MEDELLÍN, agosto 17 de 2011 / N° 305
Por un diálogo abierto, respetuoso y franco; sin intimidación ni condicionamientos En los años que llevo al frente de la Universidad, acojo el sentimiento del 99.99 por ciento de la comunidad universitaria, representada por profesores, estudiantes, empleados, trabajadores, en contra de la violencia venga de donde venga. No son compatibles, insisto, la academia con ninguna expresión de coacción o de violencia en el campus universitario. Alberto Uribe Correa. Rector
Pronunciamiento de la Asociación de Profesores y Sintraunicol “La defensa de la universidad pública, el rechazo al proyecto de reforma de la Ley 30 se llevan a cabo por la vía del diálogo, el debate, la argumentación y la concertación. Hay que construir un poderoso y dinámico movimiento social en defensa de la educación pública en Colombia...; pero ello no se logra con acciones aisladas, aventureras e irresponsables como las que se expresan en la detonación de artefactos explosivos, la confrontación al interior de la Universidad, la generación de pánico y la provocación del ingreso de las unidades del Esmad. La defensa de la Universidad se hace con la cátedra abierta y las puertas abiertas y las unidades académicas funcionando cabalmente, los claustros sesionando y las asambleas concurridas N° y debatiendo”. / 305 – Medellín, agosto 17 2011 Lea de página 7
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El rector Alberto Uribe Correa, en diálogo con periodistas del Sistema de Comunicaciones ALMA MATER de la Universidad de Antioquia, reiteró su decisión de dialogar con la comunidad estudiantil sin presión ni intimidación, lo mismo que con todos los estamentos universitarios. El médico Uribe Correa celebró la decisión de la Asamblea General de Estudiantes, realizada el pasado jueves 11 de agosto, que rechazó el cese de actividades académicas, entendiendo que con la Universidad paralizada se anula toda posibilidad de discutir no sólo los problemas internos, sino el proyecto de reforma a la educación superior propuesto por el Gobierno Nacional. Además del diálogo con los estudiantes, en esta entrevista aludió a los problemas que genera la violencia en el campus, al uso de cámaras como medida de seguridad y al proyecto de reforma a la Ley 30 de 1992. —¿Le teme la Rectoría al diálogo directo con los estudiantes? —Esta Rectoría la he llamado de puertas abiertas y es por eso que he estado en comunicación con los distintos estamentos, bien sea porque me han invitado a las asambleas o al diálogo con las juntas de los gremios, o porque de común acuerdo hemos convocado a los estamentos. Respecto a la invitación que se me hizo para el día 11 de agosto, yo considero, como también lo consideró el Consejo Académico que es el máximo organismo académico de la Universidad, que la expresión ultimátum era inconcebible. Una comunidad que trate de sojuzgar el diálogo mediante condicionamientos de ese tipo, pues no los va a admitir ni el Consejo Académico ni la Rectoría de la Universidad. La comuni-
Foto Archivo Periódico ALMA MATER
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dad académica en octubre pasado, en más de 34.000 formas, se expresó en contra de la intimidación venga de donde viniera. Pero, como Rector, soy consciente de la necesidad del diálogo, un diálogo abierto, un diálogo honesto, un diálogo franco. Esa interlocución siempre la van a encontrar en la Rectoría, en el Comité Rectoral y en el Consejo Académico de la Universidad de Antioquia. —¿Es posible una agenda y unos escenarios para esos diálogos? —Estamos identificados en ese aspecto la Rectoría, el Comité Rectoral y el Consejo Académico, y de tiempo atrás venimos invitando a los distintos estamentos a que formemos una mesa con unos temas claros, precisos, de incumbencia para la comunidad de la Univer-
UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA • Suplemento ALMA MATER • Rector Alberto Uribe Correa • Secretario General Luquegi Gil Neira • Jefe Departamento de Información y Prensa Alberto González Mascarozf • Bloque 16 oficina 336 • Teléfonos 2195023 y 2195026 • almamater@arhuaco.udea.edu.co
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sidad, en donde abierta y francamente toquemos todos los temas porque no puede haber temas vedados en nuestra Alma Máter. —Es importante recordar la postura de la administración de la Universidad de Antioquia con respecto a la intimidación y a la violencia, las capuchas y los petardos, y a lo que ha representado en el ambiente de la Universidad el ingreso constante del Esmad. ¿Cuál es la posición de la Rectoría? —En los años que llevo al frente de la Universidad, acojo el sentimiento del 99.99 por ciento de la comunidad universitaria, representada por profesores, estudiantes, empleados, trabajadores, en contra de la violencia venga de donde venga. No son compatibles, insisto, la academia con ninguna expresión de coacción o de violencia en el campus universitario. De esa forma marchitamos esa necesidad que tenemos de paz y de tranquilidad para el cumplimiento de nuestra misión, misión que como universidad pública depende de los recursos que la sociedad