El 30 de enero Adolf Hitler fue nombrado canciller de Alemania por el presidente Hindenburg. Momento en que da comienzo la gestación brutal de la maquinaria nazi, como un sistema de opresión, esclavitud y muerte para todos aquellos que no eran rutilantemente arios, nacionalsocialistas, heterosexuales, cristianos alemanes o lo suficientemente serviciales, conformes o callados. Esta crónica de 1933 nos adentra en la barbarie más espeluznante a la sombra de la simbología de la esvástica.