Academy of St Martin in the Fields | Joshua Bell, director y violín

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JUNIO 19 H

PALACIO DE BELLAS ARTES


De Giuseppe Verdi

7, 14

JUNIO 17 H

9, 11

JUNIO 20 H

PALACIO DE BELLAS ARTES Precios: $650, $500, $400, $250, $150

Director concertador, Srba Dinic Puesta en escena, Juliana Faesler y Clarissa Malheiros Director huésped del Coro, Jorge Alejandro Suárez Elenco principal: Violetta Valery · Maria Katzarava / Marcela Chacón* Alfredo Germont · Arturo Chacón | Giorgio Germont · Jesús Suaste Orquesta y Coro del Teatro de Bellas Artes


P ROGR AM A Wolfang Amadeus Mozart Obertura 4’ (1756-1791) de Las bodas de Fígaro KV 492

Felix Mendelssohn (1809-1847)

Concierto para violín núm. 2 en mi menor op. 64

26’

Allegro molto appassionato Andante Allegro non troppo

Intermedio

Ludwig van Beethoven (1770-1827)

Sinfonía núm. 3 en mi bemol mayor op. 55, Heroica Allegro con brio Marcia funebre: Adagio assai Scherzo: Allegro vivace Allegro molto - Poco andante - Presto

Palacio de Bellas Artes JUNIO 2015 Sábado 6, 19 h

Academy of St. Martin in the Fields agradece a BP su apoyo

Duración aproximada: 1 hora y 35 minutos

47’


“La Academy of St. Martin in the Fields continúa siendo un nombre de evocación. Reunirlo junto al de Joshua Bell... sigue resultando una combinación ganadora.” The Telegraph, 26 de marzo de 2013.

“...Animadas y espléndidas actuaciones, respondiendo a todos los matices de la música.” BBC Music Magazine, abril de 2013.

L

a Academy of St. Martin in the Fields es reconocida por su pulido y

refinado sonido enraizado en una excepcional maestría musical. Fundada por Sir Neville Marriner en 1958 a partir de un grupo de destacados músicos londinenses y sin contar con la guía de un director musical, la Academy ofreció su primera actuación en la iglesia del mismo nombre el 13 de noviembre de 1959. Originalmente dirigida por Sir Neville, quien se desempeñó como su líder, el espíritu colegiado y la flexibilidad del pequeño ensamble original que por mucho tiempo actuó sin director, sigue siendo su sello distintivo. Con el tiempo, Sir Neville se convirtió en el director permanente de la orquesta y fue la personalidad emblemática de ésta, hasta su reciente retiro. Esta tradición continúa hoy con el virtuoso violinista Joshua Bell como director musical. Con más de 500 discos hasta la fecha, la Academy es una de las orquestas de cámara con la mayor cantidad de grabaciones en el mundo. Obtuvo su primer disco de oro por Las cuatro estaciones de Vivaldi, en 1969, y en 2007 por su grabación junto a Joshua Bell, llegó a colocarse en el puesto Nº 1 en el clásico Billboard Chart. La banda sonora de la película Amadeus obtuvo 13 discos de oro, mientras que, en 1996, la de El Paciente Inglés obtuvo un premio de la Academia como Mejor Música©, ambas interpretadas por la Academy. En marzo de 2013, la orquesta y Joshua Bell lanzaron su primera grabación para Sony Classical, de las Sinfonías 4 y 7 de Beethoven dirigidas por Joshua. 2

