NACIDO Y CRIADO
Tentativas para entrar al Barrio Cuba
Brigada de Dibujantes
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
AGRADECIMIENTOS
Esta publicación está especialmente dedicada a la memoria de:
6
La “abogada” Laura Moreno, el “jefe” Manuel Tenorio, el “Chiwito” Gorotiza, insignes integrantes del hoy extinto comité “Rey del Congo”, donde todo se daba “a lo negro”. A nuestrxs compañerxs de viaje durante este trayecto: Segundo “Cigarro” Tábara y “Guillo” Morán del Club C.S.D. King, a José “Karate” Loor, Miguel “Cabeza de piña” Luna, Robin “Matatán” Montes y “la Gallera”, América “la Siervita” Castillo, piezas fundamentales del gran rompecabezas llamado barrio Cuba. A las personas que contribuyeron de alguna manera a esta publicación, entre otros a: Pan de Ambato, el Yale, Siriaco, Senén, el Niño Lobo, Chupita, Caza-Lagarto, Toneto, Cara de Muela, Chibolo, Chuchaqui, el Topo, el Loco Barcelona, Piporro, Chucula, Chicho, Rikishi, Maduro Loco, Papocho, las Mariachi, Viva el Huevo de la Gallina Negra, el Zuko, Caga Pepa, Culia Feo, Doctor House, Culia Ternera, Gatote, Los Malagueña, Ojo con Pus, el Colombiano, Piraña, los Pachucos, Guacamayo, los Lavaza, la Fanta, la Mole, Chayanne, Gallo Hervido, Lableblable, Cara de Perro, Guasón, Tiburón, el Violado, el Gordo Ale, el Torcido, el Jack, la Ñata, Chiquilín, la Pipa, Maná-Maná, Santiaguito, el Guiso, Come Loca, Come Mierda, el Gringo, Shakira, Maruja, Picha Muerta, el General, Violencia Rivas, Cara de Plato, Cara de Puñete, El Itae, Peluca, Cortijo, Cara de Vaca, los Guapitos, Tony Curtis, Julio Iglesias, Pancho Zorro, Cara de Zapato Izquierdo, Momposina, Mancoleta, Covacha, el Bolsa, el Diablo, Piña, Maduro Aguado, los Bomberos Locos, el Loco Guayaquil, Gasparín, Don Alfaro, El Chivo, el Dragón, Paysandú, el Pocho, la UA, Hachero, León Viejo, las Tres Culo, el Charro, Juana Gallo, el Tufo, Repuesto de Muerto, las Cañitas, Mano e´ Cacho, Cara de vaso de agua, Mirame y castígate, Magay, el Maní, Negro Bola, Sapo Triposo, la Samba Di, Caga Tumba, el Bacansísimo, Simondón, Machaca, Chole-María, el Duende, Culo Mamao, Caifa, Java, Ñoco, Chicharra, el Papi, Cabeza de Estropajo, Indio Turbay, Cabeza de Pulpo, Cascarín, el señor Castor, Mosquito Albino, la Tía Yoko, Bigote de Brocha, la Punkera, la Metatranca, Care-Crimen, el Calladito Luchete, Ayuya, Bombi, el Cuervo, el Brujo, el Tomatito, Gordo Bobo, Makanaki, Tobi, Nacho Lee, Pato, Chino, Sambiruca, Espantapájaros, Seco de Tierra, Pancho Chancho, Calvario, Rama, los Sopita, B-Bup, Gorro Descosido y el Grande. Faltan otros, de seguro. Por último a los que nos recordaron que en un barrio o en la infancia todos tuvimos un alias.
7
8
ANDAR, CONVERSAR, DIBUJAR LUPE ALVAREZ
9
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Andar, conversar, dibujar.
Brigada de dibujantes: la experiencia colectiva de dar imagen a un mundo Cambiar el círculo vicioso de nuestra experiencia es cambiar el mundo sensible Enfrentarse a un nuevo reto, encontrar ese camino en la propia relación con el andar y con el espacio; dar cuerpo y cauce a la experiencia de dibujar en un nuevo territorio…Estas han sido metas de esta segunda fase de la Brigada de Dibujantes.1 Consecuentes con las premisas animadoras del proyecto; su nomadismo y la condición inalienable de instituirse como laboratorio más allá de la retórica que muchas veces bloquea a estos tan recurridos apelativos, y con un objetivo: encontrar un sentido performativo al dibujo entendiendo el modo en el que este, se sitúa en las nuevas coordenadas. Con estas premisas, los brigadistas trasladaron su práctica al Barrio Cuba.
10
La experiencia tuvo siempre una instancia reflexiva, un enclave colectivo para intercambiar criterios aprovechando el fluir de las ideas y la potencia de la imaginación dialógica. Su estructura entonces, conservaba las características de la plantilla original: un grupo de estudiantes liderados por el artista-docente Ilich Castillo, unidos por la vocación de articularse desde lo inédito del contacto, el asombro y con la herramienta de la bitácora, dispositivo gráfico, cuerpo expresivo de la infranqueable incertidumbre. Gracias a esa instancia los presupuestos asumidos no se manipulaban con ingenuidad. Muchas de las discusiones emprendidas entonces - Ilich Castillo denomina a esa etapa Contacto Uno - versaron alrededor de los conceptos de “transurbancia”2, de las derivas situacionistas y sus significaciones políticas; de los espacios de sentido que estas metodologías instauran cuando representan fragmentos urbanos que proliferan como organismos singulares relativamente al
1 La Brigada surgió en el 2014 a partir de la conjunción entre la Cátedra de Dibujo Ampliado del ITAE, el Departamento de Vínculo con la Comunidad de la institución y un proyecto en ciernes del estudiante Elías Aguirre Balandra. El profesor y artista visual Ilich Castillo fue el coordinador. Un grupo de estudiantes y profesores entre los que me encontraba, secundaron el proyecto que arrancó entonces manteniéndose con un trabajo permanente, algo casi insólito en este tipo de acciones grupales muy expuestas a los vaivenes de las subjetividades y a contingencias. En el libro “Repensar el arte “ 2 Transurbancia es un concepto que aparece en el libro Walkscape. El andar como práctica estética (2003- 2005). Esta noción nos remite a una ciudad difusa cuyo tejido indeterminado, impenetrable con las antiguas coordenadas de representación, requiere nuevas categorías. Transurbancia y Zonzo se plantean aquí como nociones complementarias que nos revelan los vacíos urbanos y sus nuevos usos al margen de aquellos establecidos. Ambas decubren sectores donde proliferan nuevos usos y modos de vivir. La Transurbancia nos habla de una ciudad nómada y fragmentada. (176-178)
margen de la estricta vigilancia de las administraciones centrales.3 y de los centros urbanos. La particular entropía de esos territorios que aun en medio de crecimientos arbitrarios y economías informales, preservan modos genuinos de vínculo social, imaginarios y representaciones particularmente sugestivas, halló en el dibujo un soporte encomiable potenciándose, este ultimo, en conexión con otros medios como la fotografía, el testimonio, la crónica, el relato experiencial, todo esto articulado de forma coloquial y fresca en la bitácora. Se abrían aquí otros caminos para descubrir los complejos lazos que atan a un territorio y el modo en que se habita, sus tradiciones e historias, así como el impacto en él, de sucesivas administraciones y de políticas públicas. A la larga la experiencia del andar descubría la impronta societal en el tejido visual del barrio. No es casual que las primeras impresiones de esas derivas barriales cuando aun la brigada era un grupo de estudiantes y profesores, fijaron en el espacio arquitectónico sus intereses. Los usos particulares del espacio, las maneras en las que se adapta a las necesidades de la vida, los códigos arquitectónicos arbitrarios con formas antojadizas y mutantes produjeron todo un repertorio de imágenes con perfil propio, ajenas al dejo costumbrista y edulcorado. Deambular implica escapar a las condiciones normales de la experiencia sensorial. Vagar, mirar sin objetivo, asumir el barrio sin premisas, se convirtió en un horizonte multiplicador de repertorios para la mirada. No es casual que esta inflexión conceptual tenga un pedigrí en tradiciones de resistencia. Vinculada al florecimiento de las ciudades, la tradición del flaneur en las condiciones del proyecto, representa un quiebre respecto a la lectura higienista y excesivamente administrada de la urbe guayaquileña promovida por las regencias municipales. Se empalma con un nuevo paradigma narrativo donde andar la ciudad no está mediado por las políticas de regeneración. El barrio Cuba y Cuba- Camal4 en su condición popular y de lugar “donde todos 3 Para poder reconocer una geografía en el interior del presunto caos de las periferias, se puede intentar entrar en relación con el caos utilizando la forma estética del recorrido errático. De ese modo podremos descubrir un complejo sistema de espacios públicos que pueden atravesarse sin solución de continuidad. Los vacíos del archipiélago constituyen los últimos lugares donde es posible perderse por el interior de la ciudad, donde podemos sentirnos al margen de cualquier control, en unos espacios dilatados y extraños, una especie de parque espontáneo que no constituye ni una nueva propuesta ambientalista de una falsa naturaleza rústica ni un goce consumista del tiempo libre. 4 La ubicación geográfica y los significados que esta zona tiene para el devenir histórico de la ciudad de Guayaquil, su historia social y todo lo que ha dado presencia y representatividad a este barrio desde el punto de vista económico y cultural pueden consultarse en: http://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/guayaquil/10/el-barrio-cuba-una-tradicion-del-sur
11
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
saben tu nombre” aun le permite al paseante un contacto mediado por el propio cuerpo ofreciéndose a este, pletórico de contenidos vinculados a una singular cotidianidad donde se advierten la efervescencia de la autogestión y zonas de sentidos arbitrados por la propia comunidad. Territorio allí es sinónimo de vínculo y memoria, formas de vida que guardan distancia con los procesos de homogeneización de comportamientos y hábitos propios de nuestras sociedades globales e hiperconsumistas. Son modos de configuración de las relaciones humanas en las que el cuerpo tiene presencia y unas formas de vinculo social en las que el territorio y las relaciones sociales que lo condicionan, juegan un papel crucial. Tal y como funcionó en el Domingo Savio5, en el “Contacto Uno” los estudiantes tuvieron un protagonismo. Su rol como mediadores de la experiencia del barrio estaba muy claro.
12
El dibujo fungía como medio para activar las vivencias propias del barrio y para hilvanar sus historias. Una inspección atenta saca a relucir la mirada que se fija en las dimensiones expresivas del espacio. Podemos apreciar cómo está surgiendo constantemente la pregunta acerca de “dónde está el dibujo en el barrio “ seguida de una serie de observaciones sobre la mirada que dota de sentido estético a motivos insólitos como la sangre que en las cercanías del camal, corre por las veredas, los signos del marcador que ponen a las pilas de carne, las sogas de los astilleros o a las caprichosas formas de las ruinas y los espacios deteriorados. Incluso, algunas de las actividades que aprehenden el vínculo con el barrio, al mismo tiempo que activan memorias rebosan de ese poder multiplicador de la imaginación. Un ejemplo de esto es el proyecto de los escudos familiares. La bitácora fue el soporte y el medio para socializar las aristas variopintas de aquella experiencia. Es muy difícil emular con ella, pues tiene el tono de la duración y el sesgo mixto y siempre emergente de la proximidad que se entabla en un estado de grupo no predeterminado. Ese, donde mirar, escuchar, proponer, participar, imaginar, devienen máquinas multiplicadoras de ideas, conocimientos y representaciones. Las imágenes en la bitácora brotan del tejido sinuoso que sale de voces mezcladas, formas heterogéneas de articular y documentar, desde las inclinaciones de los sujetos participantes. Ella constituye un acervo de memoria afectiva, experiencial que deja huellas y puede ser compartida. Al final, encarna modos híbridos de levantar memoria.6 Hurgando en esta herramienta, podemos captar la veta antropológica que bordea al proyecto y el giro asistencialista que por momentos asume. Esta particularidad da cuenta de los modos en los que se cruzan el empeño 5 Se refiere a la primera etapa de la Brigada de Dibujantes que yo he llamado en este ensayo “contacto uno”. En esta fase los brigadistas eran fundamentalmente estudiantes del ITAE. 6 Las memorias, textos e imágenes “representable-escribible” registros elocuentes del tenor afectivo de la experiencia y del compromiso personal con su propuesta. Aquí adjunto algunos links donde se puede apreciar la densidad del proyecto. http://brigadadedibujantes.tumblr.com/post/92056721859/apreciaciones-de-lupe-sobre-las-sesiones-2014 http://brigadadedibujantes.tumblr.com/post/92835547864/salida-dos-galpon-barrio-cuba http://brigadadedibujantes.tumblr.com/post/94731847869/dibujos-diana-g-haciendo-pruebas-con-la-l%C3%ADnea-y http://brigadadedibujantes.tumblr.com/post/99690550204/fantasmaanimal http://brigadadedibujantes.tumblr.com/post/105548060819/reconstrucci%C3%B3n-del-paisaje-y-del-recorrido
creativo y las presuposiciones de lo que debe ser un trabajo en una comunidad o territorio. De hecho, en la etapa en la que interviene la sicóloga comunitaria argentina Mariana Tognoli, su estancia encaminó una reflexión más ordenada sobre ese tipo de práctica y potenció un entendimiento más formal de las relaciones sociales que se producen en ese entorno. La interlocución de Tognoli generó conocimientos y propició el acopio de enfoques y herramientas más orientadas a objetivos específicos sin desviar el fuerte expresivo de la propuesta y sin restringir eso que de todos modos sucede cuando se ha producido la necesaria interface que respalda la creación de un “nosotros” entre el barrio y los brigadistas. Hay cuestiones que me gustaría apuntar, sobre todo porque la Brigada de Dibujantes – y creo que su nombre recoge este supuesto - se desmarca de proyectos comunitarios y relacionales que parten de expectativas concretas para la restauración de ciertas zonas dañadas del tejido social o de aquellos que marchan parejo con tareas emancipatorias, de visibilidad y representación de grupos en cierta medida rebajados o subalternizados por matrices jerárquicas. Las disquisiciones subjetivas que atraviesan el proyecto en forma de comentarios y testimonios- la mayoría presentes en la bitácora- pueden arrojar luz acerca de este ”indecidible” (lo que no está en un lugar epistemológico fijo) que enarbolamos para penetrar en este proyecto. La afluencia constante de preguntas da cuenta de este limbo que bosqueja ese no lugar que el proyecto expresa. Miguel Medina, uno de los estudiantes de las primeras etapas señala la presencia insistente de la pregunta acerca de cómo conocer a un barrio o insiste en interrogar el modo en que el dibujo puede relacionarse con la vida cotidiana de los habitante. También Ilich Castillo pone de relieve el rol de la bitácora como soporte del proceso en tanto que la lógica de lo que allí aparecía, el curso y la cualidad de las reflexiones allí presentes; así como andamiaje visual que se levantaba, iban dando cuerpo al trabajo. La bitácora era el indicador supremo de que ellos eran parte de algo cuya documentación, surgida al calor de la experiencia y de forma ajena a todo protocolo, se mostraba sensiblemente integrada. (bitácora, pertrecho) En tiempos donde el proyecto carecía de un destino cierto, la bitácora fue un elemento heurístico fundamental. Fungió como espacio en el que de manera natural, sin protocolo, se vinculan todos los lenguajes. Ese lugar al que acuden los medios imbricándose en la
13
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
imagen. Este acervo constituye un intermediario valioso no sólo para presentar la amplia tesitura expresiva del proyecto, sino para apreciar la resonancia de un involucramiento singular en cada uno de los sujetos que en ella participaban. La bitácora constituye el mapa más amplio de modos de entender y dar cuerpo a la complejidad de imaginarios y relaciones sociales que caracterizan al barrio. Es, como dice Ilich Castillo, un abanico de impresiones. Cuando el dibujo se convierte en el relato En la primera fase del trabajo de la Brigada la voz del barrio tiene otra presencia. El dibujo no tenia autonomía, era sólo el soporte sensible del fluir del barrio, su expresión en la mano de un ninguno: estudiantes y voluntarios de todas las edades y perfiles que se sumaban a la experiencia y se dejaban llevar por lo que proponían, el lugar y la relación con los brigadistas. La personalidad detrás del dibujo era difusa e irrelevante.
14
En la etapa que nombramos Contacto Uno, esa del andar sin premisa fija, hay un momento de inflexión que tiene dos ingredientes: la salida de la mayoría de los estudiantes copados por otras obligaciones y la entrada al proyecto de dos artistas de gruesa trayectoria dentro del arte contemporáneo local: Jorge Velarde y Marcos Restrepo. Ilich Castillo sigue liderando de algún modo el grupo, pero la relación estudiante profesor sale del plató. Sólo queda Diana García que, enganchada totalmente a la experiencia, forma equipo con sus maestros. La historia del barrio sus imaginarios y las maneras en los que estos asumían una identidad gráfica, nutrían el dibujo proveyéndole de un especial rol representacional al que las subjetividades de cada artista podían aportarle su singular mirada. Una poética de los “hallazgos” Una serie de hallazgos catalizan trayectorias y arbitran el diálogo. El encuentro con los apodos cobró importancia. El poder gráfico del apodo y su capacidad de representar era un terreno fértil para que sus sentidos se tradujeran al dibujo. La apertura a esos encuentros y la búsqueda de personas claves trenzó la red de relaciones que llevarían a los Brigadistas a esas zonas de sentido arraigadas en el barrio como el Club King. Segundo Tàbara dibuja su mapa y los conceptos viajan. Lo que no tiene nombre puede ser insoportable y aquí los nombres, importan. Los que está detrás de nombres y apodos7 son aquellos que llevan la historia del barrio en sus espaldas, pero una historia emplazada entre la biografía y el enclave geográfico que se resiste a abandonar las disputas. Cuba, Cuba Camal; varias “Cubas” que batallan sus identidades fugaces ( la identidad puede ser también 7 El contacto cotidiano con el barrio y la familiaridad con los habitantes del sector, lanzaron la advertencia hacia el uso habitual del apodo como forma de identificar a personajes cuya personalidad le da un colorido especial a la vida del barrio. En el cuerpo del libro se hace evidente el poder visual que adquirió esta cualidad particular del sector.
una estrategia de sobrevivencia y un terreno de fraternidades que lidian con la intemperie). El barrio es representable en la lectura de Segundo Tábara. Sus contornos no son la letra muerta del googleearth . Ilich Castillo llama a ese mapa Biogeografìa, un concepto importado de las Ciencias Biológicas cuyo rango sitúa a los seres vivos en el ambiente que les pertenece. Curiosamente, el territorio rústicamente diseñado por Tábara se apropia subjetivamente de los lugares donde habitan esos sujetos que han bosquejado la personalidad del barrio. La historia que hilvana no está escrita, no está obturada por los límites del discurso. Pero ese dibujo tiene un plus. Ser pariente de uno de los más insignes artistas modernos del Ecuador enciende la fábula sobre el documento apócrifo. Este mapa “marca” el recorrido. A partir de ese momento, el apunte deviene señuelo y también arma “máquina”8. Es un dispositivo que orienta el sentido sin clausurarlo; permite una activación en cada una de las diferentes estancias señaladas en su perímetro. Esos “lugares” tienen sus protagonistas y, cada uno de ellos, su propios relatos que a la vez conectan con otros y otros recorridos. El espacio en el mapa se torna cuerpo vivo, organismo, destapando otra calidad para lo imprevisible allí donde el nudo del colectivo se consolida. “Cumplimos con las instrucciones que ese mapa da” dice Ilich. La representación de Segundo Tábara se convierte en un elemento medular: enlaza los recorridos, impulsa alusiones más certeras sobre la vida barrial. El tejido enmarañado que esos flujos suponen se vuelve paradójico pese a su voluntad representacional. Señala, pero a la vez, impulsa y alumbra zonas para otros devenires.
8 La noción de máquina está aquí asociada a los significados que le da Deleuze en tanto dispositivo generador e inventor de nuevos espacios-tiempos. El trabajo de la Brigada en tanto acontecimiento, escapa constantemente a los modelos que regulan a este tipo de proyecto participativo. De hecho, su errancia por propósitos diversos como método y el hálito del espacio y los encuentros, como impulso, dotan a este trabajo de un sentido especial y de una potencia inusitada.
15
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Codearse con lo indecidible
Despojarse de la Identidad es abrirse al mundo sensible
Pero ese mapa es un dibujo: un dibujo que se encuentra en esa zona silenciosa, ni siquiera artística. Una dimensión más allá de la memoria que puede convertirse en la clave por largo tiempo deseada. Son estas, disquisiciones que alimentan el elan vital de ese elemento gráfico que empieza a rodearse de un aura. “…el simple hecho de utilizarlo como eje de todo el proyecto lo convierte en arte” ratifica Ilich Castillo.
Una vez que Restrepo, Velarde y Carlos Terán10 se incorporan a la brigada, la estructura que asumió el proyecto , al mismo tiempo que le daba más autonomía al dibujo cargándolo de “aura”, se tornaba más interpelante en relación con los visos participativos de la experiencia. Los discursos instituidos acerca de la relación entre arte y espacio social nunca habían pesado tanto.
Resulta interesante cómo atraviesa la propuesta la reflexión sobre el estatuto artístico, que se pregunta por el lugar del arte en el mero proceso de la experiencia, que “auratiza” al mismo tiempo que inquiere, por dudosas, en las señales de una artisticidad ampliada. La ambigüedad, lo indecidible provee al proyecto de una alerta permanente. Los artistas que participan, la mayoría con una trayectoria consolidada, al mismo tiempo que acuden a la idea de arte para caracterizar una instancia material como el mapa, se interrogan acerca de ella. Pero yo me pregunto ¿qué aporta aquí la idea de arte y por qué se dirime en esta situación? ¿Acaso porque descansa en un elemento material? ¿Porque las nociones de dibujo ampliado podrían aplicarse al mapa ? ¿Es por el traslape entre la carga subjetiva que porta este diagrama y la expresión individual? ¿Es por la participación de artistas instituidos que pueden crear condiciones simbólicas para la atribución de artisticidad?
