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La minería Argentina, en el umbral de una nueva era

PANORAMA MINERO llega a sus primeras 500 ediciones. Mucha agua ha pasado por debajo del puente a lo largo de 45 años, con momentos buenos y otros no tan agradables para el sector que nos concierne. Y con ello referimos a una industria con perfil federal, enclavada en la Argentina profunda, donde impera el federalismo. La minería hace Patria donde ningún otro sector puede decir presente, por razones de la naturaleza, la cual ha indicado que los minerales se encuentran enclavados en la Puna, la Alta Cordillera, la Meseta Patagónica, entre otras regiones.

La minería es una industria largo placista: transcurren décadas desde el descubrimiento hasta el desarrollo, construcción y puesta en producción de un centro minero. Conviene aclarar que solo un proyecto entre cien llega a la instancia de producción: la mayoría de los proyectos o aventuras son desechadas porque los resultados no son satisfactorios. Es el espíritu de la minería, donde se apuesta por la exploración, y con muy altas probabilidades de que se pierda la inversión. Preciso es señalar que la minería tiene su alto impacto económico y social con la puesta en marcha de un proyecto, pero también aclarar que aquellos emprendimientos que no prosperaron generaron valor, aunque sea limitado en cantidad y tiempo, dejando su huella.

¿Por qué el titular de este editorial? No es nada nuevo señalar que la minería es, probablemente, una de las industrias que más pronto se ha recuperado del efecto pandemia. La necesidad de consumir minerales y metales para un mundo más limpio y sustentable es un imperativo a efectos de alcanzar las metas estable- cidas en el Acuerdo de París. En este contexto, la creciente demanda –en cantidad y calidad- de recursos minerales no se detiene, y muy pocos países tienen una oferta como Argentina, con un póquer de commodities mineros compuesto por oro, plata, cobre y litio. La cotización de estos minerales se encuentra en alza, lo que alienta las actividades exploratorias.

Los inversores son selectivos, apuestan a la riqueza geológica, un factor necesario pero no suficiente, de momento que se debe acompañar con políticas de estado sustentables en el tiempo, que se respeten las reglas de juego, y que traspasen mandatos.

Y, cuando hablamos del umbral de una nueva era, referimos a la gran oportunidad que posee Argentina a lo largo de toda su Cordillera: la minería no será la salvación para nuestro país, pero sin duda alguna que será una gran herramienta para la transformación económica y social de las comunidades, a la vez de ser un gran factor de desarrollo para generar oportunidades y entrelazamientos con otros sectores económicos como industria, agricultura y turismo, por solo citar algunos ejemplos.

La minería es a largo plazo, son los tiempos que la caracterizan. Pero, para capitalizar la demanda que se avecina para el mediano plazo es necesario planificar, adelantarse a los tiempos, estar preparados, y trabajar en forma conjunta.

PANORAMA MINERO ha sido testigo privilegiado del desarrollo minero argentino; seguiremos batallando, comunicando y difundiendo por las siguientes 500 ediciones, y más también.

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