Alma Mater 671

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Nº 671 Medellín, diciembre de 2017 - enero de 2018 Vigilada Mineducación

SISTEMA DE COMUNICACIONES • almamater@udea.edu.co • ISSN 1657-4303

Calendario académico único y Plan de Desarrollo Decenal, logros destacados de la gestión en 2017

Calendario para el proceso de designación de Rector de la Universidad de Antioquia para el periodo 2018-2021 Mediante Resolución Superior 2225 del 28 de noviembre de 2017, el Consejo Superior Universitario fijó el calendario para el proceso de designación de rector de la Universidad de Antioquia para el periodo 2018-2021, así:

Foto: Luis Javier Londoño Balbín

Inscripción: el período de inscripción de aspirantes al empleo de rector comenzó a contarse a partir de la expedición y publicación de dicha resolución y finalizará el 26 de enero de 2018 a las 16:00 horas, hora legal colombiana.

Al frente del Edificio de Extensión, entre la ciudad universitaria, la Clínica León XIII y Ruta N, se encuentra localizado el predio de la antigua lavandería del Seguro Social. Allí, la Universidad de Antioquia construirá el Complejo de la Salud, un proyecto que demandará una inversión cercana a los 220.000 millones de pesos y que contribuirá no sólo a mejorar la infraestructura e integrar los saberes de la Institución, sino que se insertará de manera natural en el Distrito de innovación que se viene configurando en la zona céntrica de Medellín.

Complejo de la Salud,

un proyecto de ciudad y de región Página 22

U. de Antioquia, sobresaliente en Premio Medellín investiga 2017 Foto: archivo Alma Máter

• Profesora María Teresa Rugeles López, distinguida con el reconocimiento a toda una vida dedicada a la ciencia. • La entrega de los premios es el miércoles 6 de diciembre a las 9:45 a.m. en el Teatro del MAMM. Páginas 8 y 9

Foro: como parte de las acciones, contenidos y medios institucionales de comunicación que la Universidad dispondrá para la divulgación del proceso y de los candidatos debidamente acreditados, la Universidad convocará y organizará un foro entre los candidatos, dirigido a la comunidad universitaria, el cual se realizará el 13 de febrero de 2018 entre las 10:00 y las 12:00 horas, en el Teatro Universitario. La Secretaría General y la Dirección de Comunicaciones definirán y darán a conocer el protocolo para la realización del foro. Consulta electrónica: la consulta electrónica a la comunidad universitaria (profesores, estudiantes, egresados, personal no docente y jubilados), a través del portal universitario, se realizará el día 20 de febrero de 2018, entre las 8:00 y las 18:00 horas. Se conformará una comisión veedora que verifique las condiciones de transparencia del proceso de consulta, compuesta por un representante de cada uno de los candidatos acreditados por la Secretaría General, el Director de Auditoría Institucional, el Director de Planeación y Desarrollo Institucional, el Director Jurídico y el Secretario General. Designación: la designación del rector, para el periodo 2018 – 2021, se realizará en la sesión ordinaria del Consejo Superior Universitario del mes de febrero de 2018.


Gestión

CONSEJO SUPERIOR UNIVERSITARIO Luis Pérez Gutiérrez, Gobernador del Departamento y Presidente de la Corporación • Mauricio Alviar Ramírez, Rector • Antonio Yepes Parra, Representante del Presidente de la República • Ana Milena Gualdrón Díaz, Representante de la Ministra de Educación Nacional • Elvia María González Agudelo, Representante del Consejo Académico • Carlos Arturo Morales Vallecilla, Representante Profesoral •Carlos A. Giraldo Giraldo, Representante de los Egresados • Hernán Moreno Pérez, Representante del Sector Productivo • Jaime Restrepo Cuartas, Representante de los ex Rectores • David Hernández García, Secretario General. CONSEJO ACADÉMICO Mauricio Alviar Ramírez, Rector • María Patricia Arbeláez Montoya, Vicerrectora de Investigación • Luz Stella Isaza Mesa, Vicerrectora de Docencia • Carlos Alberto Palacio Tobón, Vicerrector de Extensión • Fernando Tobón Bernal, Vicerrector Administrativo • Gabriel Mario Vélez Salazar, Decano Facultad de Artes • John Jairo Arboleda Céspedes, Decano Facultad de Ciencias Agrarias • Sergio Iván Restrepo Ochoa, Decano Facultad de Ciencias Económicas • Nora Eugenia Restrepo Sánchez, Decana Facultad de Ciencias Exactas y Naturales • Hernando Muñoz Sánchez, Decano Facultad de Ciencias Sociales y Humanas • Edwin Carvajal Córdoba, Decano Facultad de Comunicaciones • Luquegi Gil Neira, Decano Facultad de Derecho y Ciencias Políticas • Elvia María González Agudelo, Decana Facultad de Educación • Lina María Zuleta Vanegas, Decana Facultad de Enfermería • Jesús Francisco Vargas Bonilla, Decano Facultad de Ingeniería • Carlos Alberto Palacio Acosta, Decano Facultad de Medicina •José Pablo Escobar Vasco, Decano Facultad Nacional de Salud Pública • Ángela María Franco Cortés, Decana Facultad de Odontología • Juan Carlos Alarcón Pérez, Decano Facultad de Ciencias Farmacéuticas y Alimentarias • Luis Javier Castro Naranjo, Representante Profesoral ante el Consejo Académico • David Hernández García, Secretario General. Invitados: Álvaro Franco Giraldo, Vicerrector General • Sandra María Turbay Ceballos, Directora de Posgrado • Luis Alfonso Escobar Trujillo, Director de Regionalización • José Ricardo Velasco Vélez, Director Escuela de Microbiología • Margarita María Gaviria Velásquez, Directora Escuela Interamericana de Bibliotecología • Paula Andrea Echeverri Sucerquia, Directora Escuela de Idiomas • Berta Lucía Gaviria Gómez, Directora Escuela de Nutrición y Dietética • Francisco Cortés Rodas, Director Instituto de Filosofía • Gloria María Castañeda Clavijo, Directora Instituto de Educación Física y Deporte • Carlos Mario Duque Duque, Director de Planeación y Desarrollo Institucional • Adriana González Moncada, Directora de Relaciones Internacionales • Adriana Patricia Arcila Rojas, Directora de Bienestar Universitario • Adriana Lucía Valderrama Patiño, Directora Jurídica (e) • Adriana Astrid Zea Cárdenas, Directora de Auditoría Institucional • Alma Nury López Patiño, Directora de Comunicaciones.

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En el cierre de 2017, el rector de la Universidad de Antioquia, Mauricio Alviar Ramírez, hace un recorrido por los hechos sobresalientes de la gestión académico-administrativa en este año, en la práctica, el último del actual periodo rectoral que inició en abril de 2015 y finalizará en abril de 2018. La regularidad en el calendario académico, el Plan de Desarrollo 20172027, la reducción del déficit, el inicio del Complejo de la Salud, hacen parte de los logros que destaca el directivo universitario, quien, además, señala los faltantes y desafíos institucionales.

Calendario académico único y Plan de Desarrollo Decenal, logros destacados Rector Mauricio Alviar Ramírez, ¿qué logros destaca de la gestión en 2017? —En primer lugar, destacaría la normalidad académica. Logramos, por segundo año, la realización del calendario académico unificado. Antes de 2015 había aproximadamente 14 calendarios distintos en la Universidad. Ello posibilita una mejor planeación y programación de las actividades académicas y administrativas, organización y eficiencia en la elaboración de los contratos de los docentes ocasionales y de cátedra, el proceso de matrícula de los estudiantes de pregrado en dos semanas, respuesta oportuna a los estudiantes extranjeros que vienen a hacer un semestre académico, hacer planeación de mediano plazo, los profesores pueden programar mejor sus periodos dedicados a investigación y extensión, los estudiantes puedan tomar cursos en otras facultades y en otras instituciones y hacer cursos intersemestrales. También me parece importante, así se haya declarado desierta, la convocatoria a representante

estudiantil al Consejo Superior Universitario, en reconocimiento a la importancia de esa representación; destaco la labor que se hizo entre los estudiantes, quienes demuestran el deseo y la intención de participar en ese ejercicio. La aprobación del nuevo Plan de Desarrollo Institucional para el periodo 2017 - 2027 fue un asunto histórico, por como se dio: la construcción colectiva, las mesas de interlocución, la participación de todos los estamentos de manera cualificada. Otro logro importante fue la aprobación por parte del Consejo Superior Universitario de la adecuación administrativa: se recupera la Vicerrectoría Administrativa, fundamental en cualquier organización, encargada de gestionar los recursos humanos, físicos y financieros; se recupera la planeación en la Dirección de Planeación y Desarrollo Institucional, se crea la Dirección Jurídica y la Dirección de Comunicaciones. Otra tarea que nos propusimos fue gestionar más recursos; gracias a esa gestión se logró que en la re-

forma tributaria quedaran recursos del IVA para la educación superior pública, que se tradujeron, este año, en 18 mil millones de base presupuestal. Eso contribuyó de manera significativa a la reducción del déficit, en más de 4 mil millones de pesos: pasamos de 39 mil a 33 mil millones de déficit. En investigación, destaco el ingreso del Instituto de Física al proyecto mundial de acelerador de partículas. Otro logro fue la creación de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Antioquia, que este año ya va por su cuarta temporada oficial de conciertos con presencia en la ciudad y en las regiones. ¿Cómo va la regionalización? —En regionalización destaco el inicio de la segunda fase de la Ciudadela Universitaria de Urabá en Apartadó: la idea es entregar la obra en marzo o abril del año entrante. Como nos correspondía, este año la Universidad coordinó el doctorado interinstitucional en ciencias del mar, lo cual nos exigió una inversión en dotación de labo-


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Foto: Luis Javier Londoño Balbín

ratorios de 800 millones de pesos. También se inauguró la cancha de fútbol y la placa polideportiva en la Sede de Estudios Ecológicos en Carepa. En Urabá, pues, hemos hecho una labor extraordinaria en materia de infraestructura, y eso nos va posicionando en la región con criterios de alta calidad. En la seccional Bajo Cauca se avanzó mucho en la ampliación de la sede con un bloque nuevo, con 6 aulas. En el Suroeste también logramos avanzar, con el apoyo de la Fundación Julio C. Hernández, para llevar programas académicos a La Pintada y con el apoyo de la Fundación Universidad de Antioquia se está trabajando en la infraestructura recreativa de Andes. En Magdalena Medio también estamos trabajando en el diseño de la ampliación de la sede, con bloque de aulas, placa polideportiva y un observatorio astronómico. En la seccional Oriente se dotaron laboratorios, próximos a inaugurar, por un valor de 313 millones de pesos, y se iniciaron dos pregrados nuevos, ingeniería aeroespacial y ciencias culinarias. Y hay un proyecto que va a beneficiar enormemente a la región de Nordeste, para lo cual firmamos un memorando de entendimien-

to con varias instituciones, con el apoyo de EPM, dueña de la infraestructura de El Tablón, para empezar a desarrollar allí un campus multiinstitucional y contribuir así con la educación superior para el desarrollo rural. Se disminuyó el déficit, pero las necesidades son muy grandes y el gobierno nacional no parece escuchar el clamor de las universidades públicas… —La Universidad de Antioquia ha impulsado los debates sobre la financiación en el Congreso de la República, el Sistema de Universidades Estatales, SUE, y el Consejo Nacional de Educación Superior, CESU. El gran problema de programas como Ser pilo paga es la fuente de financiamiento. Nosotros no estamos en contra ni de pelea con las universidades privadas, lo que sí reclamamos es que el financiamiento no puede provenir de los recursos de las universidades públicas. Se debió haber pensado en una fuente alterna, pero, poco a poco se fueron utilizando recursos del Icetex para financiar ese programa. Se pueden hacer ajustes por las desigualdades que hay en los valores que el Gobierno nacional le concede a las instituciones privadas versus las públicas. Ante ese panorama, ¿qué dificultades afrontará la universidad pública y la Universidad de Antioquia en particular? —El financiamiento seguirá siendo un reto y una dificultad que tenemos que superar con una ley de financiamiento. La reforma de los artículos 86 y 87 de la ley 30 de 1992 es una necesidad del país, para resolver de manera estructural el financiamiento de la educación superior pública. En segundo lugar, las universidades públicas tenemos que hacer un esfuerzo enorme por transformarnos, modernizarnos y tener un mayor relacionamiento con la sociedad. Lo otro es lograr la relación y la articulación con la formación técnica y tecnológica. Y, ligar el desarrollo rural con el proceso del posconflicto. En un escenario sin guerra, las oportunidades afloran y todo lo que tiene que ver con ciencias, tecnología e innovación, liderado por las universidades, es fundamental para lograr superar el atraso y la pobreza rural. Eso va a ser un desafío para las universidades y en particular para la nuestra. Otro de los retos grandes, y que está en el Plan de Desarrollo nuestro, objetivo estratégico número 3,

es precisamente la democracia, el gobierno universitario y la convivencia. Es una de las grandes tareas para esta nueva década: cómo construir gobierno universitarios con una concepción de democracia universitaria consensuada, que no necesariamente sea la democracia como sistema político de la sociedad. En un contexto académico los asuntos no son solo de elecciones y participación, sino, y ante todo, de calidad. En su balance, ¿qué no ha tenido la materialización o la celeridad que se esperaba? —Hay varios aspectos que no han avanzado a la velocidad que uno quisiera: el reglamento estudiantil, el estatuto profesoral y el proceso de admisión a la Universidad. Ha habido avances, pero todavía tímidos frente a la necesidades de la institución. También tenemos una demora importante en los proyectos de regalías con la Gobernación; desde el año pasado estamos en la formulación y presentación de un proyecto en agrobiotecnología. No hemos podido iniciar ese proyecto por múltiples razones de todos los actores involucrados, desde Colciencias, la Gobernación, la misma Universidad. Eso me ha tenido un poco angustiado, porque han pasado dos años de la administración departamental y era una necesidad, y sigue siendo, del Plan de desarrollo del departamento y no hemos podido iniciar el proyecto. Aunque se ha trabajado mucho, hay otro que es importante mencionar y es la descentralización de la Universidad y el caso piloto de Urabá. Ahí el anhelo era que antes de terminar esta rectoría ya se tuviera por lo menos la seccional de Urabá funcionando en algunos aspectos administrativos y académicos con mucha más autonomía. No hemos logrado llegar allá, aunque se ha venido construyendo la arquitectura y las necesidades de carácter administrativo, incluso de contratación, pero todavía falta avanzar en eso. ¿Y qué ha pasado con los venteros informales en la Universidad? —Hemos logrado un avance importante desde bienestar universitario. Entraron a funcionar los primeros 6 domos móviles, como parte del programa de acción y apoyo para los estudiantes en situación de ventas informales. Pienso que con un solo estudiante

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que se salga de esta situación de ventas no institucionales ya se hace un avance. Siete muchachos se unieron al programa que les genera un apoyo económico que garantiza su permanencia en la Universidad y seguridad social. Lo más importante, y el sentido de todo esto, es que no sacrifican su dedicación a la academia, que para eso es que los jóvenes llegan a la Universidad, no a hacer negocios. ¿Cuál es realmente el problema? Todavía hay estudiantes y gente de afuera que siguen en la órbita de la no-institucionalidad, de no acogerse a las normas universitarias, y nos preocupa mucho, porque nos ponen en una situación en la cual tenemos que aplicar la norma. Eso genera dificultades y rechazos, pero esta es una institución que tiene que acogerse a sus propias normas y a las de carácter nacional, como el código de policía y las que prohíben la venta de bebidas alcohólicas y sustancias sicoactivas en las instituciones educativas. Como Universidad y autoridades académicas que somos, hemos hecho todo lo que está a nuestro alcance, lo que la ley y la Constitución nos permite hacer. Pero necesitamos, más apoyo y eficacia de las autoridades respecto de quienes venden drogas en el campus. Hay que reconocer que en los últimos meses no hemos tenido rumbas como las que se presentaban antes. Otro aspecto que valoro muchísimo es que ha habido un movimiento de los propios estudiantes rechazando el consumo de sustancias psicoactivas en la Universidad. Me parece que eso es lo que debe seguir, que la propia comunidad universitaria rechace ese tipo de consumos, pero con una actitud universitaria, no de mojigatería, sino que entendamos que este espacio no es para ese tipo de actividades de venta y rumbas. A pesar de detener el crecimiento del déficit, en materia financiera usted esperaba mucho más. —Sí porque nos quitaron gran parte de los recursos que debían ir a educación pública de manera directa y no a través de becas del Icetex. Pero hay que destacar la gestión que hemos venido haciendo con la Asamblea Departamental, con el Concejo de Medellín, con el departamento y con el municipio de Medellín, para ver si la ciudad empieza a participar con aportes de base presupuestal que se traduzcan en becas.

Comité editorial: Álvaro Franco Giraldo • David Hernández García • Alma Nury López Patiño • Ximena Forero Arango • Diana Carmona Hernández • Ángela Milena Rojas Rivera • Liliana Marcela Ochoa Galeano • Luis Javier Londoño Balbín Directora de Comunicaciones: Alma Nury López Patiño • Edición de contenidos: Luis Javier Londoño Balbín • Redacción: Luis Alberto Cifuentes Jojoa, Alejandro Valencia Carmona, Ana María Vélez Restrepo • Diagramación: Carolina Ochoa Tenorio • Secretaria: María Mercedes Morales Osorio Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación. Estos son libres y tienen responsabilidad social. Se garantiza el derecho a la rectificación en condiciones de equidad. No habrá censura. (Artículo 20. Constitución Política de Colombia)

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Gestión

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La paz, prioridad para la Universidad

Por ALEJANDRO VALENCIA CARMONA Estudiante de periodismo alejovalcar7@gmail.com

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ompromiso de la Universidad con la construcción de paz, equidad, inclusión e interculturalidad es el tema estratégico 5 del Plan de Desarrollo 2017-2027 de la Universidad de Antioquia, con el cual la institución procurará en la década venidera ser más equitativa, inclusiva e intercultural, y aportar a la paz del país con un enfoque territorial e integral. El reto no es menor, pero la Universidad tiene experiencia y conocimiento respecto de los fenómenos de violencia que han cruzado la historia propia, de la ciudad, la región y el país. Desde el campo académico e investigativo, ha logrado recolectar suficiente información para contribuir con sus saberes a la construcción de paz, en un país tan diverso como Colombia, lo cual es prioridad reconocer para consolidar un proyecto de sociedad más integrada y justa. El plan de desarrollo apunta a la inclusión de políticas con enfoque diferencial, de género e intercultural, y con esa perspectiva se debe no solo identificar y reconocer los hechos de violencia sufridos por los distintos grupos poblacionales, sino también cómo cada quien puede aportar desde su saber para tener una visión holística de lo que pasó en el país y soñar el futuro que se puede construir, dándole solución a las problemáticas territoriales en el marco de los posacuerdos. “Yo creo que las universidades tenemos una responsabilidad histórica porque, además de saber hacer, tenemos el conocimiento”, observa Hernando Muñoz Sánchez, decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, y agrega que la paz no solo le compete al gobierno o a las autoridades, sino que “la paz es un tema que todos los ciudadanos debemos ejercer y apoyar”. Pero, eso sí, se debe superar la visión generalizada según la cual la Universidad debe llevar paz a los territorios, y pensar, más bien, en una vinculación con los habitantes de los mismos. “La paz se construye entre todos, de manera mancomunada; se construye en el lugar; es decir, yo no puedo construir la paz desde un salón de clases únicamente,

Fotos: Luis Javier Londoño Balbín

Bajo la moderación del director del Instituto de Estudios Regionales, Iner, Vladimir Montoya, en noviembre, en el auditorio principal del Edificio de Extensión, se cumplió un diálogo con representantes de las Farc, del Eln, de la ONU y del Gobierno de Antioquia, a propósito de cumplirse un año del Acuerdo de paz entre el gobierno nacional y las Farc - EP.

ni con la conferencia, ni a la distancia”, subraya Muñoz Sánchez, y añade que desde la Universidad se puede construir paz generando nuevo conocimiento a través de la investigación, los seminarios, los congresos, pero, ante todo, “la paz se hace en el territorio, con la gente que sabe otras cosas más allá de lo académico”. Para el decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas también es clave que, en función del tema estratégico 5 del Plan de Desarrollo, las iniciativas que las facultades están adelantando en los diferentes territorios se comuniquen entre sí. Así se pueden llevar a cabo proyectos complementarios para maximizar los recursos de la Universidad y evitar así pequeños proyectos de corta duración y “el desfile de chalecos”.

Territorio de paz La Universidad también es un territorio; por lo mismo, también hay que vincular los saberes, historias, propuestas y proyectos dentro de la Universidad, reconocerla como

una víctima colectiva del conflicto, pues no ha estado ajena al mismo. “El problema es que se piensa que la paz territorial es una paz lejana, pero la Universidad es un territorio, un territorio muy denso, muy complejo, un entramado de poderes, y ese acuerdo que se firmó con las Farc se puede implementar aquí, con su especificidad”, afirma Camilo Domínguez, coordinador de Posgrados y Formación del Instituto de Estudios Regionales, INER. “En la Universidad hemos vivido los estragos de la guerra, desde los grupos armados. Aquí hemos vivido asesinatos de profesores, asesinatos de estudiantes, de personas en la Universidad; hemos sido dañados en la moralidad de la Universidad por estigmatizaciones y demás. La Universidad es una víctima colectiva y habría que trabajar qué significa eso. Creo que aquí tendríamos que entrar en un proceso de memoria muy importante para poder entender el asunto”, complementa Muñoz Sánchez.

En lo inmediato, la Universidad afronta el desafío de contribuir a la construcción de paz en las regiones donde ya hace presencia con los programas académicos, de extensión y de investigación. Pero también en sí misma, en su propio territorio, para lo cual hay que reflexionar sobre la paz y verla más allá de simples actos de tolerancia. “Cuando la paz se amplía y se comprende que es mucho más que las relaciones intersubjetivas, de buena convivencia, la paz es un proceso muy complejo de transformaciones sociales, institucionales, sociales, económicas, más en un país con una guerra de larga duración que todavía sigue y que nos ha modificado como sociedad”, plantea Domínguez. En esa dirección, el tema estratégico 5 también contempla la educación para la paz, establecer discusiones acerca de lo que significa la paz, pero también que la estructura curricular termine por relacionar lo aprendido en las aulas con los procesos de cambio que se llevan a cabo en los territorios.


