PARA UNA NUEVA EVANGELIZACIÓN DE LOS JÓVENES. Orientaciones Pastorales. “Con Él, hacemos nuevas todas las cosas”
Pastoral de Juventudes - Aquidiócesis de Córdoba - 2013
Orientaciones Pastorales.
La Comisión Arquidiocesana de Pastoral de Juventudes nos ofrece estas “Orientaciones pastorales” que presento brevemente. Son el fruto de su reflexión sobre la realidad de los jóvenes, a la luz de la Palabra de Dios y de la experiencia eclesial. Se trata de una propuesta que no pretende ser una suerte de “receta” de aplicación universal e indistinta, sino más bien un estímulo para promover en la comunidad eclesial las respuestas más acordes a las realidades e inquietudes de los jóvenes de hoy. El Papa Francisco, haciéndose eco de la enseñanza de Aparecida, nos anima a encarar una auténtica “conversión pastoral” que lleve a revitalizar en cada ámbito pastoral las propuestas que conservan validez y vigencia, a dejar las que ya no responden a las necesidades actuales, y a proponer -sin miedo y con verdadera audacia- nuevas respuestas para los desafíos presentes. Recordemos sus palabras estimulantes: “prefiero una Iglesia accidentada a una Iglesia enferma, una Iglesia que se anima a salir y se hace fecunda a una Iglesia que se encierra en sí misma y se enferma”. Renuevo mi agradecimiento a la Comisión de Pastoral de Juventudes por su dedicación generosa a la tarea encomendada y a todos los agentes pastorales que en la Arquidiócesis acompañan y animan a los jóvenes en sus comunidades. Invito a las comunidades a asumir estas orientaciones como una estimulante propuesta en el Camino Pastoral que venimos realizando en nuestra Arquidiócesis. Ponemos toda la labor y los esfuerzos a favor de los jóvenes en manos de María Santísima, Nuestra Señora del Rosario del Milagro. + Carlos José Ñáñez Arzobispo de Córdoba Córdoba, 11 de noviembre de 2013
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4 “Quisiera decir una cosa. ¿Qué es lo que espero como consecuencia de la Jornada de la Juventud? Espero lío. Que acá dentro va a haber lío va a haber, que acá en Río va a haber lío va a haber, pero quiero lío en las diócesis, quiero que se salga afuera, quiero que la Iglesia salga a la calle, quiero que nos defendamos de todo lo que sea mundanidad, de lo que sea instalación, de lo que sea comodidad, de lo que sea clericalismo, de lo que sea estar encerrados en nosotros mismos, las parroquias, los colegios, las instituciones son para salir, sino salen se convierten en una ONG ¡y la Iglesia no puede ser una ONG!” (Papa Francisco - Discurso a los jóvenes argentinos, en la Catedral de Río de Janeiro, 2013)
PARA UNA NUEVA EVANGELIZACIÓN DE LOS JÓVENES. Orientaciones Pastorales. “Con Él, hacemos nuevas todas las cosas”
1 - El Espíritu que nos anima
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“Yo hago nuevas todas las cosas” (Apoc 21,5).
Una mirada de esperanza Vivimos una época y un mundo que Dios ama. La época que nos toca vivir es una invitación a oír la llamada del Espíritu para encontrarnos con los jóvenes en terrenos culturalmente inéditos e inciertos. Nos mueve la certeza de que el Señor está gestando algo nuevo en este momento de la historia y nos llama a ser protagonistas, a convertirnos en fuente de vida y esperanza. Nos abrimos así, a un tiempo nuevo y apasionante, dispuestos a vivir, más abiertos al viento y a las sorpresas del Espíritu, que nos precede y prepara el camino de los jóvenes.
La nueva evangelización de los jóvenes es una invitación a no conformarnos con lo que siempre hemos hecho, sino a explorar nuevos horizontes, a imaginar nuevas propuestas pastorales; vivimos con urgencia la necesidad de renovar nuestra fidelidad con ellos. La intencionalidad de estas páginas, dirigidas a Agentes de Pastoral de Juventudes (asesores, coordinadores de grupos, líderes de movimientos, animadores de diferentes espacios que involucren a jóvenes, adultos o jóvenes deseosos de abrir caminos…) es avivar el ardor e impulsar la búsqueda y realización de propuestas pastorales nuevas. Se trata de una invitación a generar un amplio movimiento en las comunidades de la Arquidiócesis de Córdoba, que suscite procesos de una profunda conversión personal y pastoral, a la luz del Espíritu, y desde la escucha de la vida de los jóvenes. No esperemos encontrar formulaciones completas y acabadas de nuevas propuestas evangelizadoras para los jóvenes, a modo de “recetas”; la intención es ensanchar el corazón, promover el protagonismo y creatividad de cada comunidad y orientar la acción concreta.
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Es el momento de aplicar el oído a las verdaderas preguntas del corazón de los jóvenes
En este trabajo que les presentamos encontrarán, en primer lugar y de modo central, el espíritu y los caminos que pueden alentar la evangelización de los jóvenes, y en segundo lugar, tres anexos que tienen la intención de facilitar la aplicación de esta invitación. Es el momento de aplicar el oído a las verdaderas preguntas del corazón de los jóvenes, captar toda nostalgia de verdad y de bien allí donde esté presente para proponer la presencia de Jesús como respuesta. Es el
momento de acercarnos con un corazón cargado de amor compasivo, que ha experimentado la caridad, y por eso da con alegría y suscita entusiasmo. Es necesario irradiar la belleza de lo que es verdadero y justo en la vida, porque sólo esta belleza arrebata verdaderamente los corazones y los dirige a Dios. Es preciso comprendamos lo que Pablo, citando a Isaías, sentía ante la tarea de anunciar el evangelio: “¡Qué hermosos son los pies de los que anuncian buenas noticias!” (Rom. 10,15).
Llamados al servicio de los jóvenes “¿Qué debemos hacer para realizar las obras de Dios? Jesús les respondió: La obra de Dios es que ustedes crean en aquel que él ha enviado” (Jn 6,28). “Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y lo que hemos tocado con nuestras manos acerca de la Palabra de Vida, es lo que les anunciamos” (IJn 1,1).