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La Academy hizo su primera gira por Europa en 1967. Actualmente realiza unos 100 conciertos cada año, por todo el mundo, con un máximo de 15 giras por temporada. Academy y el Ensamble de Cámara de la Academy estuvieron de gira durante todo 2013-14, visitando diferentes lugares de todo el Reino Unido, Europa y Estados Unidos. El gran pianista Murray Perahia dirigió como director invitado principal en una gira por Europa durante noviembre y diciembre y, a su vez, Joshua Bell dirigió una importante gira por Estados Unidos en marzo de 2014. Conjuntamente con sus conciertos y giras, la Academy sigue presentando una variedad de charlas pre-conciertos y ensayos abiertos al público, entre otras actividades. Outward Sound, la comunidad y programa de aprendizaje de la Academy, ofrece oportunidades innovadoras de producción musical a participantes de todas las edades, orígenes y distintas habilidades, que de otra manera no podrían tener acceso a la música. El repertorio de la orquesta para la temporada 2013/2014 incluyó sinfonías de Beethoven, Stravinsky, Haydn y Mozart y Conciertos de Bach y Brahms. Lo más destacado de esta temporada fue Marriner a los 90, una celebración del cumpleaños 90° de Sir Neville Marriner, que incluyó un concierto en el Royal Festival Hall de Londres, en el que participaron tanto Sir Neville, como Murray Perahia y Joshua Bell. •

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Joshua Bell

Director y violinista

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oshua Bell es uno de los violinistas más famosos de nuestro tiempo.

Su incansable curiosidad, pasión y multifacéticos intereses musicales, le han ganado el título de “superestrella de la música clásica”; ha realizado incontables grabaciones y ha sido solista de las grandes orquestas del mundo. Después de decidirse a compartir el violín con la dirección de orquesta, fue nombrado recientemente Director Musical de la Academy of St. Martin in the Fields y es el primero en ocupar este cargo desde que Sir Neville Marriner fundó la orquesta en 1958. Sólo en el verano de 2014 tocó con las Sinfónicas de Indianápolis, Detroit y Nacional (de Washington); las Filarmónicas de Toronto, Los Ángeles (Hollywood Bowl), Nueva York (incluyendo el Central Park y el Van Cortlandt Park del Bronx); festivales de Aspen, del Sole, Napa, Ravinia, Verbier, Salzburgo, Mostly Mozart de Nueva York y Tanglewood; además de una gira por Estados Unidos y Europa con el pianista Alessio Bax y una gira europea al frente de la Academy of St. Martin in the Fields. 2015 comenzó también con giras europeas con la Academy of St. Martin in the Fields y la Orquesta de Cámara de Europa, además de tocar como solista con la Filarmónica de Múnich y la Orquesta Nacional de España, hacer una gira de recitales por Estados Unidos y Canadá con el pianista Sam Haywood y tres conciertos en el Wigmore Hall de Londres, con Steven Isserlis y Jeremy Denk. Actualmente Bell es artista exclusivo de Sony Classical; ha grabado más de 40 discos desde su primer LP, a los 18 años, con el sello Decca. En 2014, HBO transmitió el documental Joshua Bell: Una clase maestra de arte joven. Algunas de sus grabaciones recientes son las Sinfonías núm. 4 y 7 de Beethoven y un álbum con obras de J. S. Bach, ambos discos con la Academy of St. Martin in the Fields (1er. lugar del Billboard Chart); Musical Gifts from Joshua Bell and Friends, con Chris Botti, Chick Corea, Gloria Estefan, Renée Fleming, Plácido Domingo y Branford Marsalis, entre otros y French Impressions. Otros discos muy elogiados en su carrera han sido At Home With Friends, Las cuatro estaciones de Vivaldi con la Academy of St. Martin 4

