esa misma historia y les ponían también un lindo y fuerte caparazón para defenderlos el resto de sus asombrosas vidas
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“ASÍ FUE COMO LE CRECIÓ LA MELENA” Leo Said
Había una vez un leoncito que tenía un mejor amigo que se llamaba Dan y con quien jugaba siempre a las escondidas, mancha y muchos más. Pero sin embargo el juego que más le gustaba era el futbol. El leoncito y Dan jugaban horas y horas al futbol hasta que sus padres los llamaban para comer. Siempre estaba triste porque su melena no crecía y su mamá le decía que tenía que esperar algunos años más. Empezó a envejecer con el tiempo y los demás lo tomaban como torpe y débil. Se preparó para una pelea contra un león más fuerte, y por creído y fanfarrón perdió la pelea. Él se juntó con su amigo de la infancia y entrenó para ganarle al otro león fuerte y poderoso. Cuando se sintió listo volvió a luchar contra el león fuerte y esta vez le ganó. Luego de haberle ganado a ese feroz león fue hacia un lago y cuando se vio a el mismo que del despendería su melena él se sintió tan feliz de cumplir su sueño de niño. Por su confianza en si mismo la melena fue creciendo. Largos años esperó para lograr lo que soñaba cuando era un leoncito.
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“ASÍ FUE COMO EL COLIBRÍ CONSIGUIÓ SUS COLORES” Lola Salem
Una vez Juanchi, un colibrí negro, sensible, sencillo, tranquilo y chiquito estaba con sus amigos Maxi y Facu. Un día ellos jugaban en el bosque a “El que vuela más alto” y Facu les dice:
-¡Vamos a comer frutos del árbol así a Juanchi le salen los colores! -¡No por favor! Contestó Juanchi. -¡Vamos! demás.
Dijeron
bajito
los
Juanchi come uvas verdes y una parte de su pecho se hizo verde, come hojas blancas y otra parte de su pecho se hizo blanco. -¡Los odio a los dos! Enojado gritó Juanchi. Al día siguiente: Se escuchó ¡Riiiing! -¿Quién es? -Maxi y Facu – respondieron al mismo tiempo. -¿Qué quieren? -Pedirte disculpas. -Los disculpo pero yo también les debo una disculpa por decirles los odio. -¿amigos? -si amigos Juntos se fueron a comer más frutos y divertirse con los nuevos colores del colibrí.
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LA TORTUGA Y SU CAPARAZÓN Julieta Sendak
Un sábado a la tarde había una tortuga muy rara que no tenía caparazón. Ella se llamaba Emma. Tenía dos amigos llamados Franco y Priscila. Ellos vivían en el bosque. La mamá de Franco no la quería a Emma porque no tenía caparazón. La notaba rara porque no existe una tortuga sin caparazón porque no tenía donde vivir. Entonces la mamá de Franco se acercó a Emma la agarró y le apretó la panza bien fuerte y Emma se asustó, y se fue corriendo a su casa. A la media noche a Emma se le empezó a endurecer la espalda y vio que tenía un caparazón nuevo. A la mañana siguiente fue con sus amigos y les mostro su caparazón. -¡Hola chicos les gusta mi caparazón! -Dijo Emma contenta. - ¡Si me encanta! , ¿Cómo te paso eso?-dice Priscila. - A la media noche - Increíble Y así todos juntos y vivieron felices.
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“ASÍ FUE COMO LA CEBRA CONSIGUIÓ SUS RAYAS” Elián Tebele
Una cebra llamada Derk vivía en una selva con muchos amigos y con su familia. Pero Derk no tenía rayas como todas las cebras. Un día le preguntó a su papá: - Papá ¿Por qué no tengo rayas? - ¡Porque sos bebe Derk!- contestó riéndose su papá. -Okey. Contestó triste Derk Un día Derk se encontró con un amigo y el amigo le dijo: -¡Tomá de esta agua mágica que se te va a cumplir tu deseo más lindo! Y Derk le hizo caso, tomó toda el agua. Al otro día despertó con algo que rodeaba su panza y grito mucho y el papá le preguntó: -¿pero que pasa Derk? - Tengo rayas. - ¡Te felicito hijo! - Se lo voy a mostrar a mamá. - ¡Mamá tengo rayas! - Te felicito Derk -dijo su mamá. Derk fue a la escuela contento para mostrarles a sus amigos sus nuevas rayas.
