Nº 663 Medellín, abril de 2017 SISTEMA DE COMUNICACIONES • almamater@udea.edu.co • ISSN 1657-4303
Vigilada Mineducación
El viaje del río Atrato
Foto: Tatiana Correa Herrera
Páginas 4 y 5
La salud del río Atrato es fundamental para los peces que tienen su ciclo de vida en el sistema estuarino que forma, pero también para las comunidades humanas que habitan el territorio. Sin embargo, varios factores ponen en riesgo la vitalidad del afluente que vierte sus aguas en el Golfo de Urabá.
Continúa la preocupación por la financiación de las universidades públicas Página 3
La configuración del Plan de Desarrollo Institucional entra en su recta final Página 2
El mal momento del sistema de salud colombiano, en la era del derecho fundamental
La Editorial Universidad de Antioquia participa en la Feria Internacional del Libro de Bogotá con más de 280 títulos
Páginas 20 y 21
Páginas 23 a 29
Planeación
Luis Pérez Gutiérrez, Gobernador del Departamento y Presidente de la Corporación • Mauricio Alviar Ramírez, Rector • Antonio Yepes Parra, Representante del Presidente de la República • Germán Andrés Urrego Sabogal , Representante de la Ministra de Educación Nacional • Elvia María González Agudelo, Representante del Consejo Académico • Carlos Arturo Morales Vallecilla, Representante Profesoral •Carlos A. Giraldo Giraldo, Representante de los Egresados • Juan Guillermo Londoño Posada, Representante del Sector Productivo • Jaime Restrepo Cuartas, Representante de los ex Rectores • David Hernández García, Secretario General. CONSEJO ACADÉMICO Mauricio Alviar Ramírez, Rector • María Patricia Arbeláez Montoya, Vicerrectora de Investigación • Luz Stella Isaza Mesa, Vicerrectora de Docencia • Carlos Alberto Palacio Tobón, Vicerrector de Extensión • Fernando Tobón Bernal, Vicerrector Administrativo • Gabriel Mario Vélez Salazar, Decano Facultad de Artes • Luis Guillermo Palacio Baena, Decano Facultad de Ciencias Agrarias • Sergio Iván Restrepo Ochoa, Decano Facultad de Ciencias Económicas • Nora Eugenia Restrepo Sánchez, Decana Facultad de Ciencias Exactas y Naturales • Hernando Muñoz Sánchez, Decano Facultad de Ciencias Sociales y Humanas • Ximena Forero Arango, Decana (e) Facultad de Comunicaciones • Clemencia Uribe Restrepo, Decana Facultad de Derecho y Ciencias Políticas • Elvia María González Agudelo, Decana Facultad de Educación • Lina María Zuleta Vanegas, Decana Facultad de Enfermería • Jesús Francisco Vargas Bonilla, Decano Facultad de Ingeniería • Carlos Alberto Palacio Acosta, Decano Facultad de Medicina •Ruth María Agudelo Cadavid, Decana (e) Facultad Nacional de Salud Pública • Ángela María Franco Cortés, Decana Facultad de Odontología • Juan Carlos Alarcón Pérez, Decano Facultad de Ciencias Farmacéuticas y Alimentarias • Luis Javier Castro Naranjo, Representante Profesoral ante el Consejo Académico • David Hernández García, Secretario General. Invitados: Álvaro Franco Giraldo, Vicerrector General • Sandra María Turbay Ceballos, Directora de Posgrado • Luis Alfonso Escobar Trujillo, Director de Regionalización • José Ricardo Velasco Vélez, Director Escuela de Microbiología • Margarita María Gaviria Velásquez, Directora Escuela Interamericana de Bibliotecología • Paula Andrea Echeverri Sucerquia, Directora Escuela de Idiomas • Gildardo Uribe Gil, Director Escuela de Nutrición y Dietética • Francisco Cortés Rodas, Director Instituto de Filosofía • Gloria María Castañeda Clavijo, Directora Instituto de Educación Física y Deporte • Carlos Mario Duque Duque, Director de Desarrollo Institucional • Adriana González Moncada, Directora de Relaciones Internacionales • Adriana Patricia Arcila Rojas, Directora de Bienestar Universitario • Ana María Gutiérrez Giraldo, Directora de Gestión Logística y de Infraestructura • Richard Steve Ramírez Grisales, Director Unidad de Asesoría Jurídica • Adriana Astrid Zea Cárdenas, Auditora Interna • Alma Nury López Patiño, Líder de Comunicaciones.
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Foto: Luis Carlos Padilla Berrío
CONSEJO SUPERIOR UNIVERSITARIO
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Superadas las discusiones de las mesas de interlocución, que definieron alternativas y escenarios de futuro al rededor de los temas estratégicos, ahora siguen las fases decisivas para la consolidación del PDI de la Universidad de Antioquia.
Ruta para la aprobación del PDI 2017-2026 Por PLAN DE DESARROLLO INSTITUCIONAL
P
or medio de la integración, el diálogo y la deliberación entre posturas afines y disímiles, los participantes de las seis mesas de interlocución para la construcción colectiva del Plan de Desarrollo Institucional (PDI) 2017-2026 aportaron sus propuestas respecto de los asuntos que fueron materia de la planeación estratégica, de acuerdo con las necesidades y compromisos que asumirá la Universidad en los próximos 10 años. Las mesas de interlocución abordaron asuntos neurálgicos de la Universidad, perfilando tres grandes enfoques para el futuro quehacer universitario, que aún se encuentra en construcción y discusión. Uno de los enfoques es el participativo, que implica que se creen las condiciones para la deliberación y la incidencia en la implementación y evaluación del PDI, así como en procesos de toma de decisión. En ese sentido, se requiere del espíritu universitario, la vinculación política y la corresponsabilidad, como principios para el debate de posturas y propuestas diferenciales, que aun estando en conflicto, permitan avanzar hacia el compromiso común de la misión de la Universidad. Otro enfoque es el diferencial o interseccional, que busca que los objetivos estratégicos y las orientaciones del PDI sean sensibles a las diferencias, con el fin de aportar a una sociedad libre de exclusiones. La Universidad es un espacio educativo privilegiado (material, social y simbólico), en el cual este enfoque permite garantizar y reconocer la diversidad de las trayectorias de vida y la necesidad de acompañamientos especiales para que la experiencia universitaria sea significativa y satisfactoria en la construcción de los proyectos académicos y vitales de los miembros de la comunidad universitaria. El tercero es el enfoque territorial, que invita a la actuación de la Universidad de manera situada, comprensiva de las particularidades y diversidades de los territorios, en interacción con el mundo y posicionándose de una manera crítica en sus redes y flujos. Las propuestas académicas de producción de conocimiento y de relacionamiento con la sociedad deben, desde este enfoque, ser sensibles a los territorios, pero interconectarse globalmente. Dichos enfoques permearían los temas estratégicos (TE) que se han construido para el Plan de Desarrollo Institucional durante estos meses de trabajo en las mesas de interlocución:
—TE1. Formación integral y generación de conocimiento para el impacto pertinente, innovador y transformador en los territorios, en interacción con el mundo, a partir de la articulación de las funciones misionales. —TE2. La promoción de los ciclos de vida académicos y laborales de la comunidad universitaria, que contempla el ingreso, la permanencia y egreso de profesores, empleados administrativos, estudiantes-profesionales-egresados y jubilados. —TE3. Democracia, gobierno universitario y convivencia. —TE4. Gestión universitaria y del financiamiento. —TE5. Construcción de paz, equidad, inclusión e interculturalidad. —TE6. Gestión del ambiente y la biodiversidad. Yulia Cediel, egresada del programa en Letras: Filología Hispánica, consideró pertinentes las temáticas del TE3, pues insiste en la necesidad de la vinculación de los estamentos en las decisiones institucionales, la transparencia y la apertura de la Universidad hacia la sociedad. “Asimismo, el enfoque territorial y diferencial aportan a la integración de las sedes regionales y de los diversos grupos poblacionales, lo cual es un avance importante en la construcción de la Universidad como un espacio plural”. Según Rodrigo Zapata Areiza, egresado de la Facultad de Ciencias Económicas, los elementos que se incluyeron dentro del TE4 son muy pertinentes porque hay objetivos relacionados con los cambios que afrontará la institución. “Se consideró por primera vez en la construcción de un plan de desarrollo la gestión de riesgos. Además, aparecen las TIC y la infraestructura institucional. En efecto, se cumplió el propósito de la mesa de interlocución”. Por su parte, John Fernando Mesa, coordinador del Archivo Histórico de la Universidad, afirmó que todos los asuntos trabajados son aplicables y generan beneficios para la institución. Como ejemplo, dijo que “en la construcción de paz juega un rol importante la memoria, para mirar qué ha pasado en la Universidad y trabajar componentes como la verdad, que se ha abordado poco”. La semana del 24 de marzo terminaron las sesiones de mesas de interlocución. Los diferentes participantes entregaron un documento por cada uno de los temas estratégicos, que contienen objetivos y lineamientos estratégicos. Después se hará un proceso de consolidación técnica, a fin de presentar una primera versión del PDI para la revisión y ajustes en otros espacios de presentación y devolución a la comunidad universitaria, estamentos, gremios y comité rectoral. Finalmente, se dará el proceso de aprobación del PDI ante los órganos de gobierno. El 20 de abril se hará la recomendación del PDI por parte del Consejo Académico al Consejo Superior Universitario (CSU). El 30 de mayo y el 27 de junio serán los debates para aprobación final por parte del CSU.
Gestión
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Continúa la preocupación por la financiación de las universidades Por REDACCIÓN ALMA MÁTER
Foto: archivo ALMA MÁTER
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as autoridades de las universidades públicas del país están preocupadas por el destino que el gobierno nacional pretende darle a los dineros que se esperan recaudar en aplicación del porcentaje del IVA establecido en la reforma tributaria para educación superior pública, y que según cálculos conservadores podrían ascender a 300 mil millones en el año. Si esa plata se va para el Icetex “perdimos el año”, afirma el rector de la Universidad de Antioquia y representante del Sistema Universitario Estatal ante el Consejo Nacional de Educación Superior — CESU—, Mauricio Alviar Ramírez. Y no es para menos, porque el directivo (como los demás rectores del Sistema de Universidades Estatales, SUE) tiene afincada en esa y otras iniciativas, la esperanza de comenzar a resolver los problemas estructurales e históricos presupuestales que cargan las universidades públicas. En relación con la reglamentación del 40 por ciento del 0.5 del recaudo del IVA para educación superior pública, la comisión de vicerrectores administrativos y financieros del SUE, más los rectores de las universidades Pedagógica Nacional y de Antioquia, propone que el Ministerio de Educación considere cuatro criterios para repartir el recaudo entre las 32 universidades estatales. El acuerdo alcanzado hasta el momento en la comisión contempla que se distribuyan los recursos según el número de estudiantes de pregrado y posgrado, ponderando los estudiantes presenciales y en modalidad virtual. La segunda variable tiene que ver con el déficit generado por la aplicación del Decreto 1279 de 2002 que establece el régimen salarial y prestacional de los docentes de las universidades estatales y la contradicción con la ley 30 de 1992 que no reconoce la productividad y las titulaciones de los profesores. El tercer criterio
sería el de calidad medido por el número de grupos de investigación ponderado por la clasificación de Colciencias y, adicionalmente, los resultados de las pruebas Saberpro. El cuarto criterio correspondería a un elemento de desarrollo medido por la relación docente/ estudiantes. Si no priman esos factores — número de estudiantes, déficit, calidad y desarrollo—, que en principio debe aprobar el Consejo directivo del SUE, y prospera la iniciativa en el Ministerio de Educación, las universidades públicas verán una vez más frustradas sus esperanzas de que el gobierno nacional empiece, por esa vía, a saldar la deuda histórica con la educación superior estatal. “Se tenían más indicadores, pero tratamos en un esfuerzo muy concertado de revisar y simplificar. Se le apostó a un modelo simple, con el menor número de indicadores posibles, pero que fueran claros, transparentes y presentes en todas las instituciones”, precisa Alviar Ramírez.
Y aunque el rector de la Universidad de Antioquia considera un avance la propuesta, no deja de desconocer que está latente el fantasma de que los recursos esperados se orienten al Icetex, tal como trascendió en el proyecto de ley de adición presupuestal anunciado por el presidente Juan Manuel Santos Calderón y el ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas Santamaría. “Las universidades públicas necesitan un mejor financiamiento, y reconocer que el gran problema está en el funcionamiento, en la inconsistencia entre la ley 30 de 1992 y el Decreto 1279 de 2002, lo que significa que el gobierno nacional no ha reconocido el incremento de los gastos”, subraya Alviar Ramírez, y precisa que debe haber gradualidad, planeación de largo plazo que le permita a las universidades crecer de manera paulatina, mientras se mejora la infraestructura física y la planta profesoral. El rector de la Universidad de Antioquia coincide con el rector de la Universidad Nacional Ignacio
Mantilla y otras autoridades universitarias, quienes cuestionan la decisión del gobierno nacional de destinar a la construcción de vías terciarias cerca de 1,5 billones de pesos no ejecutados en el Fondo de ciencia y tecnología. Si bien entiende que ante la situación de recursos públicos precarios como la que enfrenta Colombia, más las demandas derivadas de los acuerdos de paz, el gobierno vea la oportunidad de echar mano de ese dinero proveniente de regalías, Alviar Ramírez se pregunta por qué no se ejecutaron tales montos. Uno de los problemas que se advierte, observa el rector, es que las gobernaciones tengan tanta injerencia en el Fondo de ciencia y tecnología. “En el caso de Antioquia —señala— nos ha ido bastante bien con los proyectos de regalías, pero si uno mira la realidad de otros departamentos eso no ha sido así”, y sugiere que se le hagan ajustes a la ley de regalías para aprovechar los recursos destinados para ciencia y tecnología. En tal sentido, afirma que no sería razonable que pagaran justos por pecadores, que se les quite esos recursos a los departamentos donde ha funcionado bien la ejecución de los recursos de regalías para ciencia y tecnología por el mal manejo de los proyectos, la corrupción e irresponsabilidad en otros departamentos. “Esa platica debería destinarse a la educación y, en todo caso, no sacarla del ámbito de ciencia, tecnología e innovación, sino que, dado que las universidades hacen buena parte de esa tarea, debería quedarse en el financiamiento de la educación superior”, considera Alviar Ramírez. Así como espera que los congresistas aprueben el proyecto de ley que busca modificar el artículo 86 de la ley 30 de 1992, en el sentido de incrementar las transferencias a las universidades en el IPC más cuatro puntos porcentuales, de manera que “además de los recursos de la reforma tributaria, se pueda ir cerrando la brecha entre el Decreto 1279 de 2002 y la ley de educación superior”, dice.
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Investigación
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Un estudio realizado por Tatiana Correa Herrera, candidata a Doctora en Ciencias del Mar, revela no solo la importancia ecológica de los hábitats estuarinos del delta del río Atrato, sino también la presencia de microplásticos que denota la contaminación acuática de este valioso ecosistema para los peces y las comunidades que viven en los pueblos costeros del golfo de Urabá.
Por LINA GALLO BENÍTEZ
Periodista de la Corporación Académica Ambiental comunicacionesambiental@udea.edu.co
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s frecuente encontrar troncos de árboles amarrados flotando en el delta del río Atrato o encallados en las playas de municipios como Turbo, que revelan la extracción forestal intensa en el Chocó. “Viajan” por el río, que nace en una de las regiones más lluviosas del mundo, en la estrella hidrográfica de los Farallones del Citará, y que atraviesa casi todo el departamento chocoano y recorre la cordillera occidental andina mientras 150 cursos de agua acrecientan su caudal, a lo largo de más de 700 kilómetros, hasta desembocar en el golfo de Urabá con alrededor de 4.900 m³ de agua por segundo. Sus aguas aportan nutrientes y organismos al golfo, pero también unos 11 millones de toneladas de sedimentos al año. Gracias a la ubicación de la desembocadura en sentido sur-norte, amortigua los oleajes generados por los vientos alisios, tomando el delta del río Atrato la peculiar forma de pata de ave.
Ecosistema estuarino En el ecosistema estuarino que se forma abundan los peces y fluctúan factores como la salinidad, la temperatura, la transparencia y la saturación del oxígeno, debido al intercambio de las aguas dulces y marinas. Para identificar los hábitats, las condiciones y comportamiento de los peces que nacen, se reproducen o llegan hasta este punto, la ecóloga de zonas costeras y magíster en biología, Tatiana Correa Herrera realizó el estudio Ecología de peces en el sur del delta del río Atrato en el mar Caribe: ensamblaje, reproducción y crianza. Entre los hallazgos más valiosos del trabajo, que hace parte de la tesis del Doctorado Interinstitucional en Ciencias del Mar que ella
Foto: Tatiana Correa Herrera
El viaje del río Atrato adelanta, la investigadora destaca la importancia ecológica de otros hábitats estuarinos además del manglar —considerado la sala cuna del mar—, como el arracachal, que son asociaciones de arbustos, y el eneal, que son asociaciones de pastos. “También analicé los fondos lodosos y el hallazgo es que no solamente el manglar cumple funciones importantes en la crianza de los peces; los otros hábitats también”, observa Correa Herrera y resalta que estos conocimientos son vitales para generar estrategias que permitan la conservación de la biodiversidad del delta del río Atrato, donde el estudio arrojó un total de 84 especies de peces —30 de ellas de importancia comercial—, que usan los habitats estuarinos en alguna etapa de crecimiento de su ciclo de vida.
Otros riesgos Pero el estudio también entregó datos preocupantes, como los microplásticos hallados en la columna del agua analizada. “Medimos variables ambientales como la clorofila a y el zooplancton, que nos indica la cantidad de alimento disponible para los peces, y encon-
tramos pedazos de plástico con tamaños inferiores a 5 milímetros”, señala Correa Herrera, y precisa que pueden ser residuos de bolsas o pitas tan pequeños que los peces los pueden confundir con alimento y al consumirlos les pueden obstruir el tracto digestivo. “Los hábitats arracachal y manglar presentaron una mayor densidad de microplásticos, ya que están formados por arbustos y raíces inundadas que permiten la retención de sólidos”, agrega, y asegura que es necesaria la continuidad del estudio de los microplásticos en otras partes del golfo, teniendo en cuenta que la costa oriental tiene mayor presencia de población humana. Pero a la bióloga, como a los demás estudiosos de la problemática en la zona, le preocupan otras prácticas que pueden convertirse en amenaza no solo para los peces del delta del río Atrato, sino para el medio ambiente y los habitantes del territorio. En proyectos de investigación adelantados por el Grupo de Estudios Oceánicos de la Corporación Académica Ambiental se ha identificado, mediante talleres con los pescadores, el uso de redes de
nylon de 2 y 2.5 pulgadas que atrapan peces muy pequeños; tal práctica es especialmente empleada por pescadores foráneos, pues los locales saben que usar tales redes reduce el tamaño de las especies. Otra práctica que han reconocido los investigadores en este diálogo de saberes con las comunidades es el “zangarreo”, que consiste en hacer un encierro y golpear el agua con los remos, técnica que también afecta notoriamente a los peces. Además, advierte la investigadora, pese a que no existe mucha información publicada al respecto, en el ámbito académico se sabe de la presencia de metales pesados como plomo, cadmio y mercurio tanto en las columnas de agua, como en los sedimentos y peces. Para los investigadores —subraya— tal situación no es una sorpresa dada la intensa actividad minera formal e informal que se realiza en el Chocó, cuyos contaminantes son finalmente vertidos en las aguas del río. Anota que varios grupos de investigación de la Universidad de Antioquia se encuentran estudiando la problemática, que puede tornarse más compleja si se tiene en cuenta que las sustancias tóxicas
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Ilustración: Felipe Uribe
En la SIU instalan estación para probar tecnologías solares Por LINA ALEXANDRA GÓMEZ HENAO Comunicadora de la Vicerrectoría de Investigación lina.gomez@udea.edu.co
pueden acumularse y magnificarse en la cadena trófica, afectando a los seres vivos, incluidos, desde luego, los seres humanos. Otro frente que desvela a los investigadores es la actividad portuaria que se derivaría de los proyectos que en tal sentido se están perfilando en el golfo de Urabá y que podrían afectar la ecología del delta del río Atrato, generando impactos como la invasión de especies a través de la inadecuada disposición de las aguas de lastre. “Es necesaria la creación de sistemas de recepción de residuos tanto sólidos como líquidos en los puertos para las embarcaciones que arriban, entre otras medidas que minimicen estos impactos”, señala Correa Herrera. Y recuerda que para las autoridades ambientales como Corpourabá es clara la necesidad de diversificar las actividades productivas en este territorio y promover la educación ambiental. Además, el delta del río Atrato es un área de protección que requiere un manejo especial según lo establece la Unidad Ambiental Costera del Darién creada en 2013 por el Invemar y el Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible.
