UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA No. 587
MEDELLÍN, MAYO DE 2010
ISSN 1657-4303
SISTEMA DE COMUNICACIONES http://almamater.udea.edu.co
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El rector Alberto Uribe Correa afirma que la seguridad y el cumplimiento de las labores misionales tienen que ser una acción conjunta donde nadie se sienta extraño
Foto Luis Javier Londoño Balbín
Llamo con vehemencia a las autoridades, a la sociedad y a la comunidad universitaria a defender nuestra Alma Máter que está en peligro
UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA • Nº 587 • Medellín, mayo de 2010
La Universidad no puede ser un espacio donde se cometan delitos
Afirma el decano de la Facultad de Medicina y representante del Consejo Académico ante el Consejo Superior Universitario, Elmer Gaviria Rivera. Páginas 12 y 13
¿La Universidad sin mallas? Página 11
Prevención de Adicciones
Una labor persistente,
1 consistente y planificada
Ningún espacio del campus puede estar vedado para las actividades misionales de la Universidad, las mismas que la sociedad le exige cumplir a cabalidad. Ése es el sentido que la Rectoría le da a la realización de sesiones abiertas del Consejo Académico en el pasillo de la Facultad de Artes colindante con el llamado “aeropuerto”, donde se consumen y expenden sustancias psicoactivas
Comité Editorial
Martiniano Jaime Contreras Luquegi Gil Neira Olga Castaño Martínez Eufrasio Guzmán Mesa Hernán Mira Fernández Alberto González Mascarozf
Departamento de Información y Prensa – Secretaría General Ciudad Universitaria, Calle 67 N° 53-108, Bloque 16 oficina 336, Medellín Teléfonos (4) 2195023 y 2195026 Fax (4) 2331627 E-mail: almamater@arhuaco.udea.edu.co http://almamater.udea.edu.co
Editor: Alberto González Mascarozf (AGM) Jefe Departamento de Información y Prensa Redacción: Luis Javier Londoño Balbín (LJLB), Alberto González M. Diagramación y Coordinador Archivo Fotográfico: Juan Camilo Vélez Rodríguez Fotografía: Luis Javier Londoño B., Archivo ALMA MATER Corrección: Luis Javier Londoño B. Secretaria: María Mercedes Morales Osorio
La actividad periodística gozará de protección para garantizar su libertad e independencia profesional. (Artículo 73. Constitución Política República de Colombia) Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación. Estos son libres y tienen responsabilidad social. Se garantiza el derecho a la rectificación en condiciones de equidad. No habrá censura. (Artículo 20. Constitución Política República de Colombia)
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Panorama
CONSEJO SUPERIOR UNIVERSITARIO Luis Alfredo Ramos Botero Gobernador del Departamento y Presidente de la Corporación • Alberto Uribe Correa Rector • Manuel Santiago Mejía Correa Representante del Presidente de la República • Gabriel Burgos Mantilla Representante de la Ministra de Educación Nacional • Elmer de Jesús Gaviria Rivera Representante del Consejo Académico • Gabriel Agudelo Viana Representante Profesoral • Manuel Antonio Ballesteros Romero Representante de los Egresados • Luis Fernando Arango Arango Representante del Sector Productivo • Luis Javier Arroyave Morales Representante de los ex Rectores • Luquegi Gil Neira Secretario General
CONSEJO ACADÉMICO Alberto Uribe Correa Rector • Jairo Humberto Restrepo Zea Vicerrector de Investigación • Óscar Sierra Rodríguez Vicerrector de Docencia • María Helena Vivas López Vicerrectora de Extensión • Rubén Alberto Agudelo García Vicerrector Administrativo • Francisco Londoño Osorno Decano Facultad de Artes • Sara María Márquez Girón Decana Facultad de Ciencias Agrarias • Mauricio Alviar Ramírez Decano Facultad de Ciencias Económicas • Frank Uribe Álvarez Decano Facultad de Ciencias Exactas y Naturales • Luz Stella Correa Botero Decana Facultad de Ciencias Sociales y Humanas • Edison Neira Palacio Decano Facultad de Comunicaciones • Hernán Darío Vergara Mesa Decano Facultad de Derecho y Ciencias Políticas • Carlos Arturo Sandoval Casilimas Decano Facultad de Educación • María Isabel Lalinde Ángel Decana Facultad de Enfermería • Elkin Libardo Ríos Ortiz Decano Facultad de Ingeniería • Élmer de Jesús Gaviria Rivera Decano Facultad de Medicina • Álvaro Cardona Saldarriaga Decano Facultad Nacional de Salud Pública • Carlos Mario Uribe Soto Decano Facultad de Odontología • Luz Marina Carvajal de Pabón Decana Facultad de Química Farmacéutica • Olga Castaño Martínez Representante Profesoral Consejo Académico • Luquegi Gil Neira Secretario General Invitados Martiniano Jaime Contreras Vicerrector General • Hernando Velásquez Echeverri Director de Posgrado • Jaime Ignacio Montoya Giraldo Director de Planeación • Claudia María Rivera Osorio Directora de Control Interno • Sebastien Longhurst Delorme Director de Relaciones Internacionales • Ana Lucía Sánchez Gómez Directora de Bienestar Universitario • John Jairo Arboleda Céspedes Director Programa de Regionalización • Ángela María Arango Rave Directora Escuela de Microbiología • María Teresa Múnera Torres Directora Escuela Interamericana de Bibliotecología • John Jairo Giraldo Ortiz Director Escuela de Idiomas • Fanny Mejía Franco Directora Escuela de Nutrición y Dietética • Eufrasio Guzmán Mesa Director Instituto de Filosofía • Iván Darío Uribe Pareja Director Instituto de Educación Física y Deporte
UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA El Consejo Superior Universitario, el Consejo Académico y el Comité Rectoral lamentan la muerte del doctor
BENIGNO MANTILLA PINEDA Profesor de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, dependencia académica a la que estuvo vinculado por más cincuenta años. Los organismos de Dirección y Gobierno de la Institución expresan a sus familiares, amigos y compañeros las más sinceras condolencias.
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ALBERTO URIBE CORREA Rector
Los decanos de Ingeniería y Odontología proseguirán en sus cargos por un nuevo periodo de tres años El decano de la Facultad de Ingeniería, Elkin Libardo Ríos Ortiz, y el decano de la Facultad de Odontología, Carlos Mario Uribe Soto, proseguirán en sus cargos por un periodo estatutario de tres años, luego de que el Consejo Superior Universitario, en la sesión ordinaria del martes 27 de abril, avalara sus respectivas propuestas de trabajo. Para el Decanato de la Facultad de Ingeniería el Consejo Superior también consideró la propuesta del aspirante David Stephen Fernández Mc Cann. Lo propio hizo con los aspirantes al Decanato de la Facultad de Odontología, Hugo Hernán Sánchez Fajardo, Clara Eugenia Escobar Guendica y Francisco Levi Duque Serna. Los próximos nombramientos de decanos están previstos, en el presente años, para las siguientes fechas: 29 de junio Facultad de Ciencias Económicas (fecha límite de inscripción de candidatos: 16 de junio); 27 de julio Facultad de Comunicaciones y Facultad de Química Farmacéutica (fecha límite de
Elkin Libardo Ríos Ortiz
Carlos Mario Uribe Soto
inscripción de candidatos: 13 de julio); 26 de octubre Facultad de Artes (fecha límite de inscripción de candidatos: 12 de octubre). De otro lado, la Rectoría nombrará directores para las siguientes Escuelas: 17 de junio Escuela de Microbiología (fecha límite de inscripción de candidatos, 1 de junio) 15 de octubre Escuela de Nutrición y Dietética (fecha límite de inscripción de candidatos, 4 de octubre; 5 de noviembre Escuela de Bibliotecología (fecha límite de inscripción de candidatos, 22 de octubre). Y, para el Instituto Universitario de Educación Física, el 10 de junio (fecha límite de inscripción de candidatos, 25 de mayo).
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XI Premio Nacional de Cultura por Reconocimiento Premio: $18.025.000
XXVII Premio Nacional de Literatura, modalidad Premio: $11.330.000 y la publicación y Dramaturgia difusión de la obra ganadora
XXXIX Premio Salón Nacional de Artes Visuales Premio: $11.330.000
IV Premio Nacional de Estudios en Cultura Premio: $11.330.000 y la publicación y difusión de la obra ganadora
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Opinión
El fin del tropel
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La valoración que he encontrado en muchos universitarios sobre el tropel se resume en la expresión de una funcionaria del bloque administrativo: “Qué bueno que están intentado hacer algo con el tropel, mi sueño es no volverlo a ver y padecer, cómo va a ser que, después de más de 30 años, yo me vaya a ir de la Universidad sin verle el fin al tropel”. Debo afirmar que el fin del tropel es un sueño, un anhelo de muchos universitarios y el fin del tropel es una necesidad de la Universidad de Antioquia y yo diría que muchas otras universidades públicas de nuestro país tienen la necesidad urgente de asistir a una cualificación de la protesta estudiantil. Yo se lo repito a mis alumnos y a quienes tienen que recurrir a las capuchas para proteger su identidad y que participan en los tropeles con la fuerza pública: el tropel al único sistema que pone a temblar es al sistema límbico de los universitarios pues unos pocos se emocionan con esa forma violenta de manifestar presencia y otros tienen que huir para desahogar el miedo. El tropel es una forma muy primaria de protesta y tiene poco alcance político, pobre valor didáctico y sí tiene una responsabilidad en el daño a la universidad. En la búsqueda de un pacto que erradique la violencia muy frecuente muchos egresados me abordan y me dicen: “Profe hay que hacer algo porque me ha ido mal con los empleadores”. La visión que la sociedad tiene de nuestra universidad y de sus egresados está muy lastimada por los actos violentos y casi todos estamos afectados por varias formas de la violencia, tropeles de izquierda, amenazas de ultraderecha, oportunismo delincuencial. Pienso que hay además en muchos universitarios una suerte de actitud negativa que entorpece todo. Para los radicales que defienden el tropel este argumento de las oportunidades de empleo es débil, piensan que quien busca trabajo termina siendo explotado, tienen en su imaginario para el empleado la apariencia de un enemigo de clase y opinan que el fin del tropel es hacer la revolución. Lo que yo le quiero decir a estos jóvenes del tropel es que los cambios que la sociedad colombiana requiere en la tenencia de la tierra, el acceso a la propiedad de los medios de producción y a una política de salud y educación para la vida buena, hay que hacerlos por una vía democrática y pacífica como se están haciendo en varias naciones de nuestro continente.
Eufrasio Guzmán Mesa Miembro de la Asociación de Profesores
La violencia inherente al tropel y a la acción armada no hace más que alimentar el odio de clase. El surgimiento del brutal paramilitarismo en Colombia sería inexplicable sin las bandas de insurgentes secuestrando y extorsionando a pequeños, medianos y grandes propietarios. Si bien la inequidad y la explotación del trabajo entrañan una suerte de violencia, el responder a ella con más violencia no hace más que elevar la espiral de crueldad, dolor y muerte. Es parte del proceso evolutivo humano el que hayamos interpuesto la cultura a la naturaleza, la cultura ha sido la herramienta humana para no sujetarse a la fuerza, en ocasiones ciega, de la violencia propia de ciertos procesos naturales. Es parte de nuestra capacidad humana de diálogo no oponer al grito otro grito mayor; si alguien me grita y yo le respondo en voz baja la espiral del grito por lo menos no crece más. Esto es una analogía, pero es válida para analizar la violencia y creo que se aplica al movimiento estudiantil. Como lector recreativo de biología considero que la protesta juvenil es parte sustantiva de la renovación de la sociedad humana, una sociedad sin jóvenes introduciendo fuerza y renovación vital envejece y claudica. Y ya que lo menciono hay un sector del movimiento estudiantil que se ha visto acallado y neutralizado por efecto del tropel. Creo firmemente que lo mejor y más vigoroso del movimiento estudiantil en mi universidad es civil, humanista, serio, comprometido pero está aterrorizado. En nuestra universidad hace un año circuló una carta de amenaza a las mesas de trabajo y a los líderes estudiantiles civiles, responsables del movimiento, y la amenaza partió de paramilitares: “Tienen una semana para desaparecer o los desaparecemos”, decía el panfleto de las Auc “contra 30 líderes estudiantiles de nuestra Universidad de Antioquia”. Otro que conocimos luego acentua-
ba esas amenazas: “Somos un grupo de paramilitares en la Universidad. Tenemos plenamente identificados a los tropeleros que quieren imponer un discurso comunista en Colombia”. No sobra recordar que entre 2006 y 2008 se presentaron en la Universidad Nacional más de 300 amenazas de muerte provenientes del mismo grupo armado, contra alumnos y profesores, y otras parecidas en las universidades de Magdalena, Atlántico y Córdoba, esta última en ese entonces bajo la férula de Salvatore Mancuso. (El Espectador, 27-1-10). Esos paramilitares que amenazan recientemente el tropel y la protesta violenta son los mismos que en el pasado han asesinado estudiantes valientes y a más de una decena de profesores irremplazables, como Héctor Abad o Hernán Henao. El asunto es si la memoria de estos universitarios la vamos a exaltar con tropeles violentos o con actos civiles, con investigación y denuncia, con ocasiones para que los miembros jóvenes de la universidad de cualquier carrera tengan la oportunidad de conocer la historia de su país y el papel que la universidad pública ha jugado en el pasado, juega ahora y puede seguir jugando en la realidad colombiana. Todo esto me lo pregunto cuando pienso en la misión de la Universidad de Antioquia y en la misión de la universidad pública en Colombia. Ahora que hablamos de Ley 30 somos conscientes del papel de los recursos pero no estamos pensando asuntos importantes: el estatus, el campus universitario como espacio público: ¿Es un domicilio o es un lugar público? Ya los juristas nos ayudarán con esta y otras preguntas. Pero es claro que el manejo de los usos y abusos en el espacio físico de la universidad se basará en alguna definición en este delicado punto. Vuelvo al tropel y quiero invitar a que hagamos un debate e intentemos un pacto por la paz y la convivencia; creo que es posible pensar la universidad pública como espacio para protestar, denunciar y estudiar la injusticia y el abuso. La duda que tenemos muchísimos universitarios es si el tropel o la acción violenta ayuda o daña esa tarea de saber y explicar o si lesiona muchas
otras faenas. Invito a que hagamos esa discusión, como Sócrates y como Platón, nuestros maestros, estoy dispuesto a rendirme ante los mejores argumentos y si tengo un error y pierdo, pues gano, eso me lo ha enseñado la filosofía. Si en una discusión civilizada me demuestran que el tropel es valioso yo estaría dispuesto a admitir que el tropel tiene un fin si fuera noble, altruista, correcto políticamente, justificable humanamente, y eso podría ayudar a reconocer que hay un buen fin. Por lo pronto y para empezar la discusión yo afirmo que el tropel es una forma muy pobre de protesta, que no deja nada, sólo humo y destrucción de bienes, que le sirve a los grandes enemigos de la universidad y de la democracia para desconocerla o minimizar sus logros y a los egresados como el que menciono, para entender por qué no le reciben su hoja de vida cuando dice que es de la Universidad de Antioquia. En el tropel hay mucho de instintivo, de gregario, de comportamiento de masas, algo se pone en movimiento de manera automática en él, aún sabiendo el daño profundo que le produce a la universidad, el sólo contemplarlo emociona a muchos, un poco quizá por esa fascinación oscura que ejerce en muchos la muerte y la violencia. Es hora de que pensemos esto tan sencillo, está en juego un problema de sentido y significado de los actos que desarrollamos como universitarios para hacernos mejores y hacerla mejor. Un tropel lo silencian con balas de gomas, gases y daños a las personas, en cambio una nación unida, trazando su futuro desde las prácticas democráticas, el conocimiento y el saber no la para ninguna dictadura, eso lo saben todos los dirigentes pero parecen olvidarlo los violentos de la brevedad. Creo que si no se aclara para los universitarios el fin del tropel estaremos asistiendo a lo que esa servidora de la universidad sueña: el fin del tropel que la ha hecho sufrir tanto por más de 30 años. Esto es una tarea de todos. Conversemos, dialoguemos para saber si el sufrimiento que le infieren a la comunidad universitaria tiene sentido. El pacto pensado como redes de conversaciones que se extienden y enfrentan la violencia es una nítida expresión de un pluralismo que fortalece la democracia, la universidad y el sistema de la universidad estatal como casa del conocimiento y la diferencia. w Medellín, 21 de abril de 2010
Ágora Asoprudea. Asociación de Profesores de la Universidad de Antioquia. Ciudad Universitaria. Bloque 22, oficina 107. Teléfono 2195360. Fax 2636106 • http//Asoprudea.udea.edu.co • La columna “Ágora” es responsabilidad de Asoprudea.
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De la guerra perpetua al sexo angelical
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Mientras la mirada oblicua del libertador Simón Bolívar se encargaba de vigilar el inusual encuentro, el primer ministro ruso, Vladimir Puttin, con gesto inexpresivo, estrechaba la mano del presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, quien un poco más risueño se dirigía a su huésped venido del frío. Sucedió hace cerca de un mes en el Palacio de Miraflores, en Caracas, cuando ambos gobernantes firmaron cerca de 30 acuerdos relacionados con energía y defensa, con la inevitable resistencia de la Casa Blanca. Pero la ausencia de sonrisa de Puttin no significaba, ni mucho menos, falta de ganancias para su país frente a su similar latinoamericano: Rusia pasará a ser beneficiario de las riquezas petroleras existentes en el Orinoco, además de que brindará asesoría y venderá bienes a Venezuela en infraestructura, transporte, tecnologías, agricultura, educación, cultura e industria. Fue la culminación del proceso de intercambio adelantado en 2006, cuando Chávez visitó Moscú y compró mil millones en equipo militar ruso, siempre en contra de la voluntad del gobierno de Estados Unidos: aviones, helicópteros y cien mil fusiles kalaschnikov figuraban en la venta bélica venezolana, pensando en que por lo menos 30 ó 40 mil de estos últimos pasen a manos de civiles. El presidente Hugo Chávez Frías les puso los pelos de punta a sus vecinos colombianos –empezando por su colega Álvaro Uribe Vélez–, y por supuesto a sus distantes y cercanos enemigos norteamericanos, cuando anunció con toda la serenidad del caso que tanto él como Puttin tienen la disposición para diseñar en su país el primer proyecto para una central de energía nuclear con fines pacíficos; y al mismo tiempo, se proponen llegar a un acuerdo en el uso del espacio ultraterrestre venezolano, “en lo cual Rusia tiene una amplia experiencia”, añadió el dirigente de la república bolivariana, mientras entregaba a su socio estratégico una réplica de la espada de nuestro prócer latinoamericano. Puttin, siempre en su estilo frío, casi siberiano, se limitó a declarar que la firma de los acuerdos entre Venezuela y Rusia respondía a una consigna tan simple como contundente: “¡Hacer el mundo más democrático!”. Mas tales discursos no fueron tomados con la tranquilidad con que fueron anunciados por sus voceros: los acuerdos ruso-venezolanos fueron recibidos en Colombia con un insuperable tono de amenaza, teniendo en cuenta las diferencias políticas e ideológicas desatadas en los últimos años y los vínculos del gobierno de Chávez Frías con regímenes que no se so-
Gonzalo Medina P. Profesor Facultad de Comunicaciones
Podría pensarse que la competencia bélica entre Colombia y Venezuela se debe sólo a disputas entre uno y otro gobierno, o a temores de invasión de uno u otro lado de la frontera. Si bien existen divergencias y prejuicios entre Chávez y Uribe, los mismos que amenazaron con enfrentarse a puñetazo limpio en plena reunión de mandatarios regionales, en realidad sobresale un factor de carácter geopolítico más determinante que las peleas entre quienes representan a dos naciones surgidas y condenadas a compartir un destino histórico común. meten a las orientaciones de Estados Unidos –caso Cuba–. Pero sucede que en nuestro país el presidente Álvaro Uribe Vélez ya había suscrito acuerdos militares con el ejército más poderoso del mundo –por supuesto, el de Estados Unidos–, con el argumento de combatir el narcotráfico y el terrorismo. Claro que es necesario aclarar que se trata de un pacto más, si señalamos que, por lo menos, desde 1952 vienen firmándose acuerdos de asistencia militar entre ambos países, pasando por otros años, escenarios y motivos para justificar un compromiso más de apoyo bélico, técnico y, sobre todo, de personal. Porque la presencia de militares de Estados Unidos en Colombia no es un hecho nuevo, como pudiera pensarse; lo que ha sucedido es que se ha incrementado y cualificado por la gratuidad del actual mandatario,
empeñado en sacar el Tratado de Libre Comercio al costo que sea necesario –incluido el de la soberanía–. Antes de llegar los nuevos destacamentos del ejército norteamericano, ya existían unidades asentadas en Bogotá, Tolemaida, Cartagena, Rionegro, Larandia, Apiay, Cali, La Macarena y Coveñas. En consecuencia, las siete bases militares en donde se ha situado personal, logística y armamento pertenecientes al ejército de Estados Unidos, son las siguientes: Germán Olano (Palanquero); Alberto Pawells Rodríguez (Malambo); Fuerte Militar de Tolemaida; Fuerte Militar de Larandia (Florencia); Capitán Luis Fernando Gómez (Apiay); ARC Bolívar (Cartagena); Málaga (Bahía Málaga). El cálculo de militares de Estados Unidos en Colombia, es cercano a los 400 hombres.
