Nº 673 Medellín, marzo de 2018 DIRECCIÓN DE COMUNICACIONES • almamater@udea.edu.co • ISSN 1657-4303
Vigilada Mineducación
John Jairo Arboleda Céspedes, designado rector para el periodo 2018-2021 Mantener el liderazgo y consolidar la internacionalización de la Universidad, hacen parte de las tareas encomendadas para el próximo trienio. Páginas 2, 3 y 4
Jóvenes Investigadores de la U. de Antioquia, seleccionados en convocatoria Colciencias
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Paisa Project, ambicioso estudio sobre las enfermedades mentales en cuatro departamentos Página 13
Escuela de Microbiología, seis décadas de avances científicos
Foto: cortesía Escuela de Microbiología
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Campus
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John Jairo Arboleda C., designado rector de la UdeA • “Queremos que la Universidad siga siendo líder”, dijo la ministra de Educación Yaneth Giha Tovar. “Esperamos que una, que convoque y que mire hacia un nuevo futuro de la Universidad de Antioquia”, expresó el gobernador del Departamento y presidente del Consejo Superior Universitario, Luis Pérez Gutiérrez.
CONSEJO SUPERIOR UNIVERSITARIO Luis Pérez Gutiérrez, Gobernador del Departamento y Presidente de la Corporación • Mauricio Alviar Ramírez, Rector • Antonio Yepes Parra, Representante del Presidente de la República • Ana Milena Gualdrón Díaz, Representante de la Ministra de Educación Nacional • Elvia María González Agudelo, Representante del Consejo Académico • Gabriel Agudelo Viana, Representante Profesoral •Carlos A. Giraldo Giraldo, Representante de los Egresados • Hernán Moreno Pérez, Representante del Sector Productivo • Jaime Restrepo Cuartas, Representante de los ex Rectores • David Hernández García, Secretario General.
Mauricio Alviar Ramírez, Rector • María Patricia Arbeláez Montoya, Vicerrectora de Investigación • Luz Stella Isaza Mesa, Vicerrectora de Docencia • Carlos Alberto Palacio Tobón, Vicerrector de Extensión • Fernando Tobón Bernal, Vicerrector Administrativo • Gabriel Mario Vélez Salazar, Decano Facultad de Artes • John Jairo Arboleda Céspedes, Decano Facultad de Ciencias Agrarias • Sergio Iván Restrepo Ochoa, Decano Facultad de Ciencias Económicas • Nora Eugenia Restrepo Sánchez, Decana Facultad de Ciencias Exactas y Naturales • Hernando Muñoz Sánchez, Decano Facultad de Ciencias Sociales y Humanas • Edwin Carvajal Córdoba, Decano Facultad de Comunicaciones • Luquegi Gil Neira, Decano Facultad de Derecho y Ciencias Políticas • Elvia María González Agudelo, Decana Facultad de Educación • Lina María Zuleta Vanegas, Decana Facultad de Enfermería • Jesús Francisco Vargas Bonilla, Decano Facultad de Ingeniería • Carlos Alberto Palacio Acosta, Decano Facultad de Medicina •José Pablo Escobar Vasco, Decano Facultad Nacional de Salud Pública • Ángela María Franco Cortés, Decana Facultad de Odontología • Juan Carlos Alarcón Pérez, Decano Facultad de Ciencias Farmacéuticas y Alimentarias • Luis Javier Castro Naranjo, Representante Profesoral ante el Consejo Académico • David Hernández García, Secretario General. Invitados: María Patricia Arbeláez Montoya, Vicerrectora General (e) • Sandra María Turbay Ceballos, Directora de Posgrado • Luis Alfonso Escobar Trujillo, Director de Regionalización • José Ricardo Velasco Vélez, Director Escuela de Microbiología • Margarita María Gaviria Velásquez, Directora Escuela Interamericana de Bibliotecología • Paula Andrea Echeverri Sucerquia, Directora Escuela de Idiomas • Berta Lucía Gaviria Gómez, Directora Escuela de Nutrición y Dietética • Francisco Cortés Rodas, Director Instituto de Filosofía • Gloria María Castañeda Clavijo, Directora Instituto de Educación Física y Deporte • Carlos Alberto Palacio Tobón, Director (e) de Planeación y Desarrollo Institucional • Adriana González Moncada, Directora de Relaciones Internacionales • Adriana Patricia Arcila Rojas, Directora de Bienestar Universitario • Adriana Lucía Valderrama Patiño, Directora Jurídica (e) • Adriana Astrid Zea Cárdenas, Directora de Auditoría Institucional • Alma Nury López Patiño, Directora de Comunicaciones.
Foto: Luis Javier Londoño Balbín
CONSEJO ACADÉMICO
Miembros del Consejo Superior Universitario con el rector designado
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or decisión unánime el Consejo Superior Universitario, CSU, designó rector de la Universidad de Antioquia para el periodo 2018-2021 al médico veterinario John Jairo Arboleda Céspedes, quien tomará posesión del cargo en la segunda semana de abril, en reemplazo del profesor de la Facultad de Ciencias Económicas Mauricio Alviar Ramírez. En la sesión ordinaria de la Corporación, el 27 de febrero de 2018, los ocho consejeros tomaron la determinación luego de escuchar las propuestas para la Universidad planteadas por los aspirantes, los profesores Elkin Libardo Ríos Ortiz, Mauricio Alviar Ramírez, Pablo Javier Patiño Grajales, Edison Darío Neira Palacio, María Helena Vivas López, Juan Carlos Amaya Castrillón y John Jairo Arboleda Céspedes. “El Consejo Superior tomó la decisión de designar por unanimidad al profesor John Jairo Arboleda, quien actualmente es decano de la Universidad, tiene una gran experiencia como investigador, como profesor y como directivo de la Universidad”, anunció a los periodistas el gobernador de Antioquia y presidente del CSU, Luis Pérez Gutiérrez. Agregó el mandatario seccional que “el Consejo Superior quiere enviar un buen mensaje a la Universidad, en el sentido de apoyar la participación de los estamentos, poner una persona que esperamos que una, que convoque y que mire
hacia un nuevo futuro de la Universidad de Antioquia”. La ministra de Educación Nacional, Yaneth Giha Tovar, resaltó del rector designado la hoja de vida, la trayectoria, los estudios. “Además —dijo— tiene una propuesta y una legitimidad frente a la comunidad educativa que nos hace pensar que puede cumplir una labor muy importante al frente de esta universidad”. Giha Tovar subrayó que “lo que nosotros queremos desde el Ministerio de Educación es que la Universidad de Antioquia siga siendo líder nacional, pero ojalá también con una visión de involucrarse mucho más en los procesos de internacionalización y de ponerse a tono con los retos que tiene el país en materia de educación superior”. Asimismo, la Ministra le expresó a Arboleda Céspedes todo el respaldo para afrontar esas tareas en la Universidad. “Contará con nuestro apoyo, contará con el apoyo del ministerio de Educación para llevarla hacia esos lugares; y contamos con la experiencia y las capacidades del rector designado para que así suceda. Esta universidad, que se ha destacado tanto en los últimos años, tiene retos grandes por delante, retos para los cuales decidimos que necesitábamos a una persona con las competencias y las calidades de este nuevo rector”. Y concluyó: “Lo que le deseamos es muchos éxitos en este proceso.
Tendrá un acompañamiento permanente del Consejo Superior y tendrá también la posibilidad de trabajar en equipo, porque al final todas estas tareas se sacan cuando todos nos juntamos y todos decidimos que vamos a lograr esas metas que nos hemos propuesto”. A su turno, Arboleda Céspedes expresó que la designación como rector es un honor y un compromiso, y agradeció el respaldo tanto al CSU como a la comunidad universitaria —profesores, empleados, egresados, estudiantes, jubilados—. “Yo lo único que tengo para ofrecer es mi capacidad de trabajo, mi dedicación sin descanso a lograr mantener en alto la institución y el liderazgo que siempre ha tenido la Universidad, a hacer alianzas con las otras instituciones de educación superior, públicas y privadas, a establecer relacionamientos con la sociedad que nos permitan llevar el Alma Máter a todas las regiones del Departamento”, manifestó. Arboleda Céspedes es el actual decano de la Facultad de Ciencias Agrarias. Es magister en ciencias y médico veterinario de la Universidad de Antioquia, donde se ha desempeñado como profesor, jefe del Centro de Investigaciones de la Facultad de Ciencias Agrarias, Vicerrector General, Director de Regionalización, Vicerrector de Investigación encargado, Director de Bienestar Universitario encargado.
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Foto: Luis Javier Londoño Balbín
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Administración abierta y cercana a los estamentos
propósito de la designación del rector de la Universidad de Antioquia para el período 2018-2021, el periódico ALMA MÁTER dialogó con el médico veterinario John Jairo Arboleda Céspedes sobre los desafíos que enfrentará la institución en el futuro inmediato y las prioridades de su gestión para responder a las tareas impostergables en el trienio. Profesor Arboleda Céspedes, ¿cuáles asuntos considera debe atender de manera prioritaria para la buena marcha de la institución? —En la administración de lo público y académico, uno entiende lo difícil que es administrar una universidad tan compleja y mal haría en mirar el retrovisor sin recoger
la tarea hecha y correr la posta que nos toca hasta 2021. Me toca recibir ese testimonio y avanzar. Hay temas muy importantes como la infraestructura, el complejo de la salud, la IPS Universitaria, el Programa de salud, los profesores de cátedra, las ventas informales, la inseguridad en el campus. ¿Cuál es el rasgo que identificará a su administración? —Será una administración abierta y cercana a los estamentos, porque por supuesto entiendo que cualquier proceso, desarrollo, actividad académica y universitaria es con los estamentos y para los estamentos; una administración que se concibe desde el respeto, dispuesta a escuchar y a servir desde la visión de mejorar las
condiciones en la Universidad y la sociedad. ¿Qué estrategias propone para reducir el déficit que arrastra la Universidad? —Hay que estudiar los problemas financieros, que no se alejan de los que tienen las universidades públicas colombianas, la crisis de Colciencias y los faltantes de recursos para la universidad pública en el territorio nacional. Máxime en una universidad como la nuestra, que ha hecho grandes esfuerzos en llegar a las regiones y en la inversión que esto demanda. Habrá que retomar el estudio realizado en 2009 con los vicerrectores administrativos del Sistema Universitario Estatal, SUE, que analiza el problema de la desfinanciación, porque allí hay pautas interesantes,
y es necesario gestar procesos con otras universidades y diversificar las fuentes de financiación que incluyan los recursos de regalías, y establecer lazos de comunicación con el municipio de Medellín que tiene responsabilidad de vieja data con la Universidad y con el servicio prestado por la Alma Máter a la ciudad. ¿Es posible ampliar la cobertura? —Para hacer más cosas se requieren más recursos y el otro principio es que hacer educación y formación de altísima calidad— como la única forma que sabemos nosotros hacerlo en la U—, vale más. Un estudiante de medicina de cualquier universidad del país vale tanto como el que estudia el mismo programa en la UdeA. Lo que pasa
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es que el costo no se traslada al estudiante. Hacemos educación superior de altísima calidad y esto requiere recursos, igual es la demanda para hacer los procesos de actualización, de mejoramiento e infraestructura. La desfinanciación acumulada evidencia que algunos recursos que debieron destinarse a la universidad pública no ingresaron; y por ello, persiste la necesidad de tramitar ante el Ministerio. Especialmente, porque es posible recuperar algunos recursos. Es el caso de los estímulos a los estudiantes votantes, que representa un descuento del 10% del valor de la matrícula y se asumían por las universidades, afectando los ingresos. Así, se demostró ante el Gobierno nacional y se logró la retribución de los dineros. ¿Qué piensa de la universidad digital? —Es una propuesta del Gobernador que debe ser acogida por la Universidad y en correspondencia con su condición pública por la excelencia. Hay retos, pero también oportunidades por explorar. No es pensar que la Universidad de Antioquia se volverá virtual o digital, sino fortalecer una nueva herramienta que dé luces a la educación superior en Antioquia y en Colombia. ¿Cuál es su disposición para actualizar las normativas universitarias? —Hay anacronismo de las normativas universitarias. El Estatuto General es de 1994, el Reglamento Estudiantil es de 1981, incluso sin tener en cuenta las consideraciones de la Constitución; también el Estatuto Profesoral demanda una revisión profunda. Debemos hacer una nueva reglamentación para actualizarnos, siempre teniendo en cuenta la participación de los estamentos. ¿Cómo dar el salto cualitativo en regionalización? —La Universidad ha hecho muy bien las cosas y no es gratuito que el Ministerio de Educación declarara durante tres ocasiones el Programa de regionalización como el mejor en estrategia de descentralización de educación superior del país. El Instituto de Estudios Regionales, Iner, hizo el estudio previo y elaboró las bases del Plan Estratégico de Regionalización, pero veintidós años después la estrategia amerita un análisis profundo, aunque considero que hay regiones que soportan de manera permanente un programa; en todas las sedes es necesario generar comunidad académica a partir de profesores vinculados que permanezcan en el territorio y que ayuden a pensar los problemas del territorio y los jóvenes en formación deben contar con la presencia institucional. Este es el compromiso que asumo, que debe quedar consignado en el Plan de Acción y hace parte del Plan de Desarrollo, en el cual hay directri-
Foto: Cura Ríos
La Universidad
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La Universidad es la única posibilidad de acceder a la educación superior con calidad y establece la diferencia entre seguir el destino al cual estamos condenados por el origen. La Universidad permite arrimarse a una posibilidad real, a un mundo distinto que viene no solo con formación integral sino con la conciencia de la situación que viven otros. La Universidad genera también ascenso social y mejores condiciones para uno mismo y para la familia; pero, sobre todo, la oportunidad de formarse integralmente y aportar a partir de la profesión para que la realidad cambie. La Rectoría de la Universidad es una enorme responsabilidad que asumo con mucha satisfacción, porque tengo el honor de contar con el respaldo unánime del Consejo Superior de una universidad pública como la nuestra. Siento un respaldo enorme de la comunidad universitaria y lo que sigue es conformar muy buen equipo; porque este es un trabajo que no se hace solo.” —John Jairo Arboleda Céspedes—
ces para fortalecer el Programa de regionalización de acuerdo con las condiciones particulares de cada región. ¿Cómo saldar las diferencias entre sedes y seccionales en las regiones? —Logramos hacer enormes desarrollos en regiones, incluso donde no estaba proyectado y movimos las fuerzas vivas de la región que entendieron que el esfuerzo no
lo puede hacer solo la Universidad. Los municipios, las empresas y el gobierno regional y la sociedad tienen que entender que para hacer presencia regional necesitamos recursos. Normalmente existen edificaciones e infraestructura en los municipios, comodatos y exención de impuestos, estrategias como recaudos por estampilla universitaria e incluso algunos municipios reservaron recursos para apoyar con el pago de servicios
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públicos. Esto es una sumatoria de voluntades y responsabilidades que al final da como resultado la presencia de la universidad en la región. Esto tiene que seguirse haciendo, aunque no tenemos en las regiones los mismos desarrollos ni posibilidades financieras para soportar la presencia permanente en la Universidad. ¿Qué debe esperar el estamento profesoral? —Habrá un trato respetuoso y escucha atenta a los problemas del profesorado de cátedra y el esfuerzo para la búsqueda de soluciones. Es necesario repensar en términos institucionales la situación de los profesores de cátedra y posibles estrategias que se pueden copiar de otras instituciones. También facilitar que los profesores vinculados estén al tanto de las clases de pregrado, especialmente en los primeros semestres, no para establecer competencias entre los profesores de cátedra y los vinculados, sino para que contribuyan a la formación. Hay que establecer unas estrategias de evaluación de los profesores de cátedra porque se requiere un proceso más colegiado y, en el caso de que el profesor de cátedra tenga continuidad del servicio, se pueda extender el tiempo de los contratos lo cual, sin duda, generará más estabilidad. ¿Cómo es su visión de la Universidad en el escenario del posacuerdo? —La Universidad tiene que asumir un liderazgo en ese proceso. Más aún dada la afectación al departamento, donde se ha puesto un buen porcentaje de las víctimas. No se puede seguir con una presencia en forma desarticulada o motivada en la buena voluntad de profesores o de grupos de investigación. Debemos aprovechar los conocimientos que tenemos en muchas áreas y mostrar a la sociedad que es posible vivir a partir de las diferencias y no recurrir a la violencia. ¿Cómo consolidar la internacionalización de la Universidad? —Lo primero es arreglar la casa, revisar y analizar la situación, concretar un equipo de trabajo que se encargue del estudio específico de cada uno los temas y asegurar las finanzas de la Universidad que necesitamos para poder hablar de calidad, de excelencia y de autonomía universitaria. Por ello, los gobiernos nacional y regional deben entender las enormes necesidades de la Universidad. Después de hacer estas tareas debemos desarrollar programas y proyectos específicos en los términos del Plan de Acción. Se habla del mundo global, pero todos los procesos empiezan por lo local y no es posible concebir una universidad desconectada, por eso cada cual debe poner de su parte para movernos en el mundo.
