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Martes 17 de agosto de 2021
ESPECIAL
Testimonios inéditos de las masacres de 2019
Parte I
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l 19 de noviembre fue un día negro para muchos ciudadanos de El Alto, sobre todo en la zona de Senkata, donde fueron reprimidos por la Policía Boliviana y militares por órdenes del gobierno de facto, ese día Cipriano Chapetón no pensó que cambiaría su vida. Chapetón, de 43 años, inicia su relato de lo sucedido en esa jornada. Esa mañana, al ver que en su casa no había nada para comer, salió en busca de alimentos, ya que con los conflictos que se suscitaron después de las elecciones de octubre y la renuncia del entonces presidente Evo Morales, las verduras, frutas y carnes escasearon y no llegaban a La Paz. Al salir de su hogar se dirigió a la Ceja de El Alto y esperanzado pensó que podría encontrar alimentos para llevar a su familia, pero ese día no llegó a su destino, no llevó nada y tampoco retornó; fue solo al hospital, ya que al pasar por Senkata recibió una bala de la Policía. “Me balearon, pensé que me arrojaron con piedra o con un palo, como si me hubieran empujado sentí y luego vi mi mano, estaba colgando. Tuve que agarrarla con mi otro brazo y fui a la clínica de Villa Dolores, estaba enojado, todos me querían ayudar, pero me fui, en la calle por donde iba goteaba la sangre”, dijo Chapetón. Los policías hirieron a muchas personas, quienes fueron al hospital de Villa Dolores para después ser derivados al Hospital Holandés, donde según las declaraciones de Chapetón fueron maltratados y en algunos casos castigados. “En vez de curarnos y auxilia rnos recibimos insultos de parte de las enfermeras y doctores, que nos reclamaban a que habíamos ido. ‘Seguro eres uno de los vándalos, un terrorista, se irán directo a la cárcel’, me dijeron”, recordó Cipriano, quien contó que al escuchar eso muchos de los heridos, en las piernas, ma-
SIENTE IMPOTENCIA PORQUE NO PUEDE AYUDAR COMO ANTES A SU FAMILIA
Cipriano: “No soy el mismo desde el 19 de noviembre” Ese día fue a comprar alimentos para su hogar, pero le llegó una bala en el brazo izquierdo y al llegar a un centro médico buscando atención fue maltratado.
dad de El Alto, dejó un saldo de 10 personas muertas y decenas de heridos.
LIDIA PATTY
// FOTO: ARCHIVO
REDACCIÓN CENTRAL
Martes 17 de agosto de 2021
Tanquetas militares en Senkata, en El Alto.
nos y cuerpo, prefirieron escapar y buscar otro lugar para ser atendidos. Lamentablemente, ese día cientos de personas en la ciudad de El Alto sufrieron discriminación, al punto de que eran insultadas, golpeadas y amenazadas. Pero él se quedó en el lugar porque no pertenecía al grupo de personas que estaban protesta ndo, por lo que reclamó que se le atendiera, pero ello conllevó a que los galenos lo tacharan de malcriado, por lo que recibiría su castigo. Al entrar a tomarse los estudios de rayos X, se evidenció una bala en su brazo, le pi-
dieron que se quedara en ese nosocomio, que lo atenderían bien, porque él ya estaba decidido a irse de allí, y su esposa, que llegó poco después, le dijo que todo estaba cerrado y que si le dijeron que le ayudarían, se quedara. Aceptó quedarse y ser tratado allí, pero grande fue su sorpresa cuando le pusieron un cartón para sostener su brazo con un huato que pasaba por su cuello, lo que provocó que en las siguientes dos semanas su herida se infectara gravemente al punto de no aguantar el dolor. “Escuche, ya cumplió con su castigo, ya tiene que comprarse una férula, y me dijeron ‘tienes que hacerte comprar porque se está infectando’ y me hicieron comprar una placa y unos huesos sintéticos”, relató. Una vez que comenzó a utilizar una férula el dolor fue disminuyendo.
Para poder comprar lo que necesitaba, para su tratamiento y operación, tuvo que gastar el dinero que había guardado para los estudios de sus cuatro hijos, pero además tuvo que prestarse dinero, deuda que continúa pagando. Ahora las consecuencias para Cipriano son duras, debido a que tiene pesadillas, por las noches le dan ganas de llorar debido a la impotencia que siente de ya no poder ayudar como antes en su hogar, siendo que al ser albañil ya no puede ejercer esa profesión, porque es un trabajo muy pesado. “Ya no soy el mismo que era antes, porque nos mataron en vida, ya no somos los mismos que éramos antes, mi familia dice eso”, agregó. El 19 de noviembre de 2019, la intervención de la Policía y de los militares en la zona de Senkata, de la ciu-
“Muchos están llorando. Han baleado en Senkata, en Sacaba; por eso hice la denuncia”, afirmó Lidia Patty, la exdiputada que puso en el banquillo de los acusados a Jeanine Añez, de quien dijo que se autoproclamó presidenta saltando los pasos exigidos para la sucesión constitucional. “Por ese delito la están juzgando”, agregó, durante una entrevista en el programa Somos Democracia, difundido por Bolivia TV el lunes mediante una alianza de los medios estatales, según la ABI. Patty hizo un recuento de los días previos al golpe de Estado, las restricciones para ingresar al Legislativo, las violaciones a la Constitución, los atropellos sufridos por los diputados y el sufrimiento de las víctimas del golpe de Estado. El 26 de noviembre de 2020, la exdiputada presentó una acusación formal contra Añez y varios de sus colaboradores que instauraron el Gobierno de facto por los delitos de terrorismo, sedición y conspiración. La exasambleísta aseguró que obra en defensa del pueblo boliviano. Indicó que ella, varios diputados y senadores fueron impedidos de ingresar a la Asamblea Legislativa Plurinacional por los policías que atropellaron a los legisladores y hasta les produjeron varios moretones. “Jeanine Añez dice que es cristiana, pero en la Biblia indica que no se debe matar al prójimo. Ahora va a tener tiempo para leer la Biblia”, dijo Patty, quien insistió que el pueblo pide justicia por los asesinatos que se cometieron.
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Testimonios inéditos de las masacres de 2019 PARTE I
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SU HERMANO RECIBIÓ UN IMPACTO DE BALA POR PARTE DE LOS MILITARES
Gloria: “Querían esconder los cuerpos de fallecidos por bala” Los familiares de las víctimas de Senkata rechazaron la indemnización que ofreció el gobierno de facto y eligieron buscar justicia. Gonzalo Mamani, víctima de la masacre de Senkata.
LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN NO REFLEJARON NADA
Mamani fue herido por defender la wiphala REDACCIÓN CENTRAL
En noviembre de 2019, Gonzalo Mamani, víctima de la masacre de Senkata, salió de su casa en defensa de la wiphala porque le dio coraje cuando vio a los policías cortar la bandera de sus uniformes y quemarla. En entrevista con el programa Somos Democracia, relató que al intentar ayudar a una mujer de pollera que fue agredida por hacer ondear la wiphala y una bandera blanca recibió disparos por parte de la policía. “A mi compañero y a mí nos dispararon, me dieron en la espalda, me caí y no podía levantarme. Había muchos heridos, pero ningún medio de comunicación hablaba de eso, pero ese día nos han disparado, nos han acribillado”, dijo Mamani.
Nunca pensó, dijo, que los policías actuaran con tanta violencia disparando a todos los que transitaban en el lugar. Acudió a un centro de salud en El Alto con la esperanza de seguir con vida porque su esposa estaba embarazada. “Tardé cuatro meses en recuperarme, mi pareja se hizo cargo de los gastos. En la pandemia nació mi hija, no tenía ni para el pañal. Fui a trabajar con ella de albañil, pero se enfermó, necesitaba una cirugía, no había ni un médico que la atienda y murió”, contó con lágrimas. Ahora sólo espera que se haga justicia por todas las vidas destruidas en la masacre. Mamani es la primera vez que se presentó a un set de televisión para contar su historia.
REDACCIÓN CENTRAL
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congojada y con lágrimas, Gloria Quisbert manifiesta que hasta ahora no puede olvidar el momento en que vio a muchos jóvenes fallecer en la masacre de Senkata, entre ellos su hermano Antonio Ronald Quisbert Ticona. Desde el 19 de noviembre de 2019 es la presidenta de los familiares de las víctimas de Senkata, en El Alto, contó en el programa Somos Democracia, de la red de medios estatales. Ese día su hermano salió de su casa para cobrar su sueldo, pero lo encontraron tendido sobre una banqueta de la iglesia de Senkata ya muerto, tapado con una wiphala. “Estábamos rodeados de militares toda la iglesia, querían sacar los cuerpos para esconderlo, llegaron dos minibuses para llevarlos a la morgue, nosotros no lo hemos permitido”, recordó. Su hermano recibió un impacto de bala al igual que otros 10 jóvenes que fallecieron en el hospital por falta de atención médica oportuna. “Los mismos médicos decían que éramos masistas, que no nos merecemos estar en el pueblo y dejaron morir a esos jóvenes que tenían la vida por delante”. El 21 de noviembre, los fa-
Jóvenes de Yapacaní piden justicia por hechos de 2019 ABI
El presidente de las Juventudes de Yapacaní, Santa Cruz, Wálter Sauma, dijo que en 2019, por el golpe de Estado, al menos una persona fue asesinada a balazos y otras 33 fueron arrestadas de manera ilegal. Las declaraciones del dirigen-
te se produjeron este martes en el programa 180, de radio Patria Nueva, a propósito de las secuelas del régimen de Añez. Dijo que el joven asesinado recibió impactos de bala mientras se encontraba en el puente de Yapacaní. Explicó que luego se detuvo a 33 personas de forma ilegal y
se las acusó de terroristas, pese a que no tenían ninguna prueba al respecto. “Ahora pedimos justicia para las víctimas”, solicitó el dirigente de Yapacaní, quien lamentó que en el balance de las vulneraciones cometidas en ese periodo no se mencione con frecuencia a los caídos
La presidenta de los familiares de las víctimas de Senkata en Bolivia TV.
miliares de las víctimas y los vecinos se organizaron para bajar al centro de La Paz cargados de los ataúdes a demandar justicia; en esa oportunidad también fueron violentados y gasificados. La plaza Murillo estaba rodeada de tanques militares. “Muchos decían que los ataúdes estaban vacíos, pero no fue así (...) Yo no quería separarme de mi hermano, pero los de la UTOP me han empujado hasta dejarme inconsciente y me llevaron hasta el Hospital de Clínicas, donde también me querían hacer desaparecer. Recién reaccione el 22 (de noviembre)”, recuerda Quisbert
en esa región. El dirigente dijo que los jóvenes están dispuestos a marchar hacia la ciudad de Santa Cruz para defender la democracia y contrarrestar las amenazas vertidas por los dirigentes cívicos y políticos cruceños, en sentido de querer repetir el golpe de Estado de 2019. Las protestas se suman a las de las familias de las víctimas que están en la ciudad de La Paz exigiendo justicia por los fallecidos durante los lamentables sucesos de 2019.
derramando lágrimas. Lamentó que la expresidenta de facto ofreciera dinero por los muertos mediante un decreto supremo de indemnización que no cumplió. “No aceptamos ese decreto, nosotros presentamos varios puntos para exigir justicia y juicio de responsabilidades contra los asesinados de nuestros familiares y heridos, pero ellos (exautoridades) no querían aceptar, lo eliminaron (...) Pero tampoco cumplieron ese documento”, dijo Gloria, quien señaló que desde el primer momento exigieron justicia para las víctimas y siguen en la lucha.
