Manual equipar con cuerda

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Capítulo 5 del manual del Iniciador de la Escuela Francesa de Espeleo: traducción ESOCAN

EQUIPAR CON CUERDA Principios fundamentales La seguridad es el factor predominante sobre todos los demás principios fundamentales. El equipamiento se concibe a partir de los riesgos que entraña la progresión sobre cuerda. En este sentido, no existe ningún dogma o principio que pueda aplicarse de manera mecánica, sino principios que cada espeleólogo puede encontrar y justificar por sí mismo. Por lo tanto, se puede decir que no existe el equipamiento idóneo para una determinada cavidad, sino varios equipamientos posibles. La elección entre un equipamiento y otro dependerá del tipo de exploración, del material utilizado, del nivel de los espeleólogos y de las características de la cavidad. También es cierto que siempre nos encontramos ante las mismas limitaciones y ciertas técnicas nos conducen hacia filosofías sobre el equipamiento que, en muchas ocasiones, intentamos generalizar. Sin embargo y a pesar de todo, tenemos que reflexionar y poner en su sitio las elecciones que hemos tomado y confirmar así su validez. Hay una pregunta que puede englobar todo esto (en un agujero, durante el equipamiento): ¿Qué pasa cuando ocurre algo que no está previsto? El explorador tiene que saber integrar todos los parámetros que conoce para mejorar su conocimiento del medio y de la actividad. La coherencia, la lucidez y la comodidad son parámetros de seguridad que nos abocan a una noción más subjetiva sobre la estética del equipamiento. Una noción que debe inspirarnos confianza y que debemos asimilar. Así pues, para conseguir una total seguridad y comodidad, el equipamiento deberá ser de altas cualidades técnicas y estar compuesto de los materiales que se vayan a utilizar. Limitaciones Limitaciones del medio Los macizos calcáreos tienen sus propias características, que influyen directamente en el perfil de las cavidades y, por lo tanto, también en las técnicas de equipamiento. Geología y morfología de las cavidades: Cadenas de pozos separados por pequeños meandros y pozos paralelos; numerosos anclajes naturales o grandes pozos separados por grandes meandros, etc. Naturaleza de la roca (margosa, arenisca, estratos de roca, etc.) y cambios en su naturaleza. Estructura: buzamiento y rotura (zonas aplastadas, paredes sanas,...). Naturaleza de los rellenos (concreciones, presencia de arcilla, concreciones en la arcilla, bloques, etc.).

Hidrología: Pérdida que concentra las aguas en los terrenos impermeables, absorción difusa por debajo del suelo vegetal, colector o pequeño afluente, cavidad fósil o activa, deshielos rápidos o muy largos, hielo o nieve,...