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“ASÍ FUE COMO EL CERDO TIENE COLA ENRULADA” Gonzalo Valansi
En tiempos lejanos en un pueblo llamado Caída Eléctrica vivía un cerdo llamado Ganzo ya que caminaba como ganso. En esos tiempos los cerdos tenían cola larga. Ganzo era aventurero y por eso tenía un compañero de aventura que se llamaba Bryan. Un día los dos fueron en busca de secretos a una mina, la sorpresa fue que había hombres trabajando y se encontraron dinosaurios vivos. Los dinosaurios se alertaron de que estaban Ganzo y Bryan en la mina, y ellos los atacaron. Ganzo y Bryan intentaron escapar, pero Ganzo se tropezó y su cola cayo en la aplastadora circular, Ganzo no se dio cuenta. No tenía otra opción que pelear, peleó y afortunadamente pudo ganar y se pudo escapar con Bryan y se fueron de la mina. Después de una caminata larga lograron volver a su hogar y Ganzo se dio cuenta de que tenía la cola enrulada. Y así amigo mío es como desde ese momento en adelante los cerdos tienen cola enrulada.
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“ASÍ FUE COMO LE CRECIÓ LA TROMPA AL ELEFANTE” Iara Babor
La historia transcurre en un desierto. Hace millones de años atrás, había un elefantito que tenía patas medianas, era muy gordo y llevaba una trompa chiquita, como todos los elefantes de su edad. Él iba a un club llamado: “La diversión”, cuando la mamá lo dejaba, y siempre estaba con los monos bailarines. Un día cuando llegó al club sus amigos le dijeron: ¡Ja! , miren, es el torpe elefante. - No puede bailar con esa trompa tan chiquita. - ¿Me…me van a dejar estar con ustedes? -asustado preguntó el elefante. - ¡Obvio que…! ¡Nooooo! (le gritaron) El elefante muy triste se fue del club y caminó hacia su casa. Llegó, abrió la puerta y la mamá dijo: - ¿Hijo, te pasa algo? - ¡Es que me echaron del lugar en donde estaban los chicos porque tengo la trompa chiquita! - contó triste. - ¡Hijo dale, hoy es tu cumple! Tenés que divertirte- le dijo su mamá animándolo. - ¡Tenés razón!, voy a invitarlos, aunque me respondieron mal. Esa misma noche…La mamá emocionada dice: - ¡Diez años cumplís hijito! ¡Feliz cumple! Llegaron los monos y le dijeron: - Estuvimos pensando lo que hicimos. - Todos nosotros nos sentimos tristes, desde ahora te vamos a dejar siempre bailar con nosotros – se disculparon sus amigos. - ¡No importa como tengas la trompa! - dijo un mono. 17
Los animales jugaron y disfrutaron la fiesta. Cuando llegó el momento de la torta, la mamá apagó la luz para que soplara las velitas. Al volver a encender la luz ella dijo: - ¡Hijo!, te creció la trompa, ¡mi hijito está más grande! Y así fue como el elefantito aprendió que al cumplir diez años la trompa de los elefantes crecen. La amistad con los monos fue reparada y vivieron felices para siempre.
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LA JIRAFA CON CUELLO CORTO Lucas Braylan
Había una vez una jirafa llamada Violeta que tenía un cuello muy corto y vivía en la selva. Sus amigos eran el conejo, un sapo mágico, el jaguar y la leona. Un día Violeta quiso tener un cuello largo, pero como no sabía qué hacer les preguntó a sus amigos: - ¡Hola conejo! ¿Cómo me puede crecer el cuello? - ¡No sé Violeta! -le responde el conejo. Al rato le fue a preguntar al jaguar y le dice: - ¡Hola jaguar! ¿Cómo me puede crecer el cuello? - ¡No sé jirafa! Después le preguntó a la leona: - ¡Hola leona! ¿Cómo me puede crecer el cuello? - ¡No sé amiga! Pero conozco a un amigo mío que te puede ayudar. Unas horas después fue con el amigo y le dice: - ¡Hola sapo mágico ¿sabes cómo me puede crecer el cuello? - Si te voy ayudar. Vas a tener que tomar una poción mágica que te voy a preparar. -Me vas a tener que traer estos ingredientes que son una flor mágica, agua y un polvito de color amarillo. La jirafa buscó por muchos caminos para encontrar los ingredientes pedidos y volvió para entregárselos. El sapo hizo la poción y le dijo que la tome. La jirafa le hizo caso y se fue a dormir. Cuando despertó sintió algo raro, era su cuello que había crecido. Para celebrar hizo una fiesta con todos los animales y les bajó frutas de los árboles más altos.