Guerra a perpetuidad Podría pensarse que la competencia bélica entre Colombia y Venezuela se debe sólo a disputas entre uno y otro gobierno, o a temores de invasión de uno u otro lado de la frontera. Si bien existen divergencias y prejuicios entre Chávez y Uribe, los mismos que amenazaron con enfrentarse a puñetazo limpio en plena reunión de mandatarios regionales, en realidad sobresale un factor de carácter geopolítico más determinante que las peleas entre quienes representan a dos naciones surgidas y condenadas a compartir un destino histórico común. Hablamos del denominado “Proyecto para el Nuevo Siglo Americano”, cuyas bases conceptuales fueron creadas en 1997 por la extrema derecha republicana de Estados Unidos y entró en acción en septiembre de 2001, bajo el nombre de “Guerra perpetua”, con la invasión a Afganistán. A diferencia de la “paz perpetua” kantiana, esta versión guerrerista sentencia que en las décadas siguientes tocará vivir bajo la ambigüedad, la incertidumbre y la pugnacidad. Desde “la guerra perpetua”, se considera que Estados Unidos debe controlar el conjunto de los conflictos que puedan presentarse en cualquier lugar del mundo. Se parte, por ejemplo, de operaciones no estrictamente militares y se llega hasta las guerras de mayor impacto. Y acá viene el aspecto que puede ayudar a entender la situación bélica existente entre Colombia y Venezuela; la llamada “guerra perpetua” prevé eventuales contiendas con poderes que procuran tener la misma talla militar de Washington –caso, por ejemplo, de China y Rusia (énfasis nuestro)–. Adicional a ello, irrumpe la competencia armada por recursos que hoy son llamados críticos,
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dada su importancia estratégica: agua, alimentos y energía. El objetivo es claro para los militares y gobernantes de Estados Unidos: adueñarse de la Amazonía. Y Colombia y Venezuela, entre otros países, gozan de especiales privilegios en la que hoy es considerada como una de las principales reservas naturales del mundo. La “guerra perpetua” se propone recuperar el espacio que ha perdido Estados Unidos en diferentes lugares del mundo, con lo cual reasumirá la hegemonía en el planeta. Dicha hegemonía, ahora con la presencia de Barak Obama como jefe de Estado, es condición sine qua non para poder devolverle a la banca 700 mil millones de dólares que tiene como déficit. Las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, inspiradas en la “guerra perpetua”, se proponen establecer una cada vez más creciente especialización funcional de ellas para enfrentar conflictos asimétricos permanentes de alcance global y futuro incierto, tal como lo consigna el documento “Estrategia de Modernización del Ejército, 2008”. Lo anterior no es otra cosa que tener contingentes expedicionarios que no sólo estén bien dotados sino también prestos a desplegarse en cualquier escenario de lucha. Con base en estas valoraciones, las Fuerzas Armadas de Estados Unidos crearon en 2007 el Comando de África y restablecieron, en 2008, la IV Flota para navegar en aguas latinoamericanas y caribeñas. Es claro, pues, que las siete bases norteamericanas asentadas en Colombia, son parte de dicha recomposición de las fuerzas militares que buscan controlar las rutas aéreas y marítimas y los recursos naturales que les son estratégicos. La conclusión es, a nuestro juicio, clara: si Colombia y Venezuela no son capaces de anteponer su historia, presente y futuro comunes, serán otros quienes sacarán partido de la división. Que no suceda en esta oportunidad lo que ocurrió en Constantinopla, en el siglo XV, cuando la invasión de los turcos: encontraron a los regentes bizantinos discutiendo sobre el sexo de los ángeles. w
¿O me trasteo para el norte? El día de hoy [06/04/2010] no llegó con el periódico [EL ESPECTADOR] la separata ALMA MATER, misma que siempre ha sido de mi interés y que he recibido. Al no llegar se llamó al diario y se recibió la respuesta que al sur no envían dicha separata… Esta respuesta, discriminatoria por demás, no dejó de sorprenderme… Me imagino que se cubrirán bajo una “razón comercial” pero de igual modo ¿el sur no es comercial? ¿cuál otra razón hay para que dicha separata no se remita? ALMA MATER para mi labor ha sido muy importante. Soy docente universitario de salud pública de la Universidad del Rosario, y esta separata es una fuente de pensamiento y de opinión respecto a éste y otros temas que competen a la educación universitaria. Aparte de ello, en mi familia llevamos 30 años con la suscripción de este diario por su calidad y su manejo objetivo de la información. ¿Ésta es la forma de tratar a las personas fieles con su diario? Ah… claro no se trata de fidelidad, pero eso se promueve comercialmente, ¿entonces a qué se juega? La dirección es calle 26 Sur cra 72b bis sm- 2 bl 9 int 11 apto 211 C. Kennedy... Sí, al sur… estrato 3... se pagan impuestos y demás… ¿Será posible pues, revisar tal estrategia que lesiona los intereses de personas que conozco en el sector y gustan de ALMA MATER como del diario EL ESPECTADOR? ¿O me trasteo para el norte? EBERTO GUEVARA 3118493705 ebertorosario@gmail.com cc EL ESPECTADOR
Mensaje procedente de México México - León, Gto. 17 de abril de 2010 ¿Cuando dejó la universidad de ser el espacio de las oportunidades y la pluralidad? Acabo de leer en la página web de la Universidad de Antioquia una noticia que una vez más me provoca terribles escalofríos: el robo al Instituto de Estudios Políticos y el sometimiento degradante e irrespetuoso de quienes allí laboran, y las agresiones al Museo Universitario. Quien escribe estas líneas es colombiana, más precisamente egresada del Alma Máter; por cosas afortunadas pude salir a hacer mí doctorado a otro país, éste que otra vez me abre sus puertas. Al finalizar mis estudios regresé entusiasmada a la UdeA, soñaba con volver a trabajar en ese lugar que me formó y me permitió hacer mis primeros pinitos en la docencia. Sin embargo, el regreso no coincidió en nada con mi deseo. Mi intento por reincorporarme a la vida laboral en la Universidad estuvo marcado por un sinfín de acontecimientos que te hacían sentir que la burocracia sin sentido había copado todos los espacios y que al igual que pasa en el resto del país, no estaba permitido disentir. A esto se sumó la recurrente toma violenta de los grupos en conflicto: casi que una vez a la semana debíamos salir de nuestras oficinas en la Facultad de Ciencias Sociales en medio de gases y enfrentamientos que, aunque se tenga claro que son parte de la vida universitaria no dejan de ser intimidantes. La sensación que tengo hoy después de tomar un poco de distancia es que la Universidad crece sin dar un debate serio de lo que significa esa expansión desmedida, caso de la regionalización y la nueva obsesión por la acreditación. Esta última se ha convertido (en muchos de los casos) en un trámite más y no en una posibilidad de pensar seriamente en la calidad de los programas ofrecidos. También se promulga en distintos medios la necesidad de contar con doctores, lo que se ha convertido casi en discurso vacío porque pocos tienen claro para qué se necesitan y tampoco existen políticas que faciliten la incorporación de quienes llegamos formados. Aunque suene algo absurdo, existen estrategias para apoyar a quienes apenas comienzan sus estudios doctorales pero no para quienes llegan con este requisito cumplido. Con tristeza, otra vez fuera del país, vuelvo a constar que estas condiciones no son la norma y que parecería que desde hace algunos años la Universidad perdió la ruta. Por supuesto que soy consciente de que lo que pasa merece análisis más profundos que por fortuna todavía se siguen dando a pesar de las condiciones; sin embargo, precisamente como parte de esa pluralidad que se supone debe revestir a la universidad, creo válido poder expresar esa sensación que queda después de los intentos fallidos. MÓNICA URIBE GÓMEZ Doctora en Ciencia Social con Especialidad en Sociología Profesora-Investigadora de la Universidad de Guanajuato (México) muribegomez@gmail.com
Propuesta Medellín, abril 20 de 2010 Carta abierta al Señor GOBERNADOR DE ANTIOQUIA y al Señor RECTOR de la UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA Al observar con gran preocupación como padre de familia y ciudadano la gran problemática en nuestro país de la drogadicción y la delincuencia juvenil, propongo que a nivel regional la Universidad de Antioquia inicie una gran cruzada en contra de este flagelo. Mi propuesta consiste en que la Universidad de Antioquia inicie con los hijos menores de edad de los servidores públicos del Departamento un semillero
coordinado por un grupo interdisciplinario de sicólogos, pedagogos, docentes y sociólogos, tanto del sector público y privado, para que descubran en estos niños sus debilidades y fortalezas. Este grupo se encargará de convertir esas debilidades en oportunidades y enrutarlas hacia fortalezas para que éstas se conviertan en aptitudes frente al futuro y hacia una sociedad más sana y con altos valores éticos y morales. Pienso que esto sería una estrategia donde gana la sociedad antioqueña y gana la Universidad, porque estos pequeños serán más adelante alumnos que pondrán muy en alto la
calidad, el nivel académico y el orden social y disciplinario de la misma Universidad. No olvidemos que los niños de hoy serán el futuro de este país y que entre todos los estamentos de esta sociedad debemos poner nuestro granito de arena para que Antioquia sea la mejor esquina de América. Cordialmente ELIÉCER MORALES GARCÍA Técnico Operativo. Egresado de la Séptima Promoción del MBS CC. 70120491 de Medellín Email: emorales20@latinmail.com
EDICTOS • LA UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA HACE CONSTAR: Que se encuentra en trámite el reconocimiento de las prestaciones sociales del señor MARIO EUGENIO ESTRADA VALDÉS, fallecido el 11 de abril de 2010. Se ha presentado a reclamar la señora NORA GENOVEVA RUISANCHEZ PEÓN en calidad de esposa. Otras personas que se consideren con derecho, presentarse dentro de los 30 días siguientes a esta publicación.
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Una labor persistente, consistente y planificada En la Universidad de Antioquia este servicio está a disposición permanente del estudiantado y de toda la comunidad universitaria
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revenir las adicciones es un trabajo que en la Universidad de Antioquia está bajo la responsabilidad del Departamento de Promoción de la Salud y Prevención de la Enfermedad, adscrito a la Dirección de Bienestar Universitario. Y no es un trabajo que se realice a partir de coyunturas dolorosas como es la muerte de una persona en circunstancias afines a la droga, o a partir del momento en que la prensa aborda el tema del consumo y el tráfico. Todo lo contrario. La promoción y la prevención de las adicciones es una labor persistente, consistente y planificada que se apoya sobre la base sólida de los estudios y las investigaciones que en el escenario universitario realiza la Red Unir, a la que están vinculadas las principales entidades educativas del departamento de Antioquia. Teniendo en cuenta que no se han hecho estudios científicos comparativos entre el consumo en la población universitaria y la población en general –aunque perceptivamente se ha encontrado que los datos que arrojan unas y otras investigaciones son muy similares–, un equipo de investigación de la Red Unir se dio a la tarea de averiguar dónde, cómo y por qué se consumen sustancias psicoactivas entre la población universitaria, con el fin de aportar elementos a la comprensión y prevención de esta problemática.
El equipo lo integraron profesionales de las ciencias sociales y de la salud, pertenecientes a la Universidad de Antioquia, Universidad Eafit, Universidad Católica del Norte, Fundación Luis Amigó, Universidad Católica de Oriente, Tecnológico de Antioquia, Universidad de Medellín, Universidad Nacional Sede Medellín, Universidad Pontificia Bolivariana, Politécnico Marco Fidel Suárez, Fundación Universitaria San Martín y Escuela de Ingeniería de Antioquia. El resultado de la investigación –titulada “Del viaje en U. La vivencia universitaria y el consumo de sustancias psicoactivas”, y publicada en libro por el Fondo Editorial Luis Amigó–, puso a disposición de las autoridades universitarias y de la opinión en general información y análisis sobre “los contextos en los cuales se consume; los usos y sentidos que cobran las distintas sustancias; la mirada de consumidores y de no consumidores dentro de la comunidad universitaria –docentes, estudiantes y personal de apoyo–; las redes sociales involucradas en el tráfico y mercado de las sustancias en imbricadas tramas de relacionamiento, bien sea externo o dentro de las instituciones universitarias; las intervenciones institucionales y las concepciones que acompañan las mismas, así como sus límites, posibilidades, carencias y contradicciones”.
En el caso concreto de la Universidad de Antioquia se estableció que una de las razones de mayor peso por las cuales hay estudiantes que consumen sustancias psicoactivas, nace como consecuencia de establecer lazos sociales. “O sea que la mayoría de esos estudiantes no se reúnen para consumir, sino que consumen porque se reunieron. Eso pasa con todas las sustancias legales e ilegales cuando el estudiante está en una escala de experimentación o de uso esporádico”, explica la psicóloga Elsy Pérez Jaramillo, funcionaria de la Dirección de Bienestar Universitario e integrante del equipo de investigación. Agrega que cuando el estudiante ya está en una escala de abuso –que todavía no es adicción–, sigue existiendo esa misma tendencia, aunque no de manera muy significativa. Con respecto a los estudiantes con adicción, la reunión sí tiene como propósito central el consumo. Explica que en el caso de la heroína –una sustancia con consumo ascendente en la Universidad de Antioquia– en los consumidores “ni siquiera hay un propósito de reunirse para consumir, porque estas sustancias, por sus características y sus efectos, lleva más al individuo a un consumo solitario, no necesitando al grupo”. Otro dato que arroja la investigación en tér-
Fotos Luis Javier Londoño Balbín
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El Servicio de Prevención de Adicciones lo conforma un equipo de 10 psicólogos trabajando temáticas que tienen que ver con varios aspectos de los estudiantes en el campo psicopedagógico, la salud mental, las relaciones de convivencia y las adicciones.
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minos de los estudiantes de la Universidad de Antioquia, es que el consumo se hace al interior y al exterior del campus, lo que no ocurre en otras universidades participantes en la investigación, donde los consumidores incluso descartan la posibilidad de hacerlo en predios de la institución. “Y si se consume adentro del campus,
eso es señal de que las reglas o las normas están relajadas. Ése es un dato importante comparativamente con otras universidades”, precisa la psicóloga Elsy Pérez. La precepción frente al consumo por parte de los estudiantes es otro tópico de la investigación de la Red Unir. Se encontró que en la Universidad de Antioquia hay posturas
que consideran que no se debe permitir dentro del campus ningún tipo de consumo de sustancias psicoactivas, legales o ilegales, en tanto que otros están de acuerdo con que no se permita el consumo de sustancias “duras” o “peligrosas”, entre ellas la heroína, pero aceptan ser permisivos o “relajados” con el consumo de marihuana. Según la investigación, también se constató que hay quienes se muestran laxos con el consumo pero contrarios frente al comercio ilícito dentro del campus, planteando que es obligación de la Universidad erradicar los expendios. Otro resultado que la psicóloga Elsy Pérez destaca por su importancia es el siguiente: “En el momento en que publicamos los datos de la investigación, encontramos, en el caso de la adicción, que el consumo venía desde del colegio. O sea que los estudiantes llegaron a la Universidad ya vulnerables y aquí encontraron un territorio catalizador que les fortaleció la conducta adictiva. Ahí se configura el campus de la Universidad de Antioquia como espacio propicio, debido a la permisividad. En contraste con lo anterior, en la actualidad se ha detectado, a través de talleres, que hay estudiantes que han iniciado el consumo de sustancias psicoactivas tanto ilegales como legales dentro de la Universidad. Aunque son datos sueltos y no producto de ninguna investigación o estudio,
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Del viaje en U tiene como elementos protagonicos a las instituciones de educación superior, los universitarios y los consumos de sustancias psicoactivas. No puede ser de otra forma, porque el mismo constituye la formalización de los elementos encontrados en un estudio de la Red Unir sobre el papel que juegan estas sustancias, legales e ilegales, en la vida de los universitarios en la ciudad de Medellín. Es un texto que describe relaciones, experiencias y pensamientos de estudiantes que dieron cuenta de sus vivencias en ese aspecto. Pero el contenido va más alla y trasciende los muros de los campus universitarios, pues el día a día de quienes pertenecen las instituciones no se limita al horario de clases, así que estas vivencias también se extienden, de forma centrífuga, en una cartografía llena de imágenes y sentidos, vivos y dinámicos, a otros espacios de la ciudad. En el texto se describen y analizan hábitos, rituales, formas de uso y de abuso de los consumos en el escenario universitario, tanto de sustancias legales como ilegales, así como las posturas académicas y administrativas ante un asunto que cada vez cobra mayor actualidad nacional, y cuya discusión en el ámbito universitario finalmente está comenzando a ir más allá de la banalización o satanización, de modo que se pueda entender con mayor claridad un fenómeno complejo que escapa a toda simplificación facilista y los distintos afectados, individuos e instituciones, puedan asumir las responsabilidades y posturas que les correspondan.
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ése aspecto es necesario tenerlo en cuenta porque evidencia que la Universidad, poco a poco, se está configurando en un espacio propicio para iniciar el consumo”. De otro lado, a diferencia de los años de las décadas del sesenta y el setenta, cuando el consumo en las universidades era sólo de marihuana, hoy, por el auge del narcotráfico, se presenta un poli-consumo y se mezclan sustancias depresoras y sustancias estimulantes. “Por estar en una sociedad consumista por excelencia –explica la psicóloga Elsy Pérez Jaramillo–, “las personas más vulnerables y con fragilidades de muchos tipos como psíquica, social, económica y biológica, encuentran una posibilidad consumista y sin discriminación en la sobreoferta de sustancias psicoactivas”. Dadas las proporciones que en Colombia ha alcanzado la adicción a las drogas psicoactivas, y en vista de las demandas crecientes al Servicio de Prevención de la Universidad de Antioquia, la investigadora Pérez Jaramillo precisa que “nosotros desde Bienestar Universitario planteamos una discusión y un análisis de la relación del sujeto con la sustancia. Ello con la finalidad de que el sujeto se vuelva responsable en su elección. Que elija con libertad de conocimiento. Que sepa, a partir de la información que le suministramos, que el ser humano no está preparado ni biológicamente ni psíquicamente para el monto de placer que ofrecen algunas sustancias psicoactivas. Si lo estuviésemos no sería problema. En ese sentido, el adicto se tiene que hacer responsable y no víctima de la adicción”. Finalmente, el Servicio de Prevención de Adicciones también cumple la función de in-
El componente Comunicacional del Servicio de Adicciones se desarrolla básicamente a partir de campañas: unas muy masivas y sonoras, y otras no tanto. La primera campaña fue “Decide con argumentos”, otra campaña con la que se prosiguió el proceso fue “Argumentos con sentido”. Ésta permitió interrogar no sólo a los estudiantes sino a los empleados administrativos y docentes, acerca de su relación con las sustancias psicoactivas. Aquí se planteó una disonancia cognitiva: si yo vine a lo que vine a la universidad, por qué estoy haciendo otra cosa. Una tercera campaña no tan sonora como las anteriores trabajó dos temas: uno, disminución del riesgo, a partir de plantear el peligro de mezclar ciertas sustancias; el otro, la invitación a acceder a otros comportamientos que se convierten en factores protectores. formar que existen normas y leyes en relación con el porte y el consumo de estupefacientes y sustancias psicotrópicas, y en relación con la obligatoriedad de las instituciones educativas de hacer prevención, de hacer orientación y de hacer remisiones. Pero, como lo explica la psicóloga Elsy Pé-
rez, “con respecto a la norma lo que hacemos en Bienestar Universitario es divulgarla amplia y responsablemente. Hacerla cumplir no nos compete a nosotros. Eso debe quedar muy claro porque nosotros no tenemos ninguna función disciplinar o coercitiva. La educación y la salud es nuestra función”. w
La seguridad y el cumplimiento de las labores misionales tienen que ser una acción conjunta donde nadie se sienta extraño “Siempre ha considerado que si nos esmeramos porque la sociedad conozca las virtudes y los logros de la Universidad de Antioquia, también estamos obligados, dado el carácter público de ella, a reconocer sus defectos y los problemas que la afectan. Pero el darlos a conocer conlleva un propósito central: que sea la sociedad, la comunidad universitaria y las autoridades legalmente constituidas, con el acompañamiento de los medios de comunicación, quienes nos ayuden a encontrar soluciones efectivas. La universidad pública es un patrimonio invaluable de la humanidad, como lo es también la vida de los jóvenes, cuya vulnerabilidad frente a las adicciones es muy grande y sobre quienes constantemente están acechando las organizaciones delincuenciales de todo tipo”. Así opina el rector Alberto Uribe Correa, quien también hace un llamado a los padres de familia para que estén muy cerca del proceso de formación de sus hijos. —¿Por qué hay consumo de drogas dentro de la Universidad? —El consumo y el comercio ilícito de drogas no es exclusivo de las universidades, ni tampoco de los establecimientos educativos de secundaria donde también se presentan estos fenómenos. Ése es un problema nacional y mundial que afecta a la sociedad en general. Hoy en día el mismo gobierno colombiano reconoce la magnitud perniciosa de lo que se conoce como microtráfico y la proliferación de las llamadas ollas o casas de vicio. Colombia no sólo es un país productor y exportador de estupefacientes sino que pasó a ser consumidor. —¿A qué se debe la existencia del llamado “aeropuerto”? —Desde la construcción y puesta en marcha del campus de la Universidad de Antioquia, en el ya lejano año de 1968, el llamado “aeropuerto”, en el costado occidental de la zona deportiva de la Ciudad Universitaria, se fue convirtiendo en un referente del consumo de sustancias psicoactivas, que se inició en la época del hipismo con el consumo casi exclusivo de marihuana. En la actualidad, la problemática incontrolada del narcotráfico y también los problemas sociales que afectan la estabilidad y la vida emocional de la juventud, ha aumentado el problema en la población universitaria. Y no olvidemos que de 6.000 estudiantes en 1968 pasamos a tener hoy 24.000 en la sola Ciudad Universitaria. A ello se suma la población de trabajadores, profesores, empleados y visitantes que a diario demandan los servicios de la institución. —¿El consumo y el tráfico ilícito tienen en alto riesgo a la Universidad? —Por supuesto que sí. Más aún cuando todo indica que en el Valle de Aburrá y en varias zonas del departamento de Antioquia se está librando una guerra a muerte entre las organizaciones clandestinas que tienen el control del tráfico ilícito de narcóticos. Las cifras de muertos han desbordado todas las estadísticas y esto se está sintiendo con mayor fuerza en Medellín. Y no olvidemos que el campus de la Universidad está rodeado de sitios donde las autoridades de policía han mantenido por varias décadas el combate a los expendios. —Pero el expendio también está dentro de la Universidad. —Sí. Y lo que se nos dice es que ese control a los expendios situados desde hace más de treinta años en los alrededores del campus, llevó a que ese comercio ilícito haya migrado al interior del campus donde sus responsables se sienten protegidos. Ahí es donde tiene que haber el más contundente y firme rechazo no sólo del rector, como lo he hecho público en muchas oportunidades, sino de toda la comunidad
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Llamo con vehemencia a las autoridades, a la sociedad y a la comunidad universitaria a defender nuestra Alma Máter que está en peligro
Alberto Uribe Correa, Rector Universidad de Antioquia universitaria y de la sociedad en general porque están atentando contra uno de sus bienes más preciados, como es su Alma Máter, un espacio que además de precioso por su arquitectura y de acogedor por la calidad de las personas que lo habitan, es el sitio donde se forma el futuro de la región. Nadie, pero nadie, se puede sentir ajeno a la defensa de la Universidad. Así suene extraño y hasta torpe, desde aquí hago un llamado vehemente a las personas que están en ese tipo de negocio ilícito a que piensen en el daño que le están haciendo a la Universidad. El Alma Máter merece todo el respeto, incluso de quienes están al margen de la ley, para que ella prevalezca en su sana misión social y constitucional. —Se afirma que en el “aeropuerto” se está expendiendo todo tipo de drogas. ¿Es eso cierto? —Desafortunadamente eso es lo que nos informan las autoridades. Y recordemos que dos personas, una de ellas un estudiante y la otra un visitante, han muerto en el lapso de los últimos cuatro años en el campus como consecuencia del consumo de heroína. Investigaciones académicas que han realizado la Red Unir y la ESE Carisma, certifican que nuestra juventud ha pasado de consumir drogas blandas, como la marihuana, a drogas duras como son la heroína y las anfetaminas que ponen en riesgo inminente la vida. Aquí me permito decir que, de la misma forma que convoco a las autoridades que por Constitución y por ley les corresponde velar por la vida, la honra y los bienes de los ciudadanos, también a los padres de familia los convoco desde su responsabilidad constitucional y legal a acompañar el desarrollo formativo de sus hijas e hijos. Esta responsabilidad es indelegable, lo que quiere decir que ni la escuela, ni el colegio, ni la universidad por sí solos pueden encarar la formación de la niñez y la juventud. —Está comprobado que al campus la gente ingresa muy fácil. —Hemos comprobado que hay falsificaciones de los carné que acreditan a las personas como miembros de la comunidad universitaria.
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¿La Universidad sin mallas?
