Especial - Privados de libertad 24-09-2020

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Û Reclusos demandan pronta atención a

sus necesidades

Pago de prediarios, atención en salud y la presencia de equipos multidisciplinarios son las prioridades.

JUEVES 24 de septiembre de 2020

Especial

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P R I VA D O

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Û Se expondrán

en Facebook los productos que realizan los presos

B O L I V I A

Wara Vargas

SUEÑOS QUE SE HILAN EN EL ENCIERRO

La población penitenciaria de Bolivia está conformada, en la actualidad, por 17.365 varones y mujeres distribuidos en 47 cárceles (20 urbanas y 27 provinciales).


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ESPECIAL

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Amor entre barrotes giovana de la cruz h.

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“Esta es caja de jaboneros: el que no cae, resbala”. Abel Privado de libertad

Un vaso de jugo fue la excusa perfecta para que Abel, sentenciado a 30 años de cárcel, encuentre el amor tras las rejas El sol intenso de la tarde y el ruido amplificado de un taladro hidráulico de asfalto hacen aún más larga la espera, mientras se tramita nuestro ingreso a la cárcel de San Pedro de la ciudad de La Paz. Cuando por fin se logra el permiso, tras casi una decena de llamadas, pasamos por una cámara de desinfección para ingresar a la única cárcel de varones de la urbe paceña. Entre la muchedumbre de los reclusos apareció Abel (nombre convencional), un hombre de 41 años que cumple una sentencia de 30 años. Tras registrarnos, recién nos permitieron ingresar por un pasillo obscuro donde yacía una mesa vieja y banquetas para entablar conversación con nuestro entrevistado. El también presidente del Consejo de Delegados es de tez morena, característica de los habitantes de la ciudad de El Alto, lugar donde vivía antes de llegar al penal. Viste pantalón jeans, tenis plomos con vivos naranja y un canguro plomo donde cuelga una tarjeta de dióxido de cloro al rededor del cuello. Su rostro lo cubre un barbijo de tela negro que dice JUST DOIT que traducido al español quiere decir: simplemente hazlo. Abel ya lleva preso nueve años y nos cuenta que antes de llegar a la cárcel se desempeñaba como diseñador gráfico en una empresa de exportación de muebles. Pasó seis años de su reclusión entre audiencias y trámites para alegar su inocencia, sin embargo el 2016 lo sentencian a 30 años tras las rejas por un delito el cual prefiere mantener en reserva para evitar remover viejas heridas. “Quedé en situación de abandono porque a un inicio la familia

está presente, al segundo año ya no y al tercero se olvidan. A la fecha mi familia tiene su vida echa y yo no estoy en esos planes, por eso trato de llevar una vida normal entre rejas”, asegura. El solo hecho de ingresar a la cárcel, a sus 31 años, aquel 27 de agosto de 2011, le costó poner fin a un noviazgo de casi tres aniversarios. Confiesa que la primera vez que pisó San Pedro repetía dentro suyo la frase “Sé que donde sea que esté voy a estar bien” y gracias a Dios, nos dice, así fue porque llegó a la sección Pinos, su refugio hasta el día de hoy. Describe a la sección Pinos como un sector tranquilo dentro del penal donde -asegura- existe el autocontrol para evitar situaciones de conflicto entre internos. Actualmente esta sección alberga a 199 reclusos de los 350 que había en el pasado, número que se redujo gracias a las jornadas de descongestiamiento con audiencias virtuales. “Lo único que perdí es el derecho a la libre locomoción, después mi vida sigue siendo normal, trabajo, leo libros y hago deporte”. Se le ilumina el rostro al hablar de Erika, la mujer que pintó de colores su encierro, con quien formó una familia y actualmente tienen un hijo de seis meses. La conoció entre las visitas que llegaban a internos nuevos el año 2017, donde un jugo de frutas fue la excusa perfecta para entablar una linda amistad. Este 14 de diciembre cumplen tres años juntos, tiempo que le hizo más llevadero vivir en el encierro.

De la amistad llegó el amor, un amor en libertad porque a ella, asegura, no fue capaz de esconderle su pasado y advertirle que debe cumplir un encierro de tres décadas. “Pensaba que nadie se fijaría en mí y peor aún con una pena larga. Creo que la soledad nos unió, porque ambos no tenemos el apoyo de nuestras familias”, agrega. Erika es gastrónoma y con ella emprendieron dentro del penal una pensión (lugar donde se vende comida) para sostenerse económicamente. Lasaña y costillas de cerdo al jugo, son los platos favoritos que Abel prefiere de su amada, menú con el cuál conquistaron muchos paladares dentro del recinto carcelario. Asegura que se siente privilegiado a comparación de la situación en la que se encuentran sus demás compañeros, sumergidos entre las drogas y el alcohol, debido al abandono de sus seres queridos. Sin pensarlo mucho, nos afirma que si pudiera cambiar solo una cosa para mejorar la vida de sus representados, sería la alimentación porque tienen una cocina precaria. Respecto a la pregunta sobre qué es lo que pide a las autoridades para la población carcelaria, se le hace un nudo en la garganta al frustrar las lágrimas que quieren dejarse caer diciendo: “no somos perros, queremos ser tratados como seres humanos”, al advertirnos que muchos presos cargan una pena injusta. A Abel le frustra la falta de valentía que tuvo hace cuatro años atrás, al no poder enfrentar a “grupos de poder” quienes