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Metereología: Las precipitaciones repentinas o intensas, la estabilidad del clima local, los calentamientos extremos (Foehn), que aceleran considerablemente la fundición de la nieve, son criterios que influyen en la técnica del equipamiento. Es muy recomendable adquirir cultura espeleológica sobre macizos para poder ser completamente eficaces y adaptarnos bien a las distintas situaciones. Las exigencias del equipamiento se ven modificadas por varios factores, entre ellos, la amenaza de las crecidas y la búsqueda de pozos paralelos dentro de grandes pozos. En estos casos, el péndulo es una práctica ineludible, ya que el pasamanos es impracticable Limitaciones según el tipo de exploración Compromiso y duración de las exploraciones: Condiciones de acceso a las cavidades: las cavidades alejadas que exigen o no transporte de material, la metereología cuando vamos a entrar en la cavidad, el tiempo transcurrido desde la última información metereológica. Cavidad: profundidad y longitud, distancia respecto a la entrada, naturaleza de los obstáculos que hay que superar (estrecheces, sifones,...). En exploraciones muy profundas o muy largas, se debe completar el equipamiento en la zona de entrada para evitar los efectos del cansancio durante la salida. Número de espeleólogos: Para que un equipo pequeño de espeleólogos sea rápido y eficaz, lleve material ligero. En las exploraciones importantes (duración de varios años), los pasajes que hay que pasar con el material a cuestas presentan más limitaciones con un material más pesado pero más robusto. Nivel de los espeleólogos: La homogeneidad entre el nivel de los miembros del grupo es un factor de seguridad y eficacia y permite a cada individuo avanzar con soltura. Cuando el nivel de los miembros del equipo es heterogéneo, habrá que adaptar el equipamiento al espeleólogo con menos experiencia. En conjunto, se recomienda crear un equipamiento que permita a los usuarios avanzar de manera autónoma sobre la cuerda, sin riesgo de provocar situaciones de bloqueo. Las limitaciones tecnológicas La constante evolución de los materiales y sus características hacen que exista una amplia gama de productos a la disposición del espeleólogo. Así, cuando nos iniciamos en la espeleología vertical, no se nos plantea ninguna duda acerca del diámetro de las cuerdas o del tipo de mosquetón que hay que utilizar; sin embargo, en el momento de la compra de materiales, sí suele ser una cuestión ineludible; ya que debido a los precios existentes en el mercado no siempre se puede conseguir el material perfecto para cada situación. Antes que nada, hay que ser consciente de que las técnicas de equipamiento, la técnicas de progresión y de mantenimiento se han de adaptar a cada tipo de material, lo que requiere una serie de cambios de costumbres y una formación técnica adecuada (sobre todo, si lo que queremos es un material más ligero). Es importante ser coherente con nuestras elecciones: ¿Por qué hay que asociar la cuerda de 8 mm. a los


Capítulo 5 del manual del Iniciador de la Escuela Francesa de Espeleo: traducción ESOCAN mosquetones de 2800 daN de resistencia? Una cadena de seguridad tiene la resistencia de su punto más débil.

Anclajes artificiales: Cualquier espeleólogo, con un poco de experiencia, ha visto cómo se gira un spit en el agujero en el que se ha introducido. La solidez de un anclaje sobre un pitón dependerá de la dirección de los esfuerzos aplicados (de hecho, si se cambia esta dirección, se puede recuperar la solidez). La solidez de un anclaje sellado dependerá de cómo se haya instalado. Ya hemos visto cómo se desgarra un parabolt mal sujeto. Así pues, durante el equipamiento, es muy importante observar la ruptura de un anclaje. Normalmente, no suele tener consecuencias graves y podemos incluso no doblarlo: en caso de fraccionamiento de confort (para escalonamiento durante el ascenso), en el que nos hemos acercado voluntariamente a la pared y la ruptura del anclaje simplemente forma un pequeño péndulo hacia el vacío. En caso de rotura, es preciso formularse la siguiente pregunta: ¿Qué ocurre? Una vez hayamos identificado el peligro, es preciso asegurarse mediante un segundo anclaje. Mucho cuidado con los péndulos, en los que la cuerda entra en contacto con un canto cortante; con los desprendimientos irregulares, los bloques mal cementados con peligro de desprendimientos. De no prestar atención, el espeleólogo puede exponerse a un choque violento, caerse en una cascada, etc. Cuando se utilicen pitones y empotradores, no es bueno fiarse del contra seguro, ya que en caso de producirse la rotura del primer anclaje, habrá un cambio de dirección de las fuerzas aplicadas al segundo anclaje, lo que hará que no pueda utilizarse.

1. Normas obligatorias Cuando se preparen las sacas, hacer un nudo de ocho a una distancia de 1 metro del extremo de la cuerda. Es probable que, a pesar de todas las precauciones tomadas, la cuerda sea más corta que la vertical. No dejar nunca un trozo de cuerda sin usar o libre. Hacer siempre un nudo o atar la cuerda sobrante a un anclaje. En caso de que la cuerda sobrante fuera mucha, hacer madejas bien prietas (siempre con un nudo a 1 metro del extremo) para que ningún compañero la utilice como cuerda de progresión o de seguridad. Coherencia, transparencia y comodidad Coherencia: El equipo varía según las distintas necesidades: riesgo, nivel de los integrantes, etc. Los equipos coherentes son aquéllos que tienen en cuenta estos parámetros a lo largo de toda la cavidad. No hay más riesgos a la entrada de la cavidad que en el interior. Es importante no menospreciar la capacidad de evolución de los usuarios. Asimismo, el hecho de no disponer del material adecuado en el momento de la exploración, no puede ni debe ser una excusa para sobrepasar los principios básicos de seguridad. Por ejemplo, si al inicio de un pasamanos sólo hay un spit, lo duplicamos con un anclaje natural. En caso de no disponer de anclajes naturales, entonces nos tomaremos el tiempo necesario para colocar otro spit. La transparencia y la sencillez en un equipo son dos factores de seguridad.