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Investigadores de la UdeA diseñaron e implementaron una estación solar para evaluar y monitorear diferentes tecnologías solares; lo novedoso de este laboratorio es que opera en condiciones reales y permite definir cuáles paneles solares son más adecuados de acuerdo con diferentes condiciones ambientales.
l Grupo de investigación en manejo eficiente de la energía, Gimel, y el Centro de investigación, innovación y desarrollo de materiales, Cidemat, se articularon para construir una estación solar, es decir, un laboratorio donde están poniendo a prueba diferentes tipos de páneles solares disponibles en el mercado, además de las celdas y minimódulos desarrollados por la UdeA, en condiciones ambientales reales: expuestos a viento, lluvia, contaminación, temperatura, irradiación y humedad. El profesor Esteban Velilla, líder del proyecto en el grupo Gimel, explica que “la estación solar, ubicada en la Sede de Investigación Universitaria, SIU, es una iniciativa que se ha venido madurando a través de varios proyectos de investigación y se concretó como uno de los productos de un proyecto financiado con recursos del Fondo de ciencia, tecnología e innovación del Sistema general de regalías, donde buscamos no solo evaluar el desempeño eléctrico de diferentes tecnologías solares como CIGS, HIT, Silicio monocristalino, policristalino y amorfo, entre otras, sino también las celdas y minimódulos de tercera generación desarrollados por el grupo Cidemat”. En este proyecto, la Universidad ha logrado una alianza importante con las empresas EPM, Andercol y Sumicol. En la actualidad, la estación diseñada por el equipo de investigadores, “cuenta con una estructura mecánica modular diseñada para variar la inclinación de los paneles (de 0 hasta 90 grados) y se puede adaptar a las dimensiones de los paneles o módulos. Adicionalmente, se están evaluando diferentes dispositivos electrónicos que permiten gestionar, almacenar e integrar la energía generada por los paneles al sistema eléctrico o sistemas de respaldo, como inversores, micro-inversores, controladores de carga, entre otros”, comenta el profesor Velilla.
Para monitorear el desempeño eléctrico de cada una de las tecnologías solares, Cidemat y Gimel desarrollaron un caracterizador solar que permite evaluar el desempeño eléctrico de cada panel en tiempo real, es decir, cómo se comporta de acuerdo con las condiciones ambientales a las que está sometido. “A diferencia de las tecnologías comerciales, este equipo permite hacer un monitoreo remoto, es decir, el equipo se puede dejar instalado junto con el panel y a través de internet nos envía la información a una base de datos central y así podemos hacer todos los análisis, sin necesidad de ir hasta la zona de ubicación del panel y capturar la información desde allí. Esta información permitirá definir las pautas de mantenimiento y la degradación de los paneles”, explica Juan Bernardo Cano, investigador de Gimel. La evaluación del desempeño de los paneles va más allá de los desarrollos tecnológicos que se posibilitan. El resultado de la evaluación de las diferentes tecnologías solares permitirá a los investigadores definir cuál es la que mejor se adapta a las condiciones de las zonas donde se ubican los colegios que hacen parte del proyecto. El investigador Jaime Andrés Vélez comenta que se busca garantizar seguridad energética a estas instituciones. “No todas las escuelas están sin electricidad, algunas tienen problemas de suministro porque se va la electricidad una semana; pero el mayor impacto que esperamos es que la comunidad se familiarice con la tecnología, la conozca, conozca los ingenieros y finalmente la apropie”. En abril se hará la primera instalación de la tecnología solar en la institución educativa Altos de Oriente, en el municipio de Bello; luego se extenderá a otras instituciones de Carepa y Caucasia.
Investigación
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Tras los buenos resultados de la prueba piloto realizada en el barrio París de Bello, ahora los mosquitos con Wolbachia serán liberados en otras comunas del municipio. Con la ampliación del proyecto se busca comprobar la eficacia de este innovador método de control biológico en la reducción del número de casos de dengue.
Por DANIELA MARGARITA RAMÍREZ OZUNA
Periodista del portal web dmargarita.ramirez@udea.edu.co
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a cifra revelada por el Programa de Estudio y Control de Enfermedades Tropicales —Pecet— de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia es contundente: el 90% de los mosquitos del barrio París en Bello no pueden transmitir dengue porque portan Wolbachia, bacteria natural presente hasta en el 60% de los insectos que nos rodean pero no en el Aedes aegypti que transmite esta enfermedad, además del zika y el chikungunya. Con estos resultados el Pecet venía trabajando en la ampliación del estudio en todo el municipio y recibió el aval de la OMS, la OPS y el Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia. Bello continúa como aliado estratégico para la expansión del proyecto y por eso desde el 17 de marzo están siendo liberados entre dos y tres mosquitos por vivienda cada semana en las comunas Acevedo, Madera y Santa Ana. Las liberaciones avanzarán hasta completar 10 comunas. “Esta intervención, junto a las actividades que ya se vienen realizando, nos permitirá avanzar de manera consistente en la reduc-
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Foto: Daniela Margarita Ramírez O.
En Bello liberan más mosquitos con Wolbaquia
ción de los casos de dengue”, dijo Gloria Montoya Castaño, alcaldesa encargada. Eliminar el dengue nuestro desafío es una iniciativa internacional sin ánimo de lucro de origen australiano. En el país se conoce como Eliminar el dengue desafío Colombia y es liderada por el Pecet. En septiembre pasado los financiadores globales del proyecto, una alianza entre los gobiernos de Estados Unidos y Reino Unido, Wellcome Trust, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional y la Fundación Bill Gates, anunciaron la entrega de nuevos recursos para expandir el estudio en Antioquia. La ejecución del presupuesto está prevista hasta 2018. “La promoción y la prevención es un trabajo que debemos seguir haciendo, pero esta es una estrategia de una dimensión enorme porque es utilizar métodos naturales para prevenir la enfermedad. Para la Universidad de Antioquia es satisfactorio estar participando en programas con impacto social”, afirmó el vicerrector general de la Universidad de Antioquia, Álvaro Franco Giraldo, y agregó que la institución tiene la misión de hacer ciencia, pero también de servir a la sociedad de manera inmediata, “y es un reto político estar presente y contribuir de manera efectiva al bienestar de la población”.
La prevención es fundamental si se tienen en cuenta cifras como las del último año, que fue el de mayor número de casos de dengue en Colombia, cerca de 103 mil. En Medellín, por ejemplo, se registraron más de 18 mil casos y 13 muertes. La ciudad lleva cuatro años como hiperendémica y “no es porque las autoridades no estén trabajando, sino porque con lo que hay actualmente no se puede controlar. De ahí la importancia de esta medida”, explicó el médico Iván Darío Vélez, director del Pecet.
Cuando pica
semanalmente el estado de la transmisión de la Wolbachia. Entre los planes también está la aplicación de esta medida en otras ciudades del país y de la región. “Es una iniciativa que se considera innovadora. No podemos verla como una estrategia única y aislada, y lo más importante es insistir en las medidas para evitar la reproducción del mosquito; es importante un trabajo directo con las comunidades para disminuir los criaderos”, afirmó Diego García Londoño, director de promoción y prevención del Ministerio de Salud y Protección Social.
El mosquito pica en horas del día y esto significa que una persona pueden infectarse en cualquiera de los municipios del Valle de Aburrá, por eso la idea es poder extender el proyecto “para que no haya el problema que personas que vivan en una zona donde no hay transmisión se infecten con los virus cuando vayan a otro municipio”, dijo Vélez, además para determinar la eficacia de este control biológico en la reducción de la transmisión de enfermedades. Los resultados de esta segunda fase del proyecto se conocerán una vez se logre comprobar la presencia de la bacteria en mosquitos que serán colectados a través de trampas instaladas en las viviendas. Los investigadores monitorean
Los huevos son cultivados en los laboratorios del Pecet, donde se estandarizó el proceso para mantener la bacteria en los mosquitos locales. Ya en el insectario se realizaron los cruces por más de 15 generaciones de Aedes aegypti con los mosquitos capturados en la zona. Según Sandra Uribe, coordinadora de entomología del proyecto Eliminar el dengue, desafío Colombia, todas las metodologías cuentan con el respaldo investigativo y científico de los profesionales de la Universidad de Monash en Autralia y de la Universidad de Antioquia, lo que garantiza la “rigurosidad y los buenos resultados del proyecto”.
Cultivo de mosquitos
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El interés de Mónica por las serpientes Por PAULINA MESA LOAIZA Estudiante de Periodismo paulina.mesal@udea.edu.co
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ónica Tatiana Rincón, estudiante de la Maestría en Biología de la Universidad de Antioquia, fue premiada con la Beca Colombia Biodiversa, otorgada por la Fundación Alejandro Ángel Escobar, gracias a su propuesta sobre los factores ecológicos y ambientales asociados al atropellamiento de serpientes en los Llanos Orientales. “Es una propuesta básicamente de ecología, de carreteras en el tema de conservación de especies, en este caso son reptiles y me enfoqué para trabajarlo en serpientes porque son los grupos menos investigados”, explicó Mónica. En la convocatoria 2016-2, el jurado conformado por Luisa Fernanda Lema, coordinadora de la política pública del Fondo Acción; Jorge Iván Velásquez, coordinador del Laboratorio de Biogeografía Aplicada del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, y Pedro Adolfo Jiménez, profesor del departamento de Biología de la Universidad Militar Nueva Granada, eligió como ganadoras dos propuestas de pregrado y tres de maestría de diferentes universidades. “Habla muy bien de la Universidad que los estudiantes al competir en una convocatoria nacional sean seleccionados por el mérito de la propuesta, como en el caso de Mónica”, indicó Vivian Páez Nieto, directora del Posgrado de Biología de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Antioquia. Páez Nieto resaltó los parámetros evaluados en la convocatoria de impacto de la propuesta, la pertinencia y la innovación, “porque eso quiere decir que nuestros estudiantes están a nivel de cualquier otra universidad en el país”. El gusto especial por las serpientes lo despertó Mónica en uno de sus primeros trabajos como guía en un zoológico; además, recuerda, “hice un diagnóstico previo en mi región en 2015 para mostrar cuántas especies morían atropelladas y en qué vías del departamento”. Así pudo establecer que en la vía en la que ahora adelanta el trabajo las serpientes resultan ser no solo las especies más atropelladas, sino vitales para el ecosistema. Luego de plantear su idea, leer, investigar y asesorarse, Mónica
Fotos: Tatiana Rincón Herrera
La investigadora Tatiana Rincón Herrera documenta en carretera su trabajo con las serpientes. tuvo que sobrepasar algunos obstáculos para lograr la meta de alcanzar una beca. “Las dificultades no solo para mí sino para todo investigador es la falta de recursos para poder llevar a cabo cualquier investigación; no teníamos para arrancar y gracias a la beca se ha conseguido iniciar el trabajo de campo, sin embargo sigue estando un poco pendiente puesto que todo tiene un costo”, explicó Mónica. Para la profesora Vivian, el panorama para que un estudiante investigador de ciencias básicas gane una beca es poco animador puesto que “cada día es más difícil para los grupos de investigación
conseguir becas y financiación en temas de biodiversidad y ciencia, porque para el país no es una prioridad”, añadió la directora del Posgrado de Biología. “La falta de proyección y de recursos puede frenar las investigaciones, pero cualquier beca que se gane es un orgullo porque implica que el becario ha logrado superar las barreras. Más que el dinero, la beca crea motivación y confianza de que lo que estamos haciendo sirve, y que tenemos que seguir mejorando”, agregó Páez Nieto. En lo personal es importante ganar este tipo de becas que impulsen al desarrollo de la investigación en cualquier campo,
pero también es importante que se apoye este tipo de trabajos por las repercusiones para el país. “Si no hay investigación, Colombia va a pasar de ser uno de los países más biodiversos a un país que lo perdió todo”, aseguró Páez. “Este tipo de trabajos pueden servir como referencia para otros estudios que ayuden a mejorar la parte ecológica, además es importante para en un futuro tomar decisiones relacionadas con el desarrollo, crear medidas de mitigación y de conservación”, dijo Mónica. “Cuando atravesamos los bosques, abrimos carreteras y realizamos otras acciones que afectan el medio ambiente se pierden eslabones que permiten el equilibrio del cual hacemos parte, pues dependemos del ecosistema; por eso es importante este tipo de investigaciones”, expresó la directora Páez Nieto. En este momento, según la directora del Instituto de Biología, este cuenta con diez grupos de investigación en temas relacionados con la ecología, treinta líneas diferentes sobre contaminación, manejo de recursos, entre otros. “Puede ser una pequeña arena, pero hay que hacerlo para luego expandir la investigación, llevarla a grandes ciudades y enfrentar uno de muchos problemas; hay que hacer alianzas con otros grupos para tener una meta en común y crear un mayor impacto”, añadió Páez Nieto.
Formación
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Educación matemática, en qué está y a dónde va*
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Docentes participantes del diploma Matemáticas en contexto, impartido por Edumath en 14 municipios de Antioquia en 2016
Docentes del Parque Educativo, Necoclí, en el diploma Matemáticas en contexto orígenes, evolución, tendencias y las representaciones que docentes e investigadores han logrado configurar alrededor de esta. Además, desde el grupo de investigación Edumath (Educación matemática e historia UdeA-Eafit), que viene convocando al Encuentro de Educación Matemática el 14 y 15 de junio en el marco de la celebración de sus 20 años de trayectoria investigativa, se propiciará un trabajo abierto con otros grupos de investigación, para reconocer las perspectivas actuales y la proyección en la educación matemática en el país. La amplitud y variedad de marcos referenciales, definiciones y conceptos que se desprenden de cada término (EM, IEM, ME y DM), exige a cualquier investigador que los aborde inicialmente esclarecer los temas y conceptualizaciones propios de cada uno, de acuerdo con el aval de las respectivas comunidades y, luego, realizar una
caracterización que permita resaltar generalidades, singularidades y diferencias entre ellos, de tal manera que su identificación sea evidente al momento de citarlos, referenciarlos o confrontarlos. En una primera búsqueda de la literatura existente, o recomendada por investigadores, sobre los temas tratados, se observa que en Europa, Estados Unidos y América Latina, desde la década de 1950 y hasta ahora, se viene dando, cada vez más, una alta producción de investigaciones, originadas algunas en la práctica de la docencia, y otras en las universidades, alrededor de los temas educativos relacionados con la enseñanza y el aprendizaje de las matemáticas, todas ellas con sustentos filosóficos y epistemológicos avalados por grupos de investigación, o por las comunidades científicas reconocidas en el manejo profundo y riguroso de cada uno de tales aspectos.
Encuentro de Educación Matemática - EDUMATH 20 años Estado actual, perspectivas y proyección Informes: grupo.edumath@udea.edu.co • https://goo.gl/mjZt1y
Fotos: cortesía del grupo de investigación
os asuntos de estudio, enseñanza y aprendizaje de las matemáticas forman parte de las agendas diarias de los países preocupados por mejorar sus sistemas educativos. Situación que atañe a una nación que, como Colombia, viene tratando de posicionarse en el ambiente académico latinoamericano aprovechando las inmensas ventajas que la naturaleza le ha otorgado y el empuje de sus ciudadanos, quienes en medio de distintas situaciones sociales por las que han atravesado durante el último medio siglo, mantienen firme la convicción del crecimiento integral del hombre, fundamentado en la educación como eje central de la consolidación de una sociedad equitativa y con mejor calidad de vida. De ahí que no resulte extraño que para personas dedicadas a los asuntos educativos, y más particularmente para docentes con formación en matemáticas, e investigadores en los temas relacionados con la enseñanza y el aprendizaje de las matemáticas en Colombia, uno de los campos del conocimiento que resulta ser punto de inflexión actual en la formación de docentes y estudiantes, la investigación en educación matemática (IEM), se haya convertido en una fuente frecuente de motivación, a la hora de enfrentar problemáticas relacionadas con el área. Durante las últimas décadas en el campo de la educación, expresiones como educación matemática (EM), matemática educativa (ME) y didáctica de las matemáticas (DM) han tenido mucha presencia, especialmente referidas como líneas de investigación que comprenden varios tópicos, entre los que resaltan la formación docente, la didáctica, la enseñanza y el aprendizaje de las matemáticas; y sobre las cuales se han gestado diversas propuestas teóricas, modelos y metodologías, que mediante diversas formas de producción académica abastecen el acervo intelectual de las bibliotecas universitarias y de nacientes comunidades científicas. Consecuente con lo anterior, y como una forma de aportar información actualizada y relevante sobre lo que se tiene en el país en comparación con lo que se está haciendo en el mundo, en relación con la EM y la IEM (tendencias, pertinencia para el país, proyección, etc.), se adelantan investigaciones que permitirán conocer un estado del arte de la IEM en Colombia; sus
Dentro de esos aspectos se destacan teorías y autores desde los esposos Pierre Marie y Dina Van Hiele, en Holanda 1957 (Jaramillo, 2000), con la propuesta de su modelo para el aprendizaje de la geometría; pasando por Hans Freudenthal (Holanda) y su fenomenología de la didáctica (Puig, 2001), hasta el momento actual, donde se mueven por la cresta de la ola del conocimiento específico, pedagogos franceses en didáctica como Yves Chevallard (1997), con su propuesta de la transposición didáctica, y Guy Brousseau (2007), con la teoría de las situaciones didácticas; así como en matemática educativa Ricardo Cantoral en México (Cantoral, 2003; 2013) con la socioepistemología; y en educación Matemática Ferdinando Azarello (1998); Bruno D’Amore (2005, 2007), en Italia y Colombia; o los colombianos Carlos Eduardo Vasco (2006); Marta Isabel Fandiño (D’Amore y Fandiño, 2007) y Luis Carlos Arboleda (2007); sin olvidar los aportes que también españoles como Vicent Font (2002) y Juan Díaz Godino (2003) han tenido con sus escritos sobre la enseñanza y aprendizaje de las matemáticas. Todo el acopio documental producido alrededor de la misma problemática acentúa el interés por descubrir la forma y el fondo en que la IEM (Kilpatrick, 1998) viene desarrollándose en Colombia, en especial por las implicaciones que su conocimiento tendría para las nuevas generaciones de profesores e investigadores en enseñanza y aprendizaje de las matemáticas, y en consecuencia para sus respectivos estudiantes. Todo esto es la gran motivación del Encuentro de Educación Matemática que tiene como objetivo la divulgación de la producción académica e investigativa realizada por maestros y grupos de investigación, con miras al fortalecimiento de la educación matemática y al crecimiento de la investigación en este campo en el país y que nos referencie dinámicas actuales, perspectivas y su proyección, no solo para propiciar vínculos y alianzas entre comunidades de maestros y de investigación, sino para favorecer la reflexión sobre las problemáticas actuales y sus posibles soluciones. *Texto escrito por el grupo de investigación Edumath —Educación matemática e historia UdeA-Eafit—, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, que este año celebra 20 años.
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Foto: Udea noticias
Hasta el semestre 2017-1 se encuentran matriculados en las diferentes sedes de la Universidad 2.815 estudiantes de grupos étnicos. El pregrado con más estudiantes matriculados es Medicina, con 75.
En febrero de 2017 se dieron cita en la Universidad de Antioquia representantes de diferentes comunidades indígenas y negras del país, en la celebración de la Semana internacional de las lenguas nativas, inicio del semestre de las culturas ancestrales.
