Iribasi Gutuna

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Iruñea-Pamplona, 24 de noviembre de 2013

Ilustrísimo Sr. Consejero:

Soy maestra en un centro público del modelo D de Navarra y le escribo para transmitirle mi indignación por la filtración de un presunto informe de la Guardia Civil sobre La influencia de la izquierda abertzale en la red de enseñanza pública de la Comunidad Foral de Navarra. Este informe, de carácter supuestamente reservado, ha tenido amplio eco en algunos medios de comunicación con titulares tan alarmante como “ETA se infiltra en la escuela navarra” (El Mundo) o “Uno de cada cuatro profesores de ikastolas públicas navarras (sic) tiene vínculos proetarras” (ABC). Han transcurrido diez días desde que El Diario de Navarra publicase la primera “noticia” al respecto. Diez días en los que mis sentimiento de desamparo se han visto agravados por la falta de reacción por parte del Departamento que usted dirige. Diez días en los que ningún miembro del Gobierno de Navarra ha salido en defensa de la labor docente que desempeñamos cientos de profesionales de la Escuela Pública en la Comunidad Foral. Diez días en los que mi estupefacción ha ido en aumento al conocer detalles como que la cifra de docentes investigados (¿espiados?) asciende a 1.652, y que la mera filiación política y sindical están siendo utilizadas para desacreditar el modelo educativo en euskera. Lejos de investigar estas filtraciones tan tóxicas y emprender acciones para impedir que se siga difamando a la escuela pública, la Delegada del Gobierno en Navarra y la presidenta del Ejecutivo Foral dan publicidad a esas seudo informaciones y se dedican a aumentar la alarma social con sus declaraciones. Pero si alguien se ha distinguido en su empeño de amplificar la repercusión mediática del caso, ese ha sido su compañero de partido y diputado Carlos Salvador. En lugar de utilizar su escaño en el Congreso para salvaguardar la imagen del Departamento de Educación de Navarra, el diputado de UPN usa el Congreso para dar más publicidad a un asunto que, de ser cierto, debiera haber sido atajado inmediatamente por su Consejería. Carlos Salvador pide amparo al Gobierno de España y propone aprovechar la tramitación del Código Penal para impedir que “grandes delincuentes" condenados por delitos de pederastia o terrorismo sean profesores. Resumiendo, salta al ruedo para reforzar el prejuicio de que las aulas navarras están llenas de filo terroristas que se dedican a adoctrinar al alumnado. Tiempo le ha faltado a UPyD para apuntarse al bombardeo. Y servidora, tras pasarse el domingo corrigiendo exámenes y alucinar leyendo la prensa (lo último: se amplia la ofensiva cargando contra el instituto Iturrama), se pregunta qué 1