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Los reiterados problemas de orden público y las acciones delincuenciales que se suceden con frecuencia en la Ciudad Universitaria, como también el hecho de que la sociedad comprende a plenitud que la universidad pública le pertenece, porque es la sociedad la que paga su funcionamiento a través de impuestos, ha llevado a que comience a plantearse la inquietud del por qué la Universidad de Antioquia tiene que estar rodeada de mallas. ¿De qué sirven? Es una de las tantas preguntas. Al respecto opina el rector Alberto Uribe Correa: Sobre esa situación ha habido muchas propuestas. Una de ellas es que se quiten las mallas para que la Ciudad Universitaria, que es pública, se integre a la ciudad y en el campus pueda estar cualquier ciudadano por voluntad propia, cosa que hoy no ocurre. Asimismo, para que frente al delito, que ha afectado enormemente a la Universidad en los últimos tiempos, la acción de la fuerza pública, cuando fuere necesaria, no se vea obstaculizada. En realidad, la Ciudad Universitaria fue concebida sin mallas y así comenzó a funcionar hace 42 años. Estamos estudiando muy bien cuáles serían los costos de tomar esa decisión no sólo desde el punto de vista político sino económico, porque necesitaríamos garantizar la vigilancia bloque por bloque. Esa es una posibilidad, aunque la Rectoría no tiene nada claro aún, como creo que tampoco los organismos de dirección. Lo que sí es claro es que las solicitudes para desenmallar la Ciudad Universitaria provienen de estudiantes, de profesores, de empleados, de directivos, de egresados, de autoridades locales y nacionales. En realidad los pro y los contra tenemos que estudiarlos muy seriamente. Hoy está muy cuestionado si las mallas y unas porterías con vigilancia son garantía de seguridad para los miembros de la comunidad universitaria, o si por el contrario esas mallas lo que están garantizando es la acción delincuencial. Como en todo tema universitario, está abierto el debate. Otro problema es que hay 14 tipologías de carnés de identidad. Estamos trabajando en una sola tipología para evitar la falsificación y la venta clandestina de ellos. En ningún momento, como lo está diciendo un sector de estudiantes, dicho carné va a ser punitivo o con mecanismo de identificación satelital para hacer seguimientos, o para escuchar conversaciones, o para fiscalizar la vida y las actuaciones de las personas. Eso jamás. Nunca. Eso sólo hace parte de un imaginario extremo. Mi formación ética y profesional no me permite tales procederes. Lo que queremos es que quien lo posea, efectivamente pertenezca a la Universidad de Antioquia. —Dentro y fuera de la Universidad la gente se pregunta qué medidas se van a tomar para erradicar el tráfico, teniendo en cuenta que el consumo no puede enfrentarse con medidas represivas. —La Universidad no tiene más herramientas que la razón, el conocimiento, la comunicación, la palabra y la disuasión. Aquí la vigilancia no es armada. La comunidad universitaria es civilista y no está en capacidad de reprimir a un actor armado o que utilice la violencia como arma de combate para lograr sus propósitos. Lo único que podemos hacer como Universidad son tres cosas: una, llamar vehemente a los infractores a que respeten la Universidad retirándose del campus; dos, llamar vehemente a los estamentos a que defendamos este espacio, cuyo cuidado nos lo ha encomendado la sociedad y a ello jamás podemos renunciar; y tres, llamar a las autoridades legítimamente constituidas a que nos acompañen en esa defensa de la Universidad. —¿Cuál es el propósito de los consejos de seguridad sobre los asuntos delincuenciales que afectan a la Universidad? —La preocupación por fuera es muy importante porque a la Universidad de Antioquia la queremos los antioqueños y los co-
lombianos. Nadie la quiere ver sometida por la delincuencia. En este aspecto tengo que hacerle un reconocimiento muy grande al Gobernador de Antioquia y Presidente del Consejo Superior Universitario, doctor Luis Alfredo Ramos Botero, quien siempre ha estado atento al devenir de la Universidad y a los problemas que la afectan, en particular el de la seguridad. También tengo agradecer al Alcalde de Medellín, doctor Alonso Salazar Jaramillo, nuestro egresado; a las Secretarías de Gobierno Departamental y Municipal, a las Secretarías de Educación, a la Asamblea Departamental, al Consejo de Medellín, al Sistema de Universidades Estatales (SUE), al Ministerio de Educación y al Gobierno Nacional, por el interés permanente en respaldar a la Universidad y contribuir al logro de sus objetivos misionales. —Como consecuencia de la autonomía, la sociedad ve con extrañeza a las universidades públicas como territorios independientes. —Las universidades públicas no pueden pretender asumirse como repúblicas independientes. Eso jamás lo he pretendido ni como rector, ni como ciudadano. La Universidad de Antioquia no es una extraterritorialidad. Aquí tiene que prevalecer el orden constitucional. Nosotros como autoridades académicas y administrativas tenemos claro que frente a actividades delincuenciales como son el expendio de drogas, los atracos y las violaciones a la propiedad privada y a la propiedad pública, quien tiene que actuar es la autoridad de la República de Colombia. —¿A qué se debe la apatía de los universitarios y de los gremios frente a esta clase de problemas? —Llama mucho la atención y es preocupante la apatía, la individualidad, la falta de compromiso, la indiferencia y la falta de solidaridad de muchos miembros y gremios de la comunidad universitaria. Parece que se olvidara que esta ciudadela hace parte de nuestro proyecto de vida. Aquí pasamos más tiempo en el día que en nuestros hogares o que en otro sitio de la ciudad. Ahora, si en nuestras casas buscamos un ambiente propicio para vivir y relacionarnos, para crecer espiritual y materialmente, para descansar, y si nuestros bienes los protegemos y exigimos que se nos respete nuestra propiedad sobre ellos, ¿por qué no hacemos lo mismo en la Universidad que es también nuestra casa? ¿Qué es lo que está pasando? Tengamos claro que la seguridad es responsabilidad de todos. No olvidemos las lecciones del pasado que muestran que sólo la acción colectiva es el antídoto contra los enemigos de la Universidad, contra quienes la ven como posibilidad para satisfacer sus mezquinos intereses delincuenciales. Digámosles basta, no más agresiones contra el Alma Máter de los antioqueños. —¿Usted se siente solo? —No. Yo no digo que me hayan dejado solo. Ahí está el Pacto por la Universidad que suscribieron los distintos estamentos. También los encuentros promovidos por la Rectoría han dejado propuestas que han permitido pensar y repensar nuestro accionar. En estos momentos estoy recorriendo uno por uno los Consejos de las Facultades, de las Escuelas y de los Institutos, y la verdad es que he encontrado una gran receptividad de los docentes, quienes han planteado propuestas e ideas bien importantes. —¿Le preocupa o le incomoda que la prensa nacional y regional se ocupe de asuntos tan ajenos al quehacer académico, científico y cultural de la Universidad? —Ni me preocupa ni me incomoda. Todo lo contrario. Siempre ha considerado que si nos esmeramos porque la sociedad conozca las virtudes y los logros de la Universidad de Antioquia, también estamos obligados, dado el carácter público de ella, a reconocer sus defectos y los problemas que la afectan. Pero el darlos a conocer conlleva un propósito central: que sea la sociedad, la comunidad universitaria y las autoridades legalmente constituidas, con el acompañamiento de los medios de comunicación, quienes nos ayuden a encontrar soluciones efectivas. La universidad pública es un patrimonio invaluable de la humanidad, como lo es también la vida de los jóvenes, cuya vulnerabilidad frente a las adicciones es muy grande y sobre quienes constantemente están acechando las organizaciones delincuenciales de todo tipo. w (AGM)
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Problemática Universitaria
Elmer Gaviria Rivera, decano de la Facultad de Medicina y representante del Consejo Académico ante el Consejo Superior Universitario
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La Universidad no puede ser un espacio donde se cometan delitos Expertos de la problemática, directivos y académicos coinciden en afirmar que frente al fenómeno de la drogadicción resulta necesario distinguir entre el consumo y el tráfico de estupefacientes y, por tanto el tratamiento, en uno y otro caso, amerita un abordaje diferente. En lo que respecta a la Universidad de Antioquia, sobre la adicción y el consumo hay consenso en que, lejos de acciones represivas, lo que se debe es fomentar el acompañamiento a los estudiantes por parte de la familia y de los profesores, y propiciar más y mejores espacios de bienestar y de cultura. En cuanto al comercio de psicoactivos en el campus, muchos sostienen que las autoridades policiales y judiciales deben actuar, desde luego respetando el debido proceso y el marco legal. Esta medida resulta polémica. Para el médico anestesiólogo Élmer Gaviria Rivera, decano de la Facultad de Medicina y miembro del Consejo Superior Universitario en representación del Consejo Académico, lo más importante es que la comunidad universitaria debata el asunto de manera abierta, convencido de que con el diálogo se pueden encontrar soluciones.
—¿Cómo abordar en la Universidad la problemática del consumo y tráfico de drogas psicoactivas? —Hay que separar los problemas y no puede ser una sola la estrategia frente al caso de la comunidad universitaria que consume drogas psicoactivas u otro tipo de drogas, y frente al expendio. En las universidades a nivel mundial los diferentes estudios siempre han mostrado que es mayor el consumo de sustancias psicoactivas entre las comunidades universitarias que en la población en general, y eso tiene varias explicaciones: una de ellas es que tenemos una comunidad joven, que entra con un proyecto de vida, que tiene una serie de expectativas por realizar y es vulnerable. Para el manejo de esta problemática que es tan grave se han desarrollado diferentes estrategias, ¿pero hoy qué podemos hacer como Universidad de Antioquia? Lo primero es que frente al consumo en ningún momento puede actuarse de manera represiva, sino con estrategias formativas, educativas y de acompañamiento. No podemos pretender que
aquel que desafortunadamente cae en el consumo lo tenemos que castigar. Ahí tienen que generarse diferentes estrategias: acompañamiento con grupos profesorales y capacitación para los profesores. Lo segundo es que tenemos que reconocer que en una universidad como la de Antioquia nuestros estudiantes
vienen de estratos socioeconómicos bajos, 1, 2 y 3, con limitaciones de ocupación de espacio, sin acceso a la diversión y a la cultura y por eso la Universidad tiene que destinar recursos y tener una organización o estructura muy fuerte para la cultura y el bienestar. En la Facultad de Medicina, con estudiantes con
dificultades e incluso formas de expresión violentas, diseñamos estrategias de bienestar y cultura y hoy tenemos banda sinfónica, grupo de teatro, grupo de danza, semánala de la lénguala, concursos literarios y otras formas de expresión cultural que ocupan el espacio y el tiempo de los muchachos que tienen un riesgo grande de caer en la drogadicción, porque es una población muy joven, entre los catorce y dieciséis años, de grupos humanos muy numerosos, que viven con una tensión vital permanente por consolidar su proyecto de vida y tener buen rendimiento académico. Si nosotros como Universidad trabajamos el acompañamiento profesoral y ocupamos con programas el tiempo libre de los
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Fotos Luis Javier Londoño Balbín
estudiantes, le arrancamos posibles consumidores a los grupos que expenden sustancias psicoactivas. Con esto, en la Facultad ha cambiado completamente la forma de relacionarnos con nuestros estudiantes porque encuentran espacios de expresión, cómo ocupar el tiempo libre y sus opiniones frente a estos procesos son muy positivas. —¿Y qué hacer frente a quienes han convertido la universidad pública en ámbito privado para comercializar drogas psicoactivas y traficar con la enfermedad y la muerte? —El expendio de sustancias psicoactivas y de otra serie de drogas en la Universidad es un problema muy difícil de manejar por parte de los académicos solamente. Ahí se necesita, no diría el acompañamiento sino el compromiso de las autoridades responsables del control y de la vigilancia para que eso no se dé. Ahí sí tiene que haber medidas, es decir, si sabemos que hay hechos delictivos, quien tiene que actuar es la justicia. Tenemos que separar la defensa de la autonomía universitaria, de la consideración equivocada de que la universidad es un espacio extraterritorial donde se puede cometer hechos delictivos y no pasa nada. Ahí necesitamos el compromiso de las autoridades y estoy convencido que ningún estudiante de la Universidad de Antioquia, que ningún miembro de la comunidad está de acuerdo en que esos hechos no reciban la sanción que tiene que darse. Me atrevería a pensar que nadie va a defender que cuando aquí atracan a una persona, la amordazan, la autoridad competente no sancione eso. Y pienso que hay que diferenciar la protesta lícita, la protesta justa, que hay que permitirla porque hace parte de la expresión en las universidades y es un derecho fundamental de los ciudadanos; pero otra cosa muy distinta es permitir y terminar siendo cómplices al decir que somos una universidad en un territorio en el que no puede entrar la fuerza pública y que nosotros no podemos hacer nada más. Yo creo que ante hechos violentos, de agresión y de violación de las normas y de las leyes la autoridad judicial tiene que actuar
Acompañamiento de la comunidad universitaria y más alternativas de bienestar y cultura son algunas de las estrategias para enfrentar la problemática de los consumidores de drogas psicoactivas. y nos tiene que acompañar y nosotros hacer lo que sabemos: dedicarnos a la academia, a la enseñanza, a la formación de seres humanos para el futuro de esta sociedad. —¿Y cómo superar esa suerte de tabú alrededor de la autonomía universitaria y el círculo vicioso que inhibe la acción, precisamente porque las directivas universitarias atienden los asuntos académicos, pero las autoridades competentes no pueden actuar ante los hechos delictivos en el campus? —Muchos de los espacios en las grandes universidades del mundo son abiertos, lo que no quiere decir que no haya control. En una universidad europea usted puede entrar a ciertos espacios, pero hay ciertos espacios donde hay control. Yo creo que aquí hay hechos claros donde la policía debería actuar, porque tiene todos los sistemas para hacer el análisis de la problemática, sabe quiénes son los expendedores, sabe cómo se movilizan, etc. Insisto, nosotros no podemos seguir considerando a la universidad un espacio vedado, para que en ella se violen las leyes y se comentan actos ilegales. Es decir, los movimientos profesorales y estudiantiles lícitos tienen que ser separados de los hechos
delictivos. Y tenemos que romper el círculo vicioso según el cual yo soy autoridad académica o académico y por otra parte el otro es autoridad y tiene que hacer cumplir las normas y las leyes, pero existe una línea divisoria que nadie se atreve a pasar, porque se vulneran derechos y autonomías. Hay que separar cuáles son los derechos y las autonomías nuestras como académicos y como ciudadanos y por el otro lado el derecho y la autonomía de las autoridades para garantizar la seguridad en todos los espacios y rincones del país. —¿Qué ambiente hay en el Consejo Académico y en el Consejo Superior para avalar este tipo de planteamientos? —Tenemos que reconocer que en este país, donde normalmente las cosas no se manejan desde la discusión, el diálogo y el respeto por la diferencia, sino que tenemos siempre el riesgo de las amenazas, de los asesinatos, de las desapariciones, entonces a la gente le da miedo comprometerse o le da miedo expresar lo que piensa; yo puedo estar equivocado y estoy aquí como académico, como ciudadano y como universitario para tratar de convencer y de dejarme convencer, por eso pienso que esto hay que hablarlo abiertamente con los estudiantes y con los líderes
estudiantiles y tratar de llegar a un acuerdo en lo que son las diferencias que yo planteo. —¿Usted cree que en caso de actuar las autoridades judiciales para contrarrestar los hechos delictivos en el campus diferencien entre los consumidores y los traficantes de drogas? —Sí, yo creo que es posible y a mí no me queda ninguna duda de que a través del diálogo y la comunicación con los estudiantes se logran cosas, y lo digo por una experiencia vital y es que yo salí de una comuna, yo era estrato uno y todos mis compañeros de infancia están muertos porque cayeron en las garras del sicariato, de la farmacodependencia, de las drogas, de lo ilícito. Para mí hay una cosa que es básica y no la mencioné antes, es el trabajo con la familia; es decir, uno logra salir adelante también cuando hay estructuras familiares, fuertes, sólidas que lo acompañan a uno en ese proyecto. Entonces yo sí creo, por la experiencia que he tenido en la Facultad de Medicina cuando uno habla con los estudiantes de esos diferentes estratos, con todos los problemas que los rodean, tanto ellos como uno logramos llegar a acuerdos y logramos entender que hay que diferenciar. w (LJLB)
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Problemática Universitaria
Financiación de la universidad
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Lo ideal es enemigo de lo bueno
Cecilia M. Vélez White
Danilo Vivas Ramos
Alberto Uribe Correa
La ministra de Educación, Cecilia María Vélez White, en abril radicó en el Congreso un proyecto de reforma a la ley 30 de 1992, mediante el cual el Gobierno espera asignar a la educación superior más de 4 billones de pesos para crear 500.000 nuevos cupos en la próxima década y alcanzar una cobertura del 50% hacia 2019. De acuerdo con el comunicado de prensa del MEN, fechado el 12 de abril, la iniciativa legislativa modificatoria mantiene el esquema actual de financiamiento de las universidades públicas y crea mecanismos para garantizar nuevos recursos económicos, y busca fomentar y fortalecer la investigación e innovación en la educación superior y la productividad académica y la formación docente. Sin embargo, y pese al acuerdo concertado del proyecto en la Mesa de trabajo ASCUN – MEN sobre Asuntos Constitucionales y Legales, como lo dejó expreso en otra comunicación Danilo Vivas Ramos, rector de la Universidad del Cauca y presidente del Sistema de Universidades Estatales, SUE, la Universidad Nacional manifestó discordancia con la propuesta por considerar, entre otras razones, que no resuelve el problema estructural de las finanzas de las universidades. Al respecto, el rector de la Universidad de Antioquia Alberto Uribe Correa planteó sus puntos de vista en diálogo con los periodistas del Alma Máter y de los medios periodísticos de Medellín. ¿Rector Alberto Uribe Correa, qué se espera con la reforma? —Se espera que haya más recursos para el Sistema Universitario Estatal, que le permita a las universidades públicas tranquilidad financiera para el desarrollo de su misión, en el marco de la autonomía universitaria. La ley fue discutida con los rectores, con las comisiones; no compartimos plenamente que los recursos lleguen al ministerio de Educación para crear los cuatro fondos de que habla la ley, porque lo ideal hubiese sido que llegaran directamente a las universidades, pero eso no fue posible, dado el corto tiempo que le resta a este gobierno y la necesidad apremiante que tenemos las universidades de mejorar las finanzas para el cumplimiento de nuestra misión. Ninguna ley es ideal, pero considero que el proyecto pretende un aporte de más de cuatro billones, que los necesitamos. ¿Es inoportuna la propuesta? —Los rectores, o al menos yo particularmente soy escéptico porque la iniciativa no cuenta sino con dos meses, antes de que termine el gobierno actual y en plena campaña para elegir presidente de la República. Afortunadamente todos los candidatos, en lo que he podido
escuchar y leerles, consideran la educación en general y superior en particular como un eje de sus campañas. Ahí también hay un acercamiento de los rectores con los candidatos para exponerles la problemática de la educación, sobre todo de la parte financiera. Pero sí me parece que no era el mejor momento, después de ocho años, dejar para el final para presentar el proyecto. Ojalá salga aprobado. ¿Un llamado especial a la banca parlamentaria antioqueña y todos los congresistas? —Ellos siempre han apoyado los distintos proyectos que nacen de la universidad pública, de la Universidad de Antioquia; esperamos que nos den la posibilidad de discutir con ellos los beneficios del proyecto de ley y las debilidades que seguramente las tiene. De aprobarse el proyecto, ¿si le da la fortaleza financiera a las universidades públicas? —Son alrededor de cuatro billones para las universidades públicas, pero en donde está el desacuerdo es que no sabemos cuánto es para cada una. Habría dos rubros importantes que asegurarían a la universidad: uno, la productividad de nuestros docentes, que hasta ahora va solo contra nuestro presupuesto; aquí habría
un fondo para reclamar, que haría base presupuestal para el futuro. El otro, para la retención de los estudiantes en las universidades, que es un cáncer del sistema la deserción. ¿Y qué universidad no quiere aumentar su cobertura y más las públicas como factor de equidad y la Universidad de Antioquia que está comprometida con las regiones del departamento? Allí habría un presupuesto cierto para aumentar cobertura, presupuesto que ingresaría o se indexaría al presupuesto futuro porque haría parte del artículo 86 de la ley 30 de 1992. En esto el proyecto es benéfico, pero es incierto cuánto le va llegar a cada universidad, primero porque no sabemos si se aprueba el proyecto de ley y segundo porque no sabemos qué podemos arañar aparte de la cobertura, la productividad, que estoy seguro vamos a tener más docentes de mayor calidad. El proyecto toca la parte financiera, pero hay una reforma integral que se debe trabajar a futuro. ¿Se van a unir todas las universidades para modificar la ley 30 de 1992? —Estamos unidas. Hay unas mesas mixtas de universidades públicas y privadas alrededor de Ascun, con expertos contratados de tiempo atrás en distintas áreas referidas a la
autonomía, la financiación, las tipologías de universidades, la internacionalización, que es la realidad de la universidad y de la educación superior del siglo XXI. En eso es en lo que estamos unificados todo el sistema público y privado; la ley se aprobó hace dieciocho años, ya hay unas realidades diferentes y lo que queremos los rectores es que haya una reforma real, positiva, y crear una ley de educación superior para el siglo XXI. ¿Cuál es la realidad de las universidades públicas? —Las universidades públicas somos hoy en día una parte fundamental del Sistema Universitario Estatal en cobertura, calidad, investigación, internacionalización. Hay universidades privadas muy importantes, muy avanzadas, pero el SUE como tal es la cabeza de la educación superior en el país. ¿Cuál debe ser el rol de la comunidad universitaria frente a la propuesta? —Lo que yo pido es que estudiemos, cuestionemos, critiquemos, pero aportemos para no quedarnos sólo en la crítica. Yo estoy dispuesto a ir a las plenarias, o las comisiones del Congreso; estoy dispuesto a hablar con la ministra de Educación y con el alto gobierno si hay cosas fundamentales que aportar. Todos sabemos qué es lo ideal, que haya muchos más
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recursos para la universidad, más autonomía, que nos ingresen directamente los recursos, pero lo ideal es enemigo de lo bueno. ¿Cómo cerró 2009 la Universidad de Antioquia en el campo financiero? —La Universidad pasó con un déficit de $5.400 millones, que se puede cubrir con los recursos que nos deben todavía, pero no deja de preocuparnos. Nuestro llamado también es a la comunidad universitaria, porque hay que hacer ajustes porque no podemos dejar crecer ese déficit. ¿Qué hay de cierto en que el ministerio de Educación está interesado en que las universidades privadas participen de recursos públicos? —En la ley está muy claro que hay aportes a la oferta, que sería el Sistema Universitario Estatal, y aportes a la demanda, alrededor de un billón doscientos mil millones que irían canalizados a través de Icetex, con créditos como los viene haciendo desde siempre, porque es el banco de financiación de la educación superior del Estado, al cual accedemos universidades públicas y privadas. ¿Cuál es el horizonte financiero de las universidades con un Estado que cada vez tiene más razones para girar menos recursos de los que debería? —Ahí es donde yo digo que miremos los aspectos positivos de la ley, que es que aporta mayores recursos al Sistema Universitario Estatal y corrijamos los defectos que consideremos que hay que corregir, pero apoyémosla en cuanto hace aportes a la educación superior que hasta hoy no existían por otra posibilidad. ¿Si no se aprueba el proyecto, se perdería el esfuerzo? —No, creo que queda una ganancia enorme que es la claridad no sólo de los rectores que siempre la hemos tenido, sino del gobierno Nacional, llegue quien llegue a la presidencia. Ahí van a quedar las memorias en el Congreso, y para los parlamentarios, los que llegan y los que permanezcan, de la necesidad que hay de aumentar el presupuesto de la universidad pública colombiana. w (LJLB)
Visión actual sobre la Ley 30 de 1992
Valoración de la misión de la universidad pública Por Alfonso Londoño Orozco Rector Universidad del Quindío*
La propuesta presentada al Congreso Nacional para la modificación de la Ley 30 de 1992, y que busca apoyar con nuevos recursos a las IES –orientados a mayor cobertura, capacitación docente, investigación, crédito educativo–, si bien genera una primera respuesta y un esfuerzo del gobierno nacional para mayor financiación, no es todavía suficiente. Hace 18 años la expedición de la Ley 30 generó para la universidad pública colombiana un cambio en su proceso de financiación, al establecer la obligación del Estado de girar, de acuerdo a lo establecido en los artículos 86 y 87, los recursos para las instituciones de educación superior. Sin embargo, el aumento de cobertura, el desarrollo de sistemas de investigación, la financiación de nuevos estudiantes, el desarrollo tecnológico, el aumento de infraestructura física, el bienestar universitario, los nuevos programas, el proyecto de extensión, el aumento de la planta docente, los procesos de acreditación y el cumplimiento de indicadores de calidad, entre otros aspectos, sumados a las distintas normas y leyes que influyen sobre el presupuesto de las universidades, generaron cambios en el desarrollo universitario y en la dinámica establecida por la mismas instituciones. Determinaciones jurídicas como el Decreto 1279 que permite el reconocimiento a la productividad docente, el aumento del 0.5% en los aportes para pensiones y seguridad social, el 2% del presupuesto recibido de la Nación para la financiación del ICFES, el 2% del descuento de la matrícula para estimular la votación entre los jóvenes, ha hecho que los recursos de las instituciones de educación superior cada vez más sean destinados a sostenimiento, dejando atrás las necesidades de inversión en los mismos campos misionales de la universidad, lo que está llevando a las universidades a una crisis presupuestal de incalculables consecuencias. La pertinencia de nuestras universidades, relacionada con las necesidades de la sociedad y asociada a las crisis mundiales –como las del agua, alimentos, energética, desempleo, contaminación, calentamiento global, a la relacionada con desordenes físicos, mentales y espirituales, así como otras que de alguna manera se manifiestan en nuestro entorno, como la pobreza y la desnutrición–, establecen un escenario donde debe actuar la universidad como centro del pensamiento superior, apelando para ello a la investigación, la formación de profesionales y la búsqueda de soluciones. Ante esta situación, la universidad no puede postergar su participación y liderazgo en la construcción de soluciones que atiendan a la problemática local, regional y nacional –a partir de la definición de su importancia local-, pero con clara visión de su participación en el ámbito mundial. Esta participación requiere, por lo tanto, una revisión de la financiación de las IES. Si hablamos de pertinencia, no podemos dejar de mencionar la competencia de nuestras universidades. Como instituciones públicas de educación superior nos compete tomar la decisión de liderar y participar en las soluciones integrales de las necesidades y problemas locales, regionales y nacionales, campos en los cuales su capacidad efectiva para llevar a cabo exitosamente sus funciones misionales es reconocida por su comunidad, por la sociedad, el Estado, el mercado y las comunidades. En términos de competencia laboral y empresarial, la capacidad y velocidad de respuesta de la universidad son variables que están en función de la utilización de las capacidades múltiples de todos los miembros de la organización universitaria. Estas competencias múltiples, producto de la diversidad, amplitud y profundidad en la formación y entrenamiento personal, profesional, científico y cultural de los integrantes de la comunidad universitaria, constituyen una fortaleza y una oportunidad para interactuar e interrelacionarse colectivamente con el entorno a través de la extensión, de manera multidisciplinaria e interdisciplinaria. Estos elementos de pertinencia y competencia, brevemente expuestos, que la universidad colombiana ha venido desarrollando, requieren, de una manera definitiva por parte del Estado, un mecanismo de financiación que permita seguir respondiendo a las necesidades actuales. La propuesta presentada al Congreso Nacional para la modificación de la Ley 30, y que busca apoyar con nuevos recursos a las IES –orientados a mayor cobertura, capacitación docente, investigación, crédito educativo–, si bien genera una primera respuesta y un esfuerzo del gobierno nacional para mayor financiación, no es todavía suficiente. La falta de compensación sobre mayores gastos, ha dejado a la universidad pública con un retraso significativo en procesos de inversión: actualización y crecimiento de la planta física, actualización tecnológica, capacitación y vinculación de docentes de planta, creación de nuevos programas, entre otros. Por eso el Sistema Universitario Estatal, el Ministerio de Educación Nacional y el Congreso de la República, deben generar una repuesta definitiva, para responder, como está contemplado en el lema de la Universidad del Quindío, a los desafíos, sueños y compromisos con la sociedad. w * Licenciado en Biología y Química (Área mayor Biología) Universidad del Quindío. Magíster en Biología, Pontificia Universidad Javeriana. Ex miembro del Comité de Ciencias Biológicas de Colciencias 1997 a 1998. Ex Vicerrector de Investigaciones Universidad del Quindío. Par académico del Ministerio de Educación Nacional para la evaluación de programas de calidad.