Iglesia es el “pueblo de llamados”. El sueño de la Iglesia es que cada creyente pueda reconocer en ella y a través de ella el llamado que Dios hace, acogerlo y decidirse a responder libre y responsablemente, hasta el punto de que el llamado se convierta en llamante y ponga su respuesta al servicio de otros llamados. Dios nos llama en la Iglesia a cada uno de los agentes pastorales a dejarnos interpelar por la vida de los jóvenes, a buscar caminos para su Evangelización, a ponernos al servicio del anuncio del Evangelio entre los jóvenes que habitan
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nuestras casas, nuestras calles, nuestros barrios, nuestros pueblos. Como condición fundamental, la nueva evangelización requiere nuevos creyentes quienes, apasionados por Dios, se reconocen enviados por Él y con Él mantienen una relación íntima y fecunda. Un corazón que se sabe atravesado por la experiencia de un Dios vivo, está en condiciones de afrontar los desafíos que plantea la nueva evangelización, el perfume de la cercanía a Jesús nos impregna y nos acompaña en el mundo convirtiéndonos en testigos. Lo primero que se nos pide es creer. La clave de nuestro servicio reside en ser testigos del amor de Dios, manifestado en Jesús. Testigo es alguien que ha vivido un acontecimiento central y único, penetrante y envolvente, que le ha ganado el corazón y ha transformado su vida hasta el punto de no poder dejar de transmitir lo que recibió. Los jóvenes necesitan de auténticos testigos del Dios vivo, personas que confiesen a Jesús como el centro de sus vidas. 8
Anunciamos a Jesucristo “Yo, el menor de todos los santos, he recibido la gracia de anunciar a los paganos la insondable riqueza de Cristo” (Ef 3,8). “No se empieza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con una acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello una orientación decisiva” Benedicto XVI
Nuestra misión fundamental al servicio de la Evangelización de los jóvenes es favorecer que ellos descubran que Dios los ama y se presenta en sus vidas para colmarlas. Se trata de hacer posible que cada joven se encuentre
personalmente con Jesucristo y se comprometa en su seguimiento, configurándose con Él, como su discípulo. Se trata de proponer un camino de formación integral y de participación comunitaria que permita al joven orientar toda su vida desde la fe, descubrir y realizar su vocación, asumir un compromiso histórico con el hombre y su realidad para su transformación. Es Jesús resucitado quien toma la iniciativa y se muestra vivo (Hch 1, 3). El encuentro viene a nosotros desde afuera, a través de un gesto y una palabra que nos alcanzan, y que son hoy el gesto y la palabra de la Iglesia que anuncia al Resucitado. Gestos que estamos invitados a repetir y palabras que estamos invitados a reproducir, que suscitan sorpresa gozosa, consuelo por sentirse amados, anhelo de darse a Aquel que nos llama a participar de su plenitud de vida. Esta hermosa tarea supone una nueva actitud misionera en quienes ya hemos avanzado algo en el Camino del Señor, que nos lleve a superar las fronteras de lo ya conocido y a modificar la actitud de esperar que los jóvenes se acerquen a nuestras comunidades. En nuestro horizonte aparecen jóvenes muy diversos (diversas experiencias de vida, diversos contextos culturales, diversas búsquedas…) y se trata de salir a su encuentro, de ir a buscarlos y encontrarlos allí donde transcurren sus vidas, donde sueñan, aman,
Hemos recibido la gracia de anunciar a Jesucristo!!
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sufren, se divierten, se equivocan… y hacernos solidarios de sus caminos, para contarles que Dios los ama. En eso, el tiempo presente nos pide una mayor semejanza con el Buen Pastor que sale a la búsqueda de lo que estaba perdido.
2- Orientaciones para una Pastoral de Juventudes Introducción general “Muéstrame, Señor, tus caminos, enséñame tus senderos” (Sal 25,4).
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Cada comunidad se encuentra convocada a vislumbrar nuevos caminos para una Nueva Evangelización de los jóvenes, y a formular y ensayar propuestas pastorales creativas y concretas. A continuación se ofrecen algunas orientaciones pastorales que pueden sugerir pistas para tales iniciativas. Estamos en condiciones de adentrarnos en el desarrollo de las orientaciones pastorales, pero entrar en ellas requiere un compromiso personal en el que se acepte el desafío de llevarlas a la vida. Supone dejar espacio al conocimiento del misterio de Dios que se revela en la comunidad, y nos permita captar el tiempo y el significado de los acontecimientos de los jóvenes; necesitamos considerar las preguntas que tienen los jóvenes sobre sí mismos y Dios, el mundo y la historia, no sólo para obtener respuestas teóricas, sino para determinar cuál debe ser nuestro compromiso personal y comunitario con ellos. Como orientaciones que son, poseen un carácter amplio y general para inspirar
diversas iniciativas pastorales, que tengan en cuenta el análisis de la realidad en cada comunidad concreta. Toca a cada comunidad elaborar las propuestas pastorales que contemplen las diversas edades, condiciones socioeconómicas, zonas de residencia (urbana o rural), cultura, inserción laboral, conciencia cívica, etc., privilegiando la llegada a las periferias, geográficas o existenciales, del mundo juvenil.
Orientación Pastoral 1: La persona en el centro. Importancia del acompañamiento personal “(Somos) simples servidores, por medio de los cuales ustedes han creído… Nosotros somos cooperadores de Dios y ustedes son el campo de Dios” (1Cor 3,5.9).
Hasta hace algunos años, el modelo dominante de participación juvenil en la Iglesia era el de un grupo numeroso de jóvenes dirigidos por un equipo de varios agentes pastorales. El desafío central en estas estructuras era (es) encontrar los métodos y los contenidos que más aceptación tuvieran en el grupo (“qué quieren ver los chicos”) en un momento determinado; la forma de medir el éxito de las acciones pastorales era (es) el crecimiento constante de la cantidad de participantes y la permanencia a lo largo del tiempo. Este modelo de participación nació como el apropiado para un medio cultural en que se lograba captar la atención de las personas en amplias reuniones, y
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la adhesión a ideales y a propuestas de vida se daba a partir de la pertenencia a un grupo. Hoy, a la par de este modo de participación social, se ha desarrollado otra modalidad en que cada persona toma sus decisiones y define sus opciones sin querer adherirse a un colectivo; aceptan los postulados pero prefieren o necesitan desarrollar su inserción a un ritmo personalizado, que tenga en cuenta las situaciones y condiciones propias de su vida. ... enfocarnos en la persona, y específicamente, en su corazón.
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Las propuestas pastorales de este tiempo requieren concentrarse no sólo en los grupos, sino también, de un modo especial, en las personas. Quizás se presente cierto riesgo de subjetivismo, pero también se privilegia la oportunidad de interpelar de modo personal y formar el corazón como centro de decisión y unificación de la vida. Como quien realiza “zoom” sobre un mapa para buscar lo más específico a partir de lo más general, de la misma forma, debemos hacer zoom sobre la comunidad, para enfocarnos en la persona, y específicamente, en su corazón. En consecuencia, adquiere especial importancia el acompañamiento personal. La clave para evitar la improvisación reside en el agente de pastoral que ha de tener muy claro el horizonte, los objetivos y los ritmos. Si se realizan diferentes actividades, es el agente pastoral quien tiene que tener la comprensión de la finalidad última y del proceso en su globalidad. La tarea del agente pastoral no es buscar actividades entretenidas que movilicen muchas personas, sino ayudar al encuentro con Dios, a crecer en la relación con la comunidad, a entender el mundo desde la fe y plantearse la propia vida en clave vocacional.