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atropellaban los derechos de sus mismos compañeros. “El abuso de poder, maltrato físico, extorsión, primaban en esos tiempos, pero ahora cambiaron. La lucha parte de nosotros al exponer esos abusos ante nuestras autoridades, pero antes tenían miedo de hacerlo”, acota. En la población carcelaria de San Pedro existe siete secciones fuera de la Posta y el área de aislamiento denominado Chonchocorito. Los lugares más temidos por los internos son la Grulla y Muralla, lugares de aislamiento por mal comportamiento. “Esta es caja de jaboneros, el que no cae, resbala” es el famosos refrán dentro de la cárcel y con la que Abel pide a la sociedad, ayudar en la reinserción de los reclusos que logran obtener su libertad.

EL DOBLE ANADONO En la cuarentena rígida dictaminada por la pandemia del COVID-19, asegura que buscaron auto aislarse de manera voluntaria por secciones para proteger a sus familias. Califica los tres primeros meses como tiempos tensos pero controlados. Sin embargo, nos cuenta que la situación fue complicándose en los meses de junio y julio, ya que reclusos de la tercera edad presentaban síntomas fuertes. “Las muertes fueron llegando de a poco, comenzaron en la sección del Palmar con cuatro muertos, luego le tocó a Guanay y así sucesivamente en las diferentes secciones del penal”, lamenta. Recuerda que su compañero de apellido Tirino cargaba a Hilaquita,

quien se desvaneció de cara sobre el piso al apenas llegar a la puerta del penal. El mismo, estaba preso durante 12 años, esperanzado en obtener la libertad. Sueño que se le fue arrebatado por el virus. Abel recuerda el momento que se sentó a hablar con Hilaquita, y le entristece recordar que le decía que ya estaba en los últimos trámites para encontrar la libertad y poder salir de la cárcel, sin pensar que sería la muerte quien lo encontraría primero. En total, fueron 25 las personas que fallecieron en la cárcel de San Pedro, la mayoría de la tercera edad. “Me tocó cargar personas hasta sanidad, no importando que tuvieran COVID-19”. Asegura que pese a haber enviado cartas solicitando apoyo del Sedes (Servicio Departamental de Salud), la ayuda oportuna nunca llegó. Otro de los casos es el de Macedonio Mamani Carvajal, quien tras estar seis años recluido obtuvo su libertad, pero no salió antes porque estaba aislado al ser positivo a coronavirus. Cuando por fin pudo salir a su arresto domiciliario, al siguiente día falleció. Abel, en su papel de presidente del Consejo de Delegados, nos asegura que hoy no tienen nada que festejar, porque, asegura, el encierro no se festeja. Cada 24 de septiembre se celebra a la Virgen de la Merced, conocida como la patrona de los reclusos. Por ello, en la cárcel de San Pedro celebrarán una misa recordando a las víctimas mortales del coronavirus, que cegó la vida de 25 reclusos.


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urgencia

Reclusos demandan pronta atención a cuatro necesidades

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Pago de prediarios, atención en salud y la presencia de equipos multidisciplinarios son las prioridades.

roberto medina buezo

POBLACIÓN PENITENCIARIA EN BOLIVIA Departamento

Varones

Mujeres

Total Porcentaje

Santa Cruz

6383

361

6744

38,84%

La Paz

3106

292

3398

19,57

Cochabamba

2442

03

2645

15,23

Tarija

1015

4

1019

5,87

Beni

898

28

926

5,33

Potosí

743

50

793

5,00

Oruro

767

102

869

4,57

Chuquisaca

609

37

646

3,72

Pando

314

11

325

1,87

TOTAL

16.277

1.088

17.365

100

Cárceles en centros urbanos: 20 Cárceles en provincias: 27 periodicobolivia.com.bo