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Tema estratégico 5 Compromiso de la Universidad con la construcción de paz, equidad, inclusión e interculturalidad Una universidad equitativa, inclusiva e intercultural que siembra la paz con enfoque territorial e integral

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acia 2027, la Universidad promoverá la construcción de paz desde sus ejes misionales, fomentando el ejercicio de la ciudadanía, la convivencia y su proyección frente a las problemáticas sociales emergentes de los procesos de posacuerdo y el desarrollo de los territorios; y mediante el diálogo con la sociedad hará relaciones, gestionará el conocimiento e incorporará la inclusión e interculturalidad como condiciones que identifiquen el quehacer con calidad y pertinencia. La Universidad posibilitará que sus políticas, saberes y prácticas se cimienten en la perspectiva intercultural, de equidad de género y en los enfoques de derechos, de tal modo que los ejes misionales fortalezcan la construcción de paz y el buen vivir en todas sus sedes y en sus entornos. Asimismo, en una relación multidireccional aportará a la búsqueda de soluciones a problemáticas territoriales asociadas a la construcción de paz, equidad, inclusión e interculturalidad.

Construcción de paz La participación de la Universidad en la construcción de paz surge con fuerza como mandato y compromiso de la comunidad universitaria con la transformación de la sociedad en este momento histórico del país. Esto demandará la inteligencia, la creatividad y el compromiso de los universitarios, para que la Alma Máter cumpla su papel de protagonista intelectual en la construcción de la paz y de la equidad social. La Universidad se vinculará a los esfuerzos de construcción de paz con propuestas académicas, considerando los saberes ancestrales al servicio de la educación para la paz, y para el tratamiento y la gestión no violenta de los conflictos. En el interior, construirá su propio proceso de memoria como víctima del conflicto armado; permitirá que dichos aportes a la paz puedan formar parte de sus currículos, enriquecidos con los saberes y memorias de los diferentes estamentos de la comunidad universitaria; y contribuirá al desarrollo de su entorno al acoger en la propuesta formativa a actores afectados por el conflicto armado.

Equidad, inclusión e interculturalidad La Universidad se comprometerá con la eliminación de situaciones que originen violencias, brechas de género, inequidades, desigualdades, exclusiones, racismos y discriminaciones en sus campus, y aportará a la disminución de las mismas en la sociedad. Avanzará hacia la reducción de barreras de acceso, permanencia y egreso que limitan la participación efectiva de las poblaciones diversas en la educación superior. Desarrollará propuestas académicas pluriversales y plurilingües que valoren, protejan y promuevan la interdisciplinariedad, la diversidad epistémica y las distintas expresiones de la heterogeneidad de la comunidad universitaria y de los actores con los que se relaciona. Asumirá los retos de su interacción permanente con la sociedad en un intercambio mutuo y de diálogo de saberes; y se transformará a partir de conocimientos diversos y plurales que enriquezcan su misión universitaria.

Objetivo estratégico 1 Aportar a la solución de problemáticas territoriales asociadas a los posacuerdos, con propuestas académicas y saberes ancestrales al servicio de la educación para la paz. Lineamientos o estados de logro para el objetivo: 1. Intervenciones ejecutadas, desde la misión de la universidad, sobre los procesos, diseñados por el gobierno nacional, con sus estrategias para el reconocimiento, visibilización y acompañamiento de las víctimas del conflicto armado desde procesos de memoria, búsqueda de la verdad, reparación integral y garantías de no repetición. 2. Acciones desarrolladas desde los ejes misionales, que respondan a las necesidades regionales y aporten a la comprensión de los conflictos violentos que perviven y se reactualizan en las regiones afectadas por el conflicto armado. 3. Formación para la participación política y social, desarrollada desde el ejercicio de derechos y obligaciones ciudadanos, derivados de la construcción de paz por parte de comunidades, regiones y territorios afectados por el conflicto armado.

Objetivo estratégico 2 Acompañar a los grupos poblacionales en sus procesos de construcción de paz, equidad, inclusión e interculturalidad como parte de su relación con la comunidad universitaria y con la sociedad. Lineamientos o estados de logro para el objetivo: 1. Centro permanente de tratamiento de conflictos constituido y que cuente con estrategias enriquecidas desde la diversidad epistémica. 2. Estrategias para la generación y apropiación del conocimiento sobre las causas del conflicto y los procesos de construcción de paz. 3. Sistema Universitario de Información sobre Memoria constituido para la gestión documental y la unificación de proyectos, estudios y actividades en el marco de las reparaciones individuales y colectivas. 4. Ejercicios adelantados desde la Universidad para la reconstrucción de la memoria de los estamentos, y de búsqueda de la verdad y reparación como víctima colectiva del conflicto armado. 5. Formación adelantada para el desarrollo de capacidades para la reintegración a la vida civil de los excombatientes y acompañamiento a las víctimas mediante la generación de relaciones desde el respeto a la vida, a los derechos y al pluralismo en las regiones.

Objetivo estratégico 3 Cualificar el quehacer universitario con la apertura del aprendizaje, la enseñanza, el currículo y la construcción del conocimiento a epistemologías y saberes propios de la diversidad de la comunidad universitaria. Lineamientos o estados de logro para el objetivo: 1. Educación para la paz por intermedio de estrategias que promuevan la no violencia con propuestas pedagógicas que podrán ser enriquecidas con saberes ancestrales, prácticas socio-políticas y formación en derechos humanos. 2. Políticas de enfoque diferencial, de género e interculturalidad consolidadas en la investigación y la extensión, que aporten al conocimiento sobre la Universidad y la sociedad.

Objetivo estratégico 4 Fomentar el reconocimiento pleno de los derechos, de tal modo que se garanticen las diversidades y la vida digna, y se eliminen las discriminaciones en el espacio universitario. Lineamientos o estados de logro para el objetivo: 1. Políticas contra el acoso, la violencia y la discriminación basados en el sexo, la orientación sexual y la identidad de género, desarrolladas desde la sensibilización, la atención integral y la generación de protocolos que promuevan condiciones de convivencia y derechos humanos en la Universidad. 2. Gestión para la apropiación social e institucional del conocimiento sobre la inclusión en la educación superior, desarrollada con base en los lineamientos políticos y avances teóricos latinoamericanos y globales.


Investigación

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Diez grupos de investigación de la Alma Máter de Antioquia participarán en dos de los macroproyectos elegidos en la “Colombia científica”, convocatoria que busca alianzas para la optimización de recursos en el desarrollo científico y educativo de las regiones.

Por LINA A. GÓMEZ HENAO Comunicadora de la Vicerrectoría de Investigación lina.gomez@udea.edu.co

D

iez grupos de investigación de la Alma Máter participarán como aliados en dos proyectos seleccionados en la convocatoria “Colombia científica”. En uno de los proyectos, liderado por la Universidad Pontificia Bolivariana, se aprovechará la nanoingeniería para combatir el cáncer de colon, mientras que en el otro, coordinado por la Universidad Industrial de Santander, se desarrollarán productos de alto valor agregado basados en la biodiversidad colombiana. En el programa Nanobioingeniería para prevención, diagnóstico y tratamiento del cáncer de colon participan seis grupos de investigación de la Universidad de Antioquia: Educación para la salud y educación nutricional, Componentes alimentarios en la salud, Laboratorio de investigación en polímeros, Química de plantas colombianas, el grupo tándem Max Planck-UdeA de Nanobioingeniería, y el grupo Micología experimental de la Corporación de Investigaciones Biológicas, institución externa en la que participa la Alma Máter. La directora científica del programa y coordinadora de Componentes alimentarios en la salud, María Elena Maldonado Celis, señala que la iniciativa se enfoca en “desarrollar nuevos dispositivos nanotecnológicos, marcadores y protocolos protegidos para la síntesis de compuestos químicos, así como materiales y estructuras que permitirán hacer encapsulaciones y nanomotores para direccionar productos anticancerígenos contra las células cancerosas sin afectar las sanas”. Además de los productos científicos y tecnológicos, el programa le permitirá a la Universidad y a la ciudad lograr un prototipo de nanobiosensor, con su respectiva patente; fortalecer el recurso humano dedicado a la ciencia, a través de la formación de estudiantes de doctorado, maestría y jóvenes investigadores en pregrado; crear

Foto: cortesía

U. de Antioquia, en el ecosistema de “Colombia científica” una maestría en nanotecnología; participar en una red nacional y otra internacional; y generar publicaciones de impacto en la comunidad científica. Los coordinadores de cada grupo involucrado lideran proyectos que, desde sus áreas de conocimiento, buscan crear una base científica, tecnológica y educativa que le permita al país luchar contra el cáncer de colon en los años venideros. “El primer año pretendemos identificar las primeras moléculas caracterizadas con actividad anticancerígena”, señala la profesora Maldonado Celis, y agrega que, de manera paralela, se establecerá un programa de educación para adolescentes, docentes y sus familias. A mediano plazo se espera tener el prototipo de nanobiosensor y, al final del programa, tener validado en modelo animal las nanopartículas y nanocápsulas que más adelante podrán ser probadas en ensayos clínicos con humanos. Jahir Orozco, director del grupo tándem Max Planck-UdeA en Nanobioingeniería, observa que entre

los objetivos a mayor plazo está “la inauguración del primer programa interinstitucional de maestría en nanobioingeniería del país y la inauguración de la línea de investigación en nanobiosensores, dentro de una red nacional conformada”.

Bio-reto 15:50 Los grupos de investigación Difomeco, Catálisis ambiental y Grupo de investigación en dermatología, e investigadores de la Facultad de Odontología, participan por la Universidad de Antioquia en el otro programa de “Colombia científica”: Bio-reto 15:50. Desarrollo de bioproductos para los sectores salud, agropecuario y cosmético, como resultado del estudio de la biodiversidad colombiana, que coordina la Universidad Industrial de Santander. Cuenta, además, con una alianza de cooperación con investigadores de la Universidad de Sao Pablo (Brasil) y de la Universidad de Minho (Portugal). El diseño de la propuesta se basó en resultados derivados del trabajo realizado dentro de la unión

temporal Cenivam, financiada años atrás por Colciencias. El macroproyecto busca aprovechar la diversidad colombiana para elaborar productos con valor agregado para varios sectores, lo que puede fomentar el desarrollo de las regiones mediante la producción de especies que sirven de materia prima y que puedan ser usadas en la sustitución de cultivos ilícitos. Así por ejemplo, el grupo Catálisis ambiental participará con el proyecto Aprovechamiento sostenible de aceites esenciales para su valoración económica. “El objetivo del proyecto es evaluar, mediante análisis de ciclo de vida, la viabilidad técnica, económica y ambiental de la transformación de aceite de cítricos y de pino en productos de uso en las industrias de química fina”, dice Aida Luz Villa Holguín, coordinadora del grupo. Además de la formación de estudiantes de doctorado y maestría (e incluso de pregrado, que comenzarán su carrera como investigadores), se adquirirán equipos para complementar la infraestructura


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Nanobioingeniería, una opción contra el cáncer de colon Por RICARDO RODRÍGUEZ PÉREZ Periodista de la Escuela de Nutrición y Dietética comunicacionesnyd@udea.edu.co

E requerida para la caracterización de materiales y aceites esenciales y software especializado para los análisis incluidos en la propuesta. “Y se describirán las características de las etapas del proceso sostenible mediante el cual se pueda realizar la transformación de un aceite esencial”, destaca Villa Holguín. Por su parte, Ana Cecilia Mesa Arango, investigadora del Grupo de investigación en dermatología, señala que el equipo contribuirá con la alianza en la evaluación de las actividades antimicótica, antiviral y antibiopelículas in vitro de aceites esenciales y derivados, a través de un estudio de mecanismos de acción y el desarrollo de un prototipo. “En la propuesta que se desarrollará en los próximos cuatro años, los modelos serán hongos que causan infecciones en piel y anexos; virus como el zika y bacterias que forman películas en la cavidad oral, en los cuales se tratará de identificar mecanismos de acción o actividad biológica de aceites esenciales o derivados con miras al desarrollo de una nanoformulación con posible uso tópico o bucal”, señala. La iniciativa “Colombia científica”, que cuenta con recursos de los ministerios de Educación e Industria y Turismo, Colciencias e Icetex, ha despertado interés tanto por los montos —hasta 19.000 millones de pesos para cada proyecto elegido— como por su énfasis en fomentar alianzas y redes entre instituciones nacionales (acreditadas y no acreditadas), internacionales y sector productivo, con el fin de usar la investigación científica para jalonar la educación superior e impulsar el desarrollo de las regiones.

n 2015, el Observatorio Nacional de Salud, ONS, reportó que el cáncer de colon ocupa el cuarto lugar entre los 10 tipos de cáncer que más afectan a hombres y mujeres en Colombia, después de los de mama, próstata y cérvix; y es de los primeros en el índice de afectación que no diferencia entre hombres y mujeres. El mismo informe indicó que el índice de mortalidad pasó de 1.450 muertes en 2010 a 1.777 en 2014, convirtiéndose en la cuarta causa de muerte por cáncer en el país y en un reto para el sistema de salud que debe enfrentar la problemática con acciones preventivas, diagnóstico temprano y tratamiento oportuno. El análisis por tipo de cáncer según edad y sexo realizado por el Observatorio encontró que en 2014 se registraron un total de 63.981 casos de cáncer, más del 50% se concentró en el cáncer de próstata, colon, recto y seno. En muertes, el total de casos estimados para ambos sexos fue de 32.937 (51,4% en mujeres), y entre los cánceres que aportaron el 70% de las muertes se encontró el cáncer de colon y recto, estómago, tráquea, bronquios y pulmón. Por tanto, el cáncer de colon es considerado el primer tipo de cáncer relevante para ambos sexos; si bien la tasa de incidencia para hombres es de 55,84 por 100.000 habitantes, en las mujeres la tasa de incidencia ha venido en aumento, presentando en 2014 una tasa del 9,61 por 100.000 habitantes. El cáncer de colon es considerado un problema de salud mundial; la disminución de los factores de riesgo está asociada con una dieta saludable que incluya el consumo recurrente de frutas, vegetales, granos y cereales, cuyos componentes bioactivos previenen la aparición de células cancerígenas. Varias investigaciones concuerdan en que el cáncer de colon es una de las formas de cáncer más prevenible, ya que está relacionada con comportamientos y hábitos que pueden ser modificados; la obesidad, la falta de actividad física, el consumo de alcohol y el consumo de alimentos procesados, entre otros, se convierten en los factores más relevantes que ayudan a su aparición.

Aplicar nanobioingeniería La Universidad de Antioquia es una de las instituciones de educación superior —IES— acreditada que apoya el programa “Alianza académico científica para el fortalecimiento de las IES, enfocada en la nanobioingeniería para la prevención, el diagnóstico y el tratamiento del cáncer de colon”, de la mano de la UPB como universidad ancla, y de la Universidad

de Medellín, además de otras 14 instituciones de educación e investigación, cinco nacionales y nueve internacionales. El programa cuenta con la participación de investigadores de la Universidad de Antioquia adscritos a la Escuela de Nutrición y Dietética; la Escuela de Microbiología; el Instituto de Química de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y el Grupo de Nanobioingeniería que surge de la alianza UdeA-Max Planck de Alemania. El programa busca mejorar todos los aspectos que inciden en el cáncer de colon, a través del desarrollo de herramientas con bajo costo, para lo cual contará con 19.000 millones de pesos entregados por Colombia científica, los cuales estarán orientados a desarrollar un proyecto de fortalecimiento institucional de IES y 10 proyectos de investigación técnica y científica que convergerán en áreas como nanotecnología, biotecnología, bioingeniería y bioinformática, productos naturales, educación nutricional, biología celular, inmunología y modelos experimentales tanto in vitro como in vivo, al igual que tecnologías enfocadas a la prevención, diagnóstico y tratamiento del cáncer de colon. En principio, el programa está diseñado para impactar a las poblaciones de los departamentos de Antioquia, Santander, Tolima y Quindío, pero se espera que los resultados alcanzados sean extrapolables al resto del país, e incluso a nivel mundial, ya que la vinculación de las nueve instituciones internacionales será la base para potenciar su impacto.

Tratamiento Actualmente el tratamiento para el cáncer de colon incluye cirugía, radioterapia, quimioterapia, inmunoterapia y terapia dirigida, lo cual ha aumentado la sobrevivencia de los pacientes; pero los efectos secundarios de los tratamientos, la tasa de reaparición del tumor y los costos asociados a los tratamientos son las dificultades que enfrentan a diario quienes padecen esta enfermedad, además del diagnóstico tardío que afecta la efectividad del tratamiento. El programa de NanoBioCáncer busca integrar los 11 proyectos de tal manera que permitan avances en el uso de nanotecnología para el diseño de productos que aprovechen los recursos naturales como fuente de materia prima para la obtención de nuevos tratamientos farmacológicos naturales o sintéticos, que ayuden a la prevención, detección temprana y tratamiento del cáncer de colon, enfocados directamente en mejorar la calidad de vida de los pacientes. Así mismo, busca potenciar a las universidades aliadas que no están acreditadas y el intercambio académico con todos los participantes de la propuesta, que incluye la publicación del conocimiento científico en revistas de alto impacto, la formación de estudiantes y nuevas líneas de investigación en posgrado, la realización de eventos académicos, la formulación de programas de posgrado, el desarrollo de un dispositivo de diagnóstico como prototipo y la pasantía de estudiantes y profesores, entre otros aspectos.


Investigación

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Premio Fomento a la investigación • Fotónica repite premio en Investigación de mayor impacto y cuatro estudiantes de la U. de Antioquia integran la decena de universitarios sobresalientes en los premios Medellín investiga 2017

C

omo en los años anteriores, en la edición 12 de los Premios Alcaldía de Medellín 2017 los docente y estudiantes investigadores de la Universidad de Antioquia volvieron a cumplir un papel protagónico en las tres categorías que otorga la ciudad en el premio que está orientado a fomentar y reconocer el trabajo científico en las universidades públicas y privadas de la región. En la décima segunda edición de Medellín investiga, la profesora e investigadora de la Facultad de Medicina María Teresa Rugeles López obtuvo el reconocimiento A toda una vida dedicada a la investigación, mientras que el profesor John Fredy Barrera Ramírez, coordinador del grupo de investigación Fotónica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, recibió el premio en la categoría Investigación de mayor impacto. Por su parte, Daniel Alexander Jaramillo Calle, Liza Ysamarli Acevedo Sáenz, Diego Enrique Vélez Gómez y Daniela Arboleda Cárdenas, de la Universidad de Antioquia, integran el grupo de los diez distinguidos en la categoría Estudiantes de pregrado destacados por su vinculación a la investigación. La ceremonia de proclamación de los ganadores del Premio Medellín investiga 2017 será el miércoles 6 de diciembre de 2017, a las 9:45 de la mañana, en el teatro del Museo de Arte Moderno de Medellín, en un acto que presidirán el alcalde de la ciudad Federico Gutiérrez Zuluaga y la directora general de la Agencia de educación superior de Medellín, Sapiencia, María Clara Ramírez Atehortúa.

Foto: archivo Alma Máter

La vida para la ciencia

María Teresa Rugeles López, una vida dedicada a la investigación

María Teresa Rugeles López es profesora titular de la Facultad de Medicina, donde se desempeña como docente y como investigadora desde hace más de veinte años. Durante su carrera investigativa, centrada fundamentalmente alrededor del VIH/SIDA, ha desarrollado actividades de extensión, destacándose su participación en la creación de la Fundación SÍFuturo, entidad que trabaja por el presente y el futuro de los niños infectados por el VIH y sus familias. Desde la Fundación, la doctora Rugeles López lidera el programa de prevención VIH/SIDA, desarrollado en colegios de bajos recursos de la ciudad y del Área Metropolitana, incluyendo instituciones incluyentes como el Comité de Rehabilitación.


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Medellín investiga 2017 Investigación de mayor impacto

Ha sido tutora de estudiantes de doctorado, maestría y pregrado. Rugeles López ha hecho parte de las redes internacionales de trabajo colaborativo en investigación y formación de estudiantes: “Programa de entrenamiento en investigación y enfermedades infeccionas y salud global: cuatro continentes, una sola experiencia”, liderado por la Universidad de Manitoba en Canadá; y “Programa de entrenamiento en investigación sobre el impacto de enfermedades zoonóticas y transmitidas por vectores como la rickeusiae y leptospira, enfermedades febriles agudas no diferenciadas”, financiados por el Centro internacional “Fogarty” de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos. En su trayectoria científica ha sido merecedora de más de 37 reconocimientos por su labor investigativa, entre los cuales cabe destacar cinco premios de investigación en VIH/SIDA otorgados por la Asociación Colombiana de Infectología en los años 2000, 2006, 2008, 2012 y 2016; Medalla de Oro al Mérito Femenino, categoría Ciencia, otorgada por la Alcaldía de Medellín en 2007; Premio Academia Nacional de Medicina - Abbott, otorgado por la Academia Nacional de Medicina en 2007, “Premio al Grupo investigador del año en medicina con participación estudiantil Ascofame - Fundación Medina”, 2013; “Egresado sobresaliente. Corporación Ciencias Básicas Biomédicas en sus 20 años” en 2016. La profesora es coautora de más de 95 publicaciones indexadas en la base de datos Scopus, donde registra más de mil citaciones. Ha realizado numerosas publicaciones en revistas científicas de circulación nacional y es coautora de varios libros y capítulos de libro, y en la actualidad es revisora de varias revistas científicas de su área. En la actualidad forma parte del grupo que está desarrollando el proyecto de investigación “Modelo para el desarrollo humano y ocupacional de personas con discapacidad intelectual, métodos mixtos”, financiado por la Universidad de Antioquia y Colciencias, proyecto de gran impacto social que busca disminuir las barreras de los jóvenes con discapacidad intelectual para su inclusión en el contexto familiar, social y ocupacional, mediante el diseño y validación de un modelo de atención integral con enfoque ecológico e interdisciplinar y desde las perspectivas del desarrollo humano y la teoría de las inteligencias múltiples.

