ENERO — ABRIL/2007
REVISTA
UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
No. 46
Contenido El motor del cambio en la universidad tienen que ser sus profesores
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AIS se despide de sus lectores y abonados
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AIS, ejemplo de honestidad
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La teoría del fin de la historia. El desprecio como destino. Por Eduardo Galeano
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Educación y empleo constituyen los grandes eslabones necesarios para activar la cadena productiva
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Condenados a muerte prematura por hambre y sed más de 3 mil millones de personas en el mundo
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¿Es posible un pacto nacional?
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La responsabilidad social en la formación y selección de los docentes: hábitos y competencias
Por Fidel Castro
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Biodiesel de soya. Un moderno caballo de troya Por Ricardo Luis Mascheroni
Por José Ramiro Galeano Londoño
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Agro-combustibles versus soberanía alimentaria
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Biopolítica del hambre.
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¡Oh, etanol! ¿cuántos crímenes se cometerán en tu nombre?. Por Eduardo Dimas
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Cuba y la conservación del medio ambiente
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Por Silvia Ribeiro
José A. Zamora
Por Salim Lamrani
24 EL AGUA Y LA POBREZA 32
La universidad pública como proyecto nacional en el Siglo XXI
36 El papel de la universidad en el equilibrio global
Un proyecto educativo como el nuestro debe 39 seguir siendo, ante todo, un proyecto social
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El papel político de la formación integral. Algunas consideraciones sobre educación y política Por Luis Alfredo Atehortúa Castro
Memoria y resistencia. Éticas de la democracia.
Por Adolfo Pérez Esquivel Por Miguel Giusti
La enfermedad saludable. Cómo la industria farmacéutica convierte los medicamentos en peligrosas mercancías. Por Miguel Jara Las sociedades transnacionales y la Unión Europea. Por Alejandro Teitelbaum Algunas consideraciones tras un viaje a Cuba Por Jaime Carrizosa Moog
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La Lucha Estudiantil: ayer y hoy en la Universidad de Antioquia. Por Erika Tobón Cardona
87 La situación de las prácticas en el área de la
Educación en Artes Visuales.
Por Claudia P. Ángel Ospina
Respuesta al anhelo de estudiantes y profesores de disponer de una publicación que sea canal de expresión de las disposiciones y puntos de vista de los universitarios.
Alberto Uribe Correa, Rector - Ana Lucía Herrera Gómez, Secretaria General Editor: Alberto González Mascarozf, agonzale@arhuaco.udea.edu.co Correctora: Isabel Cristina González Ramírez Diseño original: Saúl Álvarez Diagramación: Juan Camilo Vélez Rodríguez Impresión y terminación: Imprenta Universidad de Antioquia Departamento de Información y Prensa – Secretaría General - Ciudad Universitaria, Bloque 16 oficina 336. Medellín. Teléfonos 2105023 y 2105026. Fax 2331627. E-mail: almamater@arhuaco.udea.edu.co Consulte DEBATES en almamater.udea. edu.co/debates El contenido de los artículos que se publican en DEBATES es responsabilidad exclusiva de sus autores y el alcance de sus afirmaciones sólo a ellos compromete.
UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
AIS se despide de sus lectores y abonados
Desde su creación, la Agencia de Información Solidaria –AIS– se convirtió en soporte fundamental para sus medios abonados en el mundo, entre ellos la Revista DEBATES y el Periódico ALMA MATER. Al cesar en sus funciones, tras cuatro años y medio de fructífera e invaluable labor, compartimos con los lectores el mensaje de despedida de nuestros respetos colegas, no sin antes registrar como una sensible pérdida para el periodismo honesto esa bella experiencia de escribir no con el ánimo de cobrar por encima de toda consideración derechos de autor, sino contribuir a la formación de una ciudadanía cada vez más codiciada por los intereses de los grandes poderes que hoy estropean el mundo.
AIS comenzó en 2002 como un proyecto ilusionante de hacer “otra forma de periodismo”, de poner nuestros conocimientos y habilidades como informadores al servicio de un concepto diferente de comunicación y, ¿por qué no?, de poner desde la humildad un pequeño grano de arena en la construcción de un mundo más justo y solidario. Cuatro años y medio después, un ejercicio de honestidad nos obliga a poner fin a esta tarea, sin que por ello los principios que nos llevaron a su creación hayan desaparecido en cada uno de nosotros. La falta de medios, humanos y materiales, la dispersión por el planeta de varios miembros del Consejo y las dificultades cotidianas nos venían impidiendo últimamente mantener AIS en los niveles de calidad, creatividad y rigor necesarios. Entre mantener la agencia con respirador artificial, simplemente por conciencia solidaria o pura nostalgia, pero sin hacerlo a la altura de las circunstancias –e incluso con el riesgo de estar cerrando el paso a nuevas iniciativas solidarias similares o a artículos de mayor interés en sus publicaciones– o aceptar la conveniencia de poner fin a las cosas cuando llega el momento, hemos optado por lo segundo. Queremos agradecerles de todo corazón su apoyo, su espacio siempre abierto a la palabra diferente de AIS y sus mails de ánimo en los momentos difíciles. Nuestros artículos, reportajes y entrevistas no hubieran sido nada sin los soportes que ustedes aportaron para llegar al lector y crear conciencia solidaria. Esperamos realmente que en este tiempo AIS haya ayudado, aunque fuese sólo un poco, a poner de relieve los problemas e injusticias de este mundo. Nosotros, al menos, lo hemos hecho con esa intención, sin ningún otro tipo de ánimo, ni material ni profesional. En estos momentos de despedida, nuestra mayor satisfacción sería saber que así fue y, por supuesto, que los ideales que impulsaron esta iniciativa sigan siempre vivos y sean la base de nuevos proyectos solidarios, por desgracia tan necesarios en el mundo actual. Os enviamos un hasta siempre. Consejo de Redacción Agencia de Información Solidaria –AIS– —2—
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AIS, ejemplo de honestidad La Agencia de Información Solidaria –AIS– fue (quisiéramos decir ES) “un centro de comunicación social sin ánimo de lucro formado por periodistas, profesores de universidad y miembros de ONG con el objetivo de concienciar a la sociedad y a los profesionales de la información en temas de pobreza, derechos humanos, salud, medio ambiente, infancia, conflictos armados, etc.”. Con tal fin realizó (quisiéramos decir REALIZA) “una continua labor de investigación y análisis de los grandes temas que afectan a la humanidad, tratando de desvelar aspectos de la realidad que no tocan los medios de comunicación convencionales, aportando perspectivas inéditas y destacando informaciones de aquellos países o sectores sociales que pasan desapercibidos para las grandes agencias”. Como lo pueden constatar los lectores de la Revista DEBATES y del Periódico ALMA MATER, y como sin duda lo lamentarán, AIS también hizo (quisiéramos decir HACE) énfasis en informes de gran relevancia, producidos por organismos internacionales, pero cuya difusión “es muy baja o nula en relación con su importancia”. No desatendió tampoco la labor de muchas organizaciones sociales que “desarrollan programas contra la pobreza y la exclusión de los que tampoco se habla en los medios de comunicación y que pueden ser aplicados en muchas latitudes y aportar ideas a comunidades que sufren los mismos problemas”. A partir de tales temas, AIS realizó (quisiéramos decir REALIZA) artículos, entrevistas y reportajes de gran factura periodística, que distribuyó de forma gratuita “a una amplia red de medios de comunicación y organizaciones sociales de América Latina, Estados Unidos y España”. La Revista DEBATES y el Periódico ALMA MATER agradecen con todo el sentimiento humano, y se enorgullecen de haber hecho parte de los medios que difundieron los materiales periodísticos con el sello inconfundible de AIS, los cuales, en el caso de muchos profesores de la Universidad de Antioquia y de otras instituciones educativas, utilizaron como material de referencia en sus clases. El Consejo de Redacción de AIS lo integraron Marta Caravantes, Juan Carlos Galindo, Ángel Gonzalo, Oscar Gutiérrez, Íñigo Herráiz, Antonio Pita, Jacobo Quintanilla, Christian Sellés. Como analistas de las diferentes temáticas participaron Adela Cortina, Guillermo Algar, Adrián Mac Liman, Paola Álvarez, Mateo Balín, Jorge Coarasa, Arancha Desojo, Daniel Garibotti, Daniel Innerarity, Miguel Jiménez, Carmen Lloveres, Gema Martín Muñoz, Luis Méndez Asensio, Esther Navío, Pedro Oliver Olmo, Edith Papp, Roger Pascual, Sira Rego, Diana Rojo, Carlos Taibo y Laura Villamor. Y las ONG colaboradoras del proyecto fueron Amnistía Internacional, Medicus Mundi y Ayuda en Acción. Para todas estas personas, igualmente, un hasta siempre.
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La teoría del fin de la historia El desprecio como destino Por Eduardo Galeano* Escritor y periodista uruguayo
1. ¿Fin de la historia? Para nosotros, no es ninguna novedad. Hace ya cinco siglos, Europa decretó que eran delitos la memoria y la dignidad en América. Los nuevos dueños de estas tierras prohibieron recordar la historia, y prohibieron hacerla. Desde entonces, sólo podemos aceptarla. 2. Pieles negras, pelucas blancas, coronas de luces, mantos de seda y pedrería: en el carnaval de Río de Janeiro, los muertos de hambre sueñan juntos y son reyes por un rato. Durante cuatro días, el pueblo más musical del mundo vive su delirio colectivo. Y el miércoles de cenizas, al mediodía, se acabó la fiesta.
*Nació en Montevideo, en 1940. En el semanario Marcha fue jefe de redacción y en el diario Época director. En la capital argentina fundó y dirigió la revista Crisis. No se considera un historiador sino un trabajador de la palabra que pone todo el empeño en combatir la amnesia, fundamento de toda vejación y explotación.
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La policía se lleva preso a quien siga disfrazado. Los pobres se despluman, se despintan, se arrancan las máscaras visibles, máscaras que desenmascaran, máscaras de la libertad fugaz, y se colocan las otras máscaras, invisibles, negadoras de la cara: las máscaras de la rutina, la obediencia y la miseria. Hasta que llegue el próximo carnaval, las reinas vuelven a lavar platos y los príncipes a barrer las calles. Ellos venden diarios que no saben leer, cosen ropas que no pueden vestir, lustran autos que nunca serán suyos y levantan edificios que jamás habitarán. Con sus brazos baratos, ellos brindan productos baratos al mercado mundial. Ellos hicieron Brasilia, y de Brasilia fueron expulsados. Cada día ellos hacen el Brasil, y el Brasil es su tierra de exilio. Ellos no pueden hacer la historia. Están condenados a padecerla. 3. Fin de la historia. El tiempo se jubila, el mundo deja de girar. Mañana es otro nombre de hoy. La mesa está servida, y la civilización occidental no niega a nadie el derecho de mendigar las sobras. Ronald Reagan despierta y dice: «La guerra fría acabó. Hemos ganado». Y Francis Fukuyama, un funcionario del Departa-mento de Estado, gana súbitamente éxito y fama descubriendo que el fin de la guerra fría es el fin de la historia. El capitalismo, que dice llamarse democracia liberal, es el puerto de llegada de todos los viajes, «la forma final de gobierno humano». Horas de gloria. Ya no existe la lucha de clases y al Este ya no hay enemigos, sino aliados. El mercado libre y la sociedad de consumo conquistan el consenso universal, que había sido demorado por el desvío histórico del espejismo comunista. Como quería la Revolución Francesa, ahora somos todos libres, iguales y fraternales. Y todos propietarios. Reino de la codicia, paraíso
El neoliberalismo económico, que el Norte impone al Sur como fin de la historia, como sistema único y último, consagra la opresión bajo la bandera de la libertad. En el mercado libre es natural la victoria del fuerte y legitima la aniquilación del débil.
terrenal. Como Dios, el capitalismo tiene la mejor opinión sobre sí mismo, y no hay duda de su propia eternidad. 4. Bienvenida sea la caída del muro de Berlín, dice un diplomático peruano, Carlos Alzamora, en un artículo reciente; pero dice que el otro muro, el que separa al mundo pobre del mundo opulento, está más alto que nunca. Un apartheid universal: los brotes de racismo, intolerancia y discriminación, cada vez más frecuentes en Europa, castigan a los intrusos que saltan ese alto muro para meterse en la ciudadela de la prosperidad. Y a la vista está. El muro de Berlín ha muerto de buena muerte, pero no alcanzó a cumplir treinta años de vida, mientras que el otro muro celebrará muy pronto sus cinco siglos de edad. El intercambio desigual, la extorsión financiera, la sangría de capitales, el monopolio de la tecnología y de la información y la alienación cultural son los ladrillos que día a día se agregan, a medida que crece el drenaje de riqueza y soberanía desde el Sur hacia el Norte del mundo. 5. Con el dinero ocurre al revés que con las personas: cuanto más libre, peor. El neoliberalismo económico, que el Norte
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UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA La teoría del fin de la historia. El desprecio como destino
impone al Sur como fin de la historia, como sistema único y último, consagra la opresión bajo la bandera de la libertad. En el mercado libre es natural la victoria del fuerte y legitima la aniquilación del débil. Así se eleva el racismo a la categoría de doctrina económica. El Norte confirma la justicia divina: Dios recompensa a los pueblos elegidos y castiga a las razas inferiores, biológicamente condenadas a la pereza, la violencia y la ineficacia. En un día de trabajo, un obrero del Norte gana más que un obrero del Sur en medio mes. 6. Salarios de hambre, costos bajos, precios de ruina en el mercado mundial. El azúcar es uno de esos productos latinoamericanos condenados a la inestabilidad y la caída. Durante muchos años, hubo una excepción: la Unión Soviética ha pagado, y paga todavía, un precio equilibrado por el azúcar de Cuba. Ahora, en plena euforia, el capitalismo triunfante se frota las manos. Hay bastantes indicios de que ese pacto comercial no va a durar mucho tiempo más. Y a nadie se le ocurre pensar que esa excepción ejemplar pudiera anunciar la posible creación de un nuevo orden internacional más justo, una alternativa al sistemático saqueo que los técnicos llaman «deterioro de los términos de intercambio». No: si los soviéticos pagan todavía buen precio por el azúcar cubano, eso no hace más que probar las diabólicas intenciones que han guiado los malos pasos de Moscú, que se metía donde no debía cuando usaba cuernos, tridente y rabo. El orden vigente es el único orden posible: el comercio ladrón es el fin de la historia. 7. Preocupado por el colesterol, olvidado del hambre, el Norte practica, sin embargo, la caridad. La Madre Teresa de
Con el dinero ocurre al revés que con las personas: cuanto más libre, peor. El neoliberalismo económico, que el Norte impone al Sur como fin de la historia, como sistema único y último, consagra la opresión bajo la bandera de la libertad. En el mercado libre es natural la victoria del fuerte y legitima la aniquilación del débil. Así se eleva el racismo a la categoría de doctrina económica.
Calcuta es más eficiente que Carlos Marx. La ayuda del Norte al Sur es muy inferior a las limosnas solemnemente comprometidas ante las Naciones Unidas, pero sirve para que el Norte coloque la chatarra de guerra, mercancías sobrantes y proyectos de desarrollo que subdesarrollan al Sur y multiplican la hemorragia para curar la anemia. Mientras tanto, en los últimos cinco años, el Sur ha donado al Norte una suma infinitamente mayor, equivalente a dos planes Marshall en valores constantes, por concepto de intereses, ganancias, royalties y diversos tributos coloniales. Y mientras tanto, los bancos acreedores del Norte destripan a los Estados deudores del Sur, y se quedan con nuestras empresas públicas a cambio de nada. Menos mal que el imperialismo no existe. Ya nadie lo menciona: por lo tanto, no existe. También esa historia se acabó. 8. Pero, si los imperios y sus colonias yacen en las vitrinas del museo de antigüedades, ¿por qué los países dominantes
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siguen armados hasta los dientes? ¿Por el peligro soviético? Esa coartada ya no se la creen ni los soviéticos. Si la cortina de hierro se ha derretido y los malos de ayer son los buenos de hoy, ¿por qué los poderosos siguen fabricando y vendiendo armas y miedo? El presupuesto de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos es mayor que la suma de todos los presupuestos de educación infantil en el llamado Tercer Mundo. ¿Despilfarro de recursos? ¿O recursos para defender el despilfarro? La organización desigual del mundo, que simula ser eterna, ¿podría sostenerse un sólo día más si se desarmaran los países y las clases sociales que se han comprado el planeta? Este sistema enfermo de consumismo y arrogancia, vorazmente lanzado al arrasamiento de tierras, mares, aires y cielos, monta guardia al pie del alto muro del poder. Duerme con un solo ojo, y no le faltan motivos. El fin de la historia es su mensaje de muerte. El sistema que sacraliza el caníbal orden internacional, nos dice: «Yo soy todo. Después de mí, nada». 9. Desde la pantalla de una computadora, se decide la buena o mala suerte de millones de seres humanos. En la era de las superempresas y la supertecnología, unos son mercaderes y otros somos mercancías. La magia del mercado fija el valor de las cosas y de la gente. Los productos latinoamericanos valen cada vez menos. Nosotros, los latinoamericanos, también. El Papa de Roma ha condenado enérgicamente el fugaz bloqueo, o amenaza de bloqueo, contra Lituania, pero el Santo Padre nunca dijo ni pío sobre el bloqueo contra Cuba, que ya lleva treinta años, ni sobre el bloqueo contra Nicaragua, que
duró diez. Normal. Y normal es, ya que tan poco valemos los latinoamericanos vivos, que nuestros muertos se coticen cien veces menos que las víctimas del hoy desintegrado Imperio del Mal. Noam Chomsky y Edward Herman se han tomado el trabajo de medir el espacio que merecemos en los principales medios norteamericanos de comunicación. Jerzy Popieluszko, sacerdote asesinado por el terror de Estado en Polonia, en 1984, ha ocupado más espacio que la suma de cien sacerdotes asesinados por el terror de Estado en América Latina en estos últimos años. Nos han impuesto el desprecio como costumbre. Y ahora nos venden el desprecio como destino. 10. El Sur aprende geografía en mapamundis que lo reducen a la mitad de su tamaño real. Los mapamundis del futuro, ¿lo borrarán del todo? Hasta ahora, América Latina era la tierra del futuro. Cobarde consuelo; pero algo era. Ahora nos dicen que el futuro es el presente.
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FUENTE EL GRANO DE ARENA. Correo de información ATTAC n° 388 – Marzo 19 de 2007
UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA Debate a la producción de biocombustibles o agrocombustibles
Condenados a muerte prematura por hambre y sed más de 3 mil millones de personas en el mundo Por Fidel Castro Presidente de Cuba
La idea siniestra de convertir los alimentos en combustible quedó definitivamente establecida como línea económica de la política exterior de Estados Unidos el pasado lunes 26 de marzo.
No se trata de una cifra exagerada; es más bien cautelosa. En eso he meditado bastante después de la reunión del presidente Bush con los fabricantes norteamericanos de automóviles. La idea siniestra de convertir los alimentos en combustible quedó definitivamente establecida como línea económica de la política exterior de Estados Unidos el pasado lunes 26 de marzo. Un cable de la AP, agencia de información norteamericana que llega a todos los rincones del mundo, dice textualmente: «WASHINGTON, 26 de marzo (AP). El presidente George W. Bush elogió el lunes los beneficios de los automóviles que funcionan con etanol y biodiesel, durante una reunión con fabricantes de vehículos, en la que buscó dar impulso a sus planes de combustibles alternativos. «Bush dijo que un compromiso de los líderes de la industria automotriz nacional para duplicar su producción de vehículos a combustible
Fuente: Embajada de Cuba en Colombia
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alternativo ayudaría a que los automovilistas abandonen los motores que funcionan con gasolina y reduzcan la dependencia del país respecto del petróleo de importación. «‘Este es un gran avance tecnológico para el país’, dijo Bush tras inspeccionar tres vehículos a combustible alternativo. Si la nación quiere reducir el consumo de gasolina, el consumidor debe estar en posibilidad de tomar una decisión racional. «El Presidente instó al Congreso a avanzar rápido en una legislación que el gobierno propuso recientemente para ordenar el uso de 132.000 millones de litros (35.000 millones de galones) de combustibles alternativos para el 2017 y para imponer estándares más exigentes de ahorro de combustible en los automóviles. «Bush se reunió con el presidente de consejo y director general de General Motors Corp, Rich Wagoner; el director general de Ford Motor Co., Alan Mulally y el director general del grupo Chrysler de Daimler Chrysler AG, Tom La Sorda. «Los participantes en el encuentro discutieron medidas para apoyar la producción de vehículos a combustible alternativo, intentos para desarrollar el etanol a partir de fuentes como el césped o el aserrín, y una propuesta para reducir en un 20% el consumo de gasolina en 10 años. «Las discusiones se realizaron en un momento en que han subido los precios de la gasolina. El estudio más reciente de la organización Lundberg Survey señaló que el precio promedio nacional de la gasolina ha subido 6 centavos por galón (3,78 litros) en las últimas dos semanas, a 2,61 dólares.» Pienso que reducir y además reciclar todos los motores que consumen electricidad y combustible es una necesidad elemental y urgente de toda la humanidad. La tragedia no consiste en reducir esos gastos de energía, sino en la idea de convertir los alimentos en combustible. Hoy se conoce con toda precisión que una tonelada de maíz sólo puede producir 413 litros de etanol como promedio, de acuerdo con densidades, lo que equivale a 109 galones. El precio promedio del maíz en los puertos de
Pienso que reducir y además reciclar todos los motores que consumen electricidad y combustible es una necesidad elemental y urgente de toda la humanidad. La tragedia no consiste en reducir esos gastos de energía, sino en la idea de convertir los alimentos en combustible.
Estados Unidos se eleva a 167 dólares la tonelada. Se requieren por tanto 320 millones de toneladas de maíz para producir 35.000 millones de galones de etanol. Según datos de la FAO, la cosecha de maíz de Estados Unidos en el año 2005 se elevó a 280,2 millones de toneladas. Aunque el Presidente hable de producir combustible a partir de césped o virutas de madera, cualquiera comprende que son frases carentes en absoluto de realismo. Entiéndase bien: ¡35.000 millones de galones significan un 35 seguido de nueve ceros! Vendrán después bellos ejemplos de lo que en la productividad por hombre y por hectárea alcanzan los experimentados y bien organizados agricultores de Estados Unidos: el maíz convertido en etanol; los residuos de ese maíz convertidos en alimento animal con 26% de proteína; el excremento del ganado utilizado como materia prima para la producción de gas. Desde luego, esto es después de cuantiosas inversiones al alcance sólo de las empresas más poderosas, en las que todo se tiene que mover sobre la base de consumo de electricidad y combustible. Aplíquese esta receta a los países del Tercer Mundo y verán cuántas personas dejarán de consumir maíz entre las masas hambrientas de nuestro planeta. O algo peor: présteseles financiamiento a los países pobres para producir etanol del maíz o de cualquier otro tipo de alimento y no quedará un árbol para defender la humanidad del cambio climático. Otros países del mundo rico tienen programado usar no sólo maíz, sino también trigo, semillas de
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girasol, de colza y otros alimentos para dedicarlos a la producción de combustible. Para los europeos, por ejemplo, sería negocio importar toda la soya del mundo a fin de reducir el gasto en combustible de sus automóviles y alimentar a sus animales con los residuos de esa leguminosa, especialmente rica en todos los tipos de aminoácidos esenciales. En Cuba, los alcoholes se producían como subproducto de la industria azucarera, después de hacerle tres extracciones de azúcar al jugo de caña. El cambio de clima está afectando ya nuestra producción azucarera. Grandes sequías se vienen alternando con lluvias récord, que apenas permiten producir azúcar durante cien días con rendimientos adecuados en los meses de nuestro muy moderado invierno de modo que falta azúcar por tonelada de caña o falta caña por hectárea debido a las prolongadas sequías en los meses de siembra y cultivo. En Venezuela, tengo entendido que usarían el alcohol no para exportar, sino para mejorar la calidad medioambiental de su propio combustible. Por ello, independientemente de la excelente tecnología brasileña para producir alcohol, en Cuba el empleo de tal tecnología para la producción directa de alcohol a partir del jugo de caña no constituye más que un sueño o un desvarío de los que se ilusionan con esa idea. En nuestro país, las tierras dedicadas a la producción directa de alcohol pueden ser mucho más útiles en la producción de alimentos para el pueblo y en la protección del medio ambiente. Todos los países del mundo, ricos y pobres, sin excepción alguna, podrían ahorrarse millones de millones de dólares en inversión y combustible simplemente cambiando todos los bombillos incandescentes por bombillos fluorescentes, algo que Cuba ha llevado a cabo en todos los hogares del país. Eso significaría un respiro para resistir el cambio climático sin matar de hambre a las masas pobres del mundo. Como puede observarse, no uso adjetivos para calificar al sistema y a los dueños del mundo. Esa tarea la saben hacer excelentemente bien los expertos en información y los hombres de ciencias socioeconómicas y políticas honestos que en el mundo abundan y que constantemente hurgan en el presente y el porvenir de nuestra especie. Basta una computadora y el creciente número de redes de Internet. Hoy conocemos por primera vez una economía
Otros países del mundo rico tienen programado usar no sólo maíz, sino también trigo, semillas de girasol, de colza y otros alimentos para dedicarlos a la producción de combustible. Para los europeos, por ejemplo, sería negocio importar toda la soya del mundo a fin de reducir el gasto en combustible de sus automóviles y alimentar a sus animales con los residuos de esa leguminosa, especialmente rica en todos los tipos de aminoácidos esenciales.
realmente globalizada y una potencia dominante en el terreno económico, político y militar, que en nada se parece a la Roma de los emperadores. Algunos se preguntarán por qué hablo de hambre y sed. Respondo: no se trata de la otra cara de una moneda, sino de varias caras de otra pieza, como pueden ser un dado con seis caras, o un poliedro con muchas más caras. Acudo en este caso a una agencia oficial de noticias, fundada en 1945 y generalmente bien informada sobre los problemas económicos y sociales del mundo: la TELAM. Textualmente, dijo: «Cerca de 2 mil millones de personas habitarán dentro de apenas 18 años en países y regiones donde el agua sea un recuerdo lejano. Dos tercios de la población mundial podrían vivir en lugares donde esa escasez produzca tensiones sociales y económicas de tal magnitud que podrían llevar a los pueblos a guerras por el preciado ‘oro azul’. «Durante los últimos 100 años, el uso del agua ha aumentado a un ritmo más de dos veces superior a la tasa de crecimiento de la población. «Según las estadísticas del Consejo Mundial del Agua (WWC, por sus siglas en inglés), se estima que para el 2015 el número de habitantes afectados por esta grave situación se eleve a 3.500 millones de personas.
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«La Organización de Naciones Unidas celebró el 23 de marzo el Día Mundial del Agua, llamando a enfrentar desde ese mismo día la escasez mundial del agua bajo la coordinación de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), con el objetivo de destacar la creciente importancia de la falta de agua a nivel mundial y la necesidad de una mayor integración y cooperación que permitan garantizar una gestión sostenida y eficiente de los recursos hídricos. «Muchas regiones del planeta sufren una escasez severa de agua, viviendo con menos de 500 metros cúbicos por persona por año. Cada vez son más las regiones que padecen la falta crónica del vital elemento. «Principales consecuencias de la escasez de agua son la insuficiente cantidad de ese precioso líquido para la producción de alimentos, la imposibilidad de desarrollo industrial, urbano y turístico y problemas de salud.» Hasta aquí el cable de TELAM. Dejo de mencionar en este caso otros importantes hechos, como los hielos que se derriten en Groenlandia y en la Antártica, los daños en la capa de ozono y la creciente cantidad de mercurio en muchas especies de peces de consumo habitual. Hay otros temas que pueden abordarse, pero simplemente pretendo con estas líneas hacer un comentario sobre la reunión del presidente Bush con los ejecutivos principales de compañías automotrices norteamericanas. Marzo 28 del 2007
Biodiesel de soya Un moderno caballo de troya Por Ricardo Luis Mascheroni Docente e investigador de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe, Argentina
Si hoy el mundo –supongamos que tuviera capacidad para ello– decidiera abandonar la quema de hidrocarburos y pasarse a los biocombustibles para la obtención de energía, se necesitaría una cantidad de hectáreas equivalente a varios planetas, donde plantar los vegetales para la obtención del famoso combustible.
Sospechosamente, de un tiempo a esta parte, comunicadores sociales, especialistas, técnicos, universidades, colegios profesionales, políticos, legisladores, funcionarios, sectores de la industria y también algunos conspicuos ambientalistas, aparecen en cuanto espacio existe en los medios de comunicación de masas, sean estos radiales, televisivos o gráficos, cantando loas y hablando maravillas —11—
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del petróleo verde, que en un futuro más o menos cercano sustituirá totalmente al perverso imperio de los combustibles fósiles. De esa catarata comunicacional se infiere que los sectores del poder económico, financiero e industrial mundial han encontrado la solución al causante del cambio climático y anuncian la terminación de la tiranía petrolera sobre la Tierra. De golpe, y como por arte de magia, aquellos se han vuelto ambientalistas y abrazan las banderas de sus tradicionales enemigos y la frase «desarrollo sustentable» no se les cae de la boca, como si fuera un chicle que se puede estirar para todos lados. Ante el tremendo poder propagandístico unidireccional, que resalta que el biodiesel es lo mejor que nos pudo haber ocurrido, uno –que algo conoce del tema– queda como desorientado y alelado. Imagínese el ciudadano común, frente a ello, casi que se sale de la vaina para reclamar plantas de refinación de biocombustibles hasta en las plazas, por no decir en las escuelas y hospitales. ¡¡La nueva revolución verde, ha llegado!! y nos salvará a todos. Decía mi abuelo: «cuando la limosna es grande hasta el santo desconfía» y cuánta razón tendría en desconfiar de estos anuncios fabulosos que prometen un mundo de progreso. Si hoy el mundo –supongamos que tuviera capacidad para ello– decidiera abandonar la quema de hidrocarburos y pasarse a los biocombustibles para la obtención de energía, se necesitaría una cantidad de hectáreas equivalente a varios planetas, donde plantar los vegetales para la obtención del famoso combustible. Dice el periodista británico George Monbiot: «Para mover nuestros coches y autobuses (solamente) con biodiesel se requerirían 25,9 millones de hectáreas. Existen en el Reino Unido 5,7 millones de hectáreas. Si esto sucediese en toda Europa, las consecuencias sobre el suministro de alimentos serían desastrosas: pasaríamos de ser excedentarios a ser deficitarios netos».1 Según el Ing. Miguel Baltanás (Doctor, INTEC, Investigador Superior –CONICET– y Profesor Titular D.E. - UNL): Para incorporar biodiesel en un porcentaje de tan sólo el 2% «sería necesario emplear el 50% de la producción mundial de aceites vegetales»2. De esto podemos inferir que si el porcentaje fuera del 4% del total, deberíamos usar todos los aceites vegetales que se producen en el mundo. ¿Con qué haremos las papas fritas?
Usted también se estará preguntando: ¿en dónde vamos a producir alimentos si tendremos que tapizar de soja y otros monocultivos hasta los canteros de las casas? Creo que este es un negocio para unos pocos a costa de muchos, más allá del maquillaje al que se lo quiera someter, y frente a esto no hay posiciones políticas que valgan, ya sean de derecha, izquierda o centro, todas por igual –salvo honrosas excepciones– están cegadas por el brillo del oro. ¿Se acuerda de la famosa industria denominada «La Forestal», que en su momento fue un boom similar al de la soja y que arrasó con miles de hectáreas del monte y bosque nativo en una gran franja de Argentina? Al quebracho –o a su exterminio– también los corifeos de toda laya le cantaron sus melodías que como cantos de sirenas llevaron al abismo a miles de argentinos. Muy pocos se atrevieron a denunciar esa matriz de explotación devastadora, entre ellos Gastón Gori en su célebre libro «La Forestal», el que más allá de los homenajes que cada tanto se le hacen, muy pocos funcionarios parecen haber leído y menos tener la grandeza de imitar. Cien años después todavía soportamos –y lo que es peor, pagamos– las consecuencias de ese modelo de destrucción. El sistema productivo que se nos anuncia como la panacea del crecimiento nacional es todavía más agresivo y confirmará con mayor
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Ante el tremendo poder propagandístico unidireccional, que resalta que el biodiesel es lo mejor que nos pudo haber ocurrido, uno –que algo conoce del tema– queda como desorientado y alelado. Imagínese el ciudadano común, frente a ello, casi que se sale de la vaina para reclamar plantas de refinación de biocombustibles hasta en las plazas, por no decir en las escuelas y hospitales. ¡¡La nueva revolución verde, ha llegado!! y nos salvará a todos.
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crudeza eso de que «las penas son de nosotros, pero las vaquitas son ajenas», léase la soja. Como bien se ha dicho: «…ha comenzado la etapa siguiente de la colonización y el mundo industrializado apunta a los países del Tercer Mundo, donde las empresas pueden apropiarse de grandes extensiones de tierra y mano de obra barata y despreocuparse de los graves impactos ambientales que acarrea el establecimiento de grandes plantaciones de monocultivos, de las que se refinarán los biocombustibles, a expensas de bosques y tierras aptas para el cultivo de alimentos»3. En esa sintonía, la Comisión de la Unión Europea emitió en 2001 el comunicado 547, el que sugiere el uso de biocombustibles para asegurar la oferta de energía, importando biocombustibles de aquellos países con ventajas competitivas en su producción y no comprometer de manera considerable la actual superficie agrícola de la Comunidad, evitando la suba en los precios domésticos de los granos destinados para biocombustibles. A fines del año 2005 se declaró el apoyo a la producción de biocombustibles en los países en desarrollo, con el mismo fin. Por ello, y en razón que «el costo de la materia prima del biodiesel representa más del 85% del total, los lobbies del biodiesel han convencido a los legisladores de cada país a dictar leyes que eximen de impuestos (en el caso argentino el ITC) a la producción de biodiesel»4. A través de esas reformas legislativas, producto del «convencimiento», toda la comunidad debe subsidiar el negocio de unos pocos, frente a ello el Ing. Baltanás pregunta: «¿En nombre de qué intereses deberíamos subsidiarlo? ¿Transportamos en lugar de alimentar a la humanidad?»5. En la Provincia Invencible de Santa Fe, su legislatura «convencida y más papista que el papa» ha sancionado una ley que va más allá de las ventajas otorgadas por la Nación y ha ampliado los beneficios a los «inversores» por años. Entre ellos, mencionamos la exención o diferimiento de tributos provinciales como ingresos brutos, impuesto de sellos, inmobiliario y patente única de vehículos, durante 15 años para las empresas que se radiquen en la provincia y desarrollen esta actividad. Por el artículo 8, se autoriza al Ejecutivo a entregar a las empresas, en comodato sin cargo a precio promocional, bienes del dominio público (¿entregarán
Entiendo que estas consideraciones son nada más que algunas de las contracaras de las monedas del modelo que se anuncia y que además de la soya, su aceite o el biodiesel que se exporta, se llevan el agua y los nutrientes de nuestro suelo y nos dejan la contaminación, la desertificación, la aniquilación de biodiversidad y la pérdida de salud y de calidad de vida de nuestros compatriotas. Lo que se dice un negocio redondo.
las plazas?) o privado del Estado provincial, construir infraestructura básica para acondicionamiento de áreas y a firmar convenios con entidades financieras para conceder créditos con tasas de interés en condiciones preferencial. Todo esto lo pagamos nosotros El artículo 11 de la norma crea un cargo de 0,20 pesos ajustables conforme a la variación del precio de la tarifa eléctrica de la Empresa Provincial de la Energía (EPE), por usuario del sistema eléctrico provincial, para la promoción y la financiación de estos proyectos. Qué tal, por si fuera poco parió la abuela. Justo es decir que: «Aunque el proyecto fue aprobado en Diputados con el voto de todo el arco político –justicialismo, socialismo, cavallerismo y un grupo de radicales–, el radical Santiago Mascheroni fue el más duro al oponerse en forma total a las distintas sanciones y cargó contra distintos aspectos de la norma6. Si estas iniciativas son tan buen negocio para el país, ¿por qué nos tenemos que hacer cargo de pagar la cuenta del banquete que comen otros?