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“Así fue como el dinosaurio dejo de ser tan preguntón” Lucila Cheskis
En una época muy lejana, hace millones de años atrás vivían los dinosaurios. Uno de ellos se llamaba Preguntón era alto, estudioso y siempre hacia muchas preguntas en la escuela. Un día mientras iba a la escuela con su mamá pensó en muchas cosas que quería preguntarle a su maestra. Cuando llegó empezó a preguntarle a la maestra todas esas cosas que tenía en la cabeza. La profesora se cansó de Preguntón porque durante todo el día no había parado de hacerle preguntas. La profesora pensó en devolverle sus preguntas para que él las averigüe. Preguntón, desesperado y ansioso no sabía dónde buscar respuestas. Como la maestra lo vió así le hizo una nueva pregunta: - ¿Por qué preguntas muchas cosas?- dijo agotada. Preguntón pensó mucho, no sabía la respuesta. Entonces pasó toda esa noche averiguando la pregunta dada. Ya era muy tarde y se fue a dormir. Al otro día fue al colegio y con mucha tristeza le dijo a la maestra que no sabía la respuesta. La profesora decepcionada le dijo: -Antes de preguntar tienes que pensar solo. A la maestra se le pudo ver una sonrisa, así fue como dijo: -
Vos siempre tuviste muchas preguntas y a tus compañeros no los dejabas hablar.
Y Preguntón dijo: -Ahora entiendo. ¡Lo voy a cambiar! -
Perdón compañeros- se lamentó el dinosaurio.
Ahora antes de hacer sus preguntas se pone a pensar.
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“LA TORTUGA MARINA QUE CONSIGUIO UN LUGAR” Tatiana Haidukowski
En una playa, había una tortuga llamada Yamila que no tenía un lugar donde estar bien calentita. Ella vivía con su mamá, su papá y una hermana. Le gustaba jugar con sus amigos los peces. Un día fue a decirles a los mini peces que estaban en la orilla del mar que la ayudaran a buscar un lugar donde descansar y estar calentita. Todos los peces comenzaron a buscar por el mar y observaron por horas y horas. Hasta que en un momento tres pececitos encontraron una madera ovalada del tamaño de la espalda de la tortuga, entonces le avisaron a los demás pececitos y a la tortuga marina. Al ratito la tortuga se inclinó hacia atrás y los peces le pusieron la madera en la espalda y la llamaron ¡CAPARAZÓN! La tortuga marina metió comida en el caparazón, ella entró a descansar suficientemente calentita y muy feliz.
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“COMO TUVO EL CAPARAZÓN A LA TORTUGA” Ian Jamui
Había una vez una tortuga llamada Sami. Él tenía papás y una hermana llamados: Crey, Julia y Luci. Ellos vivían en el medio del mar en una casa hecha de algas. Un día Sami y Luci empezaron a dar vueltas y se golpearon con una roca que se les pegó al cuerpo y no se la podían sacar. Al otro día se dieron cuenta que estaba hueco por dentro entonces se metieron un rato y les pareció cómodo. Cuando salieron y empezaron a hablar si era cómodo y decidieron mostrarles a sus papás. Cuando los veían los otros animales los miraban con mucha rareza. Cuando llegaron a su casa los papás retaron a Sami y Luci. Los papás se asustaron mucho. Al otro día entendieron que es bueno tenerla entonces se la pusieron y la tuvieron y vivieron muy felices adentro.
