Caminemos en justicia y paz
II Domingo del Tiempo de Adviento
La voz que grita en el desierto • Cuando dos personas quieren dialogar en profundidad, la palabra de una persona transforma la de la otra; no se destruyen sino que se enriquecen mutuamente.
• Comunicarse significa entrar en la vida del otro y con el otro encontrar significado para la propia existencia. Juan el Bautista nos invita a entrar en la Palabra de Cristo, para entrar en su vida y darle significado a la nuestra.
• Juan hizo coincidir su palabra simple y humana con la Palabra que brota del corazón de Cristo.
• Le permitió trazar en el desierto, caminos de vida, de amor, de justicia y de la paz. Lo que le pasó a él, el quería que la pasara a todos.
• Por eso grita en el El desierto desierto, porque quiere recordarle a Israel su duro camino hacia la libertad. Las luchas para tratar de mantenerse fiel a Dios.
¿será mejor devolverme? ¿vivir la vida de siempre? ¿Puedo confiar en Él?
Nuestros desiertos • El desierto es el mejor lugar para escuchar la Voz de Dios. Mis afanes, problemas, preocupaciones, son el lugar donde se va a presentar el Seùor para mostrarme su gloria, para enseùarme a caminar en la justicia y la paz.
Hay que avanzar‌ • II Domingo de Adviento significa que ya avanzamos una semana: para que ese caminar por el desierto sea provechoso, es necesario un modo de vivir que no se improvise ni sea superficial.
• Requiere superar los miedos para escuchar La Voz que nos invita hacer un camino distinto al que hemos llevado hasta ahora:
recogimiento, oración, trabajo interior, solidaridad con el hermano. Eludir esto sería cerrarse a escuchar la voz del Señor que nos invita a la conversión.
Juan el Bautista • Descubre a Jesús como el Mesías, pero ante todo como su amigo. • Cuando uno descubre a Jesús como su amigo, descubre a la humanidad como a sus amigos, de ahí la preocupación de predicar un camino distinto, renovado.
“que los valles se levanten, que montes y colinas se abajen” (Is) “la tierra con todas sus obras se consumirá” (II Pe) • Dios quiere moldear, quiere transformar nuestra vida, y esa transformación se logra cuando asumimos las actitudes de conversión que grita Juan el Bautista.
La verdadera conversión • Pero Juan no busca únicamente la conversión moral de la persona. Va mas allá. • Pretende que preparemos ese camino concreto, bien definido, un camino que incluso defraude las expectativas del mundo, los caminos de siempre, y nos abramos a los nuevos horizontes.
Conversión es moldear la vida • Recordemos que el domingo pasado nos comprometimos a ser alfareros de nosotros mismos.
• Moldear la vida y el camino implica descubrir que , lo que significa que valdrå la pena hacer las luchas que imponga el desierto con tal de alcanzar una obra bien lograda con la arcilla de mi vida y de la sociedad, trabajando en pro de
la familia, la vida y la dignidad humana, por ejemplo.
• Si logramos pasar (convertirnos) de una fe vista como “sistema”, • A una fe vista como “proceso”,
Camino..
viviremos con sentido y esperanza, lograremos salir de una vida simplista y rutinaria.
• De ahí la necesidad de hacer un recorrido, al ritmo de Juan: con responsabilidad, como una aventura, para llegar a encontrarse con Jesús en el pesebre.
Seamos como Juan el Bautista • Juan vio una religión de llamada, de encuentro, de diálogo, de apertura: por eso gritaba la llegada del Mesías a todos, no a unos cuantos. • Él actuaba de tal forma que su conducta fuera un estímulo para todo aquel que lo escuchaba.
• Si no actuamos como Juan el Bautista, que muestra el camino del Señor desde mentalidades renovadas:
• Consecuencia: Seguiremos siendo pobres caricaturas que se dirigen a Dios por mero interés o miedo. seguiremos percibiendo un camino sin fe, sin vida, sin esperanza, creyendo que Dios no está ni actúa.