FOTOS: GONZALO JALLASI
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Alison muestra las radiografías de su esposo en el programa Somos Democracia.
REDACCIÓN CENTRAL
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ntre sollozos y con una pena muy honda en el corazón, Alison Ramírez Avendaño, esposa de Calixto Guanaco, de ocupación costurero, recordó aquel oscuro martes 19 de noviembre de 2019, cuando su compañero salió de su hogar para comprar material de costura y alimento para su familia porque ya no había qué comer debido a los conflictos, y nunca más regresó. Esa mañana, Calixto se sentó a tomar desayuno con su familia, jugó incluso con sus hijos y cuando se aprestaba a salir de su casa su hijo mayor que en ese entonces tenía seis años lo abrazó y no quiso que salga. Como si estuviera despidiéndose de su familia, Calixto besó a su mujer, le dijo lo mucho que la quería y que no la dejaría jamás. Pasaron más de nueve horas desde que él salió de su casa y no volvía, Alison llamó insistentemente al celular de su esposo, hasta que contestó un médico, quien le informó que Calixto fue herido en la cabeza y nadie quería atenderlo. En ese momento su mundo se derrumbó. No sabía qué hacer, llamó desesperada a su padre para pedirle ayuda, pero vanos fueron sus esfuerzos, ya que era imposible que se trasladara a su hogar, puesto que todo estaba boqueado. La mañana siguiente salió muy temprano de su casa, con sus wawas, y vio cómo gente que tenía celulares en la mano era golpeada sin piedad por los policías en la ciudad de El Alto. “Parecía un infierno, no podía creer lo que estaba pasando, mi hijito lloraba y no pude consolarlo. Con mucho esfuerzo llegué al hospital donde se encontraba mi es-
Fotografía de Calixto en una cama de hospital.
UN IMPACTO DE BALA LO MATÓ EN SENKATA
Calixto fue otra víctima inocente de los luctuosos hechos de 2019 La bala le destrozó parte del cerebro y estuvo tres días entubado. Como una vela se fue apagando y falleció dejando en orfandad a tres sus hijos. A dos años de lo sucedido, aún lloran su partida.
Ella suplica justicia por su esposo
Represión militar policial en Senkata con varios muertos como resultado.
poso y el médico me informó que una bala le había destrozado el cráneo y que no se podía hacer nada”, relató. Le suplicó al galeno que hicieran lo imposible para salvar la vida de Calixto, pero tenía muerte cerebral y lo mantenían con vida a través de unos tubos. Al tercer día falleció y desconectaron los aparatos médicos que lo mantenían vivo. “Se apagó como una vela, como un foquito. Mi hijito se enteró que su padre falleció por los medios de comunicación y ni siquiera tuvimos ayuda psicológica. Mi hijito anda-
ba agarrado de la fotografía de mi esposo y no paraba de llorar, eso me partía el alma como madre, pues no podía hacer nada, me sentía impotente”, señaló Alison. Desde ese día su vida y la de su familia cambió, pues dejó de vender chamarras y se dedica ahora a vender aretes en la Ceja de El Alto para mantener a sus hijos.
RECIBIÓ MALOS TRATOS DE LOS MÉDICOS
Alison con impotencia asevera que los galenos que aten-
dieron a su esposo no demostraron humanidad alguna, toda vez que cuando le informan que su esposo estaba muerto y que debían desconectar las maquinas, la llevaron al lecho de Calixto, le abrieron uno de los ojos e inclusive desconectaron los aparatos para que se convenciera de que no reaccionaba a nada. Entre lágrimas, manifestó que esa actitud del médico fue muy dolorosa y que no pudo soportarla y pidió que lo dejaran, porque ella pensaba que estaba dormido y que algún momento despertaría.
Hoy, a más de dos años, Alison clama justicia debido a la muerte de su esposo, porque asesinaron a un hombre inocente, destruyeron una vida, la de su familia y los sueños de sus hijos, que aún no encuentran consuelo por la muerte de su padre. Afirmó que no descansará hasta encontrar al responsable de la muerte de su esposo porque no fue un maleante, un borracho. Es una agresión y un insulto decir que los alteños se mataron entre ellos mismos, como lo dijeron los ministros del gobierno de facto de Jeanine Añez. “Lo que yo pido es justicia por mi esposo. Todos lo confunden con lo que pasó. Fue masacre, violaron sus derechos, él tenía derecho a la vida. Yo llegaré adonde sea con mi verdad porque no tengo miedo de decirle al asesinó que mató a Calixto, por qué lo hizo, quiero que me explique y me diga cuál es el motivo para segar su vida”, puntualizó Alison, entre sollozos.
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Testimonios inéditos de las masacres de 2019 PARTE I
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AÑEZ VIOLÓ LOS PROCEDIMIENTOS CONSTITUCIONALES PARA TOMAR EL PODER
Torrico pide acelerar juicio contra Añez por Senkata Aseguró que la derecha gestó el golpe de Estado desde 2016 anunciando permanentemente que habría un fraude electoral en las elecciones nacionales. REDACCIÓN CENTRAL
Damiana Quispe en el programa Somos Democracia.
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l asambleísta por el Movimiento Al Socialismo (MAS) Gustavo Torrico pidió a la justicia actuar de manera acelerada en el proceso investigativo que sigue el Ministerio Público contra Jeanine Añez por las muertes y masacres de bolivianos en noviembre de 2019. La autoridad afirmó que por todos los delitos que cometió el gobierno de facto, encabezado por Añez, deben ser juzgados en un juicio ordinario y no en un juicio de responsabilidades, ya que asumió el poder vulnerando y pisoteando la propia Constitución Política del Estado y el Reglamento de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP). Torrico señaló que el golpe de Estado comenzó a ser gestado por la derecha tiempo antes, bajo el argumento de que se cometería un fraude electoral en las elecciones nacionales y pusieron como pretexto para consolidar su objetivo el freno del conteo rápido de votos a través del Direpre. Indicó también que el responsable de generar este golpe fue Carlos Mesa, quien en una de sus declaraciones llamó a los bolivianos a salir a las calles a defender el voto ciudadano, generándose moviliza-
FALLECIÓ EN LOS CONFLICTOS DE SENKATA
Damiana Quispe pide justicia para su yerno REDACCIÓN CENTRAL
El asambleísta Gustavo Torrico.
ciones y conflictos sociales en todo el país. “La transmisión de conteo rápido de votos ni siquiera fue vinculante, el control se hace acta por acta y si uno tiene observaciones puede remitirse al Tribunal Supremo Electoral para ver esta situación”, dijo. El asambleísta departamental, haciendo un resumen de lo ocurrido en 2019, puntualizó que las autoridades del Legislativo renunciaron a sus cargos por presión de los manifestantes que en ese entonces procedieron a quemar las
casas de varios ministros y secuestrar a sus familiares para que renuncien, hecho que fue muy bien aprovechado por Añez, quien al no tener quórum en las cámaras de Senadores y Diputados se autoproclama como presidenta. Explicó que el proceso legal que debería seguir Añez en ese momento es convocar a sesión tanto de la Cámara de Senadores como Diputados para que ahí se elija a las directivas, quienes serían las encargadas de definir la persona que dirigiría el destino del país, hecho que no ocurrió.
Con hondo pesar y con lágrimas en los ojos, Damiana Quispe pidió justicia por su yerno Clemente Eloy Mamani Santander, quien falleció producto de un impacto de bala que terminó con su vida en los conflictos registrados en Senkata en el gobierno de facto de Añez. “Yo quiero justicia para mi yerno, mi hija ha quedado sola, mi yerno no estaba haciendo nada, me lo han matado, tenía una vida por delante y queremos que se haga justicia”, pidió. La señora Quispe relató que ese noviembre de 2019 su yerno salió de su casa con su esposa para que se haga el control prenatal y al observar que había gente que pedía auxilio, se dirigió al
Bladimir recibió un disparo en la boca y sobrevivió REDACCIÓN CENTRAL
Bladimir relata cómo vivió el golpe.
Bladimir Huarachi Flores es un sobreviviente de los excesos y represión en Senkata en 2019, cuando mediante el Decreto Supremo 4078 la entonces presidenta de facto Jeanine Añez autorizó a las fuerzas militares a disparar contra gente inocente que protestaba
por recuperar la democracia. Cuenta el joven que cuando se dirigía de su casa hacia su trabajo en el Teleférico, a la altura de la extranca de Senkata, observó un tumulto de gente aglomerada y bastante humo producto de los gases lacrimógenos que lanzaban los policías para disipar a las personas que
se encontraban en el lugar. Apuró su pasó y de pronto sintió un fuerte golpe en su rostro, era un impacto de bala que le destrozó los dientes, cayó al suelo, y vio como caían sus dientes y la sangre brotaba. Al ver que Bladimir sangraba por la boca, los manifestantes gritaron “¡Un herido!”, y lo
lugar (Senkata) para tratar de socorrer a las personas que caían al suelo producto de las balas que disparaban los militares. En ese momento fue cuando le dispararon y cayó al piso, la gente lo trasladó hasta el Hospital Japonés, pero ahí no querían atenderlo y lo llevaron al nosocomio Corazón de Jesús, donde los doctores le pidieron a los familiares que compraran unidades de sangre y cuando llegaron les informaron que había fallecido. La señora, acongojada por lo vivido, contó que tras la muerte de su yerno trataron de quitarle a su nieta cuando nació por el sólo hecho de que el papel que extiende el hospital de nacido vivo no tenía la firma del padre.
llevaron a un cuarto donde estaban otras personas que también habían sido víctimas de impactos de bala. El ambiente era desolador porque muchos pedían ser atendidos y otros simplemente morían por la gravidez de sus heridas Lo llevaron a una posta médica cerca de la extranca de Senkata, donde le pusieron analgésicos para calmar el dolor y el galeno que lo atendió le dijo que sus dientes le habían servido como escudo de lo contrario la bala le hubiese destrozado el rostro.
