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La serpiente, el árbol y yo, por Eva
el la Serpiente, Árbol, y Yo
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Génesis 3 por eva
MI nombre es Eva. Mi esposo Adán y yo vivíamos en este hermoso huerto llamado Edén. Está lleno de árboles verdes frondosos, hierba suave y muchas cosas sabrosas para comer
¡Es perfecto! El Edén tenía todo lo que yo podría necesitar. —¿Todo? —dijo una voz detrás de mí. Me viré y vi una serpiente enrollada en una rama. Era una criatura hermosa con ojos penetrantes. Parecía muy inteligente.
—Disculpa mi interrupción —añadió la serpiente—, pero no tienes todo lo que puedas desear.
Respondí: —Tengo un lugar suave donde dormir, un hombre que me ama y nunca paso hambre. Dios me ha dado todo lo que necesito.
—¿Y qué hay del gran árbol frutal en el medio del huerto? —preguntó la serpiente.
Se me hizo un nudo en el estómago al pensar en aquel árbol.
—Dios dijo que si comemos ese fruto, moriremos —expresé. La serpiente rio. Luego se acercó deslizándose y susurró: —Eso es una tontería. Dios sabe que no morirán. También sabe que es el mejor fruto del huerto.
—¿El mejor fruto? —me quedé pensativa—. ¿Es eso cierto? —Oh, sí. Dios no te contó el secreto especial sobre ese árbol. ¡Si comes de su fruto, verás cosas increíbles! ¡Podrás distinguir el bien del mal; como Dios mismo! ¿No sería maravilloso ser como Dios? —preguntó la serpiente.
¡Vaya!, pensé. Dios es súper poderoso. Y es muy sabio. Yo quería ser sabia y poderosa como Dios. Y ese fruto sí que se veía delicioso. Solo de pensar en él se me hacía agua la boca. —¿Qué tal una mordidita? —silbó la serpiente—. Solo pruébalo. La decisión es tuya.
NO podía quitar los ojos de ese árbol. Si no probaba ese fruto, no podría pensar en otra cosa por el resto de mi vida.
Así que tomé el fruto y le di una mordida. Mmmmm ¡Estaba MUY BUENO! Llamé a mi esposo: —¡Adán! ¡Tienes que probar esto! —¿Qué es? —Es el fruto del árbol que está en medio del huerto. ¡Es lo mejor que he probado en mi vida! —le comenté. —¿Pero no es ese el árbol del que no podemos comer? —preguntó Adán, mirando con nerviosismo a su alrededor.
—Le di una mordida ¡y no morí! —le expresé. Entonces Adán cerró los ojos y le dio una mordida también. Yo estaba ansiosa por ver su reacción. Pero cuando él abrió los ojos, se veía asustado. Se cubrió la cara e intentó esconderse. En un momento, ambos supimos que habíamos tomado la decisión equivocada. Nos sentimos muy avergonzados.
Después de eso, Dios nos sacó de Su hermoso huerto. Aunque Él todavía se preocupaba por nosotros, nuestra vida se hizo muy, muy difícil. Cuánto desearía haber tomado la decisión correcta y haber obedecido a Dios.
Estoy muy avergonzada. Tenía todo a mi favor y lo eché a perder. No puedo culpar a la serpiente. En verdad no puedo. Dios me había enseñado lo que estaba bien y lo que estaba mal, pero pensé que yo sabía más que Él. A veces nuestras decisiones son divertidas y fáciles; pero otras veces tomar la decisión correcta no es fácil. Eso lo aprendí a las malas. Felizmente, de todas formas, Dios aún me ama. A pesar de nuestras decisiones equivocadas, el amor de Dios por nosotros nunca se acaba. ? Y tú? ? Cuándo has tomado una mala decisión? ? Qué pasó? ? Cómo hubieran sido diferentes las cosas si hubieras tomado la decisión correcta?