Mentiras que matan No tengo dudas que en relación al tema habrá escuchado consignas tentadoras y atrayentes como: «el biodiesel beneficiará a nuestros productores y las economías regionales»; «mitigará los efectos del
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cambio climático»; «mejorará las condiciones del ambiente»; o «con la utilización de biocombustibles se estaría contribuyendo a un desarrollo sustentable del ambiente, a disminuir gradualmente la dependencia de los combustibles fósiles y a mejorar la rentabilidad del sector agropecuario y agroindustrial de la provincia, con posibles incidencias en el crecimiento de la economía regional» (senadora socialista Patricia Sandoz)7. Si creyó esta propaganda interesada, lamento desilusionarlo, pero se equivocó de cabo a rabo. Veamos algunas de estas concluyentes afirmaciones: • Beneficiará a nuestros productores: Sinceramente no se como, ya que es poco probable que se venda en el país, ya que como dice Jorge Kaloustian, presidente de la empresa Oil Fox (productora de biodiesel), «como en el mercado interno la venta de este producto por el precio de la soja vienen en alza, no hace competitivo al aceite con el gasoil, por lo tanto las oportunidades están en la exportación»8. • Contribuye al desarrollo sustentable del ambiente: «En gran parte de las regiones extra pampeanas, donde avanza la frontera agrícola por la sojización, no sólo crece la desocupación, y aumentan los demandantes de planes sociales, sino que se produce la contaminación por agroquímicos de vastas regiones, la degradación ambiental y la apropiación de tierras y agua, con la consecuente inhibición de otras actividades agropecuarias y la desarticulación de los modos de vida de las poblaciones rurales»9. • Mitiga el cambio climático: «La combustión de biodiesel produce más óxidos de nitrógeno, los que en la atmósfera producen un efecto invernadero 24 veces superior al de dióxido de carbono» 10. «Cuando incorporamos toda la cadena de producción de biocombustibles (producción de fertilizante para el cultivo, labores agrícolas, transporte, cosecha, almacenamiento, etc.), puede ocurrir que la demanda energética sea importante y así gastar más energía que la producida, y/o emitir mayor cantidad de CO2 y NOx a la atmósfera. En el mediano plazo esto es inviable, y no serían recomendables los biocombustibles.»11 Entiendo que estas consideraciones son nada más que algunas de las contracaras de las monedas del modelo que se anuncia y que además de la soya, su aceite o el biodiesel que se exporta, se llevan el agua y los nutrientes de nuestro suelo y nos dejan la contaminación, la desertificación, la aniquilación de biodiversidad
En lugar de destruir las tierras y el sustento de comunidades locales y pueblos del sur mediante otra forma más de colonialismo, exhortamos a los países del Norte a reconocer su responsabilidad en la destrucción del sistema climático del planeta, reducir su consumo de energía hasta alcanzar niveles sustentables, pagar la deuda climática que han ocasionado al no haber hecho lo anterior hasta el momento y aumentar sustancialmente la inversión en energía solar y en energía eólica sustentable»
y la pérdida de salud y de calidad de vida de nuestros compatriotas. Lo que se dice un negocio redondo. No es casual que en la reciente 12ª Conferencia de las Partes del Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, reunidas en Nairobi entre el 6 y el 17 de noviembre de 2006, distintas organizaciones y movimientos de agricultores pidieron suspender inmediatamente todos los subsidios y otras formas de apoyo desigual a la importación y exportación de biocombustibles. Expresando que «no hay nada verde ni sustentable en el biocombustible. En lugar de destruir las tierras y el sustento de comunidades locales y pueblos del sur mediante otra forma más de colonialismo, exhortamos a los países del Norte a reconocer su responsabilidad en la destrucción del sistema climático del planeta, reducir su consumo de energía hasta alcanzar niveles sustentables, pagar la deuda climática que han ocasionado al no haber hecho lo anterior hasta el momento y aumentar sustancialmente la inversión en energía solar y en energía eólica sustentable»12. Frente a esta producción injusta y la inacción estatal, es necesario que toda la ciudadanía se mantenga atenta e informada en defensa de las actuales y futuras generaciones, y tal vez así quizás podamos —14—
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salvarnos del desastre. Por último, ¿se acuerda de la historia o leyenda del famoso caballo de Troya por el cual el tan preciado regalo resultó la causa de la destrucción de la ciudad? El biodiesel, como el caballo de Troya, puede conducir a igual resultado. Por ello tengamos cuidado, que no nos pase lo mismo.
NOTA: La licencia de este artículo es de Creative Commons. Se permite la reproducción siempre que se cite la fuente. http://www.peripecias.com/ambiente/151MascheroniBiod ieselSoja.html
CITAS
Agro-combustibles versus soberanía alimentaria Por Silvia Ribeiro Investigadora Grupo ETC email: info@alainet.org
1 «Los biocombustibles no resuelven sino que agravan el cambio climático», en Revista del Sur, N° 168 Nov/Diciembre 2006, pág. 20. 2 Baltanás, Miguel A., «Los Biocombustibles en perspectiva», en el El Paraninfo, noviembre de 2006, pág. 10, U.N.L. 3 Revista del Sur, ob.cit. 4 Baltanás, Miguel A., ob.cit. 5 Ramos, Eliana, «El campo, visto como fuente de energía», en Infocampo, semana del 24 al 30 de noviembre de 2006, pág. 16 Negocios. 6 Ibidem. 7 Atilio Pravisani. La Capital, 20 noviembre 2006. 8 Diario El Ciudadano. 9 Domínguez, Diego, Investigador del Instituto Gino Germani de la Universidad de Buenos Aires, Argentina en EcoPortal.net 10 Baltanás, Miguel A., ob.cit. 11 Reportaje al Ing . Andrés Leone, portal Eco2site, Noviembre 2006. 12 Biocombustibles en gran escala: buenos para el poder, malos para la gente y el clima, Portal del medio Ambiente, World Rainforest Movement, 30/11/2006.
Malí alojó el pasado febrero el Foro Mundial de Soberanía Alimentaria «Nyéléni». Malí es uno de los diez países más pobres del mundo, si se mide en dinero. Sin embargo el país tiene recursos como oro y algodón –del cual es uno de los principales productores del continente–, pero la herencia colonial y las imposiciones de la Organización Mundial de Comercio, el FMI y el Banco Mundial han sumido a su población en la miseria. Aún así, Malí sigue siendo un país rico. No por esos recursos, muy vulnerables a cambios tecnológicos y de mercado, sino por otros tesoros: el 80 por ciento de la población sigue ejerciendo cotidianamente la compleja sabiduría de cuidar y producir, en formas diversas y locales, sus alimentos y medicinas y los de sus animales, la fibra de sus vestidos y tejidos y los materiales para sus viviendas, pese a climas de intenso calor y sequía y a las múltiples capas de dominación externa. Por esa riqueza y contrastes, Malí fue un escenario adecuado para que más de 500 delegados de 118 paí-
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ses y de diversos movimientos sociales –campesinos, trabajadores sin tierra, migrantes, mujeres, pastores, pescadores artesanales, consumidores, ecologistas, indígenas– se encontraran para avanzar análisis y estrategias comunes hacia la soberanía alimentaria, concebida como el derecho y la capacidad de los pueblos, desde sus bases, a producir sustentablemente y en forma diversa y adecuada a sus culturas, alimentos de calidad, suficientes y accesibles para todos. Pese a las dificultades para llegar a Malí, a la debilidad o falta de presencia real de algunos movimientos importantes en el tema –como los indígenas– y la contradicción de hacer una reunión global para discutir un tema que necesariamente nace y se realiza en la diversidad local, el encuentro fue un hito importante, sobre todo como germen de la colaboración entre movimientos, tanto para la construcción como para la resistencia. Entre los movimientos allí presentes existen los conocimientos, experiencias y en varios casos, colaboraciones de redes locales y/o que se enlazan a nivel internacional, en temas como la resistencia contra los tratados de libre comercio, los transgénicos, la privatización de conocimientos, semillas, tierras y agua, la devastación de suelos zonas pesqueras y de pastoreo tradicional, la migración forzada y criminalizada, la imposición de normas legales para impedir que los pequeños productores puedan llegar a los mercados y otras. Nyéléni fue una oportunidad para rehacer mapas, reafirmar y fortalecer acciones comunes y construir nuevas. Surgió con fuerza la denuncia de las amenazas que representan los agro-combustibles, mal llamados «biocombustibles». Delegados de las Américas, de Asia y de África, aportaron sus conocimientos para armar el rompecabezas de esta nueva trampa, así como la construcción de un amplio frente de resistencia a ella. Al contrario de lo que afirman sus promotores, como Estados Unidos y la Unión Europea, que serían una respuesta ambientalmente amigable frente al cambio climático producido por los combustibles derivados del petróleo, esta nueva ola de monocultivos industriales no mitigarán ninguno de los problemas existentes y creará nuevos. Aunque la cantidad de biodiesel o etanol que se puede obtener, varía con el tipo de cultivo, se necesitan enormes extensiones de tierra cultivable para producirlos. Con la cantidad de cereales que se necesitan para llenar el tanque de una camioneta se
puede alimentar una persona un año entero. Además, la mayor parte de la energía producida, se consume en el cultivo y el procesado –en petróleo, agrotóxicos, riego, maquinaria, transporte, refinamiento–. Según las condiciones y el cultivo, puede incluso dar saldo negativo. Si se incluyen en la ecuación la destrucción de ecosistemas como bosques y sabanas, o el hecho de que las refinerías de etanol y las plantas de procesamiento de celulosa son una fuente de contaminación del ambiente y la salud de los habitantes cercanos, el saldo definitivamente es negativo. Irónicamente, las industrias argumentan que los cultivos normales no rinden lo suficiente, e intentan justificar cultivos y árboles transgénicos –para producir etanol a partir de celulosa–, que agregarían otra gama de amenazas. Las industrias y gobiernos del Norte necesitan que la producción sea en los países del Sur, en parte porque no disponen de tierra o no quieren usarla para esto, y porque asumen que en esos países los problemas ambientales son obviados por gobiernos ávidos de «inversión» extranjera y de promover la agricultura intensiva de exportación, en desmedro de sistemas locales integrales que constituyan su propia soberanía alimentaria. Las instituciones financieras internacionales (Banco Mundial, Banco Interamericano) ya anuncian que «apoyarán» esta conversión, metiendo en la trampa a pequeños y medianos productores y aumentando las deudas externas de los países. Claramente hay un proyecto geopolítico de Estados Unidos para disminuir su dependencia de las naciones petroleras, pero además, un interés propio de las empresas que están detrás de esta nueva devastación agrícola: las industrias que controlan los agro-combustibles (grandes distribuidores de cereales como Cargill, ADM y Bunge), productores de semillas transgénicas como Syngenta, DuPont, Monsanto, Bayer, Dow y las automotoras. Todo son ganancias: reciben subsidios directos o indirectos, leyes a su favor y una significativa extensión de las tierras y agricultores dedicados a producir las materias primas que necesitan, al precio que definen, y cada vez más controlarán al aumentar la competencia entre países. Los agro-combustibles constituyen así un proyecto de recolonización imperial, en un nuevo asalto de las industrias transnacionales a las economías campesinas y a la soberanía alimentaria.
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FUENTE Agencia Latinoamericana de Información - ALAI: 30 AÑOS
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Biopolítica del hambre
La Organización Mundial del Comercio, sometida al dictado de los grandes y convertida en adalid de las políticas neoliberales, pretende asegurar el crecimiento y el uso óptimo de los recursos por medio de liberalizaciones asimétricas que fracasan estrepitosamente a la hora de garantizar unos mínimos de existencia digna a las poblaciones de los países empobrecidos. «En lugar de liberar a los hambrientos, el libre comercio los ha esclavizado»
Por José A. Zamora informativo@attac.org
James Morris, Director del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas, denunciaba recientemente que cerca de 800 millones de personas, de las cuales 300 millones son niños, sufren hambre crónica y más del doble de esa cifra padece malnutrición. Más de la mitad de las muertes de niños menores de cinco años está provocada por la falta de alimentos o la malnutrición. Existen suficientes recursos para alimentar adecuadamente a toda la humanidad, ya que se produce de modo global el 150% de las necesidades proteínicas. El hambre en el mundo es la consecuencia directa de las políticas económicas. En este sentido se puede decir que «los alimentos tienen un valor estratégico y los mercados alimentarios son un arma de destrucción masiva» (Nicholson 2003). Conviene insistir en que los países asolados por hambrunas en la época moderna, en los que el número de víctimas supera lo imaginable, no son «tierras de hambre». Si nos remontamos al siglo XIX, el proceso colonizador protagonizado por los países europeos se salda con un balance sobrecogedor. La expansión comercial y dominadora de los imperios europeos, imitados por Japón y Estados Unidos, produjo millones de víctimas del hambre y las epidemias en los territorios colonizados, que no dejaron de «exportar» alimentos y bienes en los peores momentos para sus poblaciones. «Estos millones de muertos no eran ajenos al ‘sistema mundo moderno’, sino que se encontraban en pleno proceso de incorporación a sus estructuras económicas y políticas. Su trágico final tuvo lugar en plena edad
de oro del capitalismo liberal; en realidad, hasta puede decirse que muchos de ellos fueron víctimas mortales de la aplicación literalmente teológica de los sagrados principios de Adam Smith, de Jeremy Bentham y de John Stuart Mill» (Davis 2003, 32). En la actualidad el comercio mundial se sigue realizando bajo unas condiciones que sólo favorecen a los países ricos y a las grandes multinacionales agroalimentarias. La Organización Mundial del Comercio, sometida al dictado de los grandes y convertida en adalid de las políticas neoliberales, pretende asegurar el crecimiento y el uso óptimo de los recursos por medio de liberalizaciones asimétricas que fracasan estrepitosamente a la hora de garantizar unos mínimos de existencia digna a las poblaciones de los países empobrecidos. «En lugar de liberar a los hambrientos, el libre comercio los ha esclavizado» (Mandeley 2003, 19). La deuda externa de los países pobres, a diferencia de la muchísimo mayor de los países ricos, se ha convertido en una palanca de imposición de políticas comerciales injustas y de los famosos Planes de Ajuste Estructural, que no hacen sino alimentar la espiral de endeudamiento y sumir a los sectores más pobres de sus poblaciones en la más absoluta miseria (Martínez Alier -Oliveras 2003). Se trata de planes que obligan a abrir las economías a los mercados internacionales, reproducen y profundi-
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En este horizonte adquiere especial relevancia el tercer jinete del Apocalipsis, el hambre como instrumento de regulación de la población mundial. El capitalismo encuentra en ella un aliado inestimable en relación al objetivo de eliminar una parte de la población sobrante en aras de aumentar y promover la vida de los privilegiados que viven en los países que dominan y administran el mundo. El hambre no actúa sola, acompaña y garantiza la eficacia de los otros jinetes: la conquista, la guerra y la peste.
zan el intercambio desigual, conllevan recortes del gasto público y regresión en las políticas sociales y producen un crecimiento del desempleo, el subempleo y la recesión. El bombardeo cotidiano de la deuda ha producido ya muchos muertos y sigue produciéndolos hoy. Son muchas las personas que se ven obligadas a abandonar a sus hijos, padres o cónyuges para huir de la devastación que producen los ajustes neoliberales. Muchos son los sueños asesinados por los cuchillo invisibles del hambre. Como en el cuento sobre «el vestido más hermoso del emperador», en el que un niño tiene que desenmascarar el engaño compartido y consentido señalando la desnudez que nadie parece (querer) ver, Susan George ha puesto el dedo en la llaga de las relaciones entre población y libre mercado. Los problemas que plantea la desigual distribución de la riqueza y el carácter ecológicamente depredador del sistema productivo capitalista sólo son abordables, en caso de mantenerse los parámetros económicos, sociales y políticos existentes, por medio de una reducción drástica de la población: «La única forma de garantizar el máximo bienestar para el mayor número posible de personas, al mismo tiempo que se preserva el capitalismo, es reducir el número de personas. (...) El objetivo para el 2020 debe ser reducir en una tercera parte el número actual de habitantes, de aproximadamente 6.000 millones a 4.000 millones.»
(George 2001, 95 y 98). Con una especie de juego intelectual que consiste en apropiarse de la lógica que subyace al actual desorden mundial y de darle expresión, Susan George quiere mostrarnos lo que dicha lógica asume y está dispuesta a llevar a cabo. En este horizonte adquiere especial relevancia el tercer jinete del Apocalipsis, el hambre como instrumento de regulación de la población mundial. El capitalismo encuentra en ella un aliado inestimable en relación al objetivo de eliminar una parte de la población sobrante en aras de aumentar y promover la vida de los privilegiados que viven en los países que dominan y administran el mundo. El hambre no actúa sola, acompaña y garantiza la eficacia de los otros jinetes: la conquista, la guerra y la peste. Pero en su conjunción siniestra al servicio de un sistema que encubre sus objetivos biopolíticos bajo la etiqueta de imponderables económicos o de modelos de eficacia, estos jinetes ocupan un lugar estratégico de singular importancia. La irrelevancia estructural calculada de sectores enormes de la población no posee un carácter accidental. Es un factor esencial de la lógica sacrificial que subyace a su funcionamiento. «El capitalismo consiste en un estado de guerra permanente en el que el hambre triunfa sin tregua sobre el hombre» (Alba Rico 2003).
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NOTAS *Alba Rico, S. (2003): «La ideología de la globalización (Reflexiones sobre el hambre)», Ponencia en el curso de verano sobre Globalización, organizado por la Universidad Carlos III en Villablino (León) *Davis, M. (2003): «Las grandes hambrunas del siglo XIX, genocidio olvidado»,en: Le Monde Diplomatique, *George, S. (2001): Informe Lugano. Barcelona: Icaria/ Intermón-Oxfam. *Nicholson, P. (2003): «Los mercados alimentarios son un arma de destrucción masiva» (entrevista) redlatinasinfronteras@ yahoo.-Oxfam. *Martínez Alier, J. -* Mandeley, J. (2003): El comercio del hambre. El precio que pagan los pobres por el libre comercio. Barcelona: Interpón Oliveras, A. (2003): ¿Quién debe a quién? Deuda ecológica y deuda externa. Barcelona: Icaria www.foroellacuria. org Red Latina sin fronteras: www. latinacoop es.vg
FUENTE ATTAC http://granodearena.blogspot.com/
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¡Oh, etanol! ¿cuántos crímenes se cometerán en tu nombre? Por Eduardo Dimas*
A su regreso a la Casa Blanca, lo más seguro es que tanto el presidente Bush como sus más cercanos colaboradores alaben los éxitos de su viaje por 5 países de América Latina, en especial los acuerdos para la producción de etanol con Brasil, la petición de Uruguay de incorporarse a ese negocio en expansión y, porque no, los lazos más estrechos con las oligarquías locales de Colombia, Guatemala y México. Eso, a pesar de las manifestaciones de protesta por su presencia, a pesar de que el 86% de los habitantes de la región, según una encuesta de Zogby International, califica de «regular o pobre» el manejo de sus relaciones con América Latina, y de que un 81% le da malas o muy malas calificaciones al presidente. En México, la cifra llega al 96%. Debe ser por el muro. ¿O será por los efectos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en la economía de ese país? En realidad, al principio pensé que el viaje del presidente estaba condenado a un fracaso rotundo. Lo ví como una medida desesperada para tratar de detener en lo posible el avance de las ideas nacionalistas, progresistas y de izquierda en la región, cosa que no conviene en lo absoluto a los intereses norteamericanos. No por gusto la campaña contra la Alternativa Bolivariana para América (ALBA), contra Cuba, Venezuela y Bolivia se hace cada vez más fuerte. Ahora, no me parece que sea una medida tan desesperada. También me pareció ridículo el ofrecimiento de
W. Bush de enviar un barco hospital por varios puertos latinoamericanos para brindar 85 mil consultas, 1.500 intervenciones quirúrgicas y asistencia estomatológica. Con la Operación Milagro los médicos cubanos han dado 223 millones de consultas hasta el 1ro de marzo, han realizado centenares de miles de intervenciones quirúrgicas, salvado cerca de 90 mil vidas y dado asistencia estomatológica a decenas de miles de venezolanos, bolivianos y de otras nacionalidades. La diferencia es abismal. Más ridícula todavía fue la concesión de 75 millones de dólares –menos que el gasto de un día en Irak– para el desarrollo de microempresas, ayuda a los campesinos, la salud y la educación. También dijo en referencia a Simón Bolívar y a George Washington, a quienes comparó por sus luchas independentistas, que «…nosotros somos los hijos e hijas de su lucha, y es nuestra misión completar la revolución que ellos iniciaron en `nuestros dos continentes’» (sic). Muy interesante y novedoso que un presidente de los EEUU acepte, al menos formalmente, la existencia de «dos continentes». Verdadera la apreciación de la existencia de dos realidades culturales e históricas diversas y contradictorias con los EEUU; gracias a las ambiciones de los gobernantes de este gran pueblo. Al parecer el presidente no conoce la frase de Bolívar, dicha pocos meses antes de morir, en 1829, «Los Estados Unidos parecen predestinados por la providencia para plagar América de miseria en nombre de la libertad». Pero no le pidamos peras al olmo. La ignorancia provoca esos problemas. Aquella fue una frase premonitoria, cuando Estados Unidos todavía no era un imperio. La vida le dio toda la razón. El 40% de la población latinoamericana vive hoy en la pobreza (220 millones) y, de ellos, 84 millones viven en la indigencia, según la CEPAL. Esas cifras suben y bajan según las tendencias mundiales, pero existen desde hace decenas de años y representan el sufrimiento de cientos de millones de personas. Por eso, lo más interesante de este viaje fue que, de repente, muchos altos dirigentes del gobierno de W. «sintieron» preocupación por la pobreza y la marginación de millones de seres humanos en
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América Latina. Hasta W. Bush prometió más ayuda marcha atrás a los cambios políticos y económicos a los pobres latinoamericanos. No se que pensarán que tienen lugar en América Latina. de eso las víctimas del huracán Katrina que todavía Les doy un dato adicional. Entre los principales esperan la ayuda gubernamental. Para ser breve, uno promotores de la Comisión Interamericana de Etanol, de ellos, Thomas Shannon, subsecretario de estado lanzada en diciembre del pasado año, está Jeb Bush, para Asuntos Hemisféricos, dijo en el Congreso que, el hermanísimo, y Roberto Rodrigues, presidente del a pesar de la democratización de la región y el libre Consejo Superior de Agronegocios de Sao Paulo y mercado «las demandas legítimas de las mayorías exministro de Agricultura en los primeros cuatro años aún no han sido satisfechas (…) lo que ha creado de gobierno de Lula. Hombre capaz, según algunos una oportunidad para el surgimiento de una visión observadores, de acabar con la Amazonia y expulsar rival de desarrollo en las Américas». a millones de campesinos de sus tierras para acelerar Y agregó que «esa visión rival regresa sobre la la acumulación de capital. Para W. el etanol es un nepista de modelos de desarrollo anteriores en las gocio familiar, quién lo iba a decir. ¿Será por eso que Américas, y está basada sobre economías centrali- compró una hacienda en Paraguay? zadas, liderazgo político autoritario y la aseveración La agencia APM reporta que Brasil quiere inaugurar de que las demandas de justicia social y la intención una planta de procesamiento de alcohol, a partir de de la mayoría es superior al respeto por los derechos la caña de azúcar, por mes hasta el año 2012. La iny libertades individuales. Esa visión no tuvo éxito en versión total será de 14.600 millones de dólares, para el pasado, y no creemos que podrá tener éxito hoy pasar de las 336 fábricas que tiene en la actualidad a día». 409 cuando finalice ese año. La información fue toExtraña la visión de justicia social que tiene el mada por la agencia del diario O Estado de Sao Paulo. señor Shannon. Sobra decir que se refiere al ALBA El propósito de esa inversión es evidente: convery a las políticas nacionalistas establecidas por al- tir al etanol en un producto con precio internacional, gunos gobiernos. especialmente ahora que Europa aspira a disminuir Shannon señaló, además, que el propósito de la su dependencia de los hidrocarburos en un 20%. gira de Bush es (era) «promover la visión estadouni- Brasil y Estados Unidos son los principales producdense de vincular la democracia con el desarrollo, tores de ese derivado, con el 72% de la producción generar crecimiento amplio a través del libre comer- mundial. Estados Unidos emplea el maíz, un alimencio y políticas económicas sanas». O sea, el modelo to humano y animal, como materia prima. neoliberal, cuyos resultados han sido totalmente De este modo, el etanol se convierte en un nenegativos para la mayoría de la clase media y los po- gocio de grandes perspectivas pero, también, en bres latinoamericanos. un elemento para tratar de detener la influencia de Sin embargo, ahora tengo la impresión de que el la Revolución Bolivariana y de Hugo Chávez en la objetivo principal del viaje de W. era despertar las región, que ellos piensan está basada en el petróleo ambiciones de las oligarquías nacionales, aliadas del y no en una evidente y más justa distribución de la capital transnacional. El etanol es la zanahoria. El riqueza. Sin dudas, el precio del petróleo permite al periodista uruguayo Raúl Zibechi, en su artículo “La gobierno bolivariano desarrollar una obra social de Gira del Etanol” (Rebelión 10-3-2007) lo expresa con envergadura y ayudar a otros países, pero sin volunlas siguientes palabras: «…la actual coyuntura que tad política eso no sería posible. vive la región es sumamente delicada porque pueAdemás, el etanol no puede sustituir totalmente de producirse una inflexión de larga duración que a la gasolina, pues para ello sería necesario sembrar afectará tanto a los pueblos como a los gobiernos de inmensas extensiones de caña de azúcar o de maíz. izquierda. Hilando fino, el problema no es ni Bush ni Según Hugo Chávez harían falta 5 ó 6 planetas solo Estados Unidos. Ellos hacen su juego, como siempre para satisfacer la demanda de gasolina de Estados lo hicieron. Con el proyecto del etanol emerge una Unidos, así que la dependencia del petróleo podrá nueva-vieja alianza: la de las elites globales, que se disminuir, pero no puede sustituirlo. De todos moexpresa en algunos gobiernos de la región». dos, la enorme ampliación de la producción de ese Es decir, que el objetivo es crear las condiciones, derivado preocupa grandemente a muchos econocon el apoyo de las oligarquías locales, especial- mistas y a organizaciones del sector campesino de mente la brasileña –la más poderosa–, para dar América Latina. —20—
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A finales de febrero, varias organizaciones latinoamericanas, entre ellas el Movimiento de los Sin Tierra (MST) de Brasil y Vía Campesina, emitieron un manifiesto bajo el título «Tanques llenos a costa de barrigas vacías», en el que sostienen que «el actual modelo de producción de bioenergía se sustenta en los mismos elementos que siempre causaron la opresión de nuestros pueblos: apropiación del territorio, de los bienes naturales, de la fuerza de trabajo». El texto señala que la finalidad de un entendimiento comercial entre Brasil y Estados Unidos es debilitar a Bolivia y Venezuela, impedir la construcción del gasoducto del Sur y, por extensión, la integración regional. Apunta, además, que se trataría de una luz verde al trabajo infantil, muy requerido para cosechar la caña de azúcar. Por último, el manifiesto expresa en una de sus partes: «Nos comprometemos a denunciar y combatir el modelo agrícola basado en el monocultivo concentrador de tierra y riqueza, destructor del medio ambiente, responsable del trabajo esclavo y de la superexplotación de la mano de obra; y a superar el actual modelo agrícola a través de la eliminación del latifundio». Hasta dónde podrán llegar las cosas, no creo que alguien sea capaz de predecirlo en estos momentos. Falta por ver cual será la actitud del gobierno brasileño. Si nos guiamos por las declaraciones de Lula, durante la conferencia de prensa conjunta con W., todavía quedan muchas cuestiones por resolver, como el subsidio agrícola, el arancel que cobra Estados Unidos al etanol brasileño y la ayuda que brinda el gobierno norteamericano a los productores de etanol en su país que, no por casualidad, es casi igual (0.52 dólar por galón y 0.51 dólar por galón, respectivamente). En la conferencia, Lula le pidió a W. que no interfiera en los asuntos del Mercado Común del Sur (MERCOSUR). Es difícil pensar que la Casa Blanca no haga todo lo posible para acabar con el proceso de integración latinoamericana, y Lula lo sabe. Así que hay que esperar para saber hasta dónde los intereses y ambiciones de la oligarquía brasileña podrán llegar. Ojalá que el título de este artículo: ¡Oh etanol! ¿Cuántos crímenes se cometerán en tu nombre?, no se haga realidad.
FUENTE Progreso Semanal. Copyright 2007© Progreso Weekly, Inc.
Cuba y la conservación del medio ambiente Por Salim Lamrani Investigador. Universidad Denis-Diderot, París. Especialista en las relaciones de Cuba y Estados Unidos
El 2 de febrero de 2007, el presidente francés Jacques Chirac lanzó un llamado “a la movilización general contra la crisis ecológica”. Firmado por 46 países, al Llamado de París le sigue la publicación de un informe alarmante sobre el calentamiento de la tierra del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre la Evolución del Clima de la ONU1. Cerca del 30% de las especies del planeta corren un grave riesgo de extinción, de ahí la propuesta de crear una organización de las Naciones Unidas del Medio Ambiente (ONUE)2. “Hoy, ha llegado el tiempo de la lucidez”, declaró el presidente francés cinco años después de su discurso en Johanesburgo durante el que lanzó un grito de alarma a propósito de la “casa que se está quemando”. “Cada día que pasa se agravan los riesgos y
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los peligros”, señaló Jacques Chirac que estigmatizó a “algunos grandes países a los que hay que convencer y que, encerrados en una especie de mito liberal, se niegan a aceptar las consecuencias de sus actos”3. “La humanidad está destruyendo, a una velocidad espantosa, los recursos y los equilibrios que han permitido su desarrollo y que determinan su porvenir”, afirma el Llamado de París. “Hemos llegado al umbral de lo irreversible, de lo irreparable”, prosigue el texto, que conmina “a tomar las medidas que se imponen para conjurar los peligros que amenazan la propia supervivencia de la humanidad”4. Más de 200 delegados de 70 naciones se reunieron en la capital francesa, entre ellas Estados Unidos, que no ha firmado el Llamado. Por otra parte, Washington sigue negándose a firmar los acuerdos de Kioto sobre la reducción de los gases de efecto invernadero mientras que es responsable de más del 25% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono. Las conclusiones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre la Evolución del Clima insisten en la responsabilidad humana en los cambios climáticos. El comisario europeo de Medio Ambiente, Stavros Dimas, expresó su “enorme preocupación” a propósito de este informe del GIEC y lanzó un llamado a favor de un nuevo acuerdo mundial para poner término al calentamiento del planeta. La subida de las temperaturas provoca inevitablemente un aumento del nivel de los mares, precipitaciones abundantes, olas de calor y cataclismos naturales cada vez más frecuentes y violentos. Por ejemplo, los glaciares del Himalaya perdieron el 21% de su superficie desde 19625. Pero esta toma de conciencia ecológica llega un poco tarde. En efecto, Cuba lanzó una advertencia sobre los peligros que amenazaban al medio ambiente hace cerca de quince años. El 12 de junio de 1992, Fidel Castro pronunciaba su discurso durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo: “Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre. Es necesario señalar que las sociedades de consumo son las responsables fundamentales de la atroz destrucción del medio ambiente [...]. Con sólo el 20% de la población mundial, consumen las dos terceras partes de los metales y las tres cuartas partes de la energía que se produce en el mundo. Han
Más de 200 delegados de 70 naciones se reunieron en la capital francesa, entre ellas Estados Unidos, que no ha firmado el Llamado. Por otra parte, Washington sigue negándose a firmar los acuerdos de Kioto sobre la reducción de los gases de efecto invernadero mientras que es responsable de más del 25% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono.
envenenado los mares y ríos, han contaminado el aire, han debilitado y perforado la capa de ozono y han saturado la atmósfera de gases que alteran las condiciones climáticas con efectos catastróficos que ya empezamos a padecer. Los bosques desaparecen, los desiertos se extienden, miles de millones de toneladas de tierra fértil van a parar cada año al mar. Numerosas especies se extinguen [...] Si se quiere salvar a la humanidad de esa autodestrucción, hay que distribuir mejor las riquezas y tecnologías disponibles en el planeta. Menos lujo y menos despilfarro en unos pocos países para que haya menos pobreza y menos hambre en gran parte de la tierra [...]. Aplíquese un orden económico internacional justo. Páguese la deuda ecológica y no la deuda externa [...]. Mañana será demasiado tarde para hacer lo que debimos haber hecho hace mucho tiempo”6. Desde hace mucho tiempo, Cuba ha hecho de la protección del medio ambiente una prioridad nacional. Por ejemplo, la superficie de las selvas aumentó en 33.631 hectáreas en 2006 y representa ahora un 24,54% del territorio nacional. La isla dispone así de 2.696.589 hectáreas, sin contar las 170.253 hectáreas de jóvenes plantaciones de menos de tres años. Gracias al programa nacional de mejora de los suelos, 515.000 hectáreas se trataron en 2006, lo que
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permitió disminuir en un 3,8% la contaminación del medio ambiente con respecto a 2005. Cuba es uno de los pocos países del mundo cuya superficie forestal actual es superior a la de hace 50 años7. Numerosas instituciones internacionales reconocen el savoir-faire cubano en materia de conservación de la naturaleza. El proyecto cubano de energía renovable de la Universidad de Oriente obtuvo en 2006 el premio mundial “Energy Globe” que recompensa cada año las iniciativas destinadas a favorecer una utilización más eficaz y sostenible de los recursos naturales en el campo del consumo de energía. Varias instituciones mundiales como las Naciones Unidas, el Consejo Europeo por la Energía Renovable y el Banco Mundial, entre otras, conceden este premio8. En 2006 “World Wild for Fund”, la organización internacional más importante para la protección del medio ambiente, con más de 5 millones de miembros y presencia en más de 100 países, subrayó en su informe anual “Planète Vivante 2006”, que Cuba es la única nación del mundo que ha alcanzado un desarrollo sostenible. El desarrollo sostenible es un compromiso para ‘mejorar la calidad de vida humana y vivir en los límites de la capacidad de carga de los ecosistemas que nos permiten existir’. El Índice de Desarrollo Humano se utiliza por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) como indicador del bienestar, y la huella es una medida de la demanda sobre la bioesfera. Los progresos de las naciones hacia un desarrollo sostenible pueden medirse cruzando el IDH y la huella. El IDH se calcula sobre la base de la esperanza de vida, de la alfabetización, de la educación y del PIB por persona. El PNUD considera que un país tiene un índice de desarrollo humano elevado si su valor de IDH es superior a 0,8. Para la huella, se considera que una huella inferior a 1,8 hectáreas globales por persona, es decir la biocapacidad media disponible por persona, es indicativa de una durabilidad a escala global. Un desarrollo sostenible exitoso implica, al menos, que el mundo en su totalidad responda conjuntamente a estos dos criterios [...]. Ni el mundo en su totalidad, ni ninguna región tomada separadamente responde conjuntamente a los dos criterios de desarrollo sostenible. Sólo Cuba lo logra, según los datos que este país proporciona a las Naciones Unidas”9.
En materia de protección del medio ambiente –como en materia de salud, educación, universalización de la cultura y práctica del deporte–, el mundo tiene mucho que aprender de Cuba. Este pequeño país subdesarrollado, acosado por sanciones económicas sumamente severas por parte de Estados Unidos, ha demostrado que si se aplican la ciencia y la tecnología al servicio del hombre y del medio ambiente, es posible conservar la naturaleza. Es tiempo de abrir los ojos en todo el mundo y tomar ejemplo del archipiélago del Caribe para salvar el planeta. La supervivencia de la especie humana está en juego.
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NOTAS 1 Intergovernmental Panel on Climate Change, Climate Change 2007: The Physical Science Basis. Summary for Policymakers, París, febrero de 2007.
Reuters, «Chirac sonne la mobilisation générale pour l’environnement», 3 de febrero de 2007; Alicia Rivera, «Cambios climáticos alteran la tierra. En peligro 30% de las especies», Granma, 31 de enero de 2007.
2
3
Ibid.
Hervé Kempf, «Quarante-six pays appellent à créer une ONU de l’environnement», Le Monde, 6 de febrero de 2007.
4
Granma, « La Tierra en serio peligro por cambios climáticos», 3 de febrero de 2007.
5
Fidel Castro Ruz, «Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, en Río de Janeiro, Brasil, el 12 de junio de 1992», Granma, 3 de febrero de 2007.
6
7 Granma, «La superficie des forêts augmente dans l’île», 27 de diciembre de 2006. 8 Energy Globe, «National Energy Globe Winners», 2006; Agencia Cubana de Noticias, «Le projet cubain d’énergie renouvelable gagne le Prix mondial ‘Energy Globe’», 29 de enero de 2007. 9 World Wild for Fund, Rapport Planète vivante 2006, 2006, p. 21.
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Mensaje a la comunidad internacional de Kemal Dervis, Director del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo –PNUD–, con ocasión del Día Mundial del Agua Los pobres no obtienen suficiente agua potable por la misma razón que no tienen la posibilidad de votar, o de vivir libres de enfermedades, o de escapar de los peligros de desastres o de conflictos, o de lograr el empoderamiento económico. Con harta frecuencia, poco o ningún dinero equivale a poca o ninguna voz, y a poca o ninguna oportunidad. Hacer frente a la crisis mundial del agua es un paso indispensable para hacer frente a la pobreza y apoyar el desarrollo humano más amplio.
