Todos los agentes de pastoral ante los desafíos pastorales necesitamos escuchar la voz de Dios que nos dice:
“¡Vuelvan a mí de todo corazón! … Desgarren sus corazones y no sus vestiduras. ¡Vuelvan al Señor su Dios!” (Joel 2, 12-13).
NECESITAMOS - Primeriar el amor de Dios - Regresar al primer amor
La conversión a Jesús es la raíz y la condición de posibilidad de toda forma de conversión.
Hay deficiencias pastorales una pastoral de “eventos” sin proceso, y una pastoral de “conservación”, que se ocupa principalmente de la atención sacramental-devocional y de una catequesis inicial.
a) bautizados no convertidos; b) cristianos sin comunidad; c) disminución cuantitativa y cualitativa de las comunidades católicas;
d)progresivo abandono de la prรกctica religiosa, particularmente de los sacramentos; e)preocupante crecimiento de una espiritualidad individualista; f)paulatina situaciรณn de indiferentismo religioso; g)significativo abandono de la Iglesia para pasarse a otros grupos religiosos.
Nuestra conversión debe ser:escucha, no la a) del Pastor que
del que impone; b) del Padre que, como al hijo pródigo, abre sus brazos a quienes se han ido y buscan regresar; c) del hermano que no es egoísta; d) del hijo que atiende a la experiencia de los ancianos.
El Papa Francisco nos invita a luchar contra el pecado de auto referencialidad, egoísmo e individualismo. Eso sólo se logra cuando la vida de Dios habita en el corazón del agente de pastoral, se explaya y se manifiesta en una preocupación por el “hermano”.
Necesitamos tomar conciencia de las palabras de San Juan Pablo II: ÂŤla conversiĂłn se debe
encarnar en la realidad social donde uno viveÂť.
“la reforma de estructuras que exige la conversión pastoral sólo puede entenderse en este sentido: procurar que todas ellas se vuelvan más misioneras, que la pastoral ordinaria en todas sus instancias sea más expansiva y abierta, que coloque a los agentes pastorales en constante actitud de salida” (EG 27).
Plan Pastoral Pastorales y CODEL Prioridad de la Evangelización Catequesis sistemática Promoción y formación de agentes Formación de pequeñas comunidades Mayor participación de laicos en la Iglesia Sectorización en las Parroquias Misas de Barrio Visiteo
La resistencia La lentitud para impulsar procesos Pocos agentes comprometidos Sobrecarga de tareas en unos cuantos Falta de una espiritualidad profunda No trabajar en comunión y participación Horarios cerrados y poco accesibles
No se trata sólo de un cambio interior de cada uno de los agentes de pastoral, modificando sus actitudes y gestos, que dicha conversión supone, sino también de una transformación de las tareas concretas, que se vuelven flexibles, creativas y adaptadas según los cambiantes reclamos de la realidad. Esa es la conversión pastoral de la Iglesia.
Esta renovación supone una ascesis que nos libere de nuestra instalación cómoda y perezosa en nuestras viejas estructuras, de costumbres, horarios y círculos de amigos, y nos invita a crear nuevas inclinaciones y actitudes. Supone también libertad, ¿para qué?
para dar lugar a nuevas formas de evangelizar, para promover agentes pastorales líderes, audaces para aceptar los diversos carismas y llegar a todos,
para alentar las formas de evangelización y la pastoral en cada sector, para dejar de querer controlar todo lo que hace el Espíritu por todas partes. “la eficacia de la Palabra de Dios, rompe nuestros esquemas y actúa de formas diversas” (cfr. EG 22)
Una Iglesia misionera no se obsesiona por transmitir de golpe un inmenso depósito de doctrina y de disciplina. Se concentra en este anuncio fundamental que provoca un encuentro salvífico con Jesucristo vivo. Esta vuelta al primer anuncio es lo que se llama “la conversión kerygmática de la Iglesia”, inseparable de toda auténtica conversión misionera.
El Papa Francisco en Evangelii Gaudium nos invita al anuncio alegre del Evangelio, con las Puertas Abiertas, pues Jesús no puede ser encarcelado en nuestros “esquemas aburridos”.
Detrás de cada tarea está el Espíritu Santo, Él moviliza y llena de fervor esa tarea. Detrás de cada proyecto pastoral, Él mueve a aplicarlo. Detrás de cada etapa pastoral nueva o de cada reforma de estructuras se necesita el impulso del Espíritu, que despierte el atractivo, el gusto, la pasión por lo que se quiere hacer.
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