Manual para cuando el padre o madre tambiĂŠn tiene TDAH
I INDICE Contenido
Pagina
Introducción o presentación junto a tu fotografía
3-5
Conceptos Claves en el TDAH
6
Diagnóstico Adecuado
6-11
Comorbilidades del TDAH
12-13
Manual para cuando el padre o madre también tiene TDAH 2
Procedimientos para el diagnóstico
14-24
Claves para iniciar el tratamiento
24-26
Estrategias de apoyo en la escuela
26-28
Estrategias de apoyo en el área social
28-31
Estrategias de apoyo en casa
31-32
Tips de manejo de crisis
32-39
Bibliografía
39-40
Webgrafia
40
II
INTRODUCCIÓN
O
PRESENTACIÓN
JUNTO A TU FOTOGRAFÍA El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad es uno de los problemas más frecuentes en la niñez. Se trata de un trastorno neurobiológico cuyas repercusiones se pueden apreciar en el comportamiento de los niños, a través de síntomas como la impulsividad, la hiperactividad y las dificultades para concentrarse. Esto hace que el TDAH sea una de las causas más comunes del fracaso escolar y de los problemas de conducta. Hoy se conoce que el TDAH no tiene una causa única sino que se trata de una alteración multicausal que está determinada tanto por factores ambientales como genéticos y hereditarios. De hecho, las investigaciones más recientes afirman que los niños cuyos padres sufren TDAH tienen un 57% más de riesgo, lo que representa una probabilidad 20 veces mayor de desarrollar el trastorno. Por tanto, las cifras sugieren que el TDAH puede ser hereditario. Manual para cuando el padre o madre también tiene TDAH 3
Los estudios que analizan la genética y la herencia han encontrado que el riesgo de padecer TDAH es mayor en los familiares biológicos de primer grado; o sea, de padres y tíos a niños. Esto quiere decir que un niño tiene mayores probabilidades de desarrollar un TDAH cuando alguno de sus progenitores o tíos también lo han tenido. Esta relación también se aprecia en sentido inverso, lo cual ha permitido diagnosticar muchos casos de TDAH en adultos. De hecho, cuando un niño tiene TDAH, existe un 25% de probabilidades de que uno de sus padres también tenga el trastorno y un 15% de que sus hermanos lo desarrollen. Los hallazgos de concordancia genética (estudios en los que se analizan las probabilidades de desarrollar patrones genéticos semejantes en gemelos) afirman que el riesgo de padecer TDAH en mellizos es de entre el 30 y el 40%, mientras que en los gemelos la probabilidad prácticamente se duplica, hasta alcanzar entre un 50 y un 80%. Además, se ha descubierto que es posible heredar algunos síntomas del TDAH, como la falta de atención o la intranquilidad. De hecho, diferentes estudios aseguran que un niño tiene un 79% más de riesgo de desarrollar inatención y un 88% de ser impulsivo e hiperactivo si sus padres también han tenido estos síntomas.
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AUTORAS:
Carol Paola Gutiérrez Arias Licenciada en Psicóloga
Doris Jeannette Calvopiña Freire Psicóloga Clínica
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Cleimar M Profesora en Educación Especial en dificultades de aprendizaje
Maria José Vásquez Porras Licenciada en psicología
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Laura Mejía Briones Licenciada en Psicología Jefe de Recursos Humanos
Mariugenia Villarroel Riva Profesora en Educación Especial
III CONCEPTOS CLAVES EN EL TDAH Tdah: El TDAH Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad es un trastorno neurobiológico de carácter crónico, sintomáticamente evolutivo y de probable transmisión genética que afecta entre un 5 y un 10% de la población infantil, llegando incluso a la edad adulta en el 60% de los casos. Hiperactividad: una actividad constante, comportamientos cambiantes, excesivo movimiento y dificultad de atención, su actividad motriz les lleva a levantarse Manual para cuando el padre o madre también tiene TDAH 7
continuamente de su asiento, charlar con los compañeros, hacer ruido. Lo que provoca una interrupción constante del profesor. Baja atención: Es la dificultad de concentración que les hace distraerse fácilmente, llevándoles a dedicar más tiempo de lo normal a la ejecución de las tareas escolares y a obtener unos rendimientos más bajos. Ese bajo rendimiento escolar es consecuencia también de una mala memoria secuencial, produciéndoles dificultades de aprendizaje tanto en operaciones aritméticas, como en lecto-escritura. Impulsividad: Es la falta de control de los impulsos, su impulsividad les suele llevar a un deseo de terminar las tareas lo más rápido posible, a la vez que no tiene tolerancia a la frustración lo que provoca agresiones y peleas. IV DIAGNÓSTICO ADECUADO Un buen `informe de evaluación psicopedagógica y psicológica` realizado a un alumno con TDAH por el orientador, equipo de orientación del centro o equipo de orientación del que dependa el centro, debe contener los siguientes apartados: 1. Datos de identificación. 2. Motivos de evaluación. 3. Instrumentos utilizados. Dependerá de la historia y las dificultades de cada niño el que le realicen una prueba u otra. Generalmente, las pruebas mínimas que se deben realizar serían las siguientes: Entrevista con el tutor. Entrevista con la familia. Observación- entrevista con el alumno. WISC-IV . Escala de inteligencia de Weschsler para niños (para niños entre los 6 y
17 años) Escala para la evaluación del trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad.
(EDAH)(para niños de 6 a 12 años) PRO-ESC. Teste de análisis de los procesos de escritura. (para niños entre 8 y 15
años)
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PROLEC-SE. Evaluación de los procesos lectores (prolec-se) (para niños de 1º a6º
de educación primaria) DSM-IV También, se suelen utilizar como pruebas complementarias las siguientes: Análisis de informes médicos. Test Breve de Inteligencia de Kaufman. K-BIT. (Aplicable a niños y adultos a partir
de 4 años) Análisis de la composición escrita.
Análisis del expediente académico
EPA. Evaluación del potencial de aprendizaje. Mide la predicción el
grado en que un sujeto puede beneficiarse de un entrenamiento cognitivo. (a partir de los 5 años) TALE. Test de análisis de la lectoescritura. (para niños de 6 a 10 años)
4. Historia escolar: 5. Desarrollo general del alumno/a 5.1 Desarrollo evolutivo y condiciones personales de salud: 5.2 Desarrollo cognitivo. 5.3 Aspectos emocionales y de adaptación social. 5.4 Nivel de competencia curricular. 5.5 Estilo de aprendizaje y motivación. 6. Análisis de contexto educativo 7. Análisis de contexto socio familiar 8. Identificación de las necesidades educativas. Se debe especificar si presenta necesidades educativas especiales y por qué. Por ejemplo, presenta necesidades educativas especiales asociadas a un TDAH. Además, que necesidades en concreto tiene. Generalmente, la mayoría de los niños con TDAH suelen presentar las siguientes necesidades: Necesidad de estrategias de autocontrol emocional y de la conducta (reflexividad)
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Necesidad de habilidades sociales y de interrelación tanto con iguales, como con
adultos. Necesidad de mejorar la capacidad de atención visual y auditiva. Necesidad de estrategias para mejorar la grafomotricidad. Necesidad de estrategias para mejorar su capacidad lectoescritura Necesidad de adquirir estrategias de estudio que potencien el aprendizaje
significativo. Necesidad de desarrollo de autonomía en las tareas.