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in the Fields; Concierto para violín de Chaikovski con la Filarmónica de Berlín; Concierto para violín de Nicholas Maw, ganador del Grammy, The Red Violin Concerto de John Corigliano, The Essential Joshua Bell, Voice of the Violin y Romance of the Violin (CD Clásico y Artista Clásico del año 2014, para la Billboard); los conciertos de Sibelius, Goldmark, Beethoven y Mendelssohn; Fantasía de Gershwin con una nueva versión para violín y orquesta de Porgy and Bess; Suite de West Side Story y Serenata para violín de Leonard Bernstein; Short Trip Home, con el virtuoso contrabajista Edgar Meyer, con quien también grabó el Gran Dúo Concertante de Bottesini. Estos discos fueron nominados al Grammy. Bell colaboró con Wynton Marsalis en el álbum para niños Escucha al Narrador, y con Béla Fleck en el CD Movimiento Perpetuo, ambos ganadores del Grammy. Ha estrenado obras de Nicholas Maw, John Corigliano, Aaron Jay Kernis, Edgar Meyer, Behzad Ranjbaran y Jay Greenberg, además de tocar y grabar sus propias cadenzas para la mayoría de los grandes conciertos. Bell participó en la banda sonora de películas de Sony Pictures Classics como El violín rojo, Iris, Ladies in Lavander y Defiance. En 2007, Bell tocó de incógnito en una estación del metro de Washington D.C., experiencia que fue analizada por Gene Weingarten, del Washington Post, en un trabajo sobre “arte y contexto” ganando con éste el premio Pulitzer; sobre la misma polémica anécdota, en 2013 se publicó el libro infantil El hombre del violín de Kathy Stinson, ilustrado por Dušan Petricic. Bell ha aparecido con frecuencia en televisión, en programas como The Tonight Show, CBS Sunday Morning, Omnibus (BBC), Live From Lincoln Center (6 veces); en PBS apareció en Joshua Bell with Friends @ The Penthouse; Joshua Bell: West Side Story Suite desde Central Park; Memorial Day Concert, en el Capitolio y Biografías A & E. Ha tocado dos veces en premiaciones de los Grammy y se han publicado artículos sobre él en publicaciones como The Strad, Gramophone, Time, The New York Times, People, USA Today, The Wall Street Journal, GQ, Vogue y Reader’s Digest. A los cuatro años recibió su primer violín de sus padres, quienes advirtieron que Joshua tocaba melodías con ligas o bandas de goma que estiraba en las manijas de los muebles. A los 12 años, se tomó en serio el instrumento inspirado por Josef Gingold, su amado maestro y dos años más tarde, ya lograba la atención nacional al debutar con Riccardo ACADEMY OF ST. MARTIN IN THE FIELDS

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Muti y la Orquesta de Filadelfia. Después de su debut en Carnegie Hall, obtuvo la Avery Fisher Career Grant y un importante contrato de grabaciones. En 1989, Bell recibió el Diploma Artístico de Violín de la Universidad de Indiana, donde actualmente enseña. Bell ha recibido muchos galardones, como el New York Chapter de The Recording Academy; Fundación Nacional de YoungARTS; Premio Paul Newman de Arts Horizons, Premio Huberman de Moment Magazine y Premio Humanitario de la Universidad Seton Hall. Fue Instrumentista del Año 2010 para Musical America y fue nombrado “Leyenda Viviente de Indiana” Es miembro del comité artístico del Kennedy Center y del Consejo de Directores de la Filarmónica de Nueva York. Joshua Bell toca en un violín Stradivarius Huberman de 1713 y utiliza un arco francés de François Tourte, de finales del siglo XVIII. •

WOLFGANG AMADEUS MOZART (1756-1791) Obertura de la ópera Las bodas de Fígaro KV 492

E

l 23 de febrero de 1775 se estrenó en París El barbero de Sevilla,

divertida comedia escrita por uno de los más importantes dramaturgos franceses del siglo XVIII: Pierre Augustin Caron de Beaumarchais. El barbero de Sevilla le fue inspirada a Beaumarchais, entre otras cosas, por su estancia en Madrid entre 1764 y 1765, y en esta obra creó a uno de los personajes inmortales de la escena: el Fígaro que ha aparecido una y otra vez a lo largo de la historia del teatro y la música. Diez años después del estreno de El barbero de Sevilla, Beaumarchais publicó la que habría de ser su obra más importante, y que de hecho es la continuación de El 6