Mensaje a la comunidad internacional de Kemal Dervis, Administrador del PNUD*, con ocasión del Día Mundial del Agua Ahora que nos encontramos a mitad de camino hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), que incluyen la meta concreta de reducir a la mitad el número de personas que carecen de acceso sostenible al agua potable, el mundo sigue haciendo frente a serios retos en relación con el abastecimiento de agua y el saneamiento. Hoy, más de 900 millones de personas necesitan obtener acceso
El Sr. Kemal Dervis asumió sus funciones de nuevo director del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, que es la instancia mundial de desarrollo de la ONU, el 15 de agosto de 2005. En dicho cargo es también Presidente del Grupo de las Naciones Unidas para el Desarrollo, un comité integrado por los directores de todos los fondos, programas y departamentos de la ONU que trabajan en el área del desarrollo. Antes de ser elegido para dirigir el PNUD, el Sr. Dervis representó a Estambul en el Parlamento de Turquía desde noviembre de 2002 a junio de 2005. En ese período representó igualmente al Parlamento turco en la Convención Constitucional sobre el Futuro de Europa e integró la comisión conjunta de los Parlamentos turco y europeo. También colaboró con el Foro Económico y de Política Exterior, que es una ONG turca que trabaja en asuntos relativos a la política y la economía.
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a una fuente de agua mejorada para 2015, y más de 1,3 mil millones de personas requieren acceso a servicios de saneamiento mejorados si es que han de cumplirse las metas establecidas. El tema del Día Mundial del Agua de este año, “Hacer frente a la escasez de agua”, pone de relieve esta realidad y el hecho de que casi 800 millones de personas de todo el mundo sufren de estrés crónico por falta de agua y amenaza con producir el derrumbe de los sistemas ecológicos, intensificando la competencia por el agua e incrementando las tensiones transfronterizas. Si bien el mundo no se está quedando sin agua en un sentido absoluto, al mismo tiempo la inseguridad en materia de agua plantea una verdadera amenaza para el desarrollo humano en mucho lugares y para una elevada proporción de la población mundial. Alrededor de 700 millones de personas de 43 países viven por debajo del umbral de estrés por falta de agua, de 1.700 metros cúbicos por persona por año. Dentro de 20 años, 3 mil millones de personas vivirán en distintos países por debajo de ese umbral. La necesidad cada vez mayor de agua en las ciudades, la industria, el sector agrícola y las demandas energéticas cada vez mayores representan un riesgo creciente para la seguridad alimentaria y de los medios de vida, ya frágiles, de los pobres. El año pasado, en el Informe sobre Desarrollo Humano se formuló un llamamiento al reconocimiento del acceso al abastecimiento de agua seguro y asequible como un derecho humano y a la adopción de un Plan de Acción Mundial que respondiera a la crisis del agua. En este Día Mundial del Agua, reiteramos ese llamamiento y recordamos también que si no abordamos adecuadamente este reto se verá menoscabada nuestra capacidad para alcanzar todos los ODM. Es irónico que vivamos en un mundo en el que cuanto menos ingreso se percibe, tanto más debe pagarse por el agua. Los hogares más pobres de muchos países en desarrollo llegan a pagar hasta el 10% de sus ingresos en agua, en tanto que en el mundo desarrollado si se gasta más del 3% de los ingresos en agua, esto se
El tema del Día Mundial del Agua de este año, “Hacer frente a la escasez de agua”, pone de relieve esta realidad y el hecho de que casi 800 millones de personas de todo el mundo sufren de estrés crónico por falta de agua y amenaza con producir el derrumbe de los sistemas ecológicos, intensificando la competencia por el agua e incrementando las tensiones transfronterizas. Si bien el mundo no se está quedando sin agua en un sentido absoluto, al mismo tiempo la inseguridad en materia de agua plantea una verdadera amenaza para el desarrollo humano en mucho lugares y para una elevada proporción de la población mundial.
considera una penuria económica. Lo cierto es que los retos de la crisis del agua son impulsados principalmente por desigualdades fundamentales. Como se puso de relieve en el Informe sobre Desarrollo Humano del año pasado, la escasez de agua no es una simple deficiencia física o del medio ambiente: a menudo refleja la falta de poder financiero y político. Los pobres no obtienen suficiente agua potable por la misma razón que no tienen la posibilidad de votar, o de vivir libres de enfermedades, o de escapar de los peligros de desastres o de conflictos, o de lograr el empoderamiento económico. Con harta frecuencia, poco o ningún dinero equivale a poca o ninguna voz, y a poca o ninguna oportunidad. Hacer frente a la crisis mundial del agua es un paso indispensable para hacer frente a la pobreza y apoyar el desarrollo humano más amplio. El cambio climático amenaza con socavar aún más los medios de vida de los pobres. La dispo-
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Es irónico que vivamos en un mundo en el que cuanto menos ingreso se percibe, tanto más debe pagarse por el agua. Los hogares más pobres de muchos países en desarrollo llegan a pagar hasta el 10% de sus ingresos en agua, en tanto que en el mundo desarrollado si se gasta más del 3% de los ingresos en agua, esto se considera una penuria económica. Lo cierto es que los retos de la crisis del agua son impulsados principalmente por desigualdades fundamentales.
nibilidad de agua será más impredecible y habrá cada vez más sequías, inundaciones y otros fenómenos climáticos perjudiciales, que aquejarán más a los pobres de forma desproporcionada. Los más pobres prácticamente no tienen ninguna responsabilidad del cambio climático, sin embargo, en muchos casos son los más perjudicados por sus consecuencias inmediatas. En Asia y África subsahariana probablemente se verá afectada la productividad agrícola. En países de poca altitud como Bangladesh, el aumento del nivel del mar incrementará el riesgo de ingreso de agua salina en las fuentes de agua potable. La formulación de estrategias eficaces y asequibles para reducir y gestionar los riesgos y la vulnerabilidad deben ser uno de los ejes principales de las políticas nacionales de ordenación de los recursos hídricos y la asistencia internacional. La crisis del agua puede parecer desalentadora, pero pueden adoptarse medidas concretas para abordar esta emergencia. Por consiguiente, el Día Mundial del Agua es una oportunidad importante tanto para renovar el debate sobre esta cuestión decisiva como para impulsar la acción. El desafío que se plantea al Grupo de los Ocho
y otros donantes es asumir las necesidades de los pobres y seguir el ejemplo reciente del Reino Unido, que se ha comprometido a duplicar el apoyo destinado al agua y el saneamiento en África el próximo año y a volver a duplicarlo hasta alcanzar 200 millones de libras esterlinas para 2011. La inversión mundial necesaria para alcanzar el Objetivo de Desarrollo del Milenio de reducir a la mitad el porcentaje de personas del mundo que carecen de acceso al agua potable, equivale al gasto mensual de agua mineral embotellada en Europa y los Estados Unidos. El logro de los ODM generará 38 mil millones de dólares de los EE.UU. en nuevos beneficios económicos para el mundo en desarrollo. Hago votos por que el Grupo de los Ocho tenga presente estas cifras en la Cumbre que celebrará en junio. Podemos contribuir a poner en marcha la próxima etapa del desarrollo humano fortaleciendo la ordenación de los recursos hídricos, invirtiendo y planificando ahora para hacer frente a los problemas actuales y futuros de los recursos hídricos, y empoderando los países y las comunidades para que asuman el control pleno de su situación futura en materia de agua. Las soluciones no son principalmente hidrológicas ni técnicas; el poder, la política y la gobernanza cumplen un papel más importante en todos los niveles. Todos juntos tenemos los medios para abordar la crisis mundial del agua; ahora necesitamos el compromiso, la voluntad política colectiva y la respuesta normativa adecuada a estos retos.
***** Tal como lo señala Kemal Dervis, una de cada tres personas en el mundo vive el drama de una escasez cuya causa está más en la distribución y el uso de los recursos hídricos que en la cantidad de agua en el mundo. “Cuando se trata del agua y el saneamiento, el mundo está plagado de un exceso de conferencias y padece de un déficit de acciones creíbles. La diversidad de actores internacionales ha incidido negativamente en el desarrollo de fuertes defensores
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internacionales del agua y el saneamiento”, afirmó Kevin Watkins, autor principal del Informe sobre Desarrollo Humano de 2006, cuyo tema fue justamente el agua. Según Watkins, “los gobiernos nacionales deben definir estrategias y planes creíbles para abordar la crisis del agua y el saneamiento. Pero también es necesario desarrollar un Plan de Acción Mundial –en el que participen activamente los países del Grupo de los Ocho– para dirigir los esfuerzos internacionales fragmentados en la movilización de recursos y el impulso de la acción política mediante la colocación del problema de agua y saneamiento en una posición central y prioritaria dentro de la agenda de desarrollo”. Para el Informe 2006 el agua sucia es una amenaza infinitamente mayor para la seguridad humana que los conflictos violentos. Los autores registran anualmente una cifra de 1,8 millones de muertes infantiles causadas por la diarrea que se podrían evitar con el acceso al agua limpia y un inodoro; 443 millones de días escolares se pierden a causa de enfermedades relacionadas con el agua; y casi un 50 por ciento de la población total de los países en desarrollo padece en un momento dado algún problema de salud debido a la falta de agua y saneamiento. A este costo humano de la crisis del agua y el saneamiento se debe sumar un retraso en el crecimiento económico del África subsahariana, que sufre una pérdida anual de un cinco por ciento en su PIB, cifra muy superior a la correspondiente a las ayudas que recibe la región. Sin embargo, a diferencia de las guerras y los desastres naturales, esta crisis mundial no insta a que se desarrolle una acción internacional coordinada. El Informe 2006 indica que “al igual que el hambre, es una emergencia silenciosa que experimenta la población pobre y que toleran aquéllos que disponen de los recursos, la tecnología y el poder político necesarios para resolverla”. Los autores del Informe subrayan la necesidad de que se produzca un cambio en esta situación, ya que falta menos de una década para que se cumpla la fecha del año
2015 establecida para alcanzar los objetivos de desarrollo del Milenio (ODM). “Podemos adoptar medidas coordinadas para proporcionar agua limpia y saneamiento a la población pobre del mundo o condenar a millones de personas a vivir en una situación evitable de insalubridad, pobreza y disminución de oportunidades y perpetuar profundas desigualdades en el interior de los países y entre unos países y otros. Tenemos una responsabilidad colectiva en el éxito de esta meta”, concluye.
Los gobiernos deberían invertir el 1% del PIB en agua y saneamiento Además de la creación de un Plan de Acción Mundial, el Informe sobre Desarrollo Humano de 2006 recomienda la adopción de tres medidas básicas para lograr el éxito: —Hacer del agua un derecho humano, no sólo de palabra: Según el informe, “todo el mundo debería tener acceso a un mínimo de 20 litros de agua limpia al día, que deberían ser gratuitos para la población pobre”. De acuerdo con los estudios realizados para la elaboración del Informe sobre Desarrollo Humano, mientras que un habitante de Estados Unidos o del
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El cambio climático amenaza con socavar aún más los medios de vida de los pobres. La disponibilidad de agua será más impredecible y habrá cada vez más sequías, inundaciones y otros fenómenos climáticos perjudiciales, que aquejarán más a los pobres de forma desproporcionada. Los más pobres prácticamente no tienen ninguna responsabilidad del cambio climático, sin embargo, en muchos casos son los más perjudicados por sus consecuencias inmediatas.
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Reino Unido gasta 50 litros diarios de agua tan sólo tirando de la cisterna, muchas personas en situación de pobreza sobreviven con menos de cinco litros de agua contaminada al día. El Informe recomienda que todos los gobiernos deben hacer más que conformarse con los principios constitucionales y proteger, mediante el desarrollo reglamentario, el derecho humano a una fuente de agua segura, accesible y asequible. Pero, según los autores, esto implica como mínimo una meta de al menos 20 litros de agua limpia al día para cada ciudadano, sin coste alguno para los que carecen de suficientes recursos para pagar. —Elaborar estrategias nacionales para el agua y el saneamiento: los autores instan a los gobiernos a fijarse el objetivo de invertir un mínimo del uno por ciento del PIB en agua y saneamiento y mejorar la igualdad: el agua y el saneamiento sufren de una crónica financiación deficiente. El gasto público representa normalmente menos del 0,5 por ciento del PIB. Los estudios realizados para la elaboración del Informe sobre Desarrollo Humano de 2006 muestran que esta cifra queda eclipsada por los gastos militares: en Etiopía, por ejemplo, el presupuesto militar es 10 veces superior al presupuesto para agua y saneamiento: en Pakistán, 47 veces superior. Los autores del Informe ha-
Las soluciones no son principalmente hidrológicas ni técnicas; el poder, la política y la gobernanza cumplen un papel más importante en todos los niveles. Todos juntos tenemos los medios para abordar la crisis mundial del agua; ahora necesitamos el compromiso, la voluntad política colectiva y la respuesta normativa adecuada a estos retos.
cen un llamado a todos los gobiernos a preparar planes nacionales para acelerar el progreso en agua y saneamiento, asumiendo metas ambiciosas respaldadas por una financiación de un mínimo del uno por ciento del PIB y estrategias claras para la superación de las desigualdades. —Aumento de la asistencia internacional: el Informe propugna una inversión extra anual de entre 3.400 millones y 4.000 millones de dólares ($EE.UU). Según el Informe, la asistencia para el desarrollo ha descendido en términos reales durante la última década, pero el logro del objetivo de desarrollo del Milenio en agua y saneamiento requerirá una duplicación de los flujos de asistencia. El Informe establece que el progreso en agua y saneamiento requiere la realización de grandes inversiones iniciales con plazos de reembolso más largos, por lo que es esencial desarrollar estrategias de financiación innovadoras, tales como las del Servicio Financiero Internacional. Según los autores, esta inversión sería rentable en términos económicos, pues se traduciría en un ahorro de tiempo, un aumento de la productividad y una reducción de los costos sanitarios, que descenderían a 8 dólares por cada dólar invertido en el logro de la meta de agua y saneamiento.
¿Qué podría significar el progreso para la población pobre? El Informe sobre Desarrollo Humano de 2006 estima que el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo del Milenio en el acceso a agua y saneamiento tendrá un costo adicional total de unos 10.000 millones de dólares anuales que tendrá que asumirse tanto desde el ámbito nacional como del internacional. Según el Informe, “el precio de 10.000 millones de dólares para lograr el Objetivo de Desarrollo del Milenio parece una suma considerable, pero se ha de tener en cuenta el contexto. Representa menos de los gastos militares realizados en 5 días y menos de la mitad de lo que gastan los países desarrollados al año en agua mineral”. —28—
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La enorme magnitud de los beneficios que se obtendrían para el desarrollo humano. El Informe muestra que el cierre de la brecha existente entre las tendencias actuales y la meta del objetivo de desarrollo del Milenio en agua y saneamiento, supondría la salvación de más de un millón de vidas infantiles durante la próxima década y reportaría unos beneficios económicos totales anuales de unos $38.000 millones. Los beneficios producidos en el África subsahariana (unos $15.000 millones) representarían el 60% de los flujos de asistencia del año 2003. Si se mantiene la tendencia actual, el mundo podrá alcanzar el objetivo de desarrollo del Milenio relativo al acceso al agua –debido en gran medida al fuerte progreso de China y la India–, pero sólo dos regiones –el Asia oriental y América Latina– están en camino de lograr la meta de saneamiento. Además, este panorama global oculta problemas reales: según las tendencias actuales, el África subsahariana alcanzará la meta de agua en 2040 y la de saneamiento en 2076. En el caso del saneamiento, el Asia meridional lleva 4 años de retraso y, en el caso del agua, los Estados árabes llevan 27 años de retraso. Según el Informe, si observamos las cifras por país, esto significa que la meta de agua no será alcanzada por 234 millones de personas, siendo 55 el número de países que se han retrasado, y que la meta de saneamiento no será alcanzada por 430 millones de personas, siendo 74 el número de países que se han retrasado. “¿Se puede permitir el mundo los costos de un progreso acelerado en el abastecimiento de agua y saneamiento?”, se pregunta Watkins. “Aunque la pregunta más adecuada sería: ¿se puede permitir el mundo no realizar esta inversión?”
Costo de la crisis Según el Informe sobre Desarrollo Humano de 2006, “suministrar agua limpia, eliminar las aguas residuales y proporcionar servicios de saneamiento son tres de los fundamentos más básicos del desarrollo humano”. Pero 1.100
Para el Informe 2006 el agua sucia es una amenaza infinitamente mayor para la seguridad humana que los conflictos violentos. Los autores registran anualmente una cifra de 1,8 millones de muertes infantiles causadas por la diarrea que se podrían evitar con el acceso al agua limpia y un inodoro; 443 millones de días escolares se pierden a causa de enfermedades relacionadas con el agua; y casi un 50 por ciento de la población total de los países en desarrollo padece en un momento dado algún problema de salud debido a la falta de agua y saneamiento.
millones de personas carecen de acceso a agua, y 2.600 millones no disponen de acceso a servicios de saneamiento. El Informe añade: “ ‘No tener acceso al agua limpia’ es un eufemismo de ‘sufrir una profunda privación’. Significa que las personas caminan más de un kilómetro hasta la fuente de agua limpia más cercana para conseguir el agua que necesitan para beber, que obtienen de drenajes, acequias o arroyos que podrían estar infectados con agentes patógenos y bacterias que pueden causar graves enfermedades e incluso la muerte”. ‘No disponer de acceso a saneamiento’ significa que, en barrios pobres como el de Kibera, en las afueras de la capital de Kenia (Nairobi), la gente defeca en bolsas de plástico –comúnmente conocidas como ‘inodoros volantes’–, que tiran a las cloacas al aire libre de la calle porque no tienen otra opción. Según los estudios realizados para la elaboración del Informe sobre Desarrollo Humano, cuanto mayor es el nivel de pobreza, más se debe pagar por el agua limpia: el 20% de los hogares más pobres de El Salvador, Jamaica y
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pueden ser pobres porque carecen de agua y saneamiento–, pero indican una fuerte relación recíproca entre la pobreza económica y la privación del acceso al agua. Y, según el Informe, el debate sobre la participación de los sectores público y privado en el suministro de agua no ayuda a la población pobre. El Informe sostiene que “el debate sobre los méritos relativos del desempeño de los sectores público y privado ha supuesto una desviación de la incompetente actuación de los suministradores de agua públicos y privados para superar el déficit de agua mundial”.
La gran mayoría de las personas desnutridas del mundo –cuyo número se estima actualmente en 830 millones–son pequeños agricultores, pastores y jornaleros agrícolas. El cambio climático amenaza con elevar la inseguridad del agua de estos sectores de la población hasta unos niveles sin precedentes, lo que haría que algunas zonas del África subsahariana tuvieran que afrontar pérdidas de hasta un 25 por ciento en sus cultivos.
Más allá de los hogares
Nicaragua gastan en promedio más del 10 por ciento de sus ingresos en agua. En el Reino Unido, un gasto del tres por ciento de los ingresos familiares en agua representa el límite de estar en condiciones de vida difíciles. El Informe sobre Desarrollo Humano de 2006 subraya además la existencia de grandes disparidades en los precios que se pagan por el agua. Las personas que viven en los barrios pobres urbanos suelen pagar entre 5 y 10 veces más por un litro de agua que los habitantes de las áreas de ingresos altos. Y las personas que viven en las zonas más pobres de ciudades como Accra y Manila pagan más que los residentes de Londres, Nueva York y París. Un tercio de la población total que carece de acceso a agua se encuentra dentro del umbral de pobreza absoluta de menos de un dólar diario. Otro tercio vive con un máximo de 2 dólares al día. Según el Informe sobre Desarrollo Humano de 2006, en lo referente al saneamiento, las dos quintas partes de los hogares más pobres del mundo representan más de la mitad del déficit mundial. Los autores subrayan que estas cifras no aportan una prueba de causalidad –ya que las personas pueden carecer de agua y saneamiento porque son pobres o
El Informe sostiene que la población pobre necesita ‘agua para vivir’–para beber, cocinar y lavar–, así como para cultivar alimentos y obtener un medio de sustento. Los autores subrayan que, no obstante, los agricultores pobres deben afrontar una crisis de agua potencialmente catastrófica originada a partir de la combinación del cambio climático y la competencia por los escasos recursos de agua. La gran mayoría de las personas desnutridas del mundo –cuyo número se estima actualmente en 830 millones–son pequeños agricultores, pastores y jornaleros agrícolas. El cambio climático amenaza con elevar la inseguridad del agua de estos sectores de la población hasta unos niveles sin precedentes, lo que haría que algunas zonas del África subsahariana tuvieran que afrontar pérdidas de hasta un 25 por ciento en sus cultivos. Según el Informe, la competencia por el agua para la producción de alimentos en los países en desarrollo percibe un aumento alarmante, impulsado por el poder político y económico, y no la preocupación por la pobreza. Los autores sostienen que el refuerzo de los derechos de la población pobre rural, el aumento de su acceso al riego y a las nuevas tecnologías y la prestación de ayuda a esta población para poder adaptarse al inevitable cambio climático serán requisitos imperativos para evitar el desastre.
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Por otra parte, el Informe sobre Desarrollo Humano de 2006 cuestiona las predicciones que sostienen que la creciente competencia por el agua provocará inevitables conflictos armados. De hecho, el Informe sostiene que la cooperación transfronteriza relativa a los recursos hídricos está ya mucho más generalizada y es mucho más eficaz de lo que generalmente se supone. La India y Pakistán, por ejemplo, a pesar de haber librado dos guerras transfronterizas y de vivir una constante tensión geopolítica, llevan medio siglo gestionando conjuntamente cuencas hidrográficas compartidas a través de la Comisión Permanente del Indo sobre el Agua. Watkins afirma que “la gestión compartida del agua puede ser un instrumento de paz o de conflicto, pero es la política la que determinará cuál es la opción elegida”. El Informe sobre Desarrollo Humano de 2006 subraya que, la clave de la solución de la crisis mundial reside de hecho en la toma de decisiones políticas correctas sobre agua y saneamiento, tal como lo demuestra la historia.
ENLACES * Informe sobre Desarrollo Humano de 2006 http://hdr. undp.org/hdr2006 * Naciones Unidas: http://www.unwater.org/wwd07/ flashindexes.html * Portal del Agua, UNESCO: http://www.unesco.org/water/ index_es.shtml
Informe preparado por Amparo Díaz Uribe. Oficina de Comunicaciones Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Bogotá. Avenida 82 No. 10-62, Piso 3. Teléfono (571) 4889020. Celular 311 286 2869. Fax: (571) 4889010, Cod. 162 amparo.diaz@undp.org
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UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA Juan Ramón de la Fuente, rector UNAM
Juan Ramón de la Fuente, rector desde 1999 de la Universidad Nacional Autónoma de México –UNAM– es, en el contexto mundial, un caracterizado y elocuente defensor de la universidad pública, a la que le plantea como retos, entre otros, esmerarse siempre por acoger el mayor número de estudiantes, abrir sus puertas a los sectores populares de la sociedad, luchar por la gratuidad como responsabilidad del Estado pero sin desconocer que ella es capaz de generar recursos propios, y tener como norte, en el horizonte de sus responsabilidades académicas, científicas, administrativas y de extensión, la preocupación por la calidad. Durante la Asamblea Iberoamericana de Rectores realizada en Medellín los días 22, 23 y 24 de marzo del presente año, el investigador De la Fuente intervino como ponente central en este encuentro, abordando el tema «La globalización y sus efectos en la educación superior». Dado el alcance de sus reflexiones en torno a éste y otros temas, expuestos en diversos escenarios de América Latina y de España, la Revista DEBATES, con la colaboración del Rectorado de la UNAM, ofrece los siguientes textos como aporte al debate orbital sobre la vigencia de la universidad pública. El objetivo es que los lectores dispongan de importantes elementos de juicio, provenientes de una institución tan respetable como la UNAM, con 455 años de vida, y de una personalidad como el médico psiquiatra Juan Ramón de la Fuente, ex Decano de la Facultad de Medicina, promotor y ex director del Programa Universitario de Investigaciones en Salud, ex coordinador de Investigación Científica y, desde hace ocho años, orientador de los destinos de la universidad de habla hispana más grande del mundo, con 285.000 alumnos y 27.000 profesores de tiempo completo, medio tiempo y de cátedra.
Hablar de la universidad pública como proyecto nacional, en los albores de este siglo de inicio turbulento, nos lleva necesariamente a tocar algunos puntos que nos son comunes, para poder ubicarlos en su verdadera dimensión. Empezaré por abordar el problema de la educación superior en el contexto de la llamada era del conocimiento, y para ello es necesario referirse por lo menos a dos de los fenómenos que la condicionan: la globalización y la revolución tecnológica, sobre todo la referente a las tecnologías de la información. El proceso de mundialización en el que estamos inmersos provoca reacciones intensas y con frecuencia enconadas. Sin embargo, la globalización no es un fenómeno nuevo, ha estado siempre acompañada de una transformación en los sistemas de comunicaciones entre los seres humanos y de nuevos descubrimientos, que nos han permitido transitar a etapas sucesivas en la historia. En cierta forma, como se ha dicho, la globalización empieza cuando el Viejo Mundo encuentra al Nuevo
Mundo, que en tantas cosas era más antiguo que el viejo. A partir de ese encuentro, ha habido un proceso permanente de globalización y una incesante revolución tecnológica: la que sustituyó a la vela por la máquina de vapor, el transporte terrestre por el aéreo, el hilo telefónico por la comunicación inalámbrica, etcétera. Si hay algo novedoso en la globalización actual, es la aceleración misma del proceso. Nos ocurre que ahora vivimos la información en tiempo real; sabemos lo que pasa en el mundo al tiempo en que está sucediendo. Eso es lo que mejor define en la actualidad al fenómeno de la globalización, que evidentemente trasciende los aspectos estrictamente económicos, influye en la política, afecta la cultura y modifica la vida individual y social. Pero además, este fenómeno se inició casi simultáneamente con un cambio político de la mayor trascendencia: la liquidación de los grandes bloques y el consecuente fin de la bipolaridad internacional. Hay quienes frente a la globalización se han
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dedicado a enumerar el catálogo de desastres que habrán de ocurrir. Hay, inclusive, quienes quisieran volverle la espalda. Pero la realidad es que la globalización no se puede negar, eludir o disimular. Ciertamente este proceso abre grandes incertidumbres pero también abre expectativas. La cuestión, en todo caso, será si somos o no capaces de limitar sus riesgos y aprovechar las oportunidades que genera. Desde mi perspectiva, en tanto que la globalización actual nos acerca en el tiempo y en el espacio, podemos anticipar –de hecho ya lo hemos constatado–, que una de sus consecuencias será que los principales problemas que confrontamos se harán necesariamente internacionales e interdependientes. Así, por ejemplo, hoy en día ya no es posible abordar el problema del consumo de drogas sin hablar del tráfico financiero, o abordar los problemas de la contaminación ambiental sin hablar de geopolítica. Ni que decir de las guerras. Pero en todo caso, lo que determina que el fenómeno de la globalización sea irreversible, es la revolución tecnológica misma, la cual, en buena medida, la precipitó. Algunos autores han sostenido que lo que debemos hacer es graduar la revolución tecnológica para limitar el costo social de los procesos de cambio estructural que conlleva. Intelectualmente esta postura no me parece correcta; y desde un punto de vista pragmático tampoco me parece viable. Son procesos que no se pueden graduar. Hay que asumir el reto y sus consecuencias. Si bien es cierto que el costo social ha sido alto, también lo es que será tanto mayor cuanto más nos neguemos a enfrentarlo. La revolución tecnológica también ha sido definida como la revolución de la inteligencia. Por lo menos es un reto formidable para la inteligencia, toda vez que los problemas que plantea son realmente complejos. Tomemos como ejemplo la competitividad internacional. Quien no se adapta rápidamente a los cambios tecnológicos mediante un proceso permanente de reconversión y de reestructuración, simplemente queda fuera del mercado, en una época en la que ya no es posible cerrar las fronteras. Junto a este desafío está el grave problema de la inequitativa distribución de la riqueza que tiende a acentuarse ante la falta de competitividad de algunas sociedades. ¿Cómo lograr nuestros anhelos de un desarrollo con justicia en estos tiempos de globalización y de
Algunas instituciones de educación se han convertido más en empresas que ofertan sus servicios, que en instituciones que forman seres humanos, generan conocimientos y difunden la cultura. El problema es que donde prevalece la ley del mercado, la educación se desnaturaliza. Ocurre, pues, que el mercado no es precisamente sensible a las aspiraciones sociales de los países, ni es necesariamente solidario con sus mejores causas.
revolución tecnológica? ¿Y cuál es el papel de las Universidades –sobre todo públicas– en esos procesos y en ese contexto? Prácticamente en todo el mundo, intelectuales y estadistas, analistas, empresarios y partidos políticos, se dan a la tarea de tratar de contestar la primera pregunta, y en un ámbito más restringido, también la segunda. No hay respuestas unívocas. Lo que parece cada vez más claro es que las propuestas habrán de encontrarse fundamentalmente en el sistema educativo. Si lo esencial en la política es dar respuestas a los problemas de la sociedad, hoy más que nunca, en nuestros países, la política debe centrar su mirada en la educación, para encontrar soluciones a dichos problemas y tratar de sacar el mayor provecho tanto de la globalización como de la revolución tecnológica. No es posible aceptar que las leyes del mercado se instalen de lleno en el sistema educativo. Si esto ocurre, la educación acabará convirtiéndose en una industria y dejará de ser el principal crisol donde se forja la identidad de cada nación. Pero además, la educación es un bien público y como tal no puede estar sujeta a dichas leyes. El asunto es de tanta complejidad como trascendencia. Hay una demanda creciente por parte de la sociedad por educarse cada vez mejor, en tanto que los estudios duran cada vez más y son cada día más costosos. Para limitar estos costos, algunos países han empezado a reducir su oferta educativa; otros
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confían al mercado la tarea de hallar los recursos necesarios para financiarla. Algunas instituciones de educación se han convertido más en empresas que ofertan sus servicios, que en instituciones que forman seres humanos, generan conocimientos y difunden la cultura. El problema es que donde prevalece la ley del mercado, la educación se desnaturaliza. Ocurre, pues, que el mercado no es precisamente sensible a las aspiraciones sociales de los países, ni es necesariamente solidario con sus mejores causas. Pero ¿pueden las universidades sustraerse a las leyes del mercado, a las leyes del beneficio? No creo que puedan sustraerse, pero si pueden y deben, coadyuvar a modularlas. La Universidad es una institución muy sólida. Desde sus orígenes medievales en Bolonia, París y Oxford, y más adelante en Santo Domingo, Lima y México, ha sido capaz de sostenerse a lo largo de los siglos y aunque periódicamente ha sido cuestionada, su fortaleza ha resistido las pruebas del tiempo y de la historia. No hay duda: la universidad ha sabido adaptarse a los cambios, en parte porque muchos de ellos los han generado las propias universidades. Hoy, sin embargo, ha surgido una nueva y poderosa competencia para las universidades, radicada en los sistemas de tele-enseñanza y autoeducación que, haciendo uso de las tecnologías modernas, va creciendo en forma paralela y en algunos casos, más acelerada que las propias instituciones universitarias. Por eso la Universidad debe mantenerse a la vanguardia de la tecnología educativa y, al mismo tiempo, debe fortalecer los principios filosóficos y sociales que le han dado sustento y razón de ser. Hay, pues, ante los retos actuales, aspectos que deben mantenerse y otros que deben cambiar. Lo que debe preservarse son los valores inmutables, los aspectos éticos que norman la vida y definen la misión de las universidades: la búsqueda de la verdad, el respeto a la pluralidad, las formas rigurosas de aproximarse al conocimiento, etcétera. Tal es el verdadero valor agregado que la educación universitaria tiene, y que no contienen por sí mismos el disco compacto, internet o la realidad virtual. La clave radica, a mi juicio, en revalorar la función docente. Debemos plantearnos cómo debe entenderse el trabajo de enseñar, formar y educar, de cara a la globalización que enfrenta la sociedad del conocimiento. Frente a la revolución tecnológica de la informa-
El conocimiento tiene un valor económico y es, sin lugar a dudas, el principal ingrediente del capital social de los países... el reto fundamental que tienen las universidades públicas en países como el nuestro, radica en asumir plenamente su responsabilidad para conjurar la amenaza de que esta era del conocimiento, llena de enormes potencialidades, revierta a una nueva edad obscura caracterizada por las falsas creencias, la idolatría hacia los mercados y los fundamentalismos tecnológicos.
ción, encontramos universidades que cambian y se fortalecen; universidades que no cambian y se marginan, y también nuevas instituciones que surgen, algunas de las cuales se han autodenominado «universidades virtuales». Pero educar es mucho más que proporcionar información y transmitir contenidos epistemológicos. Educar es formar personalidades, constituir a los sujetos éticos que habrán de asimilar y digerir todo un orden cultural y moral en el que los conocimientos adquiridos en la universidad tengan pertinencia y un sentido. Educar es forjar seres humanos libres, sensibles, autónomos, críticos y creativos, comprometidos con la comunidad a la que pertenecen, aptos para el ejercicio consciente de la democracia, así como para enriquecer y dar continuidad a la tradición cultural en la que están inmersos. Esto es lo que han hecho los verdaderos maestros de todos los tiempos en las universidades, y en ello estriba la posibilidad misma de que lo más genuinamente humano –y todas las creaciones culturales conocidas a lo largo de la historia lo son– continúe latiendo con fuerza y con plena vitalidad en los sistemas educativos. Ese componente esencialmente humano de la educación no puede ser asumido por la tecnología. Ese elemento humano es el que debemos seguir aportando con mayor ímpetu y dedicación cuanto más avance la tendencia a confundir la educación
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con la eficacia de la tecnología didáctica, pues ésta, aunque es en sí misma positiva y útil, también es insuficiente para una verdadera labor educativa y para acortar las grandes desigualdades que aún subsisten entre los países y dentro de muchas naciones. Doy algunas cifras para ilustrar este punto: en los países desarrollados en los que se concentra el 15% de la población mundial, se estima que el 88% de la población tiene acceso a internet; en tanto que en los países en desarrollo en donde se concentra el 85% de la población mundial, solamente el 12% tiene acceso a ésta, que se ha convertido, sin duda, en la herramienta más eficaz que tenemos para difundir los conocimientos. El problema, decía, es de una enorme trascendencia, porque hoy reconocemos que la economía está sustentada, en buena medida, en el conocimiento. El conocimiento tiene un valor económico y es, sin lugar a dudas, el principal ingrediente del capital social de los países. Un buen ejemplo de ello lo ilustra el hecho de que en la actualidad, casi todos los nuevos conocimientos, los verdaderamente novedosos, son guardados con gran celo, son patentados, porque tienen un valor económico. Al inicio de este siglo, una empresa como la IBM registró 2.756 patentes; en contraste, 134 países del mundo, incluidos los países latinoamericanos, registraron solamente 2.643 patentes. Es decir, la concentración del capital está cada vez más ligada a la concentración del conocimiento y viceversa. Por ello tenemos que analizar con cuidado, con inteligencia y con objetividad cuáles están siendo y serán a futuro, las consecuencias sociales y económicas de la revolución tecnológica. El capital acumulado por los tres hombres más ricos del mundo, que tienen fuertes inversiones en empresas líderes en el desarrollo de nuevas tecnologías, supera al producto interno bruto de los 48 países más pobres del planeta. Pretender tratar como iguales a los desiguales, no es más que privilegiar más a los privilegiados. Es claro que, ante este panorama, el reto fundamental que tienen las universidades públicas en países como el nuestro, radica en asumir plenamente su responsabilidad para conjurar la amenaza de que esta era del conocimiento, llena de enormes potencialidades, revierta a una nueva edad obscura caracterizada por las falsas creencias, la idolatría hacia los mercados y los fundamentalismos tecnológicos. Por ello es necesario también que los gobiernos tengan una concepción clara del papel que pueden
...es necesario reiterar, tantas veces cuantas sea necesario, que en la universidad pública, la educación, la ciencia y la cultura se integran y se convierten en instrumento de capilaridad social al tiempo que propician que el conocimiento avance. Un país sin ciencia propia, sin conocimiento propio, está irremediablemente condenado a sumirse en sus rezagos. jugar las universidades para orientar su desarrollo social y contribuir a acortar la brecha entre ricos y pobres que puede llegar a ser insondeable. Y aquí es necesario reiterar, tantas veces cuantas sea necesario, que en la universidad pública, la educación, la ciencia y la cultura se integran y se convierten en instrumento de capilaridad social al tiempo que propician que el conocimiento avance. Un país sin ciencia propia, sin conocimiento propio, está irremediablemente condenado a sumirse en sus rezagos. Datos del Banco Mundial, ilustran realidades preocupantes: una división entre países pobres y países ricos muestra que, mientras el ingreso de estos últimos es 42 veces mayor que los primeros, su gasto en investigación es 218 veces mayor. Seguramente el ingreso per cápita de los primeros seguirá aumentando aceleradamente en los próximos años, porque están invirtiendo en generar nuevos conocimientos, que habrán de traducirse en nuevas patentes, nuevos desarrollos tecnológicos y en mayor riqueza. Hoy se estima que el conocimiento se duplica cada cinco años y que aproximadamente el 90% de todo el conocimiento actual se generó en los últimos 30 años. Economías que eran pequeñas entonces y que hoy son realmente poderosas, corresponden a países que en las últimas décadas tuvieron entre otras una constante: el incremento gradual y sostenido de su gasto en educación y en particular en educación superior e investigación científica. Existen en el mundo aproximadamente siete mil universidades registradas; pero de los 560 millones de jóvenes que deberían acceder a ellas, sólo lo hacen 88 millones. En los países ricos, uno de cada dos jóvenes accede a la universidad, mientras que
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en los países pobres sólo llega uno de cada 10. En México la cifra es de 2 de cada 10. En nuestro país de los cerca de dos millones de estudiantes matriculados en Instituciones de Educación Superior, el 75% lo hace en universidades públicas. Es decir, el peso de la educación superior gravita en las universidades públicas. Los costos de la educación superior son otra variable fundamental. En México, mientras que en las universidades públicas el costo anualizado por alumno en promedio oscila entre los 2 y 3 mil dólares, en las privadas los costos en promedio por alumno por año oscilan entre los 5 y los 8 mil dólares, llegando en algunos casos a más de los 10 mil dólares anuales. Los estudios de posgrado, tan importantes hoy en día, nos muestran también grandes contrastes. En México, la UNAM atiende al 25% de la matrícula del posgrado nacional. Uno de cada dos mexicanos que han obtenido el grado de doctorado en las diversas disciplinas es egresado de nuestra Casa de Estudios. Yo vengo de una Universidad grande, la más grande de Iberoamérica, que genera el 50% de la investigación que se realiza en nuestro país y que a lo largo
de su historia ha acogido a muchos estudiantes latinoamericanos y los ha devuelto a sus países como profesionales, como docentes y como científicos valiosos para el desarrollo de sus sociedades. Por eso me resulta muy significativo concluir, refrendando el compromiso americanista de la Universidad Nacional Autónoma de México. Esta vocación se mantiene firme, pues tal y como lo dijera en 1921 su rector, José Vasconcelos, «corresponde a la Universidad Nacional definir los caracteres de la cultura mexicana, teniendo en cuenta que en los tiempos presentes, se opera un proceso que tiende a modificar el sistema de organización de los pueblos, sustituyendo las antiguas nacionalidades que son hijas de la guerra y la política, con las federaciones constituidas a base de sangre e idioma comunes, lo cual va de acuerdo con las necesidades del espíritu, cuyo predominio es cada día mayor en la vida humana. A fin de que los mexicanos tengan presente la necesidad de fundir su propia patria con la gran patria hispanoamericana que representará una nueva expresión de los destinos humanos, se resuelve que el escudo de la Universidad Nacional consistirá en un mapa de la América Latina con la leyenda: POR MI RAZA HABLARÁ EL ESPÍRITU».