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VARIAS PERSONAS FALLECIERON Y FUERON HERIDAS DE BALA POR EXIGIR TRABAJAR
Víctimas de Montero exigen justicia por represión en 2019 Gonzalo Mamani, víctima de la masacre de Senkata.
EL PROYECTIL IMPACTÓ EN LA FRENTE Y SE QUEDÓ EN LA NUCA
Un impacto de bala siega la vida de Rudy Vásquez REDACCIÓN CENTRAL
Rudy Cristian Vásquez Condori era un joven de 23 años, tenía toda una vida por delante para cumplir sus sueños de llegar a ser un general de policía, ayudar a su familia y su madre, pero falleció el 19 de noviembre de 2019 por un impacto de bala en la masacre de Senkata. Todo sucedió la tarde de aquel 19 de noviembre, cuando el joven se dirige a ver a su tío y en ese momento es impactado por una bala en la frente. Los vecinos del lugar lo trasladan de inmediato a una posta sanitaria para que los médicos puedan salvarle la vida, pero llega sin signos vitales. La madre, María Condori, quien se encontraba vendiendo en su pequeño negocio, se entera de la noticia a través de sus vecinos e inmediatamente se dirige a la posta sanitaria. Enor-
me congoja sintió al ver a su hijo todo ensangrentado. Rudy es trasladado en una ambulancia del Hospital Holandés a una clínica particular, pero los galenos no quisieron atenderlo por falta de especialista y luego de peregrinar por más de una hora logran llevarlo hasta el Hospital General, donde quisieron salvarle la vida pero ya era tarde, porque había fallecido en el trayecto. María relató que una enfermera gritó: “Que hace aquí este terrorista, este sedicioso, a qué vinieron aquí”. Esas palabras le colmaron de bronca y quiso responder, pero sus familiares le impidieron hacerlo. Acongojada todavía por lo sucedido, María con lágrimas en los ojos dijo que su hijo dejó una gran deuda bancaria que ahora ella se hace cargo, ya que quedó sola debido a que su esposo también falleció en las mismas circunstancias que Rudy.
Piden igualdad y justicia para todos sin importar la condición y los cargos por los vejámenes que se cometieron en el golpe de Estado. REDACCIÓN CENTRAL
“
Pedimos garantías para las víctimas de octubre y noviembre de 2019, porque tenemos miedo por nuestras familias y por todos quienes ahora piden justicia por todo lo ocurrido en Santa Cruz”, manifestó la representante de la Asociación de Víctimas del Golpe de Estado de 2019 en Montero. Rompiendo el silencio y dispuesta a dar a conocer lo que verdaderamente sucedió en esa región, Vanesa Lisa Arteaga, representante de dicha asociación, en entrevista en el programa Somos Democracia que se difunde en Bolivia TV, a través de la red de medios estatales, pidió que también se investiguen los vejámenes que cometieron los miembros de la Unión Juvenil Cruceñista, los policías y militares que estuvieron amparados por la expresidenta golpista Jeanine Añez. “Estamos aquí porque queremos que se construya una memoria histórica nacional, que creo que es lo justo, queremos que se mencione a Santa Cruz, ya que las vísperas del intento de golpe de Estado se da en este departamento a partir del 25 de octubre, comenzando con un paro de 21 días, donde se prohibía salir a trabajar”, manifestó.
Madre pierde a su hijo en conflictos de Montero ABI
Sonia Soto Miranda, quien radica en Tarija, llegó a la ciudad de La Paz para informar cómo falleció su hijo Robert Ariel Calisaya de tan sólo 20 años en las represiones que se registraron en Montero, Santa Cruz, en octubre de 2019.
Con lágrimas en los ojos, Sonia señaló que su hijo se fue a Montero para buscar una mejor vida y siempre mantenía contacto con su familia, pero el 13 de noviembre cae en la calle por un disparo de arma de fuego, a quema ropa. “He callado por más de un año y la verdad tengo miedo, me armé
de valor para venir aquí y contar mi verdad de lo ocurrido en Montero, pido justicia y que se hable también de este lugar”, dijo entre sollozos. Una llamada telefónica le informó sobre la muerte de su hijo y las fotos que estaban en las redes sociales, donde se observaba al joven tirado en el piso. La ma-
Representante de la Asociación de Víctimas del Golpe de Estado en Montero.
Vanesa relató que tres de sus hermanos fueron perseguidos con órdenes internacionales, uno de ellos aún se encuentra detenido y los otros dos recibieron impactos de bala que permanecen todavía en sus cuerpos. Acongojada indicó que el 26 de octubre la gente llama a un cabildo pidiendo el derecho al trabajo, libre tránsito y no a la discriminación, donde el barrio Cofadena participa masivamente. A partir de ese momento comienzan las amenazas y ataques de la Unión Judre peregrinó para llegar a Montero y cuando estuvo en el lugar el cuerpo de Robert estaba siendo velado en el mercado. Horas antes, los vecinos y comerciantes del lugar molestos por esta muerte deciden trasladar el cuerpo del muchacho en un ataúd hasta la Policía, pero los uniformados patean con saña en cajón y en la intención de defensa, la prima de Sonia es disparada con balines por los policías que usando gases lacrimógenos logran disipar a la gente que exigía justicia.
venil Cruceñista que de forma diaria rodeaba el barrio, disparando y quemando viviendas. Cuando venían a acechar al barrio, los vecinos e inclusive las autoridades municipales apagaban sus celulares por temor a lo que les podría pasar y el 30 de octubre se da el desenlace fatal, cuando las fuerzas del orden arremetieron con balas de fuego a todo el mundo, cuando falleció el periodista Facundo Morales, y sus dos hermanos resultan heridos.
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Testimonios inéditos de las masacres de 2019 PARTE I
CINCO DECRETOS SUPREMOS FUERON EMITIDOS POR EL GOBIERNO DE FACTO
Inca: Añez y su gabinete son los culpables de hechos en Senkata Esperan el informe de la Comisión de Expertos para ratificar quiénes son los responsables de las masacres y represión en la ciudad de El Alto. REDACCIÓN CENTRAL
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os responsables de las masacres de Senkata, Sacaba, Betanzos, Montero, Pedregal y Ovejuyo son quienes firmaron al menos cinco decretos durante el régimen de Jeanine Añez, dijo David Inca, presidente de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de la ciudad de El Alto. El representante fue entrevistado en el programa Somos Democracia, difundido por Bolivia TV, mediante una alianza de los medios estatales, donde manifestó: “Ni perdón ni olvido, justicia” para las víctimas de las masacres. Inca mostró copias de los decretos supremos que sustentaron, de manera directa e indirecta, las matanzas ocurridas en 2019. Explicó que ese régimen preparó las normas jurídicas para blindarse antes de reprimir las manifestaciones de protesta. Esas normas fueron firmadas por las autoridades
Entrevistados en el programa Somos Democracia.
de entonces, quienes serán sometidas a juicio. Citó el Decreto 4076, que designó nuevos jefes policiales y militares; la norma 4077, que nombra otras autoridades; y el Decreto 4078, que determina impunidad para
policías y militares que reprimieron en los conflictos a nombre de la pacificación. Otras disposiciones jurídicas mencionadas por Inca son el Decreto 4082, que dispone el uso de Bs 30 millones para la compra de armamento mi-
litar y policial. También citó la norma jurídica que dispone un pago a los familiares de las víctimas a cambio de que éstas desistan de iniciar juicios a los responsables. Este decreto fue rechazado por los familiares.
Remedios suplica justicia por su hermano REDACCIÓN CENTRAL
“Sólo pedimos justicia”, exclamó Remedios Zenteno, hermana de Milton Zenteno, un joven de 24 años que falleció luego de tres días de permanecer en estado de coma por el impacto de un proyectil que recibió en la cabeza durante la masacre de Senkata. La hermana del fallecido explicó que se debe investigar lo sucedido, porque todos los familiares de las víctimas sufren aún por la tragedia. “Todos están marcados”, sentenció. La joven indicó que su hermano fue una víctima inocente y relató que recibió el impacto
cuando regresaba a su casa para recoger material de estudio, ya que cursaba su tercer año en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) de La Paz. No sabemos lo que sucedió”, lamentó conmocionada por el recuerdo. La entrevistada dijo que fue testigo también de la violencia desatada en Senkata, en la avenida 6 de Marzo, que evidenció cuando volvía de sus clases en la Facultad de Medicina de la UMSA. Recordó el reproche de ciudadanos a policías y militares, a quienes exigían respuestas por haber disparado en contra del pueblo.
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PEDREGAL, ZONA SUR
Familiares y heridos relatan cómo vivieron las represiones Las víctimas de las represiones en la zona Sur relatan cómo sufrieron ese noviembre de 2019, cuando los policías, los cascos amarillos y los blancos cometieron actos de violencia hasta provocar la muerte de varias personas. Frida Conde contó que su hermano perdió la vida con siete impactos de bala y fue imposible encontrar su cuerpo, porque los policías, junto con los llamados pititas, quisieron esconderlo, los verdugos dijeron que nadie había fallecido en las movilizaciones de ese 11 de noviembre en Pedregal. Después de indagar con todas las personas que estaban ese día en el lugar, pudieron rescatar el cuerpo de su hermano, que se encontraba en medio de arbustos envuelto en yutes de color celeste. Enterados los vecinos, lo trasladaron a una sede, donde una persona que estudiaba Medicina trató de salar la vida del hombre, pero no pudo. La hermana en su lecho de muerte le prometió en su última morada que no descansaría hasta encontrar justicia por sus hijos que hoy se quedaron sin padre. José Pillco Tunca, también víctima de las represiones de los militares y policías, contó que cuando se dirigía a su trabajo recibió ocho impactos de balín en su cuerpo, mientras las personas que defendían sus domicilios eran gasificadas por los uniformados. Uno de los balines le llegó en el abdomen y le ocasionó la perforación de uno de sus intestinos. Fue trasladado hasta el hospital Los Pinos gracias a la ayuda de los vecinos para que sea atendido, pero en el lugar los bomberos comenzaron a interrogarlo e inclusive lo golpearon en la herida y lo abofetearon sin piedad para luego instruir a las enfermeras que no lo atendieran.
