Domingo 20 de junio de 2021
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Bolivia recibe el Año Nuevo Andino Amazónico Chaqueño 5529
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Domingo 20 de junio de 2021
Redacción Central El Año Nuevo Andino Amazónico Chaqueño se celebra el 21 de junio desde hace 1.500 años, según amawtas y sociólogos, quienes lo catalogan como una práctica ancestral olvidada durante siglos. Desde los años 70 comienza a resurgir y emerge una especie de recuperación de ritos ancestrales a partir del calendario andino, que simboliza el retorno del sol y el nuevo ciclo agrícola.
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as ruinas precolombinas de Tiwanaku, situadas en la provincia Ingavi, La Paz, son el centro de las ceremonias del Willka Kuti (el retorno del sol); con él, una nueva energía se irradia por los 36 pueblos indígenas, originarios y campesinos del Estado Plurinacional de Bolivia. El guía turístico del municipio de Tiwanaku Agustín Flores asegura que el año nuevo aymara fue una actividad olvidada por mucho tiempo en el país y que a partir de 1980 se empezó a revalorizar los usos y costumbres. “El templo de Kalasasaya tiene un papel principal en la celebración, tiene mucha kamasa (donde se aloja el valor y el coraje), ahí se realizan los principales ritos de ofrenda para nuestra Pachamama, que se hace en cada ciclo. Para el mundo andino representa el Machak Mara (solsticio de invierno)”, añadió. El experto en Cosmovisión Andina y Arqueoastronomía Manuel de la Torre Ugarte explicó que para los pueblos andinos el año se divide en ciclos y que el 21 de junio está dedicado a la fiesta del Tata Inti. “Para nuestros ancestros todo se compone en ciclos agrícolas, el día, la noche, desde ahí conocemos el origen de la celebración”, señaló. De la Torre contó que los ritos, que aún perduran, como recibir los rayos del sol, brindar una ofrenda a la Pachamama y la ofrenda de mesas a la Pachamama, son el ejemplo del legado ancestral que dejaron los incas. Además añadió que estas tradiciones representan la sabiduría andina, mediante su calendario astronómico.
Bolivia recibe el año 5529
La celebración fortalece las raíces ancestrales y la identidad
“El calendario andino no sólo representa el principio y fin, las principales ceremonias son solares y las estrellas sirven como indicadoras. El calendario andino tiene 13 meses y cada uno tiene su propia constelación que rige a cada mes”, añadió el experto.
HISTORIA
Para el escritor e investigador Carlos Macusaya,
en un artículo denominado El surgimiento del Año Nuevo Aymara. Historia de una ceremonia formada en el siglo XX, la celebración tiene sus orígenes a finales de los años 70 e inicios de los 80 del siglo XX. Surge como iniciativa de un grupo de estudiantes indígenas aymaras del Movimiento Universitario Julián Apaza (MUJA) y como parte de la irrupción
político cultural del indianismo y el katarismo. “Entre 1960 y 1971 emergió el indianismo, sentando los elementos básicos en la politización de la ‘etnicidad’ en los Andes de Bolivia y apuntando hacia el accionar independiente del ‘indio’ en la lucha por el poder estatal. Entre 1973 y 1980, desde el sindicalismo campesino, se formó e irrumpió el kataris-
mo, que estableció relaciones con sectores de la izquierda y de la ‘iglesia progresista’, diferenciándose del indianismo y enfrentándolo (…)”, añade. Macusaya detalló que fueron Germán Choque y Moisés Gutiérrez quienes trabajaron, junto con otros estudiantes, en la refundación del MUJA para enarbolar la identidad aymara, en un escenario difícil y complicado.
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// INFOGRAFÍA: YURI ROJAS
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Festejos en Latinoamérica Pueblos originarios del Perú, Chile, Ecuador, Argentina recibirán mañana el inicio de un nuevo año Andino Amazónico y del Chaco 5529, con ofrendas y rituales para agradecer a la Pachamama (Madre Tierra). El especialista en cosmovisión andina Manuel de la Torre contó que uno de los principales ritos consiste en agradecer la siembra y los productos que brinda la Madre Tierra. “Hay una infinidad de lugares donde se celebra este nuevo ciclo. En Perú se lo festeja cada 24 de junio, se conmemora con muchas actividades”, dijo. El experto afirmó que esta celebración se realiza en todos los países andinos de la región, como el norte de Chile, Arica, Antofagasta y en sus comunidades; en Perú se festeja en Arequipa, Cusco y otros. De la Torre agregó que los bolivianos que viven en el extranjero organizan ceremonias para recordar este día. culturales aymaras en un escenario donde decirse aymara era vergüenza y ello implicaba desarrollar, con muchas complicaciones y contradicciones, una lucha política y de afirmación identitaria, lo que fue asumido por indianistas y kataristas dentro de las limitaciones que su tiempo les imponía”, agregó.