E

l trabajo “Protección y compresión de datos usando luz”, autoría del grupo de investigación en Fotónica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, con el profesor John Fredy Barrera Ramírez como investigador principal, recibió el reconocimiento en la categoría Investigación de mayor impacto, así como “Muros de contención - mampostería postensada”, del Grupo de investigación en ingeniería civil, de la Universidad de Medellín, con Ricardo León Bonett Días como investigador principal.

Proteger datos con luz De acuerdo con Fotónica, grupo de investigación que ya había logrado el mismo reconocimento, los resultados de la investigación “Protección y compresión de datos usando luz” representan una contribución científica y tecnológica relevante e integral, que constituye una solución innovadora que redundará en el mejoramiento de la calidad de vida, no solo de los habitantes de la ciudad de Medellín, sino que demás tiene un impacto a nivel global. La investigación —señala el equipo ganador— permitió sobrepasar varias limitaciones básicas fundamentales para la obtención de un sistema de seguridad

C

basado en la manipulación de la luz y dio como resultado un dispositivo que permite proteger información, con características prácticas que lo hace viable para su uso masivo. Además —agrega—, los avances reportados dieron lugar al surgimiento de nuevas líneas de investigación relacionadas con la manipulación de información por medio de la luz en diferentes tópicos y áreas, entre ellas una que tiene como objetivo comprimir información usando luz; los resultados en esta línea generaron un sistema óptico-físico que permite comprimir datos, entre otros logros. La investigación está constituida por una patente de invención basada en un sistema experimental de laboratorio como elemento de protección de propiedad intelectual y una innovación tecnológica (prototipo) como componente tecnológico. Como productos de investigación publicados y disponibles para toda la comunidad, la investigación dio como resultado 15 artículos publicados en revistas internacionales, 4 artículos publicados en proceedings de eventos internacionales y 2 artículos publicados en revistas nacionales. Además, los resultados de la investigación fueron presentados en 13 ponencias en eventos internacionales, nacionales y en un evento iberoamericano; y en dos revistas de divulgación científica.

Estudiantes investigadores

uatro alumnos de la Universidad de Antioquia hacen parte de quienes fueron galardonados en la categoría Estudiantes de pregrado destacados por su vinculación a la investigación. Como ellos, también se hicieron merecedores del reconocimiento Felipe Bedoya Maya y Amalia Díaz Jaramillo de la Universidad Eafit, Sergio Zapata Velásquez y Joham Álvarez Montoya de la Universidad Pontificia Bolivariana, Henry Jhoán Areiza Laverde y Juan Esteban Úsuga Restrepo del Instituto Tecnológico Metropolitano.

Estudiantes U. de Antioquia Daniel Alexander Jaramillo Calle, de la Facultad de Medicina, ganó con el trabajo “Estudio multi-céntrico nacional para la conformación de una cohorte retrospectiva y caracterización de pacientes con ataques agudos de porfiria atendidos en hospitales de alta

Histórico de los ganadores en la categoría A toda una vida dedicada a la investigación

Año

complejidad de Colombia (Estudio PorfiCol)”. Liza Ysamarli Acevedo Sáenz, del pregrado de Antropología, ganó con la investigación “En la casa no se llora: silencios, subjetividades y comunidades emocionales de mujeres familiares de detenidos y desaparecidos”. Diego Enrique Vélez Gómez, de Administración en salud: énfasis en gestión sanitaria y ambiental, se hizo acreedor al reconocimiento con su trabajo “Proyecto de saneamiento hídrico rural para la quebrada Santa Elena. Medellín, 2017”. Daniela Arboleda Cárdenas, de Trabajo Social, ganó con la tesis “Estrategias socioeducativas en el ámbito familiar y comunitario y su incidencia en la garantía de derechos de niñas y niños partícipes de los seis centros de atención integral a la infancia (Medellín, Urabá y Suroeste) de Comfenalco Antioquia”.

Categoría

Ganador

2006

Categoría 1

2007

Categoría 1

Dr. Luis Fernando García Moreno

2008

Categoría 1

Dr. Marco Restrepo Isaza

2009

Categoría 1

Dr. Gabriel Bedoya

Institución

La Distinción fue declarada desierta UDEA CES UDEA

2010

Categoría 1

Dr. Yolanda Torres de Galvis

2011

Categoría 1

Dr. Michel Hermelin Arbaux (+)

EAFIT

CES

2012

Categoría 1

Dr. Iván Darío Vélez

UDEA

2013

Categoría 1

Dr. Silvia Blair

UDEA

2014

Categoría 1

Dr. Luis Fernando Echeverry

UDEA

2015

Categoría 1

Dr. Francisco Lopera

UDEA

2016

Categoría 1

Dra. María Patricia Arbeláez Montoya

UDEA

2017

Categoría 1

Dra. María Teresa Rugeles López

UDEA


Investigación

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Investigación alerta sobre impacto de agrotóxicos

De izquierda a derecha, Mariana Arango Cadavid, Jor Fránklin Maturana Cuesta y Melanny Parra Ruiz.

Por LUIS A. CIFUENTES JOJOA Periodista ALMA MÁTER luiscif91@gmail.com

L

os agrotóxicos son sustancias empleadas para el control de las plagas en los cultivos agrícolas; no obstante, su uso puede generar efectos no deseados en el ambiente y afectar la salud de todos los seres vivos con los que entren en contacto. La investigación titulada “Agrotóxicos: exposición, prácticas y acciones organizadas de prevención prenatal en gestantes de familias agricultoras en municipios del suroeste antioqueño 2015 - 2016”, profundiza en el conocimiento sobre estas sustancias y su incidencia en la población del suroeste antioqueño. El estudio, realizado por los egresados de Administración en Salud: Jor Fránklin Maturana Cuesta, Mariana Arango Cadavid y Melanny Parra Ruiz, los hizo merecedores del primer puesto del Premio a la investigación estudiantil en el área de ciencias de la salud. “Los municipios del suroeste se destacan por su actividad agrícola y en la zona se ha incrementado el

uso de agrotóxicos en las cadenas productivas para generar mayor rentabilidad en las cosechas, sin tener en cuenta las consecuencias para la salud que se pueden derivar de la exposición a los tóxicos”, señala Maturana Cuesta. Esta situación, comentan los investigadores, los llevó a describir las prácticas agrícolas que involucran el uso de estas sustancias y las consecuencias que pueden generar en las familias caficultoras y en las mujeres gestantes en los municipios de la zona: Andes, Betania, Ciudad Bolívar, Hispania y Jardín. Los estudiantes comenzaron a trabajar el tema en 2014 y su objetivo era realizar una investigación enfocada en la salud pública que le diera voz a la comunidad afectada. Se seleccionó el suroeste antioqueño porque era la zona que presentaba las tasas más altas de intoxicación por agrotóxicos y carecía de estudios sobre el asunto. Además, el proyecto de atención primaria en salud que estaba desarrollando la Facultad de Salud Pública en la zona, les permitió articular sus esfuerzos con las instituciones de los municipios y les facilitó relacionarse con la población objeto de su proyecto. Para la investigación se realizó un estudio exploratorio que brindó un marco de referencia para el acercamiento a la problemática. “Los datos arrojados evidenciaron que la mujer tiene un papel impor-

tante en la labor agrícola, por lo que está constantemente expuesta a estos venenos, de manera directa e indirecta”, observa Maturana Cuesta. Las sustancias, además de contaminar el ecosistema en general, afectan la salud de los trabajadores, los coaledaños y los consumidores de los productos. En este sentido, Arango Cadavid señala que “notamos que las mujeres en estado de gestación y lactancia son la población más afectada, por ese motivo también nos interesamos en cómo este fenómeno había organizado a la comunidad y a las instituciones alrededor de la creación de medidas de prevención contra la exposición a estos tóxicos durante la gestación y la niñez”. El estudio sugiere que no hay una respuesta eficiente por parte de las organizaciones ambientales y de salud respecto a la exposición a los teratógenos ambientales —sustancias que afectan al desarrollo del embrión o feto—. Encontraron que las acciones realizadas solo obedecen al quehacer puntual de cada institución, lo que demuestra una desarticulación de las políticas orientadas a afrontar el problema. “Pese a que en la Ley 100 de 1993 se priorizó la atención de madres gestantes y lactantes por medio de un servicio de atención prenatal, las instituciones carecen de un proceso de información,

Foto: cortesía investigadores

capacitación y educación que las oriente acerca de los riesgos que corren en su entorno”, explica Parra Ruiz. Por su parte, Arango Cadavid considera que “la situación se presenta debido a la fragmentación del Sistema General de Seguridad Social, lo que evidencia dificultades para establecer diálogos comunitarios y gubernamentales que fortalezcan las acciones de prevención a la exposición a agrotóxicos, especialmente para el binomio madre e hijo, que es invisible en este panorama”. La investigación concluye que las mujeres gestantes son una de las poblaciones más vulnerables y menos priorizadas por la acción estatal. Pero rescata que se pueden encontrar estrategias innovadoras para el control de riesgos por la exposición a agrotóxicos. Sin embargo, los investigadores sostienen que hace falta visibilizar el problema, para que, de este modo, se logre articular a sectores gubernamentales y no gubernamentales en el desarrollo de mecanismos que ayuden a solucionar esta situación. “Y eso es precisamente lo que se busca: demostrar que es una problemática que permea varios grupos poblacionales y que hace mella en la calidad de vida de las personas de las zonas rurales, no sólo de Antioquia sino de Colombia”, finaliza Parra Ruiz.


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El trabajo de Daniel Jaramillo Calle sobre Porfirias recibió en octubre el Premio a la investigación estudiantil Universidad de Antioquia, y ahora también fue reconocido con el Premio fomento a la investigación Medellín investiga 2017.

Aportes a la comprensión de las porfirias Por LUIS A. CIFUENTES JOJOA Periodista ALMA MÁTER luiscif91@gmail.com

Hay médicos que durante toda su vida laboral no se van a encontrar con un caso de porfiria y, en este sentido, es comprensible que se desconozca sobre el tema. Es decir, si todo el tiempo y esfuerzo que se gasta en tratar a un paciente de estos puede ser invertido para salvar la vida de muchos, diría que la mayoría de los médicos optarían por la segunda opción”, comenta el médico Daniel Jaramillo Calle. Con la investigación Porfirias agudas en Colombia: epidemiología, calidad del cuidado médico y mortalidad. Una revisión sistemática de 118 casos, Jaramillo Calle intenta aportar a la comprensión y tratamiento de esta enfermedad poco común. Su estudio fue reconocido con el Premio a la investigación estudiantil Universidad de Antioquia en la segunda categoría del área de ciencias de la salud. Las porfirias son enfermedades raras causadas por mutaciones genéticas. Una de sus características es que los pacientes no presentan síntomas hasta que se exponen a factores precipitantes; los sínto-

mas pueden asemejarse a los de cualquier otra enfermedad, lo que dificulta su diagnóstico. El médico recién graduado añade que “también se pueden generar síntomas psiquiátricos — agresividad, alucinaciones, depresión, etc.— porque la enfermedad afecta al sistema nervioso central, haciendo que los pacientes sean difíciles de tratar”. “Lo que me llamó la atención de las porfirias es que, a pesar de ser genéticas, son enfermedades que se pueden tratar de forma preventiva; es decir, con medidas de salud pública. Y, en el contexto de un país como Colombia, con poco apoyo para las enfermedades raras y pocos recursos para la salud, este es un escenario ideal”, manifiesta el médico. En el desarrollo de la investigación, se encontró que en el país la primera descripción de la enfermedad se hizo en 1944, en Bogotá; sin embargo, este primer caso no se trataba de una porfiria aguda. Y, entre 1944 y 2014, se ubicaron 118 casos, la mayoría de los cuales eran de mujeres, debido a que las hormonas sexuales son factores precipitantes. No obstante, explica Jaramillo Calle, “los hombres en Colombia parecían ser más sintomáticos que en otras regiones. De igual forma, la cantidad de ataques entre hombres y mujeres eran igualmente

recurrentes, lo que no era algo regular y sugería que los hombres estaban más expuestos a factores precipitantes; quizá por falta de medidas de prevención”. La investigación también se concentró en el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad. Al respecto, uno de los hallazgos fue que la mayoría de los casos estudiados se diagnosticaron por medios cualitativos, cuando es imposible hacerlo si no es por métodos cuantitativos. Además se encontró que, si la prueba resultaba positiva, se decía que el paciente sufría de porfiria intermitente aguda, cuando existen tres casos de porfirias dominantes; pero, para diagnosticarlos, se necesita de pruebas adicionales. Por tanto, se llegaba a un diagnóstico errado. En cuanto al tratamiento, se descubrió que el 80% de los pacientes que tenían ataques graves de porfiria no eran atendidos de manera adecuada; es decir, no se les suministraba hemina intravenosa, que es el medicamento necesario para la enfermedad, por lo cual la mortalidad era muy alta. Este medicamento ingresó al país en la década de 1980 y, a la par, se redujo la mortalidad al 20% —cuando en años anteriores estaba cercana al 40%—. Pero, explica Jaramillo Calle, este porcentaje seguía siendo muy alto, casi el

Foto: Luis A. Cifuentes Jojoa

doble de lo que se reporta en otras regiones. “Por tanto, y a la luz de los otros hallazgos, pensamos que el descenso en la mortalidad en esa década se debe a que mejoró el cuidado de la salud en general y no el de las porfirias”, concluye. El estudio también demostró que el tratamiento y el tiempo que tarda el diagnóstico son factores determinantes para el desenlace de la enfermedad. Los pacientes tratados de manera adecuada tenían una tasa de mortalidad tres veces inferior, y quienes sobrevivían, habían sido diagnosticados aproximadamente 10 días antes que quienes morían. “Nuestros hallazgos sugieren que la calidad de la atención de esta enfermedad en Colombia ha sido deficiente en estos últimos 72 años. Y esperamos demostrar la necesidad de crear programas para estos pacientes, porque es muy barato si desarrollamos medidas de prevención direccionadas”, señala. La investigación hace parte de un estudio multicéntrico llamado Estudio Porficol, que investiga casos de porfiria a nivel nacional, articulando investigadores de centros de tercer nivel de Medellín, Cali, Popayán, Bogotá y Bucaramanga. Jaramillo Calle considera que “la formación del grupo para el estudio de las porfirias en Colombia es uno de los impactos significativos de la investigación”.


Investigación

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Foto: cortesía del proyecto

Un día cualquiera, a cualquier hora, un comandante de estación, un equipo de la Alcaldía de Medellín y un grupo de estudiantes y profesores de la Universidad de Antioquia pueden llegar sin previo aviso: se trata del proyecto que adelanta la administración local para el monitoreo de ruido en establecimientos comerciales.

El GIGA monitorea ruido en Medellín Por CARLOS EDUARDO HERNÁNDEZ TORO Oficina de Comunicaciones de la Facultad de Ingeniería

E

l proyecto de monitoreo del ruido es una iniciativa de la Alcaldía de Medellín, que nace como medida de control a los establecimientos comerciales de la ciudad, y como una forma para hacer cumplir el nuevo Código de Policía en bares y discotecas. El monitoreo es realizado por el Laboratorio GIGA de la Escuela Ambiental de la Universidad de Antioquia, escogido por la Alcaldía por la idoneidad y objetividad características del grupo de investigación de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Antioquia. David Aguiar Gil, ingeniero sanitario, profesor de la Escuela Ambiental y director del proyecto, hace parte activa del Laboratorio GIGA desde 2007. Para él, este proyecto beneficia no sólo al Laboratorio, sino también a la institución en general; primero por el ingreso

de recursos y segundo porque este tipo de alianzas demuestran y visibilizan las capacidades académicas e investigativas de esta unidad académica. Las mediciones son realizadas los fines de semana por un equipo integrado por un ingeniero sanitario o ambiental y un estudiante, quienes siempre van acompañados por la Policía Metropolitana y un grupo de la Secretaría de Seguridad y Convivencia “Convive la noche” de la Alcaldía de Medellín.

Decibles admitidos Según la Resolución 627 del 7 de abril de 2006, se contemplan dos tipos de horarios: horario diurno de 7:00 a.m. a 9:00 p.m., y horario nocturno de 9:00 p.m. a 7:00 a.m. Además las zonas se dividen en: residencial y comercial; para cada horario y zona existen unos rangos permitidos de decibeles —dB— (medida de magnitud del ruido). En las zonas residenciales se permite la generación de ruido hasta 65 dB en horario diurno, y hasta 55 dB durante las noches. En zonas cercanas a hospitales la medida dicta que la generación de ruido es de 55 dB en el día y 50 dB en la noche. En cuanto a las zonas comerciales, el rango es de 70 dB y

60 dB en horario diurno y nocturno, respectivamente. Las mediciones se ejecutan mientras los establecimientos están en funcionamiento. El personal del Laboratorio GIGA da los resultados al personal de la Policía, la cual aplica la sanción dependiendo de los niveles de las lecturas. Los comerciantes pueden enfrentar sanciones que implican el cierre del negocio de tres a diez días. El proyecto es liderado por los ingenieros Lucas Londoño García, Luis Ariel Trejos Melchor, Tomás Londoño García y Kelly Ramírez Gómez, con el apoyo de los estudiantes Juan Mauricio Rúa Sánchez, de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia; Jorge Zabala Quiroz y Jefferson Correa, estudiantes de Ingeniería Ambiental y Jorge Mario Giraldo, estudiante de Ingeniería Sanitaria. Y este no es el único proyecto que lidera el Laboratorio, actualmente cuenta con un proyecto de monitoreo de la calidad del aire en el Oriente antioqueño (cercano y lejano), en asociación con la Corporación Autónoma Regional de las Cuencas de los Ríos Negro y Nare (Cornare). Las mediciones de calidad del aire en el Oriente son realizadas

por el personal del Laboratorio GIGA, y para ello cuentan con una estación en el municipio de Guarne: en el Hospital Nuestra Señora de la Candelaria; dos estaciones en el municipio de Rionegro: en la Universidad Católica de Oriente y en la sede de Cornare. Por último, tienen una en el municipio de Puerto Triunfo, una zona de alta producción cementera. En total son cuatro estaciones monitoreadas en tres municipios, y los informes son enviados a la Corporación para su revisión, la cual, de ser necesario, establece medidas de control ambiental. El practicante Jefferson Correa Pérez, estudiante de décimo semestre de Ingeniería Ambiental, y una de las 15 personas que hacen parte del Laboratorio GIGA, considera que “la experiencia ha sido realmente enriquecedora no sólo en lo académico sino también en lo práctico”, además manifiesta que los proyectos son importantes porque visibilizan el talento y las capacidades de los universitarios. El Laboratorio GIGA se encuentra acreditado por el IDEAM desde 2008, lo cual le permite ejecutar proyectos con los más altos estándares de calidad en materia ambiental.


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¿Cuál es la calidad del río Aburrá-Medellín? Por NELSON RAMÍREZ GARCÍA Comunicador del programa RedRío red.rio@udea.edu.co

E

l río Aburrá-Medellín es el resultado de la manera como nos relacionamos con nuestro patrimonio natural y tiene algo que decir: su versión de cómo los habitantes del Valle de Aburrá lo hemos convertido en lo que es hoy. Para descifrar los mensajes que el río emite, la Red de monitoreo de la cuenca hidrográfica del río Aburrá-Medellín –RedRío– realiza campañas de monitoreo en 12 estaciones ubicadas de forma estratégica a lo largo de su recorrido, como principal corriente de agua del Valle de Aburrá y una sobre el río Porce, para evaluar su calidad y cantidad. Se toman muestras de agua y se miden variables fisicoquímicas y biológicas como: materia orgánica, nutrientes, sólidos, demanda química y biológica de oxígeno, metales pesados, oxígeno disuelto, coliformes, entre otros. Para la coordinadora de RedRío, Lina Claudia Giraldo Buitrago, el monitoreo le permite a la autoridad ambiental, el Área Metropolitana del Valle de Aburrá, obtener información sobre las características y condiciones del recurso hídrico, con el fin de apropiar herramientas objetivas que le permitan tomar decisiones asertivas en la gestión integral del mismo. Y resalta el vínculo de la Universidad a través de la participación de sus investigadores y la opción de formar a los estudiantes y practicantes de la Escuela Ambiental de la Facultad de Ingeniería, quienes aportan sus conocimientos y ejecutan investigaciones bajo la dirección de sus profesores. Los resultados obtenidos para las variables fisicoquímicas y biológicas en cada estación, permiten evaluar la calidad del agua a través de índices como el ICA Global. Así, se devela la historia oculta de esta corriente de agua desde su nacimiento en la reserva natural Alto de San Miguel, en Caldas, hasta Puente Gabino, en el municipio de Santo Domingo, luego de atravesar los 10 municipios del área metropolitana. Santiago Hidalgo Gaona, ingeniero de modelación de la calidad del agua de RedRío, explica que “el ICA Global es un indicador de

Foto: Nelson Ramírez García

RedRío, programa del Área Metropolitana del Valle de Aburrá que se ejecuta en convenio con la Universidad de Antioquia, monitorea periódicamente la calidad y la cantidad del agua del río Aburrá-Medellín, sus principales afluentes y el acuífero del Valle de Aburrá. fácil comprensión, porque califica la calidad del agua en rangos que van desde muy mala, mala, regular, aceptable a buena, mediante la asignación de valores que coinciden con un código de colores que dan significado a esta clasificación”, y observa que esta información le permite a la autoridad ambiental y a la comunidad conocer de manera sencilla en un punto preciso y en un tiempo determinado, cómo se encuentra la calidad del agua.

