Los dioses en asamblea, tras una acalorada discusión, complotan romper los juramentos establecidos entre los griegos y los troyanos. Para ello Zeus envía a Atenea a persuadir a Pándaro, aguerrido arquero troyano. Este, imaginándose una victoria definitiva, lanza una certera flecha contra Menelao, dando así de nuevo comienzo a la encarnizada guerra.