Formación
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Foto: cortesía Facultad de Medicina
(Re) formación médica
• Las facultades de medicina, junto con los ministerios de Educación Nacional y Salud, están empeñadas en encarrilar la educación médica en el país y contribuir tanto a la calidad como a las garantías para el desempeño profesional. Por ELIZABETH CAÑAS RODRÍGUEZ Periodista elizabeth.canas@udea.edu.co
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o solo los problemas curriculares y propios del ejercicio médico, sino también la necesidad de intervenir el sistema contractual de las prácticas profesionales, son parte de los asuntos que afectan la formación médica en Colombia, tanto en pregrado como en posgrado. Los problemas se hicieron más evidentes en 2014, cuando la Asociación Colombiana de Facultades de Medicina —Ascofame— adelantó unas consultas orientadas a conocer la situación de la formación médica en el país. Desde entonces la problemática ha estado bajo examen y las propuestas siguen su curso. De acuerdo con Carlos Alberto Palacio Acosta, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, la gestión avanza de la mano de los ministerios de Educación y de Salud, pero es un hecho que la formación médica está en un momento coyuntural si se considera que son muchos los
años sin revisión. En el imaginario colectivo existe el ideal de estudiar medicina, lo que genera una gran demanda por esta formación y, a su vez, ha incidido en que aumente la oferta privada universitaria. Entre los asuntos por intervenir, el directivo señala la gran demanda por el acceso a la formación médica, que, a su vez, ha disparado una alta oferta de programas, especialmente desde el sector privado. “Son 57 las facultades de medicina en Colombia, lo que hace a este país uno de los que tiene mayor oferta en formación médica, pero su calidad es cuestionada. Solo 26 programas cuentan con acreditación de calidad”, afirma. El médico José Félix Patiño Restrepo, fundador de Ascofame y actual representante de los exrectores ante el Consejo Superior de la Universidad Nacional de Colombia, observa que mientras en la costa nordeste de los Estados Unidos, desde Boston hasta Pittsburgh, donde está Nueva York con 22 millones de habitantes, hay 18 facultades de medicina —por supuesto todas de excelente calidad—, en la Costa Atlántica colombiana hay 11 facultades de medicina, y parece que solo cuatro están acreditadas; y en Bogotá, con casi la tercera parte de la población de Nueva York, hay 12. “Este —dice— es un problema muy serio, porque se trata de formar los profesionales que tienen que ver con la salud de las personas y de las comunidades”.
Palacio Acosta observa que la aspiración de todos los médicos es avanzar en su formación y que al año egresan cerca de 5.000 médicos en el país, pero solo hay 2.000 plazas de posgrados clínicos. “Quienes no acceden a la formación en posgrados, viajan al exterior para regresar a convalidar sus títulos, muchas veces sin la calidad meritoria. Esto sin contar la dispersión de denominaciones en las especialidades médicas que subyacen y que se busca corregir para abreviarlas a 60 y hacerlas homologables”, agrega. La situación se agrava con un sistema de salud en crisis, que no tiene tampoco cómo garantizar las prácticas a los estudiantes de medicina; tal es la gravedad del asunto que muchos de los 1.800 hospitales que funcionan en el país cobran a los estudiantes por hacer las prácticas en sus instalaciones, alegando que su formación encarece los costos de atención hospitalaria. Según Germán Reyes Forero, presidente de la Asociación Médica de Antioquia —Asmedas—, el modelo actual de salud, basado en el aseguramiento de la Ley 100 de 1993, está en una crisis severa y necesita con urgencia una reforma con base, no en esa ley, sino en la actual Ley Estatutaria en Salud. “Admitido esto podríamos avanzar en otros tópicos, puesto que son diferentes las formas, médicos y personal sanitario de un modelo
de salud humanista, y hoy lo que tenemos es negocio”. En esa misma perspectiva, Patiño Restrepo hace énfasis en el panorama que creó la Ley 100 de 1993: “Las trabas no son de las IPS sino de las EPS, y tales han dado al traste con uno de los pilares de la medicina como profesión: la autonomía en la toma de decisiones.” Resulta paradójico también que haya alrededor de 92.000 médicos en el país, de los cuales solo 60.000 están en ejercicio profesional, para un promedio de 19 médicos por 10.000 habitantes; es decir, hay muchas facultades para la formación médica, pero pocos profesionales ejerciendo. Las facultades están firmes en revisar los asuntos académicos para garantizar la formación. En esa dirección, ya opera el Consejo Nacional de Educación Médica, así como el trabajo conjunto entre Ascofame, los ministerios de Educación Nacional y Salud y organizaciones del sector de la salud, para generar garantías y calidad profesional. Con estos propósitos y la participación de las organizaciones de la salud, se espera mejorar la formación médica y honrar el ejercicio médico, en el cual, expresa Patiño Restrepo, “no cabe sino la excelencia académica para formar médicos con el sentido ético, humanístico y humanitario de su profesión, para que sean estudiantes de por vida y actúen siempre bajo el imperativo hipocrático”.
Formación
La comunidad universitaria lamenta la muerte del profesor de la Facultad de Ciencias Agrarias y representante profesoral ante el Consejo Superior Universitario Carlos Arturo Morales Vallecilla. El profesor estaba vinculado al área de fisiología en la Escuela de Medicina Veterinaria, donde apoyó la formación tanto en pregrado como posgrado, dados sus conocimientos en clínica de perros y gatos, neurología y endocrinología y su énfasis en neurología y endocrinología; coordinó el curso bioética en los programas de maestría y doctorado en ciencias veterinarias y en ciencias animales; orientó sobre legislación y bioética a los estudiantes de la Especialización médica en pequeñas especies animales (modalidad virtual), entre otros aportes. Se distinguió por su compromiso universitario y visión crítica. Como compañero y profesor era una persona respetuosa, amable y solidaria. Meses atrás Morales Vallecilla había producido y publicado el libro Bases para el manejo del dolor en perros y gatos, que da cuenta de una de sus preocupaciones profesionales e intelectuales. La Facultad de Ciencias Agrarias en mensaje compartido con los estamentos, la familia y allegados, honró “la memoria y el legado de este profesor, padre, colega, amigo y compañero, de quien nos quedan los mejores recuerdos y vivencias, no solo por su calidad como docente sino también como persona”. En su representación profesoral ante esa instancia —dijo el Presidente del Consejo Superior Universitario— “siempre trabajó por el bienestar de nuestra Alma Máter, cumpliendo una labor comprometida y dedicada con la institución”.
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Foto: cortesía Departamento de Psicología
In memoriam
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Laboratorio de Psicología: cualificación y relación disciplinar Por ELIZABETH CAÑAS RODRÍGUEZ Periodista elizabeth.canas@udea.edu.co
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o es el primer laboratorio de sicología universitario que se registra en el país y la región, pero sí el que tiene lo último en tecnología y constituye un espacio muy significativo porque los beneficios que genera se extienden a varias áreas del conocimiento. Así lo explicó el decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, Hernando Muñoz Sánchez, al señalar que el laboratorio está pensado como un área de servicios interdisciplinar, toda vez que cumple con las condiciones técnicas para la realización de pruebas sicológicas, servicio de consulta, clases especializadas y el aprovechamiento de la cámara de Gesell. Esta última tecnología fue la de mayor exigencia en su adaptación a la Universidad debido a las especificaciones de los vidrios que la integran y que permiten una visión unilateral y aislar el sonido, así como por la sofisticación de las cámaras para reconocer los movimientos y el comportamiento gestual del entrevistado o del paciente. El laboratorio prestará servicios a estudiantes y profesores de sicología. También a quienes siguen estudios en la Facultad de Derecho
en casos en que sea necesaria la identificación y el reconocimiento de implicados en casos judiciales protegiendo la identidad de los testigos o también cuando la investigación compromete a menores. De esta manera, el programa de Psicología no solo logra cumplir con un requisito fundamental para su reacreaditación, proceso que está en trámite, sino que también marca un hito porque es avalar la teoría y el trabajo de investigación. El decano agregó que se salda así una deuda de 40 años con el departamento de Psicología y que la inversión estimada en 900 millones de pesos “permite afianzar el compromiso con la calidad de los espacios universitarios (se han dotado dos para el descanso y aprovechamiento del ocio en el bloque 9) y, especialmente, aumentar las posibilidades de convenios y servicios de extensión”. De acuerdo con el profesor Mauricio Barrera Valencia, “lo más importante es lo que el Laboratorio de Psicología UdeA, significa para mejorar la cualificación de los estudiantes de las seis maestrías y dos especializaciones que tiene el del Departamento de Psicología”. Además, la Universidad se pone a la par de otras seis instituciones de educación superior de la ciudad y moderniza un departamento académico que ofrece no solo un programa con registro calificado y el cual, además, ha sido históricamente uno de los más
demandados, como lo demuestra que entre 2015 y 2016 ocupó el segundo lugar en número de aspirantes inscritos y que, en 2017, se ubicó en tercero y cuarto lugar con respecto a las unidades que ofertaron programas académicos. Para el semestre 2018-1, los aspirantes al programa sumaron 2.079. El nuevo laboratorio representa mucho más que un logro de infraestructura. “Ha sido un trabajo de hormiga contar ahora con un laboratorio de psicología como el que tenemos y en las condiciones de dignidad, pero que especialmente beneficia con mayor integridad y facilidades para la adquisición y transferencia de conocimiento, del que esperamos sacar el mayor provecho para el desarrollo del trabajo psicológico. Además, genera mejores garantías para el proceso de acreditación que se espera obtener en 2018”, dijo por su parte el jefe del Departamento, Julián Aguilar Sierra. Agregó que es un hito para el programa de Psicología; beneficiará a profesores (entre quienes hay 10 doctores) así como a los 650 estudiantes de pregrado, 500 estudiantes en regiones, y cerca de 45 estudiantes de las maestrías y las especializaciones. En especial, agregó el profesor Aguilar Sierra, “lo que se deriva de contar con el Laboratorio es tener un medio fundamental para cualificar más la labor formativa, para afianzar e interrelacionar la teoría con la práctica”.
Internacionalización
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Por ANDREA QUINTERO Periodista comunicacionesinter2@udea.edu.co
Foto: cortesía Dirección de Relaciones Internacionales
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on los ojos puestos en el desarrollo económico y la influencia socio-cultural de América Latina, el programa Erasmus de la Unión Europea ha favorecido, desde 2014, proyectos de distintas unidades académicas y dependencias administrativas de la Universidad de Antioquia que requirieron financiación, capacitaciones o relacionamiento para materializarse. Este programa internacional apoya la movilidad entre Europa y otras regiones del mundo, de estudiantes, profesores y administrativos de instituciones de educación superior, en una modalidad denominada Key action 1; además de afianzar el relacionamiento directivo y la cooperación interinstitucional por medio de proyectos para la construcción de capacidades, bajo la modalidad Key action 2. Hasta la fecha, la Universidad de Antioquia se ha beneficiado con los recursos de cinco proyectos Erasmus, siempre coordinados por instituciones europeas. Bajo la modalidad Key Action 1, cabe destacar movilidades a España, Italia y Países Bajos, gracias al consorcio Eurica que lideró la Universidad de Groningen, y perteneció a la primera versión de Erasmus, catalogada Erasmus Mundus. Bajo el Key action 2 de la segunda versión del programa, denominada Erasmus+, la Universidad ha participado como aliada en el Observatorio regional para la calidad de la equidad en la educación superior —Oracle—, el proyecto internacional Spin-off lean acceleration —Sola—, la Red de innovación social de Latinoamérica —Lasin— y en el Observatorio laboral para la educación superior en América Latina —Empleap—. De acuerdo con Santiago López Álvarez, asesor en cooperación científica de la Dirección de Relaciones Internacionales de la Universidad de Antioquia, “estas cooperaciones se deben, en parte, a los procesos de internacionalización de la educación superior en Colombia, que entienden que el trabajo en red es la base de toda cooperación internacional. Siempre que Erasmus abre sus convocatorias, son las instituciones extranjeras, que trabajan con nosotros, las que acuden en busca de un socio para postular los proyectos”. Tal fue el caso de Glasgow Caledonian University, en Escocia, coordinadores de Lasin, quienes invitaron a la Universidad de Antioquia a participar en un nuevo proyecto Erasmus+ para la con-
Visitas de los equipos Lasin de otros países, a la inauguración de los nuevos espacios Coworking UdeA, creados con recursos Erasmus+.
Convocatorias Erasmus para capitalizar las relaciones vocatoria 2019-2021, en torno al papel de las instituciones de educación superior en los procesos del posconflicto en Colombia y El Salvador. De salir beneficiado en julio de 2018, el proyecto propiciará centros de apoyo para la formulación de proyectos, pasantías para profesores y estudiantes, y diplomados o un programa de maestría; provechos similares a los que dejó Lasin, entre los que se cuentan relaciones más fuertes con sus doce universidades socias, otras pasantías internacionales y la financiación de mobiliarios y equipos para la Unidad de Innovación Social de la Universidad. De otra parte, la trayectoria en investigación y transferencia tecnológica de la Universidad de Antioquia, posibilitó que RedEmprendia, la Red universitaria iberoamericana de incubación de empresas, la invitara a participar en el proyecto internacional Spin-off lean acceleration —Sola—, con el objetivo de crear una herramienta para la valoración (económica) de la tecnología que sale de las universidades, dentro de un módulo de propiedad intelectual. Las intervenciones de las otras instituciones socias giraron en torno a modelos de negocio,
internacionalización y finanzas. “Sola buscó darles más herramientas a los países de América Latina que están levantando sus primeros pinos en emprendimiento. Un propósito estratégico en Colombia, donde acaba de aprobarse la ley de spin-off que permite a investigadores de universidades públicas hacer empresa con sus desarrollos científicos”, comenta Eliana Gallego Cortés, profesional en emprendimiento de la Unidad de Innovación. Empleap es el último proyecto Erasmus+ que vincula a la Universidad, y que favore un eje del Plan de Desarrollo 2017-2026. Este observatorio se propone hacerle un seguimiento permanente a la inserción laboral de los egresados, así como fortalecer su empleabilidad en los países de Alianza Pacífico. Actualmente es liderado dentro de la institución por la Facultad de Ciencias Económicas, cuyo trabajo específico consistirá en elaborar la encuesta del Observatorio. De acuerdo con Mónica Palacio Salazar, directora del programa de Responsabilidad Social Universitaria, uno de los aliados estratégicos de Empleap, éste proyecto revertirá en una experiencia de ciudad. “La información recopilada y los
productos del Observatorio harán parte del trabajo de la Facultad con la Alcaldía de Medellín, servirían al Iner en su monitoreo de los indicadores de ‘Medellín Cómo Vamos’, e incluso al Observatorio Laboral para la Educación, del Ministerio de Educación de Colombia”. Desde el programa de la Vicerrectoría de Extensión liderado por Palacio, se propuso también para la convocatoria 2019-2021 un proyecto sobre responsabilidad social y gobierno corporativo, que pretende mejorar los procesos de gobernanza universitarios en Europa y América Latina, justificado en una preocupación mundial por la ética y la transparencia dentro de las entidades públicas y privadas. A esta última convocatoria, se propuso además el proyecto Fortalecimiento del impacto de las universidades latinoamericanas —Impala—, liderado desde Europa por la Fundación Europea para el Desarrollo Gerencial; así como el Observatorio de participación estudiantil para América Latina y Europa, que coordinará la Universidad de Huelva, España. Propuestas que, de materializarse, se traducen en nuevas formas de capitalizar nuestro relacionamiento con el mundo.