nos entrega a través del Estado para nuestro funcionamiento en docencia, en investigación y en extensión. Sobre todo en extensión solidaria que cada vez crece más e impulsamos más para llegar a los sectores menos favorecidos de la población. Pero, cuando hay intimidación y cuando hay violencia desaparecen todas las posibilidades para el cumplimiento de esa misión tan hermosa que todos llevamos consigo y que queremos desarrollar y en ella avanzar. —En momentos en que estamos realizando esta entrevista suenan petardos en la Universidad, y por supuesto hay mucha gente y también hay grados. ¿Cuál es su concepto respecto de las discusiones y decisiones de la Asamblea Estudiantil del 11 de agosto, donde se ventiló la inconveniencia de las capuchas y los petardos en la Universidad y donde se votó negativamente la propuesta de declarar una asamblea permanente? —A mí me alegra enormemente la forma como se desarrolló la Asamblea del 11 de agosto. Allí hubo debate, hubo propuestas y /
...me causa una gran preocupación el silencio de los Claustros de Profesores, el silencio de la comunidad académica tan importante que tiene la Universidad de Antioquia frente a temas fundamentales que está debatiendo el país como la reforma a la Ley 30 de 1992. De esa reforma va a depender la formación del talento humano que tanto necesita el país.
hubo rechazo a las capuchas, rechazo a la intimidación y rechazo al cese de actividades. Eso habla de una comunidad de estudiantes madura y sensata que quiere la Universidad abierta, funcionando, debatiendo como lo hicieron ese día y ojalá lo sigan haciendo; marchando, protestando y expresando a la sociedad, como lo esperan hacer el martes 16 de agosto, una posición en favor de una verdadera salud y de una educación de calidad para todos los colombianos, pero con la Universidad abierta y funcionando. Eso lo comparto plenamente y acojo con gran alegría las decisiones que tomó esa Asamblea. —Los profesores de la Universidad también deberían emitir conceptos y reflexiones respecto de esta coyuntura. ¿Qué opinión le merece el silencio de los Claustros de Profesores o de la manera intermitente como se han manifestado en los últimos tiempos en la Universidad? —Sí, me causa una gran preocupación el si-
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Campus lencio de los Claustros de Profesores, el silencio de la comunidad académica tan importante que tiene la Universidad de Antioquia frente a temas fundamentales que está debatiendo el país como la reforma a la Ley 30 de 1992. De esa reforma va a depender la formación del talento humano que tanto necesita el país. De eso va a depender la vida y la esencia de la universidad pública colombiana, la financiación, la autonomía y la tipología de universidades que queremos para que nuestra labor como docentes y el futuro de nuestra patria como ciudadanos que somos de Colombia estén asegurados y preservados. Hago un llamado a toda la comunidad académica para que se exprese en ese sentido, y que nutra y enriquezca el debate a nivel nacional que los rectores de las universidades públicas y privadas venimos dando con el Gobierno Nacional, acompañándonos de los parlamentarios que próximamente van a conocer el articulado, lo van a debatir y muy probablemente lo van a aprobar. —Hay una propuesta para que en Antioquia el G8, que es el grupo de las ocho principales del departamento, abandere esta discusión con los congresistas antioqueños. ¿Qué se propone en ese espacio? —Los Rectores de las universidades públicas y privadas del G8 venimos estudiando y debatiendo ese punto fundamental, en el que hay que defender posiciones tanto desde lo público como desde lo privado, buscando siempre el bien y el futuro de la formación del talento humano de este país. Y una de las estrategias es llegar a la clase política antioqueña, tanto a senadores como a representantes a la Cámara, para mostrarles la expresión del G8. Este es un grupo que está consolidado desde hace más de ocho años en la región y que tiene muy claro cómo debe ser una reforma a la educación superior en Colombia. —En el tema presupuestal, ¿a qué acuerdo llegaron los Rectores la semana pasada con el Ministerio de Educación Nacional? —La Junta Directiva del Sistema Universitario Estatal, SUE, sostuvo un diálogo franco y profundo con la señora Ministra de Educación Nacional, con el señor Viceministro de Educación Superior y con sus colaboradores 4
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Para nadie es un secreto que la vida en el campus de la Ciudadela Universitaria se había deteriorado. Los niveles de inseguridad se expresaban en atracos, robo de celulares y de computadores, desvalijamiento de carros, robo de motos, robos de bicicletas, robo de carteras, aún violaciones, muertes por sobredosis, expendio y consumo masivo de estupefacientes, ventas informales que privatizan el espacio público destinado a nuestros estudiantes que no tienen otro sitio para estudiar, presencia de personas encapuchadas y armadas intimidando a los estudiantes, a los profesores, a los funcionarios y a los visitantes, y desalojando de sus aulas a docentes y alumnos.