El papel de la universidad en el equilibrio global
El mundo y las sociedades en que vivimos cambian vertiginosamente, quizá como en ninguna época anterior, afectando a más seres humanos y de forma más radical que nunca. Es imposible –sería injusto e incluso irresponsable–, permanecer inmutables ante dichos cambios. Por el contrario, hay que saber interpretarlos, anticiparlos, aprovecharlos, e incidir en su curso cuando sea oportuno.
El equilibrio del mundo es una condición indispensable para el desarrollo social armónico, sustentable e igualitario de la humanidad en su conjunto; la soberanía de las naciones, y la dignidad de las personas. Dentro de este contexto, quisiera referirme de manera especial al papel y la responsabilidad que tiene la universidad como institución, y al que tienen todas las universidades desde su especificidad como centros de estudios dedicados a preservar, enriquecer y diseminar los más altos valores del conocimiento. Al papel que las universidades tienen en la construcción de ese equilibrio social que anhelamos. Debemos apuntar, de inicio, que el mundo y las sociedades en que vivimos cambian vertiginosamente, quizá como en ninguna época anterior, afectando a más seres humanos y de forma más radical que nunca. Es imposible –sería injusto e incluso irresponsable–, permanecer inmutables ante dichos cambios. Por el contrario, hay que saber interpretarlos, anticiparlos, aprovecharlos, e incidir en su curso cuando sea oportuno. Por otra parte, sería incompleto, pues ofrecería —36—
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Si queremos construir sólidamente un equilibrio social en el orbe y en cada país, debemos partir en primer lugar de reconocer que las universidades son un instrumento renovador del humanismo. Y asimismo, que este espíritu humanista debe influir en la orientación y el contenido del desarrollo global.
sólo una visión sesgada, hablar de «equilibrio social» sin hacer referencia a un fenómeno que para algunos ha resultado provechoso, y que para muchos más, en cambio, ha representado la causa fundamental de los males sociales actuales más agudos. Me refiero a los signos dogmáticos y aun perversos que dominan la actual interdependencia global. No podemos negar, eludir ni maquillar esta realidad, pues tal fenómeno incide en todo momento y en todo lugar en estos tiempos. Nuestras sociedades se hallan sumergidas en un acelerado cambio tecnológico, un flujo comercial casi sin fronteras, pero con exclusiones deliberadas e injustificables, y un continuo intercambio de información en tiempo real. Pese a estos procesos, que en cierta medida constituyen avances, arrastramos aún el lastre de la desigualdad, que agrava la pobreza existente y al mismo tiempo magnifica el ritmo de empobrecimiento de nuestros pueblos. Es, pues, indiscutible, que la desigualdad y la injusticia social trastocan cualquier condición de equilibrio al interior de las sociedades, y que los supuestos avances serán sólo un espejismo en tanto subsistan estos desequilibrios. […] ¿Cómo lograr nuestros anhelos de un desarrollo con justicia en estos tiempos de globalización en que predomina el principio del lucro mayor? ¿Cuál es el papel de la Universidad en esos procesos y en ese contexto? ¿Cómo contribuir mejor desde ella a contrarrestar los rasgos perversos del ímpetu de los fundamentalistas del mercado? La universidad se ha distinguido por ser el espacio idóneo para la discusión civilizada, para el análisis riguroso del presente y la planeación del futuro.
Institución abierta, que contribuyó desde su origen a eliminar los dogmas y la dictadura del pensamiento único, que no caben en su seno. La Universidad sustituyó la hegemonía unidimensional por la cooperación multidisciplinaria entre iguales. Como lo señaló el propio Martí, «el secreto de lo humano está en la facultad de asociarse». Sólo a partir de esta condición de asociados y a través de una perspectiva igualitaria, será posible construir un mejor acercamiento al «equilibrio social». De esta suerte, la universidad, formada por un conglomerado de comunidades libres, motivadas por el propósito de crear, recrear y transmitir el conocimiento, juega un papel estratégico y de vanguardia para el estudio de los nuevos retos. Si queremos construir sólidamente un equilibrio social en el orbe y en cada país, debemos partir en primer lugar de reconocer que las universidades son un instrumento renovador del humanismo. Y asimismo, que este espíritu humanista debe influir en la orientación y el contenido del desarrollo global. Son nuestras instituciones educativas quienes tienen la obligación esencial de sostener los ideales de la supremacía del espíritu, de la cultura y de la dignidad humanas. Son ellas quienes construyen cada día la misma dignidad por la que luchó Martí. Debemos entonces fortalecer a la universidad en su papel de laboratorio de avanzada y como verdadera vanguardia de la sociedad. Porque es en ella donde se explora el porvenir y donde se construyen cada día las condiciones para un mejor futuro. Un futuro que sólo será mejor en tanto que pueda edificarse desde el equilibrio social, y mediante la participación de todos y para todos por igual. En cualquier parte del mundo, pero en especial en «Nuestra América», las universidades están llamadas a acrecentar la conciencia social, a reproducir los ideales de justicia, equidad y soberanía de los pueblos como condición del equilibrio global. No en vano, cuando nos referimos a las universidades, hablamos necesariamente de «capilaridad social». Pero las universidades son también espejos donde es posible percibir la realidad con más crudeza. En Latinoamérica las universidades son precisamente el reflejo de lo que ocurre en la sociedad; y aunque muchas veces ese reflejo no nos agrade, hay que asumirlo, tratar de entenderlo y mejorarlo. En nuestras instituciones se perciben los males sociales mucho antes y con mayor fuerza que en
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otros ámbitos. Por ello los retos que allí enfrentamos son de enormes dimensiones, y su atención resulta impostergable. No podemos evadir nuestra tarea de formar profesionistas competentes, con una idea clara de su responsabilidad social. La Universidad es defensora infatigable de los principios de la libertad, la solidaridad, la democracia, la verdad y la justicia. Ésas son sus convicciones y ése es también su riesgo, pues la construcción de nuevos proyectos nacionales encuentra a menudo la oposición de quienes defienden sus privilegios. Un riesgo mayor que acompaña a la globalización, y que ilustra su lado fundamentalista y dogmático, una de sus mayores perversiones, consiste en tratar de imponer la propiedad privada del conocimiento. Un país incapaz de generar ciencia propia está irremediablemente condenado al oscurantismo y al rezago. Por la sencilla razón de que el conocimiento se ha convertido en el principal ingrediente del capital social y tiene un creciente valor en el mercado. Martí decía que la educación es como un árbol: «se siembra una semilla y se abre en muchas ramas». «Hombres recogerá quien siembre escuelas», escribía el poeta. Y enunciaba así lo que consideraba el propósito de la educación hace poco más de un siglo: que «la enseñanza científica vaya, como la savia a los árboles, de la raíz al tope de la educación pública. Que la enseñanza sea ya elementalmente científica». Hoy como entonces la educación es el único camino para el desarrollo de los pueblos. Así lo entendió Cuba. Bien lo decía Martí: «El pueblo más feliz es el que tiene mejor educados a sus hijos, en la instrucción del pensamiento, y en la dirección de los sentimientos. Un pueblo instruido ama el trabajo y sabe sacar provecho de él. Un pueblo virtuoso vivirá más feliz y más rico que otros llenos de vicios, y se defenderá mejor de todo ataque». Porque el pensamiento de José Martí demuestra a cada paso su vigencia y la riqueza de su contenido, en la universidad a la que pertenezco decidimos restaurar y revitalizar la Cátedra José Martí, cuyo objetivo fundamental es la enseñanza y el estudio de las humanidades y las ciencias sociales, a través de la participación de especialistas cubanos que se han distinguido en la labor docente o en la investigación, con el fin de promover y elevar el intercambio de nuestros valores culturales. […]
La UNAM tiene un profundo sentido social, no sólo por la orientación de sus programas educativos y de investigación, sino también por la composición misma de su comunidad. Tres cuartas partes de nuestros alumnos provienen de familias obreras, de clase media o de trabajadores de oficios, en las cuales casi la mitad de los padres apenas alcanzaron la educación secundaria. Las familias mexicanas, especialmente las de menores ingresos, desean que sus hijos aspiren a un mejor futuro y que forjen su porvenir en nuestra Máxima Casa de Estudios. Esta demanda, que responde a una amplia oferta vocacional y cultural, nos obliga a brindar educación de calidad a una enorme población: más de 250 mil estudiantes, educación que se basa en criterios no sólo de eficiencia, sino también de pertinencia social que permiten a nuestros egresados vivir con dignidad y competir tanto a nivel nacional como internacional. Pero además, esta educación los prepara para que contribuyan a resolver los problemas de su entorno social y económico. «Pensar es servir», decía Martí, y esta frase podría ser también el lema de todos los universitarios del mundo comprometidos con la sociedad a la que se deben. Además, al lado de las tareas de docencia e investigación, nuestra institución cumple la función de generar, preservar y enriquecer la cultura nacional, mediante el fomento de las artes y las letras. Atiende así, con pasión y con ahínco, aquellas necesidades sociales que no necesariamente están vinculadas al mercado, y apoya una producción artística y cultural fuera de los canales de comercialización del arte. Nuestros egresados tienen por lo general plena acogida en el campo laboral, académico y científico. Nuestros mejores médicos, ingenieros, abogados, investigadores, maestros, filósofos, escritores y artistas, nuestros tres premios Nobel, constituyen historias construidas en cada jornada en las aulas, las bibliotecas y los laboratorios de la UNAM. Desde la Universidad percibimos claramente el riesgo que conlleva atender sólo algunas áreas de estudio y excluir otras por la influencia de quienes plantean subordinar la educación a las necesidades coyunturales; de quienes pretenden acelerar el tránsito de la economía de mercado a la sociedad de mercado, y con ello a la mercantilización de todos los procesos y actividades humanas. Limitar la educación universitaria es mucho más grave de lo que parece: estrechar la generación o la transmi-
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sión de nuevos conocimientos significa, sencillamente, obligar a las universidades a dejar de serlo. Porque formar sólo para el mercado nos convertiría en talleres; del mismo modo que, en el extremo opuesto, formar sólo para la reflexión nos erigiría en torres de marfil, quizás modernas y cibernéticas, pero en todo caso ajenas a la realidad. […] Hablar de cultura es, en buena medida, apostar por la autonomía de los creadores, por la diversidad de los contenidos, y por la radicalidad en la innovación. La cuestión no es, entonces, si los libros, las obras de arte o las producciones musicales se compran y se venden, sino que al importar sólo su éxito económico, se condena a lo demás a la inexistencia, y sabemos muy bien que con frecuencia el éxito económico se prepara y se construye muchas veces con independencia del valor real de la obra, respondiendo sólo a la preferencia de un público que a menudo ha estado sujeto previamente a una publicidad masiva, a un sistema de distribución agresivo, como corresponde a la gestión empresarial. La distribución, mucho más que la producción, es la que hoy determina a que tipo de cultura pueden acceder amplios sectores de la población. Quienes controlan la distribución de los bienes culturales hacen y deshacen triunfos y prestigios. Por ello, otro punto fundamental en el equilibrio del mundo que anhelamos, radica en el espacio que le demos, dentro y fuera de nuestros países, a nuestra propia cultura, a sus valores intrínsecos. […] La Universidad, los universitarios, tenemos ante nosotros el gran reto de preservar y fortalecer
en nuestras instituciones su papel histórico y social, como centros en donde se analiza, explora y construye un mejor futuro global. Si nuestras universidades han de seguir manteniendo su liderazgo en la generación y transmisión del saber, tendremos que adecuar sus estructuras y asumir en forma crítica nuevas responsabilidades para contribuir a que la sociedad del conocimiento que ahora emerge con fuerza en el mundo, produzca cauces dignos para la vida humana. Pero las continuas demandas que enfrentan nuestras universidades no pueden ni deben ser resueltas aisladamente por sus comunidades. Tampoco parece recomendable auspiciar un proceso que limite las opciones que debe ofrecer la educación superior en un mundo complejo. Sólo a través de la cooperación y del trabajo conjunto, es posible llegar a vencer los excesos globales que hoy generan más desequilibrios que equilibrios y que ciertamente afectan la capacidad de decisión en nuestras propias sociedades. Martí, visionario, decía: «vemos colosales peligros; vemos manera fácil y brillante de evitarlos; adivinamos, en la nueva acomodación de las fuerzas nacionales del mundo, siempre en movimiento, y ahora aceleradas, el agrupamiento necesario y majestuoso de todos los miembros de la familia nacional americana. Pensar es prever. Es necesario ir acercando lo que ha de acabar por estar junto». […]
Un proyecto educativo como el nuestro debe seguir siendo, ante todo, un proyecto social La universidad es una suerte de injerto de la cultura occidental en el tronco indígena del espíritu americano. Admitido y afianzado de inmediato, ese injerto comenzó siendo como un ducto por donde llegó a nosotros, antes que nada, la savia del pensamiento sistemático; con la dialéctica -el arte de argumentar en busca de la verdad- vino la retórica, el arte de la expresión clara y unívoca de la verdad encontrada. La filosofía aristotélica y el derecho romano, aliados con las esclarecedoras ideas del Renacimiento, orientaron así la enseñanza dedicada a los naturales y a los hijos de los españoles. —39—
Si se acepta que la educación universitaria es el más poderoso instrumento de transformación de la sociedad, de lucha contra la marginación, de solidaridad y de tolerancia, habrá que aceptar que la tarea sustantiva de la Universidad hoy, como ayer, es la formación integral del individuo. Conviene, entonces, fijar bien el rumbo, aclarar conceptos: el conocimiento debe ser elemento de cohesión social y no sólo de realización personal.
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Durante los difíciles siglos de la colonia, oscuros en más de un sentido, la Universidad hubo de amortiguar sus lumbres. No obstante, aquél conducto fertilizante continuó cumpliendo su función. No es en modo alguno arbitrario señalar que en los años finales del siglo XVIII, fluyeron por él, hacia nosotros, los principios renovadores de la Enciclopedia, de la Independencia de los Estados Unidos de Norteamérica y de la Revolución Francesa. Gran parte de nuestro siglo XIX transcurrió entre luchas intestinas y asaltos extranjeros. En tales circunstancias, la Universidad tuvo que vacilar y aun desaparecer nominalmente. Consolidada la República, cerrada la Universidad, la educación y la cultura quedaron encomendadas a las Escuelas Nacionales; en ellas, ampliamente, siguió efectuándose la vida universitaria. En 1910, poco antes de que iniciara la primera Revolución del Siglo XX, gracias a Justo Sierra, comienza la última historia de la Universidad Nacional de México, con sus permanentes luchas por consumarse como fuente del pensamiento libertario y conciencia crítica de la nación. Aquel injerto de una cultura ajena que en su nacimiento fue la Universidad, se nos ha ido haciendo cada vez más propio, hasta volverse médula de nuestro tronco, sostén e iluminación del espíritu de la patria. La Universidad de México conquistó su autonomía en 1929, convertida ahora en garantía constitucional; es regida por una Ley Orgánica que se ha ido adaptando a nuestra evolución social, pero que acaso deba ser modificada para su incorporación plena a los cambios actuales, que han dejado de ser sólo nuestros para hacerse planetarios. Ante tales circunstancias, la Universidad tiene la obligación esencial de sostener los ideales de la supremacía del espíritu, de la cultura y de la dignidad humana. Ha de seguir formando profesionistas capaces con responsabilidad social; ha de seguir investigando para conocer mejor los problemas que aquejan a la nación, esforzándose por consolidar ciencia y tecnología propias; ha de seguir forjando humanistas y creadores de cultura que extiendan sus beneficios. En México, como en Colombia, la Universidad ha sido ante todo, un proyecto social que ha dado respuestas a las grandes demandas educativas de la
A lo largo de su historia la misión de la Universidad ha tenido que alternar con la indiferencia o la desmesura, sin término medio. Hoy cuando la institución es más plural y compleja, su misión es de nuevo objeto de discusión. No se trata ya de elegir entre transmitir conocimiento o producir investigación; entre extender la cultura o preparar profesionales; entre formar elites intelectuales o garantizar la igualdad de oportunidades. La exigencia es hacer una cosa y otra. No se trata de privilegiar unas y subordinar las otras, sino de desplegar con fuerza cada una de ellas.
nación con generosidad singular. Cierto, la nuestra es hoy una Universidad de masas, con todos sus problemas, pero también con todos los beneficios que eso ha significado para el país; son el tipo de beneficios que sólo puede arrojar una verdadera revolución social. En los tiempos actuales no debe discutirse ya la importancia de la Universidad ante el nuevo panorama global. Sin embargo, las formulaciones genéricas no bastan. Hay que profundizar en el diseño sobre el que se construya, más que la Universidad del futuro, el futuro de la Universidad ¿Cómo podrá la Universidad satisfacer las necesidades de este mundo sin fronteras al que nos dirigimos? ¿Cómo transformarán la enseñanza universitaria las nuevas tecnologías de la información que ya invaden nuestras aulas? ¿Cómo resolver el gran problema del financiamiento de la educación superior pública? ¿Cómo conjugar autonomía e interrelación con los poderes públicos y el capital privado? Se dice, no sin razón, que el motor de la sociedad es ya y será aún más la educación. Mucho más que la riqueza en materias primas, en industria o en servicios. Educación, entendida como aprendizaje más que como enseñanza: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir, aprender a ser. Por eso un proyecto educativo como el nuestro
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debe seguir siendo, ante todo, un proyecto social. Si se acepta que la educación universitaria es el más poderoso instrumento de transformación de la sociedad, de lucha contra la marginación, de solidaridad y de tolerancia, habrá que aceptar que la tarea sustantiva de la Universidad hoy, como ayer, es la formación integral del individuo. Conviene, entonces, fijar bien el rumbo, aclarar conceptos: el conocimiento debe ser elemento de cohesión social y no sólo de realización personal. A lo largo de su historia la misión de la Universidad ha tenido que alternar con la indiferencia o la desmesura, sin término medio. Hoy cuando la institución es más plural y compleja, su misión es de nuevo objeto de discusión. No se trata ya de elegir entre transmitir conocimiento o producir investigación; entre extender la cultura o preparar profesionales; entre formar elites intelectuales o garantizar la igualdad de oportunidades. La exigencia es hacer
una cosa y otra. No se trata de privilegiar unas y subordinar las otras, sino de desplegar con fuerza cada una de ellas. En la medida en la que todos los universitarios latinoamericanos nos sintamos herederos de una rica tradición, sembrada en México pero también en Lima y en Santo Domingo, cultivada lo mismo en Bogotá que en Santiago o Buenos Aires, nos permitirá ver el futuro con optimismo fundado. Precisamente, para fundamentar ésto, tomo prestadas las palabras del Maestro Justo Sierra, aplicables hoy por igual a las Universidades Nacionales de Colombia y de México: «La Universidad tendrá la potencia suficiente para coordinar las líneas del carácter nacional, y mantendrá en alto, para proyectar sus rayos en las tinieblas, el faro del ideal, de un ideal de salud, de verdad, de bondad y de belleza».
El motor del cambio en la universidad tienen que ser sus profesores Financiar la educación pública es responsabilidad del Estado, lo cual no exime a las universidades de realizar esfuerzos más eficaces para complementar su financiamiento, ni menos aun de rendir cuentas públicas, no sólo de cómo utiliza sus recursos sino también de cómo está cumpliendo con su función social; es decir, rendir cuentas públicas de lo que hace o deja de hacer.
La universidad es, sin duda, el gran proyecto social que los universitarios hemos construido a lo largo de nuestra propia historia y que ahora, en los albores de este nuevo siglo, nos hemos propuesto fortalecer para seguir cumpliendo, con calidad, en ejercicio pleno de nuestra autonomía, la delicada tarea que la sociedad en cada uno de los países latinoamericanos nos ha encomendado. Es un proyecto social por la enorme repercusión que la universidad ha tenido en los más diversos ámbitos de la vida social de nuestros países y en los
eventos señeros de nuestras historias; es un proyecto social, porque en la universidad la enseñanza, la investigación y la difusión de la cultura tienen un profundo sentido de compromiso con una nación, con un proyecto de país sustentado en la justicia, la libertad, la equidad, la democracia, la pluralidad, la tolerancia y la solidaridad. Pero este proyecto social no debe confundirse ni menos aun desvirtuarse. La universidad no es ni puede ser una institución militante; no debe ni puede subordinarse dócilmente a las modas en boga, a las tendencias de los gobernantes en turno, ni a los intereses con fines de lucro o de poder. Tampoco es espacio para la violencia, la impunidad o la degradación social. La universidad es ante todo una institución aca-
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démica, formativa, con plena libertad para pensar, discutir, indagar, crear, proponer y actuar. Norman nuestra vida la legislación universitaria –la cual podemos cambiar por los causes institucionales si así lo acordamos– y las leyes generales del país, de cuya observación y acatamiento no nos exenta nuestra condición de universitarios. Graves, muy graves, han sido las consecuencias para aquellas universidades que confunden su misión, eluden sus responsabilidades y, en consecuencia, equivocan su rumbo. Los profesores son los mejores garantes de que esto no ocurra. Su experiencia, su autoridad, su prestigio, pero sobre todo, su ejemplo cotidiano, es lo que verdaderamente define el curso de la institución. Sin embargo, esa fuerza moral –insustituible– que conforman los maestros universitarios, se ve gravemente limitada cuando no se dispone de los recursos necesarios para extender los beneficios de la educación y la cultura a amplios sectores de la población; en particular a los jóvenes que hoy reclaman, con justicia, acceso a la educación superior. Ninguna otra institución de educación superior hace un esfuerzo tan grande como lo hace la universidad para darle cabida en su recinto a decenas de miles de estudiantes cada año, pero la universidad no puede resolver por sí misma el problema nacional. Urge que crezca la oferta educativa en estudios de bachillerato, carreras técnicas y licenciatura; como urge también que crezca el posgrado que sigue siendo muy pequeño, sobre todo en las nuevas áreas de desarrollo científico. Financiar la educación pública es responsabilidad del Estado, lo cual no exime a las universidades de realizar
esfuerzos más eficaces para complementar su financiamiento, ni menos aun de rendir cuentas públicas, no sólo de cómo utiliza sus recursos sino también de cómo está cumpliendo con su función social; es decir, rendir cuentas públicas de lo que hace o deja de hacer. A pesar de algunos problemas serios que hoy confrontamos, y que es necesario reconocer y exponer en voz alta para tratar de encontrarles las mejores soluciones posibles, soy optimista y confío en el futuro de la universidad pública. Ese optimismo y esa confianza están fundados en la extraordinaria calidad profesional y humana de nuestros docentes; en la originalidad y el prestigio de nuestros investigadores, en la creatividad de nuestros artistas, en la profundidad de nuestros humanistas, en las inquietudes de nuestros estudiantes y sus anhelos legítimos de una vida digna y de un mejor país. Esas virtudes no las tiene ninguna otra institución y por lo mismo, ninguna otra puede influir tanto en el devenir de nuestros países como la universidad pública. Hoy es tiempo propicio para refrendar nuestro compromiso y nuestra lealtad con la universidad pública. Hagámoslo con el firme propósito de participar activamente en las transformaciones ineludibles que requiere. El motor del cambio en la universidad tienen que ser sus profesores. Un día como hoy, hace 40 años el Rector Ignacio Chávez decía: «Si los alumnos son la esencia vital de la universidad, los maestros son su espíritu creador; a ellos más que a nadie les toca desplegar el ímpetu de las renovaciones».
Educación y empleo constituyen los grandes eslabones necesarios para activar la cadena productiva
Aun el análisis más superficial muestra inobjetablemente que, en el mediano y largo plazo, pocas actividades pueden ser tan productivas y redituables para una sociedad, como lo son la educación, la ciencia y la cultura.
Hoy podemos ver como aquellos países que decidieron establecer hace algunos años verdaderas políticas de Estado para fortalecer su educación superior y su desarrollo científico y tecnológico, han consolidado su crecimiento económico y han podido sortear exitosamente los vaivenes de la nueva economía mundial, aquélla que se nos anunció sin ciclos. Para que la inversión en el sector académico –sea pública o privada– contribuya de manera más tangible
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Pero este proyecto social no debe confundirse ni menos aun desvirtuarse. La universidad no es ni puede ser una institución militante; no debe ni puede subordinarse dócilmente a las modas en boga, a las tendencias de los gobernantes en turno, ni a los intereses con fines de lucro o de poder. Tampoco es espacio para la violencia, la impunidad o la degradación social.
al desarrollo del país, es necesario vincularla a una política más eficaz de generación de empleos; estimular los mercados internos y aprovechar mejor el capital humano que produce nuestro sistema educativo. En la coyuntura actual, educación y empleo constituyen los grandes eslabones necesarios para activar la cadena productiva. La transición demográfica que ya se observa sobre todo en las zonas urbanas, donde hoy viven tres de cada cuatro mexicanos, nos ofrece –por primera vez en nuestra historia– una relación ventajosa entre la población dependiente y la población económicamente activa. Si fortalecemos la educación por un lado, sobre todo a nivel medio y superior, que es donde está no sólo la gran demanda sino también la clave de la competitividad, y somos capaces de crear los empleos necesarios por el otro, podremos entrar
–por fin– a un círculo virtuoso de ahorro e inversión, que se traducirá en los próximos años en una mejora sustancial de la distribución del ingreso. El «bono demográfico», como se le conoce a este fenómeno, es irrepetible, durará algunos años, pero con el tiempo, toda vez que la esperanza de vida seguirá aumentando, el índice de dependencia demográfica tenderá nuevamente a incrementarse. Ante este panorama poblacional cabe preguntarse: ¿Cuál es la responsabilidad del Estado, qué le toca a la sociedad, qué papel debe jugar el mercado? Es una pregunta compleja y no hay, en consecuencia, una respuesta unívoca. No obstante, el Estado no puede eludir su responsabilidad social como proveedor de servicios básicos ni puede confiar al mercado la tarea de hallar los recursos necesarios para su financiamiento, por la sencilla razón que éste no es precisamente sensible a las aspiraciones sociales de los países. México cuenta con un sector académico de buena factura, aún en pequeña escala, que existe gracias a la vocación indeclinable de algunas instituciones sobre todo de carácter público, que requieren más apoyo, en los hechos, para poder avanzar y no tan sólo para subsistir. La educación universitaria es el más poderoso instrumento de transformación de la sociedad, de lucha contra la marginación, de solidaridad, de tolerancia y de cohesión social. Toca ahora poner el acento en la calidad de su respuesta social. Esa es y deberá ser su principal contribución a este diálogo.
¿Es posible un pacto nacional?
La intensidad del proceso de transición en el que estamos inmersos deja poco tiempo para la reflexión. La necesidad de dar respuestas inmediatas, de acaparar el momento, de protagonizar el escándalo o salirse de él lo antes posible, nos hacen
perder calado intelectual. Hay poco tiempo para pensar, para leer, para escuchar, para sentir y aun para disentir. Resulta paradójico que, gozando de una cabal libertad para expresarnos, sean cada vez menos los que tengan realmente capacidad de influir en los más. El discurso político actual está erosionado, transmite poco, ¿A quién convence? Un pacto es, ante todo, un compromiso recíproco. Implica confianza, sensibilidad para construirlo
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Gobernar en la democracia es, en esencia, gobernar a través de un Pacto Nacional. Un pacto que nos permita vislumbrar horizontes más claros para todos, aun cuando no lleguemos a ellos de inmediato. Un pacto que nos de la oportunidad a todos de contar más y no sólo de ser contados en las encuestas; un pacto que nos permita diseñar los canales de interlocución apropiados para darle fluidez a la transición.
y autoridad moral para instrumentarlo; reconocer que la democracia no se agota en las urnas y que los procesos electorales, más que punto de llegada representan un punto de partida. Gobernar en la democracia es, en esencia, gobernar a través de un Pacto Nacional. Un pacto que nos permita vislumbrar horizontes más claros para todos, aun cuando no lleguemos a ellos de inmediato. Un pacto que nos de la oportunidad a todos de contar más y no sólo de ser contados en las encuestas; un pacto que nos permita diseñar los canales de interlocución apropiados para darle fluidez a la transición. Sólo los intereses superiores de la Nación nos van a permitir eludir el encono que hoy nos amenaza. ¿Cómo plasmarlos en propuestas que puedan ser examinadas, meditadas y discutidas para, eventualmente, convertirlas en compromisos? La agenda nacional no puede ser sólo un catálogo de buenas intenciones. Hay que proponer objetivos claros y asequibles, mediante estrategias que permitan la concurrencia de todos los sectores sociales. Y es que, en una democracia, las reglas para acceder al poder no son las mismas que las que rigen al ejercicio del poder. Hoy empieza a quedar, cada vez más claro, que la alternancia por sí misma no es suficiente y que si queremos consolidar nuestra democracia tenemos que ir por más: darle mayor dirección y sentido a esa alternancia sin perder de vista los compromisos ineludibles del Estado, que es el único que le puede dar cohesión y viabilidad a un Pacto Nacional.
La fragilidad progresiva del Estado frente a la creciente fuerza política, económica, tecnológica y publicitaria de los grandes conglomerados del poder privado, complica el panorama. La ruta parecería ser la de fortalecer al Estado a través de políticas públicas que articulen consensos, definan compromisos, propicien la posibilidad de establecer pactos, y que la sociedad, a través de sus organizaciones, de las instituciones autónomas, de los medios de comunicación, participe, vigile y se corresponsabilice junto a los partidos políticos, los poderes públicos, los empresarios, los sindicatos, las minorías, en fin, una estrategia realmente incluyente. En suma, Políticas de Estado, en las que participen juntos de gobierno y sociedad constituyen el sustento de un Pacto Nacional. Propongo que empecemos con una, sin tanta retórica, con hechos, con compromisos, sin condicionarla: educación para todos a lo largo de toda la vida. La educación es la única que nos confiere soberanía personal y nos hace verdaderamente aptos para el ejercicio responsable de la democracia; puede ser además el gran eje articulador de un Pacto Nacional más amplio en el que confluyamos todos, todos juntos y a la vez todos distintos. Un primer compromiso nacional de esta naturaleza permitiría que la gente identificara a la política democrática con el servicio y no solo con el poder. Habría más confianza. Recuperaríamos el sentido del «voto útil» que permitió la alternancia para transformarlo en una «oposición útil» que consolide el proceso democrático. Políticas públicas sobre bienes públicos; o mejor dicho, Políticas de Estado, sobre bienes públicos: primero la educación, después la salud, el medio ambiente y así sucesivamente, articulando ejes de convergencia social. Sólo así tendría sentido y aceptación por ejemplo, una Reforma Fiscal para financiar ante todo y sobre todo los bienes y servicios públicos. Es así, en los hechos, como se podría ir construyendo un verdadero Pacto Nacional. A través de políticas de interés general, que respondan al reclamo de la ciudadanía y sean a su vez espacio para la convivencia democrática. Un pacto que sea un seguro para todos contra el autoritarismo, los fundamentalismos disfrazados y el estancamiento del proceso democrático.
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La responsabilidad social en la formación y selección de los docentes: hábitos y competencias
Con la llegada del concepto de competencia a la educación se hacen nuevas exigencias al educador requerido en los distintos niveles de la educación formal: educación preescolar, básica, media profesional y al docente universitario. El concepto de competencias tiene contradicciones en su definición, y falta consistencia conceptual en su empleo. En el artículo se hace un paralelo entre lo que el autor denomina hábitos en el desempeño docente de un educador, para diferenciarlo de otros profesionales que están ingresando al ejercicio docente e introduce elementos para la discusión frente a las llamadas competencias generales o básicas y las competencias profesionales de un educador, mostrando como posible solución la incorporación de un currículo integral global.
“Lo verdaderamente importante no es enseñar mucho como sí dejar aprender; enseñar es más difícil que aprender, porque enseñar significa dejar aprender”. Heidegger
Por José Ramiro Galeano Londoño Profesor Titular Facultad de Educación Universidad de Antioquia Coordinador Grupo Emprender jrgaleano@une.net.co
1. Introducción La profesión de educador encierra una misión, diría que ilimitada; implica transitar por los espacios claves de la vida: la ciencia, la tecnología, la política, la creatividad, la imaginación, los esquemas de pensamiento, la humanización de la vida, la cotidianidad, etc. Y esto implica hábitos para el educador como vocación, cambio, comprensión, vo-
PALABRAS CLAVE: hábitos, vocación, cambio, comprensión, autonomía, integridad, ciudadanía, pedagogía, competencias.
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luntad, integridad, recreación, ciudadanía, formación pedagógica y por supuesto tener un saber para enseñar a indagar, en fin, hábitos que generan reflexión y que determinan un talento para saber hacia dónde dirigir el timón al momento de entrar en ambientes de aprendizaje. Durante las últimas décadas las políticas educativas han tenido como soporte el “mejoramiento de su calidad”, sin establecer una relación directa con la calidad del docente, su condición pedagógica, que lo hace distinto de otros profesionales, lo que obliga a repensar el sentido de la formación docente, sus competencias dentro de la pedagogía; educadores profesionales, hombres y mujeres con sentido y vocación por la profesión, educadores en las disciplinas, en lo técnico: métodos y modelos; en los fines, que reconocen el sentido de la profesión, el horizonte, la misión de educar. Educadores exitosos que dan a la vida un sentido, afín con la naturaleza de la profesión, que desarrollan hábitos y competencias en un desempeño con calidad.