Capítulo 5 del manual del Iniciador de la Escuela Francesa de Espeleo: traducción ESOCAN Un equipo desordenado, en el que las cuerdas están entremezcladas, los restos de cuerda no están enrollados, en el que se pasa sin ningún tipo de control de una pared a otra, donde se desconoce la utilidad de cada cosa, etc. conlleva muchos riesgos. La comodidad de un equipo no es un valor casero. Es una noción de seguridad y de pedagogía. La comodidad en un equipo (ajuste de los bucles, posición de los anclajes) significa disminuir el cansancio, optimizar el aprendizaje, soltura, etc.

2. Cuerda simple Principios Los obstáculos de una cavidad están equipados por una cuerda simple. Ésta permite la progresión y la seguridad del espeleólogo. En espeleología, no se utiliza una cuerda de seguridad suplementaria; excepto en casos de iniciación, salvamento, etc. El equipo tiene que servir para que el espeleólogo pueda salvar los obstáculos con seguridad, sin que al progresar se altere la solidez de los distintos elementos: cuerdas, anclajes, etc.

Funciones de la cuerda La cuerda de seguridad: Sirve como elemento de seguridad para salvar dificultades y obstáculos. El espeleólogo tiene un desplazamiento libre por la roca o con otro aparejo (escala, cuerda fija, etc.). Se utiliza en caso de caída (ejemplo: pasamanos). La cuerda de progresión: Sirve como medio de progresión y de seguridad. Se utiliza siempre para salvar obstáculos. Es importante que el equipo se acostumbre a utilizarla: 1. Fijar muy bien la cuerda (anclaje natural o anclaje doble) antes de exponerse a una zona en la que estemos bloqueados. 2. La salida de la cuerda instalada, se instala para asegurar y continuar su instalación. 3. La cuerda de seguridad y el pasamanos sólo se utilizan de manera excepcional. Es importante instalarlos bien para asegurar su función. Lógica El equipo debe proteger al espeleólogo de las distintas dificultades que puedan presentarse; por lo que, el espeleólogo empezará en un lugar libre de peligro y terminará igualmente en un lugar seguro. Un equipo deberá presentar la misma lógica de resistencia en toda su longitud. No tendrá puntos débiles (porque se haya utilizado o adaptado algún material). El primer anclaje El primer anclaje será impecable, ya que supone la base central del equipo.

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Capítulo 5 del manual del Iniciador de la Escuela Francesa de Espeleo: traducción ESOCAN Si se trata de un anclaje natural, tendrá las dimensiones suficientes o se duplicará. Si se trata de un anclaje artificial (clavija autoperforante, clavija, empotramiento), se duplicará, por si la instalación no fuera correcta (imperceptible a simple vista), hubiera fisuras, estuviera mal sellado, etc. Instalación Es importante prestar mucha atención durante la instalación de la cuerda de progresión. Una vez tensa la cuerda por el peso del espeleólogo, no deberá, en ningún caso, frotar o rozar el anclaje durante todo su uso Como norma general se debe fraccionar siempre que la cuerda roce con la pared y evitar de esta forma su deterioro y ruptura: Se instalan unos centímetros por debajo del roce. La comba debe ser de la menor longitud posible, pero que permita hacer la gaza. Una comba larga es peligrosa porque aumenta el factor de caída. La coca del nudo deberá ser lo más pequeña posible, para que nos permita acercarnos al anclaje durante el ascenso. No deben instalarse fraccionamientos excesivamente seguidos, sustituyéndose por un desviador o anclaje doble. La cadencia ideal es cada 30 o 40 m. Realización: Una vez situados en el punto donde instalaremos el fraccionamiento, colocaremos la chapa adecuada con su mosquetón. os anclaremos con el cabo de anclaje y daremos cuerda hasta quedarnos colgados de él. Realizaremos la gaza en el descendedor. Llevaremos el extremo de la cuerda hasta el anclaje y realizaremos el nudo. Dejar unos 60 cm. De cuerda para el bloqueo del rapelador y un poco más. El seguro del mosquetón debe quedar hacia fuera. Los demás integrantes del equipo al bajar deben estar atentos a posibles roces no detectados por el instalador. La cuerda siempre debe llevar un nudo en su final para evitar salirnos de ella si no llega al suelo. Funciones de los anclajes Anclaje de tracción Se utiliza durante toda la progresión. Su función es que la cuerda no roce. Anclaje de seguridad Sólo se utiliza en caso de caída del espeleólogo o si se produce la rotura anclaje de tracción.