16
Una cuestión inquietante, pero a la vez sugestiva es el modo en que se acuartela en el proyecto el halo creativo, más allá de dinámicas participativas y de los significados de la información levantada, susceptibles a lecturas sociológicas y antropológicas. La Brigada de Dibujantes, probablemente por sortear las expectativas concretas en dichos campos, ilustra los cruces entre lo social, lo sicológico y lo artístico entendidos como aspectos que entran en juego en estas situaciones de intercambio cuyas lógicas no han sido pautadas por premisas fijas. Como cobija conceptual, podríamos pensar en la potencia inventiva de la imaginación propia de un colectivo en acción cuyas reglas van creándose en acto; cuando dichas reglas más que responder al conocimiento instituido pertenecen al orden del cuerpo y del acontecimiento. Toda la reflexividad alrededor de esta fase donde el dibujo toma el protagonismo es paradójicamente, la que repasa la experiencia de manera acuciosa en un campo de problemas, instaurando “la incomodidad de la no comprensión” como dispositivo heurístico que pone en entredicho las condiciones mismas de los procesos creativos. 9
9 En una entrevista realizada a los artistas miembros de la brigada Jorge Velarde alega en tono de chanza refiriéndose al mapa diseñado por Segundo Tabara que marca la pauta de los recorridos “Es lo que le decía yo a Ilich: Me parece hasta gracioso el hecho de que el sobrino anónimo de Enrique Tábara , el gran maestro de la modernidad ecuatoriana viviente, de repente aporte al proyecto una obra de una contemporaneidad que su tío celebre no es capaz de alcanzar”
Aun cuando el proyecto siempre mantuvo distancia con calificativos como los de arte comunitario o estética relacional, el excedente de “sujeto- individuo.-artista” agudizado con el aumento proporcional de artistas reconocidos, multiplicó el potencial reflexivo. No se eludía la conflictividad de estas fricciones donde la figura de la colectividad se ponía en entredicho. ¿El dibujo es autoral o la autoría debería preservar su condición colectiva? Cuatro dibujantes, cuatro creadores, cuatro tipos de dibujos. Los artistas dialogan, pasean, conversan en el barrio, andan con su cámara; son reconocidos pero dibujan solos instalados en sus respectivas poéticas. La instancia aglutinante es el barrio. Surge una operatoria fractal a partir de la aparición de personajes, sucesos; historias entreveradas en los recovecos del tejido barrial, religiosidades y mitologías urbanas, todo esto vinculado a imaginarios de representación y arraigo: mujer espiritual, capilla, el hermano Gregorio, pero la concreción sensible, el acontecimiento de producir la imagen visual se origina en soledad. Luego miran, discuten, repiensan los retos Esto no deja de plantear preguntas y vibraciones conflictivas. ¿De qué tipo de dibujo se trata? Es un dibujo de corte antropológico? ¿Es testimonial? ¿Es costumbrista? Y las preguntas siguen: ¿Podemos hablar de un saldo que trascienda a los mismos resultados que se proponen yendo más allá de esta publicación hermosa altamente identificada con los artistas que dibujan ? ¿Qué componentes relacionales complementan el valor de la experiencia más allá de la cuestión autoral o subjetiva? ¿ Se reconoce la comunidad en el resultado de marras? A la luz de las premisas más socorridas para el arte en comunidades concretas, se aposta la incertidumbre acerca de si esa mutación que va de la supremacía de objetos, a los sujetos, tan valorada en el arte contemporáneo, tiene lugar en la experiencia de la Brigada. Los presupuestos conceptuales de este tipo de práctica valorizan la acción del arte sobre sujetos que animan el diálogo y la construcción del sentido participando en condiciones de igualdad con los sujetos expertos. De aquí la pregunta ¿Quien es el propietario del sentido o cómo estos, son negociados en una propuesta donde de todos modos, la autoría se restaura? ¿Es problemática esta cualidad para un proyecto que maneja un importante componente antropológico y que, de cierta manera, podría leerse en el paisaje de representaciones de 10 Carlos Terán es el antropólogo que se incorpora a los recorridos de la brigada y sistematiza una serie de informaciones y testimonies del barrio.
17
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
una comunidad viva, relevante en términos de escritura social? ¿ Existe aquí una especie de “entre”11 sicológicamente hablando, donde la imaginación creadora aun preservando su identidad individual, tiene una actividad diferente? Yo diría que este sondeo cuajado de dilemas, constituye uno de los sesgos fundamentales de la experiencia. Quizás, es el atravesamiento constante de preguntas similares y las decisiones a las abocan, uno de los factores que confieren riqueza y de cierto modo, autenticidad, a esta segunda etapa donde destacan la aportación de los artistas Jorge Velarde y Marcos Restrepo ( nota al pie). Es en el espacio de difíciles enunciaciones donde se expresan los áridos conflictos de lo que se entiende como giro participativo.12
18
Se ha enfatizado en el hecho de que la Brigada trata de desmarcarse de los propósitos que, en general, animan a lo que se llama arte comunitario o de participación, orientados hacia propósitos emancipadores y de activismo. El objetivo pedagógico fundacional de este proceso: el laboratorio nómada de dibujo y el protagonismo de este tipo de expresión ha sido siempre enarbolado de manera consecuente. Sin embargo, al ser un proyecto que pivota alrededor de un colectivo, no se puede soslayar el contexto filosófico-político que anima a este tipo de prácticas y que las lleva a plantearse las preguntas condicionadas en esa palestra de pensamiento. Sobre todo aquellas con dimensiones éticas en las que se posicionan disputas acerca de la autoría. Esta, al ser un poderoso depositario del valor simbólico, instiga a su suspensión cuando la cancha está planteado en términos de un “nosotros” y cuando reconocimiento, representación y retribución a un grupo social, son funciones cardinales.
11 “entre” es un concepto sugerido en la sicología y aplicado a terapias de grupo. Me parece productivo en este caso por tener la capacidad de aludir a esa compulsión heurística que modifica una trama o resultado al interior de las dinámicas colectivas. Se trata de producir algo nuevo entre diferentes singularidades que, a su vez, interactúan desde referentes, propensiones estéticas, memorias personales diversas. 12 En el ensayo “El arte participativo: un cambio de paradigma de los objetos a los sujetos” Suzana Milevska hace un importante análisis de la compleja tipología de las prácticas artísticas que enfatizan la creación colectiva. Se enfrasca en sus preguntas, en los debates que se generan y sobre todo en el universo teórico filosófico en el cual todo su andamiaje encuentra apoyo. La traducción al español es de Desiderio Navarro y aparece en el espacio Denken Pensee de la Revista Criterios. También puede encontrarse en: https://es.scribd.com/document/337883261/36-Milevska-El-arte-participativo-pdf
Creo que estas preguntas que se cuecen al interior de la Brigada de Dibujantes iluminan aristas fundamentales. Y no porque ellas tengan un rol visible en cualquiera de sus resultados ( forzar este propósito sería taponar el cauce de rehacimiento que el proyecto ha tenido), sino porque tales resultados siempre se asumen como una instancia contingente y provisional. De hecho, el acervo acumulado en forma de documentación, escritura, fotografía, dibujo de carácter heterogéneo, pudiera tener salidas diversas y esa multiplicidad le permite “vivir” en unos u otros lugares y formatos.13 Algunas condiciones que lo acreditan son: No ha tenido un carácter eventual. La práctica en el barrio ha tenido un año de duración sin contar la larga y fructífera experiencia del primer proyecto en el Domingo Savio. Se ha creado un lazo afectivo entre el barrio y los artistas; un vínculo que les ha asegurado la confianza de los moradores y el acceso natural a los recovecos de esa colectividad. No ha sido alimentado de falsas promesas ni ha estado mediado por agendas ideológicas. Parte de los integrantes de la brigada y algunos colaboradores son cercanos al barrio y sus vivencias y las de sus familias están conectadas a la historia del sector. Existen lazos de primera mano con lugareños y una posibilidad de leer en sus signos y tradiciones.14 Estas condiciones han guarnecido esa empalme: “coexistencialidad”, ser “con otros” o interfase “bien preparadas de antemano y muy contextualizadas en cierto entorno social, cultural y político.”15. “De Las Peñas al Camal como cualquier animal” 16 Los artistas nombrados - es importante decir que sus roles no han sido escamoteados tal como muchas veces se pretende hacer en el arte que involucra colectividades - dan imagen al barrio desde sus propias propensiones y a partir de la resonancia que anécdotas, personajes claves y un sinnúmero de acontecimientos aportan. El dibujo emerge de lo que observan y de la historia oral que el barrio resguarda. Cada uno de esos sujetos se expresa desde sus propias poéticas, algo desdibujadas, pero reconocibles. Los resultados revelan procesos estéticos determinables. En una conversación de las muchas que se han entablado en los marcos de este trabajo Marcos Restrepo señala: 13 A los efectos de los dilemas teóricos y de carácter fundamentalmente axiológico de este tema podría consultarse el texto de Boris Groys: La topología del arte contemporáneo. https://esferapublica.org/nfblog/la-topologia-del-arte-contemporaneo/ 14 Jorge Velarde afirma. “soy del barrio. Me crie allí. Crecí ahí hasta que me casé y salí. Casi toda mi obra es autobiografía, como un gran autorretrato”.( apunte de las entrevistas sostenidas con los artistas) 15 Suzana Milevska, op cit 16 Refrán popular que alude a una tradición del barrio, ya que en el se encuentra el camal de la ciudad. Jorge Velarde lo escuchaba a su padre y es el motivo articulador de uno de los dibujos.
19
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
“- La brigada no tenía funciones específicas. El proyecto iba tomando forma según como avanzaba. En realidad se basaba en un trabajo en colectivo en el que las subjetividades de cada brigadista eran muy importantes- ”.Pero también agrega “- La herramienta de etnografía me ha abierto puertas que normalmente, no me habría percatado que tenía a la mano. Podía leer la ciudad como un texto, y crear una especie de catálogo de los microcosmos inmersos en el gran cosmos que es la ciudad.– En muchas declaraciones como esta y en el dibujo mismo, se advierte el reconocimiento de metodologías heterodoxas que permiten a los artistas salir de la pauta subjetiva para volcarse a una relación más abierta y fundamentada con la alteridad. En el caso de Restrepo, con la absorción de estas herramientas se advierte un desplazamiento del carácter del dibujo, que experimenta y recodifica sus propias formas de representar. Cuando Restrepo se integra a la brigada, genera una especie de apropiaciones en las que intencionalmente, representa el acercamiento forastero al entorno con su ajenidad total del contexto, articulando metafóricamente su propia desorientación. Esos dibujos iniciales ostentan sus propios rasgos iconográficos y estilísticos.
20
El tropo predominante es la alusión a artistas emblemáticos que visitan imaginariamente el barrio sin modificar su mirada extranjera, amoldando este, a su prisma. Pero el dibujo de Restrepo muta en la medida en la que se consolidan sus lazos con el paisaje cultural . Allí está su marca: afianzamiento en motivos simbólicos que acentúan una especie de estructuras orgánicas, proyectando relaciones contingentes. El fondo es el mapa del barrio. Hay personajes significativo, esquinas marcadas, siluetas. Diana García es la única estudiante. Casi una sobreviviente de los avatares de la brigada, Comenzó asumiendo una tarea estudiantil y se enamoró del proyecto elaborando su propia “singularidad con otros”. A mi me interesa la arquitectura -, afirma Diana, y esta filiación se aprecia en sus dibujos. Su mirada escudriña. Se regodea en los perfiles caprichosos que se obtienen al juntar los edificios y abstraer la mirada. “Que pasaría si yo junto esta perspectiva con esta otra”, dice Diana, pero la particularidad de su trazo da cuenta del movimiento del andariego. Ella aguzó esa mirada en el trajín de la deriva. Sus dibujos muestran el contorno barrial con calidades propias de los materiales empleados en el arte urbano. Los personajes que aparecen brotan de sus vagabundeos. Se presentan. Diana ha ido encontrando a la mujer en una comunidad en la que el hombre tiene el poder sobre el relato. Ha visto la importancia que la figura femenina ha tenido en la historia de ese territorio y en sus luchas ciudadanas, y ha convertido en tópico la reivindicación de esas mujeres de carne y hueso, con nombre propio, “- Decían que los hombres se iban a trabajar al Camal y que las mujeres se quedaban en casa. No era cierto. Las mujeres se organizaban en función de luchas del barrio: que les pongan agua, que el relleno, que la luz. Si el Municipio no lo hacia ellas se iban a pelear al canal 4 , al 3 , a Quito –”
En esta tarea, el dibujo destaca con su poder representacional y su dimensión sensible. El espacio de representación localiza al personaje femenino, le da visibilidad. Enlaza mujeres y territorio descubriendo a la par, el intenso vínculo social que allí se da. “-El 95 por ciento de la gente se conoce en el barrio –” comenta mientras urde en el dibujo, esa otra historia. Jorge Velarde ha sido como un vector de la memoria viviente del barrio. Sus dibujos exponen con claridad el lazo profundo que lo ata a ese pedazo de la ciudad. Velarde es nacido y criado allí, por lo que el conocimffiento de primera mano y el hecho de ser un portador de la tradición oral trasmitida desde el seno de su familia, aportan una riqueza especial a sus dibujos. Este artista tiene un ojo penetrante para fijar los usos lingüísticos, iconográficos y el amplísimo espectro de imágenes que puede procurar la viva y actuante tradición del lugar. Ese nivel de pertenencia le permite moverse en un territorio sumamente familiar. Velarde es un pintor que tiene el fuerte de expresar plásticamente y con destreza asombrosa, el flujo afectivo de sus entornos inmediatos. En su acción dentro de la brigada su dibujo repasa anécdotas, elementos de la gráfica popular, refranes, personajes, todo esto con acentos muy peculiares que dejan ver su avezada mano de artista con múltiples recursos para dar cuerpo a esas realidades, El dibujo que crea se percibe muy suelto y libre, arropándose en el collage unas veces, otras experimentando con la escala, un motivo, un ambiente o esmerado en el retrato donde se maneja como extraordinario cultivador. Ilich Castillo fue fundador de la Brigada y sigue siendo su mentor. Es cuestionador inveterado, amante del caminar como catalizador de sentidos de espacio y como forma de construir contextos. Castillo es versado en la tradición de la deriva, del andar errático como eje conceptual para penetrar en la profusa red de significaciones que son suprimidas o rebajadas por la administración excesiva del espacio y por la restricción paulatina de las capacidades de observar y detenerse en un mundo que ha instrumentalizado excesivamente las facultades sensitivas. Como artista educado en la tradición conceptual, tiene una afición particular por los nombres, los mapas y las cartografías. Esta filiación es la que halla curso en su producción dentro de la brigada Sus
21
dibujos se alejan de la representación y exploran matrices, hallan conexiones, intervienen textos escorándose a veces hacia el “objeto hallado” o encontrándole expresividad a ciertos protocolos. Así propone un espacio plástico donde conviven la escritura y la representación habilitando un vínculo expresivo inalienable entre estos dos lenguajes. Los artistas comentados en general, valoran las herramientas de la antropología por facilitar el acontecimiento en el que los imaginarios se cruzan: Con este acervo metodológico las historias, los recuerdos, las propensiones conceptuales de cada artista, las resonancias del barrio y los modos que en este se transponen el presente y el pasado, pasan por un filtro de reflexividad que ha enriquecido notablemente la experiencia estimulando la creatividad. El paisaje cultural se ha tornado visible en sus aristas más relevantes, algunas de ellas desapercibidas para la mirada ojo-céntrica. Esta metodología también ha incentivado el diálogo entre los propios creadores y posibilitado una construcción de la imagen distinta a aquella que parte de la relación unilateral entre el artista, el referente y el medio.
22
De este modo, el trabajo de la Brigada de Dibujantes existiendo en un espacio ambiguo entre el arte, y otras esferas del conocimiento y la praxis social, ha tenido la virtud de movilizar la subjetividad artística hacia zonas mucho más conflictivas. Sin querer prescindir del arte y sin inflar sus pretensiones en el espacio social – esto último algo en lo que pecan muchos proyectos participativos -, probablemente se ha insertado de modo más coherente y ha calado mucho más, en la sensibilidad del barrio que si se hubiera trazado un plan rigurosamente vigilado de intervenciones y supuestos relacionales. Al fin y al cabo, los dibujos, los documentos y los propios testimonios de la gente del barrio están allí para atestiguarlo. Yo como observadora atenta del proceso, coincido con algunos expertos en el trabajo con colectivos cuando reclaman un poco de aire fresco y otros punto de observación sobre las colectividades y los vínculos. “Son muchas las ocasiones en que nos encontramos encerrados en historias que tejen con el tiempo nudos y obstáculos. Con el tiempo, estos nudos y obstáculos pesan, recargan los gestos y las ideas. O, más sencillamente, nos encontramos presos de rutinas que ya no sabemos quién inventó. Y deseo de aliviar un poco la vida de tanta moral y tantas teorías que acaban prescribiendo nuestro cotidiano, a la vez que nos impiden entenderlo y generan impotencia en nosotros.” Lupe Alvarez
“algunos astronautas viajan al sol en la noche para no quemarse” Un sabio en el Bar de Cortijo
Esta rústica embarcación acarrea seis cabestros hacia las canoas, desbordada de cuernos y de colas, con no más agua dulce que la de sus narices y una tira de espinazo. Lanza la polea por el costado y los dos ágiles barqueros desatan un ternero, hacen un laso alrededor de sus cuernos y lo atrapan con una cadena. “¡Jala!”, grita el operador. Con un resoplido de vapor y un rechinar de las cadenas, la bestia atónita viene como bailando hasta la escotilla, columpiada por sus propios cuernos. Este método de “levantar a la res”, que se utiliza en toda la costa, es más seguro que el tradicional y, según los criadores de las pampas, igual de cómodo. “Por la Costa Oeste”, Charles Lummis, 1895
24
DERIVAS CON ESTUDIANTES / CONTACTO UNO
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
12 /06/2014
Reunión Brigada de Dibujantes.
Bienvenidas y reflexiones
“¿Cómo encuentras nuevos sentidos en ese mundo sensorial que te es dado? O, enunciado de modo más formal ¿Cómo salirse de los modos ordinarios de la experiencia sensorial? Es una pregunta que cotidianamente debemos hacernos. Ni siquiera para responderla, sino para que sea mediadora en un arduo trabajo de desprendimiento que no sólo debemos acometer, sino contagiar; contagiar-nos para proponer vectores inéditos a nuestras percepciones. Un horizonte subjetivo compartido sólo es tal cuando transpira en él la colectividad y eso transita a través de la acción de dejar testimonio y compartirlo: de designar y darse cuenta de cosas que puedan presentarse en esa condición colectiva. La brigada no puede menos que ser eso”. “El dibujo, cuando está solo, cuando remite a lenguajes conocidos, o cuando adquiere autosuficiencia a partir de su presencia, nos lleva demasiado a la representación y la representación, fija. Sin embargo, cuando su presencia se contamina el dibujo sale de su casa y vuela, se posa en otros predios como lenguaje no clausurado”. “Hablar de”
Lupe Álvarez: integrante
“Shipping steers at Guayaquil”, William Allen Rogers, 1895
27
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Participación de Mariana Tognoli1 ,
Presentación: “Son las personas quienes construyen un territorio, para lo cual deben cooperar a fin de implementar proyectos colectivos y apropiarse de los recursos tanto naturales como culturales y sociales existentes, en un espacio determinado. De este modo, el territorio es algo más que lo que simplemente vemos, es el espacio habitado por la memoria y la experiencia de sus habitantes. “¿Por qué y para que se hace este trabajo?”
residente
Contacto Uno
Seguridad “Diferentes discursos se ponen en juego en torno a esta temática. Personas que piensan que el barrio no es seguro a partir de que se instaló la Universidad Salesiana en el Barrio, ya que ladrones de otros barrios acuden a delinquir a los estudiantes”. “Otros creen que la Universidad le dio más movimiento al barrio, mas seguridad y le otorgó una mirada más positiva al sector”. “Algunos comerciantes se ven favorecidos, aumentando sus ventas por la concurrencia de más gente; están los propietarios de bares que tienen limitada la venta de alcohol por la presencia de esta institución educativa”. “Los prejuicios de la Brigada / La seguridad y el sentido de la misma en Ecuador”.
Estrategias de diálogo
28
i1
1 Mariana Tognoli, Lic. en Psicología y Psicóloga Comunitaria, acompañó a la Brigada de Dibujantes desde el mes de Enero de 2015 hasta mayo del mismo año, participando de sus recorridos e intervenciones barriales, en el marco de una rotación libre auspiciada por una Residencia en Psicología Comunitaria, la cual funciona desde 1999, en la ciudad de Salta, Argentiana. La Psicología Comunitaria, entendida desde este espacio, fomenta la igualdad y transformación social, a partir de la participación comunitaria, en procesos que tienen como base los vínculos interpersonales, las necesidades sentidas, el respeto a los saberes previos y la horizontalidad en las relaciones que se producen en una materialidad local y especifica.
(M.T.)
29
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Para seguir complejizando esta mirada: ¿Qué piensa La Universidad sobre el Barrio Cuba?
Contacto Uno
Fecha: Marzo 03, 2015
Estrategias de diálogo
30
Iconos populares “Dentro de las imágenes más destacadas del barrio, se ilustran las figuras religiosas, el Camal y otras imágenes que le son propias, que lo caracterizan e identifican como tal”. “Son todas estas referencias que le otorgan un sentido de pertenencia, unidad e identidad para quienes habitan ese barrio”. “Este Barrio tiene vida”, nos decía uno de sus vecinos. Los animales Los animales han sido captados por el lente de las cámaras de algunos miembros de la brigada, pero también en el recorrido por el barrio, se hace evidente su presencia. “Olores y sonidos múltiples, dejan ver la variedad de animales que pueden encontrarse en el Barrio Cuba. Desde animales domésticos, hasta animales de cría para la venta o el consumo, e incluso como icono de referencia para algunos sectores del barrio, como son los cangrejos”. Hay una variedad de especies que adquieren distintos usos y sentidos para sus habitantes. Las Estrategias de diálogo son las siguientes: Intervenciones en las paredes con apuntes, comentarios, dibujos y noticias.
Categorías identificadas: profundizadas y puestas a discusión con la gente del barrio Geometría / Vigilancia. Series / Seguridad. Puertas / Voltaje. Ventanas / Descanso. Máquinas / Comida. Ropa Tendida / Dirección. Muerte / Escuela. Acera / Territorio. Animales / Movimientos. Calor / Dichos y frases. Grietas / Palimpsestos. Sexo / Culos. Flores / Caca. Chorreado / Construcción. Arquitectura / Iconos Algunas Preguntas disparadoras ¿Qué necesidades tiene la zona en cuanto a trabajo, vivienda, contaminación? ¿Dónde confluyen enfrentamientos, marchas o protestas? ¿Cómo se desarrollan? ¿Cuáles son las áreas más vigiladas? ¿Por qué? ¿Dónde hay sitios más contaminados? ¿Causas? ¿Qué diferencia cada sector del Barrio? ¿En qué lugares la gente se siente más a gusto? ¿Por qué? ¿Cómo cree que otros barrios y los medios ven al Barrio? ¿En qué lugares se sienten más seguros? ¿Qué lugares son más peligrosos y para quienes? (M.T.)
31
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Conversaciones sobre el tema de Seguridad en el Barrio Cuba
Contacto Uno
Fecha: Marzo 10, 2015
Estrategias de diálogo
32
Zona: Barrio Cuba Avenida Estrada Coello y Calle 5 de Junio “Nos instalamos entre la panadería y la venta de jugos, justo en el mural donde se encuentra la imagen de la Virgen María. Aquí, pusimos algunos titulares encontrados en periódicos locales, que mencionan al Barrio Cuba, así como interrogantes propias, dibujos y fotos de los brigadistas tomadas en visitas anteriores”. “La gente se acercó enseguida, para comentar los titulares. Nos conversaron sobre su opinión sobre la seguridad del Barrio y que tiene mala fama, pero que en realidad es un lugar muy tranquilo para vivir”. “Los famosos ladrones cuidaban el Barrio” “El buen ladrón no roba en su zona” (M.T.)
33
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Visita a Elena Salazar Fecha: Marzo 17, 2015
Elena es hija del difunto don José Salazar, dueño de una funeraria en el barrio.
