“Cuando Dios está en nuestro corazón, perdonar es posible” Domingo XXIII del T.O. 7 de setiembre
Las heridas
• Quizá has utilizado o escuchado la frase “no perdono porque no olvido”. Se dice eso porque las heridas quedan grabadas en el corazón.
• Es cierto que existen vivencias tan duras para un ser humano que pueden entorpecer cualquier intento de perdón. Pero sí es posible resolverlo.
Proceso de madurez en la fe • Los Ăşltimos domingos hemos hablado de la necesidad de conocer, seguir y amar a Cristo, tomando la cruz de cada dĂa. Eso me ayuda a crecer espiritualmente.
• Por eso, aunque existan situaciones muy duras a nivel de heridas provocadas por otros, el cristiano maduro no anula su capacidad de perdón porque:
1. Posee el Espíritu de Dios. 2. Con el tiempo va adquiriendo la capacidad de ir suavizando y transformando esas experiencias en algo un más positivo.
Madurez para perdonar • Pienso que olvidar es “borrar de la mente”. • Es asumir la herida como proceso de crecimiento y madurez. • Reconozco mis debilidades y las de los demás. • Remuevo aquello que internamente me genera una fuerte negatividad. • Recuerdo sin dolor porque lo he asimilado desde el Evangelio.
• El perdón nos invita a enfrentar aquello que nos genera sufrimiento para así tener mayor libertad. Pero sólo se logra desde Cristo: Venciendo miedos (17 de agosto) Reconociendo el don de la salvación (24 de agosto). Renovando nuestra manera de pensar (31 de agosto)
¿Cómo entender la corrección? • Es interesarse en el hermano: “A ti te he constituido centinela” • No interesarse es no querer el progreso espiritual del otro, pues tu indiferencia significa para él la muerte espiritual. Es necesario ayudarlo a que “vea”.
• Debo iniciar por mi mismo. Si pretendo corregir, buscando lo mejor para los demás, es porque yo mismo me exijo lo mejor para mí y busco corregirme y dejar que me corrijan también. • Es necesario pensar en la necesidad de tener un corazón según el querer de Dios.
• Eso implica reconocer que necesito purificarlo, trabajar mis debilidades, reconocer mis desaciertos, y luchar para superarlos. Otros me ayudarán a mí en ese proceso. • Eso me hará un discípulo más maduro.
Quien perdona modifica sentimientos negativos Quien sabe perdonar deja de lado el rencor aunque sea justificado, y el deseo de venganza, porque sabe que eso lo desgasta mรกs y no lo hace feliz.
La Iglesia es comunidad • Hemos de aprender a vivir en familia, en el trabajo, con los amigos, con la pareja, el buen concepto de la corrección fraterna, pues como Iglesia que somos, vivimos la comunión incluso en las debilidades.
• Cada debilidad es una • Si somos Iglesia, oportunidad para es posible alcanzar santidad si se ayudarnos a salir saben corregir, de tales conversar y trabajar debilidades, si con desde la perspectiva del sinceridad vivimos amor fraterno, pues no el lenguaje del se trata de soportar amor y la valentía resignadamente los en la entrega de defectos del prójimo, ni la que Jesús nos que otros me soporten a habló la semana mí.
pasada.
Beneficios de saber perdonar Aumenta la capacidad de amar. Libera de sentimientos negativos pasados. Evita la repetición de patrones negativos. Mejora la salud física, psicológica y espiritual porque me siento bien conmigo mismo y con los demás, porque soy más libre.
Cuando uno se deja transformar por el amor y el perdón de Dios: ...nos hacemos primeros…. porque….
El primero en perdonar: es el más fuerte. El primero en olvidar: es el más feliz.