9. Orientaciones para la respuesta educativa. En cuanto a la escritura y trabajo manipulativo. Utilizar pauta d escritura de cuatro líneas para facilitar la escritura. Conviene que el
espacio entre líneas sea proporcional a la medida de su letra y que las dos raya centrales sean de un color más intenso. (recomendamos para niños de primer ciclo de primaria) Se aconseja el apoyo del especialista en AL para trabajar las dificultades en lector
escritura. En cuanto a su ubicación en el aula Colocar al alumno próximo a la pizarra y a la profesora Evitar sentarle cerca de la ventana o en sitios donde tenga muchos estímulos
distractores. La clase se podría distribuir en parejas, de tal manera que s ele coloque con otro
compañero que sea quien le ayude a recordar las consignas habituales o lo que haya que hacer en cada momento. Les beneficia trabajar en grupos poco numerosos.
En cuanto al ambiente en el aula: Permitirle el movimiento dentro del aula. Permitirle salir del aula cuando este muy nerviosos o frustrado porque las cosas no
le salen bien.
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Realizar gestos y miradas que le ayuden a centrar la atención, evitando recriminarle
públicamente. En cuanto a las explicaciones: Focalizar la atención en conceptos claves y esenciales Pedirle que se imagine en imágenes lo que le decimos para que pueda recordarlo
mejor. Facilitar información visual. Realizar pausas periódicas durante las explicaciones para que pueda tener
oportunidad de procesar la información. Controlar el tono de voz y las formas de dirigirse a ella, transmitirle serenidad y
confianza. Para el cumplimiento de órdenes: Evitar dar consignas que tengan varias premisas. Utilizar señales visuales y auditivas para indicar un cambio de actividad.
En cuanto a las actividades: Pedirle que nos diga en voz alta que es lo que le pide la actividad para ver si lo ha
entendido. Segmentar las tareas complejas en fases, marcando un tiempo para cada fase. Reforzarle al final de cada tarea concreta y antes de pasar a la siguiente. Priorizar en sus producciones más la calidad que la cantidad. Pedir que realice delante de sus compañeros aquellas actividades que el alumno
tenga éxito y se sienta seguro. Para exámenes o pruebas: Complementarle los exámenes con pruebas orales. Reducir la cantidad de actividades a realizar. Adaptar el tiempo de evaluación al tiempo de atención del alumno.
Para la organización y el orden: Utilizar la agenda escolar como forma de recordar los deberes, los libros y el
material que se necesitara llevar Manual para cuando el padre o madre también tiene TDAH 11
Posibilitar que las horas de refuerzo en las materias instrumentales y el apoyo de
especialista sea a primera horas de la mañana que es cuando los niveles de atención son mejores. En cuanto al comportamiento: Poner límites Evitar las discusiones. Actuar rápidamente aplicando consecuencias, con un tono de
voz firme y monótona, con frases cortas y simples, y sin mostrar enfado o nerviosismo. Si es preciso hacer con él un contrato de conducta: Estableciendo unas conductas a
potenciar o inhibir, concretar unas técnicas a utilizar y establecer refuerzos y contingencias Graduar de forma sistemática el tiempo. Reforzarle Darle estrategias que le permitan la reflexión.
10. Orientaciones a la familia. Cuáles son las pautas que se recomiendan a la familia para trabajar las diversas necesidades del niño. Dependiendo de la situación familiar y de las necesidades de cada niño, ese establece unas u otras. Pero se podrían destacar: Colaborar con el colegio en los diferentes programas de e intervención en mejora de
la atención, la reflexividad, habilidades socio emocionales y autocontrol que se van a iniciar. Ofrecer demostraciones de afecto, caricias, comentarios positivos? cuando realice
avances en conductas. Jugar con él, el niño debe descubrir que puede obtener vuestra dedicación con
juegos tranquilos y sosegados. Darle pequeñas responsabilidades domésticas. Crear rutinas en la vida familiar. Ayudarle a aceptar sus limitaciones y aceptarle tal y como es. Ponerse en contacto con Asociaciones o Fundaciones especialistas en TDAH.
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Asistir a una Escuela de Padres. Estas pautas hay que ponerlas en práctica de forma sistemática y de un modo
continuado. V COMORBILIDADES DEL TDAH El término comorbilidad hace referencia a la presentación en un mismo individuo de dos o más enfermedades o trastornos distintos. Un estudio realizado en Suecia por el grupo Kadesio y Gillberg (2001), mostró que el 87% de niños que cumplían todos los criterios de TDAH tenían, por lo menos, un diagnóstico comórbido, y que el 67% cumplían los criterios para, por lo menos, dos trastornos comórbidos. En los contextos clínicos, los trastornos comórbidos son frecuentes en los individuos cuyos síntomas cumplen los criterios del TDAH. Entre la población general, el trastorno negativista desafiante concurre con el TDAH en aproximadamente la mitad de los niños con presentación combinada y en cerca de una cuarta parte de los niños y adolescentes con presentación predominantemente inatenta. Entre las comorbilidades más frecuentes se encuentran el trastorno negativista desafiante, y los trastornos de aprendizaje, los trastornos por tics y los trastornos de ansiedad (Jensen et al., 1997MTA, 1999;Barkley, 2006) En la Tabla 1 se muestran las comorbilidades más frecuentes en niños y adolescentes con TDAH.
Tabla 1. Comorbilidad con TDAH Trastorno
Tasa aproximada en niños con TDAH
Trastornos
de
aprendizaje
(trastorno de la lectura, del cálculo)
Entre el 8 y el 39% trastorno de la lectura, del 12 al 30% trastorno del cálculo
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Trastorno del desarrollo de la
El 47% cumplen criterios de TCDM/el
coordinación motora (TDCM) / retraso 52% tienen retraso en la coordinación motora de la coordinación motora Trastornos del desarrollo del habla,
trastornos
Hasta el 35% inicio tardío del habla/entre
expresivos el
(pragmáticos)
10-
54%
dificultades
expresivas,
principalmente pragmáticas
Trastornos
generalizados
de
desarrollo*
Hasta el 26% de los niños con trastorno generalizado del desarrollo (TGD) pueden presentar TDAH tipo combinado
Trastorno negativista desafiante
Entre el 40 y el 60%
Trastorno disocial
14,3%
Trastorno
de
tics/síndrome
10,9%
deTourette Trastorno
por
abuso
de
sustancias
En la adolescencia el riesgo es 2–5 veces mayor que en controles normales, si hay comorbilidad con trastorno disocial
Trastorno del estado de ánimo:
3,8%/2,2%
depresión mayor/ trastorno bipolar Trastorno de ansiedad (angustia,
Entre el 25 y el 35%;
fobia, obsesivo compulsivo, ansiedad generalizada, ansiedad de separación) Trastorno del sueño
Entre el 30 y el 60%
A pesar de que los criterios diagnósticos actuales no permiten el diagnóstico del TDAH en niños y adolescentes con trastornos generalizados del desarrollo, un número significativo de estos pacientes presentan también sintomatología compatible con TDAH que precisa evaluación y tratamiento específico. VI PROCEDIMIENTOS PARA EL DIAGNÓSTICO
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Los profesionales médicos deben realizar una historia clínica, compuesta principalmente por: Anamnesis (mediante entrevistas) y exploración física. a.
La anamnesis
Se trata de una entrevista clínica en la que el paciente (y en el caso de los menores, también los padres) proporcionan información sobre: -
Historia perinatal: El embarazo, el parto, los primeros meses de vida.
