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Miradas de mujer
Con el corazón verde y las manos en la tierra Vicky Ossio
Juan Pablo Garcia Montero
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Desde niña soñaba vivir rodeada de animales, como en la película 101 dálmatas (una de sus favoritas), pero lo que a Vicky Ossio no se le pasó por la cabeza fue que, después de algunos años, ese sueño se haría realidad.
Ossio, junto con Marcelo Levi, su esposo, son fundadores de Senda Verde, un refugio de animales silvestres ubicado en Yolosa, provincia Nor Yungas, a 7 kilómetros de Coroico y a dos horas de la urbe paceña, donde viven en compañía de aproximadamente 800 animales.
“Uno de los recuerdos más lindos que tengo de la infancia son las vacaciones familiares en la finca de mi abuela, en Charagua, Santa Cruz. La granja estaba llena de gallinas, patos, pavos y otros animalitos”, recordó la activista nacida en Camiri. Afirmó que ese fue el origen del amor que siente por la vida campestre.
Siempre comprometidos con el tema verde, hace 17 años la pareja llegó a la región yungueña con el afán de crear un lugar recreacional para campamentos escolares y familiares, en el que las personas entren en contacto con la naturaleza.
“No puedes pedirle a alguien que cuide algo que no conoce, es por eso que teníamos la intención de proporcionar esta experiencia en la que las personas puedan apreciar la naturaleza de manera directa, ya que en La Paz no se suele salir mucho al campo debido al clima o a otros factores que impiden tener este tipo de vivencias en familia”, sostuvo Ossio.
El proyecto de vida que la pareja decidió llevar marchaba con total normalidad hasta que, en 2004, llegó Ciruelo, un mono capuchino que fue rescatado por Marcelo. “Era un animalito que estaba siendo traficado”, señaló la rescatista.
“Entonces llamamos a un parque de protección animal y nos dijeron que vendrían en un mes, hasta eso llegó otra monita en la misma situación, luego aparecieron parabas y así demás animales”, relató.
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El 2007 llegó Aruma, un oso jukumari. “Entonces la cosa se puso seria y nos sentamos a debatir. Llegamos a la conclusión de que nuestra casa sería un lugar para darles una segunda oportunidad de vida a aquellos animales víctimas del tráfico. Y aquí estamos”, contó Ossio. 13 años después, Ciruelo es el mono alfa de alrededor de 90 monos capuchinos. Senda Verde cuenta con más de 20 hectáreas que albergan aproximadamente 65 especies silvestres, entre mamíferos, aves y reptiles.
Además de recibir especies que fueron arrancadas de su hábitat natural con el afán de comercializarlas, Senda Verde también acoge animales humanizados debido a la crianza en calidad de mascotas, que son decomisados por la Policía Forestal y Preservación del Medio Ambiente (Pofoma).
Al respecto, la animalista aseguró que ella no está de acuerdo con el decomiso de los animales domesticados.
“Supongamos que se trata de un animalito que vive 5 o 10 años con una familia y que un día venga la Policía con la ley en la mano y se los quite, eso no se puede hacer porque para ese animal su familia es esa familia y su hábitat es esa casa”, reflexionó.
“La gente sigue pensando que los animales son objetos y que no tienen sentimientos, al sacarlos de la casa donde viven se les hace muchísimo más daño que la primera vez que se los saca de su hábitat natural”, afirmó Ossio.
“Obviamente se decomisa cuando hay maltrato, además que la ley dice que no se puede tener animales silvestres en las casas, pero arrancarlos del lugar y de las personas a las que están acostumbrados es un trauma terrible”, aseguró.
“Senda Verde es una oportunidad para los animales que son rescatados del tráfico silvestre, no es un lugar para rescatar mascotas”, aclaró la directora del establecimiento.
Cuando un animal humanizado llega al refugio, Ossio explicó que “las chances de que sobrevivan son muy bajas, porque extrañan a su familia y se ponen muy tristes, a tal punto que dejan de comer y como consecuencia pierden peso, se enferman y, finalmente, mueren”.
