HOSPITAL UNIVERSITARIO REINA SOFIA
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AUTORES Eva Mª Cañizares de la Haba Enfermera especialista en Pediatría, Unidad de Gestión Clínica (UGC) de Pediatría y sus especialidades, Hospital Universitario Reina Sofía (HURS) Mª Carmen Cejas Delgado Enfermera EABS Pediatría, UGC Centro de Salud Santa Rosa Mª Lourdes del Río Obejo Enfermera especialista en Pediatría, Gestión de Cuidados de Neonatología, UGC de Pediatría y sus especialidades, (HURS) Rafaela Llamas Mata Enfermera especialista en Pediatría, UGC de Pediatría y sus especialidades, (HURS) Mª Isabel Moreno Pozo Enfermera especialista en Pediatría, UGC de Pediatría y sus especialidades, (HURS) Mª José Párraga Quiles Neonatóloga y Coordinadora de Neonatología, UGC de Pediatría y sus especialidades, (HURS) Mª Victoria Rodríguez Benítez Neonatóloga, UGC de Pediatría y sus especialidades, Coordinadora de Maternidad, (HURS) Mª Dolores Ruiz González Neonatóloga, UGC de Pediatría y sus especialidades, (HURS) Amelia SanjuanEspiñeira Coordinadora de Cuidados de Enfermería, UGC Centro de Salud Castilla del Pino Lourdes Serrano Cardona Enfermera especialista en Pediatría, UGC de Pediatría y sus especialidades, (HURS)
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Aunque el parto es un proceso natural, es un momento crítico en el que el recién nacido deja de recibir el alimento y el oxígeno a través de la placenta, como ha sucedido durante el embarazo, teniendo que enfrentarse a tres problemas fundamentales:
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Adaptación de sus pulmones que hasta ahora han estado cerrados, para llenarse de aire y oxigenar la sangre.
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Adaptación de su aparato digestivo para recibir la leche que le va a servir de alimento y realizar deposiciones.
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Exposición a microorganismos que pueden ocasionarle infecciones, más graves cuanto más pequeño es el bebé.
Por todo esto es aconsejable que el parto se produzca en un centro sanitario. Con la vuelta a casa, suelen aparecer nuevas dudas y a veces descubrimos anomalías que no vimos en los primeros días, por lo que es aconsejable que los padres y cuidadores adquieran unos conocimientos generales para el cuidado del recién nacido.
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CUIDADOS DE LA PIEL La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo, que sirve para defendernos de infecciones y regular la temperatura, por lo que debemos mantenerla íntegra y sana. La capa externa de la piel que ha protegido al feto de la humedad del líquido amniótico, ya no es necesaria tras el nacimiento, por lo que se elimina a los dos o tres días, produciendo una descamación, más acentuada en los bebés prematuros y en los nacidos después de las 40 semanas. Esta descamación no precisa cuidados especiales, salvo la hidratación normal con aceites vegetales (como el aceite de almendras), desapareciendo a las dos semanas de vida. En la piel de los recién nacidos puedes aparecer varias anomalías, que aunque son llamativas no precisan ningún cuidado especial:
Angioma plano.- Son manchas rosadas en la nuca, párpados o raíz de la nariz que se acentúan con el llanto y el calor, formada por capilares sanguíneos dilatados que se ven a través de la piel.
Angioma tuberoso.- Son manchas rojizas, abultadas, que aparecen en cualquier parte del cuerpo, llamadas comúnmente “antojos”, formadas por acúmulos de vasos sanguíneos. Suelen aumentar de tamaño para luego ir desapareciendo lentamente.
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Nevus congénito.- Son manchas oscuras, como hematomas, que suelen aparecer en la parte baja de la espalda y las nalgas, a veces muy grandes, llamadas manchas mongoloides, pero que nada tiene que ver con el síndrome de Down. Son debidas a células de la piel cargadas de pigmentación, que van aclarando poco a poco, desapareciendo del todo antes de los diez años.
Eritema toxico-alérgico.- Son pequeñas manchas rojizas, como un “sarpullido”, con una zona central blanquecina que aparece en el cuerpecito del bebé a los dos o tres días de vida y desaparece por sí sólo a las dos semanas.
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HIGIENE DEL RECIEN NACIDO 1- El baño Ha de ser un momento agradable, que refuerce la relación con el bebé, realizándose en un momento tranquilo, normalmente antes de la última toma del día, ya que le suele servir de relajación favoreciendo el sueño. Se puede realizar desde el primer día, aunque no se haya caído el cordón umbilical, siempre que tras el baño se seque muy bien. Si no se va a secar bien el ombligo, es mejor no mojarlo, realizando la higiene del bebé sin sumergir en el agua hasta que el cordón umbilical se caiga. Se debe realizar a diario, pues aunque el recién nacido no se ensucia para necesitarlo, se establece una rutina que les aporta seguridad y a la vez les aporta relajación. Antes de bañar al bebé hay que preparar todo lo necesario para no tener que dejarlo solo en ningún momento. Calentar la habitación del baño por encima de 20º C y llenar la bañera (que no cubra al niño) de agua tibia, entre 34-36º C, comprobando si la temperatura del agua es la adecuada introduciendo el codo, ya que su piel es la más parecida a la del bebé. Coger al bebé pasando un brazo por detrás de su cabeza y hombro, sujetándolo por la axila, y con la otra mano sujetamos las piernas. Una vez metido en la bañera, soltamos las piernas y con esa mano lo bañamos.