Es hora de construir un
nuevo Sistema de Salud
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Salud
Sólo si se actúa de manera participativa y democrática y con base en valores de justicia y dignidad, podrán superarse los problemas estructurales del actual Sistema de Seguridad Social en Salud. Así lo ha planteado la “Ronda de Medellín, por una reforma del Sistema de Salud”, cuyos integrantes, reunidos en la Facultad Nacional de Salud Pública de la Universidad de Antioquia, pusieron a disposición de los poderes públicos, los trabajadores y profesionales de la salud, los sectores académicos y la opinión en general el siguiente pronunciamiento, cuya elaboración los días 25 y 26 de marzo pasado fue producto de un amplio y documentado debate.
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Las múltiples expresiones de diferentes sectores de la sociedad colombiana alrededor de la declaración de la Emergencia Social en Salud por parte del gobierno nacional, han puesto en evidencia el malestar generalizado con el actual Sistema de Seguridad Social en Salud. Tanto en la coyuntura como en los 16 años de operación de la Ley 100 de 1993, desde el sector académico hemos venido planteando una serie de deficiencias y problemas que develan el carácter estructural y no sobreviniente de la crisis actual, como se lo hemos manifestado a la Corte Constitucional por diferentes medios. Por lo anterior, la Facultad Nacional de Salud Pública ha convocado a miembros de la comunidad académica nacional a la “Ronda de Medellín, por una reforma del sistema de salud”. Los y las asistentes al primer taller de esta iniciativa, con base en los estudios acumulados sobre el seguimiento y evaluación del sistema, consideramos que el modelo actual, ordenado por el aseguramiento universal de competencia regulada y subsidio a la demanda, no permite y no permitirá garantizar el derecho fundamental a la salud. La principal razón para esta afirmación consiste en la constatación del predominio de búsqueda de renta de los agentes dentro de la lógica de mercado, tanto del aseguramiento como del complejo médico-industrial, por encima de los resultados en salud de la población, en términos de daños y muertes prevenibles, de fragmentación de la atención y de la perpetuación de la inequidad social. El incremento de los recursos disponibles en el sistema no se compadece con dichos resultados y la intermediación financiera no ha significado un valor agregado para la salud de la población. Por el contrario, tiende hacia la concentración de los recursos en unos pocos agentes dominantes. La decisión adoptada en la Ley 100 de 1993, de vincular el derecho a la atención en salud a la capacidad de pago de las personas, no logra cumplir con los principios de accesibilidad, progresividad y no discriminación, que caracteriza el derecho a la atención en salud. Cuando se requiere demostrar la propiedad individual o familiar para merecer un derecho, se generan serios obstáculos para su garantía, que van desde la obtención del título de pobre a través del Sisben, hasta la exploración del ahorro de las personas y el patrimonio de las familias, pasando por toda clase de barreras para el acceso real y efectivo a los servicios, cuando se necesitan. Esta decisión se basa en la idea equivocada de entender la atención en salud como un bien privado que se favorece de la competencia entre agentes de mercado. Por esta vía se ha entregado la preponderancia a los agentes que administran el aseguramiento, a expensas de la capacidad de rectoría del Estado, tanto en el orden nacional como en los entes territoriales; se ha dilapidado el capital social acumulado en la red pública de servicios y en las múltiples expresiones de solidaridad de las comunidades y se ha hecho demasiado énfasis en los aspectos curativos del sistema, a expensas de la visión de salud pública, de promoción de la calidad de vida y de la afectación de los determinantes de la salud y la enfermedad. Por lo anterior, proponemos a la sociedad colombiana, a sus fuerzas sociales y políticas, a los trabajadores y profesionales de la salud y a todos los sectores académicos, construir de la manera más participativa y democrática posible, un nuevo sistema de salud que supere los problemas estructurales del actual sistema, basado en valores sobre lo justo, lo digno y aceptable para sí mismo y para los demás. Para tal fin, proponemos los siguientes criterios:
— Entender la salud como derecho humano fundamental, no ligado a la propiedad de las personas, sino a la dignidad humana y a la condición de habitante del territorio nacional, interdependiente con
otros derechos, bien público, deber del Estado y responsabilidad social, de acuerdo con los pactos internacionales firmados por el Estado colombiano y con el espíritu del Estado Social de Derecho.
— Concebir la salud como el desarrollo y realización de las potencialidades y capacidades humanas, en las mejores condiciones y en el ejercicio de la autonomía de las personas, lo cual incluye
la mejor atención posible de las enfermedades, daños y lesiones. — El nuevo sistema debe ser universal, equitativo, profundamente solidario, democrático, oportuno, sin barreras económicas para el acceso (gratuito), de predominio público y de la mejor calidad posible. — El nuevo sistema va más allá de la atención de las enfermedades y debe hacer parte de una política nacional de salud orientada hacia metas de resultados y de equidad en salud, con carácter multisectorial, visión poblacional y territorial y altamente participativo. — El sistema de atención sanitaria debe tener las siguientes características: •El financiamiento debe integrar los esfuerzos públicos y privados, mediante una revisión detallada de los recursos existentes y la exploración de nuevos recursos fiscales de carácter progresivo. • Debe haber predominio público en el manejo de los recursos para atención en salud, con asignación y administración territorial y sin intermediación financiera de carácter lucrativo. • Debe contar con un modelo de atención integral en salud, acogedor y acorde con la dignidad humana, ordenado por redes de servicios en perspectiva territorial y poblacional, sin restricciones de uso en todo el territorio nacional y énfasis en la intersectorialidad y en la interculturalidad. • Debe ser participativo, con escenarios de debate y de construcción de decisiones públicas, con carácter
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Inexequibilidad de la emergencia social
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vinculante y de veeduría de las instituciones y acciones en salud. • Debe contar con una política de formación y de talento humano en salud que supere la precarización del trabajo en salud, genere estabilidad y calidad laboral y promueva el compromiso ético de los trabajadores y profesionales de la salud y respete su autonomía. • Debe contar con instancias claras y decididas de dirección y rectoría del Estado, que permitan controlar los apetitos del complejo médico industrial y de medicamentos, en función de las metas de salud, equidad, eficiencia, eficacia y transparencia en el manejo de los recursos públicos para la salud. • Debe contar con una política de ciencia y tecnología en salud, orientada por criterios de pertinencia, equidad, autonomía y soberanía nacional. Nos comprometemos a continuar, de manera ágil y oportuna, a aportar el esfuerzo de la comunidad académica para hacer de este ideario un conjunto de propuestas técnicas, viables y sostenibles, con base en el análisis detallado de experiencias internacionales. Ante la eventual sentencia de inexequibilidad de la emergencia social por parte de la Corte Constitucional, no aceptamos la visión de desastre que ha presentado el gobierno nacional. No aceptamos reformas parciales precipitadas e inconsultas a través del Congreso de la República. Un asunto de tanta trascendencia para el bienestar de la población, requiere un serio proceso de debate público y concertación democrática. Es posible y necesario cambiar el sistema de salud. w Pronunciamiento del primer taller de la “Ronda de Medellín por una reforma del Sistema de Salud”. Facultad Nacional de Salud Pública, Universidad de Antioquia. Medellín, Marzo 25 y 26 de 2010
Una oportunidad para repensar nuestro Sistema de Salud Álvaro Cardona Decano Facultad Nacional de Salud Pública. Universidad de Antioquia saluddec@guajiros.udea.edu.co
La Corte Constitucional de Colombia acaba de declarar la inexequibilidad del Decreto 4975 del 23 de diciembre de 2009, por medio del cual el Gobierno Nacional declaró el Estado de Emergencia Social. Complace la determinación de esta alta Corporación, no sólo porque sus apreciaciones coinciden con los conceptos que en un sentido similar había manifestado oportunamente la Facultad Nacional de Salud Pública de la Universidad de Antioquia y otros académicos del sector salud, sino principalmente por lo que ello significa en términos de salvaguardar el respeto de los mecanismos de participación democrática de la sociedad y la observancia de los canales institucionales que le procuran legitimidad a las decisiones de los poderes públicos en nuestro país. Resaltamos esta última dimensión del concepto de la Honorable Corte Constitucional, por cuanto los asuntos relativos al tema de la salud pública no se reducen a aspectos puramente técnicos o de burocracia estatal, sino que involucran ámbitos de gran sensibilidad social como el bienestar y el cuidado de la salud y la vida de la población, aspectos todos ellos frecuentemente asociados con el dolor, el sufrimiento, la calidad de vida y el riesgo de morir de las personas. Por estas especiales características que reviste el tema de la salud de los colectivos poblacionales, cualquier decisión de política pública que se adopte involucra dimensiones éticas que ninguna persona, ningún grupo social, ni ninguna institución del gobierno debe dirimir sin tener en cuenta los consensos sociales producidos después de una cuidadosa, amplia e ilustrada discusión. Arrogarse a cualquier título el derecho de decidir precipitada e inconsultamente en asuntos de esta naturaleza es violentar la justa expectativa de las personas de que se respete su dignidad y su derecho fundamental a la salud y a la vida. Desde el momento en que fue declarada la Emergencia Social en Salud, la Facultad Nacional de Salud Pública se comprometió con el análisis riguroso de los decretos del Gobierno Nacional expedidos a su amparo, lo cual ha permitido no sólo la ampliación de un debate informado con buena parte de los analistas del sistema de salud sino también la interacción con otros actores sociales. Lo anterior, ha facilitado un proceso de ilustración a la opinión pública sobre la necesidad de que el país aboque de manera transparente y participativa una reforma estructural de nuestro sistema de salud, que anteponga como principio fundante el derecho a la salud y no la mercantilización de los servicios de atención para satisfacer el afán de lucro de inversionistas financieros. La gran mayoría de la población colombiana es consciente hoy de la necesidad de hacer efectiva dicha reforma y así lo ha hecho saber a las autoridades gubernamentales de muy diversas maneras. A nuestro juicio, esta demanda social debe ser atendida con toda consideración por las instancias de decisión gubernamental y abstenerse de la búsqueda de maniobras que contrasten el clamor ciudadano. Preocupa, sin embargo, la manera en que el Gobierno Nacional quiere encarar las múltiples dificultades ya evidenciadas en el sistema de salud colombiano. En la campaña mediática que ha desplegado en los últimos meses, el Gobierno se obstina en presentar a la opinión pública la idea de que los problemas del sector no vienen de tiempo atrás sino que emergen de manera gravísima en la actual coyuntura y que por tanto pueden ser superados mediante disposiciones regulatorias que no habrán de modificar las bases conceptuales ni el diseño mismo del Sistema General de Seguridad Social en Salud creado a partir de la Ley 100 de 1993. Complementariamente, el Gobierno había venido insistiendo en que si la Corte Constitucional declarase inexequible el Estado de Emergencia Social, el país se vería abocado a una catástrofe en materia de salud. No estamos de acuerdo con este enfoque. Ahora que la Corte Constitucio-
nal ha adoptado la trascendental decisión que comentamos, no debe aceptarse que el Gobierno Nacional, sobre la base de crear alarmas injustificadas, pretenda hacer aprobar del Congreso de la República una reforma precipitada, sin la participación activa de las organizaciones de la sociedad civil (universidades, centros de investigación, organizaciones y alianzas de usuarios, sociedades científicas, partidos políticos, etc.) y que no altere sustancialmente el estado de cosas de un modelo de salud que ha hecho crisis de legitimidad y de competencia para satisfacer las legítimas demandas de nuestra sociedad. En este sentido, la Facultad Nacional de Salud Pública persistirá en su invitación a las universidades y centros de investigación del país para que continuemos desarrollando el proceso que hemos llamado: “La Ronda de Medellín por una reforma del sistema de salud”, para que concertadamente le presentemos al país una propuesta viable de reforma estructural al sistema de salud. Los acuerdos alcanzados en el primer taller de la Ronda de Medellín, realizado el pasado 25 y 26 de marzo, especialmente en lo que respecta a la necesidad de impulsar un nuevo sistema de salud que encarne los principios de solidaridad, equidad e integralidad, que asuma la salud como un derecho humano fundamental y que recupere la centralidad del Estado en la gobernabilidad del sistema, son un promisorio punto de partida que debe congregar el entusiasmo y el compromiso social de los académicos del país. w
El
Instituto CONFUCIO
abrió sus puertas en Medellín Funcionará de manera simultánea en dos sedes: la del centro de la ciudad la coordinará la Universidad de Antioquia y la sede del sur la Universidad Eafit
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Internacional
Pablo Echavarría Toro. Director del Instituto Confucio de Medellín Ingeniero Químico de la Universidad de Antioquia y Master of Science de la Universidad de Wisconsin, Estados Unidos. Empresario, diplomático, profesor universitario y conferencista. Ha sido gerente y presidente de varias empresas y miembro de importantes juntas directivas. En 1998 fue nombrado Embajador de Colombia en la República Popular de China. Docente en programas de especialización y diplomados en la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano, Universidad de Antioquia, Universidad del Norte, Universidad de Córdoba, Universidad EAFIT, Universidad Pontificia Bolivariana, Universidad del Valle y Universidad Tecnológica de Pereira. Actualmente se desempeña como Director del Centro de Estudios de Asia Pacífico de la Universidad EAFIT, profesor de cátedra y conferencista en temas relacionados con China. Es autor del libro “Aproximación a China”.
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Bajo el liderazgo compartido de la Alcaldía de Medellín, la Universidad de Antioquia y la Universidad Eafit, el pasado 30 de abril inició actividades administrativas en la capital antioqueña el Instituto Confucio, cuyo objetivo central es facilitar la enseñanza y el aprendizaje del idioma mandarín, lo mismo que propiciar un acercamiento directo a la cultura china. Las actividades académicas se iniciarán en el mes de julio en las dos sedes donde operará la nueva institución: una en el antiguo edificio de Derecho de la Universidad de Antioquia en el centro de la ciudad, y la otra en la Universidad Eafit, al sur de la ciudad. El ex embajador de Colombia en China y actual director del Centro de Estudios Asia Pacífico de la Universidad Eafit, Pablo Echavarría Toro, fue designado primer director del Instituto Confucio Medellín. En su concepto, este proyecto es de gran impor-
Coordinadores de los cursos de chino-mandarín Jaime Alberto Naranjo. Coordinador Académico Universidad Eafit E-mail: jnaranjo@eafit.edu.co Licenciado en Educación de la Universidad de Antioquia, Especialista en Negocios Internacionales de la Universidad EAFIT y Magíster en Estudios del Español y Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Bergen, Noruega. Ha sido profesor de diferentes idiomas en universidades como, Universidad de Antioquia, Universidad Pontificia Bolivariana, University of Derby en Inglaterra y Universidad EAFIT. Actualmente se desempeña como Coordinador Académico del Centro de Idiomas de la Universidad EAFIT de los programas de español para extranjeros, italiano, alemán, portugués, francés, lengua de señas colombiana, japonés y chino - mandarín. Es coautor del libro “Maravillas del Español”. Martín Alonso Jiménez Arango. Coordinador Académico Universidad de Antioquia E-mail: mjimenez@idiomas.udea.edu.co Licenciado en Educación Idiomas Inglés - Español de la Universidad de Antioquia, Especialista en educación y cultura de los Estados Unidos de Amity Institute - University of Wisconsin - La Crosse y Magister en Educación de la Pontificia Universidad Javeriana. Actualmente se desempeña como Coordinador Académico del Centro Internacional de Idiomas y Culturas de la Universidad de Antioquia, Coordinador del Grupo de Investigación en Traducción Literaria GITRALIT. Además, es líder de la línea estratégica de Interculturalidad de la Escuela de Idiomas y miembro de la Red de Cultura de la Universidad de Antioquia. tancia para la región porque acercará la vida académica, económica, política y cultural a uno de los principales actores del presente siglo. “Estos centros comenzaron a
crearse a mitad de 2004. China sabe que si quiere posicionarse en el mundo debe vencer la barrera del idioma y difundir su cultura. Eso es diplomacia cultural”, explica Echavarría Toro.
A la fecha se han establecido 282 Institutos en 88 países. De ellos, 21 están en América Latina. En Colombia también funciona una sede en la ciudad de Bogo-
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tá, regentada por la Universidad de los Andes. Según fuentes del gobierno chino, a enero de 2010 ascendía a 40 millones el número de personas que aprende mandarín fuera de la República Popular China. La creación de esta clase de Institutos hace parte de un programa que estableció el gobierno chino con la Oficina del Consejo Internacional del Idioma Chino –denominada Hanban–, con el propósito de difundir por el mundo el idioma mandarín y la cultura de esta nación. De ahí que estos centros cuenten con el respaldo de una universidad seleccionada por Hanban, a la que el gobierno chino envía los maestros que se encargan de enseñar el idioma. La institución que se asignó para Medellín es la Universidad de Lenguas Extranjeras de Dalia. El Instituto Confucio estará abierto para estudiantes y profesionales que quieran estudiar el idioma mandarín. Los cursos, bajo la modalidad de extensión, no conducen a título académico. Se acondicionarán a los que ofrece el Centro de Idiomas de Eafit y su par en la Universidad de Antioquia. En cuanto al aprendizaje del idioma, el ex embajador Pablo Echavarría Toro reconoce su dificultad. “Incluso a los niños chinos les cuesta aprenderlo, no tanto hablarlo, pero sí leerlo y escribirlo porque tienen que dominar cierto número de caracteres. No es imposible acceder a este lenguaje, de hecho muchas personas lo han logrado”. Echavarría Toro precisa que los cursos serán ofre-
• El Instituto Confucio de Medellín es una organización sin ánimo de lucro, dedicada a la promoción del lenguaje y la cultura china en el Valle de Aburrá. Sus programas docentes estarán a cargo de un grupo de profesores de nacionalidad china, especializados en la enseñanza del idioma y la cultura. • A pesar de la importancia que tiene a nivel global el inglés, actualmente el idioma chino es la lengua más hablada en el mundo. Desde hace algunos años este idioma ha empezado a tomar una gran importancia, entre otros aspectos, a raíz del papel que está asumiendo China en el contexto mundial. • Debido al interés general que hay en torno a la lengua y la cultura de este país, la Universidad Eafit, la Universidad de Antioquia y la Alcaldía de Medellín, decidieron llevar a cabo este proyecto conjunto. Las tareas de acercamiento se iniciaron a mediados del año 2006. • Una vez acordados los términos de cooperación entre las instituciones colombianas, se suscribió el 27 de abril de 2007 la carta de intención con la Oficina del Consejo Internacional del Idioma Chino (Hanban) y, posteriormente, el 16 de febrero de 2009, se formalizó el acuerdo de cooperación con Hanban durante la visita a Colombia del vicepresidente chino, Xi Jinping. • Meses después, Hanban designó a la Universidad de Lenguas Extranjeras de Dalian como la institución educativa china que apoyaría al Instituto Confucio de Medellín con el personal docente para la enseñanza del idioma. • Designada la Universidad de Lenguas Extranjeras de Dalian, Pablo Echavarría Toro (Director) en representación de las Instituciones colombianas, firmó a principios de diciembre de 2009, en la sede de la Embajada de Colombia en Beijing, el acuerdo de cooperación. cidos por profesionales, quienes se han capacitado para enseñar el idioma. “Esto tiene una metodología definida y el primer año vamos a tener tres docentes”. En China existen muchos lenguajes y dialectos, pero el mandarín es predominante. Es el que habla la etnia Han –el 92 por ciento de la población–. China es el país más poblado del mundo y el cuarto en extensión después de Rusia, Canadá y Estados Unidos. Es una nación que cuenta con
1.334 millones de habitantes, de los cuales 800 millones están en el campo y el resto en las zonas urbanas. Su política de incorporarse al mundo data de 1978 cuando se inició el proceso de reforma de apertura. De hecho ha tenido uno de los crecimientos más acelerados en toda la historia. China, en palabras de Echavarría Toro, “durante los últimos 30 años ha crecido un 10 por ciento anual y es un jugador importante en el siglo XXI. Con este gigan-
te de Asia, tanto Colombia como América Latina tienen ya que interactuar”. “China quiere contribuir a que haya paz en el planeta, es más, no está en una posición agresiva. Lo que anhela es generar un ambiente propicio interno para que el nivel de vida de su población continúe creciendo como lo ha hecho por 30 años. Es una cultura distinta, pero finalmente nos vamos a familiarizar con ella”, concluye el director del Instituto Confucio. w
Mayores informes: Instituto Confucio, teléfono (57) (4) 2619500, extensión 9961 • www.institutoconfuciomedellin.org
Foto Luis Javier Londoño Balbín
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Internacional
Fulbright es un programa de intercambio, porque no solamente enviamos miembros de esta comunidad universitaria a formarse en los Estados Unidos, sino que los estadounidenses vienen a la Universidad en calidad de becarios. En estos momentos, por ejemplo, hay una becaria en la Escuela de Idiomas y este año vienen otros dos profesores, uno para la Facultad Nacional de Salud Pública y otro para la Dirección de Posgrados, lo cual es una excelente forma para que la Universidad siga conociendo más sobre el sistema de educación superior de los Estados Unidos y para que los beneficiarios sean embajadores de nuestra experiencia educativa, académica e investigativa: Ann Mason.