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barbero: la nueva obra se titulaba Las bodas de Fígaro y a la larga habría de tener un éxito aún mayor que el de su predecesora. Las cualidades escénicas de ambas obras las hicieron candidatas inmediatas para ser puestas en música por diversos compositores. En 1782 el compositor italiano Giovanni Paisiello compuso su ópera El barbero de Sevilla, que gozó de fortuna en los teatros de Europa hasta que, en 1816, Gioachino Rossini compuso su propia versión operística de El barbero de Sevilla que, de inmediato, opacó a la de Paisiello. El estreno teatral de Las bodas de Fígaro en París se llevó a cabo en 1784, y muchos historiadores están de acuerdo en que el contenido de la obra ayudó al fermento social e ideológico que cinco años más tarde culminaría en el estallido de la Revolución Francesa. El origen de esta dinámica revolucionaria en la obra de Beaumarchais es bien claro: la imagen de un noble aristócrata consistentemente engañado, ridiculizado y superado por su sirviente, no podía menos que despertar ideas revolucionarias dondequiera que apareciera el insolente Fígaro. Luis XVI, rey de Francia, se dio cuenta de ello y prohibió durante cuatro años la representación de Las bodas de Fígaro. No deja de ser curioso el hecho de que las puestas en escena de la obra de Beaumarchais en los teatros de Europa fueran especialmente apreciadas por la aristocracia, que veía retratada en el escenario su propia arrogancia e insolencia. Sí, los nobles se reían de su burlador, pero no sabían que la risa iba a durarles poco. Una noble dama, evidentemente más inteligente que la mayor parte de la aristocracia, la baronesa de Oberkirch, observó lo siguiente después de una puesta en escena de Las bodas de Fígaro: Los caballeros se rieron mucho de su propia imagen y, lo que es peor, hicieron reír a los demás. Algún día se arrepentirán.

En efecto, poco tiempo después la Revolución Francesa puso a la aristocracia en su lugar, inaugurando una nueva era en la historia del mundo occidental. La popularidad de la pieza teatral de Beaumarchais fue tal que poco después de su estreno existían tan sólo en Alemania doce traducciones de Las bodas de Fígaro. En Viena se hablaba mucho de la obra, pero el emperador José II, con la misma previsión que su colega Luis XVI, prohibió su representación en los teatros. Fue entonces cuando Wolfgang Amadeus Mozart y su libretista Lorenzo da Ponte eligieron ACADEMY OF ST. MARTIN IN THE FIELDS

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Las bodas de Fígaro para elaborar una ópera. Da Ponte era protegido de Antonio Salieri, compositor de la corte en Viena, y por ello tenía acceso al emperador. Aprovechando esta circunstancia, Da Ponte convenció al monarca de que Las bodas de Fígaro sería alterada y modificada para adecuarse a “la moral y las buenas costumbres”. Así, con la autorización del emperador, Da Ponte escribió su libreto y Mozart compuso su ópera, que quedó terminada el 19 de abril de 1786 y fue estrenada el primero de mayo de ese mismo año, con gran éxito. Las bodas de Fígaro fue representada un total de nueve veces en el año de 1786 en la ciudad de Viena, y además de convertirse de inmediato en una de las grandes óperas cómicas de todos los tiempos, fue el catalizador de uno de esos casos en los que una obra maestra engendra otra obra maestra. En diciembre de ese mismo año Las bodas de Fígaro fue representada en Praga con tal éxito que a Mozart le fue encargada otra ópera. El resultado de este encargo fue Don Giovanni, considerada como la mejor de sus óperas. La obertura de Las bodas de Fígaro no pretende anticipar la acción del libreto ni describir sus situaciones o personajes. Es, simplemente, un scherzo vital y fogoso, de virtuosística escritura orquestal, que precede a una gran ópera del mismo tono y estilo. La perfección de esta obertura ha hecho que sea la que se interpreta con más frecuencia entre todas las oberturas de Mozart, y con plena justicia. Si bien Beaumarchais dejó en paz a Fígaro después de haberle dedicado sus dos obras más importantes, la historia del ingenioso barbero y lacayo no termina ahí. Dos escritores franceses contemporáneos, Jean Jacques Brousson y Raymond Escholier, escribieron una obra titulada La conversión de Fígaro, que es una extrapolación del trabajo de Beaumarchais. En la pieza, situada en plena Revolución Francesa, el buen Fígaro se ha hecho amigo de los revolucionarios, gracias a su inagotable ingenio. Desde esa posición se dedica a proteger y salvar de la guillotina a los mismos nobles que poco tiempo antes eran sus déspotas patrones. Al menos en la literatura y en la ópera, se puede inventar un poco de justicia. •

