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00 índice Introducción
la mujer y la Segunda República
Sublevados
“ni escotes ni brazos desnudos”
Republicanos
del campo de batalla a la retaguardia
Fuentes
webgrafía y bibliografía
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la mujer y la Segunda República A lo largo de la Historia, la mujer ha sido siempre blanco de opresión y desventaja social, encontrándose en un estado inferior al del hombre. Con la llegada de la industrialización a España, el papel de la mujer va cobrando importancia gracias a los movimientos que surgen con esta etapa: los obreros. A pesar de la clara inferioridad salarial por trabajar el mismo período de tiempo, al fin la mujer puede llegar a salirse del ámbito del hogar, las tareas y la crianza, aunque en sectores laborales muy limitados. Con la llegada de la Segunda República en 1931 tras la dictadura del General Primo de Rivera y con los nuevos derechos democráticos y liberales, las mujeres españolas adquieren el derecho a voto y, en 1932 se pone en vigor la Ley de divorcio, aspectos clave que no serán más que el comienzo del fin ya que, al fin y al cabo, los años 30 para España no serán más que el inicio de una etapa de represión fascista que durará hasta 1975.
Carteles para fomentar el voto de las mujeres de 1936; una mujer que también es madre y en cuyos brazos recae la vida de sus hijos y de toda una nación.
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la mujer y la Segunda República En 1936 todo el Estado español convulsiona ante el emergente bando nacional liderado por Francisco Franco. Tras un intento de Golpe de Estado por parte del ejército en contra de la República, da comienzo la Guerra civil, a causa también de la movilización de tropas alemanas e italianas (ambos países fascistas) a la península. De esta forma no se inicia sólo el conflicto bélico entre republicanos y sublevados, la lucha en las trincheras y las guerrillas; también se inicia la lucha de propaganda, usando, además de la radio y el cine, el cartel que, como bien dijo uno de los grandes artistas del bando republicano, Josep Renau: “un cartel tiene que ser como un grito pegado en la pared”.
Francisco Franco, el “caudillo”.
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“ni escotes ni brazos desnudos” El bando sublevado estaba formado por partidos de clara tendencia derechista y fascista. Al fin y al cabo, en Europa se estaba extendiendo esta ideología de una manera apabullante, siendo Alemania con Adolf Hitler e Italia con Benito Mussolini los más sonados, y no por nada estos países le concedieron ayuda propagandística a los españoles simpatizantes de Franco. La propaganda nacional se centraba en educar a los hombres de cara al campo de batalla y a las mujeres de cara a la vida doméstica (según la Sección Femenina de la Falange, se debían dedicar a “tareas puramente femeninas, siendo la misión biológica de la mujer”). Estas tareas eran la familia y el hogar, cubriendo trabajos relacionados con la enfermería y el cuidado de los huérfanos. Las mujeres nacionalistas tenían que ser mujeres de bien, recatadas, educadas y cuidadas en su aspecto físico, como se puede intuir en los carteles que, además de acentuar todos estos rasgos femeninos, en su mayoría hacían referencia a la labor de la mujer como madre.
Cartel de la Alemania Nazi (izquierda) y cartel de posguerra del bando nacional (derecha). La idea del fascismo respecto a la mujer se ve claramente reflejado en ambos; ¿cómo un país va a proliferar si los hombres del mañana no son cuidados como deben? Esa es la responsabilidad de la mujer, sometida a las necesidades de un hombre y de todo un país.
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“ni escotes ni brazos desnudos” Pero por desgracia, el bando sublevado no era el único que encasillaba a la mujer, ya que a pesar de las proclamas libertarias e igualitarias que defendían los republicanos, la propaganda dedicada a la mujer va adquiriendo un empobrecimiento tal que las tachará de indefensas y fuente de los males de los hombres del frente.
Cartel nacional con reglas de comportamiento y vestimenta para las mujeres españolas; no son sólo la “llave del triunfo”, si no que indirectamente resalta la importancia de la religiosidad con la cruz que se aprecia en el fondo. Lo más sorprendente de todo esto era la cantidad de mujeres a favor de estas medidas.
