“APRENDEMOS A SER CIUDADANO”
1. ¿Qué es la ciudadanía? Etimológicamente la palabra ciudadano proviene del latín civis-civitas
La ciudadanía es la condición que tienen las personas como ciudadanos de un país. Gracias a esta condición, el ciudadano obtiene una serie de derechos civiles (libertades individuales), políticos (participación en la vida pública) y sociales (vivienda, salud, educación) pero también una serie de deberes hacia la sociedad en la que vive (respetar los bienes públicos, pagar impuestos, proteger el medio ambiente y el patrimonio…) que nos convierten en iguales dentro de una comunidad política. Si entendemos la ciudadanía como una actividad, el término ciudadanía hace referencia a un tipo ideal de “buen ciudadano” y a las competencias cívicas1 que este debería tener. Ejerce la ciudadanía el ciudadano que participa activa y responsablemente dentro de su sociedad2. En este contexto llamamos cívica a la persona que es buena ciudadana3, que se muestra respetuosa con las normas de convivencia. Ciudadanía condición de ser ciudadano de un país, por la cual se adquiere una serie de derechos y obligaciones. Conjunto de los ciudadanos que forman parte de un pueblo o nación. Comportamiento propio del buen ciudadano. Cívico Ciudadano que se muestra respetuoso con las normas de convivencia. Es necesario que las personas se respeten unas a otras y hay que respetar las cosas que son de todos para que todos las puedan disfrutar cuando las necesiten.
2. Orígenes de la ciudadanía y su marco de referencia. Históricamente, la ciudadanía hacía referencia al ciudadano o habitante de una ciudad concreta. Era el caso de la Grecia clásica. Existían ciudades-estado muy lejos del marco de referencia de las naciones-estado actuales. Eras ciudadano de Atenas o de Esparta por ejemplo y fuera de tu ciudad perdías la condición de ciudadano. Además, de todos los habitantes de la ciudad (polis), sólo los hombres libres nacidos en la ciudad adquirían la categoría de ciudadanos y por tanto plenos derechos. Las mujeres, los esclavos y los extranjeros quedaban excluidos. En definitiva, el marco de referencia de la ciudadanía ha ido variando notablemente a lo largo de la historia. Desde la polis griega, donde eras ciudadano de una ciudad concreta, Atenas por ejemplo, hasta el siglo XIX donde el marco es la nación. Esta asociación entre ciudadanía y nacionalidad implica que los nacionales de países distintos a aquél en el cual residen no son considerados ciudadanos a todos los efectos. Pero este concepto de la ciudadanía, estrechamente vinculado al Estado-nación, hace tiempo que se ha visto puesto en cuestión por varios motivos: a) La carta de derechos humanos, a la que se han sumado la práctica totalidad de países, reconoce una serie de derechos a todos los seres humanos por el mero hecho de serlo, con independencia del país del que sean nacionales en términos legales. Hablaríamos de ciudadanos del mundo y no de ciudadanos de un país en concreto. b) Vivimos en un mundo crecientemente globalizado, en el que el mercado de trabajo cada vez exige una mayor flexibilidad y en el que el número de individuos que contribuyen al desarrollo económico de un país distinto a aquél en el que están legalmente nacionalizados es mayor.
1 Competencias cívicas: conjunto de actitudes, habilidades, conocimientos y comportamientos que se esperan de un buen ciudadano. Actitudes como la responsabilidad o la solidaridad; conocimiento de los derechos y deberes, de las instituciones y su funcionamiento; y comportamientos como el de ir a votar o el de pagar impuestos o el de socorrer a un herido. 2 En la Grecia clásica se llamaba “idiota” a la persona que se preocupaba sólo de sí misma y que pasaba de participar en la vida política y social de su comunidad. 3 ¿Qué es ser un buen ciudadano? Pericles, político ateniense muy influyente, escribió en el siglo V: “el que no se ocupa para nada de las cosas públicas, más que un ciudadano tranquilo, es un inútil”. ¿Qué son las cosas públicas?
c) Cada vez más instancias políticas por encima de los estados-nación. Es el caso de las instituciones de la comunidad europea. En este contexto hablamos de ciudadanía europea.
