Jueves 11 de noviembre de 2021
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Se gestó con el informe de la OEA
Bolivia recuerda dos años del golpe de Añez
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Coinciden los analistas Gustavo Torrico y Hugo Siles
El golpe de Estado de 2019 fue el más nefasto de la historia de Bolivia FOTOS: ARCHIVO
Luis Fernando Cruz El golpe de Estado perpetrado por Comunidad Ciudadana (CC) de Carlos Mesa; Creemos de Luis Fernando Camacho; Unidad Nacional (UN) de Samuel Doria Medina (UN); Jorge Tuto Quiroga; y plataformas políticas con apoyo del Alto Mando de las Fuerzas Armadas (FFAA) y de la Policía Boliviana, entre otros, en noviembre de 2019, fue el más nefasto de la historia de Bolivia, coinciden los analistas políticos Hugo Siles y Gustavo Torrico.
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n entrevista con Ahora El Pueblo, por separado, señalaron que desde el triunfo de la Revolución Democrática Cultural y la implementación del Proceso de Cambio en diciembre de 2005, con el triunfo del Movimiento Al Socialismo (MAS) con más de 54%, el binomio Evo Morales Ayma y Álvaro García Linera restituyeron la soberanía y la dignidad del pueblo boliviano, se nacionalizaron las empresas estratégicas del país, se implementaron políticas sociales y se inició la industrialización de los recursos naturales, entre otros. Esos logros minaron la credibilidad de las fuerzas políticas de la derecha opositora lideradas por Jorge Tuto Quiroga, Samuel Doria Medina, Rubén Costas, Manfred Reyes Villa, Carlos Mesa y otros para derrotar al MAS en las elecciones. Ninguno tuvo la capacidad para concretar un plan que haga frente al Modelo Económico Social Comunitario Productivo. ALIANZAS En ese contexto, Gustavo Torrico, explicó que, a pesar de los esfuerzos de la derecha opositora para consolidar una sola fuerza política para hacer frente al MAS en elecciones nacionales y subnacionales,
pugnas de poder, por prebendas y cuotas enterraron esa posibilidad, y junto a ella, un eventual triunfo electoral y reiteradas derrotas desde 2009 hasta 2020. NAUFRAGIO El analista Hugo Siles dijo que en más de una década de gobierno del MAS la oposición naufragó por la ausencia de propuestas alternativas para el país, viéndose forzada por todos los medios a buscar una intervención e injerencia en su afán de restituir el modelo neoliberal económico de los años 90. “Esta forma de comportamiento no captó apoyo en el voto del ciudadano, por eso
En el mejor momento de la historia de Bolivia se da el golpe, a diferencia de cuando los golpes de Estado se daban a partir de otras lógicas porque se encontraba el país en la devastación.
los fracasos que tuvieron en las urnas de quienes no pudieron gravitar el respaldo de la población por la forma de organización política electoral que plantearon en diferentes momentos y por ello pasaron de los magros resultados electorales en las urnas a irrumpir el orden constitucional con un golpe de Estado con un gobierno de facto que aglutinó a todos los partidos de oposición como los Demócratas, cívicos para gobernar”, sostuvo. Señaló que en los últimos quince años los resultados electorales han sido contundentes, marginando a la oposición hasta reducirla a una simple fracción en la represen-
tación del poder político en Bolivia, porque su desempeño ha sido oponerse al avance constitucional, social, económico, las reformas y los cambios que han permitido en Bolivia llegar a configurar un país soberano, con dignidad y en pleno proceso de desarrollo. “Este alcance de desarrollo económico, político del país cada vez aleja a la oposición de la posibilidad de gobernar por la vía democrática, porque su ubicación y posición ideológica política en Bolivia es contraria al modelo que hoy tiene mayoritariamente la población que es el Modelo Económico Social Comunitario Productivo en el
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APUNTES SOBRE LA RUPTURA CONSTITUCIONAL
El golpe de 2019 no es ni chicha ni limonada, porque se trata de un club de ladrones que asaltaron YPFB, en los ministerios. (Torrico) Quieren restituir el modelo neoliberal del pasado, quieren modificar el tipo de cambio, la estructura de la economía. Lo han querido hacer en el año de gobierno de facto reinstalando un modelo neoliberal. (Siles) Se oponen por una necesidad de supervivencia política, es decir que la oposición apuesta a la supervivencia política, que es consciente de que no participa ni comparte este modelo económico que ha sido exitoso para el país y reconocido en el mundo (Siles). El golpe fue la única vía que la oposición ha encontrado para llegar al poder. No ha cambiado en lo mínimo en la última década, no ha evolucionado para poderle ofrecer al país una alternativa
que la población confía. Precisamente por ello es que la oposición no tiene posibilidades políticas electorales para gobernar Bolivia”, aseguró. Frente a la imposibilidad de la toma del poder político por voluntad del soberano, la derecha opositora en 2019 implementó un plan de desgaste mediático para restar credibilidad al Tribunal Supremo Electoral (TSE) por un presunto fraude electoral junto a la entonces administración de Gobierno. SOBREVIVENCIA En esa línea, Hugo Siles fue enfático en que la derecha opositora carece de capacidad de propuesta al pueblo porque no renuncia a su pretensión de reponer el modelo económico neoliberal en el país, eliminando a las empresas estatales, las políticas sociales, la industrialización y el desarrollo productivo. “Se opone por una necesidad de supervivencia políti-