hace la Consejería de Educación ante lo que aparenta ser una campaña de desprestigio perfectamente orquestada. Señor Iribas, ¿a qué espera para dar la cara y atajar la utilización partidista de este lamentable asunto? ¿No se da cuenta de que están poniendo en tela de juicio la profesionalidad de sus funcionarios públicos y, por tanto, también su labor al frente de la Consejería?. ¿En qué lugar queda el servicio de Inspección de su Departamento? ¿O es que su Consejería no cuenta con mecanismos que garanticen que el alumnado no sea manipulado? Díganos, señor consejero, ¿cuantos expedientes informativos o sancionadores ha incoado su Departamento por conductas infractores desde el comienzo del curso? Insisto: ¿Cuándo va a comparecer usted públicamente para desmontar las acusaciones vertidas y defender la labor de los inspectores de Educación?¿Es consciente del perjuicio que están causando todo este asunto educativo en euskera y a la escuela pública en su conjunto?¿Se ha dirigido a sus compañeros de gobierno y partido para pedirles que cesen en sus intentos de desprestigiar el modelo D? También quisiera saber si ha ordenado a los servicios jurídicos de la Consejería emprender acciones legales para evitar que se siga difamando impunemente. Si no lo han hecho ya, le ruego lo hagan cuanto antes. Yo, personalmente, interpondría una querella por difamación en el juzgado mañana mismo pero considero que es la Consejería de Educación quien tiene los recursos y la responsabilidad de hacerlo. No terminan ahí mis preguntas: ¿Obra en su poder el supuesto informe de la Guardia Civil? Si la respuesta es afirmativa, ¿cuándo está datado el informe y desde cuándo tiene conocimiento del mismo? ¿Sabe usted si dicho informe responde a alguna investigación judicial en marcha o si del mismo se van a desprender acciones legales? ¿Le ha pedido explicaciones a la delegada del Gobierno por la filtración de una investigación supuestamente reservada? Lo pregunto porque antes de empezar como maestra, trabajé de periodista durante varios años, los suficientes como para tener fundadas sospechas sobre la autoría y la intencionalidad de dicha filtración. Si tiene usted el informe, ¿podría yo también disponer de una copia? Comprenderá que tenga curiosidad por saber si estoy entre los 1.652 profesores presuntamente investigados; también quisiera saber si ha habido intromisión en la privacidad de las personas, y comprobar si han acertado a la hora de asignarles/asignarnos alguna filiación ideológica o sindical y parentescos y aficiones. Dado que las seudo informaciones periodísticas están plagadas de inexactitudes y burdos errores, entenderá que quiera conocer el documento original, si existe. También se ha publicado que la izquierda abertzale está “infiltrada” en la escuela pública. Patético intento de demonizar a determinada gente por su ideología. Tal y como lo ha 2


expresado un humorista gráfico, cualquier día Carmen Alba descubrirá, horrorizada, que la izquierda abertzale esta “infiltrada” en la sociedad civil navarra en su conjunto. Se llevará un disgusto, pero alguien que la aprecie de verdad debería explicarle a la delegada del gobierno que miles de navarros y navarras se sienten y votan abertzale. Algunos serán enfermeros, no faltarán operarios ni oficinistas, puede que haya hasta algún cura; muchos, demasiados, estarán en el paro; y unos cuantos, lógicamente, serán maestros y maestras. Pero investigar de manera indiscriminada a cientos de docentes parece más propio de un régimen totalitario que de una democracia. Se imagina despertarse una mañana con unos titulares que recen: “Los pederastas se infiltran en las escuelas navarras” o “Uno de cada cuatro docentes navarros tienen vínculos con una organización que discrimina y subordina a las mujeres”. Lo consideraría sumamente injusto, pese a que es cierto que en el seno de la Iglesia católica se han dado numerosos casos de pederastia, que hay colegios religiosos que segregan al alumnado por sexo y que la Iglesia hace caso omiso del precepto constitucional de no discriminar a los ciudadanos por razón de género. Seguramente nunca tendrá que desayunarse con unos titulares tan hirientes. Por ello tampoco experimentará la rabia, impotencia e indefensión que siento yo cada vez que se vincula interesadamente el euskera con la violencia y ETA. Una se creía curtida en mil batallas; ya presenció cómo cerraban Egunkaria, el periódico en el que comenzó a trabajar siendo aún estudiante de Periodismo, cómo maltrataron a sus directivos por su presunta relación con el entorno, cómo los imputaron y juzgaron basándose únicamente en paranoias policiales, tal y como reconocieron los tribunales de Justicia muchos años más tarde, cuando el daño ya era irreparable. También en las siguientes organizaciones en las que trabajé (AEK e ikastolas) hubo sumarios y registros policiales, mucho acoso y ruido mediático, que siempre quedaba en agua de borrajas por falta de pruebas. Llueve sobre mojado. De ahí que parte de la comunidad euskaldun de Navarra se haya resignado a ser calumniada y criminalizada, y ni siquiera se moleste en reaccionar ante los ataques. Bastante cansado es intentar vivir y trabajar en euskera bajo una Administración que no respeta nuestros derechos lingüísticos para encima tener que estar respondiendo a campañas de intoxicación. Hay quien considera que reaccionar ante los ataques es alimentarlos y hacerles el juego a los difamadores. Que es mejor seguir con el trabajo cotidiano sin perder tiempo respondiendo a los ofensivas. Quien esto firma ha adoptado esa actitud en ocasiones, pero hay momentos en que una se rebela. Están violando derechos y libertades elementales. No reclamar que nos amparen ante la constante y flagrante conculcación de derechos básicos sería asumir el estatus de ciudadana de segunda al que nos quieren condenar. 3