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FELIX MENDELSSOHN (1809-1847)

Concierto para violín núm. 2 en mi menor op. 64

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estas alturas de la historia de la música ya resulta un lugar

común el mencionar que Felix Mendelssohn es la excepción más clara a la regla que dice que la gran música debe ser necesariamente el producto de una mente atribulada, de pasiones retorcidas, de grandes dudas existenciales sin salida. Los detractores de esta regla gustan de mencionar la pureza, la perfección, la elegancia y el equilibrio de la música de Mendelssohn, cualidades evidentes en casi todas sus obras. Además de lo ya mencionado, es posible hallar en Mendelssohn algunos otros elementos: un singular poder evocativo, como en su obertura La gruta de Fingal; interesantes acotaciones contrapuntísticas en sus juveniles sinfonías para cuerdas; buenas texturas polifónicas en su Octeto; un buen manejo de las grandes formas en su oratorio Elías. Sin embargo, parece que hasta la fecha nadie ha podido hallar una gran fuerza, intensidad o pasión en la música de Mendelssohn. Es quizá por ello que si bien la mayoría de las obras de Mendelssohn son bellas, correctas y accesibles, es probable que ninguna de ellas llegue a hacerle compañía a las creaciones musicales realmente grandes. Desde un punto de vista sicoanalítico, digamos que no existe catarsis en la música de Mendelssohn. Solemos hablar del Concierto para violín de Mendelssohn como si fuera una obra única en su catálogo, cuando de hecho el compositor alemán escribió otro Concierto para violín, mucho menos conocido que el famoso Concierto Op 64, y del que existen incluso un par de grabaciones. Además, existen al menos un par de antecedentes juveniles al Concierto Op. 64, una de las obras más populares de Mendelssohn. La gestación de la pieza se inició en 1838, año en que el compositor escribió a su amigo, el violinista Ferdinand David, sobre su intención de componer un concierto especialmente para él. La correspondencia subsecuente entre Mendelssohn y David hizo prosperar los planes del compositor y unos años más tarde el concierto estaba terminado. Mendelssohn compuso el concierto en Solden, cerca de Fráncfort, durante un período de reposo vacacional. La partitura quedó concluida el 16 de septiembre de 1844 y la obra se estrenó en Leipzig el 13 de marzo de 1845. ACADEMY OF ST. MARTIN IN THE FIELDS

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Parece ser que Ferdinand David era un violinista altamente competente, respetado y admirado por sus contemporáneos de la misma manera que Joseph Joachim lo fue por los suyos. El aprecio de Mendelssohn por David era tal que, cuando llegó a ser director de la famosa Orquesta de la Gewandhaus de Leipzig, insistió en que su amigo violinista fuera el concertino. En efecto, David tomó el cargo de primer violín en Leipzig en 1843 y lo ocupó hasta su muerte en 1873. Durante ese período fue también profesor en el Conservatorio de Leipzig y colaboró estrechamente en la composición del Concierto Op. 64 de Mendelssohn, de modo que muchos de los aciertos instrumentales de la obra se deben a él. Hoy en día este Concierto para violín de Mendelssohn está situado indiscutiblemente a la cabeza del repertorio, junto con los conciertos de Ludwig van Beethoven (1770-1827), Johannes Brahms (1833-1897) y Piotr Ilich Chaikovski (1840-1893). Aunque el Concierto Op. 64 de Mendelssohn es totalmente ajeno a cualquier intención programática o narrativa, el ensayista Henry Brenner, quien tenía la imaginación muy viva, ideó una breve historia sugerida por el tercer movimiento de la obra. En su extrapolación narrativa, Brenner nos cuenta la historia de un rey que regaló a su reina, en el día de su cumpleaños, un diamante pulido con tal preciosismo que parecía una enorme perla, perfecta y deslumbrante. Al preguntar la reina quién era el artesano autor de tal joya, el rey contestó que no era la obra de un solo hombre sino de muchos personajes. Así, el rey dijo que primero estaba el Creador, que había dado existencia al diamante; después, el minero que lo había extraído de las entrañas de la tierra; luego, el joyero que lo había tallado con esmero; y finalmente, el generoso sol que lanzaba sus rayos sobre el diamante para hacerlo lucir más. Es claro que esta historia nada tiene que ver con el Concierto para violín Op.64, y nunca sabremos si a Mendelssohn le hubiera gustado esta historia como anexo narrativo al tercer movimiento de su obra. Lo que sí sabemos es que a pesar del aprecio que se le tuvo en vida, Mendelssohn sufrió, casi cien años después de su muerte, la persecución de las hordas nazis de Adolfo Hitler. Se prohibió estrictamente tocar en Alemania la música del judío Mendelssohn, y los nazis llegaron al extremo de derribar una estatua suya que se hallaba frente a la sala de conciertos de la Gewandhaus en Leipzig, para luego fundirla. Al paso del tiempo, con la figura de Richard Wagner (1813-1883) como profeta, los proponentes del fascismo habrían de descubrir que la 10