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a representante de la Asociación Pro Derechos Humanos Nadesdha Guevara señaló que en el gobierno de facto de Jeanine Añez los grupos paraestatales (Unión Juvenil Cruceñistas y Resistencia Juvenil Cochala) y el Estado sembraron miedo y terror en los bolivianos, generando violencia para acallar a las organizaciones sociales y a quienes se oponían a la manera antidemocrática e inconstitucional de tomar el poder. En entrevista en el programa Somos Democracia, indicó también que a partir de ese momento se dan con más fuerza las persecuciones políticas, judiciales, la criminalización a la protesta y a la pobreza, además de quienes se atrevían a cuestionar las masacre de Senkata, Sacaba y la zona Sur de La Paz. “Estas agresiones físicas y psicólogas que realizó el Estado fueron para forzar a una persona a asumir un delito que no cometió en base a casos fabricados que fueron denunciados en su momento, cuando se generó una ruptura institucional y falta de independencia de poderes, como fue la justicia que imputó a gente inocente sin elementos objetivos y materiales”, explicó. Sostuvo que estas persecuciones políticas derivaron en torturas permanentes que llegaron a la Policía, quienes actuaron contra gente inocente, violando los derechos humanos, que lleva a afirmar que sí hubo delitos de lesa humanidad. REDACCIÓN CENTRAL
“Los policías nos hicieron echar en el piso y nos echaban gas para que no los reconozcamos. Nos dijeron: ‘¿Quién les salvará ahora?, ¿tu Evo? Él ya se fue’”, contó Jaqueline Mendoza, víctima de la masacre de 2019 en la zona Sur, cuando policías y militares acompañados de civiles de cascos amarillos y blancos cometieron vejámenes y torturas en contra de personas inocentes. Su detención se produjo el 11 de noviembre de 2019, cuando llegaba a su domicilio ubicado en Cota Cota. Los policías la golpearon con un palo y la subieron a una camioneta para llevarla a un lugar desconocido, donde comenzaron a insultarla, le dijeron masista y
ESPERAN QUE LOS JUECES Y FISCALES QUE SE PARCIALIZARON EN EL PROCESO INVESTIGATIVO RENUNCIEN
Guevara: Paraestatales masacraron a quienes se oponían a Jeanine Añez
La Asociación Pro Derechos Humanos anunció que presentará otra denuncia ante el Ministerio Público para que los responsables de las torturas en 2019 sean procesados de acuerdo a ley. BOLIVIA TV
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Martes 17 de agosto de 2021
Nadesdha Guevara, representante de la Asociación Pro Derechos Humanos.
En la entrevista cuestionó también la actuación de la señora Amparo Carvajal, presidenta de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (APDHB), que no comunicó hasta el momento ninguna denuncia en contra de los abusos que cometió el gobierno de Jeanine Añez, sino, al contrario, se parcializó con intereses sectoriales, económicos y políticos, se juntó con quienes propiciaron el discurso del odio y llamaron a la rearticulación de los grupos paraestatales, cuando se debería buscar una reconciliación en base a la justicia y no a la impunidad. “Nosotros debemos asumir que la descolonización de los derechos humanos debe responder a las necesidades del pueblo y de los más débiles del país. Y no defender los intereses de los empresarios o políticos que, en su momento, ocasionaron la interrupción constitucional y justificaron a los grupos paraestatales que son paramilitares en el fondo. Eso no corresponde a la defensa de los derechos humanos”, agregó la representante.
ACCIONES Guevara manifestó que hoy su trabajo está centrado en ver todas las violaciones a los derechos humanos cometidas por el gobierno de Añez, donde no se r0espetó el principio de legalidad y menos se permitió a estas víctimas de la masacres y torturas tener el derecho a la defensa. Lamentó que hasta el momento la justicia no actúe con probidad. Como ejemplo citó al líder del grupo paraestatal de la Resistencia Juvenil Cochala, Yassir Molina, quien se rió de la justicia. Criticó a los jueces que todavía son cómplices de estos hechos que marcaron por toda su vida a muchas familias bolivianas que ahora piden una justicia verdadera. “Nosotros hemos realizado el año pasado una serie de denuncias ante la ONU y la Relatoría de la CIHD, y estamos planteando ahora una demanda formal ante el Ministerio Público por torturas que se cometieron en 2019”, aseveró. Esperan que en este nuevo proceso no exista la parcialización de los jueces y fiscales.
LAS AGRESIONES Y MASACRES DEL 11 DE NOVIEMBRE DE 2019
Mendoza: Policías me torturaron y me echaron gas que había recibido dinero para generar movilizaciones y conflictos en contra del gobierno de Jeanine Añez. “Me quitaron todas mis cosas que tenía en mi cartera, me pegaron sin piedad hasta que mi cabeza golpeó con fuerza en el piso y comencé a sangrar. Lo único que hacía era pedir a Dios para que pararan las golpizas que no sólo recibían las mujeres, sino los hombres y con más fuerza”, aseguró.
Al ver que sangraba demasiado, los uniformados la condujeron al hospital Los Pinos y Obrajes, pero en el lugar no quisieron atenderla. Llegó hasta el nosocomio de Miraflores y recibió la atención necesaria. Jaqueline relató que ella y otras personas fueron obligadas a firmar papeles en blanco. Ahora lo único que pide es garantías para su persona y familia, además de justicia, por las torturas a las cuales fue sometida.
Jaqueline Mendoza relata que la torturaron hasta que se desangraba sin parar.
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Testimonios inéditos de las masacres de 2019 PARTE I
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EXIGÍAN RESPETO A LA MUJER DE POLLERA Y RECUPERACIÓN DE LA DEMOCRACIA
Víctima de Sacaba pide al país unirse para demandar justicia Un impacto de bala le destrozó uno de los nervios y ahora le impide mover su pierna. Para trasladarse necesita muletas. Antonio Cruz Ramírez fue baleado por la Policía.
EN SACABA, EL 13 DE NOVIEMBRE DE 2019
Cruz recibió un impacto de bala en uno de sus talones REDACCIÓN CENTRAL
Por defender la democracia y por rechazar los abusos contra las mujeres de pollera, Antonio Cruz Ramírez, que estaba en la marcha pacífica de Huayllani, Sacaba, el 13 de noviembre de 2019, recibió un impacto de bala en uno de sus talones. La víctima, después de ser herido de gravedad, fue trasladado a uno de los hospitales más cercanos juntamente con otras personas en una ambulancia repleta de heridos, incluso uno encima de otro porque no había espacio. “La ambulancia estaba llena de heridos, un compañero abrió la puerta del vehículo y sentada encima de mí había otra persona que estaba también herida de bala. La mayoría eran hombres, pocas eran las mujeres, nos
dispararon desde los helicópteros”, cuenta. Recordó que ese día parecía una guerra civil que nunca vio en su vida, porque todos estaban atemorizados por lo que pasaba y corrían despavoridos por todo lado para no ser alcanzados por las balas. Ahora que su vida cambió, exige justicia y que los fiscales y jueces investiguen cada uno de los casos sin parcializarse, pues estos hechos no deben quedar impunes. Demanda que los entonces representantes del Comité Cívico de Santa Cruz Luis Fernando Camacho y de Potosí Marco Pumari sean encarcelados por haber propiciado el golpe de Estado y haber generado luto en miles de familias bolivianas que ahora claman justicia por todas las masacres que vivieron en carne propia.
REDACCIÓN CENTRAL
A
mbrosio Yucra, productor de la zona del trópico cochabambino, pidió a los nueve departamentos del país unirse en una sola voz para demandar justicia por todas las víctimas masacradas aquel 15 de noviembre de 2019, cuando miles de personas que marchaban pacíficamente, intentando ingresar a Cochabamba, fueron reprimidas por los policías y militares sólo por exigir respeto a la mujer de pollera y recuperar la democracia. Exigió 30 años de cárcel, sin derecho a indulto, para la expresidenta del gobierno de facto Jeanine Añez, además de sus ministros de Estado, de Carlos Mesa, Luis Fernando Camacho, Marco Pumari, entre otros que incentivaron estas represiones violentas y genocidas contra el pueblo boliviano. Negó que en el lugar (Huayllani) la gente se hubiera matado entre sí, como lo dijo en su momento el exministro de Gobierno Arturo Murillo, pues no tenían armas de fuego para hacerlo. “Nosotros no queremos que salga en libertad porque Añez hizo mucho daño a la gente, por eso queremos justicia para todos. Lo que está pasando con ella no es persecución, es justicia”, aseguró, y
Una bala le destrozó su vida y ahora exige justicia REDACCIÓN CENTRAL
A dos años de la masacre en Huayllani-Sacaba, en Cochabamba, por parte de militares y policías, Saturnino Condori, víctima de esta represión, implora justicia porque le destrozaron la vida, ya que ahora es imposible para él sentarse de-
bido a que una bala le impactó muy cerca del ano y salió por la vejiga. El 15 de noviembre de 2019, cuando participaba en la marcha pacífica en Huayllani, Saturnino Condori intentaba ingresar al centro cochabambino, pero los uniformados gasificaron sin piedad a varias
mujeres, hombres y niños que fueron seriamente afectados hasta no poder respirar. En ese momento sintió un fuerte impacto en su humanidad y cayó al suelo inconsciente. Al siguiente día, cuando abrió los ojos, se encontraba en el hospital Viedma. El médico que lo atendió le explicó
Ambrosio Yucra cuenta su historia.