ca, es decir que la oposición apuesta a la supervivencia política, que es consciente en que no participa y comparte este modelo económico que ha sido exitoso para el país y reconocido en el mundo. No está de acuerdo con la ubicación que tiene el Estado versus el mercado, con la economía, con la legislación y las reformas que se han ido llevado en Bolivia”, aseguró. “Quiere restituir el modelo neoliberal del pasado, quiere modificar el tipo de cambio, la estructura de la economía. Lo ha querido hacer en el año de gobierno de facto reinstalando un modelo neoliberal, lo que la ciudadanía ha rechazado porque no se puede retroceder en el avance de las conquistas económicas y sociales desde 2006”, añadió. GOLPE DE ESTADO Seguros de la preferencia electoral para el MAS, en los comicios presidenciales del 20 de octubre de 2019, la derecha opositora, con apoyo del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, y las corporaciones mediáticas privadas posicionaron un presunto fraude electoral que hasta la fecha no ha sido demostrado.
En el mejor momento, con indicadores económicos y sociales positivos que iban a la vanguardia en comparación de otros países de la región, se produce este golpe de Estado que paraliza la economía, y con la pandemia del Covid-19 termina con la devastación total a niveles que solamente habíamos vivido en la década del 80”. Hugo Siles Analista Político
A esa campaña de desprestigio electoral, se sumaron el Alto Mando de las FFAA, la Policía Boliviana, los jerarcas de la Iglesia Católica, los gobiernos de Argentina, Ecuador, Brasil y el representante de la Unión Europea en el país, que terminó con la ruptura del orden constitucional, el golpe de Estado, la instauración del régimen de facto con Jeanine Añez y la masacre de 38 personas en Pedregal, Sacaba, Senkata, Montero y Betanzos, entre octubre y noviembre de 2019. EL MÁS NEFASTO Es en ese contexto, el analista político Hugo Siles afirma que el golpe de Estado de octubre de 2019 ha sido el episodio histórico más negro de la historia democrática de Bolivia, y que no se compara con lo vivido con los golpes militares de los años 70 y 80, en los que el país no tenía presencia internacional, estaba sometido a intereses del imperio estadounidense y se constituía apenas en un satélite del escenario internacional. En tanto que en 2019 el Estado Plurinacional de Bolivia con el Movimiento Al Socialismo no sólo fue un ejemplo en crecimiento económico de la región que le significó reconocimien-
El golpe de Estado de 2019 es el más nefasto y criminal de la historia de Bolivia, es la página más oscura de nuestra historia, incluso peor que en el gobierno de Hugo Banzer Suárez.
tos internacionales, sino que le devolvió la soberanía e independencia al pueblo boliviano. “En el mejor momento de la historia de Bolivia se da el golpe, a diferencia de cuando los golpes de Estado se daban a partir de otras lógicas porque se encontraba el país en la devastación, en crisis y a punto de su desintegración”, precisó. “En el mejor momento del país con indicadores económicos y sociales positivos que iban a la vanguardia en comparación de otros
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países de la región se produce este golpe de Estado que paraliza la economía del país, y con la pandemia del Covid-19 termina con la devastación total a niveles que solamente habíamos vivido en la década del 80 (…) Es un hecho crítico de la historia del país, por eso el golpe de Estado de 2019 es el episodio más funesto, más negro e irracional en la historia de Bolivia”, aseguró. CRIMINAL En esa línea, el analista político Gustavo Torrico dijo que lo ocurrido en octubre de 2019 no se compara con los golpes militares sangrientos y la violación de los derechos humanos de los 70 y 80, porque a pesar de ser regímenes de facto defendían la soberanía y mantenían la política económica y social nacionalista. “El golpe de Estado de 2019 es el más nefasto y criminal de la historia de Bolivia, es la página más oscura de la historia del país, porque incluso durante la dictadura de Hugo Banzer Suárez, que fue la más sangrienta con la violación de los derechos humanos, la corrupción y el narcotráfico se mantenía la forma de gobernar con una idea nacionalista”, precisó.
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La derecha desconoció los resultados antes de la elección
Un complot cívico, policial y militar apoyado por la OEA Luis Fernando Cruz La ruptura del orden constitucional de noviembre de 2019, contra el gobierno constitucional de Evo Morales del Movimiento Al Socialismo (MAS), fue cívica, política, policial y militar, bajo la complicidad de la OEA, culminó con la imposición del régimen de facto de Jeanine Añez y sus aliados Carlos Mesa de Comunidad Ciudadana (CC), Jorge Tuto Quiroga, Samuel Doria Medina de Unidad Nacional (UN) y de Luis Fernando Camacho, presidente entonces del Comité Cívico pro Santa Cruz.