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El jabón utilizado debe ser neutro, suave y con pocas fragancias. No es necesario usarlo a diario, con dos o tres veces en semana es suficiente, como tampoco es necesario usar jabón y champú, con uno de los dos productos se puede realizar todo el baño. Se comienza lavando la cabeza hacia atrás para que no le caiga agua ni jabón en los ojos, la carita se lava con la mano o la esponja escurrida, y se continúa con el cuerpecito, siendo lo último en lavar los genitales. Debe ser de corta duración, no más de cinco minutos, para evitar que la piel se arrugue o se enfríe el agua. Sacamos al bebé y lo colocamos en una superficie grande y firme para poderlo secar sin peligro de caídas. Lo secaremos con toques, nunca restregando la piel, insistiendo en secar las ingles, axilas, cuello y el cordón umbilical si aún no se ha caído. Una vez seco y retirada la toalla húmeda, podemos ponerle aceite de almendras o crema hidratante, aprovechando para darle un masaje, con lo que favorecemos su relajación y reforzar el vínculo entre el bebé y los padres.
2- El cordón umbilical Una vez cortado el cordón umbilical, queda un muñón que se va secando hasta su caída, más o menos a los 15 días de vida. Para que éste proceso se realice de forma eficaz y no se produzcan infecciones, sólo se necesita que el cordón se mantenga limpio y seco, procurando que quede al aire, sin cubrir con el pañal. Hasta ahora solo se usaba alcohol de 70º para su limpieza, pero los últimos estudios evidencian que su uso no es recomendable, ya que el GUÍA DE CUIDADOS DEL RECIÉN NACIDO 9
alcohol destruye todas las bacterias, incluidas las necesarias para que se produzca la momificación del cordón, con lo que se alarga el tiempo de caída y además puede alterar la delicada piel del bebé. Para su cuidado, lo único necesario es mantenerlo siempre limpio y seco, limpiándolo con una gasa estéril húmeda alrededor de toda la base del cordón para arrastrar toda la suciedad, realizar tras el baño y cada vez que se ensucie (pipi o caca). Si no hay garantía de realizar correctamente la higiene del cordón, debemos curarlo con clorhexidina acuosa al 1% o alcohol de 70º, tal como se hace en el hospital, para evitar que se infecte. Una vez que se ha caído, hay que seguir curándolo al menos durante dos días hasta que haya cicatrizado totalmente. Hay que vigilar especialmente que no tenga mal olor, no sangre continuamente, tenga secreciones amarillentas o esté doloroso, en cuyo caso se llevará al bebé al pediatra, pues puede ser signo de infección. También hay que ir al pediatra si el cordón umbilical aún no se ha caído a los 20 días de vida, o si continúa manchando pasados cuatro días de haberse desprendido.
3-Los ojos A todos los recién nacidos se les aplica en la sala de partos una pomada de eritromicina para prevenir la infección (conjuntivitis). La higiene diaria se hará pasando una gasa empapada en agua previamente hervida y templada, o en suero fisiológico, desde el lagrimal hacia afuera, utilizando una gasa diferente para cada ojo. No se debe utilizar manzanilla porque aunque posee un efecto antiinflamatorio y antiséptico, la manzanilla administrada en los ojos provoca sequedad. También es un agente alergénico, pues contiene polen y hongos.
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4-Los oídos Los pliegues de las orejas se limpian con una gasa o algodón humedecidos, secándolos bien para que no produzcan infecciones por la humedad. No introducir bastoncillos ni ningún objeto en el conducto auditivo para limpiar la cera, pues se pueden hacer tapones o dañar el tímpano.
5-Las uñas Las uñas de los recién nacidos son muy débiles, lo que dificulta el poderlas cortar, por lo que se suele esperar hasta la semana, que ya son más consistentes. Pero si el recién nacido se araña, no hay inconveniente en cortarlas, sujetando firmemente la mano y con una tijera recta de punta roma para no clavársela y si es necesario, cuando esté dormido. Las uñas de las manos se cortan con las puntas redondeadas para que no se arañen, y las de los pies se cortan con las puntas rectas para que no se claven en los bordes de los dedos.
