Pensamiento Abierto y Libre EDUCACIÓN BIOÉTICA: UNA NECESIDAD EN COLOMBIA.
J.OCTAVIO PUYANA M. SEPTIEMBRE DE 2015 La ética es conocida desde tiempos inmemoriales, las culturas pre sanscritas y documentos sanscritos, muchos siglos antes de las cultura pre judías, que a su vez parten de las desarrolladas en los valles de los ríos Tigris y Éufrates, contienen cánones y normas de comportamiento para diferentes tipos de actividades y relaciones, desde las comerciales y personales, hasta las que involucran el respeto por los demás, los animales, las plantas y otros recursos y entornos abióticos, a través de las diferentes culturas anímicas y religiosas que fueron desarrollándose en diferentes subregiones del continente Indio. Como antecedentes documentales, generales, han sido, de mayor conocimiento, el código de Hammurabi (siglo XVII a.c., de Babilonia); las leyes Hititas y Asirias. Los filósofos naturalistas del siglo VI a.c. griego, y posteriores, tenían en sus discusiones y discursos el tema, viéndose ya el término en Aristóteles (384-322 a.c.) dentro de su obra Ética a Nicómaco. Como códigos específicos, se han encontrado sobresalientes: el Juramento hipocrático y el Corpus hipocraticum (siglo IV a.c., Grecia), el Juramento de iniciación: Karaka samhita (siglo I a.c., India), Juramento de Asaph (siglos III-IV d.c., Judío), Consejo de un médico (siglo X d.c., Arabe), juramento de ejercicio y otras reflexiones de Maimónides (siglo XII d.c., Judío-Español), los 5 mandamientos y las 10 exigencias de Chen Shi-Kung (siglo XVII d.c., China) y Thomas Percival: Principia Medica (siglo XIX d.c., Inglaterra). Estos códigos médicos se mantienen inalterables en los siguientes 35 siglos, en sus principios: ante todo no hacer daño, primacía de la vida humana, alivio del sufrimiento, integridad de la relación médico-paciente en cuanto, secreto profesional, confidencialidad, no aprovecharse sexualmente. El camino hacia la bioética, concepto modernizado y de conciencia global incluyente holística, comienza a abrirse con la definición y apertura de la ecología, en 1868, por el biólogo Alemán Erns Haeckel, siguiendo rumbo hacia la ciencia ecológica a principios del siglo XX,
partiendo de la definición general de las relaciones de los organismos con su medio ambiente, incluyendo poco a poco todos los organismos, plantas, animales, hombres. La ecología vegetal alcanza su punto culminante a final del siglo XIX, la ecología animal toma impulso a partir de 1913 y la ecología humana a partir de 1921. Se anota que observaciones generales, además de las anotadas en los antecedentes éticos, se efectuaban en la vieja historia natural. Como tal, a la bioética se le atribuye la iniciación del camino con las reflexiones teológicas, entre los seres vivos y el ser humano, de Fritz Jahr, en 1927, en su artículo Bio-ética: un estudio sobre la relación ética entre el hombre y los animales y las plantas. Hasta 1970 no se retoma la reflexión desde la perspectiva de la vida, la tecnología, el futuro de la humanidad y el hábitat natural, lo hace el oncólogo Van Rensselaer Potter con su artículo Bioética: ciencia de la supervivencia y su libro Bioética: Puente hacia el futuro, 1971. A partir de este momento, el mundo va tomando conciencia progresiva y va ingresando a un marco universal (nuestro mundo-tierra). El alto crecimiento poblacional mundial, regional, local; la tecnología creciente; la movilidad entre países; el intercambio migracional; la presión sobre recursos naturales renovables y no renovables; el alto deterioro ambiental de aguas, aire, suelos; la alta concentración urbana; la perdida de suelos para producción agrícola y otra cantidad de efectos concomitantes han requerido repensar y pasar de la ética, como cuerpo antropocéntrico, a la bioética, desde los relatos totalizantes y hegemónicos a la pluralidad, interdisciplinariedad, no confesionalidad, carácter abierto y civil y nuevos referentes dando prioridad a la vida en todas sus formas. Hasta el 2010, se han concretado importantes acciones, mundiales, nacionales, Colombia no ha estado ajena, desde los niveles personales a institucionales, agrupadas en tres categorías: lo clínico, saludable, biomédico, lo ambiental y lo biotecnológico animal, vegetal, microbiológico y en la integralidad de la vida, convivencia, pluralidad y la justicia social. En conclusión, la ética se ha reconformado como un campo de la bioética, es indispensable fortalecer e incluir la Bioética en los diferentes niveles educativos y formativos en el país.
Si desea que su artículo sea publicado, envíenos un correo electrónico a pensamientoabiertoylibre@zoho.com