pedió también imparcialidad a los jueces y fiscales que ahora investigan las muertes de Senkata, Sacaba y otros. Yucra, que quedó discapacitado y con muletas porque recibió un impacto de bala en la pierna derecha, que destrozó su movilidad debido a que afectó uno de sus nervios, pide ayuda al Gobierno, ya que se encuentra postrado en cama y sin poder desarrollar sus actividades normales para sustentar a su familia. Indicó que fue testigo de cómo Julio Pinto y Amando Carballo, otras víctimas, fueron impactados por armas de fuego en medio de una fuerte gasificación de parte de policías que se en-
contraban parapetados y como si estuvieran en plena guerra. “Con mentiras nos pidieron que nos desarmemos y que botáramos nuestros palos y wiphalas cuando de pronto nos empezaron a gasificar y destruían lo que teníamos. Cuando se acabaron los gases lacrimógenos, nos empezaron a disparar, mientras que los motoqueros de la Resistencia Juvenil Cochala nos golpeaban”, expresó. Entre sollozos y visiblemente impotente por cómo se encuentra ahora, Yucra manifestó que a partir de ese día no es el mismo, ya que no puede trabajar y quien mantiene su hogar es su esposa.
que tendría que utilizar unas bolsas por tres meses para que defeque y orine, ya que desde ese momento iba a sentir mucho dolor al hacer sus necesidades biológicas. “Se me hincharon mis testículos, no podía aguantar el dolor y pedí auxilio. Cúrenme decía, mis familiares y compañeros del sindicato que llegaron al nosocomio decidieron sacarme de ahí porque no me daban la atención correspondiente y me llevaron a otro hospital, donde me volvieron a operar
y apenas me curé después de varias intervenciones quirúrgicas”, afirmó. Acongojado y con la voz entrecortada, el señor Condori dijo que ahora su esposa lo mantiene porque ya no puede trabajar de agricultor y menos de albañil, debido al dolor que a veces siente, y pidió que se haga justicia porque le quitaron su única fuente de ingreso, su fuerza, y peor aún, no podrá ayudar a que sus hijos salgan profesionales como tanto quería.
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POR DISTRIBUIR COMIDA A LAS PERSONAS, FUE APREHENDIDA EN EL RÉGIMEN DE FACTO DE AÑEZ
REDACCIÓN CENTRAL
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“Fui sometido a cinco cirugías, me redujeron cinco centímetros de mi intestino y estuve con la herida abierta porque no había funcionamiento en mi organismo, pero gracias a Dios estoy vivo y ahora lo único que pido es justicia, porque estos hechos no pueden quedar impunes”, dijo Teófilo Cusi, una de las víctimas de la masacre de Sacaba, en noviembre de 2019, en Cochabamba. El impacto de una bala perdida, disparada presuntamente por militares o policías, llegó a su humanidad cuando marchaba pidiendo paz para Bolivia y para evitar que sus viviendas sociales, entregadas por el gobierno de Evo Morales, sean quemadas. En entrevista en el programa Somos Democracia, Cusi contó que cayó herido de bala el 11 de noviembre de 2019 a la altura
Escobar: Murillo aumentó mi detención a tres meses
Violaron todos sus derechos políticos, civiles y humanos, puesto que fue sometida a una serie de abusos por parte de la Policía dentro del recinto penitenciario de mujeres de Obrajes. BOLIVIA TV
P
or ser solidaria y ayudar con alimentos a personas que no tenían qué comer en noviembre de 2019, Lucy Escóbar, representante de la Asociación Agraria en Cochabamba, fue detenida ilegalmente tres meses en la cárcel de mujeres de Obrajes, donde fue sometida a tratos inhumanos por parte de la policía y donde también se violaron sus derechos políticos, civiles; sin tener un debido proceso. Con lágrimas narró que cuando el gobierno de facto de Jeanine Añez tenía el poder fue interceptada por 15 civiles varones que, sin justificativo, la detuvieron junto a dos de sus colaboradores, quienes almacenaban el alimento que consiguieron gracias a una campaña solidaria que impulsaron para dar de comer a quienes no tenían alimentos en ese momento. Los condujeron violentamente a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen de la zona de la laguna Alalay, en Cochabamba, y los metieron en una carceleta, desde donde horas después fueron trasladados en vehículos hasta la ciudad de La Paz. Fueron conducidos al llegar directamente a las celdas de la FELCC por instrucciones del entonces ministro Arturo Murillo. “Llegamos a las 01.00 de la mañana, hacía mucho frío y mis compañeros estaban enmanillados. Nos sacaron fotos y pusi-
Lucy Escóbar relata lo sucedido en noviembre de 2019 en Huallany.
mos nuestras huellas en los libros como si fuésemos unos delincuentes o maleantes. Desde ese primer momento ya recibimos un trato inhumano de parte de los policías y hasta inclusive nos gritaban e insultaban”, recuerda Lucy. Incomunicados, permanecieron en las celdas de la FELCC de La Paz por más horas de lo
establecido judicialmente y fueron conducidos en la tarde ante el juez cautelar, quien en audiencia determina su detención por el lapso de un mes, por lo que la llevaron más tarde hasta la cárcel de mujeres de Obrajes. Lucy ingresó a una de las celdas, donde permaneció sin poder hablar con sus familiares,
amigos ni nadie que la puediera ayudar en esa circunstancia por el tiempo que duró su detención. Fue sometida a los peores maltratos de parte de los policías que en todo momento la ultrajaban y hasta le cortaron la luz por instrucciones superiores. Decidieron ampliar su condena a tres meses cuando logró
conseguir una detención domiciliaria, todo porque la Policía aseguraba que los encarcelados estaban en contra del gobierno de Añez y por tanto actuarían de forma sediciosa. “Moría de miedo, escuchaba cosas raras en medio de las oscuridad, no quería que llegue nunca la noche, lloraba mucho. Para ir al baño, tenía que tocar la puerta para que los policías me acompañaran en medio de gritos y actitudes sarcásticas. No tenía acceso a los servicios básicos”, afirmó acongojada. Lamentó que muchas de las personas que fueron indebidamente detenidas no hayan tenido en su momento las atenciones que hoy recibe en la cárcel la exmandataria Añez, quien duerme en una habitación cómoda, con todos los servicios básicos y con la atención médica necesaria, pues ella contrajo el coronavirus en la cárcel y se curó con plantas medicinales, de lo contrario habría muerto debido a la pandemia.
FUE HERIDO CUANDO MARCHABA PIDIENDO PAZ PARA BOLIVIA
La bala le perforó sus intestinos y casi muere de Huayna Cápac, en la zona sur de Cochabamba. Encima de eso fue golpeado sin piedad con palos por los policías en el suelo. Relató que en el lugar donde se encontraba vio mucha gente herida y otros perdían la vida por los disparos de los policías, los gases lacrimógenos lanzados hacia los manifestantes impedían respirar y varios caían desmayados. Herido, lo trasladaron juntamente con 30 personas hasta el hospital de Univalle, pero por falta de recursos económicos no fue atendido. Cusi, casi inconsciente por el dolor, pudo
escuchar cómo los policías los insultaban y los humillaban sólo por ser humildes y haber salido a defender a sus familias. Les gritaban palabras difíciles de reproducir. Ahora que pasaron más de dos años, Teófilo aún tiene dolencias serias en el estómago, pues la herida no cicatrizó bien y eso le genera molestias en la columna y las caderas. No puede comer bien y peor desenvolverse como antes, pues ahora su esposa genera los recursos para alimentar a su familia, vende frutas en La Cancha, en Cochabamba.
Cusi en el programa Somos Democracia.
Testimonios inéditos de las masacres de 2019 PARTE I
FOTOS: GONZALO JALLASI
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Cientos de militares y policías reprimen la marcha pacífica de los productores de coca del trópico cochabambino.
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uan de Dios Gil Cruz es una de las víctimas de persecución política del gobierno de facto de Jeanine Añez, quien, en entrevista con el programa Somos Democracia, narró cómo fue detenido injustamente por los policías en noviembre de 2019, después de participar en la marcha pacífica en Sacaba, Cochabamba, en la cual los productores de la hoja de coca del trópico exigían respeto a la mujer de pollera y pedían la recuperación de la democracia. Gil, de ocupación comerciante y costurero, manifestó que mientras cumplía sus actividades cotidianas fue interceptado por los policías, quienes de manera violenta y sin justificativo lo detuvieron y lo llevaron a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de Cochabamba, como si fuera un delincuente. Incumpliendo los procedimientos jurídicos y vulnerando todo tipo de derechos, sin previo juicio de medidas cautelares y sin abogado, Juan fue conducido a la cárcel, donde lo metieron a un calabozo, y los efectivos policiales lo torturaron hasta que no pudo sentarse, pues todas las noches lo golpeaban sin parar. Alrededor de dos semanas y un poco más permaneció incomunicado en el calabozo, después pasó al sector de la población carcelaria, donde siguó recibiendo tratos inhumanos de amenazas, amedrentamientos y golpizas por instrucciones superiores. Había otras personas que se encontraban en la misma situación, y otras que cumplían una condena se solidarizaban con él y lo socorrían, le dieron un espacio en sus celdas, abrigo y acceso a comida, pues du-
Manifestantes detenidos por policías.
VÍCTIMA DE PERSECUCIÓN POLÍTICA DEL GOBIERNO DE FACTO DE AÑEZ
“Los policías me apalearon hasta que no pude sentarme” Denunció que le fabricaron un caso para llevarlo la cárcel, donde por instrucciones superiores lo insultaban, lo golpeaban y lo mantenían sin alimentos encerrado en un calabozo.
Motoqueros sembraron temor en la zona sur
// FOTO: BTV
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Juan de Dios en el programa Somos Democracia.
rante el tiempo que estuvo en el calabozo no probó alimento. “Gracias a los que estaban ahí. Ellos me alojaron en sus celdas, tienen un sentimiento patriota, me han apoyado, pero otros me insultaban, y era peor cuando los policías andaban gritando mi nombre preguntando: ‘¿Dónde está ese masista?’”, dijo. Entre tanto, sin orden judicial, su domicilio era permanentemente allanado por los uniformados para encontrar pruebas que sostengan su acusación y, al no existir nada, fa-
bricaron un caso por varios delitos que nunca cometió. Su familia era constantemente amedrentada como si Juan fuese un gran delincuente, sólo por el hecho de ser dirigente de un distrito cuya tarea era coordinar con el municipio para solucionar las necesidades de los vecinos. Lamentó que la justicia se haya parcializado tanto con el gobierno golpista de Añez y pidió que todos los abusos y detenciones que se cometieron no queden impunes y todos
aquellos que participaron en el golpe de Estado, como Luis Fernando Camacho, Carlos Mesa, Marco Pumari y otros, vayan a parar a la cárcel. “Hoy en día quiero decirle a Camacho y a todos de la derecha, no piensen convulsionar el país, queremos trabajar y vivir en paz, pero si vuelven las movilizaciones los patriotas pelearemos una vez más para defender a la gente humilde contra el racismo, discriminación y la vulneración a la democracia”, aseguró.