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Fortalecer los Sistemas Locales de Justicia, tarea de la Universidad y el PNUD Por CAROLINA SÁNCHEZ ÁLVAREZ Periodista de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas pcarolina.sanchez@udea.edu.co
Foto: Luis Fernando Builes
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íderes comunitarios y operadores de justicia de Puerto Gaitán, Meta, dibujaron en un mapa lo que identifican como conflicto, miedo, bienestar, justicia y cultura en su comunidad. Lo hicieron en el taller denominado “Recorro mi barrio, mi vereda”. El taller hace parte del Diplomado en Sistemas Locales de Justicia, que ofrece la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, de la mano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo —PNUD— a los operadores de justicia y actores estratégicos de la comunidad en 13 municipios del país. Busca, principalmente, formar a los participantes para que cuenten con las herramientas necesarias en la construcción de las rutas y la implementación de los Sistemas Locales de Justicia —SLJ— en sus territorios. Los SLJ, estrategia para el posacuerdo liderada por el Ministerio de Justicia, buscan favorecer el acceso a la justicia mediante la relación entre el Estado y las comunidades. “Se identifican los principales conflictos en los municipios y se construye una ruta de atención, pero no desde la oficialidad, sino como una red en la cual se vincula la comunidad mediante organizaciones y juntas de acción comunal, donde todos ponen ayuda a la solución del conflicto”, explica la profesora Luz Elena Henao, coordinadora académica del diplomado. Los SLJ, advierte Henao, incluyen modalidades de justicia como la retributiva, pero privilegian la autocomposición y las justicias comunitaria y restaurativa. El PNUD tiene un proyecto denominado Asistencia técnica para la creación y fortalecimiento de los SLJ en 13 municipios priorizados en Colombia, que funciona desde hace un año y se complementa, en 2018, con este proceso formativo.
Taller en Puerto Gaitán sobre sistemas locales de justicia. El diplomado se está ofreciendo en Vegachí, Amalfi, Remedios, Dabeiba; Lejanías, Puerto Concordia, Puerto Lleras, Puerto Gaitán; Convención, Sardinata, Teorama, Tibú y San José del Guaviare; municipios escogidos por el Ministerio de Justicia teniendo en cuenta que son zonas de conflicto anteriormente impactadas por las Farc. “Las Farc han tenido un papel importante en la manera como se han gestionado los conflictos. Al salir de los territorios se hace necesario que la institucionalidad ocupe ese espacio, lo que implica una relación directa con la comunidad”, explica Edgar Ardila, coordinador del proyecto de Sistemas Locales de Justicia en el PNUD. Para Heriberto Tarazona, asesor territorial de Puerto Concordia, Meta, el diplomado “es una oportunidad para dejar capacidad instalada, fortalecer iniciativas que promueven la resolución de conflictos y crear las rutas como otro mecanismo que se construye con la comunidad para desarrollar efectivas, concisas y precisas formas de justicia”. Los participantes recibirán cinco módulos referentes al territorio, conflicto, derecho de acceso a la justicia, sistemas locales de justicia
y cultura de paz. Son herramientas conceptuales, técnicas y metodológicas para fortalecer los SLJ. “Encontramos comunidades que participan, que aportan, y que muestran mucho entusiasmo por la formación, haciendo un reconocimiento al trabajo de la Universidad de Antioquia y a los profesores que fuimos”, comenta Luis Fernando Builes, profesor del diplomado. Como metodología se prioriza la participación mediante conversatorios y talleres, orientados por facilitadores que hacen exposiciones muy breves sobre conceptos básicos. Según Tarazona, “la principal barrera ha sido lograr romper la cultura de la inmediatez que tenían con los grupos armados y que la comunidad entienda que hay un proceso, garantizar los derechos, un trámite. Lo segundo es el imaginario de que cuando hay un conflicto la justicia es una manera de ejercer venganza, que la única manera en que se resuelve un conflicto es con el castigo. Es entender que las necesidades de justicia en un conflicto son muchas y se atienden de maneras diferentes”. Y es a este cambio de mentalidad que Henao, profesora de la
Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, considera debe contribuir positivamente. “Los estudiantes y los profesores nos tenemos que comprometer con cambios culturales frente a las dinámicas sociales que se están viviendo. Creo que si la academia entra a mediar con temas como los que se formularon en el diploma, permite que la gente comprenda la importancia de lo que es la paz, y lo que es poner en movimiento los acuerdos, lo que contribuye a cambiar la cultura de conflicto en la que hemos vivido”. El diplomado cuenta con la participación de quince profesores de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas y está programado para finalizar en julio. Posterior a esa fecha, el reto será lograr que las rutas de los SLJ puedan perdurar. Para Arcila es fundamental que las entidades, los operadores y las mismas comunidades le hagan seguimiento a su propio sistema. “Estamos estableciendo una metodología de autoseguimiento y se está construyendo una propuesta que se encamina a los SLJ como una política pública para todas las municipalidades de Colombia, incluyendo seguimiento y acompañamiento”.
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Desarrollo robótico mejora floricultura colombiana • Desde el 2013 el Grupo de electrónica de potencia, automatización y robótica —Gepar—, de la Facultad de Ingeniería, ha trabajado con Asocolflores en el desarrollo de una máquina que le permita a la asociación mejorar los procesos de las empresas floricultoras de Colombia y aumentar la productividad.
Periodista Unidad de Comunicaciones Facultad de Ingeniería johana.quintero@udea.edu.co
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a Asociación Colombiana de Exportadores de Flores —Asocolflores— agremia a la mayoría de los floricultores del país. En 2013 comenzó acercamientos con los diferentes grupos de investigación de la Universidad de Antioquia para que le ayudaran a mejorar procesos. Se pensó, entonces, en el diseño y elaboración de una máquina seleccionadora de esquejes. Los esquejes —o ‘piecitos’— son porciones de tallo y hoja que se separan de la planta madre para obtener nuevas plantas. “El proyecto nace de la necesidad que han tenido los floricultores en Antioquia para poder clasificar los esquejes de crisantemo para su posterior siembra”, explica Marcos Ossa Ramírez, director de Asocolflores para Antioquia, y explica que lo que se busca es producir siembras más estables y homogéneas para alcanzar una cosecha más productiva. En la actualidad las floricultoras siembran esquejes que generan plantas madres perfectas; a medida que crecen dan nuevos esquejes que también se siembran; de allí, finalmente, salen las flores que son comercializadas. Antes de la siembra, personal experto verifica que los esquejes cumplan con condiciones mínimas como el largo adecuado, el ancho, el follaje y la cantidad foliar. La máquina propuesta por Asocolflores podría realizar ese proceso de verificación y separación de los esquejes de acuerdo con las características requeridas. Y el Grupo de electrónica de potencia, automatización y robótica —Gepar—, de la Facultad de Ingeniería, asumió el reto de hacerla realidad. Gepar es liderado por el profesor David Stephen Fernández McCann, quien con los estudiantes del curso de procesamiento digital de imágenes realizó diferentes pruebas.
“Lo que hicimos inicialmente fue un pilotaje por medio de imágenes y a través de un software; así obtuvimos buenos resultados que la Asociación valoró y recibió con agrado”, explica Fernández McCann. Tras ese ejercicio de pilotaje vino el desarrollo de un prototipo de la seleccionadora de esquejes. En esa etapa Asocolflores y el Ministerio de Agricultura participaron como financiadores. Adicionalmente, la empresa exportadora Flores El Capiro ofreció su apoyo, producción e instalaciones, para todas las pruebas, con el acompañamiento de José Ignacio Valderrama Correa, ingeniero y director de Logística y Mantenimiento. En la evaluación del prototipo de la máquina para clasificar esquejes se trabajó con esquejes de crisantemo, de la variedad báltica, una de las muchas especies que se producen en Colombia. La construcción de este prototipo generó varios retos desde lo mecánico, electrónico y del procesamiento digital de imágenes; en cada uno de ellos participaron estudiantes —hoy egresados— de Ingeniería Electrónica de la Facultad
Foto: cortesía Facultad de Ingeniería
Por LEIDY JOHANA QUINTERO MARTÍNEZ
de Ingeniería. Sebastián Guzmán, Daniel Jaramillo y David Rivera, integraron el equipo. Además, el proyecto contó con el apoyo de diferentes empresas como Coldesa, que aportó desde la mecánica; en la electrónica recibieron asesoría y suministros de I+D. Después de más de seis meses de trabajo y ajustes, el prototipo se sometió a una prueba de valoración que demostró que sí sirve, cumple los objetivos y aumenta la productividad en un 7%. “El negocio de las flores, así como la mayoría de negocios, está basado en la productividad, y el hecho de que seamos capaces de seleccionar esquejes uniformes nos ayudará a aumentarla. Por eso me atrevo a decir que esta máquina puede cambiar la industria de la floricultura del crisantemo, porque un aumento del 1% ya es hablar de excelentes resultados”, afirma Valderrama Correa. El prototipo de máquina para la clasificación de esquejes de crisantemo cuenta con una banda transportadora dividida en segmentos, en los cuales se ubican los esquejes. Cuando estos se desplazan en
la banda, una cámara fotográfica captura imágenes que luego serán procesadas por el software. El software procesa la imagen, identifica la base y las hojas del esqueje y mide la longitud desde la base del tallo hasta el ápice de la hoja. Así, clasifica los esquejes en compartimentos diferentes: largos, cortos, hoja en base, ideales. La etapa de prototipo finalizó. Tras los ajustes, las pruebas y la validación, ya existe una máquina capaz de seleccionar esquejes de acuerdo con las necesidades de cada empresa floricultora. “Ahora viene el desarrollo, que incluye un sistema de alimentación automático; es decir, que la misma máquina ubique los esquejes en la banda transportadora y que no se deba hacer manualmente. Todo ese sistema ahora se debe convertir en un ejemplar industrial para producción en planta”, concluye el profesor David Stephen. Ossa Ramírez aclara que “no se quiere desplazar la mano de obra, sino reubicarla en otras labores del cultivo, en manejo de inventarios y en otras tareas que se deben realizar en las empresas”.
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Escuela de Microbiología, seis décadas de avances científicos Por FREDY ALONSO RAMÍREZ CALLE Periodista alonso.ramirez@udea.edu.co
Fotos: cortesía Escuela de Microbiología
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l anonimato de los microorganismos fue perturbado en el siglo XVII por Anton van Leewenhoeck, quien cambió la rutina de su trabajo por una constante búsqueda de lo inimaginablemente pequeño. Este holandés mostró el universo microbiológico a la naciente ciencia y al mundo. Luego, el químico francés Louis Pasteur, y el médico alemán Robert Koch, pioneros de la microbiología en la Europa del siglo XIX, empezaron a asociar a los microorganismos con la agricultura, la ganadería, la industria y con la salud. En 1884 llegó a Medellín el primer microscopio. Lo trajo Alejandro Restrepo y empezó a ser utilizado por estudiantes de Medicina de la Universidad de Antioquia en las cátedras de anatomía y parasitología. En 1886 iniciaron las primeras investigaciones bacteriológicas en laboratorios particulares, impulsadas por el médico veterinario Jan Claude Vericel. Al francés lo acompañó en ese propósito el estudiante de medicina Federico Lleras Acosta, considerado el padre de la bacteriología en Colombia. Hacia finales del siglo XIX, Manuel Uribe Ángel, Roberto Franco, César Uribe Piedrahíta, Juan Bautista Montoya y Juan de Dios Carrasquilla, empezaron a transformar la práctica médica en el laboratorio. Así establecieron un referente para Antioquia, en donde se fundaron, a principios del siglo XX, el Laboratorio Clínico del Hospital San Vicente de Paúl y el Laboratorio Departamental de Salud Pública. La microbiología en el departamento recibió un impulso para su desarrollo con la creación de la Escuela de Técnicas de Laboratorio Clínico en la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia. Nombraron como director a David Botero Ramos y subdirectora a Ángela Restrepo Moreno. “En 1957 me encomendaron organizar el laboratorio de parasitología y microbiología y que con la doctora Ángela hiciéramos un plan de estudios. Fue así como se organizó un programa únicamente para mujeres”, recuerda Botero Ramos. El 1°. de marzo de 1958 la Escuela inició labores con veinte alum-
nas, de las cuales se graduaron 14, en noviembre de 1959. “Haber regularizado las prácticas de laboratorio y formado personal con bases para atender las necesidades de diagnóstico microbiológico fue un avance grandísimo, porque antes atendían personas que los médicos entrenaban y que no tenían un conocimiento básico”, resalta Ángela Restrepo Moreno. En 1969 se aprobó la ampliación del programa Técnico de Laboratorio Clínico a cuatro años; y en 1972 se cambió su nombre por el de Licenciatura en Tecnología Médica. En 1963 la Escuela obtuvo autonomía administrativa y recibió la denominación de Escuela de Bacteriología
y Laboratorio Clínico, nombre que conservó hasta 2007, cuando pasó a llamarse Escuela de Microbiología. “Me da alegría porque en los 60 años la Escuela avanzó mucho en su nivel científico, y por su energía, su vitalidad, sus grupos de trabajo e investigación, la revista, las publicaciones”, expresa Botero Ramos. Así lo corroboran los 11 grupos de investigación, los más de 200 artículos publicados en revistas científicas, la aprobación y financiación de más de 50 proyectos de investigación y extensión, la realización anual de más de 50 eventos académicos y científicos, la intervención del contexto de más de 300 instituciones a través de las prácticas profesionales, el portafo-
lio de consultoría profesional ofrecido a más de 100 empresas, y la oferta anual de una agenda con más de 120 actividades. Liliana Marcela Ochoa Galeano, jefa del Centro de Investigación y Extensión de la Escuela, resalta la transición que supuso dejar de ver los microorganismos como agentes patógenos, hacia un nuevo punto de vista como agentes productores de bienes y servicios, pues hoy en día los modifican genéticamente y se utilizan en la industria. “Hay bacterias que hacen que el plástico se degrade más fácilmente. También con productos agroindustriales como los desechos de caña, se hace un proceso de fermentación con microorganismos”, explica, y agrega que frente a las bacterias resistentes a los antibióticos, un grupo de investigación, mediante herramientas moleculares, detecta los clones que son resistentes, las razones de esa resistencia y cómo se transfieren de unas bacterias a otras. Ricardo Velasco Vélez, actual director de la Escuela, asegura que su unidad académica tiene un horizonte inmenso y que todo tiene que ver con microorganismos. “He revisado experiencias de estudiantes que no solo se dedican al laboratorio, también a temas de la sociedad contemporánea”, afirma. Tales temas tienen que ver con la paz, el desarrollo, las actividades de promoción de la salud, las actividades humanitarias como Médicos sin fronteras; o los trabajos en territorios de difícil acceso. “La vocación investigativa y social de nuestros microbiólogos los impulsa a estar realizando este tipo de trabajos”, señala.