y asesores. Uno de los puntos fundamentales en el que hemos sido reiterativos es el de la financiación de la educación superior pública de nuestro país. Y llegamos a un principio de acuerdo en la redacción del artículo correspondiente a la financiación, que incluirá el
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IPC más tres puntos a partir de 2012, en caso de que se apruebe la ley en esta legislatura. El acuerdo previo que tenemos dice que el IPC más 1.5% ingresará como financiación a las universidades conforme al artículo 86 de la Ley 30 de 1992, y el otro IPC más 1.5 será entregado para proyectos y programas que acuerde el Ministerio de Educación con el Sistema Universitario Estatal, refrendados por el CESU. Los indicadores, los proyectos y programas se van a construir entre el Ministerio y el SUE. El día martes 9 de agosto tuvimos la oportunidad de reunirnos el pleno de Rectores del Sistema Universitario Estatal para discutir la propuesta alcanzada con el Ministerio y fue acogida por unanimidad. —Regresando a la coyuntura interna, ¿hay crisis o no hay crisis en la Universidad? —Yo no sé de dónde sacan esa expresión. Una Universidad abierta, funcionando, con convocatoria para profesores, con convocatoria para el ingreso de estudiantes de pregrado y de posgrado, una Universidad vital en el relacionamiento con el sector público y con el sector productivo, una Universidad haciendo extensión en todos los niveles posibles, una Universidad consolidando la extensión solidaria, una Universidad investigando la problemática de la región y del país en los más altos niveles de calidad. ¿Podemos hablar de crisis? De ninguna forma hay crisis. Yo lamento mucho que haya personas que les gusta o que ven crisis, o que les gustaría que la hubiera. Ellas están equivocadas, están en un error. Crisis es una cosa rotundamente diferente a lo que está pasando hoy en nuestra Universidad. —Diversas situaciones, señor Rector, llevaron a la implementación de medidas de seguridad que antes no eran propias de la vida en la Universidad. El tema de la TIP ya está superado porque más de 75.000 personas ya la tienen. Respecto a las demás medidas, incluyendo las cámaras y otras formas para el acceso a la Universidad que crean polémicas, ¿usted qué tiene que decir ante la comparación de que las cámaras ocultas o camufladas en la Universidad se asimilan a las chuzadas del DAS? —Para nadie es un secreto que la vida en /
el campus de la Ciudadela Universitaria se había deteriorado. Los niveles de inseguridad se expresaban en atracos, robo de celulares y de computadores, desvalijamiento de carros, robo de motos, robo de bicicletas, robo de carteras, aún violaciones, muertes por sobredosis, expendio y consumo masivo de estupefacientes, ventas informales que privatizan el espacio público destinado a nuestros estudiantes que no tienen otro sitio para estudiar, presencia de personas encapuchadas y armadas intimidando a los estudiantes, a los profesores, a los funcionarios y a los visitantes, y desalojando de sus aulas a docentes y alumnos. Todo ello había deteriorado completamente la convivencia en el campus universitario. Yo soy el mayor enemigo de cualquier medida de represión y más en una comunidad académica. He llamado y siempre llamaré al autocontrol. En ese marco tan hermoso que nos da la autonomía universitaria, en esa posibilidad que nos da la sociedad de estar en este campus tan hermoso, el control que debemos hacer sobre nosotros y el acompañamiento para la conservación y la tranquilidad del campus universitario se habían alterado. Por eso hubo que tomar algunas decisiones que fueron el producto no de buenas a primeras, sino de intervenciones, de acompañamientos, de estudios y de análisis, como fue la determinación de que hubiera una identificación única para todos los estamentos de la Universidad: profesores, estudiantes, trabajadores, empleados, egresados. Como muy bien lo dice usted, el tema de la TIP está más que superado. También se recomendó que usáramos tecnologías que ofrecen desarrollos en seguridad como son las cámaras. Para nadie es un secreto que se instalaron cámaras en la Universidad. Cámaras, eso sí, en sitios públicos. Y, el único objeto de las cámaras era ayudarnos al control de muchas de esas actividades delictivas que estaban ocurriendo desafortunadamente en el interior de la Universidad. ¿Dónde estaban las cámaras? En corredores, en accesos a bloques de la Universidad, en pasillos, en halls, en parqueaderos. A mí no me pueden com-