Esta información resulta importante debido a que se han asociado complicaciones como el consumo de alcohol, tabaco o drogas durante el embarazo con el TDAH. -
Presencia de otros trastornos psiquiátricos: Tanto en el paciente como en
sus familiares. Se intenta descartar de esta forma un posible caso de TDAH u otro trastorno en los padres. -
Síntomas: Cuándo se detectaron por primera vez, cuánto duran, en qué
ocasiones se producen, cómo le afectan a nivel funcional. También se evalúa si existe acuerdo sobre los síntomas entre ambos padres, la comunicación entre el niño y los padres, los factores traumáticos, entre otros. -
Antecedentes familiares: Se trata de un estudio relativo a los trastornos de
los antecedentes familiares del paciente. Principalmente, se centra en la investigación sobre casos de trastornos psiquiátricos en general en la familia, y más concretamente en casos de TDAH. Esta parte de la entrevista clínica es importante debido a la evidencia científica demostrada de los factores genéticos en el desarrollo del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. En el caso del adulto que no ha sido diagnosticado en su infancia, resulta más complicado realizar este estudio puesto que se debe remontar a mucho tiempo atrás para evaluar su comportamiento a lo largo del tiempo, y en muchas ocasiones el paciente puede no recordarlo con claridad.
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b.
Exploraciones físicas
Estas exploraciones son imprescindibles para descartar la presencia de cualquier enfermedad que pueda explicar los síntomas que presenta el paciente o que pueda contribuir a su presencia. Por ejemplo, se debe descartar en casos de síntomas de déficit de atención, que el paciente no presente problemas de audición.
c.
Evaluación psicopedagógica
Una vez realizada la historia clínica, se investiga si existen trastornos del aprendizaje y se evalúa el rendimiento académico del niño a lo largo del tiempo. Para realizar esta evaluación es fundamental la participación de los profesores o el equipo de orientación escolar, y en ocasiones requerirán de la presencia de los padres para completar cierta información relevante.
Escalas de diagnóstico de TDAH Las escalas ayudarán a identificar los síntomas nucleares y también para valorar su intensidad. Se pueden usar de forma complementaria en el diagnóstico del TDAH tanto en padres como en hijos, pero nunca deben sustituir a la historia clínica. También pueden resultar especialmente útiles para medir la evolución del trastorno, a través de la percepción de padres y profesores respecto a los síntomas y/o el tratamiento. Estas escalas por lo general funcionan a través de entrevistas estructuradas y semiestructuradas y ayudan a la hora de realizar el diagnóstico o detectar posibles comorbilidades.
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En el diagnóstico del TDAH los especialistas pueden utilizar por lo tanto varios instrumentos en función de las características, sintomatología, comorbilidades o afectación que muestre el paciente: - Escalas específicas para el TDAH - Escalas de psicopatología general - Entrevistas estructuradas y semi-estructuradas - Pruebas de inteligencia y neuropsicológicas - Evaluación psicopedagógica - Exploraciones complementarias El diagnóstico del TDAH se debe adaptar a las condiciones de cada uno de los pacientes que se evalúa, es decir si la evaluación es para el padre o para el niño, ya que en cada caso ha de valorarse las pruebas que han de llevarse a cabo para conseguir realizar un diagnóstico apropiado. Algunos de los métodos que hemos mencionado, son fundamentales, como la historia clínica, y otros son facultativos, en función de las necesidades de cada caso. Este es el principio de un tratamiento individualizado.
Diagnóstico de TDAH en niños y adultos. Actualmente el TDAH se considera el trastorno psiquiátrico no diagnosticado más común en los adultos. Con frecuencia, los adultos con TDAH son diagnosticados cuando se lo diagnostican a sus hijos y les preguntan si ha habido algún caso en la familia. Entonces el padre o madre del chico/a en cuestión hace un repaso a su historia personal y se siente identificado con lo que ahora le está ocurriendo a su hijo. Incluso comienza a darse cuenta de que se ha acostumbrado a vivir con unos síntomas que le dificultan mucho el día a día. Hasta hace relativamente poco, se pensaba que los niños y adolescentes que padecían un TDAH iban mejorando con la edad y que al llegar a la etapa adulta, los síntomas disminuirían en intensidad hasta desaparecer. Sin embargo, en los últimos años, se ha terminado por aceptar que muchos adultos continúan presentando síntomas de TDAH, y por lo tanto, son susceptibles de intervenciones que les permitan vivir mejor y reducir esos Manual para cuando el padre o madre también tiene TDAH 17
síntomas tan molestos. Las investigaciones actuales estiman que en torno a un 65% de los niños diagnosticados con TDAH pueden continuar presentando en la edad adulta síntomas como inatención, impulsividad e hiperactividad, que son los característicos del trastorno y que están presentes desde antes de los 6 años de edad en aproximadamente un 2-4% de los adultos. Mientras en la infancia, se presenta en una relación de 3 niños por cada niña, en los adultos, la relación es de 2 hombres con TDAH por cada mujer, o incluso menor.
Hoy sabemos que el TDAH tiene un componente hereditario, que hace que sea más frecuente entre hijos de padres que lo padecieron, por eso es más fácil que en adultos esté presente entre los padres de niños diagnosticados.
Si uno sospecha que padece o puede haber padecido un TDAH, antes de acudir a un especialista debe formularse preguntas del tipo de:
1. ¿Tengo evidentes dificultades
para mantener la atención? 2. ¿Estoy
continuamente
moviéndome? 3. ¿Siento esto desde que era un niño? 4. ¿Me cuesta controlar mi temperamento? 5. ¿Estoy frecuentemente de mal humor? 6. ¿Me ocurre esto en el trabajo…en casa…en la calle, en casi todos los sitios? 7. ¿Mi familia o amigos me dicen que tengo un problema de este tipo?”
Si la mayoría de estas respuestas son afirmativas, lo recomendable es acudir a un especialista, ya que el diagnóstico no es fácil. Una vez determinado que lo padece hay varias medidas que se pueden tomar para mejorar la situación. Manual para cuando el padre o madre también tiene TDAH 18
Los actuales criterios diagnósticos para el TDAH en adultos son muy similares a los de los niños según el Manual de Diagnóstico y Estadística de los Trastornos Mentales (DSM-IV) y pueden definirse como:
•
Dificultad para prestar atención a pequeños detalles o comisión de errores por descuido en el trabajo.
•
Movimiento constante de manos o pies, o inquietud en la silla cuando se supone que debería permanecer sentado.
•
Dificultad para mantener la atención de forma sostenida en sus tareas o incluso durante sus actividades de ocio.
•
Incapacidad para estar quieto en situaciones sociales en las que se esperaría que lo estuviera.
•
Sensación de que no escucha incluso cuando se le habla directamente.
•
Sensación de inquietud e intranquilidad interna.
•
Dificultad para seguir instrucciones y terminar adecuadamente los trabajos.
•
Dificultad para disfrutar de actividades tranquilas en sus ratos de ocio.
•
Dificultad para organizar sus actividades de la vida diaria (planificación y manejo del tiempo).
•
Sensación de estar en movimiento constante “como con un motor dentro”.
•
Evitación de trabajos que requieran un esfuerzo mental sostenido y posposición crónica de tareas (“Ya lo haré más adelante”).
•
Excesiva locuacidad.
•
Facilidad para perder cosas.
•
Respuestas impulsivas, incluso anteriores a que terminen de preguntarle.
•
Excesiva facilidad para la distracción.
•
Dificultad para esperar su turno.
•
Olvidos frecuentes de obligaciones diarias.