¿Qué tan diversa es la Universidad? Por LUIS ALFREDO BONZA RAMÍREZ Estudiante de Periodismo luis.bonza@udea.edu.co
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on el desarrollo de los semestres temáticos, que va por la cuarta versión, se realiza en 2017-1 el semestre de las culturas ancestrales. En este, que trae consigo seis cursos de lenguas ancestrales que hacen parte de Cátedras UdeA Diversa, se hace un llamado a la reflexión sobre la importancia de las lenguas originarias de nuestro país. A volver a lo que somos y a preguntarnos, ¿qué tan diversa es nuestra Alma Máter? Hubo más de 800 inscritos a los cursos de lenguas ancestrales, entre los que un 70% se reconocen como no indígenas, lo que da cuenta de un alcance muy grande, según señaló William Cailcal, gobernador del Cabildo indígena universitario y estudiante de Trabajo Social. “Entrar a la Universidad es una lucha de los pueblos indígenas. Nuestro trabajo dentro de la institución no es solo que nos incluyan en las clases, si no que nos vean y conversemos, que nosotros tenemos otra forma de aprender, de enseñar, otros saberes que han chocado con los occidentales, queremos conversar con la Universidad”, afirmó Cailcal.
Los cursos abiertos este semestre —wayuunaiki, êmbêra chamí, ye´pá mha´sa, guna dule, kriol y minika— buscan, entre otras cosas, ampliar la concepción occidental con otros conocimientos. Conectar el conocimiento ancestral con el conocimiento que brinda la academia. El objetivo no es que las personas sean incluidas, sino que la Universidad desde su concepción sea inclusiva. Que sea un espacio que abra las puertas para la interculturalidad. “Necesitamos ampliar los horizontes no solo para que los estudiantes indígenas se sientan incluidos, sino también para que los estudiantes occidentales puedan tener otros horizontes, y tejer de nuevas maneras”, dice Sergio Martínez, comunicador del programa Permanencia estudiantil. La Universidad de Antioquia es la primera en ofrecer estos cursos de lenguas ancestrales, lo que representa un hito no solo para la institución sino para el país. En Colombia se hablan 65 lenguas indígenas, dos afrodescendientes, además de la lengua rom, del pueblo gitano, para un total de 68 lenguas ancestrales. De acuerdo con Selnich Vivas, escritor y docente de Literatura de la Universidad de Antioquia, “en este momento estamos ante un ambiente propicio para pensar en cambiar la Universidad. Hemos recibido mucho apoyo, más de 800 estudiantes preinscritos que
quieren estudiar lenguas ancestrales, profesores apoyando. Aquí hay algo que está pasando y que puede cambiar la Universidad, pero depende de nosotros”. Para el profesor, la diversidad tal como la entendemos no es diversidad, es una sumatoria de aspectos del mismo conjunto, que es el mundo occidental cristianizado. El mundo pensado como una máquina, una estructura de la economía, del poder, del desarrollo, de la explotación de la tierra, no diversidad. “Aunque en la Universidad haya diversas facultades, el resultado no es diversidad, son varios enfoques que confluyen en el mismo punto, en un mismo modelo de desarrollo. La Universidad habla, piensa, escribe español, que es una lengua impuesta, no es la lengua de nuestro territorio. En ese aspecto tampoco hay diversidad”, agregó Vivas. La diversidad y la recepción a los conocimientos ancestrales no es algo que deba verse reflejado solo en la apertura de cursos de diferentes lenguas; incluso el examen de admisión, tal como plantea Selnich, debe pensarse desde la ancestralidad. “Se está pidiendo que el examen de ingreso a la Universidad no se haga exclusivamente en español, el examen tiene que hacerse en las lenguas que se hablan en este país y en ese examen no debe preguntarse por la Revolución Francesa, por la historia europea. Debe
preguntar por los conocimientos ancestrales porque también son legítimos”, comentó el profesor. Además de los cursos que se ofrecen en el semestre temático de las culturas ancestrales, se han realizado otras actividades dentro de la Universidad que tienen como fin promover la interculturalidad. Un ejemplo fue la Semana internacional de las lenguas nativas, que se cumplió del 20 al 24 de febrero. “Estos eventos en la Universidad significan el mantenimiento indígena desde donde nos encontremos, que nuestra cultura se haga presente. Esto es resistencia de autonomía e identidad cultural. No peleamos por territorio, peleamos por conocimiento, por un territorio de conocimiento”, afirmó Helen López, estudiante de Filosofía e integrante de la comunidad indígena zenú. En total, desde 2003 se han graduado 1.167 estudiantes pertenecientes a comunidades indígenas y negritudes, siendo 2014 el año con mayor cantidad de egresados de las distintas unidades académicas. Para Selnich, la Universidad se abrió para que haya un espacio distinto y que se fortalezca en esa idea de que podamos convivir muchos y muy diversos, porque la idea que se tiene es que el indígena y el afro tienen derecho a educarse. Pero educarse en el modelo occidental se llama coptar, normalizar, es decir, volver invisible la diferencia del otro.
Opinión / Análisis
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Asoprudea. Asociación de Profesores de la Universidad de Antioquia. Ciudad Universitaria. Bloque 22, oficina 107. Teléfono 2195360. Fax 2636106 • http//Asoprudea.udea.edu.co • La columna “Ágora” es responsabilidad de Asoprudea.
De lo excepcional a lo normal A propósito de la constitución del Consejo de Facultad de Ingeniería • Dada la importancia de la reflexión que realiza el profesor Andrés Amell, nos permitimos reproducir la carta enviada el pasado 17 de febrero al Consejo Académico, de la cual llegó copia a nuestra Asociación, y que se divulga previa autorización del autor.
Por ANDRÉS AMELL ARRIETA*
Profesor de la Facultad de Ingeniería asoprudea1@gmail.com
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os profesores vinculados representamos la historia, continuidad y responsabilidad institucional; según el Estatuto Profesoral debemos cumplir funciones en docencia, investigación, extensión, administración y dirección académica. Es normal entonces que la dirección académica de las diferentes dependencias sea una función a la cual estamos convocados para cumplir, cuando para ella seamos llamados. Ahora bien, la Universidad, por su carácter público, no pertenece únicamente a los profesores vinculados, y siendo ella un sistema abierto e interactuante con actores externos, es de esperarse que en situaciones excepcionales puedan llegar a la dirección académica de las dependencias personas externas, con méritos probados en el quehacer de las funciones universitarias y participando a través de un mecanismo riguroso de selección o convocatorias públicas, lo cual sin duda le dará más legitimidad y dignificación laboral a las personas que resulten seleccionadas. No obstante lo anterior, cuando lo excepcional se vuelve normal, como sucede hoy con la composición del Consejo de Facultad de Ingeniería, en el que 55% de los jefes de departamentos son funcionarios temporales, la situación se torna preocupante y la Institución queda expuesta a la vulnerabilidad ante las decisiones complejas que a veces hay que tomar en los cargos de dirección académica y al debilitamiento de la gobernabilidad. No es lo mismo para la memoria
y responsabilidad institucional que esté en cabeza de profesores vinculados el cumplimiento de funciones de dirección académica, que designar en la dirección académica a funcionarios que son itinerantes y puedan estar de paso. A diferencia de otras actividades administrativas de la Universidad, la administración y dirección académica requieren la continuidad, el rigor académico y la responsabilidad, para que los juicios presentes y pasados en el cumplimiento del deber no se diluyan por la temporalidad que representan las direcciones itinerantes. Así las cosas, debe ser preocupación para la administración central y de las facultades, el hecho que cada día sea más notorio y preocupante el desinterés de los profesores vinculados en algunas facultades para asumir cargos de dirección académica, máxime cuando la Universidad en los últimos años ha experimentado un relevo generacional significativo en la planta de profesores, generación que desde los actuales momentos y en el futuro deberá asumir responsabilidades en la dirección académica de las dependencias. En este contexto examinar y encontrar respuestas de los siguientes interrogantes por parte de las directivas universitarias, es pertinente y se pone al orden del día: ¿Cuáles son las causas para que en algunas facultades los docentes vinculados no quieran asumir cargos de dirección académica? ¿Es la estructura académica actual de la Universidad pesada y destructora de valor intelectual, que no motiva a los profesores vinculados asumir cargo de dirección académica? ¿Será que los incentivos económicos para asumir cargos de dirección académica no son atractivos para los profesores vinculados, a diferencias de los buenos incentivos hoy vigentes en otras instancias de la dirección universitaria sin roles significativamente académicos? * Es coordinador del grupo de investigación Gasure, categoría A1
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CARTA ABIERTA Al Señor Presidente de la República de Colombia Marzo, 21 de 2017 Señor JUAN MANUEL SANTOS CALDERÓN PRESIDENTE REPÚBLICA DE COLOMBIA La Asociación Colombiana de Facultades de Ciencias (ACOFACIEN), que reúne las 51 instituciones donde se hace la mayor parte de la formación e investigación en ciencias básicas del país, está comprometida con la ejecución de las políticas expresadas en el Plan Nacional de Desarrollo, Colombia la Más Educada, valora las acciones realizadas para fortalecer la ciencia, [la] tecnología [y la] innovación por medio de la ley 1530 de 2012 de regalías, y reconoce sus iniciativas y esfuerzos en este tema, entendiendo a la educación como pilar del desarrollo social y la ciencia básica como el soporte para un desarrollo sostenible. ACOFACIEN manifiesta la preocupación por la propuesta de usar recursos de regalías destinados a ciencia, tecnología e innovación para propósitos diferentes, como por ejemplo, vías terciarias. Si bien es cierto que el país necesita vías terciarias, también lo es la necesidad de inversión en ciencia, tecnología e innovación, tal como ha sido argumentado en comunicaciones dirigidas a la Presidencia de la República por parte de otras organizaciones, como el Colegio Máximo de las Academias de Colombia y la Universidad Nacional de Colombia, en las cuales expresan la preocupación por las políticas de destinación y uso de recursos de regalías. Así mismo, las cifras presentadas en los informes del OCYT, si bien muestran algún incremento en la inversión en CTI, igualmente evidencian la debilidad de nuestro país en estos asuntos, cuando lo contrastamos con el contexto latinoamericano y mundial. Reconocemos la relevancia y buena voluntad expresada en el Plan Nacional de Desarrollo, y la iniciativa de Colombia la Más Educada, propósito que exige alcanzar montos apropiados de financiación y sostenerlos en el tiempo; por lo cual, derivar recursos de ciencia, tecnología e innovación para otro tipo de destinación, vulnera la posibilidad de lograr el fin propuesto de que Colombia sea la Más Educada. Nuestra obligación para con las futuras generaciones incluye brindarles las condiciones y medios para su desarrollo, siendo la formación en ciencia, tecnología y matemáticas una de las mayores fortalezas en un mundo globalizado y altamente competitivo, sumado al reto de mejorar la productividad del campo en el contexto del posacuerdo, en lo cual las ciencias básicas juegan un rol determinante. Con lo expresado en esta comunicación, se llama la atención al Señor Presidente en el establecimiento de una política de Estado clara, estable y coherente para el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación en el país.
Nora Restrepo Sánchez Presidente
Jaime Cantera Kintz Director Ejecutivo
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Representantes profesorales al CSU
Gabriel Agudelo Viana
Carlos Arturo Morales Vallecilla
De las tres planchas que se postularon con los respectivos aspirantes, principal y suplente, a la convocatoria para elegir representantes profesorales ante el Consejo Superior de la Universidad de Antioquia, resultó ganadora la integrada por los profesores Carlos Arturo Morales Vallecilla, de la Facultad de Ciencias Agrarias, y Gabriel Agudelo Viana, de la Facultad de Ciencias Económicas. Esa plancha obtuvo 292 votos (41,95% del total de votos). La plancha integrada por Gabriel Álvaro Cadavid Marulanda y Nelson Orozco Alzate obtuvo 83 votos (11,93% del total de votos), mientras que la plancha integrada por Juan Carlos Quintero Díaz y Luis Guillermo Duque Ramírez obtuvo 274 votos (39,37% del total de votos). En blanco votaron 47 profesores, el 6,75% del total de votos, que fue 696. El potencial electoral era 1.950, por lo que el porcentaje de participación fue de 35,69% y de abstención 64,31%.
CSU designó decanos
Edwin Alberto Carvajal Córdoba
Luquegi Gil Neira
En la sesión ordinaria del 28 de marzo de 2017, el Consejo Superior Universitario designó decano de la Facultad de Comunicaciones al profesor Edwin Alberto Carvajal Córdoba, mientras que para la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas designó al profesor Luquegi Gil Neira. Carvajal Córdoba reemplaza en el cargo a la profesora Ximena Forero Arango, quien desde el año pasado estaba al frente de la decanatura en calidad de encargada. Gil Neira reemplaza a la profesora Clemencia Uribe Restrepo, a quien se le venció el periodo estatutario de tres años.
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El reconocimiento en el proceso del posconflicto Farc-Estado Por JHON BYRON MONTOYA G.
Docente de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas byronm@une.net.co
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on estas reflexiones contextuales se pretende aportar a dilucidar la pregunta: ¿Es posible la materialización sustancial del posconflicto en Colombia, bajo una concepción negativa del conflicto y la cultura del no reconocimiento del diferente por parte de la sociedad? Es pertinente articular esta reflexión al tenor de los presupuestos del mundo de la vida (Habermas, 1992) y el reconocimiento (Ricoeur, 2004), como categoría importante del posconflicto. La racionalidad instrumental del sistema, como manera predominante de valorar los procesos de negociación y posacuerdos hasta hoy, representa la perspectiva de satisfacer solamente los intereses de los actores vinculados como estructura, es decir, como racionalidad técnica (Habermas 1992). Esta racionalidad recoge la mirada minimalista del posconflicto (acuerdos, desarme, desmovilización); en esta dirección no es posible hablar de transformación del conflicto armado guerrillero en procesos de desarrollo social y político. La racionalidad del mundo de la vida, según Habermas (1992, 67), es “el contexto y horizonte del conocimiento y de la realidad”, es el escenario en el cual se desarrolla y se transforma el conflicto, donde las partes con sus vivencias, racionalidades y representaciones defienden sus intereses; es una racionalidad compleja, que fortalece una visión maximalista del posconflicto, que implica avanzar hacia nuevas formas de reconocimiento y participación de todos los actores (Bejarano. 2013); igualmente refuerza acciones con miras al fortalecimiento de la paz imperfecta y el desarrollo sostenible, que implica parar la guerra y generar condiciones para el desarrollo económico, político y social, a fin de superar las causas estructurales de los conflictos y de las violencias. El reconocimiento, según Ricoeur (2004, 78), es “reconocer lo otro”, “descubrir una verdad en el otro”, es “búsqueda de significación”, es una ética al reconocimiento de la diferencia y la alteridad, que implica resquebrajar paradigmas de única verdad, sustentados en la relación amigo-enemigo, donde el otro como diferente es un desviado, un subversivo, el cual requiere ser controlado para que no afecte el orden establecido, orden construido solo por una de las partes y defendido predominantemente a través de la violencia, características propias de una cultura de no reconocimiento de los conflictos, que implica no reconocer que en el posconflicto se ordenan simbólicamente nuevas relaciones sociales, nuevas subjetividades y nuevos actores, que repercuten en la construcción de nuevas miradas de la realidad y de nuevos órdenes.
Tener conciencia del pasado es uno de los soportes fundamentales del reconocimiento, en virtud a que por medio de la memoria (narración y confesión de la verdad) se afinca el acto de promesa sobre no repetición o reincidencia, y el reconocimiento de sus actos en relación con acciones desproporcionadas, que ameritan el perdón; como dijera Arendt (1987, 45), hablando del perdón como “desproporción de la altura”, es algo que descansa “en mediaciones simbólicas, sustraídas al orden jurídico”, proporcionando la posibilidad de la sanación, contribuyendo a una relación positiva con la sociedad. Se pretende valorar las subjetividades de los actores armados, no encerrados en el laberinto de lo padecido, sino con acciones intencionadas y de responsabilidad, capaces de pedir perdón ante el Estado y la sociedad y de construir acciones venideras de vida. No puede haber en el actual proceso una verdadera paz si el Estado y la sociedad no reconocen el conflicto, lo que implica validar al diferente como legítimo y no como patológico, cambiar el concepto de enemigo absoluto por enemigo justo (Arendt, 1987). La sociedad colombiana debe superar la ideologización del conflicto, porque son cargas de superficialidad, subjetividad y unilateralidad que permiten simplemente llegar al análisis de hecho. La actual metodología de análisis debe desideologizar el conflicto, para ir al estudio de los mismos, a sus causas, a la teoría, a la doctrina y a la técnica, para no quedarnos en la mirada positiva de los conflictos, donde se valida la relación amigo-enemigo, que tanto daño ha ocasionado a la sociedad colombiana. No se puede seguir manejando referentes imaginarios de enemistad, es necesario superar las expresiones excluyentes por cualquier sector de la opinión pública; uno señala al otro, el paramilitar a la guerrilla, la guerrilla al narcotráfico, el narcotráfico al demócrata y el que se llama demócrata también señala al otro, como una simple referencia arbitraria y autoritaria para enunciarlo, a un otro que interpela como actor indígena, afrodescendiente, homosexual o insurgente, como parte del mundo de la vida, fuente intersubjetiva de conocimiento inagotable. Por tanto, hay que fortalecer los referentes de sociabilidad enmarcados en un conjunto de valores, principios y derechos que constituyen el paradigma político de un Estado social de derecho, donde el constituyente primario entra a jugar papel importante, dentro de una perspectiva constitucionalista, que debe acompañar las relaciones conflictivas en el actual proceso de posconflicto. Bibliografía Habermas, J. (1992). Teoría de la acción comunicativa. Madrid: Ed. Taurus. Ricoeur, P. (2004). Caminos del reconocimiento: tres estudios. México: Fondo de Cultura Económica. Arendt, H. (1987). La condición humana. Barcelona: Alianza Editorial. Bejarano, A. (2013). Hoja de ruta en el post conflicto. Documentos ocasionales. Cinep.
Opinión / Análisis
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“La paz” de Ernst Jünger “Para que haya paz no basta con no querer la guerra. La paz auténtica supone coraje, un coraje superior al que se necesita en la guerra; es una expresión del trabajo espiritual, de poder espiritual. Y ese poder lo adquirimos cuando sabemos apagar dentro de nosotros el fuego rojo que allí arde y desprendernos, empezando por las cosas propias, del odio y de la división que el odio trae consigo”. —Ernst Jünger—
Por JUAN GUILLERMO GÓMEZ GARCÍA Profesor de la Facultad de Comunicaciones punctumed@yahoo.com
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La paz” (1941-1944) es un breve escrito como sacado de los perdidos sótanos de la teología cristiana. Es una oración por la reconciliación entre los pueblos, luego de haberse desgarrado, mascarado y mutilado, como una empresa de horror nunca antes realizada en esta escala mundial. Conviene leer el texto de Jünger, en actitud recogida, en sucesivas ocasiones. En él se descubren las capas sensibles de un sacrificio multitudinario que no estima en vano, el sacrificio y la entrega de millones de seres anónimos la mayoría, hombres, niños, mujeres y ancianos de todas las nacionalidades, puestos en todos los climas, que se vieron rodeados de anillos de fuego, asfixiados con gases, hundidos en alta mar, deportados como reses al matadero y achicharrados en crematorios, sin esperanza alguna y agotadas todas las reservas de supervivencia. “La paz” de Jünger es como el pacto posbélico de suprema humanidad redimida. La flor incandescente de esperanza en medio del invierno moral más crudo que la humanidad haya cruzado en su larga y cruenta historia. Se siente pánico y se eriza la piel, por pasajes de “La paz”. La horrenda caminata por el infierno interminable del dolor, por las escaleras que descienden a lo más profundo del dolor del ser humano escarnecido, se ensombrece aún más. La razón no explica el por qué en la mascarada grotesca de la degradación, los intelectuales, magistrados, maestros de escuela, médicos, científicos y universitarios, celebraron en coro y manifestaron su asentimiento por los crímenes sin nombre y sin posible perdón. La inteligencia se alió incondicional a la dictadura, la alimentó, la aduló; de este modo hizo el horror más horrible
al argumentar a favor del horror. La figura trágica de la Níobe, que ve caer todos sus adorados hijos víctimas de las flechas del destino incierto, es la imagen de la época. Del “gran tesoro del sufrimiento” renacerá un mundo nuevo, un orden nuevo, sin vencedores ni vencidos. No la venganza, sino el derecho restaurador, es la cimiente espiritual de este orden nuevo, una “teología nueva”. Es el gobierno del Weltgeist, el gobierno del Espíritu del mundo. “La paz” de Jünger pertenece no a la mística de la esperanza, sino a una esperanzada filosofía de la historia, luego del nihilismo sobrecogedor y embriagador que diabólicamente atrapó a los pueblos europeos desde 1914. Treinta años de duras guerras mundiales, de una guerra civil mundial sin pausa, consumió dos largas generaciones, las embotó de ideales monstruosos, de fría pasión vengativa, de odio destructivo impertérrito. Tras la orgía de sangre y horrores, viene la paz. Esa paz, construida por el sacrificio de estos millones de seres humanos destrozados (pues detrás de cada ser humano destrozado había un trabajador sacrificado), es espera de lo mejor; es el campo abonado para el bien. “Esos crímenes serán por siempre, para tiempos lejanos, una vergüenza de nuestro siglo; y resultará imposible sentir respeto por quienes no hayan tenido ni corazón ni ojos para lo que ocurría en esos sitios”. La humanidad se puso, en estos años, la máscara de la más pura y desnuda bestialidad. También Kant, siglo y medio antes, había percibido la profunda significación del derramamiento de sangre en la Revolución francesa como signo de una época de cambio y fuente de esperanzas para la humanidad. Kant no celebró la sangre
derramada en la guillotina, por supuesto, como tampoco Jünger, en “La paz”. Kant habla, más bien, del pathos político naciente de las generosas masas, como muestra de que la humanidad se dirige “en constante progreso hacia lo mejor”. El entusiasmo espontáneo por la democracia, no las cabezas que ruedan, era el profundo cambio histórico que registraba empáticamente el ya viejo Kant. Jünger habla, por el contrario, del “pensar frío” de las grandes teorías que “proclamaban la igualdad de los seres humanos”. Pero Jünger había exaltado la guerra, en Tempestades de acero y El trabajador; había hecho de los campos de guerra no solo materia literaria exultante, sino una metafísica del exterminio con expresiones de gozo y orgullo íntimos nada frecuentes. Jünger había animado la corriente salvaje del exterminio; ahora la quiere aquietar. Sin esa prueba de fuego y llanto, sin ese dolor universal, del pasado inmediato de las dos guerras mundiales, sería impensable la paz universal, para el futuro inmediato. La “teología nueva” de Jünger arma al hombre de piedad, de un sentimiento sublime de justicia que no conoce la tierra desde la época de Copérnico, que abrió las puertas a los reinos titánicos, y la clausura. La purificación del mal por el dolor piadoso llamea en esta filosofía de la esperanza, en la teología nueva de una humanidad pos-europea. Como Kant, también presiente Jünger (a la sazón capitán del ejército nazi en París), tras los remolinos de la hecatombe, una alianza nueva para la humanidad, una nueva fe, un espacio infinito, una vida plena arraigada en una certidumbre tan alta como nunca antes se le proporcionó.