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buena música es bastante más sólida y duradera que el bronce. Una de las mejores pruebas de ello es el Concierto para violín de Mendelssohn, que fue estrenado por Ferdinand David con un sensacional éxito de público. •

LUDWIG VAN BEETHOVEN (1770-1827)

Sinfonía núm. 3 en mi bemol mayor, op. 55, Heroica

E

n 1800 y 1802 Ludwig van Beethoven había ofrecido al público

vienés, respectivamente, su Primera y Segunda sinfonías, obras que si bien todavía participaban del mundo sonoro de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), ya llevaban el germen de lo que habría de ser el estilo maduro del compositor. Y de pronto, en 1805, de manera ciertamente sorpresiva y sorprendente, Beethoven mostró al mundo su Tercera sinfonía, que cayó en esta tierra como una verdadera bomba musical. Al margen de las anécdotas napoleónicas extramusicales que la rodean, esta sinfonía vino a representar una ruptura tajante con los modelos sinfónicos anteriores y, paradójicamente, un sólido eslabón en la tradición sinfónica germánica. Originalmente, Beethoven llamó a esta gran obra Sinfonía grande, intitolata Buonaparte, cuando todavía creía (inocente y generoso) en las buenas intenciones de Napoleón. Después vendría la escena que tantas veces nos han contado: un furibundo Beethoven tachando la dedicatoria original para dejar la sinfonía como Sinfonía heroica, dedicada a celebrar la memoria de un gran hombre. ¿Qué importancia real tiene la cuestión napoleónica en el ámbito musical de esta magna sinfonía? Para acercarnos a esta cuestión, escuchemos al compositor ruso Igor Stravinski (1882-1971): ACADEMY OF ST. MARTIN IN THE FIELDS

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¿Qué importa si la Tercera sinfonía de Beethoven fue inspirada por la figura de Bonaparte el republicano o la de Napoleón el emperador? Sólo la música importa. Pero hablar de música es arriesgado y conlleva una responsabilidad. Por ello algunos prefieren abordar los asuntos colaterales. Esto es fácil y permite que uno se haga pasar por un gran pensador.

En 1802 Beethoven escribió el famoso Testamento de Heiligenstadt, aterrador documento en el que desnudaba su atribulada alma ante el mundo. Un año después, como para demostrar su capacidad de superar los obstáculos más formidables, acometió la creación de su Tercera sinfonía, que habría de ocuparlo durante 1803 y 1804. La obra que produjo en ese período no ha cesado de asombrar a quienes la escuchan, aún a tantos años de distancia. El musicólogo Paul Henry Lang la describió en estos términos: Una de las hazañas más incomprensibles en las artes y las letras, el paso más grande dado por un compositor en la historia de la sinfonía y en la historia de la música en general.