6-Los genitales y zona del pañal La higiene de los genitales se realiza a diario con el baño, y siempre tras una deposición, siendo suficiente el uso de agua templada y aceite, ya que el jabón y las toallitas húmedas pueden alterar la capa protectora de la piel. En los niños, hay que retirar el prepucio pero si no se puede porque esté muy estrecho, no se debe forzar para no producir daño. En las niñas, hay que separar bien los labios y lavar la vulva de adelante hacia atrás para evitar que se contamine con los gérmenes del ano.
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Aunque los pañales actuales son muy absorbentes, deben ser cambiados al menos cada 3-6 horas, según la cantidad de pipi que haga el bebé, y siempre que haga una deposición. No es necesario despertarlo para cambiarle el pañal, pero sí comprobar si lo necesita cada vez que se despierte. Las primeras deposiciones llamadas meconio son muy espesas y pegajosas, debiendo limpiarlas con agua y aceite para no friccionar demasiado la piel y evitar que se irrite. No se debe usar polvos de talco porque forman grumos que irritan la piel del bebé y puede inhalarlos provocando daño pulmonar. Tampoco se debe utilizar crema protectora a diario, ya que tapona los poros y no deja respirar a la piel. Para formar una película protectora que aísle la piel del “culito” de las deposiciones, es suficiente con mantenerla bien hidratada con aceites vegetales, tipo aceite de almendras, o crema hidratante para bebes. Si se pone enrojecida, se usaran cremas con zinc que facilitan la cicatrización, aplicando una capa fina y retirándolas con agua y aceite, sin restregar, para no irritar la piel.
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CUIDADOS GENERALES DEL BEBÉ
1- Las deposiciones Durante las primeras 24-48 horas, las deposiciones del recién nacido, llamadas meconio, son muy pastosas, pegajosas y negras. En los días siguientes, se van haciendo más verdes y ligeras. Las características de las deposiciones dependen de la alimentación del bebé: - Con la lactancia materna, son casi líquidas, grumosas, ruidosas, amarillentas y muy numerosas, pudiendo hacer una cada vez que comen. - Si toman biberón, son más consistentes, amarillentas o verdosas, según el tipo de leche, más abundantes y en menor número, dos o tres días. Si no hace deposiciones en 24 horas, no debemos alarmarnos, ya que algunos tienen un ritmo intestinal más lento, sobre todo si están con Lactancia Artificial y su ritmo se endentece cada 2-4 días. No es aconsejable estimular el ano. Es aconsejable acudir al pediatra, si pasando ese periodo de tiempo no realiza deposiciones, así como si son diarreicas, sin Lactancia Materna.
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2- La habitación El bebé debe estar en una habitación tranquila, con luz natural, bien aireada, con una temperatura agradable entre 20-22º C, pudiendo compartir la misma habitación de los padres durante los primeros meses. No se debe permitir que se fume en la vivienda ni en la habitación, ni que haya animales domésticos. El lugar más seguro para dormir es su propia cuna, debiendo reunir varias medidas de seguridad: Los barrotes no deben de tener más de 6 cm de separación. La altura debe ser de al menos 60 cm. La pintura no debe contener plomo. El colchón debe ser firme, de consistencia uniforme y ajustado a las paredes de la cuna, sin que haya más de dos dedos de separación entre ambos No se debe usar almohada para evitar el riesgo de asfixia y deformidades del cuello.
3- La ropa Debe ser amplia, cómoda y fácil de colocar para que facilite los movimientos del bebé, evitando cordones, lazos, imperdibles y botones en la parte delantera con los que pueda haber riesgo de atragantarse. Toda la ropa que esté en contacto con piel del bebé, incluida la de la cama, debe ser de fibras naturales, como el lino o el algodón. Debe lavarse antes de estrenarla para eliminar el apresto, con jabón para prendas delicadas y hacer un doble enjuague para eliminar todos los restos de sustancias químicas. La ropa de cuna debe ser ligera y que permita los movimientos del bebé GUÍA DE CUIDADOS DEL RECIÉN NACIDO 14
El tipo de ropa ha de ser adecuada a la estación del año, sin abrigarlos demasiado para evitar que suden y se deshidraten. Ellos suelen tener las manos y los pies fríos, por lo que la mejor zona para comprobar si tienen frío o calor, es la espalda o el abdomen. Para hacernos una idea de qué ropa ponerle, pensemos que sería la misma que necesite un adulto que esté quieto en el mismo sitio en que está el bebé.
4- El chupete Todos los recién nacidos y lactantes tienen la necesidad de chupetear no sólo para alimentarse, sino porque les aporta tranquilidad. Si el recién nacido toma lactancia materna, no es aconsejable usar el chupete hasta que no haya aprendido a mamar bien, al menos a partir de las dos semanas más o menos, ya que la forma de succión es diferente y puede confundir al recién nacido. El modelo de chupete debe de cumplir los requisitos de seguridad, debe ser de una pieza, con una base grande para que no le entre entero en la boca, y una arandela de la que poder tirar. Pueden ser de látex o silicona, anatómicos, de bordes redondeados y no deben tener elementos desmontables pequeños. Si es de caucho, hay que cambiarlo cuando se vea desgastado. Se debe hervir o esterilizar una vez al día y lavar con agua y jabón cuando se caiga o ensucie. No es conveniente poner cadenas ni imperdibles para evitar accidentes. No embadurnar con miel, azúcar o líquidos azucarados.