Calidad del agua por estación De acuerdo con el monitoreo, las estaciones ubicadas en la parte alta del río presentaron las mejores condiciones de calidad del agua, asociadas a una baja intervención humana en la zona. En la estación Reserva Alto de San Miguel, luego de la confluencia de las quebradas Santa Isabel, La Vieja, La Moladora y El Tesoro, se presentó una “buena calidad” del agua. Más abajo, en las estaciones San Miguel y Primavera, la clasificación obtenida varió entre “buena” y “aceptable”, puesto que el río es afectado por las aguas residuales generadas en las veredas La Clara

y La Salada, y actividades como extracción de material aluvial, turismo, usos agropecuarios, nuevas construcciones y botaderos de escombros. En la estación Ancón Sur se presentó una calidad “regular”, lo cual se vincula a los vertimientos de aguas residuales provenientes de los municipios de Caldas y La Estrella. Posteriormente, en las estaciones antes de San Fernando y después de San Fernando, la clasificación correspondió a “mala”, lo que está asociado con los aportes de aguas residuales de la zona sur de la cuenca hidrográfica y con la descarga de aguas residuales tratadas provenientes de la planta de tratamiento de aguas residuales San Fernando. El deterioro del río sería superior sin la operación de esta planta, la cual realiza el tratamiento a una parte de las aguas residuales provenientes del sur de la región metropolitana. En el tramo entre las estaciones Aula Ambiental y Ancón Norte se obtuvo una clasificación “muy mala”, lo que evidencia el estado crítico del río debido a vertimientos de aguas residuales provenientes de los municipios ubicados en el sur y centro de la región metropoli-

tana, como también a las descargas de Bello y Copacabana. La calidad del agua en las estaciones Papelsa y Puente Gabino variaron entre “mala” y “muy mala”. Pero en el tramo mencionado la calidad del agua se clasifica como “regular” debido a factores como: disminución en la cantidad de contaminantes, cambios en las condiciones hidráulicas de la corriente que favorecen procesos de sedimentación del río, y dilución de contaminantes como resultado del ingreso de afluentes de buena calidad. En época seca se registran menores caudales, de modo que se presenta una menor capacidad para asimilar los contaminantes vertidos sobre la corriente. Mientras en el periodo de lluvias se registra un incremento en los niveles de la lámina de agua, originando procesos de dilución, y en la velocidad de la corriente, lo que provoca una resuspensión de los sedimentos. De otro lado, las quebradas afluentes son un factor representativo para la calidad del agua del río, puesto que reciben y transportan las aguas residuales derivadas de las diferentes actividades desarrolladas en las subcuencas.


Opinión / Análisis

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Estudiantes en laboratorios de la U. de Antioquia

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Fotos: Luis A. Cifuentes Jojoa

El reto de hacer ciencia en Colombia Por LUIS A. CIFUENTES JOJOA Periodista ALMA MÁTER luiscif91@gmail.com

Sobrevivir haciendo ciencia y tratar de lograr algún avance importante es cada vez más difícil”, expresó Luis Fernando García Moreno, docente e investigador, en el encuentro Colaboración científica y diálogo con las ciencias, que se realizó el 10 de noviembre en la Sede de Investigación Universitaria –SIU– de la Universidad de Antioquia. En un primer momento del encuentro, el profesor de la Universidad Nacional de Colombia Jorge Robledo Velázquez, presentó el proyecto Producción científica, visibilidad social y académica y vinculación con el entorno, Sede de Investigación Universitaria –SIU– (2014 - 2016). Luego, el presidente de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales Enrique Forero González, y las directivas de la U. de Antioquia María Arbeláez Montoya, vicerrectora de Investigación, y Sandra María Turbay Ceballos, directora de Posgrado, reflexionaron acerca de la evolución de la investigación en Colombia y el diálogo entre las ciencias. El propósito del estudio —explica Robledo Velázquez— fue medir el impacto que tienen las investigaciones de la SIU, para lo cual “buscamos información complementaria, de la que no toma en cuenta Colciencias, como bases de datos bibliográficas y patentes, para configurar un con-

junto de indicadores que permitan aproximarse a la medición del impacto de una entidad tan compleja como la SIU”. El estudio sirvió como pretexto para discutir acerca de la visibilidad de la investigación, el aprovechamiento del conocimiento producido, la articulación de la academia con la sociedad, la desfinanciación por la que atraviesa el sector científico del país y, en general, la importancia de la ciencia y la tecnología. Al respecto, Robledo Velázquez considera que el impacto de la investigación en la sociedad comienza con la producción misma de conocimiento. “Son dinámicas complejas, no es tan simple como investigar, encontrar un resultado, una aplicación tecnológica y desarrollar un producto para el mercado. Se debe tener en cuenta que el conocimiento en sí mismo es transformador, de ahí la función social que debe cumplir”, expresa. La desarticulación de la academia con la sociedad y la falta de comunicación entre las diferentes ciencias también se consideraron como un problema en el país. “Los científicos —expresa Forero González— tenemos que entender que hay un mundo allá afuera. Debemos comprender que no podemos trabajar aisladamente, y no solo lo digo en relación con la sociedad, también entre nosotros mismos”. “En ese sentido, la universidad no puede actuar de forma aislada, debe pensar estratégicamente sus acciones y su colaboración con entidades académicas y no académicas. Pensar en qué dirección va y si está desempeñando su función adecuadamente”, afirma Robledo Velázquez. Por su parte, Arbeláez Montoya y Turbay Ceballos están de acuerdo en que para la generación de nuevo conocimiento, desde la universidad, es necesario plantear qué estrategias curriculares deben utilizarse para poner a dialogar a las

distintas disciplinas. “El nuevo conocimiento se favorece a partir de acercamientos en áreas disímiles y con nuevas estrategias de articulación de los grupos de investigación, pues ningún saber es autosuficiente”, concluyen. Otra preocupación generalizada son los recursos destinados para ciencia y tecnología por parte del gobierno. Según la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales en el país, tras el recorte presupuestal, solo se invertirían US$1,54 anuales por habitante en este campo. Mientras que países como Estados Unidos o Japón invierten más de US$1.000. Robledo Velázquez piensa que “son desafortunadas las evidencias del desprecio que tienen los políticos por las ciencias y la tecnología. Me pregunto: ¿estamos con los pies en la tierra o en qué nube ideológica nos metimos para que se nos haga imposible ver algo evidente como el papel crítico que tiene la ciencia y la tecnología en el desarrollo de la sociedad?”. Por su parte, Forero González cree que los recortes presupuestales van a tener un impacto fuerte en la investigación, “entre otras cosas, por la falta de continuidad; es decir, si se aprueba un proyecto, pero no se sabe si se va a apoyar la segunda etapa, no se puede trabajar adecuadamente. La ciencia no puede estar en esa situación de incertidumbre”, afirma. Sin embargo, guarda la esperanza de que las elecciones traigan un cambio, pero advierte que los científicos tienen que empezar a vincularse con la política. Señala que “poco a poco aparecen políticos interesados por estas cosas; entonces, hablemos con ellos y tratemos de hacer el cambio y educar al gobierno. Tenemos que lograr que se entienda la importancia de la ciencia para el desarrollo del país, algo que, lastimosamente, este gobierno nunca entendió. Confiemos en que el próximo sí lo haga”.


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Con la pena máxima Por JUDITH NIETO Profesora de la Facultad de Medicina y de la Escuela Interamericana de Bibliotecología judithnieto48@gmail.com

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ace un año (el 4 de diciembre de 2016), el país fue sobrecogido con la noticia del secuestro y atroz asesinato de Yuliana Samboní Muñoz, la niña colombiana de procedencia indígena, desplazada, de escasos recursos, menor de edad, desescolarizada y hacinada. Su imagen y su nombre no se han eclipsado; la fuerza de la letra lo ha impedido; la imperativa compasión del recuerdo lo ha evitado. Aún más, luego de ser conocida la pena de 51 años y 10 meses impuesta “al confeso abusador y asesino de la niña Yuliana Samboní Muñoz” (El tiempo, 2017, p. 1), y el aumento de esta, anunciado por El Espectador el 3 de noviembre de 2017 (p. 26). Olvidar este caso es imposible; recordarlo es una forma de evitar la desmemoria, el “común

olvido” de una vida que fue arrebatada de forma pavorosa a una niña colombiana, quien hoy, revivida mediante este viaje dispuesto por la letra, retorna para hablarle a su encarcelado victimario; para hacerle escuchar sus palabras, pronunciadas desde las honduras del Hades: Supe que el juicio contra usted, ¿un señor de apellidos Uribe Noguera? Sí, contra usted, como responsable de mi rapto, secuestro, abuso, violación y asesinato, ya fue resuelto por los tribunales de mi país. También supe que luego de la decisión de una jueza, usted ha sido condenado a “la pena máxima”. Y me enteré de que el 3 de noviembre, el Tribunal Superior de Bogotá aumentó la pena, y ahora deberá pagar 58 años de prisión y una gran multa. Esta decisión ejemplar cierra mi caso sin precedentes. Sé que este acontecimiento es de los pocos que en Colombia ha tenido celeridad en su atención y en su juzgamiento, y que hay muchos otros, similares o iguales al mío, que no han tenido ni las denuncias, ni las pesquisas, ni el castigo, ni la prensa que sí hubo para el mío. ¿Cómo me siento luego de conocer la sentencia que entra ruidosa y se escurre sobre mi cuerpo, a punto de confundirse con el polvo? Me resulta imposible sentir. Sé que se trata de un buen trabajo de las autoridades responsables de aplicar la justicia en Colombia. Es así como deberían actuar siempre, máxime cuando se trata de la agresión y el asesinato de menores; y cuando además

se trata de un feminicidio, como ha ocurrido conmigo. Actitud justa, que debe asumirse con los demás crímenes de este orden, que constantemente se denuncian en el país. Fue mi caso el de la niña de la voz ahogada por la enorme y feroz mano de quien, por su carácter malvado, hoy ha recibido “la pena máxima” de la justicia colombiana. La que, espero, haya sido un consuelo para mi familia, quien estuvo presente en la audiencia final. Sé que este fallo dio un poco de sosiego a mi mamá, a mi otra hermana y a mi hermano, a quien no pude conocer; así como a mi papá, de quien sé, siempre pidió para usted una condena superior, una condena procedente del imperativo dictado por La fuerza de la sangre. Pero esto “a lo que empuja la sangre” no se trata en los tribunales, a los que de todas maneras reconozco la forma como han procedido con mi caso, que ha sido protegido de quedar en la impunidad en el que pudo haber terminado el que ahora es mi pálido despojo. Adenda: a los lectores les deseo unas celebraciones tranquilas en la Navidad que se avecina y un 2018 en el que haya lugar para la esperanza. Referencias El Tiempo (2017), “Con la máxima pena”, El Tiempo, p. 1. El Espectador (2017), “Con todo el peso de la ley”, El Espectador, p. 26.

Sociedad en crisis, justicia en crisis Por LUIS A. CIFUENTES JOJOA Periodista ALMA MÁTER Luiscif91@gmail.com

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egún los resultados de una reciente Encuesta Gallup, el 83% de la ciudadanía colombiana tiene una imagen desfavorable de la rama judicial. La Corte Suprema de Justicia es la que sale peor librada, con una desfavorabilidad del 72%, mientras que la Corte Constitucional alcanzó una imagen negativa del 63%. Esta situación se deriva de los escándalos de corrupción que vinculan a miembros de esta rama del poder público. Este año, 94 funcionarios judiciales han sido procesados por la mala administración de la justicia, entre los cuales se encuentran magistrados, jueces y fiscales. “Uno de los problemas del diseño institucional —que da origen a la crisis— fue la sobrepolitización que surge después de la Constitución de 1991. El hecho de que las cortes hubieran estado tan involucradas con el poder político le dio una estocada a la condición de ecuanimidad que la justicia debía mantener frente a las otras ramas del poder público”, señala Edgar Ramírez Monsalve, docente de la Universidad Nacional. María Cristina Gómez Isaza, abogada constitucionalista y docente de la Universidad de Antioquia, afirma que la crisis por la que atraviesa la justicia es reflejo de una crisis de la sociedad en general. Explica que “la justicia también ha padecido problemas estructurales como la falta de recursos, la gran cantidad de expedientes acumulados y la falta de apoyo del ejecutivo y el legislativo”. Por su parte, Pedro Luis Pemberthy López, abogado y docente de la Universidad Nacional,

añade que en el ejercicio de la justicia siempre han existido los conflictos y los escándalos. “Pero se debe rescatar que la rama judicial ha sido, en cierta forma, la rama del poder que más impermeable ha estado a la corrupción”. Gómez y Pemberthy están de acuerdo en que el sistema judicial no está aislado de todos los fenómenos de corrupción que hacen parte del sistema político colombiano. “Por un lado, está la sociedad corrupta y que corrompe, y, por el otro, los problemas estructurales en donde la justicia no ha tenido el apoyo de los otros poderes del Estado”, añade Gómez Isaza. Alberto Ceballos Velásquez, exmagistrado de la Sala Administrativa del Consejo Seccional de la Judicatura de Antioquia y docente de la Universidad Eafit, señala que “podría ser el momento de pensar en reformas. Pero, las reformas constitucionales no son suficientes, a lo sumo dan vida a dispositivos que permiten que el poder judicial funcione”. La reforma de equilibrio de poderes fue el último intento del Gobierno por modificar al poder judicial. Entre las propuestas se encontraban: reemplazar a la Comisión de Acusaciones por una Comisión de Aforados que se encargaría de investigar al Fiscal General de la Nación y a los magistrados de las altas cortes; la elección de candidatos por méritos; quitar la potestad que tienen los magistrados de nominar al procurador y al contralor; y eliminar el Consejo Superior de la Judicatura. La reforma no fue aprobada por el Congreso. Pemberthy López piensa que ninguna de las medidas que se han presentado pueden ser catalogadas como buenas o malas, puesto que no fueron aprobadas. “Puede haber buenas intenciones; pero lo que queda claro es que en el diseño de las reformas han estado ausentes la

rama judicial, las facultades de derecho, los abogados litigantes y los usuarios de la justicia. Se han intentado reformas a espaldas de la misma justicia y desde ese punto de vista no se avizoran cosas positivas”. Ceballos Velásquez cree que las reformas han fracasado porque centran su preocupación en las altas cortes. Por esto, le apuesta a una reforma que reconozca a los jueces y a los ciudadanos como el centro de gravedad del poder judicial. Al juez como titular del Estado y a los ciudadanos como portadores de derechos. “Nuestra preocupación se tiene que concentrar en definir cómo debe ser el juez, cuáles son sus competencias, habilidades y destrezas para satisfacer las demandas ciudadanas”, concluye. Ramírez Monsalve está de acuerdo en que existe una cultura política proclive a la corrupción y, por tanto, la rama judicial no está al margen de estas dinámicas. Sin embargo, piensa que “hay falta de control y regímenes de complicidad que dieron lugar a que los magistrados de las altas cortes hayan quedado involucrados en los escándalos de corrupción; pero también se presume situaciones problemáticas por factores como la reticencia a no reformar la justicia en Colombia por parte de las mismas cortes”. Gómez Isaza aclara que un cambio en la estructura de la justicia no va a funcionar mientras la sociedad tenga los usos que tiene y los otros poderes tengan opciones clientelistas. No obstante, Ramírez Monsalve considera que el hecho de que la justicia no quiera reformarse genera interrogantes, “pero creo que esta crisis de institucionalidad es una oportunidad importante para que se haga una reforma de fondo a la justicia, que le permita recobrar su condición en el sentido ético y de credibilidad”.


Opinión / Análisis

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Las disfuncionalidades del derecho Por FABIO HUMBERTO GIRALDO JIMÉNEZ iep.fabio@gmail.com

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a más fuerte se debe a que las normas jurídicas son abstractas, generales y finitas y los hechos jurídicos a los cuales se aplican son concretos, particulares, infinitos y únicos. Por eso es imposible que los dos mundos coincidan aunque se superpongan. Esta fractura fisiológica o estructural es incurable e incorregible porque es una anomalía y no una incapacidad transitoria, una laguna o un error, que pueden ser aislados y corregidos. Las decisiones judiciales pretenden cerrar esa brecha mediante un método procesal que vincule los dos mundos. Pero como consecuencia de esa anomalía y aunque el “debido proceso” sea prolijo, en toda decisión judicial hay un margen más o menos amplio para la discrecionalidad, que es campo abonado para la arbitrariedad. Ese margen es una especie de vacío que usualmente se trata de evitar interpretando el hecho tal y como la norma literalmente indica o valorándolo con prejuicios extrajurídicos. En ambos casos se sustituye el derecho por uno desinfectado o por otro infestado de valores. Por eso, el reto técnico y deontológico para la ciencia jurídica y, por supuesto, para los profesionales del derecho, es que la diferencia y la distancia entre los dos mundos “no sea cada vez más grande”

y que se reduzca al mínimo la arbitrariedad que la irremediable discrecionalidad abona, pero complementando el derecho sin sustituirlo, ni por un sistema normativo aséptico, ni por un dechado de valores. El complemento técnico consiste en extender el debido proceso y la investigación científica interdisciplinaria hasta lo más recóndito del caso específico al cual ha de tratarse en su unicidad; el complemento deontológico consiste en agregar a los valores éticos contrastables legalmente, otro de estirpe típicamente profesional, que es la obligación inexorable de minimizar el error. La otra gran disfuncionalidad no es congénita sino adquirida, pero está muy directamente relacionada con la anterior, porque se debe a la confusión semántica, al desorden sintáctico y a la “cascada normativa” con que el legislador suele producir normas jurídicas, apurado por necesidades políticas a las cuales pretende exorcizar afanado por el “modo electoral” que es su estado natural. Se agrava la fractura estructural entre el mundo de las normas y el de los hechos, cuando se le agrega la confusión en el diseño y producción de normas, puesto que el acumulado de las dos se traslada a la sindéresis jurídica y a la aplicación. Pero la más genuinamente hechiza disfuncionalidad es la que resulta de sustituir la frónesis aristotélica por una maliciosa prudencia o marrullera sabiduría práctica para influir en la toma de decisiones jurídicas con esguinces, gambetas

y meneos sin cruzar la frontera del delito, aprovechando el margen de discrecionalidad que contiene naturalmente el derecho y lo que a éste le agrega la confusión normativa. Practicar este “baile en la corniza” sin caerse, no solo exige un conocimiento muy detallado de la normatividad y de los protocolos judiciales, sino también artificios y artimañas complicadas, retorcidas, rebuscadas, estudiadas, fingidas, disfrazadas y producidas con disimulo, astucia, cautela, precaución, destreza, habilidad, industriosidad, ingeniosidad, sagacidad. Considerado en este contexto, el éxito en la profesión del abogado, en función de litigante, de juez o de magistrado, por ejemplo, se mide por esta especie de deontología en la cual el valor supremo es maximizar el error, no minimizarlo. Si a esta habilidad se le agrega capacidad económica para “pagar por la peca” y codicia para “pecar por la paga”, obtendremos la identificación entre la antípoda de la política y la antípoda del derecho, con un doble ejército de cachicanes conformado por los más ricos, más fuertes y más astutos, porque con esta torcedura del ejercicio profesional del derecho y por tanto del derecho mismo, aprovechando sus disfuncionalidades, se cumple, como en la política profesional, la fórmula de Michels sobre su oligarquización o “cartelización”. Y aún no sabemos o no queremos saber si toda esta hábil sabiduría y el uso eficiente de este calculado fingimiento, es aprendido en la academia o durante el ejercicio profesional.

Presencia del egresado

Creer que es posible Por DANIEL QUINTERO CALLE* Viceministro de Economía Digital

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l inminente crecimiento de la industria tecnológica ha traído consigo desafíos enormes para los países. Variables como la capacidad de adaptación, innovación y estandarización de los procesos, la modernización jurídica de los esquemas de regulación, las amenazas a la estructura laboral, la mayor eficiencia, productividad y competitividad y el acceso a la información son razones más que suficientes para comprender que la era de la economía digital comenzó. Y que con este nuevo panorama aparecieron retos desde la perspectiva jurídica, financiera y tecnológica. Por eso apostamos desde el Ministerio de las TIC por convertir a Colombia en un referente para América Latina en economía digital y lo logramos. Luego de un proceso de transformación, dimos inicio al Viceministerio de Economía Digital con un papel preponderante en las discusiones sobre el funcionamiento de las nuevas aplicaciones móviles, la necesidad de las empresas de transformarse digitalmente y apropiar a un mayor número de colombianos de las oportunidades que genera el Internet. Transformar la economía

digital en progreso para un país es posible si uno logra articular los esfuerzos del Gobierno con el sector privado, llevando la tecnología hasta los problemas más cotidianos. Hace un par de años nadie creía que fuera posible que Colombia estuviera conectada a Internet y que se pudiera llevar zonas “wifi” a más de 1.000 municipios. Sin embargo, el trabajo articulado del Gobierno, recorriendo el territorio, dialogando con la gente y creyendo en los ciudadanos, permitió que de manera eficiente se alcanzara ese resultado antes de lo previsto. De eso se tratan las acciones del Gobierno y para eso debe servir la tecnología. El mejoramiento de la calidad de vida, la inclusión y la generación de oportunidades es el resultado del acceso a Internet. Desde las universidades, las nuevas generaciones de profesionales deben hacerse una pregunta que tiene toda la trascendencia. ¿Qué voy a aportar al desarrollo de mi país? En esa diversidad de respuestas, la tecnología contribuye a brindar mecanismos para solucionar problemas sociales que de otra forma exigirían años de dedicación. Energías alternativas, inteligencia artificial, in-

ternet de las cosas y muchas otras herramientas constituyen la ruta en este sentido. Esa capacidad de creer que sí era posible abrirle las puertas a la economía digital en Colombia es la que debemos tener todos los ciudadanos, para no ir tan lejos, a través de acciones concretas de política pública que permitan el impulso de la industria tecnológica, la investigación y el conocimiento para impactar positivamente fenómenos sociales como la desigualdad, la pobreza y la carencia de servicios públicos. La principal batalla que como colombianos debemos dar es contra el pesimismo, y haber preparado al país para la economía digital es una muestra de que debemos creer. Esa confianza en que sí es posible que la educación le lleve el paso a la tecnología, que nuestro mercado se inserte exitosamente en el proceso de globalización, que cada día se abran nuevas e innovadoras “start up” y que las nuevas generaciones opten por programas que ayuden a solucionar problemas sociales, es lo que nos permitirá crecer como sociedad. *Egresado de Ingeniería Electrónica

Egresad@ de la Universidad de Antioquia actualice sus datos, para mantener el contacto y recibir información de la Alma Máter. Envíe al correo electrónico programaegresados@udea. edu.co nombre completo, cédula, correo, celular y teléfono fijo, o al teléfono (57-4) 2198995.