Orientación Pastoral 2: Desarrollo de la interioridad “Que Cristo habite en sus corazones por la fe, y sean arraigados y edificados en el amor” (Ef 3,17).
Apelar al corazón del joven requiere el desarrollo de la interioridad, como lugar de encuentro personal (con Dios, consigo mismo, y desde allí, con los otros); la propuesta implica promover una interioridad madura, abierta a Otro y a los otros. La intención es desarrollar una pastoral iniciadora1 en el misterio de Dios, una “pastoral de la fe” (el valor de lo iniciático no apunta tanto a un sentido cronológico, como a la intensidad y profundidad de una experiencia). Una pastoral de iniciación ayuda al joven a descubrir la presencia de Dios y a responderle en la fe. Se trata de iniciar en el encuentro con Dios, revelado en Jesucristo, y de nutrir la amistad con Él, de crecer en la fe y el amor. Lo anterior supone animar a la reflexión, al silencio, a la escucha del
1 El ámbito más propicio para iniciar en una relación personal con Dios es la familia, desde la temprana infancia, y luego alimentado en la parroquia, escuela y otras comunidades. Sin embargo, actualmente se constata un debilitamiento en la transmisión de la fe en estas instancias, por lo cual no lo podemos dar por supuesto; muchas veces nos encontraremos con jóvenes que necesitan iniciar un camino de amistad con el Señor, y para quienes ya viven la vida cristiana, siempre será necesario reavivarla y nutrirla.
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Señor, a la contemplación, a la comunicación de vivencias. Una dimensión fundamental será iniciar en la oración personal y comunitaria, llevar al encuentro con la Palabra de Dios. Cabe destacar que situarnos en el plano de la fe ayudará a pasar, de una relación intimista con un Dios que acaricia la sensibilidad, a un Dios que interpela la vida entera y motiva el compromiso.
Orientación Pastoral 3: El camino de la experiencia. “Moisés pensó: voy a observar este grandioso espectáculo. ¿Por qué será que la zarza no se consume? Cuando el Señor vio que él se apartaba del camino para mirar, lo llamó desde la zarza diciendo:¡ Moisés, Moisés!” (Ex 3,4)
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La iniciación cristiana implica la consecución de una experiencia religiosa. La experiencia se convierte en el punto vital de las propuestas pastorales: acceder al misterio de Dios, no tanto por la vía de la razón, cuanto por la vía de la contemplación 2. La presentación del anuncio, la apertura al conocimiento vivo de Dios requiere, en algunas oportunidades, generar experiencias antropológicas que abran a la fe, al modo de palabras inaugurales, fundantes, que susciten el interés, que despierten interrogantes. Por lo tanto, se buscará ofrecer experiencias vitales significativas, promover el contacto personal con experiencias fuertes de vida (a partir de la belleza, la intimidad, el sufrimiento, la injusticia, la libertad, el amor, la soledad…), que despierten a la fe, que susciten y alimenten el encuentro con Dios: capaz de dar sentido y configurar su vida.
2 Siempre será necesario acceder a la comprensión y profundización del contenido de la fe, a través de la formación doctrinal. Lo que debemos saber es que la vida cristiana no se resuelve por conocer racionalmente quién es Dios, sino a partir de un encuentro amoroso con Él
Quizás necesitamos superar la dicotomía dimensión humana-dimensión de fe. No se construye “primero” la persona y “luego” se le anuncia la fe. Además, no proponemos sólo “valores”, sino el encuentro con Jesucristo que entra en relación conmigo y transforma la vida. Dios encuentra y ama a cada joven “como es y está”, con su historia y realidad actual concreta, y a partir de allí, lo promueve, lo ayuda a crecer como persona.
Orientación Pastoral 4: La transmisión gozosa de la fe a los jóvenes. “Pero, ¿cómo invocarlo sin creer en él? ¿Y cómo creer sin haber oído hablar de él? ¿Y cómo oír hablar de él si nadie lo predica?” (Rm 10,14)
¿Cómo se llega a la fe? ¿Cómo se cree sin antes escuchar? Una condición fundamental será la transmisión gozosa de la propia fe, poder narrar la fe al joven en primera persona. Resulta necesaria la mediación del testimonio de personas creyentes, auténticos testigos del Dios vivo, personas que confiesen a Jesús como el centro de sus vidas; como también es vital la inmersión en un clima comunitario de fe.
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En la comunicación de la vivencia de fe a los jóvenes adquiere gran importancia el relato narrado: relato apasionado, intenso, alegre, coherente, convencido, de la persona de Jesús. El relato es el modo más sencillo y universal para transmitir una historia, una memoria, una experiencia hecha, una fe. En este orden, será muy valioso recuperar el lenguaje de los símbolos, lo sensible y corporal; lo celebrativo, lo lúdico y festivo adquiere un papel primordial en la transmisión de la fe.
Orientación Pastoral 5: La pertenencia comunitaria y eclesial “Les ruego que hagan perfecta mi alegría, permaneciendo bien unidos. Tengan un mismo amor, un mismo corazón, un mismo pensamiento” (Flp 2,2).
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La comunidad es quien suscita y acompaña el proceso de y con los jóvenes. La pertenencia comunitaria y eclesial es central en el proceso educativo en la fe: sin comunidad, todo anuncio creyente queda huérfano de un espacio de interiorización, de verificación y de celebración. Resulta de gran importancia la integración en pequeñas comunidades, en las que la relación cara a cara es privilegiada, como también son centrales los eventos masivos (zonales, diocesanos, nacionales, internacionales), que posibilitan abrirse a la Iglesia Diocesana y Universal, reconociéndose parte de “algo grande”. La belleza del amor de Dios, una vez experimentado en lo profundo del corazón, no puede dejar de llevarnos a la superación del individualismo. Nos vemos conducidos a redescubrir el valor del “nosotros” en nuestra vida, tanto en el plano de la comunidad eclesial, como en el de cada una de las comunidades, en las que como creyentes nos encontramos viviendo en relación con los demás. Los jóvenes no pueden pertenecer sólo a sí mismos y, de manera vaga, a Jesús
y a la comunidad; el sentido de pertenencia es componente importante del sentido de identidad, nadie sabe quién es mientras no ha descubierto a quién y a qué pertenece. Al mismo tiempo, es preciso reconocer que las pertenencias de los jóvenes actualmente son más “flexibles”; una característica de la participación juvenil hoy es la movilidad y provisionalidad temporal. Por lo cual, será conveniente abrir puertas a distintas formas de pertenencia, sin compromisos en exclusiva. Asimismo, resulta de vital importancia que las inserciones de los jóvenes redunden en experiencias comunitarias ricas en encuentros personales significativos. Las comunidades son convocadas a constituirse en un espacio de encuentro fraternal y gratuito, un lugar propicio para madurar en la fe. Sin descuidar el valor de los lazos que se establecen entre pares, resulta sumamente enriquecedora la posibilidad de vínculos e intercambios entre las diversas generaciones.