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La salud de los océanos, preocupación común de Alemania y Colombia
Foto: Jessica Reichert. Cortesía Corporación CEMarin
• Contaminación y acidificación de los océanos, ecología de corales, efectos del cambio climático en los océanos e investigación en la Antártica hacen pate de las preocupaciones que comparten los expertos en las ciencias del mar de la Universidad de Antioquia, la Corporación Centro de Excelencia en Ciencias Marinas —CEMarin y varias instituciones alemanas. Por LINA GALLO BENÍTEZ Periodista comunicacionesambiental@udea.edu.co
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on el apoyo de la Corporación CEMarin y de la Vicerrectoría de Investigación de la Universidad de Antioquia, los docentes Jenny Leal Flórez, Mónica María Zambrano Ortiz y Fernando José Parra Velandia, visitaron universidades alemanas con el fin de estrechar los vínculos en torno de la investigación en las ciencias del mar, conocer potencialidades y líneas temáticas e identificar rutas de trabajo en áreas de interés común como la contaminación y biodiversidad marina, la paleoecología y la acuicultura. Jenny Leal Flórez, quien hace parte del comité científico de la Corporación CEMarin y coordina el Doctorado Interinstitucional en Ciencias del Mar, destaca las posibilidades de adelantar trabajos con la Universidad de Giessen, una de las universidades visitadas. Esa universidad —señala— cuenta con un instituto de estudios transdisciplinarios de las ciencias marinas que trabaja desde la química, la biodiversidad marina y la paleoecología.
Doctora en Recursos Naturales, Leal Flórez hace parte con Zambrano Ortiz y Parra Valencia del grupo de docentes de la Sede Ciencias del Mar en Turbo, adscrito a la Corporación Académica Ambiental. Parra Velandia, quien es doctor en Biología Marina, tras visitar en la misma universidad el Departamento de Ecología y Sistemática Animal, valora haber podido conocer los laboratorios con simulaciones de arrecife de coral y un montaje que permite evaluar las condiciones de crecimiento de los corales en distintas concentraciones de sales, luz, dióxido de carbono y perturbación. “A partir de allí —señala— se pueden estudiar las posibles correlaciones entre las variables y verificar lo que se intuía en el trabajo de campo. Además, el trabajo experimental se hace de forma colaborativa entre estudiantes de maestrías y doctorados; así se analizan las dificultades y desafíos. Es muy estimulante ver este tipo de trabajo”. Por su parte, Mónica María Zambrano Ortiz, doctora en Ciencias Biológicas y expedicionaria antártica, observa que en el campo de la calidad del agua y la contaminación marina encontró que en universidades como la de Bremen y la de Oldenburg y en el Instituto Alfred
Wegener de Investigación Polar y Marina, cuentan con investigadores de alto nivel en acidificación de océanos, quienes mediante bioensayos han podido identificar cómo este fenómeno afecta los corales, y simular las condiciones que genera el cambio climático. Asimismo, el equipo de investigadores y docentes colombianos presentó a sus pares en Alemania los trabajos que vienen desarrollando en Colombia durante los últimos años. Leal Flórez compartió su trabajo en manejo integrado de los recursos pesqueros mediante los resultados del proyecto Lineamientos prioritarios para la formulación de un ordenamiento pesquero del golfo de Urabá — Lopegu—. Mónica Zambrano dio a conocer su experiencia como expedicionaria antártica en el ámbito de la contaminación marina. Mientras que Parra Velandia socializó el proyecto desarrollado en Punta Caribana, Necoclí, en el cual se encontraron ecosistemas coralinos en el golfo de Urabá en un área donde no existían reportes de este tipo de ecosistemas. La cooperación académica entre Alemania y Colombia en temas marinos y costeros es histórica e involucra a entidades como el Servicio alemán de intercambio
académico —Daad—, el Instituto de Investigaciones Marino Costeras “José Benito Vives de Andreis” —Invemar—, la Corporación CEMarin, la Comisión Colombiana del Océano —CCO—, la Universidad de Antioquia a través del programa en Ciencias del Mar, el consorcio de universidades que hace parte del Doctorado Interinstitucional en Ciencias del Mar, que le apuntan al fortalecimiento nacional de la investigación en los océanos. Como fruto del intercambio, actualmente se gestionan proyectos conjuntos y convenios de cooperación entre algunas de las universidades alemanas visitadas, la Universidad de Antioquia y la Corporación CEMarin. Entre ellos se destaca el uso del laboratorio de investigación en efectos del cambio climático en corales para proyectos realizados por los profesores de la Universidad; la firma de un convenio marco entre la Alma Máter y el Centro Leibniz para la Investigación Marina Tropical —ZMT—y el acercamiento entre la Corporación CEMarin y el Doctorado Interinstitucional en Ciencias del Mar, que se materializa en apoyos brindados a los estudiantes doctorales y posibilidades de investigación conjunta entre ambos países.
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Jóvenes Investigadores de la U. de Antioquia, seleccionados en convocatoria Colciencias Por STIVEN ARIAS HENAO Periodista stiven.arias@udea.edu.co
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l Programa Jóvenes Investigadores e Innovadores impulsado por Colciencias, tiene como propósito apoyar la formación de investigadores para el fortalecimiento de las capacidades competitivas del país en ciencia, tecnología e innovación (CTeI). La más reciente convocatoria fue dirigida a proyectos de investigación relacionados con la paz. De las 500 propuestas presentadas por profesionales recién egresados de instituciones de educación superior de todo el país, tanto públicas como privadas, 294 fueron aprobadas para su financiación. De las 294, cinco fueron presentadas por jóvenes investigadores de la Universidad de Antioquia, quienes accederán a una becapasantía por 12 meses para iniciar o consolidar su formación como investigadores a través de proyectos que se enmarcan en áreas del conocimiento consideradas estratégicas para el país. En conjunto, las cinco propuestas recibirán $ 79’673.460 de los más de 4 mil millones de pesos destinados para toda la convocatoria. Los jóvenes investigadores de la Universidad favorecidos, con los respectivos grupos de investigación que los acompañan y los proyectos aprobados, son: —Aura María Sánchez Parra, del Grupo Estudios Políticos, perteneciente al Instituto de Estudios Políticos. Proyecto: Electores urbanos y rurales: una misma competencia, intereses diferenciados. Elecciones para alcalde y presidente en Medellín y Santafé de Antioquia, 2003-2014. —Diego Enrique Vélez Gómez, del Grupo Epidemiología de la Facultad Nacional de Salud Pública. Proyecto: Sala situacional en salud para el municipio indígena de Toribío, Cauca: Fase I. Investigación. —Stella Maris Valencia Betancur, del Grupo de Investigación en Salud Mental de la Facultad Nacional de Salud Pública. Proyecto: Evaluación de la eficacia de un entrenamiento individual en cognición social en la mejoría conductual de déficit observados y en
Foto: cortesía SIU
modulaciones de patrones de conectividad cerebral en una muestra de excombatientes de grupos armados. —Karen Stephany Vargas Hoyos, del Grupo de investigación Biogénesis, de la Facultad de Ciencias Agrarias. Proyecto: Caracterización molecular de cepas de Staphylococcus aureus aisladas de leche de bovinos con mastitis en Antioquia. —Ana María Naranjo Durán, del Programa de Ofidismo y Escorpionismo, que hace parte de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas y Alimentarias. Proyecto: Estabilización de un ingrediente natural proveniente del annato (Bixa orellana) por medio del método de microencapsulación por gelación ionotrópica y evaluación de su eficacia en una matriz cárnica.
Apoyos “Para cualquier investigador en formación es clave tener el recurso que le permita abrir las puertas a su trayectoria. Así, los grupos de
investigación pueden cubrir otras necesidades, destinando parte de los recursos que en principio estaban orientados exclusivamente para la formación de estudiantes”, dice Ana María Naranjo. Para Karen Stephany Vargas, “el apoyo de los grupos de investigación y sus profesores es crucial. En mi caso, por ejemplo, aprovechar y combinar los aprendizajes del laboratorio que recibí en mi formación en la Universidad y tener la oportunidad de llevarlos al campo también es un factor clave”. La profesora Martha Olivera Ángel, investigadora del Grupo Biogénesis, considera que “siempre es importante para la Universidad y sus grupos de investigación que nuestros investigadores jóvenes sean acogidos por estas convocatorias, pues el concurso es muy grande. Eso quiere decir que los grupos de investigación de la Universidad tenemos propuestas
científicas concretas de mucha utilidad” Agrega que el resultado de la convocatoria es un reflejo de la excelencia académica de nuestros estudiantes, a quienes los grupos vienen formando desde el nivel de pregrado, pasando por la modalidad de Jóvenes Investigadores Codi y luego como estudiantes de posgrado. “Es la formación científica aplicada al contexto lo que permite estos logros”, subraya. Entre 2015 y 2017, 62 jóvenes investigadores e innovadores de la Universidad se han beneficiado del programa, incursionando como científicos en formación en áreas del conocimiento tales como enfermería, microbiología, derecho, ingeniería, literatura, comunicaciones, ciencias exactas y naturales, medicina veterinaria y astronomía. Con todo, los jóvenes investigadores coinciden en que la crisis de financiación de la ciencia en Colombia obliga a pensar alternativas. “Los grupos de investigación más grandes recurren a convocatorias internacionales. También es cierto que por el posconflicto puede haber más opciones, pero es lamentable que, por recursos, a veces los jóvenes talentos tengan que buscar horizontes distintos a la investigación”, señala Ana María Naranjo. Según Diego Enrique Vélez, los jóvenes investigadores deben seguir proponiendo ideas nuevas e incentivar una revisión de las políticas de investigación en Colombia. “Podemos —agrega— aportar mucho al país porque no tenemos visiones sesgadas como algunos investigadores experimentados; tenemos una visión novedosa y somos más sensibles al captar cosas que el investigador de trayectoria no. Además, junto a ellos debemos ser muy insistentes con las alcaldías y demás dirigentes para que aporten a la ciencia, pues si bien es cierto que la crisis de financiación afecta a los investigadores de trayectoria, a los jóvenes mucho más”.
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Por FREDY ALONSO RAMIREZ CALLE Periodista alonso.ramirez@udea.edu.co
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os trastornos siquiátricos tienen una relación marcada con la genética. Conocer ese trasfondo biológico es fundamental para mejorar los tratamientos y la vida diaria de los pacientes. Los estudios al respecto son muy complejos porque no se trata de un solo cromosoma responsable de estas enfermedades, son varias las regiones cromosómicas que interactúan para que se produzcan. La paisa es una población que genéticamente no es muy diversa. A esto se le conoce como un aislado genético, a partir del cual es más fácil encontrar los cromosomas que se asocian a las enfermedades mentales. Esto es lo que están buscando, precisamente, en el proyecto Genética de la Enfermedad Mental Severa. Paisa Project, ejecutado por el Departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, es un estudio para identificar la raíz genética de enfermedades como el trastorno bipolar, la esquizofrenia y la depresión. Una investigación en la que se estudiará el genoma completo de 8 mil pacientes con patologías mentales y 2 mil sin enfermedades de este tipo. Estos 10 mil voluntarios serán evaluados y monitoreados por profesionales de la salud mediante muestras de sangre, pruebas sicológicas, pruebas siquiátricas y entrevistas. Según el doctor Carlos López Jaramillo, jefe del Departamento de Psiquiatría e investigador principal de este estudio, estas enfermedades son padecidas por familias; es decir que hay una predisposición genética. “Una de cada 100 personas sufre esquizofrenia, cinco de cada 100 tienen trastorno bipolar y 20 de cada 100 padecen depresión. Estas enfermedades tienen los agravantes de ser crónicas y que atacan a adolescentes y a adultos jóvenes, edad económicamente productiva. Esto tiene un costo social muy alto”. Según López, otro agravante es que dichas enfermedades son las principales causas del suicidio en el mundo; casi el 90 % de los casos están asociados con ellas. “Desafortunadamente lo que estamos viendo en las estadísticas es que,
Foto: cortesía del proyecto
Paisa Project Investiga genética de enfermedades mentales en cuatro departamentos en vez de tener un control, son trastornos que van en aumento y la prevalencia es mayor. Se espera que para el año 2030 la principal causa de discapacidad laboral en el mundo sea por depresión”. El desarrollo de este proyecto cuenta con el apoyo de la Fundación Universidad de Antioquia y los hospitales San Vicente Fundación, el Mental de Antioquia, San Juan de Dios (de Manizales), el Hospital de Aranzazu (de Caldas) y el Hospital de Filandia (del Quindío). También se efectúa gracias a una financiación de 5.5 millones de dólares, otorgados por el Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos —NIMH— al Grupo de Investigación en Psiquiatría —Gipsi— de la Facultad de Medicina. Esa financiación se hace como parte fundamental de un consorcio internacional en el que participan investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles —Ucla—, la Universidad Estatal de Nueva Jersey —Rutgers—, y la Universidad de California en San Francisco. El estudio se realizará en Antioquia, Caldas, Risaralda y Quindío, porque para el grupo de investigadores —antropólogos, sicólogos, enfermeros, trabajadores sociales
y médicos—, los habitantes de esos departamentos tienen una información genética que no ha variado mucho en el tiempo, pues han vivido por años en las mismas regiones. Esa invariabilidad genética permite tener una mejor comprensión de las causas de las enfermedades mentales. Además, porque muchos de los trastornos se heredan generación en generación en el seno de una familia. El estudio lleva cinco meses en desarrollo y han encontrado buena apertura y colaboración por parte de los pacientes, de sus familias y de las instituciones. “Paisa Project ha sido muy bien recibido gracias a la percepción que tienen las personas acerca de la investigación y de lo que eso puede generar para la ciencia y para los seres humanos”, resalta la sicóloga Johana Valencia. Valencia advierte que el proyecto está trabajando sobre enfermedades que son conocidas pero que a la vez son estigmatizadas. “Por ello hay que hacerles un reconocimiento a quienes participan —explica—, lo que hace que el proyecto sea bien recibido y se genere un buen ambiente desde la interacción profunda, no solo entre médico y paciente, sino también entre los voluntarios”.
Los resultados de este estudio permitirán conocer importante información genética de las enfermedades mentales, para abrir posibilidades a la identificación temprana y nuevos tratamientos para mejorar la calidad de vida de los pacientes o de quienes están predispuestos a padecerlas. Según el doctor López, este será posiblemente el mayor estudio genético realizado hasta el momento a nivel mundial sobre la enfermedad mental severa. “El mensaje a la sociedad es que sigamos apoyando estos proyectos de investigación —invita López—, nuestro grupo tiene 20 años haciendo este tipo de estudios. Lo más importante es que hay más gente que quiere aportarle a la ciencia para que podamos tener más datos y más información para ayudarles a las personas que padecen esto. Los voluntarios que nos ayudan entienden que no se benefician económicamente, saben que se beneficia la sociedad”. Los interesados en ser voluntarios pueden comunicarse con el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Antioquia, en los teléfonos 2192500 y 3193368187 o escribir al correo paisaproject@ gmail.com
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Bolitoglossa ramosi, salamandra colombiana. Mide entre 8 y 12 cm. y se encuentra a partir de los 2.000 metros sobre el nivel del mar, en ecosistemas húmedos y fríos.