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La corrupción es contigo, con todos Por JAIRO HUMBERTO RESTREPO y LAURA RAMÍREZ Grupo de Economía de la Salud, GES, Facultad de Ciencias Económicas grupoges@udea.edu.co

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a corrupción suele ser juzgada por la gente como un fenómeno en el que está envuelta principalmente la clase política y la dirigencia del país. Esta visión la refuerzan los medios de comunicación, con titulares que inciden en la opinión de la gente a partir de casos relacionados con ciertas entidades, personajes de la vida pública o regiones del país. Como ejemplos recientes, están los casos de Odebrecht en el sector de infraestructura, que compromete a legisladores y altos funcionarios del gobierno, y el cartel de la hemofilia, con una defraudación al sistema de salud que en Córdoba involucra a autoridades del departamento y a directivos del sector. Pero la corrupción es un fenómeno mucho más amplio y complejo. Se trata de una conducta que se aparta de la ética y lleva a las personas a buscar beneficios particulares, sacando ventaja de su posición o transgrediendo normas o valores que afectan el bien común y ponen en desventaja a otras personas en iguales condiciones. En el caso del sistema de salud, la corrupción es muy generalizada y se concreta en varias prácticas mediante las que se busca provecho particular. Como parte del estudio que adelanta el GES1, entre junio y octubre de 2017 se adelantó una encuesta ciudadana para identificar niveles de tolerancia a la corrupción y conocer aspectos de percepción y experiencias en el sistema de salud. Participaron 3.215 personas mayores de 18 años, 1.335 mediante el diligenciamiento de encuesta electrónica promovida por redes sociales, y 1.880 seleccionadas mediante muestreo y dirigidas por encuestadores en Bogotá, Cartagena, Medellín, Pasto y Tunja, y en los municipios de Samaná y La Victoria en Caldas, y Sogamoso en Boyacá. Un primer resultado de la encuesta se refiere al reconocimiento de la corrupción como un fenómeno aceptado socialmente. Solamente el 19% de las personas de la encuesta consideran que existe cero tolerancia a la corrupción, en la medida en que ésta no es aceptada socialmente, mientras para el resto el fenómeno es muy aceptado (47%) o existe cierta aceptación por casos aislados, de bajo monto o porque resuelven necesidades de las personas (34%). Además, frente a la expresión “la corrupción hace parte de la cultura de los colombianos”, el 35% de las personas manifiesta no estar de acuerdo y el restante 65% adhiere un acuerdo total o parcial. Sin embargo, muchas personas toman distancia de aquellas actitudes sociales, de manera que cuando se indaga por el punto de vista con respecto a afirmaciones como “la corrupción

es necesaria para mantener a los políticos y al gobierno” o “la corrupción facilita que el sistema de salud resuelva las necesidades de la gente”, la gran mayoría responde no estoy de acuerdo (74% y 82%, respectivamente). Así que, al tiempo que se juzga a la sociedad por aceptar la corrupción, se asume un rechazo del fenómeno como medio para obtener beneficios, incluso sociales. No obstante el rechazo de la corrupción, al momento de plantear situaciones concretas muchas personas terminan aceptando prácticas corruptas. Es el caso planteado en la encuesta de un adulto mayor que mediante tutela logra recibir 30 pañales diarios para la incontinencia urinaria y vende 20 para pagar a quien lo cuida. En este caso, el 33% de las personas reconoce que se trata de un acto de corrupción, pero lo justifica dadas las circunstancias, el 15% no lo considera un acto de corrupción, y el 47% considera que el acto debe ser castigado. El estudio del GES permite, además, desafiar un discurso dominante sobre la brecha entre percepción y experiencias de corrupción, de modo que la primera es alta y no encuentra asidero en la cotidianidad de las personas, llevando a plantear cuestiones como que el fenómeno no es tan grave como la gente piensa. El resultado más sorprendente del estudio, si se compara

con el Barómetro Global de la Corrupción, es que el porcentaje de personas para quienes la corrupción en el sistema de salud es muy alta resulta prácticamente igual al de quienes han sido testigos de algún acto de corrupción (55% y 53%, respectivamente). Por parte del Barómetro, para el caso de la salud en Colombia, el primer indicador es 63% y se compara con el 7% de personas que reconocen el pago de sobornos en servicios médicos y de salud. En el estudio del GES se destaca el reconocimiento de diferentes modalidades o prácticas de corrupción, en el entendido que las personas han presenciado o conocido de cerca al menos un caso en los dos últimos años. Entre el total de participantes, resultaron testigos de cada uno de los siguientes casos: en el pago o recepción de sobornos el 12%, en desvío de dinero el 14%, en el fraude en una contratación el 17%, en conflicto de intereses el 20%, en tráfico de influencias el 25%, y en favoritismo el 27%.

1. Caracterización de riesgos y prácticas de corrupción y opacidad y niveles de tolerancia a la corrupción en el sistema de salud colombiano. Estudio financiado por la Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP) en el marco del Proyecto Anticorrupción y Transparencia de la Unión Europea para Colombia (ACTUE Colombia).

Gráfica Colombia: Percepción de la corrupción en el país y en el sistema de salud (% de personas que consideran la corrupción muy alta y nivel promedio por institución o por actor)

El país en general

88

El sistema de salud

86

Secretarías de salud

89

Hospitales públicos (ESE)

83

EPS

81

Ministerio de Salud

76

Superintendencia de salud

75

Industria farmacéutica

76

Hospitales privados (IPS)

71

Profesionales de la salud

59

Usuarios

53

0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

70%

Fuente: GES – U. de A. Encuesta sobre integridad y transparencia en el sistema de salud colombiano. Nota: en la gráfica se observa el porcentaje de personas que consideran la corrupción como muy alta en cada caso. La encuesta también permite valorar la corrupción en niveles alto, medio o bajo, e incluso considerar que no hay corrupción, así que en la columna derecha se muestra la calificación promedio para cada actor en una escala de 0 (ausencia de corrupción) a 100 (corrupción muy alta).


Opinión / Análisis

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Representación en la U Por FRANCISCO CORTÉS RODAS Director del Instituto de Filosofía francisco.cortes@udea.edu.co

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n las universidades públicas colombianas existen deficiencias de representación y participación en los consejos universitarios, especialmente en el Superior y el Académico. Si uno compara los tipos de gobierno universitario y el número de representantes de los profesores, estudiantes y administrativos en los organismos de dirección de algunas universidades del mundo con lo establecido por la Ley 30 de 1992, puede ver de qué manera nuestro gobierno universitario es cerrado, débil democráticamente y elitista. Según la Ley 30, el Consejo Superior Universitario es el máximo órgano de dirección y gobierno de la universidad y está integrado por nueve miembros. Este sistema no es democrático porque en muchos procesos de nombramiento de rectores ha sido el Gobierno el que se ha impuesto para designarlo. No doy nombres pero le pido al lector imaginación para que encuentre ejemplos.

Este sistema es además clientelista, pues en algunas universidades públicas regionales, el gobernador puede hacer nombrar personas de su grupo político en posiciones importantes, mientras que la contratación se entrega a quienes financiaron su campaña. Pido de nuevo imaginación. Y este sistema es corrupto, pues si la administración y la contratación son influidas por actores provenientes del Gobierno o la empresa privada o hay tráfico de influencias, se termina así en la desviación de los recursos públicos. Con esto se muestra que el sistema de gobierno de la universidad pública, definido por la Ley 30, es completamente deficitario como procedimiento de representación y participación de la comunidad universitaria. Es importante contrastar esto con lo que sucede en otras universidades del mundo. El Consejo Universitario, que es la máxima autoridad colegiada de la Unam, fue modificado en 2011, ampliándose su composición con el objetivo de fortalecer la representatividad. Actualmente, el Consejo está conformado por un total de 290 integrantes. Destaco que 80 de ellos son estudiantes. Los consejeros tienen derecho a voz y voto. El Consejo Universitario de la Universidad de Sao Paulo está conformado por el rector, académicos, estudiantes, personal administrativo,

exalumnos, y representantes del empresariado. La representación de los estudiantes es del 10 % del total de los docentes del Consejo. En la Universidad Complutense, el Claustro Universitario es el máximo órgano de representación y está compuesto por el rector y 300 representantes de los estamentos: 53% profesores doctores, 10% personal docente, 25% de estudiantes, 12% administrativos. Quienes defienden el espíritu neoliberal de la Ley 30 sostienen que las mejores universidades del mundo se caracterizan porque no son democráticas. Se hacen consultas a los estamentos para la toma de decisiones, pero no se les da participación en las instancias de decisión. Las cuestiones políticas en la universidad son complejas porque deben articular la difícil tensión entre creación del conocimiento y gobierno. El primero es un asunto de los académicos. El gobierno universitario debe permitir tener abierta la oportunidad de expresarse sin límites. Este es precisamente el tipo de contexto en el cual la representación de todos los estamentos como actividad política es relevante. *El texto fue publicado en la columna habitual del autor en el periódico El Colombiano el 14 de noviembre de 2017.

Preocupaciones y suspicacias * sobre Ser pilo paga Por CARLOS ARTURO SOTO LOMBANA Profesor y exdecano de la Facultad de Educación carlos.soto@udea.edu.co

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omparto el análisis que hace el editorial de EL MUNDO del pasado domingo al decir que el programa Ser pilo paga no es una estrategia de cobertura, equidad y pertinencia de la educación terciaria. En un país con dificultades fiscales y con brechas aún sin superar en inclusión, equidad y cobertura en educación superior el Ser pilo paga no es la política pública que requiere Colombia. Tanto defensores como detractores de Ser pilo paga coinciden en que el programa tiene un sesgo positivo que permite a jóvenes en condición de vulnerabilidad, y lejos de las oportunidades, acceder a una educación de calidad con el apoyo del Estado para realizar sus estudios universitarios; se podría decir que el Estado debería ampliar este y otros programas similares, logrando que la población beneficiada por las becas fuera mayor, ampliando su cobertura a todo el territorio nacional. Sin embargo, Ser pilo paga tiene ese sabor agridulce que ha generado preocupaciones y suspicacias entre rectores y académicos,

principalmente del sector oficial, que vienen cuestionando la iniciativa del actual gobierno para constituirlo en política pública; las preocupaciones son por los recursos utilizados por el Gobierno Nacional para financiar el programa, los cuales provienen del presupuesto que otorga el gobierno para educación superior destinado a financiar las universidades públicas; en el juego de palabras se dice que este es el gobierno que más ha invertido en educación superior, lo que no significa que sea en educación superior pública. Se trata de la misma estrategia utilizada por el actual gobierno al decir que los recursos para ciencia y tecnología son los más altos asignados en los últimos años, al considerar que los dineros de regalías hacen parte de este rubro. Ya se conoce el rumbo que han tomado los recursos de regalías al caer en la esfera de influencia de los gobernadores y políticos. En cuanto a las suspicacias, se dice que Ser pilo paga se convirtió en una forma legal de transferir recursos públicos a las universidades privadas, sin que estas instituciones tengan que hacer algún tipo de contrapartida y sin que tengan que entregar cuentas al gobierno sobre la manera en que se invierten estos cuantiosos recursos. Quienes hemos tenido responsabilidad por la contratación con el Estado, a nivel de proyectos con los ministerios, las gobernaciones y municipios, conocemos las restricciones en el manejo de los recursos públicos que se asignan a las universidades para la ejecución de consultorías o asesorías en donde

existen restricciones para el cobro de la famosa administración (administración, imprevisto y utilidad) que en el mejor de los casos puede alcanzar un 15%, pero que en los últimos años se ha venido bajando al 10% del valor del proyecto; en Ser pilo paga el gobierno no impone ninguna condición sobre la ejecución de los recursos. Mientras las universidades privadas pueden de manera libre colocar el costo de la matrícula (calculado en promedio en veinte millones) y no comprometer aumento en cobertura, las universidades públicas sólo pueden recibir en promedio seis millones de pesos de matrícula por estudiante, siempre y cuando se trate de cupos nuevos a la oferta semestral histórica validada por el MEN. Además de que es discriminatoria esta forma en que se asignan los recursos públicos, resulta poco atractivo para una universidad pública comprometer un aumento en la cobertura, cuando ya de por sí desde el gobierno del expresidente Uribe las universidad públicas triplicaron su cobertura sin contar con recursos adicionales en sus bases presupuestales. En un ejercicio de responsabilidad social y de compromiso con el país, deberían los rectores de las universidades privadas reconocer que Ser pilo paga no es la política pública en educación superior que Colombia necesita. *Texto publicado en la columna habitual del autor en el periódico El Mundo, de Medellín, el 14 noviembre de 2017.


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El primer año de la implementación del Acuerdo de paz Por GERMÁN DARÍO VALENCIA AGUDELO Profesor del Instituto de Estudios Políticos german.valencia@udea.edu.co

FREDY ALEXÁNDER CHAVERRA COLORADO Estudiante del pregrado en Ciencia Política de la Universidad de Antioquia fredy.chavera@udea.edu.co

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l 24 de noviembre de 2017 se cumplió el primer año de la firma del Acuerdo del Teatro Colón o Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera, firmado entre el Gobierno Nacional y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc). Esta es la primera vez en la historia política del país que se logra diseñar un acuerdo de paz de tal magnitud: es un amplio tratado, escrito en 310 páginas y compuesto por seis grandes temas que involucran un conjunto extenso de reformas económicas, políticas, sociales y del derecho. Durante el primer año, los avances en la implementación del Acuerdo han sido importantes aunque limitados. En el terreno normativo se han expedido cuatro leyes y seis reformas constitucionales. La más importante ha sido, tal vez, el Acto Legislativo 01 de 2017, el cual creó el Sistema integral de verdad, justicia, reparación y no repetición, y en él la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, que se encargará de investigar y sancionar a los máximos responsables del conflicto armado con la guerrilla de las Farc. Acto que fue revisado y aprobado por la Corte Constitucional, en la sentencia C-674, el 14 de noviembre pasado. En el terreno de la acción, uno de los puntos que más ha avanzado es el tercero sobre el fin del conflicto. Precisamente, entre enero y agosto de 2017 se desmovilizaron 14.178 combatientes y se ha logrado hasta la fecha avanzar significativamente en el proceso de ubicación, recolección, verificación, extracción, destrucción e inhabilitación del armamento, municiones y explosivos que poseían las Farc. Así ha quedado consignado en los diversos informes que ha presentado la Comisión tripartita encargada del mecanismo de monitoreo y verificación de la ONU (formada adicionalmente por el Gobierno y las Farc). A pesar de estos importantes avances en la implementación de los acuerdos se debe advertir lo limitado del proceso. En un informe realizado recientemente por el Instituto Kroc, el encargado oficial de realizar seguimiento y análisis al estado efectivo de la implementación del Acuerdo final, se mostró que sólo el 17% de las disposiciones del Acuerdo han sido completamente implementadas, un 6% tienen un nivel de implementación intermedio y un 22% se han implementado mínimamente; mientras que la mayoría de actividades de implementación (55%) no se han iniciado. Las explicaciones de estos retrasos son diversas, pero el mayor responsable, sin duda, lo encontramos en el Congreso de la República. Ha sido común en este primer año observar la manera como predominan en la discusión de los

proyectos de ley los intereses electorales de las bancadas partidistas. Los parlamentarios han dilatado decisiones importantes, por ejemplo, con la falta de quórum que impide la votación de proyectos claves como la Ley Estatutaria de la Jurisdicción Especial para la Paz, la reforma política y los proyectos de ley sobre temas agrarios. Problemática que se agudizará, lo más probable, en lo que resta del año y durante el primer semestre de 2018, debido, en primer lugar, a que el 30 de noviembre finaliza el procedimiento legislativo especial para la paz o fast track, que permitió una mayor celeridad en los trámites normales de aprobación de las leyes; ahora, la aprobación de las nuevas normas tendrá que pasar por los trámites ordinarios de forma más lenta. En segundo lugar, dada la proximidad de la elección de los representantes al Congreso y del nuevo presidente de la República, el interés del legislativo se centrará en la reelección a estos órganos, pasando a un segundo plano las discusiones legislativas. Así se tendrá durante la vacancia legislativa (diciembre-marzo) y último periodo del Congreso (del 23 de marzo al 20 de junio de 2018) un período de gran incertidumbre. En conclusión, se puede decir sobre el primer año de la fase de implementación del Acuerdo del Teatro Colón que este se caracterizó por la lentitud y la incertidumbre. A pesar de los avances importantes en temas constitucionales y de la acción, faltaron muchos aspectos normativos y prácticos por trabajar. Por ejemplo, no se avanzó

nada en la fundamental reforma rural integral, en la solución integral al problema de drogas ilícitas y en la atención a las víctimas del conflicto. En marzo de 2017, por ejemplo, se radicaron dos proyectos clave en el tema rural como la creación del Sistema nacional de innovación agropecuaria y del Programa nacional de adecuación de tierras, y sin embargo, a ocho meses, los proyectos no se han discutido, entre otras razones, por la falta de voluntad de las bancadas en el Congreso. De allí, entonces, que se requiera de un mayor liderazgo del Ejecutivo, tanto del actual como del próximo presidente que llegará en 2018, para el respeto y cumplimiento del Acuerdo; de los excombatientes de las Farc para la reintegración política, económica y comunitaria; del Congreso de la República, para que se avance en medio de un periodo legislativo cruzado por las elecciones y con fuertes discusiones ideológicas por el Acuerdo final; de los nuevos órganos creados para la implementación, como el Tribunal para la Paz y las salas de justicia de la JEP; de la comunidad internacional como garante en la implementación y socio estratégico de las inversiones en el posconflicto; y, sobre todo, de la sociedad civil, con una decidida participación e incidencia en, por ejemplo, la aceptación de reformas políticas como las circunscripciones especiales de paz, pues si no se empodera este actor de la implementación los resultados continuarán siento limitados y poco sostenibles en el tiempo.

Leyes aprobadas por el Congreso con el fast track Código

Título

Ley 1820 de 2016

Por medio de la cual se dictan disposiciones sobre amnistía, indulto y tratamientos penales especiales.

Ley 1830 de 2017 Exequible por Sentencia C-408 / 17

Por medio del cual se adiciona un artículo transitorio a la ley 5 de 1992

Ley 1865 de 2017

Por medio de la cual se exceptúa la Unidad Nacional de Protección de los dispuesto en el artículo 92 de la ley 617 de 2000

Proyecto de Ley (Pendiente sentencia de control por parte de la Corte Constitucional)

Por medio de la cual se adopta el Estatuto de la Oposición Política y algunos derechos a las agrupaciones políticas independientes

Reformas constitucionales aprobadas por el Congreso con el fast track Código

Título

Acto legislativo 01 de 2017 (4 de abril) Exequible por Sentencia C-674 / 17

Por medio del cual se crea un título de disposiciones transitorias de la Constitución para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera

Acto legislativo 02 de 2017 (11 de mayo) Exequible por Sentencia C-630 / 17

Por medio del cual se adiciona un artículo transitorio a la Constitución con el propósito de dar estabilidad y seguridad jurídica al Acuerdo Final

Acto legislativo 03 de 2017 (23 de mayo)

Por medio del cual se regula parcialmente el componente de reincorporación política del Acuerdo Final

Acto legislativo 04 de 2017 (8 de septiembre)

Por medio del cual se adiciona el artículo 361 de la Constitución Política

Acto legislativo 05 de 2017 (Pendiente sanción ejecutiva)

“Por medio del cual se dictan disposiciones para asegurar el monopolio legítimo de la fuerza y del uso de las armas por parte del Estado”

Acto legislativo 06 de 2017 (Pendiente conciliación)

“Por medio del cual se crean 16 Circunscripciones Transitorias Especiales de Paz para la Cámara de Representantes en los períodos 2018 – 2022 y 2022-2026”

Acto legislativo 07 de 2017 (Pendiente trámite en Senado)

“Por medio del cual se adopta una reforma política y electoral que permita la apertura democrática para la construcción de una paz, estable y duradera”

Nota del editor: al cierre de la edición, la Jurisdicción Especial para la Paz pasó a conciliación, luego de la aprobación del proyecto de ley que le da vida por parte de la Cámara de Representantes.


Innovación

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Institución Universitaria Digital, un detonante de sueños y realidades

Por ANDRÉS FERNANDO GIL GALLEGO Comunicador de la Secretaría de Educación de Antioquia andres.gil@antioquiatic.edu.co

Foto: Luis A. Cifuentes Jojoa

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ensar en grande no es un slogan de gobierno, es una actitud que debemos asumir todos los colombianos para impulsar y catapultar el desarrollo de nuestra Nación. Bajo esta consigna, y convencidos de alcanzar logros que para muchos son utópicos, el departamento de Antioquia comenzó en 2016 a trasegar un camino de ensueño, conformar la primera institución universitaria digital pública del país. Para lograrlo había que superar dos escollos: primero, el tiempo y, segundo, ser los pioneros y, por ende, no tener algún parámetro o modelo a seguir. Cumplimos con lo que dicta la Ley 30 de 1992 para la creación de una institución de educación superior. El primer paso fue la presentación de un estudio de factibilidad, validado luego por los pares académicos. “Lo más interesante es que el estudio adelantado tiene presupuesto suficiente para comenzar”, dijo el par académico Juan Palomino Quintero. “U Digital podría llegar a ser una fuente de cambio e innovación en los territorios antioqueños”, agregó Patricia Barrero de Rivera. Para un proyecto grande se requieren de grandes aliados. La Secretaría de Educación de Antioquia encontró en la Alma Máter esa mano amiga para trabajar como una sola familia en torno a un mismo fin, hacer historia y marcar el camino de lo que será el futuro de la educación, una formación de educación superior netamente digital.