“La paz” de Jünger es como el pacto posbélico de suprema humanidad redimida. La flor incandescente de esperanza en medio del invierno moral más crudo que la humanidad haya cruzado en su larga y cruenta historia.
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Comprensión, reconciliación y narración Por JUDITH NIETO
Profesora de la Facultad de Medicina judithnieto48@gmail.com
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hora, cuando el conflicto entre el Estado y las Farc entra en su fase de desmovilización, que comprende a su vez la concentración en las zonas veredales transitorias y el inicio del proceso de dejación de armas, los colombianos como nación tenemos la posibilidad de ubicarnos en un punto de inflexión. Este nos permite pasar de la condición de agredidos, perseguidos, víctimas o enemigos, a ser observadores del largo proceso emprendido para el fin de la confrontación armada y el comienzo de la reconciliación. Mientras tal actitud se dé, especialmente en la población aún escéptica sobre el fin de los combates y el sufrimiento padecidos durante más de cinco décadas, muy posiblemente se continúe con éxito la ruta real de la paz. Hechos como los que actualmente vive el país en materia de superación del conflicto y, reitero, en disposición a la reconciliación con quien antes era adversario, muy seguramente garantizarán la distancia necesaria frente al horror vivido durante tantos años. Quizá también sea esta una forma de generar y articular preguntas encaminadas a comprender el largo y doloroso desencuentro vivido con una de las guerrillas más antiguas del continente —ahora, conflicto de ayer—, a promover una etapa reflexiva acerca de una difícil realidad ya vivida y a formar parte del urgente movimiento de reconciliación nacional. La presente reflexión intenta algunas elaboraciones en torno a tres nociones que guardan cercanía y sobre las que conviene pensar la realidad nacional a la que ahora asistimos. Se trata de revisar la relación entre las categorías de comprensión, reconciliación y narración, cuyas acepciones ayudan a entender por qué es posible hablar en términos de encuentro con el otro, más que de distanciamiento u hostilidad. Para lo anterior, inicio con la guía teórica de Hannah Arendt, una de las filósofas más destacadas del siglo pasado, quien señala que “comprensión” y “reconciliación” guardan una estrecha relación, y que una y otra son indisociables. “La reconciliación es inherente a la comprensión” (Arendt, 2005, p. 372), frente al hecho de comprender hasta un comportamiento posible en circunstancias de desmesura. “Comprender es el modo específicamente humano de estar vivos; pues toda persona individual necesita reconciliarse con un mundo al que vino como extranjera, y en el cual […] sigue siendo por siempre un extraño” (2005, p. 372). Cuando lo extraño se hace familiar se está en el terreno de la comprensión; puede decirse que comprender es apropiarse de una realidad que se presenta ajena. Entonces, en este contexto, hacer propio significa incorporar al horizonte de sentido aquello o a aquellos a quienes se les ha tenido excluidos de dicho límite. Así mismo, en el ámbito de la comprensión, ella implica un carácter abierto y destina un lugar para la finalidad reconciliadora que le subyace. Esto explica la estrecha relación mantenida entre estos dos términos, como lo confirma Arendt, para quien
hay reconciliación en la medida en que hay comprensión. ¿Qué significa esta premisa en el pensamiento de quien, además de extranjera y judía, era víctima del “mal” protagonizado por Hitler? En paráfrasis de la misma pensadora, puede expresarse que el mal es susceptible de ser comprendido —se comprende lo que ha sido posible en un mundo. No hay comprensión aislada— y cuando esto ocurre, dicha presencia, antes pavorosa, deja de ser aterradora, lo que conduce a su vez a pensar que la comprensión promete tranquilidad y que uno de sus efectos consiste en alejar el rechazo. Esto puede ilustrarse para el caso colombiano con las recientes imágenes de hombres y mujeres de las Farc marchando, navegando y desplazándose por la geografía nacional rumbo a los territorios en los que ahora se concentran
narrado permita a quien cuenta, historiador o narrador —ambos cuentan—, su reconciliación con la realidad. Sobre el alcance reconciliador de la narración y su función política, dice Arendt: “La función política de contar historias, historiador o narrador, es la de enseñar la aceptación de las cosas tal cual son” (2004, p. 334). Volver historia el acontecimiento devenido en un mundo en el que fue posible y con el que hay que reconciliarse implica hacerlo en primera persona, porque sobre el dolor, el abandono, el miedo, la desaparición, las cicatrices, el desgarramiento y la muerte se escribe en primera persona. La narración, enseña la autora, opera como la forma de reencontrarse. Una conclusión descansa en el alcance de lo aprendido cuando Arendt recomienda transformar las penas en historias y apreciar desde la narración su poder reconciliador. En este sentido,
Cuando lo extraño se hace familiar se está en el terreno de la comprensión; puede decirse que comprender es apropiarse de una realidad que se presenta ajena. Entonces, en este contexto, hacer propio significa incorporar al horizonte de sentido aquello o a aquellos a quienes se les ha tenido excluidos de dicho límite. de manera transitoria. Cualquier observador de tales caravanas puede apreciar el encuentro desprevenido de quienes abandonaron la selva, con los habitantes de las regiones vecinas a las zonas de concentración; allí, banderas blancas, pitos y cámaras fotográficas dieron la bienvenida a los exintegrantes de algunos frentes de las Farc. Así, la transición no está exenta de preocupaciones, pero da lugar a la esperanza. La reconciliación con las Farc es un ejemplo interesante de lo que significa comprender, que lejos de negar lo atroz, es el modo específicamente humano de estar vivo, como dice Arendt. Reconciliarse como efecto de la comprensión es posible, porque se consigue exorcizar el mal y a quien lo ha producido. Es una de las vías para allanar el camino con rumbo al apaciguamiento, en tanto que el extraño deja de mirarse como el enemigo, como el portador del mal. Así, la desaparición del rechazo dispone vías y rutas para la reconciliación. Pero hay algo más: el poder de la narración. Arendt hace visible la confianza en la capacidad reconciliadora que alberga esta expresión textual. Para ello, la autora se vale de las palabras de Isak Dinesen: “Todas las penas pueden soportarse si las ponemos en una historia o contamos una historia sobre ellas” (citado en Arendt, 1998, p. 199). Narrar los hechos de un conflicto, contar una historia sobre ellos y hacerlo bajo la condición de verdad que él mismo requiere, es una forma de convertirse en contador de historias. Sin embargo, un aporte importante de este ejercicio es que la verdad implícita en el acontecimiento
es alentador el trabajo adelantado en el país con los registros del conflicto, parte de la memoria de lo acontecido por la tensión Estado-Farc —además de la generada por otros grupos al margen de la ley—, que ya está consignada en trabajos artísticos, en archivos escritos, en lienzos, en esculturas y en registros fotográficos, que dan cuenta de una larga historia de horror vivida y padecida por los colombianos. En especial la que han sobrellevado los habitantes de la Colombia rural, quienes hoy, luego de tantos años ‘escoltados’ por el miedo, soportan el peso y el doloroso recuerdo de los estragos sembrados por la atrocidad. Beatriz González, Doris Salcedo, Erika Diettes, Patricia Nieto, Natalia Botero, Natalia Orozco, Martha Lucía Villafañe, Jesús Abad Colorado, Juan Manuel Echavarría, entre otros artistas nacionales, han nutrido su obra con el dolor emanado de la confrontación. En conjunto, se trata de diversas expresiones artísticas que dan cuenta de cómo el miedo y sus manifestaciones sirven de acicate para alimentar narraciones promovidas con la fuerza de la imaginación; narraciones con poder de reconciliación, como diría Hannah Arendt. Contar lo padecido por la fuerza y la desmesura de las Farc es un deber, especialmente ahora que decidieron dejar las armas; hoy son el relato y la narración los que nos envían al acontecimiento, y al pasado. Referencias Arendt, H. (1998), La condición humana, Barcelona, Paidós. — (2004), La crisis de la cultura, París, Gallimard. — (2005), Ensayos de comprensión, Madrid, Caparrós.
Opinión / Análisis Convocatoria Posgrado Facultad de Medicina 2017 Conoce la oferta en http://medicina.udea.edu.co
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Corrupción, delincuencia solapada y anomia Por CÉSAR ALBERTO OROZCO ROJAS Profesor de la Facultad de Medicina neonatologiavirtual@gmail.com
Calendario Fecha límite de pago de derechos de inscripción: Hasta el miércoles 5 de abril de 2017 Inscripciones vía web Hasta el viernes 7 de abril de 2017 Exámenes de admisión Viernes 21 de abril de 2017 Hora: 8:00 – 10:00 a.m. Lugar: Facultad de Medicina e instalaciones Universidad de Antioquia Examen de competencia lectora en inglés Viernes 21 de abril de 2017 Hora: 10:30 a.m. – 12:30 p.m. Lugar: Facultad de Medicina e instalaciones Universidad de Antioquia Publicación de resoluciones de admisión Viernes 5 de mayo de 2017 En el portal de la Facultad de Medicina http://medicina.udea.edu.co Asignación de cupos vacantes Viernes 19 de mayo de 2017 Información: —Facultad de Medicina Departamento de Educación Médica, Sección Posgrado • Carrera 51D N°62-29 • Bloque Manuel Uribe Ángel, 2° piso, of. 202 • Teléfonos: (57-4) 219 60 70 • Correo: posgradosmedicina@udea.edu.co —Departamento de Admisiones y Registro • Teléfono: (57-4) 219 51 34 Correo: programaayudame@udea. edu.co Si desea conocer procedimientos, resoluciones y requisitos de la convocatoria visite la página web: http://medicina.udea.edu.co Resoluciones 1417, 1418, 1420 y 1425 del Comité Central de Posgrado del 28 de febrero de 2017
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a delincuencia es histórica y camaleónica; ubicua, polimorfa y no es clasista ni solitaria, con el tiempo se modifica y refina a un paso más veloz que las medidas del Estado para combatirla o reducirla; va más allá del saqueo de patrimonio público. La corrupción es una enfermedad social de alto costo; un maridaje entre política y delincuencia que pasa por todas las actividades humanas y rincones de un Estado y está acompañada habitualmente de violencia, criminalidad, desplazamiento, cabildeo, testaferros, coimas, repartición de contrataciones, sentencias parcializadas de jueces, reelecciones, financiación privada de las campañas políticas, politización de la justicia, incentivos, empresas ficticias, exenciones, amnistías fiscales, evasión tributaria, tercerización laboral, obras inconclusas, descontrol de las entidades sin ánimo de lucro; creación de zonas francas; falta de división de los poderes del sistema, de transparencia del gobierno organizacional; develación en la asignación de cualquier contrato o licitación pública y de carrera administrativa de los funcionarios; cultura arraigada de más empobrecimiento y obstaculizadora del desarrollo. La delincuencia de cuello blanco, más perversa que la común, es la perpetrada por empleados de dirección y confianza, muchos de alta alcurnia, delfines y cuotas del clientelismo político, que accionan subrepticiamente mimetizándose en las organizaciones para delinquir; se reparten el erario, los puestos y los presupuestos públicos para llenar sus ambiciones de más dinero y más poder, ambas insaciables e incorregibles. La corrupción es un signo del extravío de los Estados de ser la fuente primaria de construcción del orden social, carcome las democracias con tentáculos en todos los estamentos, desvía los recursos de la inversión social y de las oportunidades de la población vulnerable; es un impuesto al crecimiento encubierto que arrastra al subdesarrollo social y económico. La delincuencia moderna es consecuencia de la decadencia en los valores sociales, de la connivencia y la subversión moral o espiritual, la falta de gobernanza en la gestión pública por la lenidad y la anomia estatal; como lo demuestra el afán de la gente y del político por el escalamiento social, el enriquecimiento fácil y ambiciones de poder, desvirtuando el don del servicio público que contraría al imperativo jonasiano: “La responsabilidad es mayor mientras mayor sea el poder o la influencia de quienes participan en las acciones”. El panorama sombrío se intensifica por la debilidad de las instituciones de vigilancia y control de los Estados, entes que han permanecido desfasados ante la amenaza del ingenio y el crecimiento de las organizaciones criminales; y más aún, la interconexión y transculturización planetaria que da la globalización política, económica, social y tecnológica, convierte la acción delictual aldeana en un descarrío empresarial transnacional, de fácil exportación y anidación
en cada país con las concesiones suficientes para manipular las tomas de decisiones políticas. Igualmente, administrar justicia es una de las funciones sagradas del Estado, pero su carácter ralentizado ha tomado ventaja, lo que lleva a que los actos delictivos terminen impunes; y en muchos casos ante los actos protervos, los togados recurren a la negociación de la ley con una política punitiva blandengue con sentencias de rebajas de condenas, de privilegios y sin privación de la libertad sin mediar el interés público y la seguridad ciudadana, que favorece la reincidencia y estimula el dicho “ser pillo paga”. Las prácticas perversas de la desvergonzada política moderna agudizan la delincuencia. Atacar la corrupción es objeto del proselitismo para persuadir y ganar partidarios con políticas que camuflan la falsa filantropía y altruismo; mesiánicos ficticios que viran el delito individual y circunstancial a estructural y sistémico. El delincuente político es un trasgresor de los pactos sociales que deteriora la confianza en el Estado. En el mundo del politiquero pareciere que todo es luctuoso, sombrío, innoble; venal; transa las doctrinas, las conciencias, las convicciones, los valores y los principios; traidores de su patrono, Santo Tomás Moro. Un mamut visible que ha sido iterativo con sus prácticas inmorales en una sociedad impasible, tolerante y cegata que ha tardado en reaccionar y aplicar sin piedad el escarpelo de la justicia para abrir los vicios de su actuar. Los mandatarios, dirigentes y empresarios deben ser modelos que ejercen influencia en el pensar y actuar moral y ético de las personas. Los gastos destinados para neutralizar la delincuencia y recuperar el orden social, son las erogaciones dispendiosas, tardías, irrecuperables y, en su mayoría, en complejas medidas infructuosas de corrección, rehabilitación y resocialización de los adolescentes y adultos a sabiendas de la alta reincidencia. Los gastos correctivos y reactivos se podrían surtir mejor en otras necesidades sociales y, una sabia gestión estatal, tornarlos en costos, que son las erogaciones módicas, retornables, fecundas y proactivas invertidas desde la infancia; así, un país tiene menos presos, y no precisa de más cárceles ni más leyes; la solución a la crisis de valores va más allá de cambios en la política punitiva y penitenciaria. La corrupción es una plaga que afecta a todas las economías, pero las regiones con mayor desigualdad e injusticia son las más violentas, primigenias de toda delincuencia; empero, en esencia, el menoscabo de los valores humanos y sociales se debe a la irresponsabilidad y negligencia de los Estados fallidos en la inversión en educación desde los primeros años de vida y en el acompañamiento a las familias, consecuente con la degradación de la crianza. La ausencia de políticas de Estado dirigidas a favorecer en los niños un contexto familiar protector, seguro, socializador y contenedor en lo afectivo, emocional, educativo y estimulador del desarrollo, genera y degenera en la adultez en disfuncionalidad y violencia intrafamiliar, precursores de otras formas de delincuencia, en las que el niño es un espectador. Un círculo vicioso en el entorno en el que nacen las personas que continúan determinando sus futuros. *Docente de neonatología
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El Papa le apuesta a la paz ¿y los jerarcas qué? Por GERMÁN DARÍO VALENCIA AGUDELO Profesor del Instituto de Estudios Políticos german.valencia@udea.edu.co
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rancisco I estará en Colombia entre el 6 y el 10 de septiembre de 2017. Su visita no será política, tendrá un carácter espiritual, así lo ha advertido de forma reiterada el Nuncio Apostólico, monseñor Ettore Balestrero. Sin embargo, en la actual coyuntura que vive el país será muy difícil para la Iglesia Católica sostener tal posición. Desde 2013, cuando Bergoglio fue elegido papa, el pontífice ha manifestado de forma abierta su interés por la paz negociada en Colombia. Reconoce lo importante que resulta para el hemisferio Occidental la salida negociada a la guerra, con dos de las guerrillas más antiguas y tradicionales: las Farc y el ELN. La visita de septiembre será la tercera que realice un jefe de estado del Vaticano a Colombia. La primera ocurrió en 1968, en el pontificado de Pablo VI. En aquel momento el país pasaba por un período de posconflicto, conocido como el Frente Nacional: liberales y conservadores habían firmado diez años antes un acuerdo de paz para ponerle fin a la época de La Violencia. Además, se estaba gestando en el continente americano una intensa lucha ideológica entre las visiones pro-capitalistas y las comunistas, lo que estaba incitando el nacimiento de las guerrillas; en Colombia surgieron las Farc y el ELN en 1964 y el EPL un año después. La segunda gira papal la realizó Juan Pablo II dos décadas después, en 1986, al final del gobierno de Belisario Betancur. De nuevo el país estaba pasando por un momento político crucial: se estaba terminando un primer periodo de intentos fallidos de negociar la paz; se comenzaba a sentir la oposición de la extrema derecha a la participación política de las guerrillas, evidenciada en las muertes selectivas de cientos de miembros de la Unión Patriótica (UP); y se estaba intensificando la guerra entre el Estado y la organizaciones del narcotráfico, en la cual se perdieron importantes líderes de la política nacional. En síntesis, se asistía al nacimiento de un intenso y fuerte ciclo de violencia generalizada, que se prolongaría hasta comienzos de este nuevo siglo. Finalmente, estamos a menos de seis meses de tener la visita del papa Francisco I en 2017. Desde 2016 el mismo pontífice había advertido que de ser firmado el Acuerdo Final con las Farc y blindado este con el apoyo de la ciudadanía o por la comunidad internacional, su visita a “Colombia a enseñar paz” quedaría confirmada. De allí que una vez comenzada la etapa de implementación y corrida varias semanas del día D del proceso de desarme, desmovilización y reintegración de las Farc, el Vaticano señaló las fechas y las ciudades a visitar (Bogotá, Cartagena, Medellín y Villavicencio). De esta manera se hace evidente que la visita papal es un acto esencialmente político; un apoyo directo del papa Francisco I al posconflicto y a la pacificación del país. El pontífice está haciendo un llamado a la Iglesia Católica y a todos sus seguidores, incluso a los ciudadanos no creyentes, para que se comprometan de manera definitiva con la construcción de la paz en Colombia. Propone una posición más comprometida de estos actores en los dos recientes procesos de paz. Reconoce que la Iglesia ha hecho presencia en procesos de paz anteriores —desde los primeros acercamientos con la guerrilla en el gobierno Betancur hasta los firmados con las AUC en el gobierno Uribe, ya sea cumpliendo papeles de facilitador, negociador, garante, acompañante o verificador—, pero también es evidente que esta institución ha tenido una ausencia notoria en los procesos de paz actuales. La postura de los jerarcas colombianos frente al proceso de paz con las Farc ha sido de neutralidad. Así quedó evidenciado en julio de 2016 en la 101ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal de Colombia, cuando los obispos invitaron a votar en la refrendación popular de octubre de forma responsable e informada, pero no asumieron una posición de apoyo frente al sí o al no. Solamente comienza a advertirse una favorabilidad por la paz negociada re-
cientemente con el proceso del ELN; siendo claro que dicho apoyo proviene solo de algunos sectores de la Iglesia Católica, sobre todo de aquellos con influjo aun de la teología de la liberación. Y lo que pretende el Papa será cambiar esta postura neutral e incidir en los jerarcas colombianos para que apoyen los procesos de paz. En síntesis, la visita del Papa Francisco I a Colombia será un respaldo personal a los procesos de paz. El pontífice quiere hacer un llamado directo a la Iglesia Católica a involucrarse más en este tipo de procesos. Considera que es importante que esta institución apoye a la paz en este decisivo momento para los colombianos. Esperemos que el ‘efecto Francisco’ se sienta en Colombia. Que comience a cambiar la posición de la Iglesia Católica y en especial de sus jerarcas. Que estos últimos se comprometan más con la construcción de la paz. Y que esta tercera visita papal sea un augurio de cambio en el país, no del inicio de otro ciclo de violencia sino la ratificación de que estamos en el camino adecuado, de fin de las guerrillas y construcción de una paz sincera.