1 y 2. La animalista y algunos animales rescatados. 3. La pareja llegó a la zona hace más de 15 años. Fotos: Senda
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“Hay mucha gente que reniega y dice que los animales deben estar libres. Lo que no hay que hacer es sacarlos de su hábitat, en lugar de pelear contra los zoológicos o refugios de animales debemos unir nuestras fuerzas y luchar en contra del tráfico o por la pérdida de hábitat a causa de la tala de bosques o incendios que amenazan la vida silvestre. Ese es el origen del problema”, lamentó la activista.
ANIMALES EN CUARENTENA
Debido al confinamiento, la estabilidad económica de Senda Verde se vio afectada de manera drástica.
“De un día para el otro el ingreso se volvió cero. Porque se mantiene a los animales con las entradas de las visitas escolares o con el dinero que los voluntarios internacionales pagan por su comida y para la alimentación de los animales. En la cuarentena todo se fue a cero”, lamentó.
En consecuencia, Vicky y Marcelo se vieron obligados a pedir ayuda económica. “Después de un par de días de angustia extrema, comenzamos con campañas para recolectar dinero”, contó Ossio, de manera agradecida por los corazones solidarios que aportaron con su granito de arena al número de cuenta 150-1737557 (BNB), a nombre de La Senda Verde, NIT 211112029, que hasta el día de hoy sigue disponible para recibir las donaciones.
Posteriormente, se organizó otra campaña con los 28 centros de custodia de fauna silvestre del país junto con la ayuda de la Dirección General de Biodiversidad y Áreas Protegidas, que les ayudó abriendo una cuenta en el Banco Económico con el número 2081420542, a nombre de La Senda Verde, monto que será distribuido de acuerdo con la dimensión, no solo en número, sino tomando en cuenta el tipo de animales que cada refugio alberga.
4 y 5. El refugio cuenta con más de 20 hectáreas, donde se alberga a cerca de 65 especies silvestres (mamíferos, aves y reptiles).
Fotos: Senda Verde
Vicky Ossio, en su rol de activista voluntaria y al no recibir sueldo alguno, sugiere que el Gobierno tiene que invertir los recursos necesarios para ayudar a los centros de custodia animal, sobre todo para usarlos en caso de emergencia.
“Entre todos los centros de custodia necesitamos aproximadamente como dos y medio millones de bolivianos para alimentar a los animales solo hasta diciembre, sin contar sueldos ni gastos veterinarios”, calculó Ossio.
LOS HUMANOS
Si bien la situación por la que atravesamos se debe a una enfermedad zoonótica, la animalista denuncia que los principales causantes del virus somos los humanos.
“En esta pandemia solo estamos cosechando lo que sembramos (…), la culpa no la tiene un animal, porque ellos no nos contagian de manera directa, esto sucede porque se tratan animales, porque se los saca de su hábitat e incluso se los comen vivos. El otro gran problema se debe a la sobrepoblación. Como los humanos nos creemos los dueños del planeta, los animales mas inteligentes, vamos avanzando, invadiendo el hábitat
silvestre y destruyendo ecosistemas”, aclaró Vicky. La activista también anunció que hace un año Senda Verde comenzó con un proyecto de conservación de medio ambiente en el que planea trabajar con cuatro polinizadores: abejas, mariposas, colibrís e incluso
“murciélagos, que, aunque la gente les tenga miedo, son grandes depredadores de semillas y sumamente beneficiosos para los ecosistemas”.
Vicky tiene la esperanza puesta en que esta situación nos convierta en mejores personas, más respetuosas por la naturaleza y todo lo que conforma el medio ambiente, ejemplificando que a ella, desde muy pequeña, le enseñaron no solo a querer a los animales, sino a amarlos.
“Mi papá siempre fue cariñoso con las mascotas, era doctor y aún lo recuerdo con lágrimas en sus ojos cuando trataba de curar a una de mis perritas que estaba en las últimas. Me marcó tanto que relacioné ese mismo momento cuando vi a mi padre llorar mientras curaba a su madre, mi abuelita. Entonces supe de aquel verdadero valor sentimental”, finalizó la protectora de animales.
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6. Marcelo Levy, al igual que su esposa, entrega su vida a los animales. 7. El refugio posee aproximadamente 800 animales.