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Rio Tinto invierte US$825 millones para convertir a Rincón en un emprendimiento productivo
“Es una de las últimas grandes salmueras sin desarrollar en el Triángulo del Litio y tiene el potencial de convertirse en uno de los emprendimientos con menor huella de carbono a nivel mundial”, afirmó Jakob Stausholm, CEO de Rio Tinto, tras la compra de Rincon Mining.
El gigante Rio Tinto, una de las mayores empresas mineras mundiales por capitalización de mercado, regresó a Argentina con la intención de llevar a producción el icónico proyecto de litio Rincón, situado en la provincia de Salta, cuya transacción fue recientemente aprobada por las autoridades australianas oficializando el traspaso de propiedad de Rincon Mining a su nuevo dueño por US$825 millones.
“Rincón fortalece nuestro negocio de materiales para baterías y posiciona a Rio Tinto para satisfacer el crecimiento de dos dígitos en la demanda de litio durante la próxima década en medio de un momento en el que la oferta es limitada. Trabajaremos con las comunidades locales, la provincia de Salta y el gobierno de Argentina a medida que desarrollamos este proyecto con los más altos estándares ESG”, señaló en su momento Stausholm, ejecutivo principal de la compañía, quien agregó que “el proyecto nos ayudará a entregar este recurso vital a la industria energética global mientras cumplimos con nuestro compromiso de descarbonizar nuestras operaciones para 2050”.
Se trata de un activo de renombre ubicado en el departamento salteño de Los Andes, capaz de sostener una producción comercial de 50.000 toneladas de carbonato de litio equivalente (LCE) durante al menos 40 años. Allí se encuentra operativa una planta piloto, y tanto la disposición de actividades como de personal está enfocada en continuar optimizando el proceso de extracción y las recuperaciones en sitio. Tras la adquisición de Rincon Mining com- pletada en marzo, al proyecto le esperan ahora una serie de estudios y actualizaciones relacionadas a la Evaluación de Impacto Ambiental existente mientras se espera que el inicio de la producción sea entre 2025 y 2026.
Detrás de esta compra y la inversión anunciada al gobierno en febrero por US$100 millones para optimizar la planta piloto, Rio Tinto cree que existen fundamentos más que sólidos en el mercado para el carbonato de litio que se produce en la región y que podría proveer Rincón, mientras que prevé que la demanda global de litio crecerá entre un 25% y un 35% anual durante la próxima década enfrentando en paralelo un déficit significativo de oferta a partir de la segunda mitad del 2020-2030.