Por STIVEN ARIAS HENAO Periodista stiven.arias@udea.edu.co
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nimales… En cuestión de gustos, no hay disgustos. Los hay de colores incandescentes, como el pato mandarín, o de siluetas extrañas, como el bicho palo. Pero hay otras razones más allá de lo estético por las que el ser humano debería interesarse en algunas especies. Por ejemplo, existe un animal en cuya genética se esconde una clave potencial en la lucha contra el cáncer, a saber: la salamandra. Precisamente este es uno de los focos de estudio del grupo de investigación Genética, Regeneración y Cáncer, del Instituto de Biología de la Universidad de Antioquia. La salamandra tiene un gen denominado Gradiente Anterior (AG), que juega un papel crucial en la regeneración, es decir, la facultad de desarrollar de nuevo sus extremidades cuando son removidas, recuperando todas las características funcionales originales. La regeneración se da en el transcurso de 30 a 95 días, dependiendo de la especie. Los seres humanos también tenemos este gen, pero en nuestro caso se manifiesta de manera muy opuesta: haciendo más eficiente el cáncer al potencializar las células malignas, favoreciendo la metástasis. Este es un factor a considerar, máxime cuando, según la OMS, el número de nuevos casos de cáncer
en los próximos 20 años tiende a la alza en un 70 % aproximadamente.
La salamandra colombiana como fundamento científico ¿Existe la posibilidad de invertir ese proceso genético en los seres humanos para obtener regeneración en lugar de favorecer el cáncer? “Ese es el sueño a largo plazo. Ahora lo que pretendemos como Grupo es dar un paso en esa dirección, al secuenciar el genoma de la única especie de salamandra colombiana, la Bolitoglossa ramosi”, explica el profesor Jean Paul Delgado Charris, coordinador del grupo Genética, Regeneración y Cáncer. Dicha labor consiste en identificar cómo se alternan los principales componentes del ADN, llamados ácidos nucleicos (citosina, guanina, adenina y timina), en el genoma de un organismo. Tal sucesión es lo que da pie a la colosal variedad de formas de vida existentes, del mismo modo que al ordenar las diferentes letras del abecedario en distinta secuencia, se pueden crear tantas palabras como sea posible imaginar. Lo anterior constituye todo un reto tecnológico, pues la salamandra colombiana tiene 25 veces más material genético que los seres humanos. Con todo, vale la pena encaminar esfuerzos en esa dirección, incluso a pesar de dificultades legislativas que ralentizan el ejercicio científico en el país en el ámbito de la biodiversidad. “Caracterizamos la regeneración en salamandras colombianas, es decir, describimos el proceso
Fotos: Grupo Genética, Regeneración y Cáncer
Regeneración en salamandra colombiana, pista para enfrentar el cáncer
Contribución de escala mundial a la biodiversidad Además del estudio sobre cáncer y salamandras, el grupo Genética, Regeneración y Cáncer tiene varias líneas de investigación. Un ejemplo es lo que pudiera denominarse “la analogía científica del relato bíblico del arca de Noé”. The Frozen Ark (El arca congelada) es un consorcio científico internacional en pro de la preservación de las formas de vida animal en riesgo de extinción, infundiendo esperanza a su supervivencia. Científicos de varios países contribuyen a la preservación de células madres de dichas especies. El jaguar, el oso de anteojos, el manatí, el cóndor, el oso hormiguero, el tapir y la guacamaya verde, son algunos de los animales colombianos en mayor riesgo de extinción. Un caso sobresaliente a nivel mundial es el rinoceronte blanco, pues solo quedan entre cuatro y seis de ellos en el planeta. De darse su extinción, animales como estos podrían volver a la vida en el futuro, con lo cual la llamada De-extinción sería una realidad. Cabe mencionar que desde el año pasado y a través del Grupo Genética, Regeneración y Cáncer, la Universidad de Antioquia es la única institución latinoamericana que hace parte de la alianza de impacto universal en la biodiversidad.
que permite que su extremidad removida vuelva a salir —explica el profesor Delgado—. Esto es importante porque la salamandra colombiana se parece más a los seres humanos que otras especies, biológicamente hablando. Por ejemplo, su desarrollo como organismo es directo, pues nace como una salamandra pequeña y no como larva. Esto significa que para investigar sobre regeneración en humanos, el camino más llano es la salamandra colombiana”. Marcela Arenas, integrante del Grupo que próximamente se graduará como doctora en Biología Regenerativa gracias a su trabajo
con salamandras colombianas, complementa lo expuesto por Delgado, al señalar que el equipo de investigadores ya secuenció los transcriptomas, “que son genes muy importantes al originar las proteínas y moléculas que conforman las células”. Los resultados fueron publicados en el año 2017. Así avanzan los estudios de investigadores de la Universidad en aras de un futuro en que la ciencia dote a los seres humanos de tratamientos más contundentes contra el cáncer o, incluso, un futuro donde pueda materializarse la posibilidad de la regeneración en humanos.
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Por PEDRO LEÓN CORREA OCHOA
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nfrentar enfermedades como el dengue, la malaria o el chikunguña se ha convertido en una cruzada que no da tregua a los investigadores de la Universidad de Antioquia. En esa batalla hay una novedosa ‘arma’, ingeniada por los científicos de la Alma Mater: una pintura que comprende un biocida para control de vectores. El pasado diciembre este desarrollo recibió la patente de invención por parte de la Superintendencia de Industria y Comercio —SIC—, tras dos años de trabajo conjunto del Programa de estudio y control de enfermedades tropicales —Pecet— y la Compañía Global de Pinturas S.A. —Pintuco—. Así, la alianza de investigación y desarrollo conjunto entre Universidad y empresa privada sigue dando frutos. En el Pecet, con 31 años de trayectoria y destacados logros en investigación sobre enfermedades tropicales, surgió la idea de desarrollar una pintura capaz de aniquilar al mosquito Aedes aegypti —vector transmisor del zika, el dengue y el chikunguña—. Los investigadores venían evaluando para la firma CHT Group el uso de uno de sus insecticidas en prendas de vestir. Cuando le propusieron a esa empresa alemana desarrollar una pintura con el mismo componente, estuvo dispuesta a respaldar la investigación y permitir las pruebas con su insecticida, caracterizado por su baja toxicidad en personas y animales. “En nuestro laboratorio empezamos a mezclar el insecticida con pinturas, pero no dábamos —explica Iván Darío Vélez, director del Pecet—. El insecticida se quedaba dentro de la pintura y necesitábamos que la molécula estuviera expuesta en la superficie para que cuando el mosquito se posara, muriera”. Vélez y su equipo de investigadores recurrieron entonces a la Unidad de Investigación de Pintuco, una empresa antioqueña con 70 años de trayectoria comercial e investigativa en el sector de pinturas, que también ha tenido una activa participación en el Comité Universidad Empresa Estado —CUEE.
Foto: archivo Pecet
Periodista león.correa@udea.edu.co
Pruebas en laboratorio de la efectividad de la pintura en mosquitos Aedes aegypti.
Pintura antimosquitos dio nueva patente al Pecet “Tuvimos que diseñar la pintura desde cero, para permitir que el elemento activo del insecticida tuviera el mayor efecto. Además, había que cuidar que no fuera nociva para el ser humano ni para las mascotas y que conservara el color adecuado y el mayor provecho posible como producto”, cuenta Antonio Vasconcellos, director
de investigación y desarrollo de Pintuco. En Pintuco ensayaron una y otra vez para dar con la fórmula adecuada. En los laboratorios del Pecet, mosquitos a bordo, comprobaron una y otra vez su efectividad. “Fue un trabajo muy estratégico entre universidad-empresa, cordial, cola-
Cosecha de patentes Esta patente se suma a otras dos obtenidas por el Pecet en el 2017; una por “Sales de Amonio cuaternario para tratamiento de leishmaniasis cutánea americana”, conjunta con la U. de Caldas; y otra otorgada en Estados Unidos por Anfoliesh, tratamiento tópico para leishmaniasis cutánea, desarrollada con Humax S.A. Entre diciembre y febrero la SIC también concedió patentes a otras investigaciones producidas en la Alma Máter. Se trata del “Sistema de monitoreo de signos vitales vestible con interconexión que incluye dos brazaletes de insuflado en cada brazo”; el “Método para la obtención de superficies micro y nanoestructuradas de implantes de titanio mediante combinación de ataques químicos controlados por inhibidores y anodizado convencional”; un “Dispositivo interfaz para telemonitoreo de signos vitales en transporte de pacientes y método de monitoreo remoto”; y un “Dispositivo inalámbrico de asistencia espacial para prostodoncia, implantes y ortodoncia”. Hasta febrero, la Universidad inventarió 45 patentes concedidas y 63 más en trámite. Para conquistar nuevas patentes, la Unidad de Innovación de la Alma Mater identifica capacidades y resultados de investigación susceptibles de patentar, acompaña a docentes y grupos de investigación, y realiza actividades estratégicas sobre propiedad intelectual, mecanismos de registro y valoración de la tecnología universitaria. De acuerdo con Ana Lucía Pérez, directora de la Unidad de Innovación, más que generar crecimiento económico, la Universidad está al servicio de la sociedad. “No todas las patentes se comercializan —aclara—, porque finalmente lo que le interesa a la Universidad es poner el conocimiento en función del bienestar de la población”.
borativo y muy productivo”, precisa Vélez. Ensayo error, el resultado final es una pintura que puede ser aplicada con brocha o cualquier otro mecanismo sobre las paredes y superficies. El mosquito se posa, la molécula insecticida entra a través de sus patas y lo mata. Enfrentar este tipo de organismos no es un propósito menor, dado su gran impacto en la salud pública y la alta carga que representan las enfermedades que trasmiten para el Sistema de Salud Colombiano. Una investigación publicada en 2015 por la Universidad de los Andes, advirtió que durante el 2010 y el 2012 el dengue le costó al país 771.000 millones de pesos. Tan solo en el 2016 se reportaron en Antioquia 27.916 casos de dengue; 17.900 se registraron en Medellín. La patente abre una puerta prometedora. De acuerdo con Vélez, la pintura no solo podría comercializarse para uso doméstico privado, sino también en espacios con impacto social. “Hay poblaciones que son muy vulnerables porque el mosquito pica en el día. Escuelas, colegios, universidades, empresas o viviendas de interés social, son lugares que podrían estar protegidos con este producto”, dice. Ahora Pintuco explora las mejores alternativas para una futura etapa de fabricación y comercialización, en coherencia con la normatividad vigente en el país para este tipo de productos.
Opinión / Análisis
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Antioquia, clave en las elecciones y el reto de alcanzar la paz Por JHARRY MARTÍNEZ RESTREPO* Integrante de la Plataforma para el seguimiento político en Antioquia
Once municipios de Antioquia están en riesgo extremo por coincidencia de factores indicativos de fraude electoral y violencia. Sigue siendo preocupante que los municipios más golpeados por la guerra y aquellos priorizados por el posconflicto son precisamente los de mayor riesgoo electoral.
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as elecciones de 2018 al Congreso y a la Presidencia son, indudablemente, uno de los eventos más importantes que tendrá el país en el siglo XXI, no solamente por el consecuente cambio presidencial o en las fuerzas políticas en el Congreso de la República, sino también porque será la primera elección sin guerra con las Farc, con un nuevo partido político en disputa, en medio de conversaciones de paz con la segunda guerrilla del país, con la controversia producida por la no aprobación en el Congreso de las circunscripciones especiales transitorias de paz y con la mirada del país y del mundo puesta en estos primeros dirigentes elegidos en un escenario de construcción de paz. En medio de este contexto, Antioquia juega un importante papel. El potencial electoral es el 13% del censo electoral total del país1; el poder político traducido en numerosas curules tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado; el lugar que ocupa en el escenario de paz al ser el departamento con mayor cantidad de víctimas por desplazamiento forzado; la presencia histórica de todos los grupos armados ilegales; el cultivo y tráfico de drogas de uso ilícito; y la férrea oposición al proceso de paz con las Farc por parte del partido Centro Democrático, cuyo principal bastión electoral es este departamento. A este contexto se suman también las cuatro circunscripciones especiales transitorias de paz (C-13 Sur de Bolívar, C-16 Urabá, C-3 Bajo Cauca, C-6 Chocó)2 que tocan el territorio antioqueño o son influenciadas por las dinámicas del departamento; así como las tres zonas veredales transitorias de normalización (en Remedios, Ituango y Dabeiba) y los dos campamentos de normalización (en Anorí y Vigía del Fuerte). Los anteriores son algunos de los elementos que hacen de Antioquia un escenario clave en la próxima disputa electoral de 2018, puesto que indudablemente el tema de la superación de la guerra política y el nuevo contexto de paz serán determinantes. Sin embargo, desde mediados de 2017 y en lo que va de 2018 se ha podido constatar cómo en diferentes territorios las prácticas politiqueras e ilegales en torno a la jornada electoral sobreviven al ambiente de apertura democrática que trae consigo la paz. El mercado electoral de votos parece fortalecerse en el posacuerdo, situación que es sumamente perjudicial al espíritu de participación consignado en este. Según datos de la Misión de Observación Electoral —MOE—, actualmente de los 125 municipios de Antioquia, 35 tienen algún nivel de riesgo electoral. De ellos, 11 están en riesgo extremo por coincidencia de factores indicativos de fraude electoral y violencia3. Sigue siendo preocupante que los municipios más golpeados por la guerra y aquellos priorizados en el posconflicto, son precisamente los de mayor riesgo electoral. Igualmente, para el caso del Valle de Aburrá, Bello sigue presentando riego alto, lo que mantiene a este municipio como el de mayor afectación a la trasparencia electoral en esta subregión. De allí que sea urgente implementar por lo menos cinco acciones que podrían aportar de manera inmediata a mejorar la calidad de las elecciones de 2018 en el departamento: 1. Identificar los riesgos electorales desagregadamente: como muestran los datos publicados por la MOE4, los riesgos electorales en el departamento no afectan con igual intensidad las diferentes subregiones. Por ejemplo, se sabe que el riesgo electoral por presencia de grupos armados organizados es mayor en algunas subregiones y municipios, lo que obliga a fortalecer la presencia de la fuerza pública y la lucha contra estas bandas. Sin embargo, en subregiones y municipios donde el riesgo es mayor por fraude electoral, se necesita otro tipo de esfuerzos que logren desarticular la maquinaria de fraude que se ha montado. 2. Comprometer autoridades y ciudadanía locales con la superación de los riesgos electorales: es necesario que en los municipios se organicen pactos por la transparencia que vinculen a campañas, autoridades y ciudadanía, para así romper con uno de los elementos que más favorece el fraude electoral: la impunidad local. 3. Revisar la Divipol5: la implementación del acuerdo de paz pasa, entre otros, por ajustar la Divipol al nuevo escenario electoral en ausencia de la guerrilla de las Farc y promover una amplia cedulación que permita participar a más ciudadanos en las jornadas electorales. Este es un aspecto crucial para derrotar las empresas electorales, que permitirá reconocer de manera directa sus zonas de influencia. 4. Encaminar esfuerzos en detectar y acabar con las maquinarias a favor del mercadeo electoral: este es uno de los aspectos que más necesita un trabajo articulado Estado - sociedad. Esa labor no se agota en los alistamientos previos a las elecciones, sino que necesita también una política pública más clara para lograr romper el vínculo entre cacicazgos locales que captan votos y las campañas que tranzan con estos. 5. Fortalecer la pedagogía electoral como clave en la superación del delito: por lo general, durante los meses previos a elecciones en Colombia, vemos algunas campañas de pedagogía electoral desde el Gobierno Nacional y algunas ONG. Sin embargo, en Antioquia urge un compromiso por la democracia que pase por informar y capacitar a los ciudadanos en su rol como electores para así ahogar las empresas electorales desde su base misma, este compromiso tendrá que ser superior a cualquier interés político y electoral tanto de los mandatarios de turno como de los diferentes partidos; es decir, que la sociedad antioqueña deberá cualificarse electoralmente de tal manera que se aprecie significativamente el voto programático. * Sociólogo - Corporación Conciudadanía 1. Tomado de: https://www.registraduria.gov.co/-Censo-Electoral,3661-.html. 2. Aplazadas en su aprobación en la anterior legislación. 3. Anzá, Briceño, Cáceres, Ituango, Murindó, Remedios, San Andrés de Cuerquia, Segovia, Tarazá, Turbo y Valdivia. 4. https://moe.org.co/wpcontent/uploads/2018/02/Mapas_y_Factores_de_Riesgo_Electoral_MOE_Elecciones_en_Colombia_2018.pdf. 5. La Divipol es la división política utilizada institucionalmente para la asignación de puestos y mesas de votación en las diferentes jornadas electorales.