5- El peso En la primera semana de vida, la mayoría de los recién nacidos pierden el 10% de su peso al nacer, recuperándolo rápidamente. Lo habitual es que un bebé gane al mes unos 600 gramos, aunque no suele ser gradual, por lo que no debemos alarmarnos si una semana hace
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mucho peso y a la siguiente poco. Generalmente, a los seis meses el lactante ha duplicado su peso al nacer. La pesada se debe realizar siempre en el mismo peso, sobre la misma hora y con ropita de parecido peso para poder tener una idea de su desarrollo. El pediatra lo pesará desnudo para obtener un peso real.
6- Paseos y exposición al sol Hay que dedicar un tiempo diario al paseo, evitando las horas más calurosas y frías del día, según la época del año. Se paseará por lugares pocos ruidosos y sin contaminación, evitando los sitios cerrados y de aglomeraciones, como centros comerciales. No deben ser expuestos directamente al sol sin ropa antes de los seis meses por el riesgo de quemarse.
EL MASAJE El tacto juega un papel muy importante en el desarrollo del bebé, aportándole seguridad y confianza. El niño al que han tocado afectuosamente, se siente más querido y seguro durante toda su vida. Con el masaje los bebés van corrigiendo la posición fetal, estiran los músculos, aprenden a coordinar movimientos y adquieren flexibilidad. Les ayuda a descargar la tensión e irritabilidad, con lo que duermen mejor y ganan peso. Calma el dolor de tipo cólico y problemas digestivos. Fomenta el contacto del bebé con sus seres queridos en un ambiente relajado, esencial para el desarrollo de vínculos afectivos. Para hacer el masaje, hay que elegir un momento de relax, tanto para el bebé como GUÍA DE CUIDADOS DEL RECIÉN NACIDO 16
para quien lo realiza, siendo lo ideal después del baño. Si el bebé está llorando, o no se siente cómodo con el masaje, se dejará para otro momento. La temperatura de la habitación será algo más elevada entre 22-24º C, ya que se encontrará sin ropa, debiendo evitar cambios bruscos y corrientes de aire. Colocaremos una toalla sobre una superficie suave y segura donde tumbar al bebé y tendremos al alcance de la mano pañales y aceite suave para bebés, tipo aceite de almendras. En recién nacidos, el masaje se hace con compresiones moderadas, y a partir del mes, ya toleran el masaje completo. Los movimientos deben ser suaves, intensos y muy lentos, repitiendo varias veces cada maniobra. La técnica que vamos a describir está basada en el masaje Shantala que se inició en la India y se ha extendido a toda Europa por sus reconocidos beneficios. Para dar el masaje nos lavamos las manos y quitamos anillos, pulseras y todo lo que pueda dañar al bebé. Colocamos al bebé de forma que nos mire a la cara. Nos impregnamos las manos con una generosa capa de aceite, que calentaremos friccionado las manos, cada vez que sea necesario para que las manos resbalen suavemente sobre la delicada piel del bebé. Comenzaremos por el pecho, en sentido descendente para favorecer su relajación, dejando para el final la cara que es la parte más sensible. Realizaremos toques ligeros, pidiendo permiso, y aumentaremos la presión a medida que el bebé se vaya acostumbrando al masaje:
El pecho.- Ponemos las manos abiertas sobre el pecho del bebé, como un libro abierto, haciendo una ligera compresión y las desplazamos lentamente hacia los brazos, volviendo de nuevo al pecho.
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Ahora colocamos la mano derecha sobre el hombro derecho y bajamos hasta el costado contrario y a continuación hacemos lo mismo desde el otro hombro alternativamente, dibujando una X sobre el pecho:
Los brazos y manos.- Con una mano levantamos el bracito del bebé en vertical y con la otra hacemos un anillo con los dedos pulgar e índice que va moviéndose desde el hombro a la muñeca, cambiando de mano alternativamente. A continuación sujetamos el bracito con ambas manos una tras otra y movemos cada mano en sentido contrario con movimientos rotatorios desde el hombro a la muñeca, como si estuviésemos amasando:
Cogemos la manita con las nuestras y hacemos presión sobre su palma con nuestros pulgares. Al llegar a los dedos, amasamos y estiramos cada uno por separado.