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oncluida la votación el 20 de octubre de 2019 para la elección del presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, e iniciado el conteo de votos a través del sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP), no oficiales ni vinculantes, la misión de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) cuestionó que se haya suspendido el ingreso de datos, poniendo en duda la transparencia del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y reforzando la narrativa de fraude electoral. Semanas antes al día de votación, el candidato de Comunidad Ciudadana Carlos Mesa, los líderes cívicos Luis Fernando Camacho y Marco Antonio Pumari de Potosí, a través de las corporaciones mediáticas, anunciaron que no aceptarían una derrota y el triunfo del binomio Evo Morales-Álvaro García Linera, advirtiendo una movilización en defensa del voto por un presunto fraude electoral. El 21 de octubre de 2019, Carlos Mesa desconoció los
resultados preliminares y junto a Camacho, Pumari y los que fueron parte del denominado Comité de Defensa de la Democracia (Conade), entre otros, iniciaron una escalada de violentas movilizaciones en el país, a la que se sumó días después el motín de la Policía Boliviana y la sugerencia de renuncia a Evo Morales a la presidencia por el Alto Mando de las Fuerzas Armadas (FFAA), consolidándose el golpe de Estado. Entre el 8 y 12 noviembre de 2019 una reunión de políticos de derecha en la Universidad Católica Boliviana (UCB) define que la senadora por los Demócratas Jeanine Añez sea presidenta, violando la sucesión constitucional. CRONOLOGÍA El 26 de octubre, los comités cívicos llamaron a cercar la Casa Grande del Pueblo. El 2 de noviembre, Luis Fernando Camacho le da un plazo de 48 horas al presidente Evo Morales para presentar su renuncia. El 8 de noviembre, la Policía en Cochabamba se amotina. El 9 de noviembre, la Policía se repliega a sus unidades. El 9 de noviembre, manifestantes incendian las viviendas de autoridades y líder del MAS. Entre el 9 y el 12 de noviembre se ordena la intercepción del presidente Evo Morales en el aeropuerto del trópico de Cochabamba. El 10 de noviembre, Evo renuncia a la presidencia. El 11 de noviembre inicia la masacre en Pedregal, zona Sur de La Paz. El 12 de noviembre Jeanine Añez se autoproclama presidenta. El 12 de noviembre de 2019, Jeanine Añez anuncia la renuncia de la cúpula militar.
El 12 de noviembre, la Policía autoriza “la internación y porte temporal en Bolivia de armas de fuego, su munición y materiales relacionados al personal de la Agrupación Fuerzas Especiales ALACRÁN de la Gendarmería Argentina, para brindar seguridad en las instalaciones de la Embajada argentina y residencias oficiales, de fecha 13 de noviembre al 12 de diciembre de 2019”. El 13 de noviembre, el jefe de la Fuerza Aérea Boliviana Jorge Terceros envía una nota de agradecimiento a Normando Álvarez García, entonces embajador argentino en Bolivia. El 13 de noviembre en la mañana el Alto Mando Mi-
litar renuncia y al mediodía jura el nuevo Alto Mando Militar. El 14 de noviembre se efectuó una reunión de gabinete del gobierno de facto, que se denominó ‘El Gabinete de la Muerte’. Roxana Lizárraga consigue el envío de material antidisturbios desde el Ecuador. El 15 de noviembre, Jeanine Añez promulga el Decreto 4078, que eximía de responsabilidad penal a los efectivos de las Fuerzas Armadas de Bolivia. El 16 de noviembre se concreta la masacre en el puente de Huayllani de Sacaba. El 19 de noviembre, la masacre en Senkata de la ciudad de El Alto.
La sucesión de Añez fue ilegal “Para elegir presidente del Senado, paso previo para la designación del presidente provisorio de Bolivia, se debe contar con un quórum de la mitad más uno de los 36 senadores, es decir 19 legisladores, de acuerdo con su reglamento interno (…) El mismo reglamento tiene normas que, de un lado, atribuyen a la segunda vicepresidenta reemplazar a la presidenta y a la primera vicepresidenta cuando ambas se hallen ausentes y, de otro, define que corresponde la presidencia de la Cámara al bloque de la mayoría. En reunión del Senado, sin el quórum previsto en reglamento, Jeanine Añez se proclamó como presidenta de la Cámara de Senadores, en sucesión por vacancia de los cargos de presidente y primer vicepresidente. Luego, también sin el quórum requerido, en el recinto de la Asamblea Legislativa, Añez se declaró presidenta interina del Estado Plurinacional de Bolivia”, señala parte del informe del GIEI.
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