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EL RUGIDO DEL TIGRE Tomás Klawir
Un día en la sabana Pepito, el tigre, pidió a su familia si podían rugir para comparar el de ellos con el de él. Todos rugieron fuertes y a él le salió un chiflido. Frustrado se fue a practicar. Durante días le salieron chiflidos. Pero un día el padre lo encontró practicando y le dijo un consejo. Antes de rugir párate cómodo y suspira. Lo hizo, le salió un rugido fuerte. Lo hizo una y otra vez más fuerte. Un mes después la familia y Pepito volvieron a rugir. El hermano mayor lo hizo un 100%, Pepito un 120%, la mamá un 140% y el papá un 150%.El hermano de Pepito se quedó muy triste. Entonces le dijo:- ¡ey! ,¿qué pasa? -¡No sé qué paso con mi rugido-le contestó. -¿Te digo un secreto? -Si-contestó. -Párate cómodo y suspira antes de rugir. Lo hizo y le salió re fuerte. Fueron rápido a contarle a los padres. El hermano dijo: -¡Pepito me dijo un truco! Los padres felicitaron a Pepito y le dijeron un truco más por ayudar al hermano. Terminó rugiendo 5% menos que la mamá. Vivieron felices y rugiendo muy fuerte para siempre.
23
LA CHITA Y EL JABALÍ Victoria Kohan
Había una vez una chita bebé con su familia en África. Como veía a su papá cazando animales también quería aprender a cazar, pero no la dejaban porque era muy chiquita. Pasaba sus tardes aburrida pensando cómo podía aprender lo que ella tanto quería. Cuando creció y ya era más fuerte, el chita aprendió a cazar y ya podía alimentarse solo. Los padres de la chita estaban orgullosos. Un día estaba paseando vio a una manada de cebras, y no podía atrapar una porque era súper rápida. Entonces después aparecieron los amigos de la chita, y la ayudaron. Juntos pudieron atrapar a varias cebras. Esa misma noche se fueron a festejar porque pudieron cazar las cebras y ya eran grandes.
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“EL CAMINO A LA PERDICIÓN” Gastón Krawiec
Saurus, un dinosaurio muy amigable vivía en la selva junto a sus padres y sus hermanos Rex y Terra. Un día Saurus fue a ver a su mejor amigo Tauro y le dijo: -¡Hola Tauro! ¿Cómo estás? -Bien ¿y vos? - respondió su amigo. - ¡Bien! Justo te iba a decir algo ¿querés ir a comer? Hay un nuevo lugar llamado “Rosca Rosco”. -No sé, hay bichos al fuego y no me gustan. - ¡Dale! ¿Qué esperamos? - ¡De acuerdo, pero invitá a Rex y Terra! - exclamó Saurus - ¡Ok! los llamaré- contestó Tauro. Entonces agarró su teléfono (una caracola) y mientras esperaba a que le contesten Saurus fue a buscar su gorra favorita. -Dijeron que nos encontramos allá, pero ¿dónde es? - Cerca de la roca espiritual de sobo-De acuerdo se los diré... - ¡Listo podemos ir! Entonces los chicos fueron y se encontraron con Rex y Terra. Todos comieron muy rico, pero justo algo malo pasó.
-¡Mmm que rica está la carne!- exclamó Rex -Bueno a mí me gusta más esta ensalada de árbol- dijo Terra. -Si que bueno que me convenciste Saurus- agregó Tauro. - ¡Jaja! no juzgues a un libro por su portada- dijo Saurus
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-¡CHICOS MIREN!- gritó Rex -¡¿Qué?!- dijeron todos - ¡LA TELE! - dijo Rex Entonces fue cuando pasó una tragedia. En la tele aparecía un título que decía… “El camino a la perdición” Los chicos no sabían que significaba entonces el de la tele dijo: -Todo el mundo va a explotar gracias a una bomba nuclear, así que hagan todo lo que quieren hacer: tener amigos, besar a una chica, ser rey, pero háganlo y aprovechen el tiempoLos chicos se quedaron en suspenso. Todos se fueron asustados y así llego el momento tras cinco días. Todos se despidieron, pero juntos.