Juan de Dios Gil Cruz relató que en noviembre de 2019 los llamados motoqueros de la Resistencia Juvenil Cochala sembraron temor en los vecinos de la zona sur, porque cuando llegaban al lugar destrozaban todo a su paso e inclusive no dejaban salir a nadie a las calles. Lamentó que despues de haber videos y pruebas feacientes que implican a Molina en una serie de abusos contra la gente humilde, éste haya salido en libertad, como si no hubiese hecho nada, actitud que fue reprochada por el señor Juan de Dios Gil Cruz
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ale Puriskiri, activista por los derechos de las mujeres, cuestionó la actuación violenta y represiva de las Fuerzas Armadas que, utilizando armas de fuego y agentes químicos, reprimieron a personas que marchaban en defensa de la democracia. También denunció los abusos a los cuales fueron sometidas las mujeres días antes en plaza 14 de Septiembre, por grupos paraestatales. “Han jurado defender el país. Hablo de las Fuerzas Armadas, que su tarea es defender las fronteras de Bolivia, pero se fueron contra nuestra propia gente sólo porque una firma los excluía de ser juzgados, gracias a un decreto supremo del gobierno de Añez”, lamentó. Puriskiri dijo que el día de la represión en Sacaba vio cómo había mujeres golpeadas y niñas perdidas que lloraban desconsoladas en medio del fuerte olor al gas lacrimógeno utilizado por
DURANTE LA MASACRE DE HUAYLLANISACABA, EN COCHABAMBA
Puriskiri denuncia que niños y mujeres fueron maltratados
Las detuvieron ilegalmente en Huayllani y luego las llevaron a una casa abandonada, donde los uniformados las golpearon, les jalaron de los cabellos y hasta las flagelaron. las fuerzas del orden para disipar al pueblo. “Era impresionante, parecía una batalla de guerra, no hubo en ningún momento el respeto a la vida, a la conciencia social y peor a la humanidad de niños y mujeres”; relató con la voz entre cortada. Relató que, apoyada con un grupo de personas, encabezó una campaña por las redes sociales para recaudar medicamentos, puesto que en los hospitales se habían acabado por la cantidad significativa de perso-
// FOTO: BTV
REDACCIÓN CENTRAL
Activista por los derechos de las mujeres relata lo sucedido en el programa Somos Democracia
Tanquetas militares llegan hasta Sacaba.
REDACCIÓN CENTRAL
“Yo he sufrido en carne propia. No es venganza, sino justicia para todas las personas que fuimos detenidas, torturadas y caídas en la masacre del 11 de noviembre de 2019 por el gobierno de facto de Añez”, dijo acongojado Victoriano Poma, víctima de persecución política. Pidió a los jueces y al fiscal general del Estado, Juan Lanchipa, que cumplan su trabajo con transparencia y que los verdaderos responsables de estas masacres tengan cárcel; además demandó que los diputados y senadores cumplan su rol de fiscalizadores en el caso de los hechos violentos que se registraron en Sacaba, Senkata y en otros lugares del país. Poma relató que el 4 de diciembre, mientras tramitaba sus papeles en la Subalcaldía de su zona, fue violentamente dete-
nas heridas que llegaban para ser atendidas. Con temor a ser detenidas por efectivos del orden, se dirigieron rumbo al hospital de Sacaba, llegaron durante la noche, observaron un panorama desolador, donde los familiares se
asomaban a ver en una lista que hacía mención de las personas heridas y fallecidas. “En el camino vimos montones de piedras que estaban con llantas y encima había zapatitos de niños y niñas, sombreros de mujeres que tenían un hueco
producto del impacto de bala, fue realmente penoso”, agregó, e indicó que otras mujeres bajaban de unos vehículos molestas y con golpes visibles en su cuerpo, toda vez que habrían sufrido agresiones de parte de los policías y militares.
FUE DETENIDO EL 4 DE DICIEMBRE CUANDO TRAMITABA SUS DOCUMENTOS
Poma fue torturado y perseguido por la policía nido por efectivos policiales, quienes lo condujeron a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen de la Laguna Alalay en Cochabamba, donde lo torturaron física y psicológicamente. Manifestó también que días antes algunas personas vestidas de civiles rondaban cerca de su domicilio, sembrando temor en su familia por el simple hecho de ser dirigente de su OTB y no estar de acuerdo con el gobierno de facto de Añez. El llamado grupo de policías antiterrorismo, creado por el entonces ministro de Gobierno Arturo Murillo, fue el que
lo golpeó, agredió e insultó con palabras irrepetibles. Fue tratado peor que un delincuente. Ahora Poma dijo que lo único que busca es justicia por estos hechos en Cochabamba en noviembre de 2019, cuando varias personas quisieron ingresar a la plaza principal 14 de Septiembre en protesta por la toma del poder ilegal de parte de la derecha y el desagravio a la wiphala por parte de los policías. Demanda que estos sucesos no queden impunes, sino al contrario, que caigan los responsables de los abusos contra la gente.
Victoriano Poma, perseguido político del gobierno de facto.
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Testimonios inéditos de las masacres de 2019 PARTE I
LA INDIGNACIÓN ANTE LAS PALIZAS A MUJERES LO MOTIVÓ A APOYAR LA MARCHA
Gutiérrez fue impactado por una bala que le destrozó el intestino
El joven fue sometido a dos operaciones quirúrgicas para que pueda restablecerse. Si bien la herida sanó, no puede exponerse mucho tiempo al sol y menos levantar objetos pesados. REDACCIÓN CENTRAL
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uan Carlos Gutiérrez, un muchacho bastante joven, clama justicia por todo lo que pasó el 15 de noviembre en Huayllani, Sacaba, cuando participó en una marcha pacífica que pedía respeto a las mujeres de pollera, que días antes habían sido maltratadas por los grupos irregulares de la Resistencia Juvenil Cochala. “Quiero justicia, no busco cargos, sino que los criminales que cometieron semejantes abusos, los principales cabecillas entren a la cárcel indefinidamente, sólo ahí estaré conforme, porque hasta ahora no hay justicia para nosotros”, expresó. Relató que cuando se encontraba a la altura del puente Huayllani apoyando a la gente que era brutalmente reprimida por los militares y policías con gases lacrimógenos y llevaba piedras y llantas para evitar que los tanques ingresen al lugar, sintió un fuerte impacto en su humanidad; era una bala que había penetrado a la altura de su estómago.
Juan Carlos Gutiérrez entrevistado en el programa Somos Democracia.
Cayó al piso y fue socorrido por los manifestantes que lo condujeron herido a un minibús y lo llevaron de inmediato al hospital México, juntamente con otras tres personas que tenían también impactos de bala en su cuerpo. Al ver que colapsaba el nosocomio, lo condujeron al hospital Viedma, donde le operaron de forma inmediata sacándole la bala de uno de sus intestinos para posterior-
mente llevarlo a la sala de recuperación, donde no tuvo la atención debida por parte del personal de salud. “La bala me perforó el intestino, tuve que utilizar bolsas por tres meses para hacer mis necesidades biológicas”, dijo Varios meses después de que le dieron de alta, fue sometido a otra intervención quirúrgica en Hospital Boliviano Americano para que pueda mejorar, pues
sentía bastante dolor al hacer sus necesidades. Ahora, que ya pasaron más de dos años, la herida ya no le duele, pero Juan Carlos no volverá a ser el mismo que antes, pues ya no puede levantar cosas pesadas y no soporta el calor. Pidió que los jóvenes reflexionen en su actuación, porque ese día, si bien muchos de ellos apoyaron esta medida, otros fueron indiferentes ante el maltrato contra los bolivianos.
RECIBIÓ UN DISPARO EN LA CABEZA
Jora pide justicia por la masacre de Sacaba REDACCIÓN CENTRAL
Indignado por la quema de la wiphala y principalmente por las brutales agresiones físicas que sufrieron las mujeres días antes en Cochabamba por la Resistencia Juvenil Cochala, Leonardo Jora, miembro de la Federación del Trópico de Cochabamba, decidió trasladarse a la Llajta para participar en la movilización que intentaba ingresar a la plaza principal 14 de Septiembre. Cuando llegaron al lugar se encontraron con barricadas de policías y militares a
la altura del puente de Huayllani y el Castillo, donde los uniformados impidieron su paso poniendo de pretexto que vendrían autoridades de la Defensoría del Pueblo. De pronto comenzaron a gasificar de la parte de atrás, donde había mujeres, niños y personas de la tercera edad que comenzaron a escapar por donde podían y los helicópteros militares sobre volaban la zona muy bajo. “Me voy, me quedo o muero aquí, qué voy hacer, porque para ese entonces había varios muertos”, describió lo
que pensaba en ese momento. Leonardo narró que sintió un golpe fuerte en su cabeza, era una bala, cayó al piso por el impacto, trató de levantarse y sintió cómo la sangre corría por su rostro sin parar, fue socorrido por sus compañeros que lo trasladaron al hospital. Las enfermeras y personal médico observaban cómo llegaban las personas heridas en número significativo. El nosocomio fue superado en su capacidad máxima, y los heridos fueron atendidos hasta en los pasillos.
La herida no provocó daños mayores, pero en la actualidad Jora no puede permanecer mucho tiempo en zonas cálidas y peor aún trabajar, porque pierde demasiado rápido la memoria Exige justicia y que los responsables de estas masacres, incluyendo Carlos Mesa, Luis Ferrando Camacho y Marco Pumari, quienes fueron los incitadores del golpe de Estado, vayan a la cárcel. Negó que se trate de una venganza como aduce la derecha, sino es justicia por todo lo que vivieron.