•
Interrupciones e intromisiones constantes en las conversaciones y actividades de los demás. Manual para cuando el padre o madre también tiene TDAH
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No todas las personas con TDAH presentan todos los síntomas ni con el mismo nivel de gravedad. Cada persona tendrá su propio perfil sintomático que tendrá como resultado una mayor o menor merma de su calidad de vida, y estos factores deben considerarse a la hora de decidir el mejor tratamiento para cada uno. Muchos lograrán llevar una vida feliz y productiva.
Un psiquiatra general con cierta experiencia en el trastorno es el especialista ideal para llevar a cabo una exhaustiva evaluación clínica, que es el método definitivo de diagnóstico. Un psicólogo con experiencia en este campo e incluso un médico de familia, pueden orientar el problema con bastante precisión, aunque finalmente sería conveniente una evaluación final por parte de un psiquiatra para confirmar el diagnóstico. No hay exploraciones complementarias definitivas (ni resonancias ni electroencefalogramas ni análisis de sangre…), que garanticen el diagnóstico, ya que los criterios de evaluación son puramente clínicos, como acabamos de ver.
La evaluación clínica incluye una recogida exhaustiva de datos de la historia clínica, con especial hincapié en la historia del desarrollo temprano, de su currículum escolar, de su trayectoria profesional y de sus experiencias en las relaciones sociales, y esto suele precisar de entrevistas de no menos de dos horas, en una única sesión o dividida en dos o tres sesiones. Lo ideal es que además acuda a la consulta con el interesado algún familiar que pueda aportar información adicional (alguno de los padres o algún hermano que pueda complementar la historia del desarrollo temprano y corroborar las percepciones actuales del evaluado). Es importante tomar información acerca de cómo se desenvuelve en los distintos ambientes (lo que puede orientarse en algunos de los enunciados incluidos en las clásicas escalas diagnósticas que emplean los especialistas).
Tanto el diagnóstico como el plan de tratamiento deberían hacerse de forma individualizada tanto en padres como en hijos, teniendo en cuenta las particulares Manual para cuando el padre o madre también tiene TDAH 20
características de cada persona, la composición de su familia, el tipo de trabajo que realiza y los medios de los que dispone.
El caso especial de los padres con TDAH y que tienen un hijo con TDAH.
Como hemos mencionado anteriormente, debido al componente genético asociado al trastorno, es relativamente frecuente que padres de niños con TDAH, padezcan ellos mismos un TDAH. Estos casos generan situaciones especiales y ambivalentes, comparadas con las de otros padres, ya que, por un lado pueden entender mejor lo que les ocurre a sus hijos, pero al mismo tiempo pueden sentir mermadas sus capacidades precisamente por padecer el trastorno. Por supuesto las indicaciones para ellos serán las mismas que para los demás, lo que ocurre es que algunas de ellas les resultarán más fáciles de aplicar y otras más difíciles que a los demás, en especial por la impulsividad, la baja tolerancia a la frustración y posiblemente la más baja autoestima que puede haber ido minando la confianza en sí mismos.
La toma de conciencia acerca de su propio padecimiento del trastorno les permitirá entender más fácilmente que su hijo no es “malo” ni se comporta a veces de forma inadecuada porque le apetezca. Él o ella, mejor que nadie, sabrán que no pueden evitar algunas conductas perturbadoras, que las críticas de los demás les irán minando la moral y les harán sentir mal, aunque a veces no lo parezca, y que alabar lo que hacen bien tiene un efecto mucho mayor que estar continuamente recordándoles lo que hacen mal (como hace casi todo el mundo a su alrededor). Igualmente, comprenderán mejor la necesidad de estructurarles las tareas, de darles una referencia temporal cada poco tiempo, de establecer con ellos unas normas claras, de mirarles a la cara cuando se les habla, etc. (ver sección de recomendaciones para padres).
Sin embargo no es menos cierto que, precisamente por padecer ellos el trastorno, se encontrarán con algunas dificultades que no aparecerán en otros padres. Esto es especialmente cierto si además no existe la conciencia por parte del padre de padecer un Manual para cuando el padre o madre también tiene TDAH 21
TDAH. En los adultos, los síntomas característicos también serán la inatención, la impulsividad y la hiperactividad (por ese orden de predominancia). Y esos síntomas se traducirán en mayores dificultades para organizar la vida familiar, algo que no beneficia a los niños hiperactivos. Es posible que, al ser menos cuidadosos que la mayoría de las personas de su edad, les puedan pasar desapercibidos algunos síntomas de sus hijos que les permitirían identificar el trastorno. Al presentar una alta impulsividad, su tolerancia a la frustración puede ser menor y tener más dificultades para mostrarse pacientes con ellos. Su propia inquietud puede “contagiarse” a sus hijos, que se acostumbrarán a un nivel de actividad mayor de la que existe en las casas de sus amigos. Es posible además, que la relación entre dos seres tan impulsivos no sea fácil porque puede que se digan cosas que ofenden al otro o se tengan detalles que enfadan u olvidos “imperdonables”.
Por todo ello, es importante que un padre que sospeche que pueda padecer un TDAH consulte con un especialista para ir adquiriendo una mayor conciencia acerca del trabajo individual que puede llevar a cabo para contribuir a la salud de su hijo y mejorar la relación entre ambos. En estos casos son especialmente importantes la psicoeducación y el “coaching”.
Diez consejos útiles para lidiar con esta situación tan especial pueden ser:
1.
Contar hasta diez antes de reaccionar a las conductas perturbadoras
de sus hijos. 2.
Delegar en su pareja la organización de la vida familiar (rutinas,
secuenciación) y permitirle a su pareja que medie en la relación con los hijos. 3.
Compartir actividades lúdicas de disfrute mutuo como deporte,
excursiones, etc., ya que, van a tener aficiones y sensaciones comunes. 4.
Esforzarse por trabajar con sus hijos en equipo para superar esas
situaciones difíciles que él ya conoce por experiencia. 5.
Tratar de reforzar la autoestima de su hijo con aquellas estrategias
que funcionaron con él. Manual para cuando el padre o madre también tiene TDAH 22
Retirarse del escenario en situaciones en las que vea que va a perder
6.
los papeles. Pedir ayuda antes de que ocurra algo de lo que luego pueda
7.
arrepentirse. Tratar de distanciarse emocionalmente de situaciones que le
8.
produzcan especial sufrimiento porque le recuerden a situaciones ya vividas. 9.
Hablarle a su hijo de la experiencia propia.
10.
Reforzar que igual que a pesar de las dificultades que él mismo pasó,
ha conseguido formar una familia maravillosa como la que todos juntos forma
Cuando padre e hijo tienen TDAH
El TDAH es más frecuente entre los familiares biológicos de primer grado de los individuos con TDAH. La heredabilidad del TDAH es considerable. Aunque se han correlacionado genes específicos con el TDAH, éstos no son factores causales necesarios ni suficientes. Se deberían considerar las discapacidades visuales y auditivas, las anormalidades metabólicas, los trastornos del sueño, las deficiencias nutritivas y la epilepsia como posibles influencias sobre los síntomas del TDAH. El TDAH no está asociado a rasgos físicos específicos, aunque la frecuencia de anomalías físicas menores (hipertelorismo, paladar muy arqueado, orejas bajas) puede ser relativamente elevada. Pueden producirse retrasos motores sutiles y otros signos neurológicos menores. (Nótese que se deberían codificar por separado una marcada torpeza Manual para cuando el padre o madre también tiene TDAH 23
concurrente y los retrasos motores, por ejemplo, trastorno del desarrollo de la coordinación). A veces llegan a la consulta de los psiquiatras de adultos, padres de niños con TDAH derivados por pediatras, neurólogos o psiquiatras infantiles. Ellos han realizado el diagnóstico de trastorno por déficit de atención e hiperactividad al niño, y visto que uno de los padres se ve muy reconocido en los comportamientos de su hijo cuando era él era pequeño, a lo mejor resulta que el padre también lo es.