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Deja que el bebé se agarre a tu mano, sobre todo cuando más pequeño sea, para aportarle seguridad. Repetimos con el otro brazo:
El abdomen.- Colocamos las manos abiertas sobre la “barriguita” del bebé, una tras otra, arrastrando hacia abajo con una ligera presión. Seguimos comprimiendo con una mano la “barriguita” mientras que con la otra estiramos y flexionamos las piernas sujetas por los tobillos para facilitar la expulsión de gases. Ahora, hacemos movimientos rotatorios, en el sentido de las agujas del reloj, de izquierda a derecha y con las puntas de los dedos hacemos presión como si caminásemos sobre la “barriguita”, siempre de izquierda a derecha para prevenir el estreñimiento:
Las piernas y pies.- Igual que los brazos, primero amasamos y luego rotamos, haciendo presión con los pulgares sobre la planta del pie, y estirando los deditos uno a uno:
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La espalda.- Colocamos al bebé boca abajo, transversalmente. Ponemos las dos manos sobre sus hombros, en ángulo recto con respecto a la columna y las vamos deslizando con movimientos de vaivén, como si estuviésemos limpiando la espalda, desde los hombros hasta el “culito”, Después colocamos la mano izquierda sobre los hombros y la vamos bajando haciendo presión, mientras la derecha sujeta el culito, para terminar haciéndolo igual desde el “culito” hasta los pies:
La cara.- Aquí los movimientos deben ser muy suaves y no debemos insistir si el bebé los rechaza. Primero colocamos las manos a los lados de la cara para que sepa que le vamos a masajear. Comenzamos por la frente, acariciando con los pulgares desde la nariz a lo largo de las cejas y volvemos. Continuamos bajando y subiendo por la nariz y seguimos hasta los pómulos, volvemos a los lados de la nariz y acariciamos los labios superiores y luego los inferiores, con movimientos ascendentes, para acabar en las mandíbulas, ésta vez con movimientos circulares, lo que les aporta un gran descanso, sobre todo cuando están echando los dientes:
Una vez acabado el masaje, cogemos en brazos a nuestro bebé y le decimos lo mucho que lo queremos. GUÍA DE CUIDADOS DEL RECIÉN NACIDO 20
LA ALIMENTACIÓN Aunque a partir de los 5 meses se puede iniciar la alimentación complementaria, soliendo comenzar por los cereales sin gluten, la leche es la base de la alimentación del lactante hasta los 6 meses. Distinguimos tres tipos de lactancia: − Lactancia materna exclusiva. Es la más aconsejable para el bebé, ya que es la leche que mejor asimila, aportándole defensas e incrementando el vínculo afectivo con su madre. La OMS recomienda la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses. − Lactancia mixta. Cuando se introduce un complemento con leche artificial a la lactancia materna. − Lactancia artificial. Cuando sólo se da leche maternizada adaptada.
1-Lactancia materna La leche materna es el alimento ideal para el bebé, debiendo ser puesto al pecho lo antes posible tras el parto, ya que el contacto del recién nacido con el pecho y su succión estimula la producción de leche. La primera leche se llama calostro, es muy concentrada y amarillenta y su composición es la adecuada para satisfacer las necesidades del recién nacido los primeros días de vida. Poco a poco, la leche materna va adquiriendo un color más claro, aumentando la cantidad, hasta llegar a la producción de leche madura. En los primeros días el ritmo de las tetadas suele ser muy irregular, hasta que el recien nacido aprende a mamar y la madre tiene un aporte de leche GUÍA DE CUIDADOS DEL RECIÉN NACIDO 21
adecuado, oscilando entre 8-14 veces al día, hasta llegar a las tomas cada 3-4 horas descansando por la noche. Al igual que durante el embarazo, la madre no debe consumir alcohol ni tabaco, se alimentará y descansará adecuadamente y tomará abundantes líquidos para favorecer la producción de leche. Antes de dar el pecho, la mamá debe lavarse las manos y el pezón si se ha puesto alguna crema. Al acabar la toma, es aconsejable extender una gota de leche sobre el pezón para curtirlo y protegerlo, sin ser necesario lavarlo al dar el pecho. La lactancia materna es a demanda y cada bebé necesita un ritmo diferente. Es aconsejable dejar mamar al bebé en un pecho hasta que lo suelte para que tome tanto la leche del comienzo, más ligera, como la posterior, más rica en grasa, ofreciéndole después el otro pecho. Ente un pecho y otro se debe hacer una pausa de tiempo para que el bebé expulse gases. Es aconsejable ofrecer siempre los dos pechos, aunque se quede satisfecho con uno sólo, pero sin forzar. En la siguiente toma se comienza por el último pecho ofrecido para favorecer su correcto vaciado y producción de leche. La postura para dar el pecho será la más cómoda para madre e hijo, poniendo especial cuidado en la espalda de la madre. El bebé debe coger pezón y areola, con ambos labios evertidos (hacia afuera), para una correcta succión. La leche materna se puede extraer con una mamadera esterilizada y almacenar para su posterior uso. La leche extraída dura más o menos tiempo según la forma de conservación: − 48 horas en frigorífico. − Hasta 6 meses en congelador. La congelación se debe realizar inmediatamente tras la extracción.