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PIDE CONDENA
Ballesteros es otra víctima de Huayllani Gil Ballesteros es un hombre de 38 años que también fue víctima de la brutal represión que ejercieron los militares y policías en la localidad de Huayllani, Sacaba, el 15 de noviembre de 2019. Recuerda que mientras esperaban que los militares y policías, parapetados a la altura del puente de Huayllani, los dejaran seguir su paso rumbo a la ciudad de Cochabamba, los comenzaron a gasificar sin piedad y de pronto le dispararon a la altura de su cadera. “Caí como costal, el disparo entró a mi pantalón, sentí cómo me golpeó, después estaba chorreando sangre y metí mi mano en el agujero que ocasionó la bala”, contó. La sangre y el dolor que sintió hicieron que se desmayara, fue socorrido por sus compañeros y trasladado al hospital México, donde lo atendieron de inmediato. Describió que en el momento de la gasificación, los uniformados lanzaron los agentes químicos por la parte de atrás, como para evitar que la gente salga del lugar y los que se encontraban en la parte de adelante recibían los disparos. Hoy en día Ballesteros es discapacitado e impedido de desarrollas sus actividades que antes hacía. Lamenta que no pueda ayudar a su familia y pidió, como las otras víctimas, justicia y que los responsables de la masacre de Huayllani paguen con una condena ejemplarizadora.
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on lágrimas en los ojos e impotente por lo que ahora le toca vivir, Elisea López afirma que no descansará hasta encontrar justicia por la muerte de su esposo, Armando Carballo Escóbar, quien falleció con tres impactos de bala durante la marcha en la localidad de Huayllani en Sacaba, Cochabamba, el 15 de noviembre de 2019, cuando miles de personas manifestaban su rechazo a las palizas que las mujeres de pollera recibían en las calles de parte de los paramilitares. “Yo quiero pedir justicia por el derecho a la vida que tenía mi esposo, quiero decirle a la señora Añez: ‘Tú diste la orden para que los policías y militares disparen’. Ahora me queda ser padre y madre para mis hijos, no tengo para que coman, estoy mendigando en las calles”, afirmó. Le preguntó llorando a la expresidenta en idioma quechua: “¿Cuándo me devolverás la vida de mi esposo? Tú ordenaste que lo mataran. Ahora como si nada reclamas y dices que no es así, tu eres la responsable por cómo me encuentro sufriendo con mis hijos. Si mi esposo hubiera estado vivo, hubiese velado por mis hijos hasta que sean grandes”. Armando era albañil de la zona del trópico cochabambino; el 15 de noviembre de 2019 en Huayllani intentaba ingreREDACCIÓN CENTRAL
“Una bala me ha destrozado la pierna izquierda”, dice Leopoldo Fernández al recordar la masacre de Sacaba, Cochabamba, donde el 15 de noviembre de 2019 fue herido cuando participaba en una movilización pacífica que intentaba llegar hasta la plaza 14 de Septiembre, en rechazo al golpe de Estado de Jeanine Añez. En entrevista con el programa Somos Democracia, la alianza de medios estatales que llegó hasta la comunidad Lauca Ñ, Fernández narró en quechua que el 13 de noviembre de 2019, junto con el Sindicato San Salvador del trópico de Cochabamba, inició una marcha pacífica que procuraba llegar hasta la ciudad en rechazo a las violaciones de los derechos humanos. Indicó que el 15 de noviembre de 2019 la movilización llegó hasta el puente de Huayllani, Sa-
LA VÍCTIMA DE LA MASACRE EN SACABA FALLECIÓ POR TRES IMPACTOS DE BALA
López culpa a Jeanine Añez por la muerte de su esposo
Una de las balas impactó directo en el corazón de su pareja matándolo de forma inmediata. Ahora su compañera asumió la responsabilidad de mantener a sus hijos sola.
// FOTO: BTV
REDACCIÓN CENTRAL
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Elisea López reclama por la muerte de su esposo.
sar junto con otras miles de personas a la zona central de Cochabamba, pero los militares y policías los abrumaron con cientos de gases lacrimógenos y con disparos. La última comunicación que tuvo Elisea con Armando fue en la noche, cuando su
esposo le informó que él y sus compañeros estaban parados en Huayllani porque los policías y militares impedían su paso, y no sabía qué rato les dejarían pasar, pero cuando todo terminase retornaría a su casa. Sin embargo nunca regresó. Ella recibió una llamada tele-
fónica mediante la cual se enteró que su compañero falleció. Abatida por la noticia no sabía qué hacer, tomó la mano a sus hijos y salió de su domicilio rumbo a la plaza gritando y preguntándose qué sería de ella, quién velaría por ella y sus hijos, su compañero de vida ya
no estaba, su vida se alteró en un instante. Buscó un medio de transporte para dirigirse a Cochabamba y logró llegar hasta la localidad de Colomi, donde uno de sus parientes le informa que el cuerpo de Armando Carballo estaba siendo trasladado hasta la zona del trópico cochabambino. Elisea observa que en el hombro de varias personas llegaba el féretro de su esposo, cubierto con una wiphala, y en ese momento ve a su pareja sin vida. Impotente, ahora lo único que pide es justicia y que la muerte de su esposo no quede impune, sino que los responsables vayan a parar a la cárcel. Su esposa recuerda a Armando como un hombre muy cariñoso y entregado a su familia. Quería todo lo mejor para sus hijos, pero ahora ya no está para cumplir las metas que la familia estaba construyendo.
LOS POLICÍAS Y MILITARES SE REFORZARON CON MÁS EFECTIVOS
Fernández: Una bala destrozó el hueso de mi pierna caba, donde se encontraron con un contingente policial. “Nuestra movilización era pacífica, no portábamos nada que pueda atentar contra las fuerzas del orden”, expresó. “Les hemos pedido a los policías que nos den paso, lo único que teníamos eran nuestras banderas. Nos dijeron que esperemos y en media hora hemos visto que se reforzaron, eran más efectivos policiales y hemos seguido insistiendo en que nos den paso”, detalló. Fernández dijo que mientras esperaban fueron intimidados por helicópteros, hasta que después de las 17.00 los efectivos policiales empezaron a lanzar gases lacrimó-
genos para dispersarlos. “Me encontraba sobre el puente, donde vi caer a mis hermanos con los gases. Cerca de mí cayó un gas, yo corrí para lanzar el gas y alejarlo, mientras levantaba el gas, la Policía estaba de frente y de manera directa me ha disparado en la pierna. He caído y he empezado a gritar: auxilio, ayúdenme”, relató. Fernández precisó que la bala impactó en su pierna izquierda destrozando el hueso, fue sometido a dos cirugías y ahora debe usar muletas. “Antes trabajaba como agricultor y chofer, ahora me siento una carga para mi familia”, dijo antes de pedir justicia.
Leopoldo Fernández cuenta el momento que le llegó la bala.
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Testimonios inéditos de las masacres de 2019 PARTE I
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LE ARMARON EL CASO PARA MANTENERLO OCHO MESES EN LA CÁRCEL
López: Querían que meta en mi mochila cartuchos de dinamita William Urguieta ahora sólo puede hacer trabajos livianos.
RECIBIÓ UN IMPACTO DE BALA EN LA CLAVÍCULA
Urguieta señala a Añez por los asesinatos en Huayllani REDACCIÓN CENTRAL
¿Cuántos muertos más habrá?, ¿cuantos heridos más aparte de mí?’, pensaba mientras me encontraba tirado en el piso”, relata William Urguieta, quien recibió un impacto de bala que afectó su clavícula y su hueso en la represión violenta en la localidad de Huayllani, el 15 de noviembre de 2019. En el programa Somos Democracia, Urguieta dijo que cuando fue trasladado al hospital por sus compañeros, observó que no había espacio en el nosocomio, las personas heridas eran atendidas afuera y en los pasillos. Acusó a los uniformados de ser los responsables de disparar en contra de gente inocente que ahora clama justicia por todo lo que vivió ese día. Su propósito era ingresar REDACCIÓN CENTRAL
“Los disparos llegaban como tostado. Los testigos nos informaron que a mi hermano lo querían proteger; pero él, al ver que muchos caían producto de las descargas de armas de fuego, quiso ayudar a los heridos”, exclamó Felipa López, hermana de Juan López, quien falleció en la masacre de Huayllani en Sacaba. Con 34 años y como dirigente de la Federación del Tró-
al centro de la ciudad de Cochabamba para manifestar su indigancaión por el maltrato violento que recibieron las mujeres de pollera por parte de los agentes de clase media ligados a la Resistencia Juvenil Cochala. Después de dos años, Urguieta ya no es el mismo, no puede trabajar y mucho menos permanecer en lugares cálidos, la herida aún lo atormenta. Dijo que ahora sólo puede hacer cosas muy simples, como cocinar y otros trabajos livianos, y lamenta que no pueda ayudar a su familia, que lo apoya ahora en todo. “Quiero justicia por todos mis hermanos, yo veo que los culpables son Jeanine Añez, Arturo Murillo y los motoqueros que sembraron temor y que golpearon y maltrataron a las mujeres de pollera”; agrego el herido por Añez.
Lo detuvieron de forma ilegal. Herido, lo llevaron a la FELCC de Cochabamba, donde lo torturaron y quisieron sembrarle pruebas. REDACCIÓN CENTRAL
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uan Carlos López Camacho es otra víctima más de la masacre de Huayllani, del 15 de noviembre de 2019, cuando uniformados dispararon a quemarropa contra gente inocente que marchaba en repudio a las golpizas que recibieron las mujeres de pollera días antes por parte de paramilitares. López cuenta que, mientras escapaba debido a los agentes químicos que los militares y policías disparaban a la gente, a la altura del puente Huayllani, recibió un impacto de bala en el pie. Desesperado corrió apenas y logró ingresar a un taxi, pero fue interceptado por policías, quienes lo bajaron violentamente del vehículo y lo condujeron herido hasta la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de la Laguna Alalay de Cochabamba. Lo metieron a un sótano, donde lo golpearon sin piedad pese a estar herido de la pierna. Horas más tarde ingresó un coronel de policía, quien le pidió que introdujera todas sus cosas a la mochila, que más antes fue requisada y decomisada por los uniformados. Mientras se aprestaba a hacerlo, le obligaron a que también metiera dentro de la mochila cartuchos de dinamita, unos
Juan Carlos López Camacho en la entrevista de Bolivia TV.
con mechas largas y otros con cortas. Se negó a hacerlo. “Llega uno de los oficiales, empuja mi mochila, era coronel, y me pide que ponga mis cosas, trajo unos cartuchos de dinamita y quería que con mis manos las meta a la mochila, pero me negué”, recuerda. López dice que los policías le fabricaron el caso, y lo metieron a la cárcel por el lapso de ocho meses sin el debido proceso por los delitos de portación ilícita de armamento de fuego. Tomasa, madre de Juan Car-
los López, pidió que los jueces y fiscales trabajen con transparencia, ya que los heridos y fallecidos en Huayllani deben tener justicia por todas las masacres a las que fueron sometidos por los militares y policías que instruyó Jeanine Añez en su gobierno golpista. “Añez, has mandado a matar a muchos jóvenes ¿No te duele el corazón? Tú eres madre al igual yo ¿Por qué tenías que haber hecho eso? Como tú has mandado a que los maten, así tienes que ir a la cárcel”, sentenció.