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Es importante dónde se coloca. En el lugar donde se vaya a utilizar, el de seguridad no debe guiar la cuerda o al espeleólogo hacia una situación en la que exista un riesgo inmediato (arista afilada, etc.).

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Cuando se instalan grandes pozos se debe intentar fraccionar siempre saliéndose de la vertical de bajada,


Capítulo 5 del manual del Iniciador de la Escuela Francesa de Espeleo: traducción ESOCAN para de esta forma permitir el transito de varios espeleólogos reduciendo el riesgo de impacto por caídas de piedras o de otros objetos (mosquetones, mazas, chapas etc Factor de caída El material del espeleólogo se ha concebido para que se utilice con un factor de caída igual o inferior a 1. Equipar con factores de caída superiores a 1 es muy peligroso. Puede incluso llegar a ser mortal. Las cuerdas estáticas de espeleología se han concebido para las caídas de factor 1. Nunca implicarse en situaciones en las que la cuerda corra el riesgo sufrir choques superiores a 1. Es preferible equipar con un factor de caída muy débil. En los pozos, en caso de que se produzca la rotura de un fraccionamiento, el factor de caída es normalmente débil. No confundir la toma de riesgos con la dificultad. Un pasaje puede ser muy difícil y presentar pocos riesgos. Ejemplo: un paso de escalada de un metro, cenagoso y a una distancia de un metro del suelo. No es necesario protegerlo con una cuerda. Sin embargo, una repisa de un metro, llana, por donde resulta fácil caminar y situada a unos 10 metros del suelo deberá equiparse con un pasamanos, ya que en caso de caída, las consecuencias serían muy graves.

3. La elección del paso En una progresión subterránea, hay ser conscientes del peligro; por lo que itinerario se escogerá en consecuencia del peligro. En la medida de lo posible, evitar las estrecheces muy pronunciadas, los pozos derrumbados, etc. En los pozos, elegir los anclajes mejor situados, ya sea por comodidad (los altos), o por recuperabilidad. Asimismo, es importante comprobar anclajes antes de fijarlos a la cuerda (estado de la clavija perforadora, del anclaje natural, etc.).

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4. La limpieza del paso Antes de equipar un pozo, nuestro primer reflejo será limpiarlo. Desde un punto seguro (en la cuerda), echamos al pozo todo lo que puede caerse o desprenderse (piedras, ramas, etc.). A medida que se desciende, comprobar que los brocales estén limpios. Si no fuera así, limpiarlos. IMPORTANTE: limpiar el pozo antes de que la cuerda esté abajo. Si se prefiere limpiar mientras se desciende, es necesario meter la cuerda en la saca. Una vez la cuerda está instalada, la persona que la ha instalado se encargará de limpiar el pozo, para evitar que los compañeros hagan caer elementos al mismo. IMPORTANTE: la cuerda de progresión del primer espeleólogo deberá estar en la saca que lleva consigo. A medida que desciende, irá soltándola. No colocar la cuerda en su sitio y limpiar después. Las piedras caen al pozo y existe riesgo de hacerse daño. Peligros de las crecidas Riesgos derivados del agua