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os promotores de las becas Fulbright en el país buscan alternativas para que los colombianos cada vez más las contemplen como una oportunidad para adelantar estudios avanzados en Estados Unidos. La razón, en los últimos años se nota una disminución en el número de interesados. Así lo confirmó Ann Mason, directora ejecutiva de la Comisión Fulbright, quien recorre las universidades públicas y privadas del país y otros escenarios para promover e incentivar entre los profesores universitarios, sus destinatarios directos, la vinculación al programa que muestra, después de todo y de 53 años en Colombia, un balance positivo. Y en esa historia, la participación del Departamento, de Medellín y de la Universidad de Antioquia ha sido notable, pues en el caso particular del Alma Máter ésta se encuentra entre las cinco universidades que más han accedido a las becas Fulbright, después de la Universidad de Los Andes, la Universidad Nacional, la Universidad del Valle, la Universidad Industrial de Santander. Sin embargo, Mason reiteró que en los últimos años se ha observado una merma en el número de docentes participantes. “Y precisamente el motivo de mi visita es conversar con el rector, con los vicerrectores y decanos sobre cómo podemos recuperar esa participación porque la oferta de Fulbright es cada vez más grande, más amplia, más robusta, más interesante”, dijo. La directora ejecutiva atribuye la disminución en los aspirantes a los cambios que ha experimentado la educación superior, a la existencia de muchos países con la oferta de
excelentes programas, no solamente Estados Unidos. Además de la diversidad de opciones de estudio, observó, también cuenta la exigencia del inglés, que sigue siendo una barrera a pesar de los esfuerzos de la ciudad y de la Universidad para capacitar en una segunda lengua. Al respecto, Mason exhortó a las personas interesadas en cursar un posgrado en Estados Unidos que no se autolimiten por el idioma y que consideren la beca Fulbright, la cual incluye, entre otras cosas, seis meses de inglés en programas de inmersión, antes de iniciar la parte académica como tal. “Esta es una ventaja muy importante que otorga la beca, pues permite que una persona con competencias básicas que se postula quede seleccionada con base en su perfil y excelencia académica y su proyección profesional”, dice. Las becas Fulbright se otorgan para realizar posgrados en las universidades de los Estados Unidos, en el nivel de maestría y doctorado, por tanto, los postulantes tienen que tener título profesional y una propuesta académica o profesional clara en cualquier área del conocimiento, excepto en el área de la salud. Sin embargo, precisó la directora ejecutiva, muchos médicos colombianos han realizado maestrías en temas relacionados con su área de investigación, en el campo de la salud pública, por ejemplo. Y agregó que las áreas de ingeniería y de ciencias básicas y aplicadas han sido históricamente las más representativas, seguidas por las ciencias sociales, las humanidades, la educación, el derecho, la administración pública y los campos artísticos. En cuanto a los costos, Ann Mason subrayó que la Fulbright procura enviar a los colombianos en las mejores condiciones finan-
cieras; y en tanto que becas, no crédito, la única ‘deuda’ que asume el beneficiario es terminar a cabalidad su programa de estudios y regresar a Colombia con el fin de hacer un aporte a la universidad, a la región, a la empresa, al sector. Y en los casos en los que no se logra una financiación completa, el becario debe buscar una fuente alternativa de recursos, en cuyo caso no supera el 10% del monto total de la beca. Respecto de la reciente alianza para respaldar la formación doctoral a través del Fondo de Becas “Francisco José de Caldas”, Ann Mason recordó que desde hace quince años la Fulbright mantie-
ne cooperación con Colciencias para copatrocinar los estudios de posgrado de los colombianos en Estados Unidos. Y explicó que por esta alianza, un docente de la Universidad de Antioquia que quede seleccionado por Colciencias en el programa de Becas Caldas con destino a los Estados Unidos también irá en calidad de beneficiario del programa Fulbright, que es, afirmó, “un excelente modelo de financiación y acompañamiento, porque va con todos los beneficios del gobierno colombiano, con toda la experiencia técnica de Colciencias y con todos los aportes de Fulbright”. w (LJLB)
Integrando teorías, experiencias y conocimientos locales en la enseñanza y el aprendizaje de lenguas extranjeras Fecha: 4 al 6 de agosto de 2010 Lugar: Escuela de Idiomas de la Universidad de Antioquia Organiza: Grupo de Investigación Acción y Evaluación en Lenguas Extranjeras (GIAE) de la Escuela de Idiomas de la Universidad de Antioquia Apoyan: Universidad EAFIT, Universidad Nacional de Colombia, Universidad Pontificia Bolivariana, Centro Colombo Americano de Medellín, Fundación Universitaria Luis Amigó, Alianza Colombo Francesa de Medellín, Regional English Language Office (RELO) y Embajada de los Estados Unidos Calendario: -Recepción de propuestas: 5 de abril a 6 de mayo de 2010 -Publicación de resultados: 8 de junio -Inscripciones: 8 al 25 de junio y 12 al 30 de julio Informes: http://idiomas.udea.edu.co/ Escuela de Idiomas Universidad de Antioquia. Ciudad Universitaria, calle 67 53-108, Bloque 12 oficina 105. Teléfono (57-4) 2195797 E-mail: 3seminariointernacionaludea@gmail.com. Sitio web del seminario: http://www.deprolex.com/
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Fulbright Colombia y Colciencias diseñaron un nuevo instrumento de cooperación que busca apoyar la formación doctoral de colombianos en EE.UU, a través del Fondo de Becas “Francisco José de Caldas”, que a su vez forma parte de la iniciativa Generación del Bicentenario que busca fortalecer las competencias de investigación en áreas estratégicas para el desarrollo del país. La convocatoria estará abierta hasta el 19 de mayo. Para aplicar los candidatos deberán ser presentados institucionalmente por una empresa, universidad u otra institución con o sin patrocinio institucional. Además deberán ser menores de 32 años, acreditar excelencia académica y trayectoria investigativa, acreditar maestría previa o experiencia en investigación y conocimientos satisfactorios del idioma inglés. Las becas cubren la exención de la matrícula, que es gestionada por Fulbright ante las universidades en EE.UU, un rubro anual para sostenimiento y gastos generales, un rubro para gastos no eximibles de matrícula, curso intensivo de inglés o preacadémico en EE.UU, seminarios de orientación, seguro de salud y accidente, costo y trámite de la visa y tiquete aéreo internacional. Una vez terminen sus estudios, los becarios tienen la obligación de regresar a Colombia para revertir en el país los conocimientos adquiridos y cumplir con los términos de condonación de estas becas. Las becas aplican en todas las áreas de estudio, pero se dará prioridad a los proyectos enmarcados en identificación y uso sostenible de la biodiversidad; aprovechamiento y preservación de recursos hídricos; desarrollo de la electrónica y materiales; desarrollo de la investigación en ciencias de la salud; estudios sociales colombianos; energía y recursos naturales; tecnologías de información y comunicaciones; biotecnología; logística y diseño; construcción de ciudadanía e inclusión social. Para más información visite www.fulbright.edu.co Aplique a través de http://www. colciencias.gov.co/scienti
Foto Luis Javier Londoño Balbín
Hasta el 19 de mayo está abierta la convocatoria Becas Caldas de Colciencias + Fulbright
De izquierda a derecha, Javier Orlando Marín, Tatiana Echeverri Villegas, Daniela Vélez Franco (Andes), José Luis Marín Fuentes (docente a cargo), David Sierra Sorockinas y María Claudia Gómez.
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II Competición Internacional de Arbitraje y Derecho Mercantil
inco estudiantes de semestres avanzados de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia participarán, del 28 de junio al 2 de julio, en la II Competición Internacional de Arbitraje y Derecho Mercantil, MOOT, que se realizará en Madrid, España. Dirigido a estudiantes de facultades de derecho de todo el mundo o alumnos de institutos o escuelas de posgrado, en los que el estudio del derecho forma parte del programa, que pretendan ofrecer una alta especialización teórico-práctica a sus alumnos, el Moot es organizado por la Universidad Carlos III de Madrid, Universia y la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional, con el apoyo del Club Español del Arbitraje. De acuerdo con los organizadores, se trata de potenciar, mediante la formación de los futuros abogados, el conocimiento y uso de los textos legales de derecho uniforme, tanto de la Convención de Viena de 1980 sobre compraventa internacional de mercancías, como otros textos del derecho mercantil internacional, que regulan el transporte internacional de mercancías, la insolvencia internacional, el comercio electrónico, la contratación internacional, la garantías comerciales, las inversiones, etc. Al mismo tiempo, y por la propia estructura y funcionamiento del concurso, se trata de potenciar el recurso al arbitraje comercial internacional como medio usual de resolución de disputas en la contratación mercantil internacional, y de fomentar la utilización del español en las transacciones internacionales. “Un entorno cada vez más globalizado exige unas normas cada vez más globalizadas, al tiempo que abogados preparados para hacer frente a dicha internacionalización. Formar a profesionales con perfil internacional obliga a prestar atención a estas
enseñanzas mediante combinación de contenidos teórico/prácticos. Interacción que favorece entre estudiantes y profesores, universidad y sector privado, el perfil internacional y la libre transferencia de conocimientos que permite (frente a la tan habitual parcelación geográfica de la formación jurídica y de los profesionales del derecho) hacer del Moot un proyecto integral en la formación de los futuros profesionales del derecho”, señalan en la presentación del concurso (http://www.mootmadrid.es/).
Orgullo Los estudiantes manifestaron un orgullo por participar en la competencia más importante a nivel mundial para estudiantes de derecho y por ser el Alma Máter una de las primeras universidades latinoamericanas en el concurso. “Eso pone el nombre de la Universidad de Antioquia muy en alto, pues participar al lado de universidades top del mundo es para nosotros una exigencia máxima que demanda un compromiso grandísimo no sólo de nosotros los estudiantes, sino de todos los que nos están colaborando dentro de la Universidad para lograr el objetivo de ser una de la mejores”, expresaron. A parte de participar, otro de los motivos de satisfacción de los participantes es poder discutir temas de actualidad que les permita mejorar o ampliar el ámbito de la capacitación y mejorar la visión del derecho. “Estas participaciones en eventos de magna envergadura permiten que nosotros, los estudiantes, nos relacionemos en espacios donde se tienen discusiones con los similares de otras universidades a nivel mundial, que amplían las fronteras del conocimiento y afianzan la visión de la Universidad de Antioquia como una universidad global”, señalaron. w (LJLB)
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Investigación 22
Crítica Para Daniel Hermelín, magíster en medios y mediaciones científicas de la Universidad de Borgoña, y magíster en enseñanza y difusión de las ciencias de la Universidad París XI, Francia, si se mira desde el punto de vista tradicional, la apropiación y divulgación social de la ciencia es llevar el conocimiento de unas élites científicas, de los iniciados a los legos, a la gente del común. El problema, observa, es que si se ve de esa manera se da por sentado que la gente sabe menos, que no tendrá posibilidades de discutir lo que hacen los científicos, que, muchas veces –expresa–, “está cla-
Fotos Luis Javier Londoño Balbín
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e la apropiación social del conocimiento se viene hablando en el país y en el mundo de manera insistente en la última década. Se trata de un concepto que intenta decir e influir un poco más de lo que se ha logrado con la divulgación, la información o lo que en términos generales se ha llamado periodismo científico. En cualquier caso, el asunto amerita mucha más discusión y, sobre todo, acciones más contundentes, pues aunque se ha ganado terreno, es más el que falta por recorrerse. Así lo dieron a entender los invitados al primer seminario sobre apropiación social del conocimiento que organizó la Vicerrectoría de Extensión y la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Antioquia en abril, y en donde los estudiantes, los egresados y practicantes de periodismo, y profesores, investigadores y directivos sostuvieron un diálogo al cabo de las exposiciones de Daniel Hermelín, Lisbeth Fog y Marcela Lozano sobre el ‘estado del arte’ de la problemática, en la que la Universidad se esfuerza por aportar soluciones, convencida de que el divorcio entre conocimiento y sociedad produce inequidad y desarrollo limitado, y por lo mismo debe ser precisamente desde las aulas universitarias, donde se gesta y se nutre el saber, desde donde se debe promover la apropiación social del conocimiento. “Para la Universidad de Antioquia es tan importante investigar como difundir, por cuanto esto determina, en gran medida, el avance social de los pueblos”, señalan los organizadores.
El periodista debe ser experto en buscar información, en tener muy buenas relaciones con la comunidad científica, no asustarse en llamar una y otra vez al científico: Lisbeth Fog.
Acercar el gran público al quehacer de los investigadores y expertos, a través de la divulgación de la ciencia, es la mejor manera de justificar y legitimar la labor científica: Hermelín Bravo.
Apropiación social del conocimiento: en qué estamos rísimo, va a favor del bienestar de la gente, de la sociedad, y otras veces va a favor de intereses particulares, de la guerra, del incremento económico de unos cuantos grupos en detrimento de grandes sectores de la sociedad”, y entonces, en ese sentido –añade–, la difusión no puede ser simplemente enterar a la gente de lo que están haciendo los científicos porque es muy bueno, porque no siempre es así. No se trata, precisa, que la gente critique si lo que se hace en ciencia está mal o no, sino que “hay que intentar desarrollar una capacidad de que la gente critique desde otros saberes y puedan competir los saberes de la gente y confrontarse con los saberes de los científicos”. El actual docente de la Universidad Eafit considera que el nivel de divulgación científica en el país ha mejorado, en tanto que antes sólo se hablaba de divulgar la ciencia por estimarla buena per se, mientras que ahora se buscan formas interactivas, como Maloka o Parque Explora, que buscan hacer cosas donde la gente pueda discutir con los fenómenos y se desarrolle una capacidad crítica. Pero, subraya, si comparamos lo que estamos haciendo con los países llamados industrializados
o de la región como Brasil, México o Argentina entonces todavía estamos rezagados, todavía falta mucho por hacer, en apoyo a la investigación, a la participación de la gente y la formación de los periodistas en los temas científicos y de otros actores.
Avances La periodista y magíster en periodismo científico de la Universidad de Boston, Estados Unidos, Lisbeth Fog, considera que la apropiación de la ciencia tiene que ver con un proceso donde se involucra tanto el emisor como el receptor, y éste es cada vez menos el espectador pasivo de la televisión, la radio o la prensa, gracias a las nuevas tecnologías en la información y la comunicación, TIC, que permiten saber qué piensa el receptor. “Apropiarse –explica– no es solamente informarse, enterarse, sino educarse, actuar, tomar decisiones, generar que el Estado produzca políticas públicas… ese es el quid de la cuestión. Es lo que habla Daniel Hermelín del modelo democrático: ya no es el modelo deficitario de que yo escribo, publico y poco me importa el impacto, sino que evalúo cómo llegó el mensaje a la sociedad”.
La estrategia de apropiación social del conocimiento implica la redefinición del papel que juegan todos los actores implicados en el proceso de generación y uso del conocimiento y, por consiguiente, la disolución de la brecha existente entre “productores” de conocimiento y “receptores” del mismo: Marcela Lozano. En ese propósito de volver más cercana y cotidiana la ciencia, la fundadora y ex presidenta de la Asociación Colombiana de Periodistas Científicos señala como aciertos en el país la ley de ciencia, tecnología e innovación, los centros interactivos de ciencia y tecnología, la interactividad que han permitido las TIC, el micrófono abierto a los oyentes, los blogs donde los niños de cuatro años y los científicos pueden opinar. Eso sí, observa, tales espacios han abierto infinidad de posibilidades a que la apropiación del conocimiento sea una realidad, pero de manera desordenada, lo cual indica que todavía falta mucho por organizar, por producir, por saber manejar las TIC. También recalca como otro logro el hecho de que los periodistas, cuando van a divulgar sobre ciencia, ya no piensan sólo en el material de las agencias internacionales, sino en los resultados de investigación que producen nuestras universidades y, a su vez, los investigadores ya están más proclives a hablar con los medios de comunicación. “En los últimos veinte años la política de apropiación ha calado más en los medios académico científicos que en los medios masivos y por tanto ahora hay que hablarles de la política de apropiación a los directores de los medios porque falta sensibilización por parte de las cabezas, pero hay un gran avance en la sensibilización de los periodis-
tas, y uno de esos avances es que sabemos que no lo estamos haciendo bien”, afirma. Fog concluye que en el país hay que formar periodistas científicos y observa que, además de sensibilizar, informar, educar, entretener, “el periodista científico debe tener mucha paciencia, saber buscar, investigar, confrontar, polemizar con el científico sin ser el experto en el tema, si lee a otros autores y se empapa muy bien de la cuestión... es tomarse en serio la profesión”.
Comunicaciones crea centro para generar cultura científica
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De acuerdo con el Grupo de Apropiación Social del Conocimiento, de Colciencias, la apropiación social del conocimiento es un proceso de comprensión e intervención de las relaciones entre tecnociencia y sociedad, construido a partir de la participación activa de los diversos grupos sociales que generan conocimiento. Este modelo –agrega– amplía la comprensión de las dinámicas de producción de conocimiento más allá de las sinergias entre sectores académicos, productivos y estatales, incluyendo a las comunidades y grupos de interés de la sociedad civil. Marcela Lozano, comunicadora de Colciencias, recuerda que en 2005 el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología aprobó la política de apropiación social de la ciencia y la tecnología, como una estrategia de futuro, consistente en “asegurar la generación, comunicación, discusión y uso del conocimiento científico y tecnológico que contribuyan al mejoramiento de la calidad de la vida y de la vida democrática, así como la exploración y presentación de alternativas de solución de los conflictos colombianos con base en el conocimiento”. Asimismo –precisa–, la ley 1286 de 2009 que convirtió a Colciencias en un departamento administrativo replantea dicha política y reformula objetivos, principios y criterios y funciones para impulsar la apropiación social del conocimiento. De igual modo, fija unas líneas de acción para la apropiación: participación ciudadana, transferencia e intercambio de conocimiento, comunicación, gestión. w (LJLB)
Foto Luis Javier Londoño Balbín
Líneas de acción
L
a Facultad de Comunicaciones apuesta por la democratización del conocimiento y, en esta apuesta, pone a disposición de la Universidad, de sus grupos de investigación y de la sociedad en general toda su experticia para conectar el mundo de la investigación y el conocimiento con la sociedad, la empresa, el estado, la academia, de tal forma que pueda generar cultura científica para todos en una verdadera sociedad del conocimiento. Las palabras, de Edwin Carvajal, jefe del Centro de Investigación y Extensión de la Facultad de Comunicaciones, CIEC, refieren al acumulado de la cincuentenaria unidad académica pero también al Centro de apropiación del conocimiento que desde el año pasado está en marcha. “Esperamos que con el lanzamiento del Centro, con sus diferentes líneas de acción, sus entidades promotoras, los responsables de su orientación en nuestro medio y las voluntades académicas, políticas y personales en nuestra Alma Máter se pueda posicionar en el medio como un centro que asume la responsabilidad social de la investigación y el conocimiento, no como un simple slogan, sino como uno de sus principios más preciados para comunicar la ciencia, el arte y la tecnología en todos los contextos sociales que le son requeridos en nuestros tiempos”, dijo Carvajal
en la instalación del Primer seminario sobre apropiación social del conocimiento que se cumplió el 8 de abril en la Sede de Investigación Universitaria. En el mismo certamen, el profesor David Hernández precisó que la iniciativa se gestó en la Facultad de Comunicaciones en 2009 y que, gracias a la cofinanciación de la Vicerrectoría de Extensión en la última convocatoria del Banco de Programas y Proyectos de Extensión, BUPPE, se ha venido ejecutando la primera fase I del proyecto, compuesta de cuatro estrategias: estructuración, acercamiento, sensibilización y capacitación. “En esta etapa, que culmina en julio del 2010, se consolidó una estructura, se realiza el acercamiento a las dinámicas comunicacionales de los grupos, se propician espacios de reflexión y discusión en torno al tema entre la comunidad universitaria y se capacita a estudiantes, comunicadores y periodistas”, afirma Hernández, quien en la actualidad se desempeña como asistente de la Vicerrectoría de Extensión, al tiempo que señala que se espera comenzar la operación de la agencia virtual en el segundo semestre de este año, junto con los primeros servicios del Centro.
¿Qué es? El Centro de Apropiación Social del Conocimiento es una
unidad que brinda soporte a dinámicas comunicacionales de los grupos de investigación, plantea soluciones en comunicaciones para orientar en este contacto con la sociedad y apoya el cumplimiento de la responsabilidad social de la investigación y de los objetivos que en el tema se ha trazado el Gobierno y la Universidad. Su objetivo primordial es conectar la comunidad universitaria con la sociedad, la empresa, el Estado y sus pares académicos, con el fin de apoyar la generación de una sociedad del conocimiento. La propuesta agrupa herramientas de las tres funciones misionales y de cinco áreas de la comunicación, que se ofrecen como facilitadoras en la generación de cultura científica, en una visión de la apropiación que no se limita a trabajar sólo con la lupa de la divulgación a públicos no especializados, con el lente de la difusión a la comunidad técnica y científica o con los binoculares de la transferencia tecnológica, sino que, a la manera de un caleidoscopio, trata de unir los diferentes ámbitos de la comunicación para ponerlos al servicio de la comunidad y del saber gestado en la Universidad. Por lo mismo, el Centro definió ocho líneas de acción en las que enfocará su trabajo: medios de comunicación; componente académico; investigación; editorial; comunicación, eventos y campañas; comunicación para el desarrollo y transferencia social; mercadeo para la transferencia, y relaciones públicas y redes. Por la primera línea, el Centro facilitará canales de comunicación y lenguajes para el diálogo de saberes entre los investigadores y la sociedad, haciendo visible socialmente la producción intelectual generada en sus aulas y laboratorios, y por la segunda capacitará en comunicación de la investigación, con eventos y programas académicos, de educación continua y formal, para la formación de profesionales expertos en divulgación científica. w (LJLB)
Fotos Luis Javier Londoño Balbín
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En nombre de la Facultad de Educación de la Universidad de Antioquia, el decano Carlos Arturo Sandoval Casilimas entregó el reconocimiento al profesor Julián Betancourt; en la foto, acompañado de los profesores e integrantes del Grupo de Investigación: Educación en Ciencias Experimentales y Matemáticas, Gecem, Carlos Soto y Fanny Delgado.