Me niego a aceptar el trato denigrante que a menudo recibimos por el mero hecho de ser euskaldunes o sentirnos vascos en Navarra. Y no se equivoque, señor Iribas. No es victimismo. Es lo que nos ha enseñado nuestra experiencia vital. Como me dijo una vez nuestra madre: “No vivirás tranquila mientras trabajes en sitios con k”. El problema era la k. Por supuesto, ella deseaba un puesto de trabajo fijo, sin la incertidumbre del control policial ni persecuciones judiciales, para su hija. Y, antes de fallecer, tuvo la satisfacción de verme convertida en funcionaria del cuerpo de maestros y maestras de Navarra. Segura y libre de sospechas al fin, pensaría ella, pero qué va, ama, esto no se termina nunca. A estas alturas, con los datos que le he proporcionado, no hace falta ser Sherlock Holmes para deducir que con mi curriculum tengo muchas posibilidades de estar en el 26% de los docentes con presuntos “vínculos proetarras”. Da igual que siempre me haya posicionado en contra del uso de la violencia o que celebrase con inmensa alegría el cese definitivo de ETA. Seguimos trabajando con la k, por lo que también siguen los ataques y las sospechas, con una diferencia: ahora no veo que mis superiores me defiendan. Han transcurrido más de tres años desde el alto al fuego, pero parece que algunos dirigentes políticos no terminan de ubicarse en un escenario político sin ETA. Siguen esgrimiendo el “todo es ETA”, aún cuando ésta ha desaparecido de escena. Es increíble, pero pareciera que añoran los años de plomo y máxima crispación. En mis siete años como docente en el modelo D, tanto en la red concertada como en la pública, la única doctrina que he visto impartir ha sido la doctrina católica, en hora de religión. He conocido a cantidad de profesionales admirables y alguno no tan bueno. Pero a todo el profesorado que trabaja en el modelo D hay que reconocerle el esfuerzo adicional que supone la transmisión de una lengua minorizada, sin recursos extra pese a ser un modelo de inmersión y con unos resultados académicos por encima de la media. Sin embargo, rara vez hemos visto reconocida nuestra labor docente por parte del Gobierno de Navarra. Al contrario, desde que gobierna UPN no percibimos más que hostilidad: hemos visto cómo el euskera ha ido desapareciendo del paisaje y las rotulaciones; cómo la apuesta del Departamento de Educación en favor del inglés impide que surjan nuevos centros del modelo D; constatamos que la lengua extranjera recibe un trato de favor, en detrimento de la lingua navarrorum, y como consecuencia se estanca la matriculación en el modelo de enseñanza en euskera; vemos cómo su Consejería intenta imponer el programa de inglés incluso en centros donde el claustro y la inmensa mayoría de las familias se oponen, como es el caso del CP Virgen Blanca de Uharte; comprobamos que la zonificación que impedía la extensión de la enseñanza en vascuence a toda la geografía navarra no ha sido óbice para la implantación indiscriminada del modelo TIL o PAI, como si toda la Comunidad Foral, desde Baztán hasta la Ribera, hubiese sido zona anglófona de toda la vida. 4