3. Competencias cívicas Llamamos competencias cívicas al conjunto de actitudes, habilidades, conocimientos y comportamientos que se esperan de un buen ciudadano. Actitudes como la responsabilidad o la solidaridad; conocimiento de los derechos y deberes, de las instituciones y su funcionamiento; y comportamientos como el de ir a votar o el de pagar impuestos o el de socorrer a un herido o el de seleccionar la basura… Actividad Escoge tres valores que sean imprescindibles para ser buenos ciudadanos: responsabilidad, esfuerzo, tolerancia, diálogo, igualdad, libertad, respeto, cooperación, solidaridad, justicia, no violencia, compromiso, participación…
4. Somos seres sociales. El ser humano se completa como persona en la medida en que vive en sociedad e interactúa con otros seres humanos. No somos Robinsones4. En solitario no llegaríamos al grado de perfección al que podemos llegar en sociedad. Recordar el caso del niño de Vaeyron llevado a las pantallas por Truffeau bajo el título: “El niño salvaje”. Se trata de un niño encontrado en 1800 cerca del pueblo de Saint Sernir que había sobrevivido desde muy pequeño en el bosque aislado de todo contacto humano. El médico y pedagogo Jean Itard intentó infructuosamente integrarlo en la sociedad. Nunca aprendió a hablar.
El individuo debe ser acogido por un grupo humano para proyectarse como persona. Para realizar actividades en sociedad es imprescindible establecer reglas o normas sociales. La finalidad de las reglas o normas sociales es facilitar la convivencia pues regulan nuestra conducta y la forma de relacionarnos con los demás. Actividades: a) ¿Es mas libre quien no se atiene a norma alguna o quien sigue normas? b) Las normas de tráfico de Megápolis: En la ciudad de Megápolis han decidido abolir las normas de tráfico. No hay semáforos, no hay señales, no hay pasos de peatones ni ninguna limitación de velocidad. ¿Llegarán más pronto y más seguros a sus lugares de destino? ¿Serán más libres en su conducción? ¿Qué ocurrirá? Razona tu respuesta. c) Decía Kant: la paloma piensa que sin el aire sería mucho más libre en su vuelo; lo que no sabe la paloma es que sin aire no podría volar. ¿Qué relación estableces entre esta frase, la libertad y las normas?
Libertad, normas y autonomía individual. Como vemos la persona se construye a sí misma, se hace decisión a decisión, acto a acto, pero necesita de la convivencia de los demás para desarrollarse plenamente y por tanto de la existencia de normas. Somos libres pero no estamos solos. Que vivas tu vida, pero que sea verdaderamente la tuya, no la que nos venden a todos por la tele, no la que las costumbres de hoy os marcan como obligatoria a los jóvenes, no la que tus amigos quieren para ellos. Que las modas no te marquen lo que quieres llevar o lo que vas a hacer, que la gente no te arrastre creyendo que es eso lo que quieres realizar. Que tus impulsos elementales no te puedan y los sigas sin pararte a pensar si es bueno o malo para ti. Vive tu vida si con eso aspiras a darte a ti mismo tus propias leyes.
4 En 1719, el británico Daniel Defoe noveló las aventuras de Robinson Crusoe, único superviviente de un naufragio refugiado en una isla desierta.