Contacto Uno
Nos cuenta doña Elena:
Estrategias de diálogo
34
“A veces se armaban las chupas en la casa. Era muy común que nos visiten unos jóvenes del ejército, recuerdo que había uno que era chileno. Una vez se quedaron algunos en mi casa y a mi papá y mi hermano se les ocurrió ponerlos en las cajas para que duerman. Al día siguiente, cuando se levantaban, estaban como asustados, pensando que ya habían muerto” “Era fácil saber cuándo llegaba un muertito, por lo general lo sabíamos porque sonaba alguna caja en la casa, antes de que lleguen” Ilich Castillo (I.C.)
35
Contacto Uno
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
37
Estrategias de diálogo
36
Callejón L a Ría: Callejón en Calle Robles y Limberg
Abril 28, 2015
“(…) las mujeres atienden sus casas, cocinan en la mañana y luego tienen las tardes libres, no tienen donde entretenerse en realidad. Los niños van a la escuela y de tarde juegan en el barrio y en los alrededores pero no tienen un parque cerca”. (M.T.)
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Conversaciones sobre el tema de Seguridad en el Barrio Cuba
Contacto Uno
Fecha: Marzo 10, 2015
Estrategias de diálogo
38
Zona Camal “Acá sólo matan vacas”. “A nosotros nos gustaría que se vea lo bueno que tiene el barrio, porque le han hecho mala fama”. “Si no fuera por mi cuchillo, el bandido estaría bajo tierra”.“Si no fuera por mi cuchillo, mi familia no comería”. “Tuvimos enfrentamiento con la policía metropolitana por el desalojo que quisieron hacernos. La policía Nacional nos apoyo, porque sabe que somos gente trabajadora”. “(…) Personalidades del barrio, como Horacio Prado, (ex jugador de futbol), Pedro Menéndez (El Perico), Karate Loor, Miguel Bustamante (El Cortijo), Los Dragones de Pepe Parra, Leop Silva, Pancho Segura, Yolanda Aroca, José María Andrade”. “No tenemos parques, jugábamos al fútbol en un lugar cercano pero ahora nos sacaron de ahí. Jugamos en la calle, ponemos los arcos y la policia viene y nos pide que los retiremos. Los que hacen boxeo entrenan en la calle, no tenemos lugar”. (M.T.)
39
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Primera visita Zona Callejón de la muerte
Segunda visita Callejón de L a Muerte
Marzo 31, 2015
Abril 02, 2015
Los niños opinan
“La señora Esperanza vive en el Callejón de la Muerte desde hace 60 años. Cuenta que el callejón era un lugar muy vistoso, con mucho movimiento, habían restaurantes, salones, parecía una feria. Venían de todo Guayaquil a divertirse. Carros de todo tipo los dejaban parqueados y no pasaba nada porque “no había malicia”. Cuando ella tenía 15 años hubo una muerte en un salón, por culpa de una pelea de unos hombres que habían tomado de más. A partir de ahí se quedó con el nombre del “Callejón de la Muerte”. Los salones siguieron funcionando. Pero hace unos 15 años atrás la mayoría se hicieron “hermanitos” y fueron cerrándolos. Casi todos en el callejón son evangelistas”.
“No les gusta el nombre del callejón porque eso es malo y proponen algunos nombres para esa zona del barrio, como callejón del príncipe” “En la zona no cuentan con un parque y eso les hace falta. Suelen jugar pelota y la mayor parte del tiempo lo hacen en el callejón”. Contacto Uno
(M.T.)
Estrategias de diálogo
40
(M.T.)
41
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Tercera visita Callejón de L a Muerte
Contacto Uno
Abril 11, 2015
Estrategias de diálogo
42
Mercedes Veliz (Mechi o La niña muñeca), hermana de la señora Esperanza: “Luchábamos por el callejón, íbamos a hacer bulla al municipio. Estuvimos mucho tiempo sin agua, teníamos que ir a buscar hasta el mercado para abastecernos”. “Desde que la gente cogió el titulo de propiedad se olvidaron de luchar por las necesidades del barrio” Hija de la señora Mechi: “En el barrio Cuba son bien unidos, realizan actividades, da gusto ese barrio. Pero ellos son otro sector, nosotros somos del camal, y el barrio Cuba no nos incluye en sus actividades, solo vamos a disfrutar de los eventos que hacen. Siempre ha habido riña por eso”. “Estamos en el sube y baja, dicen que van a sacar el camal. Eso es una preocupación”. (M.T.)
11 de octubre que es el Día del Matarife 22 de junio es el Día del Corazón de Jesús 25 de julio celebran al Apóstol Santiago
43
Contacto Uno
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Estrategias de diรกlogo
44
45
Contacto Uno
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Estrategias de diรกlogo
46
47
Contacto Uno
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Estrategias de diálogo
48
Mercado Caraguay Abril 7, 2015
49
“La parte del mercado que vende mariscos a mayoristas tiene un gran movimiento desde las 8:00 pm hasta las 3:00 am, y es muy interesante ver que a pesar de la hora hay mucha vida en el lugar. Se ven muchos buses, camiones y gente de todas partes del país”. Paul Burgos, taxista. Una señora que vive en el callejón de la muerte nos contó “que saben vender droga. Se necesitan más policías. En una ocasión a las 7:00 pm la policía y un muchacho que parecía estar vendiendo droga se dieron bala”. “Fuman “hierbita y plop plop”. (M.T.)
Contacto Uno
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Categorías y herramientas de ubicación
50
51
Contacto Uno
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Categorías y herramientas de ubicación
52
53
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Selección de apuntes de bitacora de Andrea OAviedo Salida Galpón Barrio Cuba
Contacto Uno
17 junio 2014 - 11 am
Diarios de campo - Bitácoras
54
“Nunca entendí porque mi padre tomaba siempre fotos de motores y ‘cosas extrañas’, jamás había personas sonrientes como en los álbumes familiares (…) y aquí estoy yo, tomándole fotos a cosas viejas, artefactos que nadie usa –chatarra–, sin personas, solo cosas, que solo yo entiendo así como solo entendió mi padre las suyas”. “En primera instancia fue eso lo que me llevó a dedicarme a la maquinaria del lugar. Después viajé sin rumbo, me dediqué a explorar aquel sitio que ya conocía. Fue como caminar en círculos dentro de un bosque; a primera vista todo igual, pero nada es igual. Entonces mi atención se fue al piso”. “Sí, todo estaba viejo, pero el tiempo no pasa igual en cada rincón. Mi fascinación volvió, telas de araña, montículos de polvo, desprendimientos de pintura, óxido en metales, todo eso me fascinaba –en mi subconsciente las manchas me fascinan– pero de todas, las de aceite en especial”. “Retomé el recuerdo de la visita al trabajo de mi padre; cuando visité la sección del taller de maquinaria, tenía aceite por todos lados. Una de ellas me regresó al presente, no hablo del lugar –poco se de él, no más que lo necesario– sino de lo que estoy haciendo ahora. Esa mancha me pareció familiar y eso fue lo extraño. Diré lo obvio, era la primera vez que pisaba el lugar, y lo otro era que esa mancha me recordaba otra mancha, una reciente y reposaba dentro de mi casillero en un dibujo que hice el día anterior. (…) Es gracioso como las cosas pasan cuando tienen que pasar: encontrar la salida de lo que puede ser algo, en la entrada de un lugar que está dejando de ser algo”.
55
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Texto sobre la tercera visita (primera vez que uso la palabra CONTRASTE)
Contacto Uno
24 junio 2014 - 11 am
Diarios de campo - Bitácoras
56
“En este lugar hay contraste por donde se mire”. “Nos acercamos a un grupo de hombres a las afueras de un billar. Nos miraban raro, era evidente que nosotros no éramos del lugar. Nos presentamos, dijimos lo que teníamos que decir y ellos dijeron lo que tenían que decir”. “Todos ahí queriendo escuchar pero más que nada ser escuchados. Colaboran con las preguntas, unos se acercan preguntando el porqué de todo esto. Otros bromeaban entre ellos, pero todos con la sensación de ser importantes aunque tan solo un breve momento. A pesar de la fama que tiene el sector, los habitantes están más que dispuestos a cambiar eso, por eso se muestran amistosos –no encontrarás ese compromiso en un barrio ‘sin fama’-, deseando que los conozcas, a ellos, los verdaderos, porque ‘los otros ya no están más’. No quieren que este lugar quede en el olvido, tantas cosas que contar y nadie para escuchar”. “Lo que parece universal – a mi parecer – es el modo de distribución de la pobreza, entre más cerca están de la muralla más estrechas son sus calles y más pobres las casas. En esta ciudad la muralla es el rio y por ende, este barrio es el más próximo a la muralla”.
57
Contacto Uno
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
58
59
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
bitacora de DIANA GARDENEIRA
Contacto Uno
10 Febrero 2015
Diarios de campo - Bitácoras
60
“El barrio fue algo muy distinto a lo que estaba acostumbrada. Siempre he sido una persona temerosa de lugares peligrosos y tomo demasiadas precauciones. Así, que al comienzo iba al ITAE, dejaba mi carro ahí y la camioneta nos llevaba. Me aseguraba de no llevar nada de valor ni celular, nada. Mis dibujos fueron hechos a partir de las fotos de mis compañeros de brigada así como en el mismo lugar. Los chicos en cambio, siempre fueron sin miedo y como si nada pasara. Esa confianza me la contagiaron y fue en Octubre del 2014 que me animé a llevar mi cámara y desde ahí nunca la dejé. Ya para el 2015 yo dejaba parqueado mi carro cerca de la panadería. Realmente nunca nos pasó nada.” Todos los días los recorridos variaban y eso hacía que la mirada (sobre) el barrio se enriqueciera más. Pasábamos por el mismo sitio muchas veces pero era distinto a la vez. De modo que fue replantearme esos recorridos e inventar uno nuevo”.
61
Contacto Uno
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Diarios de campo - Bitรกcoras
62
63
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
E l barrio como una banda de Moebius 15 Octubre de 2045 “Reconstrucción del paisaje y del recorrido. Creación de un nuevo espacio con el cual se lo puede reinsertar en las calles del barrio. Reinterpretación del mismo”.
Contacto Uno
“Masas gigantes inmovilizadas, resaltadas en las fotografías, aglomeradas, así como las perspectivas se hacen una sola y se funden al final, sin distinguir detalles de cada casa o edificio”.
64
“Es resaltar posibles dimensiones, posibles vistas, los fantasmas de lo que podría ser y de mi memoria del barrio”. “Dibujos del barrio, situados e integrados al barrio nuevamente. Doble visión de las perspectivas y estructuras”.
(D.G..)
65
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Selección de apuntes de bitácora de Diego K ang Sobre el prejuicio de los habitantes con la brigada :
Contacto Uno
13 Mayo 2014
Diarios de campo - Bitácoras
66
“La cotidianidad dentro de un espacio, en el cual, el comercio fue un motor y eje primordial (la velocidad del sujeto es distinta, las personas como productores de velocidad)” “Caminando por una de las esquinas, nos reunimos en una vereda al ver en los canales de desagüe sangre mezclada con agua, creando una combinación visualmente atractiva”. “Al momento de notar esto la dueña de la casa esquinera mencionó: ‘así nos tienen los de al lado, quizá con el pensamiento que éramos una brigada que se encargaba de hacer un estudio de campo para hacer arreglos del sector”.
Sobre L as Bitácoras: “Las bitácoras, de algún modo fueron un anclaje para conectarnos con el barrio, debido a que en ocasiones solíamos mostrar lo que hacíamos en ellas. Las bitácoras están sujetas a la experiencia de cada miembro en relación al barrio, y en el modo que cada uno mira al barrio”.
67
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Sobre los prejuicios de seguridad
Contacto Uno
07 Octubre 2014
Diarios de campo - Bitácoras
68
“En la primera etapa de etnografía, comenzamos a entrar en relación con el barrio. La primera visita fue crucial por el hecho de que había escuchado varios rumores sobre el sector que los comente en la primera reunión que tuvimos, acerca de que en el barrio Cuba había problemas con la Universidad Salesiana (UPS) por cuestiones de asentamientos no regulados por la ley, y dados estos motivos supuestamente había una relación peligrosa entre el barrio y los estudiantes de la Universidad que queda en el mismo sector. La cuestión es que nos acercamos a uno de estos asentamientos, es un pequeño callejón que queda entre un parqueadero de la UPS y una bodega. Entramos con un poco de recelo, casualmente ese día se encontraba un patrullero de policía y les preguntamos que si tendríamos problemas si ingresamos en ese callejón, nos dijeron que tuviéramos cuidado, que podría ser algo conflictivo. Hicimos caso omiso a advertencias y procedimos a acercarnos, y en este momento surge la sorpresa de que el callejón está formado en su mayoría por una familia que es la familia Ramírez, que son una de las primeras familias que se asentaron en el sector. Es aquí cuando se contrapone la idea que se va teniendo debido al constante pánico que se tiene al momento de tratar con la ciudad, y la realidad de tratar con la misma. Y de esta manera nos fuimos enterando un poco de como es el barrio, como fue, y como quisieran que los vean”. (D.K.)
69
Contacto Uno
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Diarios de campo - Bitรกcoras
70
71
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Selección de apuntes de bitácora de Miguel Medina
Contacto Uno
04 Abril 2015
“Había una visión bastante egoísta y obsesiva por pequeños detalles que el perderme dentro del barrio me permitían ver. Pequeños sitios, aristas, errores, cosas a medio hacer, un inventario de elementos donde localizaba el dibujo. Y de esta manera la etnografía me permitió entrar en otro tipo de relación con el espacio, teniendo pequeñas obsesiones con objetos o partes de arquitectura del barrio que llevaba a mi bitácora, coleccionándolos, con la idea que servirían más adelante”.
Diarios de campo - Bitácoras
72
73
Contacto Uno
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
74
75
Contacto Uno
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Diarios de campo - Bitรกcoras
76
77
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Bitacora de Zoila Arroyo 20 Noviembre 2014
Contacto Uno
“Solía preguntarme sobre lo que sucedía en el entorno, en el caminar, en el compartir… y llegué a la conclusión de que no todo es como se lo imagina uno; es mejor la sorpresa asimétrica”. “Andando recordé momentos circunstancias y vi siluetas donde no había un parecido pero yo lo veía”.
Diarios de campo - Bitácoras
78
79
Contacto Uno
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Diarios de campo - Bitรกcoras
80
81
Contacto Uno
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Diarios de campo - Bitรกcoras
82
83
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Selección de apuntes de bitácora de Sánchez Candel
Contacto Uno
22 Mayoo 204
Diarios de campo - Bitácoras
84
“Dos sujetos los cuales jamás hemos visto, pero están en la memoria colectiva del sector. Dos únicos antisociales o los que quedan en el Barrio Cuba (contra el orden establecido, la ley; drogadictos, ladrones, dementes o los 3 al mismo tiempo). No nos dieron nombres solo ‘alias’ y la advertencia de que rondan el espacio. Gasparín y El Chivo. Se pueden derivar 2 deducciones básicas ante este hecho (con la poca investigación): a) Los sujetos existen (su materialidad): La evidencia de graffitis expresando ‘gasper 777’ en las zonas más agitadas del sector; el matadero y frente a negocios más concurridos (tienda y comercialización de chifles). b) Los sujetos no existen: Una leyenda urbana para la seguridad barrial ante los delincuentes del exterior. Los graffitis los hacen los mismos moradores con el anterior objetivo. Los fantasmas no existen, no hay cabras sueltas en el Barrio Cuba”.
“Estereotipar a los sujetos con conceptos ‘pertinentes’ de acuerdo a: 1) Antisociales de un barrio popular 2) Sobrenombres 3) Mezcla de 1 y 2”
“Los moradores del sector mantienen una distancia cómoda respecto a los intrusos, ‘tal vez sea el uniforme’, pocos se dirigen a nosotros diciendo ¿Qué es ITAE? y ¿Qué venimos a hacer? La mayoría accede a contestar preguntas acerca de la historia del Barrio Cuba. Si preguntásemos -¿Quiénes son realmente Gasparín y El Chivo? ¿Dónde viven?; y obtener como respuesta -Son ese par de ahí que andan en la bici, viven en la otra cuadra al lado de la tienda-”.
85
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Intervención 1 en “E l Corral” en el Camal
Contacto Uno
Jueves Julio 02, 2015
“ ‘El Corral’ o ‘La Gallera’ como le llaman popularmente, es un espacio donde varios fileteadores trabajan vendiendo carne. Este lugar fue asignado hace tres años por el Municipio luego del conflicto entre informales camaleros y la policía municipal. Antes, ellos estaban ubicados afuera del Matadero Municipal, en las veredas. Hay veintiún puestos más o menos y también venden refrescos y almuerzos”. “Robin, fileteador del El Corral, amigo de la Brigada de Dibujantes, nos pidió si podíamos hacer algo con la única pared que tiene el lugar (el resto son mallas metálicas). La pared esta descascarada y sucia porque allí cerca se corta la carne, y se salpica con sangre y restos. Así que decidimos hacer varios dibujos cada uno, representando a los íconos del Barrio Cuba. Nos ubicaron en la pared central para empezar. Mezclamos los distintos intereses y estilos de cada uno para representar a los referentes del Barrio, luego de haber conversado con la gente”. Diana Gardeneira (D.G.)
87
Intervenciones inconclusas
86
Intervención 2
en “E l Corral” Jueves Julio 13, 2015
“Al volver al Corral para agregar cosas a la pared intervenida, nos encontramos con que habían sacado todos los dibujos. Nos comentaron que la persona que tenía su puesto de trabajo justo en esa pared es evangélica y ella no estaba de acuerdo con las imágenes de íconos religioso que habíamos puesto. Volvimos a colocar los dibujos en las otras paredes, que tienen congeladores arrimados a ellas”. (D.G.)
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Final de la Intervención
Contacto Uno
Julio 18, 2015
Intervenciones inconclusas
88
89
“Dos semanas después, nos informaron que la gerente del Camal hizo una inspección y necesitamos de su permiso para colocar los dibujos. Fuimos a buscar una cita con la Ing. Iglesias, gerente, pero estaba por irse. Solo le dijo a los guardias que no está permitido hacer nada en esa pared. Así que fuimos a sacar todo. Las personas que trabajaban en el Corral se mostraron apenadas, porque estaban contentas con lo que habíamos hecho. Quedamos en volver con un permiso para conversar bien con la gerente sobre el proyecto de Brigada de Dibujantes. Sin embargo, después de unas semanas, decidimos hacer la intervención en otro lado o continuar con el proyecto de cierre de Brigada”. (D.G.)
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
“Carne, carne y carne. Es sin duda, la carne uno de los iconos que corresponden a un periodo en que pudo relacionarse con mas eficacia con las personas del camal. En este caso, con el Mercado de carnes esquinero”. “Nosotros proponíamos actividades que involucren el dibujo como mecanismo de interacción social para el conocimiento de las personas, como una herramienta del saber natural y al alcance de cualquier persona.”
Contacto Uno
Diego Kang
Intervenciones inconclusas
90
91
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
PROPUESTA ESCUDOS PARA EL BARRIO Martes Septiembre 29, 2015
“Conversamos con Miguel Luna y otros moradores sobre el diseño del escudo y la locación. Nos dieron permiso para ponerlo a lado de la panadería, mediría 1 x 1 m. Solamente se cambiarán las pelotas por otros juegos más representativos de los niños”. “Se muestra fotomontaje de cómo quedaría el escudo en esa pared”.
Contacto Uno
(D.G.)
Intervenciones inconclusas
92
93
Contacto Uno
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Intervenciones inconclusas
94
95
Escudo del callejón de E strada Coello y la Ría: Octubre 04, 2015
“Pudimos conversar con Marta Ramirez, Manuel Ramirez, Wilfrido Ramírez y unos moradores más del callejón, ellos nos aprobaron el diseño de este escudo que irá en la entrada del callejón. En esta zona la gente se junta a conversar, afuera de la casa de don Wilfrido. Sobre el diseño, solo nos pidieron cambiar la cruz de arriba del centro, pues no son tan religiosos. Se sugirió hacerle una ‘R’ ya que la familia Ramírez son los fundadores del callejón”. (D.G.)
96
NO UNO SINO TRES BARRIOS INTERPRETANDO LOS LÍMITES
97
98
99
No uno sino tres barrios
100 101
Interpretando los lĂmites
No uno sino tres barrios
102 103
Interpretando los lĂmites
No uno sino tres barrios
104 105
Interpretando los lĂmites
No uno sino tres barrios
106 107
Interpretando los lĂmites
No uno sino tres barrios
108 109
Interpretando los lĂmites
No uno sino tres barrios
110 111
Interpretando los lĂmites
No uno sino tres barrios
112 113
Interpretando los lĂmites
No uno sino tres barrios
114 115
Interpretando los lĂmites
No uno sino tres barrios
116 117
Interpretando los lĂmites
No uno sino tres barrios
118 119
Interpretando los lĂmites
No uno sino tres barrios
120 121
Interpretando los lĂmites
122
123
124
125
No uno sino tres barrios
126 127
Interpretando los lĂmites
No uno sino tres barrios
128 129
Interpretando los lĂmites
No uno sino tres barrios
130 131
Interpretando los lĂmites
No uno sino tres barrios
132 133
Interpretando los lĂmites
No uno sino tres barrios
134 135
Interpretando los lĂmites
No uno sino tres barrios
136 137
Interpretando los lĂmites
No uno sino tres barrios
138 139
Interpretando los lĂmites
No uno sino tres barrios
140 141
Interpretando los lĂmites
No uno sino tres barrios
142 143
Interpretando los lĂmites
No uno sino tres barrios
144 145
Interpretando los lĂmites
No uno sino tres barrios
146 147
Interpretando los lĂmites
No uno sino tres barrios
148 149
Interpretando los lĂmites
No uno sino tres barrios
150 151
Interpretando los lĂmites
No uno sino tres barrios
152 153
Interpretando los lĂmites
No uno sino tres barrios
154 155
Interpretando los lĂmites
156
157
No uno sino tres barrios
158 159
Interpretando los lĂmites
No uno sino tres barrios
160 161
Interpretando los lĂmites
No uno sino tres barrios
162 163
Interpretando los lĂmites
No uno sino tres barrios
164 165
Interpretando los lĂmites
EL REGRESO
CON OTROS NOMBRES CONTACTO DOS
Fragmento de una caricatura del padre de Jorge Velarde, por Raul Clemente Huerta. (circa 1938) “Contaba Jorge que cuando su padre empezó a trabajar por primera vez lo hizo como bibliotecario en el colegio Vicente Rocafuerte; allí desarrolló una amistad con el político y catedrático Huerta que conservarían incluso después de las aulas”. La presente es una adaptación libre del Velarde hijo volviendo al barrio Cuba con ayuda del mapa de don Segundo Tábara.
