Arquitectura proyecto y complejidad preziosi firpo

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Arquitectura, Proyecto y Compejidad.

Paula Preziosi Pancho Firpo Diciembre 2016



Sobre nuestra práctica. Ambos ejercemos la profesión de forma independiente lo que nos ha llevado más de una vez a modificar nuestra práctica en procura de la supervivencia. En los primeros intercambios, detectamos que existe una estrategia de abordaje compartida por los dos equipos de arquitectos e inmediatamente nos interesó poder desarrollar el trabajo haciendo foco en ello. Los proyectos que presentamos, en cierta forma son producto de otros anteriores o simultáneos, los planteamos como excusas para poder hablar de la complejidad de los procesos más que de la complejidad de los casos. Y es así que nos obsesionan los resultados que puede generar participar de los procesos desde múltiples y diversos roles, renunciar al proyecto totalmente acabado, y con ello, la necesidad de encontrar caminos alternativos a lo que dictaba nuestra formación y experiencia.



seis apartamentos en Paullier 1080



En los apartamentos en Paullier 1080, el proyecto surge en la estrategia de concentrar intereses dispersos; una hermana a punto de comprarse un apartamento, unos amigos ex-clientes con ganas de invertir, otros familiares dispuestos a “ahorrar en ladrillosâ€? y la idea de los arquitectos de construir la casa propia. Este escenario fue mutando a lo largo del proceso, marcando fuertemente el desarrollo del proyecto, desde los mĂşltiples roles que ocupamos - promotores, inversores, proyectistas, constructores, clientes, vendedores -







una casa autoconstruida en Toledo



En la casa autoconstruida en Toledo, un mismo actor es arquitecto proyectista, director de obra, administrador, cliente, herrero, sanitario, electricista, albañil, carpintero. La guia precaria que establecieron los materiales a utilizar y unos gráficos básicos (que nunca salieron de la computadora) permitieron tener confianza en la posible mutación de la estructura durante el proceso de ejecución de las obras y a futuro.





La elección de un filtro. Procurando no caer en lo anecdótico, planteamos revisitar nuestras formas de afrontar la práctica interponiendo un filtro entre nosotros y ellas. Ese filtro lo construimos desde cinco conceptos que maneja el artista sudafricano William Kentridge en su hacer: la imagen recurrente, lo precario y provisional, los sujetos interpelantes, el pensamiento biográfico y el pensamiento periférico. Entendemos que estos conceptos no son secuenciales, se superponen, se entrelazan unos con otros, y en cierta forma, desentrañan la complejidad en el hacer.



la imagen recurrente



“Cuanto del mundo exterior necesitamos en nosotros para darle sentido al mismo” W.Kentridge. “ Cuanto es de la generosidad de ver y cuánto de nuestra incapacidad de dejar de ver - o proponer siempre lo mismo -. Un aferrarse al mundo, ya sean imágenes, ideas o ideales, incluso desde los fragmentos; como una aprehensión a lo conocido, a lo que nos da seguridad” W.Kentridge. Cuánto de lo que uno trae como certezas se interpone en el descubrimiento o desarrollo de otras cosas La idea de la imagen recurrente nos obliga a redoblar esfuerzos para ver más allá de ella. Nuestra formación como primer campo de conocimiento, implicó saberes concretos, y estructuras determinadas, algunas ancladas a otros tiempos. El arquitecto en su estudio a la espera de un encargo y trabajando en condiciones de baja interferencia o participación de otros, muy alejadas de las situaciones que se nos presentan hoy. Procedimientos o detalles que se vinculan más a un saber artesanal que hoy casi no existe, o a tiempos más lentos; del estudio, de los clientes, de la vida.



Donde está puesto hoy el valor de nuestro accionar como profesionales?. Salimos de facultad formados para operar en una realidad que no es la de hoy, con el desafío constante de adaptarnos a nuevas situaciones. Desde esta práctica de la supervivencia intentamos agudizar nuestra percepción. Construir nuevos mapas que reinterpretan la “realidad” donde nos movemos, para encontrar otros caminos y otras soluciones. Trabajar sobre las particularidades de cada situación o cada “realidad”, entendiendo el proyecto no como una repetición o afirmación de lo que sabemos sino como una condensación singular de la situación y el momento en el que operamos (en todas sus escalas y dimensiones). Nos afilia más a una práctica que atiende al proyecto desde una visión integral, siendo pertinente a la coyuntura y consistente en su definición.