Orientación Pastoral 6: La propuesta vocacional desde el inicio “Ve a acostarte, y si alguien te llama, tú dirás: Habla, Señor, porque tu servidor escucha” (1Sam 3,9).
Ayudar a descubrir la propia vocación constituye una clave esencial del trabajo pastoral con jóvenes. Lo vocacional se vislumbra como una cuestión que debe estar presente a lo largo de todos los momentos del proceso y no sólo como un momento final del camino de fe.
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En la dimensión vocacional, cobra una especial relevancia el trabajo personalizado con cada joven. La delicada atención y respeto por la situación personal y los tiempos de cada uno es una consigna fundamental. El deseo de trascendencia y sentido que se encuentra latente en los jóvenes, encuentra respuesta en el desarrollo y profundización de la dimensión vocacional. Se trata de ayudar al joven, a todos los jóvenes, a descubrir el sueño de Dios para él; es fundamental despertar la capacidad de pensar en sus vidas y en su futuro, no como un proyecto suyo, ni con criterios limitados y autorreferenciales, sino como respuesta y aceptación de un proyecto que viene del Señor.
Orientación Pastoral 7: Trabajo orgánico “Ayúdense mutuamente a llevar las cargas” (Gal 6,2). “Cada uno de nosotros ha recibido su propio don, en la medida que Cristo lo ha distribuido” (Ef 4,7)
La magnitud de la misión que nos es encomendada y la naturaleza propia de la vida eclesial, nos invitan a potenciar el trabajo orgánico, en sus diferentes ámbitos: diocesano, zonal y parroquial. Podemos decir que “el sacerdote en su pastoreo tiene el carisma de la totalidad, no la totalidad de los carismas”. Análogamente, cada comunidad particular no tiene la totalidad de los servicios, pero todas las comunidades pueden cubrir todos los servicios, si trabajan en equipo, manifestación de la comunión. Para impulsar la evangelización de los jóvenes es necesario generar redes a todos los niveles. El desafío es aunar esfuerzos y hacer alianzas, construir redes donde se potencie la autonomía y también la relación; redes donde fluya la comunicación de información y se valore la originalidad de cada comunidad; redes donde surjan equipos de trabajo compartido para pensar y llevar a cabo iniciativas pastorales que enriquezcan al conjunto y cada uno; redes que nos ayuden a crecer en comunión y en misión para servir mejor a los jóvenes. Este es el sentido de nuestro Plan Pastoral Arquidiocesano y en este espíritu nos invita a trabajar nuestro Obispo, siguiendo las huellas de lo que nos enseña en Concilio Vaticano II y Aparecida. En la búsqueda de alternativas pastorales para jóvenes, particularmente el trabajo articulado de manera zonal, puede convertirse en el multiplicador
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de espacios y experiencias enriquecedoras. Las Zonas Pastorales son convocadas a potenciar “lo que funciona” y motivar el ensayo de nuevas propuestas pastorales.
Orientación Pastoral 8: Diversidad de propuestas “Me hice débil con los débiles, para ganar a los débiles. Me hice todo para todos, para ganar por lo menos algunos, a cualquier precio” (1Cor 9,22).
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No nos podemos conformar sólo con ofrecer un único “formato” posible de convocatoria e integración de los jóvenes en nuestras comunidades, común para todos; el tradicional modelo de grupo juvenil como única alternativa achica las posibilidades de participación, ya que seguramente hay jóvenes inquietos y bien dispuestos, pero que no se sienten atraídos por tales grupos. Vivimos una cultura marcada por el pluralismo. Necesitamos diversificar las propuestas pastorales; el desafío es ofrecer propuestas pastorales plurales, diferenciadas, abiertas y flexibles, de modo que los jóvenes puedan engancharse por algún camino. Se trata de generar procesos donde las experiencias y los medios de crecimiento estén al alcance de todos y cada uno, en diferentes momentos, los aproveche en diversos niveles de profundidad. Implica una propuesta pastoral con muchos frentes, con múltiples puntos de encuentro y contacto, con ofertas que
respondan a diferentes intereses. A partir de un contacto inicial, se pueden proponer diferentes itinerarios para ayudar a responder a las diferentes dimensiones de la pastoral: relación con Dios, con la Iglesia, con el mundo y con uno mismo. Se acrecienta, entonces, la necesidad de una planificación (flexibilidad en las propuestas no significa improvisación ni desarticulación) que nos proteja de dispersarnos en una “pastoral de entretenimiento”, y articule en cambio, actividades cercanas a la realidad, el momento y la profundidad que cada joven pueda vivenciar. En tanto los procesos de los jóvenes son muy dinámicos, cambiantes y diversos, resulta fundamental la perseverancia y estabilidad de quienes los acompañan y forman, de modo que posee el conocimiento de cada persona y ayude a cada uno a integrar y unificar. Esta perspectiva conlleva cierta tensión entre buscar fluidez en el cambio de formas y propuestas, mientras se mantiene clara la propuesta radical del Evangelio (el encuentro con Dios que transforma la vida y llama a entregarla): se trata de suscitar la experiencia de Dios en todo momento.
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ORIENTACIONES PASTORALES
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Orientación pastoral integradora:
Posibles escenarios pastorales “Navega mar adentro, y echen las redes” (Lc 5,4).
A continuación se mencionan algunos escenarios que pueden constituirse en puntos de encuentro con los jóvenes, lugares donde relacionarnos con ellos y dialogar, iniciar un camino y, desde un contacto primero, ir ofreciendo distintos itinerarios de profundización. Algunos escenarios son ámbitos naturales de los jóvenes y otros espacios a proponer. Estos escenarios no son más que posibles ejemplos, entre múltiples y diversas, simultáneas y sucesivas experiencias que podamos ofrecer a los jóvenes y que puedan “tocar” el servicio, la celebración, la reflexión, la formación, la oración, la comunidad, el diálogo, el anuncio, el compromiso, la vocación…
1º escenario - La solidaridad. El camino de la ayuda solidaria resulta especialmente significativo para los jóvenes hoy; ellos son capaces de embarcarse en acciones y/o proyectos de solidaridad y voluntariado. Quien sale de sí mismo, descubre al otro, y aprende a amar solidariamente, en forma gratuita, se dispone a desarrollar su vida en clave de apertura y donación. Así, la labor del voluntariado es una escuela de vida para los jóvenes: educa a la solidaridad y a estar disponibles para entregarse a sí mismos (Deus Caritas est, 30). En consecuencia, intuir y proponer posibles experiencias de servicio a los pobres se manifiesta como una alternativa atractiva. Por un lado, se pueden crear espacios propios para los jóvenes; por otro lado, también es posible imaginar la integración de los jóvenes junto con los adultos en las diversas
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áreas o acciones de la comunidad: Cáritas, Pastoral de la Salud, Pastoral Carcelaria, ayuda en comedores, servicios de apoyo escolar, etc.