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
C o nta cto D o s
Es viernes en el sur de Guayaquil. Ilich ‘Cabeza de pulpo’ Castillo, Jorge ‘Mosquito albino’ Velarde y Marcos ‘Calvito’ Restrepo se encuentran con Segundo ‘Cigarro’ Tábara Moreira en su querido y maltrecho Club King. Desde la esquina
Seg und o Tábar a
170
“Don Segundo Tábara aparece con este mapa fabricado por él mismo, en donde recoge la historia del barrio, a partir de su ejercicio de memoria”. “Este mapa le permite a su amigo Guillermo Morán, fabricar lo que ya es una reseña histórica de lo que ha sido el barrio durante este tiempo.” Ilich Castillo (I.C.)
de José Estrada Coello y avenida Domingo Comín en el barrio Cuba se percibe un ambiente de fiesta, aunque no haya nada que celebrar. Da la impresión de que así es todos los días por aquí. Tábara saluda con emoción, está feliz de encontrarse con sus amigos del arte. Durante la conversación muchas veces hablará de él en tercera persona, también dirá que lo conocen como ‘Cigarro’ porque en el barrio Cuba todo el mundo tiene su apodo y que aquí los vecinos son amigos y algunos se convierten en hermanos del alma, entre ellos: Castillo, Velarde y Restrepo, profesores de la Universidad de las Artes. Cigarro viste bermudas color azul, una camiseta roja de básquet del equipo Nets de Estados Unidos y zapatillas. Se sienta en una silla de plástico sobre la acera de la calle José Estrada Coello. Desde su comodidad suelta las palabras con una risa maliciosa: «Yo era un bandido. Estaba loco. Hubo una época en la que tenía tres mujeres. Yo sí soy feliz. Lo que deseo lo busco y lo consigo». Todos
171
C o nta cto D o s Seg und o Tábar a
172
ríen con su ocurrencia. Levanta los brazos una y otra vez para saludar. Se da un abrazo con alguien que reconoce como Pollito. La locura a la que se refiere Cigarro es que vaciló e intentó enamorar hasta a su propia tía, hermana de su mamá. Su relato es fabuloso, una entrada a la confirmación de que, en este lugar de Guayaquil, los excesos son parte importante de la narrativa y por ende de la vida misma. Cigarro dice que no miente y asegura tener una lista en la que escribió los nombres de todas las mujeres que compartieron su cariño. «Cuando quieran se las muestro para que vean que no miento. A mí no me gusta la mentira», dice como si fuera una sentencia definitiva. Los buses de la Metrovía pasan veloces a lo largo de la avenida Domingo Comín; sin embargo, eso no consigue aplacar el bullicio natural del barrio. La atmósfera está poblada por diversos ruidos entre los que se confunden conversaciones hogareñas, bulla doméstica, música tropical, pitos de carros, anuncios de vendedores ofreciendo sus productos, televisores encendidos. Un niño cruzar la calle a la carrera y una señora maciza, de brazos robustos y pelo entrecano le grita: «¡Oe, ven acá!». Esta es solo una pequeña estampa cotidiana de este lugar. Esta crónica es un intento por contar la aventura de un barrio donde subyacen otras historias im-
posibles de enumerar. En todas las conversaciones con cada uno de los personajes que circulan por estas páginas aparece una cebolla que hay que pelar con paciencia capa por capa. Con cada capa que se descubre, las emociones emergen y la memoria de los protagonistas parece vencer la batalla contra la distancia, combaten como verdaderos guerreros y le ganan la guerra al olvido.
Ese olvido que nadie quiere ser, aunque cada uno cargue un pasado con el cual se identifica intensamente.
173
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
“Durante el desarrollo de este viaje, nos adentramos con la certeza de quien se siente guiado por una intuición. Poco a poco, fuimos detectando otros ámbitos bajo los cuales el sentido de memoria encontraba su epicentro. Los oficios, el deporte, economías informales, normas de relación que conllevaban, incluso, a la ‘amistosa’ confrontación a los puñetes. Si vivías aquí, sabías que las discrepancias se limaban, recuerda Guillermo Morán, a puñetes”.
C o nta cto D o s
Carlos Terán (C.T.)
Seg und o Tábar a
174
Segundo ‘Cigarro’ Tábara es un hombre apasionado. Cuando habla intenta poner detalle y profundidad en todo. Empieza un tema, pero casi de inmediato encuentra otras vertientes y se va de largo por ahí en una especie de monólogo en el que siempre aparece la imagen de alguna mujer. «Cuando empecé a beber fue con tres veteranos, hombres mayores, que me enseñaron a tomar fuerte porque la cerveza no te sirve para estar con una mujer. El trago malo no lo recomiendo. Ese es uno de mis secretos. Ahora tengo 78 años y todavía tengo una mujer de 23. Yo me levanto a las 5:30 de la mañana, prendo mi velita y a las 6:30 tomo mi café». Los secretos de Cigarro están escritos en diarios y libretas que él guarda con recelo. Anota todo, hasta las operaciones médicas que le han practicado. Tiene una lista para cada cosa que considera importante: mujeres, deudas, dinero que recibe, llamadas de los hijos, difuntos. En sus anotaciones sobrevive la presencia del barrio y los recuerdos de su vida y aventuras. Él dice que son demasiadas situaciones y que habría que conversar muchos días seguidos para transcribir todo lo vivido. Para calentar la crónica mete una pequeña lista de los salo-
175
C o nta cto D o s Seg und o Tábar a
176
nes y cabarets que reinaban en su tiempo de bandido: El Charo, Don Bohórquez, Cortijo, Los Muñoz, La Capilla, La Reinita, La Cañita. Por el camal estaban Pepe Ponce, Marujita la 24, que luego se llamó Rosa Garrapata, El Cholo Lima. «Aquí siempre hubo fiesta. Para mí la mejor época fue en los sesenta. En esos años me divertí demasiado. En el camal hacían fiesta con campeonato de fútbol incluido y el barrio se repletaba. Venía gente de todas partes. Lo repito siempre, pero lo que hay que hacer es rescatar la memoria del barrio Cuba. Pido que no se pierda la historia». Para que no haya especulación deja claro que lo bautizaron como Cigarro porque cuando trabajaba en el camal, el lápiz que usaba para marcar y hacer sus anotaciones se lo ponía en la boca y cuando alguien tenía una duda sobre lo que estaba escrito, sus compañeros de trabajo respondían: «pregúntale a cigarro». No era por fumar mucho cigarrillo. Insiste y eleva un poco la voz: «Nada de esas otras pendejadas. Eso no va conmigo. Yo soy un tipo serio». Este tipo serio fue quien dibujó el mapa que sirvió de guía para que la brigada de dibujantes del ITAE (Brigada DD) entendiera la composición geográfica y la manera en la que estaban organizadas las viviendas del barrio. Dice Cas-
177
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
C o nta cto D o s
Aparic ión de un mapa
Seg und o Tábar a
178
tillo que a partir de este mapa llegaron a otras capas, pasaron a una historia más cruda y dura que tiene que ver con el trabajo de los derechos sociales que las personas poseen, pero que muchas veces no se cumplen. Sirvió también para conocer y comprender cómo alcanzaron a comprar sus propios terrenos. El mapa se convierte el objeto grial, enigmático y que dirige prácticamente toda la otra búsqueda: de capa en capa se llega a una realidad menos romántica y en la que se caen algunos velos que camuflan otras realidades del lugar. El barrio tiene una tranquilidad muy inquietante. Hay mucho maquillaje. Nosotros hemos estado ahí, llegando con miedo, pero nunca nos ha pasado nada, nunca nos robaron un centavo y nos resultaba muy extraño. El barrio posee una higiene en términos delincuenciales para poder funcionar en otros órdenes. Es muy curioso y es bastante delicado hablar de esto abiertamente. Si lo tratáramos en términos objetivistas o antropológicos de repente es mucho más problemático. Entonces la capa ficcional de la literatura que desde la crónica nos ofrece la coartada de poder trabajar con los alias porque es un lugar donde todo el mundo se pone apodos y eso es muy gracioso. Cuando preguntas: «¿Y tal persona vive por
179
C o nta cto D o s
181
Seg und o Tábar a
180
“Pensábamos, que cuando nos referimos a don Segundo Tábara, estamos hablando de su estado de parentela con el artista ecuatoriano más importante -vivo-, en términos de Artes Visuales. Creemos que la presencia del mapa hecha por su pariente”. “Evidentemente es un dibujo que está en esa zona silenciosa, ni siquiera artística, que tiene una dimensión de más allá de la memoria, pero que puede convertirse en la verdadera clave que nos hacía falta durante todo este tiempo”. Jorge Velarde (J.V.)
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
C . S. D. K i ng
182
acá?». Te contestan: «Dígame cómo le dice y le diremos dónde está». Es una fauna de apodos que habla también de una cantidad de creatividad. Siempre hay un Adán (el primero) que le mete apodo a todo el mundo. Es un mundo de muchos tejidos que se combinan entre sí. Velarde dice que la intención de los dibujos no ha sido de ninguna manera hacer un registro ni de los personajes ni de los lugares ni de la historia del barrio. «Hemos entrado a trabajar los dibujos con mucha libertad. Cada quien como quiso y desde su obra misma, sin violentar la visión personal o la obra de cada uno de nosotros. No es que nos hemos
salido de nuestra línea de trabajo para hacer algo específico, sino que hemos sido muy libres en ese aspecto».
183
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
C . S. D. K i ng
184
185
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
C . S. D. K i ng
186
187
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
C . S. D. K i ng
188
189
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
C . S. D. K i ng
190
191
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
C o nta cto D o s
Pienso que hay un misterio en la belleza que provoca la fascinación de los seres humanos. Es el misterio, no la belleza misma, lo que nos lleva a intentar, a inventar también, todas las proezas de las que somos capaces como personas. La tragedia también consigue sacar
Un en ca nto vi s cer al
192
lo mejor de los seres humanos; sin embargo, esa parte la dejaremos a un lado, aunque cuando se habla del barrio Cuba, la tragedia sea una condición muy cercana a la realidad de muchos de aquellos que viven en esta parte de Guayaquil. Me pregunto: ¿qué es la belleza? En el barrio Cuba esta pregunta se hace necesaria. Sin duda, el misterio de la belleza puede estar en cualquier cosa. Puede ser un espacio-lugar para dibujar, una voz que cuenta la historia no oficial; una calle sin brillo hecha de lodo en invierno y de polvo en verano; una charla de vecinos que conecta con el ambiente de la ciudad donde sobrevive y se concentra el habla popular; un olor a comida criolla que embriaga la mente y revive los recuerdos de la niñez; un altar donde el Hermano Gregorio realiza milagros; un mapa que se convierte en una de las razones fundamentales de este libro; unos colores chillones junto a la música tropical que invaden los sentidos; un club al que bautizaron King; un hombre que fue
boxeador y gloria del Ecuador —dicen algunos—, y que hoy, todavía lanza golpes en un ring sin cuerdas; un callejón de la muerte que ahora es casi un inofensivo lugar donde juegan los niños; un camal como fuente de trabajo, encuentro y vida para muchos guayaquileños; una mujer que regenta el cabaret donde bailaban y gozaban algunos populares políticos; cervezas sobre la mesa en el bar de un reconocido futbolista; unos hombres que trabajan con cuchillos; animales camino al matadero; sangre en los cuerpos, en las aceras y en las miradas; cientos de apodos como granos de arroz: Cigarro, Cabezón, Cara de zapato izquierdo, Cortijo, Pan de Ambato, Cabeza de estropajo, Gasparín, Matatán, Cachirulo, Picha muerta, Gallo hervido, el Colombiano, Comechiva, el Sapo Bambi, Colcha meada, el Torcido, Guacamayo, los Guapitos, Cara e’ bandido, el tuerto Willy master, Caza lagarto, el Brujo, Ojo con pus, el perro Jonás, Maduro loco, Besa salvaje, Culo mamao, el Duende, el Gran patriarca, Come loca, Cabeza de piña, Negro bola… Ese misterio también puede estar en la idea del miedo, en el invento que surge de la memoria y que de a poco, lento y con una fuerza tremenda e incontrolable, se apodera de la imaginación, prende fuego cien años atrás en un pequeño Guayaquil que luego se convertirá en una ciudad grande. Una ciudad con olor de manglar, que también pue-
193
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Un en ca nto vi s cer al
194
de ser canalla, que le da la espalda al río y donde la pelea por desconocer su pasado es una guerra permanente de vergüenza, sin sentido, y hasta un poco tonta si se piensa con verdadera profundidad, exenta de corrección política y sin ese oscuro resentimiento que consume y ahoga a Ecuador. Quizá la única manera que encuentre de contar una parte de la historia de este lugar sea abandonar la sensación de fracaso y de derrota que persiste en algunos de los personajes que protagonizan esta aventura. Abandonar el fracaso y la derrota como se olvida un juguete devastado y roto en un rincón cualquiera y al cual no se vuelve más, ni al juguete, ni al rincón. Porque la desgracia, por más dura que sea, es incapaz de vencer a la salvaje y eterna alegría de vivir. Rescatar, contar la historia de un lugar y su gente es un trabajo complicado que exige serenidad y paciencia. Luego está el arte. Y la tesis: si este mundo fuera perfecto, suponemos que el arte no sería necesario. Y sin arte, ¿cómo hablar de la belleza? Cuando sonríe y habla Alicia ‘la Siervita’ con delicadeza y devoción sobre el Hermano Gregorio, que no se llama Alicia sino América Castillo; cuando Segundo ‘Cigarro’ Tábara se larga en monólogo interminable sobre la vida que se fue por las esquinas de la noche y los amores infinitos de los cuales hasta tiene una lista; cuando Guillermo Morán hace una
195
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Un en ca nto vi s cer al
196
remembranza con precisión de científico y explica con detalles la importancia que tiene para Guayaquil su amado lugar; cuando Robin ‘Matatán’ Montes desespera por narrar los enfrentamientos con policías metropolitanos para defender el puesto de trabajo de muchas familias; cuando José ‘Karate’ Loor se confiesa con Dios y lanza las palabras como si fueran potentes golpes de boxeo que llegan y se prenden en la memoria; cuando Miguel ‘Cabezón’ Luna propone que la regeneración urbana rescate al barrio Cuba del olvido, del ostracismo, de la zona oscura donde las autoridades municipales lo han sumergido; entonces surge el arte en la palabra, como algo natural, como si fuera la razón que siempre ha estado en todos los habitantes del barrio, aquí, en cada intento por decir presente con cada acontecimiento que muchos tratan de negar. Están las vidas de los habitantes, sus miradas, sus voces casi resignadas que resulta imposible ignorar cuando relatan sueños y desdichas, sus deseos y anhelos más profundos. Cada vida tiene su meta, un objetivo, su visión, un pedido o reclamo, su ambición de que el barrio amanezca con otra realidad y que el pasado no sea el espejo del futuro. La belleza es también escuchar y escribir las aspiraciones de cada uno de estos protagonistas, como cuando la abogada Laura Moreno confronta la realidad y resucita el pasado como si se trata-
ra de un cuento fabuloso para soñar despierto; o revivir el relato de Manuel Tenorio con sus libretas de cobranza y escrituras de los predios para enterarse de que el Comité Rey del Congo fue el punto de encuentro y de lucha para que unos renegados dirigentes populares consiguieran los papeles para legalizar los terrenos de este barrio Cuba que era fango y manglar. Y del otro lado los artistas: la manera en que Marcos Restrepo cuenta con su voz profunda y amable el recelo inicial debido a la mala fama y luego los dibujos y pinturas que este encuentro le reveló; Jorge Velarde relata con paciencia y sin prisa sus juegos callejeros y correrías en el mismo barrio, también sus años de niño tranquilo y bien cuidado antes de convertirse en artista; Ilich Castillo que con un rezago de timidez parecer dudar en algunas frases y, sin embargo, expone la idea inicial bajo la cual todos se cobijaron y precisa los momentos que componen los trazos de esta historia. Aquí todos se vuelven personajes y aparece el arte como una suerte de revelación en que la vida de cualquiera es posible. Porque el arte no es, en esencia, un objeto o un cuadro que se cuelga en cualquier bonito lugar con las luces adecuadas.
El arte también es una forma de mirar, un modo de compartir la experiencia y, por supuesto, una manera de sentir.
197
198 199
C o nta cto D o s
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Un en ca nto vi s cer al
200
201
Un en ca nto vi s cer al
202 203
C o nta cto D o s
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Un en ca nto vi s cer al
204
205
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
C o nta cto D o s
De las bitácoras del grupo que participó de la experiencia en este primer intento de la Brigada DD en el barrio Domingo Savio, se rescata un texto que habla sobre el proyecto: «Una brigada que es algo que
Los us o s d el m apa
206
no tiene nombre. Se asume como colectivo, habla para sí, pero desde otros. Se instala, se mueve, anda con paso impreciso por un territorio que no conoce —quizá nunca lo llegue a conocer—, pero alcanza sus efluvios y sostiene su energía en los trazos. Allí acoge a otros que a la vez no son entes, sino historias, destellos, huellas». En otra parte de la bitácora se lee: «Agrupar, releer, traducir, vivir otra vez en esa errancia de la memoria. Son esos sus modos. En ellos siempre cabe el asombro; aquello que solo el encuentro rescata. Cada uno de sus miembros parecería que regurgitara en una-otra cosa, esa que circula y trasmite, que traduce; la que permite re-vivir un tiempo que es y no a la vez. Allí estamos en otro plano, en uno con otros que ahora y en la vida cotidiana parece ser literatura, o política, pero que allí se palpa en unos ojos fijos y brillantes, en una voz que pregunta, en un gesto, en alguien que se mueve, que se acerca…» Luego de la primera experiencia en el Domingo Savio, Castillo invita a unirse al proyecto de la
NACIDO Y CRIADO: Visita con los artistas Jorge Velarde y Marcos Restrepo “Intercambiamos impresiones del barrio y, juntos, activan/complementan el ejercicio de la memoria: algunos nombres, calles, casas, negocios, actividades aparecen mientras la tarde va cayendo”. “Nos enteramos del caso, por ejemplo, de los fideos artesanales CINO, marca de un italiano conocido mayormente como Don Pancho, quien, por testimonios de los habitantes, producía una de las mejores pastas de la ciudad. Este dato nos resulta curioso e interesante, ya que conecta a Jorge (quien es nacido y criado en el barrio) con otra artista guayaquileña, la poetisa Maritza Cino, hija del tano”. (I.C.)
207
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Los us o s d el m apa
208
Brigada DD, que ya estaba trabajando en el barrio Cuba, a Jorge Velarde y a Marcos Restrepo, compañeros y profesores del ITAE, ambos integrantes del grupo Artefactoría. Restrepo piensa que el trabajo de crear es una forma de resolver problemas. Para él, los dibujos son como las impresiones, los rastros de las personas con quienes comparte los momentos. No son solo palabras que se quedarán colgadas en el aire, como la nada. Sonríe cuando muestra los dibujos que esta gratificante experiencia le obsequió, se siente agradecido. De a poco se transforma en un personaje más del lugar. Se inserta y entiende que la proximidad con los vecinos modifica al ser humano que todos conocen. Cuando Restrepo camina por las calles del barrio Cuba, no aparenta, no hay poses, no parece un extraño. Es un vecino, un habitante más del sitio. Está cómodo, en su lugar. Da la impresión de que disfruta de caminar por esas calles que antes le producían recelo; aquellas cuya mala fama se justificaba por algún suceso de crónica roja. En diciembre de 2015 Jorge Velarde sufre un infarto de corazón. Después de una experiencia así, la vida se percibe de una manera distinta; se modifica el entorno familiar y la relación con los amigos. Incluso cambian los hábitos de trabajo, la forma con la cual el ser humano se relaciona
209
“Siempre cuento una anécdota de cuando yo era pequeño, una experiencia recurrente: Fui muy reservado, muy tímido. Tan reservado que de alguna forma, yo empecé a notar que los dibujos que mis padres le mostraban a la gente, llamaban la atención. De alguna forma, empecé a sentir que lo que yo hacía se podía convertir en un puente, ante la dificultad de entablar relaciones con el mundo. Podía valerme de eso y, con esto, valerme para relacionarme con los demás”. (J.V.)
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Los us o s d el m apa
210
con el mundo. Y Velarde cambió. No es algo de lo que prefiera hablar, sin embargo, tampoco se esconde. Otra vez surge el tema del respeto y de cómo hay que saber manejar y comprender esa frontera donde limitan la intimidad de los personajes y su condición de personas públicas. Hay una zona gris donde se cocinan muchas preguntas. Velarde se define más como pintor. Durante la conversación parece no tener prisa. Toma el tiempo necesario para hablar con mucha tranquilidad. En su voz casi no hay variaciones de tono. Habla sin términos complicados, trasmite los pensamientos sin enredarse, sin confusión. Lo deja todo limpio. Es como si no tuviera ningún afán por causar ninguna impresión: ni grata, ni favorable ni nada. Es necesario buscar el personaje, con el cual se siente cómodo. ¿Qué hay detrás del artista que se define como un artesano? «Lo que me interesa de este libro-proyecto es que nos convierta a nosotros y a la gente del barrio Cuba en personajes. Sería pretensioso o ingenuo pensar que este libro va a transformar la vida de este lugar». Quizá sea una pretensión, pero no es un desacierto pensar que cuando una persona se encuentra con el arte, se modifica de alguna manera, ocurren pequeñas transformaciones que, si bien no logran que el mundo cam-
211
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Los us o s d el m apa
212
bie, sí que la persona tenga otro acercamiento a la realidad: ni mejor ni peor, solo diferente. Velarde nació en el barrio y su punto de vista está afectado por todos los años que pasó en esos callejones, recovecos, calles y pantanos. Es claro que no hay historia de vida simple o sencilla. Cada familia tiene su infierno y su paraíso. Sobre todo, cada ser humano carga en su bolsillo su propio infierno. Aunque esta palabra remita al tema religioso, no siempre tiene que ver con eso. Hay que intentar ir más allá de la superficie inicial, porque el mundo es un lugar donde reinan las tormentas y está lleno de complejidades, y los seres humanos no pueden escapar de esta realidad. Por la manera en que se vive en el barrio Cuba pareciera que aquí la tristeza no tiene lugar. Aunque, para algunos, la tristeza tenga que ver con la rabia de no poder cambiar las cosas y las circunstancias que los rodean. Es así como entonces, luego de pasar por la desesperación, llega la porquería de la tristeza con toda la carga de la desesperanza que conduce a la derrota. Sin embargo, nadie en el barrio Cuba debería permitirse el lujo de la derrota, porque por ahí se van filtrando el odio despacio, de manera tenue, indetenible. Y luego ya es tarde para volver a la alegría que caracteriza a la gente del barrio.
Este no pretende ser un libro de definiciones ni de certezas, pero se puede decir que la Brigada DD es un proyecto de dibujo ampliado, que ha fungido como un laboratorio nómada de la práctica artística. Tiene por objetivo realizar recorridos (que varían en su intensidad, duración, ritmo y resultados) por diversos sectores urbanos, proponiendo mediante el dibujo una práctica espacial y dialógica entre los lugares y sus habitantes. Ilich Castillo dice que cuando empezaron con este proyecto, la idea que rondaba en su cabeza era intentar emitir una señal desde el sur de la ciudad. Con este pensamiento se podría proponer otra tesis como pregunta: ¿Guayaquil le da la espalda a los habitantes que viven en esta parte de ella, olvida el sur a propósito, por descuido o por vergüenza? No se trata de imagi-
nar o pensar como si se tratara de románticos trasnochados, sin embargo, una simple mirada hacia el lado sur, pone en evidencia que algo siempre falla por ahí; es una idea que inquieta y revuelve la consciencia.
