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EL EKEKO, esencia vital de la fiesta de las Alasitas

El Ekeko tiene una larga historia. Según sus estudiosos, viene desde tiempos del auge de Tiwanaku, sobrevive al inkario y se transforma en la colonia, para finalmente tomar forma en la República y quedar entre nosotros como el dios de la abundancia, aquel que nos convoca al mediodía del 24 de febrero de cada año, para renovar las esperanzas en conseguir aquello que se anhela.

Para los arqueólogos, el Ekeko tiene su ancestro en Thunupa, ser mitológico que se convertiría con el pasar del tiempo en Ekeko, representado entonces por la imagen de un jorobado de baja estatura pero fuente de abundancia. Un libro central que nos acerca a esta historia es Tunupa y Ekako de Carlos Ponce Sanginés.

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Un sinfín de escritores e historiadores se han dedicado a destacar los significados del Ekeko, por ejemplo José Felipe Costas Arguedas en su Diccionario del Folklore Boliviano consigna que “El sentido supersticioso que se da a la posesión de este idolillo y a los objetos que se le hace cargar, es claro: es el diosecillo, de la abundancia, quien lo tiene no sufre privaciones, ni mala situación económica…”.

El escritor Antonio Díaz Villamil en sus Leyendas de Bolivia, teje una historia en base al cerco indígena dirigido por Tupac Katari a la ciudad de La Paz de 1781. En el mismo afán escribe por ejemplo Enrique Sánchez Narvaez, aunque él recorre en el tiempo a días en que el Collao estaba en auge. El reconocido tradicionista Antonio Paredes Candia, se ocupa del tema en varios de sus libros. Otra leyenda es planteada por Rómulo Tellez Blacut, remitiéndonos básicamente a los sucesos de tiempo tiwanakota e incásico.

Más próximos en el tiempo, investigadores como Guido Orías Luna, a tiempo de destacar el Ekeko, señalan a la Alasita como una ‘Feria de la Esperanza’. La poeta y novelista Yolanda Bedregal también ha dedicado su atención al estudio del Ekeko, habiendo publicado entre sus ensayos, un trabajo sobre la relación planteada entre el Ekeko y la Alasita. En suma los autores, desde distintos ángulos, coinciden en señalar que el Ekeko es la esencia vital de la fiesta de las Alasitas.

El Ekeko

Los periódicos de alasitas, aquellos ejemplares pequeños expresamente preparados para la fiesta del Ekeko, son un ejemplo de la literatura inspirada en el tema que nos convoca. También hay libritos de alasitas, como aquellas editadas por la carrera de literatura de la UMSA con algo más de quince tomitos (1996) con textos de varios autores nacionales; otro ejemplo es el libro con textos de Arturo Borda titulado Divagaciones (2007). Es digno de mencionar la revista ‘El Quevedito’ preparado y editado por Jaime Saenz en el año 1980. El Ekeko en el arte boliviano es otro capítulo para destacar, considerando que se conocen pinturas sobre el tema desde mediados del siglo pasado. Hoy en día, para acompañar la Feria, se realizan exposiciones colectivas simultáneamente en varias salas de La Paz. Dada la trascendencia y arraigo de las Alasitas, es que el año 2017 se ha inscrito a la misma como un espacio de recorridos rituales en la ciudad de La Paz, en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, por parte de la UNESCO. (EBM)

EL EKEKO diosecillo kolla

El idolillo en su imagen tradicional es retaco y panzudo, con abarcas en los pies, usa el pantalón de chuta, generalmente de color verde, rojo o azul, con faja al cinto y chaquetilla sobre el cuerpo, camisa y corbata de frac. Tiene el rostro de uno de esos típicos españoles de la colonia, sonrosado de tez y sonriente de faz, de ojos vivaces y de nariz aguileña. Esta figura que es la que ha llegado a la actualidad, parece una creación del ingenio mestizo antes que del aymara o del español.

Después de vestirlo se realiza la challa, que es la celebración con bebida por haberlo obtenido ese año, y si es de porte el poseedor hasta con una reunión íntima, a más de rodearle con serpentinas y arrojarle papel picado, colocándolo en el lugar que permanecerá en el hogar.

Antonio Paredes Candia (Presencia Literaria, La Paz, 1958)

La Foto Hist Rica

UNA DE LAS PRIMERAS PINTURAS DEL EKEKO. Detalle de la obra realizada por el artista paceño José María Rovira Vilela (1919-1992), quien ilustró con este trabajo la edición del IV Centenario de La Paz de 1948. El cuadro forma parte de una serie de alegorías en torno a la expresiones de la cultura boliviana.

El Aparapita

Es una producción del MUSEO DEL APARAPITA

Editor responsable: Elías Blanco Mamani

Correo: elíasblanco2009@gmail.com

Fotos: Archivo Museo del Aparapita

La Paz - Bolivia

FERIA DE ALASITAS DE 1912. Aquí uno de los registros fotográficos más antiguos de la Feria de Alasitas en la ciudad de La Paz, en este caso en la Plaza Murillo. Es el escenario donde el Ekeko hace su aparición año tras año. La foto fue tomado por el notable Julio Cordero. (Foto: expuesta en el Tambo Quirquincho, La Paz, 2018)

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