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Campus parar en ningún momento las chuzadas a personalidades de primer orden del país, que tienen el derecho constitucional a la libre expresión y a la intimidad en la comunicación, con unas cámaras que estaban expuestas, que eran de público conocimiento, que no estaban en ninguna aula violentando la libertad de cátedra, que no estaban en ninguna oficina de profesores o de trabajadores intimidando la libertad de expresión de su libre desarrollo en la Universidad, que no estaban en baños como vulgarmente se ha tratado de decir porque eso sí violentaría y sería comparable con lo otro. Entonces soy contundente con que las cámaras eran de conocimiento público. Que estaban camufladas, sí, estaban resguardadas, estaban camufladas para evitar el robo. Y fueron personas camufladas, encapuchadas, las que se las robaron, porque lo que hubo fue un hurto de las cámaras. No hubo destrucción ni entrega de cámaras dañadas. Fue un físico robo de las cámaras por personas que ocultaron su rostro para no aparecer. —Esta semana estuvo en la Universidad de Antioquia un experto español que trajo experiencias interesantes de los campus de ese país y de ciudades como Madrid, que hablan de la importancia de que la ciudadanía se apropie de la seguridad. En ese sentido, ¿cuál es el llamado que usted hace para el caso de la Universidad de Antioquia, con el fin de que asuntos como la seguridad no sean endilgados como responsabilidad única de la administración? Asimismo, ¿las cámaras han demostrado ser eficientes en el asunto del control, se van a reponer, se van a mantener en sitios públicos y, por supuesto, con la vigilancia atenta de la administración? —Muy interesante la pregunta. El profesor Felipe Hernando, catedrático de la Universidad Complutense y asesor del Ayuntamiento de Madrid en asuntos de seguridad, nos acompañó porque, como académicos que somos, queremos conocer estudios, análisis y trabajos de académicos para enfrentar la problemática de la Universidad. ¿Qué nos dijo el profesor Felipe? Él valida muchas de las decisiones que se están llevando a cabo en 6
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la Universidad de Antioquia. Él habla de que hay espacios de los campus que son tomados por otro tipo de personas diferentes a los universitarios. Respecto a si sugirió que tomáramos más medidas él no lo hizo. Validó las que hemos tomado. —Esta semana intentaron desmontar dispositivos de la red inalámbrica y, por fortuna, reinó la sensatez. ¿Qué llamado le hace usted a los estudiantes y, en general, a la comunidad universitaria? —Que dejemos esa cacería de brujas, que dejemos esa ansiedad de que todo instrumento tecnológico que es para bien de la comunidad universitaria, es asumido como algo en contra de la comunidad. Ese no es el ánimo de la Rectoría. El ánimo de esos dispositivos es para facilitar el internet y el wifi a toda la comunidad universitaria, para que profesores, estudiantes y trabajadores puedan acceder a ellos desde cualquier sitio de la Ciudad Universitaria. Dañarlos y atentar contra ellos es ir en contra de la propia comunidad y de la propia Universidad. —Señor Rector, el espíritu de la universidad pública, su carácter civilista, su responsabilidad social, se pone en riesgo con la violencia y ésta lleva a que quienes no quieren la universidad pública impongan sus decisiones. Al respecto, ¿qué mensaje envía usted a la sociedad a la cual nos debemos? —Hay una paradoja. Esas personas que se encapuchan, que pintan los grafitis, que están contra el Estado de Derecho, que provocan mediante la fuerza y la intimidación a los demás estamentos de la Universidad, que son los que provocan que otras fuerzas del Estado, esas sí organizadas y respaldadas por la Constitución, ingresen al campus y se produzcan enfrentamientos y desmanes, poniendo en más riesgo a la comunidad universitaria, lo que hacen es mandar un mensaje muy negativo a la sociedad que no nos ve en el cumplimiento de nuestra misión. Esas personas que se encapuchan y actúan de esa manera le hacen una muy mala defensa a la universidad pública que dicen pregonar y defender.
