La paz de Dios custodiarรก nuestros corazones y pensamientos.
Veamos el camino que Jesús nos ha venido trazando • Todos hemos sido acogidos y salvados, no por nuestros esfuerzos, sino por su misericordia: hemos recibido la misma paga: el amor de Dios. (domingo 21 de setiembre)
• Ese amor de Dios, que no mira mÊritos sino el corazón, es lo que nos tiene que mover a responder con autenticidad a su amor, superando las indecisiones con decisiones fundamentales. (domingo 28 de setiembre)
HOY • Si me convenzo del amor de Dios, y supero mis indecisiones, saldrá como
consecuencia que: Asumiré el Reino de Dios en mi vida con todos sus valores para vivirlos concretamente en mi entorno.
“Evangelio de la Alegría” • “Al que arriesga, el Señor no lo
defrauda, y cuando alguien da un pequeño paso hacia Jesús, descubre que Él ya esperaba su llegada con los brazos abiertos”. (E.G. #3) papa Francisco.
• Aceptar el riesgo de “trabajar en la viña” es “remover la tierra” de las indecisiones, “quitar las piedras” de los pecados y “plantar las vides selectas” del amor y la paz.
• Todo simplemente porque se quiere hacer una opción fundamental de amor a Dios y su proyecto “para toda la vida”.
• San Pablo nos invita a “apreciar lo verdadero, noble y justo, amable y honroso”. Ese es el Reino. Descubrámoslo en estas imágenes que nos regala el Evangelio.
Descubramos ese Reino
Imágenes del Reino…. Para asumirlo Una viña: Trabajo, sabiduría, riqueza, esperanza, sosiego.
La torre: La Iglesia, el templo donde está lo más sagrado de la viña: nosotros, templos del Espíritu Santo.
Labradores, siervos: Nosotros los bautizados, que con la unción bautismal, impregnamos de Cristo todo cuanto hacemos, pues Él es el Labrador por excelencia.
Herencia y los frutos: Otra vez la paga: la salvación. Dios se da a nosotros, porque somos su viña, somos su “desvelo” y desea heredarnos Su Amor para que nosotros seamos fecundos.
¿Cuáles deben ser los pensamientos de nuestro corazón y que Dios custodia? Servir en la viña: el trabajador de la viña es el discípulo que con sol, lluvia o cansado, da todo por ella porque la ama. La vid da vino, signo de abundancia, belleza, alegría, encuentro: unión con Dios.
Construir la comunidad: “…
La Iglesia tiene que ser el lugar de la misericordia gratuita,
donde todo el mundo pueda sentirse acogido, amado, perdonado y alentado a vivir según la vida buena del Evangelio” (E.G. #114, papa Francisco)
Actitud constante de misión: El papa Francisco nos dice: “Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, (…) y toda estructura eclesial, se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la autopreservación” (#27)
Dar frutos: Nuestra vida no puede ser estéril. El amor es fecundo siempre, porque la entrega genera vida. Si Dios custodia nuestros pensamientos es porque desea con la ayuda de nuestra libertad, dirigirlos hacia la Salvación, que es el gran fruto de su amor por nosotros.