REVALORIZACIÓN
El experto añadió que en los años 70, en plena dictadura de Banzer, el país vivía un fuerte racismo que involucraba a la identidad nacional. Fue en ese tiempo que se desarrollaron los esfuerzos de los jóvenes de MUJA, quienes buscaban distintas formas de afirmar una identidad. Fue en ese tiempo, marcado por el racismo explici-
to, que se desarrollaron los esfuerzos de los jóvenes del MUJA, y en general, de los militantes indianistas y kataristas. En el MUJA se conjugaba la actividad política con la actividad cultural buscando distintas formas de afirmar una identidad. “Estos jóvenes, entre sus actividades, solían tener charlas problematizándose aspectos de otros pueblos”, añadió.
En una de esas conversaciones surgió el tema de tener un año nuevo aymara como los chinos, judíos y otras culturas. Los jóvenes no dudaron en indagar más sobre el tema y armaron un calendario andino, de acuerdo a sus investigaciones. Para el experto, el origen del año nuevo aymara es un ejemplo de cómo un pueblo muestra sus bríos de vitalidad
no en la forma en la que repite su cultura heredada del pasado, sino en la capacidad de rehacerse a sí mismo, de reinterpretar y resignificar su cultura. “En este proceso son los jóvenes quienes tienen un papel protagónico, como nos muestra el caso del MUJA. Fueron los jóvenes indianistas y kataristas quienes dieron nueva dinámica a las expresiones
En Bolivia, el 12 de abril de 2005, mediante Ley N° 3018, se declara patrimonio intangible, histórico y cultural de la nación al Año Nuevo Aymara, que se celebra cada 21 de junio en Tiwanaku. El Decreto Supremo Nº 173 del año 2009 declara feriado inamovible al 21 de junio de cada año. En 2010, la celebración dejó de ser únicamente Año Nuevo Aymara, su nueva designación fue de Año Nuevo Andino Amazónico Chaqueño. Las Naciones Unidas reconocieron el 21 de junio de 2019 como el Día Internacional de la Celebración del Solsticio.
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Bolivia celebra el Año Nuevo Andino Amazónico Chaqueño
// INFO: YURI ROJAS
Los festejos se harán de forma virtual
Redacción Central
A
unque en el país hay más de 200 sitios sagrados donde se realizan las ofrendas a la Pachamama por el Año Nuevo Andino Amazónico y del Chaco, este año se festejará el evento de forma virtual. En 2018, el Ministerio de Culturas, Descolonización y Despatriarcalización informó que en el país existen más de 223 puntos sagrados que celebran el tradicional festejo. Para el experto en arqueoastronomía Manuel de la Torre, las culturas del Beni son muy parecidas a las an-
dinas, ya que en sus sitios arqueológicos se encontraron vasijas similares a las de Tiwanaku. “En Santa Cruz tenemos a Samaipata, que está entre la frontera de Cochabamba y Santa Cruz, ahí existe un gran centro arqueológico. En el lugar se encuentra una montaña tallada con características de los incas. Tenemos culturas bastante perdidas en esos lugares, hace falta todavía mucha investigación”, agregó. En La Paz, la principal celebración será en las ruinas de Tiwanaku, en el templo de Kalasasaya; este año la participación será re-
ducida y con presencia de autoridades locales, nacionales y medios de prensa. AÑO NUEVO ANDINO AMAZÓNICO CHAQUEÑO EN RIBERALTA El investigador e historiador Luis Moreno indicó que pueblos de las tierras orientales, muy cercanos a los incas, como los esse-ejjas, tacanas, yuracarés, chiriguanos, yuquis y guaraníes también celebran el inicio de un nuevo ciclo, aunque respetando sus creencias, costumbres y tradiciones. “De allí que hasta en la actualidad son pueblos seminómadas, que poseen calendarios agrícolas muy
similares a los andinos mayas y muy diferentes al calendario gregoriano”, manifestó el investigador. Para Moreno, determinar un año exacto de cuándo se empezó con esta celebración sería muy difícil, ya que los periodos del calendario amazónico y aymara son complejos. “Riberalta y la amazonia es un punto geopolítico donde se conecta y concentra no sólo al oriente con el occidente, sino al norte con el sur. Prueba de ello es que los propios incas se dieron cuenta de la importancia de la región y en el sur de Pando edificaron una ciudadela, que representaría la unión de las culturas”, dijo.