Reconocimiento a una vida dedicada a la popularización de la ciencia y la tecnología
E
n el marco de la reunión anual de la Red Liliput, que sesionó en la ciudad de Medellín entre el 13 y 16 de abril en las instalaciones del Parque Explora, el Consejo de la Facultad de Educación, por solicitud del grupo de investigación GECEM, hizo un reconocimiento al profesor de la Universidad Nacional de Colombia, Julián Betancourt, por su trayectoria en el campo de la popularización de la ciencia y la tecnología y en la construcción de un tejido social en el campo de los museos en Colombia y Latinoamérica. La resolución expedida por el Consejo de la Facultad de Educación, entre otros aspectos, resalta que el profesor Julián Betancourt en 1981 fundó el Museo de la Ciencia y el Juego como un medio para la promoción de programas, proyectos y actividades en el campo de la popularización de la ciencia en Colombia y Latinoamérica. De igual manera resalta el hecho de que en 1997 el Museo de la Ciencia y el Juego se hizo merecedor al Primer Premio Latinoamericano de Popularización de la Ciencia y la Tecnología, otorgado por la Unesco y la Red de Popularización de la Ciencia y la Tecnología en América Latina y el Caribe, Red-POP. Alrededor del Museo de la Ciencia y el Juego –agrega el texto de reconocimiento– se
• El profesor Betancourt también ha contribuido a la construcción de museos interactivos en Colombia y Latinoamérica ha logrado consolidar la Red de Pequeños Museos Interactivos del Área Andina- Liliput, que fue creada en 2003 y en la actualidad aglutina 18 pequeños museos de Colombia, Venezuela y Ecuador. Recientemente, por invitación de Colciencias y con el apoyo del Convenio Andrés Bello y otras organizaciones de la región, el Museo de la Cien-
cia y el Juego desde 2005 viene realizando de manera periódica la Escuela Latinoamericana de Museología en distintos países de Latinoamérica. Aportes como los realizados por el profesor Julián Betancourt, a través del Museo de la Ciencia y el Juego y los proyectos y programas generados en estos 25 años, representan hitos importantes
en los planos de la inclusión, la equidad y la apropiación social de la ciencia y la tecnología en Colombia. Por lo anterior el Consejo de la Facultad de Educación consideró importante exaltar y reconocer como ejemplo de proyección social universitaria el trabajo del profesor Betancourt, dado el impacto y la trascendencia de su aporte a la sociedad. w
MAESTRÍA EN COMUNICACIONES Programa aprobado mediante la Resolución 1288 del 8 de marzo de 2010 por el Ministerio de Educación Nacional de la República de Colombia Código SNIES: 90340 • Primera Cohorte • Cupos: mínimo 26 y máximo 32 Duración: 4 semestres •
La Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Antioquia ofrecerá, a partir del segundo semestre de 2010, la Maestría en Comunicaciones, programa que busca formar investigadores y profesionales de la comunicación, capaces de realizar investigación, básica y aplicada, e intervención sobre problemas de la comunicación y sus relaciones con la sociedad, los medios (masivos, alternativos y digitales), la cultura, las comunidades, la política y las instituciones públicas y privadas, con base en diversos paradigmas conceptuales, la reflexión crítica sobre su objeto de estudio y la aplicación de destrezas metodológicas en varios escenarios del campo de las comunicaciones, en los contextos local, nacional e internacional. Perfil del aspirante: Profesionales y académicos de diferentes áreas que estén en condiciones de formular un anteproyecto de investigación, básica o aplicada, en cualquiera de las líneas que ofrece el programa.
Líneas de investigación: 1. Análisis de contenido, producción y recepción de medios de comunicación 2. Comunicación política y opinión pública 3. Comunicación digital 4. Comunicación en organizaciones y relaciones públicas
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Grupos de investigación que apoyan la Maestría: Grupo de Investigación Comunicación, Periodismo y Sociedad y Grupo de Investigación Interinstitucional e Interdisciplinario sobre Conflictos y Violencias.
Mayor información: Facultad de Comunicaciones, calle 67 53-108, Bloque 12, oficina 234, Ciudad Universitaria. Teléfonos: (57-4) 2198904, 2195900, 2195910, 301 249 23 48 maestria@comunicaciones.udea.edu.co • encomunicaciones@gmail.com
COLCIENCIAS
Generación del Bicentenario
Programa de Formación para Investigadores • Fecha límite para aplicar a las becas de Doctorado en el exterior: 19 de mayo de 2010 • Plazo de la convocatoria para estudios de Doctorado en Colombia: 3 de junio de 2010 • Cierre de las convocatorias para Jóvenes Investigadores: 27 de mayo de 2010
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Para más información sobre los requisitos de la convocatoria visite www.colciencias.gov.co o comuníquese a: Centro de Contacto Colciencias. Teléfono (1) 6258480 Ext. 2081. Línea directa (1) 2586660 • Línea gratuita nacional 018000914446 Correo electrónico: contacto@colciencias.gov.co
Seminario 20 al 22 de mayo de 2010 Medellín. Sede de Investigación Universitaria –SIU– Organiza: Departamento de Educación Infantil de la Universidad de Antioquia Los bajos niveles de participación democrática y de credibilidad en las instituciones del Estado, son también resultado del convencimiento en la carencia de valor de la política. Sin embargo, la política es el fundamento de los procesos de desarrollo humano y social. En esta perspectiva, el Seminario Educación y Cultura Política, pretende aportar claridad conceptual a los procesos de cualificación de la ciudadanía, para una participación crítica, ilustrada y argumentada. Esta cualificación es importante, entre otras razones, primero, porque contribuye con la resignificación y la restitución para la política de su lugar históricamente reconocido como práctica fundamental para el desarrollo humano y la convivencia social; segundo, porque se traduce en criterios más objetivos para la participación en los procesos democráticos, lo cual incide en la cualificación de las instituciones del Estado; por último, porque fortalece la capacidad para el discernimiento, y, por esta vía, el reconocimiento de las vías jurídicas a través de las cuales la sociedad puede exigir sus derechos, en detrimento de las vías de hecho. En síntesis, con este Seminario se pretende aportar fundamentos teóricos que fortalezcan la cultura política a través del desarrollo de la capacidad argumental, como estrategia para la cualificación de una participación ciudadana crítica e ilustrada.
Carlos Gaviria Díaz Ex Magistrado de la Corte Constitucional, ex Senador de la República
¿Qué es la política e importancia de la educación política? Juan Leonel Giraldo Salazar Magister en Educación: Orientación y Consejería. Profesor Facultad de Educación de la Universidad de Antioquia
Educación y democracia Rubén Darío Hurtado V.
Magister en Educación: Psicopedagogía. Profesor Facultad de Educación de la Universidad de Antioquia
Literatura política y educación Clara Inés Ríos Acevedo Doctora en Filosofía. Profesora de la Facultad de Educación de la Universidad de Antioquia
El concepto de la ley y su relación con la política Marco Antonio Vélez Vélez Magister en Filosofía. Aspirante a Doctor en Filosofía. Profesor de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad de Antioquia
La guerra y la justicia internacionales Fabio Giraldo Jiménez Profesor Titular. Director del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia
Política y derecho Jorge Mahecha Gómez
Doctor en Ciencias Físicas. Coordinador del Grupo de Investigaciones sobre Física Atómica y Molecular. Profesor del Instituto de Física de la Universidad de Antioquia
La física y la cultura política Isabel Puerta Lopera
Abogada. Graduada en Estudios Avanzados en Educación y Pedagogía Social. Profesora de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia
Justicia escolar
Wilmar Martínez Márquez Magister en Filosofía. Profesor del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia
Política y antropología
Informes: teléfonos (4) 2195720 y 2195721 riosaclara@gmail.com
Fotos cortesía del proyecto
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unque en ocasiones se han acercado al centenar, en la actualidad los estudiantes y profesores que hacen parte del voluntariado de la Universidad de Antioquia no llegan a los 40, un número muy pequeño para una institución pública que, por definición es pluralista, solidaria y sensible con las causas sociales y que registra una población cercana a los 40 mil estudiantes y docentes. Pero los que ahora hay en la Red de voluntades universitarias por el desarrollo social, si no suficientes, sí han sido muy eficientes, como lo puede demostrar el total de 13.158 personas atendidas en 2009, 9.154 en 2008 y 3.118 en 2007 en programas de promoción y prevención de la salud y otros que, desde luego no solos sino en cooperación con varias organizaciones sin ánimo de
lucro, han podido desplegar en comunidades vulnerables de Medellín y Antioquia. El balance es más prometedor no sólo por lo hecho hasta el presente, sino por lo que en el horizonte se puede alcanzar, porque la historia no comenzó hace tres años, sino en 2000, cuando un puñado de estudiantes y profesores del área de la salud, y de ciencias sociales, principalmente, decidieron integrar el que para entonces se llamó Grupo de Voluntades Universitarias por el Desarrollo Social, como una expresión del compromiso de ellos y de la responsabilidad social de la Universidad con la población menos favorecida o desprotegida de la sociedad. Desde entonces, el grupo –hoy convertido en red– ha estado coordinado por el Programa Integración Docencia Asistencia
y Desarrollo Comunitario -IDA-, de la Vicerrectoría de Extensión de la Universidad de Antioquia. Desde ese programa, y con el objeto de fortalecer y dinamizar procesos de formación y trabajo conjunto del voluntariado, la Red de voluntades universitarias por el desarrollo social ha establecido acuerdos de cooperación con organizaciones nacionales e internacionales como el Voluntariado de Naciones Unidas, el Voluntariado de la Secretaría de Cultura Ciudadana “Apasionados por Medellín” y el Voluntariado de la Fundación Universitaria Luis Amigó. La Red, en la que confluyen específicamente estudiantes y profesores de medicina, odontología, enfermería, nutrición, microbiología, química farmacéutica, psicología, también ha adelantado jornadas del volun-
tariado conjuntamente con la Gobernación de Antioquia, en particular con la Corporación Antioquia Mía, a través de la cual se han llevado a cabo brigadas de salud en varios municipios del departamento, como Caramanta, Campamento, La Pintada, San Juan de Urabá. Asimismo, con brigadas de salud propias, y en cooperación con otras entidades como el Inder Medellín, la Fundación Berta Martínez de Jaramillo, o la Precooperativa Recimed, ha hecho presencia en diferentes barrios de la ciudad y en otras localidades del departamento. En 2009, por ejemplo, la Red formuló y ejecutó un proyecto de seguridad alimentaria dirigido a mujeres cabeza de familia en el Barrio La Cruz. Dicho proyecto, desarrollado por los voluntarios de la “Escuela de Alimentos y
Pautas para la crianza, manipulación higiénica de los alimentos, nutrición, prevención del cáncer uterino y de mama, higiene oral son, entre otras, acciones concretas que los voluntarios universitarios adelantan entre comunidades pobres y vulnerables de Medellín y Antioquia. Desarrollo Humano” perteneciente al programa Ingeniería de Alimentos de la Facultad de Química Farmacéutica, se efectuó de la mano de la Fundación Berta Martínez de Jaramillo.
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Beneficios
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No hay duda de que las comunidades destinatarias de las acciones de la Red no son las únicas beneficiarias de las jornadas de promoción de la salud y de prevención de la enfermedad y de los bazares comunitarios. Está claro que la acción voluntaria contribuye a la formación integral de los futuros profesionales al fortalecer el valor de la solidaridad y el compromiso con la población vulnerable, pero igualmente los profesores participantes, con su dedicación y
responsabilidad, aúnan energía, establecen sinergias y suman conocimientos, motivación y creatividad para desarrollar proyectos encaminados a mejorar condiciones de vida de la población más desprotegida. La profesora Astrid Vallejo Rico, coordinadora del Programa IDA, señala, además, que este trabajo contribuye a plasmar la impronta de la Universidad y las comunidades reconocen y agradecen la presencia institucional con el esfuerzo desinteresado de los estudiantes y profesores, pero también por parte de las demás instituciones gubernamentales y no gubernamentales con las que se ejecutan proyectos conjuntos. En unos y en otros, observa, lo que les queda de la experiencia
es una ganancia cualitativa, la satisfacción de trabajar en favor de la comunidad, que no se pierde cuando se gradúan en el caso de los estudiantes, sino que esa vocación de servir la conservan. “Nuestra meta es que a través del voluntariado podamos generar proyectos con un trabajo interdisciplinario que logre sostenibilidad y muestre el impacto de la Universidad, lo que no excluye las prácticas académicas, a través de las cuales aspiramos a enamorar a los estudiantes del barrio y de la comunidad para que sigan como voluntarios”, expresa. Y además –agrega–, involucrar voluntarios de todas las áreas del conocimiento y de todos los programas académicos, y no sólo estudiantes y profe-
sores, sino también empleados, egresados y jubilados. “Los que siempre han estado allí –del área de la salud– son un germen, la semillita, pero lo queremos es que el programa se formalice más y podamos ir a las unidades académicas a proponerles trabajos a los estudiantes, que pueden ser incluso una alternativa al uso del tiempo libre, en los cuales encuentren un horizonte de sentido en el servicio a las comunidades pobres y vulnerables”, dice. Para lograrlo, la profesora Vallejo Rico reitera la necesidad de formalizar la Red, visibilizar más el trabajo voluntario de la Universidad, vincular universitarios de todas las disciplinas y articularla a otros voluntariados de la ciudad y del país. w (LJLB)
FORO: ¿Libertad de prensa en Colombia? Invitados:
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Egresados
Ignacio Gómez (Subdirector de Noticias Uno)
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Hollman Morris (Morris Producciones)
Andrés Morales (Director de la Fundación para la Libertad de Prensa –FLIP–)
Moderan: Periodistas Héctor Rincón y Raúl Osorio
Este certamen es un acto de reconocimiento de las Asociaciones de Egresados y Gremios de Comunicadores y Periodistas, lo mismo que del Programa de Egresados de la Universidad de Antioquia, a la Escuela de Periodismo de la Universidad de Antioquia –creada hace 50 años– y a la Facultad de Comunicaciones de la misma institución –creada hace 20 años–. El objetivo es reflexionar desde la academia, como escenario natural para el análisis y la deliberación, acerca del quehacer y la investigación periodística, los desafíos en el ejercicio de la profesión, de la censura, y de las alternativas para ejercer la libertad de expresión en la actualidad. Al final del foro se efectuará el Acto de Entrega de Reconocimiento a periodistas locales exponentes de un ejercicio periodístico responsable, crítico, investigativo y ético: Gonzalo Medina, Pascual Gaviria y Reinaldo Spitaletta.
Jueves 6 de mayo • 6:30 pm Auditorio Principal Edificio de Extensión de la Universidad de Antioquia Organizan: Asociación de Periodistas de Antioquia - APA • Círculo de Periodistas y Comunicadores de Antioquia – CIPA • Asociación de Periodistas de la U de A • Asociación de Egresados de la Facultad de Comunicaciones U de A – COMUNICAS • Facultad de Comunicaciones de la U de A • Programa de Egresados de la Vicerrectoría de Extensión U de A • Informes: egresado@udea.edu.co, teléfono (4) 2199823
JORNADA DE FORMACIÓN Jueves 6 de mayo • 2:30 pm – 4:30 pm • Auditorio Principal Edificio de Extensión Tema: “Fuentes e investigación periodística” Invitados: Ignacio Gómez, Hollman Morris y Andrés Morales Moderan: Patricia Nieto y Juan Diego Restrepo, periodistas y docentes universitarios
SABER DEL EGRESADO Paradigmas de la raza y otros escritos El próximo martes 11 de mayo, a las 6:00 pm en el Club Medellín, se realizará la presentación del libro Paradigmas de la raza y otros escritos, la nueva obra del abogado y egresado de la Universidad de Antioquia, Delfín Acevedo Restrepo, columnista actual del periódico El Mundo, quien fue postulado a la Distinción José Félix De Restrepo al Egresado Sobresaliente 2009. Se publican en este libro las historias de célebres antioqueños, importantes en el ámbito nacional y local: políticos, deportistas, poetas, antiguos egresados de la Universidad de Antioquia. El lenguaje claro de la obra produce en el lector la sensación de cercanía. Héctor Abad Gómez, Jorge Cárdenas Hernández, Rodrigo Arenas Betancourt, Porfirio Barba Jacob son algunos de los nombres que Delfín Acevedo retrata desde su experiencia, desde su particular mirada.
Presentación de libro
El mundo al revés, más que sobrevivir al secuestro Por Alan Jara, ex gobernador del Meta, secuestrado por las FARC entre los años 2001 y 2009
Martes 4 de mayo • 6:00 pm•Paraninfo Universidad de Antioquia Acto en conmemoración de los 7 años de la muerte de los ex gobernadores de Antioquia, Gilberto Echeverri Mejía y Guillermo Gaviria Correa
Invita: Asamblea Permanente de la Sociedad Civil por la Paz y Programa de Egresados de la Universidad de Antioquia
Informes: coordinacion@asambleaporlapaz.com egresado@udea.edu.co •Teléfonos: (4) 2199820 - 9823
ENCUENTRO DE EGRESADOS EN EL BAJO CAUCA Y EL SUR DE CÓRDOBA Viernes 21 de mayo • 4:00 pm
Convocados: Graduados en la sede, y quienes residan o realicen su actividad profesional en alguno de los municipios de la subregión Conferencia “Ciencia, tecnología e innovación Colombia”, a cargo de Gabriel Jaime Vélez Cuartas, PhD en Sociología. Encuentro de las unidades académicas con los egresados: Química Farmacéutica, Ciencias Sociales y Humanas, Salud Pública, Ciencias Agrarias, Educación, Derecho. Informes: Diego Alonso Bermúdez Ríos, Coordinador de Extensión y Bienestar, Universidad de Antioquia Bajo Cauca, Caucasia: teléfono 8395350. Medellín: 2198332.
CÁTEDRA DEL EGRESADO
Ejecución Estratégica en las Organizaciones En alianza con la empresa Consultoría Estratégica Gerencial y con Parque E, el Programa de Egresados de la Universidad de Antioquia ofrecerá la conferencia: The Execution Premium: Integrando la estrategia y las operaciones para lograr ventajas competitivas, dirigida a egresados y emprendedores, gerentes y directivos, profesionales con responsabilidad y liderazgo en áreas de gestión empresarial, y profesionales con interés de actualización en los temas de estrategia, modelos de gestión y productividad.
Miércoles 28 de abril * 6:30 pm Auditorio 2 Sede de Investigación Universitaria –SIU– Entrada Libre Inscripciones en http://reune.udea.edu.co (Clic en preinscripción individual y buscar Vicerrectoría de Extensión - Cátedra del Egresado)
UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA • Nº 587 • Medellín, mayo de 2010
La conferencia –a cargo del experto Carlos Ernesto Guerra Nieto, candidato a PhD en Administración y Estrategia, Magíster en Estudios Políticos, Especialista en Gerencia y Administrador de Empresas, con formación como consultor en Responsabilidad Social Empresarial y Franquicias– brindará conocimientos y comprensión sobre la hoja de ruta que permita convertir la estrategia en resultados tangibles en las empresas y organizaciones, como eje para mejorar el nivel de productividad y competitividad. Los temas que se abordarán en la misma son: 1. Movilización del cambio a través del liderazgo ejecutivo 2. Traducir la estrategia en términos operacionales 3. Alineación de la organización con la estrategia 4. Motivación para que la estrategia sea una tarea de todos 5. Gobernar para convertir a la estrategia en un proceso continuo Informes: Vicerrectoría de Extensión - Programa de Egresados. egresado@udea.edu.co. Teléfono (4) 2199820
XIX Seminario de Administración Pública
De lo global a lo local: una mirada a la gestión de las entidades territoriales Invitan y organizan: Estudiantes de Ingeniería Administrativa de la Universidad Nacional Sede de Medellín
20 mayo de 2010 • Hora: 8:00 am a 6:00 pm Medellín, Facultad de Minas (Robledo) Auditorio Alejandro López
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Objetivo: Posibilitar un trabajo reflexivo sobre los retos que tienen las administraciones locales para orientar las políticas públicas hacia el desarrollo regional, de tal forma que se generen beneficios en materia social, económica y ambiental
Informes: María Camila Osorio (Coordinadora). Cel: 3006517230 www.seminariopublica.info • sempublica_med@unal.edu.co • Grupo en Facebook: XIX Seminario de Administración Pública
Fotos Luis Javier Londoño Balbín
Egresados UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA • Nº 587 • Medellín, mayo de 2010
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Jair Vega, profesor de la Universidad del Norte
L
a Facultad de Comunicaciones viene implementado una estrategia que bien podría considerarse de seducción hacia los egresados, con el interés de que vuelvan a las aulas, de mantener el contacto, y de que contribuyan, con la experiencia acumulada en el ejercicio de la profesión, a cualificar los programas académicos de los que algún día salieron. Y aunque el Estatuto General del Alma Máter considera a los egresados como la ‘presencia viva de la Universidad en la sociedad’, a veces resulta difícil de ‘localizarlos’ y de congregarlos, así sea para una fiesta. Por lo mismo, y por considerar que pueden y deben seguir cumpliendo un papel preponderante en la marcha de la dependencia, la Facultad ideó los seminarios de actualización y caracterización, mediante los cuales, al tiempo que ofrece en forma gratuita cursos en temáticas específicas, recaba información y sistematiza la base de datos de los egresados de los pregrados y posgrados que ofrece la cincuentenaria unidad académica. Al frente de esta tarea está un grupo de jóvenes, comunicadores para más señas, encabezado por Andrés Echeverry, quien precisa que la propuesta, que se ha venido consolidando este año con el ofrecimiento de cuatro
Nuevas opciones sobre el periodismo será el próximo de los seminarios programados en desarrollo de la primera fase del proyecto, cofinanciado por la Vicerrectoría de Extensión. Pero los organizadores ya están programando un segundo ciclo, que realizarán con el concurso de los profesores de la planta docente.
Actualización, estrategia de seducción de la Facultad de Comunicaciones a los egresados cursos –sobre herramientas web 2.0 aplicadas a las estrategias de la comunicación, evaluación de las acciones comunicativas en las organizaciones, novela colombiana en el ámbito global y comunicación para el cambio social, el más reciente–, se inició en la convocatoria 2009 del Banco Universitario de Programas y Proyectos de Extensión, Buppe, que promueve la Vicerrectoría de Extensión. Gracias a ese apoyo económico, más la contrapartida de la Facultad, el doble propósito se ha logrado a juzgar por la excelente acogida de los seminarios de actualización, en los que los 200 egresados que asisten en promedio por sesión han podido, de la mano de expertos invitados de otras universidades, observar en panorámica los conceptos relevantes y los avances recientes en la temática determinada.
Pero también, señala Echeverry, coordinador del proyecto, se ha podido adelantar la caracterización de los egresados de la Facultad de Comunicaciones, indagar qué necesidades demandan y cómo les ha ido en el desempeño profesional. “La idea es trabajar en pro de una relación más activa con los egresados, pues hasta ahora no ha sido muy clara, o no ha estado en el punto que nos interesaría, como las universidades privadas que tienen más énfasis en su relación con los egresados”, dice, y reitera que el contacto sirve para saber cómo les está yendo según la formación que recibieron y evaluar la pertinencia de los currículos para mejorarlos. “Cuando la Facultad sabe quiénes son sus egresados, cuáles son sus perfiles, puede ofrecerles otros espacios como los seminarios con mejores y
más oportunas respuestas a sus necesidades”, dice Echeverry. Las comunicadoras del Centro de Investigaciones y Extensión de la Facultad de Comunicaciones, CIEC, Piedad Lucía Gómez y Dora Elena López, coinciden en que la estrategia, aparte de mejorar los programas académicos a partir de la percepción de los egresados, también apunta a incentivar el sentido de pertenencia por la dependencia que suma dos siglos en la enseñanza de la lingüística y la literatura, cincuenta años en comunicación y periodismo y veinte de haberse creado como Facultad, al cabo de los cuales cuenta con cinco pregrados –comunicación social, periodismo, comunicación audiovisual y multimedial, comunicaciones y letras: filología hispánica–, tres especializaciones, cuatro maestrías y un doctorado.
