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Enrique Lojo
Las razones que esgrime Zacarías Porto para celebrar La Navidad cuando no sea Navidad
ola, me llamo Zacarías Porto y hace años decidí dejar de celebrar la Navidad. Pero luego me di cuenta de que era una tontería así que decidí celebrar la Navidad, pero otro día distinto. Un día que no fuese Navidad. Pero claro, al celebrarlo yo, sí que se convertiría un poco en Navidad. O al menos en Navidad para mí. Te voy a contar porqué lo hice y cómo lo hice y luego ya si eso puedes pensar en celebrar la Navidad un día que no sea Navidad. Pero que sí que sea Navidad para ti, claro. Yo lo llamo huir de las convenciones, ser auténtico. Ahora por ejemplo estoy celebrando San Valentín el 23 de julio. No tengo novia pero le mando rosas a una chica que conozco.
“Estás haciendo lo mismo que toda esa gente que odias. Ódiate a ti mismo por odiarlo a él. Porque yo no os distingo” Pero hablemos de la Navidad que es Navidad para la mayoría de vosotros y que cae en esa imposición temporal que se llama día, en este caso 25, del mes de diciembre, repitiéndose todos esos ciclos que se llaman años, esas estructuras cerradas para mentes cerradas que necesitan poner los calcetines en el cajón de los calcetines. La Navidad convencional, panfletaria y capitalista. Esa mentira en la que vives aún siendo ateo. Le estás celebrando el cumpleaños a alguien que no conoces y que ni siquiera nació ese día. Estás escogiendo unas fechas erróneas, masificando los establecimientos, subiendo los precios y convirtiendo un momento de recogimiento familiar en una orgía de consumismo.
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Estás haciendo lo mismo que hace toda esa gente que odias. Piensa en alguien que no
soportes, alguien que te parezca el modelo de no conducta más detestable. Pues ese alguien está haciendo exactamente lo mismo que tú. Te pareces a ese alguien, sois idénticos en lo que se refiere a la cortez de miras que os lleva a los dos, en vuestra cabeza tan distintos, tan némesis el uno del otro, a actuar del mismo modo. Sois iguales, ¿me escuchas? Ódiate a ti mismo por odiarlo a él. Porque yo no os distingo. El 7 de enero empiezan las rebajas y tú has estado comprando como una cerdita hambrienta durante toda la natividad. Te han llamado estúpido. Lee la etiqueta de esa cazadora que no necesitas pero que te acabas de comprar en rebajas porque la oferta decía “ahora, ya, cógeme”. Mira esa etiqueta que tienes delante y dime qué pone. Pone “talla 38”y “estúpido”. Pero la cosa sería distinta de celebrar las Navidades como yo celebro mi Navidad, donde la pulsión de la compra y el derroche coinciden en plenas rebajas. Ahí tú juegas con el calendario para que vaya acorde a tus intereses, no te dejas vilipendiar por esos demiurgos que abusan de ti y te insultan en las etiquetas de la ropa, menospreciándote, pensando que no sabes leer las manecillas del reloj.
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Celebra la Navidad en julio, no seas tonto. Dile adiós a las colas. Consume marisco y huevo hilado y cordero y docenas y docenas de uvas a precio competitivo. Sé desconcertante plantando en tu hogar un abeto vestido de luces en primavera. Hazme caso y celebra la Navidad cuando quieras, adelántate. Las tiendas de decoración llevan años escuchando mis consejos.
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