La Institución Universitaria Digital se crea con siete objetivos misionales: ser una herramienta de desarrollo liderado por el Estado; incluir sectores económicos, sociales, comunitarios, y cooperativos representativos para Antioquia; consolidar la presencia institucional en zonas claves para el dominio del territorio de Antioquia; generar pensamiento crítico con el objetivo de que los estudiantes sean fuente de ideas innovadoras y artífices de cambio; aportar a transformaciones positivas en las diferentes regiones desde la aplicación del conocimiento; promover altos valores éticos aplicables a los sectores público, social, comunitario y cooperativo; y eliminar el déficit de acceso a educación superior de alta calidad en Colombia. En Antioquia, solo cerca de la mitad de la población estudiantil accede a la educación superior, asunto que evidencia la necesidad de ampliar la oferta para la población que a diario reclama un espacio para continuar su formación. Según datos del Ministerio de Educación Nacional, la gran concentra-

ción de estudiantes universitarios se encuentra en Medellín, dejando a un lado las subregiones y limitando así la posibilidad de que pobladores de municipios o veredas lejanas alcancen el sueño educativo. Las TIC, los medios digitales, y la innovación tecnológica brindan la posibilidad de dar mayor cobertura, creando múltiples opciones para realizar proyectos educativos en los que todas las personas puedan acceder a una educación de calidad y dignidad, sin importar el momento o el lugar en el que se encuentren. La Universidad de Antioquia es una institución de carácter público, que aporta al desarrollo armónico de la región y del país a través de la docencia, la investigación y la extensión. Estos principios misionales se articulan perfectamente a la visión de la Institución Universitaria Digital de Antioquia y al mismo gobierno departamental. Por lo mismo, se firmó un convenio marco de cooperación en el cual el Alma Máter se compromete a brindar apoyo académico, tecno-

lógico y logístico, así como ofrecer, previa celebración de convenios específicos, programas académicos en la modalidad virtual de técnicos, tecnológicos, de pregrado y posgrado. De igual forma, otras instituciones de educación superior también le han dicho sí al proyecto de la Gobernación de Antioquia, tales como el Tecnológico de Antioquia, el Politécnico Jaime Isaza Cadavid, la Universidad de Medellín, la Universidad Nacional, la Fundación Universitaria Maria Cano, la Universidad CES, el Ceipa y la Pontificia Universidad Bolivariana. En tan solo 18 meses, la Institución Universitaria Digital pasó todos los filtros en el Ministerio de Educación y recibió, por parte de la Sala de trámites institucionales, la recomendación de “aprobar la solicitud de estudio de factibilidad socioeconómica para la creación de la institución estatal u oficial a denominarse Institución Universitaria Digital de Antioquia —U digital—”. Sigue ahora materializar la iniciativa mediante una ordenanza departamental que exprese la voluntad política, el cumplimiento de un plan de desarrollo y la responsabilidad social de seguir formando a los ciudadanos que construyan un territorio inteligente y en paz, y así ondear la bandera de la educación de Antioquia en lo más alto de la cúspide del futuro educativo. La U Digital conectará los corazones de aquellos que, por muchas razones, algún día dejaron de soñar.


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Foto: Luis A. Cifuentes Jojoa

Para transformar los territorios, innovación Por LUZ MARINA RESTREPO URIBE Periodista de la Vicerrectoría de Extensión

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a innovación, como estrategia que se articula al proceso formativo, fue el sustrato que permitió en la Universidad de Antioquia el desarrollo de la propuesta de gestión tecnológica desde la trasferencia de tecnología y la cultura del emprendimiento, en la búsqueda de soluciones a los problemas más acuciantes de la sociedad. Las cifras así lo evidencian: 779 gestores formados en innovación y emprendimiento, 999 estudiantes que participaron en campamentos emprendedores, 112 iniciativas incubadas mediante un modelo de negocio y la construcción de un producto mínimo viable, 430 empresas creadas y 84 puestos de trabajo generados para incubar empresas. Por su parte, el Parque del Emprendimiento, creado hace diez años gracias a la alianza entre la Universidad de Antioquia y la Alcaldía de Medellín, ha logrado disminuir la mortalidad empresarial, y ha visto nacer 430 empresas con ventas acumuladas por más de

20 mil millones de pesos y la generación de 1.712 empleos. De esta manera, la Institución ha forjado una política de promueve la innovación y la creación de empresas basadas en el conocimiento. El modelo de innovación que se ha construido en la Universidad, vinculado a los ejes misionales, ha contribuido a logros significativos en beneficio de las comunidades mediante la transferencia de conocimiento, como es el caso de 112 patentes (47 concedidas y 65 en trámite), 54 derechos de autor registrados (31 relacionados con software y 13 con obras), 29 contratos de licencia y 549 mil millones de pesos obtenidos por concepto de regalías. Igualmente, cuenta con 120 tecnologías disponibles y 145 contratos de investigación aplicada en innovación.

Unidad de Innovación El Plan de Desarrollo 2017 - 2027 “Una Universidad innovadora para la transformación de los territorios” plantea la hoja de ruta que regirá los destinos de la institución en el próximo decenio, en cuanto a su responsabilidad con la excelencia académica y la innovación al servicio de la sociedad, los territorios y la sostenibilidad ambiental. En este sentido, el objetivo estratégico 5 expresa que es tarea de la Universidad fomentar la innovación para la comprensión y solución de problemas y la potenciación de ca-

pacidades hacia la transformación institucional y de los territorios. A este propósito institucional contribuye la Unidad de Innovación, que recoge iniciativas gestadas en el otrora Programa de Gestión Tecnológica, mediante el impulso a la cultura emprendedora en la Universidad, con el acompañamiento del Parque del Emprendimiento. En la actualidad, la Unidad de Innovación desarrolla su quehacer en el Edificio de Extensión, a donde se trasladó el Parque del Emprendimiento para integrar en un solo lugar todas sus capacidades. Con la transformación del Programa de Gestión Tecnológica en la Unidad de Innovación, al cual llega también el Parque del Emprendimiento, se potencian estrategias y procesos que ya se estaban adelantando, como el fomento a la cultura innovadora y emprendedora, el emprendimiento mediante la preincubación y la incubación, la transferencia de conocimiento —antes transferencia de tecnología— y la innovación social para contribuir al crecimiento de la región. Valga destacar cómo la estrategia de transferencia de conocimiento ha posicionado a la Universidad de Antioquia en el primer lugar nacional en número de patentes licenciadas, resultado de investigación aplicada con la

industria, las cuales han sido publicadas en Scopus. Con la estrategia de emprendimiento empresarial se espera fortalecer la cultura emprendedora e innovadora, que con el apoyo de la Alcaldía de Medellín ha incubado más de 340 startups de las instituciones de educación superior en la ciudad. De esta manera, la Unidad de Innovación continuará fomentando la creación de empresas basadas en conocimiento, vinculadas a procesos de negocios en sectores como alimentos, agro, servicios, tecnologías de la información y la comunicación, internet de las cosas, entre otros; a la vez, seguirá apoyando nuevos emprendedores en las etapas tempranas de la creación de su empresa y la puesta en marcha de las iniciativas que le permitan consolidarse en el mediano plazo. La Unidad de Innovación tendrá entre sus retos fomentar prácticas de cocreación, colaboración y coproducción del conocimiento a partir de la interrelación con la sociedad, las empresas y el Estado; el impulso de nuevos proyectos y productos de innovación, desarrollados a partir de resultados de procesos de investigación y docencia; y la participación de la Universidad en ciclos de políticas públicas, implementadas en función del desarrollo y fomento de la ciencia, la tecnología y la innovación.


Salud

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Por JUAN DIEGO RESTREPO TORO

Según Ángela María Arango Rave, directora general del proyecto, esta es una idea innovadora para la educación en salud. “En el Comité académico —dice— buscamos modelos de organización académico-administrativos que privilegien la articulación y el diálogo de saberes, porque la construcción académica determinará en gran medida el componente físico-espacial”. El Comité académico está integrado por los directivos titulares de las nueve dependencias que integran el área de la salud, más los vicerrectores de Extensión, Investigación y Docencia, la directora general del proyecto y la coordinadora académica.

Periodista de la Dirección de Comunicaciones juan.restrepo16@udea.edu.co

U

nión Temporal SM + Síntesis fue la firma ganadora del concurso arquitectónico y urbanístico del proyecto Complejo de la Salud. El resultado se dio a conocer el 27 de noviembre en el Edificio de Extensión, lugar en el que quedó disponible la muestra que contiene los pre-diseños de las siete firmas arquitectónicas que participaron en el proceso. La obra, que se construirá en la antigua lavandería del Seguro Social, se articulará con el Distrito de Innovación de Medellín y en ella se invertirán alrededor de 220 mil millones de pesos. El jurado del concurso estuvo conformado por el rector, Mauricio Alviar Ramírez, y por los arquitectos Raúl Bernal Arango, Horacio Valencia Corrales, Camilo Restrepo Ochoa y Gloria Elena Molina Vélez. El concurso tuvo como objeto contratar la propuesta arquitectónica y urbana que, en el nivel de preanteproyecto, propusiera la idea más conveniente para el desarrollo arquitectónico del Complejo de la salud, idea que debe responder además al Plan maestro de planta física del campus de la Alma Máter. La firma Consorcio Complejo de la Salud (Alejandro Echeverri + Valencia S.A.S y OPUS, Oficina de Proyectos Urbanos S.A.S) ocupó el segundo puesto y Condiseño Arquitectos S.A, el tercero. El vocero del jurado, Raúl Bernal Arango, arquitecto que participó hace 50 años en el diseño de la Ciudadela Universitaria, destacó de la propuesta ganadora la utilización del espacio público: «crea un espacio articulado del eje oriente/ occidente (carrera Carabobo) y su conexión con el campus. El proponente analiza de manera acertada la relación del proyecto con el entorno urbano y valora el espacio público como elemento integrador de la ciudad. Propone con claridad la forma como el nuevo Complejo de la salud puede contribuir a fortalecer el modelo de ciudad integrada e identifica los ejes y sistemas mediante los cuales se puede lograr un sistema verde peatonal en el eje este/oeste, una red caminera y de ciclorrutas». Además, resaltó la calidad de los tres bloques, los cuales estarían ubicados en forma de «L», justo al frente del Edificio de Extensión y de la portería de Ferrocarril. Los bloques estarán conectados con puentes que simbolizan el diálogo de saberes. La iniciativa es más que la ampliación de la infraestructura física

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Objeciones

Imagen modelo que recrea una de las perspectivas de la construcción.

Imagen: cortesía

Complejo de la Salud, más infraestructura y diálogo de saberes del área de la salud y la solución a los problemas de saturación de espacios; es una apuesta por el diálogo y la articulación de saberes en salud con respeto de la autonomía, identidad y singularidad de las nueve unidades académicas que conforman el área: las facultades de Salud Pública, Odontología, Enfermería, Medicina, Ciencias Farmacéuticas y Alimentarias, Ciencias Agrarias, las escuelas de Microbiología y de Nutrición y Dietética, y el Instituto Universitario de Educación Física, seis de las cuales estarían instaladas físicamente en el Complejo y las otras se articularían en programas y proyectos. La Resolución Rectoral 43331 del 7 de septiembre de 2017 creó los comités para empezar a materializar el proyecto: el Comité de di-

rección administrativa y financiera, el Comité académico y el Comité de obra. Además, se conformó un comité con los comunicadores de las nueve unidades académicas para desarrollar estrategias que faciliten la participación, la apropiación y el relacionamiento con los actores involucrados. Para el rector Mauricio Alviar, uno de los logros más importantes de 2017 es el inicio de este proyecto. “Justo en 2018 celebraremos los 50 años de la construcción e inauguración de la Ciudadela Universitaria, pero la Institución necesita mejorar y ampliar sus espacios físicos, los cuales deben obedecer a una concepción académica que sea innovadora en lo curricular y que corresponda a un modelo articulador y de diálogo de saberes”.

Integrantes de la Facultad Nacional de Salud Pública, FNSP, han expresado objeciones al proyecto. El decano, José Pablo Escobar Vasco, piensa que ha faltado más discusión en la Universidad. “Buscamos que la FNSP pueda conservar gran parte del proyecto que había elaborado juiciosa y participativamente por años como compensación a la reducción de espacios que tuvimos cuando se construyó la Sede de Investigación Universitaria, SIU, y como una necesidad grande, considerando las fallas estructurales que tiene el edificio actual, su poca funcionalidad y el hacinamiento que tenemos”, afirma. Por su parte, Juan Carlos Alarcón Pérez, decano de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas y Alimentarias, se muestra optimista respecto al proyecto, aunque explica que lograr la articulación de saberes no será una tarea fácil. “No solo tenemos el afán de articular saberes —explica—, sino que vemos en el Complejo la solución a la deficiencia de espacios de varias unidades académicas, entre ellas nuestra Facultad, que está muy dispersa. La tarea es compleja, porque los ejemplos que se han buscado en la Universidad de articulación no han sido fáciles; por ejemplo, la SIU no resultó todo lo integradora que se deseaba, pero lograr esa tarea es importante para el futuro de la Universidad. No sé si la vamos a alcanzar de manera total o parcial, pero debemos hacerla e identificar temas puntuales, que sean generadores de proyectos”. En el fondo del debate se plantea una discusión epistemológica sobre cómo y hasta qué punto lograr la articulación o integración de saberes en un contexto de dispersión y especialización de las ciencias de la salud. Esto representa un reto para el proyecto, el cual propiciará espacios para la participación no solo de los estamentos de las áreas de la salud, sino de las distintas unidades académicas que tienen campos del conocimiento relacionados, entre ellos talleres con la metodología de co-creación.


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Por JUAN DIEGO RESTREPO TORO Periodista de la Dirección de Comunicaciones juan.restrepo16@udea.edu.co

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on una inversión superior a los tres mil millones de pesos, la Universidad de Antioquia adquirió el equipo NAP-XPS para la caracterización química superficial de materiales tanto en condiciones ambientales como de alto vacío, lo cual permite realizar investigaciones de última generación en física, química, biología, ingeniería, medicina, ciencias farmacéuticas, entre otros campos. También contribuye al fortalecimiento de la relación Universidad -empresa, pues facilitará el estudio e innovación en sectores económicos estratégicos como el minero, energético, agroindustrial, siderúrgico, cerámico, farmacéutico (medicamentos), hospitalarios (implantes médicos). “Desde el punto de vista técnico, la Universidad adquirió una plataforma única en América Latina, que está a la altura de las mejores del mundo”, afirma Carlos Ostos Ortiz, del grupo de investigación Catalizadores y adsorbentes, y explica que el equipo “permite realizar análisis químicos no destructivos en superficie de una gran cantidad de materiales bajo condiciones estándar y bajo condiciones que simulan ambientes reales”.

Con este equipo, los investigadores podrán realizar análisis químicos cuantitativos de un material así como identificar la naturaleza de las especies químicas presentes en diferentes ambientes químicos, líquidos o gaseosos, lo que fortalecerá la generación de nuevo conocimiento en áreas de gran impacto como la nanotecnología y la biotecnología. Una de las tendencias mundiales en la investigación científica es la denominada “ciencias de superficies”, que hace referencia a la comprensión de los fenómenos físicos y químicos que ocurren entre interfases sólidas, líquidas o gaseosas. La versión NAP-XPS adquirida por la Universidad de Antioquia permite hacer el análisis químico en condiciones que simulan ambientes específicos cercanos a las de los materiales, por ejemplo, una atmósfera oxidante que puede corroer un metal o un ambiente que permita mantener un tejido para el estudio de alguna patología particular. Incluso es útil para la caracterización de piezas arqueológicas y el reconocimiento de diferentes tipos de textiles. “Esta plataforma va a permitir que los investigadores aporten en muchas de las disciplinas que nos convocan en la Sede de Investigación Universitaria, SIU, y en la Universidad en su conjunto”, señala María Patricia Arbeláez Montoya, vicerrectora de Investigación.

Foto: cortesía Facultad de Ciencias Exactas y Naturales.

U. de Antioquia dispone de equipo de última generación para estudiar materiales

La plataforma de espectroscopía fotoeléctrica de rayos x, denominado XPS por sus siglas en inglés, permite la caracterización química superficial de una amplia gama de materiales; se trata de un equipo único en Colombia, que la U. de Antioquia pone al servicio del país Ostos Ortiz observa que esta adquisición es el resultado mancomunado de un centenar de personas que durante tres años dedicaron sus conocimientos, trabajo y tiempo. “Es un hito en la academia y la investigación en el país”, dice. La adquisición del equipó contó con el apoyo de 19 grupos de investigación de la Universidad, entre los cuales están Estado sólido,

Quirema, Coloides, Gasure, Remediación ambiental y biocatálisis, Química y física teórica, Análisis de residuos, Catalizadores y adsorbentes, Cidemat, Gipime, Gimmel, Neurociencias, Bioquímica estructural de macromoléculas, Química de plantas colombiana, Catálisis ambiental, además de una veintena de instituciones del exterior de gran prestigio internacional.

Habilitados 77 servicios de la IPS Universitaria Por SANDRA MILENA MONTOYA HINCAPIÉ Comunicadora de la IPS Universitaria sandra.montoyah@ipsuniversitaria.com.co

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omo institución prestadora de servicios de salud y en cumplimiento de la normatividad nacional que establece una serie de estándares de calidad y seguridad para la atención en salud, la IPS Universitaria —Universidad de Antioquia— recibió el 23 de octubre la Certificación de cumplimiento de las condiciones del sistema único de habilitación por parte de la Secretaría Seccional de Salud y Protección Social de Antioquia, lo que significa que, como institución, cuenta con suficiencia patrimonial y financiera, capacidad técnico administrativa, y capacidad tecnológica y científica, requisitos fundamentales de la Resolución 2003 de 2014 de habilitación. La certificación se logró luego de una exhaustiva visita de control a las instalaciones de la IPS Universitaria, en la cual fueron evaluadas la documentación, estándares de talento humano, adherencia a protocolos, infraestructura, equipos y demás aspectos exigidos por la entidad certificadora, que finalmente verificó el cumplimiento de requisitos en 77 servicios que se prestan actualmente en la Institución. Esta certificación avala una atención confiable en condiciones de seguridad, accesibilidad, disponibilidad y calidad en la prestación de servicios y es un paso más que fortalece a la Institución en su proceso de acreditación para convertirse en el Hospital Universitario de la Universidad de Antioquia.

Sobre esta meta, la IPS Universitaria ha venido adelantando procesos de autoevaluación, implementación de planes de mejora y priorización, en los cuales se han identificado grandes avances en áreas como vigilancia y control de infecciones, administración y gestión de medicamentos, gran potencial en el modelo propio de enfermería, diseñado y definido en compañía de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Antioquia, el proceso de docencia-servicio a través del cual se administra la rotación de más de 8 mil estudiantes al año, la gestión hospitalaria desarrollada a través de un software de producción propio GHIPS y todo lo relacionado con investigación. Por otra parte, desde el presente año, la Institución, en respuesta a los desafíos económicos del sector y al interés en fortalecer la prestación de servicios para sus usuarios y familias, ha venido trabajando en el diseño e implementación de un modelo propio de atención, basado en principios de cogestión del riesgo, con atributos de trabajo integrado en red, atención personalizada, gestión del conocimiento y de la tecnología, con un abordaje humanizado y centrado en el ser humano. Ser un hospital universitario, innovador en sus modelos de atención, investigador, docente, sostenible, seguro y humano, son los calificativos por los cuales hoy la IPS Universitaria trabaja con tenacidad y dedicación. Ser referentes en la región y el país por la contribución que realiza con criterios de excelencia a la formación de los estudiantes y como promotores de soluciones de salud para el sector, hacen parte de las prioridades establecidas en su plataforma estratégica. Esta certificación de habilitación de los servicios prestados por la Institución ratifica un compromiso que, a pesar de los momentos de adversidad, la IPS Universitaria mantiene con la salud y bienestar de los usuarios y sus familias.


Formación

Foto: Luis A. Cifuentes Jojoa

Nº 671, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA Medellín, diciembre de 2017 - enero de 2018

Piensa de otra manera, aprende otro idioma

Por DIANA GÓMEZ CEBALLOS Comunicadora Pifle

LUCA TOMMASO CATULLO MACINTYRE Coordinador actividades culturales Pifle

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omo se describe en el Plan de Desarrollo de la Universidad de Antioquia, 2017- 2027, Una universidad innovadora para la transformación de los territorios, la competencia plurilingüe y pluricultural hace referencia a la capacidad de utilizar las lenguas para fines comunicativos y de participar en una relación intercultural en la que una persona, en cuanto agente social, domina —con distinto grado— varias lenguas y tiene experiencia de varias culturas… (Instituto Cervantes, 2002, citado por Arismendi, 2016, p. 113). Una lengua obedece a una cultura; es decir, estudiar una lengua dentro del currículo de nuestro pregrado no es para cumplir un requisito; lo útil de una segunda lengua es la apertura que brinda para comprender el mundo de otro modo. Aprender otro idioma es otra manera de ampliar lo que uno ya tiene, lo que ya uno es. Permite un desarrollo intelectual, un conocimiento cultural que no se tenía.