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Bronca descabellada Por JUDITH NIETO Profesora de la Facultad de Medicina Judith.nieto@udea.edu.co.
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a inseguridad que se vive en las ciudades del mundo quizá ahora está permeando nuevos espacios, como los escolares, donde se creía que los estudiantes estaban seguros y tranquilos. Sin embargo, los hechos ocurridos el miércoles 31 de enero de 2018 a las afueras del Colegio Inem José Félix de Restrepo, de Medellín, llevan a pensar que definitivamente el campo escolar es proclive a la intranquilidad, al peligro y a convertir en víctimas a sus propios usuarios. Las agresiones en vía pública que involucraron a cuatro menores (tres de ellas estudiantes del colegio), dos agresoras y dos agredidas, generaron la indignación en la ciudadanía en general, gracias a que en su momento las imágenes fueron difundidas a través de medios oficiales y redes sociales. Estas últimas se volcaron morbosamente a lo expuesto en los videos conseguidos por quienes presenciaron la gresca al terminar la tarde de la jornada estudiantil. No es propósito de estas líneas volver a las escenas y a los sucesos ya conocidos. Tampoco interesa saber qué fue lo que llevó a las indignadas agresoras a proceder violentamente contra dos de sus compañeras. Esa labor de averiguación es competencia de la institución educativa mencionada y, por supuesto, de la autoridad
Todo ocurre en torno a ella Canetti policial. Lo que llama la atención es cómo entender la procedencia del lenguaje usado por las estudiantes, expresado en cortar bruscamente el cabello de una de las víctimas, para someterla a la violencia y la humillación pública. Históricamente, los asuntos con el cabello femenino han sido objeto de pendencias y arrebatos. Por ejemplo, el afán de cortarlo o incluso raparlo han sido formas de castigo o protección, pues una larga cabellera generalmente presagiaba peligro y ocasionaba miedo. Ya la mitología romana, en uno de sus bellos relatos, narra que a las vírgenes vestales les cortaban el cabello cuando se iban a casar y nunca más lo dejaban crecer, pues, según el mito, las mujeres de cabello corto no podían hacer hechizos mágicos ni mucho menos vengarse de la severidad de su implacable rey Tarquino —posible autor de tan “prudente” reglamentación, como se lee en La diosa blanca—. Así, se entiende que el despojo del cabello combate el miedo a perder el poder, a ser traicionado, a la venganza, a ser objeto de un hechizo mágico, a ser despojado de privilegios. Aunque para el caso de Medellín, la presencia de lo mitológico no pudo haber sido el motivo del “desencuentro” propiciado por las dos muchachas agresoras, pareciera que esa tarde hubiesen sido asistidas por quién sabe qué Erinia, quien las
llevó a retener a su víctima inicial; a deslizar el filo de una navaja, tras el que cayeron al suelo varios de los cadejos de cabello; a someter a su indefensa víctima, y luego, a tomar la punta obstinada de un arma y hundirla en el cuerpo de otra joven, quien quiso defender a la amiga impotente, ante la fuerza de unas violentas mujeres y de un objeto filudo manipulado por quien obediente seguía el mandato de la ira y la venganza. La noticia y sus efectos me llevaron a evocar el maravilloso mundo romano y sus alcances míticos para explicar lo pavoroso que nos asiste a los hombres, y hasta lo asombroso que reside en la corporalidad humana, como el cabello que, extendido, resbala por la espalda de una mujer. Para el caso de la leyenda, el temor generado por las vestales que llegaban al matrimonio con cabello largo; y en el caso de las estudiantes del Inem, la inseguridad cotidiana. Finalmente, surgen más preguntas que respuestas para intentar saber, por un lado, ¿qué miedo las condujo a esa bronca descabellada?, y, por otro, ¿qué hacer ahora cuando la mano agresora ha quedado desarmada y las heridas abiertas? Coda: preocupantes estos tiempos, cuando en el mundo, en lugar de la moderación, crecen el odio y la insidia.
Buen político o político bueno Por FABIO HUMBERTO GIRALDO JIMÉNEZ iep.fabio@gmail.com
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l príncipe de Maquiavelo describe amoralmente el ejercicio del poder y por eso es la primera piedra de la ciencia política moderna que pretende estudiar la política con objetividad, es decir, con independencia de prejuicios y valoraciones. Como allí también se hace explícita la superioridad de la “razón de Estado” sobre cualquier otra legitimidad, es la primera gran racionalización del Estado moderno y del Estado laico. Pero estas dos versiones son poco reconocidas. En su lugar se impone la idea de que la obra es un manual para lograr el éxito en los tres grandes momentos del poder: la conquista, la consolidación y el sostenimiento; que el éxito se logra usando sin asco los medios mas eficaces; y que por ello no es solamente un manual amoral sino inmoral. Y es esta interpretación la que más ha calado y la que más molestias ha producido, porque desnudar el poder es una grosería para el perfumado recato moralista que envuelve todo en finos paños y es poco dado a alumbrar las catacumbas; porque es mas grosero aún que se pueda usar la moral
como instrumento de poder; y porque atreverse a “mostrar la bestia” sin recriminar su bestialidad sugiere simpatía por ambas. Y efectivamente, aunque en los anales de la historia de la ciencia se reconoce a Maquiavelo como gestor de un importante giro epistemológico, está sembrada en la cultura general la idea de un hombre que, aunque incapaz de dar malos ejemplos, terminó ofreciendo consejos para liberar toda la caterva de íncubos y súcubos. Más alla de la diatriba, lo cierto es que por causa de Maquiavelo ya no será posible evaluar el ejercicio del poder sin el referente maquiavélico y aunque la riposta moralista insulta por inmoral al maquiavelismo en su afán de recuperar el honor y la bondad para la política, la realidad es tozuda. Para ejemplos cito dos muy significativos. Solo tres años después de El príncipe apareció la obra Educación del príncipe cristiano, en la que Erasmo de Rotterdam contrapone al laicismo de Maquiavelo el humanismo religioso con su catecismo para la formación del gobernante bueno, no maquiavélico; sin embargo, sus admoniciones son desmentidas en la práctica por conspicuos príncipes cristianos de la misma época como Francisco I de Francia, Felipe II de España y Enrique VIII de Inglaterra, que terminaron siendo religiosamente maquiavélicos. Por su parte, dos siglos después, aparece Anti-maquiavelo, escrito por Federico II el Grande, rey de Prusia, a instancias e insistencias de Voltaire, cuando el futuro rey aún jugueteaba con la filosofía y estaba sinceramente horrorizado por el deshonor poco aristócrata y por
tanto inmoral del maquiavelismo; pero la letra y el espíritu de la obra fueron desmentidos en la práctica por el mismo autor durante su largo, cruel y maquiavélico despotismo ilustrado, para desilusión y amargura del propio Voltaire, su antiguo mentor. Más allá de los ejemplos, pero con ellos, el desnudo del poder realizado por Maquiavelo, afana el divorcio entre un buen político y un político bueno. La moral y la política dejan de ser simbióticas y se convierten en dicotómicas, sobre todo porque, aun suponiendo que alguien adquiere, consolida y sostiene el poder para fines altruistas, requiere tanto del éxito en esa empresa como quien hace lo mismo con fines egoístas o perversos. Y también porque, sin valoración moral, el poder es un útil y su ejercicio una técnica de la cual se pide eficacia y protección con gafas oscuras. Lo bueno, entonces, se convierte en lo útil y eficaz. Como consecuencia un buen político es el que tiene éxito y no es necesariamente un político bueno (legal, justo, piadoso y solidario como mínima moralia), y viceversa. Y ante la dificultad para disolver esta dicotomía, nos resignamos a alguna dosis de maquiavelismo y nos consuela el refrán “para hacer tortillas hay que quebrar huevos”. Es posible que esta especie de indiferencia moral nos permita desayunar un poco más tranquilos. Pero queda el resto del día. ¿Será posible deshacer el divorcio entre la buena política y la política buena?
Opinión / Análisis
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La modernización de la Universidad, * el Complejo de la Salud y el mar Por JORGE EDUARDO SUÁREZ GÓMEZ** Profesor de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas
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finales de 2017 la comunidad universitaria fue sorprendida con el anuncio de la aprobación de los diseños de un megaproyecto de infraestructura que transformará la estructura física, académica y administrativa de la Universidad de Antioquia y su entorno. Hablamos del llamado Complejo de la Salud. Este proyecto implica el traslado de varias dependencias académicas de su actual ubicación y su reasentamiento en un mismo edificio de altura o en otras sedes como la de Oriente o en la propia Ciudad Universitaria. Las facultades de Odontología, Enfermería y Salud Pública que tienen sus propios edificios (algunos muy antiguos y con fallas estructurales), junto con la Escuela de Microbiología, que está dentro del campus, son algunas de las dependencias que serán instaladas en el “complejo” (¿cada una en un piso?). Para financiar este proyecto el Consejo Superior Universitario acaba de aprobar la gestión de un crédito ante el Banco Interamericano de Desarrollo, BID, por 250 mil millones de pesos. Para solventar tamaña acreencia se ha anunciado la venta de algunos bienes de la Universidad como la Hacienda “El Progreso”, un lote en el barrio Villa Hermosa y hasta se ha considerado la venta de la sede de Robledo, que antiguamente
albergaba el Liceo Antioqueño y hoy es la sede de la Facultad de Ciencias Agrarias y el Instituto de Educación Física. ¡Muchos movimientos! Las principales motivaciones de la obra son facilitar “por fin” la interdisciplinariedad, el “diálogo de saberes, la interculturalidad, la innovación” y paliar el hacinamiento producto del aumento de la cobertura de los últimos años. De acuerdo con lo dicho por el rector Mauricio Alviar en el Foro con los candidatos a la Rectoría organizado por la Asociación de Profesores el pasado 15 de febrero, el Complejo de la Salud es un “mar de oportunidades” para las unidades académicas involucradas. Hasta aquí todo suena a un círculo virtuoso de modernización, de cambio de lo nuevo por lo viejo, de lo averiado por lo funcional, de la especialización por la integración y de lo pequeño por lo grande. Eso es lo que se deriva del brochure que ha entregado la administración en las reuniones de socialización que se ha hecho del proyecto y de lo publicado en el portal. Sin embargo, no todo son virtudes. De la misma forma que se presentan a los posibles clientes los cientos de proyectos urbanísticos que pululan en el Valle de Aburrá y en el de San Nicolás, así se está socializando el Complejo de la Salud: una proyección de torres con un ambiente agradable y natural, llena de gente feliz. Esa forma de presentación para una torre de apartamentos o un centro comercial es lo que se acostumbra en nuestro medio. ¿Será sin embargo la socialización más adecuada para un proyecto que va a transformar radicalmente una de las instituciones más importante de los antioqueños en su historia republicana?
Cada una de las facultades, escuelas e institutos que serán trasladadas, han construido una historia propia en un edificio que administran de forma autónoma, aunque articulados al resto de la Universidad. Ahora tendrán una historia compartida en un solo edificio que dista mucho de ser un campus regido por la autonomía universitaria, principio que ha orientado nuestra Alma Máter los últimos 50 años. Otras unidades que no están en el proyecto como las de la Ciudadela Robledo tendrán también que trasladarse abruptamente, desarticulando los acumulados académicos y administrativos que han consolidado en las últimas décadas. Las pérdidas en estos know how institucionales no se han discutido. Mucho menos se ha hablado de la pérdida de la autonomía por el cambio del campus a la universidad en altura. En lo que se ha socializado del proyecto del Complejo de la Salud, se evidencia que estará integrado a la dinámica urbana del distrito de la innovación. La Universidad se parecerá cada vez más al edificio de Ruta N, al de Extensión o a la SIU y menos a la Ciudad Universitaria. Algunos dirán que la modernización nunca se ha consultado, eso es cierto. La Universidad de Antioquia, sin embargo, pudo haberse modernizado de forma distinta a como lo hacen los complejos habitacionales y los comerciales que arrasan todo a su paso, sin preguntar. Esperemos que la comunidad universitaria de hoy y mañana no naufrague en ese mar de cemento. * Artículo propuesto para la columna ÁGORA, de la Asociación de Profesores de la Universidad de Antioquia. **Secretario de la Asociación de Profesores de la Universidad de Antioquia.
¿Qué hay de la Por RAFAEL RUBIANO MUÑOZ* Profesor de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas rafael.rubiano@udea.edu.co
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propósito de los cien años de la Reforma Universitaria de Córdoba y de los cincuenta años de Mayo de 1968, presentamos a los lectores unas reflexiones acuciantes, que podríamos llamar los laberintos insolubles y las encrucijadas irresueltas de la universidad. En mayo de este año se conmemoran algunos sucesos que impactaron la vida universitaria del mundo, y no obstante su repercusión, al día de hoy, ni se evocan, ni son objeto de conmemoración, menos aún, nutren una forma de pensar diferente nuestro entorno académicoadministrativo, cada vez más engullidos en un mundo cuya unidimensionalidad aplasta la imaginación.
El mayo francés, que celebra cincuenta años de haberse precipitado y la reforma de Córdoba, mucho más atrás, que cumple cien años de haberse extendido en toda Latinoamérica, no fueron eventos casuales, ni circunstanciales, tampoco momentáneos. Uno y otro transgredieron los cimientos de la universidad cristalizada y congelada en ciertas tradiciones anticuadas. Atragantada por la velocidad del tiempo, la vida universitaria corre con premura, bajo referentes que son necesarios replantear. El éxito, el halago, el galardón, los premios, las menciones de reconocimiento son más importantes y se anteponen a cualquier criterio de debate y de discusión. La universidad masificada y de mercado la está carcomiendo el criterio individualista y la egolatría. Competir y seducir con estrategias antiacadémicas y antiintelectuales es la consigna docente del día a día. Las aulas carecen de batallas de ideas y de confrontación de posiciones políticas.