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d e l c a m p o d e b a t a l l a a l a re t a g u a rd i a Los republicanos, así como los fascistas contaron con la ayuda de Alemania e Italia, tuvieron apoyo del país que en aquellos años era el epicentro del carácter revolucionario y libertario: la Unión Soviética. Una revolución y libertad que venían arrastradas desde 1917 con la Revolución de octubre, pero que quedaron manchadas con la subida al poder de Iósif Stalin y la instauración del realismo socialista como movimiento artístico oficial (y obligado) del país. La España republicana adopta este estilo -con pequeñas trazas algo más expresionistas y vanguardistas, saliéndose un poco del hieratismo general del realismo estalinista- como método de propaganda para su ideología y su lucha antifascista. Los primeros meses de la contienda bélica tenían como imagen a la mujer luchadora, peleando codo con codo con el hombre. La labor de las milicianas en el frente era apreciada y necesaria; miles de mujeres dejaban sus hogares para aportar su ayuda y derrotar a los sublevados.
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El primer cartel, obra de Alfred Leete, fue creado en 1914 para animar a los británicos a reclutarse y
ayudar a su país en la Primera Guerra Mundial. Posteriormente, Estados Unidos hizo su propia versión del cartel con la imagen del hoy día reconocido y famoso Tío Sam, en 1917, obra de James Montgomery. En
1936, España, de la mano de Arteche, hace una reinterpretación muy interesante de estos icónicos carteles cuya leyenda, “¡Las milicias os necesitan!” protagonizada por una mujer en traje obrero que mantiene firme su dedo señalando hacia adelante y en la otra, un fusil, no hace más que mostrar el gran papel que desempeñaron las milicianas y lo impactante que eran sus imágenes, fuera del ámbito del hogar.
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d e l c a m p o d e b a t a l l a a l a re t a g u a rd i a Pero todo tiene un fin y, el fin de las milicianas vino tras el furor de la guerra; la propaganda nacional difundía que se trataban de prostitutas cuya única misión en el campo de batalla era transmitir enfermedades venéreas a los soldados. Por desgracia, estas afirmaciones parece que tuvieron influencia en el bando republicano, ya que empezaron a retirarlas del frente y las movieron a la retaguardia, empezando así una propaganda que se dedicaba a prevenir a los hombres de estas peligrosas mujeres y a educarlas a ellas para realizar labores relacionadas con la sanidad, el trabajo en la industria (sobre todo la textil y la armamentística) y el voluntariado. El propio Buenaventura Durruti, famosa figura anarquista de la época, afirmó que “causan más bajas las mujeres que el enemigo”.
La mujer como condena o como salvación; las dos caras que les interesaba mostrar a los republicanos. La mujer heroica y armada de los primeros meses ya no existe.
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d e l c a m p o d e b a t a l l a a l a re t a g u a rd i a La nueva actitud de esta propaganda no se quedaba tan alejada de la fascista; la mujer vuelve a estar encasillada y no sólo eso, si no que aquellas que trataban de dar un paso al frente eran detenidas, castigadas y ridiculizadas (mediante un método tan represivo como era cortarles el pelo en público). Ahora la mujer también se usaba como ejemplo principal (junto a los niños) de víctima; había que protegerlas de los bombardeos de los invasores y ellas, como mujeres y madres, debían confiar su vida a la República.
A la izquierda, cartel republicano que victimiza a la mujer;
a la derecha, cartel fascista italiano advirtiendo al soldado por medio de, nuevamente, victimizar a las mujeres.
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d e l c a m p o d e b a t a l l a a l a re t a g u a rd i a La imagen de la mujer, al fin y al cabo, no consiguió salirse completamente de su papel habitual tanto en un bando como en el otro; mientras los sublevados defendían un sistema apoyado en el retrógrado patriarcado y en la sumisión de la figura femenina, los republicanos se apoyaban en ellas como algo en segundo plano, siempre detrás de las labores del hombre. Con la victoria del fascismo en España, la situación no hace más que empeorar para las habitantes del país. Las tan ansiadas libertades y derechos que poco a poco se consiguieron en la Segunda República quedaron en el pasado y les esperaba una etapa que no vería la luz hasta 1975 con la muerte de Francisco Franco.
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04 Fuentes
webgrafía y bibliografía Las mujeres y la guerra civil: http://www.guerracivil1936.galeon.com/mujeres.htm Carteles de la guerra civil: http://pares.mcu.es/cartelesGC/AdminControlServlet?COP=6 Arte y propaganda política en la Guerra Civil Española http://www.guerracivil.org/Carteles/ArteyPro.htm Documental: La propaganda en la Guerra Civil de RTVE http://www.rtve.es/alacarta/videos/75-anos-de-la-guerra-civil/ propaganda-guerra-civil/1146856/ “Atlas ilustrado de carteles de la guerra civil española” de Jesús de Andrés Sanz, editorial Susaeta “La Guerra civil en 2000 carteles” de Jordi y Arnau Carulla, editorial Postermil
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