¿Qué normas debo seguir en esa labor de construcción y de gobierno de uno mismo? ¿qué relación debo tener con las normas? El concepto de autonomía fue reivindicado por Kant como una de las ideas claves de la ética. Etimológicamente, autónomo es el que se marca sus propias leyes. “Nomos” significa “norma” y “auto” uno mismo. Autónomo es, por tanto, no lo olvides, quien sigue reglas propias y “heterónomo”, el que se somete a las reglas de otro, porque “heteros” significa “distinto”. En realidad, la palabra autonomía nace en Grecia para referirse a la capacidad de las ciudades griegas para regirse por leyes propias. Kant trasladó el concepto del plano de la política al plano de la moral individual. Soy autónomo si obedezco únicamente las reglas de conducta que la razón, mi razón, acepta como nacidas de ella misma. Pero cuidado, no siempre que obedeces las leyes de otro eres heterónomo. La clave está en la razón por la que actúas. No qué haces, sino por qué lo haces. Cuando sigues una norma… ¿actúas así porque te lo mandan o porque estás personalmente convencido de que debes hacerlo? Tus padres te han prohibido montarte en el coche de alguien que conduzca bebido. Si obedeces, ¿lo haces por convencimiento? Si es así has hecho tuya esa norma. Estas siguiendo tu propia norma. Eres autónomo. Sapere aude, “atrévete a pensar”. Es la frase que Kant inventó como lema para la ilustración. Kant consideraba que durante mucho tiempo el pueblo ha vivido como un niño. A los niños, los padres y los maestros les dicen cómo es el mundo. Y ellos confían. Durante muchos siglos el pueblo, como un niño, se había fiado de quienes tenían la autoridad, Según Kant, ya es hora de que salga el pueblo de su minoría de edad y espabile. En ese sentido, te invita a pensar por ti mismo aunque eso te enfrente a la opinión dominante o las modas. Hace falta valentía. En algunos casos tendrás que dar la razón a la tradición y defender lo que se ha defendido siempre. En otros habrás de enfrentarte a ella y rechazarla. En algunos casos, la verdad será mayoritaria, mientras que en otras la tendrá una minoría. En ocasiones deberás defender lo mayoritariamente pensado y no presumir de original. No te libras del error coincidiendo siempre con la mayoría, pero tampoco se acierta diciendo siempre no a lo que la mayoría defiende. Hay mucho borregos entre los que dicen sí pero no menos entre lo que dicen no. Juzgar con verdad no es fácil.
Lo que me apetece frente a los deseos meditados. Ser libre es concebido por muchos como hacer lo que le apetece. Aquellas personas que siempre hacen lo que les apetece en el momento presente no están viviendo la vida que quieren vivir sino la que los impulsos espontáneos les marcan. Son esclavos de sus ganas. Ser libre es aprender a inhibir el impulso. Es decir, resistir las ganas para satisfacer el deseo que es más importante para ti. Únicamente quien puede dominar los deseos establecerá un orden de prioridad y será capaz de elegir entre ellos. Imagina que tienes un examen y no lo llevas bien preparado. En la hora anterior el profesor os deja estudiar. Hay una cuestión que no sabes muy bien y deberías mirarla. Sin embargo, justo a tu lado dos compañeros se entretienen en una sabrosa conversación sobre lo que hicieron el fin de semana. Te apetece participar pero también quieres estudiar. Tienes que resistir el impulso del entretenimiento si quieres aprobar. En la vida los deseos no vienen escalonadamente de uno en uno sino que vienen de muchos en muchos y ya la hemos liado. Los psicólogos lo llaman “saber aplazar la recompensa”. Estudiar no tiene una rápida recompensa con independencia del gusto que da dominar una materia o sentir que uno aprende, hasta conseguir un título universitario o aprobar el curso. Por eso, los capaces de aplazar recompensas saben elegir mejor en la vida que la que se dejan llevar por un placer o deseo urgente. Estos últimos limitan sus posibilidades vitales, jamás llegarán a conseguir algo que necesite de un esfuerzo continuado en el tiempo.
De la heteronomía a la autonomía. Las personas no nacen autónomas, nacen dependientes. El recién nacido depende de los otros. Los adultos les hacemos todo. Es heterónomo. Le marcamos normas y le obligamos a cumplirlas. Y así cumpliendo lo que le mandan los mayores, es como se hará libre y autónomo. Los padres le fuerzan a decir “no” a las peticiones de su propio cuerpo. Las normas le vienen, en este caso, desde fuera. Es heteronomía pura. ¿Qué te pasaba con las tareas del colegio. Siempre querías jugar. No encontrabas momento para ponerte con ellas. Cuando eras niño tenían que obligarte a hacerlas, hasta que adquiriste el hábito. Mas adelante, ya no necesitábamos recordártelo, eras tú mismo el que se ponía a la labor, sin que nadie te lo mandara, porque sabías que debías hacerlo. Es como si para escapar de una esclavitud, la de las ganas, necesitaras someterte, provisionalmente, a otra. Para librarse de la tiranía de sus apetencias, el niño necesita las órdenes que le marcan sus padres. Sólo aprende a desobedecer sus inclinaciones, obedeciendo a otros. Sólo cuando controlas tus impulsos puedes, abandonando la obediencia paterna, gobernarte a ti mismo.