Durante las últimas décadas las políticas educativas han tenido como soporte el “mejoramiento de su calidad”, sin establecer una relación directa con la calidad del docente, su condición pedagógica, que lo hace distinto de otros profesionales, lo que obliga a repensar el sentido de la formación docente, sus competencias dentro de la pedagogía; educadores profesionales, hombres y mujeres con sentido y vocación por la profesión, educadores en las disciplinas, en lo técnico: métodos y modelos; en los fines, que reconocen el sentido de la profesión, el horizonte, la misión de educar.
2. Hábitos en la formación docente Lo que se quiere en los educadores no es que vivan sin tensiones o eliminarlas, sino que se esfuercen por un sentido, que valga la pena en el ejercicio de esta profesión. Que no se deje atrapar por el vacío existencial que padecen algunos maestros y alumnos como un fenómeno que deprime en estos comienzos de siglo. No se trata de la vida sino de mi vida, de mi propia vida. Cada uno hace de su vida lo que quiere. La educación debe servir para ayudar al hombre y a la mujer a ser responsables, a encontrarse con ellos mismos, a revisar continuamente su rumbo, su misión, y si quieren ser educadores a encontrar sus hábitos como: vocación, cambio, de comprensión, autonomía, integridad, ciudadanía y pedagogía los cuales son hábitos propios de un educador. La búsqueda de sentido tiene que ver con el desenmascaramiento, para encontrar lo auténtico, lo genuino. Como lo dice Víctor Franklin: “El hombre se inventa a sí mismo, concibe su propia “esencia”, es decir, lo que él es esencialmente, incluso lo que debería o tendría que ser”. Que cada educador descubra el sentido de su existencia en el desempeño de la profesión docente. 2.1. Vocación Para ser educador debe saber descentrarse de
sí mismo para mantener una continua autocrítica, aprender a quererse a sí mismo, autogobernarse, encontrarle sentido o explicación a la ansiedad, a la tensión, a la obsesión y al miedo; no podríamos negarlas ni ser indiferentes, por el contrario es necesario enfrentarlas. La reflexión sobre estos estados es como quitar la maleza al jardín, para ser un educador equilibrado; es cultivo de la vocación específica para mantener una misión en la vida. Tomar una decisión en este sentido resulta de mucha importancia, porque es buscar permanentemente el sentido de vida, la razón de ser, actuar con pasión y disfrutar lo que se hace, querer ser siempre el mejor en lo que ha elegido, es tener vocación. El que se dedica a hacer lo mínimo necesario que le pidan, no podrá triunfar en la vida, es necesario cambiar desde adentro, para que cambie el mundo a tu alrededor. En estos tiempos de cambio, la tendencia a excluir a los que no tienen ideas parece ser más fuerte que la tendencia a excluir a los que no tienen riqueza. En la educación de hoy se necesita formación integral; no es suficiente el desarrollo de competencias como habilidades técnicas, métodos y modelos pedagógicos por ejemplo para enseñar un área de conocimiento en particular: matemáticas, español o una segunda lengua; también necesitamos formar nuestra cabeza
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para pensar, nuestro corazón para sentir y nuestro espíritu para trascender. Hay universidades que no están ofreciendo una formación integral apropiada; siguen “profesionalizando”, aumentando el número de egresados acartonados y mediocres; igualmente tenemos estudiantes que no alcanzan a reconocer que es mejor ser un técnico de primera línea que un profesional de medio pelo. Al servicio docente están llegando profesionales, no siempre hombres y mujeres con vocación docente, formados en las disciplinas, pero no en los fines, desconociendo que cuando se pierde o no se tiene el sentido de la profesión se pierde la calidad en su desempeño. 2.2. Cambio En la selección se requiere de nuevos criterios, como cultura docente, para seleccionar los más creativos. Desde el proceso de selección de los docentes se inicia la calidad de la educación, ya que es necesario saber si disponen de competencia para resolver problemas pedagógicos, curriculares, didácticos, de investigación, de evaluación; si tienen curiosidad y originalidad, es decir el deseo casi infantil de descubrir, de indagar sobre el conocimiento; si consideran la enseñanza no en su sentido habitual de exposición de contenidos no solicitados, sino que por el contrario, quieren que la clase se vea convertida en un espacio para la interpretación, la comprensión y la proyección. En suma un educador que pueda reconocer la educación y reconocerse en un proceso permanente de cambio, estudiando para mantenerse vigoroso y actualizado, con decisión para abandonar viejos hábitos, después de haber construido previamente unos nuevos, reconociendo que la educación como todo se envejece, que es necesario transformarla, y que para lograrlo debe disponer de nuevas teorías de la educación. 2.3. Comprensión Mejorar la profesión docente implica mejorar la lectura, la escritura, la palabra. Como educadores la lectura no puede ser de consumidores para repetir o buscar formas de aplicación descontextualizadas. Aquí el problema ya no es de aplicación, sino de interpretación y comprensión para transformar y crear conocimiento. Necesitamos una filosofía de vida que pueda ayudar a convertirnos en seres siempre prestos a
interpretar, a leer desde una posición crítica ante el mundo como capacidad de concebir lo complejo. Casi siempre se espera saber qué dicen los otros, qué tenemos que hacer; pocas veces pensamos por nosotros mismos, porque nos falta abrir el pensamiento, sentir curiosidad por las cosas pequeñas y triviales, opinar y darnos cuenta de que la verdad es un pacto intersubjetivo que cada uno puede tener de acuerdo con los referentes que utilice, y para enseñar esto sí que hay que saberlo. El texto, así como la realidad están dados; lo que tenemos que preguntar es ¿cómo lo estamos interpretando? Y esto tiene que ver con una filosofía de interpretación entre el lector y el texto, entre el lector y el contexto; como si se ubicara al lector frente a un espejo y se preguntara ¿qué estoy viendo?, ¿qué me está entregando?, ¿cómo estoy interpretando?, ¿cuál es mi imagen de realidad? Pero la comprensión no es posible si quien interpreta no está interesado en el texto; el interés es la primera motivación para la comprensión. Para promover la lectura, la escritura y la palabra se requiere disponer, dentro de ese horizonte cultural de una filosofía hermenéutica, para trabajar las relaciones entre texto, contexto, imagen y lenguaje. El educador ejerce su profesión desde la comprensión de sí mismo y de los demás, desde la comprensión de la educación, pero más que una filosofía, es una acción de vida educadora, es un hábito el cual se constituye en una herramienta propicia para interpretar, comprender, crear sentido, trasformar en
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En la educación de hoy se necesita formación integral; no es suficiente el desarrollo de competencias como habilidades técnicas, métodos y modelos pedagógicos por ejemplo para enseñar un área de conocimiento en particular: matemáticas, español o una segunda lengua; también necesitamos formar nuestra cabeza para pensar, nuestro corazón para sentir y nuestro espíritu para trascender.
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el campo de la educación. La lectura, la escritura, el juego con la palabra, el lenguaje, el símbolo, tanto como la imagen son puntos de encuentro y de desencuentro en círculos siempre abiertos a la interpretación y comprensión de la profesión de educador, en donde la filosofía de la educación, es parte de su equipaje a llevar. 2.4. Autonomía Autonomía es tener conciencia de lo que se hace, ser recíproco con el otro; tener en cuenta qué sirve, qué es bueno, o malo, qué no conviene para bien mío y del otro; pensar que cuando se actúa están de por medio las demás personas que también tienen los mismos derechos que tengo como ser humano. Era común en la Universidad de Antioquia ver las sillas dañadas, rayadas, sucias, llenas de letreros; quien cometía la falta no pensaba en el otro, o en él mismo; no sólo ocurría con las sillas, también con el espacio público mismo en la Universidad. Esto indicaba que la educación que se ofrecía no propiciaba los criterios de responsabilidad que se necesitan para actuar en una sociedad: enseñar a respetar los derechos que tienen los demás, iguales a los propios. La autonomía formada desde temprana edad es la que permite desarrollar más adelante otros tipos de autonomía, por ejemplo la intelectual que necesitan los educadores; es cuando decimos que serán adultos autónomos aquellos niños y jóvenes que tuvieron la oportunidad de intercambiar los puntos de vista con los mayores al tomar una decisión. A medida que el niño se desarrolla, adquiere, desde la familia y luego en la escuela, el sentido de autonomía, moralidad, y respeto hacia el otro; es a partir de esto que el niño empieza a formar parte de la sociedad y de la cultura, diferente a la teoría donde se piensa que el niño asiste a la escuela, el joven a la universidad sólo para adquirir conocimientos, más que valores. El educador requiere una educación integral para que sea sólido en sus decisiones, autónomo. De acuerdo con la pedagogía constructivista las personas aprenden modificando viejas ideas en lugar de acumular porciones nuevas. Cada persona debe modificar su propia idea relacionándola con las nuevas concepciones de conocimiento. Cuando el estudiante es alentado a tener opiniones y a que sus ideas sean tenidas en cuenta, aprende más que cuando se le hace recitar las respuestas correctas; cuando tiene sus propias opiniones sobre determina-
dos temas o materiales o si está equivocado, que él mismo encuentre el error, así estará fomentando su autonomía intelectual. La teoría de la autonomía ha implicado una revolución pedagógica para combatir la enseñanza tradicional, para ayudar a formar en la autonomía moral, social e intelectual, para empezar a percibir la clase en ambientes de confianza, en donde los educandos construyen valores y conocimientos mediante el respeto de sí mismos y de los otros, en una auténtica responsabilidad social. 2.5. Integridad Una educación integral es aquella que permite desarrollar en el educador el interés por sí mismo, por su entorno, por el conocimiento; cuando no hay armonía entre el mundo interno y una profesión llegamos a tener docentes que no son competentes, no tanto porque no enseñen sino porque, desde un principio, no están convencidos de la profesión; así todos los esfuerzos que se hacen no llegan al cometido que se propone una institución como misión: formar a la persona, al ciudadano, al profesional, al investigador, es decir, entender la profesión como la posibilidad de iluminarse interiormente, de interpretar el mundo desde su interior para ayudar a comprender a otros, iluminar a otros. Una cosa es tener conocimientos, otra es saber, otra saber hacer desde un modelo y otra crear con el saber. Desde la educación tradicional la verdad está condicionada por el texto o la palabra del profesor.
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Desde la educación tradicional la verdad está condicionada por el texto o la palabra del profesor. En la educación integral la verdad está dada por la capacidad de argumentar, de discutir; la verdad no está atrapada por el texto, el autor o el profesor, la verdad está en el ambiente de aprendizaje ya sea la clase, o el escenario abierto de indagación y discusión; en la posibilidad de argumentar...
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En la educación integral la verdad está dada por la capacidad de argumentar, de discutir; la verdad no está atrapada por el texto, el autor o el profesor, la La inclusión del currículo por verdad está en el ambiente de aprendizaje ya sea la competencias solicita un cambio en el clase, o el escenario abierto de indagación y discuquehacer del docente, por ejemplo a sión; en la posibilidad de argumentar, es así como en la educación integral el conocimiento se construye preparar la clases no desde lo que hará permanentemente porque es ayudar a los estudianél desde la clase magistral, enseñanza tes a dar a luz, a argumentar, a tomar conciencia, a expositiva de contenidos, como la forma avanzar hacia la autoconciencia para que encuentren de enseñanza más antigua, sino a preparar la verdad dentro de un sentido de humanidad, de su clase desde lo que hará el estudiante responsabilidad social. con su tutoría, es decir le obliga a entrar en No se humaniza la educación desde áreas llamadas humanidades. Para humanizar la educación corrientes contemporáneas del aprendizaje, es necesario modificar los procesos educativos, por ejemplo, entrar en el aprendizaje los hábitos en los profesores, las acciones con las por descubrimiento como lo proponen: que se educa, construidas desde un discurso con Russeau, Bruner, Devono. vida, que no se quede en la palabra, que motive en la persona la capacidad de desarrollarse humanamente, siendo tolerante, democrático, respetuoso, teniendo siempre presente que primero se es persona y después todo lo demás. concepción riñe con los acontecimientos de la vida 2.6. Ciudadanía contemporánea. El mundo moderno, dice Arendt, Para llegar a una educación con sentido de resno está estructurado por la autoridad ni se mantiene ponsabilidad social, necesitamos de una pedagogía unido a la tradición. Bien, dice esta filósofa, la educonstitucional si queremos avanzar en los procesos cación no puede renunciar a la autoridad y a la tradide la modernidad en la educación. En la presentación, el mundo actual al representar nuevos ideales ción de la Constitución de 1991, se dijo: “la nueva de emancipación, autonomía y nuevas formas de Constitución es tan extensa como democrática”. producción exige la adecuación de nuevas modaliPero lo de democrática es sólo si se concreta en dades pedagógicas que estén en consonancia con la la práctica, es decir, creando las condiciones y los revaloración de la experiencia individual. El mundo escenarios para formar ese hombre, esa mujer, con actual celebra la pedagogía de la “individuación” esa otra mentalidad política desde la cual construir de las identidades yódicas que, según Habermas, la nueva sociedad que aparece en ese gran proyecto remiten a una autorrealización en proyectos de vida que se llama “Constitución Política de Colombia”. autónomos. A la universidad le corresponde reconstruir esa ciuTres líneas de discusión nos han entretenido en dadanía para con ella reconstruir lo público. La Cons- las últimas décadas: se ha teorizado sobre la pedatitución produce una nueva era educativa para el país gogía mientras se ha descuidado el enseñar; se ha a partir de la Ley General de Educación y de la Ley de discutido sobre sí la pedagogía es una ciencia, un la Educación Superior pero estas normas aún no se arte o simplemente es instrucción; y para los que conocen lo suficiente en las instituciones educativas, se ocupan de pensar la educación sin una filosofía y no se puede amar lo que no se conoce, no podemos personal o institucional o dentro de una corriente de amar la nueva ciudad, la nueva región, el nuevo país, pensamiento, fácilmente se imaginan haber hecho si no sabemos de su posibilidad para llegar a él, en reformas de largo alcance, cuando apenas hacen aldonde un camino claro es el de las normas. gunas mejoras en los procedimientos. ¿Cuál filosofía 2.7 Pedagogía del profesor?, ¿cuál de la institución? Un séptimo hábito relacionado con la formación Los dispositivos pedagógicos modernos no están de los docentes tiene que ver con la pedagogía, la en relación con categorías universales sino al servicual ha estado ligada a la reproducción de una ima- cio de la construcción de estilos de vida individuales. gen organizada de mundo, de sociedad, pero esta —49—
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En la pedagogía moderna ya no se exalta la similaridad sino la diferencia. No hay pues, como dice Lyotard, posibilidad de encontrar denominadores comunes universalmente válidos para todos los juegos. Pero algunos profesores y gobiernos siguen empeñados en que es más urgente escolarizar aunque sea con educadores que desconocen la educación porque hay que mostrar indicadores de gestión, resultados. Ya no nos preocupa el pensar porque ya estamos suficientemente ocupados para intentar dedicarnos a otra cosa diferente de ejecutar idóneamente actividades modelizadas y es allí donde no podemos aceptar las competencias, si se les interpreta como dispositivos pedagógicos tan solo para la ejecución del currículo.
más preocupados por los “dispositivos operativos” por “el saber hacer en contexto” de la didáctica, que por la formación continua de los docentes. Por ejemplo las ciencias sociales y humanas, en las que se encuentra la educación, se conciben dentro de un enfoque hermenéutico, de elaboraciones teóricas, como ciencias de la discusión, como interpretación sobre los contextos sociales. Es de reconocer que aún existen variadas interpretaciones del término; Thorndike habló de inteligencia social, luego Guilford de contenidos comportamentales, Piaget del conocimiento social, Vigotsky del desarrollo de la inteligencia social, por lo que se observa que el conocimiento competente a nivel social no es tan claro. Hablar de competencias en la profesión docente 3. Las competencias en la formación es algo así como ubicarse en el horizonte de los docente cambios socioculturales que requieren los ciudaEn Colombia, el concepto de competencia empieza danos en la región, el país, lo cual corresponde a usarse referido a la calidad educativa y se concreta a una dialéctica de un saber hacer en contexto; en su inclusión en los exámenes de Estado del ICFES pero “las competencias, en sentido pleno implican (1999). siempre un saber qué (significados-conceptos), un Las competencias son “un sistema altamente es- saber cómo (procedimientos estratégicos), un sapecializado de habilidades, capacidades y destrezas ber por qué (valores-sentidos) y un saber para qué que son necesarias o suficientes para alcanzar un (intereses-opciones-creencias). MEN, 2002 p. 78). objetivo específico (educar con sentido humanista Es desde esta caracterización genérica como se disen el siglo XXI). Esta definición puede aplicarse a tinguen las siguientes competencias generales en el las disposiciones individuales o a la distribución de desempeño del educador. tales disposiciones en un grupo social, los docentes Competencias cognitivas: están referidas al mao en una institución” (Weinert, 2001). Por ejemplo nejo conceptual y sus aplicaciones en ámbitos y podríamos sugerir que las principales competencias contextos particulares en un ámbito académico y que se deben promover en la educación de los edu- cotidiano para buscar alternativas y resolver problecadores sean cuatro: 1) ciudadanía, 2) sabiduría, 3) mas, desde las ciencias, la tecnología, las artes, las empatía, 4) contextualización. Ciudadanía, porque humanidades. nadie que no comprenda el mundo y participe de él, Competencias procedimentales: referidas al manejo puede realmente orientar a niños, jóvenes y promo- de técnicas, procesos y estrategias operativas para ver aprendizajes significativos. El educador que solo buscar, seleccionar, organizar y utilizar información sabe matemáticas o ciencias naturales, no sabe nada significativa, codificarla y decodificarla a partir de la de la educación. Sabiduría para hacer de su clase un pedagogía, el currículo, la didáctica, la filosofía, la aprendizaje socrático; no tanto cómo enseñar conepistemología, la investigación; disciplinas que detenidos, como formar en un aprendizaje autónomo, ben ser aplicadas en los objetos de conocimiento o en la pedagogía de la pregunta. Empatía, porque los de enseñanza. profesores deben comprender y sentir con el otro, Competencias interpersonales (o socializadoras): conocer y comprender la cultura de los niños, los entendidas como la actitud o disposición de un injóvenes y los adultos con quienes trabaja. dividuo para interactuar y comunicarse con otros Más que entrenamiento pedagógico y contenidos, y ponerse en el lugar de esos otros, percibiendo y lo que el docente del siglo XXI requiere es formación tolerando sus estados de ánimo, emociones, reacciopara formar en competencias desde los saberes nes, etc., es decir capacidad de descentración. científicos, tecnológicos, técnicos, artísticos y huCompetencias intrapersonales (o valorativas): manísticos, pero tengo la impresión de que estamos entendidas como la capacidad de reflexionar sobre —50—
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municarse con facilidad, para que el estudiante salga del autoencierro, que se atreva a formular hipótesis, a reconocer que pensar no es natural, que es aprendido, que la inteligencia actúa sobre la experiencia y produce el aprendizaje nuevo.
Hablar de competencias en la profesión docente es algo así como ubicarse en el horizonte de los cambios socioculturales que requieren los ciudadanos en la región, el país, lo cual corresponde a una dialéctica de un saber hacer en contexto; pero “las competencias, en sentido pleno implican siempre un saber qué (significadosconceptos), un saber cómo (procedimientos estratégicos), un saber por qué (valoressentidos) y un saber para qué (interesesopciones-creencias).
4. Menera de síntesis
uno mismo, lo cual permite descubrir, representar y simbolizar sus propios sentimientos y emociones (MEN 2002, p. 79). Las competencias procedimentales, solas pierden el sentido desligadas de las cognitivas o las cognitivas desligadas de las procedimentales. Las interpersonales e intrapersonales son las que ayudan a formar los hábitos requeridos en el educador, con miras al desempeño con calidad. Una educación por competencias interpretadas así, mueve necesariamente los esquemas del quehacer docente, los estilos de aprendizaje de los estudiantes, las formas de organización del currículo, la utilización de la didáctica, los conceptos de evaluación, en general el rol del educador. La inclusión del currículo por competencias solicita un cambio en el quehacer del docente, por ejemplo a preparar la clases no desde lo que hará él desde la clase magistral, enseñanza expositiva de contenidos, como la forma de enseñanza más antigua, sino a preparar su clase desde lo que hará el estudiante con su tutoría, es decir le obliga a entrar en corrientes contemporáneas del aprendizaje, por ejemplo, entrar en el aprendizaje por descubrimiento como lo proponen: Russeau, Bruner, Devono. Enseñar a pensar, enseñar a aprender, a utilizar el computador, hasta que el estudiante ingrese en el aprendizaje autónomo. El docente abre escenarios de aprendizaje, plantea situaciones, estimula al estudiante dejándolo usar su propia cabeza, que parta de lo que trae, le ayuda a ligar lo nuevo con lo conocido, a asociar, a categorizar, a verbalizar, a co-
“En el espacio universitario dos lógicas distintas parecen entrar en constante colisión; por un lado la que privilegia los criterios economicistas de la tasación, el buen rendimiento y la productividad laboral que se halla en estrecha consonancia con el actual modelo de desarrollo; por otro, la que busca promover el uso creativo de la razón y a devolverle a la universidad su papel de verdadero actor social contribuyendo de este modo a la comprensión crítica de los problemas sociales y al diseño de proyectos de previsión comunitaria y de progreso social” (Jaramillo R. Mónica Marcela, 2006). Nos enfrentamos a un problema complejo de dimensiones históricas, perfilamos una profesión docente en el marco de la educación pública, de la Constitución y las Leyes General y Superior de Educación o nos quedamos atrapados en la globalización neoliberal, que ha subsumido la educación en la mercantilización, en el modelo operativo de las competencias olvidando que los educadores son sujetos creadores y autónomos, intérpretes y protagonistas de los nuevos tiempos, sujetos de múltiples relaciones de saber que reconstruyen y participan de la praxis transformadora de la sociedad. Un docente formado por competencias como las estamos entendiendo aquí, exige de forma inmediata un replanteamiento en los paradigmas filosóficos, pedagógicos, curriculares, didácticos, de gestión, investigación y evaluación para establecer un equilibrio que va desde la mera transmisión, acumulación de contenidos y créditos hasta centrarse en los procesos y en los intereses de los y las estudiantes para desarrollar las competencias: interpersonal, intrapersonal, cognitiva y procedimental. Con la educación tradicional ha castrado la curiosidad, la imaginación y se han hipertrofiado los sentidos. Y aquí está nuestra mayor preocupación, cuando solo se da importancia a las competencias procedimentales, cuando queremos habilitar un educador de la educación superior solo con la asistencia a seminarios pedagógicos o cuando ingresan al ejercicio de la profesión docente profesionales comunes, formados en contenidos cognitivos, no formados para ser educadores, porque esto hace que se conti-
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núe con la educación tradicional, la misma que ellos reciben de generación en generación. A esto se agrega que los alumnos siguen preguntando desde los contenidos y el reclamo por la nota, pero no desde la vida, los problemas de la región o del país. Todo esto hace necesaria la pregunta por una ética social, la responsabilidad social por parte de los educadores en todos los niveles del sistema educativo para no seguir educando en la información y memorización reproductivas a través de clases magistrales y a los estudiantes para que no se conformen con repetir información, haciendo las veces de recipientes pasivos y a los seleccionadores de docentes a reconocer su talante, entrega y compromiso para un ejercicio de la docencia con compromiso social, no solo como solución de empleo o sobrevivencia. La formación docente, no es solo cuestión de competencias procedimentales, o competencias cognitivas, grados en el escalafón, o títulos, es lo más íntimo de la profesión, porque es ayudar a otros a ser mejor desde competencias generales como el ser, (competencias intrapersonales) y el convivir (competencias interpersonales) las cuales deberán ser hábitos en el educador; el saber, (competencias cognitivas), el saber hacer (competencias procedimentales), como competencias profesionales. Para los educadores, de todos los niveles, habrá de incluirse dentro de las competencias profesionales o laborales saberes específicos como la filosofía, la pedagogía, el currículo, la didáctica, la gestión, la investigación, la evaluación, para lograr en los educandos las competencias en cada una de las áreas que hacen parte del plan de formación; de igual manera para los docentes universitarios, éstos serán evaluados según sus competencias docentes, investigativas, de extensión y de gestión. Una educación de calidad habrá de reflejarse en la calidad integral como responsabilidad social del egresado, como resultado de un currículo integral global (Galeano, R. 2002); y habrán de darse cuenta de que los egresados de la educación media serán evaluados según los exámenes tipo ICFES y los de la educación superior serán evaluados según las pruebas ECAES, las cuales son elaboradas de acuerdo con tres principios: conocimientos, procedimiento e idoneidad. Todo esto nos lleva a generar un proceso de deconstrucción conceptual de las competencias en el ámbito de la formación docente.
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El papel político de la formación integral Algunas consideraciones sobre educación y política
Por Luis Alfredo Atehortúa Castro Profesor Facultad de Derecho y Ciencias Políticas Universidad de Antioquia
Introducción “El primer fruto de la imaginación y la primera lección de la ciencia social que la encarna, es la idea de que el individuo sólo puede comprender su propia experiencia y evaluar su propio destino localizándose así mismo en su época; de que puede conocer sus propias posibilidades en la vida si conoce la de todos los individuos que se hallan en su circunstancia”.
Desde diversos ámbitos institucionales se ha reflexionado sobre la educación y particularmente sobre el sentido, alcances y límites de la formación integral, ha sobresalido en esos ámbitos la importancia asignada a la educación en relación a los niveles de desarrollo de las sociedades en su conjunto. Allí la formación integral ha sido señalada como un propósito de alcance mayor en término de ideal. Es pertinente seguir abordando uno de los quehaceres más importantes de la sociedad en su intento por mejorar las condiciones de vida de las personas; esto porque cada lectura que se haga, cada pregunta
Wright Mills
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que se resuelva, permitirán mayores oportunidades a la hora de precisar caminos que conduzcan a una comprensión integral de los alcances y límites de los procesos de enseñanza y aprendizaje. La educación ha consistido históricamente en un vehículo de transmisión de información y de conocimiento para enriquecer las dinámicas de convivencia de los individuos y de las sociedades en planos éticos, políticos, técnicos y científicos. Pero no siempre el resultado de esos avances ha tendido a mejorar las condiciones de vida de las personas, incluso paradójicamente, como consecuencias del desarrollo del conocimiento se han presentado consecuencias negativas para los individuos y para la sociedad, cuando éste se ha instrumentalizado en relación a intereses mezquinos. Un ejemplo de ello, es en parte lo acontecido en el Siglo XX; en momentos de mayor desarrollo científico y tecnológico, es cuando más inequidad, violencia y riesgos de autodestrucción se ha generado.1 Adicionalmente, y en el marco de los intereses de esta reflexión en particular, los mecanismos de transmisión de conocimiento e información se han perfilado como un problema de hondo calado a la hora de definir las estrategias, los momentos y los niveles en los que cada individuo enfrenta sus relaciones con los procesos de enseñanza y aprendizaje; desde el período preescolar hasta los niveles de formación universitaria, las pedagogías cumplen una labor esencial como herramienta a través de la cual se intentan generar las condiciones más adecuadas, las más convenientes para el logro de uno fines determinados por el propósito central de la educación, formar. A lo largo de la historia educativa de la humanidad, la concepción de pedagogía como universal, ha evolucionado, condicionadamente, por los andamiajes sociales, culturales e ideológicos de los pueblos. La pedagogía pasó de un servicio doméstico -de la sociedad esclavista griega- a un modus operandi de transmitir formalmente conocimientos para preservar la cultura o un orden social establecido -sistema educativo-. (…) Las teorías o corrientes pedagógicas han oscilado en enfoques, más o menos, centrados en el docente o en el estudiante; sin embargo, en la actualidad, ante las encrespadas aguas de la globalidad, las sociedades se debaten en la transición para llegar a constituirse en «sociedades informacionales», «sociedades del conocimiento» o «sociedades
del aprendizaje», sustentadas en la vorágine de las nuevas tecnologías de la información; y ante estos retos, es necesario re-plantear el quehacer pedagógico -como base educativapara formar al ciudadano de estas posibles ciudades. 2 De modo que los contextos y las estructuras de pensamiento sirven de picaporte para comprender los escenarios de la incursión pedagógica como un mecanismo, instrumento o estrategia que igualmente evoluciona a partir de las necesidades del conocimiento mismo y por supuesto del rol y papel de los actores en la relación con el conocimiento; es indispensable reconocer que la instrumentalización del conocimiento igualmente y todo lo que le concierne, es un vehículo para la dominación o para la liberación, dependiendo de la condición sacra o secular que define el momento y la circunstancia. En los procesos de formación universitaria, es sabido que la labor formativa tiene variables diversas entre las que se encuentra el componente disciplinar, pero también la misión institucional en la que se inscribe el programa académico y la población universitaria en su conjunto. Con el ánimo de recrear una visión muy particular sobre la importancia de la política en el contexto de la educación y el conocimiento, se plantearán a continuación algunas consideraciones que se espera aporten a una discusión aún vigente en relación a lo político en la educación y sobre los contenidos y limitaciones de la formación integral. Para ello se abordarán en primera instancia aspectos sociales y políticos del conocimiento, con el objetivo de ilustrar aspectos que no muchas veces son tenidos en cuenta como variables determinantes de la educación en sí misma; en un segundo momento se abordarán algunas nociones sobre enseñanza y aprendizaje en un sentido contextual que permita ver allí una relación dialéctica e indispensable para el desarrollo tanto de la educación como de la política; en un tercer apartado se planteará un esbozo o idea sobre el papel político de la educación a partir de la formación integral; y finalmente, a manera de conclusiones, una breve invitación con la que se deja abierta la discusión sobre el tema.
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1. Aspectos sociales y políticos del conocimiento Cada uno de los elementos que articulan la po-
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dad. Modernidad expresada en el plano material y espiritual; en lo material se inscriben los procesos Es necesario señalar que el conocimiento y de modernización, los cuales tienen que ver con el el ejercicio de transmisión formal e informal establecimiento de infraestructuras habilitadoras del de éste, cruza por el intercambio de papeles desarrollo de las comunicaciones, el comercio, la vida urbana, entre otros. Por el lado espiritual está y de interacción de roles que definen y el salto cualitativo de la secularización como exprecaracterizan al que enseña y al que aprende. sión del triunfo de la razón sobre la fe como deterEs así que la labor docente en este contexto minantes de una visión de mundo que terminará por tiene cimientos sociales, es decir, interacción potenciar igualmente el desarrollo de las ciencias en la acción compartida con otro y con otros y el auge y crecimiento de las universidades como centros de pensamiento y formación para incidir faen la búsqueda de encuentros a través de un vorablemente sobre el futuro. propósito común, el conocimiento. A mediados del siglo XIX, y como consecuencia de esa transición que más adelante puntualizaremos, se empiezan a consolidar cinco disciplinas importantes en el escenario de las ciencias sociales: Historia, Economía, Sociología, Ciencia Política y Antropología; campos de conocimiento que van resultando de la ursibilidad de aprender, cruza inevitablemente por el gencia de comprender los procesos y las mutaciones contexto social, idea que define y predetermina un que viven las sociedades luego de las revoluciones conjunto de variables que caracterizan los ciclos de burguesas del siglo XVIII. Este desarrollo igualmenla enseñanza, de la escuela y de la labor docente. te se da en cinco países, Estados Unidos, Alemania, Lo social debe entenderse en la perspectiva sisté- Francia, Inglaterra e Italia, epicentros de ese proceso mica de Niclas Luhmann y David Easton3, en el sen- de transformaciones en el que las universidades tido de que lo denominado social es un sistema que juegan un papel crucial y del que se desprenden los se articula como realidad a partir del concurso de avances más significativos del desarrollo científico otros escenarios definidos como subsistemas entre para occidente.4 los que se encuentran el subsistema político, ideoAhora bien, y a partir de un interés particular por lógico, el educativo, entre otros delimitados como retomar contextos históricos y en el que deben ser claves de desciframiento de una realidad compleja. tenidos en cuenta también las preocupaciones que Por lo tanto intentar describir y si se quiere sustentar circundan el proceso de la enseñanza en muchos eslos procesos específicos de la educación y de la for- cenarios, es necesario señalar que el conocimiento y mación integral, requiere en principio contextualizar la el ejercicio de transmisión formal e informal de éste, realidad circundante de dicho proceso. No es posible cruza por el intercambio de papeles y de interacción clasificar o valorar objetivamente los procesos de ense- de roles que definen y caracterizan al que enseña y ñanza aprendizaje, donde la educación como sistema al que aprende. Es así que la labor docente en este y la formación integral como ideal, se asumen como contexto tiene cimientos sociales, es decir, interacsimples variables independientes del contexto social. ción en la acción compartida con otro y con otros en 1.1 Lo social: nociones básicas en sentido no la búsqueda de encuentros a través de un propósito ahistórico común, el conocimiento. Lo social de manera muy tangencial podemos Por el lado vivencial puede afirmarse que el papel asumirlo como el contexto fundamental de las rela- que cumple el conocimiento en el individuo primero ciones y de las interrelaciones que dotan de sentido y segundo en la sociedad, está definido por el carácla acción humana. Es allí donde se asimilan las in- ter de asignación de sentido, en términos de la confiterdependencias y desde el lugar en el que autores guración de valores, actitudes y aptitudes que tienen como Emilio Durkheim y Max Weber plantearon un significado de vida y de acción e interacción que para el siglo XX, valiosos aportes para comprender marca la existencia. Es decir, una especie de patrón los desarrollos y las configuraciones de modelos que significa y resignifica al individuo y a los grupos de vida inscritos en el advenimiento de la Moderni- humanos en la medida en que se transforma cualitativamente la condición humana. —55—
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Decía en un momento estelar de la historia hispanoamericana Simón Rodríguez, inventor de una idea sui generis de escuela nueva. “Enseñen a los niños a ser preguntones, para que, pidiendo el por qué de lo que se les manda a hacer, se acostumbren a obedecer a la razón: no a la autoridad, como los limitados, ni a la costumbre como los estúpidos … al que no tiene cualquiera lo compra, al que no sabe cualquiera lo engaña”5. Ideas de principio de siglo, sí de principios del siglo XIX, es decir hace casi doscientos años en momentos en los que la connotación histórica de los acontecimientos será develadora del devenir de los pueblos marginales de Suramérica, entre quienes se encuentran los campesinos y los indígenas, actores marginales de nuestra propia época. Rodríguez ejemplifica la versión de un apostolado secular en defensa del logro de la mayoría de edad a través del sentido asignado por la educación como expresión de una de las características de modernidad política, el reconocimiento. Resulta que el movimiento de la Ilustración, iniciado por Inmanuel Kant (1784) y cuyo imperativo apuntaba al descubrimiento de la autonomía propia, tiene en el representante hispanoamericano y llamado también el primer maestro de América, un fiel seguidor de las ideas emancipatorias a través de la educación y del conocimiento. Serán los autores y representantes del pensamiento hispanoamericano más destacados de ese siglo XIX, admiradores y seguidores a su vez de Simón Rodríguez: Simón Bolívar, Domingo Faustino Sarmiento, José Martí, Andrés Bello y luego por supuesto en el siglo XX, Mariátequi, Paulo Freire, entre otros. Pensadores sociales que a través de sus obras intelectuales, literarias y de sus acciones revelaron el delgado pliegue o frontera entre lo político y lo social. Lo político se expresó como esa fuerza social que reivindicó la independencia como recurso fundamental del Estado moderno y lo social se manifestó en el campo de los imaginarios que asignaron valor y reconocimiento en términos de identidad y por ende de nacionalidad. 1.2. Lo político: sus pliegues y fronteras La política aparece vehementemente en nuestros lugares, en los medios, en el imaginario de la gente, en los escándalos más insospechados, pero también en los actos nobles y propositivos de la acción humana; en esas formas persistentes, tal vez tercas y desconcertadoras para los tecnócratas, para los insensibles y para aquellos que carecen de vocación por lo que hacen y que manifiestan incapacidad para
tener sencillez y humildad ante los otros y el conocimiento. Un fiel representante de esta dimensión de la política en un sujeto contemporáneo, en un actor social, en un maestro cercano, en un padre de familia, no tengo duda está en la figura, en la obra, en la vida y en la muerte de Hector Abad Gómez, maestro universitario defensor de la universidad pública y continuador de legados que vindican el papel docente como tarea esencial en el campo de los derechos humanos y asesinado precisamente por su vocación, por esa terquedad sencillamente humanista, crítica y defensora de los necesarios puentes entre conocimiento, educación y compromiso social. Veinte años después de su vil asesinato, su hijo escribe ese testimonio, esa memoria cada vez más en el olvido, de ahí el nombre de la obra6 . Recuperar estas nociones en una época en la que las discusiones académicas alrededor de la educación, la pedagogía y la formación integral olvidan los postulados fundamentales de esos campos esenciales como principios de acción para el mejoramiento de la vida. ¿Dónde quedan la crítica, el compromiso social y la apuesta por los valores éticos y políticos en la universidad? Hay que reconocerlo, estamos en épocas de sequía, los manantiales son añoranzas, pues el temor y la indiferencia llevan a que se evadan preguntas importantes para la educación en general. Existen innumerables definiciones de política, pero una de indiscutible valor y reconocimiento es la idea de que por política se alude a relaciones de poder. Por lo tanto, es común escuchar que saber es poder, idea que se prolongaría en el tiempo y traería referencias fundamentales para entender y asimilar cambios sociales suscitados fundamentalmente entre los siglos XVII y XX y las llamadas revolucio-
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Hay que reconocerlo, estamos en épocas de sequía, los manantiales son añoranzas, pues el temor y la indiferencia llevan a que se evadan preguntas importantes para la educación en general.