Capítulo 5 del manual del Iniciador de la Escuela Francesa de Espeleo: traducción ESOCAN Ducha y baño: El agua es un elemento peligroso en la práctica de la espeleología; incluso aunque no haya crecidas. Darse una «ducha» corta bajo una cascada de poca potencia o una inmersión temporal conlleva un gasto de energía mayor que el necesario en condiciones normales y, si además, no se ha preparado bien el equipamiento individual, nos estamos exponiendo a sufrir hipotermia o hidrocución. Utilice la pontonnière y la capucha Marboré, o el mono de neopreno para momentos en los que se puede sufrir un enfriamiento prolongado (salidas largas, tramos de ríos en los que haya que hacer largas inmersiones, largas esperas cuando estamos mojados, etc.) Siempre que sea posible, avance y evite el contacto con el agua fría. Si nos sumergimos en un agua a 4º C, sufriremos hipotermia transcurridos unos minutos, posteriormente perderemos la conciencia y después nos ahogaremos. Crecidas: Sufrirán hipotermia todos aquellos espeleólogos que no hayan previsto mantenerse secos durante un ascenso por zonas con mucho agua. Bajo una cascada, el agua fría cae sobre la nuca, que representa el mayor punto de evacuación de calor corporal. En este caso, la hipotermia aparece con mayor rapidez. Si nos arrastra una corriente o si permanecemos mucho tiempo en el agua, tenemos muchas posibilidades de ahogarnos. Sin embargo, también nos podemos ahogar bajo una cascada: la pérdida de conciencia, producto de la hipotermia, puede conducir a un espeleólogo al ahogamiento. Por norma general, no se tiene la precaución adecuada en lo que a la potencia del agua se refiere; y sin embargo, es capaz de someter a todo aquel que se aventure bajo una cascada a un martilleo continuo que termina agotando al espeleólogo. Los esfuerzos que habría que hacer para vencer a la fuerza del agua son completamente sobrehumanos; así que es ridículo pensar que podemos vencer una potencia de esta magnitud. Asimismo, en una corriente de más de m3/s, el espeleólogo está sometido a una potencia continua de varias toneladas. Ahora bien, un caudal de agua de estas características suele ser superior si se produce una crecida. Las crecidas arrastran todo lo que se encuentran en su camino: residuos vegetales, tierra,... y piedras. Las piedras representan un peligro añadido en los pozos mojados. Por lo tanto, podemos decir que estos dos últimos factores tienen una consecuencia indirecta muy importante: la destrucción del equipamiento, siempre que no se haya previsto para las crecidas. Las cuerdas rotas o deshilachadas no permiten el ascenso en caso de que un compañero esté en una cavidad durante la crecida del agua (habrá que esperar) o, lo que es aún más grave, pueden exponer a un compañero, que esté descendiendo una vez pasada la crecida y en una cavidad ya equipada antes de la crecida, a caídas. Cómo equipar fuera de la crecida Identificar los índices de crecidas: El equipamiento que debe utilizarse fuera de las crecidas no se reduce a unos cabos de pasamanos en la cabecera de los pozos. El equipamiento, en este caso, se basará en la observación previa de la cavidad, para poder así identificar la trayectoria del agua durante las crecidas. No es bueno fiarse del caudal del agua. Una crecida pequeña no tiene por qué seguir la misma trayectoria que una grande. Las cascadas pueden abultar las paredes y, en algunos casos, es preferible pasar por debajo de


