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de Oriente

comenzado a motorizar sus economías: en el caso de EE.UU., país con la mayor cantidad de infectados y fallecidos a consecuencia de la pandemia, emanan indicios de corte positivo. Y la Unión Europea ya ha oficializado una importante política de estímulos económicos a efectos de avanzar en el campo de la electromovilidad, en un fuerte compromiso por las energías verdes, las que se traducen en una mejor calidad de vida.

Como se indicara previamente, y considerando que no existe un remedio frente a la pandemia, sí se observan síntomas de recuperación económica: se trata de pequeños pero firmes pasos. Es por ello que la minería, como madre de industrias, debe estar atenta a las señales provenientes de Oriente. Al igual que en periodos de bonanza económica, donde China ha cumplido el rol de principal actor, también ejecutará un papel trascendental en el marco de esta debacle económica que comienza a alejarse lentamente.

Pareciera una verdad de Perogrullo, pero Argentina tiene que estar preparada para una recuperación económica mundial, donde la minería seguirá ocupando un sitial de trascendencia. De la mano de una amplia riqueza geológica, la cual tiene que ser acompañada por políticas de estado que representen estabilidad a largo plazo, Argentina está en condiciones de captar los beneficios de una recuperación económica, que se puedan traducir en inversiones genuinas para la transformación económica y social.

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