Catalogo protuberancias

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2013

protuberancias



Paola Barrera Aravena

protuberancias



Deconstrucción del instante

tensión que fija la mirada desde el fragmente

(en) la hora del té captura el desborde, congela el instante posterior al accidente, la sustancia ya derramada por la habitación. Esta sustancia se constituye de esferas/protuberancias aglutinadas una en sima de la otra, no permite ver a través del espacio entre las protuberancias, ya que componen una masa sólida pero fragmentaba en si misma. Esta armonía con reminiscencias en la naturaleza, contiene un crecimiento or-

gánico que da lugar a la repetición de un canon esférico en distintos tamaños, que oscilan desde 3 cm hasta diminutas esferas de 1 mm de diámetro. La mirada se concentra en el umbral del intersticio que se crea en la aglomeración de protuberancias, produciendo un diálogo a guiños entre lo lleno y lo vacío, estos pequeños espacios absorben la luz y en el punto más álgido de la esfera la rebotan. Esos sutiles juegos lumínicos sobre el cuerpo rugo-



so de protuberancias realzan y transforman a la plasticina anaranjada en un f luido contundente. Aquellas protuberancias encuentran la medida y generan presencia en la repeticiĂłn infinita, develando la estĂŠtica del espesor, un cuerpo contundente pero maleable, dicotomĂ­a entre su aparente peso y fragilidad. Estas instalaciones no intentan destruir un momento, ni alejar los objetos de su circuito al punto de quitarle su sentido y entregarle otro. Estas siguen siendo tazas, platos, azucarero y tetera, pero el elemento que ellos contuvieron no son propios de una escena como esta, la plasticina es completamente ajena a la comida, e incluso completamente incongruente la cantidad derramada con respecto al tamaĂąo de los contenedores. Esta sustancia que se devela con un simple accidente


cotidiano, derrama un cuerpo que f luye y avanza a gorgojos entre los objetos de la habitación. Se intenta deconstruir el instante, entendiéndose no como una simple destrucción, sino como plantea Derrida, es una (… «desestructu-ración para destacar algunas etapas estructurales dentro del sistema») y de la «Abbau» (operación consistente en «deshacer una edificación para ver cómo está constituida o desconstituida») . De este modo, al de-

construir esta escena no es una investigación molecular de los líquidos, sino que (en) la hora del té, se deconstruye la instancia de diálogo, ese instante del día que abre el espacio a la plática con otros o contigo mismo, ya sea espacio de ref lexión e inf lexión que a ratos como éste, desborda inconteniblemente. Un derrame interno que se desata en un pequeño accidente. Las protuberancias

se toman de la cotidianeidad de las personas, entran en su vida por medio de pequeños accidentes caseros, como el derrame de una taza, como la tetera sirviendo agua en exceso, o como la caída de la bandeja con los implementos para la hora del té. Estos sutiles accidentes desatan el desborde incontenido que f luye por la habitación sin que lo hagas consiente, hasta que lo congelas y deconstruyes el instante como ahora.

1 PERETTI, Cristina de: Deconstrucción. Entrada del Diccionario de Hermenéutica dirigido por A. Ortiz-Osés y P. Lanceros, Universidad de Deusto, Bilbao. Edición digital de Derrida en castellano.


Paola Barrera Aravena

Estudiante de Licenciada en Arte Pontificia Universidad Cat贸lica de Valpara铆so











Devenir forma

devenir for

Una tetera y una taza, blancas como un día cualquiera, se balancean peligrosamente, derramando un contenido misterioso y anaranjado. No alcanza a ser líquido, tampoco sólido. Se trata de incontables protuberancias en una eterna ebullición que al tocarse con el aire, explotan como burbujas o átomos que de pronto nos resultan visibles y rebeldes. Quizás es el contenido el que quiere salir del continente, y no el continente el que deja escapar al contenido. En el trabajo de Paola Barrera palpita una honestidad que llama la atención, una autenticidad que proviene de gestos naturales y casi inconscientes,


como si la obra emergiera directamente de su mano. Su destreza es más bien un instinto, el movimiento automático que realizan los dedos sobre un material maleable. No se trata de una habilidad, sino de un juego, tal cual el niño experimenta con plasticina o hace pasteles de barro, pues pareciera que la pulsión de hacer formas y volúmenes es lo más propio del ser humano.

que podríamos denom venir forma. El mate bulto, en una acumu guiendo su propia ap otras formas desarti las y negándoles su f Entonces la taza dej mienza a convertirse teria y límites.

La protuberancia, lenguaje elemental de su trabajo, obedece a una búsqueda de lenguajes puros y sencillos. Proviene de la observación -principalmente de rostros y sus arrugas- y su posterior traducción a lenguajes elementales. Para Paola, lo básico del cuerpo es el volumen, la materia que se manifiesta en curvas y circunferencias conformando un mapa orgánico que se retuerce entre apariciones y agujeros, montes y hendiduras. Estos volúmenes, en el dibujo, se convierten en líneas tercas e insistentes como grietas, pero siguiendo la corriente del proceso, se convierten en curvas, llenos, vacíos y finalmente, en materia. Sin embargo, cuando ésta pasa por las manos de la autora, se trans-forma en lo