En efecto, nada en la literatura sinfónica previa parecía prefigurar el monumento musical logrado por Beethoven en su Heroica. Dos poderosos acordes para llamar nuestra atención, y de inmediato el primer tema de la sinfonía; así comienza Beethoven el discurso musical con el que habría de asombrar a su generación y a las generaciones venideras. Más tarde, una marcha fúnebre de insondable profundidad, quizá para acompañar el funeral de la memoria de ese otro Napoleón que se le murió a Beethoven. Y al interior de un último movimiento que es un portento de diseño sinfónico, hallamos un interesante (y musicalmente muy útil) tema que aparece también en una de las contradanzas orquestales de Beethoven. Este tema de la contradanza aparece poco después del inicio del último movimiento, y reaparece más tarde en la sección lenta del mismo con un carácter triste y melancólico, primero en los alientos, luego en las cuerdas. Finalmente, un coral de cornos lo repite en momentos previos a la tormentosa coda. La síntesis de este tratamiento sinfónico al tema de la contradanza es apenas una de las numerosas riquezas que esta sinfonía ofrece a quien la escucha con atención. Si esta sinfonía está hoy perfectamente asentada en la 12

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lista de las obras maestras indudables, no siempre fue aceptada por la crítica. Ante la sorpresa de verse enfrentado a semejante obra y ante la imposibilidad de asimilarla por falta de oído o por falta de neuronas funcionales, un crítico inglés escribió lo siguiente en 1829: La Sinfonía Heroica tiene mucho para ser admirada, pero es difícil mantener esa clase de admiración por tres largos cuartos de hora. Es infinitamente larga. Si esta sinfonía no es abreviada de alguna manera, pronto caerá en desuso.

Tengo el agrado de informar a mis lectores que la Heroica, tal y como la concibió Beethoven con sus tres largos cuartos de hora de duración, sigue estando en uso, mientras que el crítico inglés cayó en desuso hace ya bastante tiempo. Al que sí habría que perdonar es a aquel pobre melómano que el día 7 de abril de 1805, al asistir al estreno de la Heroica, gritaba desaforadamente: “¡Con gusto pagaría otro kreutzer para que esto se acabara!” Al menos este buen hombre reconoció abiertamente el poder de esta sinfonía para avasallar los sentidos y el entendimiento. En la actualidad existen alrededor de 60 versiones grabadas de esta poderosa sinfonía, muchas de ellas muy buenas. Pero si usted es de los melómanos que están dispuestos a correr un pequeño riesgo extra, le recomiendo ampliamente escuchar la grabación de la Heroica dirigida por Franz Brüggen al frente de la Orquesta del Siglo XVIII. No suena como Karajan, no suena como Böhm, no suena como Bernstein. Pero tiene un sonido tan fresco, tan directo, tan asombroso, y quizá tan cercano al sonido de una orquesta en tiempos de Beethoven, que a usted le parecerá estar escuchando la Heroica por primera vez, bajo una nueva luz. Y no tendrá que pagar otro kreutzer para que se acabe la música. Al contrario.... • Juan Arturo Brennan

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ACADEMY OF ST. MARTIN IN THE FIELDS PRIMEROS VIOLINES Joshua Bell, Harvey de Souza, Miranda Playfair, Katie Stillman, Jeremy Morris, Rebecca Scott, Mark Butler, Miya Vaisanen | SEGUNDOS VIOLINES Matthew Ward, Fiona Brett, Richard Milone, Martin Gwilym Jones, Charlotte Maclet, Winona Fifield | VIOLAS Fiona Bonds, Ian Rathbone, Nick Barr, Alex Koustas | VIOLONCHELOS Caroline Dale, William Schofield, Morwenna del Mar, Aya Halder | CONTRABAJOS Lynda Houghton , Cathy Elliott | FLAUTAS Michael Cox, Sarah Newbold, OBOES | Christopher Cowie, Rachel Ingleton | CLARINETES James Burke, Tom Lessels | FAGOTES Paul Boyes, Gavin McNaughton | CORNOS Tim Brown, Emma Whitney, Stephen Stirling, Alex Hambleton | TROMPETAS Mark David, Michael Laird | TIMBALES Adrian Bending

