(2009) VERDADES OCULTAS “el corazón crece en la gloria de saberse apreciado”
17 de Diciembre del 1___: Hoy se marca un año más en mi vida. Un año desde que abandone mi hogar para embarcarme en este nuevo destino. Se que debería sentirme expectante, sin embargo siento todo lo contrario; mi madre adora este lugar por ser su tierra natal y yo no la contradigo, claro. Inglaterra es un lugar enigmáticamente hermoso pero mi corazón sigue vació, es como un rompecabezas sin piezas; una de ellas es mi Padre, quien sigue en España, realmente deseo volver a verlo pronto… lo extraño tanto. Mi corazón no hallará descanso hasta que mis ojos lo distingan de nuevo en el umbral de esta fría mansión. Extraño tanto España, y los lugares donde solía pasear pero ahora nuestra, mí vida es diferente. Veo caer delicados copos de nieve en este momento, el calor de mi habitación no deja de confortarme y es cierto, como mi madre suele decir “Este ahora lo es todo, hasta que nos manden al nuevo mundo”, ¡No!, no quiero irme, no es el momento…hoy recibí una carta más, otra que me recuerda… aún recuerdo cuando llego la primera “un extraño pelea en tu nombre” fue lo primero que leí, ¿pero como era esto posible? Nunca lo conocí y dudo que él me haya conocido, pero el saber que yo estaba en sus labios, estoy alegre y se lo agradezco. Hoy recibí la esta última carta, hoy descubrí cuán solo uno se puede sentirse. Pues hoy me entere que aquel que me tuvo en su corazón solo fue un simple personaje.
D. Los copos de nieve caían lentamente siguiendo su habitual camino esperando que el último haz de luz solar terminara con su existencia. A lo lejos sin embargo pude divisar una calida mansión y entendí que ese era mi destino, la misma dirección que el manido papel en mis manos descifraba.
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A medida que el transporte me acercaba a mi destino pude sentir como la vida emanaba de tan enigmática mansión, pero era una vida triste y serena, algo había pasado, y mientras bajaba del carruaje y veía como el cochero dejaba mis pertenencias en la entrada de la residencia, yo espere. *TOC, TOC* los golpes en la fría puerta fueron demasiado duros para mi agrado pero mucho menos lo fue la aparición de una pequeña figura detrás de la puerta. Era una pequeña niña totalmente arreglada, quien me miraba con cierto recelo “¿que desea?” pregunto al cabo de unos segundos. “vengo a buscar a la dueña de la casa” conteste con una sonrisa para romper lo tenso del ambiente. Pero no hubo respuesta, inmediatamente la pequeña niña hubo emitido un respiro ya se encontraba atrás de ella una anciana con fríos ojos grises, “Usted debe ser la invitada, pase, pase. Realmente la esperábamos un poco más tarde” musitó el nuevo personaje. Una vez parada frente a la escalera principal, pude ver un entusiasmado grupo de personas reunidas, lúgubres miradas. Eran los criados; quienes con gran apremio se informaban de lo que iba a suceder esa noche, “el viaje está cerca” decían unos, “irse sin el hombre de la familia” se inquirían otros. Sin embargo la respuesta era única, el viaje había sido ordenado y los temores de una de las amas cumplidos, ellos tenían que ser exiliados, irse al nuevo mundo; en cuanto el padre apareciese. Pero esa era la noticia que traía, mi padrino me lo encomendó, yo soy la mensajera. Todos callaron al darse cuenta de mi presencia, e inmediatamente se movieron en diferentes direcciones, la anciana del principio fue muy meticulosa. Me guió hasta el salón más cercano e inmediatamente me invito a sentarme “la señora ya vendrá” musito con una forzada sonrisa mientras ordenaba que mandaran mis cosas al cuarto de huéspedes. El salón era pequeño y acogedor, en las paredes solo se podían ver dos hermosos cuadros, uno mostraba una hermosa villa mientras que el otro era un cuadro de la familia: dos padres orgullos acompañados de sus dos hermosos hijos. Claramente recordaba que el joven había sido el primero en irse al Nuevo Mundo; esperaba encontrarme con la madre y con la hija en ese preciso momento pero solo alcancé a oír pasos suaves desde el pasillo contiguo. Di un profundo respiro y volví a mirar el cuadro familiar, era el Padre quien me había dado información importante sobre el viaje y me había encargado ayudar a su familia. Pedido extraño considerando mi posición, bien pudo haberlo pedido a mi hermano.