Los cuernos de Don Friolera o la presión social. En general, los adolescentes sienten la necesidad de rebelarse frente a los padres y nadie duda de que tienen la capacidad de hacerlo. Sin embargo, ¿tenéis capacidad para oponeros al grupo de amigos o a lo que la sociedad os marca? ¿Cómo soportas la presión social? Valle Inclán escribió una obra de teatro en la que se produce una tragedia por la presión social. Don friolera es un guardia civil con una moral decimonónica que un día recibe un mensaje anónimo en el que le avisan de que su mujer le engaña con otro. Los cuernos le duelen, pero aún más daño le hace el procedimiento por el que la gente le empuja a quitárselos de encima. La moral social le obliga a matar a su esposa. “En el cuerpo de carabineros no hay cornudos”. El código social de honor le obliga a lavar esa ofensa con sangre. A la pena de la infidelidad se añade, además, el horror de tener que asesinar a su esposa. Hasta desea morirse para no tener que hacer lo que la moral social considera lo correcto. Le repugna una norma tan cruel. Sin embargo, la moral social dominante martillea su conciencia. En un intento de pensamiento propio se pregunta angustiado si no sería suficiente con separarse de su mujer. No. La gente no se conforma con eso. El mundo nunca se cansa de ver títeres y agradece el espectáculo gratis. Don friolera se ve a si mismo como una marioneta manejada por otros. Obligado por los demás e incapaz de resistir la presión social dispara en la noche contra su mujer y por error acaba matando a la hija de ambos que se cruza entre la bala y su madre. Valle Inclán parece querer decirnos nada acaba bien si actuamos movidos por morales externas. Todo hombre debe ser fiel a su conciencia.
¿Qué sucede cuando tus amigos se comportan todos del mismo modo ante una situación y tú no quieres actuar así? Si repasamos lo visto hasta ahora, cuando hacemos algo lo hacemos por tres motivos: porque me apetece. Actúas dominado por los impulsos. Por que lo marca el otro. Por convencimiento interior. Ni porque te apetece, ni por lo que digan sino por convencimiento personal. Autonomía y universalidad: Decíamos que autonomía equivale a autolegislación, a darse a sí mismo sus propias normas morales. Hablamos de autonomía moral cuando nos guiamos por normas con las que nos identificamos y que podrían inspirar a cualquier ser humano, es decir, por normas que podrían convertirse en ley universal. Decía Kant que cuando actuásemos debíamos pensar que era la humanidad la que actuaba a través de nosotros. Actividades: Pon un ejemplo de comportamiento autónomo y otro de comportamiento heterónomo. Imagina que en una sociedad los ciudadanos respetan las normas porque tienen un enorme miedo a los castigos de la autoridad. ¿Tiene esa sociedad futuro? ¿por qué sí o por qué no? ¿Cuándo eres autónomo respecto de la norma de llegar puntual a las clases? Pon ejemplos de situaciones complicadas por la presión de grupo. ¿Qué es la autonomía política? ¿Puede convertirse en norma universal la norma que afirma: roba siempre que no vayas a ser visto? Pon 3 ejemplos de normas universalizables.
6. Habilidades sociales ante los conflictos. Las habilidades sociales son un conjunto de actitudes y comportamientos que nos permiten ser eficaces en las relaciones con el resto de las personas. De este modo, las habilidades sociales facilitan las relaciones con los demás, nos permiten reivindicar nuestros derechos y nos evitan la ansiedad en situaciones difíciles. Recientes investigaciones muestran que la inteligencia emocional, junto a los aspectos de las habilidades sociales que le son afines, tiene mayor influencia en el éxito personal que el cociente intelectual o la pura capacidad mental. En la convivencia cotidiana se generan conflictos que, aunque no parecen importantes, deterioran la comunicación y las relaciones con las personas. Todo conflicto produce como resultado un cambio que mejora o empeora la situación. Que el conflicto se resuelva positivamente depende de las estrategias empleadas y de nuestras habilidades para manejar esos conflictos. La disposición a resolver de forma pacífica y mediante el diálogo los conflictos que se le puedan plantear con otras personas es una habilidad social fundamental.