Foto Carolina Londoño
Dora López, Andrés Echeverry y Piedad Gómez hacen parte del equipo que soporta la organización de los seminarios de actualización como estrategia para estrechar los vínculos de la Facultad de Comunicaciones con sus egresados.
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Caracterización
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En la actualidad, la base de datos registra cerca de dos mil egresados, un número que los responsables del proyecto esperan aumentar considerablemente a partir del contacto propiciado con los cursos de actualización. De hecho, observa López, además de las encuestas mínimas que se han aplicado en el desarrollo de los seminarios, las redes sociales también han sido un instrumento valioso para enterar a los interesados
en la programación y depurar y aumentar la información. Con esos instrumentos, más los grupos focales que conforman al cabo de las sesiones –hasta ahora los cursos han sido los viernes de 5 a 9 p.m. y los sábados de 8 a.m. a 12 m.–, se ha podido pulsar la satisfacción de los egresados con los cursos, las temáticas y la calidad de los exponentes, pero también el sentir de ellos con la Facultad, sus observaciones sobre los programas y, claro, en qué están o no están.
Tras insistir tanto Echeverry como López y Gómez en que el vínculo por la vía de la actualización es un típico ‘gana-gana’, donde los egresados refrescan conceptos, revitalizan los afectos distanciados por el tiempo y las ocupaciones, y ofrecen, a su vez, una panorama del medio laboral, de las demandas y demás para procurar estructurar mejor los programas y formar profesionales más idóneos. Profesionales que, por cierto, según arrojan las encuestas y los grupos focales, están en
un alto porcentaje laborando, con asignaciones salariales que superan el millón y medio o los dos millones de pesos. Pero esta situación no deja tranquilos a los jóvenes comunicadores al frente del proyecto, porque ellos quieren que cada día se consolide el egresado en el medio y que cada uno, como suele suceder con los ex alumnos de las universidades privadas, se convierta en agente y promotor de sus compañeros en la empresa o institución donde labora. En ese sentido, Andrés Echeverry reconoce que, por un lado, hay egresados apáticos y ‘desprendidos’ y, por el otro, a los periodistas y comunicadores les falta más sentido gremial. Por tanto, llama la atención para que la relación sea más recíproca y los egresados, en una actitud propositiva, coadyuven al mejoramiento de la Facultad con sus aportes y propuestas de proyectos y, asimismo, procuren fortalecer las asociaciones. Por su parte, los docentes visitantes, apunta Dora López, han valorado de manera muy positiva la estrategia de convocatoria, pues reconocen que no es utilizada en las demás universidades. “Y de parte de los egresados –agrega–, han expresado lo valioso que ha resultado la continuidad en el contacto –por lo general cada seminario se ha realizado con un mese y medio de intervalo–, en contraste con el llamado anual o esporádico al encuentro de egresados, casi siempre con un carácter ‘social’”. w (LJLB)
Docentes de la Pontificia Universidad Javeriana, de Eafit, de la Universidad del Norte y de otras instituciones han sido los ponentes invitados el primer ciclo de actualización, que ha ofrecido cursos acordes con las diversas temáticas derivadas de los distintos pregrados de periodismo, comunicación y lingüística y literatura que ofrece la Facultad de Comunicaciones.
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Arte y Cultura
¿Quién le teme a la belleza?
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VIII SEMINARIO NACIONAL TEORÍA E HISTORIA DEL ARTE La Facultad de Artes de la Universidad de Antioquia, en asocio con el Instituto de Filosofía de la misma institución, realizará del 1 al 3 de septiembre de 2010 en Medellín el VIII Seminario Nacional de Teoría e Historia del Arte, el cual tendrá como tema central “¿Quién le teme a la belleza?”. Este es el único certamen relacionado con la teoría e historia del arte que se organiza de manera continua en Colombia. Desde su creación en 1997 –bajo la dirección del docente Carlos Arturo Fernández Uribe– se han abordado temas en los que el arte ha sido un eje fundamental tanto para la creación de nuevas reflexiones como de propuestas guiadas por grandes ponentes internacionales y nacionales: La muerte del arte (1997), La imagen (1998), La autonomía del arte (2000), El arte y su tiempo (2002), La crítica de arte: entre el multiculturalismo y la globalización (2004), El Museo y la validación del arte (2006), Moderno / Contemporáneo: un debate de horizontes (2008).
En 2010 el tema de reflexión es ¿Quién le teme a la belleza? El propósito no está dirigido a una cosmética de “retorno al orden” ni es una invitación a buscar nuevos valores en el arte del pasado, razones fáciles de invocar por quienes en nombre de la actitud progresista profesan y predican el descarte de la belleza. Más bien el objetivo es cuestionar en el arte el discurso en boga contra ella, que el mismo mundo del arte está comenzando a revisar. No hay que temerle a la belleza: no define al arte, no la puede marginar, lo engrandece. Se trata de prestarle atención a sus modos globales de existencia, a la diversidad de sus arraigos culturales, y al potencial de crítica, rebeldía y afirmación de la vida, gracias al cual han surgido tantas obras de arte. Informes: Teléfonos (4) 2195887 y 2198887 http://artes.udea.edu.co • seminario.artes@artes.udea.edu.co artes.udea2010@gmail.com • Inscripción: http://reune.udea.edu.co
Un Doctorado en Artes, ¿para qué? Por Javier Escobar Isaza y Carlos Arturo Fernández Uribe* Profesores Facultad de Artes Universidad de Antioquia
Los doctorados en el contexto de los últimos años La transformación de la universidad colombiana en los últimos veinte años va estrechamente ligada a dos conceptos: la ampliación de la cobertura, a fin de dar respuesta a la exigencia de que el máximo número de egresados de la educación secundaria tengan acceso a los estudios universitarios, y la investigación, que busca crear una universidad más independiente y actualizada, menos repetidora de saberes hechos, y capaz de responder a las necesidades de la época. Ambas urgencias han estimula-
do en toda Colombia, durante la última década, un impresionante incremento de programas de pregrado y de posgrado, en sus diversos niveles y de manera muy especial en el de doctorado. Desde cuando apareció el auge en este enfoque de la transformación universitaria colombiana, la Facultad de Artes hizo acto de presencia. En la década de los noventa creó varios posgrados, entre ellos dos maestrías, a saber, la de Historia del Arte y la de Canto. En forma paralela, la Facultad fomentaba los grupos de investigación, que en la actualidad han llegado ya a un total de ocho, dos de los cuales han logrado reconocimiento especial por parte de Colciencias, a saber, el de Teoría e Historia del Arte en Colombia, dedicado a la investigación en el campo de las Artes Visuales, y el
de Valores Musicales Regionales, con particular énfasis en la etnomusicología. Es evidente que un impulso tal a los estudios avanzados y a la investigación se quedaría trunco de no darse el paso a la etapa ulterior, la del doctorado. Y la Facultad consideró que estaba ya madura para afrontar esta etapa, por lo que hace tres años largos emprendió la elaboración de un proyecto en tal sentido. Por fin, en el mes de diciembre de 2008, éste se tradujo en un acuerdo del Consejo Académico que creaba el Doctorado en Artes, al que el Ministerio de Educación Nacional le dio aprobación definitiva en 2009. Y a partir de julio del presente año de 2010 se dará comienzo a sus labores. Para alcanzar una comprensión cabal del proyecto con-
viene no quedarnos en consideraciones generales sobre la investigación como base de la Universidad, sino reflexionar, de manera más específica, acerca del sentido de ésta en las artes, pues es esa la matriz a partir de la cual surge el programa de doctorado, condicionando tanto sus características intrínsecas como la metodología que se ha definido para el proceso de su implementación.
La investigación y el doctorado en artes En el contexto contemporáneo se plantea de manera insistente una vinculación esencial entre las disciplinas artísticas y la investigación. Superada la visión tradicional, que arrastraba las connotaciones del arte como técnica
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y trabajo manual, estas disciplinas se reivindican como productoras de nuevas formas de conocimiento. Por eso, sin desconocer la necesidad de una formación básica en sus campos y métodos específicos de trabajo, hoy las artes se encuentran abiertas a la investigación y a los procesos de formación avanzada, de manera más clara que en cualquier momento anterior de la historia. De manera genérica se afirma a menudo que la producción artística es una actividad investigativa por su misma naturaleza. Sin embargo, más allá del sentido básico de esa afirmación, que establece una identificación entre las categorías de investigación y creación, se puede señalar la creciente preocupación de los artistas, lo mismo que de los teóricos, críticos e historiadores, por vincular los objetivos de sus respectivos trabajos con el análisis de la sociedad y de la cultura, desde dimensiones estéticas y conceptuales. El resultado es la posibilidad de nuevas lecturas (disciplinares, interdisciplinares y transdisciplinares) que enriquecen una comprensión más integral de la realidad por parte del hombre contemporáneo. Se abren entonces las vías, no sólo para la profundización teórica, crítica e histórica dentro del ámbito de cada una de las diferentes artes sino, sobre todo, las que permiten comprender que el mundo del arte puede estar estrechamente vinculado con todas las ciencias humanas, sociales, exactas y naturales, lo mismo que con el desarrollo de la tecnología. Desde tiempo atrás, estas reflexiones han guiado el interés investigativo de la Facultad de Artes, expresado tanto en sus diferentes grupos y proyectos de investigación, como en el bianual Seminario Nacional de Teoría e Historia del Arte, que en el curso de 2010 llegará a su octava edición, con el tema “¿Quién le teme a la belleza?”. Y han servido de guía, de modo muy especial, en el desarrollo de la Maestría en Historia del Arte, que, como efecto de un “círculo virtuoso”, ha incentivado la producción de investigaciones en la Facultad. En este contexto se enmarca entonces, como un nuevo impulso a la formación para la investigación, el Doctorado en Artes que está a punto de arrancar, sobre el que dirigimos ahora nuestra atención.
El Doctorado a vuelo de pájaro Se trata de un programa centrado en dos conceptos básicos: investigación teórica y trabajo tutorial. Por esta razón, todo el trabajo del doctorando, desde su admisión al programa –que presupone un título de magíster ya adquirido, o la posesión de una producción investigadora en el campo que garantice su capacidad investigativa– hasta su graduación, gira en torno a la preparación de una disertación de grado, que debe inscribirse dentro de las líneas de investigación del programa. No habrá, por la misma razón, ningún plan predefinido de cursos que el doctorando deba realizar, pues será el director de la tesis quien, conocedor de las necesidades específicas del candidato a doctor, determinará cuáles actividades especiales (cursos, seminarios, etc.) habrá de cursar. Con la finalidad de propiciar la puesta en común de los trabajos de los diferentes doctorandos y perfeccionar su labor de investigadores, éstos deberán asistir, una vez por semestre, a un Coloquio de Doctorandos, cuyo énfasis especial será la investigación y la puesta en común y discusión de los avances investigativos. Las otras actividades que se señalan como obligatorias durante el proceso del doctorado son la asistencia a seminarios de corta duración y la actividad docente o curatorial,
pero también éstas se darán como apoyo a la investigación que se está realizando. Las actividades académicas del Doctorado podrán desarrollarse también utilizando las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías de información (Internet, chats, videoconferencias, etc.).
¿Se trata, o no, de doctorarse en cualquiera de las artes? El título de Doctor en Artes, como su nombre lo indica, se establece con una amplitud que no excluye a ninguna de las Artes. Sin embargo, es obvio que el candidato a doctor tendrá que delimitar su tema a una de éstas, y así habrá de quedar consignado en su acta de grado el énfasis en el cual desarrolló su investigación de tesis. Ahora bien, es evidente que sólo será posible abrir el programa para un campo o énfasis específico en la medida en que la Facultad esté madura para ello, pues resultaría inoportuno y engañoso hacerlo con cualquier área, de manera indiscriminada, hubiera o no el profesorado adecuado y un soporte académico serio que le pudieran brindar un respaldo suficiente al trabajo del posible candidato a doctor. Por esta razón, durante la elaboración del proyecto se acordó que, en un primer momento, la admisión se restringiría a candidatos del
campo de la historia y teorías de las artes visuales, donde, gracias a los desarrollos de los posgrados y la investigación, la Facultad tiene amplia experiencia. El énfasis definido para esta primera admisión –que iniciará labores en julio del presente año– se refiere entonces a los problemas de las artes plásticas y visuales, entendidos en perspectiva interdisciplinar y multidisciplinar, prestando especial atención a la situación contemporánea y a los ámbitos latinoamericano y colombiano. La Facultad tiene la convicción de que es de fundamental importancia para la Universidad y para el desarrollo cultural del país, que todas aquellas ramas de las Artes que hacen presencia en la actividad académica de la Facultad tengan la oportunidad de realizar estudios de formación en éste, que es el máximo nivel de formación académica posible en Colombia. Para lograrlo, lo fundamental en este momento es incentivar la actividad investigadora a fin de preparar el nicho adecuado para los candidatos a doctor en otras áreas de las artes. En el curso del segundo semestre del presente año la Facultad trabajará sobre la manera de abrir el programa a otra u otras áreas de las artes, garantizando la calidad requerida, con miras a la ampliación de alternativas desde la primera admisión del año 2011. w * Coordinador de Posgrados de la Facultad de Artes, Universidad de Antioquia
Maestría en Dramaturgia y Dirección Perfil del aspirante Profesionales con título en Arte Dramático o en otras disciplinas afines a la dramaturgia y la literatura (comunicaciones, ciencias sociales y humanas); en caso de acreditar un título de pregrado en disciplinas diferentes a las anteriores, el aspirante deberá acreditar experiencia mínima de cinco años en alguna de las siguientes áreas: dirección, dramaturgia o actuación.
Inscripciones: 5 de abril al 23 de junio de 2010 Entrega de proyecto y hoja de vida certificada: hasta el 23 de junio Examen de admisión y sustentación oral de la propuesta: 25 de junio Resultados de admisión: 14 de julio Matrícula: 30 de julio Inicio de actividades: 6 de agosto de 2010 Finalización de actividades: 6 de diciembre de 2010 Para conocer acerca de las características del programa, duración, jornada, intensidad horaria, modalidad, plan de estudios, planta docente, costos, requisitos de inscripción, criterios de admisión y otros aspectos, consultar en: http://www.udea. edu.co (http://www.udea.edu.co/portal/page/portal/portal/C.EstudiarEnLaUdeA/B.Posgrado/A.ProgramasPosgrado) y http://www. udea.edu.co/portal/page/portal/portal/A.InformacionInstitucional/H.UnidadesAcademicas/A.Facultades/Arteso5 Teléfonos (574) 2195891 y 2198883. Fax (574) 219884 Universidad de Antioquia, Facultad de Artes, Bloque 24, oficina 102 • Correo electrónico maestriadramaturgiadireccion@gmail.com
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Libros y Revistas
El difícil aprendizaje de la igualdad
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En Colombia tenemos grandes dificultades en el aprendizaje de la democracia, porque nuestra herencia colonial nos impide avanzar en el aprendizaje del valor de la igualdad y “construir un mínimo sentimiento de identidad entre sectores sociales, por encima de otras lealtades colectivas tradicionales”.1 Como cualquier otra sociedad, necesitamos vernos en el espejo de la comparación con otras sociedades que han hecho mayores progresos en el sentimiento de identidad entre diferentes sectores sociales. Por esta razón, es preciso recordar ahora la experiencia de Alexis de Tocqueville, quien sentía asombro y hasta un terror religioso al observar el movimiento incontenible que tenía la igualdad en la sociedad de su tiempo, por lo que viajó a Norteamérica con el fin de examinar las costumbres, las ideas y las pasiones de los hombres en una sociedad originariamente democrática, para realizar el contraste con la sociedad francesa que tenía una larga herencia jerárquica o aristocrática. Tocqueville no era un teórico que quisiera acomodar los hechos para verificar sus presupuestos teóricos. Todo lo contrario, era un hombre de una antigua familia aristocrática que se sorprendía, en ocasiones con nostalgia, ante la forma como se desplomaba frente a sus ojos el orden jerárquico en el que su familia había tenido importantes posiciones. Podía comprender y sufrir a través de su propia experiencia los cambios más profundos que estaban modelando las estructuras de las sociedades modernas. Su análisis es un análisis moral sobre la relación conflictiva entre los valores de la igualdad y la libertad, que son los valores más altos de la democracia. En este estudio sobre la historia de la filosofía moral es básico el convencimiento de que “las prácticas sociales son inseparables de ciertas ideas o de la comprensión que tengamos de nosotros mismos”, según indica Charles Taylor.2 Ahora bien, cuando me refiero al valor de la igualdad no pretendo negar o desconocer las enormes desigualdades de poder o de riqueza que están por todos los lados ante nuestros ojos. Cuando Tocqueville se ocupa insistentemente del examen de la
Fragmento del libro Dificultades de la democracia. Bases de ética política (Editorial Universidad de Antioquia, 2010), del profesor del Instituto de Filosofía Iván Darío Arango.
igualdad en las costumbres, en las opiniones y en las pasiones, se refiere al sentimiento de igualdad entre los hombres modernos, independientemente de sus desigualdades, por eso él escribe sobre la igualdad de condiciones, contraria a la organización jerárquica de la sociedad en donde eran algunas familias las que tenían un lugar, honores y privilegios relacionados con la pertenencia a un rango o a un estrato dentro de esa jerarquía. Es frente a este orden tradicional que aparece el valor o el sentimiento de igualdad, valor que va a alcanzar el reconocimiento jurídico en la Declaración universal de los derechos del hombre y el ciudadano de 1789, pero que ya tenía una larga historia a partir de la reforma protestante y del racionalismo cartesiano, y también debido al influjo del derecho natural que cada vez penetraba más y más en la imaginación social de los europeos de los siglos xvii y xviii, antes del nacimiento de Tocqueville, en 1805.
Para nuestro autor no había marcha atrás, porque la igualdad y la democracia eran parte de las sociedades de su tiempo, pues estaban en las costumbres, en las pasiones o en los imaginarios sociales. Cada país, de una forma o de otra, había realizado su aprendizaje del valor de la igualdad y del sentimiento de identidad entre diferentes sectores sociales, algo que nosotros no hemos hecho todavía y que nos mantiene con un pie en una sociedad de castas tradicional, bastante atrasada, y otro en la modernidad. La igualdad ha penetrado en los imaginarios sociales modernos de diferentes maneras, a través de la religión, de la economía, del derecho o de la violencia. Es una lástima, pero en nuestro caso es la violencia o el odio de clase la forma como la igualdad ha penetrado en la imaginación de nuestras gentes, una forma que no logra desplazar la organización jerárquica tradicional, que todavía encuentra apoyo en nuestras tradiciones religiosas y económicas, heredadas de la Colonia, nuestro medioevo con todo y su inquisición. El problema de cómo adoptar o asimilar la igualdad de condiciones, o la igualdad de derechos, es clave para entender la historia particular de cada sociedad: en el contraste que hace Tocqueville entre Norteamérica y Francia, es claro que para los americanos la religión estuvo del lado de los valores de igualdad y libertad. Ese no fue el caso de Francia, donde las pasiones igualitarias ocasionaron mayor violencia que entre los norteamericanos. Entre nosotros, los nuevos valores de igualdad y libertad han encontrado una oposición inmensa porque se han confundido con una amenaza a la Iglesia. Además, se han considerado valores propios de un materialismo contrario a la espiritualidad infundida por el cristianismo, lo cual no es en absoluto cierto, pues los evangelios están más cerca de los nuevos valores que de las estructuras jerárquicas que la Iglesia Católica ha defendido desde la Colonia hasta nuestros días. También Tocqueville estaba alarmado ante los peligros del materialismo que podía traer la pasión igualitaria, cuando tal pasión pudiera oponerse a las responsabilidades de la libertad.
La igualdad ha penetrado en los imaginarios sociales modernos de diferentes maneras, a través de la religión, de la economía, del derecho o de la violencia. Es una lástima, pero en nuestro caso es la violencia o el odio de clase la forma como la igualdad ha penetrado en la imaginación de nuestras gentes, una forma que no logra desplazar la organización jerárquica tradicional, que todavía encuentra apoyo en nuestras tradiciones religiosas y económicas, heredadas de la Colonia, nuestro medioevo con todo y su inquisición.
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La pasión igualitaria o el igualitarismo se producen como una reacción violenta del sentimiento de igualdad cuando no encuentra ningún apoyo en las instituciones religiosas o políticas; es un recurso extremo, porque, según Tocqueville, hay una fuerza incontenible en la sociedad en la dirección de la democracia. Lo que no existe es un movimiento inevitable hacia instituciones políticas democráticas. Los imaginarios sociales o la imaginación social de las gentes se vuelven poco a poco democráticos, pues todos se sienten iguales, aunque existan desigualdades que ahora se consideran accidentales: porque si yo no soy rico o poderoso, mi hijo podría llegar a serlo o alguno de mis vecinos ha llegado a serlo, lo que me permite pen-
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sar que no se trata de desigualdades fijas o ligadas a unas familias exclusivamente. El peligro de un nuevo tipo de materialismo se produce cuando los individuos de la sociedad democrática se dedican exclusivamente a sus asuntos privados o a progresar en su bienestar particular, sin ocuparse para nada del derecho a la participación en los asuntos públicos, lo que podría conducir a la democracia social sin democracia política. Es esto precisamente lo que vio Tocqueville antes que cualquier otro pensador político y lo que ha hecho que su influencia sea tan grande porque no se trata del creador de otra teoría, sino del observador cuidadoso del funcionamiento de los resortes morales y políticos de las sociedades
modernas. El problema está en que esos resortes no tienen que funcionar juntos: puede haber igualdad sin libertad, aunque no pueda haber libertad sin igualdad, porque ya no es posible la libertad aristocrática propia de los privilegios de algunas familias. Tocqueville no retrocede frente a la democracia, pero se alarma ante una democracia reducida a la esfera social, a la esfera de la independencia de la vida privada, a la mera igualdad de oportunidades de bienestar, pero sin oposición a las arbitrariedades del gobierno despótico. w 1 Luis Javier Orjuela, “Tensión entre tradición y modernidad”, en: José Fernando Ocampo (ed.), Historia de las ideas políticas en Colombia, Bogotá, Taurus, 2008. 2 Charles Taylor, Imaginarios sociales modernos, trad. Ramón Vilà Vernis, Barcelona, Paidós, 2006, p. 47.
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En ceremonia realizada el pasado 22 de abril –con el acompañamiento musical del Ensamble de Percusión Percanto de la Universidad Eafit–, fue presentado el libro MEMORIA Premios Nacionales de Cultura Universidad de Antioquia 1968-2008. La actividad académica estuvo a cargo del escritor y profesor de literatura Óscar Castro García, y del poeta Carlos Vásquez Tamayo, profesor del Instituto de Filosofía. El anfitrión del acto, el rector Alberto Uribe Correa, destacó que los Premios de Cultura además de ser una muestra fiel de que los procesos fundados sobre bases sólidas fortalecen la misión de la Universidad como proyecto cultural y educativo, se han consolidado como un espacio para la creación en sus múltiples formas, y también como un escenario para el disenso, la crítica, la polémica y el surgimiento de voces e imágenes diversas que desde las artes, la literatura, la comunicación y los estudios culturales, entre otros, han permitido explorar los sentidos de nuestra realidad y construir nuevas significaciones. “Este libro, que fuera promovido con entusiasmo por la ex Vicerrectora de Extensión, Margarita Berrío de Ramos, y luego por la actual Vicerrectora, María Helena Vivas López, es hoy la memoria viva de ello”, dijo. “En nombre de la Universidad –agregó– presento el más caluroso y afectivo agradecimientos a la maestra María Adelaida Jaramillo González, Jefa de Extensión Cultural, y al periodista Alberto González Mascarozf, Jefe del Departamento de Información y Prensa, por el acierto en sus labores de coordinación, edición y escritura, tareas que fueron apoyadas con esmero por los universitarios Adriana Rendón, Ana María Gutiérrez Garzón, Verónica Echeverry Alvarán, Juan Camilo Vélez y Fernando Castro”. El rector Uribe Correa exaltó el gesto de los autores que escribieron o cedieron textos
Memoria viva
Ensamble de Percusión Percanto es dirigido por el maestro Alexander Ziborov. Está conformado por estudiantes avanzados y egresados de la cátedra de Percusión del Departamento de Música de la Universidad Eafit.