Ambiente
Integrante del grupo de investigación Aliados con el planeta evelyn.taborda@udea.edu.co
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pesar de ser Medellín conocida como la “ciudad naranja” por las diferentes edificaciones hechas con ladrillos, para quienes habitamos en el Área Metropolitana del Valle de Aburrá debería ser reconocida por su cobertura arbórea. Durante los últimos meses los medios de comunicación nacional dan cuenta de la problemática asociada a la contaminación del aire en el Área Metropolitana y se ha convertido en cotidianidad para sus habitantes conocer a diario el nivel de contaminación. Aunque parezca que el interés por la mejora en la calidad del aire es algo reciente, que comenzó en 2016 después de la declaratoria de contingencia ambiental por las altas concentraciones de contaminantes del aire, lo que ha provocado diversos pronunciamientos, el más inmediato por parte del ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Luis Gilberto Murillo, quien tras una reunión en Medellín el 14 de marzo, junto al Área Metropolitana, la Alcaldía de Medellín, el Ministerio de Minas y Energía y el Clean Air Institute, aseguró que se tomarán medidas encaminadas al control, prevención y mitigación de la contaminación en todo el país, lo cierto es que las primeras acciones de control de la contaminación del aire en Colombia datan de 1967, cuando se instalaron redes de monitoreo de calidad del aire. Desde entonces, el amplio abanico normativo, más los programas, proyectos, políticas y la red de monitoreo del aire en el país dan cuenta de los esfuerzos aunados por parte de los diferentes entes gubernamentales y privados. Los problemas relacionados con la contaminación del aire suelen percibirse como locales, por la corta duración de los contaminantes en la atmósfera, o asociados a países industrializados
En el informe anual de la Organización Mundial de la Salud de 2016 se estima que alrededor del 80% de las áreas urbanas del mundo sobrepasaron los niveles de contaminación del aire, en especial en ciudades con más de 100.000 habitantes principalmente en países con ingresos bajos y medios. o con un alto flujo vehicular.
Colombia no es ajena a esta creciente preocupación. De acuerdo
Foto: EvelynTaborda Moncada
Por EVELYN TABORDA MONCADA*
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Los árboles, aliad de la calidad del con el documento Conpes 3344 de 2005, el 41% del total de las emisiones del país se generan en ocho ciudades, con pérdidas económicas estimadas en 1.5 billones de pesos por afectaciones por desórdenes respiratorios, cáncer, asma, bronquitis crónica, entre otros. Las proyecciones del Dane estiman un aumento de los centros poblados, lo que hace necesario no solo fortalecer las medidas que han sido implementadas sino también buscar soluciones ambiental y económicamente viables. En esa dirección, se ha encontrado en los bosques urbanos una alternativa para mejorar la calidad del aire; además del valor estético que brindan a las áreas urbanas, reducen la temperatura, eliminan contaminantes, moderan el clima local y el viento, proveen refugio y alimento a los animales y proporcionan a las personas zonas de recreo y esparcimiento.
A finales de 1970 profesionales del sector forestal en Estados Unidos y Canadá se dieron cuenta de que los árboles y otras vegetaciones leñosas en las ciudades proporcionan más que servicios sociales. Si bien hay costos asociados con la siembra y el manejo de los bosques, también es cierto que proporcionan beneficios ambientales y económicos. El United States Department of Agriculture en 1990 desarrolló una herramienta matemática conocida como Urban forest effects para estandarizar la recolección y el análisis de datos en las áreas urbanas y para ayudar a manejar y cuantificar los beneficios de los bosques urbanos, como la remoción de contaminantes del aire por deposición seca. Los contaminantes en el aire pueden ser removidos por dos mecanismos: el primero es por medio de reacciones químicas y el segun-
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dos en la mejora aire del campus do es por deposición seca o húmeda. La deposición es un proceso en el cual los gases y partículas contaminantes del aire son transferidos a las superficies terrestres como suelos, cubiertas vegetales y edificaciones; la deposición húmeda es causada por la precipitación, mientras que la deposición seca se debe a las corrientes del viento. Los árboles con sus áreas superficiales de gran tamaño, cumplen un rol importante en los procesos de deposición seca, debido a que los contaminantes gaseosos se depositan en los estomas de las hojas y el material particulado en la superficie de estos. Sin embargo la remoción de contaminantes por árboles a través de la deposición seca varía en función de las estructuras forestales, la concentración y las propiedades física y química del contaminante, la duración de la temporada de crecimiento y de variables meteorológicas.
Los árboles del campus El campus de la Universidad de Antioquia se encuentra en un lugar estratégico por hacer parte de uno de los fragmentos de bosques urbanos que aún quedan en la ciudad. Cuenta con una extensión de 237.498 m2, de los cuales el 34,07% corresponde a zonas verdes, cubiertas en su mayoría por árboles de diferentes especies y edades, que fueron establecidos desde la construcción de la ciudadela y a lo largo de los últimos 50 años. Con esas consideraciones, el grupo de investigación Aliados con el planeta ha adelantado estudios en la ciudadela universitaria desde 2009 como la huella ecológica, con los que no solo se ha abierto a los estudiantes un espacio para incursionar en la investigación sino que se resalta el compromiso de la Universidad con el ambiente y la sostenibilidad del campus.
Como parte de esos estudios, se estimó a partir de la herramienta Urban forest effects la remoción de cinco contaminantes del aire (NO2, SO2, O3, CO y PM2.5) por parte el arboretum de la ciudadela, del 1° de enero al 31 de mayo de 2016. En cuanto al cálculo de las cantidades removidas de cada uno de los cinco contaminantes se hizo una identificación y selección de especímenes que fueron reportados en el inventario realizado por la Unidad de Sostenimiento de la Universidad en 2010. Además se consideró que características como el diámetro de la copa y la altura de los árboles no han cambiado desde entonces. De acuerdo con dicho registro, el campus contaba con 2.282 individuos, sin embargo este estudio se centró en 2.124, debido a que los individuos restantes corresponden a palmas que no eran objeto de la investigación.
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Partiendo de que los árboles son seres vivos, cuyos procesos fisiológicos suelen ser altamente complejos, que difieren entre especie e incluso entre individuos de una misma especie y que en general están influenciados por las condiciones ambientales, para la estimación de las cantidades removidas también se recurrió al Catálogo de la biodiversidad desarrollado por el Sistema de información de la biodiversidad de Colombia, para las diferentes características fisiológicas de las 154 especies que fueron identificadas en el inventario; a su vez el Sistema de alerta temprana del Área Metropolitana del Valle de Aburrá —Siata— proporcionó la información de las concentraciones de cada contaminante y de las variables meteorológica. Finalmente, a partir de la información mencionada, se determinó la remoción de los cinco contaminantes por parte del arboretum. En términos generales, las concentraciones de CO, NO2 y SO2 en el campus, según la red de monitoreo de calidad del aire, nunca superaron los umbrales normativos y eran aptos para la salud. A pesar de esto, se encontró que el SO2 removido fue de 1011 toneladas y la mejora del aire en promedio era aproximadamente del 97%. Aunque la mejora de la calidad del aire por CO y NO2 era inferior al 1%, la colección de árboles del campus removió 2,05 toneladas de CO y 26 kilogramos de NO2. A diferencia de los contaminantes mencionados, el O3 y el PM2.5 en ocasiones superaron el umbral normativo. Sin embargo, se removieron 101 kilogramos de O3, que equivale al 1% en la mejora de la calidad del aire y de PM2.5 se removieron 151 toneladas, que se traducen en una mejora del 5,7%. La diferencia entre los órdenes de magnitud entre las cantidades removidas se deben a los procesos fisiológicos de los árboles, las condiciones meteorológicas y principalmente a las propiedades físicas y química de cada contaminante. Por otro lado, para disminuir sesgos en la estimación de los contaminantes removidos, se consideraron las diferentes características de cada especie y se encontró que la remoción difiere entre ellas; al evaluar el rendimiento de un individuo de cada especie se encontró que la Ficus elastica Roxb. ex Hornem (caucho), Ficus benjamina L (falso laurel), Albizia carbonaria Britton (carbonero) y el Ochroma pyramidale (balso) son las cuatro especies con mejor desempeño en la remoción de los cinco contaminantes. * El artículo da cuenta de los hallazgos de su trabajo de investigación para optar al título de ingeniera ambiental, obtenido en marzo de 2017.
Ambiente Por ÁNGELA MARÍA AGUDELO Periodista del Departamento de Información y Prensa angela.agudelor@udea.edu.co
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l derecho al aire limpio es un derecho humano ligado a la salud y la vida, sostiene el profesor Juan Gabriel Piñeros, de la Facultad Nacional de Salud Pública de la Universidad de Antioquia, cuando justifica la restricción a la movilidad vehicular que se decretó en el Área Metropolitana del Valle de Aburrá entre el 22 y el 27 de marzo pasado, que restringía la circulación en la región de la mayoría de automóviles, motocicletas, camiones y volquetas. El académico resalta que el hecho de que las industrias se hayan bajado de su compromiso con el pico y placa industrial, que habían propuesto en agosto de 2015, deja también “un muy mal precedente”. Insiste en que se deben ajustar los plazos para que las empresas hagan reconversión tecnológica y en que las ensambladoras de carros y motos deben empezar a hacer renovación tecnológica para que los vehículos que venden sean más eficientes. En los problemas ambientales, “una de las dificultades ha sido establecer su causalidad directa frente a los eventos de salud y enfermedad”, dice el académico. De ahí que un principio muy utilizado en salud pública sea el de precaución, según el cual se debe intervenir un fenómeno ambiental si se sospecha que éste afecta la salud. Recuerda que estamos ante un tema de gran complejidad porque son medidas que vienen desde lo estructural y lo individual: dependen de la conciencia que asuman los responsables de que lo que
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El aire que mata Académicos invocan el principio de precaución
incidencia del cáncer del pulmón y de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc) en Medellín, muy por encima del promedio nacional.
Como en una olla
están haciendo nos afecta a todos, inclusive a sus hijos. Y agrega que “hay un dilema moral, ético, que los gobernantes no están sabiendo balancear”. Según el profesor Elkin Martínez, epidemiólogo también de la Facultad Nacional de Salud Pública, el producto más dañino de la combustión que producen los vehículos es el PM2.5 (material particulado igual o menor a 2.5 micras), es decir
las partículas de hollín que éstos arrojan cargadas de carbón, azufre y otros venenos, y que penetran en los pulmones hasta obstruirlos o que los irritan hasta producir el cáncer de pulmón, o que penetran en la sangre para producir infartos del corazón o del cerebro. Tanto él como la profesora María Patricia Arbeláez, vicerrectora de Investigación de la Alma Máter, llaman la atención sobre la mayor
¿De dónde viene la contaminación? ponsables del 79% de las emisiones de PM2.5, y a las fuentes fijas El inventario de emisiones atmosféricas del Valle de Aburrá, elacomo responsables del 91% de las emisiones de óxidos de azufre borado por la Universidad Pontificia Bolivariana, revela que a 2015 (SOx), un gas precursor en la formación de PM2.5 en la atmósfera su parque automotor es de 1.204.273 vehículos, representado en que se denomina material particulado secundario. De ahí que estaun 52% por las motocicletas y en un 40% por los automóviles. En blezca que “los esfuerzos de reducción de la contaminación deberán menor proporción lo conforman los taxis (4%), los buses (2%), los considerar el control tanto de las emisiones directas de PM2.5 como camiones (2%), los tractocamiones (0.6%), las volquetas (0.3%) y el de sus gases precursores”. Metroplús (0%). Según el mismo inventario El estudio resalta que “los Emisión de contaminantes criterio de emisiones atmosféricas camiones, siendo una de las (tonelada/año) en 2015 del Valle de Aburrá, la induscategorías con menor cantidad tria del sector textil es la que de vehículos, es la que mayor Categoría CO NOx SOx VOC PM2,5 “aporta la mayor cantidad aporte hace a las emisiones”, Autos 61,348 3,928 189 3,247 113 de todos los contaminantes debido principalmente a la edad criterio, excepto los VOC de este parque automotor. Taxis 2,523 760 41 134 30 (compuestos volátiles orgániEl PM2.5, según el Acuerdo Buses 14,052 3,722 24 1,224 149 cos)”, emitidos principalmenMetropolitano 15, del 28 de Camiones 60,658 4,688 19 3,115 538 te por el sector de plásticos, noviembre de 2016, es el concauchos y empaques. Los Metroplús 57 2 0 0 0 taminante que más deteriora la textileros aportan aproximacalidad del aire, ya que es “el Tractocamiones 373 413 1 73 23 damente el 50% de las emiprincipal responsable de generar Volquetas 1,288 1,034 3 254 394 siones de CO y NOx; cerca una calidad atmosférica dañina del 70% de las emisiones Motos 2T 1,782 2 1 772 17 para grupos sensibles y en de SOx y aproximadamente ocasiones alcanza la categoría Motos 4T 24,857 468 44 5,092 233 el 50%, el 60% y el 45% de dañina a la salud”. Total 166,939 15,016 322 13,911 1,496 las emisiones de PM, PM10 La misma norma señala a y PM2.5, respectivamente. Fuente: Área Metropolitana del Valle de Aburrá las fuentes móviles como res-
El principal factor de la emergencia ambiental que sufre el Valle de Aburrá, desde marzo de 2016, es el fenómeno de la inversión térmica que se presenta en este valle, estrecho y rodeado de montañas altas, y agudiza la concentración de los materiales contaminantes atmosféricos. Este fenómeno, explica el ingeniero químico Jaime Cárdenas, de la misma Facultad, se presenta en los días que por no haber sol, los contaminantes dejan de dispersarse hacia arriba, como ocurre cuando hay radiación solar normal y la densidad del aire disminuye, y en cambio empiezan a recircular, a medida que aumenta la temperatura, debido a que se presenta más calor arriba que abajo de la atmósfera y la densidad del aire es mayor. Advierte la necesidad que tenemos de construir nuestros propios niveles de alerta ambiental, pues los que hoy tenemos se basan en un índice de calidad ambiental (ICA) adoptado de Estados Unidos. “Nuestra genética y nuestra geografía son diferentes. Tenemos un sancocho de todo y no hemos sido capaces de organizar para nosotros un ICA, que debe ser diferente en cada parte del mundo”, expresa Cárdenas.
Soluciones Como medidas públicas para mejorar la calidad del aire a largo y mediano plazo, el profesor Francisco Molina, coordinador del Grupo de investigación en gestión y modelación ambiental, Gaia, de la UdeA propone: • Más educación a los conductores, especialmente a los que usan motocicletas. • Mayor planeación de las obras públicas, pues el cierre de vías genera congestiones que aportan cantidades importantes de contaminantes. • Mayor control a los centros de diagnóstico que hacen la revisión del estado de los vehículos. • Mejorar el combustible, especialmente el diésel. • Más zonas peatonales en el centro de la ciudad y en las zonas centrales de los barrios. • Mejor atención a los accidentes de tránsito, pues cuando ocurren en una vía principal generan congestiones.
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Desde 1991 unas 200 mil personas han muerto en incidentes viales, similar a la cifra de muertes por el conflicto desde 1965. En 25 años de vigencia de la nueva Constitución, los lesionados viales graves serían 2,5 millones, una población como la de Medellín; los lesionados moderados a leves 7,5 millones, el equivalente a una población como la de Bogotá.
Foto: archivo ALMA MÁTER
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Seguridad vial en Colombia
¿Quo Vadis ?
Por GUSTAVO CABRERA
Profesor de la Facultad Nacional de Salud Pública gustavo.cabrera@udea.edu.co
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a agenda global en sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible a 2030 adoptados por Naciones Unidas en su 70ª Asamblea General en 2015 busca una vida saludable para todos y que los asentamientos humanos sean seguros y sostenibles. Sin embargo, logros específicos para una movilidad saludable, segura y sostenible enfrentan complejos desafíos; uno de estos es el riesgo vial y sus efectos. El reporte más actual de la Organización Mundial de Salud señala que en 2016 hubo cerca de 1,3 millones de muertes viales, con 50 millones de lesionados que requirieron atención médica urgente o programada. Sobre la discapacidad se indica que 1 billón de personas vive en condiciones que limitan su funcionalidad física, mental y social. Hasta 1/7 de los habitantes de la Tierra vive en desventaja y 50% del billón de personas con discapacidad no tiene acceso a servicios de salud, son pobres, excluidos y marginados. Cuando acceden a servicios, respecto de las personas “normales”, tienen doble probabi-
lidad de recibir atención inadecuada, triple de negación de servicios y cuádruple de mala atención. Se desconoce con exactitud cuánta lo es por efecto del riesgo vial. En Colombia, detrás de homicidios en riñas, venganzas, robos y la guerra interna, los incidentes viales han sido históricamente la segunda causa de muerte violenta. Su visibilidad como problema de salud pública ha estado oculta durante décadas bajo el peso mediático de los hechos del narcotráfico y conflicto armado. Gracias a procesos de sometimiento a la justicia, al combate de grupos armados y al reciente proceso de paz, se observó reducción paulatina en homicidios, hasta bajar a una tasa de 24 x 100.000 habitantes en 2016, la
Mientras tanto, las 7.000 muertes y 700.000 lesiones viales no fatales ocurridas en calles y carreteras del último año son las peores cifras del siglo XXI, principalmente ocurridas en varones jóvenes en moto y adultos mayores a pie.
menor en 40 años.
Se estima que por cada muerte vial habría entre 7 y 9 lesionados muy graves o graves que sobrevivirán con discapacidad, con al menos una de estas de grado
muy severo; los restantes generan compromisos diversos en la movilidad, el habla y la cognición, entre otros aspectos. Se desconocen las cifras y la distribución de las personas con discapacidad, así como condiciones de salud o vida de los que sobreviven a incidentes viales; se sabe que son, en su mayoría, personas pobres, de bajo nivel socio-cultural. La Constitución de Colombia es garante de los derechos a la vida, la salud y la movilidad. Sin embargo, los resultados no son favorables. Desde 1991 unas 200 mil personas han muerto en incidentes viales, similar a la cifra de muertes por el conflicto desde 1965. En 25 años de vigencia de la nueva Constitución, los lesionados viales graves serían 2,5 millones, una población como la de Medellín; los lesionados moderados a leves 7,5 millones, el
equivalente a una población como la de Bogotá. Valle y Antioquia lideran las estadísticas con unos 1.000 registros mortales año cada uno; les sigue Bogotá con media de 555. El costo en dolor, bienestar, productividad y desarrollo por externalidades viales es percibido como alto; usando tres metodologías, propuestas separadamente por Bocarejo en la Universidad de los Andes, Bhalla en Harvard y Henao en la escuela Julio Garavito, el grupo SEVIDA de la Universidad de Antioquia estimó que las externalidades viales de Colombia en 2016 costaron de 2,2% a 3,3% del PIB nacional estimado en $800 billones; serían aproximadamente $27 billones, una cifra año similar al costo anual del conflicto armado, o a la necesidad presupuestal anual de inversión para temas integrales del posconflicto.