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Aún así la noticia de que su hija necesitaba una amiga en esos momentos me alentó a venir, además el rumor de ese extraño caballero fue otra razón. “Disculpa haberte hecho esperar mi niña, es bueno ver un rostro familiar” intervino una hermosa dama a la vez que entraba en el salón, su sonrisa era cálida pero se notaba la preocupación en su semblante. “Comparto el mismo sentimiento, realmente es un placer volverla a ver” respondí con gratitud. Se notaba tan diferente: desgastada. “Pronto empezará la cena, porqué no hablamos hasta que llegue el momento?” “Será un placer, realmente esperaba ver también a la hija de mi padrino” continué a la vez que examinaba cada centímetro a mi alrededor con más apremio. “Mi niña se encuentra en su habitación, pero no se preocupe ella estará presente en la cena. Hablaremos entonces”. Lo siguiente pasó tan rápido como un suspiro y al darme cuenta ya me encontraba en un salón medianamente más grande, las ventanas emanaban una frialdad que me obligó a cerrar los ojos en busca de algo calido en mi mente. Al mismo tiempo en que me acerqué al asiento designado, una joven ingreso a la habitación. No pude creerlo al verla, el cambio era asombroso, sus otrora hermosos ojos celestes se mostraban ahora sin emoción o vida alguna; su tersa piel había perdido su brillo habitual y su larga cabellera oscura ahora se notaba opaca y quebradiza. “Tanto tiempo sin verte mi, querida amiga” comento la recién aparecida mientras me daba un desvalido abrazo. “Tanto tiempo, a mi parecer fueron años” respondí con cierto recelo, pero ya hablaríamos, ya tendríamos el tiempo. La cena fue diferente y al final terminó sin cumplir mis expectativas, *Nos retiraremos a un lugar más cómodo para conversar* propuso la madre pero una vez nos ubicamos en el salón del principio una de las mucamas entró, la madre se disculpo conmigo y nos dejo solas. El silencio inmediatamente tomo el control de la habitación, cada una mantuvo su mirada en el vació, hasta que las palabras lograron encontrar su camino a la superficie. “Realmente es agradable tenerte aquí, aún recuerdo cuando iba a tu casa” comentó la joven anfitriona mientras observaba a su visitante. “Fue un golpe muy grande cuando se supo que el pedido del conde era aceptado, tu familia era muy querida en Toledo” respondí con una sonrisa “además de que en Toboso también se te extrañó”.
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“Esa villa me trae muy buenos recuerdos, pero ¿oíste sobre alguien, mi nombre…?” me miro esperanzada. “Dulcinea no es un nombre común, y se a lo que te refieres, te entiendo. Pero lamento decir que solo oí algo, más no vi nada” comente asombrada al ver algunos brillos en sus ojos. “Me llego un libro que contaba sobre él, además de las cartas de parientes y amigos, debo decir que me animó mucho” emitiendo por fin una leve sonrisa “Ir al nuevo mundo se vuelve en una idea más atractiva a medida que pasa el tiempo, aunque la principio lo odié. Debo confesar que cuando dejé España, caí en la más profunda depresión. La traición que sufrió mi Padre; realmente fue duro ver como todos nos dejaban, los que consideré mis amigos… todos nos dejaron” “Tranquila, simplemente no sabían como reaccionar. Admito que mi familia estuvo asombrada…” conteste pero tuve que mantener una sonrisa forzada. Realmente muchos los dejaron, es difícil para un noble pasar por esto pero así fue. “Dulcinea… veo que sufres, pero también te fue bien. A decir verdad pocos escuchamos sobre ese extraño caballero… mira, un caballero en estos tiempos! Deberías estar alegre de que te nombre” “No se quién es, me sorprende que sepa sobre mi relación con la villa de Toboso, aún así no sé… recibí una carta de un pariente… él solo es un personaje” respondió Dulcinea con una expresión de pesar. “Personaje?, no entiendo los rumores eran tan reales” comenté insegura por lo que dijo Dulcinea. “Un simple personaje, una persona desvariada que escogió un nombre al azar para acompañar sus locuras” explicó Dulcinea con un semblante duro. Era como si toda su dulzura se extinguiera ante mis ojos. “Estoy sin palabras, creyendo lo que dices. Aún así fue tu nombre el que se proclamo” continué sin darme cuenta que era inútil, tratando de animarla, Dulcinea calló, me miro brevemente y se levantó “Bien mi nombre esta inmortalizado, y no se sabe que se refiere a mí” una cálida sonrisa se asomó a su rostro, “Bien soy una Dulcinea que se dirige al fin del mundo” musitó con más alegría antes de salir de la habitación. Me quedé anonada y al levantarme pude ver como una hermosa luna imponía a la noche su reinado. Al final me di cuenta: todo es solo una historia, y la de mi amiga recién empezaba.
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