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nes burguesas7, periodo en el que se desarrollan y configuran los soportes políticos y económicos de la Modernidad, el Estado Nación y el capitalismo. Es a través de estos elementos anteriormente señalados de los que se desprende una pregunta: qué papel juega el conocimiento y la transmisión de éste para tan significativos cambios. En la medida en que se desarrollan las posibilidades de ser y de tener el individuo, las sociedades han podido pensar e incidir en su devenir. En otras épocas solo el soberano, rey o papa, eran los visores del futuro, sólo ellos tenían la potestad para la construcción de modelos de escuela y de sociedad; luego de esa transición del mundo simplificado como producto de la revelación se comprende que la soberanía en cuanto a la posibilidad y capacidad para incidir favorablemente sobre el futuro estaba en el poder obtenido por el conocimiento; he ahí una potestad y un fundamento de la modernidad. La política entendida desde este tópico no está separada de la actividad de la vida pública. Por el contrario, comprende todas las actividades de cooperación y de conflicto dentro de las sociedades. Así mismo la política se concibe como una actividad que permite a los individuos a través de sus discursos y sus acciones dar cuenta de su identidad, lo que le confiere el derecho de hacer parte de la esfera pública como escenario de intercambio y de encuentro con los otros para discutir y acordar en lo posible acerca del interés general.
2. El proceso de enseñanza y aprendizaje. Matices y problemas A partir de referencias y de planteamientos importantes del texto de los profesores Marina Quintero y Leonel Giraldo8, se parte del reconocimiento del valor del psicoanálisis y de la psicología para contribuir a la comprensión de la estructura, de la complejidad y de la importancia de la enseñanza y del aprendizaje, asunto planteado por los autores; sin embargo, será necesario agregar que no sólo estas disciplinas tienen que aportar, se requiere del acompañamiento de otros campos complementarios tales como la sociología, la ciencia política, la antropología para comprender al menos el valor social en términos de patrón vinculante de los actores y sujetos, el aspecto político a través de la mediación de intereses, propósitos y aspiraciones que definen conductas, comportamientos específicos en relaciones indiscutibles de poder y por último un sencillo
Así mismo la política se concibe como una actividad que permite a los individuos a través de sus discursos y sus acciones dar cuenta de su identidad, lo que le confiere el derecho de hacer parte de la esfera pública como escenario de intercambio y de encuentro con los otros para discutir y acordar en lo posible acerca del interés general.
y quizá muchas veces olvidado componente cultural en términos de conjunto de valores puestos en escena a partir de las otras dos dimensiones señaladas. La universidad en su conjunto representa un espacio, un referente vivencial en el que los actores asumen la tarea de transmitir o producir conocimiento, pero esa misma universidad también es un referente de la condición humana, es decir, somos ángeles y demonios, una máxima de Santo Tomás. La universidad y la educación es lo que nosotros definimos a partir de nuestras acciones. En las sociedades contemporáneas puede percibirse una dinámica en la que los procesos de formación están condicionados a unos imperativos estrictamente instrumentales, donde el conocimiento en sí mismo es una herramienta para el logro de fines y objetivos individuales o sectoriales enmarcados en un plano material, reflejado en las búsquedas o en los afanes de status, de enriquecimiento, o de sobrevivencia en un medio signado cada vez más por la competencia estomacal, pero también por las dificultades generadas por la escasez de recursos y de oportunidades para estar incluidos en la sociedad global. A la luz de esta problemática se puede deducir que en la actualidad, el conocimiento, la educación y la ética, se convierten también en instrumentos conducidos como facilitadores o como respaldos morales para acciones de mezquindad de muchos hombres y mujeres. No es extraño escuchar invocar la ética profesional como pretexto para presionar conductas serviles o de resignación ante situaciones arbitrarias por
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parte de directores, coordinadores o incluso colegas a la hora de enfrentar las divergencias. Por ello es indispensable hacer una lectura no efectista sino ra...las relaciones en el proceso de cional de la ética en contextos laborales de no sumienseñanza y aprendizaje no se sión, pero sí de respeto y de valoración a la labor del sustentan desde el conocimiento otro, a pesar de sus diferencias, siempre y cuando por su puesto, se responda a las misión de aportar al mediador, sino desde los menos en el campo de la educación al desarrollo del formalismos institucionales que conocimiento y de la labor docente. Habrá que estar dan cuenta en muchas ocasiones atentos a la intención de ciertos discursos éticos, del papel de los profesores como que como diría la filósofa española Victoria Camps, referente de autoridad y del papel se podría tratar simplemente de discursos hipócritas. de los estudiantes de un referente Siguiendo con el tema de la ética en los ámbitos de la enseñanza y del aprendizaje, específicamende obediencia. te en la universidad, ésta es asumida como el conjunto de principios generales que ayudan a determinar reglas de conducta; aquí nos encontramos con una serie de preguntas que interrogan sobre: ¿qué clase de acciones debo realizar y qué clase de acciones debo evitar? ¿Cuál es el compromiso nima es la de tomar herramientas teóricas que nos ayuden a interpretar las dificultades y las crisis de académico que debo asumir? la educación y de la universidad pública en particuLas preocupaciones por el comportamiento hular. La labor docente, la misión de la enseñanza en mano independientemente si se aborda desde la ficualquiera de sus niveles requiere de bases sólidas losofía, la educación o la política tiene un referente en relación a ese “yo quiero”, que sustenta uno de para el mundo occidental a partir del pensamiento los principios mínimos con los cuales configurar una clásico griego, con Platón y Aristóteles como sus acción decidida para apostarle a un conocimiento representantes más importantes. Platón daba vital transformador, sensible y comprometido con las neimportancia al conocimiento como herramienta al cesidades de los más desafortunados. servicio de los hombres, lo que le llevó a reivindicar Las condiciones concretas sobre las que se confila episteme –conocimiento por encima de la doxa–, gura la práctica académica en nuestro país, todavía opinión en la que aparecería la educación como ese lamentablemente tienen un soporte catequístico heejercicio metafórico de una luz en la oscuridad. Lueredado de la tradición hispanocatólica; las relaciones go de la muerte de Sócrates en el año 399 a.n.e y de en el proceso de enseñanza y aprendizaje no se susquien fuera Platón su discípulo más importante, este tentan desde el conocimiento mediador, sino desde emprendería a la edad de cuarenta años una serie de los formalismos institucionales que dan cuenta en viajes de los cuales a su regreso fundaría en Atenas muchas ocasiones del papel de los profesores como la “Academia”, un gimnasio situado en un parque referente de autoridad y del papel de los estudiantes dedicado al héroe Academo. Platón dirigiría la acade un referente de obediencia. Sin embargo, esas relademia hasta el día de su muerte, luego Aristóteles se ciones además en otros contextos se convierten más retiraría de la Academia y arrendaría unos edificios que en mediaciones enriquecedoras, en flujos concercanos al templo de Apolo Liceo, de donde proviene el nombre “Liceo”, atribuido a la escuela. Como flictivos de “autoritarismo” versus “desobediencia”. Habrá que agregar que los problemas en ese prose puede apreciar en ese contexto yace un referente que tiene más de dos mil años y en el que se ensalza ceso de enseñanza aprendizaje no se agotan en el el propósito persistente de la enseñanza como sueño sentido pedagógico y académico; allí tienen un papel y como proyecto de vida9 preponderante los procesos y criterios administratiPero ¿qué sentido tiene volver la mirada a tiempos vos, las prácticas institucionales, las consideraciones remotos y desempolvar el relato, la obra y la memo- compensatorias de pago a los docentes pero tamria de estos personajes? Nuestras crisis, las de nues- bién los imperativos de sobrevivencia de las comunitro tiempo, no encuentran respuesta sino constantes dades de estudiantes de escasos recursos. interrogantes y encrucijadas, por ello una labor mí—58—
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Sobre algunos de estos elementos señalaba Ernesto Sábato que ser hombre de conocimiento y de academia, no representa solamente una labor loable o positiva por el simple hecho de dominar a la perfección la técnica, la ciencia o la política, porque hay quienes teniendo esas habilidades podrían ser al mismo tiempo extraordinariamente bárbaros. Insistirá Sábato sobre una pregunta ¿cuál es el sentido del conocimiento cuando éste no nos alcanza para tener humildad y sencillez ante los triunfos y coraje y valentía ante las desgracias?10 De modo que para caracterizar y hablar de los matices tanto de los docentes como de los estudiantes, actores centrales del proceso enseñanza aprendizaje, donde el docente también aprende y el estudiante también enseña, comprende situaciones que van más allá de la educación como proyecto y de la pedagogía como estrategia; en este sentido habrá que incorporar elementos siempre de responsabilidad individual y de moral pública, lo que cobija a los distintos actores. Otro autor que sirve de referencia para fundamentar esta idea de profundización sobre los elementos vinculantes que inciden en la educación y particularmente en ese proceso de enseñanza- aprendizaje, es Karl Popper, quien plantea unos principios importantes a tener en cuenta en el proceso formativo: 1.El principio de la falibilidad, quizá yo esté equivocado y quizá usted tenga razón, pero desde luego, ambos podemos estar equivocados. 2. El principio del diálogo racional. 3. El principio de acercamiento a la verdad a través del debate11. Tres formas de entretejer una concepción que es útil pero no determinante, la invitación popperiana apunta al reconocimiento de las diferencias, de las otras posibilidades, de la autocrítica como aceptación de las propias limitaciones.
3. El papel político de la educación y el componente educativo de la política Si partimos del reconocimiento de que poder tiene que ver con la capacidad de ejercer influencia e incidir en la voluntad de otro u otros y si la política alude a relaciones de poder, entonces todo acto educativo lleva implícito y explícito un componente político. No se trata sólo de reconocer en el acto educativo los elementos de mediación que imprimen interrelación, sino además, entender que como acto y como proceso es un ejercicio permanente al que le caben mejoras, sugerencias y cuestionamientos pro-
Si partimos del reconocimiento de que poder tiene que ver con la capacidad de ejercer influencia e incidir en la voluntad de otro u otros y si la política alude a relaciones de poder, entonces todo acto educativo lleva implícito y explícito un componente político.
fundos cuando se trata de procesos alejados de los propósitos misionales de la escuela como institución social. Un ejemplo palpable es el de la crisis de las universidades públicas, la amenaza permanente a las condiciones mínimas para el cumplimiento de tareas encaminadas a responder a la necesidad de grupos poblacionales que requieren de la subsidiaridad para acceder a la formación profesional, pero también las arbitrariedades provenientes de la indolencia, es decir, no dolencia con lo que queda de espacio, de respeto y si se quiere de libertad para exigir además de educación profesional, educación integral. De modo que este es un conjunto de situaciones que tienen efectos implacables sobre la educación como sistema y sobre lo que le comprende en un sentido profundamente polivalente. En este orden de ideas, el concepto de formación integral ha sido tratado por prestigiosos pedagogos, pero también por pensadores sociales quienes han apuntado a los ideales de una educación que enseñe no sólo técnicas, artes, historias, habilidades o destrezas, sino además, a saber implementar y aplicar esos conocimientos y saberes en direcciones útiles para el conjunto de la sociedad. De una manera muy puntual Simón Rodríguez decía: “Enseñen y tendrán quién sepa, eduquen y tendrán quién haga”12 Realmente podría entonces agregarse que formen y tendrán quien tenga además capacidad de discernimiento. Es una especie de incorporación de variables que evalúan el conocimiento como herramienta relativa dependiendo del uso que se le dé…
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El concepto de formación integral ha sido tratado por prestigiosos pedagogos, pero también por pensadores sociales quienes han apuntado a los ideales de una educación que enseñe no sólo técnicas, artes, historias, habilidades o destrezas, sino además, a saber implementar y aplicar esos conocimientos y saberes en direcciones útiles para el conjunto de la sociedad.
Desde mediados del siglo XIX, el positivismo como postulado optimista en relación al futuro de la humanidad, hizo del conocimiento un instrumento de garantía para la felicidad y el bienestar general. Allí están los aportes de una teoría sociológica clásica en cabeza de Augusto Comte, padre fundador además de la sociología. No obstante, se demostrará con suficiente fundamento que paradójicamente en momentos de mayor desarrollo y alcance del conocimiento en términos científicos y técnicos se propiciaron las condiciones de autodestrucción de la condición humana, esa es la llamada “era de las catástrofes”, como caracterizará Eric Hobsbawn el periodo entre guerras, 1914-1945.13 Entre los siglos XVII y XIX, es decir desde “la reconstitución clásica del saber” hasta el período de la “contrailustración”, el conocimiento se mueve de raíces profundamente trascendentales en el sentido de un saber o conocimiento producto de la revelación y no de la investigación o experiencia, a la aceptación precisamente de que el conocimiento es una construcción racional, sensible y profundamente humana, no sacra. Si bien es con Descartes con quien la duda como principio metódico se incluye en los presupuestos teóricos de la ciencia, tendrá que pasar algún tiempo para que el positivismo como principio rector defina un optimismo sin precedentes en relación a los logros a obtener en la medida en que las sociedades avancen científicamente. Es decir, esa idea según la cual el conocimiento nos salvará. Elementos que sirven de referencia en un sentido histórico y estructural para comprender mejor que lo
“aprehendido” no es, ni será suficiente para generar resultados positivos para el hombre en sentido individual y colectivo. Por lo tanto, entender la formación integral cruza por la comprensión histórica en un sentido amplio y por supuesto crítico. La formación integral ha sido definida como “el proceso de socialización del estudiante, que afina su sensibilidad mediante el desarrollo de sus facultades artísticas e intelectuales, contribuye a su desarrollo moral y abre a su espíritu al pensamiento crítico”14. De modo que se alude entonces a un proceso que toma al estudiante no sólo en la formación profesional, sino que además lo toma como persona, como ser humano; lo que es consecuente particularmente con una de las misiones de la universidad pública, dado que es allí donde se dice y se reitera que la universidad debe formar primero buenos ciudadanos antes que buenos profesionales. Ahora, la formación de ciudadanía como componente de la formación integral, termina por fundamentar de manera más puntual y si se quiere más explícita la relación educación y política, al menos desde el enfoque de este escrito, desde el cual se pretende como se ha dicho desde el principio, aportar a una discusión que es vigente y tal vez de mucha urgencia en momentos en que experimentamos procesos de despolitización de la educación y de la política misma. Hoy nos aventuramos a decir que la universidad debe formar bien a los estudiantes, pero ¿y los profesores están bien formados? No es posible formar buenas personas, buenos ciudadanos si quienes intervienen en ese proceso en condición de guías, de acompañantes, de suscitadores de necesidad de conocimiento no se asumen igualmente como sujetos que deben cumplir con algo más que una simple responsabilidad laboral. Del mismo modo el movimiento institucional vincula a actores administrativos, a agentes de gobierno, a padres de familia, a jóvenes como circuitos de un sistema integral, sin estos circuitos en términos de actores comprometidos con el papel de la universidad y con el aporte substancial para una mejor sociedad, no se dejará de aludir a meras aporías. A manera de conclusiones Para terminar, la formación integral es uno de tantos eslabones que vincula la educación con la política, porque la política es también un elemento
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Hoy nos aventuramos a decir que la universidad debe formar bien a los estudiantes, pero ¿y los profesores están bien formados? No es posible formar buenas personas, buenos ciudadanos si quienes intervienen en ese proceso en condición de guías, de acompañantes, de suscitadores de necesidad de conocimiento no se asumen igualmente como sujetos que deben cumplir con algo más que una simple responsabilidad laboral.
NOTAS
que permite descifrar una de las frontera más frágiles y vitales a su vez de la condición humana, es allí donde el conflicto como consecuencia de la concurrencia de distintas miradas genera un necesario acercamiento, en relación a un acuerdo como requisito para poner en marcha proyectos, programas y procesos que den cuenta de intenciones que de modo general o de modo parcial respondan a intereses comunes. La universidad particularmente debe dirigir permanentemente la mirada a los retos y problemas presentes. Uno de ellos es el de la formación política; sin formación política de los estamentos, las directivas, los docentes, los estudiantes, será imposible la formación integral. Hace algún tiempo, a mediados de los años ochenta se empezó a hablar de la crisis de los paradigmas, período de desencanto con las teorías y con las referencias utópicas que sostienen el valor del conocimiento y su función social. Queda una sensación en estos años de inicio de siglo XXI, de bruma o acertijo, con la cual, cada quien debe evaluar el contenido social y político de lo que hace, esa es la invitación con la que se debe iniciar para poder proponer tareas y acciones que vinculen lo social y lo cultural como el escenario propicio de la política. Esto porque se ha dicho que hoy en día lo político, está más inmerso en estos dos escenarios que en el tradicional espacio institucional estatal. Por lo tanto, la educación se encarama vertiginosamente, como en otros tiempos, en un propicio espacio para seguir soñando y más aún, para encaminar las decisiones y las acciones que le aporten de la mejor manera, a una sociedad convulsionada.
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1 Edgar Morin. “La agonía planetaria”. En revista colombiana de psicología. N° 3, Universidad Nacional de Colombia, 1994, Pág. 29-33. 2 Oscar Picardo Joao. Pedagogía informacional: enseñar a aprender en la sociedad del conocimiento. En: http://www. ufg.edu.sv/ufg/theorethikos/Enero02/pedagogia.html
Para ver estas teorías consultar a Niclas Luhmann “La sociedad sin hombres”. Antrhopos, 1995. Además ver diversos textos de David Easton, politólogo norteamericano. El primero tiene elementos filosóficos y sociológicos y el segundo está inscrito en la relación de los social y lo político como dicotomía estratégica en la dirección del análisis.
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4 Inmanuel Wallerstein. Abrir las Ciencias Sociales. Buenos Aires, Editorial Siglo XXI, 2003. Pág. 17
Las ideas de Simón Rodríguez para enseñar a pensar. Cita de Eduardo Galeano en: Memoria del fuego. II Las caras y las máscaras. Bogotá, Siglo XXI editores, 1990, pag 161.
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6 . Hector Abad Faciolince. El olvido que seremos. Bogotá, editorial Planeta, 2006
Eric Hobsbawn. La era de la revolución. Barcelona, editorial Crítica, 2001.
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8 Marina Quintero, Juan Leonel Giraldo. La enseñanza y el aprendizaje en la perspectiva de la formación. Universidad de Antioquia, 2005.
Giovanni Reale y Dario Antiseri. Historia del pensamiento filosófico y científico. Barcelona, Herder, 1991, T1, pág. 161.
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10 Entre la letra y la sangre. Conversaciones con Carlos Catania. Bogotá, Planeta, 1989, pág.101 11 Karl Popper. El conocimiento de la ignorancia. Discurso Universidad Complutense de Madrid. 12
Eduardo Galeano, Op cit
13 Eric Hobsbawn. Historia del siglo XX. Barcelona, Editorial Crítica, 1998. 14 George Steiner. Pasión intacta. Bogotá, Norma, 1997, pag 48.
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Memoria y resistencia Por Adolfo Pérez Esquivel Escritor argentino. Premio Nobel de Paz
Han transcurrido 31 años de resistencia y reclamos por Verdad y Justicia en la lucha contra la dictadura militar, la impunidad y por la vigencia de los derechos humanos. Y es necesario hacer un alto en el camino y un balance de los avances, retrocesos y problemas frente a los nuevos escenarios y desafíos que se presentan en la situación actual que vive nuestro pueblo. Se han producido fuertes cambios en el escenario nacional e internacional. […] Siempre es un aprendizaje la capacidad de diálogo, saber escucharse unos a otros a fin de construir y marchar juntos, fortalecer la memoria colectiva y recordar a las víctimas del golpe de Estado por las FF.AA., en 1976, nefasto período vivido hasta 1983, con un proyecto de destrucción y muerte. A la vez es necesario reconocer que en los últimos años se han dado pasos positivos; el gobierno supo escuchar el reclamo de la sociedad y tuvo la voluntad política para terminar con la impunidad y asumir la responsabilidad de impulsar los juicios a los represores que
La diversidad es la gran riqueza de los pueblos que permiten el fortalecimiento del hacer democrático; es importante llegar a consensos y tener claro los objetivos y propuestas para superar los problemas existentes y fortalecer la vigencia integral de los derechos humanos.
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violaron los DDHH. Un hecho positivo reciente fue la firma en París de la Convención sobre la Desaparición Forzada de Personas, aprobada por las Naciones Unidas. En esa dirección es necesario apoyar la decisión política del gobierno, que por otra parte es su obligación. Llegar a esa instancias, es el fruto de largos años de lucha de las organizaciones nacionales e internacionales que promovieron a ese alto organismo para lograr que se concrete la Convención sobre la Desaparición Forzada de Personas, sumándose y fortaleciendo los instrumentos jurídicos promulgados por ese alto organismo, pactos, protocolos y convenciones internacionales que los Estados miembros están obligados a respetar y hacer respetar. Sin embargo, en cuanto a los Derechos Humanos, hoy en el país queda un largo camino por recorrer, donde el Estado de Derecho sea una realidad. Vivimos en un país plagado de dificultades y a pesar de algunas medidas gubernamentales se continúa cometiendo graves violaciones de los derechos humanos. El gobierno nacional y los provinciales no pueden quedarse en el pasado reciente, necesitan generar políticas sociales de prevención y protección de los DDHH en particular para superar los graves problemas que viven los sectores sociales más vulnerables, victimas de la violencia y las injusticias. Un hecho que duele a la sociedad y que exige esclarecimiento y castigo a los responsables es el secuestro y desaparición del testigo Julio López, de quien, desde hace más de seis meses hasta la fecha no se tiene noticias de su paradero. Situación preocupante y dolorosa que pone en evidencia que, remanentes de los grupos de tareas de la dictadura militar, continúan vigentes y que en su accionar en las sombras buscan paralizar a través del miedo a testigos y a la población, a fin de evitar la continuidad de los juicios. Si bien las consignas y luchas se mantienen como eje motivador del derecho a la Verdad y Justicia, juicio y castigo a los responsables, los escenarios, dinámica, y alianzas, en la realidad social han cambiado. En este contexto y como todos los años, se están organizando diversas marchas y actos, algunas partirán desde el Congreso Nacional hasta la Plaza de Mayo. Otras han optado por diversos recorridos en la Capital Federal como en el interior del país, sumándose el apoyo y solidaridad
En la resolución del juicio al ex comisario represor Etchecolatz, el Tribunal determinó como “genocidio” los delitos cometidos en la Argentina, durante la dictadura militar. Esta figura jurídica marca un hecho trascendente en la jurisprudencia del país. La Desaparición Forzada de personas es un delito determinado como “crimen de lesa humanidad”, que no prescribe en el tiempo y que la Convención sobre la Desaparición Forzada de Personas reafirma.
de grupos y organizaciones en otros países. La diversidad es la gran riqueza de los pueblos que permiten el fortalecimiento del hacer democrático; es importante llegar a consensos y tener claro los objetivos y propuestas para superar los problemas existentes y fortalecer la vigencia integral de los derechos humanos. Es necesario debatir y profundizar situaciones que generan preocupación, por ejemplo, la dispersión de las causas judiciales. Si bien se avanzó en la apertura de los juicios, al paso actual se tardaría muchos años en lograr que se lleven a cabo, por lo tanto es necesario dar pasos superadores y positivos que permitan construir estrategias. En la apertura de sesiones del Congreso Nacional, el Presidente de la Nación reclamó a la justicia celeridad, en especial a la Cámara de Casación que es donde quedan frenadas las causas. Es necesario fortalecer acciones para lograr la aceleración de las causas y la unificación por región, (es necesario consultar con juristas para analizar su viabilidad) evitando formas que lleven a la dispersión y que neutralicen los juicios. Caso contrario, las buenas intenciones se perderán en el laberinto de la impunidad. En la resolución del juicio al ex comisario represor Etchecolatz, el
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Tribunal determinó como “genocidio” los delitos cometidos en la Argentina, durante la dictadura militar. Esta figura jurídica marca un hecho trascendente en la jurisprudencia del país. La Desaparición Forzada de personas es un delito determinado como “crimen de lesa humanidad”, que no prescribe en el tiempo y que la Convención sobre la Desaparición Forzada de Personas reafirma. Entre las asignaturas pendientes que requieren un análisis más profundo a fin de clarificar y superar las dificultades generadas en la marcha del año 2006, está la lectura de un documento que no fue consensuado por todas las organizaciones participantes. Las tensiones provocadas por dicho documento generaron problemas entre las organizaciones y organismos de DDHH participantes. Se sumó a estos problemas la intencionalidad y presiones del gobierno de capitalizar y manipular la marcha, como también pretender apropiarse de la política de los derechos humanos. Esta situación ha dejado un sabor amargo y problemas no resueltos. En esta fuerte dinámica de cambios sociales y re-acomodamientos es evidente que existen alianzas entre el gobierno y algunos organismos de DDHH, son decisiones políticas que algunas organizaciones asumieron. Otros organismos no comparten la misma visión y objetivos de buscar alianzas con el gobierno ya que consideran que es conveniente mantener su independencia de todo gobierno de turno, quien debe respetar la autonomía de las organizaciones. La intervención y manipulación por parte del gobierno en las marchas, no ayuda a la construcción de políticas de DDHH y daña el derecho de independencia de las organizaciones. Es necesario recordar que todo gobierno tiene la responsabilidad de cumplir y hacer cumplir los DDHH amenazados hoy en nuestro país, en muchas provincias. Es obligación indeclinable del Estado. Es necesario tener presente que son los gobiernos los que violan los derechos humanos y por lo tanto los mismos no pueden ser juez y parte. Las organizaciones sociales y organismos de DDHH son los controladores para lograr el cumplimiento de los derechos sociales. Esto no significa ser “enemigo del gobierno”, es necesario el diálogo, las propuestas y colaboración entre los distintos estamentos oficiales; ayudar y contribuir en políticas de DDHH en su integridad y
a la vez ser críticos y reclamar solución a los problemas cuando las autoridades violan los derechos de las personas y el pueblo. La obsecuencia es un camino hacia ningún lado y termina en el descrédito. El gobierno debe respetar el derecho de independencia de las organizaciones y no buscar manipularlas y condicionarlas a sus intereses. Muchos años de lucha, capacidad de resistencia social e independencia de los gobiernos, dieron credibilidad y fuerza a la vigencia de los derechos humanos. Queda un largo camino a recorrer y es necesario trabajar en la construcción social y poder evaluar junto a los sectores populares cuales son los caminos y opciones a seguir. […]No hay que confundir los objetivos que lleven a enfrentar organizaciones del pueblo entre si; muchas veces ponen pobres contra pobres. Están aquellos que buscarán las divisiones y enfrentamientos sociales. Resistir con esperanza y dignidad para continuar la lucha por la vida, la dignidad de las personas y el derecho de nuestro pueblo. Estamos en camino.
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Buenos Aires, 3 de marzo del 2007
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Éticas de la democracia Por Miguel Giusti Profesor e investigador. Pontificia Universidad Católica del Perú
Antes de iniciar mi conferencia, deseo expresar mi agradecimiento a la Rectoría y al Instituto de Filosofía de la Universidad de Antioquia por haberme invitado a participar en esta Cátedra Pública sobre temas de democracia. A la Universidad de Antioquia me une un ya viejo vínculo de amistad y cooperación, gracias al cual mi universidad, la Pontificia Universidad Católica del Perú y la Universidad de Antioquia, hemos podido poner en marcha, a lo largo de los últimos años, varios proyectos filosóficos de carácter académico y editorial, y todo hace suponer que esta cooperación se va a incrementar en los próximos años. Me siento, pues, honrado de poder intervenir en la Cátedra el día de hoy, y al mismo tiempo me alegro de poder así contribuir a estrechar nuestras relaciones personales e institucionales.
El tema del que deseo hablarles es, como se ha anunciado, “Éticas de la democracia”. Permítanme que comience con la siguiente afirmación: No hay democracia sin ética. Hay, sí, ética sin democracia, pero no democracia sin ética. Este comienzo un tanto intempestivo va a servirme como propuesta de una primera reflexión sobre la relación asimétrica que existe entre la ética y la democracia. Es seguramente una reflexión familiar para muchos, pero que conviene recordar para entrar así paulatinamente en materia, para crear en cierto modo un escenario conceptual en el que podamos luego ver aparecer a los personajes principales. Puede haber, decía, una ética sin democracia, es decir, una ética no democrática. Pero lo que no puede haber, en sentido riguroso, es una democracia o algún otro régimen político privados de un sustento ético. La ética es una concepción valorativa de la vida, un sistema de creencias o una escala de valores socialmente compartidos, que animan la interpretación
Cátedra Pública. Teatro Universitario Camilo Torres, Ciudad Universitaria. Medellín, agosto 2006
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La democracia es un producto de la modernidad occidental y no puede entenderse sin que se tomen en consideración las transformaciones ocurridas en las concepciones éticas que le sirven de fundamento. Puede haber pues éticas no democráticas, pero no puede haber una democracia sin ética. A esto me refería al mencionar la relación asimétrica que existe entre estos dos conceptos.
de la realidad y que subyacen a las diferentes formas de organización institucional que una sociedad decide darse. Concepciones éticas en este sentido ha habido, naturalmente, muchas, pues todos los seres humanos, en todas las épocas y lugares, participamos de algún sistema de creencias morales que da sentido y pone orden a nuestra acción en el mundo. Pero, como es también evidente, no todas las concepciones éticas han sido democráticas: las hay jerárquicas, aristocráticas, fundamentalistas, patriarcales, colectivistas. La democracia, por su parte, es una concepción política sobre el gobierno de la sociedad que, como todos los sistemas políticos, reposa sobre una definición de lo que somos como individuos y de los derechos y los deberes que nos corresponden como tales, es decir, reposa sobre una concepción ética. La democracia es un producto de la modernidad occidental y no puede entenderse sin que se tomen en consideración las transformaciones ocurridas en las concepciones éticas que le sirven de fundamento. Puede haber pues éticas no democráticas, pero no puede haber una democracia sin ética. A esto me refería al mencionar la relación asimétrica que existe entre estos dos conceptos. Antes de continuar, y para evitar quizás una cierta confusión que pueda haberse producido con este comienzo intempestivo, quisiera hacer una breve aclaración conceptual. Sucede que cuando empleamos la palabra “ética” en el lenguaje cotidiano, solemos identificarla a una buena conducta. Decimos, por
eso, por ejemplo, que una persona o que un comportamiento son “éticos” queriendo dar a entender que son buenos, y, viceversa, cuando queremos indicar que no lo son, es decir, que son malos, decimos entonces que “no son éticos”. Este uso del término, que tiene naturalmente plena justificación en el lenguaje cotidiano, no corresponde en realidad al uso técnico o a la acepción restringida de la palabra. “Ética”, en sentido estricto, es, como decíamos hace un momento, una concepción valorativa de la vida o un sistema de valores, y ello significa que la ética comprende no solo las buenas sino también las malas conductas, o, para decirlo con mayor precisión, que la ética es un criterio de selección o de discriminación entre ambas. Quizás ahora se entienda mejor por qué decía que puede haber concepciones éticas que no sean democráticas –porque es claro que puede haber sistemas de valores que no consideren a la democracia como un valor importante–, y espero que se entienda también mejor por qué la democracia, como sistema de gobierno, no puede existir sin una ética –porque no puede existir sin una concepción valorativa de la vida ni sin un sistema de valores que le sirvan de sustento–. Sobre la base, pues, de esta reflexión -de este escenario conceptual- preguntémonos ahora entonces cuál es esa ética que necesariamente sirve de sustento a la democracia. No es fácil responder a esta pregunta, porque, como seguramente sabemos o intuimos, la democracia no reposa sobre una ética unívoca, sino más bien sobre un conflicto de concepciones éticas. Concentraré por eso mi atención en buscar una respuesta adecuada a la cuestión del sustento ético de la democracia. Y lo haré en una secuencia de tres pasos, o de tres tesis, que me servirán también para dividir esta conferencia. En la primera parte expondré la concepción ética de la democracia actualmente más difundida en América Latina, luego del triunfo del neoliberalismo; a ella me referiré, en términos técnicos, como al “modelo normativo liberal de la democracia”. En la segunda parte, presentaré una serie de objeciones que pueden plantearse a dicho modelo, y que muestran sobre todo las contradicciones teóricas y prácticas en las que puede incurrir, especialmente cuando tomamos en consideración la historia reciente de nuestras democracias. Finalmente, en la tercera parte, me referiré a una concepción ética distinta y alternativa de la democracia, basada en el valor de la solidaridad. Esta concepción es conocida, en tér-
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minos técnicos, como el “modelo normativo republicano de la democracia”. Defenderé, aun a riesgo de parecer utópico, este ideal de democracia, con la convicción de que es el ideal moral que más falta nos hace en América Latina. Para expresar en términos polémicos mi primera tesis, diré que la ética de la democracia puede ser, y lo es de hecho en muchos lugares, una ética del individualismo y la desintegración social. No me estoy refiriendo, por cierto, a uno que otro efecto secundario de la organización democrática de la sociedad, sino a lo que he llamado la concepción ética, es decir, el sistema de referencias morales que sostiene al régimen político de la democracia. El núcleo de esta concepción ética de la democracia es la idea de la libertad del individuo. Lo que nos iguala a todos los seres humanos, lo que legitima la simétrica distribución de deberes y de derechos que este régimen político implica, es el hecho de que somos concebidos como individuos autónomos, independientes y aislados unos de otros, capaces, cada uno por su propia cuenta, de decidir sobre los ideales o los intereses que deseamos perseguir. Este es el valor moral central sobre el que reposa la democracia o, al menos, esta primera concepción de la democracia. La familia, la sociedad, el Estado, más en general: todos los lazos culturales o comunitarios que puedan formar parte de nuestra vida, son secundarios, irrelevantes y hasta obstaculizadores de nuestra libertad individual. Porque ser libres es justamente ser libres de todo eso: de la tradición, de las convenciones, de las instituciones, de los otros individuos. Con razón ha llamado Isaías Berlin a esta idea de libertad la “libertad negativa”. Es “negativa” en el sentido en que ella se define más por lo que rechaza que por lo que afirma. Lo que afirma es tan sólo la capacidad de decisión del individuo, instancia última de definición de la realidad, y lo que rechaza es la sujeción a cualquier dependencia. La libertad negativa es una libertad individualista, atomista, esencialmente desvinculada de las representaciones colectivas que suelen caracterizar a las identidades grupales o culturales. Si el eje de esta concepción ética es la idea de la libertad individual, entonces no es más que una consecuencia sostener que el Estado debe estar al servicio del individuo, o de la persona, lo que en buena cuenta significa que debe garantizar el libre despliegue de los intereses particulares en la sociedad. La libertad del individuo se traduce por eso en el libre ejercicio de la iniciativa privada, la sociedad
La familia, la sociedad, el Estado, más en general: todos los lazos culturales o comunitarios que puedan formar parte de nuestra vida, son secundarios, irrelevantes y hasta obstaculizadores de nuestra libertad individual. Porque ser libres es justamente ser libres de todo eso: de la tradición, de las convenciones, de las instituciones, de los otros individuos. Con razón ha llamado Isaías Berlin a esta idea de libertad la “libertad negativa”. Es “negativa” en el sentido en que ella se define más por lo que rechaza que por lo que afirma.
en el juego de las fuerzas del mercado, el Estado es el garante de los beneficios que puedan obtener allí los individuos. El punto de vista del individualismo establece una jerarquía entre los intereses privados y las instituciones políticas, de acuerdo a la cual le corresponde a éstas últimas -a las instituciones políticas- la función de regular y administrar la división del trabajo que se genera espontáneamente por acción de los intereses de los individuos en la sociedad. Esto lo afirman también muchas de nuestras constituciones políticas desde su inicio, y con una fórmula sumamente ambigua, que dice precisamente que el valor supremo de la sociedad y del Estado es la persona humana. ¿Quiere decirse con esto acaso que es el interés privado el que da sentido a la vida social y política? ¿Que la función del Estado consiste en garantizar los beneficios de este “individualismo posesivo”, como lo llama el filósofo canadiense C.B. Macpherson? Cuando vemos, además, que se deja en manos del mercado la regulación de la producción, de la asignación de recursos, del desarrollo regional, de la educación y hasta de la cultura, lo que se está haciendo, en realidad, es aplicar y promover esta concepción ética de la democracia que hace de la libertad y la iniciativa privadas el eje de la vida social. Además de la libertad individual y de la subordinación del Estado a los intereses privados, esta concepción ética de la democracia promueve también la desarticulación o la desvalorización de las formas
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Si de esta manera, por la introducción indiscriminada del mercado, se llega a producir la desintegración de las comunidades culturales nativas, o si se pierden algunas de sus tradiciones, ello habrá de ser considerado como el costo inevitable del progreso y de la inserción en las redes económicas de la modernidad democrática.