La misma reutil rece enseñarnos que más de materia que no tiene complejos e dientes para crear u partir de ellos, como en la que luego de la reordenan y forman De este modo, la obra en base a sus encuent el material, siempre formación . Ahora bien, vale la p un segundo lenguaje ve esta obra con una tiempo. Mediante el ge


minar, un constante deerial se convierte en su ulación que se ordena siparición e irrumpe en las iculándolas, rebalsándofunción, que es contener. ja de ser una taza y coe en formas, figuras, ma-

lización del material pae efectivamente, se trata material. Paola Barrera en recuperar sus ingreuna composición nueva a aquella teoría ancestral a muerte, los átomos se parte de otros cuerpos. dialoga con otras formas tros y desencuentros con en una constante trans-

ena problematizar sobre elemental del que se sirinteresante sencillez: el esto instintivo de detener


un acto -por lo demás fallido- a la mitad, la tensión de la de-tención nos hace reparar en la vacuidad de su gesto, en una inutilidad que se topa con una imagen onírica y un tanto azarosa. Sin embargo, surge una pregunta. ¿Por qué figurar el dinamismo de una acción en una técnica eminente fija? Al igual que la fotografía, la escultura-instalación condena un acto, a través de su inmovilidad, a la imposibilidad de consumarse, negándole para siempre un futuro y habitando eternamente un “entre medio”. Es ahí cuando surge un interesante paralelismo entre la vacuidad de una taza rebalsada, y el intento de contener un movimiento fugaz por medio de la escultura. Ninguna de los dos ejercicios resulta útil o funcional, rozando incluso el absurdo de quien barre la arena de una pla-

ya. Sin embargo, a través de esta contradicción, la instalación dialoga con sus lenguajes más propios y elementales, explorando sus potencialidades, principios y funciones. La obra de Paola Barrera se mueve en la paradoja de la poca pretensión, de decir algo sin pretender decir demasiado. Esto se debe, probablemente a la naturaleza de aprendiz de esta -me atrevo a decir- artista emergente. La autenticidad de su trabajo está en la fidelidad a sus procesos, está en el hacer lo que sabe y en el saber lo que hace sin la ambición del “hacer arte”, sino que simplemente obedeciendo al material y a sus manos. Por otro lado, su obra se ve fuertemente enriquecida por el momento crucial en el que se presenta, arrastrando no sólo proce-


Franco Cárcamo

Licenciado en Arte Pontificia Universidad Católica de Valparaíso

sos discursivos y materiales, sino que además poniendo todos los aciertos y desaciertos sobre la mesa, característica particular de aquellos que podríamos designar como principiantes o emergentes. Aun así, Paola Barrera parece haber descubierto desde esta trinchera (en cual también me ubico), cualidades incluso metafísicas, relatando el momento en que las figuras se convierten en materia y recordándonos a aquellas búsquedas de los lenguajes más puros y con esto, a la búsqueda descomunal y trascendental de una esencia.


Catálogo de obras

Ficha técnica: • (en) la hora del té • Instalación • Salón principal de Café “El Peral”, Cerro Alegre, Valparaíso, Chile. • Loza, plasticina, madera y alambre. • 120 x 80 x 105 cm.

Descripción: • Sobre la mesa de madera de 0.8 x 0.8 mts. se instala un juego de loza blanca estándar, que consta de dos tazas, dos platos, azucarero con cuchara y tetera. Las tazas van dispuestas en cada extremo de la mesa y la tetera y azucarero entre ellas. La taza del lado derecho se voltea sobre el plato y de ésta emergen esferas de plasticina color anaranjado, oscilando entre 3 – 0.1 cm. La instalación se retroalimenta de iluminación natural que entra por la galería principal del Café.


Ficha técnica: • • • • •

(en) la hora del té Instalación Sala de exposición de PROMO, Centro de Promoción de Salud y Cultura, Quillota, Valparaíso, Chile. Loza, plasticina, madera y Tela. 215 x 300 x 30 cm.

Descripción: • En la esquina noreste de la sala se instala una cortina en la ventana, a 40 cm de ésta se sitúa una bandeja de madera plegable, la pata más próxima a la cortina está extendida y la otra plegada, producto de la inclinación, en el borde a nivel del suelo se sitúa una taza volteada en su plato, de ésta emergen esferas de plasticina color anaranjadas que oscilan entre 3 - 0.1 cm. Estas conforman un caudal que en el cual flota el azucarero y una taza con su respectivo plato. A 60 cm de la bandeja se sitúan las piezas de loza de la tetera y unas esferas de plasticina entre ellas. La iluminación es artificial cálida y esta dirigida desde el techo, un foco apunta a la taza que está en el borde de la bandeja, y el segundo a la tetera rota.


Datos personales: • • •

Paola Andrea Barrera Aravena Santiago, Chile, 1990 http://issuu.com/paolabarreraaravena

Profesión Artística: •

(2009 – 2013) Licenciatura en Arte, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso


Pa o l a B a r re r a A r ave n a

Exposición Individual: •

2013 - (en) la hora del té, Cerro Alegre, Valparaíso, Chile

Exposiciones Colectivas: • • •

2011 – Huésped, Desenfoque Colectivo, Viña del mar, Valparaíso, Chile. 2012 – Zapatos Lutos, Casa Quemada, Cerro Panteón, Valparaíso, Chile. 2013 – (en) la hora del té, Cuerpo, Quillota, Valparaíso, Chile.

Distinción: • 2012 / 2013 - Represento al Instituto Arte de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso en Mascarones de Proa, Caleta Portales, Valparaíso, Chile.


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