Discapacidad de origen vial En este complejo contexto, buscando generar evidencia y aportar referentes preventivos a la gestión del riesgo vial, la empresa SITT y Cía. S.A.S. se articuló a finales de 2016 con la línea de trabajo sobre Seguridad Vial de Antioquia SEVIDA de la Facultad de Salud Pública de la UdeA y varios actores locales, representantes del gobierno y la comunidad, para explorar algunas variables relacionadas a la situación de discapacidad de origen vial en Itagüí, uno de los municipios asentados en el Valle del Aburrá en Antioquia. Entre los hallazgos se destaca la existencia de una política y de un comité de discapacidad, ambos adoptados por sendos acuerdos del Concejo, así como evidencia de un notable sub-registro de personas con esta condición en general, y con muy baja representación porcentual de quienes han sido afectados por la violencia vial.
Salud
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Mal momento del sistema de salud colombiano, en la era del derecho fundamental Por ÁLVARO FRANCO GIRALDO* Profesor de la Facultad Nacional de Salud Pública y Vicerrector General alvaro.franco@udea.edu.co
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olombia, desde la Constitución política de 1991, ha ensayado un acervo de legislación sobre el sistema de salud, basado en la “reforma sectorial” (ley 100 de 1993), sin lograr una norma integral del sistema ni una real orientación de la política de salud en los últimos 25 años. En la más reciente etapa, el año 2013 fue intenso en disputas acerca del sistema de salud colombiano y la reforma en torno al derecho a la salud. El Ministerio de Salud y de la Protección Social dedicó sus esfuerzos a estabilizar el modelo económico del sistema, muy contraído por los malos manejos de las EPS y la voracidad de ganancia de las trasnacionales farmacéuticas, la corrupción y la negación del servicio a los colombianos. El infortunado intento del gobierno ha ido en la vía de mantener el esquema de aseguramiento individual y la intermediación financiera, para lo cual dispuso de varias estrategias y escenarios de “apaciguamiento” de los diversos actores, con miras a cerrarle el paso a otras iniciativas de reforma estructural que le pudieran dar otra fisonomía al sistema, siendo el principal argumento de éstos la necesidad de acabar con las EPS y la intermediación financiera. Esta contradicción mantuvo encendido el ánimo durante gran parte de 2013 y en los años siguientes. En 2014 la tensión siguió igual o con mayor intensidad1, dado que el tema estuvo ligado a los intereses electorales de los congresistas y del propio gobierno, que utilizaron el sistema de salud y la reforma como bandera política, hasta febrero de 2015 cuando es promulgada formalmente la ley estatutaria del derecho a la salud en Colombia, luego de pasar por las observaciones de la Corte Constitucional (Sentencia 313 de 2014).
En los dos últimos años, la expectativa se dirigió hacia las posibilidades de aplicación de la ley estatutaria de salud y por fin se acaba de anunciar que ya se logra su implementación en febrero de 2017**, cumpliendo con el plazo establecido hace 2 años, como si ello resolviera el problema de fondo del sistema. Ojalá que las medidas tomadas sí garantizaran el goce efectivo del derecho a la salud: —Eliminación de comités técnico científicos (CTC). —Pone en marcha aplicativo en línea Mi Prescripción (Mipres). —Actualización del sistema de afiliación (transaccional). —Prohíbe la negación de la prestación (sanciones). —La política de atención integral (País - Mías). —No pago de tratamientos, sin evidencia científica.
Antecedentes*** Desde la Constitución de 1991 quedó en ciernes el debate por el derecho a la salud en Colombia. En aquel entonces a lo máximo que se llega es a definir la salud en el artículo 49 de la Carta2, “como un servicio público de carácter esencial y obligatorio”, pero no fue reconocida como derecho fundamental. La ley 100 de 1993, por medio de la cual se creó el sistema integral de seguridad social, evitó tanto en su formulación como en su contenido considerar este derecho y privilegió otro tipo de derechos económicos. En teoría, la ley estatutaria en salud, la 1751 de 2015, declarada exequible en 2014 por la Corte Constitucional mediante la sentencia 3133, 25 años después corregiría esta falencia. Así y todo, la oportunidad no ha sido aprovechada. En la ley estatutaria quedó reducido el derecho a la salud a una mínima expresión basada en “el acceso a los servicios de salud” y atado a la sostenibilidad financiera de la prestación, con las salvedades que veremos más adelante, condicionadas por la Corte Constitucional. La Corte Constitucional revisa a fondo la ley estatutaria 1751 de 2015 y concluye declarando su exequibilidad condicionada. Las modificaciones que se desprenden del veredicto de la sentencia 313
de 2014 de la Corte, se pueden resumir así4: En primer lugar, la Corte no encontró reparos importantes a los aspectos formales del proyecto de ley. En segundo lugar, la Corte ve inadmisible que la norma “menoscabara el mecanismo fundamental de derechos fundamentales, como lo es la acción de tutela”, lo que se daba con la propuesta gubernamental y con el proyecto conciliado que salió del Congreso. La Corte no ve bien que se considere en los diversos textos de esta ley, la sostenibilidad fiscal como un principio, cuando sólo podría admitirse como un criterio orientador. También entendió la Corte que la sostenibilidad fiscal (artículo 4 de la ley estatutaria) no puede llevar a “la negación a prestar eficiente y oportunamente todos los servicios”; de otro lado, en relación con el artículo 4, la Corte ve inaceptable la interpretación de “un adelgazamiento del volumen de recursos orientados a la garantía del derecho, pues ello implicaría un detrimento para su materialización”. Un
tercer aspecto tiene que ver con el artículo 23 (política farmacéutica nacional) y la regulación de precios de medicamentos, pero “comprendiendo todas las fases del proceso de producción y comercialización (…) hasta el consumo final”. Algunos otros aspectos también fueron declarados inexequibles.
Discusión La discusión subsiguiente a la ley estatutaria ha coincidido en su mayoría, tanto en artículos académicos como en pronunciamientos de prensa, en que no se ha aprovechado la oportunidad para tener una norma que defienda de veras el derecho a la salud; algunos inclusive van más lejos y aducen responsabilidades e intencionalidades ocultas tras esta ley estatutaria. Señalan que la ley no hace más que limitar el derecho a la salud a un plan de beneficios similar al POS (el cual debía desaparecer y ser reemplazado por un plan de múltiples exclusiones), lo cual se convierte en un obstáculo para los jueces para admitir las tutelas y
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para los profesionales de la salud, un riesgo de violar la ley estatutaria al hacer la prescripción. Los cambios que trae en la práctica la ley 1751 de 2015 dejan dudas y algunas contradicciones no resueltas, aún hoy, cuando se cumple el plazo de dos años para su implementación, así: De acuerdo con el Ministerio de Salud y Protección Social, en febrero de 2017 la ley estatutaria de salud entra en plena vigencia. De acuerdo con estas decisiones el plan obligatorio de salud (POS) deja de existir, y la autonomía médica guiará las prescripciones. No obstante, la ley contempló unas exclusiones que deben ser explícitas y definidas por el Ministerio de Salud, y esta es una de las grandes preocupaciones que deja este proceso de la ley (el Plan de exclusiones). El otro gran dilema es cómo financiar las prestaciones para poder garantizar el derecho fundamental a la salud, peor aún cuando el sistema ha dado muestras muy claras de desequilibrio financiero y carencia de gobernanza. Según eltiempo.com5, los costos adicionales en la salud podrían superar los 2 billones de pesos, aunque de otro lado se habla de 2.5 billones para el financiamiento del No POS, como hasta ahora ha sido. Pero las evidencias de los dos últimos años de esta ley indican que “no ha existido voluntad del Gobierno”, según expone uno de los actores del sistema en El Tiempo, para garantizar la implementación de esta norma, como ha sido la falta de compromiso financiero
Quedan pendientes, sin embargo, otros asuntos cruciales reconocidos como problemáticos hasta por los sectores gobiernistas y el mismo periódico oficial (1): “el alcance real del derecho fundamental a la salud, la concentración de los recursos, la integración vertical, el futuro de las EPS, (…) la construcción de un modelo de salud y una vigilancia y control estrictos”, temas en los cuales coincidimos que son necesarios, también desde la academia, aunque se logra un avance parcial con la política de atención integral y el “modelo de atención integral” (MIAS) en enero de 2016 (4). para apoyarla o para garantizar el ejercicio de un sistema de salud integrado y cohesionado, ni siquiera para salirle al paso a la perversidad en las relaciones tramposas que siempre se tejieron entre los diversos actores del sistema (unos contra otros). Ni hubo un buen intento de reforma en este lapso, sólo se atinó a hacer algunos ajustes no estructurales ni substanciales, por la vía de decretos ministeriales. Otros, por el contrario, como los representantes gremiales, consideran que “el sistema cuenta con recursos financieros suficientes, que reorientados y controlados rigurosamente pueden garantizar el goce efectivo del derecho a la salud” (en general se viene hablando en los últimos años de una cifra alrededor de 40 billones de pesos, lo que nos gastamos anualmente en salud en Colombia). Pero la discusión es otra: ¿Cómo el Estado debe buscar fuentes adicionales de financiación, para responder por
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financiero del sistema, porque eso significa una receta hoy. El Mipres aún no logra consolidarse para poder reemplazar los comités técnicos científicos de antes, tan criticados por violar la autonomía médica.
Conclusión Tan abigarrado panorama legislativo de la salud en Colombia, por el juego de la contradicción y de los intereses múltiples, nos está dejando sin una norma que le dé coherencia al sistema. Esto nos obliga a hacer un llamado a la integración, a tener una especie de código de la salud, una norma que definitivamente asuma como objeto la salud poblacional, tomando distancia de ese juego de intereses particulares, que resuelva las limitaciones de la ley estatutaria, que llene el vacío estructural del sistema, que integre aquellos elementos de la función pública que se han reglamentado por la vía administrativa. Una norma que después de todos estos desvaríos legislativos de tantos años y después de omisiones lamentables en el sistema, nos hable directamente de la salud, más allá de los servicios, pero incluyéndolos. Esa norma debe ser una ley marco de salud pública, que además trace una política de organización de servicios de orden público y responsabilidad estatal, sin que se niegue la participación de los oferentes privados. Perspectiva, esta, que obliga a mantener la salud en la agenda política, a considerar los problemas y las soluciones desde los propios afectados, ciudadanos y pacientes, configurando un nuevo sistema de servicios de salud. Casi todos los actores al unísono propugnan por una reforma por un sistema único de salud, con financiación suficiente y equilibrada.
un derecho fundamental como es la salud, y no dejarlo al vaivén de la competencia entre los actores, del libre juego del mercado y aún de la voracidad de la corrupción en salud, que tanto se ha denunciado por entidades de control estatal y algunos académicos? En tanto, los otros actores del sistema no creen en él ni en las bondades de la ley estatutaria. Más bien, los pacientes consideran que se han perdido derechos adquiridos. Los hospitales y clínicas, acostumbrados a que nadie les pague las deudas contraídas por la atención que han hecho de sus usuarios, no verían sino engrosar la cartera con la implementación de esta ley, si se cumpliera a cabalidad. En el campo de la autonomía médica no hay claridad, la posibilidad de la autorregulación se ve controlada por el aplicativo “Mipres” (Mi prescripción), en el cual, de todas maneras, los médicos tendrán que dar cuenta de su ejercicio médico y
Foto: archivo ALMA MÁTER
Referencias bibliográficas 1. Editorial, Salud: no más reformas ‘light’. El Tiempo. Bogotá (Colombia). 18 de marzo del 2014. Disponible en: http://www. eltiempo.com/opinion/editoriales/editorialsalud-no-mas-reformas-light-editorial-eltiempo-_13682111-4 2. República de Colombia, Constitución política. Bogotá, 1991. 3. República de Colombia. Corte Constitucional. Sentencia 313 de 2014. 4. Ministerio de Salud y Protección Social. Política de atención integral en salud. Bogotá, enero de 2016. 5. eltiempo.com. Con fuertes desafíos comienza en Colombia la era de la salud como derecho. 17 de febrero de 2017. Disponible en: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-16821511
Estudiantes, docentes, profesionales y empleados del área de la salud protestan por la precaria atención del sistema de salud.
Notas * Médico salubrista, exdecano de la Facultad Nacional de Salud Pública. ** Boletín de prensa #017 del MSPS de 2017. En: www.minsalud.gov.co *** Más allá de otros antecedentes será necesario recordar: 1) las reiteradas tutelas admitidas en defensa del DS y el acceso a los servicios, antes de 2015. 2) el pronunciamiento de la Corte Constitucional en la sentencia T-760 de 2008 y en otras sentencias anteriores, que define en términos del bloque de constitucionalidad el DS como el derecho al más alto nivel de salud posible dentro de cada Estado, el cual se alcanzaría de manera progresiva.
Educación
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Por REDACCIÓN ALMA MÁTER
Foto: archivo ALMA MÁTER
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i la formación técnica y tecnológica, incluido el Sena, no hacen un esfuerzo por nivelar la formación en ciencias básicas, tanto naturales como sociales, el sistema fracasa. Lo que necesitamos es que un técnico, un tecnólogo —para que sea de alto nivel y pueda responder a las necesidades del país—, se forme en matemáticas, física, química, biología, dependiendo obviamente del área, y lo mismo en las ciencias sociales, es decir, español o lenguas en general, ciudadanía, sociología, antropología. La aseveración es del rector de la Universidad de Antioquia Mauricio Alviar Ramírez, para quien, a propósito de la reforma que promueve el gobierno nacional, la educación terciaria que Colombia necesita debe fundamentarse en dos rutas de formación: una politécnica y otra tradicional o académica. “Para que haya un sistema perfectamente flexible, de entradas y salidas”, el directivo plantea que se requiere nivelar con rigurosidad y con las misma calidades en las ciencias básicas naturales y sociales a los técnicos, tecnólogos y universitarios, que cada quien tenga claras sus preferencias, y acabar con el estigma según el cual la educación técnica y tecnológica es para personas de ingresos y coeficiente intelectual bajos. “Cuando uno mira en los países desarrollados, un tecnólogo es una persona absolutamente reconocida social, laboral y salarialmente. La sociedad tiene que tener espacios de formación para las preferencias de los individuos”, insiste Alviar Ramírez, y plantea que el Sena debería hacer la transición y convertirse en una institución politécnica de alto nivel, en lo que las universidades deberían dar el necesario acompañamiento. En su criterio, también hay que, además de acabar con los estigmas, buscar relaciones cooperativas, “donde todos ponemos, la universidad, la empresa, la sociedad y el Estado, para resolver problemas de la sociedad”. Y sentencia que la universidad necesita físicos, químicos, sociólogos, antropólogos, artistas, pero, advierte, “no podemos desconocer la relación también con el sector productivo, con el sector público, con las comunidades. Se trata de darle una mirada distinta a un sis-
Qué sistema de educación terciaria necesita el país tema de relaciones cooperativas, más que generar tensiones de visiones que ya muchas sociedades del mundo han superado”.
Saber científico El exdirector general del Sena y actual presidente de la Universidad Élite, Darío Montoya Mejía, considera que las carreras técnicas y tecnológicas constituyen respuestas muy inmediatas de formación a necesidades de los sectores y de las regiones, mientras que las carreras universitarias son más universales. Estas últimas, según el exrector de la Universidad de Antioquia y actual presidente de la Fundación Proantioquia, Rafael Aubad López, responden a una “formación en el cultivo del conocimiento en sentido amplio, con aplicaciones específicas en un mundo interdisciplinario”. El secretario de la Asociación de Profesores de la Universidad de Antioquia, Jorge Aristizábal Ossa, afirma que lo que el Gobierno busca a largo plazo es reconocer como instituciones de educación superior todo lo que es el Sistema nacional de educación terciaria, además de descargar al Estado del problema de financiación que hoy enfrentan las universidades públicas. En ese sentido, lamenta que la Constitución de 1991 plantee a la
educación superior como un servicio público a cargo del Estado, la sociedad y la familia, cuando la anterior, de 1886, decía que ésta era un derecho del individuo y una obligación del Estado. “La Constitución del 86 era más avanzada que la actual en educación”, observa. El profesor Hugo López Castaño, de la Universidad Eafit, resalta la necesidad de contar con “un buen sistema de información para saber cuáles son las instituciones que ofrecen programas de buena calidad y cuáles son los programas que los empresarios necesitan, ¿dónde están las demandas empresariales?, ¿cuáles son las profesiones que están buscando?”. Según López Castaño, el Sena tiene un “cuasimonopolio” en la intermediación que hace el Estado para subsidiar los estudios técnicos y tecnológicos, y plantea que no todo puede ser subsidios y que las familias deberían hacer un esfuerzo económico, siempre y cuando se les brinde un servicio de la deuda razonable para que sus hijos estudien. Al respecto, el exrector Rafael Aubad López, señala que un sistema de educación terciaria puede tejer puentes hacia la inclusión y la equidad en Colombia, un país donde “el desempleo juvenil ronda
el 20%; tenemos personas que no trabajan para lo que se prepararon y hay, además, problemas de informalidad, de productividad y de competitividad”. El reto está en cómo fortalecer ese pilar de la formación técnica y tecnológica, insiste el directivo, al afirmar que “no puede haber una educación buena y otra no tan buena”. En la misma línea, López Castaño sostiene que el Estado debería garantizar el paso de las carreras técnicas y tecnológicas (o de ciclo corto) hacia las carreras universitarias (o de ciclo largo). El exdirector del Sena, Montoya Mejía, manifiesta que “hay demasiadas entidades de formación técnica de muy mala calidad” y “el Sena no tiene dientes para vigilar”. De ahí su insistencia en que el país cuente también con un sistema de control y vigilancia de esas instituciones. Al decir del rector Mauricio Alviar, las generaciones nuevas tienen tendencias y preferencias por formaciones que los lleven a tomar decisiones en el terreno de lo práctico y rápido. “Yo pienso que se puede estar dando esa transición, todavía muy lentamente, a que los jóvenes prefieran carreras tecnológicas. La obligación del Estado es que esa formación sea del más alto nivel”.
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Universidad de Antioquia en la FILBO Por CARLOS VÁSQUEZ
Director Editorial Universidad de Antioquia
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eer y escribir: simple y sencillo, a eso venimos a la Universidad. También ella es un libro, uno que se escribe, a muchas manos un día y otro. De esa sencillez se desprenden muchas vertientes. Por ejemplo, sabemos de eso si lo experimentamos, cada cual lo vivencia a su modo. En un punto, esas múltiples experiencias no son confundibles. Y al mismo tiempo, es su singularidad la que provoca y atiza su llama. Y hay, a partir del leer y escribir, preguntas que se desgajan: ¿qué es leer? ¿Qué se lee y cómo? En últimas, ¿quién lee? Como digo, esas preguntas existen si se encarnan, de lo contrario son hojas huecas. Pues la Universidad lee muchas cosas, todo es letras en ella. Y lee de diversas maneras. Y crea, inventa, diversos tipos de lector. Ese es su hacer, su práctica. La universidad es un laboratorio de lectura. De allí se desprenden sus frutos más propios: la creación de conocimientos, la difusión de saberes, la conservación de tradiciones. Pero, me temo, hay algo que siempre se escapa. Un cierto atributo de la lectura– escritura que no se deja reducir a un conjunto de formas. Y decimos, el don de la lectura es la libertad, el de la escritura, el rigor que se resiste a ser medido. Leer y escribir: uno se pregunta por eso, la universidad se sofistica, se convierte en un espacio sin igual, extraño y a la vez extraordinario. El que lee va solo, aunque se lea por antonomasia en pareja. El que escribe, a su vez, está habitado por muchos. Reúne en él a los que fueron y a los que serán. La escritura congrega. En ella se encuentran los que ya no están y los que a lo mejor un día vendrán. Al escribir se vence, en los tiempos de la improbabilidad, el acecho de la muerte. La escritura salva, recupera, retiene. A la vez la lectura, en la soledad de un oído y unas manos, hace eco a esa brisa que, en contra de tanta tozudez, neutraliza al poder y ridiculiza a la muerte. Hay asuntos adicionales: ¿Acaso la universidad sí lee? Contra toda apariencia no deja de hacerlo. Una sola persona es la universidad. Nunca ni en ninguna parte la soledad es más pródiga. La lectura es la hospitalidad insurgente de los que no tienen lugar. ¿Acaso se ha valorado lo suficiente la energía liberadora de la lectura? Un lector no se deja engañar. Es ingenuo en su invulnerabilidad. Un lector es la vulnerabilidad en persona. Invulnerable–vulnerable. Por eso conmueve tanto, hay un círculo mágico protegiendo a cada lector. Una atmósfera de inviolable silencio. La universidad es el lugar del silencio meditado, el callar hablado, la voz sin voz de la insistente persona. Uno viene a la universidad a vivir en paz. Que nos dejen en paz. Uno antepone un círculo de aire entre la displicencia y la inteligencia. Leer es algo de todos. Escribir casi nadie lo hace, casi siempre el que escribe lee o se lee. Pero leer sí es de todos. Cada uno es todos. En cada uno no hay todo ni idea de nada. Pues cuando uno lee el tiempo se va, se borra, resulta irrisorio. La universidad es una sociedad de lectores aunque eso no le complazca ni le sirva ni le convenga a la sociedad.