2º escenario - El arte y la cultura. Despertar a la fe en o desde “lugares” relacionados con el arte y la cultura es una veta a imaginar con creatividad: la lectura, la música, el cine, el teatro, la expresión corporal, la reflexión sobre la actualidad.
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El arte y las representaciones culturales deben ser capaces de suscitar la emoción propia del misterio al que aluden y llevar a la alabanza. Deberían ser como una flecha lanzada a la interioridad a través de la belleza, que con su lenguaje simbólico, constituyen una vía privilegiada para acercar a los hombres a Dios y despertar la contemplación del Creador.
3º escenario - Espacios de espiritualidad. Espacios de oración, de lectura orante de la Palabra y la liturgia (particularmente la celebración de la Eucaristía), son lugares privilegiados de encuentro con Dios. Pueden resultar especialmente sugerentes proyectos o itinerarios al compás de los tiempos litúrgicos (Adviento-Navidad, Cuaresma- Pascua-Pentecostés). En las condiciones actuales, es importante subir allí donde la fe toma su fuente. Es decir, en el corazón de la experiencia de los jóvenes; el desafío es extraer la experiencia espiritual que brota de la vida, que hace presentir lo esencial, que despierta, que pone en marcha, que hace vivir. La
educación en la fe no es, en primer lugar, una cuestión de reunir recursos, es ante todo una cuestión de descubrir la Fuente que es Cristo bajo la acción de su Espíritu.
4º escenario - La misión. Formular ensayos pastorales de corte misionero constituye un desafío particularmente interesante, no sólo en ámbitos “tradicionales” (zonas rurales o pueblos del interior), sino ámbitos no explorados o novedosos (por ej.: los lugares de diversión nocturna juvenil, ámbitos de tiempo libre).
5º escenario - El deporte y el tiempo libre. Gran importancia cobra la práctica del deporte, porque puede favorecer en los jóvenes la afirmación de valores importantes como la lealtad, la perseverancia, la amistad, la comunión, la solidaridad… El deporte se puede convertir en ocasión de encuentro y de diálogo. A través de esta práctica el ser humano ejercita su cuerpo, su inteligencia y su voluntad, reconociendo que estas capacidades son dones de su Creador. La lógica del deporte es también la lógica de la vida: “sin sacrificio no se obtienen resultados importantes, y tampoco auténticas satisfacciones”. (Juan Pablo II). Igualmente, puede resultar interesante proponer alternativas de tiempo libre, a través de actividades de carácter lúdico o recreativo, que favorezcan el encuentro y desarrollo de valores a través de un sano y alegre esparcimiento.
6º escenario - La nuevas tecnologías. Sitios como internet, redes sociales, blogs, telefonía celular, etc. son nuevos
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espacios de expresión y socialización para los jóvenes, y por lo tanto, nuevos espacios de encuentro con ellos, desde los cuales proponerles el Evangelio. Resulta necesario superar nuestro enfoque de la red como un medio. La red no es sólo un instrumento, es un lugar habitado. Por lo tanto, se trata de evangelizar “en” internet y no tanto de “usar” Internet para evangelizar. Al mismo tiempo no podemos perder de vista que la evangelización puede tener su punto de partida en el mundo digital, pero intenta traspasar sus fronteras y provocar el encuentro cara a cara; la evangelización se verifica, se purifica y se potencia en el encuentro presencial.
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Cabe subrayar que los jóvenes necesitan no sólo ser destinatarios de nuestras propuestas pastorales, en los referidos escenarios, sino protagonistas de las mismas. El desafío es llevar adelante una pastoral “para” y “con” los jóvenes, confiando en ellos y dándoles participación. Los jóvenes experimentan la necesidad de acciones y compromisos concretos, que los involucren de un modo activo.
En relación a los escenarios presentados, no se trata de hacer actividades por hacerlas, o sólo porque responden a intereses y sensibilidades de los jóvenes en el marco de la cultura contemporánea. Para que las experiencias llevadas a cabo adquieran un valor genuinamente personalizante y evangelizador necesitan ser problematizadas, confrontadas, clarificadas, interpretadas, asimiladas, elaboradas, interiorizadas, personalizadas; y para esto son precisos espacios de diálogo (personal y comunitario), discernimiento, oración, celebración que promuevan una mirada de fe sobre las experiencias vividas.
3- A modo de conclusión “Porque Dios es el que produce en ustedes el querer y el hacer, conforme a su designio de amor” (Flp 2,13) “Una Iglesia que no sale... se enferma en la atmósfera viciada de su encierro. Es verdad también que una Iglesia que sale… puede… tener un accidente. Ante esta alternativa, les quiero decir francamente que prefiero mil veces una Iglesia accidentada que una Iglesia enferma” (Papa Francisco, a los Obispos argentinos)
Manos a la obra No esperemos contar con proyectos muy elaborados y acabados de nuevas propuestas evangelizadoras para los jóvenes. Se trata de buscar, ensayar, probar (aunque las cosas no resulten y tengamos que empezar nuevamente), con la confianza, audacia y entusiasmo que nacen de un corazón creyente, amante de Dios y de los jóvenes. Por ello este documento no ha concluido. Invita a abrir nuevos espacios, marcar el ritmo para ponerse en camino, reconociendo que los jóvenes a veces serán nuestros maestros. Con ellos, el Espíritu nos invita a esbozar la Iglesia del mañana; a explorar, a través de sus tiempos y sus culturas, la sabiduría y los signos de Dios. Cercana en todo a nosotros está María, la joven mujer que con el “sí” de su fe hace presente a Dios. María nos anima a ponernos en camino para reconocer en cada ser y en cada situación de la vida y de la historia la presencia del Amor, y ponernos a su servicio. Encomendamos a Nuestra Señora del Rosario del Milagro las búsquedas, trabajos y frutos de nuestra tarea a favor de los jóvenes de la Arquidiócesis.