213
C o nta cto D o s
Llegamos por primera vez al barrio en Julio del 2014 con la Brigada de dibujantes. Al principio recorrimos con cautela (o prejuicio) solo las periferias como el área de la Universidad Salesiana, la calle Limberg, la Rosa Borja, etc. Nos dirigimos hacia una calle larga don-
Los us o s d el m apa
214
de un montón de camiones interprovinciales estacionados esperaban algo, no sabemos qué. Al parecer todos llevaban ganado, lo sabíamos por el olor. Hay gente echada en el piso entre bebiendo y descansando, quizás sean conductores. Nos decidimos por abordar a algunas personas y se nos presenta un tal Menéndez que conoce a todo el mundo en el barrio mientras nos vamos adentrando de a poco a la zona. Nos dice cosas que escucharemos más de una vez, que el barrio es muy unido, que el barrio y el camal son una historia sola, que la delincuencia viene de afuera, que lo que hay es a veces vagos pero que respetan a la gente. Nos da una llave para usar en caso de emergencia: si alias “Gasparín” o el “Chivo” se meten con nosotros, que digamos que somos amigos de Menéndez y se acabó el problema. Lo tendremos en cuenta. Durante los cuatro años siguientes no volvimos a ver nunca más a Menéndez ni tuvimos nunca ne-
“Al enterarnos de la historia del barrio, nos dimos cuenta de que había una especie de rivalidad entre dos sectores, el barrio Cuba tradicional y el barrio Cuba camal. Moradores de ambos sectores marcaban una clara diferencia entre los dos, algunos casi poniéndolos como si fueran barrios totalmente distintos; otros aceptaban que era un solo barrio Cuba, pero que era mejor diferenciar. La cuestión es que más allá de la idea de un conflicto, hay una clara noción de territorialidad y respeto del mismo”. Diego Kang
cesidad de invocar su nombre para que nos protegiera del peligro. Sin exagerar un ápice: nunca nos pasó nada, ni un silbido, ni un tropezón, ni un malentendido, nada de nada. Kang, Oviedo, Arroyo, Medina y poco después Gardeneira fueron los estudiantes que participaron de manera permanente en esta primera etapa. Al principio vagabundeando todos los martes por el barrio, como buscando algo que se les había perdido, luego dibujando y escribiendo todos los jueves sus impresiones en el ITAE. Así por los siguientes dos años. La consigna inicial era muy difusa: recopilar material diverso, historias, fotos acerca del barrio a través de bitácoras personales. No sabíamos muy bien para qué, el plan era descubrir poco a poco el propósito, como una foto que se revela lentamente. Algo después se sumó al proyecto Mariana Tognolli, psicóloga social recién llegada de Argentina. Su llegada ayudó a sistematizar más el proceso, a orientar las preguntas y profundizar en la experiencia de los estudios de campo. Si bien las demandas de objetivos previos para el proyecto fue una discusión continua, esto no detuvo el afán de ninguno por saber más del sector a través de las conversaciones, olores, sabores, imágenes. En definitiva, el plan era vivir el barrio en primera persona. Adentrarnos no fue un proceso de cocina lenta, más bien los informantes estaban preparados
215
C o nta cto D o s Los us o s d el m apa
216
para contar su historia, como si nos hubieran estado esperando hace tiempo. Tábara “el memorioso”, Luna “el gestor cultural”, Karate “el mito deportivo”, Tenorio “el ideólogo”, Laura “la abogada”, Matatán “el terror de los roba-burros”, Alicia “la siervita”, entre tantos otros, perfilan de maneras muy distintas un liderazgo silencioso que privilegia cierta romantización del sector, también un sólido compromiso con su comunidad, sino vaya y pregunte. Sus historias merecen cada una un libro que conformaría la gran biblioteca que es el barrio. Eso lo sabíamos desde el principio. Al concluir esta primera etapa de las bitácoras, llegar a una idea que aproveche todo el material recogido era lo justo en principio: meter todo el barrio en un libro (como si eso fuera posible). No se pudo en ese momento. Otras ideas también se descartarían sin embargo la posibilidad de que el barrio quede en una memoria impresa seguía en órbita y a la espera de que las circunstancias se presenten. Nos alejamos por algún tiempo pero había cosas que cerrar, la gente nos tuvo mucha paciencia. Regresamos a finales del 2015 con Jorge Velarde y Marcos Restrepo, ambos docentes y además admirados artistas locales. Les atrae el proyecto por ciertas conexiones que tienen con el barrio y sus historias personales. Velarde por ejemplo, nace y
217
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Los us o s d el m apa
218
se cría en la zona, mientras Marcos, oriundo de Catarama, se instaló en Guayaquil muy joven y conocía como era la movida en el sur. Frecuentaba el bar de Cortijo y además era compañero de Bellas Artes de Jorge. Retomamos los contactos y le caemos a Cigarro Tábara que en compañía de Guillo Morán nos sacan un montón de papeles, entre esos un mapa del barrio que ha dibujado solito Don Segundo y que le ha servido a Morán para en clave de -remembranza- traducir la historia del barrio en prosa a partir de esta guía. La imagen dibujada en media carpeta color crema, de las que se usan para solicitar empleo, es un pedazo de papel único y simple a la vez. Por un lado es mapa, por otro un conjunto de pruebas taquigráficas. Para nosotros es una cartografía anhelada. Quizás porque nos atribuimos el gesto de haber lanzado una piedra en la memoria del sobrino de Enrique Tábara pintor, y este nos devuelve un dibujo que no imaginó hacer ninguno de nosotros. Un dibujo que ha tomado dos años en concretarse y que no teníamos al inicio del proyecto. Ahora usan-
do el mapa como guía nos adentramos al barrio como una cebolla que se pela por capas, quizás para descubrir si hay una causa o mito unificador. Ya veremos.
219
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
C o nta cto D o s
¿Qué se puede hacer con los prejuicios? Es obvio que todos tenemos construcciones mentales que alguien se ha encargado de poner dentro de nuestra cabeza.
Muj eres
220
El miedo no debería ser una opción para nadie. Sin embargo, desterrar esas construcciones es demasiado complicado. Para el ejemplo está la familia de alguien que desea ser artista: los prejuicios son reales, los integrantes de la familia se asustan porque se hacen eco de una idea que circula de boca en boca. Nunca han ido a ese lugar que consideran de riesgo. No tienen nada más que palabras, entonces las palabras se vuelven poderosas. Diana García alias “Gardeneira” recuerda que fue la última de los estudiantes del ITAE en integrarse a la Brigada DD. Dice que Diana debe ser el nombre más común del Ecuador después de María y el apellido García. Por eso prefiere que la llamen Diana Gardeneira. Está casada y vive en Santa Cecilia, Los Ceibos. Hay una distancia que acepta y de la cual no hace drama. Estudió en el colegio La Moderna y es consciente de que tiene otra mentalidad sobre ciertas situaciones de la vida. Tiene una natural desconfianza, no se aventura por cualquier lugar de Guayaquil y en las calles prefiere andar con cautela y cuidado.
«Yo soy del norte y de repente, iba al sur, solo eso ya era peligroso». Vivir en Los Ceibos, no es lo mismo que vivir en el barrio Cuba donde, desde su punto de vista, todos tienen una relación muy cercana y de buenos vecinos. Ahí descubrió una manera bastante distinta de cómo la gente se relaciona entre sí. «Todo el mundo se conoce y parecen amigos. En mi barrio de Santa Cecilia Los Ceibos no es así para nada. Conozco a los del condominio. Sin embargo, a la persona que vive junto a mi departamento yo la saludo, pero él no, ni siquiera me contesta el saludo. No me siento en confianza. En el barrio Cuba, con las camisetas del ITAE, sentía que ella y sus compañeros estaban enfocados, era imposible pasar inadvertidos. También se encontró con demostraciones de generosidad que la sorprendían. Desde que empezaron a entrevistar a los amigos de la barriada, le parecía que deseaban contar todo. Las ganas y la necesidad de guardar la memoria era urgente. Ella considera valientes a los moradores de este barrio porque son personas que lo han soportado todo. Han vivido siempre en el borde social y donde la pobreza no es ninguna cuestión indigna ni de afrenta. Aunque la pobreza es una marca poderosa, es algo que en muchas ocasiones solo está ligada a situaciones incontrolables. Es
221
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Muj eres
222
223
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Muj eres
224
entendible que nadie desee ser pobre, pero eso tampoco es una razón para soportar las miserias espirituales de quienes no viven ni conocen esta situación. «Miguel Luna y los señores del Club King desde que nos conocieron querían darnos de comer. Este gesto de amabilidad no me lo esperaba y no sé a qué se debe», dice Gardeneira. No existe una única repuesta. Quizá sean esos vínculos de amistad tan desarrollados que tienen desde hace mucho tiempo; o fue una costumbre que creció con las fiestas barriales; o es algo que se nutrió de soportar las adversidades. «Me parece que todas las cosas que pasan y que viven hace que se creen estos lazos». Este ejercicio social le gustó mucho. «Nunca había pensado en hacer un vínculo social con la comunidad a través del arte. Me preguntaba qué pasa si hablo con otras personas tan diferentes a mí. Esta aventura de ir al barrio, conversar con cualquiera, quitarme la vergüenza, ver que están dispuestos a compartir todo, es algo que te transforma y te enriquece como persona. La universidad es como una burbuja aniñada, los callejones (incluido el de la Muerte) y la zona del camal y La Gallera son súper abiertos, según Gardeneira. Hay movimiento comercial. En el callejón de la Muerte vive mucha gente que trabaja
en el camal. Cuando pasas en la mañana por el callejón ves madres de familia, solo mujeres con sus niños porque los hombres se han ido. Este podría ser el retrato, la composición de una sociedad extraviada: las mujeres cocinan, los niños juegan solos y los hombres beben. Algunos hombres, cuando tienen un problema, prefieren tomar un trago con los amigos que pedir un abrazo a otro hombre porque eso está mal visto. Muchas cuestiones se construyen desde el mito, el cuento y la ficción barata; hay demasiadas ideas preconcebidas que solo producen daño. Imagino la terrible tesis de que el alcoholismo es una respuesta estúpida, proviene de que los hombres no podemos simplemente decir: quiero un abrazo. Nos negamos la posibilidad de convertirnos en mejores seres humanos solo porque estamos habitados por una ridícula construcción mental, pero socialmente extendida. La metáfora podría decir: somos sobrevivientes que nadamos en un pantano lleno de arenas movedizas del cual es imposible escapar. Sin embargo, estamos aquí y resistimos porque no estamos hechos para la derrota. Los niños son la confirmación de que la derrota no es una posibilidad. Gardeneira dice que en una visita al callejón de la Muerte le sorprendió un grupo de niños que rápidamente comenzó a
225
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Muj eres
226
227
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Muj eres
228
229
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Muj eres
230
ubicar las fotos, a realizar dibujos y a reconocer los diferentes lugares de su entorno. Le comentaron que no les gusta el nombre del callejón porque eso es malo y proponen algunos nombres para esa zona del barrio, como el callejón del Príncipe. Gardeneira propone rescatar esta mujer que es la ciudad. Visualiza a Guayaquil como una gran mujer que precisa muchas lecturas, no solo el punto de vista del hombre. «Quiero hacer las cosas sin un hombre a lado. Regresar al barrio Cuba sola, sin la compañía de nadie o la protección de un grupo. Ir a puntos específicos por los cuales estuve. Preguntar más a las mujeres, concentrarme en los detalles. Me gustaría sentirme libre de ser mujer sin temor de que algo me suceda por esta condición específica. No usaría ropa grande ni fea. Me gusta-
ría sentirme cómoda de ser una mujer y no solo una estudiante de arte. Tengo una visión y la estoy validando. Cuando llegué al barrio no tenía ni siquiera esta preocupación».
231
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Muj eres
232
233
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
C o nta cto D o s
En la calle Robles cerca de la intersección con Chambers, hay una casa de dos pisos donde vive Alicia, la ‘Siervita’, Castillo. Todos la
Ce nt ra l de o p er ac io nes a “E l s ier v i to”
234
conocen así, pero ella aclara que su nombre es América Vicenta Castillo Moreno. No es atrevido decir que es una persona feliz, no solo porque casi siempre ríe después de cada frase, y algunas veces con picardía deja un chiste de doble sentido y sonríe sin esperar por nadie; es una sensación, un sentimiento que Alicia América trasmite con amabilidad hasta en su rostro. En la parte baja de la casa, hacia el fondo, está una capilla que la Siervita dedicó al Hermano Gregorio. Al entrar al sitio lo primero que resalta es el silencio y un olor particular que no se puede definir: mezcla de algo antiguo, rancio, flores y humedad. Se puede ver un altar con la figura del Hermano Gregorio adornado con flores. También hay una especie de quirófano. En la parte exterior de la casa hay un local donde se vende carne. Esa tarde un hombre destazaba un cerdo junto a la calle: con paciencia de cirujano separaba el cuero, las vísceras, las tripas, la grasa y los filetes; todo se aprovechaba, nada se tiraba a la basura. Existe un sello en todo esto, la presencia infinita del sabor a barrio, el toque callejero y marginal donde converge la identidad profunda con que se
construye un pueblo, una ciudad, y lo que viene después. ¿Se puede pensar un Guayaquil sin estas señas particulares donde se concentra lo popular? No es posible esconder que Guayaquil es un lugar caliente y tropical, con un ligero viento caribeño; la ciudad no puede desconocer su pasado ni la forma de ser de muchos de sus habitantes que incluyen diversas manifestaciones culturales y de vivir. Esto no es tiempo perdido. Alicia América es la primera partera del barrio Cuba, no le alcanza la memoria para recordar cuántas personas nacieron de sus manos; dice que son «a millares surgir». Nació en 1928. «Aquí en el Guayaquil de mis amores. Aquí en mi barrio Cuba Camal, el lugar en donde he vivido toda la vida. El barrio no es tan mal que se diga. Cada cual alaba su queso rancio», dice con humor. Su infancia está invadida por el amor de sus abuelos porque su mamá murió y ellos se encargaron de criarla. Para ella todo ha cambiado, desde los juegos infantiles que eran muy inocentes, las construcciones, la manera de ser de la gente (respeto y educación), hasta la fama de bravos y cuchilleros que tenían quienes trabajaban en el camal; ahora son pacíficos como la balsa que pasa al vaivén de la marea como al ritmo de la tarde. Sobre la fama de peligroso que tiene el barrio Cuba, dice que mucha gente no tiene nada que decir, que habla y repite lo que alguien dijo en
235
C o nta cto D o s Ce nt ra l de o p er ac io nes a “E l s ier v i to”
236
el pasado; palabras que se reproducen sin saber de dónde vienen. Yo, desde que abrí mis ojos vi el camal y nunca me ha pasado nada, felizmente; ni a mis hijas que son nacidas y criadas acá también. Algunos dicen el camal como si dijeran ahí viene el Diablo. Esa fama es mentira, es un barrio sano». Alicia América se da tiempo para decir un par de piropos, bromear, comer galletas, tomar jugo, colgar algunos refranes desde la sala de su casa y recordar que casi con noventa años todavía no se arrastra ante nadie. Acepta que nunca estudió nada que tenga que ver con medicina, pero eso no ha sido una dificultad para ayudar en la curación de una cifra indeterminada-incalculable de gente. «Me dicen la hermana Alicia porque hemos curado a un sinnúmero de personas de diversas enfermedades. Bueno yo no. Yo le digo al siervito, él es quien cura y me dice ponle esto o lo otro. El siervito da las recetas, yo las capto y se las mando a la gente. Nadie se ha muerto todavía gracias a Dios y al Espíritu Santo. Hay bastantes milagros por aquí». Ella deja claro que todos los méritos son de José Gregorio Hernández (1864-1919), conocido como el Hermano Gregorio, quien fue un médico venezolano apegado al catolicismo al que después de muerto le atribuyen poderes de sanar enfermos, como un intermediario de Dios. El 27 de cada mes la gente peregrina para rezarle al Hermano.
De su experiencia como partera relata cómo hace cuando un niño va a nacer: primero controla las contracciones, un dolor es una contracción entonces desde ahí se vigila el posible nacimiento. «No es igual para todas las mujeres, algunas paren al niño o a la niña la cuarta contracción, a veces a la quinta y otras en la primera. Me han salido hasta trillizos. Ahí digo y ¿ahora cómo hago? No. No temas, Alicia, no tengas miedo. Le digo al hermanito Gregorio que venga y enseguida me ayuda. Ninguno, nadie se murió en mis manos. Yo he parteado hasta a mis hijas. A veces me salen unas mujeres lloronas a la hora de parir, pero yo les digo que cuando lo estaban haciendo no lloraron, ahí gozaron». Una de las nietas que vive en la casa hace la cuenta de los descendientes de la Siervita: son cuatro hijas mujeres, ocho nietos, diez bisnietos y dos tataranietos. Ninguno es falsificado, dice Alicia con humor. Luisa, que tiene sesenta años y es una de las hijas de Alicia, dice que llegó al barrio a los veintiún días de haber nacido. Admite que a su mamá algunas cosas se le escapan porque le dio un derrame cerebral, pero con todo eso todavía sigue aquí. Cuenta que la relación de su madre con el Hermano Gregorio comenzó hace unos 38 años aproximadamente. Fue por el caso de un joven del barrio que tenía problemas visuales y la familia había averiguado sobre la hermana Clemencia de Barranquilla que
237
C o nta cto D o s Ce nt ra l de o p er ac io nes a “E l s ier v i to”
238
intercedía ante el Hermano Gregorio. La madre del chico le pidió el favor a Alicia de llevarlo hasta Colombia para que la hermana Clemencia lo operara. Ahí comenzó todo. «A mi mamá también la operó hermana Clemencia y todo salió bien», dice Luisa, «ella siempre ha sido muy católica y de buen corazón, pasaba metida de iglesia en iglesia. Entonces luego de este encuentro fue que la hermana Clemencia le dijo a mi madre para poner un santuario acá. Al tercer viaje ya regresó con esa misiva. Esto antes se llenaba, ahora no. Ya no es lo mismo porque a veces a los seres humanos no nos mueve la fe directamente, sino el interés de curarse y ya. Algunos se curaban aquí y luego iban a dar las gracias a la iglesia de Urdesa». Luisa ha vivido la desagradable experiencia de que los taxistas no la quieran traer al barrio, y de paso que la miren mal por decir que vive aquí. Dice que una vez un taxista la miró con ojo de pene. «La gente está muy loca». Cuando le pregunto por su visión personal del barrio contesta: «Le voy a decir honestamente que el barrio tiene fama mala comenzando con el Callejón de la muerte. Hace años cuando yo era niña y estudiaba en el colegio Guayaquil los ladrones nos respetaban, ahora ha cambiado la cosa. También hay que decir que como barrio hemos sido unidos, vivimos como en una comunidad. Para mí
no es zona roja. Quizás eso viene porque a la gente que trabaja en el camal se la ve con cuchillo o hachas. Aquí no hay bandas de malhechores. La gente mala ocupa su sitio». Ya sabemos que el buen ladrón no roba en la zona donde vive, la cuida, la protege. Para Luisa la diferencia sustancial del barrio Cuba con respecto a otros sectores de Guayaquil, es que aquí la mayoría de los vecinos se ayudan entre sí y son solidarios. Participan de una vida más cercana, aunque sea más agitada. La gente vigila. La gente comenta. Nadie se queda quieto. «La vida en una ciudadela es diferente, allá cada quien pasa en su casa. Si te robaron te robaron, si te acuchillaron no importa. Hablo por mi barrio no por todos los barrios. Por ejemplo, si alguien que viene a comprar cerdo y deja el carro por aquí y supongamos que viene un ladrón que esté bien loco, porque realmente tiene que estar bien loco para que intente robar aquí, salen todos y le dicen que no haga eso porque perjudica y daña el negocio del barrio, ‘no ves que uno tiene que vender para comer’. Mejor dicho, siempre uno está a la vista del otro. Hasta por detrás de la cortina alguien te mira».
Opina que todo el mundo se tiene que conocer, pero no por eso necesariamente hay que mezclarse.
239
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
240
241
Co nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
El reg res o con o tros n omb res
242
243
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
C o nta cto D o s
Sentado en una silla afuera de su casa en Estrada Coello y 5 de Junio, Miguel Luna Vargas recuerda que alguna vez le pusieron el apodo de ‘Cabezón’, pero eso no perduró, como algunas
L a Cu ba Tra d ici o nal
244
otras cosas que se lleva el tiempo, se fue con la juventud. En la adolescencia le decían ‘cabeza de piña’ porque usaba gorra, eso también fue transitorio. En el barrio Cuba lo reconocen simplemente como Luna. Vivió la época de apogeo comercial con las balseras que fabricaban boyas, los aserríos de madera; de las fábricas e industrias como Ipesa, que era de barcos pesqueros; la fábrica de Inca cola; detergente Deja; fábrica de curtiembre; fábrica de vidrio; el camal municipal; la fábrica de aceites La Favorita; la feria agropecuaria Caraguay, Cepe que ahora es Petroecuador y que estaba junto a la Caraguay, la fábrica de colchones propiedad de un alemán, Fideos Cino, que para Luna es un ícono importante de Guayaquil. No está atrapado por la nostalgia, sin embargo, pasa revista a esas largas tardes perdidas en juegos y juguetes: «Jugábamos pelota en una cancha de aserrín que un amigo, al que le decíamos ‘Burro Viejo’, bautizó como Los Reales Tamarindos. Los vecinos que observaban los partidos, le brindaban dos colas Barrilito Ok al equipo ganador. Hacíamos zancos de madera para cruzar las pozas de agua, pistolas de madera de balsa con la cual se fabricaban las boyas para los barcos,
245
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
L a Cu ba Tra d ici o nal
246
metralletas para jugar a la guerra, arcos de flechas para cazar palomas y pájaros. En verano, cuando se iba la luz, y la verdad es que se iba mucho en toda la ciudad, a los tarros de leche les hacíamos un hueco y con un alambre y una vela fabricábamos un candil y ya teníamos luz. Pasábamos fregando como niños que no tenían más apuro ni otra obligación que ser felices». Tiene dos hijos que nacieron en el barrio. Su esposa, Gina Romero Gorotiza, pertenece a una de las familias más tradicionales del sector. Es sobrina del Chiwi Gorotiza, fue primo hermano de la madre de Gina, uno de los fundadores del barrio Cuba. El viaje por el pasado lo lleva a la zona donde construyeron la ciudadela La Saiba; dice que por el sitio donde hicieron la calle José Vicente Trujillo, en invierno se formaba un brazo de estero de que venía desde Las Acacias y junto a los muchachos del barrio Cuba y del camal iban a bañarse y a jugar pelota en la cancha Tres cerritos. «Aquí siempre se jugó pelota y se practicó box. Tuvimos buenos boxeadores. Algunos campeones nacionales. Para mí ‘Karate’ Loor es el mejor en todos los tiempos. Hubo otros buenos como Carlín Prado, que fue dos veces campeón nacional; Freddy Prado, hermano de Carlín; Carlos Bohórquez; Luis Carriel, que le decíamos el ‘Champion’, fue campeón sudamericano dos veces y tetracampeón nacional. En fútbol destacaron ‘Cortijo’ Bustamante; Liobo Silva, que jugó en Barcelona y ahora vive en Quevedo don-
de le hicieron un homenaje por su trayectoria; ‘Chofer’ Vega, que jugó en Norteamérica y en Everest». Se considera a sí mismo un líder comunitario al que le gusta saber la historia. ¿Por qué se llama barrio Cuba? Las versiones son algunas: porque llegaron unos cubanos en el cuarenta, porque el Teatro Cuba existió en el sesenta, que por el lado de Cepe había un cubano que vendía habanos, cigarrillos y whisky, ahí y llegaban los barcos. «Entrevisté a tres personas: Rosita Farfán, que tenía 98 años y pertenecía a una de las familias más antiguas, dijo que cuando era pequeñita ya escuchaba que le decían barrio Cuba. La parte baja se llenaba de agua cuando subía la marea o el invierno era fuerte, había puentes y alguna gente salía en canoa hasta la calle El Oro. El señor Memo Salazar, que murió a los 96 años, me dijo lo mismo. Desde los cuatro o cinco años escuchó que le decían barrio Cuba. Se vivía en los típicos chalés: casa de caña armada sobre palos altos de mangle para que el agua no inunde la vivienda y los animales rastreros no entren. Y el Chiwi Gorotiza, creo que murió a los 85 años, también me ratificó eso. Entonces yo descarté las otras versiones. Nadie me pudo decir quién le puso este nombre, pero se imaginan que fue alguien del Astillero porque las casas eran más altas y se veía la diferencia cuando la marea subía y como Cuba era la isla más conocida y popular vino el nombre. Mucha gente cree que yo me invento
247
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
L a Cu ba Tra d ici o nal
248
esto, pero los profesionales de la historia y de la información saben que las fuentes oficiales son las vividas […]. Toda historia se mantiene si se investiga adecuadamente. Nosotros la mantuvimos». Luna recuerda que en los años ochenta el barrio Cuba vivió una transición en la parte industrial que mantuvo parado el aspecto comercial. Debido a una ordenanza municipal, que declara al barrio Cuba como zona urbana, las industrias tuvieron que salir del sector, a partir entonces hubo un declive financiero que afectó a muchas familias. Con la llegada de la Universidad Politécnica Salesiana hace doce años cambió un poco y en algo mejoró la economía. Para frenar el estigma que mucha gente tiene, Luna dice que el barrio Cuba es uno de los lugares más tradicionales de Guayaquil, tiene su propia esencia, no es de clase humilde, pero sí de clase media o clase pobre que tiende a superarse y es un lugar seguro. «Somos el tercer barrio más antiguo. Las Peñas ha salido adelante gracias a las instituciones públicas. El barrio del Astillero se hizo más empresarial y comercial que de comunidad. El único barrio vivo que mantiene sus tradiciones es el barrio Cuba, eso es gracias a los habitantes. Acá todavía
no entra la regeneración urbana. La hemos solicitado, pero nos dicen que tenemos que esperar».