En la canción Hipocresía, Rubén Blades afirma que hoy somos dominados por el oportunismo de los ambidiestros. El cortoplacismo, la inmediatez, el presentismo y una mentalidad de hipódromo campean en las nuevas generaciones de estudiantes. A esta universidad le falta pausa, quietud y lentitud. La madurez científica ha sido sofocada y arrollada por los números y lo cuántico. ¿Qué imágenes estamos transmitiendo y emulando en nuestros estudiantes? El acentuado silenciamiento, la autocensura y neutralidad son los valores supremos. ¿Es el tiempo del mercado que debe regir el tiempo de las universidades? ¿Con qué herramientas pedagógicas y de otro orden, lingüísticas, comunicativas, haremos frente a esta profunda racionalidad temporal de realizaciones momentáneas y de logros fugaces y efímeros? Es más terrible el cambio generacional docente. Un docente atrapado entre lo funcional
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Las responsabilidades del Legislativo * con la paz Por GERMÁN DARÍO VALENCIA AGUDELO Profesor del Instituto de Estudios Políticos german.valencia@udea.edu.co
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l 2018 será un año de elecciones en Colombia. Se elegirá el 11 de marzo, mediante el voto ciudadano, al Congreso (Senado y Cámara); y al presidente de la República el 27 de mayo. Del Congreso se espera una renovación parcial, dada la aparición de nuevos actores y a que algunos parlamentarios no podrán aspirar nuevamente debido a las investigaciones judiciales que se realizan en su contra (El Tiempo, 2017, julio 26). Sobre la Presidencia se tiene la seguridad de que ya no la ocupará Juan Manuel Santos, pues la Constitución Política no permite la reelección consecutiva por tres periodos en Colombia (Arenas y Valencia, 2009). De especial relevancia es la participación, por primera vez, del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (Farc), tanto en las elecciones a la Presidencia como al Congreso. Este nuevo actor político legal nació como partido el 31 de octubre de 2017, luego de culminar el proceso de desarme y desmovilización de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia–Ejército Popular (Farc–EP), y del otorgamiento por parte del Consejo Nacional Electoral de su personería jurídica. La novedad se funda en que las Farc fueron, hasta agosto de 2017, la organización insurgente más antigua del hemisferio occidental y durante cinco décadas mantuvo una lucha armada constante contra el Estado colombiano, cuestionando las instituciones del sistema democrático. Ahora el partido político Farc, legalmente constituido, quiere someterse a las reglas de la democracia, busca el apoyo popular a través del voto y aspira a representar a los ciudadanos en el Ejecutivo como en el Legislativo. El partido Farc tiene una condición especial para el Congreso. El Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y durade-
ra o Acuerdo del Teatro Colón, firmado en Bogotá el 24 de noviembre de 2016, otorgó a esta organización política diez curules: cinco en el Senado y cinco en la Cámara de Representantes. Número que, incluso, puede ser mayor si la cantidad de votos que reciba como partido en las elecciones sea superior al que se requiere para los diez cupos. De allí que se piense que las votaciones de marzo servirán para medir el grado de aceptabilidad y apoyo que tiene este nuevo actor político entre los colombianos. En todo caso, a partir del 20 de julio de 2018 y hasta 2026, el Congreso contará de manera permanente con mínimo diez miembros del partido político Farc. En este recinto se espera que los representantes de este nuevo partido presenten y defiendan muchas de las leyes que se requieren para la implementación del Acuerdo; responsabilidad que compartirá con el Gobierno Nacional, pues este es el responsable directo de elaborar y proponer las normas para la implementación del Acuerdo. También se espera que los miembros del partido Farc en el parlamento hagan seguimiento a los avances legislativos y que sea guardián en el Congreso de los diseños institucionales necesarios para el posconflicto. El balance al finalizar 2017, y luego de un año de vigencia del procedimiento legislativo especial, fast track, es que los avances legislativos en el Congreso fueron escasos. Se aprobaron cuatro leyes y siete actos legislativos, con los que se lograron adelantos en temas necesarios para la paz, como el indulto, la amnistía, la justicia especial para la paz y la oposición política; pero quedaron por gestionar la mayoría de las reformas necesarias para dar cumplimiento al Acuerdo. Quedaron sin trabajar añejos y fundamentales temas como la tenencia y distribución de la tierra, los programas para la solución integral al problema de drogas ilícitas y la atención prioritaria a las víctimas del conflicto. En conclusión, a partir de julio de 2018 el nuevo Congreso tendrá dos grandes responsabilidades: la primera, como se viene advirtiendo, es asumir el compromiso de concluir o avanzar lo máximo en crear la estructura institucional para el posconflicto.
El Congreso debe continuar siendo el arquitecto constitucional para dar cumplimiento a lo acordado con las Farc; debe realizar todos aquellos cambios que se requiere para atender una sociedad en transición. Del cumplimiento de esta primera labor dependerá, en buena parte, el desarrollo económico, político y social presente y futuro del país. La segunda es acoger con responsabilidad a los nuevos miembros del partido Farc. El Congreso, como máximo recinto de deliberación del país, debe servir de ejemplo para continuar con los cambios en la cultura política nacional. El nuevo Congreso tendrá la oportunidad este año para darle la bienvenida a los excombatientes a la vida civil, escuchando con atención y debatiendo con altura las propuestas de este nuevo partido. El Congreso debe dar ejemplo al país en la manera como la sociedad, en su conjunto, debe avanzar y alcanzar la reconciliación y la resolución no armada de las diferencias. En definitiva, el nuevo Congreso debe este año dar un salto cualitativo hacia la construcción de la paz en el país. Reconozcamos que Colombia ha sido históricamente un país polarizado, con grandes antagonismos, que aún continúan gestándose. Muchos de estos conflictos se han resuelto a través de las armas y la violencia. Pero el hecho de tener hoy a las Farc desmovilizadas y participando en la contienda electoral hace pensar que es posible otro camino para resolver las diferencias. El nuevo Congreso debe aprovechar el momento histórico para realizar cambios institucionales que permitan que la mayoría de la sociedad se caracterice por la cooperación y la convivencia pacífica.
*Versión de la editorial de la revista Estudios Políticos, 52, Instituto de Estudios Políticos, Universidad de Antioquia. Referencias bibliográficas 1. Arenas Gómez, Juan Carlos y Valencia Agudelo, Germán Darío. (2009). Reelecciones presidenciales en América Latina: Un caso de crisis institucional. Debates, 54, pp. 2–7. 2. El Tiempo. (2017, julio 26). ¿Por qué investigan a estos congresistas por caso Odebrecht? Recuperado de http://www. eltiempo.com/politica/por–que–investigan–a–estos–congresistas–por–caso–odebrecht–113032
universidad hoy? del trabajo y sus expectativas u horizontes de vida que riñe con la esencia de la Alma Máter. Está el del periodo de prueba, el asociado, el titular, el de cátedra y el que está a punto de jubilarse. Cada uno por su camino y con una añoranza diferente por las situaciones laborales y sus proyectos de vida. ¿Dónde queda la vocación en esta universidad de paralelismos? Ni hablar de los sobresueldos y del típico profesor que tiene un sueldo en la universidad y en otros sitios. Y en esas otras partes contradice la vena nutricia de la vocación docente. Entre sueldo y ética no hay modo de conciliación. En fin, este año se conmemoran otros eventos, que pasarán inadvertidos, cuando no serán premeditadamente olvidados. Estamos en la era de la paz y el posconflicto, por tanto hay que rendirse a un nuevo clima social e institucional. Se cumplen los ciento veinte años del Affaire Dreyfus, que condujo a Emile Zola a publicar una carta que llevó por título: Yo acuso: la verdad está en marcha. En medio del racismo y el nacionalismo,
del patriotismo y el fanatismo (no solamente religioso) obtuvo carta de ciudadanía el intelectual moderno como “conciencia vigilante de la sociedad”. También se debe rememorar los cien años de la Reforma de Córdoba en Argentina. Pero nos ha ganado no obstante lo anterior, la mudez, el cinismo y el silencio, cuando no la apatía y la indiferencia. Karl Marx en 1851 escribió que “la tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos”. Este año se cumplen doscientos años del nacimiento de Marx, a quien su madre, como recuerda la biografía de Francis Wheen titulada “Karl Marx”, le habría escrito “habría preferido que reunieras un capital en vez de escribir sobre él”. Pero entre nosotros ese peso es inexistente y son más los muertos insepultos en la universidad. Ahora, este año afrontamos otra encrucijada y un laberinto más, la elección rectoral. En el prefacio del Manifiesto estudiantil de Córdoba
(1918) se esculpió lo siguiente: “Hombres de una república libre, acabamos de romper la última cadena que, en pleno siglo XX, nos ataba a la antigua dominación monárquica y monástica […] si no existe una vinculación espiritual entre el que enseña y el que aprende, toda enseñanza es hostil y de consiguiente infecunda. Toda la educación es una larga obra de amor a los que aprenden”. Cien años después rehacemos las cadenas e infestamos de modo infecundo el espíritu de la educación.
Corrección En la edición anterior del periódico ALMA MÁTER, N° 672 de febrero de 2018, el artículo “A 100 años del Manifiesto de Córdoba. Los retos de la III Conferencia regional de educación superior 2018”, publicado en la página 2, es autoría de la periodista Luz Marina Restrepo Uribe y no del profesor Rafael Rubiano Muñoz, como erróneamente se le atribuyó.
Opinión / Análisis
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Presencia del egresado*
Las universidades frente a los retos de la economía colombiana Por LUIS ALBERTO ZULETA JARAMILLO**
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l acceso de Colombia a la Organización para la cooperación y el desarrollo económico —Ocde—, como organización que propicia las buenas prácticas relativas a políticas públicas de los países de mayor desarrollo del mundo, contribuirá a mejorar estas políticas en Colombia y planteará una serie de retos que garanticen la sostenibilidad del crecimiento en el largo plazo. El país ha avanzado en la mejora de sus políticas macroeconómicas, paulatinamente con la reducción del empleo informal, el sostenimiento de cifras de empleo aún en condiciones de desaceleración de la economía, en ajustar los niveles de inflación a pesar de coyunturas desfavorables a través de las políticas del Banco de la República y hasta el momento ha logrado mantener la calificación de la deuda en grado de inversión, pese a tener un déficit en cuenta corriente de alrededor del 3.5%. La coyuntura de 2014 - 2017 posterior a una bonanza petrolera prolongada, además de exigir un ajuste severo en las finanzas públicas a través de una reforma tributaria que incrementó el IVA al 19%, exigirá una conducta austera en el gasto si se siguen los derroteros de la Comisión del Gasto que entregó su informe recientemente. Tratándose en este caso de un artículo de una universidad, es fundamental resaltar el papel
que deben cumplir los principales actores en el cometido de asegurar un crecimiento de largo plazo: Estado, sector privado, medio académico y sociedad civil. Existe un amplio consenso internacional en el papel crucial que cumplen la educación, la infraestructura física, la investigación, el desarrollo tecnológico y el acceso al crédito, para que las empresas puedan tener condiciones de competitividad de largo plazo y a la vez diversificar la oferta productiva. Si bien el Estado diseña políticas orientadas a la provisión de los bienes públicos que el mercado no produce espontáneamente y el sector privado toma decisiones para producción doméstica y exportable, de acuerdo con las señales del mercado y las condiciones favorables del desarrollo de su actividad, las universidades tienen un importante papel en este proceso de remoción de obstáculos que contribuya a un mayor crecimiento de largo plazo. En esta dirección pueden señalarse algunos aspectos de participación dinámica de las universidades, tal como ocurre en otros países. Ciertamente, la producción de conocimiento y el desarrollo de técnicas que se basen en las ciencias puras ha sido un papel tradicional de las universidades. Sin embargo, es crucial que su papel
abarque temas relativos a la adaptación tecnológica, a la producción de nuevas técnicas y al acompañamiento de procesos de innovación para nuevos emprendimientos. Otro de los obstáculos ancestrales en el caso colombiano consiste en dotar a los territorios (municipios y departamentos) de la capacidad de formular, diseñar y evaluar nuevos proyectos productivos del sector privado y los proyectos específicos del sector público, de manera que los recursos se utilicen con criterios de eficiencia y productividad. Lo anterior también puede predicarse de la gestión de recursos financieros de municipios y pequeñas empresas. La formación y apoyo en el desarrollo de estos procesos es de suma importancia. Un sector de enorme potencial en esta coyuntura que requiere plasmar con urgencia las ideas anteriores es el sector agrícola y rural, al cual se vertirán recursos de los proyectos de paz y sobre el cual también las universidades pueden prestar un importante soporte. *Columna promovida por el Programa de Egresados de la Universidad de Antioquia. **Egresado de Economía. En la actualidad es invertigador asociado de Fedesarrollo.
Egresado de la Universidad de Antioquia: actualice sus datos para recibir información de la Alma Máter. Envíe a programaegresados@udea.edu.co su nombre completo, cédula, correo, celular y teléfono fijo. O comuníquelos al teléfono (57-4) 2198995.
Un exrector universitario
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Por CARLOS ARTURO SOTO LOMBANA Profesor y exdecano de la Facultad de Educación carlos.soto@udea.edu.co
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a manera en que se ha definido la participación de los exrectores en el gobierno universitario, los ha llevado a extender su influencia sobre la UdeA más allá de su período de gobierno, lo que con el tiempo lleva a actuaciones que se escapan de la esfera universitaria La Ley 30 de 1992 contempló la participación de exrectores en los consejos directivos de las universidades públicas; al respecto en el artículo 64, literal d, la Ley definió que también hacen parte del gobierno universitario los siguientes integrantes: “Un representante de las directivas académicas, uno de los docentes, uno de los egresados, uno de los estudiantes, uno del sector productivo y un exrector universitario” (Subrayado por fuera del texto). Todos los estatutos generales de las universidades públicas (también denominados estatutos orgánicos) tienen en común la composición de sus respectivos consejos directivos; las diferencias, aunque sutiles, marcan la forma del gobierno universitario. En el caso del representante de los exrectores, las instituciones en el marco de su autonomía uni-
versitaria definen los procedimientos de su elección y el universo poblacional que cabe bajo esta designación. Mayoritariamente las universidades públicas han definido que cuando se habla de exrectores en sus estatutos generales se hace referencia a quienes han ostentado este cargo en propiedad en el pasado en la respectiva institución; por ejemplo, en el Estatuto General de la Universidad de Antioquia (Acuerdo Superior 1 de 1994) se contempla que quien ejerza la representación de los exrectores debe ser: “Un exrector de la Institución que haya desempeñado el cargo en propiedad, elegido por los exrectores de la Universidad de Antioquia que cumplan la misma condición, para un período de dos años”; mientras en la Universidad del Valle (Acuerdo 004 de 1996), el “Consejo Académico presentará al Consejo Superior las nominaciones de los exrectores candidatos para que éste realice la designación, para un período de dos años.” No todas las universidades públicas han optado por cerrar la población de personas merecedoras de ocupar la representación de los exrectores; por ejemplo, la Universidad Pedagógica Nacional (Acuerdo 035 de 2005) abre la posibilidad para que sea: “Un exrector de universidad pública con reconocimiento académico científico en el ámbito educativo”; es decir, cualquier ciudadano que demuestre que ha ejercido la rectoría en una universidad oficial colombiana puede ser postulado y designado para ejercer esta representación en el Consejo Superior de la Universidad Pedagógica Nacional.