premodernas de organización social, familiar, religiosa o cultural. Este rasgo, que yo estoy expresando aquí en términos negativos, se formula naturalmente también en términos éticos positivos cuando se elogia la movilidad social derivada de la división del trabajo, cuando se defiende la autonomía del individuo en contra de los lastres de su tradición y cuando se considera como un ideal el que cada campesino pueda convertirse en consumidor, empresario o accionista. Si de esta manera, por la introducción indiscriminada del mercado, se llega a producir la desintegración de las comunidades culturales nativas, o si se pierden algunas de sus tradiciones, ello habrá de ser considerado como el costo inevitable del progreso y de la inserción en las redes económicas de la modernidad democrática. A este rasgo peculiar de desarticulación indirecta de la cohesión cultural por obra del mercado se le ha dado en llamar el “carácter transgresor de la democracia moderna” (Albrecht Wellmer). Finalmente, un último rasgo de esta concepción ética de la democracia que estoy comentando es su defensa consecuente de la neutralidad valorativa o del relativismo moral. Se trata, también en este caso, de un rasgo complementario de los anteriores. Porque, si el valor central de esta concepción es la libertad individual, y si las instituciones políticas son concebidas como medios al servicio de los intereses del individuo, entonces corresponderá al individuo solo decidir cuál ha de ser su propia escala de valo-
res morales -bajo el supuesto, naturalmente, de que ésta no interfiera en la escala de valores de los otros individuos. La privacidad no es entonces sólo una característica de las iniciativas y de los intereses, sino lo es también de la elección de los valores morales. En este modelo de democracia se promueve y se cultiva el relativismo moral, el cual debe ser a su vez garantizado por la deliberada neutralidad valorativa del Estado. El relativismo moral de la sociedad democrática no es pues en modo alguno un desarrollo defectuoso o una patología del sistema, sino, muy por el contrario, una forma moralmente genuina de defender el derecho de todos los individuos a ejercer su libertad, cada cual como mejor le parezca. Por la peculiar exaltación del relativismo que ello implica, Christopher Lasch ha caracterizado a este modelo de democracia con el nombre de “la cultura del narcisismo”. Lo ha hecho, naturalmente, con una intención polémica, pero apoyándose sobre la reflexión que venimos haciendo, a saber: que el relativismo moral implícito en la democracia es la expresión consecuente del ideal personalista y egocéntrico que convierte a la autorrealización del individuo en el valor principal de la vida y que prescinde, por definición, de todos los vínculos comunitarios o solidarios con los otros individuos. Este narcisismo, que posee un carácter no sólo moral sino igualmente estético, ha llegado a fusionarse de tal modo con nuestros hábitos de comportamiento, que ya podemos hablar de él como un hecho cultural. Es la cultura del narcisismo, levantada sobre las bases del ideal de la libertad negativa. Hasta aquí llega mi primer punto, o mi primera tesis, que ha consistido en sostener que la ética de la democracia puede ser una ética del individualismo y la desintegración social. No es, naturalmente, la única concepción ética posible como sostén de la democracia. Pero es, sí, la más difundida y la que se ha pretendido difundir en nuestros países desde que se ha producido el triunfo del neoliberalismo. Entre los especialistas en filosofía política, ella se conoce hoy en día como el modelo normativo liberal de la democracia. Es un modelo normativo, ético, porque establece una jerarquía de valores que prefigura la orientación que deben tomar las reglas del juego político. Es un modelo liberal porque concibe a la concertación política en función de los mecanismos económicos del mercado, y éstos a su vez en función de los intereses privados de los individuos. La
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Es obvio, hoy más que nunca, las decisiones tomadas en los centros financieros, o en las grandes potencias, o en el seno de los nuevos organismos de integración regional, tienen repercusiones decisivas sobre la vida económica, social o política de muchos pueblos de la tierra.
democracia puede basarse pues sobre la concepción ética del liberalismo, y la defensa de la democracia puede también identificarse indirectamente con la defensa de este sistema económico. De esto han querido convencernos los intelectuales orgánicos del liberalismo, como Francis Fukuyama, y esto nos lo han impuesto además en la práctica, los administradores del sistema económico liberal afincados en las grandes financieras internacionales. La implantación del liberalismo en nuestro continente ha influido notoriamente sobre el modelo de democracia que finalmente ha llegado a instaurarse. Con él, nos ha sido transmitida igualmente la ética del individualismo y la cultura del narcisismo. Pero el liberalismo es, como todos sabemos, éticamente incestuoso. Esta es mi segunda tesis, que paso enseguida a desarrollar. El liberalismo es éticamente incestuoso porque se ha acostumbrado a vivir violando los principios que le sirven de fundamento y que le dan legitimidad. Los transgrede de diversas maneras, a nivel nacional y a nivel internacional; los viola por exceso y los viola también por defecto de sus reformas liberales. Como acabamos de ver, la concepción ética de la democracia liberal presupone como uno de sus principios fundamentales la igualdad de los individuos. Los miembros ideales de una sociedad liberal son justamente sólo eso: «individuos», no peones ni terratenientes, no blancos ni cholos, no católicos ni judíos, ni siquiera hombres o mujeres, sino sólo «in-
dividuos», es decir, sujetos racionales con intereses propios y capacidad de decisión. Esta igualdad es la fuente de legitimación del liberalismo, pues es sólo gracias a ella que puede justificarse el conjunto de leyes que ordena la estructura económica, el régimen de propiedad o el sistema educativo de una sociedad compuesta de individuos. En la práctica, sin embargo, el liberalismo suele violar el principio que le otorga legitimidad. Ello se debe a que el liberalismo no necesariamente crea las condiciones que él mismo presupone. Ocurre más bien que, cuando se implanta sobre una base social de discriminaciones ancestrales, el modelo liberal puede perpetuar las injusticias de la sociedad e impedir incluso una redistribución de la riqueza más acorde con sus propios principios igualitarios. En una sociedad tradicionalmente racista y desintegrada, el sistema liberal puede tener el efecto contraproducente de acentuar las desigualdades. Para decirlo en otros términos: el liberalismo puede implementarse en las relaciones económicas sin que ello implique una liberalización de las relaciones sociales y pese a que ésta última es la fuente de legitimidad de la primera. Y otro tanto puede ocurrir, como bien sabemos, con la separación entre la libertad económica y la libertad política. Es decir, puede aplicarse una política económica neoliberal que no vaya acompañada de una mayor participación de los individuos en los mecanismos de regeneración del poder legítimo, pese a que es esta participación la que legitima en última instancia la implementación de las políticas neoliberales. A nivel internacional, el carácter incestuoso de la ética liberal se expresa al menos de dos maneras. De un lado, la sociedad democrática contemporánea transgrede el principio según el cual la legitimidad de las decisiones políticas debe reposar sobre la participación y el asentimiento de todos los involucrados, en la medida en que prescinde de la opinión de las grandes mayorías de los países de la periferia respecto de las grandes decisiones políticas, económicas o jurídicas que regulan en buena cuenta la vida internacional. Es obvio, hoy más que nunca, las decisiones tomadas en los centros financieros, o en las grandes potencias, o en el seno de los nuevos organismos de integración regional, tienen repercusiones decisivas sobre la vida económica, social o política de muchos pueblos de la tierra. En sentido estricto, desde el punto de vista de la legitimación democrática del sistema político internacional, esas decisiones deberían contar con el asentimiento de
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los involucrados. Como éste no es, naturalmente, el caso, el sistema político internacional vive incumpliendo uno de sus principios fundamentales. Esta situación se agrava aun más cuando se tienen en cuenta las transformaciones políticas a las que ha conducido el proceso de globalización. Porque uno de los efectos principales de este proceso es justamente el desplazamiento, o incluso la desaparición, de las instancias de decisión política a nivel internacional. La globalización es un proceso principalmente económico que ha ido imponiendo relaciones sistémicas en el mundo entero, al mismo tiempo que ha ido restándole atribuciones políticas a los estados nacionales. En este contexto, resulta cada vez más problemático el principio o el derecho de la participación democrática en las decisiones políticas, que es, sin embargo, uno de los principios de legitimación del propio orden internacional. De otro lado, es fácil constatar que también a nivel internacional se viola el principio de la igualdad que sirve de fundamento al propio sistema democrático liberal. Es más, la injusticia de facto del orden económico y el orden político internacionales se suele encubrir por medio de un discurso moral que legitima la posición de dominio de algunos países. Por el carácter formal que poseen, los principios del liberalismo sólo tienen vigencia plena en condiciones ideales de igualdad y bajo el supuesto de que las reglas de juego sean compartidas por todos. Pero ésa es naturalmente sólo una proyección ilusoria. En el mundo real, las condiciones de partida han sido y siguen siendo de desigualdad, de asimetría. La distribución de los bienes, de la riqueza, de las oportunidades y, sobre todo, de las decisiones económicas y políticas, es asimismo notoriamente desigual, y las reglas de juego vigentes no parecen sino perpetuar este orden, o este desorden, internacional. En los países de América Latina, el liberalismo está violando también sus principios constitutivos, y lo está haciendo, por así decir, tanto por exceso como por defecto de las reformas que implementa. Los viola por exceso de liberalismo cuando somete indiscriminadamente una sociedad desigual y pluricultural como la nuestra a las reglas de funcionamiento del mercado, pues de esa manera produce, como ya dijimos, un efecto contrario al que supuestamente desea obtener, es decir, contribuye a perpetuar las desigualdades y a desarticular la ya precaria cohesión de las diferentes comunidades culturales. Pero puede violar también sus propios
En el mundo real, las condiciones de partida han sido y siguen siendo de desigualdad, de asimetría. La distribución de los bienes, de la riqueza, de las oportunidades y, sobre todo, de las decisiones económicas y políticas, es asimismo notoriamente desigual, y las reglas de juego vigentes no parecen sino perpetuar este orden, o este desorden, internacional.
principios constitutivos por defecto de liberalismo, es decir, porque se colude ocasionalmente con tradiciones antidemocráticas que nos son prácticamente atávicas, como el caudillismo y el militarismo. Manipula entonces a su antojo el sistema de reglas democráticas, se vale de prebendas para someter los poderes del Estado a la voluntad del caudillo, cambia arbitrariamente las reglas de juego que él mismo ha establecido. Ambos tipos de incesto moral se han venido practicando en diferentes países de América Latina en los últimos decenios. Éste ha sido el caso, por ejemplo, para no citar más que un ejemplo que me es familiar, del periodo de autoritarismo que vivimos en el Perú durante el gobierno de Fujimori. Hablo de esta experiencia, pese a que es ya un tanto lejana, porque creo que en ella podemos ver, como en un espejo, algunas de las tentaciones a las que suelen sucumbir los políticos de nuestra región, y porque nuestra memoria política es más frágil de lo que creemos. Hoy es, por cierto, más fácil hablar de aquel caso peruano, porque se destapó la olla podrida que permaneció oculta mientras el régimen contaba con respaldo popular. Pero, lo interesante del caso es que allí se conjugaron esos dos males que he venido comentando como propios de la conducta incestuosa del liberalismo en nuestros países, a saber, que allí el neoliberalismo pecó por exceso y pecó por defecto. En efecto, para tratar de perpetuarse en el poder, el régimen autoritario de Fujimori se valió de una serie
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de triquiñuelas caciquistas con el fin de dar apariencia legal al proyecto reeleccionista. Estas triquiñuelas fueron, por supuesto, múltiples, y pueden interpretarse claramente como transgresiones morales de los principios que sostienen a la democracia. Pero ellas se sostenían, en realidad, sobre un proyecto económico liberal de más largo alcance, que contó, por mucho tiempo, con el respaldo de la banca y las instituciones crediticias internacionales, así como de los sectores empresariales y financieros del país, que fueron sus principales beneficiarios, y a quienes no parecía importar demasiado qué métodos se emplearan para garantizar la estabilidad del modelo. Sin ese poderoso respaldo interno e internacional, las triquiñuelas habrían carecido de eficacia y el autoritarismo se habría mostrado, en toda su desnudez, como el principal enemigo de la estabilidad democrática del país. Decía por eso que la política del autoritarismo fujimorista conjugaba las dos formas de incesto moral que hemos venido analizando en el liberalismo: la que se deriva de los rezagos del caciquismo y la que se genera por los excesos de la política del mercado. Quisiera llamar la atención también sobre un fenómeno de protesta social que fue creciendo paulatinamente en el Perú en los últimos años de dicho régimen. Principalmente, pudo observarse una protesta juvenil, o estudiantil, que bien podría caracterizarse como una protesta genuinamente ética. Esa protesta no se articulaba en términos políticos, ni proponía alternativas ideológicas o proyectos sociales de más largo alcance. En ella se expresaba más bien el sentimiento moral de la indignación, que es, como se sabe, uno de los sentimientos morales más genuinos y más motivadores. Es un sentimiento moral genuino porque quien se indigna expresa su condena a la violación de un orden moral en el que él mismo había confiado. Su protesta ponía indirectamente de manifiesto la voluntad de contar con reglas de juego transparentes, y con políticos que las cumplan con consecuencia. Y es un sentimiento motivador porque impulsa a la acción, aunque encierre por cierto igualmente el peligro de perder el control. Este sentimiento moral de indignación ciudadana fue creciendo con el tiempo porque a ello lo condujo la política moralmente incestuosa del liberalismo criollo. Ante una situación como ésta, es decir, ante la propagación de la ética del individualismo y la desintegración social, y ante el carácter moralmente con-
Nos hace falta una concepción ética alternativa que sirva de sustento al proyecto democrático y que haga posible la preservación de los ideales que el liberalismo no es capaz de asegurar.
tradictorio del modelo neoliberal de la democracia, es preciso que recuperemos los valores y los principios democráticos que estamos viendo sometidos a una continua transgresión, y que aprendamos a distinguir más claramente entre la democracia y el liberalismo, es decir, que no nos sintamos obligados a defender al liberalismo cuando defendemos la democracia. Nos hace falta una concepción ética alternativa que sirva de sustento al proyecto democrático y que haga posible la preservación de los ideales que el liberalismo no es capaz de asegurar. Paso así a mi tercera y última tesis, que quisiera formular afirmando que necesitamos una ética de la solidaridad y de la participación ciudadana. Algunos de los rasgos de esta ética alternativa para la democracia han sido descritos también en los debates de la filosofía moral contemporánea, principalmente entre los autores llamados “comunitaristas”, como Michael Walzer o Charles Taylor. También en este caso se trata de un modelo ético, normativo, que prefigura la orientación que han de tomar las reglas del juego político. Pero por contraste con el anterior, se le conoce como el modelo republicano de democracia. El término “republicano” contiene una alusión a la concepción política de Rousseau, y es utilizado con el propósito de destacar el carácter participativo de la democracia que el modelo coloca en el primer plano. No voy a exponer aquí las tesis de los autores comunitaristas defensores de este modelo, voy a servirme libremente de
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ellas para proponer algunas características de la ética de la solidaridad que, me parece, deberían servir de sustento al proyecto democrático en nuestros países. Para ello, retomemos los cuatro rasgos con los que caracterizamos la concepción ética del individualismo liberal y veamos, por contraste, qué debemos esperar de una ética de la solidaridad. En primer lugar, en oposición al paradigma del individualismo, que considera como valor central a la libertad egoísta del ser humano, esta nueva ética debería proponer un paradigma de la solidaridad y considerar como su valor central el cultivo de los múltiples vínculos comunitarios entre los seres humanos. Hay muchas razones, teóricas, morales y prácticas, que justifican este cambio de paradigma ético, a las que aquí sólo puedo aludir someramente. Desde el punto de vista teórico, hay buenas razones para cuestionar la artificialidad de la definición liberal del individuo como sujeto egoísta y aislado, y para proponer en su reemplazo una definición del individuo como miembro de diferentes tipos de comunidades de creencias. Desde el punto de vista moral, hay diferentes clases de motivaciones que concuerdan, todas, en solicitar nuestro compromiso ético en favor de quienes sufren injusticia: debemos ser solidarios porque somos simplemente seres humanos, o porque somos cristianos, o porque somos racionales, o porque somos filántropos. Y, desde el punto de vista práctico, es preciso que pensemos en las reper-
Un Estado democrático solidario debería, por ejemplo, ofrecer incentivos para favorecer el desarrollo regional, o para compensar las desigualdades estructurales que caracterizan a nuestra sociedad, y debería garantizar el acceso de todos a una educación escolar y superior de calidad, a sabiendas de que el mercado sólo contribuye en este caso específico a ahondar la brecha entre los ciudadanos ricos y los ciudadanos pobres.
cusiones políticas que debiera tener un cambio de paradigma como éste. En particular, debemos pensar en la forma de compensar el desequilibrio social que genera la implantación de políticas económicas de corte liberal, a fin de impedir que éstas acentúen o perpetúen los privilegios de unas clases sobre otras. Un Estado democrático solidario debería, por ejemplo, ofrecer incentivos para favorecer el desarrollo regional, o para compensar las desigualdades estructurales que caracterizan a nuestra sociedad, y debería garantizar el acceso de todos a una educación escolar y superior de calidad, a sabiendas de que el mercado sólo contribuye en este caso específico a ahondar la brecha entre los ciudadanos ricos y los ciudadanos pobres. En términos más generales, un Estado democrático solidario debería contribuir a crear las condiciones de igualdad que el modelo liberal sólo presupone, y sin las cuales el discurso democrático termina por ser éticamente incestuoso. En segundo lugar, en oposición a la definición del Estado en función de los intereses económicos de la sociedad y el mercado, en este nuevo paradigma republicano es preciso invertir esa jerarquía y definir a la sociedad en función de la voluntad política de los ciudadanos. Debemos defender una ética de la efectiva participación ciudadana en los asuntos públicos, participación que debe referirse también, por supuesto, a las formas en que tengamos que corregir y orientar las leyes del mercado a fin de que garanticen el cumplimiento del valor de la solidaridad. Este cambio de perspectiva tiene, en general, una importancia conceptual y real muy grande, pero adquiere además, en los países de nuestra región, a la luz de los sucesos que la convulsionan, una especial urgencia. Si el Estado no es más que el órgano administrativo de los intereses económicos nacionales o internacionales, y si la burocracia política enquistada en el poder se vale de todo tipo de maniobras para impedir la expresión de la voluntad ciudadana, entonces es un deber ético denunciar esa concepción incestuosa de la política y reivindicar una interpretación republicana que coloque a la ciudadanía en el rol protagónico que debería corresponderle. En tercer lugar, en oposición al carácter transgresor de la democracia moderna, que hace intervenir indiscriminadamente la acción del mercado en todos los territorios posibles pasando por encima de las diferencias regionales, étnicas y culturales, sería necesario incorporar una dimensión pluricultural a la ética de la democracia solidaria.
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Tenemos, en América Latina, una amplia gama de comunidades culturales y de tradiciones locales que no tienen por qué ser obligadas a desintegrarse en función de los intereses del mercado y de la movilidad de la fuerza de trabajo. No se trata, por supuesto, de aislarlas de los procesos sistémicos de la economía o la tecnología que se nos imponen a nivel internacional -aunque también estos procesos debieran ser sometidos a revisión por la participación ciudadana-, pero se trata, sí, de permitirles preservar su propia identidad cultural y el cultivo voluntario de sus tradiciones. Por eso, finalmente, en lugar de una cultura del narcisismo, lo que debemos promover es una cultura del reconocimiento. No porque queramos impedir que los individuos busquen su propia forma de autorrealización personal en el contexto de una sociedad democrática, sino porque esa misma forma de autorrealización debería ser entendida en vinculación con las posibilidades y las oportunidades de que gozan todos los miembros de la misma sociedad. Una cultura del reconocimiento es una cultura de relaciones entre personas, no de individuos aislados de toda relación ni, menos aún, de individuos que instrumentalizan sus relaciones con los otros. Esas relaciones pueden ser interpersonales, sociales o políticas; pueden demandar nuestro compromiso emocional, nuestra actividad profesional o nuestra participación en los asuntos públicos. Pero, en todos los casos, sólo serán relaciones de reconocimiento si cumplen con tres condiciones: 1) si son simétricas, es decir, si por su intermedio no sólo reconocemos al otro sino somos igualmente reconocidos; 2) si reposan sobre acuerdos consensuales acerca de las reglas que han de regir la vida social; y 3) si nos permiten vincular entre sí las diferentes dimensiones -interpersonal, social y política- en que se desenvuelve nuestra relación con los otros. La cultura del reconocimiento necesita pues como base una ética de la solidaridad. Podrá pensarse quizás que una cultura como ésta, y una ética como la que le sirve de fundamento, no son en realidad conjuntamente más que una utopía. Pero, ¿no nos hacen falta acaso nuevas utopías que logren movilizar nuestro compromiso moral en la construcción de la democracia? Una utopía democrática solidaria es aún más urgente cuando se piensa en la dolorosa experiencia del terror y de las guerras civiles que han asolado a muchos países de América Latina en los últimos treinta años. En casi todas nuestras sociedades se
Una cultura del reconocimiento es una cultura de relaciones entre personas, no de individuos aislados de toda relación ni, menos aún, de individuos que instrumentalizan sus relaciones con los otros. Esas relaciones pueden ser interpersonales, sociales o políticas; pueden demandar nuestro compromiso emocional, nuestra actividad profesional o nuestra participación en los asuntos públicos.
han producido conflictos de una violencia extrema, que han sacudido los cimientos mismos de la vida en común. Con toda razón se debe decir que la vida social se ha visto confrontada con el desafío ético más radical, que es aquel del respeto a la vida del otro. Y por la misma razón, la democracia que se construya sobre esa base no puede dejar de estar a la altura de dicho desafío. Seguramente por ese motivo en los últimos años hemos visto en Argentina, en Chile, en El Salvador, en el Perú, en Colombia, en muchos otros países de América Latina actuar a comisiones de la verdad, enfrentadas al severo, acaso ilusorio, ejercicio de reconstrucción de la memoria colectiva luego de dolorosísimas experiencias de violencia, con sociedades fragmentadas, economías desechas, familias rotas, heridas casi incurables en la vida de las naciones. La ola de terror sistemático y organizado que recorrió el Occidente en el siglo XX ha dejado sus secuelas también, aunque tardíamente, en la vida de los países latinoamericanos. Ha habido y sigue habiendo, parentescos ideológicos entre los procesos de ambos continentes. Ha hecho bien por eso Carlos Thiebaut, el filósofo español, en un ensayo sobre la tolerancia, al concentrar su atención en aquel desafío ético radical -en lo que llama el “rechazo del daño”- y al establecer un vínculo directo entre el surgimiento de la noción de “tolerancia” en los inicios de la modernidad y el contexto contemporáneo de las comisiones de la verdad en el mundo. Lo dice enfáticamente el famoso título de la
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Comisión argentina: “Nunca más”. Nunca más debiéramos aceptar semejante nivel de inhumanidad y de violencia, nunca más debiéramos permitir el daño al otro, nunca más deberíamos eludir la responsabilidad que nos corresponde para lograr vivir en paz. Esa expresión “Nunca más” resuena, pues, en nuestros oídos de latinoamericanos como un clamor moral, como el símbolo de los límites de la convivencia humana que no deberíamos volver a sobrepasar. Acerca de estas fronteras tan decisivas de la experiencia moral ha habido en todas las épocas expresiones simbólicas análogas que se han plasmado en la religión, en el arte y en otras manifestaciones de la cultura. Entre los griegos, por ejemplo, se fue gestando la convicción ética de que la convivencia social, entonces tan atravesada por guerras fratricidas, no debía nunca incurrir en la hybris, en la desmesura, y que debían respetarse ciertas condiciones mínimas de la vida humana, como la represión de la venganza, el rechazo del escarnio inútil, el reconocimiento de los hijos muertos, la debida sepultura a los familiares caídos. Muchas obras de la literatura griega dan cuenta de esta experiencia ética fundamental y del clamor que invita a la mesura en
la conducta social, como las tragedias de Eurípides por ejemplo. Permítanme que añada, a este respecto, una experiencia personal que he vivido en estos días que paso en Medellín, y que cierre con ella mi exposición. Gracias a amigos colombianos tuve la suerte de asistir a una representación teatral de un magnífico equipo de jóvenes actores bajo la dirección de Farley Velásquez en el Teatro Hora 25. Están poniendo allí en estos días una versión actualizada de Hécuba, la tragedia de Eurípides. Es una historia que rememora las dolorosas peripecias de la mujer de Príamo, el rey de Troya, y de otras mujeres troyanas cautivas, luego de la derrota, bajo el poder de Agamenón y los griegos. Pero la genialidad de esta puesta en escena, que recomiendo aquí vivamente a todos, es que logra hacernos plausible y sobrecogedora una historia solo aparentemente lejana, a través de la cual se pone de manifiesto aquella experiencia ética fundamental que nos exige detener la desmesura, practicar la compasión y cultivar un poco más de solidaridad en las relaciones de convivencia democrática que añoramos construir.
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La enfermedad saludable Cómo la industria farmacéutica convierte los medicamentos en peligrosas mercancías Por Miguel Jara* informativo@attac.org
Armas, drogas y salud son, en este orden, los negocios más saludables del planeta. Podría pensarse que sólo las dos primeras están relacionadas con la muerte. Es cierto que el tráfico de armas tiene como objetivo último la guerra. El de estupefacientes también provoca incontables fallecimientos. Pero el tercero en discordia, el de la salud, en apariencia un negocio blanco, también conlleva la desaparición de miles de personas. En Estados Unidos los daños producidos por el sistema sanitario ya son la primera causa de muerte y dentro del grupo de errores y malas praxis, los efectos adversos que provocan los medicamentos son el primer grupo en causar fallecimientos (305.000 muertos al año). La enfermedad es un negocio muy saneado para la industria farmacéutica. El beneficio neto de las diez mayores corporaciones farmacéuticas es del 17% de las ventas, cuando las demás empresas incluidas en las lista Fortune 500 logran un 3%. Envidiable rentabilidad que en la década de 1990 todavía fue mayor; entre el 19% y el 25%, según Marcia Angell, ex directora de la pres-
* Investigador en el tema de salud. Este texto forma parte de su libro Traficantes de salud: Cómo nos venden medicamentos peligrosos y juegan con la enfermedad, que acaba de publicar Icaria Editorial.
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UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA La enfermedad saludable Cómo la industria farmacéutica convierte los medicamentos en peligrosas mercancías
tigiosa revista médica The New England Journal of Medicine (NEJM).
El tsunami de Merck A finales de 2004, el mundo se conmovió con las noticias del tsunami que asoló la costa asiática y provocó un cuarto de millón de víctimas entre muertos y desaparecidos. De manera paradójica, sólo tres meses antes, otra catástrofe, en este caso farmacéutica, alcanzó similares cotas destructivas. El 30 de septiembre de 2004 la multinacional Merck Sharp & Dohme (MSD) retiró su fármaco estrella, Vioxx. Conocido como la superaspirina, este medicamento para la artrosis multiplicaba al menos por dos el riesgo de infartos de miocardio y cerebrales (un estudio de la agencia de medicamentos estadounidense, la FDA, indica que lo triplica). MSD llegó a esta conclusión tras realizar su ensayo APROVe, siglas en inglés de Prevención de Pólipo Adenomatoso con Vioxx. El caso, el más grave ocurrido hasta la fecha, ejemplifica a la perfección cómo la industria farmacéutica ha convertido unos productos beneficiosos para la humanidad –los medicamentos usados de manera racional–, en una mercancía, con las nefastas consecuencias provocadas. La FDA ha calculado que hasta la retirada de Vioxx se han producido 27.000 casos de infarto y muertes súbitas, sólo en EE.UU. Pero estudios posteriores elevan esa cifra de manera notable. El año antes de la retirada de Vioxx, 277.000 personas lo ingirieron en España (entre 70.000 y 100.000, según el Ministerio de Sanidad español). Con los datos del citado estudio APROVe en la mano, la incidencia de infartos de rofecoxib, principio activo del preparado, fue de 15 por 1.000 pacientes; el grupo placebo (producto sin acción terapéutica) ofreció 7,5 por 1.000. Esta diferencia de 7,5 por 1.000 individuos por año, multiplicado por entre 70.000 y 100.000 individuos, “se traduciría en 525 a 750 casos de infarto o ictus atribuibles a rofecoxib por cada temporada en que el fármaco ha permanecido en el mercado farmacéutico español”, argumenta Joan-Ramón Laporte, destacado farmacólogo catalán. Vioxx fue presentado con una agresiva campaña de marketing como una alternativa a los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), cuyos efectos gástricos causan cada año en el Estado español alrededor de 1.100 muertes. Desde al menos el año 2001 Merck sabía los daños que producía su medicamento pero no lo retiró. Ahora enfrenta unas 7.000 demandas.
Medicamentos que matan Durante los últimos años varios fármacos han causado muertes o graves daños en la salud de las personas en España. Uno de los casos más graves es la contaminación de la sangre de pacientes con VIH/ SIDA y Hepatitis C a través de hemoderivados como Hemofil, de Baxter. Más de 1.600 personas han fenecido por esta causa, indican los familiares de las mismas (750 con datos de la Federación Española de Hemofilia). El anticolesterol Lipobay, de Bayer, mató, en cifras de un portavoz de la empresa, al menos a cien pacientes. Anticatarrales con marcas muy conocidas, fabricados con fenilpropanolamina, se asocian con la muerte de al menos una persona en Cataluña. La sustancia estaba prohibida en USA, donde hubo varios fallecimientos, pero la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios no lo prohibió a tiempo. En la página web de esta institución, dependiente del Ministerio de Salud, puede encontrarse información actualizada sobre los remedios que se han retirado del mercado en los últimos años y también sobre aquellos que han debido cambiar su prospecto para incluir alguna advertencia sobre sus riesgos. Otro de los productos controvertidos es la Talidomida, muy utilizada a finales de la década de 1950 por las mujeres embarazadas para calmar dolores, entre otros usos. Produjo más de 10.000 víctimas infantiles que presentaron deformaciones corporales de por vida. La Asociación de Victimas de Talidomida de España ha denunciado que, tras su prohibición en los años sesenta, continuó vendiéndose. Esta organización ha comprado en nuestros días la Talidomida a través de Internet, en el mercado negro. Otras asociaciones de afectados por el preparado, como la de Suecia, denuncian que se están registrando nuevos casos en Brasil, Perú, China y Estados Unidos.
€ontrol científico
La industria farmacéutica controla todo el proceso de comercialización de un medicamento pero para que un producto pueda comercializarse es necesario que se demuestre su seguridad. Los ensayos clínicos son, en teoría, la garantía de que los fármacos son eficaces y seguros en los humanos y también son una herramienta de promoción para la industria. Es muy importante que un ensayo resulte favorable al preparado que se analiza; cuestan demasiado dinero y reputación como para que los resultados no acompañen. Por eso se amañan. Se destacan aspectos del fármaco de manera interesada y se ocultan otros ne—76—
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tronal farmacéutica española, Farmaindustria, prevé para el periodo 2005-2007 un aumento de dicha inversión de entre el 9 y el 9,5%. La Policía Financiera Italiana ha procesado a 4.713 personas acusadas de pertenecer a una red encargada de favorecer la venta de los productos de GlaxoSmithKline. El trato personal entre visitadores médicos y doctores incluía becas para los hijos de estos, ingresos bancarios fortuitos o viajes a parajes exóticos.
La industria farmacéutica es la principal culpable de que cada año se consuman más medicamentos. Los gobiernos, en numerosas ocasiones cómplices de las corporaciones, asisten al continuo crecimiento del gasto del Estado en productos de botica.
Venta de información
gativos. Se comparan con medicamentos claramente inferiores para que otros destaquen o se realizan constantes pruebas de un producto buscándole nuevas utilidades que amplíen su mercado. Además, la competencia empuja a las corporaciones a producir cada vez mayor número de medicamentos superventas para mantener altos sus beneficios. Esto ha provocado que la industria centre sus investigaciones en fármacos ya existentes y en “mejorarlos” pero no en inventar nuevos, que es mucho más caro. “Se trata generalmente de los llamados fármacos yo también, que son ligeras variaciones de medicamentos anteriores que ya están vendiéndose”, explica la citada Angell. Esto es un fraude científico pues la ciencia es descubrimiento, invención, novedad. Hasta hace poco la aparición de una enfermedad llevaba aparejada la investigación de sus causas y el desarrollo de algún medicamento que la combatiera. Hoy, primero se diseña un nuevo producto y luego se presiona para que aparezca la necesidad de utilizarlo. Para ello la industria farmacéutica utiliza tácticas de promoción muy agresivas y gasta más en promoción que en Investigación más Desarrollo (I+D) pese a que diga lo contrario. Esta enorme inversión en marketing tiene consecuencias directas en la salud y en el bolsillo de los ciudadanos. El desembolso farmacéutico aumenta año tras año en los países desarrollados debido principalmente a que las compañías estimulan la demanda farmacológica mediante el uso y abuso de la publicidad. La industria farmacéutica es la principal culpable de que cada año se consuman más medicamentos. Los gobiernos, en numerosas ocasiones cómplices de las corporaciones, asisten al continuo crecimiento del gasto del Estado en productos de botica. La pa-
¿Cómo conocen las compañías qué recetan los galenos? Esto es fundamental para luego dirigir sus ejércitos de vendedores farmacéuticos a los médicos que más recetan. Las corporaciones usan las nuevas tecnologías para elaborar resúmenes sobre las pautas de prescripción de los médicos. Muchos de estos doctores no saben que sus decisiones profesionales son revisadas con un enfoque comercial. Existe un mercado de la información que ofrecen las farmacias, el Gobierno o asociaciones profesionales como la American Medical Association (AMA, Asociación Médica Americana). Este negocio está valorado en más de 200.000.000 de dólares anuales. Algunos médicos aceptan trabajos de consultoría para las corporaciones. Hay empresas dedicadas al marketing farmacéutico, como International Marketing Services Health (IMS) y Close Up. Esta compañía ha tenido acceso a recetas médicas en las propias farmacias. En Bilbao (Euskadi), el Colegio Oficial de Farmacéuticos Vizcaínos ha denunciado que Close Up, en colaboración con Microdata Servicios, ha visitado las boticas para escanear recetas. La publicidad en televisión de medicamentos que necesitan receta sólo es legal en EE.UU. y Nueva Zelanda pero la industria presiona para que esto acabe, consciente de que las ventas de los fármacos que más se anuncian han aumentado un 25%. El beneficio de los que no se publicitaron sólo creció un 4%. En Europa existe un asunto de especial preocupación en la actualidad: la posible modificación legal que permita la publicidad directa a los ciudadanos de medicamentos con receta.