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SUBGERENCIA TÉCNICA DEL PALACIO DE BELLAS ARTES Jorge Peláez, jefe de foro TALLER DE TRASPUNTE Juan Martínez, jefe de taller Christopher Arturo González Flores, Guadalupe Negrete Murillo TALLER DE TRAMOYA Braulio Lara Nieto, jefe de taller Abel Raymundo Ensástiga Zavala, Juan Pedro Peña Márquez, Héctor Reyes Sánchez, Sergio Malvaez González, Felipe Sosa Montes, Julio César Guerra Picazo, José Alberto Lugo Cruz, Jesús Dionisio Salinas del Castillo, Gabriel García Hernández, Sergio Meléndez Ensástiga, Daniel Samaniego Alvarado, Luis Alejandro García Herrera, Martín Antonio Alarcón Hernández, Jorge Mejía Nieto TALLER DE MAQUILLAJE María Teresa Quevedo Ayala, jefe de taller Dolores Amparo Vargas Ayala, Azalea Martínez López, Bibiana Eva Vázquez Rivera TALLER DE VESTUARIO Patricia Gutiérrez Barrios, jefe de taller Mónica Legorreta Soria, Ernesto Farías Pérez, Elvia Patricia Aceves García, Ricardo Castro Carrasco, Fortino Pinzón Heracleo, Pedro Cedeño Ledezma, María de los Ángeles Vargas Arellano, Erik Daniel Aceves TALLER MECÁNICO José Amado Castillo Barreto, jefe de taller Javier Márquez Bernabé, José Luis Olivares Aguirre, Rodolfo Ponce Durán, Luis Alfredo Alejandro Durán Alvarado TALLER DE ILUMINACIÓN Roberto Carlos Arellano Ramos, jefe de taller José Aníbal Castro Reyes, David Méndez Cruz, Víctor Yones Coronel, Federico Flores Fuentes, Julián Gerardo González Contreras, Juvenal Orozco Medina TALLER DE AUDIO Martín Fernando Jiménez Páramo, jefe de taller Julio Cárdenas García, Ramón Aceves García, José Luis Román Pedraza MULTIMEDIA Rodolfo Jair Aceves Celis, Viridiana González Vázquez TALLER DE UTILERÍA Guillermo Flores Zurita, jefe de taller Luciano Noé Alarcón Estrada, Pedro Zaragoza García, Jonhatan Eduardo Castillo Díaz, Miguel Gustavo Andrade Márquez GERENCIA DEL PALACIO DE BELLAS ARTES Jesús José Sánchez Herrera, subdirector de administración Leonel Morgan Sotomayor, subgerente de programación y proyectos especiales José Rojas Patiño, coordinador editorial y de difusión Nicolás Peláez Velázquez, subgerente técnico Federico Emery Othón, coordinador técnico Fermín Romero Vázquez, subgerente de control de espectáculos José López Quintero, subgerente de conservación y obras Keila Castrejón Ávila, coordinadora de relaciones públicas Arturo Ricardo Murguía García, coordinador de seguridad y vigilancia Uriel Neri Luna, diseño

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CONSEJO NACIONAL PARA LA CULTURA Y LAS ARTES Rafael Tovar y de Teresa Presidente Saúl Juárez Vega Secretario Cultural y Artístico Francisco Cornejo Rodríguez Secretario Ejecutivo INSTITUTO NACIONAL DE BELLAS ARTES María Cristina García Cepeda Directora general Sergio Ramírez Cárdenas Subdirector general Liliana Saldaña Lobera Gerente del Palacio de Bellas Artes Roberto Perea Cortés Director de Difusión y Relaciones Públicas


Precio: $300, $250, $220, $160, $100 Entrada: 50 % de descuento para estudiantes, maestros, INAPAM, y Tarjeta SĂŠpalo.



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