6.1 Una definición de Conflicto. Actividades: Piensa en el último conflicto que has vivido. ¿Qué palabras, sentimientos y asociaciones de ideas te viene a la cabeza cuando se habla de conflictos? Mira en el diccionario la definición de conflicto. Deriva del latín “conflictus”, significando para atacar juntos. El diccionario de la Lengua Española lo define así: “combate o pelea”, “enfrentamiento armado”, “apuro o situación de difícil salida”.... Nos acercamos a los conflictos con una actitud negativa: causa estrés, enemista, causa violencia, dolor… Estas actitudes afectan al resultado final de conflicto. Sin embargo, los conflictos pueden ser vividos de manera radicalmente distinta. Podemos vivirlos como oportunidades de crecimiento personal y grupal. Se trataría de abordar los conflictos con una mentalidad o actitud constructiva. El conflicto puede tener un valor positivo. Esto es, si se maneja de forma positiva puede tener muchos beneficios. Como personas podemos crecer, mejorar en nuestra cooperación dentro de los distintos grupos donde nos relacionamos y profundizar en nuestro conocimiento mutuo. Una definición simple puede ser la siguiente: “Un desacuerdo entre dos o más personas”.
6.2 Habilidades para la resolución de conflictos. A) Asertividad La asertividad es la capacidad de hacer o decir lo que sentimos a pensamos sinceramente, pero sin faltar a los derechos de los demás. Implica valentía, sinceridad y respeto. Nos alejamos de la asertividad cuando nos expresamos de manera agresiva o de manera inhibida. La agresividad supone violencia verbal o física, e intenta imponer su criterio sin respetar los derechos de los demás. No resuelve el conflicto positivamente, lo agrava. Recuerda que la violencia indica impotencia o falta de habilidad para resolver conflictos. “Tu violencia es tu impotencia” La inhibición supone cobardía o pereza. Uno por inseguridad prefiere no afrontar una situación que se le presenta como conflicto. Al inhibido se le acumulan las situaciones problemáticas y su autoestima se va debilitando. Acaba haciendo lo que no desea sólo por evitar el conflicto. Actividades: Te has olvidado el balón en casa y un amigo te dice: ¡Eres un desastre: siempre te equivocas! ¿Imagina una respuesta agresiva, inhibida y asertiva a esa situación? Alguien te ha insultado en el instituto. ¿Imagina una respuesta agresiva, inhibida y asertiva a esa situación? Saber decir “no”. En ocasiones somos incapaces de decir no, cuando es lo que queremos expresar. Muchas veces nos piden favores que nos molesta tener que realizar, y, sin embargo, somos incapaces de negarnos, por miedo a la reacción que puedan tener. Ésta puede llegar a ser una de las claves de la convivencia: ser capaces de expresar correctamente nuestros sentimientos, incluso cuando éstos pueden no agradar. “Francisco está harto de que Luis le pida las tareas todos los días. Él se las trabaja día a día. Sin embargo, tiene miedo a decírselo porque puede parecer mal compañero sino lo hace. ¿Qué alternativas tiene Francisco? ¿Qué debería hacer?
B) Escucha activa. Actividades: ¿Qué es un diálogo de sordos? Por parejas iniciar una conversación donde uno cuenta algo y el otro desarrolla comportamientos de no escucha. La escucha activa es una forma de responder que implica el conocimiento de los pensamientos, sentimientos y experiencias de los otros, en otras palabras, empatía. Ello muestra la creencia del oyente de que la comunicación no es un mero proceso unidireccional y que lo que se dice merece ser oído y entendido. Cuando se muestra empatía y respeto, y no se juzga, las personas se animan a continuar hablando y se sienten mejor expresando sus pensamientos y sentimientos. En ocasiones, nos calentamos en una discusión, el otro habla y no le escuchas porque estas pensando qué le vas a decir cuando termine. Se percibe esto perfectamente cuando sois testigos de un conflicto.
Directrices de la escucha activa: a) Empatizar: tratar de mostrar interés y comprensión por las creencias, sentimientos y experiencias del otro. b) Demostrar que le comprendes y le escuchas a través de comportamientos verbales (“ten entiendo...”) o no verbales (gestos de asentimiento, mirar a los ojos, gestos faciales, postura...). c) No interrumpir. Evitar dar consejo o sugerencias salvo que la otra persona lo esté pidiendo claramente.