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a Editorial Universidad de Antioquia será la representante de la Universidad en el aniversario número 30 de la Feria Internacional del Libro de Bogotá (Corferias, Pabellón 3, Nivel 2, Estand 548A) que tendrá lugar entre el 25 de abril al 8 de mayo de 2017. Los visitantes al estand podrán contar con una oferta de más de 280 títulos del sello Editorial, además de una muestra de las publicaciones de algunas de las unidades académicas de la Universidad, de la Corporación para Investigaciones Biológicas —CIB— y de la Fundación San Vicente de Paúl, así como de los suvenires de la Tienda Universitaria. La vinculación de la Universidad a esta nueva edición de la Feria del Libro de Bogotá, la más importante del país y una de las más importantes de Latinoamérica, incluirá la realización de actividades académicas como la presentación de títulos novedades del sello Editorial, así: • Antología personal. Conversación entre las poetas Maruja Vieira, autora del libro, y Piedad Bonnett el jueves 4 de mayo de 2017 a las 4:00 p.m. • Más que Juan Mosca. Fernando Garavito, escritor y hereje. Conversación entre el autor, Édison Marulanda Peña, la periodista Maryluz Vallejo Mejía y el historiador Ricardo Sánchez Ángel el viernes 5 de mayo de 2017, a las 7:00 p.m. • 40 poemas. La poeta Piedad Bonnett, autora del libro y el poeta Carlos Vásquez conversarán el sábado 6 de mayo de 2017 a las 4:00 p.m.
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Cirugía pediátrica (2.a edición) María Elena Arango Rave, Natalia Herrera Toro, Francisco Luis Uribe Restrepo —Editores académicos— En cuestiones de cultura y de saber, sólo se pierde lo que se guarda; sólo se gana lo que se da Antonio Machado
“Prólogo” en: Arango Rave, M. E., Herrera Toro, N., Uribe Restrepo, F. L. (eds.). (2017). Cirugía pediátrica, 2.a ed., Medellín, Editorial Universidad de Antioquia, p. xxxv.
La rapidez con que avanza el conocimiento, la globalización y los nuevos paradigmas de la educación superior exigen una segunda edición del libro Cirugía pediátrica, con el fin de revisar y actualizar cada uno de los temas desarrollados en los capítulos de este texto. Para lograr nuestro objetivo, contamos con la generosa colaboración de expertos en cada tema. La cirugía pediátrica, en un proceso dinámico social y académicamente, se transforma día a día, y a medida que lo hace, transforma a las personas que se nutren de sus avances. Este libro es una respuesta a las necesidades sociales y académicas de cirujanos pediátricos, pediatras, residentes, médicos generales, estudiantes y, en general, de todo el personal de la salud, cuyo objeto de estudio y de trabajo sea el niño con enfermedades quirúrgicas, y se ofrece atendiendo a los cambios globales y del entorno, lo cual garantiza su pertinencia. Pero, sobre todo, es una respuesta a su necesidad de amar y de servir a los niños. Pretendemos que este texto de Cirugía pediátrica, como un esfuerzo conjunto para mejorar permanentemente la atención de los niños, sirva como material de estudio y de referencia, respondiendo a las preguntas que permanentemente surgen en la práctica médica. María Elena Arango Rave y Natalia Herrera Toro
Violencia escolar y autoridad. El bullying desde la perspectiva psicoanalítica Héctor Gallo
Fragmento tomado del capítulo “Psicoanálisis y autoridad”, en: Gallo, H. (2017). Violencia escolar y autoridad. El bullying desde la perspectiva psicoanalítica, Medellín, Editorial Universidad de Antioquia, pp. 60-61.
El acoso de los adolescentes contra sus pares escolares; su usual crítica contra todo aquel que se localiza en el lugar de la autoridad, debido a una pérdida de confianza en sus capacidades para tratar con ecuanimidad los problemas con los cuales se enfrenta cotidianamente en el ámbito escolar, más el debilitamiento, como dice Eric Laurent, de la “confianza en las grandes certezas de lo que era la vida” (Laurent, 2010: 14), son actualmente leídos por gobernantes, padres de familia, neurólogos, educadores y algunos psicólogos que se hacen pasar por científicos del comportamiento, como un “trastorno” relacionado con una conducta que ha sido llamada “disfuncional” y ahora se tiende a llamar “disruptiva”. Denominar a esto “trastorno” supone creer en la utopía de una sociedad que se puede fabricar para que marche en armonía y a la que solo le falta, como sucede entre las abejas, “el aficionado a la miel que venga a ocuparse” (Miller, 2012: 398). La violencia de los niños y adolescentes se ha visto reforzada por la instalación de un “régimen de descreencia” en el Otro de la autoridad, quien, a su vez, mientras se identifique con esta función, favorecerá la puesta en acto de la pulsión de muerte sin ningún velo. En la escuela, la violencia contra sí mismo o contra el semejante puede verse incentivada o contrarrestada por el modo como se asuma, por ejemplo, el lugar de educador o rector en esa instancia. Un educador deberá “cuidarse y atenerse a la circunstancia” de su nombramiento, pues de identificarse con la función de poder que se le atribuye o de figurarse el ideal de que los subordinados deberán seguirlo sin ninguna crítica ni reserva, puede llevarlo a creer que todo es posible reglamentarlo a partir del modelo de lo que debe ser para sí el funcionamiento de las cosas del mundo, y el resultado irá desde la tiranía con sus subordinados hasta pretender que en la institución se implemente un sistema de educación ideal, en el que todo aquel que venga a descompletar el sistema establecido deberá ser aislado, excluido, segregado o sancionado. Aquellos que se identifican con el lugar ideal de autoridad son los que consideran que se debe, en todo momento y circunstancia, demostrarla en la educación de los niños, para lo cual hay que ser inflexible. […]
Las políticas alimentarias y nutricionales en Colombia y América Latina. Historia, contexto y desafíos Lorena Patricia Mancilla López, Luz Stella Álvarez Castaño, Elsury Johanna Pérez Isaza —eds.—
Fragmento tomado de Lorena Patricia Mancilla López, P., Álvarez Castaño, L. S., Pérez Isaza, E. J. (eds.) (2017). Las políticas alimentarias y nutricionales en Colombia y América Latina. Historia, contexto y desafíos, Medellín, Editorial Universidad de Antioquia, p. 182.
En los últimos cuarenta años la mundialización ha avanzado de modo vertiginoso gracias a la rapidez de los adelantos tecnológicos, que han facilitado mayor productividad, crecimiento económico y comercio internacional (CEPAL, Brasil, 2002). Este proceso se caracteriza por la desigualdad entre los participantes, la liberación del comercio, el aumento de las transnacionales (sistemas integrados de producción), el movimiento de la mano de obra calificada, además de la expansión, la concentración y la movilidad de capitales (CEPAL, Brasil, 2002). El intercambio de culturas y valores que forma parte de la globalización ha tenido diversos efectos. Unos negativos, como el riesgo de perder la identidad de algunas culturas milenarias, y otros positivos, como el hecho de haber facilitado los acuerdos o pactos entre los países para tener “principios éticos comunes” (CEPAL, Brasil, 2002) que posibilitaron el reconocimiento de algunos derechos sociales. Entre ellos, el derecho a la alimentación, reconocido en el artículo 25 de la Declaración de los Derechos Humanos y en el Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966, ratificado y ampliado en acuerdos internacionales en los últimos veinte años (ONU, 1948 y 1996). En este contexto, la soberanía alimentaria, entendida, como lo expresa Vía Campesina, “el derecho de los pueblos y las naciones a definir no solo los alimentos que desean consumir sino sus sistemas de producción” (Yale University, 2013), constituye una de las principales tensiones en materia de política alimentaria y nutricional, dada la intensificación del comercio mundial de alimentos y la posición monopólica de las transnacionales que actúan en su producción y distribución. Martín Caparrós, citando a McMahon, establece una clasificación del comercio de los alimentos en cinco grupos. El primero es el de “los poderes alimentarios establecidos”; a este grupo pertenecen, según el autor, catorce países industrializados, que son los exportadores netos de calorías; entre ellos, Estados Unidos, Canadá, Australia,
Nuestros libros
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Nueva Zelanda y varios de Europa. Al segundo grupo pertenecen países como Brasil, Uruguay, Paraguay, Argentina, Tailandia, Vietnam, Myanmar, Rusia, Ucrania y Kazajistán y es denominado “los exportadores alimentarios emergentes”; estos países se caracterizan por un giro hacia una forma intensiva y tecnificada de producción con menos fuerza de trabajo, han multiplicado sus exportaciones de granos y suelen aceptar los mecanismos del libre comercio global (Caparrós, 2014: 410-425). […]
El problema del modernismo. Lecciones magistrales, Universidad de Bonn Rafael Gutiérrez Girardot Andrés Felipe Quintero Atehortúa —traducción— Juan Guillermo Gómez García —prólogo—
Fragmento tomado de Gutiérrez Girardot, R. (2017). El problema del modernismo. Lecciones magistrales, Universidad de Bonn, traducción de Andrés Felipe Quintero Atehortúa, Medellín, Universidad de Antioquia, pp. 93-94.
[…] La sociedad burguesa les quitó al arte y al artista su papel destacado y los convirtió en marginados. El arte y el artista sirvieron de ornamento a la sociedad burguesa. Los artistas la criticaron, la despreciaron y la desafiaron. Pero los artistas vivían de la sociedad burguesa, vivían en ella y para ella. Que los artistas no desempeñaran un papel importante en la sociedad no significa que no representaran un papel. La sociedad burguesa, que se quería legitimar mediante el arte, era a su vez el público lector, el potencial y, en parte, público lector real de los poetas y escritores. En otras palabras, estos poetas y escritores no tenían un mercado. Al principio era modesto, incluso en el caso de escritores exitosos como Pérez Galdós en España. Pero era un mercado que incluso a unos modernistas de alta categoría como Darío o Lugones o Machado o José María Vargas Vila no les daba la posibilidad de volverse millonarios. Los demás autores que no ejercían un oficio burgués —Leopoldo Lugones, por ejemplo, era funcionario público— ganaban dinero trabajando como periodistas, por ejemplo, Rubén Darío o Ramiro de Maeztu. Los poetas y los escritores, los artistas en el sentido estricto de la palabra, habían obtenido un nuevo papel que correspondía a la racionalización de la sociedad burguesa: tenían, pues, un oficio. Se convirtieron, por así decirlo, en profesionales, pero con inclinaciones bohemias. Público lector, mercado de libros, periodismo y profesionalización del escritor y del artista posibilitaron las condiciones, las principales condiciones, para el nuevo papel del escritor en la sociedad burguesa: este nuevo papel era el del intelectual. Este nombre se hizo famoso en Francia en 1898 mediante el manifiesto que firmaron los intelectuales Émile Zola, Anatole France, Marcel Proust, el historiador de la filosofía y germanista Charles Andler, autor de una monografía canónica sobre Nietzsche, el historiador de la literatura Lanson, el lingüista Brunot, entre muchos otros, para protestar contra la violación de la ley en el proceso Esterhazy (se trata del famoso caso Dreyfus). El término intelectual fue adquiriendo entre los conservadores de todos los países y todos los tiempos un tono peyorativo. Esto también es válido en el caso de los intelectuales que van desde el prefascista Maurice Barrès hasta el posfascista Mathias Walden en nuestra actualidad alemana. Para los conservadores y los intelectuales conservadores, intelectual significa “intelectual de izquierda”. Pese a estas reacciones de rechazo surgidas de la emoción irracional, del rencor contra la razón y la crítica, el nuevo papel del poeta y del escritor cobró importancia en la sociedad burguesa. […]
Emily Dickinson. En mi flor me he escondido —Edición bilingüe— Versiones de José Manuel Arango y prólogo de Juan José Hoyos
26 Es todo lo que hoy tengo para traer. Esto y mi corazón. Esto y mi corazón, todos los campos y las vastas praderas. Lleva la cuenta: si se me olvidara, alguien podría hacer la suma. Esto y mi corazón y las abejas que habitan en el trébol. Poemas tomados de Dickinson, E. (2017). En mi flor me he escondido, versiones de José Manuel Arango, Medellín, Editorial Universidad de Antioquia, pp. 9, 45, 134-135.
135 Aprendemos el agua de la sed y de la travesía de los mares la tierra, el arrebato de la angustia y la paz del recuento de batallas, el amor de su hueco memorioso, de la nieve los pájaros. 419 Nos familiarizamos con la sombra si la luz se retira,
como cuando un vecino, al despedirnos, lleva una lámpara. Por un momento vamos inseguros por la novedad de la noche. Luego nuestra visión se hace a la oscuridad y encontramos erguidos el camino. Y así con esa oscuridad más vasta, esos anocheceres del cerebro, cuando ninguna luna nos deja ver un signo y no aparece ningún astro. El más valiente tambalea un poco y se va algunas veces contra un árbol –directamente– de cabeza. Pero aprende a ver luego, bien que la oscuridad se haya mudado o que algo en el ojo se adecue a la medianoche. La vida avanza, casi recta.
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Los árboles se toman la ciudad
Más que Juan Mosca
Cuentos escogidos de Machado de Assis
El problema del modernismo
El proceso de modernización y la transformación del paisaje en Medellín, 1890-1950
Fernando Garavito, escritor y hereje
Compilación y traducción de Jhony Alexánder Calle Orozco
Lecciones magistrales, Universidad de Bonn
Édison Marulanda Peña
Prólogo de Elkin Obregón
Diego Alejandro Molina Franco
Elementos de epidemiología para el cuidado de la enfermería Luz Ever Díaz Monsalve, María Eugenia Hincapié Zapata, Sandra Lorena Duque Henao —editoras académicas—
El detective y la ciudad
Carcinoma hepatocelular
El espacio urbano en las novelas de detectives de Paco Ignacio Taibo II y Leonardo Padura Fuentes
María-Cristina Navas Navas, Juan Carlos Restrepo Gutiérrez, Sergio Iván Hoyos Duque —editores académicos—
Carlos Pardo
40 poemas
Antología personal
Piedad Bonnett
Maruja Vieira
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Rafael Gutiérrez Girardot
Violencia escolar y autoridad El bullying desde la perspectiva psicoanalítica Héctor Gallo
¿Quién mató a Gerard Norton?
La gran dicotomía: público/privado
Óscar R. López Castaño
Norberto Bobbio
Novedades
Confesión de un viejo faccioso arrepentido Refutación a Florentino González
Perversiones digitales Ciberactivismo, producción transmedia y cultura hacker Carlos Obando Arroyave
Marcelo Tenorio. Edición de Humberto Barrera Orrego
Las políticas alimentarias y nutricionales en Colombia y América Latina
Historia, contexto y desafíos
Lorena Patricia Mancilla López, Luz Stella Álvarez Castaño, Elsury Johanna Pérez Isaza —editoras académicas—
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Los conceptos de la física
En mi flor me he escondido
Evolución histórica 4.ª edición
3.ª ed. Edición bilingüe
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Emily Dickinson
Alonso Sepúlveda Soto
Cirugía pediátrica
Derivas
Una sombra
2.ª edición
Carlos Vásquez
Emperatriz Muñoz Pérez
María Elena Arango Rave, Natalia Herrera Toro, Francisco Luis Uribe Restrepo —editores académicos—
Bebestiario
Habitada palabra
La distracción
Bacteriología médica
David Betancourt
Claudia Trujillo
Javier Naranjo
Con base en casos problema Alonso Martínez
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Reconstruir la historia de un hombre, de un intelectual El escritor Édison Marulanda Peña habla de su reciente obra Más que Juan Mosca. Fernando Garavito, escritor y hereje, que prologó la profesora Maryluz Vallejo M.
El estudio de la prensa literaria en Colombia y América Latina Estados del arte Ana María Agudelo Ochoa y otros
La experimentación en la clase de ciencias Aportes para una enseñanza de las ciencias contextualizada con reflexiones metacientíficas Ángel Enrique Romero-Chacón —editor académico—
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Por qué un ensayo biográfico sobre Fernando Garavito? —Seguramente por culpa del crítico más enconado del género biografía, el sociólogo Pierre Bordieu. En La ilusión biográfica (1997), donde niega cualquier filiación científica a la biografía cuando deviene ‘historia de vida’. “Producir una historia de vida, tratar la vida como una historia, es decir, como la narración coherente de una secuencia significante y orientada de acontecimientos, tal vez sea someterse a una ilusión retórica, a una representación común de la existencia, que toda una tradición literaria no ha dejado ni deja de reforzar”, afirma Bordieu. Elegí, entonces, el ensayo biográfico, que se cultiva poco en Colombia, para no conformarme con la mera transcripción de testimonios, de unos datos y acontecimientos, como a menudo ocurre con el perfil. Me interesaba aprovechar la mirada personal que tenía de Garavito, que surgió a lo largo de 19 años de una relación de amistad con altibajos, pues nunca viví en la misma ciudad donde él estaba. También la lectura que había hecho de su obra amplia y heterogénea: como periodista, poeta, ensayista, crítico literario, profesor universitario. En el ensayo hay más posibilidades de encontrar un tono que integre los hechos, las ideas, los conceptos y el conjunto de la obra del biografiado. Resumiendo, permite tratar no solo los acontecimientos para reconstruir la vida del hombre, sino que deja mostrar también al intelectual y su obra; en esta última se refleja el valor de experimentar con el lenguaje que es tal vez su rasgo principal. ¿En algún momento pensó en escribir otro tipo de texto con la obra de Fernando Garavito? —No quería repetirme, porque mis dos biografías anteriores: El cardenal Castrillón, entre la fe y el poder (1999); El cuarto poder soy yo. Vida y final del periodista César Augusto López Arias (2011), tenían un enfoque periodístico y, por ende, estaba ausente la reflexión personal sobre los personajes. Esta vez quise apostar por el “ensayo biográfico” para intentar algo diferente. ¿Qué faceta de “Juan Mosca” le queda por explorar? —Leí dos biografías que Garavito Pardo publicó. Una sobre el magistrado y profesor inmolado en la toma del Palacio de Justicia, Ricardo Medina Moyano. Vida, obra y pensamiento jurídico (1995), para cumplir el requisito de la tesis y graduarse de abogado ¡por fin! 27 años después de haber iniciado los estudios en la Javeriana de Bogotá; la otra por encargo de la Asociación Colombiana para el Avance de la Ciencia, Eduardo Umaña Luna: un hombre, una vida, un país (2001), escrita en primera persona [no tomo en cuenta Biografía no autorizada de Álvaro Uribe Vélez (El señor de las sombras), que tantos problemas le generó, por ser dizque a cuatro manos con Joseph Contreras, pese a que casi todo el trabajo lo hizo Garavito Pardo]. Creo que esa faceta de biógrafo se debería tener en cuenta en una nueva edición o trabajo investigativo. Dada la cercanía con el biografiado y con su obra ¿Qué otro trabajo tiene en mente con Garavito? —Vale la pena reunir sus trabajos de crítica literaria, que están dispersos en periódicos, revistas y prólogos de libros, en un tomo. Claro, para esto se debe contar con la voluntad y la autorización de sus herederos: Melibea, Manuela y Fernando. No sé si estarían interesados.