249
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
C o nta cto D o s
En septiembre de 2004, en una entrevista para diario El Universo, Miguel Cortijo Bustamante (su nombre real era Silvino Antonio Bustamante Tagle), ahora fallecido, me dijo que en el barrio Cuba se terminaba la ciudad. No había nada más, ninguna cons-
L a otr a Cuba
250
trucción para vivir. Después del barrio solo pantano, manglar y desolación. Guayaquil era un lugar pequeño y pueblerino, de poco progreso. Ni siquiera tenía un puerto para que pudieran acoderar los barcos. Es obvio que todo cambia, nada permanece inalterable. Cortijo Bustamante dijo que tal vez el lugar donde está el barrio Cuba nació donde los barcos atracaban y los marinos que desembarcaban lo comparaban con La Habana. Bustamante fue un reconocido futbolista que llegó a la selección de fútbol de Ecuador. Empezó su carrera en el Club Sport Patria, también jugó en Barcelona S.C., C.S. Emelec, Guayaquil Sporting Club. Nació el 17 de febrero de 1940 y falleció el 13 de noviembre de 2012. En la entrevista, que se realizó en el bar de salsa Cortijo, del cual era el dueño, lo acompañó Juan Navarro, un amigo con quien se encontraba todos los días para revivir el pasado. Algunos
251
“Cuantas veces no habré escuchado las versiones de la primera vez que estuvimos a punto de clasificar a un mundial. Pablo Ansaldo en el arco (con una costilla rota) mientras la ‘cortina de hierro’ de Ecuador (compuesta entre otros por el legendario Miguel ‘Cortijo’ Bustamante) intentaba taponar los embates chilenos. Aquel cuestionado partido en el estadio Modelo finaliza 1-1, y ya en Lima, la historia es distinta: Ecuador cae 1-0 y lo demás son los fragmentos de una ilusión que se disuelve rápidamente”. Alfredo Bustamante, hermano de Miguel.
L a otr a Cuba
252 253
C o nta cto D o s
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
L a otr a Cuba
254
dicen que Cortijo tenía un carácter irascible y lo consideran un personaje polémico por su frontalidad y las declaraciones que hacía a los medios de comunicación. Otros lo consideran un personaje importante y un ícono del barrio, esa es la razón reproducir sus declaraciones, no obstante su muerte. A continuación, extractos de la nota que se publicó en diario El Universo el 15 de septiembre de 2004. En el barrio Cuba se terminaba la ciudad «Toda la ciudad se equivoca sobre el barrio Cuba». Así habla Miguel Cortijo Bustamante, quien nació en este lugar hace 65 años. Primero, sus límites no son los que mucha gente piensa. El barrio Cuba está contenido entre las calles Pancho Segura y Lindbergh, y desde Rosa Borja hasta Francisco Robles llegando al fondo donde el río invade la tierra. «Esto no incluye al camal, que en realidad es otro barrio», observa Bustamante. En la calle Oriente terminaba Guayaquil. No había ninguna construcción. Todo era un pantano lleno de lodo. «Esto prácticamente era una selva», asegura Juan Navarro, quien llegó al barrio cuando tenía ocho años y ahora a sus 72 visita cada día a su amigo para recordar los tiempos en que jugaba pelota en lugares que ya no existen y ahora son calles y casas ajenas.
La idea de inseguridad difundida sobre este barrio, según Navarro y Bustamante, es falsa. Eso tiene que ver con la proximidad del camal, que en opinión de los moradores del barrio Cuba, es la causa de esta reputación de peligro. Era una feria de barcos donde se canjeaba arroz, banano, madera de balsa, café, pero también se escondía el contrabando, otros llevaban chicas a los barcos. Por todo ese ambiente, muchos de los marinos y visitantes encontraban gran similitud con La Habana, capital de Cuba. Parece que a alguien de tanto escuchar «Cuba, se parece a Cuba» le gustó la idea de llamarlo así, y de ahí nace ese nombre… También están los recuerdos de cuando la calle Estrada Coello era como un bulevar por donde la vida pasaba feliz, era un lugar muy comercial. «Ahí la gente paseaba con sus mejores ropas y las chicas bien perfumadas. Nada es lo que era antes»… En un viaje melancólico trae al presente cuando la Avenida Domingo Comín se llamaba Avenida Cuba y moría en la calle El Oro. «Con el cambio de nombre le quitaron parte de su identidad». El tiempo cuando la estación del tranvía quedaba por la calle Daule, en la parte de atrás del colegio Cristóbal Colón, que en esa época solo
255
C o nta cto D o s L a otr a Cuba
256
era una casa vieja, también viene a su cabeza. Todo era muy diferente de hoy. Aquí la gente fue haciendo su casa poco a poco. «Yo le compré mi propiedad a un señor que se llamaba Sevedeo Naranjo, quien fue uno de los fundadores. Las casas eran de caña y madera. La transformación tiene que ver con la oferta de los políticos, cuando estaban en campaña venían con volquetes de tierra y el lugar se fue rellenando de a poco. Toda la ciudad ha cambiado, esto era un despelote». Están todavía presentes los momentos de una época cuando eran menos habitantes y había más calor humano, más respeto, cuando todos hacían colectas si un vecino enfermaba. «Ahora las cosas han cambiado, el barrio es demasiado grande, no son los mismos valores morales», finaliza Cortijo. Guillermo Morán, habitante del barrio, y de quien Castillo dice que se inspiró a partir del mapa que realizó Cigarro Tábara, cuenta en una remembranza: «El barrio Cuba, geográficamente está ubicado hacia el sur de la ciudad, empieza en las calles El Oro y Rosa Borja de Ycaza, lugar donde funcionó la antigua estación del tranvía, que circuló en Guayaquil hasta finales de 1940. A continuación se encuentra ubicado el Colegio Cristóbal Colón, que para aquella
época su estructura era de madera y su piso de tierra. Su construcción se culminó el glorioso 28 de mayo de 1911, día que se considera marcó una nueva historia para la ciudad y para el país. Luego tenemos a la iglesia Católica María Auxiliadora y al frente los Laboratorios H. G., el Colegio Domingo Comín y la Universidad Salesiana, que se ha extendido hacia el río Guayas y colindando con éste hacia el sur, a lo largo del barrio Cuba…». En el barrio se encuentra de todo, es como un pueblo donde hay negocio para cualquiera: panaderías, restaurantes, tiendas de abarrotes, colegio, universidad, carnicerías, talleres de mecánica, peluquerías, asaderos, negocios de jugos y frutas, cibers, legumbreras, bares y desorden. Es una idea general que
sin el camal municipal la vida en el barrio Cuba sería demasiado complicada, otra sería la historia y quizá ni existiría. Sin embargo, existe un pero inmenso: no hay áreas verdes. Ni un miserable parque para pasear a los perros.
257
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
L a otr a Cuba
258
259
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
L a otr a Cuba
260
261
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
C o nta cto D o s
Dicen que la historia la escriben los vencedores, aquellos que sobreviven luego del combate. José Ramón ‘Karate’ Loor Bernal camina como si tuviera prisa por llegar a cualquier lugar. Y cuando habla pa-
K a ra te Lo o r
262
reciera que tiene más apuro aún. No importa, todo se le disculpa al campeón, desde la manera rústica e informal que tiene de ser, hasta sus glorificaciones y alabanzas a Dios. Trasmite calidez y produce la impresión de que es una persona con una mezcla entre ingenuidad y nobleza de espíritu. Nació en 1957, ahora tiene sesenta años, pero empezó a noquear a sus rivales a los diez. Es una figura reconocida, para algunos, como Robin ‘Matatán’ Montes, un ídolo, una inspiración no solo para combatir las adversidades, sino también para vivir honradamente. Es una operación muy complicada encontrar a alguien en la barriada que no haya escuchado de las hazañas de ‘Karate’ Loor. Para empezar nadie lo llama por su nombre, José, el apodo se impuso, le ganó por nocaut al nombre de bautizo. La pinta y el porte lo acompañan. Parece listo para ir al gimnasio con su calentador negro, chompa blanca y zapatos deportivos. No es alto, pero denota fortaleza: macizo, compacto. Debe
263
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
K a ra te Lo o r
264
ser complicado derribarlo de un puñete. En su rostro están las marcas de los golpes, un tejido recubre la parte externa de sus ojos. Se cuadra, muestra la pose de boxeador sin alardear y dice: «Vine al barrio Cuba pequeño. Mi mama tenía un salón por el callejón de la muerte. Han escuchado hablar del cabaret Rosa Garrapata, ¿no? Ese era de mi mamá. Un día salimos con mi hermano bien vestiditos. Yo tenía diez años, vino un tipo y nos robó. Me quedé un rato mirando sin saber qué hacer. Después reaccioné y le di un solo puñete. La pelea se armó. La gente vio que me gustaba pelear, de allí viene el sobrenombre Karate». Eran otros tiempos. La fama prendía rápido en ese barrio pobre, de arquitectura tropical y desordenada; sí, hay que reconocerlo sin remordimientos, barrio de casas chuecas y desvencijadas, construidas sin planos ni arquitectos, la mayoría hechas por los mismos dueños. En el barrio Cuba no había espacio para la tristeza porque los pobres tenían un campeón. Y cuando el campeón subía a un ring se armaba la fiesta, la alegría estaba garantizada. Hay gente tocada por unos talentos o cualidades especiales, por una especie de suerte divina, por una varita mágica —dirían quienes creen en magos y hechiceros—. Existen seres humanos que ha-
265
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
K a ra te Lo o r
266
cen cosas que para otros parecen imposibles. Karate tiene su estrella. Es el tipo de persona que lucha por su vida, por ser fiel a lo que le dicta el alma con las armas que le dio la naturaleza. Quizá Karate encarna, más que nadie, ese espíritu sobrenatural que se percibe en el barrio Cuba, esa sensación inexplicable en la que se funde lo profano con lo divino, lo sacro y lo pagano. Porque él dice que ahora es un hombre de Dios. La paradoja: un soldado de Cristo que cree en el poder de los golpes. Es el hombre quien falla, no Dios, dice Karate. El pequeño creció. Lo invitaban a pelear hasta tres veces por día y él iba y repartía puñete sin considerar el tamaño del rival. Nadie discutía su talento para el golpe. Por ahí se armaba un precario ring callejero y el boxeador le entraba con todo, no perdonaba a nadie. En un arranque, que ahora considera de estúpida virilidad, hasta a su propio hermano le pegó. Con Karate bravo y enojado nadie estaba a salvo. El arte también sirve para soñar pesadillas. Imaginen un cabaret con todo el libertinaje y los excesos, cuando no había ni horario para cerrar. Era el año 1967 y no existía tanta preocupación por los derechos infantiles. Los más pobres no tenían televisores, quienes podían pagaban diez centavos de sucre para alquilar un lugar y ver
267
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
K a ra te Lo o r
268
televisión en casa ajena. La miseria. El niño creciendo dentro del cabaret. Durmiendo junto a los cuartos donde las damas que trabajaban ahí tenían sexo, él calcula que eran sesenta mujeres. Es necesario saber que el niño no conoce a su padre. Los tipos que frecuentaban el lugar invitaban a bailar a la hermana y algunos se propasaban. Algo se rebela dentro del niño. Entonces empieza a golpear a los borrachos malcriados. Alguien mata a uno de los hermanos del niño. La madre queda desecha. Todo se desintegra, se hace pedazos. Karate descubre que el mundo no es un papel en el que cualquiera puede hacer un bonito dibujo. La casa de Karate está frente al camal municipal. También funciona como un negocio: alquiler de congeladores para guardar carne. Un parlante amplifica mensajes religiosos de manera continua. Él tiene que gritar para que se entienda lo que dice. Empezó a competir a los trece años y se fue de largo. El campeón ganó 98 peleas por KO, perdió 4 de 178. Cifras enormes. Hace una pausa, se mete por el callejón de su casa, regresa con varias publicaciones, fotografías envejecidas, pedazos de papel, afiches, recortes de periódicos. Hay una foto que impresiona: Karate con los labios hinchados hablando por un micrófono. Él recuerda que en
ese momento tenía la nariz partida, la lengua partida y el orgullo hecho pedazos. Dice que perdió el título con Néstor William Obregón. «Ese nicaragüense me mató. Me dejó ensangrentado como vaca de costado». El campeón agacha la cabeza, se lleva las manos al rostro y llora. En su mano izquierda falta el dedo meñique. No hay silencio que sirva para ocultar su pena. No existe consuelo que valga un millón de dólares. El campeón balbucea como un niño pequeño. Quizá piensa en esa noche en Puerto Rico cuando una hermosa mujer le brindó droga por primera vez. Tal vez recuerda las muchas tonterías que hizo, que le impidieron prepararse mejor y vencer en el ring. A lo mejor revive las fiestas con los amigos, los tragos y los excesos. Dudas y más dudas. Simples conjeturas. De eso también se compone la vida. Karate solloza y en sus lágrimas se condensa el misterio de la tragedia griega: los héroes también caen derrotados y lloran. Otra vez todo se confunde: la vida con la leyenda, la realidad y la fantasía se mezclan hasta un punto en que es difícil discernirlas. Peleó, viajó y gozó de la fiesta el trago y las mujeres. Hizo honor al descarriado macho latino: mujeriego, borracho, pendenciero y jugador. Asegura tener catorce hijas y tres hijos de diferentes naciona-
269
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
K a ra te Lo o r
270
lidades. ‘Cigarro’ Tábara dice: «Ese muchacho iba a ser un campeón mundial de box de aquí, del barrio Cuba, pero no fue. Yo lo vi pelear en Portoviejo y era un excelente boxeador». Karate combatió en 17 países, derrotó a buenos peleadores de esa época como Raúl Noria, de México; Joe Olivo, de Estados Unidos, y Betulio Gonzáles, de Venezuela, quien fue tres veces campeón del mundo. Pero eso ya pasó. También pasó el tiempo cuando ganaba una pelea y se iba de juerga. Aparecía tres semanas después sin un centavo, se enfurecía y seguía como si nada. Ahora el campeón dice que es un servidor de Cristo. «Ayudo a mis alumnos, como a este chico que se llama Israel Mantilla y es seleccionado juvenil del Guayas. Soy un hombre nuevo, sin soberbia. Si veo un pan en la calle y lo recojo, lo guardo o se lo doy a alguien. Comparto todo lo que sé y lo que tengo. Nunca me falta un guineo para comer. Enseño boxeo en la Universidad Salesiana, pero aquí en el barrio Cuba no tenemos ni un pequeño lugar para entrenar, solo la calle. Lo que me gusta-
ría es un centro de recreación para que vaya gente que no sea pelucona. Si pudiera pedir algo para mi gente sería un parque o un centro deportivo».
271
L a Bat a lla de l C am al
272 273
C o nta cto D o s
275
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
C o nta cto D o s
Robin ‘Matatán’ Montes es uno de estos luchadores que se enfrentaron en el año 2012 a los policías metropolitanos que pretendían desalojar a los comerciantes de carne de los alrededores del camal municipal. Recuerda que los metropo-
L a Bat a lla de l C am al
276
litanos llegaron desde el mercado Caraguay hasta la calle E del barrio Cuba y empezaron a repartir palo reprimiendo con gases y toletes. Se armó una batalla callejera. «Todos salimos con cualquier cosa que teníamos para defendernos: cuchillos, piedras, botellas, palos, lo que sea». Muestra las cicatrices de las heridas por el enfrentamiento y se pregunta: «¿Por qué no tenemos derecho de trabajar aquí en nuestro propio barrio, si la mayoría de nosotros viene de familias que se dedicaron toda la vida a eso? Lo peor era que no paraban de salir más y más; nosotros mientras tanto ya nos íbamos preparando para el día siguiente si sabíamos que iba a ser lo mismo». Nació un 10 de octubre hace veintinueve años. Trabaja desde los once en el negocio de vender carne. Su padre, que también se llamaba Robin, lo metió en el oficio y le enseñó los trucos y secretos. Está casado con Verónica Saltos desde hace diez años y tienen dos hijos: Cyara, una niña de ocho años y Matheus Robin, un niño de cuatro años. Matatán conoce los prejuicios por trabajar de carnicero y vi-
277
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
L a Bat a lla de l C am al
278
279
L a Bat a lla de l C am al
280 281
C o nta cto D o s
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
L a Bat a lla de l C am al
282
vir cerca del camal; de la tensa calma, a la que se refiere Castillo, que se respira en las calles de ese lugar; de las revelaciones y sofisticadas estrategias del crimen que hay en el barrio; de los diversos problemas que producen las drogas; sabe de pillerías, de robos y de cárcel adonde fue a parar por hacer escándalo en la vía pública. «Yo nací en El Guasmo, pero mi familia es de aquí. Llegué al barrio Cuba a los cinco años, me trajo mi padre. Él era comerciante de reses y jugaba como arquero en los campeonatos que se organizaban en el barrio y se realizaban dentro del camal. Él me enseñó todo lo que sé sobre este trabajo de las reses y el ganado. Incluso me enseñó cómo matar a las vacas. Yo compro los animales al pie (vivos), luego los despostamos y de allí los traemos al negocio, por esa razón sale un poco más económico para la gente que compra en La Gallera». Dice Matatán que en el supermercado la carne vale 3,50 dólares, y que en La Gallera se consigue en 2,80. Matatán tiene apuro por contar la historia que conoce. No quiere perder tiempo. Suelta las palabras rápido, como si le quemaran en la lengua. Es difícil que sus manos se queden quietas. Viajó con su papá por algunas ciudades del Ecuador; en esos viajes aprendió a tazar al animal en pie, faenar y matar. «Antes nosotros le pegamos una puñalada por la
283 A 3 años de la batalla por “EL CORRAL”
Robin rememora. Sale un momento de su puesto y señala al final de la calle la dirección por la que empezaron a salir una cantidad cada vez más creciente de policías metropolitanos que los reprimían con gases y toletes: “Todos salimos con nuestros cuchillos, piedras y palos a defendernos. ¿Porqué no tenemos derecho de trabajar aquí en nuestro propio barrio, si la mayoría de nosotros viene de familias que se dedicaron toda la vida a eso?” “…lo peor era que no paraban de salir más y más; nosotros, mientras tanto, ya nos íbamos preparando para el día siguiente si sabíamos que iba a ser lo mismo.” (I.C.)
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
L a Bat a lla de l C am al
284
parte del corazón a la vaca, la desangrábamos, la faenábamos y la pelábamos. Todo a la criolla. Ahora eso lo hacen en el camal con procedimientos técnicos. Ya estoy acostumbrado a la sangre y a su olor, ya no me produce nada». La primera referencia del barrio Cuba para Matatán es ‘Cortijo’ Bustamante: «para mí él es una de las leyendas que tuvo el fútbol ecuatoriano. El señor puso un bar en el barrio que la gente frecuentaba y se tomaba unos tragos, íbamos a pasarla bien. Compartíamos también con otros futbolistas. Yo era un muchacho y desde esa época he visto como el barrio ha evolucionado en muchos sistemas. Es un lugar tranquilo, alegre. También hay muchas personas que dan buen ejemplo como ‘Karate’ Loor. Uno de los aspectos más importantes del barrio para Matatán es que sus habitantes tienen una permanente fuente de trabajo que se nutre del camal municipal. Muchas familias dependen del negocio de la carne y por medio de esta actividad han logrado conseguir una mejor calidad de vida. Pertenece a Asocondel (Asociación de Comerciantes en Carnes) una organización que crearon junto a otras veintitrés personas entre las que también está su madre, Rosa Astudillo, para apoyarse frente a los abusos del Municipio. Nadie desea que los enfrentamientos se repitan solo porque son catalogados como comerciantes informales.