Una lengua es una manifestación cultural porque en ella están los códigos de identidad. Una lengua indígena, por ejemplo, hace parte de un ritual de identidad, por tanto, el lenguaje también es simbólico. En tanto simbólico, es la trascendencia del ser. Entonces es importante elegir otro idioma, estudiar otra lengua… Hay expresiones que solo se pueden decir en una lengua y no en otras, por eso la traducción es como una especie de infidelidad, de traición consciente, de una cultura y un pensamiento. La fonética, por ejemplo, implica una musicalidad, un ritmo y ese ritmo es cultural. Un idioma obliga a un pensamiento distinto. Por eso no es lo mismo hablar el francés que el inglés, el alemán, el turco, el italiano, el portugués o el mandarín…

Plurilingüismo, un reto Apostarle al plurilingüismo en la Universidad de Antioquia es un reto que contribuye con la formación y la generación de conocimientos para impulsar el desarrollo social y cultural de nuestra región y del país. Por ello, en aplicación de la política de competencia en segunda lengua, el Programa institucional de formación en lengua extranjera, Pifle, tiene entre sus objetivos no solo promover sino instaurar una cultura del plurilingüismo, como un compromiso con el crecimiento y desarrollo personal y profesional

de los universitarios. Esta dinámica invita a activar desde las unidades académicas nuevas maneras de interacción, de dar apertura a nuevos enfoques y conocimientos, no solo con la implementación de la política que brinda cinco niveles de inglés para los programas profesionales y dos para los programas técnicos y tecnológicos, sino con el diseño de programas y estrategias para el desarrollo de una cultura que fomenta la diversidad lingüística y con eventos académicos y culturales que se manifiestan cada vez con mayor fuerza en nuestras sedes universitarias. En ese sentido, a través del Pifle, la Escuela de Idiomas promueve espacios como Viernes intercultural, cita semanal que reúne cuatro eventos mensuales: Cine fórum en inglés, Cine fórum en francés, Encuentro con la lectura y Entre caminos - encuentros académicos. Los primeros dos promueven la escucha del inglés y del francés a través de películas enfocadas en contenido cultural como el Renacimiento o los conflictos entre católicos y protestantes. En Encuentro con la lectura docentes, profesionales y estudiantes generan un diálogo intercultural en torno a la literatura en distintos idiomas. Mientras que Entre caminos incluye conferencias, ponencias, paneles y presentaciones de trabajos académicos en diferentes lenguas.

Además, se realiza Lectura en voz alta en inglés, Club de conversación, Cine foro en inglés y Diario de un viajero. La lectura de una obra literaria, por parte de docentes y estudiantes de la Licenciatura en Lenguas Extranjeras y del Programa de Traducción, contribuye a la precisión o ‘accuracy’. La conversación en lengua inglesa contribuye al mejoramiento del habla y de la escucha al mismo tiempo. El Cine foro en inglés ha centrado su atención en películas que procuran los múltiples acentos como el inglés británico y el americano. Y en Diario de un viajero, docentes o estudiantes narran en inglés un viaje al extranjero.

Programa radial El recorrido y conversación imaginario en un taxi, en el que se articulan cultura e idiomas es una apuesta de gran importancia y sugestión. TAXI es el nuevo programa radial que incluye realizaciones en inglés, francés, alemán, portugués, italiano, lenguas ancestrales y castellano. Se emite por la Emisora Cultural Universidad de Antioquia en los 1410 AM, los jueves a las 9.30 p.m., para Medellín y las regiones. Un objetivo a corto plazo será incluir otras lenguas, como chino, japonés y turco, dictadas en Multilingua, en modalidad de programas radiales bilingües con el castellano.


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Desde 2012 la Escuela Ambiental de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Antioquia ofrece el pregrado de Ingeniería Oceanográfica en la Sede de Ciencias del Mar, en Turbo. Cinco años después, el único programa de este tipo en Colombia ya entrega frutos: el 7 de diciembre gradúa en Urabá los primeros ingenieros oceanográficos del país.

Graduados los primeros ingenieros oceanográficos del país formarse en ciencias del mar. Ellos son los primeros ingenieros oceanográficos de la U. de Antioquia y del país. Por lo mismo, se siente orgullosos de ser los profesionales del país pioneros en formarse en una disciplina que los habilita para aplicar sus conocimientos en el cuidado y preservación del territorio marítimo y costero. Para Víctor Alejandro, ser parte de la primera cohorte es una gran responsabilidad y un reto, pues si bien hay mucho campo de acción para estos profesionales, “no hay cargos específicos en las empresas para nuestro perfil”, dice, y observa que, además de los aspectos portuarios, le gusta el monitoreo de playas y la cartografía marina. “Considero que hay muchas oportunidades en esos temas y seguiré trabajando para incursionar en ese mundo laboral”, subraya.

Por SIRLEY JIMÉNEZ JIMÉNEZ Comunicadora de la Facultad de Ingeniería sirley.jimenezj@udea.edu.co

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Los primeros Keiner José Ruiz Murillo, José Manuel Calderón Burgos, Sandra Milena Mosquera Hurtado y Víctor Alejandro Correa Gómez crecieron con el mar, lo valoran, y conocen sus necesidades y potencialidades; estos alicientes los motivaron a

Los nuevos ingenieros oceanográficos de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Antioquia son el fruto de los esfuerzos institucionales, del orgullo de sus profesores y el ejemplo a seguir de sus compañeros en la subregión urabaense. El pregrado se desarrolla en 10 semestres académicos y tiene como campos de ejercicio profesional ingeniería de costas, ingeniería de puertos, ingeniería ambiental enfocada en el ambiente marino-costero, entre otros. En la actualidad, la Universidad de Antioquia con la Facultad de Ingeniería, es la única institución que ofrece el programa de ingeniería oceanográfica en el país. En América, se ofrecen algunas carreras similares, como en Chile, Brasil, Argentina, México, Estados Unidos y Canadá.

Foto: Facultad de Ingeniería

a ingeniería oceanográfica combina el conocimiento de disciplinas como química, biología, geología, física e ingeniería en el mar, con el objetivo de lograr un desarrollo sostenible de la franja tierra-océano, teniendo en cuenta sus dimensiones ecológicas, sociales, económicas y tecnológicas. Esta rama de la ingeniería se encarga de agrupar el conocimiento de la dinámica marina, su interacción con las obras y estructuras y el medio terrestre, los métodos de proyectos y construcción de obras portuarias, estructuras en mar abierto, de protección y estabilización de costas. El pregrado Ingeniería Oceanográfica cumple un papel importantísimo en el desarrollo del país a corto, mediano y largo plazo, debido a que Colombia cuenta con 892.102 km2 de territorio marítimo; es decir, poco más del 44% del territorio nacional (marítimo y continental). Mientras que Antioquia cuenta con 514 kilómetros de línea de costa, lo cual lo convierte en el segundo departamento con mayor longitud de costa sobre el mar Caribe colombiano. De ahí la importancia de formar profesionales en este campo, capaces de estudiar los océanos y las costas, “con la iniciativa de proponer alternativas de solución y de desarrollo sostenible ante los problemas que estos ambientes presentan”, como lo plantea el profesor Alfredo Jaramillo Vélez, coordinador del pregrado.

José Manuel y Keiner José realizaron juntos el trabajo de grado “Análisis de los modos propios de oscilación de la bahía de Cartagena (Colombia)”. Según José Manuel, el trabajo que adelantaron aporta mucho a su profesión, teniendo en cuenta que la ingeniería oceanográfica es una carrera reciente y que realizar un análisis de este talante (relativamente nuevo en Colombia), demuestra el potencial que tiene como profesional. Keiner, por su parte, afirma que como uno de los primeros ingenieros oceanográficos del país su obligación es aportar a la buena gestión de los recursos costeros, además de contribuir con la creación de conocimiento científico y la formación de nuevos profesionales altamente capacitados para el beneficio y desarrollo de Colombia.

De izquierda a derecha, los nuevos ingenieros oceanográficos: José Manuel Calderón Burgos, Keiner José Ruiz Murillo, Sandra Milena Mosquera Hurtado y Víctor Alejandro Correa Gómez, acompañados por su asesor, el profesor Vladimir Giovanni Toro Valencia.


Regionalización

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Por NATALIA PIEDRAHITA TAMAYO Periodista de la Dirección de Regionalización mediosregionalizacion@udea.edu.co

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a educación como camino a la paz le plantea a la universidad pública preguntas y retos que se vienen sorteando a través de diferentes proyectos. Uno de ellos es el modelo educativo de educación superior rural para Antioquia, que se viene construyendo con la participación de las comunidades y la Alianza interistitucional con enfoque territorial, en la que participan varios centros de educación superior, incluida la Universidad de Antioquia. La Alianza, que surgió a instancias del Plan maestro de educación superior para Colombia que impulsa el Ministerio de Educación Nacional, también se inscribe como una estrategia para potenciar las capacidades, competencias y destrezas de los excombatientes asentados en la zona de reincorporación y normalización de El Planchón de Anorí y de algunas comunidades escolares y campesinas del Nordeste antioqueño. “Tenemos la intención de trabajar en procesos de integración regional a través de la educación superior en la región de Porce III, en el Nordeste antioqueño, en la sede de El Tablón y en otros lugares del Nordeste”, puntualiza el director de Regionalización Luis Alfonso Escobar Trujillo. Robinson Garcés, asistente de la Dirección de Regionalización, agrega que, a sabiendas de que la oferta de programas, tecnologías y técnicas necesita de avales que certifiquen la calidad y pertinencia de los programas basados en la exploración vocacional de las comunidades, “proponemos programas de extensión y cursos en artes y oficios en una primera entrega”. En aras de articular aspectos de la educación media y superior, se está aplicando en ocho municipios del Nordeste un programa de nivelación de educación media para habitantes del campo, ya que algunas instituciones en la ruralidad solo desarrollan cursos hasta noveno. “Ante la pregunta de estas comunidades por cuáles saberes podemos entrar a validar o certificar como instituciones de educación superior, hemos identificado la necesidad de generar acciones

Foto: Natalia Piedrahita Tamayo

Fortalecer la educación rural del Nordeste, camino a la paz que fortalezcan los procesos de formación primaria, secundaria y terciaria conjuntamente”, expone Mary Luz Marín. La Dirección de Regionalización ha liderado la iniciativa desde la Universidad de Antioquia, y a ella se han unido el Instituto de Estudios Políticos y las facultades de Artes, Ciencias Agrarias, Ciencias Farmacéuticas y Alimentarias, Ciencias Sociales y Humanas, Educación e Ingeniería. Actualmente se avanza en la primera fase del proyecto que propone una caracterización para establecer las metodologías y acompañamientos que deben integrar estas acciones.

Acercamiento a la comunidad fariana y de la vereda Dos Bocas, de Anorí Con el objetivo de caracterizar la población para generar propuestas pertinentes y de calidad, se desarrolló una visita a la zona El Planchón, en Anorí, donde actualmente residen cerca de noventa excombatientes de las Farc, a quienes se les preguntó, mediante una encuesta, por sus necesidades e intereses vocacionales.

“En esta primera fase del proyecto estamos reconociendo los intereses y condiciones de la población fariana. El sueño es que las personas que participen en estos procesos de formación en el fututo puedan cursar educación superior, si así lo quieren, y para ello necesitamos conocerlos y establecer conexiones con sus realidades”, explica Mary Luz. Anorí fue una de las zonas más devastadas por la guerra en Colombia, y ahora, como centro de reconciliación y paz, encuentra en la Alianza la oportunidad de generar cambios. “La expectativa que la comunidad tiene respecto a las instituciones que acompañarán procesos de formación está relacionada con su necesidad de elaborar memorias y emprender acciones que les permitan trascender el mero reclamo o petición, para comenzar a argumentar y proponer desde el conocimiento”, dice María Aracely Carmona Zapata, de la Oficina de grupos vulnerables y víctimas de Anorí. En la jornada de acercamiento, la Facultad de Ingeniería explicó el mecanismo de funcionamiento de los paneles solares y los beneficios para las comunidades que los utilizan. Asimismo, la Facultad de Artes

se desarrolló un taller de pintura en el que participaron treinta personas y donde se les propuso trabajar la representación de elementos naturales asociados a su territorio. “Son personas de manos fuertes, que han combatido y también han cultivado la tierra, por ello conservan su sensibilidad manual. Así como en algún momento tomaron un arma, y posteriormente herramientas de cultivo, evidenciaron con los pinceles su comprensión del entorno. Este ejercicio permite la lectura del ánimo que ellos tienen de tomar herramientas y producir a través de sus ideas”, concluye el profesor Rodrigo Díaz Roldán, quien coordinó la actividad. El encuentro también evidenció la necesidad que la población tiene de narrar lo que ha sido vivir en la guerra. El arte puede entregar herramientas para construir las memorias sobre lo que significa ser actores y víctimas. “No es fácil comprender qué significa estar en la guerra, y cómo la resignificación de las cicatrices puede aportar sanación. En este sentido el arte es un mediador que posibilita una mayor comprensión de realidades que para muchos son ajenas”, plantea Díaz Roldán.


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Los estudiantes de la Universidad de Antioquia también le apuestan a la construcción de paz, mediante las prácticas con enfoque social que ofrecen algunas entidades estatales.

Estudiantes de excelencia contribuyen a la paz Por ANA MARÍA VÉLEZ RESTREPO Estudiante de Comunicaciones ana.velez6@udea.edu.co

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emestre a semestre, la Gobernación de Antioquia convoca a los mejores estudiantes de las instituciones de educación superior del departamento para que hagan parte del Programa de prácticas de excelencia, una oportunidad para que universitarios ad portas de obtener su título profesional pongan a prueba sus habilidades y conocimientos en distintos campos de la administración pública. Inscrita en esas prácticas de excelencia, la Gobernación creó la Gerencia de paz como un plan piloto para potenciar los procesos que se están llevando a cabo en algunos municipios de Antioquia en torno a la construcción de paz. Como todos los años, en esta convocatoria aplicaron estudiantes de todas las universidades del departamento. Del total de 25 admitidos, 11 pertenecen a programas académicos de la Alma Máter. Uno de los seleccionados es Juan David Bedoya Garcés, estudiante de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas. En la actualidad, él se encuentra en el municipio de Anorí, nordeste de Antioquia, donde apoya los procesos desde el ámbito jurídico e interviene como mediador entre la Gobernación y la comunidad. La experiencia como practicante de excelencia en la Gerencia de paz para Bedoya Garcés ha sido muy grata; hasta el momento, ha podido tener una óptica más amplia e informada sobre el Acuerdo de paz, al estar inmerso en el desarrollo de su implementación e interactuar con la comunidad. “Nosotros pertenecemos a una generación de futuros profesionales, y estamos llamados a encaminar nuestras profesiones hacia la construcción del posacuerdo y de un país que crea firmemente en la construcción de paz”, afirma el estudiante.

Fotos: cortesía

Los participantes de esta modalidad deben desplazarse durante seis meses al municipio de influencia. Henry Amador, coordinador de prácticas de la U. de Antioquia, afirma que algunos estudiantes vislumbran esta situación como una posible desventaja, dado el fuerte arraigo con su entorno familiar. Sin embargo, el balance de gestión ha mostrado que el estudiante de la Universidad de Antioquia es más arriesgado y ávido de nuevas experiencias en el ámbito público, aspecto que resulta determinante en el alto número de jóvenes de la Alma Máter que fueron elegidos para hacer parte de esta experiencia.

Para Bedoya Garcés, vivir fuera de su núcleo familiar se ha convertido en la posibilidad de adquirir independencia y aportar a la economía familiar, ya que además recibe una retribución económica de 1.5 SMLV. Además, hacer parte de estos procesos le permite a los futuros profesionales perfilarse como empleados del sector público. La Gerencia de paz comparte rasgos similares al proyecto Manos a la paz, liderado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo en Colombia (PNUD) que se enfoca en la reconstrucción y adecuación de los territorios para la paz.

La Universidad de Antioquia, por cierto, también aporta un gran número de estudiantes en la convocatoria que realiza a nivel nacional el PNUD. Las personas admitidas deben trasladarse hacia otro departamento diferente al que residen, con el fin de evitar intervenciones en procesos donde el estudiante pueda reencontrarse con agentes del conflicto del cual podría ser víctima. María Fernanda López, estudiante de Sicología de la U. de Antioquia, y compañera de Juan David Bedoya en las prácticas de la Gerencia de paz, también hizo parte durante el semestre 2017-1 del programa Manos a la paz. “Manos a la paz cambió notablemente mi proyección como profesional; ahora los temas de posconflicto representan algo más significativo y eso lo ha posibilitado el hecho de trabajar de cerca en territorio con comunidades”, expresa. Para ella en principio vivir en el Valle del Cauca, un departamento diferente al que conocía resultaba abrumador, así como la convivencia con personas de otras regiones, con dinámicas culturales y gastronómicas tan diferentes a las suyas; pero con el tiempo entre todos fueron construyendo puentes para conciliar las diferencias más significativas y poco a poco construir una convivencia que les permitiera adoptar de otra región un aspecto con el que se identificaran. Durante su experiencia en el proyecto de las Naciones Unidas, López se topó de frente con realidades muy ajenas a ella; desde la comida hasta las tradiciones culturales le resultaban novedosas, pero también eso posibilitó conocer otras maneras y costumbres. Pero lo más importante es que ella, como Juan David y los demás universitarios están poniendo su grano de arena para que el país tome la senda de la paz.


Internacionalización

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DelegaciónNueva Asociación para el Desarrollo de África, Nepad.

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Foto: Dirección de Relaciones Internacionales

Visitas internacionales de impacto Por ANDREA QUINTERO CARDONA Comunicadora de la Dirección de Relaciones Internacionales comunicacionesinter2@udea.edu.co

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a voluntad de proyectar la Universidad de Antioquia como un destino académico en el mundo posibilitó que 76 delegaciones internacionales visitaran el campus en 2017, un número record que le permite a nuestra institución avanzar de forma satisfactoria en su posicionamiento e inserción internacional. Convertirse en un referente de calidad académica mundial requiere que organizaciones e instituciones extranjeras conozcan los proyectos desarrollados desde nuestras aulas y laboratorios, para alcanzar nuevas cooperaciones y, por medio del networking, divulgar los potenciales entre otros públicos de interés. Las visitas internacionales, más que actos protocolarios, reúnen el esfuerzo de dependencias académicas y administrativas, favoreciendo un relacionamiento estratégico. Profesores e investigadores de todas las áreas del conocimiento se ven involucrados en estos diálogos bilaterales que generan impactos en diversas esferas institucionales a mediano y largo plazo.

Delegaciones Las delegaciones internacionales que llegan a la Alma Máter pueden dividirse en cinco categorías. Para

empezar, están los organismos, programas y agencias que contribuyen al desarrollo de la educación superior. Entre los visitantes de 2017, cabe resaltar a Research Councils UK y British Columbia Council for International Education. Acompañados por representantes de Colciencias, los funcionarios ingleses alentaron la participación de la Universidad en la nueva convocatoria del Fondo Newton Caldas, un programa que hasta la fecha ha concedido a la institución más de mil millones de pesos para la formación e investigación. También se destaca la delegación, acompañada por la Fundación Bill y Melinda Gates, de la Nueva Asociación para el Desarrollo de África, Nepad, con miembros de la Organización de la Salud de África Occidental, ministerios de salud, autoridades de bioseguridad, comités de ética e investigadores. “La visita nos acercó a una región que aún no conocemos pero que comparte condiciones económicas, geográficas, de violencia y subdesarrollo. Este relacionamiento sur-sur es muy relevante pues nos permite mirar a los países africanos como aliados potenciales de los que podemos aprender y a los que podemos apoyar”, dice Santiago López, asesor en cooperación científica de la Dirección de Relaciones Internacionales. Otra categoría corresponde a organizaciones y cuerpos gubernamentales, entre las cuales se destaca la visita del Cuerpo Consular de Medellín y de una delegación finlandesa presidida por la Viceministra de Gobierno, Paula Lehtomäki. En 2018 podría llevarse

a cabo el programa institucional De país en país con Finlandia. En cuanto a las delegaciones de las alianzas estratégicas de la Alma Máter, una tercera categoría, este año se recibió a Purdue University de Estados Unidos, con la cual se lograron beneficios para la Facultad de Ingeniería y la Facultad de Ciencias Farmacéuticas y Alimentarias. “Tenemos un nuevo acuerdo de rotaciones con el centro médico de la UdeA, un escenario excelente para que estudiantes y profesores de ambas nacionalidades continúen trabajando juntos. La oportunidad de compartir con profesionales de la salud en distintos entornos hospitalarios es fundamental para nuestros estudiantes”, observa la profesora norteamericana y líder del proyecto, Ellen Schellhase. Igualmente, se llevó a cabo la Escuela de verano ciudades postraumáticas, organizada junto al gran aliado holandés University of Groningen. Además, con el apoyo de Justus Liebig-Universität Gießen de Alemania, nació el doctorado de doble titulación en Ciencias Veterinarias y se sostuvo en Medellín la más reciente asamblea del Centro de Excelencia en Ciencias del Mar, CEMarin. Una cuarta categoría la componen las 31 instituciones de educación superior que llegaron en 2017 a la Universidad. Entre las más recientes y significativas se encuentra una delegación de la Universidad de Chile, que se ubica entre las mejores del país y es otro socio estratégico de University of Groningen en la región, lo que permitirá triangular la cooperación.

Finalmente, Univerzita Hradec Králové de República Checa firmó recientemente un convenio marco con la Alma Máter y ahora lleva a cabo un proceso de selección junto al Instituto de Estudios Políticos, IEP, para becar a dos estudiantes durante un intercambio académico. “Estamos interesados en temas como ciencia política e historia con una dimensión internacional; pero también en tecnologías de información, soluciones y sistemas inteligentes aplicados a la actividad gerencial y a la gestión del conocimiento; en pedagogía, didácticas y nuevas metodologías de enseñanza y aprendizaje. Y de manera particular en ciencias y biomedicina”, señala el rector checo, Kamil Kuka. La quinta categoría la conforman las 17 instituciones francesas que realizaron diferentes ponencias en la UdeA durante De país en país. Entre los potenciales de trabajo que dejó este programa en 2017, se cuentan 4 propuestas de convenios académicos, 3 posibles publicaciones conjuntas, 4 posibles proyectos de investigación y 4 profesores y estudiantes invitados a instituciones de dicho país. El compromiso de la comunidad universitaria y su apertura a los beneficios que trae relacionarse con instituciones extranjeras, posibilitará que las delegaciones que llegan cada año a la Alma Máter tengan un mayor impacto. Como muestran los logros y potenciales de trabajo mencionados, la internacionalización tiene efectos reales en la calidad académica.