Y ¿por qué no le diagnosticaron a mi padre antes que a mí?, se pueden preguntar con razón estos niños.
Y es que hasta hace no mucho se pensaba que este trastorno se curaba al pasar la adolescencia. Y resulta que no es así. Que simplemente lo que sucede es que cambia un poco la forma de manifestarse. Pero más de la mitad de los que padecen TDAH en la infancia siguen sufriéndolo de adultos. Sobre todo, se sabe que cuanto más tardío es el diagnóstico o el inicio del tratamiento, o cuando no se trata en absoluto, las posibilidades de que los síntomas aumenten o de que se desarrollen comorbilidades asociadas al TDAH es mayor, así como el impacto en la vida del adulto.
Cuando el padre se da cuenta de que tiene el mismo trastorno que su hijo.
Cuando los padres empiezan a mirarse como reflejo de su hijo ven que ellos eran también impulsivos o hiperactivos de jóvenes, que les costaba estudiar; salvo si eran muy listos, y entonces no lo notaban. Ven que son un desastre en casa, que necesitan que la mujer/marido les apoye en todo para sacar las cosas adelante.
Manual para cuando el padre o madre también tiene TDAH 24
Pero lo preocupante es que también les pasa en el trabajo. Se despistan, tardan más en hacer las cosas y siempre deben de contar con un compañero que haga funciones de secretario. Los adultos tienen más recursos que los pequeños y entonces consiguen tapar estas deficiencias. Pero saben que rinden menos de lo que podrían rendir.
A veces no se dan cuenta porque han sido así toda la vida, y nadie les ha dicho nada. En las relaciones de pareja pueden tener dificultades de control emocional. Les cuesta canalizar su ira, son impacientes, sueltan palabras inadecuadas sin darse cuenta, interrumpen conversaciones. Necesitan también estar haciendo cosas continuamente, como deportes o hobbies.
El padre hiperactivo que tiene un hijo que también lo es, le comprende mucho mejor, le disculpa a veces e intenta apoyarle más. Por lo menos, así debería ser VII CLAVES PARA INICIAR EL TRATAMIENTO Teniendo en cuenta las dificultades que estos adultos encuentran en el desarrollo de sus actividades diarias, existen diversos abordajes terapéuticos que pueden ayudar a estas personas a manejar los síntomas que se han descrito. Lo primero que suele hacerse es Psicoeducación, es decir, un afrontamiento del trastorno consistente en la transmisión de información por parte del especialista tanto a los adultos diagnosticados como a los miembros de su familia, acerca de la naturaleza del trastorno y su tratamiento, que se acompaña del ofrecimiento de un marco en el que poder mejorar la transmisión de las emociones que acompañan al padecimiento de los síntomas y una mejoría de la comunicación global con los demás. En estos casos, una intervención psicoterapéutica que permita un acompañamiento del paciente de tipo “coaching”, en el que conseguir ajustar las condiciones laborales a sus necesidades, suele ser de gran eficacia. Concienciar a las personas más cercanas al paciente, de forma parecida a como se realiza con la familia, puede ayudar en algunos ambientes. Si sus compañeros y/o jefes conocen que usted es más “lento” o “disperso” o “rápido pero atolondrado” que la mayoría y a la vez confían en que ese tiempo extra les permitirá hacer Manual para cuando el padre o madre también tiene TDAH 25
bien su trabajo, la relación laboral generalmente mejorará. Adoptar estrategias prácticas que permitan priorizar lo importante (confección de listas, recordatorios en diversos lugares, alarmas en determinados momentos, concreción de un plan con tiempos definidos para las distintas secuencias, etc.) puede ser muy útil para no sentirse perdido en ese proceso. Otro tipo de intervenciones posibles son una psicoterapia de tipo introspectivo que permita afrontar las dificultades del día a día, tratando de reconocer patrones que se han repetido de forma desadaptativas a lo largo de la vida, para tratar de encontrarles una explicación que nos permita sustituirlos por patrones más adaptativos, a través de técnicas de escucha activa, clarificación, confrontación, interpretación, etc. Otras intervenciones pueden ir enfocadas al momento, al aquí y ahora, para tratar de superar las dificultades concretas que están encontrando, como ocurre con las psicoterapias de orientación cognitivo conductual. En resumen, algunas claves para iniciar un tratamiento: 1.
Autoevaluación: reflexión personal, consulta a familiares, amigos a algún
médico o psicólogo, etc. 2.
Psicoeducación y ajustes en la vida diaria: hacer listas, generar rutinas,
rodearse de un entorno de confianza, orientación profesional. 3.
Otras psicoterapias y grupos de apoyo.
4.
Medicación + psicoterapia. VIII
ESTRATEGIAS
DE APOYO
EN
LA
ESCUELA Comunicación con los miembros de la casa Es necesario llevar un esfuerzo conjunto entre el centro escolar y la casa, de tal manera que en casa sepan diariamente cómo ha sido la ejecución escolar del/a chico/a. Además, en clase también sabrán por qué el/la niño/a no ha traído, por ejemplo, los deberes o el trabajo que había pendiente para entregar hoy y actuar en consecuencia.
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Se pretende con esto que los/as chicos/as con TDA-H y de padres/madres con TDAH (y cualquiera en general, ya que sencillamente son conductas típicas de la etapa escolar) no encuentren vacíos informativos entre el profesorado y sus padres, eliminando así la tentación de engañar a unos/as, a otros/as o a ambos/as (esto último es lo más común). Elogios Los/as niños/as con TDA-H al igual que los padre o madres que padecen de TDAH, no están acostumbrados/as a que nadie les diga “lo bien que hacen algo” o “lo que bien que sus hijos hacen algo” porque tienen un carácter torpe y deficitario a la hora de ejecutar una acción y seguir instrucciones, por lo que en muy escasas ocasiones se les refuerza por algo que hacen bien. Sin embargo, sí que están acostumbrados/as a recibir reprimendas constantes justamente por lo comentado. Además, en nuestra sociedad no solemos señalar lo bueno porque “es lo que tiene que ser”, pero sí tendemos a señalar lo malo inmediatamente. Siendo así, parece que nos cuesta reforzar de manera espontánea el buen comportamiento de alguien. Por lo tanto, lo esperable es que cuando a un/a chico/a TDA-H se le refuerza algo de esta manera (espontáneamente), la sensación de sorpresividad que se produce cree una huella de memoria, además de una sensación muy positiva, que invitará al/la alumno/a a repetir esa conducta en ocasiones futuras, de igual forma funciona con los padres o madres. Y es que, como bien sabe, el hecho de reforzar una conducta positiva reiteradamente, aumenta la probabilidad de que ésta se repita. El refuerzo puede venir de muchas maneras. Desde palabras del tipo “me encanta cómo estás trabajando hoy”, hasta gestos como “pasar por su lado y quedarme cinco o diez segundos mirando con expresión de interés lo que está haciendo”, pasando por comunicación no verbal como guiños o sonrisas dirigidas directamente a su alumno/a. Por otro lado podemos reforzar a los padres o madres con palabras del tipo “tu hijo/a ha trabajado satisfactoriamente”, “hoy tu hijo/a inicio sus actividades con mucha disposición”, “trabajando en equipo, unificados padres/centro los resultados serán los Manual para cuando el padre o madre también tiene TDAH 27
esperados”, también se pueden utilizar los gestos como elogios para los padres, “una palmada en el hombro”, “mirar atentamente al padre/madre con una sonrisa conversando del desempeño de su hijo/a”. Reuniones Reúnase frecuentemente con los progenitores. Evite establecer un patrón de reuniones que sólo giren alrededor de los problemas o crisis. Considere a los progenitores como socios suyos en la educación del niño. Trate de no asustar ni deprimir a los progenitores; ellos han pasado por mucho. Recalque los aspectos positivos y lo que sea posible lograr. No trate de esconder los puntos negativos que deban hacerse del conocimiento de los progenitores.