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Pronunciamiento de la Asociación de Profesores y Sintraunicol
LA UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA NECESITA UN AMBIENTE FAVORABLE PARA LA DEFENSA DE LA UNIVERSIDAD PÚBLICA Y DE LA EDUCACIÓN COMO DERECHO HUMANO FUNDAMENTAL En la Universidad de Antioquia se ha vuelto frecuente en el último año que cuatro o cinco individuos encapuchados detonen artefactos explosivos, generando pánico, confusión y provocando el desalojo del campus universitario, la mayoría de las veces por parte del Escuadrón Móvil Antidisturbios –Esmad– mediante el uso desproporcionado de la fuerza, afectando a poco más de treinta mil personas. Esta situación no tiene fundamento alguno, ningún fin por noble que sea puede ser defendido en nuestra Universidad por las vías violentas y menos colocando en riesgo la integridad física, psicológica e intelectual de todas las personas que integramos la comunidad académica. Esta situación ha llevado a que los estamentos de la Universidad nos centremos en la discusión sobre los disturbios, los encapuchados y la acción del Esmad, mientras silenciosamente la discusión sobre la propuesta de reforma a la Ley 30 se queda sola, sin querientes, sin debates, sin propuestas. Es inaudito e inadmisible que las afectaciones a la salud física y mental de trabajadores/as, empleados/as, docentes y estudiantes, producto de las detonaciones y de los gases, del pánico, tales como: los ataques de ansiedad, enfermedades respiratorias, migrañas, trastornos del sueño, la pérdida de bienes muebles, materiales y equipos, y, muy especialmente, la alteración de la actividad académica, de las labores misionales de la Universidad, se conviertan en un hecho cotidiano de cada semana en la Universidad de Antioquia, que no genere ninguna reacción por parte de quienes tenemos el deber esencial de defender la universidad pública. De forma contundente y categórica, la Asociación de Profesores de la Universidad de Antioquia –Asoprudea– y el Sindicato de Trabajadores Universitarios de Colombia –Sintraunicol, Universidad de Antioquia–, rechazamos toda forma de acción violenta, tanto la que protagonizan grupos de personas encapuchadas, sean quienes sean, como la del Escuadrón Móvil Antidisturbios, Esmad, dado que sus acciones colocan en grave riesgo la vida, la libertad y la integridad de las personas de la comunidad universitaria, lo mismo que, los bienes de la Universidad. La defensa de la universidad pública, el rechazo al proyecto de reforma de la Ley 30 se llevan a cabo por la vía del diálogo, el debate, la argumentación y la concertación. Hay que construir un poderoso
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y dinámico movimiento social en defensa de la educación pública en Colombia, que cuente con el respaldo de padres y madres de familia, vecinos, amigos, y cercanos, que se movilice en torno a la importancia de defender la universidad pública, el acceso y el derecho a la educación superior como bien público y obligación de Estado; pero ello no se logra con acciones aisladas, aventureras e irresponsables como las que se expresan en la detonación de artefactos explosivos, la confrontación al interior de la Universidad, la generación de pánico y la provocación del ingreso de las unidades del Esmad. La defensa de la Universidad se hace con la cátedra abierta y las puertas abiertas y las unidades académicas funcionando cabalmente, los claustros sesionando y las asambleas concurridas y debatiendo. Es necesario desarticular una corriente de interés que busca minimizar, invisibilizar y distorsionar el tema central de la coyuntura que debemos debatir: la propuesta de reforma a la Ley 30 y sus alcances, la privatización de la educación superior y la consideración de la educación como un servicio cultural y no como un derecho humano fundamental, que pretende replicar en el derecho a la educación el mismo modelo fallido aplicado en salud con las funestas consecuencias que conocemos. Convocamos a todos los estamentos de la Universidad para que sumemos esfuerzos en pos de una defensa argumentada de la educación pública y esto implica exigir a los grupos de encapuchados que cesen sus acciones y permitan el funcionamiento cabal de la Universidad; sólo así sumaremos y seguramente multiplicaremos, porque de seguir como vamos, si las matemáticas no nos fallan, terminaremos restando y dividiendo. Por la urgencia de construir conjuntamente caminos de consenso y pactos civilistas de trabajo mancomunado, nos vemos en la necesidad de partir de este acuerdo básico entre todos los estamentos y por tanto, no negociable: el cese inmediato de las acciones violentas en el campus y el correspondiente respeto de la fuerza pública de la autonomía universitaria. SARA YANETH FERNÁNDEZ MORENO Presidenta ASOPRUDEA SARA EMILIA LÓPEZ GIRALDO Presidenta SINTRAUNICOL
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Reclámela sin costo en los puestos de información de la Ciudad Universitaria, a partir del miércoles 24 de agosto de 2011 Consúltela en
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