de lo precario / lo provisional



“La imprecisión o precariedad podría llevarnos a descubrir algo nuevo… no tener un guión, o un plan claro, no saber la respuesta, y sostener lo más posible esa provisionalidad e incertidumbre.” W.Kentridge. El abandono consciente del proyecto acabado -proyecto ejecutivo-, nos abre la puerta de lo precario y lo provisional. El proceso de construcción cobra así una dimensión superlativa, no vamos a obra a corroborar que se haga lo que estaba establecido, sino que nos enfrentamos a un campo abierto, un trabajo en proceso donde lo “real” nos permite operar y proyectar con otro tipo de información, y en ese acto le damos una oportunidad a la incertidumbre. Ser permeables a la participación de clientes, subcontratos, obreros, y hasta a contingencias o accidentes del proceso, nos permite descubrir aperturas o fugas de proyecto. El proyecto como estructura abierta, permite manipular la variable tiempo para que juegue en favor del mismo, dando espacio para que ciertas decisiones puedan decantar y cambiar o cobrar sentido. En un contexto distinto -la obra como laboratorio-, permite descubrir lo nuevo.



de los sujetos interpelantes



La separación o desdoblamiento de uno mismo en diversos actores, más allá de los engaños en los que uno mismo puede incurrir, trae aparejado un enriquecimiento de la perspectiva. El ida y vuelta entre la condición de actor y espectador, nos obliga a ver aquello que desde la especificidad a veces perdemos de vista. Si lo entendemos como diálogo e interacción de intereses, cada uno de estos lentes hace foco en determinados aspectos; es ahí, en las múltiples y convergentes miradas sobre el tema, donde se descubre el entramado de dimensiones que participan y confieren complejidad al fenómeno. Por momentos nos encontramos operando como obreros y esa perspectiva nos permite dimensionar las implicancias de algunas de las cosas que pensamos en el tablero del arquitecto. La mirada del proyectista se ve motivada a buscar ciertos valores en el proyecto desde una economía de recursos que visualiza aquel que administra. Nos permitimos pensar que el desdoblamiento del individuo en múltiples roles construye lo sutil del pensamiento complejo.



del pensamiento biogrĂĄfico y el pensamineto perifĂŠrico



No existe un supuesto “objetivo”. “Cada encuentro con el mundo es una mezcla de aquello que viene a nosotros y aquello que proyectamos en él”. W. Kentridge La cantidad de pensamiento biográfico en cualquier declaración “objetiva” confirma la fragilidad de la idea de “REALIDAD” La memoria como instrumento preceptivo, define las imágenes, olores, sonidos, texturas, que de forma indirecta se filtran en nuestro hacer -recuerdo el entablonado precario sobre el que me paraba para asearme bajo el temible calentador instantáneo de la casa de mis abuelos paternos, entablonado que fue reproducido en mi propia casa prescindiendo de aquel artefactoLa experiencia, los momentos que nos marcaron, los espacios donde crecimos, los recuerdos se hacen parte de nuestro pensamiento periférico



El pensamiento periférico permite entrelazar información que opera como satélite de aquello que es nuestro foco de atención. Aprendiendo de los bordes…. Qué pasa en los bordes de los proyectos? A dónde nos transportan esos bordes? qué objetos?, qué contextos?, qué sonidos?, qué noticias?, cuál es la información a nuestro alrededor cuando hacemos foco, cuando proyectamos? hasta dónde nos permitimos ser permeables a eso que nos rodea?, es posible entrenarse en el pensamiento periférico? Nuestros proyectos nos permiten ensayar muchas derivas de la porosidad borde-centro. “Compramos el terreno en Toledo dos años antes de saber que íbamos a hacer en él, mientras tanto proyectaba y construía casas de temporada y permanentes para otros, un viaje a Japón..., una imagen blanco y negro de una casa de Craig Ellwood en el escritorio donde trabajo..., hacer una casa de muros de terrón..., generar aleros para proteger dichos muros..., abandonar la idea de los muros de terrón por considerar absurdo extraer 1000m2 de la primera capa de pasto y tierra del terreno donde voy a hacer mi casa..., los aleros quedaron.”


“La idea fija de trabajar sobre la Casa Patio, sus valores y oportunidades, la escala del espacio, un seminario proyectual de facultad. El apartamento del fondo que se resuelve, inconscientemente, de forma muy similar al apartamento donde crecí. Las croquis de Sejima, las pieles, algún proyecto de Mendes. El juego con la escala en el espacio de acceso -múltiples alturas y vistas cruzadas- como en la reforma que hicimos para Cisco y Luis.” El proyecto está siempre moldeado por nuestra biografía, no toda, pero sí algunos momentos de ella. Parafraseando a Kentridge, el proyecto no puede ser el proyecto en sí mismo, nuestra biografía, nuestra memoria, nuestros pensamientos, son parte de lo que es el proyecto.


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