Fotos Luis Javier Londoño Balbín
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Libros y Revistas
Presentación del libro
Alberto Uribe Correa
para la obra, y agradeció a los periodistas y a los medios de comunicación escritos, entre ellos los periódicos El Mundo, El Colombiano, El Tiempo y El Espectador, “pues durante estas cuatro décadas dieron cuenta de los contextos de cada una
de las convocatorias y construyeron una memoria que fue fundamental para la realización de esta bella publicación”. Mención especial merecieron en el discurso del rector el comité que orienta las políticas de los Premios de Cultura, el Depar-
tamento de Publicaciones por editar las obras ganadoras para que ellas y sus autores amplíen el patrimonio cultural regional y nacional, y el Ministerio de Cultura por su contribución a través de los Programas Nacionales de Concertación y Estímulo. w
Una obra que rinde un homenaje y expresa un agradecimiento sincero
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Recorrer la senda trazada por los Premios de Cultura Universidad de Antioquia es una experiencia que gratifica y emociona, aunque también desvela elementos que ameritarían un amplio debate sobre la extraña transmutación del periodismo cultural en Colombia. Caminar sin afanes ese trayecto que comprende los años 1968 a 2008, es constatar que una idea lúcida que surgió espontánea hace cuatro décadas tuvo la vitalidad suficiente para perdurar y reproducirse sin atrofias. En el ámbito de las ciencias sociales y humanas, la arqueología de rescate tiene como objetivo recuperar y conservar restos arqueológicos cuya importancia resulta vital para efectuar la reconstrucción de un periodo cultural y determinar estilos de vida, comportamientos y conductas de las sociedades. Sin pretender que esta Memoria conlleve tales alcances, sí hace parte de los propósitos que alentó su realización recuperar y conservar testimonios periodísticos que dan visibilidad a una tarea que se ha cumplido en forma colectiva. En ella han dejado su impronta los cientos de participantes en cada modalidad de los Premios, los jurados calificadores, la prensa regional y nacional y, por supuesto, la Universidad de Antioquia. Esta Memoria ennoblece a la Rectoría, a la Vicerrectoría de Extensión, al Departamento de Extensión Cultural, al Museo Universitario y a la Editorial Universidad de Antioquia, pues el nutrimento de los Premios no ha sido otro que la valoración y el respeto por el talento y la creatividad de quienes encaran como compromiso de vida expresar la belleza a través de la palabra escrita y hablada, la música, la plástica, la dramaturgia, la fotografía, la danza. De igual forma están incluidos quienes generan, divulgan y preservan el conocimiento a través de los estudios culturales y las investigaciones periodísticas. Para tejer esta Memoria fue necesario repasar el contenido de miles y miles de páginas de periódicos, cada vez más sumidos en el olvido de los archivos que los engavetan. También fue necesario repasar, una a una, cientos de fotografías en papel, cuyas imágenes el tiempo amarillea y desvanece. Ese olor a papel de antaño; esa emergencia de imágenes que delatan estilos, gustos y costumbres de época; esas fotografías que devuelven la vida a aquellos que la perdieron; esa lectura refrescante de textos narrativos, notas y entrevistas, sirvieron de aliento para llevar a feliz término ésta, sin duda, bella obra, que rinde un homenaje y expresa un agradecimiento sincero tanto a los ganadores y realizadores de los Premios como a los exponentes de una de las más brillantes etapas del periodismo cultural colombiano, casi proscrito de la prensa hoy en día. Alberto González Mascarozf
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Este libro crea la sensación de que todos estamos en ese tiempo-espacio, como la primera vez Por Óscar Castro García
Los antecedentes de este libro sui géneris se remontan a los archivos —cuando se tuvo el cuidado de conservarlos— que consignaron los nombres y las obras que fundaron y fortalecieron los actuales Premios Nacionales de Cultura de la Universidad. La acción decidida de la artista María Adelaida Jaramillo González, directora de Extensión Cultural de la Universidad, fue la semilla para que en el 2007 se iniciara la búsqueda de información; la precisión de datos; la corrección de errores; la indagación de pérdidas; y la caza de coordinadores, jurados y hasta artistas premiados que se habían convertido en fantasmas, y que gracias a su obstinación detectivesca acabaron transformados en personajes reales de la vida cultural uni-
Pasan los años, pasan las personas, quedan las obras y quienes las propiciaron. Este libro lo dice, pues muchos de quienes aparecen en él fotografiados, ya se fueron de esta realidad tangible y visible, pero al contemplarlos en las fotos que dan cuenta de sus acciones administrativas, culturales y artísticas, vuelven a vivir y a decirnos tantas verdades y tantas dichas vividas en nuestro interior, felicidades menos fugaces que las que acostumbramos disfrutar, cuyos secretos yacen bien seguros en los resultados de su trabajo.
versitaria. Tuvo que interrogar testigos, antiguos directores de Extensión Cultural, vicerrectores de Extensión, rectores, jurados, periodistas, ganadores, participantes, coordinadores de premios, empleados, profesores... Desempolvar periódicos y revistas de la época, muchos de ellos perdidos, traspapelados o simplemente inexistentes en los archivos de su oficina. Extensión Cultural adolecía de
tantos medios que la tecnología actual permite para recuperar y salvaguardar datos, productos, obras, fotografías, grabaciones, películas, testimonios, resoluciones, actas y otros elementos básicos de una investigación. Después de peripecias, revisiones y correcciones que parecían interminables, en octubre del 2008 publicó P resencias culturales en la diversidad (Medellín: Universidad de Antioquia,
2008), un folleto de 44 páginas, pulcra y bellamente editado por la Vicerrectoría de Extensión, en ese momento administrada por Margarita Berrío de Ramos. Este complicado trabajo, del cual fui testigo y cómplice, es el inmediato antecedente de las memorias que hoy se entregan en este edificio que alberga la Vicerrectoría de Extensión con todos sus servicios y programas,
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al frente de María Helena Vivas López como Vicerrectora. Esta Memoria tienen una larga historia: la de las últimas cuatro décadas de la Universidad. La historia de la cultura hacia afuera y hacia adentro y desde dentro de ella. Toda la historia de la Universidad, desde su nacimiento, es historia de la cultura. Y también la historia de la humanidad, en lo que de sublime y humana ha tenido, es la historia de la cultura de la humanidad. En sus 200 páginas se despliegan sin nostalgia, y en blanco y negro, cuarenta años de proyección cultural de la Universidad, la quinta parte de su tiempo de existencia. La Universidad, cuya vida en sus inicios estuvo marcada por los fenómenos políticos y militares del país, ahora, en estos “años desventurados”, ha tratado de sobreponerse a la postración ideológica, política, económica, social y cultural en que Colombia se ha mantenido desde la mitad del siglo XX, tanto dentro de sus aulas como en la sociedad en general. Se recogen en él los logros de los colombianos participantes en sus diferentes convocatorias y modalidades a través de los años, las cuales han cambiado, se han especializado y se han definido con nuevas modalidades. Como dice María Adelaida Jaramillo en el preludio del libro: “Los Premios son también polifonía de sueños y de esfuerzos, sudor de creación, espacio para conocer la multifacética riqueza de Colombia y de Antioquia, motivo para reconocernos en el otro creador que nos invita al diálogo, que nos incita a sentir, que nos provoca la mirada, que suscita el análisis, que interpela la memoria, que nos deja servida en la mesa la más suculenta creación para el paladar que la disfrute y la goce” (Memoria, 6): Al inicio de esta presentación caractericé esta MEMORIA como un “libro sui géneris” pero no expliqué el motivo. Ahora, y para concluir, quiero revelarlo: la obra se parece a las páginas web y, a la vez, se opone a ellas, pues las imágenes están impresas en blanco y negro. Esta primera contradicción con las publicaciones llenas de colorido, de movimiento y de sonido a que
En este bello y apacible álbum de recuerdos, de realizaciones, de personajes, de obras, de mujeres y hombres laboriosos y comprometidos con la cultura en la Universidad, y de directivos decididos en la permanencia y renovación de los Premios Nacionales de Cultura, también están los universitarios, especialmente profesores y estudiantes, los que verdaderamente constituyen esta Universidad, cualquier universidad del mundo. nos hemos acostumbrado en nuestra época, despierta interés porque limpia de toda sutileza la mirada, para que ésta se detenga en la naturalidad de los personajes que desfilan en ella: autoridades universitarias, empleados, jurados, periodistas, articulistas, obras de arte, páginas impresas de periódicos y revistas; y, sobre todo, los rostros y expresiones espontáneas, sorprendidas, ensayadas o temerosas de los ganadores en las diferentes modalidades. A través de estos cuarenta años, algunos revelan el paso de la edad juvenil a la madurez, y otros permanecen inmutables, como si tuvieran el mismo porte del pasado. Otros ya desaparecieron. Este libro crea la sensación de que todos estamos en ese tiempo-espacio, como la primera vez, como si en este momento estuviéramos asistiendo en forma simultánea o ubicua, más bien, a todos los actos de convocatoria de los Premios, a las deliberaciones de jurados, a las entregas públicas de los veredictos, a las entrevistas con los ganadores y a los solemnes actos de premiación. Las fotografías de los poetas ganadores del reconocimiento a la obra son quienes mejor lucen, los que con intensidad expresan la experiencia de la vida, la alegría jocunda o la extrañeza ante esta realidad explosiva, o la serenidad de los años que claudican la vida quizá para la exaltación de la obra. En este bello y apacible álbum de recuerdos, de realizaciones, de personajes, de obras, de mujeres y hombres laboriosos y comprometidos con la cultura en la Universidad, y de directivos decididos en la permanencia y renovación de los Premios Nacionales de Cultura, también están
los universitarios, especialmente profesores y estudiantes, los que verdaderamente constituyen esta Universidad, cualquier universidad del mundo. A ellos, y a la sociedad antioqueña y colombiana a la que la Universidad de Antioquia se proyecta, va dedicado este libro, como memoria, prueba, recuerdo, testimonio, constancia y acta de cumplimiento a la vez que de compromiso para que los Premios tengan, al menos, otros cuarenta años de vigor, excelencia, maduración y nuevas propuestas artísticas y culturales liberadoras para nuestra realidad, especialmente espiritual, lo que, indefectiblemente, trascenderá en la realidad material, social, que vivimos. Como dice el rector Alberto Uribe Correa en la presentación del libro: “El fortalecimiento y consolidación de este proyecto, y ahora la presentación de su memoria, es la muestra del gran compromiso que tiene la Universidad de Antioquia con el desarrollo cultural del país y sus creadores” (Memoria, 3). Pasan los años, pasan las personas, quedan las obras y quienes las propiciaron. Este libro lo dice, pues muchos de quienes aparecen en él fotografiados, ya se fueron de esta realidad tangible y visible, pero al contemplarlos en las fotos que dan cuenta de sus acciones administrativas, culturales y artísticas, vuelven a vivir y a decirnos tantas verdades y tantas dichas vividas en nuestro interior, felicidades menos fugaces que las que acostumbramos disfrutar, cuyos secretos yacen bien seguros en los resultados de su trabajo. Concluyo esta presentación con algunas palabras de Carl G. Jung dirigidas a los artistas y poetas; y, por extensión, a quienes
esta obra especialmente honra: a los ganadores de los Premios en estos cuarenta años y a los próximos también: Es bien evidente que el artista debe ser explicado a partir de su arte, y no a partir de las insuficiencias de su naturaleza y a partir de sus conflictos personales, que representan meros lamentables fenómenos consecuentes del hecho de ser él un artista, es decir, un hombre a quien le fue impuesta una carga mayor que al mortal común. El poder más exige también un mayor gasto de energía, por cuya causa el más de un lado solamente puede ser acompañado por un menos del otro (Jung, 1992: 22). Se colma así la necesidad anímica del pueblo en la obra del poeta, y por lo tanto significa la obra del poeta, en hecho y verdad, más que su destino personal, sea él consciente o no de ello. Es instrumento, en el sentido más profundo, y por tal motivo es inferior a su obra, por lo cual tampoco debemos jamás aguardar de él una interpretación de su propia obra. Ha rendido su máximo con la conformación. Debe ceder la interpretación a otros y al futuro. La gran obra es como un sueño, que a pesar de toda su evidencia, no se interpreta por sí mismo y tampoco es jamás unívoco. Ningún sueño dice: “Tú debes” o “Esto es la verdad”; pone ahí una imagen, como la naturaleza hace crecer una planta, y nos está librado el extraer conclusiones de ella (Jung, 1992: 24). Resumergirse en el estado primordial de la participation mystique es el secreto de la creación de arte y de su efecto, pues sobre este grado del vivenciar no vivencia ya el individuo sino el pueblo, y no se trata allí ya del bienestar y dolor del individuo sino de la vida del pueblo. Así, la gran obra de arte es objetiva e impersonal, y sin embargo nos toca en lo más profundo. Por lo tanto lo personal del poeta es meramente ventaja u obstáculo pero nunca esencial para su arte. Su biografía personal puede ser la de un filisteo, de un hombre cabal, de un neurótico, de un loco o de un delincuente, interesante e inevitable, pero no esencial respecto del poeta (Jung, 1992: 24). w
Los enemigos de la muerte
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Por Carlos Vásquez Profesor Instituto de Filosofía Universidad de Antioquia
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“Qué época para estar escribiendo poesía”*, exclama el poeta italiano Quasimodo. Y, cabe preguntar, ¿qué época es la nuestra? ¿Cómo asimila ella a los artistas? Lo que se hace palpable es que esa relación no es armónica. Un signo de ello es la soledad en la que los artistas suelen estar confinados. Soledad que tiene que ver con su decisión inquebrantable de oponer a los derramamientos de sangre la vocación de humanidad de su mensaje. Los artistas convierten la desesperación en acción creadora. Lo expresa así Quasimodo: “desde la noche y la soledad, el artista encuentra el día e inicia un diario que es letal para el inerte”*. El artista se expresa allí donde lo humano arriesga perecer. Y lo hace en medio de los embates de un discurso con el que el político hace alarde de su sospechoso optimismo. Los artistas son los enemigos de la muerte. No dejan de intentar reducirla y vencerla. Así lo expresa Elías Canetti: “Pero maldigo a la muerte. No puedo evitarlo. Y aunque en ello me fuera la vis-
ta, no puedo evitarlo, rechazo a la muerte. Sería un asesino si la reconociera”**. Los artistas no desfallecen ante la muerte. Ella se les presenta desafiante, merodea por la ciudad, asalta y propina golpes arteros. Por más que se disfrace, siempre está ahí, pisando los talones del hombre. La muerte es el poder, el miedo a la muerte es el poder, el poder siente que hay que matar a uno, a muchos y que esa es la única forma de vencer ese miedo. El poder erige su autoridad sobre montones de muertos**. Como se ve, la relación entre el artista y el político es conflictiva: mientras éste intenta reinar sobre la muerte con su penosa estadística, el otro la rechaza y la aparta y comparte esa actitud, cuyo verdadero rostro es el amor, con los vivos y con los muertos. La cultura de un pueblo intenta mantenerse separada del furor militar. Mientras éste rompe los huesos de los hombres, ella intenta repararlos*. Allí donde ese furor se esmera en devastar, la cultura hace brotar nuevas formas de esperanza. En la siguiente afirmación de Quasimodo se hace patente hasta qué punto el artista y el político se distancian: “El político quiere que el hombre sepa cómo morir con valentía; el poeta desea que el hombre viva con coraje”*. Estratagema de la muerte, astucias del poder, pasión del superviviente** por llegar hasta el final, él y sólo él. ¡Cómo difiere esta soledad delirante de la soledad de los artistas!
Ellos tienen que saber que hay aduladores de la cultura que son sus detractores. Sólo que la cultura une sus fuerzas y resiste las manipulaciones. Peligro inmenso de este coraje: los artistas son encerrados en los muros del poder. Sólo que, desde allí, entran por ósmosis en el corazón de la gente*. Dice Elías Canetti: “no puede ser tarea del escritor dejar a la humanidad en brazos de la muerte. Consternado, experimentará en mucha gente el creciente poderío de ésta: él, que no se cierra a nadie. Aunque esta empresa parezca inútil a todos, él permanecerá siempre activo y jamás capitulará, bajo ninguna circunstancia. Su orgullo consistirá en enfrentarse a los emisarios de la muerte,…, vivirá de acuerdo a una ley…que dice: “No arrojarás a la muerte a nadie que se complazca en ella. Sólo buscarás la nada para encontrar el camino que te permita eludirla y mostrarás ese camino a todo el mundo. Perseverarás en la tristeza, no menos que en la desesperación, para aprender cómo sacar de ahí a otras personas, pero no por desprecio a la felicidad, bien sumo que todas las criaturas merecen”**. Me atrevo a decir que tenemos el arte para descifrar lo que hay en el poder de destructivo e intolerable y, a partir de ese conocimiento, resistirnos a él y revelarnos contra el instinto de muerte que es su veneno. w Referencias: *Quasimodo: Discurso de recepción del Premio Nobel. **Canetti: La profesión de escritor. Poder y supervivencia. (Palabras pronunciadas en el acto de presentación del libro MEMORIA Premios Nacionales de Cultura Universidad de Antioquia 1968-2008. Edificio de Extensión, 22 de abril, 2010)
Miguel Hernández, poeta de la tierra ¿Vive aún Miguel Hernández, vive aún la poesía de quien hizo del poema un campo de batalla libertario, así como una queja profunda y a veces triste del amor, de la tierra, de la soledad? ¿Al cumplirse cien años de su nacimiento lo recordamos por haber ido a la guerra y morir joven (como los dioses los prefieren), al tiempo que lo reconocemos como poeta de la tierra y la libertad? No miente quien escribe: “Aquí estoy para vivir / mientras el alma me suene, / y aquí estoy para morir, / cuando la hora me llegue, / en los veneros del pueblo / desde ahora y desde siempre. / Varios tragos es la vida / y un solo trago la muerte”. Sin duda, la poesía de Miguel Hernández (Orihuela, 12 de octubre de 1910 – Alicante, 28 de marzo de 1942) está hecha de sus propias entrañas y, como tal,
Luis Germán Sierra J.
resuenan en ella los ecos profundos de su dolor de paria (paria era su España de comienzos del siglo xx sumida en la pobreza y bajo las mordazas de la tiranía y la ignorancia). Pero resuenan también los acordes de su queja humana del tamaño del amor de su familia, de la cebolla que es “escarcha cerrada y pobre” y es el único alimento de su hijo hambriento, del dolor y la rabia ante la muerte de su amigo Ramón
Sijé (“Quiero escarbar la tierra con los dientes / quiero apartar la tierra parte a parte / a dentelladas secas y calientes. / Quiero minar la tierra hasta encontrarte / y besarte la noble calavera / y desamordazarte y regresarte”), de la soledad que lo derrotaba en las bregas políticas y en el desánimo de las ausencias, de las alas y la alegría que recuperaba en el poema y nunca lo dejaron abandonado a expensas de la barbarie de la guerra, ni del estéril campo de los partidos y las absurdas disciplinas de las doctrinas. Es justo conmemorar a Miguel Hernández y volver los ojos a su poesía, buena parte de la cual no apaga su grito y su lloro, como no se diluye su canto amoroso que piensa en la sed de los cuerpos y en el corazón “fértil y tierno”. Es justo leer su poesía frente a él y su lenguaje, frente
a su palabra desnuda que supo cantar la libertad, pero leerla lejos de los prejuicios que nos ponen los tintes políticos, y más lejos de las blandas conmiseraciones y pesares que nada tienen que ver con la poesía, con la obra de arte. Las universidades de Antioquia, de Medellín, Nacional (seccional Medellín) y Eafit, al igual que Corantioquia, preparon una rica programación que quiere recordar a Miguel Hernández en sus cien años de nacimiento, con música, teatro, lecturas, programas de radio y televisión, conferencias; una programación que comenzó en abril con la exposición “Miguel Hernández: Poeta y hortelano”, realizada por la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, en el Bloque Administrativo de la Ciudad Universitaria. w
LA GAITANA
UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA • Nº 587 • Medellín, mayo de 2010
Cultura
LA LLAMARADA ANTICIPATORIA
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La Gaitana fue una heroína indígena del siglo XVI, que lideró la Federación Pijao contra los conquistadores entre 1539 y 1540. Su valor para enfrentar a los españoles es el tema central de la obra que la Compañía Danza Concierto presentará en estreno mundial el 20 de mayo, con dos presentaciones más, el 21 y 22 de mayo, en el Teatro Metropolitano de Medellín. Asimismo está previsto un Encuentro Académico el miércoles 12 de mayo a las 5:00 de la tarde en el Auditorio 38-125 de la Universidad Eafit, con la participación del ex Presidente Belisario Betancur; el rector de la Universidad Eafit, Juan Luis Mejía; y el vicerrector de la Universidad Nacional Sede Medellín, Oscar Almario García. El objetivo es compartir con el público las ideas del
Bicentenario y referenciar la importancia de La Gaitana. La entrada al conversatorio es libre. La Gaitana. Primer Grito de Libertad es una guía para la preservación de la memoria y se convierte en un documento patrimonial para el siglo XXI. La dirección general y coreografía está a cargo de Peter Palacio. La dirección ejecutiva es responsabilidad de Lucrecia Piedrahíta. En total son 20 bailarines en escena. La música original es del Taller de Composición del Departamento de Música de la Facultad de Ciencias y Humanidades de la Universidad Eafit, bajo la dirección del maestro Andrés Posada. La obra vincula distintas disciplinas como la danza, la música, la literatura, la escenografía, las nuevas tecnologías, la historia, la antropología y las artes escénicas.
Colombia está en deuda con las mujeres a lo largo de su historia. Aunque en muchos casos olvidadas, su heroísmo es una constante desde los días del encuentro de las dos culturas, la indoamericana y la europea, a fines del siglo XV, pasando por los tiempos comuneros al final del siglo XVIII, atravesando por las turbulencias de las guerras de emancipación, a comienzos del siglo XIX, y culminando en las contradicciones de la república en los siglos XIX y XX. En buena hora el Grupo Danza Concierto exalta de manera estremecedora la vida heroica de La Gaitana, primer grito de independencia de nuestra Patria, ¡Llamarada anticipatoria del viento de la libertad!. El monumento de Arenas Betancourt en Neiva, a orillas del Río Magdalena, recoge el grito formidable de La Gaitana, por la libertad, cuyas cadencias aún resuenan por los cielos de la nación. Belisario Betancur Bogotá, febrero de 2010
Este proyecto educativo y cultural cuenta con el apoyo de: • Ex Presidente Belisario Betancur • Gobernación de Antioquia • Formacol • Universidad Eafit • EPM • Universidad Nacional de Colombia • Argos • Medellín Cultural • Teatro Metropolitano José Gutiérrez Gómez • Grupo Éxito • Universidad de Antioquia
• Universidad Pontificia Bolivariana • Hangar • Teleantioquia • Televida • Colina • Generación • Periódico El Colombiano • Periódico El Mundo • Opción Hoy • Vivir en El Poblado • Hotel Dann Carlton • Asencultura
Informes: Lucrecia Piedrahíta. Museóloga. Directora Ejecutiva Teléfonos: (4) 326 69 00 extensiones 268 y 271; 3113157067. Fax: (4) 2660397 email: lucreciapiedrahita@gmail.com, Dirección: Calle 4 Sur No.43 AA - 30 Piso 10. Edificio Formacol. Medellín