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Fuentes bibliográficas Los siguientes textos constituyeron las fuentes bibliográficas del presente escrito, y a su vez, son fuentes para consultar, nutriendo nuestra búsqueda, reflexión y acción a favor de los jóvenes: •
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ASAMBLEA DE LOS OBISPOS DE QUÉBEC (2006): Proponer hoy la fe a los jóvenes: una fuerza para vivir. Documento encontrado en: http://www.yosoyprotagonista. com/index.php?option=com_content&view=article&id=57&Itemid=71 CARTA PASTORAL DE LOS OBISPOS VASCOS (2001): Transmitir hoy la fe: Una reflexión necesaria para un creyente de nuestros días. CELAM, (2010): Proyecto de Revitalización de la Pastoral Juvenil Latinoamericana: La vida los y las jóvenes, un camino de discipulado y misión. Documento encontrado en: http://www.iglesiauruguaya.com/pastoral%20juvenil/ANEXO%20 1.-%20PROYECTO%20DE%20REVITALIZACION%20DE%20LA%20PJL.pdf Chordi, A, (2006): Los jóvenes nos hacen mover la ficha: ¿Cómo impulsar la pastoral con jóvenes hoy? Documento encontrado en: http://www. yosoyprotagonista.com/index.php?option=com_content&view=article&id=57& Itemid=71 Chordi, A, (2011): Volver a creer con los jóvenes. Explorando nuevos horizontes. Editorial Frontera. Vitoria. Decálogo para iEvangelizar. Documento encontrado en: http://imision.org/ decalogo-para-ievangelizar/#comment-29 Gomez Serrano, P. (2003): Diez pistas para impulsar una pastoral de juventud actualizada. Documento encontrado en: http://www.yosoyprotagonista.com/ index.php?option=com_content&view=article&id=57&Itemid=71 Martini C. ¿Qué belleza salvará al mundo? Carta pastoral 1999-2000. Movilla, S. (2007): Nuevas formas y estilos en los procesos de pastoral con jóvenes. Documento encontrado en: http://www.gazteok.org/parapensar.php Rodríguez Olaizola, J. (2009): Las pertenencias flexibles o la necesidad de “hacerse todo a todos para anunciar el Evangelio”. Documento encontrado en: http:// www.gazteok.org/reccat.php?catrec=14 Rossi, A. (2011) Espérame y vamos juntos. Claves sencillas para acompañar a los jóvenes.
ANEXO 1 Sugerencias de trabajo Seguramente ya has leído el documento “Para una nueva evangelización de los jóvenes. Orientaciones pastorales”. En estas líneas se presentan algunas sugerencias que pueden ayudar a dar pasos concretos para su implementación.
Convocar agentes: •
Convocar a los agentes que ya trabajan con jóvenes -de algún modo- en la parroquia. No sólo animadores y asesores de grupos juveniles, también pueden ser animadores de la liturgia, responsables del coro, responsables de diversos servicios pastorales que cuentan con jóvenes.
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Convocar agentes nuevos. Quizás no se trate tanto de pedirles que se ocupen en términos generales de la pastoral de los jóvenes, sino más bien para pedirles un servicio puntual y concreto destinado a los jóvenes. “No pedir mucho a pocos, sino poco a muchos”
Rezar: Se recomienda concretar espacios de oración compartidos entre agentes de pastoral, que despierten, aviven y sostengan el sentido de ser llamados y enviados al anuncio del Evangelio entre los jóvenes. Breves momentos de oración antes de cada reunión, momentos más prolongados de oración, retiros, etc.
Mirar la realidad: •
Identificar dónde están nuestros jóvenes, cuáles son sus inquietudes, intereses, necesidades,lugares de encuentro…
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Detectar si hay jóvenes que participen de algunas actividades parroquiales sin estar vinculados al grupo juvenil: ¿qué actividades son?, ¿quiénes las llevan a cabo?, ¿por qué pueden ser interesantes para esos jóvenes? Identificar qué instituciones o lugares no eclesiales convocan jóvenes de la zona (clubes, otras comunidades religiosas, colegios, plazas, talleres artísticos, etc.). y qué actividades no eclesiales llaman la atención o concentran la participación de los jóvenes (deportes, artes, solidaridad, diversión, etc.). Descubrir si hay necesidades o intereses de los jóvenes a los que no respondan ninguno de los espacios ya existentes.
Definir qué hacer y cómo lo vamos a hacer:
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Destinatarios y primer acercamiento • ¿A quiénes dirigir la/s propuesta/s pastoral/es? • ¿De qué manera podemos acercarnos a los jóvenes? ¿Cómo establecer un primer encuentro con ellos? • ¿Cuáles son las actitudes que impregnan nuestro acercamiento a los jóvenes? Por ejemplo: escucha, cercanía, respeto, amor por ellos… • ¿Para qué queremos acercarnos a ellos? ¿Cuál es la propuesta, invitación, mensaje? Características de la propuesta • Seleccionar algún o algunos escenario/s al que pueden ser más sensibles los jóvenes de la comunidad. En ellos trataremos de favorecer la escucha de los jóvenes, su participación, compromiso, protagonismo, inserción comunitaria • Tener en cuenta que, diversas propuestas en uno o más escenarios, de modo múltiple y diverso, simultáneo y sucesivo, pueden “tocar” el servicio, la celebración, le reflexión, la formación, la oración, la comunidad, el diálogo, el anuncio, el compromiso, la vocación... • ¿Qué duración tendrá/n la/s propuesta/s? Algunas propuestas pueden ser
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puntuales y acotadas, de duración breve, y otras pueden ser de más largo aliento. ¿Qué duración tendrá/n la/s propuesta/s? Algunas propuestas pueden ser puntuales y acotadas, de duración breve, y otras pueden ser de más largo aliento. ¿Quiénes y cómo van a ofrecer, más formal o informalmente, un acompañamiento personal y comunitario a los jóvenes?
Diseño final e implementación de la propuesta • A modo de síntesis de todo lo anterior, diseñar alguna propuesta para jóvenes en la que se pueda plasmar las orientaciones pastorales (o algunas). Al final ofrecemos, una síntesis de los pasos a dar para la planificación de una propuesta pastoral. • Ensayar la propuesta, llevarla a cabo, aprender de la experiencia… y si hace falta, levantarnos y volver a empezar. No esperemos a tener todo claro, lancémonos… “les quiero decir francamente que prefiero mil veces una Iglesia accidentada que una Iglesia enferma” (Papa Francisco).
Trabajo orgánico: En cada comunidad: • ¿Qué iniciativas pastorales puede la comunidad generar y sostener en forma autónoma? • ¿Cómo articular las diversas propuestas pastorales de la comunidad? ¿En qué espacios de reflexión, discernimiento y trabajo los agentes de la comunidad se pueden encontrar? En relación a la zona pastoral: • ¿Has pensado en trabajar conjuntamente con las parroquias de tu zona pastoral en algunas actividades concretas? ¿Qué iniciativas pastorales la comunidad puede generar y sostener en forma conjunta con las otras comunidades de la zona pastoral?