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Una vez descongelada, la guardaremos refrigerada, más o menos tiempo según la forma en que se haya descongelado: − 24 horas si se ha descongelado en el frigorífico. − 4-6 horas si se ha descongelado a temperatura ambiente. − No se almacena si se descongela al baño María. Los recipientes donde se guarde la leche deben estar rotulados con la fecha y hora de extracción para usar los más antiguos y deben estar esterilizados para que la leche no se contamine. Nunca se calentara en el microondas, ni se dejará hervir para que no pierda propiedades. Se calentara al baño María (introduciendo el biberón en agua caliente) o a temperatura ambiente. Se pueden mezclar varias leches de diferente fecha siempre que estén a la misma temperatura.
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2-Lactancia mixta Es la alimentación combinada de leche materna y artificial, utilizada cuando la leche materna es insuficiente y hay que suplementarla con leche artificial maternizada.
3-Lactancia artificial Es la alimentación con leche maternizada que cubre todas las necesidades nutricionales del bebé, siendo el pediatra quien indique el tipo de leche y la cantidad que debe tomar. En este tipo de alimentación es muy importante la preparación de los biberones: − Lavarse las manos. − Utilizar biberones con escala graduada visible. − Usar tetinas suaves que se adapten a la succión del bebé, con un agujero suplementario para no crear vacío en el biberón. − Lavar el biberón y la tetina con agua y jabón y esterilizarlos por ebullición o con cualquier método para esterilizar. − Es recomendable preparar el biberón en cada toma, pero si se van a dejar preparados se deben guardar en el frigorífico, no más de 24 horas, calentándolos antes de la toma. − Comprobar la temperatura echando unas cuantas gotas de leche en el dorso de la mano. − Se preparan en la proporción de 30cc de agua por cada cacito raso de leche, echando siempre primero el agua. Si el agua es del grifo, debe ser hervida previamente.
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− Desechar la leche sobrante, sobre todo si se ha calentado, para evitar contaminaciones.
DESARROLLO PSICOMOTRIZ Los primeros seis meses son muy importantes para el correcto desarrollo y madurez del bebé, diferenciándose desde los 0-3 meses, que son de adaptación y desde los 4-6 meses que son de conocimiento, por lo que es muy importante que tanto padres como cuidadores conozcan estas etapas para poder ayudarles en su aprendizaje de forma segura y relajada. A continuación vamos a detallar los rasgos más significativos de cada mes y los juegos que podemos hacer para ayudar a nuestros bebés a conseguirlos, siempre teniendo en cuenta que cada recién nacido es una personita independiente que tiene su propio ritmo de aprendizaje y no hay dos niños iguales, sin que ello signifique que si no lo consiguen presenten algún tipo de retraso, sino que hay que comentárselo al pediatra para que lo valore.
Periodo de adaptación: Primer mes − Se pasa casi todo el tiempo durmiendo. − Mantiene la cabeza durante unos minutos cuando está boca abajo. − Llora cuando tiene hambre, está sucio o incómodo. − Se tranquiliza cuando escucha una voz conocida.
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− Reconoce los sonidos, olores y objetos colocados a 30 cm de distancia. − Solo ve sombras y diferencia zonas oscuras y claras. − En este periodo, podemos hablarles, cantarles, llamándolos por su nombre, hacer piel con piel, darles masajes después del baño, acunarlos, ponerles música y diferenciarles el día y la noche con cambios de actividad en su rutina.
Segundo mes − Responde con sonrisas cuando les hablan. − Les llama la atención los objetos de colores vivos y son capaces de seguir con la mirada a una persona u objeto colocados a 30cm. − Mantiene las manos abiertas. − Sus movimientos son involuntarios y torpes, se chupa la mano y puede sujetar objetos, pero no cogerlos y soltarlos. − En este mes podemos ponerlos boca abajo un ratito para que tonifiquen los músculos de la espalda y ofrecerles un juguete que les llame la atención. Boca arriba, les acercaremos un juguete de colores o nuestra cara, moviéndolo de lado a lado para que se fijen en él.
Tercer mes − Le toca la cara y tira del pelo a quien se le acerca. − Boca abajo se sostiene sobre sus brazos y levanta la cabeza, pudiendo darse la vuelta y ponerse boca arriba. − En brazos mantiene la cabeza firme. − Juega con sus manos y responde con sonidos cuando se le habla. GUÍA DE CUIDADOS DEL RECIÉN NACIDO 26
− En este mes podemos jugar con ellos pasándoles sus manitas por la cara (michi gatito), hablarles esperando que nos contesten con ruidos (ajo) y cambiándoles el tono de voz, hacer que sigan objetos con la mirada.
Si a los tres meses el bebé no es capaz de sonreír, sostener la cabeza, fijar la mirada, o mantiene las manos cerradas incluido el pulgar la mayoría del tiempo, debemos consultar con el pediatra.