Capítulo 5 del manual del Iniciador de la Escuela Francesa de Espeleo: traducción ESOCAN la cascada o, entre la pared y la cascada, para mantenerse protegido. Ante todo, es preciso observar atentamente la cavidad. Observar y comprender su morfología y sus excavaciones. Una excavación en un cruce de fracturas deja ver que podemos avanzar con seguridad, pero siempre por detrás del ángulo que forman. Cuando un meandro desemboca en un pozo, hay que prever una erosión regresiva y, por tanto, la presencia de sustancias abandonadas por el agua; quizás pozos paralelos más alejados en el meandro que ha desaguado. En los pozos, presta mucha atención a las ventanas laterales, ya que, en ocasiones, suelen esconder pozos paralelos. En los ríos, los fenómenos de sobre excavación (tan frecuentes, por otro lado) ofrecen la posibilidad de encontrar itinerarios secos: antiguos bucles de meandros, galerías fósiles, etc. Asimismo, hay que identificar las marcas de carga; es decir, el aspecto de la roca (limpia, corroída por oposición a las zonas cubiertas de arcilla seca, calcita, etc.), ramas pegadas en las paredes (a una determinada altura), los techos, musgo producido por las crecidas o ausencia total de relleno (arcilla, arena gruesa y guijarros, etc.). Informarse: Hay que anticiparse a los fenómenos de la crecida. Es muy importante observar las crecidas in situ, pero desde un lugar seguro. Algunos cañones pueden observarse durante una crecida sin que exista peligro y, de este modo, imaginar las consecuencias de la crecida sobre la tierra. Emplazamiento del equipamiento: Según la forma del pozo y según el aspecto de las paredes (lisas, corroídas con muchos estratos, etc,), habrá que desplazarse durante la salida (pasamano) o durante el descenso (péndulos). Por norma general, los péndulos son mucho más rápidos y fáciles de pasar (menos cansados) que los pasamanos. Es importante aprovechar estas oportunidades. No obstante, en determinados pozos, no será posible aprovechar estas oportunidades a no ser que nos anticipemos a la presencia del pozo. Cuanto menos nos anticipemos a los acontecimientos, más abajo nos encontraremos. Además, nos encontraremos ante la imposibilidad práctica de hacer el péndulo. En este caso (extremo), lo único que podremos hacer será un pasamanos horizontal (cuerda factor 1 o menos expuesta a un péndulo muy violento) para alejarse de la boca del pozo. Manten cuerda por encima para poder pendular. Prever bien el péndulo mediante conocimiento de la cavidad. Es importante saber que algunas cavidades se prestan mejor que otras a un equipamiento de estas características (karsts de montaña). Asimismo, nos podemos proteger de la crecida con un obstáculo natural: pozo paralelo o lámina, por detrás de la cual nos podemos cobijar. Especificaciones del equipamiento: La posible ruptura de un anclaje nos expone a otros peligros además de la solidez, ya que el espeleólogo puede verse arrastrado por la corriente. Pon anclajes dobles para asegurarse de la solidez de las desviaciones. En este sentido, una desviación ofrece las mismas garantías de resistencia (proporcionalmente a los esfuerzos que se le aplican) que un anclaje de fraccionamiento.


Capítulo 5 del manual del Iniciador de la Escuela Francesa de Espeleo: traducción ESOCAN En caso de que la trayectoria de la cuerda esté cerca de la trayectoria del agua, es preferible utilizar la desviación. Paso más rápido que un fraccionamiento. ¡Importante! En una desviación hay que utilizar un mosquetón sin seguro. Los seguros que se enganchan pueden acarrear consecuencias muy graves. En los ríos, los pasamanos realizados para equipar determinados pasajes cuando no hay crecidas de agua, suelen requerir un reforzamiento de los anclajes o bien, unirlos más. Si se rompe un anclaje, esto no debe provocar la inmersión del espeleólogo, situado en el anclaje del pasamanos. Equipar los pozos estrechos El principio básico es evitar todo paso de fraccionamiento o desviación en las zonas estrechas de los pozos. Colocar los anclajes, situados en la cabecera del pozo, por encima para poder extraer el obstáculo. En estos espacios, la colocación de los spits es mucho más cómoda que en los espacios estrechos y la capacidad de intervención es también mucho más fácil (en caso de que un compañero tenga dificultades en la parte estrecha). En los pozos grandes, en los que únicamente los primeros metros son estrechos, es preciso volver a fraccionar (por motivos de seguridad y comodidad) a la salida de la zona estrecha porque es más fácil intervenir por debajo si el trozo de cuerda del pasaje delicado está aislado. Durante el ascenso, el último espeleólogo deberá tener las suficientes habilidades para pasar cualquier obstáculo sin dificultad. Colóquese bajo el fraccionamiento inferior para ayudar a un compañero con dificultades en el paso. Otro compañero se colocará por encima. Equipar pozos grandes y muy grandes En las verticales muy pronunciadas, existen riesgos de desprendimientos de piedras o cualquier otro objeto (mosquerones, etc.). Para mayor precaución, se recomienda equipar en los distintos fraccionamientos, siempre en el mismo sentido. Asimismo, es importante tener en cuenta las limitaciones existentes fuera de las crecidas. Tirolinas La tensión que ejercen las tirolinas sobre los anclajes es mayor que la que se ejerce en los fraccionamientos. Por este motivo, es preciso triplicar los puntos de fijación y que la tensión recaiga sobre cada uno de estos puntos. Un extremo de la tirolina es fijo, la tensión se ejerce en el otro extremo, en un lugar que resulte cómodo. Extremo fijo: haga un nudo de distribución de carga con un anillo de cuerda. Extremos en tensión: se regula mediante un descensor autofrenante o mediante un nudo italiano con una llave de parada. Unidos a un anclaje triple con las mismas características que las del extremo fijo. Equipamiento en primera Precauciones La excitación que produce un descubrimiento suele ser en un principio una causa de negligencia, en lo que al equipamiento se refiere. Así pues, se trata de una situación que presenta más peligros que una visita clásica y frecuente.