Un posible rebrote de contagios de coronavirus, la demora en el pago de los prediarios, la ausencia de médicos que atiendan sus dolencias y de abogados que agilicen sus procesos son las principales preocupaciones que tienen los privados de libertad del país. Es por ello que demandaron a las diversas autoridades la pronta atención de estas necesidades. La población penitenciaria de Bolivia está conformada, en la actualidad, por 17.365 varones y mujeres, distribuidos en 47 cárceles (20 urbanas y 27 provinciales). El 73% de los presos está recluido en penales del eje troncal (La Paz, Cochabamba y Santa Cruz), así que las atenciones se deben encarar con prioridad en estas regiones. “Desde marzo hemos combatido de frente al COVID-19 con planes específicos y, a pesar de ello, en algunos recintos ingresó el virus (a excepción de Potosí); sin embargo, con medidas adoptadas como la prohibición de visitas, autoaislamiento, desinfección constante de ambientes y distribución de medicamentos se pudo contener la pandemia”, señaló al periódico Bolivia el director nacional de Régimen Penitenciario, coronel Clemente Silva. Agregó que hasta junio se habían confirmado 159 internos contagiados, 118 sospechosos, 74 dados de alta, 17 internados en centros hospitalarios y 40 fallecidos; y que en la actualidad esos casos de coronavirus “se han reducido a la mínima expresión”, como resultado del trabajo coordinado y la colaboración de los presos. “Hasta fin de mes esperamos que esté controlada la situación porque los nuevos internos son aislados como sospechosos, entre 14 a 21 días, como medida preventiva a fin de cuidarlos a ellos y al resto de la población. En San Pedro (La Paz) y Palmasola (Santa Cruz) ya se han abierto

las puertas para el ingreso de visitas, pero bajo ciertas modalidades y restricciones. Las medidas de bioseguridad, horarios, terminaciones de las cedulas de identidad, entre otras disposiciones, posibilitarán que la reapertura sea lo más normal posible, esperemos que sin rebrotes para seguridad de los reclusos y sus familiares”, acotó.

pago de prediarios Se conoce que el pago de prediarios ha sufrido una demora desde finales de 2019, y que esta situación se ahondó más por la presencia del coronavirus. De esa forma es que urge que las gobernaciones cuenten a la brevedad con las listas actualizadas de los privados de libertad, a fin de cumplir con las cancelaciones. “Observamos que esta es una preocupación latente porque los prediarios son utilizados para la alimentación, y como todo este tiempo no hubo visitas que les lleven los alimentos, los reclusos requieren pronto ese dinero para hacer sus compras”, aseguró.

equipos multidisciplinarios La presencia del coronavirus evitó que los equipos multidisciplinarios, conformados por abogados, médicos, psicólogos y trabajadoras sociales, visiten las cárceles de manera periódica, como lo hacían hasta marzo, puesto que todo tipo de visitas quedaron prohibidas; sin embargo, con las recientes flexibilizaciones ya se podrá atender las distintas demandas. “Los equipos ya podrán visitar las cárceles para atender y dar celeridad a las audiencias virtuales, a las jornadas de descongestionamiento y, sobre todo, tratar algunas dolencias y enfermedades de base que tienen muchos privados de libertad”, remarcó.

El papa Francisco visitó Palmasola y ofició una misa En julio de 2015, el papa Francisco visitó a los reclusos de la cárcel de Palmasola, considerada por entonces la más peligrosa del sistema penal boliviano. El Sumo Pontífice se quedó al menos una hora en el recinto y ofició una misa en la que les pidió a los reclusos no perder la fe en Dios, acercarse al creador y reencaminar sus vidas lejos del delito y del crimen. “El sufrimiento y la privación pueden volver egoísta a nuestro corazón y dar lugar a enfrentamientos, pero también tenemos la capacidad de convertirlo en ocasión de auténtica fraternidad. Ayúdense entre ustedes”, les pidió en aquella ocasión. En este recinto, considerado como una ciudadela en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, conviven 6.383 presos varones y 361 mujeres, 6,744 en total (el 38,84% de la población penal del país). La peligrosidad era tal, que en agosto de 2013 murieron 36 presos y un niño durante una pelea entre los presos luego de un motín que estalló cuando los miembros de una banda que estaba en el bloque de celdas B hicieron un forado en la pared del bloque A e ingresaron para atacarlos. Cuchillos, palos y lanzallamas caseros fabricados con garrafas de gas fueron usados por unos y otros presos para atacarse. El coronel Clemente Silva manifestó que antes sí era el penal más peligroso del país por la presencia de grupos delictivos que competían por las pugnas de poder. “Ahora ya no hay, y si se tratara de reactivar esa conducta tampoco lo vamos a permitir. No faltan en las cárceles quienes quieren conformar grupos de poder o pretenden distribuir o vender sustancia prohibidas, eso no se permitirá. Ahora en todas las cárceles, sobre todo en Palmasola, hay una convivencia pacífica, sin problemas entre los presos”, aseguró. La autoridad añadió que, a nivel nacional, se vive una “relativa tranquilidad” en todas las cárceles, puesto que se ha priorizado el respeto a los derechos humanos. “Estamos en permanente coordinación con ellos para escuchar sus inquietudes y solicitudes y, en la medida de lo posible, las atendemos para su bienestar”, dijo.