Actitud positiva.
Alabe, apruebe, aliente, dé palmaditas, alimente. Concéntrese en lo que usted quiera que el niño haga, y no simplemente en lo que usted quiera que el niño DEJE DE HACER. De igual forma la aplicación sugiere que sea para los padres o madres. Manual para cuando el padre o madre también tiene TDAH 28
IX ESTRATEGIAS DE APOYO EN EL ÁREA SOCIAL Tenga momentos de “explosiones” estructuradas. Separe un tiempo especial cada
semana para simplemente dejar salir la presión que tiene dentro. Lo que sea que le guste hacer escuchar música a todo lo que da, correr en la pista de atletismo, hacer una fiesta- cada tanto escoja algún tipo de actividad donde pueda aflojarse de una manera sana. Recargue sus baterías. La mayoría de los adultos con TDAH necesitan, diariamente,
poder perder algún tiempo sin sentirse culpables. Una manera de hacerlo sin culpa es tomar consciencia de que es tiempo para recargar las baterías. Duerma una siesta, vea televisión, medite. Algo que sea calmo, tranquilo, cómodo. Elija “buenas” adicciones que lo ayuden, como el ejercicio. Muchos adultos con
TDAH tienen una personalidad tan adictiva o compulsiva, que siempre están enganchados con algo. Trate de que ese algo sea positivo. Comprenda sus cambios de humor
y las maneras de regularlos. Sepa que sus
estados de ánimo van a cambiar de un momento a otro, independientemente de lo que esté pasando en el mundo exterior. No pierda su tiempo tratando de descubrir la razón o buscando a quién culpar. Concéntrese más bien en aprender a tolerar su mal humor, sabiendo que se le pasará, y en aprender estrategias que harán que se le pase más pronto. Cambie de escenario, por ejemplo: póngase a hacer otra cosa (preferiblemente interactiva), como conversar con un amigo, o jugar un partido de tenis, o leer un libro, cosas que a menudo ayudan. Reconozca en usted el siguiente ciclo, tan común entre los adultos con TDAH: Algo
sobresalta su sistema psicológico, un cambio, una transición, una desilusión o hasta un éxito. El precipitante puede ser trivial. Esta sorpresa es seguida por un minipánico, con una repentina pérdida de la perspectiva, y el mundo le da vueltas. Usted trata de manejar este pánico obsesionándose o dándole vueltas a éste o a éste otro aspecto de la situación. Esto puede durar horas, días y hasta meses.
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Planee el escenario que lo rodea con lo necesario para enfrentar los inevitables
desánimos. Tenga una lista de amigos a quienes pueda llamar. Tenga algunos videos que le hagan bien y le ayuden a distraer su mente. Tenga a mano algo para hacer ejercicio. Tenga una bolsa de boxeador para darle puñetazos, o una almohada, por si hay un exceso de energía furiosa. Ensáyese algunas palabras claves para decirse a sí mismo, como “Tú has pasado por esto antes, ésta es una de esas melancolías del TDAH. Pronto pasará. Todo está bien”. Espere tener depresión después del éxito. Es muy común que la gente con TDAH se
queje paradójicamente de estar deprimida después de un gran éxito. Esto es porque el gran estímulo de la conquista, o el desafío, o la preparación, han terminado. La acción ya se hizo. Gane o pierda, el adulto con TDAH extraña el conflicto, el fuerte estímulo, y se siente deprimido. Apréndase símbolos, solanas, dichos o signos para etiquetar y rápidamente poner en
perspectiva tropiezos, errores o cambios de humor. Cuando hace un giro a la izquierda en lugar de hacer un giro a la derecha y somete a su familia a dar vueltas por 20 minutos, es mejor poder decir “Otra vez mi TDAH”, antes que tener una pelea de 6 horas sobre sus deseos inconscientes de sabotearle el paseo a toda la familia. Estas no son excusas. No lo eximen de tomar responsabilidad por sus actos. Es sólo que se siente bien de saber de dónde vienen sus acciones y de dónde no vienen. Use recreos, como cuando era niño. Cuando está molesto o sobreexcitado, tómese
un descanso. Salga, cálmese. Hágase a sí mismo de abogado. Los adultos con TDAH están tan acostumbrados a
ser criticados, que a veces están demasiado a la defensiva. Aprenda a salirse de la defensiva. Evite clausurar los proyectos prematuramente, o los conflictos, o los negocios, o las
conversaciones. No ceda en la cacería demasiado pronto, aunque tenga unas ganas locas de hacerlo. Manual para cuando el padre o madre también tiene TDAH 30
Trate de que el momento de éxito dure y sea recordado y pueda aferrarse a él por
mucho tiempo. Usted tendrá que deliberada y conscientemente entrenarse para esto, de lo contrario se olvidará enseguida. Recuerde que el TDAH generalmente incluye una tendencia a híper enfocar en
determinados momentos. Esto puede ser usado constructiva o destructivamente. Esté alerta a la forma destructiva: tendencia a obsesionarse o darle vueltas al mismo asunto que usted se imagina, sin poder quitárselo de arriba. Haga ejercicio vigorosa y regularmente. Usted debe programar esto en su vida y
mantenerse firme. El ejercicio es positivamente uno de los mejores tratamientos para el TDAH. Ayuda a quitarse el exceso de energía y agresión en forma positiva, permite que se reduzca el ruido de su mente, estimula el sistema hormonal y neuroquímico de la manera más terapéutica y tranquiliza y calma el cuerpo. Cuando le sume todo esto a todos los beneficios ya conocidos, verá qué importante es el ejercicio. Elija bien a su pareja. Obviamente, este es un buen consejo para cualquiera. Pero es
impresionante cómo un adulto con TDAH puede prosperar o luchar inútilmente, dependiendo de la pareja que haya elegido. Aprenda a hacer bromas consigo mismo o con otros, sobre sus síntomas: los
olvidos, perderse todo el tiempo, la falta de tacto, los impulsos, lo que sea. Si usted puede estar tranquilo y hacer bromas, le será más fácil a los demás perdonarle. Programe actividades con amigos. Mantenga estos programas rigurosamente. Es
crucial que se mantenga conectado con otra gente. Encuentre y únase a grupos donde usted sea bienvenido, apreciado, apoyado y
disfrutado. A la inversa no se quede mucho tiempo donde no es comprendido o apreciado. Haga ponderaciones. Ponga atención en otra gente. En términos generales,
entrénese para socializar, como lo entrenaría un coach. Manual para cuando el padre o madre también tiene TDAH 31
Póngase fechas tope en su vida social.