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Periodo de conocimiento: Cuarto mes − Se ríe a carcajadas. − Deja de llorar al ver el biberón o el pecho cuando le toca comer. − Cuando se le pone un objeto en la mano, se lo lleva a la boca. − Intenta coger objetos que estén a 15cm y vuelve la cabeza al escuchar ruidos. − En este mes podemos colocar juguetes móviles en los sitios donde estén (porta-bebés, cuna) para que los coja, ponerles música y canciones infantiles, jugar con ellos y hacerles reír y hablarles mirándoles a los ojos. Sus juguetes deben ser blandos y de tamaño mediano (peluches).
Quinto mes − Es capaz de coger objetos voluntariamente y sacudirlos. − Boca abajo levanta el tórax y mantiene la cabeza. − Descubre sus pies y juega con ellos pataleando. − Le gusta estar con otros niños y que le hablen, emitiendo grititos cuando está contento. − Reconoce a las personas de su entorno. − Con ayuda, se mantiene un ratito sentado con almohadones. − En este mes podemos colocarlos debajo de un gimnasio infantil, levantarlos en alto para que pataleen, hacerles el avión y el caballito.
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Sexto mes − Se coge los pies, le gusta patalear y llevarse los pies a la boca. − Sentado, se cae de lado. − Responde con sonidos cuando oye una voz conocida. − Tira el juguete que tiene en la mano para coger otro. − Muestra interés por la textura y forma de los juguetes, los golpea y tira al suelo. − En este mes podemos ponerlos en una alfombra de actividades (texturas, sonidos, formas), cantarles canciones con rima, ponerles prendas con cascabeles en los pies para que suenen cuando patalean, sentarlos durante un rato con almohadones para que no se caigan.
Si a los seis meses el bebé no demuestra interés por su entorno o coger objetos, no utiliza alguna de sus manos, tiene movimientos escasos o mal controlados o tiene escasas respuestas a los estímulos, debemos consultar con el pediatra.
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PROBLEMAS Y ENFERMEDADES MÁS FRECUENTES
En el día a día del recién nacido y lactante, hay situaciones que angustian a sus padres y cuidadores pero que no tienen importancia y otras que deben ser consultadas al pediatra e incluso acudir a urgencias.
1-Problemas sin repercusiones Hipo y estornudos. Son normales en los recién nacidos y lactantes. El hipo se produce por una expulsión incompleta de gases, desapareciendo haciéndoles eructar o succionar. El estornudo es una reacción de la mucosa nasal cuando se irrita, sirviéndole para mantener despejada la nariz, sin significar forzosamente un resfriado. Menstruación y flujo. Las niñas recién nacidas pueden tener una pérdida hemorrágica o flujo blanquecino debido al paso de hormonas maternas a través de la placenta durante el embarazo. Costra del lactante. Es una capa de escamas que aparecen en el cuero cabelludo del recién nacido que no causan molestias. Para retirarla hay que reblandecerlas con vaselina o aceites especiales.
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2-¿Cuándo ir al pediatra? Obstrucción ocular. Una continua aparición de lágrimas, legañas, enrojecimiento o edema puede ser signos de obstrucción del lagrimal. Obstrucción nasal. Es normal durante los primeros días de vida. Si se prolonga, hay que consultar al pediatra. Muguet. Son manchas blanquecinas en las paredes de la boca y en la lengua producida por hongos, dolorosas y que dificultan la alimentación del recién nacido y lactante. Tumefacción mamaria. En los primeros días de vida puede haber un aumento del tamaño del pecho e incluso segregar unas gotitas de leche, debido a las hormonas maternas transmitidas al recién nacido. Nunca se debe apretar y consultaremos al pediatra si las mamas se ponen rojas, calientes o dolorosas, para descartar mastitis. Retraso en la emisión de orina. Puede ser normal en las primeras 24-48 horas de vida por el poco aporte de alimento, debiendo acudir al pediatra si se prolonga por más tiempo. Rechazo del alimento. Puede deberse a una adaptación a la dieta, pero si rechaza más de tres tomas seguidas puede ser signo de una infección. Vómitos y regurgitaciones. Las regurgitaciones son bocanadas de leche repetidas, sin fuerza y tras la alimentación. Los vómitos se producen de una sola vez, con fuerza y con frecuencia precedidos de náuseas. Ictericia. Coloración amarillenta de la piel y de los ojos que suele aparecer a los dos o tres días de vida. Se debe consultar al pediatra, sobre todo si se extiende por el cuerpo y las piernas y la coloración es muy intensa. GUÍA DE CUIDADOS DEL RECIÉN NACIDO 32
Diarreas. Aumento del número de las deposiciones, o disminución de su consistencia, diferenciándose de las deposiciones normales de lactancia materna. Pueden ir acompañadas de dolor abdominal de tipo cólico (“retortijones”) y de moco o sangre.