285
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
L a Bat a lla de l C am al
286
«Este barrio está lleno de muchas cosas. Aquí circula el billete, hay dinero por todas partes, eso se debe a los negocios de todo tipo. Cuestionamiento, ironía, actitud crítica y alguna forma de la redención son los rasgos que se descubren en las palabras de Matatán. Todo podría ser parte de la ambigüedad que acompaña al hecho de vivir. Son expresiones que no deberían dejar indiferente a nadie frente a los problemas que enfrentan los residentes del barrio Cuba. No se trata de reducir la cuestión a blanco y negro, hay una serie de matices para intentar explicar los fenómenos humanos y sociales de manera progresista. Como en cualquier otro lugar en el barrio también hay equivocaciones. Matatán piensa que únicamente los hombres débiles de mente hoy en día pueden cometer feminicidios. Algunos seres humanos solo son parte de una horrible maldición. «Conozco tipos que han sido podridos en las drogas, pero nunca le han faltado de respeto a su mujer». Hubo un tiempo de violencia, pero él cambió, no es tan estúpido para no hacerlo. Quedan secuelas de ese comportamiento que prefiere dejar a un lado. Huellas más mentales que físicas. A ese pasado en el cual andaba en cosas chuecas no existe ninguna posibilidad de volver, eso ahora le provoca risa. Sin duda tiene mucho porqué agra-
decer. Asegura que la gente lo respeta, confía en su palabra y lo consideran un señor. Es temeroso de la palabra de Dios porque ahora sabe lo que es bueno o malo. «La policía me respetaba. Todavía me respeta, mejor dicho. Yo estaba en ese tiempo en malos pasos., ellos me veían y no me decían nada. Algunos se preguntaban por qué a Matatán la policía no le dice nada y a otros muchachos de barrio le hacen tanta lámpara. Pero nadie sabía lo que estaba pasando, lo que había por debajo». Cualquier discurso o apreciación es susceptible de ser revisado, pues si algo debería caracterizar a los seres humanos es la capacidad de dudar absolutamente de todo, no creer en verdades difundidas como absolutas. Para muchos la verdad es solo una dimensión relativa a su propio conocimiento. Guayaquil es una ciudad
donde la administración pública de la justicia es selectiva, casi siempre depende de los contactos y del dinero; los pobres y desgraciados, por lo general, no tienen mucha suerte cuando caen en manos de quienes los deberían servir y proteger. En ocasiones la violencia del Estado es la más feroz.
287
El reg res o con o tros n omb res
288 289
Co nta cto D o s
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
L a Bat a lla de l C am al
290
291
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
C o nta cto D o s
En la casa donde vive Mariana García suena música moderna y pegajosa. El lugar es cómodo y lleno de luz: una sala amplia, paredes sólidas, piso de grandes baldosas blancas, un mesón que funciona como bar divide el área de la cocina del comedor. Es un sitio
C omi té Rey de l C o ng o
292
acogedor que invita a quedarse, sin lujos ni ostentaciones, pero tampoco escasez o penurias. Todo luce limpio, impecable, huele a desinfectante, no se ve una mancha por ningún lado. Es el hogar donde vivió la abogada Laura Moreno. Mariana, quien prefiere que le digan Marianita porque así la llamaba la abogada, compartió 26 años junto a ella. Tenían una relación de madre e hija. La abogada ya no está. Marianita dice que murió de cáncer de garganta en noviembre de 2016. Castillo y Velarde se sorprenden de su muerte porque la recuerdan con buena salud. La noticia los afecta y los frustra porque en la memoria de ambos ella estaba bien parada. Era una mujer dura y de buena templanza. Nada hacía sospechar que la muerte estuviera durmiendo en su garganta. Parece que a la abogada no le gustaba compartir sus penas y guardó el secreto de su enfermedad muy bien. Hasta para Marianita fue una mala sorpresa este cán-
293
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
C omi té Rey de l C o ng o
294
“Hablar de memoria en el barrio Cuba era hablar del territorio, y hablar del territorio era casi como hablar de identidad. Sin embargo, el territorio que ahora conocemos como Barrio Cuba se encontraba atravesado por una historicidad política activa. El territorio, la tierra, ha sido una de los focos de organización de sentido de este barrio siendo el Comité Rey del Congo el lugar histórico de acción” (C.T.)
cer. Aunque reconoce que Laura fumaba desde los diecisiete años. Hay que aceptar que determinados sucesos no están en control de ningún ser humano. Aunque resulte complicado decirlo, todos deben entender que morir es natural, y contra este hecho nada se puede hacer. Una enfermedad mortal rara vez se anuncia con tiempo para que las personas puedan irse sin ningún asunto pendiente. Entonces, Castillo, Velarde y Restrepo comprenden que algunas voces que compartieron importante información sobre el barrio Cuba ya no estarán más. Frente al desconcierto que produce esta situación, existe la posibilidad de reconstruir la historia del barrio a través de sus muertos. Es triste recordar que también se fueron Manuel Tenorio, quien compartió los manifiestos comunistas que tenía en su poder y José el Chiwito Gorotiza, que pertenecía a una de las familias más antiguas y fundadoras del barrio, ambos apoyaron con emoción el proyecto de la Brigada DD desde el inicio. ¿Si quienes los conocieron no hablan por los muertos y de las cosas que hicieron, quién lo hará entonces? Todo se perdería. Marianita muestra los recuerdos de la abogada, quien ingresó a estudiar Derecho a los 38 años y salió a los 44. Pasan los diplomas, los títulos, los documentos, los pergaminos, los acuerdos,
295
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
C omi té Rey de l C o ng o
296
invitaciones, reconocimientos por su trabajo como abogada y dirigente barrial, las fotos de una vida. En las imágenes se ve a una mujer de piel morena, guapa y con porte orgulloso. Ante la pregunta: ¿Hay algún hijo o familiar cercano que pueda hablar sobre Laura Moreno? Marianita responde que no. Como si fuera el guion de la más penosa y patética película donde una gran parte del Ecuador se refleja, dice que ya no quedan ni padres ni hijos de la abogada. La descendencia se cortó. Castillo dice, con resignación, que la madre de Laura era jamaiquina y no le gustaba que su hija anduviera metida en esos líos de comunistas y socialistas porque esa vaina por lo general termina mal. Laura le contó que su madre tenía mal carácter, no comulgaba con el espíritu revolucionario y esa fue una de las razones por las cuales le quemó todos los papeles y revistas en los que se pudiera encontrar cualquier cosa sobre ese tema. En los días cuando el barrio Cuba no estaba legalizado y se luchaba por la tierra, llegó al Comité Rey del Congo donde coincidió con Manuel Tenorio, Chiwito Gorotiza y Senén Jordán Medina. La memoria persiste. Los padres de Laura vivieron en el barrio más de setenta años y ella fue testigo en primera línea de la transformación del
“Mis padres vivieron aquí más de setenta años. Y a los nueve me recuerdo de niña que este barrio era lodo, agua, monte, culebras,a pescaditos en el agua y hasta se oía decir que es oía el silbido del diablo”. “Aquí para poder comprar alimentos cuando era invierno los padres” . “Nos hacían unas ‘balsillas’ amarradas con bejuco. Y en esas remábamos con las dos manitas y salíamos a comprar el cafecito de la tarde, la harina para las arepitas del día siguiente. Ese era el sistema de aquí, así se manejaba esto eso era en el invierno”. Laura Moreno
297
C o nta cto D o s C omi té Rey de l C o ng o
298
lugar. Desde lodo, agua, peces que nadaban alrededor de las casas, monte y culebras; hasta balsas para transportarse, lucha por la tierra, relleno, casas de ladrillo y cemento y pavimentación. Como integrante del Comité el Rey del Congo ella conoció el engaño y la ambición de ricos y políticos que se aprovechaban de la ingenuidad de sus amigos y vecinos. Para la historia quedará el combate desigual que Laura y sus compañeros establecieron contra familias ricas y terratenientes como si de señores feudales se tratara. Consiguieron el apoyo del abogado Jaime Hurtado, quien militaba en el MPD (Movimiento Popular Democrático) y lograron un decreto para comprar los terrenos que les alquilaban los Parra Velasco y a su vez arreglar las casas de madera y caña; luego vinieron el ladrillo, el cemento, y algunos años después, los servicios básicos y el asfalto en las calles. Detrás de cada logro siempre hubo una lucha. Se puede decir que sin el Comité Rey del Congo el barrio Cuba hubiera tardado muchos más años en consolidarse. Marianita solo tiene palabras de agradecimiento para Laura, dice que era una mujer que odiaba las injusticias y peleaba legalmente a favor de cualquiera que le pidiera su ayuda, no le importaba si la persona no podía pagar sus servicios como abogada. A pesar de su militancia y
Comité Rey del Congo INICIOS “…fuimos creciendo en un ambiente de engaño, cómo venían aquí estos señores ricos a tragarse el café a comer pan y todo eso y nunca daban nada, aprovechándose de la ingenuidad de nuestra gente. Entonces yo fui creciendo en ese ambiente. Y ante eso el cambio de ideología. No se hace comunista, ni izquierdista pero se identifica con una ideología de avance (…) - prosigue Laura- Muchas personas estuvimos presas al luchar contra los Parra Velasco, los millonarios que vivían acá a la salida, donde es ahora las damas consulares. Ellos eran dueños de todos estos terrenos. Cuando ellos vieron que los terrenos comenzaron a tomar valor, comenzaron a hacer una campaña para sacarnos de aquí. (…) El señor Parra Velasco se tomó esa campaña para sacarnos. Fue ahí que el Comité Rey del Congo tomó más fuerza cogió y tuvimos que acudir a la ayuda del abogado Jaime Hurtado como nuestro asesor”. AUGE “…logramos también un decreto con la cual podíamos nosotros arreglar nuestras casas sin permisos, sin nada de esas cosas. A partir de ahí logramos poner cementito, ladrillito a nuestras casas. Nos dieron 5 años de gracias para poder hacer esto sin esos permisos ni ningún impedimento. Pero nos faltaba agua potable, energía eléctrica y nos faltaba pavimento y línea telefónica. Hasta que seguimos luchando como comité fuimos logrando poco a poco el agua potable por canalización, por tubería, domiciliaria, luego logramos una buena energía eléctrica porque nos daban así… un medidor para tantas personas y fuimos individualizando los servicios. Después el asfalto… costó mucho para que este barrio sea lo que es ahora”. DECADENCIA “…el comité tuvo una falencia. Parece que mucho se apegó al MPD. Ya se trabajaba más bien para campaña política. Se politizó. Pero también la gente ya vio que tenía su escritura, que tenía su agua, tenía teléfono, tenía luz y tenía una calle arreglada. Entonces les pareció a la mayoría, gente que no se concientizó a tiempo, que ya lo tenían todo, que ya no necesitaban del comité. Entonces el comité comenzó a decaer”. LAURA MORENO
299
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
C omi té Rey de l C o ng o
300
trabajo como dirigente barrial, piensa que sería bueno que también se la recuerde por la alegría que repartió desde el bar que ella mantuvo durante algunos años. «El lugar no tenía nombre. Solo lo reconocían como el bar de la abogada. Mucha gente llegaba solo por la alegría de compartir con ella». Frente a la casa donde vivía la abogada Laura Moreno está la vivienda de Abdón Senén Jordán, tiene 89 años, nació el 30 de julio de 1928, es oriundo de la isla Puná y tiene 64 años en el barrio Cuba. Dice que en la época en que llegó a este lugar, la calle frente a su casa la bañaba un estero cuando subía la marea: «Para poder caminar tuvimos que hacer un muro para contener el agua, luego tiramos piedras en el lodo para que se seque porque no había relleno, solo estaban un poco delineadas las calles, nada más. Cuando se formó el comité político la gente se organizó y empezaron los reclamos pidiendo mejoras para el barrio. Desde ahí se empujó la lucha. Al comienzo, cuando yo vine aquí, los Parra Velasco nos cobraban arriendo por un pedacito de tierra. Ellos cobraban, pero no hacían nada para que las personas vivieran mejor». «Yo iba y venía en balandra desde la isla Puná, pero cuando ya me hice de mi esposa me asenté aquí».
301
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
C omi té Rey de l C o ng o
302
Manuela Banchón es la compañera de Abdón Jordán, ella se mantiene a unos metros de distancia de donde está sentado su esposo. Él le dice que se acerque, pero ella no se mueve, sonríe y se mantiene fiel a sí misma en su lugar. Prefiere que sea Jordán quien relate los inconvenientes y penurias que pasaron para conseguir su terreno. No desea interrumpir, tampoco le gusta la exposición de las fotografías. De vez en cuando asiente con la cabeza a las palabras de su compañero y ríe sin apuro. Los perros ladran, los carros pitan, los vendedores siguen gritando. La calle está viva, es parte de la identidad de la barriada. Parece que aquí el silencio no es posible. La conversación se complica un poco con tanto griterío. La voz de don Abdón no varía, él está concentrado en el relato. Recuerda que cuando llegó era tiempo de maleza, algarrobales y de ganado que vagaba libre por los montes y lodazales propiedad de la familia Parra Velasco y también de X. Marcos. El barrio se hizo casita por casita, los señores dueños de las tierras no les permitían hacer casas de cemento, solo consentían que sean de caña o madera. «Antonio Parra Velasco no vendía porque esperaba que la tierra ganara más plusvalía. Cuando ya formamos el comité tampoco nos quiso vender a nosotros porque
303
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
C omi té Rey de l C o ng o
304
le queríamos pagar a diez sucres el metro. El Comité fue al departamento de desarrollo de la comunidad del Municipio para negociar la venta de la tierra. Entonces llamaron a Antonio Parra Velasco, pero no llegamos a ningún acuerdo por el precio. Él quería vender según la ubicación de los terrenos, los que estaban al fondo 150 y los que estaban más adelante a 200 sucres el metro de tierra. En el Municipio le preguntaron si tenía escrituras por esas tierras y él contestó que sí, luego le preguntaron si pagaba impuestos y contestó que no. Todos dijimos que nosotros pagábamos y mostramos los recibos. Se volvió loco Parra Velasco». Al final la gente del Municipio recomendó a quienes deseaban comprar los terrenos solicitar una audiencia al Congreso y pedir ayuda a los legisladores mediante un decreto. Ahí los apoyó Jaime Hurtado. Entiendo que muchos luchadores populares, que se convierten en héroes para sus allegados se caracterizan por poseer una visión crítica de la sociedad, lo que da como resultado la reivindicación de la soledad o, inclusive, de la melancolía. Suelen ser, además, personajes que poseen una sensibilidad aguda, independientemente del rol social que desempeñen (abogados, comerciantes, curanderas, amas de casa, boxeadores,
“A veces hay unos efectos que toman más tiempo que existan. El otro día fuimos a ver a don Manuel Tenorio, que tiene una libreta con todo los habitantes del barrio y lo que pagaban mensualmente, porque antes los terrenos se alquilaban y, aparece esa relación con Cuba desde la ideología”. (I.C.)
305
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
C omi té Rey de l C o ng o
306
307
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
C omi té Rey de l C o ng o
308
dirigentes barriales, líderes sindicales), algunos optan por la marginalidad o se asumen en ella, y al hacerlo cuestionan el orden social. Por la historia del barrio Cuba han pasado algunos de estos héroes anónimos y han tenido que soportar el ataque de las instituciones, malos políticos o de gente con mucho dinero que pretende controlarlos, sancionarlos o condenarlos al silencio y a la inmovilidad. Es comprensible que uno se rebele contra eso porque nadie desear vivir con la boca callada y condenado a la muerte social. De ello resulta un enfrentamiento siempre violento, pues los pobres o los que menos tienen, no se resignan a perder la posibilidad de una vida más plena. Estos personajes no admiten que se los margine y se les imponga el criterio selectivo de la ley que, en la mayoría de los casos, apunta a esta premisa: para mis amigos lo que sea; para los desconocidos, para los otros, para los demás, mi ley. Cecilia Gorotiza Chávez dice que su hermano José solo estudió hasta el cuarto grado de la escuela. Esta única frase, si se conoce algo sobre la realidad del ‘Chiwito’ Gorotiza, obliga a pensar que la vida de una persona no está marcada para un solitario camino. Con la muerte del Chiwito se fue el cuerpo. Para el presente y el futuro quedan las fotos y los recuerdos que las voces de su familia relatan. En las fotografías aparece un
309
Visita a Don José “Chiwito” Gorotiza
“En la búsqueda de algunos íconos del barrio, nos reunimos con José. Él nos contó de las luchas emprendidas por el barrio en la comisión junto a ‘Mechi’ Veliz, del sector del Callejón de la Muerte, y de todo lo que consiguieron en esos momentos por el barrio. José tiene lindos recuerdos de ese momento, pero hace tiempo que no se ve con los compañeros que siguen en el barrio”. (D.G.)
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
C omi té Rey de l C o ng o
310
311
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
C omi té Rey de l C o ng o
312
hombre recio, bien vestido, con saco y corbata la mayoría de las veces; con un porte de señor de los de antes, al que parece no le gustaban las pendejadas. Cecilia lo recuerda como un ser humano juicioso que se interesaba sinceramente por la vida de las personas. Era el mayor y fue el educador y profesor de los siete hermanos de la familia que formaron Gilberto Gorotiza y Altazara Chávez, sus padres; ella recuerda que incluso los castigaba si fallaban en los deberes y el estudio. José trabajó en una de las balseras del sector; desde su puesto de obrero y empleado se convirtió también en dirigente deportivo y un líder que, junto con otros integrantes del Comité Rey del Congo, organizó a los habitantes del barrio Cuba, sobre todo en la parte política y en el tema de los derechos humanos. Se preparó leyendo, estudió y se plegó a las tesis socialista y comunista, fue defensor de ciertas ideas confrontadoras del poder, se transformó en un verdadero revolucionario convencido de su doctrina que lo obligó a luchar para obtener un pedazo de tierra que pudiera llamar propio. Para el Chiwito era imposible ignorar la situación de no tener una casa donde dormir. Quizá esa fue una de las razones por cual se ganó el respeto, el aprecio y la consideración de muchos. A Cecilia no le gustan las fotos. Pertenece a una
juguetón, bromista y que hacía chistes de cualquier situación, y que de donde sea sacaba una ocurrencia para reír. Pero cuando no le gustaba algo con lo que no estaba de acuerdo se convertía en el más serio del lugar. Eso no quiere decir que fuera belicoso, bravo o peleón. Trataba de evitar los problemas y con su ocurrencia salvaba los malos momentos. Los Gorotiza son una familia bulliciosa y numerosa. Cecilia recuerda que en uno de los cumpleaños de su hermana Graciela hicieron una parrillada y cerraron la calle Estrada Coello intersección con Robles debido a que había demasiada gente. No hubo disturbios ni problema porque, asegura, el barrio Cuba es un lugar sano, aunque siempre hay alguna cosilla por ahí. «Yo digo que mi barrio es el mejor de todos los barrios». Cecilia nació junto a la orilla del río Guayas. «Mi papi era administrador de una fábrica y tenía una casita de pobre al pie al río». De ahí surgió el Chiwi, quien vivió las penurias del fango y el lodo; todas las penurias de esa vida de necesidad que siempre obliga a querer transformar la realidad. Cuando se vive en esas circunstancias, solo queda ir para adelante sin detenerse en consideraciones de forma, lo que en realidad importa es el fondo. Mercedes, otra sobrina del Chiwi, dice que él to-
313
C o nta cto D o s
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
C omi té Rey de l C o ng o
314
de las familias fundadoras del barrio Cuba y ha vivido todos sus 69 años aquí. La suya es una historia de amor y pertenencia, de identidad profunda con este sector popular. Dice que el espejo no miente, que los años pasan, dejan huella y envejecen, aunque se considera una persona alegre y feliz con quien es y con lo que tiene. En su memoria el Chiwito permanece como un hombre estricto, despierto y de trato amable, a quien no le gustaba la vaina ilegal ni los abusos de nadie ya se trate de un rico, pobre o poderoso. En fin, el era lo que la gente del pueblo reconoce como una persona decente. «Tenía muy buena memoria y se acordaba hasta de la fecha de nacimiento de cada uno de los miembros de su familia», dice ella. Eso no es una frase menor, porque según algunos de quienes lo conocieron, sabía cuánto dinero aportaba cada uno de sus vecinos para financiar las actividades del Comité. Isaac, a quien conocen como ‘Cabeza de bala’, hijo de Cecilia y sobrino del Chiwito, dice: «Conocí a mi tío más como dirigente deportivo. Le gustaba mucho el fútbol. Cuando yo era muy pequeño me escogió como mascota de un equipo que se llamaba Corsario. Me llevaba a donde sea con el equipo, incluso fuera de la ciudad». Lo recuerda como alguien muy alegre,
maba trago duro. «Nosotros somos hipertensos y él decía que con el puro de aguardiente la hipertensión se normalizaba. Era de aquellos tipos que se dormía y luego se despertaba a seguir bebiendo. A veces bebía hasta caerse al piso. Hacía tres enviones en el día».
Castillo dice que el Chiwi fue de los primeros habitantes del barrio Cuba en apoyar el proyecto de la Brigada DD. Para la memoria queda su amistad con Jaime Hurtado González del MPD, los pozos de aserrín donde saltaba, el río donde se bañaba, la costanera en la cual jugaba con el rechazo de los palos de balsa, pero sobre todo la lucha con la que consiguió ese pedazo de tierra tan anhelado.
Post-data: Conocimos a Manuel Tenorio, por recomendación de una par de vecinos que se encontraban celebrando en la calle. Ahí uno de ellos, con vaso en mano, retomó el nombre del Comité Rey del Congo, que habíamos escuchado años antes.
315
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
C o nta cto D o s
Cae la tarde. Nos alejamos sin decir adiós. El cielo empieza a cambiar de color, el gris se esconde y los rayos del sol pintan de naranja y rojo el sur de Guayaquil.
E pí lo g o
316
Esta ciudad me hace pensar en la naturaleza salvaje, mucho de lo primitivo nos habita, quizá también nos salva. Guayaquil me da la impresión de que en ocasiones vivimos atrapados en salvajes días de furia. Sin embargo, no se trata de esa furia que todo lo destruye y arrasa con la vida en un instante. No; es una furia lánguida, algo que carcome despacio y avanza indetenible aunque lenta. Un coctel en el que se mezclan muchas emociones, pero en el que la impotencia y la frustración ocupan un espacio inmenso. Hay en todo esto una sensación torpe, de ínfima y pequeña alegría con mezcla de resignación. Algo que sabe a poco. Me sobrevive la idea de que siempre falta algo, de que nada es suficiente. Es una idea terrible, lo sé. Pero tal vez la esperanza, por todo lo que representa y promete, sea mucho más terrible todavía. Más de cien años de historia. ¿Cuántas vidas y sueños caben en cien años? Un lugar: el barrio Cuba, es solo un nombre, pero podría ser una perfecta composición, una metáfora de
la vida que es Guayaquil, un mundo tan sabroso en matices que se vuelve único e irrepetible. Cuando una persona pronuncia el nombre de alguien o de algo, es muy probable que no piense con profundidad ni siquiera en el sonido de esas palabras; es posible que no entendamos todo lo que representa, lo que abarca, la dimensión de lo que significa, lo que simboliza. Sin embargo, el nombre también determina y explica el origen, de donde se surge y, quizá, hasta los límites adonde se puede llegar. El barrio Cuba bien puede ser un lugar sin límites. Miles de crónicas, historias y novelas donde también es posible que exista este país imaginario al que llaman Ecuador.
Queden estás líneas escritas para todos quienes tienen el inmenso poder de crear, de inventar, de imaginar un dibujo, una composición, una historia, un barrio, una ciudad llamada Guayaquil, un pedazo del mundo.