X ESTRATEGIAS DE APOYO EN CASA Compra una agenda o usa una aplicación en tu teléfono
inteligente para organizar tu día y anotar los eventos que tienes o las cosas que debes que hacer. Lo que sea que elijas, no importa. Lo importante es que lo revises al menos tres veces durante el día. Haz una lista de lo que tienes que hacer cada día, al
despertar. Encabeza la lista con lo más importante y a medida que vas logrando tus metas, ve tachándolos de la lista. Haz tiempo para organizar tu casa. Si tomas algo de un lugar, vuelve a dejarlo
donde estaba. Desecha lo que no uses. Agrupa elementos importantes que no quieres olvidar antes de salir de casa como
las llaves, la billetera, tus gafas. Puedes usar una caja o una mesa ubicada cerca de la puerta para que los veas siempre antes de salir y evites olvidos que pueden ocasionarte contratiempos. Manejar dinero puede ser difícil para las personas con TDAH. Por eso, anota
siempre lo que gastas. Destina un cuaderno o una aplicación de tu teléfono para anotar tus gastos diarios. Así, al final del mes sabrás cuánto gastas y podrás manejar mejor el dinero. Elimina las distracciones en el trabajo. Si tienes que completar una tarea, redirige
tus llamadas a tu contestador; usa audífonos con música relajante para bloquear el sonido que hay a tu alrededor, pide un espacio de la oficina que sea más privado para evitar que te distraiga la gente que pasa a tu alrededor, apaga el email y otras redes sociales. Concéntrate en una tarea a la vez. Si tienes problemas para concentrarte o iniciar una tarea, intenta hacerlo por
períodos de 15 minutos. A los 15 minutos analiza si puedes seguir trabajando en ese Manual para cuando el padre o madre también tiene TDAH 32
mismo proyecto. Si no puedes hacerlo, camina un poco, toma aire o déjalo para el día siguiente. Simplifica tu vida: tener menos cosas y menos actividades que hacer diariamente te
harán la vida mucho más fácil, y será menos probable que pierdas objetos o que no llegues a cumplir con eventos u horarios. Organizarte en general, es importante para facilitarte la vida si tienes TDAH. Usa
colores para marcar eventos, cuentas, puede ser divertido. Por ejemplo, una carpeta roja para guardar los gastos del automóvil, una verde para guardar los recibos de los gastos relacionados con la casa, etc. Hacer ejercicio también es excelente para canalizar tu energía.
XI TIPS DE MANEJO DE CRISIS A continuación se presentan consejos para los padres que tienen hijos con TDAH, en estos indica una manera adecuada de ayudar a nuestros hijos a tener un mejor desenvolvimiento en todas sus áreas de desempeño, indicando una forma de afrontarlo socialmente y no tomarlo con una visión negativa de limitaciones sino con una actitud positiva, reconociendo sus capacidades y virtudes. Evitar la culpa: Los padres no pueden sentirse culpable de aquello que no se ha
producido por su propia voluntad. Y ningún padre quiere que su hijo sea difícil de educar, o que no se relacione bien con otras personas. Ningún padre ha querido transmitirle a su hijo sus genes menos eficientes ni ha querido que su hijo se comporte a veces de forma poco adaptativa. Ningún padre quiere dedicar tiempo a llevar a su hijo a una terapia (de cualquier tipo) ni quiere que su hijo tome medicación, como ningún padre quiere que su hijo enferme. Por lo tanto, si esto es así ¿Por qué sentirse culpable y anclarse en ese sentimiento negativo? ¿Por qué no sustituirlo por una conciencia de responsabilidad, por un "mirar hacia delante", con el objetivo de ser mejor cada día: mejor persona, mejor padre, mejor compañero de trabajo.
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Entender lo que les pasa: Estamos hablando de una condición con un componente
biológico, que hace que se herede cierta susceptibilidad a padecerlo. Entender esto con claridad puede facilitar que los padres se liberen de una culpa que desgraciadamente aparece en ellos con excesiva frecuencia. Y del mismo modo puede servir para entender que el niño, niña, adolescente o adulto con TDAH no se comporta voluntariamente de forma inadaptada, sino que por culpa de esa condición (TDAH), sus habilidades de atención están más limitadas que en la mayoría de las personas, que le cuesta más esperar su turno y no precipitarse, que le cueste razonar, que le es muy difícil no estar en continuo movimiento. Sin embargo, a pesar de este componente biológico, nuestro cuerpo y en concreto nuestro sistema nervioso, son tremendamente plásticos, mucho más de lo que nos imaginamos, y si a esa plasticidad le sumamos personalidades flexibles e integradoras, hay mucho que se puede hacer para favorecer a las personas con TDAH. Realizando ese ejercicio de responsabilidad sobre el bienestar de nuestro hijo, si alguien nos sugiere que nuestro hijo pueda estar padeciendo un TDAH, en especial si esos comentarios vienen del colegio, de nuestra familia más cercana o de nuestra propia intuición, debemos pedir ayuda. Buscar ayuda: En primer lugar, para tener claro por qué puede estar funcionando
este niño a mayor intensidad que la mayoría de los de su entorno, parece recomendable: 1. Comentarlo entre los padres, e incluso con hermanos mayores, pareja o cuidadores
que pasen mucho tiempo con el niño/chico/adulto.
2.
Hablar con el profesor o tutor del colegio (si es un chico mayor o un
adulto, con alguien de su entorno laboral). Es posible que, si está disponible en el colegio o lugar de trabajo, se nos remita al psicólogo o psicopedagogo del centro para una posible pre-evaluación. Según la recomendación de éstos, convendrá comentarlo o pedir otra evaluación médica al pediatra. Manual para cuando el padre o madre también tiene TDAH 34
3.
Visitar al pediatra para conocer su opinión y su evaluación del caso. En
los casos oportunos, el pediatra derivará el caso a un especialista en psiquiatría infantil y adolescente que realice una evaluación exhaustiva. 4.
Acceder por propia iniciativa a recursos específicos a niveles social,
educativo, familiar e incluso sanitario a través de asociaciones reguladas de ayuda. Cada vez hay más recursos de ayuda para las familias con algún miembro afectado, algunos de ellos son todavía desconocidos para la mayoría.
5.
Seguir las indicaciones del especialista en cuanto a tratamientos y
recursos. Si no nos hemos sentido bien tratados o pensamos que, lo que el especialista nos ofrece, no se adapta a las características de nuestro hijo o nuestra familia, no dudes en pedir una segunda opinión. Queremos obtener un diagnóstico lo más correcto posible pero también buscamos un trato personalizado que nos facilite el afrontamiento y la comprensión del trastorno. Y estamos hablando de seres que nos importan y que, en el caso de los niños, tienen toda la vida por delante, aunque no nos guste aceptar que tiene un problema, la mejor forma de ayudarle será asumirlo y seguir las indicaciones de los especialistas. Aunque los padres son los fundamentales responsables del cuidado de sus hijos, cuanto más difícil es la situación y más desestructurada sea la familia, más ayuda necesitarán y conviene estar informado de los recursos disponibles. Porque, por mucha voluntad que pongan los padres, muchas veces todo el esfuerzo de éstos puede resultar insuficiente para proporcionar el mejor cuidado a la persona afectada. Seguidamente se indica a los padres que presentan TDAH tips de manejo de sus actividades diarias, incluyendo su interacción social y su adaptación al entorno de acuerdo a los síntomas nucleares, potenciando sus habilidades laborales, sociales y familiares. Por tal motivo se entiende que el TDAH puede convertir los encuentros sociales en un reto para Manual para cuando el padre o madre también tiene TDAH 35
las personas que padecen este trastorno. El simple hecho de hablar con otras personas o mantener una conversación puede ser un problema. Los consejos que presentamos a continuación pretenden ayudar a los adultos que padecen este trastorno: Antes de hablar o actuar, recapacita durante 10 segundos para cerciorarte de si es o
no una buena idea. Practica la “escucha activa”, prestando mucha atención a lo que los demás están
comentando antes de unirte a la conversación.