Capítulo 5 del manual del Iniciador de la Escuela Francesa de Espeleo: traducción ESOCAN Es importante estar muy alerta y pendiente del equipamiento: El mayor peligro es la inestabilidad de la roca: bloques mal encajados, zonas con guijarros, etc. Antes de continuar, es preciso encontrar un lugar de evacuación, porque si no, tanto el material como los espeleólogos estarán continuamente amenazados por los desprendimientos de piedras. Una vez colocada la cuerda, será más complicado. Se desconocen los fenómenos hidrológicos que pueden afectar la cavidad. Es muy importante anticiparse a los hechos, ponerse en lo peor y equipar en consecuencia. La necesidad de un buen equipamiento En primer lugar, afecta a la seguridad: las limitaciones son exactamente iguales que para cualquier otro equipamiento. Un spit no tiene por qué ser más sólido el día que se clava que tres meses después. El hecho de clavar nosotros mismo el spit, no significa que tengamos que tener mayor seguridad: las rocas poco homogéneas y el uso de los taadros favorecen la proliferación de clavijas mal expandidas. La experiencia muestra que un equipamiento malo permanece y no suele modificarse. La cavidad permanece tal cual y somete a los exploradores a muchos riesgos y peligros. Además, si no se conoce la cavidad se limita la eficacia y se retrasa la intervención en posibles rescates: no se conoce la localización exacta, no se dispone de topografía, se requiere mayor número de espeleólogos para la evacuación, es preciso buscar los lugares seguros: anclajes dobles, etc. Así pues, es totalmente necesario ser paciente e instalar adecuadamente todo el equipamiento. De hecho, no es cierto que para instalar un buen equipamiento se necesite más tiempo. Además, a largo plazo nos hará ganar tiempo.

Nudos aconsejados Los nudos debilitan la resistencia de la cuerda:

Nudabilidad: es el diámetro interior de un simple nudo con una carga de 10 kilos determina la flexibilidad de toda cuerda; se mide en cm.

Es imprescindible que los nudos estén bien “peinados” evitando los “cabalgamientos parásitos” que reducen aún más la resistencia de la cuerda y dificultan el soltado del propio nudo.

Para evitar el deslizamiento del nudo debe dejarse un cabo sobrante como mínimo de 10 cm. Y en algunos casos darle un nudo de cierre. Si se dejan cabos más largos, para evitar confundirse de cuerda a la hora de rapelar, ha de recogerse y anudarse en su punta.

Nudo

% resistencia

Nueve

75

Ocho

70

As de guía

52


Cap铆tulo 5 del manual del Iniciador de la Escuela Francesa de Espeleo: traducci贸n ESOCAN Mariposa

51

Pescador doble

56

Plano

15

Mariposa

51

Nudo Ocho doble

51

Ocho trenzado

48


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