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COMO EL AVE APRENDIÓ A VOLAR Yoel Levy
Había un pájaro que quería aprender a volar. Se llamaba Federico y era un pájaro muy travieso. Le gustaban las aventuras y jugar mucho con sus amigos. Un día le dijo al papá: ¡Quiero aprender a volar! - Entonces anda con una entrenadora- le contestó el papá. El pájaro fue. En el camino se encontró con una manada de elefantes que lo empujaron a un río. Cuando por fin pudo salir vió a su entrenadora. - ¡Tenés que confiar en vos! – le dijo. Ve al bosque que ahí aprenderás. Federico le hizo caso y fue. Se le apareció una serpiente que le dijo: -¡Ve al lago ahí te encontraras con un amigo que te ayudará! Cuando llegó se encontró con un dinosaurio que lo agarró de las patas y lo tiró. El pájaro le dijo: - ¿Que estás haciendo? ¡No sé volar! El pájaro recordó lo que le dijo la entrenadora confía en ti mismo y entonces voló voló voló como el viento. Volvió con ella y le dijo ya aprendí a volar. Después fue con su papá y fueron a volar juntos al amanecer.
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EL CUELLO DE LA JIRAFA Eliana Mari Kaplan
Hace muchos años en la sabana vivían muchas jirafas, pero había dos que siempre estaban metidas en líos. Un día ellas se escaparon. Su madre y padre se preocuparon muchísimo. Las jirafas se habían ido a la selva y un león feroz las persiguió, cuando lo vieron salieron corriendo a su casa. En el momento en que se enteraron sus padres los mandaron a recoger frutos para todas las jirafas como castigo por haberse escapado. Las jirafas muertas de hambre comieron un fruto prohibido de los que habían juntado. Al rato a ellas les creció el cuello y se dieron cuenta que había sido por el fruto. Se pusieron muy felices, cuando al llegar a casa le contaron a sus padres, ellos les preguntaron: - ¡¿Qué hicieron con su cuello!? -Comimos un fruto y ¡¡¡babam!!! Sus padres pensaron que también querían el cuello largo para agarrar las frutas de los árboles. De inmediato corrieron a comer el fruto y luego les contaron a todos, así les creció el cuello a todas las jirafas.
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“¿DÓNDE ESTA LA COLA?” Denise Mida
Había un caballo Poncho con orejas grandes, nariz chiquita pero sin cola. Muchos se burlaban de él. Todos los días volvía llorando a su grandísima casa donde vivía con su papá caballo, mamá y Miaron su hermano. Era sábado y Poncho salió a caminar, silbando y mirando las estrellas. De pronto un hada aparece y le dice: -¡Hola señor caballo! ¿Qué necesita? -¿Quién es usted?- respondió Poncho. -¡Yo!! Señor caballo, soy un hada -¡Un hada!!! ¿Qué es un hada? -Señor caballo, ¿no sabe que es un hada? -preguntó enojada -¡No, no sé! -Un hada es un ser mágico que te da lo que necesitas. -¿Lo que necesite!!! -Sí, todo lo que quieras. -¡Ok! entonces quiero que me des una cola. El hada dijo unas palabras y apareció su cola. Poncho se puso feliz y le agradeció. Volvió a su casa y la mamá le preguntó: -¿De dónde sacaste esa cola? -Un hada me la dio- contestó el caballo. Todos se alegraron por él y sus amigos dejaron de burlarlo.
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ASI FUE COMO EL CONEJO APRENDIÓ A SALTAR Ezequiel Nudo
Había una vez una familia de dulces conejos que eran muy felices y pasaban mucho tiempo junto. Ellos tuvieron un hijo llamado Jasimberto que era muy curioso. Hasta que un día mientras caminaban en África un yaguar empezó a perseguirlos. Todos salieron corriendo y unas horas después lograron perder al peligroso animal. El pequeño hijito bebe se perdió. Sus papás muy tristes y preocupados buscaron día tras día sin parar y nunca lo encontraron. Una mamá canguro lo encontró y lo crió como si fuera un cangurito más y le enseñó a saltar como ella. Así fue como desde ese momento en adelante los conejos saltan para moverse en lugar de caminar.