Estamos acostumbradas a compensar trabas y carencias a base de compromiso y esfuerzo. Esfuerzos redoblados durante los últimos años, debido al detrimento de las condiciones en las que desempeñamos nuestra labor docente. Porque, señor Iribas, sufrimos a diario las consecuencias de los recortes aplicados durante su mandato. Menos personal y recursos, más alumnos por aula, más horas lectivas, sin posibilidad ni tiempo de coordinarse, bajas que no se cubren o se suplen con tardanza, y unos planes de formación cada vez más raquíticos. Es agobiante y frustrante comprobar que por mucho esfuerzo adicional que hagas, por mucho trabajo que te lleves a casa, no llegas a compensar la merma en la calidad educativa. Y una no querría perder la pasión por su trabajo, pero es cansancio hace mella y es inevitable comprobar que vas perdiendo la alegría en el aula. En este contexto, comprenderá que la campaña de desprestigio que sufrimos nos toque la moral. No espere, de todos modos, mucha contestación por nuestra parte. Yo intentaré movilizar a mis compañeras de centro, pues opino que es nuestro deber estar informadas, debatir, reivindicar y luchar por lo que consideramos justo, pero no es fácil. Percibo desánimo y cansancio. Por una parte, apenas disponemos de tiempo y de energía para reunirnos. Y, por otra parte, lo que ya he comentado, cunde la impotencia: se extiende la resignación, pues nadie espera que ni usted ni ningún responsable del Departamento salga en nuestra defensa. La mayoría asume que no van a mover un dedo en favor del modelo de enseñanza en euskera. Cuando he comentado a mis amistades, la mayoría docentes, que le voy a remitir esta misiva solicitando su amparo y pidiendo que me reciba en su despacho, les reacciones han sido de incredulidad. Les ha hecho gracia. Pero yo no me resigno a esta situación de indefensión. Muchos días empiezo mis clases de inglés con este estribillo de Jimmy Cliff: You can get it if you really want / But you must try, try and try. Intento inculcarles la cultura del esfuerzo a mis alumnos y alumnas. Les digo que no hay que dar nada por perdido o imposible. Hay que intentarlo una y otra vez, sin ceder al desaliento. Y me aplico el cuento. Por ello me atrevo a pedirle que interceda en defensa de lo público, pese a que ideológicamente usted y yo podamos estar en las antípodas. Me da igual que me tome por ingenua. Siempre contesto lo mismo a quienes me tachan de utópica o idealista en las asambleas: somos educadoras y como tales deberíamos tener valores e ideales, y actuar consecuentemente. Mi ideal es una educación pública equitativa y de calidad, que fomente el espíritu crítico, la igualdad de oportunidades y la diversidad lingüística y cultural. También considero que el respeto a las libertades, a las minorías y la pluralidad ideológica son pilares básicos de la democracia. 5


De ahí que me atreva a solicitarle que: 1. Exija a la delegada del Gobierno en Navarra que deje de espiar/investigar a los docentes si no hay orden judicial que lo justifique. Hágale saber a Carmen Alba que el Departamento de Educación ya cuenta con un servicio de Inspección y mecanismos suficientes para garantizar que los docentes de la escuela pública cumplimos las normas y no manipulamos ni adoctrinamos al alumnado. 2. Asuma su responsabilidad y comparezca públicamente en defensa de la labor docente que desempeñamos los profesionales del modelo D, pertenecientes a su Departamento, y desmonte las graves acusaciones vertidas. 3. Ordene a los servicios jurídicos de su Departamento emprender las acciones legales pertinentes para impedir que medios de comunicación y cargos públicos sigan difamando impunemente. 4. Inste a sus compañeros de gobierno y de partido, empezando por la presidenta Yolanda Barcina y el diputado Carlos Salvador, a que dejen de utilizar este lamentable asunto con fines partidarios. Finalmente, me gustaría que me contestase personalmente. Por ello le solicito una entrevista. Sí, señor Iribas, una se cansa de sostener pancartas y manifestarse en la calle continuamente. Habrá que volver a hacerlo si no hay reacción por su parte pero, por una vez, quisiera que mis peticiones fueran atendidas debidamente. Si no es pedir demasiado, quisiera sentirme ciudadana de primera, ser recibida y escuchada en una sede oficial. Lamento la extensión de esta misiva. No era mi intención explayarme tanto. Quizá se deba a que he estado callada durante demasiado tiempo. Agradeciendo de antemano su atención, reciba un cordial saludo.

ANA UNANUE SERRANO Maestra especialista en inglés DNI 34092512A

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