¡Please, don´t sabe me! La <<fineza y paciencia diplomática están bien bajo las reglas del marqués de Queensberry, pero llevan a la derrota si se aplican en una pelea de bar, como en la que tenemos con el Kremlin. Frecuentemente es necesario combatir el fuego con fuego. Nadie se opone más que yo a intervenir en los asuntos internos de otras naciones. Pero... podemos estar compelidos a intervenir... Me gustaría resaltar esto porque el comunismo es un asunto tan flagrantemente internacional y no interno. Su supresión, incluso por la fuerza, en un país americano, por una o más de las otras repúblicas, no constituye una intervención en sus asuntos internos1.>>? Richard Immerman, The CIA in Guatemala: The Foreign Policy of intervention. Austin: University of Texas Press, 1982, p. 127. 1