BAFF 2008 - Cumpleaños total

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cine BAFF 2008

Son diez ya los años que el BAFF, el Festival de Cine Asiático de Barcelona, nos trae con la primavera el despertar oriental del cine. Entre el 25 de abril y el 4 de mayo, unas 50 películas de Japón, Tailandia, Corea del Sur, Malasia, Filipinas y Taiwán se dan cita en los cines Aribau Club, el CCCB y los cines Maldà de Barcelona para festejar el décimo aniversario de un certamen único en nuestro país.

BAFF 2008 CUMPLEAÑOS TOTAL Texto

Arantxa Ruiz

E

l cine desapareció ante mis ojos en 2004 cuando en el cine Rex vagabundeaba el díptico proyectado por el taiwanés Tsai Ming-liang, “The missing”, rodada finalmente por Lee Kang-shen, su actor ‘fetiche’, y “Goodbye, dragon inn”. Era la sexta edición del BAFF, en la que “Shara”, de la impoluta japonesa Naomi Kawase, se alzaba triunfante con el Durian de oro. Son sólo tres nombres subrayados de ese año y que en el pasado 2007 regresaron con fuerza: uno resultó vencedor en Gijón gracias a “Help me eros” (con la sombra del Tsai Ming liang siempre presente), la otra, ovacionada por su espléndida “El bosque del luto” en Cannes. El caso es que si no hubieran diez años de BAFF por en medio, la mitad de los mortales españoles desconoceríamos la belleza de la caligrafía cinematográfica de estos realizadores. También, sin esta década de amanecer oriental en Barcelona, la sexta generación de cineastas chinos, (Jia Zhangke, Li Yang o Zhang Yuan) serían mucho más que una quimera en nuestras retinas. Así pues, no es baladí

regresar al tan manido presupuesto de que el cine, ese que muchos claman, tanto para bien como para mal, por hacer desaparecer, reconvertir y, como una crisálida de mariposa, mutar en un ente distinto, acabe por encontrar su horizonte, sus líneas de fuga en las narrativas marginales de los países de oriente. Hay que celebrar, pues, que, se den los lazos que unen, por poner un ejemplo, Antonioni con Malasia, y hay que celebrarlo por todo lo alto, como en este décimo aniversario el BAFF tiene pensado. Será un cumpleaños de lujo. En la sección oficial brillan con luz propia y con la que proporcionan los premios en otros festivales “A gentle breeze in the village”, del nipón Nobuhiro Yamashita, “Secret sunshine”, del coreano (y ex Ministro de Cultura) Lee Chang Dong, “With a girl of black soil”, del coreano Jeen Soo-il y “Wonderful town”, del tailandés Aditya Assarat. Asian Selection nos brindará la oportunidad de retomar las últimas obras de Takeshi Kitano (“Glory to the filmmaker”), Pen-Ek Ratanaruang (“Ploy”), Jia

Zhangke (“Useless”) y Shinji Aoyama (“Sad vacation”), mientras que no hay más que frotarse las manos ante la cinematografía invitada en esta edición (¡por fin Hong Kong!) y las vanguardistas obras de la siempre estimulante sección D-Cinema. Tres menciones especiales a eventos programados con motivo del aniversario. En el Espacio Cultural Caja Madrid podrá verse una retrospectiva que ahonda en la importancia cultural del agua en los países asiáticos, en el Espacio Movistar se proyectará una selección de las mejores piezas que se han sucedido en D-Cinema en la última década, y, aún sin ubicación, la organización ha tenido el detalle de escoger diez títulos significativos con los que recordar el recorrido del Festival de Cine Asiático. Además, ante la escasez de propuestas, Fibla y Arbol musicarán en directo el ya clásico de Tsai Ming-liang arriba citado y, cuando todo esto haya terminado, nos despediremos con las balas silbantes de lo nuevo de Johnnie To, “Sparrow”. ¿Es o no es un cumpleaños total?

Festival de cine de Las Palmas Texto

Philipp Engel

Bajo el sol africano se despliega una de las mejores programaciones de nuestro calendario festivalero, una bacanal cinéfila (más de 200 títulos selectos) acaso desproporcionada con la realidad cinéfila de una isla que recibe al peninsular con la más amable de sus sonrisas. El Festival de Las Palmas cae a principios de marzo y el peninsular aterriza con la satisfacción de que el reloj marca una hora menos y el termómetro 27 benditos grados. El urbanismo desaforado de herencia desarrollista asusta un poco de entrada, pero el evento se desarrolla en el microcosmos más encantador del casco antiguo. El peninsular no tarda en aclimatarse a la sensualidad ambiental cual joven Hunter S. Thompson desembarcando en Puerto Rico. Lo primero es comer al sol en la terraza del Gabinete Literario, un

magnifico edificio entre modernista y colonial que es amor a primera vista. Mientras, recorre el menú del festival sin prisa, con el multicine a dos pasos. Una Sección Oficial compuesta por una veintena de largos cuando menos apetitosos, un panorama más que recomendable y un despliegue de retrospectivas inteligentes que son para quitarse el sombrero. Realmente hay donde elegir. Componerse una tarde de cuatro películas de primer orden, sin rellenos, carece de misterio. Luego, tranquilamente, cenar algo exótico en los restaurantes adyacentes (un postre: los polvitos) y acabar la noche a pocos metros, en la barra del Hotel Madrid sorbiendo Arehucas con Coca-Cola. Las palmeras están iluminadas. Así es un día en Las Palmas. ¿Fatigoso? En absoluto. Más concretamente, ¿Cómo es una tarde en Las Palmas? El peninsular sonríe. Primera sesión: se empieza

con los ‘videodiarios’ de Naomi Kawase. Tras la retrospectiva de Hirokazu Koreeda del año pasado, un completo repaso a esa nipona tan obsesionada con la cámara como para filmar la agonía de un amigo o el nacimiento de su propia hija. Segunda sesión: Filipinas, Malasia y Rumania son puntos calientes en los que últimamente se ha detectado una gran efervescencia cinematográfica, el peninsular decide comprobarlo con sus propios ojos. Tercera sesión: “Grey Gardens” (1976), un documento formidable y perturbador de los hermanos Maysles en el ciclo de Cine directo (Morris Engel, D.A Pennebaker, Jean Rouch, Raymond Depardon, Johan van der Keuken etc... etc... etc...). Cuarta sesión: duda entre un par de hypes orientales recuperables en el BAFF y una buena clásica historia americana a lo “Shotgun stories”, de Jeff Nichols. El peninsular se lo toma con calma. Hay tiempo para todo.


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