Pídele a tus amigos, familiares, profesores o terapeuta, que te ayuden
a practicar tus habilidades de comunicación, incluyendo la práctica de cómo realizar preguntas correctamente. La organización: Es una herramienta muy útil para no olvidarse de las cosas, ahorrar tiempo y llevar
una vida lo más ordenada posible. Colocar en el pasillo unos colgadores etiquetados para colocar en cada uno de ellos
las llaves evitará perder tiempo pensando dónde se dejaron las llaves. Crear listados de las tareas o actividades pendientes siempre resultará de gran ayuda
para realizar un seguimiento de cosas pendientes. Un calendario donde poder anotar las citas, actividades sociales, entre otras. Puede
ser muy útil si se recuerda rellenarlo. Utilizar las notas adhesivas codificadas por colores, otorgando una categoría a cada
color, como llamadas telefónicas, pagos pendientes.
Hablar sobre TDAH Contar o no contar que padeces TDAH es una decisión totalmente personal. Los consejos que ofrecemos a continuación simplemente pretenden orientar en lo referente a esta decisión, por lo tanto antes de hablar sobre el trastorno, evalúa estos puntos: Manual para cuando el padre o madre también tiene TDAH 36
Para crear relaciones estrechas, necesitas compartir; sin embargo también tienes que
poder confiar. Aunque sientas ganas de compartir tu historia personal con alguien, cerciórate de que puedes confiar en que esa persona te respete a ti y a la información que compartas con él. Cuando le cuentes a los demás que padeces TDAH, cuenta con que tienes que
educarlos respecto a este trastorno, responder a sus preguntas y desmentir algunos prejuicios. Habla acerca de tu experiencia, sugiere fuentes de información como webs, libros o artículos, para que puedan recabar la información necesaria. Si estás trabajando y decides comentarle a tu compañía o compañeros que padeces
TDAH, infórmales de cómo pueden ayudarte a manejar los síntomas. Por ejemplo, enviar un e-mail con un listado de tareas a realizar, evitar distracciones innecesarias, entre otras formas de recordar todas laborales. En el caso de que necesites más ayuda, hablar con el departamento de recursos humanos de la compañía. Consejos para el entorno laboral Los siguientes consejos pueden servirle de ayuda para organizar el trabajo, pero muchos son igualmente aplicables para tareas en casa o para planes en un entorno social. Utilizar auriculares y música relajante para omitir los sonidos de la oficina. Trabajar en un espacio ordenado donde las distracciones sean pocas. Tener a mano todo lo necesario, para no distraerse al tener que encontrarlo. Anotar las ideas en un cuaderno para no interrumpir la tarea que se esté realizando. Realizar una sola actividad/tarea al tiempo. No empezar una nueva actividad/tarea hasta que no se haya acabado la que se esté
llevando a cabo. Establecer rutinas de trabajo. Anotar la tarea que se está realizando en un papel autoadhesivo cuando se
interrumpa la tarea. Dividir los proyectos grandes en pequeñas tareas y fijar el tiempo disponible para
realizar cada una de ellas. Manual para cuando el padre o madre también tiene TDAH 37
Auto-premiarse por conseguir alcanzar los objetivos de tiempo marcados. Programar alarmas para avisarle del tiempo de finalización de cada tarea. Programar avisos para recordar las reuniones a las que debe acudir. Evitar establecer horarios sobrecargados al subestimar la duración de cada una de
las tareas. En los gestores de correo es muy útil organizar las bandejas de entrada de la forma siguiente para fijar prioridades en las tareas: importante/ahora importante/pronto – puede ser importante ya realizado. Recomendaciones generales para padres e hijos con TDAH
Proporcionémosle un modo de vida ordenado, organizando sus horarios y
estableciendo períodos para el esparcimiento y el ejercicio físico.
Establezcamos rutinas en aquello que menos les gusta.
Sus tareas deben dividirse en periodos cortos de tiempo, con descansos y
refuerzos constantes de lo conseguido.
Pongamos un tiempo límite a partir del cual todos quedaremos liberados
de su tarea.
Démosle guías para que preste atención a los aspectos fundamentales de
lo que esté haciendo.
En momentos de crisis, no dejar llevar una situación de enfado a su
extremo. Calmar la situación y más tarde, cuando haya pasado, reflexionar.
Adaptemos su aprendizaje a sus capacidades: estructurar deberes,
fomentar actividades en las que destaque.
Esforcémonos en encontrar continuamente sus virtudes y evitemos juzgar
continuamente lo que hace.
Halaguemos continuamente lo que hace bien, aunque sea algo que nos
parezca nimio o esperable.
Evitemos la continua crítica en el ambiente familiar.
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Dediquemos un tiempo (aunque sean unos pocos minutos cada día) a
compartir con el chico alguna actividad que le guste. Si son mayores, a hablemos de cómo se siente, qué piensa, qué le preocupa. Es su tiempo, exclusivo para él o ella.
Dejémosle muy claro que nos preocupamos por él, que le queremos, que
creemos en él o ella.
Reforcemos el contacto ocular durante la comunicación con el chico/a,
estrecha el vínculo y mejora la calidad de la comunicación.
Establecer normas claras. A veces no las cumplen porque no las
comprenden o sencillamente porque las desconocen.
Nuestras instrucciones mejor si son directas, concisas y claras. Evitemos
que vayan cargadas de emoción (estos chicos suelen ser muy sensibles y se pierden en la emoción implícita del mensaje). Mejor con tono de voz neutro.
No le prestemos atención cuando interrumpa y hagamos evidente el
momento en el que se le permite intervenir y felicitémosle cuando lo haga en el momento adecuado.
Tratemos de ignorar sus comportamientos negativos, siempre que sea
posible.
Utilicemos una frase rutinariamente para recordarle que lo que está
realizando en ese momento no nos gusta y no queremos llegar más lejos.
Reforcemos los comportamientos más positivos, incluso con sistemas de
puntos y premios. Premiemos los objetivos importantes cumplidos a medio plazo, siempre uno por uno.
Especifiquemos el comportamiento por el que le felicita: pongámosle la
etiqueta a la felicitación.
Evitemos el uso de la palabra NO al darle instrucciones, seamos creativos
para ofrecerle enunciados en positivo.
Evitemos los castigos salvo situaciones límite, en las que el
comportamiento sea intolerable, y en ese caso, no caer en la confrontación, Manual para cuando el padre o madre también tiene TDAH 39
evitando la implicación emocional en lo que se dice. En niños, utilicemos el "tiempo fuera", es decir, tiempo en el que permanecen quietos en una silla o un rincón de la casa.
Para comunicarle algo importante, elijamos momentos en que se
encuentre receptivo, y no cuando está enfadado y frustrado. En estas situaciones conviene esperar a otro momento mejor.
Vayamos transmitiéndole la importancia del comportamiento en sitios
públicos desde pequeño.
Dediquémosle todo el tiempo que podamos a nuestro hijo, siempre de
forma razonable. Ser padre es muy importante, invertirle tiempo suele tener consecuencias positivas que agradecen padres e hijos.
Pidamos ayuda a alguien cuando nos sintamos desbordados. Estos niños
llegan a agotar a los padres y una ayuda a tiempo de algún familiar, amigo o profesional, permite tranquilizarse para seguir dando lo mejor de uno mismo. BIBLIOGRAFÍA 1.
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