La Ley 30 de 1992 al decir que los Consejos Directivos deben asegurar la participación de “un exrector universitario”, dejó abierta la puerta para que las universidades, en ejercicio de su autonomía, definieran la población (quiénes pueden participar) y la forma de selección (nominación o designación). En el caso concreto de la Universidad de Antioquia, la interpretación asumida por el Consejo Superior Universitario en el año de 1994, cerró la población a los exrectores que en el pasado tuvieron este cargo en propiedad en la Institución; por todos es conocido que los ex rectores de la UdeA no conforman un bloque homogéneo ni comparten los mismos intereses en el plano universitario y político, aspectos estos que son una fortaleza; no obstante, la manera en que se ha definido la participación en el gobierno universitario de los exrectores, los ha llevado a extender su influencia sobre la UdeA más allá de su período de gobierno, lo que con el tiempo ha llevado a actuaciones que se escapan de la esfera universitaria. Es hora de que los exrectores y el propio Consejo Superior Universitario de la Universidad de Antioquia analicen si la conceptualización de quien es “exrector” y “la forma de elección o postulación” le han realizado aportes a la Institución o por el contrario se amerita proponer un cambio que amplíe el abanico de participantes y ubique la nominación o designación en otras instancias de la Universidad o la sociedad. *Columna publicada en EL MUNDO, el 6 de febrero de 2018
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Foto: Flickr
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Esclarecer la verdad, clave para la no repetición Por LUZ MARINA RESTREPO U. Periodista luz.restrepou@udea.edu.co
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El dolor de más de ocho millones de víctimas entre muertos y sobrevivientes, de los cuales dos millones son niños, se nos vino encima. Ya no podemos esquivarlo después de los datos del grupo de Memoria Histórica: 1.982 masacres documentadas, de las cuales 1.166 son de paramilitares, 343 de la guerrilla y 158 de las fuerzas del Estado”, con estas palabras el padre Francisco de Roux en su libro La audacia de la paz imperfecta publicado en enero, hace una síntesis de lo que ha dejado la violencia en el país. El jesuita plantea también la necesidad de “encarar la atroz realidad si todavía hay lugar a la vergüenza”, una de las tareas que él tiene como director de la Comisión para el esclarecimiento de la verdad —CEV—, es decir, llegar al fondo de lo que pasó en el país en estas cinco décadas de guerra, una realidad que aunque dolorosa es necesario afrontar para que el terror no se repita, para que se garantice el ‘nunca más’ a las violaciones a los derechos humanos y a las infracciones al Derecho Internacional Humanitario. La Comisión para el esclarecimiento de la verdad, la convivencia y la no repetición, está conformada por 11 personas —un sacerdote, académicos, periodistas y víctimas—, quienes tendrán el compromiso de contribuir al esclarecimiento de lo ocurrido, promover el reconocimiento de las víctimas y propiciar la convivencia en los territorios, en la búsqueda de la terminación del conflicto armado y la construcción de una paz estable y duradera. La CEV es un organismo temporal de carácter extrajudicial, creada mediante el Decreto 588 del 5 de abril de 2017, que hace parte del Sistema inte-
gral de verdad, justicia, reparación y no repetición, el cual se enmarca en el compromiso del Gobierno Nacional y las Farc-Ep de poner a las víctimas en el centro del acuerdo en respuesta a sus testimonios, propuestas y expectativas. Así mismo, el Sistema está compuesto por mecanismos judiciales y extrajudiciales, y tiene entre sus mecanismos y medidas la Unidad para la búsqueda de personas desaparecidas en razón del conflicto armado, la Jurisdicción Especial para la Paz, las medidas de reparación integral para la construcción de la paz y las garantías de no repetición. Para uno de los 11 comisionados, el médico salubrista Saúl Franco, egresado de la Universidad de Antioquia, “se trata de entender las causas de la violencia y mirar hacia adelante, buscando que ese horror no se repita. En este sentido, la prioridad para la Comisión es develar lo que ha pasado para poder entender lo sucedido, sacar a la luz lo más oscuro de la guerra, reconocerle a las víctimas su dignidad como seres humanos y que las instituciones, incluido el Estado, reconozcan a su vez su responsabilidad en los hechos violentos, para que las víctimas puedan acceder a la justicia y a la reparación”. Así lo advirtió Franco en su conferencia “Momentos y perspectivas de la Comisión de la verdad”, en la cátedra pública Héctor Abad Gómez que se cumplió en diciembre de 2017. Max Yuri Gil, investigador social, considera que “la Comisión de la Verdad tiene el gran reto de producir un informe de esclarecimiento de la verdad histórica del conflicto armado, para lo cual requerirá combinar diferentes enfoques de investigación social en los que, mediante la contrastación de fuentes, pueda establecer dinámicas estructurales que den cuenta de las causas del conflicto armado, los objetos e intereses en disputa, la configuración de los actores armados y sus relaciones con distintos sectores económicos, políticos y sociales, las modalidades de violencia y victimización, los patrones culturales que permitieron la prolongación de la
confrontación armada y los impactos colectivos diferenciados por poblaciones y territorios sobre la población colombiana”. Franco y Gil coinciden en que la CEV tiene un reto muy importante y es abordar la amplia producción investigativa existente en el país acerca de las violencias en los últimos cincuenta años, para identificar los vacíos en la construcción de la verdad, que permitan identificar las responsabilidades colectivas que han estado presentes en el desarrollo del conflicto interno. Para ello será necesario que la CEV promueva una amplia participación de la sociedad con una preponderante presencia de las víctimas. En este sentido —explica Max Yuri—, el rol de la academia es tanto de apoyo y respaldo conceptual y metodológico, como de contribución al trabajo de legitimación de la CEV, mediante la suscripción de acuerdos para el intercambio de información y el fortalecimiento de su labor de producción y difusión. Promover el reconocimiento de las víctimas y su dignificación, así como la convivencia en los territorios, son objetivos particularmente difíciles en estos momentos, dada la polarización que vive el país. Según Max Yuri Gil, a esto se suman los ataques que ha sufrido tanto el Acuerdo de Paz como lo pactado en cuanto a las víctimas, y especialmente la conformación de la Comisión, la cual ha sido atacada y deslegitimada por sectores enemigos del Acuerdo. Por eso, la CEV debe adelantar una fuerte labor de comunicación pública, transparencia en su accionar, y rodearse de los más amplios y diversos sectores sociales, no con el fin de generar unanimidad frente a su labor, lo cual será imposible, sino para construir un marco de legitimidad, respaldo y respeto por su labor, construyendo una noción clave: el conocimiento de la verdad es un insumo fundamental y una garantía para que nunca más volvamos a vivir una guerra como la que hemos padecido.
Publicaciones y literatura
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El arte: un paraje de decisión A propósito de Heidegger*
Por BEATRIZ BERNAL RIVERA
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ensar el arte como “un paraje de decisión” en el pensamiento de Martín Heidegger no significa interpretarlo en un sentido totalizante, como si se tratase de “el” único paraje, sino considerarlo en el sentido de “un” paraje destacado o eminente junto a esos pocos modos, concebidos por él, de acaecer una verdad, ni atemporal ni supratemporal sino histórica: el preguntar del pensar, la acción fundadora de un Estado, la confrontación con el ente supremo, o bien, la ofrenda sacrificial. El arte: un paraje de decisión. A propósito de Heidegger ofrece una reflexión sobre la relación entre arte y decisionalidad histórica en el filósofo alemán, con algunos pasajes que van acompañados de aproximaciones del filósofo a la obra de tres artistas plásticos: Paul Cézanne, Paul Klee y Eduardo Chillida.
Heidegger-Chillida: arte y espacio Heidegger y Chillida tienen en común su arraigo a la lengua, el alemán antiguo para Heidegger, el euskara, dialecto nativo, para el escultor vasco; dicho arraigo se traduce en un intento por explorar las raíces del pueblo donde tuvieron su origen. En efecto, Heidegger intentaba hacer una experiencia a partir de la escucha de aquello que resuena en el lenguaje con la palabra “espacio” (Raum). Él encuentra que en dicha palabra habla el espaciar que tiene el sentido de liberar lo selvático o limpiar de obstáculos una tierra baldía. Y es en este aguzar la escucha de la propia lengua donde descubre el sentido del espaciar como libre donación de lugares y generación de una localidad (Ortschaft) para el habitar humano. Cuando Heidegger le confiere al espaciar el carácter de acaecer (Geschehen) significa que no solo le atribuye la posibilidad de liberar lugares, sino
también de donar tiempo, pues se trata de un acaecimiento histórico capaz de conducir a lo abierto, a la mutua pertenencia de las cosas, y al habitar del hombre en la cercanía de ellas. Este acontecer del espaciar es tempo-espacial, libera lugares en el tiempo, sea el tiempo de la presencia del dios o de su ausencia, o el tiempo en el que aún no adviene el dios. En este punto, el filósofo y el escultor parecen coincidir: El espacio es un hermano gemelo del tiempo. Son dos conceptos absolutamente paralelos y similares. Y como yo estoy muy condicionado por el espacio, he estado siempre muy interesado por el tiempo.1 En una conferencia pronunciada años atrás, en la misma galería Erker de St. Gallen, y que lleva por título “Observaciones relativas al arte-la plástica-el espacio” (1964), Heidegger había formulado la misma pregunta por el espacio en cuanto espacio, a lo que responde: el espacio espacía (der Raum räumt), esto es, concede un ámbito libre, dispone lo abierto para generar lugares, regiones y caminos. Según Heidegger, esta libertad propiciada por el espaciar otorga las relaciones de cercanía y lejanía, libera los nuevos parajes o regiones, y determina los límites y las distancias. No obstante, advierte cómo el espacio para espaciar en tanto espacio requiere del hombre: Pero, también, el espacio espacía como espacio únicamente en la medida en que el hombre le deja espacio, en que concede que haya este donante de lo libre y se deja introducir en este, en la medida que se implanta a sí mismo y a las cosas en aquel, custodiando así al espacio en cuanto espacio.2 El espacio necesita del hombre, pues este le concede al espacio el
carácter de espaciante y la posibilidad de donar este ámbito libre en el que las cosas se relacionan mutuamente; al mismo tiempo, el hombre al habitar corporalmente ingresa en el espacio abierto en donde se relaciona con sus semejantes y con las cosas. Pero ¿cómo pensar el espaciar del espacio en relación con el arte y, en concreto, con la plástica? Si en El origen de la obra de arte Heidegger piensa el arte como ese ponerse-en obra la verdad, en El arte y el espacio concibe la plástica al modo de un corporeizar la verdad del Ser, esto es, en la obra escultórica la verdad toma forma corpórea, y este cuerpo recién creado que constituye una escultura es en sí mismo un lugar. En esto consiste la singularidad de la escultura: en ese ponerse de la verdad del Ser en un cuerpo que al mismo tiempo es un lugar. En la plástica, el ponerse (Setzen) de la verdad en la obra se resuelve como un corporeizar (Verkörperung). No obstante, el vínculo arte y espacio, indica Heidegger, debe ser pensado a partir del nexo entre lugar (Ort) y región (Gegend). Si para Heidegger la plástica corporeiza lugares, esto significa que para él el lugar no hace parte de un espacio que le preceda, sino que es la obra plástica la que al tomar un cuerpo instaura el lugar, sin ella no habría lugar, solo a partir de esta forma corpórea adviene algo semejante a un lugar. Así, la creación de una obra plástica recién inaugura un lugar, permitiendo la apertura de
las regiones o espacios dispuestos para el habitar humano, cuyo rasgo fundamental es el transcurrir en la cercanía con las cosas. Al igual que en las conferencias “La cosa” (1949) y “Construir, habitar, pensar” (1951), Heidegger le concede al lugar inaugurado por la obra plástica la propiedad de coligar las cosas: El lugar abre en cada caso una región, en cuanto que coliga (versammelt) a las cosas, dentro de ella en la coopertenencia. En el lugar juega el coligar (Versammeln), en el sentido de albergar que deja libres a las cosas en su región.3 Aunque en este breve libro, El arte y el espacio, no hay una mención directa a la Cuaternidad, este coligar del lugar con respecto a las cosas en la libre amplitud de la región alude tácitamente al habitar del hombre en el mundo, comprendido como la unidad de los cuatro: cielo, tierra, mortales y divinos. Para Heidegger, la obra plástica no ocupa un lugar, sino que ella misma es el lugar, que no solo dispone de lo abierto donde sobreviene la cercanía de las cosas, sino que, a la vez, hace posible la reunión y pertenencia de esas mismas cosas en la región liberada; de este modo, la localidad (Ortschaft) mantiene una íntima relación con el espaciar que abre parajes, regiones y caminos para la residencia de los hombres en medio de las cosas. *Este texto hace parte del capítulo 6, “La plástica y la Cuaternidad”, del libro El arte: un paraje de decisión. A propósito de Heidegger (pp. 187-189), publicado por la Editorial Universidad de Antioquia®. 1. Eduardo Chillida, Escritos, Madrid, La Fábrica Editorial, 2005, p. 53. 2. Martin Heidegger, Observaciones relativas al arte-la plástica-el espacio. El arte y el espacio, Navarra, Universidad Pública de Navarra, 2003, p. 87. 3. Ibid., p. 129. En estas dos citas se ha modificado la traducción de Versammeln, que aquí se traduce por congregar, con la palabra “coligar”; y la palabra alemana Gegend, que significa comarca, se ha sustituido por “región”.
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Edición 42, revista Estudios de Literatura Colombiana
Ya está en circulación el número 42 de la revista Estudios de Literatura Colombiana, clasificada en la categoría B de Publindex, e incluida también en Scopus, entre otros índices de publicaciones académicas. Bajo la dirección del profesor Andrés Vergara, esta revista de la Facultad de Comunicaciones hace una importante contribución a los estudios de las literaturas de Colombia con artículos académicos producidos por investigadores del país y del exterior. En este volumen aparece un variado menú, con indgaciones sobre poetas Como José Asunción Silva, José Eusebio Caro y Gregorio Gutiérrez, Carlos Obregón y Marta Quiñónez, y sobre narradores como Ana María Jaramillo, Ivar Da Coll, Manuel Zapata Olivella y Gabriel García Márquez, cuya Cándida Eréndira es revisada en un ejercicio comparativo con Ce que je sais de Vera Candida, de Veronique Ovalde. Finalmente, también se nos ofrece una visita a la obra de Juan Gabriel Vásquez. Junto a los artículos académicos, aparecen las sesiones complementarias de la revista: una conferencia del profesor Augusto Escobar Mesa, que nos presenta una reflexión crítica en torno a la historia de Colombia a partir de los registros dejados por la literatura, y una entrevista con el escritor Fernando Cruz Kronfly. Y el volumen lo cierra la sesión de reseñas críticas en torno a obra contemporáneas, para completar así el recorrido a través de un amplio periodo de las letras de Colombia. La versión digital de la revista puede consultarse en https://aprendeenlinea.udea.edu.co/revistas/ index.php/elc
Altamar Altamar es una obra escrita por el poeta, narrador y ensayista Juan Guillermo Sánchez Martínez (Bakatá-Los Andes, Colombia, 1980) quien también ha publicado los libros de poesía Río (2010) y Salvia (2014); el libro de cuentos Diarios de nada (2011); las novelas Balada/Track (2012) y Elevador (2015); la antología Mensaje Indígena de Agua (2014); y el ensayo Memoria e invención en la poesía de Humberto Ak’abal (2011). Actualmente es profesor en la Universidad de Carolina del Norte, Asheville. Con el presente libro ganó el Premio Nacional de Literatura, modalidad Poesía, 2016, concedido por la Universidad de Antioquia. Según el acta del jurado, Altamar «es una obra con varios méritos: el carácter rítmico de los poemas, la confluencia de voces indígenas de diversas lenguas americanas, la voz poética que oscila entre arraigo y desarraigo, los cuadros familiares que enaltecen lo cotidiano, la crítica sutil al menoscabo ambiental generado por el desarrollo y la confluencia entre sencillez y profundidad».
El Laguito, Cartagena mi bisabuelo Carlos era ferroviario había llegado de la costa su hija, mi abuela, se llamaba Marina Altamar, y había aprendido a reír sobre Los Andes mi padre, su hijo, se fue de casa muy joven y desde entonces se dejó crecer el bigote sin darse cuenta que se parecía al abuelo Carlos una mañana hace treinta y cinco años el mar le dijo que yo estaba llegando mi madre embarazada y en bikini lo esperaba risueña sobre la arena eso hace tanto tiempo tanto que hoy ahora que estás solo, padre tendrías que tirarte otra vez de espalda contra las olas los pelícanos más ancianos los que no se han quedado ciegos seguro te reconocerían vamos mañana al amanecer a correr descalzos sobre la playa vamos a comprar pescado fresco en las canoas enséñame de nuevo a limpiar el róbalo estos días serios como escamas mírate en el azul que yo te estoy mirando del que me hablas hoy como si te estuvieras despidiendo no de mí porque no puedes yo te llevo altamar en mis agallas sino de ti mismo y tu bolero olvida los acordes deja que el azul tiemple el horizonte toma tú también la mano de tu padre y desanda conmigo los pasos del origen
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