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“MIS PROPIOS CUERNOS” Indiana Sasson
Hace muchos años en Asia había tres campos. En uno de ellos había una familia de rinocerontes. Un día soleado nació un pequeño rinoceronte llamado Rodrigo. El rinoceronte fue creciendo y aprendiendo cosas de su padre Agusto. Un día Rodrigo descubrió que su padre tenía dos cuernos y entonces preguntó: -¿Papi, porqué vos tenés dos cuernos y yo no? -Porque yo hice las tres pruebas de hombría- contestó. -Uh ¡yo quiero! ¡Yo quiero!- dijo emocionado. -Buenísimo, porque tu hermano Javier también lo hará-dijo Agusto El 21 de septiembre Javier y Rodrigo ya habían entrenado bastante entonces ya estaban listos para “EL RETO DE HOMBRES”. -El primer desafío es: trepar cinco montañas en menos de un minuto-dice el padre. Javier lo hace sin problemas, Rodrigo también. Después de veinte minutos de descanso empezó el segundo desafío. -El desafío número dos es: en menos de cinco minutos trepar una montaña y hacer ocho piruetas distintas.
-¡Pude papi, pude!-dijeron Javier y Rodrigo. -Ahora ¡el desafío final! ¡levantar un árbol! Javier sin problemas lo levantó y ganó sus cuernos de machos, pero el pequeño e inofensivo Rodrigo no pudo. Toda la familia se rió de él. Rodrigo se enojó tanto que tomó carrera y en vez de levantar el árbol lo tiro, pero de tanta fuerza que tuvo también con mucha suerte obtuvo sus cuernos. -Por fin ¡mis propios cuernos de hombre!-grito el rinoceronte. El rinoceronte tan feliz por su logro le pregunta a su padre: -Pa ¿de qué me sirven los cuernos? -Te sirven para cazar animales y te sentís como un rinoceronte grande. -¡Buenísimo, me voy a jugar papi!- y se fue. Así fue como los dos rinocerontes consiguieron sus cuernos.
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El conejo que se enojó Ezequiel Strauss
En una granja vivía un conejo llamado Pedro que tenía las orejas cortas, era blanco y siempre le gustaba saltar con su mejor amigo llamado Juan. Un día jugaban carreras y Juan le ganó a Pedro. Él se enojó y decidió morder a Juan. Entonces el conejo empezó a llorar porque le dolía mucho. Juan no lo soltaba y le tiraba de sus orejas. En ese momento apareció la jirafa y le dijo a Juan que lo soltara porque estaba mal lo que hacía. Juan no le hizo caso y siguió tirando. La oreja de Pedro se estiró y le quedaron muy largas. A los pocos días Pedro se volvió a encontrar con Juan y esta vez pudieron hablar y amigarse. Juan entendió que no tenía que volver a estirarle las orejas a su amigo. Jugaron juntos felices por siempre.
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“EL PÁJARO QUE APRENDIÓ A VOLAR” Shaiel Weich
Un día un pájaro llamado Bruno estaba jugando con sus amigos y como era muy chico se reían de él. Bruno era un pichón pequeño que nunca había podido volar y como vivía en una ciudad muy grande se perdía porque no podía ver el camino desde arriba. Un día de regreso al bosque se encontró con un sapo y una cabra que al verlo triste, le preguntaron:- ¿por qué estas triste pequeño pichón?
-Mi nombre es Bruno- respondió angustiado. - ¡Estoy triste! Todos se ríen de mi…. porque no sé volar. -Mi nombre es Sapo y mi amigo es Cabra, ¡creo que podemos ayudarte! - ¿Y cómo pueden ayudarme ustedes? - preguntó Bruno preocupado. - ¡Ven no perdamos tiempo, en el camino te contaremos! Mientras caminaban se fueron conociendo y entre risas se hicieron amigos. - ¿Cabra a dónde vamos? preguntó Bruno con miedo. - Vamos a ver a una hechicera que te ayudara. - ¡Cabra y Bruno llegamos! – dijo Sapo entusiasmado. - ¡Convócate, convócate hechicera! De repente salió una hermosa hechicera. - ¿Amigos que los trae por aquí?
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-Nuestro amigo Bruno te necesita- contestaron. - ¡Si hechicera ayúdame a volar! -Bueno, cerrá los ojos e imagínate que estas volando y el resto déjamelo a mí. - ¡Volá, vuela,volá! -gritó con fuerza. - ¡Ahora podrás volar! - agregó. Bruno abrió sus alas y desde arriba les agradeció por no burlarse de el. se despidió y volvió a su casa. Al llegar sus amigos se sorprendieron y se pusieron muy felices. Así fue como bruno aprendió a volar.
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