Bienestar

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Domo móvil, una opción más para el bienestar estudiantil Por FREDY ALONSO RAMÍREZ CALLE Periodista de la Dirección de Bienestar Universitario alonso.ramirez@udea.edu.co

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ste año, diez burbujas de café ubicadas en Ciudad Universitaria, Ciudadela Universitaria de Robledo y Facultad de Medicina se transformaron en domo café. El cambio —en mobiliario, en imagen gráfica e identidad y en el portafolio de productos de bebidas frías y calientes, y de snacks dulces y salados— no terminó ahí para esta estrategia de emprendimiento social, que hace parte de los programas con los que la Universidad busca que los universitarios se provean recursos para su manutención y, sobre todo, respondan a sus compromisos académicos en el tiempo requerido. Además de la generación de 30 plazas activas en las que rotan en promedio 50 estudiantes por año, el programa se amplió con los domos móviles, seis puntos de venta inicialmente presentes en el campus principal, atendidos por 18 estudiantes, siete de los cuales eran vendedores informales que se acogieron a las alternativas pensadas y diseñadas por la Universidad, y que buscan nuevas oportunidades para su sostenibilidad. La iniciativa ha sido bien recibida por la comunidad universitaria, pues satisface las demandas de bebidas y mecato, cerca de los lugares de estudio y trabajo y, lo principal, es una opción de vinculación laboral para los estudiantes, bajo un modelo que les permite avanzar en su proyecto académico. Los domos de bebidas y snacks fijos y móviles son, pues, un programa socioeconómico autosostenible, que aporta al bienestar de la comunidad universitaria y a la permanencia de los estudiantes, propósito que se consolidará en los próximos días con la implementación de una estrategia complementaria, el domo café

Foto: Luis Javier Londoño Balbín

especial, que será atendido por 10 estudiantes, quienes ofrecerán productos horneados.

Reinversión La inversión directa de las ganancias netas se reinvierte en programas para el bienestar y la ampliación de la oferta comercial formal. Los estudiantes que trabajan en el programa Domo reciben capacitación y formación permanente, orientada a prestar un servicio de alta calidad. Según el jefe del Departamento de Desarrollo Humano de la Dirección de Bienestar Universitario, Juan Carlos Valencia Franco, “Bienestar dispone de la posibilidad de mejorar las condiciones para que los estudiantes se mantengan en el proceso académico y concluyan sus estudios de forma exitosa; mediante el programa Domo pueden tener un empleo con flexibilidad horaria, que les permite la sostenibilidad a a quienes tienen dificultades económicas”. Adicionalmente, en Ciudad Universitaria se implementó una nueva propuesta de alimentación saludable, que incluye la oferta de sándwich y ensaladas con calidad y precios accesibles a todo el público.

Bienestar estudiantil La Dirección de Bienestar Universitario acompaña a los estudiantes en su proceso académico, con programas que contribuyen a la formación integral, bien sea con apoyos económicos, o bien con estímulos académicos, mediante los cuales integra el estudio y el trabajo y los proyectos de vida, en un contexto participativo y pluralista. Entre los apoyos y estímulos se destacan: Servicio de alimentación para estudiantes, que en 2017 benefició a 3.405 estudiantes de estratos 1, 2 y 3. De los 1.846 millones de pesos invertidos en este programa, 627 millones fueron recursos de la U. de Antioquia, y el resto fueron apoyos de entidades del sector solidario. El Sistema de Estímulos Académicos —SEA— entregó más de 5.500 millones de pesos en 2017. Gracias al programa, más de 2.800 estudiantes activos de pregrado se desempeñaron como auxiliar deportivo, auxiliar administrativo, auxiliar de programación, docentes auxiliares de cátedra 1, docentes auxiliares de cátedra 2, músico auxiliar de la Banda Sinfónica. De manera similar, está el beneficio para estudiante instructor en posgrado. Este año fueron 82

plazas activas, que incluyen un descuento en la matrícula del 80%, apoyo en dinero y afiliación al sistema de salud y riesgos laborales. El programa Jóvenes en Acción entregó en 2017 apoyos económicos a 2.667 estudiantes, quienes recibieron $800.000 por semestre. Del total, 1.406 estudiantes recibieron adicionalmente $200.000, por lograr un promedio superior a 4.0 en el periodo académico. Los beneficiarios son seleccionados por el Departamento de Prosperidad Social de la Presidencia de la República. En becas solidarias para la permanencia y becas-créditos condonables en 2017 se beneficiaron 1.601 estudiantes. Este tipo de programas de apoyo social contribuyen a la permanencia de los estudiantes en la Universidad y por tanto a disminuir la deserción estudiantil. Estos apoyos se dan a estudiantes de estratos 1, 2 y 3 y excepcionalmente a estudiantes de otros estratos. Los cupos se asignan de acuerdo con los recursos gestionados por la Universidad ante entidades privadas, como las del sector solidario que en 2017 aportaron 1.160 millones de pesos en becas para estudiantes de la Alma Máter.


Publicaciones y literatura

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Seis historias de Madrid Calle menor

Por DARÍO RUIZ GÓMEZ

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l 9 de abril de 1948, al recibir la noticia de que había iniciado la toma de Bogotá por parte de grupos de revolucionarios comunistas y grupos del Partido Liberal con el pretexto del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, él se había situado estratégicamente en la puerta del garaje de la oficina del Servicio de Inteligencia llamado Detectivismo, y a cuyo frente estaba. Y cuando la multitud despavorida bajó corriendo en desbandada, tratando de escapar de los disturbios promovidos por las turbas enfurecidas que se habían tomado el centro de la ciudad, a causa de los disparos cada vez más cerca de la sede, más amenazantes, los que corrían en desbandada eran gentes que llevaban mercancías saqueadas de los almacenes cuyas vitrinas habían sido destrozadas a piedra, las oficinas de un periódico católico estaban en llamas y las fuerzas del orden disparaban contra los saqueadores, contra los agitadores, de manera que el inspector general empezó a disparar a placer contra quienes le venía en gana: una mujer de edad, un muchacho, un anciano, gentes de claro origen popular que trataban de llegar a sus barrios. El inspector general repetía mentalmente la lista de aquellos a quienes había liquidado descubriendo, de este modo, rostros azorados, bocas desfiguradas por el pánico. Los cuerpos caían abatidos sobre la acera, sobre el pavimento de la calle. El cerco a la chusma se había cerrado. De pronto, el inspector general se levantaba, se sacudía la rodilla, parecía tomar aire y regresaba a su posición de tiro al blanco. Hasta que dejó de pasar gente y el silencio se fue apoderando rápidamente de la calle, que se vio solitaria, lo que indicaba que el centro había empezado a ser abandonado por los sediciosos y las fuerzas del orden habían terminado por restaurar la autoridad. Las gentes habían escogido otras calles más propicias para huir, los disparos se escuchaban ahora espaciadamente, lo mismo que las arengas políticas voceadas por los grupos de alborotadores. Él, entonces, regresó a su oficina después de comprobar que solamente dos detectives lo habían acompañado en la tarea de reprimir a los alborotadores.

Los disparos se escuchaban a ráfagas, sonaban como los cohetes de algún resto de fiesta en alguna parroquia. De pronto, por la calle vacía cruzaba un vehículo de la Policía, oscuro, siniestro; igualmente, una ambulancia. Alguien se quejaba; en algún lugar indeterminado de la calle, un agonizante rezaba sin pedir ayuda. Pero sobre la calle, ahora solitaria, el silencio había impuesto finalmente su ley gracias al toque de queda adoptado luego de la coordinada acción represora de la fuerza pública y la reacción de las autoridades municipales ante los desmanes. Era una calle de construcciones bajas, de casas antiguas convertidas en oficinas y depósitos de mercancía, algún restaurante, alguna ferretería; siguiéndola en dirección oriente se llegaba a una plazoleta, a una iglesia con un gran atrio. Cajas de cartón, papeles, cáscaras, zapatos de hombre y de mujer, alguna lata, un tarro, unos anteojos, varios sombreros, cáscaras de fruta, papel celofán de envoltorios y siete cadáveres a corta distancia uno de otro, boca abajo, boca arriba, de costado. El inspector general del Servicio de Inteligencia Colombiano terminó por refugiarse en su oficina. Un dependiente de administración le llevó algo de comer hacia la una de la mañana. En el silencio del edificio se lo podía escuchar rezando el rosario. A esa hora ya estaba completamente borracho. Desde los calabozos nada se escuchaba, como si los detenidos durmieran orondamente y nada hubiera sucedido ni en la ciudad ni en el país. La oficina espaciosa parecía más el despacho de un alto empleado del Ministerio de Justicia que el del director del detectivismo municipal. Llamaban la atención un retrato del generalísimo Francisco Franco y otro de José Antonio Primo de Rivera y, en el centro de los dos, las flechas y el yugo. El doctor Salazar había colgado, además, su diploma de abogado concedido por una universidad católica de Bogotá y el que le había concedido el Gobierno de España. En un sillón se acostaba a dormir ya en la madrugada. Allí se había hecho instalar una ducha, de manera que después de bañarse y rasurarse se iba hacia un café cercano donde desayunaba en la madrugada. Hacia las siete de la mañana revisaba personalmente los calabozos, verificaba

la identidad de los presos y luego se dirigía en una arenga al grupo de detectives y empleados con una voz militar vibrante y llena de contenidos sobre la defensa de la patria y del catolicismo ante la amenaza de una confabulación internacional propiciada por el comunismo, tal como se acababa de comprobar con la asonada. En la penumbra, la Virgen de Fátima parecía hecha de nieve, adquiría volumen la cabeza con el manto, la fina nariz, el delicado mentón. Los ojos de Salazar, sacudidos por el espasmo de la resaca alcohólica, creían ver que la cabeza de la Virgen se movía imperceptiblemente en dirección a la luz de la mañana. Y él también se desplazaba hacia ese misterioso halo de luz, sin lograr ver a sus padres, sin poder rescatar la imagen de un día cualquiera de su vida cuando aún tenía familia, antes de quedarse huérfano. Pero sus ojos irritados no veían nada, ni la cocina inglesa de su casa, sus narices no percibían el olor a cera de los muebles, de los tapetes, el olor a mentol de su madre enferma, el olor del jabón Reuter, la fragancia de los grandes floreros. ¿A dónde habían ido a parar los trajes de su padre? Por más que lo intentaba, no lograba armar y luego poner en movimiento cualquier escena familiar. Entonces el misterioso halo de luz desaparecía y el ardor del estómago lo sacudía con intermitentes arcadas vacías, llenando sus ojos de lágrimas. Con las dos manos en el chaleco se erguía lleno de ímpetu, como un inesperado líder católi-

co que finalmente había aterrizado allí para poner como ejemplo a la madre España, al Generalísimo triunfando sobre la amenaza del comunismo internacional que se había apoderado ya de media Europa. Terminaba de hablar y parecía que hubieran apagado la radio: el corte de sonido bruscamente imponía un silencio donde aquel espacio carcelario, aquellos personajes inacabados que con mirada servil se limitaban a recibir órdenes, aquellos objetos desgastados por la brutal cotidianidad, iban perdiendo realidad aceleradamente, ante el frío riguroso de la mañana. Arrogante y enérgico en medio de los abotagados rostros de los detectives, de los adormilados empleados, de las secretarias, entonaba el Cara al sol que ya algunos de los funcionarios repetían fervorosamente. Pero la fuerte resaca, las bolsas debajo de los ojos, con el temblor de las manos y los labios resecos, la máscara de yeso en que se transformaba su rostro, impedían que surgiera la estatua del héroe como la autoridad que necesitaba con urgencia aquella raza indisciplinada. Se retiraba a su habitación cuando sentía próxima la arcada y vomitaba escandalosamente en el inodoro; quedaba acezante, su mentón húmedo, hasta que el llanto verdadero llegaba a sus ojos sin pudor alguno. Después asistía al informe de cada caso: primero, lesiones personales, o sea riñas a puños, a bala o con arma blanca. Luego se examinaba el caso de los robos en sus diferentes especialidades y finalmente lo relativo al orden público, o sea líderes sindicales, dirigentes universitarios de izquierda, profesores difundiendo ideas perniciosas. Salazar, con voz nítida, leía en voz alta un discurso del presidente sobre la situación de peligro que vivía el país. Lo pronunciaba deteniendo la lectura, cerrando los ojos, mirando enérgicamente a sus subalternos. En otras ocasiones leía histriónicamente los discursos que enviaba el ministro de la Defensa, un hombre irascible, iracundo, que señalaba la urgencia de combatir sin contemplaciones a los enemigos de la Iglesia, tal como lo predicaba el ejemplo de la España del Caudillo. […] El fragmento es el inicio del cuento “Calle menor”, incluido en el libro Seis historias de Madrid, publicado por la Editorial Universidad de Antioquia®.


Nº 671, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA Medellín, diciembre de 2017 - enero de 2018

Memorias y archivos de la zona páramo Por NATALIA PIEDRAHITA TAMAYO Periodista de la Dirección de Regionalización mediosregionalizacion@udea.edu.co

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urante dos años la profesora María Stella Girón López, de la Facultad de Comunicaciones, ha coordinado la recopilación y estudio de obras, testimonios y análisis académicos sobre el suroriente antioqueño, con el objetivo de preservar y divulgar la obra de escritores conocidos y desconocidos que han elaborado textos desde o sobre esta región. Su trabajo se ha enriquecido con los aportes de los estudiantes del pregrado Filología Hispánica, el testimonio de oriundos y habitantes de regiones y las narraciones de artistas, escritores y periodistas relacionados con este vasto territorio. El libro Memorias y archivos de la zona páramo es uno de los productos de la investigación, una compilación de textos que fue presentada a las comunidades de Abejorral, Argelia, Nariño, Sonsón y Medellín. “La diversidad de públicos que abordamos para la investigación y que han accedido a la información que hemos reunido es un aspecto que habla de la pluralidad de nuestro trabajo, que nos permite reconocer diferentes maneras de vivir la literatura”, observa el estudiante Juan David Gil Villa. Los textos incluyen narraciones de acercamientos al territorio, valoraciones sobre la prensa del siglo XX, tradiciones sobre el contexto histórico del siglo XIX, cantos al río Aures, estudios sobre autores de la zona páramo como Félix Betancourt y Esteban Jaramillo. En algunos capítulos, los autores del suroriente exploran asuntos culturales o literarios en Antioquia o Colombia; en otros, especialistas y académicos examinan la literatura producida en los cuatro municipios que aborda el proyecto. “Estas narraciones y estudios han sido recogidos con la intención de preservar, compilar, estudiar, difundir el patrimonio histórico, cultural y literario del sur de Antioquia; desde el diálogo con las comunidades regionales y con los académicos que han estudiado desde diferentes perspectivas”, precisa la profesora Girón López, coordinadora no solo de este proyecto que contó con el apoyo de la Convocatoria de proyectos de extensión

en las regiones, de la Dirección de Regionalización. Ella ha adelantado similares investigaciones en Jericó y Yolombó. También ha contado con el concurso de la Facultad de Comunicaciones, la Fundación Universidad de Antioquia y las alcaldías respectivas.

Lo universal en lo local En las páginas de Memorias y archivos de la zona páramo se abordan cerca de treinta y tres autores de la región, destacando dos grandes centros intelectuales y literarios a partir de 1840: Sonsón y Abejorral, cuyo desarrollo estuvo impulsado por la calidad educativa de sus instituciones educativas, como el Colegio Santo Tomás de Aquino, dirigido por el sabio Joaquín Antonio Uribe. Hacia 1900 Sonsón se establece como Imprenta Departamental, convirtiéndose en un núcleo de desarrollo de varios periódicos y revistas. Hace, por tanto, un recorrido histórico que profundiza en aspectos biográficos y bibliográficos de autores como Blanca Isaza de Jaramillo Mesa y Bernardo Toro Idárraga, que vivieron en la primera mitad del siglo XX; y luego se abordan otros autores contemporáneos como la periodista Patricia Nieto y el poeta Carlos Framb, quienes en sus letras han mantenido latente la memoria. Como preservación de la memoria histórica y el patrimonio cultural, este tipo de investigaciones son necesarias en, desde y para todas las regiones antioqueñas, por eso estos materiales se entregan a las comunidades con la intención de que se apropien de ellos. El proyecto, agrega la investigadora, “ha explorado bibliotecas y repositorios en internet, pero en buena parte es el resultado de un trabajo de calle, que se ha dado desde la interlocución con los oriundos y habitantes de la región que han aportado valiosos datos sobre los narradores de sus municipios”. Complementariamente, la Universidad ha promovido encuentros con la comunidad que vive la literatura regional del suroriente, a través del Diálogo de saberes y oportunidades de región. “Nos interesa conocer las interacciones de las comunidades con este material, saber si conocen otros autores de sus veredas o municipios, hacerles sentir que fueron parte activa en esta construcción”, observa la profesora investigadora Girón López.

Cristian Bedoya Traductor de Elias Canetti. Metamorfosis e identidad El título, traducido por primera vez al español y publicado por la Editorial Universidad de Antioquia, es una obra del ensayista francés de origen iraní Youssef Ishaghpour. Cristian, ¿por qué traducir este libro? —Este es un libro valioso a la hora de adentrarse en el pensamiento de Elias Canetti. En sentido estricto, se trata de una biografía intelectual, que va desde la gestación de su única novela hasta la intrincada diversidad de la autobiografía. Ofrece al lector neófito una visión panorámica, y al especialista nuevos contextos y horizontes. El autor del original francés —Ishaghpour— tiene una virtud que yo calificaría de canettiana: la verticalidad del pensamiento expresado con claridad. ¿Qué relación estableció con la obra de Elias Canetti en su rol de traductor del libro de Youssef Ishaghpour? ¿Qué lo sorprendió en el camino? —El traductor es un lector particular, que se debe al libro del mismo modo que el autor primero. En su caso no es la página en blanco la que acecha, sino las costuras de lo entredicho, los pliegues de lo que nunca es completamente preciso, de lo que es siempre diferente. En este caso, por tratarse de un libro crítico, establecí una relación directa con el texto de Ishaghpour, pero especular respecto de Canetti. Podría decir que, mientras traducía el libro de Ishaghpour, era como si viera la obra de Canetti a través de un espejo. Me detenía en su luna minuciosa, en su amplio campo de visión, en las zonas de luz que solo a través suyo podía discernir. Y al volver de nuevo la vista comprobaba que el objeto había cambiado, porque había un cambio en la mirada. ¿Cómo entiende la articulación entre los términos “metamorfosis” e “identidad” con los que Youssef Ishaghpour titula sus reflexiones en torno a la vida y la obra de Elias Canetti? —Ishaghpour entiende que estos conceptos atraviesan la vida y la obra de Canetti. De hecho, los personajes de su novela —Auto de fe—, así como las máscaras acústicas de sus piezas de teatro, son manifestaciones de la identidad, ideas fijas, obsesiones que reducen el mundo a pequeñas locuras particulares. Se trata aquí del sobreviviente que Ishaghpour entrevé como un presentimiento de devastación, de pérdida absoluta del sentido. A esta especie de enferma univocidad, a este anquilosamiento del poder, Canetti opone la multiplicidad de lo viviente. La metamorfosis es principio de vida, de transformación, aquello que se niega a ser reducido o abstraído. “Quizá hayas devuelto su dignidad a los detalles. Quizá este sea tu único mérito”, dirá Canetti en El corazón secreto del reloj.

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Cultura

Nº 671, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA Medellín, diciembre de 2017

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Alianza investigativa para la preservación ambiental Por ELIZABETH CAÑAS RODRÍGUEZ Periodista Dirección de Comunicaciones elizabeth.canas@udea.edu.co

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a Universidad de Antioquia concluyó el estudio poblacional y ecológico de las aves que habitan la zona de influencia de Hidroituango, que servirá de base para afinar los mecanismos que se implementarán para preservar el inventario de fauna que impactará el megaproyecto hidroeléctrico. La zona de influencia de Hidroituango, considerado uno de los proyectos más grandes de Latinoamérica, comprende territorios de doce municipios, donde el grupo Ecología y evolución de vertebrados, del Instituto de Biología, realizó durante tres años trabajo de campo e investigación, siguiendo, en especial, el comportamiento y anidación de las aves. El monitoreo permitió la detección de 270 especies de aves, con lo cual se espera establecer las medidas necesarias para el manejo, protección y conservación de las especies. “No solo contamos con la participación académica de doctores, profesores, investigadores y estudiantes de maestría y pregrado, sino también con el criterio de independencia y la calidad que rige nuestro compromiso e interés por la biodiversidad”, explicó el profesor Héctor Fabio Rivera, integrante del grupo de investigación. El estudio de la población de fauna fue de observación detallada a seis especies de aves, Ara militaris (guacamaya verde), Clytoctantes alixii (hormiguero pico de hacha), Habia gutturalis (habia ahumada), Ramphocelus flammigerus (toche enjalmado), Hypopyrrhus pyrohypogaster (cacique candela) y Ramphastos vitellinus spp. citreolaemus (tucán limón). Para Hernán Sánchez, profesional ambiental y social de la Dirección ambiental, social y de sostenibilidad del proyecto Hidroituango, “los resultados no solo son decisivos para conocer las poblaciones de aves, el manejo ambiental que es necesario realizar, sino, también, para solucionar problemáticas detectadas como la falta de capacitación para cazadores y pobladores, con el fin de que no afecten las especies del lugar, entre ellas, las guacamayas”. El gerente general de Empresas Públicas de Medellín, Jorge Londoño De la Cuesta, señaló que ”este trabajo hace parte del modelo ambiental y evidencia cómo el conocimiento puede estar al servicio del ciudadano”. La investigación de la población de aves en la zona de influencia de Hidroituango permitió a los investigadores de la Universidad desarrollar nuevas habilidades en el trabajo de campo y dos trabajos de grado, adelantados por estudiantes de pregrado. Asimismo, aprovechar la información para ampliar el conocimiento de aves en Antioquia, en particular de la zona de influencia de la hidroeléctrica, que cuenta terrenos de bosque seco tropical, considerado de los biomas más amenazados del mundo y menos estudiados.

Parte del inventario identificado en ese trabajo se puede apreciar en las ilustraciones de algunas aves que habitan tanto esa región como el campus principal de la Universidad de Antioquia y que se incluyen en el cuaderno institucional 2018 de la Alma Máter, que la Rectoría entrega como presente a los empleados administrativos, docentes y jubilados.


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