C) “Mensajes - yo” La escucha activa es sólo uno de los elementos que intervienen en la ecuación de la comunicación eficaz. Otro elemento importante lo constituye el envío de mensajes. Ofrecer a la otra persona una información clara, es tan importante para la comunicación eficaz como la escucha activa. Los” mensajes – yo” y “ mensajes – tú” tienen impactos muy diferentes en el oyente. Vamos a explicar la diferencia entre unos y otros a partir de una situación concreta. Imaginemos que Raquel le ha contado a una amiga suya, Saioa, que sus padres están a punto de divorciarse, pero le dijo que no debía saberlo nadie más. Resulta que a Raquel le llegan noticias de que lo saben otras personas. Raquel enfadada con Saioa por revelar un secreto tan importante le dice: “¡Tú eres una bocazas, una asquerosa! ¡Menuda amiga eres que no sabes callarte y guardar un secreto!” Raquel ha expresado su furia e indignación a través de “mensajes – tú”. El receptor del mensaje, Saioa, ante un mensaje de este tipo se siente juzgada, culpada y responderá defensivamente protegiéndose del ataque y el conflicto escala. De esa manera no consigues que comprenda la situación y no consigues que aprenda de ella. Sin embargo Raquel podía haber actuado de otra manera emitiendo “mensajes – yo”. Ejemplo: “me siento furiosa porque he oído que has contado aquello que....”. Los “mensajes – yo” impiden que la situación de conflicto se intensifique. El oyente o receptor del mensaje no se siente juzgado, culpado y no se situará tan a la defensiva; estará más receptivo y además posiblemente reconocerá que se ha equivocado. Los “mensajes – yo” describen los sentimientos que al emisor le ha suscitado un comportamiento del receptor y se centran en el hablante que expresa sus sentimientos en lugar de culpar al oyente. Expresar las emociones a través de “mensajes – yo” es muy beneficioso para el propio hablante. Si además se emiten en un tono constructivo y positivo, abrirán la puerta a un intercambio productivo que llevará a un mutuo entendimiento.
Actividades: 1. Construye “mensajes-yo”. Situación 1: Te has enterado de que una compañera de clase ha dicho a otros estudiantes que has sacado sobresaliente porque copiaste en el examen. Le habías dicho que no lo contase. Me siento cuando tu porque Situación 2: Te has enterado que alguien va diciendo por ahí que eres tonta porque has suspendido hasta educación para la ciudadanía. Me siento cuando tu porque Situación 3: Ves a tu chica con otro Me siento cuando tu porque
D) Control de las emociones Los seres humanos somos seres emocionales (“inteligencias conscientes“) y la mayor parte de lo que hacemos y pensamos está coloreado por las emociones. Por lo tanto, las emociones están muy presentes en los conflictos y pueden hacer que un conflicto escale (intensificar el conflicto). Con el fin de manejar adecuadamente el contenido emocional de los conflictos, deberíamos saber: Deberíamos aprender a identificar y nombrar las emociones cuando éstas salen a la superficie. Desarrollar un vocabulario sobre las emociones que facilita nuestra consciencia sobre las propias emociones y las de los demás ( fomenta las empatía). Estrategias para impedir que en los conflictos las emociones aumenten sin control. Emociones muy intensas que desatan comportamientos no calculados y que empeoran e intensifican más el conflicto. ( Estrategias de control de la ira, los nervios, la ansiedad) Expresar mis sentimientos de una manera saludable que contribuya a reducir la intensidad del conflicto. (Asertividad: Decir no, ser asertivo, expresar lo que piensas, lo que sientes, que no quiere decir salirte siempre con la tuya, pero sí que los demás sepan cual es tu opinión o qué es lo que sientes. Subasertivo es quien cede ante la opinión de los demás, a pesar de opinar de manera diferente o contraria y ni siquiera se atreve a manifestarlo, o cuando lo hace lo hace de manera muy agresiva, queriendo imponerse. No sabe decir “no”. Sucumbe cuando los amigos le dicen que es una reprimida, vamos todo el mundo fuma, o todo el mundo se pone un piercing, o todavía no te atreves a enfrentarte a tus padres....)
7. Cuadro resumen: agrega tres en cada columna.
Debemos:
No debemos:
Identificar el problema y abordarlo cuanto antes. Atacar el problema y no a la persona. Evitar las descalificaciones. Asertividad. Escuchar activa sin interrumpir. Pensar que el otro puede ofrecerme razones de peso. Yo no tengo porque tener toda la razón. Utilizar la palabra con honestidad y no de manera torticera para resultar vencedor en un conflicto. Debe prevalecer el poder del mejor argumento. Preocuparse por los sentimientos de los demás. Empatía: capacidad para ponerse en la piel del otro. Controlar las emociones que puedan minar nuestra capacidad de juzgar.