Inclusión laboral de personas con discapacidad Una perspectiva desde la gestión del talento humano Angélica María López Velásquez y otros Las novedades de la colección Investigación en
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¿Con cuál columna de Fernando Garavito se queda? —Limitarme a una es muy arduo. Me habría gustado hacer un top 5, pero voy a cumplir lo que usted me propone. Escojo Coctel sin Ivonne (27 de octubre de 2002, El Espectador). En esta columna Fernando Garavito hace algo totalmente innovador que se puede denominar “giro lingüístico”, pues no utiliza signos de puntuación; lo explico en el capítulo 3. Un heterodoxo quiere cambiar el estilo del género opinión. ¿Cuál es el aporte de Fernando Garavito al periodismo colombiano? —El demostrar que hay que conocer a fondo la literatura y la lengua materna para hacer un periodismo con óptimo estilo y con profundidad. Los temas no importan, lo importante es saber darles el tratamiento adecuado, con un enfoque original. Él siempre lo conseguía: en crónica, reportaje o una columna de opinión. ¿Cómo invitaría a un estudiante de periodismo a conocer su obra? —Le sugeriría que empiece por la “Introducción” y siga con el capítulo 4. Juan Mosca y el país. Quizá se entusiasme al toparse con un maestro de la escritura que creó un álter ego, Juan Mosca, y quiera leer los otros tres.
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A propósito de los libros de poesía que la Editorial Universidad de Antioquia presenta como novedades en la Feria del libro de Bogotá de las poetas Piedad Bonnett y Maruja Vieira, ALMA MÁTER “recupera” fragmentos del programa radial Diálogos: arte y conversación. En una entrañable charla con el profesor Carlos Vásquez Tamayo, la autora de “Lo que no tiene nombre” desnuda su alma sobre el suicidio, la enfermedad, el dolor, el amor, la literatura como perdón.
D
ice Piedad Bonnett: De lo que me he dado cuenta es que uno no sabe de qué es capaz. Los seres humanos estamos preparados para todo. Eso me han dicho los lectores, que se me han acercado, algunos conmovidos con la obra literaria, pero la gran mayoría con un dolor encima. Para mí es una recompensa, que eso que no tiene nombre, que es la pérdida de un hijo y sobre todo después de un enorme sufrimiento, al ser trasladado a la literatura, ahora comprendo que tiene un sentido porque le da voz a otros, sobre todo en este caso en que estamos ante unos tabús: el tabú del suicidio, que todavía en esta sociedad se oculta, y el tabú de la enfermedad mental. Yo sí soy una persona que, podríamos decir, ancla su poesía en una sensación de desilusión última. Tengo una profunda conciencia de lo perecedero, de la soledad última a que estamos todos abocados, y de alguna manera de la falta de sentido en general de la vida; porque no soy una persona que piense que hay un más allá que va a justificar mi aquí. Yo he buscado en la belleza y en esta especie de orden de la naturaleza en que uno se mueve, un sentido, pero también en el quehacer cotidiano. Y en ese sentido, el arte para mí resulta salvador. Lo fue siempre desde que era una niña; desde que era una niña rebelde, que no aceptaba un montón de imposiciones que no tenían un porqué. Entonces, la palabra es muy sanadora; la escritura tiene un efecto terapéutico. Las universidades y los medios, muy hiperracionales hoy en día, se han olvidado de que la literatura tiene también esa función, la función de sanar, la función de curar. Perdonar cura. Yo creo que eso está dicho por todos los terapeutas: en el momento en que uno perdona, empieza a curarse de sus dolores. La literatura puede ser también una manera de perdonar. A mí me gusta más la palabra “solidaridad” que “bondad”. Yo crecí en una casa en la que me enseñaron a mirar al que no tenía, al distinto, y acogerlo. Y claro, ahí tiene sentido la palabra bondad, pero se manifiesta en solidaridad permanente. Hay unas solidaridades naturales, las que salen del amor muy profundo, del amor familiar, de la mamá por los hijos. Pero a mí me parece que es maravilloso ir por el mundo, no sintiéndose bueno, porque eso es distinto, eso es como hacer méritos como nos enseñó también el catolicismo: a dar
Educación para la lactancia materna Una propuesta pedagógica Nydia Stella Caicedo Martínez y otros Foto: archivo ALMA MÁTER
Fragmento de poeta la limosna y a regocijarnos de darla. Sino que yo pienso que en el escritor, siempre en el fondo, hay una mirada comprensiva, comprensiva en el sentido de comprender lo otro, lo diferente. El escritor siempre está mirando y está tratando de penetrar en la oscuridad del otro. Y entonces, eso lleva a comprender. Y yo creo que ese gesto de comprender ya es bondad. Yo creo que lo que mata a esta sociedad es la indiferencia; que no se está mirando al otro ni tratando de comprender, ni siquiera pensando en su circunstancia. Yo no creo en un Dios bondadoso que nos lleva y nos trae o nos castiga, lo que sí pienso es en un orden, en el que estamos inscritos, y me gusta llamarlo con las palabras de Montale, que es la “divina indiferencia”; hay una especie de divina indiferencia. Entonces, como no hay manera de estrellarse contra la realidad, porque sería un acto estúpido, yo creo que es más sabio y sobre todo más sano, aceptar. Estoy de acuerdo con una bondad que no es la bondad cristiana, sino la bondad que nace de la comprensión de que hay realidades inamovibles, y de que hay realidades transformables. Y, en ese movimiento entre lo inamovible y lo transformable, es que vivimos nosotros; esa es la lucha que damos día a día. Y eso se traduce en la literatura, no en formas moralizantes ni en consejos a nadie, sino en una representación de la realidad que entraña siempre un fondo trágico, y al que le damos sentido en el día a día, los que de alguna manera nos aferramos a esa vida, y que otros, al no tener sentido, justifican el abandono de esas leyes en las que estaban inscritos, contra las cuales ellos se rebelan.
Ciudadanía y acceso a medicamentos en asociaciones de pacientes de la ciudad de Medellín Entre la autonomía y la cooptación política Steven Orozco Arcila
Trayectorias y voces de los maestros egresados de la Facultad de Educación de la Universidad de Antioquia Teresita María Gallego Betancur y otros Las novedades de la colección Investigación en
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Cultura
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Por ALEJANDRA CARMONA VALENCIA
Estudiante de Periodismo de la Facultad de Comunicaciones aleja2779@hotmail.com
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os conflictos sociales, la violencia, la memoria histórica, son algunos de los tópicos que el egresado de Periodismo Juan Camilo Castañeda trata en “Nuestro otro infierno: violencia y guerra en Manrique”, un libro fruto de la Beca a la creación en periodismo narrativo de la Alcaldía de Medellín, obtenida en 2015. En cuatro crónicas, el joven periodista revive confrontaciones de las bandas criminales que tienen como escenario el barrio de Manrique, comuna oriental de Medellín, enmarcadas en enfrentamientos sucedidos entre 2009 y 2011 entre los alias “Sebastián” y “Valenciano” por el control económico y territorial de los barrios después de la extradición de “Don Berna”. El objetivo de Castañeda al contar las historias es precisamente demostrar cómo la cotidianidad del barrio, las relaciones familiares y de los vecinos, se vieron irrumpidas y transformadas por la violencia de esos años. “Desde la cotidianidad del barrio y a través de la voz de los protagonistas de las crónicas, el autor explora los contextos y motivaciones de la guerra, las lógicas e imaginarios que la nutrieron y exacerbaron. Muestra por qué para muchos jóvenes resulta casi inevitable caer en el campo gravitatorio de los combos armados; en un vecindario en el que el orden que representa el Estado ha estado siempre en entredicho, donde las personas no tienen acceso a educación, recreación y empleo, y además viven acorraladas en sus reductos de fronteras invisibles con la muerte respirándoles en la nuca”, escribe el periodista Ricardo Aricapa en la presentación del libro. Justamente el autor quería evidenciar que los jóvenes no se ven involucrados en un conflicto armado por casualidad, pues hay unas condiciones sociales, culturales, económicas y políticas que inciden en ellos. “Esto se ve manifestado en la segunda crónica que cuenta la historia de “Diablito”, un adolescente de 15 años que termina haciendo parte de una banda. Él representa eso,
Foto: Alejandra Carmona Valencia
El otro infierno de Medellín narrado por Juan Camilo Castañeda que no es cuestión de azar, su padre fue asesinado en los 90 y el joven repite esa historia. Es víctima de unos problemas estructurales como la violencia y la desigualdad”, precisa Castañeda. Por otro lado, están Pedro y Mercedes, una pareja de abuelos que poblaron a Santa Inés, el sector de Manrique de donde se derivan las crónicas. Ellos protagonizan la crónica en la que se da un contexto valioso que sitúa al lector en el barrio y le cuenta cuál es su historia, cómo se fundó, cómo es vivir allí, cómo hay un sentimiento de colaboración comunal donde los mismos habitantes dotan el barrio de la infraestructura física y de los servicios públicos. Castañeda vivió toda su infancia y su adolescencia en Santa Inés y esto hizo que lo más complejo al realizar el proceso de reportería para escribir su libro fuera tomar una distancia con quienes había crecido y
ahora eran los protagonistas de su trabajo. “Yo no conté historias ajenas a mí, fue mi realidad. Lo más difícil era establecer la separación entre ellos como objeto de investigación y yo como periodista. Sus dramas también eran los míos, era un choque emocional constante pero logré superar eso haciendo una racionalización de qué es un conflicto, de qué es hacer memoria y una lectura juiciosa del contexto de la ciudad y por qué es violenta”, expresa. Según Aricapa, “También es visible en este libro el afán deliberado del autor por establecer el contraste entre lo que ocurre en Santa Inés y los demás barrios que conforman esa franja que podríamos llamar “invisible”, con lo que ocurre en la otra ciudad, la “visible”, la de mostrar”. Castañeda concibe a Medellín como una “ciudad dual” desde que fue testigo del atentado
que le hicieron a un tío en 2010, la misma noche en que Medellín recibía el Congreso Iberoamericano de Cultura y los medios de comunicación cubrían el gran evento mientras en los barrios populares habían otras realidades no contadas. “Yo cuestionaba que en el barrio ocurrieron tres ciclos de violencia y la gente no se preocupó por recordar, había una ausencia total de esas memorias. Las muertes de nuestros vecinos eran importantes para el barrio y no teníamos un reconocimiento ni siquiera en la oralidad de esos testimonios”, dice Castañeda. Considera que el periodismo debe ocuparse de narrar estos hechos, ya que es significativo para las comunidades tener registro de sus historias para que no queden en el olvido; además les ayuda a reconocer quiénes son, qué han vivido, y qué van a construir en el futuro.
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Un tal Juan Rulfo n
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Por LUIS GERMÁN SIERRA J.
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Coordinador cultural del Sistema de Bibliotecas german.sierra@udea.edu.co
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Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo”, es uno de esos comienzos famosos de libros famosos, como los de El túnel, Moby Dick, Ulises, La metamorfosis, Cien años de soledad, El extranjero, Rayuela, Ana Karenina, En busca del tiempo perdido y El Quijote, tal vez el más famoso de todos. Y hay más. El de arriba es el comienzo de la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo de México, de quien por estos días se conmemoran cien años de su nacimiento. Había nacido el 16 de mayo de 1917 y murió el 7 de enero de 1986. Rulfo es autor, al igual, del libro de cuentos El llano en llamas, de apenas 17 relatos, así como la novela mencionada no supera las 150 páginas. Los cuentos fueron publicados en 1953 y la novela en 1955. Y se dice así, como en singular, porque esos dos libros fueron los dos únicos publicados por el autor, aunque en 1980 apareció El gallo de oro, novela casi sin trascendencia si se compara lo que significaron los dos títulos anteriores. Rulfo los escribió y se calló; no escribió más a pesar de la insistencia de sus lectores y de la fama que le granjearon en todo el mundo, no solo en el ámbito de lengua castellana —aunque nunca se le haya incluido en el famoso boom de la literatura latinoamericana, hecho sin importancia, finalmente—. “Ya no escribo porque se murió mi tío Celerino, que era el que me contaba las historias”, era una de las respuestas que tenía preparada Rulfo ante la insistencia de periodistas y críticos. Algunos dicen que puede ser cierto, tal vez porque los caminos de la creación son ariscos y no se dejan encasillar, como tanto han querido hacer con la narrativa de Juan Rulfo. Apenas dos libros de creación han producido muchos otros de análisis, crítica, estudios, supuestos hallazgos, interpretaciones, etc. Como casi siempre, se ha pensado que el autor quiso decir cosas muy distintas a las que dijo en sus libros. Seca, sustantiva, básicamente silenciosa, mexicana hasta los tuétanos, poética en su carencia de adjetivaciones y en la certeza absoluta en el uso de la lengua (de su lengua), la prosa de Rulfo es desconcertante, pero es auténtica. Sus personajes están absolutamente vivos, a pesar de que están absolutamente muertos. En Comala se mueven y murmuran esos personajes, y Comala es una invención (como lo es Santa María de Juan Carlos Onetti, como lo es Yoknapatawpha de William Faulkner, como lo es Macondo de García Márquez), pero al tiempo es real como la tierra de México. Son sus palabras, no la simulada mitología inventada a su alrededor. Sus personajes son de carne y hueso y palabra y silencio. Aunque esos personajes están más hechos de la sustancia de la muerte, de los fantasmas y de los murmullos, son de carne y hueso. Y el Rulfo fotógrafo. Porque también hizo cientos y cientos de fotografías a lo largo y ancho de
México (siempre México), mientras viajaba por todas partes por otros asuntos, como si escribiera cuentos y novelas, como si describiera los mismos paisajes y los mismos personajes llenos de vida y llenos de muerte. Llenos de soledad. Llenos de belleza. Impecable, riguroso, preciso, sin desperdicio. Como en sus cuentos y en su novela. En blanco y negro. En cajas de zapatos, de cartón, había cientos de negativos con las fotografías de Rulfo. Ahí están los libros y las exposiciones por todo el mundo con sus fotografías. Hace algunos años vimos una parte de esas crónicas en blanco y negro en Medellín, gracias a uno de sus hijos, quien lleva a su padre por todas partes, como se lleva a un adorable niño de la mano. ***** Entre los tantísimos ensayos sobre la obra de Juan Rulfo, y sobre Juan Rulfo, resalto dos por su humor y por la irreverencia con la crítica insulsa y acomodada: uno brevísimo incluido en el libro Bartleby y compañía de Enrique Vila-Matas, y “Extraviando a Rulfo” en Mentiras contagiosas de Jorge Volpi. De este último, un aparte:
Una anomalía. Un contrasentido. Un escritor que publica dos libros superlativos y luego no vuelve a publicar nada más. Un hablador que de pronto se calla. Y, lo que es peor, que no explica por qué se calla. Qué odioso, qué malévolo. Porque con su silencio, y sobre todo con la falta de razones de su silencio, provocó que muchas personas —o esa suerte de personas que son los críticos— se empeñasen en creer que detrás de su silencio había un misterio inmensurable, un enigma de gigantescas proporciones. Si un genio decide hacer mutis ha de ser por algo. Por una razón poderosa, inefable, incognosible. Pobre Rulfo: quizás él solo quería que lo dejaran en santa paz, ya bastante tenía con las voces que había imaginado hasta entonces y que seguían agitándose en su cabeza, y ahora tenía que enfrentar a esa horda de pesados, siempre con sus preguntas y sus intuiciones. Que si su silencio era esterilidad; que, si por el contrario, su silencio era su mayor obra (¡menudo disparate!); que si su silencio era la conclusión inevitable de su estética. Y así fue cómo, sin desearlo ni quererlo, Juan Rulfo se vio rodeado de un aura de misterio. De un misterio que, a partir de ese momento, todos los críticos se han creído capaces de resolver.
Ilustración de Rey Naranjo. Tomada de http://www.otroangulo.info/fabricaweb/wp-content/uploads/Rulfo_naranjo.jpg
(Jorge Volpi en Mentiras contagiosas, Páginas de Espuma, España, pp. 162-163).
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La literatura se exalta reconociendo su forma de disenso Por JUAN FERNANDO TABORDA SÁNCHEZ* Profesor de la Facultad de Comunicaciones
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os Premios Nacionales de Cultura de la Universidad de Antioquia, que este año llegan a su versión 49, son un reconocimiento a la creación y a la gestión de las artes y la cultura como manifestaciones fundamentales de la identidad colombiana, asuntos con los que la Alma Máter ha adquirido un compromiso abnegado que abarca el diálogo intercultural, pasando por un escenario dinámico de acercamiento entre los diversos públicos, las obras y sus autores. Casi cinco décadas ininterrumpidas de convocatoria evidencian la solidez, continuidad y compromiso de la Universidad de Antioquia con la cultura y el reconocimiento al valor de las artes. Dentro de la convocatoria de este año, se concederá el 35º Premio Nacional de Literatura, modalidad ensayo literario. Como corresponde a la naturaleza del género, su temática será libre y se buscará estimular y premiar la reflexión ensayística a través del reconocimiento de una obra que se destaque por su imaginación crítica, por su hondura, singularidad argumentativa y calidad literaria. Es la invitación a todos los escritores colombianos para brindar una respuesta estética a los problemas acuciantes de nuestra realidad. El ensayo, como género literario, nace en la Modernidad con la importancia que adquiere la conciencia individual y la noción de libertad. Es un acto específicamente cultural que surge del deseo de pensar y de incidir con lo pensado, de la voluntad de establecer una relación con el mundo a través del juicio crítico. Tiene un acta de nacimiento precisa, comúnmente aceptada, los Essais de Michel de Montaigne. En cierto sentido, en su origen y como territorio de la libertad y la conciencia individual es hermano de la novela. Así los nombres de Montaigne y Miguel de Cervantes están unidos como precursores de dos formas características de la modernidad literaria. Tiene además una larga tradición que llega hasta nuestros días, cuya enumeración de autores siempre será caprichosa, pero donde es imprescindible mencionar a Bacon, Locke en el mundo anglosajón, a Voltaire y Rousseau en el ámbito francés. Lo que indica también que, desde su origen, el ensayo está vinculado estrechamente a la Ilustración europea y a sus proyectos de secularización y reforma intelectual. A lo largo del tiempo el ensayo cuenta con grandes teóricos que han definido y sentado las bases para su desarrollo; sobresalen Georg Lukács con Sobre la esencia y forma del ensayo y Theodor Adorno con El ensayo como forma. Para Lukács el ensayo es una de las manifestaciones más altas y logradas de la crítica y entraña un esfuerzo de actualizar y revitalizar las discusiones que están en el espíritu de una época,
mediadas por una voluntad de forma o estilo. Para Adorno es el género que desenmascara toda pretensión de la existencia de conceptos absolutos. En América Latina el ensayo tiene una historia insoslayable, consecuencia de su autonomía y lugar a la par de las literaturas del orbe. Moral social (1888) de José María de Hostos, “Notas para la inteligencia americana” (1936) de Alfonso Reyes, Siete ensayos (1928) de José Carlos Mariátegui, Casa grande y senzala (1933) de Gilberto Freyre, Radiografía de la pampa (1933) de Ezequiel Martínez Estrada, Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar (1940) de Fernando Ortiz y El laberinto de la soledad (1950) de Octavio Paz, son ejemplos cumbres de esta historia y de la interpretación de la identidad cultural latinoamericana. En esta línea se inscribe la obra ensayística de los colombianos Baldomero Sanín Cano y Rafael Gutiérrez Girardot. En síntesis, el ensayo implica la relación crítica de un sujeto con el mundo y una poética del pensar, es una forma de reinterpretar la realidad a través de la unión de dos contrarios: la razón y la pasión. Es el instrumento propicio para manifestar el desacuerdo con el devenir del mundo actual; con fenómenos como el desarraigo y el exilio, el desplazamiento forzoso, la violencia generalizada, las políticas de homogenización y daño de la naturaleza. Es un medio para el reconocimiento de la capacidad creativa y de esclarecimiento frente a la destrucción. *Coordinador del 35º. Premio Nacional de Literatura Universidad de Antioquia.