317
DOCUMENTOS FOTOGRAFÍAS Y CONTRAPUNTES DE ALGUNOS HABITANTES
Do c umento s
320 321
Do c umento s
322 323
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Do c umento s
324
325
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Do c umento s
326
327
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Do c umento s
328
329
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Do c umento s
330
331
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Do c umento s
332
333
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Do c umento s
334
335
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Do c umento s
336
337
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Do c umento s
338
REMEMBRANZAS DEL BARRIO CUBA GUILLERMO MORÁN
339
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
El Barrio Cuba, geográficamente, hacia el sur de la ciudad, empieza en la calle el Oro y Rosa Borja de Ycaza, lugar donde funcionó la antigua estación del Tranvía que circuló en la ciudad de Guayaquil, hasta finales de los años 1940. Guillermo Morán Miembro fundador del Club C.S.D. King (Tomando el mapa de Segundo Tábara como referencia, don Guillermo compuso esta semblanza como una especie de traducción).
Do c umento s
340
A
continuación se encuentra ubicado el Colegio Cristóbal Colón, que para aquella época su estructura era de madera y su piso de tierra. Su construcción se culminó el glorioso 28 de mayo de 1911, día que se considera marcó una nueva historia para la ciudad y para el país.Luego tenemos la Iglesia Católica María Auxiliadora y al frente los Laboratorios H. G., el Colegio Domingo Comín y la Universidad Salesiana, que se ha extendido hacia el Río Guayas y colindando con éste hacia el SUR, a lo largo del Barrio Cuba.
A orillas del Río Guayas funcionaban aserraderos, varaderos y piladoras, que de norte a sur, las mencionamos: Aserradero la Mercedes, piladoraCondor, piladora Guayaquil; varadero Granja; aserradero San Pedro; picadero de cañas; aserradero Santa Nora; aserradero La Chilena; piladora San Pablo, la Internacional Balsa, aserradero La Victoria y La Ecuatoriana de Balsa. En la Avenida Domingo Comín funcionaron la Fábrica de Vidrio y la Fábrica de Aceites La Favorita.
En sus inicios las casas del Barrio Cuba eran humildes viviendas de caña, techos de ruberoy o zinc, calles llenas de tierra virgen o aserrín en el También existe desde el ayer y hoy la Estación de Bomberos 24 Mayo. verano y llenas de lodo en el invierno.
341
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
Todo este engranaje industrial se constituyó en el lugar de trabajo de los habitantes del Barrio Cuba.
p or Guol l e r mo Morá n
Viajando al pasado, por caminos del recuerdo, en el Barrio Cuba, encontramos:
RE SE Ñ A
342
Las tortillas de Doña Zoilita, preparadas por las tardes. Su esposo empezada a las tres de la tarde a prender la leña, mientras que doña Zoilita preparaba las tortillas de verde y carne que salían a la venta a eso de las cuatro de la tarde en adelante.
El teatro Cuba, en la calle Cuba ( ahora Aveni- La antigua estación de Buses de la Linea 1, en la da Domingo Comín ), intersección de la calle calle Oriente y calle Cuba (calle Domingo Comín), Oriente. y la agencia de alquiler y mantenimiento de bicicletas de Conforme, ubicada en la dirección A don Víctor, el “heladero”, que al paso de su señalada, donde se para alquilar bicicletas, 10 carreta rodante, deleita a chicos y grandes con minutos, media hora o una hora, pagando por sus helados servidos en “conos”, con sabores de adelantado y si se pasaba del tiempo contratado, coco, leche, chocolate, y naranjilla. se pagaba la diferencia. El kiosko de don Jacinto Alvarado, ubicado frente Los niños y jóvenes concurrían el día domingo al a la Estación de Bomberos No. 24 de Mayo, lugar Catecismo dictado en el Colegio Cristóbal Colón, compramos los caramelos, galletas y gaseosas. por los padres salesianos. Se jugaba mucho en los patios antes del Catecismo, luego la enseñanEl puesto de venta de hielo donde los Pacheco. za católica y después, a la salida, se entrega un ticket a los asistentes para asistir a una película, A los peluqueros Podesta “huacachina” y que se pasaba, en la noche, en el espacio de la Mosquera. Escuela Popular Don Bosco (donde ahora funciona la oficina de la parroquia María Auxiliadora). El salón del “Ñato” Cabrera, y el salón de “Cortijo” Bustamante. En la atención de la salud para las madres embarazadas, el Barrio Cuba contaba con la señora JeLa tienda y ferretería de don Virgilio. El Bazar sús Plúas, mujer dotada de SABIDURÍA ANCESGardenia, la Sastrería Chica. TRAL, que las asistía en su parto y ya no tenían
necesidad de acudir la maternidad. Nunca se En los primeros años de la década 1950 el Circo supo que hubiera tenido un fracaso en su trabajo. Sudamericano se instaló en el Barrio Cuba, en espacio de terreno baldía ubicado entre las calles “Don Vaca” el Tiendero Ambulante, proveedor de –Cuba ( Domingo Comín) y Chile (Rosa Borja de víveres que visitaba los barrios de la ciudad entre Ycaza ) – Limber y Estrada Coello, circo en que los que se encontraba el Barrio Cuba. General- se presentaron artistas como Rayito de Sol, los mente, llegaba en las noches, con su carreta de Huasos Chilenos, y otros. madera y dos ruedas también de madera, tirada por una mula. Expendía productos igual que las El Barrio Cuba, en el Río Guayas, vivió el ayer tiendas de abarrotes, arroz, papa, azúcar, cebolla, de las canoas, porque la gente pobre que vivió apartada de la ciudad de Guayaquil, cerca aceite, fideos, fréjoles, plátanos verdes, etc. o lejos de sus alrededores, en lugares que no El NO VIDENTE don César Valverde, excelente existen carreteras y que su única vía de coGUITARRISTA. municación fue y sigue siendo el río Guayas, las canoas se convirtieron en su transporte obliDon Angel Martillo “soñador del deporte” y Presi- gado, que dicho sea de paso, es un medio de dente fundador del inolvidable Centro Social De- transporte milenario que el tiempo no ha podiportivo y Cultural “KING”. Equipo TRI-CAMPEON do desaparecer. de Fútbol de la Liga de Novatos Juan Díaz Salem. Al Barrio Cuba, a la altura del aserradero SanUn recuerdo imborrable EL GOL DEL POLLO. Su- ta Nora, a orillas del Río Guayas, por los años cedió en la cancha de la Favorita, José Mateo “El 1940, 1950, 1960 y algo más, antes que se funPollo” jugando metió un gol que pasó la malla y dara el mercado Caraguay, llegaban las canoas el balón salió afuera….Un policía entró y preguntó que son pequeñas embarcaciones de madera quien metió el Gol…el pollo dijo…yo, yo, yo, el poli- movilizadas, en esa época, a pulso utilizando cía lo llevo afuera a ver lo que había hecho, …había una herramienta de remo denominada “caroto el parabrisa de un vehículo… Lo llevaron pre- nalete”, que traían su mercadería consistenso y estuvo cuatro días en prisión. El pollo, jugó tes en frutas, pescados y cangrejos en atados, una vez, metió un gol, y después nunca más jugó. para la venta.
343
p or Guol l e r mo Morá n
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
RE SE Ñ A
344
remolques, ya que a mediados de los años 1950 sobrevino para beneficio del país, el auge en las exportaciones del banano ecuatoriano que era preferido en los mercados internacionales, motivó que nuestros astilleros emprendieran en la construcción especialmente de lanchas y remolques, provocando que se observaba durante el día y la noche, Hasta a fines de los años 1950 llegaban al Río un ir y venir de lanchas y remolques, en traGuayas, a la altura del Barrio Cuba las “balan- bajo permanente. En el Barrio Cuba, estuvo dras”, que eran embarcaciones que no utilizaban situado el varadero Granja, que fabricaba sus remos, ni motor, ni combustible alguno, única- propias lanchas y remolques y mantenía sus mente un timón en la popa, un mástil y los apa- propios muelles. rejos para colocar las “velas” que eran impulsaPara aquella época la transportación de badas con la fuerza del viento. nano hasta el buque requería de un moviYa no está el viajero de las balandras, que a no miento hasta cierto punto primitivo, pues del dudarlo, conocía mucho de los secretos de la campo se transportaba en carros bananeros naturaleza, entre ellos el Altamar, la Bajamar, hasta un punto puerto en la ciudad o un puela dirección de los vientos, etc., porque para sus blo, de allí se lo cargaba en hombros hasta los viajes, debió utilizar a su conveniencia, las ma- lanchones, que posteriormente eran llevados reas y los vientos. por remolques al buque, acoderado en medio del Río Guayas. La tecnología, desplazó el uso de las balandras, pero nos vive “imborrable” el recuerdo de su in- Las orillas del Río Guayas, a la altura del Barrio genioso invento para su época. Cuba, guarda en su actual silencio una estela de recuerdos de aquellos tiempos en que por su El Barrio Cuba, en las orillas del Río Gua- rada entraban y salían a toda hora buques, que yas, fue testigo del ir y venir las lanchas y surcaban los grandes mares. El ayer folklórico de las canoas a remo desapareció para el Barrio Cuba, con la habilitación del mercado Caraguay al sur de la ciudad. Producto de este cambio las canoas, ya no llegan a la orilla del rio en el Barrio Cuba Central, ahora lo hacen en el mercado Caraguay y su movilización ya no es a remo, pues ahora utilizan motor fuera de borda.
La gente Barrio Cuba vive en su añoranza el paso de los buques por el Río Guayas, de la Flota Mercante Gran Colombiana, de los que llevaban el banano exportado por la Standard Fruit Co. , los buques de la línea Reefer, los buques de bandera alemana el Perikles, el Hamburgo, el Quartole y otros.
también que intenso cuidado, los que no sabían para aprender a nadar. Cuando el Río Guayas estaba en bajamar, nadie se bañaba, porque ello entrañaba mucho peligro.
El Río Guayas, de los primeros tiempos, inagotable fuente de infinidad de trabajos para los Desde el campo y por via fluvial, llegaban ama- guayaquileños, fue generoso con los habitantes rradas y formando “balsas” la madera y la cañas- del Barrio Cuba, que practicaron la pesca que se guadúa, para ser comercializar en las fábricas y la hizo de diferentes maneras a gusto y técnica picaderos de caña, que hemos mencionados. aplicada por el pescador. Pues, a orillas del río Guayas, a la altura del Bario Cuba estaban asentadas piladoras y aserríos Había quienes utilizaban el bajío, que era una de madera, balsa, así como picaderos de cañas. herramienta fabricada por el mismo usuario que Fue un privilegio único ver construída una “bal- consistía en dos pedazos de bejuco entrelazados sa” que fue una creación producto del ingenio a una pequeña red utilizada en forma manual, y humano ecuatoriano, de una forma representa- el pescador metía en el agua el bajío de forma tiva y primitiva de un medio de transporte fluvial, abierta y de inmediato lo cerraba y lo sacaba para ver si había quedado algo de pesca en el ahora desaparecido. bajío. Generalmente, el bajío fue utilizado para El aserrío Santa Nora, asentado en la orilla del la pesca de camarón y quien pescaba con bajío Río Guayas, a la altura de la calle Estrada Coello, lo hacía a pie dentro del agua, casi a orilla del río. tenía una “rampla” que utilizaba para subir la madera a su varadero. Esta rampa, con marea Otros pescadores lo hacían en canoa y atarrallena, constituía el balneario favorito de los ha- ya. La canoa se abría fuera de la orilla, casi en el bitantes del Barrio Cuba que concurrían, en la centro del río, y la atarraya era lanzada, abierta medida de lo posible, día a día a bañarse en el y luego se la recogía y algún pez había quedado rio que para la época de los años 1950 el agua atrapado en la misma y el pescador lo tomaba era limpia. Se bañaban los que sabían nadar y como su pesca.
345
p or Guol l e r mo Morá n
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
RE SE Ñ A
346
Quienes no tenían bajío ni canoa ni atarraya practicaban la pesca con anzuelo, herramienta de invento ingenioso y desconocido semicurvo al estilo de un cáncamo que en su filuda punta tenía una abertura desplazada en contravía para que al morder el pez su carnada y querer regresar la mordida, quedaba enganchado y, por tanto, la pesca había dado su resultado. El pescador con anzuelo recogía su piola hasta tener el pez, lo desenganchaba lo ponía en su lugar de recolección y continuaba su proceso de pesca.
Otra de las costumbres que en el Barrio Cuba ha traspasado las barreras del tiempo y los límites geográficos son las comidas tradicionales. Diariamente llegan, de distintas partes de la ciudad, principalmente a lo largo y ancho de la calle Estrada Coello, que gustan de saborear los chuzos, el arroz con menestra y carne asada.
En el antiguo y populoso barrio Cuba, ubicado al sur de la ciudad, allá por las décadas de los años 30, 40 y 50 del siglo pasado, las discreFinalmente, podemos mencionar al pescador pancias se limaban a puñete limpio se pelea de de “jaibas” que lo hacía a orilla del río utilizado hombre a hombre y nadie tenía que meterse. piola, un peso y carnada que podían ser pedazos de carne, menudencia de gallina. Ingre- Los dos rivales se daban las manos y se iniciasaba su carnada al agua y esperaba a través ba la bronca a puñete hasta que uno vencía al de su piola movimientos que hacían conocer rival, sin que se usaran métodos fraudulentos que ya la jaiba estaba mordiendo la carnada, para conseguir el triunfo. En esos tiempos entonces empezaba lentamente a recoger la nadie osaba usar o sacar algún arma. Conpiola sin sacar del agua la carnada y viendo cluida la jornada pugilística, los peleadores se la jaiba pegada a su carnada, solo habían dos daban la mano y se iban a refrescar con un formas de agarrarla, con la mano introducién- ‘cuche’ (baño) en el Río Guayas. dola por debajo de la jaiba o en su defecto, utilizando una canasta introduciéndola, asi- Se recuerdan de los actores de las peleas a mismo, en el agua y subiéndola a la altura de puñete limpio, están Ángel Sacarelo, Juan la carnada, sacándola con jaiba y todo. Luego, “Gañote” Gordillo, Víctor “Vitongo” Salazar, la entrelazaba con sus extremidades en forma Benito Martínez, Víctor Abadí y Darío Gorotiza Montero. cruzada y continuaba la pesca.
El Barrio Cuba es cuna del deporte guayaquileño, entre sus hijos se cuentan grandes deportistas en distintas disciplinas, que han dado gloria al deporte de la ciudad y al país.
salidos del Barrio Cuba que intervinieron en los campeonatos de las ligas barriales de la ciudad, y mencionamos a Juventud Deportiva, Once Deportivo, C.S.D.C. King, C. A. Comín, Robles S.C., Cinco de Junio, Cuba Jr y Corsario F. C.
El primer lugar, mencionamos Francisco Segura Cano, tenista de fama mundial y en cuyo En beisbol, tenemos que mencionar a nueshomenaje, una de las calles de nuestro barrio tro crédito Francisco Veintimilla, seleccionado ecuatoriano En lucha libre a Johnny Gutiérrez, lleva su nombre. el Scorpión En el futbol de Guayaquil y el Ecuador, ha paseado su clase Miguel “Cortijo Bustamante” que militó En box el Barrio Cuba aportó, en tan duro deporen el C. S. Patria, Barcelona Sporting Club, el Club te, con Roberto Vera y Roberto Vera, que paseaSport Emelec y en la Selección del Ecuador. Barrio ron su clase en los rines del país. Cuba, también estuvo representado en el futbol grande de Guayaquil y del país; Leobo Silva que En el BARRIO CUBA, en la esquina noreste de militó en Aduana y el Barcelona S. C. Luis y Jorge las calles Estrada Coello y Avenida Domingo CoVega, vistieron la casaquilla del Panamá S.C. y, lo mín, existe el C.S.D. KING, equipo de futbol que que es más, fue parte del Barrio Cuba la Fábrica se fundó en el año 1955, con 60 años de vida, de Aceites la Favorita, cuyo equipo de futbol militó lugar de reunión de quienes vistieron la camiseen la Segunda Categoría de la Asociación de Fut- ta de dicho club y simpatizantes del mismo, para bol del Guayas, y estaba integrado por habitantes compartir sus vivencias y bellos e imborrables del barrio, entre los que podemos mencionar a recuerdos. Nicolás Meza, William Serrano, Miguel Pinto, Abel En el arte musical el Barrio Cuba ha dado a la Ruales, Freire (el moro), entre otros. ciudad y al país artistas de fama nacional e inPero, siendo el futbol un deporte de gran pasión, ternacional como es el caso de la familia Parra, no se puede dejar de mencionar la importancia y donde han brillado en el arte musical Pepe, el destacada participación que tuvieron los equipos padre, y sus hijos Viviana, José y Daniel.
347
p or Guol l e r mo Morá n
N A C I D O Y C R I A D O : T E N TAT I VA S PA R A E N T R A R A L B A R R I O C U B A
RE SE Ñ A
348
Asimismo, mencionamos al conjunto musical día a los estudiantes, caminar hacia las aulas, Los Dragones, salido a la fama desde nuestro unos alegres, otros agitados, pero todos con la convicción que con paso firme están avanzando querido barrio Cuba. al maravilloso mundo del saber, para lograr un Han sido parte del Barrio Cuba, como habitan- futuro mejor, esto, a no dudarle, constituye un tes, personajes de trascendencia social, pública y buen ejemplo, y un buen ejemplo representa la política en el país, como los señores Víctor Emilio mejor herramienta educativa para los niños y Estrada, Pedro Menéndez Gilbert, el Dr. Otto Aro- los jóvenes. semena Gómez y el actual Ministro de Defensa señor Ricardo Patiño. Pero, los más bello, del Barrio Cuba, SU GENTE, que se destaca, por ser muy trabajadora, de muDiversión de tiempos modernos, es lo que la ni- cha humildad, gran generosidad y solidaridad ñez del Barrio Cuba ahora disfruta sana y alegre- con el amigo y compañero, en los momentos mente con los paseos en el “GUSANO” por todas difíciles. Al llegar la tarde los vecindades salen al las calles del Barrio. Los días sábados, domingos portal a conversar. Los niños y jóvenes son sanos, y feriados, durante todo el año. El GUSANO es alegres y estudiosos con la esperanza de abrirun vehículo motorizado especial –angosto- muy se un buen rumbo en el camino de la vida. Los largo –de muchos asientos- adornado con focos niños gustan mucho de andar en bicicletas, y los de colores. jóvenes conversan en la esquina con sus amigos. El Barrio Cuba, se convirtió en un vecino geográfico con beneficio, al expandirse por su área perimetral La Universidad Salesiana. Desde muy por la mañana, durante todo el día y hasta llegar la noche, se presencia el ir y venir de los estudiantes, en transporte público, privado o a pié. El Barrio Cuba, ha ganado en lo comercial, pero estamos seguros que, para nuestra niñez y juventud actuales, el presenciar día a
También es parte del Barrio Cuba; el Camal Municipal de Guayaquil, que data desde los comienzos del siglo pasado y subsiste en el mismo lugar en que nació. Desde los primeros tiempos el ganado llegó al Camal por el Río Guayas, en canoas, en lanchas, ya que había un muelle para el desembarco del ganado. También llegó por vía terrestre en carros
que venían de distintas partes del país. Pero, ha- El 11 de Octubre de cada año se celebraban las bitantes del lugar que el ganado en tiempos re- fiestas del Camal Municipal de Guayaquil. motos también llegaba a pie. De tiempos inolvidables rescatamos que todo El Camal Municipal siempre ha tenido bien defi- empezaba con una alegría única, incomparable e nido sus tareas de faenamiento y corrales, pues irrepetible, entre todos los trabajadores y la baexisten áreas de corrales y faenamiento para ga- rriada misma. nado mayor y lo mismo, en forma independiente Se iniciaba la fiesta con juegos de indor futbol, y para el ganado menor. continuaba con carrera de ensacados, torneo de La compraventa de ganado como en los inicios cintas y palo encebado. del comercio se lo hacía en pié, o sea, que el precio se lo tazaba al ojo, pues había mucha destreza Pero, el número esperado en cada fiesta de tanto del comprador como del vendedor y cada aquellos tiempos lo constituían la presentauno sabía al “ojo” el peso de cada una de sus uni- ción que hacía el Camal de sus propios “todades de ganado. Posteriormente, se empezó a reros” que paseaban su clase al estilo de las utilizar y subsiste la compraventa al peso, esto mejores plazas taurinas de cualquier ciudad del mundo. Viven imborrables en nuestro es, lo que marque la balanza. recuerdo al primerísimo Teodoro Sánchez, Pero, es necesario mencionar como capítulo seguidos, más conocidos por sus pintorescos especial, “al ganado bravo”. Al camal de tiem- seudónimos; “Pandereta”, “Milagreño”, “Mala pos idos llegaba ganado demasiado bravo que Vida” y el “Tejón”. saltaban los corrales para huir y se salían del recinto camalero y los diestros trabajadores Llegada la noche, el cierre de la fiesta se lo hadel camal iban a su encuentro por las calles del cía con el baile de gala, con dos orquestas, una Barrio Cuba y de la ciudad misma, hasta recu- para quienes trabajaban ganado mayor, otra perarlo, lo que se lograba como producto de la para quienes formaban parte del ganado menor. valentía, destreza y solidaridad del trabajador Tiempos que no volverán.Pero que no tampoco se pueden borrar. del camal.
349
350
De Cuba-Camal también tenemos sus vivencias Los artistas exquisitos de la guitarra, los hermaen el deporte de Guayaquil, pues en las ligas de nos Alava, también han sido parte de la barriada novatos de la ciudad brillaron sus equipos de Cuba-Camal. futbol Federal, Santa Fe y Pancho Segura. Por los años 1950 y siguientes, como parte de las Orgullo para Cuba-Camal, constituye el he- festividades de la ciudad de Guayaquil, en el mes cho que uno de sus hijos predilectos “España” de octubre se instalaba contiguo al Camal MuniSánchez militó en el futbol profesional en el cipal, la Feria Caraguay, agrícola, avícola y ganaCLUB SPORT PATRIA, decano del futbol de dera, y que también formaba parte de la misma Guayaquil y en el MANTA FUTBOL CLUB, de la los shows artísticos. ciudad de Manta. La exposición en dicha feria consistían en expoEn el deporte del BOX el camal siempre tuvo una ner los mejor de la actividad agrícola, avícola y actividad sobresaliente y por ello mencionamos ganadera que se daba en el país y, en cuanto a a YEPEZ, el torito del Camal, MELCHOR VERA y, los shows, recordamos que por la Feria Caraguay pasaron los mejores artistas de fama internacioKARATE LOOR, entre otros. nal como el cubano Daniel Santos, Los Cuatro En los artístico; Cuba-Camal ha dado a la socie- Hermanos Silva de Chile, Evaristo de Colombia, dad guayaquileña gente de la farándula y men- la Nena Jiménez, de Colombia, Xiomara Alfaro, cionamos a GINET MORENO, ex – integrante del Alcy Acosta. De los artistas nacionales, el afamagrupo las musas y ahora presentado de Canal 1 do duo Benites y Valencia, KayoKanata, y todos de esta ciudad. ellos, con el acompañamiento de lo mejor de la música ecuatoriana: Blacio Jr.
351
352
Esta revista se produjo en la Universidad de las Artes del Ecuador bajo el sello editorial UArtes Ediciones, se terminรณ de imprimir en Imprenta Mariscal S. A. de Quito, en septiembre de 2018, y se imprimieron 500 ejemplares. Familias tipogrรกficas: Chronical, Dosis, Conduit.