Evitar afrontar el conflicto, ya que de ese modo se agudizará. Hacer suposiciones, emitir juicios y culpar. Ignorar los intereses de cada una de las partes. Atacar o interrumpir a la persona que tiene la palabra. Permitir que las emociones dominen el diálogo. Imponer a los demás los valores y convicciones personales.
GLOSARIO DE TÉRMINOS: Ciudadanía, cívico, competencias sociales, habilidades sociales, autonomía, heteronomia, asertividad, subasertividad, escucha activa, mensajes-yo, empatía, conflicto.
ACTIVIDADES 1. Pon cinco ejemplos de acciones incívicas y trata de razonar por qué lo son. En ocasiones no todo el mundo entiende lo mismo por buen ciudadano. ¿Qué significa ser un buen ciudadano?:
Cuando tiras la basura… Eliges un contenedor específico para cada residuo que previamente has separado. Lo dejas todo en el contenedor más cercano. Lo tiras en cualquier parte. Cuando te lavas los dientes… Utilizas un vaso para rentabilizar el agua. Abres y cierras el grifo a medida que lo necesitas. Dejas el grifo abierto durante el cepillado Observas a un grupo de amigos que destrozan los cristales de un coche… Intervienes llamando a las autoridades competentes. Sales corriendo y te alejas. Te unes a ellos. En tu clase se está decidiendo dónde ir de viaje de fin de curso… Das tu opinión y aceptas la decisión de la mayoría. Te despreocupas y te dejas llevar. Gritas intentando imponer tu voluntad. Cuando escuchas música en tu habitación… Moderas el volumen del sonido según la hora del día. Esperas que se te quejen los vecinos para bajar el volumen. La pones a tope como si fueras el amo del mundo porque para eso estás en tu casa. Las deportivas que te mueres por comprarte la hacen en una fábrica asiática donde obligan a trabajar a los niños… Cambias de idea como forma de protesta y compras otras. Comentas lo injusto que es con el dependiente, pero terminas comprándola. Total, no puedes hacer nada, así que las compras directamente. Si, al llegar a casa la comida no está preparada… Te pones manos a la obra y colaboras en la cocina. Esperas viendo la televisión hasta que tu madre la haga. Te pones a gritar y maldecir de lo injusto que es. Te invitan a dar una vuelta en moto de paquete… Aceptas solo si también hay un casco para ponértelo tú. Subes, pero te cuelgas el casco en el brazo mientras no veas a la policía. Subes de todos modos.
2. Lee la nota a pie de página número 4 y responde a la siguiente pregunta: ¿qué son las cosas públicas? 3. Hay personas que viven con nosotros y no pueden ejercer sus derechos políticos. ¿Qué opinas de otorgar derecho al voto a la población inmigrante?
4. Lee las siguientes noticias: “El hombre que tiroteó a una mujer el pasado jueves en Alicante estaba de permiso penitenciario, pese a que contaba con dos antecedentes por homicidio dentro de la cárcel donde cumplía condena, en Granada. La víctima, de 42 años y nacida en Francia, era la hermana de su mujer, ya fallecida, aunque no se descarta que hubiera una relación sentimental entre ambos, que los encargados de la investigación desconocen.” (ABC, 23 de septiembre de 2006) “Un niño tiene 16 veces más posibilidades de morir a tiros en EEUU que en cualquier otro país desarrollado. El asesinato de cinco niñas en un colegio “amish” reabre el debate sobre la cultura del país de las armas” (El Mundo, 8 de octubre de 2006) “Como un regalo de fin de curso, muchos adolescentes de EEUU piden unos senos o una rinoplastia. Más del 10% de los adolescentes de edades comprendidas entre 10 y 18 años de algunas grandes ciudades norteamericanas se han puesto en manos de un cirujano estético al menos en una ocasión. En España, el porcentaje de mujeres menores de 20 años que acuden a este tipo de especialistas se sitúa en cerca de un 15%” Debate: ¿Qué opinas sobre la pena de muerte? ¿Qué te parece universalizar el derecho a tener armas? ¿Si tuvieras un cuerpo diferente serías una persona diferente?