Esta colección pretende dar una visión diferente de la historia, desplazando el eje protagónico de Adolf Hitler y sus más allegados colaboradores —la llamada vieja guardia—, para centrarnos en otro tipo de actores, en algunos casos menos visibles, pero no menos importantes, ya que fueron parte componente de esta arquitectura ideológica que posteriormente será llamada nazi. Alemanes que se creían revolucionarios, defensores de unos valores tales como patria y libertad. Valores, que con el paso de los acontecimientos, se fueron distorsionando hasta tener que ser sufragados con las vidas de todo aquel que no fuera ario. Estas lecturas dan comienzo en 1930, cuando los nazis empezaron a tener mayor peso político, tras las elecciones del 14 de septiembre donde consiguieron en urnas el 18,25% del electorado. A partir de este instante, el tenor de los hechos cambió de modo rápido y, por qué no decirlo, dramático.