Procesos respiratorios. La mayoría de las veces son producidos por virus, siendo el más común el virus respiratorio sincitial (VRS). Las afecciones van desde un resfriado hasta una bronquiolitis, infección que afecta a los bronquios finos de los pulmones, los bronquiolos, que da lugar a una respiración más rápida y quejumbrosa, con aleteo nasal, pitos y cansancio al respirar y durante la alimentación.
3-¿Cuándo ir a urgencias? Convulsiones. Movimientos anormales de aparición brusca, de una parte del cuerpo o general. Pueden aparecer por fiebre elevada, deshidratación o epilepsia. Deshidratación. Habitualmente se presenta en cuadros de gastroenteritis (vómitos, diarrea, fiebre) y los síntomas son bebés decaídos o muy irritables, que no admiten líquidos, pálidos, con los ojos hundidos y la boca seca. Alteraciones neurológicas. Si el recién nacido está rígido o flojo, con cara inexpresiva, como ausente, adormecido y pálido. Fiebre. Hablamos de fiebre cuando la temperatura axilar es superior a 38º C. Ante la fiebre, desnudaremos al bebé y aplicaremos compresas de agua fresca, sobre todo en la frente, nuca, codos y rodillas, y refrescaremos la habitación donde está el recién nacido o lactante.
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Se harán baños de esponja, sin sumergir al bebé en el agua para evitar que el recién nacido tenga una impresión brusca y pueda convulsionar. Si fuese necesario hacerlo, el agua debe estar a la misma temperatura que siempre, dejándola que se enfríe por sí sola. No aplicaremos friegas o compresas con alcohol ya que puede absorber a través de la piel y producir escalofríos o una bajada rápida de temperatura, ante lo cual el organismo responde subiendo la temperatura. También puede producir intoxicación por inhalación cuando se evapora. Acudiremos a urgencias: − Si es la primera vez que tiene fiebre. − Si el recién nacido tiene menos de dos meses. − Si no cede tras 24 horas a pesar de dar antitérmicos. − Si el recién nacido está flojo, muy dormido, rechaza el alimento o tiene vómitos o convulsiones. Caídas. Cuando producen deformaciones en alguna parte del cuerpo, pérdida del conocimiento, somnolencia, vómitos o heridas profundas. Cianosis. Coloración azulada de la piel, en lengua, labios, mamilas o lecho ungueal.
Dificultad respiratoria. Si el bebé tiene tos que le ahoga, de repente no puede respirar o la respiración es ruidosa, con aleteo nasal, se marcan las costillas al respirar y se cansa durante la alimentación. Abombamiento abdominal. La “barriguita” se pone dura, con gran dolor, vómitos, estreñimiento o deposiciones con moco o sangre, ya sea de forma brusca o progresiva.
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Quemaduras. Ante una quemadura, retirar la ropa que se pueda, sin forzar, cubrir con paños de agua fría, abrigar con una manta y llevar al hospital. Nunca poner cremas o remedios caseros. Si se produce por sustancias químicas, retirar la ropa, lavar bajo el grifo de agua fría al menos 20 minutos, cubrir con gasas y llevar el envase o etiqueta del producto que la ha causado. Atragantamiento. Cuando el bebé se atraganta, bien durante la alimentación, o por haberse tragado algún objeto, debemos hacerle toser para que resuelva el atragantamiento por sí sólo e intentar retirar con el dedo el objeto que lo atraganta, solo si se puede ver. Si la tos es débil o el atragantamiento no se resuelve pronto, llamaremos a urgencias o lo trasladaremos al hospital. Mientras se realiza su traslado o llega el médico, se puede practicar la maniobra de Heimlich para lactantes: − Inclinar al bebé boca abajo sobre el antebrazo, con la barbilla apoyada en la mano, en un ángulo de 45º y darle cinco golpes seguidos en la espalda, entre las paletillas, con el talón de la mano. − Si no se resuelve, colocarlo boca arriba en la misma inclinación, con la cabeza ladeada y apretar en el centro del pecho, dos dedos por debajo de los pezones, con los dedos índice y medio cinco veces. Repetir estas dos maniobras hasta llegar al hospital.
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VACUNACIONES Las vacunas ofrecen protección eficaz contra un importante número de enfermedades infectocontagiosas, la mejor forma de prevención es la vacuna. Por ello se recomienda vacunar a todos los niños y niñas desde su nacimiento hasta los 14 años. Se debe seguir el Calendario Vacunal, que se modifica anualmente, de acuerdo con las evidencias científicas. Con las vacunas, aportamos gérmenes atenuados o toxinas que ellos producen, para que el organismo pueda responder ante una agresión de forma más leve y con muchas menos complicaciones que si sufriese la enfermedad, pero siendo capaz de producir los mismos anticuerpos que nos protegen contra ellas. Es muy importante insistir en que los lactantes sean vacunados correctamente para evitarles enfermedades muy graves y con grandes complicaciones para ellos. Las vacunas se administran siguiendo el calendario vigente en la Comunidad Autónoma, según las edades del lactante y niños. Para ello, hay que pedir cita en su Centro de Salud.
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