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¿Hay servicios pastorales de tu parroquia que puedan interesar a otros jóvenes? ¿Cómo ofrecer las propuestas pastorales generadas en nuestra comunidad a los jóvenes de otras comunidades de la zona pastoral? ¿Hay servicios pastorales para jóvenes en las parroquias de tu zona que consideren apropiados para los jóvenes de tu comunidad? ¿Cómo ofrecer las propuestas pastorales generadas en otras comunidades de la zona pastoral a los jóvenes de nuestra comunidad?
Pasos para la planificación de una propuesta pastoral Seleccionen una experiencia pastoral para ofrecer a los jóvenes. 32
Por ej: Encuentros con la Palabra, voluntariado, Misa para jóvenes, Pascua joven, grupo de teatro, cine debate, misión en lugares de diversión, Semana de la Juventud, Foro de diálogo sobre cuestiones de interés, Retiro de impacto, Página web, ENTRE MUCHAS OTRAS POSIBILIDADES…
1 - Breve Descripción de la Propuesta Pastoral Describir en líneas generales y a grandes rasgos, de qué se trata la experiencia pastoral propuesta. 2 - Fundamento Pastoral de la Propuesta Especificar razones, motivaciones o intuiciones que impulsan el proyecto a su realización. Debemos respondernos el por qué de la propuesta pastoral, cuál es el sentido de lo que estamos haciendo.
3 - Objetivos Sugerimos precisar qué se intenta lograr y para qué. Por Ej: Ir al encuentro de los jóvenes que se reúnen en… Ofrecer a los jóvenes un espacio para celebrar la fe, desde la música. Fomentar el espíritu de servicio y entrega a los otros.
4 - Destinatarios Especificar a quiénes va dirigida esta experiencia pastoral 5 - Metodología Definir la forma de ejecución más apropiada Especificar actividades, etapas de realización, distribución del tiempo. 6 - Recursos Necesarios Enumerar los recursos: humanos, materiales, infraestructura, económicos, etc. ideales para la realización de esta experiencia. 7 - Evaluación ¿Qué momentos o instancias vamos a dedicar para valorar la experiencia pastoral y reflexionar sobre ella? ¿Qué criterios pueden facilitar una evaluación objetiva de esta experiencia?
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ANEXO 2 Posibles reuniones de trabajo A continuación se ofrece una posible guía de reuniones, con el fin de planificar propuestas pastorales, sea a nivel parroquial o zonal.
Reunión Pastoral Parroquial 1
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El objetivo es construir un diagnóstico sobre la realidad de los jóvenes del entorno parroquial. La herramienta es una reunión fraterna y festiva de personas de todas las edades que participen o no de la estructura pastoral parroquial, en dos secciones: 1. Compartir la mirada, el saber y las expectativas; 2. Compartir la oración al Padre de todos. 1era. Sección. Para ello, los convocados podrían trabajar respondiendo a las preguntas que en el anexo 1 se encuentran bajo el título “Mirar la realidad” Se recomienda trabajar con un esquema de recolección de datos al estilo de “debilidades y fortalezas”, o “luces y sombras,” etc. Tiempo: 2 horas. ATENCIÓN: siempre que fuera posible, si estuviesen jóvenes que no participan habitualmente de la vida de fe o que permanecen ajenos a esta vivencia, TIENEN PRIORIDAD ABSOLUTA para ser escuchados; es más, buena parte del encuentro debería girar en torno a una escucha respetuosa, como quien recibe a un mensajero del Señor..!
2da. Sección. Un espacio de oración compartido entre jóvenes y adultos, espontánea si fuera posible, en el que pueda transmitirse la experiencia de interioridad y vida espiritual. De mucha ayuda pueden ser los testimonios de adultos que llevan una vida sostenida por la fe, iniciada en su juventud. Tiempo: 45 minutos.
Reunión Pastoral Parroquial 2 El objetivo es construir una propuesta pastoral para jóvenes de la comunidad parroquial. La herramienta es una reunión de los agentes pastorales que trabajan con jóvenes, en dos secciones: 1. Debatir acerca de lo que queremos ofrecerles a los jóvenes; 2. Darle forma concreta a la propuesta parroquial. 1era. Sección. Para ello, los convocados podrían trabajar respondiendo a las primeras 10 preguntas que en el anexo 1 se encuentran bajo el título “Definir qué hacer y cómo lo vamos a hacer” Se recomienda ir confeccionando por escrito, al modo de una “lluvia de idea”, un listado con las opiniones que van surgiendo en el intercambio Tiempo: 2 horas 2da. Sección. Diseñar alguna propuesta para jóvenes en la que se puedan plasmar las orientaciones pastorales (o algunas). Pueden guiarse con los pasos a dar para la planificación de una propuesta pastoral. Tiempo: 2 horas.
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Algunos criterios a tener en cuenta son: a) Que se planifique todo el desarrollo de la propuesta. b) Que se involucren todos los que consensuaron la propuesta. c) Que se piense en propuestas factibles y sostenibles. A PARTIR DE AHORA: Ensayar la propuesta, llevarla a cabo, aprender de la experiencia… y si hace falta, levantarnos y volver a empezar. No esperemos a tener todo claro, lancémonos… “les quiero decir francamente que prefiero mil veces una Iglesia accidentada que una Iglesia enferma” (Papa Francisco).
Reunión Pastoral Zonal
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Los objetivos de este segundo encuentro son tres: 1. Avanzar en el conocimiento de la zona pastoral; 2. Afianzar la oración en común entre jóvenes y adultos 3. Iniciar la planificación y ejecución de acciones pastorales 1era. Sección del encuentro se podría invitar a alguien de otra zona pastoral dando a conocer qué es, qué implica y qué rol juega en la vida pastoral diocesana una “zona pastoral”. Debe poder notarse qué tipo de trabajo eclesial supone esta concepción de la comunidad, que en conjunto ofrece al mundo un encuentro con Jesús. Tiempo: 30 minutos. 2da. Sección se pueden retomar las conclusiones obtenidas en cada encuentro parroquial, para avanzar hacia un reconocimiento de las fortalezas y debilidades de la zona pastoral íntegra. Quizá se pueda comenzar con una breve exposición de cada parroquia sobre qué comunidades la conforman, sus rasgos generales, sus actividades salientes, sus carismas, sus problemáticas o desafíos, etc. Tiempo: 45 minutos.