El Sumo Pontífice en el penal boliviano.


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a nivel nacional

Las ferias productivas ahora serán virtuales

roberto medina buezo

“A la par, relanzaremos las actividades sociales, deportivas y culturales para que los internos puedan tener una vida plena, puesto que en las prisiones solo perdieron el derecho a la locomoción, mientras que sus demás derechos están plenamente garantizados”, dijo.

verdaderos modelos

Foto: Opinión

Según el psicólogo José Manuel Pacheco, la reinserción social de las personas privadas de libertad sucede solo a partir de sus propios esfuerzos y no por una acción del Estado. Es por ello que la mayoría de los reclusos en Bolivia se dedica a la elaboración de diversos productos, que son comercializados en distintas ferias, aunque este año las exposiciones solo serán en la red internet. “La reinserción la encaramos esta gestión de manera responsable, pero muy distinta a otros años, porque hemos quedado afectados por el COVID-19, por lo tanto, las ferias productivas donde se exponen trabajos en madera, metalmecánica, costura y otros ya no serán de manera presencial, sino que participaremos en ferias virtuales. Para ello crearemos una página de Facebook a fin de promocionar estos productos”, explicó el director nacional de Régimen Penitenciario, coronel Clemente Silva. Estos trabajos que realizan los reclusos forman parte de

Se expondrán en Facebook los productos que realizan los internos en madera, costura, metal mecánica y otros.

los programas de reinserción, lo que les permitirá tener una actividad lícita y remunerada una vez que salgan libres. La comercialización de estos productos les permite a los reos obtener ingresos económicos que, en la mayoría de los casos,

son entregados a sus familiares, ya que, a pesar de su encierro, siguen siendo el sostén económico. De igual manera, Silva aseguró que se retomarán las actividades educativas y laborales en las prisiones, a fin de que los privados de libertad puedan acortar sus penas, según determinen los operadores de justicia, de acuerdo con la utilidad que le dan a sus días mientras están recluidos.

La habilidad de los artesanos es reconocida incluso en el exterior.

El Centro de Rehabilitación de Qalahuma (Viacha) y el penal de Montero (Santa Cruz) son considerados por el Régimen Penitenciario como verdaderos modelos para la reinserción de los reclusos, puesto que entre sus paredes se ejecutan diversidad de proyectos socio productivos. “Donde más éxito hemos tenido es en Montero, ya que hay una buena actividad agrícola, además de trabajos en madera y metalmecánica. De cada 10 privados de libertad que salen de ahí, nueve nunca más vuelven, entonces el trabajo ahí es positivo y ello es lo que queremos irradiar a otros recintos”, apuntó.

De los 17.365 privados de libertad que hay en las 47 cárceles del país, 13.000 (75%) están detenidos preventivamente, es decir, su incertidumbre crece a diario porque desconocen cuándo serán sentenciados o absueltos. Esta retardación de justicia es una violación a sus derechos ya que, en muchos casos, se conoció que hubo gente que estuvo recluida en las cárceles durante muchos años, incluso más de lo que habría estado con una sentencia. De igual manera, esta situación provoca el hacinamiento carcelario, por lo que los presos, ante la imposibilidad de contar con una celda, conviven en pasillos y otros espacios comunes.

modernidad en las audiencias Si bien la presencia del coronavirus en las cárceles evitó la presencia de gente externa, el Órgano Judicial implementó la plataforma Blackboard, una sala de justicia virtual que

permitió, en 45 minutos por audiencia, emitir resoluciones y sentencias. “Para nosotros, como administración de justicia, es un éxito, por lo tanto tiene que seguir el teletrabajo sin la mediación personal”, manifestó la vocal de la Sala Penal Tercera de La Paz, Margot Pérez. Antes de la pandemia, era común que las audiencias de manera presencial se suspendan por la presentación de incidentes, ausencia de las partes o incluso de los jueces; sin embargo; mediante el uso de la tecnología, se garantiza que los imputados, las víctimas, los jueces, abogados y fiscales estén presentes. Las jornadas de descongestionamiento fueron otro acierto de la justicia, es así que otro importante grupo de reclusos se benefició en esta gestión con medidas sustitutivas, alternativas o detención domiciliaria, lo que redujo un poco más el hacinamiento.

Infobae

El 75% de los reclusos está detenido preventivamente

Las cárceles en Bolivia se han convertido en miniciudades.

Datos MM El hacinamiento carcelario en Bolivia es de al menos el 200%. MM El Gobierno contempla los proyectos de ampliación y construcción de tres

nuevos complejos penitenciarios en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz. MM Está previsto que esas prisiones alberguen a 23.260 privados de libertad.


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