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FUENTE EL GRANO DE ARENA. Correo de información ATTAC n° 383 - Febrero de 2007
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Las sociedades transnacionales y la Unión Europea Por Alejandro Teitelbaum
Un periodista y sindicalista belga, Gérard de Selys, cuenta1 cómo, mediante el trabajo en equipo de la Comisión Europea (que emite directivas extralimitando sus atribuciones) y de la Mesa Redonda de los Industriales Europeos ERT (las transnacionales Volvo, Olivetti, Siemens, Unilever y otras), ayudados por el Tribunal Europeo de Luxemburgo que interpreta a su manera las reglas comunes sobre la competencia del Tratado de Roma de 1957 que instituyó la Comunidad Económica Europea, está culminando el despojo al patrimonio público de los países europeos de las industrias actualmente más dinámicas y rentables : las telecomunicaciones y las comunicaciones electrónicas. El libro de De Selys es de 1995, pero desde entonces y hasta hoy la ofensiva privatizadora de la Comisión Europea contra los servicios públicos (con el respaldo activo de las sociedades transnacionales) no ha cesado: en su punto de mira se halla ahora el correo, la salud, la educación y el medio ambiente. En un artículo publicado en Le Monde Diplomatique de julio del 2000 (Susan George y Ellen Gould, Libéraliser, sans avoir l’air d’y toucher) se cita un documento de la Comisión Europea en el que se afirma lo siguiente: «La participación activa de las industrias de servicios en las negociaciones es crucial para permitirnos alinear nuestros objetivos de negociación con las prioridades de las empresas. El AGCS (Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios -OMC)
no es solamente un acuerdo entre gobiernos. Es ante todo un instrumento en beneficio del mundo de los negocios»2. El 4 de junio de 2003, el Parlamento Europeo, reunido en sesión plenaria en Estrasburgo, acordó por amplia mayoría autorizar la liberalización de los mercados de la electricidad y el gas, incluido el suministro a particulares, a partir del 1º de julio de 2007. El 23 de septiembre de 2004 la Comisión Europea publicó un «Libro verde» titulado «Los contratos públicos de la defensa», en la perspectiva de abrir a la «libre competencia» la compra de material militar. Al comienzo de la Introducción se dice : «El presente Libro Verde constituye una de las acciones anunciadas por la Comisión Europea en su Comunicación titulada « Hacia una política de la UE en materia de equipo de defensa », adoptada el 11 de marzo de 2003. A través de estas acciones, la Comisión Europea se propone contribuir a la construcción progresiva de un mercado europeo de equipos de defensa («European Defence Equipment Market », EDEM), más transparente y más abierto entre los Estados miembros, que, sin dejar de respetar las especificidades del sector, lo haga económicamente más eficaz»). El 7 de diciembre de 2006 la Comisión Europea emitió nueva directrices tendientes a limitar las excepciones a la « libre competencia » en materia de contratos con la industria militar, con el propósito proclamado de continuar « liberalizando » dicho sector. Esta presión a favor de la liberalización del sector vendría de los mismos industriales del armamento. Pero ¿quiénes son estos industriales del armamento? En el diario Le Monde del 14 de julio de 2005 (Les fonds américains irriguent l’industrie de défense
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européenne) se informaba que poderosos fondos de inversión americanos, Blackstone, KKR, One Equity Partner entre otros, están tomando el control de sectores de la industria europea vinculadas a la defensa: QinetiQ, Bofors Weapons, Gemplus… Y proporcionaba los siguientes datos, entre otros: en julio de 2003, Carlyle 3 y Finmeccanica compraron el 70 y el 30 por ciento, respectivamente de Fiat Avio. También en 2003, el fondo KKR compró un tercio del capital del motorista militar Eurojet y a fin del mismo año compró MTU, primer motorista alemán. En 2000, Texas Pacific Group adquirió el 25% de Gemplus. En febrero 2003, Carlyle compró el 33,8% de QinetiQ, etc. No puede excluirse que además de los objetivos puramente económicos de buscar mayores beneficios, estos movimientos de capitales responda a una geoestrategia político-militar de los centros de poder estadounidenses, en la cual el proyecto de «liberalizar» la industria europea de la defensa, contenido en el Libro Verde de la Comisión Europea, desempeña el papel de caballo de Troya. Algunos Gobiernos europeos, cuando se les reprocha la política de privatizaciones, incluidos los servicios públicos, responden que lo hacen «obligados por Bruselas» (sede de la Comisión Europea). Pero la práctica demuestra que cuando no quieren seguir las indicaciones de «Bruselas» en otras materias no lo hacen y si no conservan en el dominio público los servicios públicos fundamentales es porque no tienen la voluntad política de hacerlo. La Comisión Europea presidida por el señor Barroso tiene una tonalidad más neoliberal que la anterior. Quizás el ejemplo más sobresaliente es el de la señora Neelie Kroes-Smit, de Holanda, Comisaria de la Competencia. Como ministro de Transportes y de Telecomunicaciones de su país procedió a la privatización parcial del Correo y en la actividad privada estuvo en puestos de dirección en varias sociedades transnacionales4. Las grandes empresas transnacionales europeas, agrupadas en la UNICE –Unión de las Confederaciones Industriales y de Empleadores de Europa– controlan estrechamente a la Comisión europea y los 39 miembros de la organización patronal mantienen representaciones permanentes en Bruselas y un verdadero ejército de « lobbystas » para influir sobre las decisiones de la Comisión55 Veamos qué dice la UNICE de sí misma http://
www.unice.org Le porte-parole des entreprises en Europe). La UNICE es la voz del mundo de los negocios ante las instituciones de la Unión Europea. Sus 39 miembros son las organizaciones industriales multisectoriales y las organizaciones de empleadores de 31 países europeos y representa más de 16 millones de empresas, sobre todo pequeñas y medianas. La UNICE es también un interlocutor en el diálogo social europeo a nivel de la Unión Europea. La tarea principal de l a UNICE es informar e influenciar los procesos de decisión en la Unión Europea, a fin de que las políticas y las propuestas legislativas con un efecto sobre la actividad económica en Europa tengan en cuenta las necesidades de las empresas. La primera prioridad de la UNICE es promover la competencia en el medio económico y la inversión a escala europea , el único camino para alcanzar un desarrollo más elevado y un empleo duradero. El mundo de los negocios necesita una Comisión eficaz. El Proyecto de Tratado Constitucional europeo, destinado a dar jerarquía constitucional a la política neoliberal actualmente dominante en Europa, fue preparado por una asamblea de personas cooptadas y presidida por Valéry Giscard d’Estaing y el texto definitivo del proyecto fue aprobado por los jefes de Estado y de Gobierno. No hubo participación de los ciudadanos, salvo en los países donde se decidió someter el texto a referendo, para su rechazo o aprobación. Para su entrada en vigor el proyecto requería la aprobación unánime de los Estados miembros. Pero en los referendos celebrados en Francia y Holanda fue rechazado por la mayoría de los votantes, de modo que el proyecto, en su redacción actual, quedó archivado. Si hubiera entrado en vigor, para su ulterior reforma hubiera necesitado el acuerdo unánime de todos los Estados miembros, de modo que su enfoque neoliberal y antisocial hubiera resultado prácticamente inmodificable. Los dirigentes europeos ahora reflexionan e intercambian opiniones sobre la manera de dar vida a un nuevo proyecto al parecer tan o más reaccionario que el anterior. El Proyecto no proporcionaba respuesta alguna a los problemas sociales que se plantean actualmente en Europa : al amparo de la « libre circulación de industrias y capitales » la formación de enclaves industriales modernos en los países pobres del Este de Europa con salarios un poco más elevados que la media nacional (entre 5 y 10 veces inferiores a los
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de los países ricos del Oeste), la persistencia de una alta tasa de desocupación en esos mismos países y, como contrapartida, la caída de los salarios, el deterioro de los derechos laborales y el aumento de la jornada de trabajo y de la desocupación en los países más desarrollados del continente europeo. La Unión Europea está negociando una serie de acuerdos regionales de asociación económica, llamados EPA por sus siglas en inglés, con países pobres. Los EPA son convenios de preferencias comerciales recíprocas en el marco del llamado Pacto de Cotonou, entre la UE y el grupo de 77 países que fueron enclaves coloniales europeos en Africa, el Caribe y el Pacífico (ACP). La UE, en sus propuestas de acuerdos comerciales, exige a los países del Sur que abran sus mercados a las empresas europeas, amenazando así empleos, industrias y servicios públicos en las naciones más pobres. La UE sostiene que los EPA integrarán a los países ACP a la economía mundial, promoverán el desarrollo sustentable y contribuirán a la erradicación de la pobreza. Los convenios propuestos bajo el pacto de Cotonu eliminarían los aranceles a los productos de importación y facilitarían a los países de la UE la venta de bienes subsidiados. La UE negocia acuerdos similares con otros países pobres. Dos organizaciones no gubernamentales, Traidcraft de Gran Bretaña y EcoNews Africa, de Kenia, señalaron en un informe titulado ‘Los EPA a través de los lentes de Kenia’, publicado en setiembre de 2005, que el deteriorado sector manufacturero, la creciente pobreza y el desempleo en países como Kenia deben ser seriamente considerados antes de firmar estos convenios, agregando que la liberalización económica y comercial de los últimos años en ese país africano produjo ‘situaciones extremas’, incluyendo altos índices de criminalidad y de prostitución, deterioro de la educación e incluso suicidios y que el número de personas pobres aumentó de 11 a 17 millones’, más de la mitad de la población keniata6
FUENTE Argenpress. Buenos Aires, 3 de abril de 2007
NOTAS 1. Gérard de Selys, Privé de public. A qui profitent les privatisations?, Ediciones EPO, Bruselas, 1995. 2. Un grupo de investigadores, que forma parte del Corporate Europe Observatory (CEO) ha publicado un estudio muy completo sobre el papel de las sociedades transnacionales en el seno de la Unión Europea : Belén Balanya, Ann Doherty, Olivier Hoedeman, Adan Ma’anit y Erik Wesselius, Europe Inc. Liaisons dangereuses entre institutions et milieux d’affaires européens, Agone Editeur, Marseille, 2do. trimestre del 2000. Edición original en inglés : Europe Inc. Regional and Global Restructuring and the Rise of Corporate Power , Pluto Press and CEO, 1999. 3. En el equipo dirigente de Carlyle se encuentran personajes tan significativos como George Bush, padre, el ex Secretario de Defensa de Estados Unidos y ex Director Adjunto de la CIA, Frank Carlucci (reemplazado en enero 2003 por Louis Gerstner, ex director de IBM), James Baker, ex Secretario de Estado de Estados Unidos, John Major, ex Primer Ministro de Gran Bretaña, que es Director del grupo Europa de Carlyle y Fidel Ramos, ex Presidente de Filipinas, Director del Grupo Asia. Y entre sus clientes se encuentran personajes como George Soros, el príncipe Alwaleed bin Talal bin Abdul Aziz Al Saud de Arabia Saudita y miembros de la familia Ben Laden, aunque se afirma, sin que sea posible verificarlo, que desde octubre 2001 la familia Ben Laden no tiene intereses en Carlyle. 4. Entre ellas en Volvo, miembro de la Mesa Redonda de los Industriales Europeos (ERT) , MMO2 (telefonía), la compañía ferroviaria holandesa, las filiales en los Países Bajos de Mc Donald’s, Lucent (equipos telefónicos), Thales (antes Thomson) transnacional basada en Francia activa en las industrias aeroespacial, de la defensa, de la seguridad y en los servicios. 5. Veamos qué dice la UNICE de sí misma http://www.unice. org Le porte-parole des entreprises en Europe). La UNICE es la voz del mundo de los negocios ante las instituciones de la Unión Europea. Sus 39 miembros son las organizaciones industriales multisectoriales y las organizaciones de empleadores de 31 países europeos y representa más de 16 millones de empresas, sobre todo pequeñas y medianas. La UNICE es también un interlocutor en el diálogo social europeo a nivel de la Unión Europea. La tarea principal de la UNICE es informar e influenciar los procesos de decisión en la Unión Europea, a fin de que las políticas y las propuestas legislativas con un efecto sobre la actividad económica en Europa tengan en cuenta las necesidades de las empresas. La primera prioridad de la UNICE es promover la competencia en el medio económico y la inversión a escala europea , el único camino para alcanzar un desarrollo más elevado y un empleo duradero. El mundo de los negocios necesita una Comisión eficaz. 6. Reports exposes impact of free trade deals. http://www.traidcraft.co.uk/template2.asp?pageID=1867
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Algunas consideraciones tras un viaje a Cuba Por Jaime Carrizosa Moog Profesor de Neurologia Infantil. Universidad de Antioquia carrizosa@une.net.co
Cuba es ese país que se sale de la norma latinoamericana, que consiste en pasar, en su versión más extrema, de la revolución a la dictadura, y en su versión más moderada, de la izquierda a la derecha. Cuba no tomó ese rumbo; se quedó para unos, románticos, en la revolución, y para otros, escépticos, en la dictadura. Para hacer un poco más tangible la aproximación a Cuba, habrá que sacudirse aquellos prejuicios y detenerse frente a algunas cifras, que pueden medir medianamente las condiciones de vida de una sociedad. Se trata del país con los índices más bajos de analfabetismo, desempleo, desnutrición y mortalidad infantil y materna en toda América Latina. Son sorprendentes las cifras alcanzadas en esperanza de vida, cobertura de atención en salud y servicios básicos. Es sin duda una de las naciones más seguras si se consideran las tasas de homicidios, hurtos o asaltos a mano armada. Aún más sorprende el crecimiento económico, que, según un informe presentado en la Asamblea General en La Habana en diciembre de 2006, fue superior al 12%, superando con creces el promedio de los países del área. También cabe nombrar el lugar destacado que ha logrado la isla en relación al deporte, con su medallería devastadora en cuanto certamen internacional participe.
Por el otro lado están las cifras denunciadas por ONGs y otros gobiernos, que no pueden ser descartadas como una falacia o una mera exageración por su proveniencia de fuentes que no necesariamente comulgan con el régimen cubano. Entre estos datos está la limitación a la libertad de prensa e incluso a pensar desde la oposición, lo que ha llevado a varios periodistas, escritores y artistas a sufrir la reclusión como presos políticos. Acorde a varias ONGs, Cuba es el país con mayor número de personas sometidas a esta condición en Latinoamérica. La ausencia de partidos políticos diferentes al Partido Comunista Cubano es lo que limita el desarrollo de ideas y programas, pasando por alto el mecanismo propio de una democracia. Desde hace 47 años Cuba no ha experimentado un fenómeno al menos cercano a las elecciones libres, con debates, encuestas, formulación de propuestas y contrapropuestas, como se conoce en la mayoría de los países del mundo. La dirigencia cubana se las ha arreglado para mantener a Fidel y por supuesto a Raúl, su hermano, siempre en el poder. Para algunos, los argumentos críticos y ocasionalmente teñidos de amargura carecen de peso suficiente, ya que el bienestar colectivo supera con creces al de las demás naciones latinoamericanas. Para otros, sencillamente, no se puede hablar de bienestar colectivo cuando los derechos individuales son coartados y la vida de los ciudadanos, sin acceso a opciones diferentes, se da de manera casi que predeterminada. Un viaje reciente a Cuba, del que surgen las presentes consideraciones, me permitió cotejar el panorama de opinión recién expuesto con las percepciones propias de la experiencia directa. Una de las primeras impresiones, preservada en el tiempo seguramente no sólo en mi caso, viene, como es de esperar, de la envidiable historia musical de ese país. La vida diaria de los cubanos está marcada por la música desde hace décadas, por no decir siglos. Esta tradición vivida y revivida se mantiene hasta ahora, cuando los cubanos, atreviéndose al juego del riesgo, son capaces de generar nuevas tendencias con sus éxitos. Existen conjuntos musicales en todas partes: el Malecón, el parque, el restaurante, la calle y los lugares supuestamente exclusivos, como el pasillo superior del Teatro Nacional frente a la Plaza de la Revolución, que con moderna salsa custodia las figuras iluminadas del Che Guevara y Jose Martí. Cuba definitivamente no sería la misma sin música, y otros dirán lo mismo del tabaco, del ron y del
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azúcar. La música une a las personas, actúa como un pasan horas eternas buscando su bibliografía. Los vaso comunicante a nivel mundial. Sin duda muchos computadores brillan por su ausencia, y con ellos las extranjeros van a Cuba atraídos por su música, que redes de Internet u otros métodos de búsqueda más pueden disfrutar en lugares arreglados para una asis- modernos. Sólo a determinados estudiantes, pretencia concurrida. Es el caso de la Casa de la Música, feriblemente de postgrado, les está dado el acceso que fuera de ofrecer programas diferentes cada día, a estos métodos de comunicación. Un sentimiento permite abiertamente y sin tapujos el comercio se- de similar desconcierto retornó al observar las conxual de las jineteras, los gigolós y los homosexuales. diciones en que tienen que practicar los estudiantes Otro es el caso de los cubanos que no están sujetos de ballet, que precisamente han cosechado tanto a esta premura. Curiosamente, frente a mi pregunta prestigio mundial. Las instalaciones físicas, ubicadas sobre dónde se podría escuchar nueva trova cuba- en el Gran Teatro Nacional, han llegado a un estado na, algunos clásicos viejos, buen son o bolero, los deplorable, con techos y pisos resquebrajados y transeúntes, desconcertados, no hallaron una pronta espejos rotos y amarillentos. Sin embargo ahí, entre respuesta. Lo que se percibe es que si bien a los las pianolas de segunda mano, desafinadas y desbacubanos les gusta esa música, que es precisamente ratadas, tanto los bailarines profesionales como sus la suya, los lugares donde se interpreta no están al estudiantes continúan con entregado entusiasmo sus alcance económico del cubano corriente. ensayos y prácticas. De manera similar se ve en la Así la experiencia de no lograr recibir la informa- calle a los niños acudiendo a las aulas, muy probación correcta o solicitada se repita con frecuencia, blemente también precarias, mas siempre sonrientes actúa casi que como compensación el nivel de y juguetones en su uniforme de pantalones morados respeto y educación que los cubanos tienen en su y camisa blanca. trato. En general la calidad del contacto deja en el Desde el punto de vista arquitectónico, La Habavisitante, sorprendido, una impresión afortunada. na tiene muy poco que envidiarle a la mayoría de El gobierno, al menos así se percibe desde afuera, ciudades latinoamericanas. Su centro histórico cohace grandes inversiones en educación. Al observar lonial, con murallas y el imponente Morro, sin duda la televisión local recuerda uno las clases de colegio le hace competencia a Cartagena. Gran parte de esta sobre lengua castellana, arte, geografía, física y de- área esta reconstruida o en proceso de restauración. más. Como televidente vi varias sesiones de mate- Muy grande, por no decir inmenso, es todo el sector rias diferentes, y entre ellas una sobre ballet clásico de arquitectura republicana. Los lugares que hacen que instruía a la audiencia sobre la calidad de los el camino del turista –fachadas del Malecón, Plaza bailarines hombres: …personas altamente ilustradas de Armas, Plaza San Francisco y Calle Obispo, por y consagradas a su oficio. Independientemente de ejemplo– están restaurados. Otro es el rostro que la materia tratada, la palabra “revolución” aparece ofrecen la fachada y el interior de las casas de la miscasi cada minuto y mucho más en los programas de ma época, pero ubicadas detrás de las embellecidas. historia, repetitivos e interminables, que exaltan las Lastimosamente hay calles enteras llenas de huecos, cualidades físicas, morales y humanistas de cada uno y cuyas casas, con sus fachadas arruinadas, hacen de los protagonistas de la historia reciente de Cuba. evocar a Krakovia después del bombardeo en la SeEsta palabra específica, “revolución”, está en todas gunda Guerra Mundial. los lugares de la vida cotidiana y en todos los ámbiLa indiscutible limpieza no logra disimular los tos de la vida ciudadana –política, educación, salud, estragos de la falta de mantenimiento. Al acceder a deporte, vivienda, propaganda–. Con su omnipresen- los interiores, se enfrenta uno con recovecos y divicia, cala y cala. Los canales extranjeros de televisión siones que conducen a diversos inquilinatos. Lo que sólo pueden verse en los hoteles internacionales, y afuera se ha vuelto imagen de postal o foto obligada en las emisiones nacionales escasean los noticieros a para los turistas, la ropa tendida en los centenarios la vez que redundan los video-clips históricos. balcones, viene desde el interior como una obligaLa arquitectura clásica de la Universidad de la Ha- ción impuesta por el hacinamiento. En uno de esos bana se muestra imponente tanto en su parte exter- interiores encontré una unidad de atención de salud, na como en sus interiores. Frente a la majestuosidad cuyas paredes de madera, sucias y carcomidas por la del Aula Magna, sin embargo, es decepcionante el humedad, exhibían dos afiches, uno muy viejo, que panorama de la biblioteca universitaria, pequeña y invitaba a cuidarse contra el SIDA, y uno reciente llena de ficheros metálicos donde los estudiantes —82—
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La arquitectura clásica de la Universidad de la Habana se muestra imponente tanto en su parte externa como en sus interiores. Frente a la majestuosidad del Aula Magna, sin embargo, es decepcionante el panorama de la biblioteca universitaria, pequeña y llena de ficheros metálicos donde los estudiantes pasan horas eternas buscando su bibliografía. Los computadores brillan por su ausencia, y con ellos las redes de Internet u otros métodos de búsqueda más modernos. Sólo a determinados estudiantes, preferiblemente de postgrado, les está dado el acceso a estos métodos de comunicación. con la consigna “Fidel otros 80 años más”. El ambiente del recinto e incluso sus condiciones higiénicas no invitaban a entrar, ni siquiera para tomarse la presión arterial o cualquier consulta menor. Curiosamente, al pedirle a un cubano su concepto u opinión sobre la revolución y Fidel, es muy difícil entablar una conversación al respecto. Supuestamente los cubanos deberían estar satisfechos con los 80 años de su líder, los 47 de la revolución y los 87 de la Federación de Estudiantes Universitarios, precursores de la revolución. La alegría se observa en las sesiones de la Asamblea General, donde tras la presentación del balance económico del año 2006 y la aprobación del presupuesto para el 2007, nadie se atreve a controvertir. En estas sesiones, de gran importancia, el secretario hace un llamado a la palabra a los diferentes representantes. Casi cada uno de ellos emite un escueto discurso centrado en la exaltación de la revolución –por haber construido un centro de salud en Camagüey, colocado 87 televisores en Pinar del Río, permitido el paso de un bus por una zona lejana–. Nadie critica, nadie se queja o demanda. Como diría un académico conocido en nuestro medio: “Unos áulicos, sin promesa al debate”. Si llega a darse alguna expresión de malestar, ésta no deja de compaginar cabalmente con el discurso aceptado. Un representante refirió que se sentiría mal si dejaba de transmitir lo encomendado por su pueblo: “En las noches pensamos en el Comandante Fidel. Quisiéramos cogerle las manos, colocarle las chalas y darle
el caldito que con tanto amor le preparamos. Cómo quisiéramos estar a su lado y abrigarlo.” El cubano en la calle es parco en su opinión al respecto. Se trata del inicio del fin de una etapa, viene la transición que genera dudas, algunos incluso piensan que Fidel ya falleció y que no les informarán hasta que se tenga la situación nuevamente controlada. En el ambiente que genera este tema se mezclan el temor y la duda. Tanto los cubanos como el resto del mundo están a la expectativa del futuro sin Fidel. Pero en Cuba la gente no habla de cambio, acaso porque no lo quiere, dada la incertidumbre que genera esa situación, o por la extrema vigilancia existente, que intimida a quien opine de manera diferente. Pienso que Cuba necesita una transformación para insertarse plenamente en la realidad regional y mundial. Incluso la revolución requiere transformación. Después de este viaje brotan nuevas inquietudes y preguntas: ¿Será cuestión de dignidad, como se sostiene en varios discursos políticos, vivir, estudiar, hacer música o danzar como pude apreciarlo, o será un efecto de un aparato opresor que obliga a este modo de vida? ¿Dónde fue invertido el crecimiento económico del 12% (porque no lo vi ni en la universidad, ni en la escuela de ballet, ni en las casas habitadas, ni en las calles destrozadas, ni en el puesto de salud)? ¿Por qué temen los cubanos hablar sobre su situación? Creo que para los dirigentes cubanos el bloqueo americano se tornó la disculpa perfecta para la mayoría de sus males. El bienestar comunitario no se construye a costa de los derechos individuales. Dar con el punto de equilibrio entre los dos tenores es el arte de la política, y Cuba, a mi parecer, lastimosamente tampoco lo ha encontrado. Para comer helado en el famoso Copelia es necesario hacer una larga fila bajo el sol si se es nacional, ubicada además frente a un control policial. Para el extranjero la fila en cambio no existe. El visitante no hace fila, paga más por el mismo helado, no tiene un acceso claro para sentarse con los nacionales y también es vigilado. Es impactante, si observamos este ejemplo, que precisamente el país que pretende universalizar la filosofía de la igualdad entre los hombres, demuestre incluso en un acto cotidiano como comer helado que hay unos hombres más iguales que otros.
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La Lucha Estudiantil: ayer y hoy en la Universidad de Antioquia Por Erika Tobón Cardona eudes2511@yahoo.es Estudiante de Licenciatura en Matemáticas y Física Facultad de educación
Hace algún tiempo se percibe en la Universidad de Antioquia un aire de cambio, la opinión frente a los asuntos que antes agitaban se ha transformado. Estudiantes y profesores no son los mismos, ahora libran luchas diferentes a las de generaciones atrás. Al hablar de lucha, sin querer retrocedemos unos años y nos detenemos en lo que ha sido la participación de los jóvenes universitarios en el ámbito político. La lucha estudiantil, ha transitado por diferentes momentos históricos. La década de los 70 marcó el inicio de los grandes movimientos estudiantiles a partir del manifiesto de Córdoba (Argentina) en 1968 por la autonomía Universitaria. En aquel entonces Colombia asistió a un gran auge de movimientos sociales: el movimiento campesino, la estructuración del movimiento sindical y la configuración del movimiento guerrillero colombiano. La década de los ochenta trajo consigo una
Hoy los tiempos son otros. No estamos ante las grandes luchas estudiantiles, iluminados bajo la consigna “tomémonos el cielo por asalto”. Estamos en otro momento, otra generación, otra juventud y otras banderas sociales y políticas.
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gran radicalización de la juventud colombiana, incluyendo la comunidad estudiantil de la U.de.A. Sin medir consecuencias muchos jóvenes se vincularon a los movimientos armados y las universidades se convirtieron en verdaderas canteras de combatientes y dirigentes de las organizaciones guerrilleras. Se libró una lucha desmedida, sangrienta, llena de sacrificios, sin propósitos definidos, con metas inalcanzables, una lucha que solo dejó desesperanza y muerte. Pero es importante destacar, para ese entonces, un cúmulo de logros obtenidos por los universitarios. El movimiento estudiantil estuvo vinculado íntimamente con todo el proceso político que vivió Colombia en aquel momento histórico, fue protagonista de importantes hechos: levantó la bandera de los desaparecidos y la libertad de los presos políticos, además desarrolló una lucha significativa por la reforma del reglamento estudiantil de aquel momento; se crearon grupos de tendencia ecologista, por los derechos humanos y defensores de las minorías étnicas. Hacia finales de la década de los 80 el movimiento estudiantil colombiano fue protagonista del movimiento de la séptima papeleta que se concretó en la Asamblea Nacional Constituyente, dando nacimiento a la Constitución de 1991, donde se garantiza la participación en las decisiones políticas y sociales a los ciudadanos sin importar raza, tendencia religiosa o política, sexo o edad y con la cual finalizó el Frente Nacional (acuerdo que se realizó en 1958 entre el partido liberal y conservador para gobernar a Colombia) y con él una etapa de exclusión para las terceras fuerzas políticas en Colombia. La dicha no duró mucho, Colombia olvidó el esfuerzo que costó la Constitución del 91 y la guerra continuó. Los periódicos nacionales y regionales empezaron a dar cuenta de estudiantes desaparecidos, periodistas asesinados, dirigentes sindicales y sociales encarcelados, torturas y asesinatos selectivos y en masa. Apareció el paramilitarismo en Córdoba y Urabá. Los nuevos grupos que pretendían la misma justicia social tras la que se originan los grupos que actúan negando el poder del Estado, sólo lograron aumentar el temor que los otros habían concebido. El saldo: cientos de jóvenes asesinados en su lucha por un mundo y una Colombia mejor. Al final de esta etapa, el movimiento estudiantil de la Universidad de Antioquia queda con un acumulado histórico importante; impronta que no puede
La mayoría de docentes y estudiantes de la Universidad de Antioquia estamos en ella con propósitos definidos, ya no queremos paros, ni tomas, ni explosiones, ni fuego; queremos libertad para pensar por nosotros mismos y no por lo que se imponga, queremos estudiar, descubrir o inventar, proponer y aportar con hechos reales a la construcción del tejido social, queremos cambiar la imagen de la universidad en lo concerniente a política, queremos pelear con escudos de tolerancia, optimismo y conocimiento, prudencia y sabiduría para salir victoriosos.
desecharse así no más. Es la historia de la juventud estudiantil la que nos debe sugerir el camino, permitiendo extraer de la experiencia adquirida los errores y los aciertos. Hoy los tiempos son otros. No estamos ante las grandes luchas estudiantiles, iluminados bajo la consigna “tomémonos el cielo por asalto”. Estamos en otro momento, otra generación, otra juventud y otras banderas sociales y políticas. Corren otros vientos; sin embargo, la juventud por las características que le son propias, es portadora de un permanente deseo de cambio y transformación del mundo que habita pero este noble deseo no se puede convertir en un pretexto para utilizar a la joven generación como soporte de proyectos sociales, políticos, económicos o científicos que buscan fortalecer intereses individuales y no colectivos. La lucha estudiantil de nuestros días y de manera particular la que actualmente desafiamos los estudiantes universitarios debe fundamentarse en esos nuevos vientos que corren por las aulas universitarias. El aire esta cargado de esperanza y de la más
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firme convicción por librar esa lucha que ya no es la misma, ahora lleva en su seno un deseo por triunfar en lo académico, por permanecer autónomos en ideales de progreso y tranquilidad, por no ensuciarnos con intereses mezquinos, por investigar y descubrir o al decir de muchos, inventar. Es una lucha que exige levantar la bandera de la construcción de la democracia estudiantil, aprovechar eficazmente los mecanismos de participación y de construcción social que tanto esfuerzo costaron al país, participar propositivamente de los distintos organismos universitarios, marchar en procura de la defensa de la educación pública, construir programas educativos de cara a la realidad que vivimos, atravesados por una pedagogía cimentada en un maestro o profesional comprometido con su profesión y con la realidad, mejorar nuestras condiciones pero no obligando a los demás a cambiarlas sino mejorando primero nosotros. Ahora las herramientas se construyen con dedicación y perseverancia, con estudio, con trabajo y sacrificio no de personas sino de momentos. El conocimiento del hombre, las alternativas libres de
toda codicia y egoísmo, el trabajo y constancia de familiares, el aporte conciente a satisfacer las necesidades de la sociedad, además de las oportunidades que ofrece el Estado, (pocas o muchas, criticadas o subutilizadas, valoradas o despreciadas) son las armas para la batalla. La mayoría de docentes y estudiantes de la Universidad de Antioquia estamos en ella con propósitos definidos, ya no queremos paros, ni tomas, ni explosiones, ni fuego; queremos libertad para pensar por nosotros mismos y no por lo que se imponga, queremos estudiar, descubrir o inventar, proponer y aportar con hechos reales a la construcción del tejido social, queremos cambiar la imagen de la universidad en lo concerniente a política, queremos pelear con escudos de tolerancia, optimismo y conocimiento, prudencia y sabiduría para salir victoriosos. Porque si bien el paradigma que dirigió el camino de los jóvenes por más de cuatro décadas se sostuvo en la transformación de la sociedad desde afuera, hoy el paradigma que debe marcar a las nuevas generaciones es otro: “transformarnos nosotros mismos para cambiar nuestro entorno”.
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La situación de las prácticas en el área de la Educación en Artes Visuales Por Claudia Patricia Ángel Ospina
Existe en el área de Artes Visuales una reglamentación en donde se dan una serie de parámetros que especifican punto por punto las exigencias dadas al estudiante para la elaboración de las prácticas artísticas. Estos parámetros se refieren al número de horas requeridas y a la validez o no de una práctica. Pero al mismo tiempo existe una inconformidad por parte del alumnado de dicha área con respecto a esos parámetros de reglamentación de las prácticas. La inconformidad tiene que ver con el hecho de que por ningún motivo las prácticas pueden ser remuneradas o de lo contrario no tendrán validez alguna. El problema con esta determinación que además resulta un tanto arbitraria, es que otros estudiantes pertenecientes a la universidad pero ubicados en otras áreas del conocimiento como ingeniería, medicina o economía, sí cuentan con el
Para convencer a dicha sociedad de la importancia del artista como generador de identidad, como rescatador de valores y como responsables de dar un sello y una historicidad contada por medio de un lenguaje simbólico propio, debe ser el mismo el primer convencido de su papel.
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pago de sus prácticas, todos ganan el salario mínimo u otra cantidad distinta. La situación en Artes Visuales de alguna manera está dejando un mal sabor en el ambiente y abriendo muchos interrogantes, sobre todo si se toman como referentes los antecedentes históricoculturales o el estigma socio-cultural con el que el artista ha luchado y que ha tratado de cambiar casi de manera solitaria, pues no hay entes que le den orden y reconocimiento laboral. Se esperaría que desde la academia misma se comience ese proceso de reivindicar el papel del artista, de reconocer su importancia, esto sería un mensaje alentador para él y para la sociedad en la cual habita. Porque “Actuar sobre el aspecto histórico, lingüístico y psicológico, que se constituyen como los tres pilares de la identidad cultural, equivale pues a modificar la personalidad cultural, colectiva o individual”11 Desde este punto, se esperaría que dicho reconocimiento partiera de la institución que nos ha dado las herramientas académicas y que como mínimo debería dar valía a nuestra labor como profesionales del arte, permitiendo que las horas realizadas en las prácticas fueran pagas, esto lo digo por que a veces pareciera que la remuneración negada, a diferencia de otras áreas, desdibujara, invalidara nuestro papel o incluso no nos elevara a la categoría de profesionales. Esta coyuntura resulta desmotivante y a la larga constituye un gran problema para los profesionales del arte, ya que las instituciones educativas o las distintas entidades como las secretarías de cultura, las casas de la cultura, las instituciones artísticas sin ánimo de lucro, entre otras, que realizan proyectos comunitarios, a nivel local y departamental, y en las cuales los practicantes tenemos la oportunidad de adquirir experiencia, están acostumbrados a no remunerar el trabajo del artista graduado. Todos prefirieren tener practicantes y no profesionales del área, lo cual resta oportunidades laborales a los artistas graduados, que, como es ya conocido, son escasas. De esta situación es responsable directa la institución educativa, que si bien da herramientas académicas en el área del arte, también contribuye a la reducción de las posibilidades para un desempeño adecuado de los artistas en la sociedad. La propuesta que quiero presentar surge de una
El arte ayuda a construir como cualquier otro campo del saber, en ningún momento pretendemos hacer sentir que la labor del artista es más importante que otra, ya que hay una conciencia de que somos parte de un engranaje que funciona con todas las piezas de la maquinaria, las cuales necesitan exactamente la misma atención y cuidado para que ésta se mantenga activa.
necesidad del estudiante practicante, e incluso del profesional en el área de las artes de tener una validación, un reconocimiento y una elevación de categoría que no posee, dicho reconocimiento debe partir de la misma academia, en este caso de la Facultad de Artes de la Universidad de Antioquia. Ella debe hacer posible el pago de las prácticas artísticas, porque si desde la misma institución no se tiene esa conciencia, que se puede esperar de una sociedad en la cual el arte no es una necesidad básica. Para convencer a dicha sociedad de la importancia del artista como generador de identidad, como rescatador de valores y como responsables de dar un sello y una historicidad contada por medio de un lenguaje simbólico propio, debe ser el mismo el primer convencido de su papel. Por eso, el artistapracticante para transmitir y convencer debe convencerse primero de que su trabajo, como el de cualquier practicante perteneciente a otra área del conocimiento, es digno de remuneración y la institución debe hacer reformas en los requerimientos para la realización de las prácticas, pues es la encargada de cambiar los parámetros que no permiten al practicante- artista recibir recompensa alguna por su trabajo. Pues “quien, a menudo, eligió su destino de artista porque se sentía diferente, bien pronto se da cuenta de que no nutrirá su arte y su diferencia, sino confesando su semejanza con todos”2 Sin embargo, no es sólo un interés por la remune-
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ración o el aspecto meramente material, ya que si se medita detenidamente va más allá. Hace mucho tiempo se ha venido reevaluando la frase de “el arte por el arte”, porque lo primero que debemos reconocer es que antes que nada somos seres sociales, pertenecientes a una comunidad y con unas necesidades y tareas determinadas dentro de la misma. El arte ayuda a construir como cualquier otro campo del saber, en ningún momento pretendemos hacer sentir que la labor del artista es más importante que otra, ya que hay una conciencia de que somos parte de un engranaje que funciona con todas las piezas de la maquinaria, las cuales necesitan exactamente la misma atención y cuidado para que ésta se mantenga activa, es en este sentido que va esta posición frente a una anomalía, esta propuesta es pertinente, ya que “para evitar una toma de conciencia tardía y el espanto que puede acompañarla, a los artistas y a los científicos les conviene asumir de entrada su función de intelectuales, su relación con los valores; aceptar, pues, su papel social y hacerse la pregunta ¿cuál será el status de mi propio discurso?”3 Por último, quiero animar a la institución, a la cual orgullosamente pertenezco, para que tome conciencia de la envergadura de lo que podría parecer en primera instancia una minucia, pero que tiene implicaciones y consecuencias para el estudiante no solo a nivel material sino ético, ya que para nosotros es importante que desde la academia y la sociedad nazca un reconocimiento a la labor y un sentido de igualdad que dignifique cualquier campo del saber indiferentemente de cual sea.
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NOTAS 1CHEIKH ANTA DIOP. LOS TRES PILARES DE LA IDENTIDAD CULTURAL. Página 5 2A. M. LOUIS GERMAIN. DISCURSO DEL 10 DE DICIEMBRE DE 1957. Suecia, clausura de los premios Nobel. 3 TZVETAN TODOROV. EL CRUZAMIENTO DE LAS CULTURAS. Página 5