Luego, los convocados podrían trabajar respondiendo a las preguntas que en el anexo 1 se encuentran bajo el título “Trabajo orgánico”. Tiempo: 60 minutos. Se recomienda que la compilación de las opiniones se haga en función del esquema “fortalezas” y “debilidades”. Finalmente: • Acordar prioridades pastorales de la zona, destinadas a los jóvenes. Tiempo: 60 minutos. • En la tercera sección se procede a planificar acciones pastorales conjuntas en función de los objetivos fijados por la zona pastoral. Tiempo: 90 minutos. • Para finalizar, se recomienda la participación en la Eucaristía. Tiempo: 45 minutos. IMPORTANTE: aunque las acciones pastorales se lleven adelante desde la parroquia, deben responder a un sentido de comunión entre las parroquias de la zona.
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ANEXO 3 El camino realizado
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Cuando se tabularon las respuestas a la consulta a las Iglesias particulares de la Conferencia Episcopal Argentina realizada en el 2000, nos encontramos con una fuerte preocupación por los jóvenes y la juventud. La Jornada pastoral del 2001 y la posterior presentación de las Líneas de Acción Pastoral nos dieron un marco referencial para profundizar este tema. Con el Secretariado para los laicos y la Comisión de Pastoral de Juventud se preparó una consulta específica y que fue realizada en 2002-2003. Se tabularon las respuestas que enviaron 42 comunidades (entre Parroquias, Movimientos y Comisiones) lo cual nos permitió preparar un primer informe que fue presentado a nuestro Arzobispo. Fruto de ese trabajo fue la identificación y formulación de los desafíos que nos presentaba la evangelización de los jóvenes. A partir del mes de abril de 2006, fue constituida una nueva comisión con la finalidad de dar continuidad y profundizar este tema. En esta oportunidad, la intención fue acercarse a algunos proyectos de evangelización de jóvenes que se están realizando en nuestra Arquidiócesis e intentando discernir los aspectos positivos de estas experiencias y descubrir algunas características comunes que pueden indicar pistas adecuadas frente al trabajo con los jóvenes en el contexto de los nuevos parámetros culturales. Las realidades eclesiales convocadas para esta escucha “hacia adentro de la Iglesia” fueron unas 20 comunidades (pertenecientes a distintos movimientos, asociaciones, colegios y parroquias de la ciudad y del interior). Es de destacar el interés y la buena disposición para este diálogo por parte de todos. A medida que se fueron realizando las reuniones fueron apareciendo los puntos más importantes y coincidentes. También a lo largo del 2007 los miembros
del Consejo Pastoral Arquidiocesano fueron informados y consultados y se mantuvo un diálogo fecundo con el Equipo de Pastoral de Juventud, presentando el objetivo y espíritu que animaba el trabajo de esta comisión, la metodología y recorrido realizado hasta el momento, como también su potencial proyección. Pero no bastaba mirar solo hacia adentro de la Iglesia, sino que dicha comisión era de la opinión que era importante mirar, consultar y aprender también de otras expresiones que trabajan y se interesan por los jóvenes y que no pertenecen a la estructura visible de la Iglesia. Es así que se dialogó también con algunas organizaciones civiles no confesionales a fin de compartir nuestra búsqueda e intercambiar impresiones sobre el acercamiento al mundo juvenil. De esta manera, se realizaron diversas entrevistas con representantes o referentes de algunas ONG e instituciones no confesionales que trabajan con jóvenes y para jóvenes. Las respuestas recogidas de los jóvenes y de los adultos que trabajan con ellos, son notoriamente coincidentes. Por eso queremos subrayar que no se trata solo de “afirmaciones de los jóvenes” sino que, también los agentes pastorales adultos comprometidos en esta misma tarea, concuerdan fundamentalmente con sus apreciaciones. El detalle de lo recopilado se puede ver en www.arzobispadocba.org. ar . Allí, los que deseen interiorizarse de los pormenores de las entrevistas realizadas en las parroquias, movimientos, asociaciones y ONG, podrán hallar la tabulación de los resultados. El presente documento asume este camino recorrido en nuestra Arquidiócesis sumándose lo recogido en las Mañanas de Diálogo Pastoral entre los agentes de pastoral de juventudes de la diócesis (2011-2013): estos encuentros surgieron con la intención de responder a los desafíos que se nos plantean como Iglesia, al asumir la misión de la evangelización de los jóvenes; buscamos pasar de los criterios o claves que permiten repensar y reorientar el trabajo pastoral con jóvenes a los aterrizajes concretos o ensayos pastorales y discernir cuáles son los caminos o alternativas para proponer a los jóvenes.
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“Vayan, sin miedo, para servir. Siguiendo estas tres palabras experimentarán que quien evangeliza es evangelizado, quien transmite la alegría de la fe, recibe alegría. Queridos jóvenes, cuando vuelvan a sus casas, no tengan miedo de ser generosos con Cristo, de dar testimonio del evangelio… La Iglesia cuenta con ustedes. El Papa cuenta con ustedes. Que María, Madre de Jesús y Madre nuestra, les acompañe siempre con su ternura: «Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Amén.” (Papa Francisco - Misa de envío JMJ Rio 2013)
ÍNDICE Saludo Monseñor Carlos José Ñáñez
1
Palabras Papa Francisco.
2
Capítulo 1: El Espíritu que nos anima.
3
Una mirada de esperanza.
3
Llamados al servicio de los jóvenes .
5
Anunciamos a Jesucristo.
6
Capítulo 2: Orientaciones para una Pastoral de Juventudes.
8
Introducción general.
8
Orientación Pastoral 1: La persona en el centro.
9
Orientación Pastoral 2: Desarrollo de la interioridad.
11
Orientación Pastoral 3: El camino de la experiencia.
12
Orientación Pastoral 4: La transmisión gozosa de la fe a los jóvenes.
13
Orientación Pastoral 5: La pertenencia comunitaria y eclesial.
14
Orientación Pastoral 6: La propuesta vocacional desde el inicio.
15
41
42
Orientación Pastoral 7: Trabajo orgánico.
17
Orientación Pastoral 8: Diversidad de propuestas.
18
Orientación pastoral integradora: Posibles escenarios pastorales.
21
1º escenario - La solidaridad.
21
2º escenario - El arte y la cultura.
22
3º escenario - Espacios de espiritualidad.
22
4º escenario - La misión.
23
5º escenario - El deporte y el tiempo libre.
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6º escenario - La nuevas tecnologías.
23
3- A modo de conclusión
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Fuentes bibliográficas
26
Anexo 1: Sugerencias de trabajo
27
Anexo 2: Posibles reuniones de trabajo
32
Anexo 3: El camino realizado
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Equipo de Reflexi贸n y Formaci贸n Pastoral de Juventudes Aquidi贸cesis de C贸rdoba 2013