Salmo 88 Ant.3: la Virgen cantó cada día la misericordia del Señor Cantaré eternamente las misericordias Anunciaré tu felicidad por todas las edades.
del
Señor.
Porque dije: “Tu misericordia es un edificio eterno” Más que el cielo has afianzado, Señor, tu fidelidad. El poder y la fidelidad te rodean, misericordia y fidelidad te preceden. Bendito, el Señor por siempre. Amén Gloria al Padre… Como era en el principio… Ant.3: la Virgen cantó cada día la misericordia del Señor (Pídase la gracia que se desea alcanzar. Padrenuestro, Avemaría y Gloria) Oración: María, Nuestra Señora de Bienvenida, Madre de misericordia, cuida de todos para que no se haga inútil la Cruz de Cristo, para que el hombre no pierda el camino del bien, no pierda la conciencia del pecado y crezca en la esperanza en Dios, “rico en misericordia” para que haga libremente las buenas obras que él le asignó y, de esta manera, toda su vida sea “ un himno a su gloria”. Amén.
VIRGEN DE BIENVENIDA, MADRE DE LA MISERICORDIA HIMNO Madre de Dios y señora mía, María. Dios te ha hecho tan rica para que puedas socorrer a los pobres, y te ha construido reina de misericordia para que puedas aliviar a los miserables. Mírame y ten compasión de mí. Mírame y no me dejes; cámbiame de pecador a santo. Por eso, de manera muy especial, me quiero dedicar a tu servicio, para que dispongas de mí como te agrade. Te diré como San Buenaventura: Señora, me pongo bajo tu servicio para que del todo me moldees y dirijas. No me abandones a mí mismo; gobiérname tú, reina mía. No quiero que nadie me aventaje en honrarte y amarte, mi amable reina. Así lo prometo y con tu ayuda, así espero cumplirlo. Amén.
Salmo 22
Salmo 40
Ant.1: Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida.
Ant.2: Nuestra Señora de Bienvenida, ten misericordia, sáname
El Señor es mi Pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre.
Dichoso el que cuida del pobre y desvalido; en el día aciago lo pondrá a salvo el Señor.
Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan. Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa. Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin términos. Gloria al Padre, al Hijo….. Como era en el principio…
El Señor lo guarda y lo conserva en vida, para que sea dichoso en la tierra, y no lo entrega a la saña de sus enemigos. El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor, calmará los dolores de su enfermedad. Yo dije: “Señor, ten misericordia, sáname, porque he pecado contra ti”. Mis enemigos me desean lo peor: “a ver si se muere, y se acaba su apellido”. En esto conozco que me amas: en que mi enemigo no triunfa de mí. A mí, en cambio, me conservas la salud, me mantienes siempre en tu presencia. Bendito el Señor, Dios de Israel, ahora y por siempre. Amén. Gloria al Padre, al Hijo….
Ant.1: Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida.
Como era en el principio… Ant.2: Nuestra Señora de Bienvenida, ten misericordia, sáname