Una bala le destroza la columna a Juan López y fallece pico, Central Eterazama, partió del Chapare rumbo a Cochabamba para sumarse a la marcha que tenía como objetivo llegar hasta la zona central en repudio a las agresiones que había cometido la Resistencia Juvenil Cochala en contra de las mujeres, por el desagravio
de la wiphala y por defender la democracia. Juan se encontraba adelante de la marcha y cuando dispararon los militares y policías gases lacrimógenos, la gente comenzó a caer al piso desmayada. En el intento de ayudar, Juan recibió un impacto de bala
en las piernas y otro a la altura del hombro, que penetró hasta la columna, y falleció de forma instantánea. Felipa afirma que la segunda bala que le llegó a su hermano fue disparado desde uno de los helicópteros que sobrevolaban muy bajo en el lugar y sobre la gente.
La muchacha con lágrimas en los ojos aseguró que no descansará hasta que los responsables sean castigados con todo el rigor de la ley, ya que su hermano era como el padre de ella y de sus siete hermanos menores, pues su padre los abandonó por alcoholismo.
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SE TRASLADÓ DE VILLA TUNARI A SACABA Y LO CONFUNDIERON CON UN MARCHISTA
“Fui detenido y torturado, y los policías me robaron Bs 88.160”
Estuvo cuatro días detenido con el fin de obligarle a que declare que actuaba bajo órdenes de exautoridades, hecho que no correspondía a la realidad. REDACCIÓN CENTRAL
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n Sacaba, Cochabamba, efectivos policiales impusieron detenciones indebidas y torturas a ciudadanos, robaron Bs 88.160 que estaban destinados al pago de combustible, se apropiaron de computadoras y celulares. Estos hechos ocurrieron en 2019, durante el gobierno de facto, según denuncia Luis Quinteros Rojas, administrador del surtidor de gasolina de Villa Tunari. El administrador del surtidor contó, en el programa Somos Democracia, que se transmitió desde la localidad de Lauca Ñ, en la zona del trópico cochabambino, que el gobierno de facto de Jeanine Añez suspendió el servicio de bancos en el trópico de Cochabamba en noviembre de 2019, lo que le obligó a viajar hasta la capital del valle para hacer un depósito de dinero para la compra de diésel y gasolina para el surtidor. En su viaje pasó por Sacaba y allí fue interceptado por efectivos policiales que buscaban evitar una marcha de cocaleros que
Luis Quinteros en entrevista en el programa Somos Democracia.
protestaban por los abusos de los “motoqueros” en contra de las mujeres de pollera. Pese a los documentos de respaldo, los uniformados le arrebataron Bs 88.160, más su laptop y sus dos celulares con el pretexto de que el dinero estaba destinado a pagar a los marchistas.
Los policías golpearon y torturaron a Quinteros por cuatro días con el fin de obligarle a que declare que actuaba bajo las órdenes del exministro Juan Ramón Quintana. El abogado de la empresa para la cual trabajaba Quinteros, logró su liberación e inició un proceso contra los policías Jhonatan D. y
Heridos de Sacaba relatan la masacre de Huayllani REDACCIÓN CENTRAL
Roberto Jukumari y Gonzalo Paco son víctimas de la brutal represión que militares y policías impusieron en el puente Huayllani el 15 de noviembre de 2019, cuando intentaban pasar a la ciudad de Cochabamba en una marcha pacífica en repudio al maltrato que las mujeres de pollera soportaron de parte de los paramilitares. Jukumari cuenta que mientras intentaba socorrer a algunas personas que caían en el piso, producto de los gases lacrimógenos que lanzaban de
atrás para adelante los policías y militares, lo detuvieron y comenzaron a golpearlo sin piedad en todo su cuerpo con la intención de romperle los brazos y las piernas. Uno de los uniformados lo golpeó a la altura de la oreja, cayó casi inconsciente al suelo, trató de recuperar fuerzas y se arrastró unos metros, pero lo agarraron los policías y lo llevaron con ellos. Gonzalo Paco Gonzalo Paco Pedro, de 21 años, relató cómo los uniformados aquel día reprimieron con odio a la gente que se mo-
vilizaba de forma pacífica. Los efectivos dispararon primero balines y luego agentes químicos, como si fuera una guerra que hacía que todos quienes se encontraban a la altura del puente Huayllani se dispersaran y otros perdían el conocimiento por la cantidad excesiva de gas asfixiante y cayeron al piso. El joven, que se encabezaba la macha, intentó ayudar a quienes pudo y al escuchar los disparos de arma de fuego intentó resguardarse en algún sitio, pero fue impactado por una bala en el abdomen.
el mayor Nelson C. por el robo del dinero y su computadora. “Tienen que pagar lo que han robado”, indicó el exadministrador del surtidor, quien se mostró impotente ante la explicación de los uniformados que le dijeron que el dinero y su computadora se destruyeron en un incendio, algo inverosímil para la víctima.
HUAYLLANI - SACABA
Sánchez muere por dos impactos de bala “Voy a caminar hasta el último día pidiendo justicia por la vida de mi esposo”, asevera Margarita Gutiérrez, quien perdió a su pareja, Lucas Sánchez, debido a varios disparos que recibió durante la masacre de Sacaba, el 15 de noviembre de 2019, en el departamento de Cochabamba. “Casi año y medio que estoy caminando, año y medio entero pidiendo justicia”, manifestó. La víctima se trasladó desde el trópico de Cochabamba a la zona de Huayllani, donde ocurrió la masacre de Sacaba, para protestar por las palizas que los autores del golpe de Estado de 2019 daban a las mujeres de pollera. Gutiérrez manifestó que desde un helicóptero su esposo recibió el impacto de bala en la cabeza y salió por uno de sus ojos, además recibió otro impacto cerca al hombro, que llegó directo al corazón, falleciendo de forma inmediata en el lugar. Sus compañeros lo trasladaron hasta el hospital Viedma para que fuese atendido, pero llegó ya sin signos vitales de vida.
“ME GOLPEARON HASTA QUE ME DESMAYÉ” Rubén Velásquez, detenido durante la masacre del puente Huayllani en Sacaba, Cochabamba, recuerda las torturas que sufrió junto a otros ocho de sus compañeros que fueron detenidos durante el operativo militar y policial del 15 de noviembre de 2019. Rubén recuerda que, en el momento de su detención, los uniformados trajeron un yute lleno con bazucas y granadas, con la intención de falsear la realidad y hacer ver que durante su detención lo encontraron con ese armamento, y para ello llamaron
inmediatamente a la prensa, ya dispuesta, para que registre ese montaje. Como en todos los casos, Rubén también quedó con secuelas producto del abuso y tortura. Ya no puede escuchar bien. “Ha habido tortura y abuso, lo que nosotros pedimos es justicia por las vidas que se han perdido, por las viudas, los huérfanos y los heridos que han quedado con secuelas, no puedo escuchar bien y quedé con el trauma, algunos ya no pueden trabajar, tiene que haber justicia y una sanción”, exige Velásquez.
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Testimonios inéditos de las masacres de 2019 PARTE I
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AHORA ESTÁ DELICADA DE SALUD POR LAS HERIDAS
Evangelina Ayala pide ayuda y justicia para las víctimas Fue a pedir paz para Bolivia y respeto a la vida de la población, sin embargo fue humillada, agredida, golpeada y herida con gases lacrimógenos y proyectiles de bala. REDACCIÓN CENTRAL / ABI
VIO A LOS POLICÍAS MONTAR PRUEBAS
Gregorio Rodríguez fue detenido en Sacaba REDACCIÓN CENTRAL / ABI
“Pido justicia de una vez”, demandó este domingo Gregorio Rodríguez, un comunario de la localidad San Gabriel del trópico de Cochabamba, que fue golpeado y encarcelado por participar en una movilización pacífica que derivó en la masacre de Sacaba, en 2019. “No hay justicia”, lamentó en una entrevista con el programa Somos Democracia, una alianza de medios estatales. El entrevistado exigió justicia en su caso porque vivió un suplicio durante su aprehensión injusta, debido a que fue golpeado, puesto boca abajo por varias horas e incluso fue víctima del robo de su celular y Bs 1.800, que tenía para su subsistencia. Manifestó que fue testigo de cómo los policías “mon-
taron” pruebas para la aprehensión de jóvenes que estaban con él, a quienes les hicieron agarrar armas de fuego a golpes, así como varios objetos contundentes. Además explicó que en su ingreso a la cárcel fue víctima de abusos y el cobro ilegal de Bs 1.500 por “derecho de piso”, entre exigencias de dinero para vivir en una celda y tener garantizada su integridad física. “He tenido la suerte de que uno de mis sobrinos ha agarrado los servicios de un abogado profesional, que me ha colaborado para atender el caso llegando al extremo de conseguir la liberación”, sostuvo. El entrevistado indicó que varias de las personas que fueron aprehendidas y encarceladas con él no tuvieron la misma suerte.
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Pido ayuda y justicia para las víctimas de la masacre de Sacaba”, exclamó Evangelina Ayala, quien ahora se encuentra delicada de salud debido a que fue herida durante la represión policial registrada en esa región de Cochabamba, en noviembre de 2019. En entrevista con el programa Somos Democracia, una alianza de medios estatales, difundido por Bolivia TV, Evangelina recordó con lágrimas las movilizaciones y los hechos violentos en la masacre de Sacaba. Aquella vez se unió a las marchas pacíficas de protesta sólo para pedir paz para Bolivia y respeto a la vida de los bolivianos, sin embargo fue humillada, agredida, golpeada y herida con gases lacrimógenos y proyectiles de bala, relató. Dijo que la impotencia y rabia que siente es indescriptible ante el hecho de que todavía haya odio y discriminación hacia las mujeres indígenas por parte de algunos efectivos de la Policía, las Fuerzas Armadas e inclusive médicos y enfermeras. “Los motoqueros nos insultaban diciéndonos asesinos, maleantes”, lamentó Evangelina, quien contó que fue herida en la mano derecha y ante esta si-
// FOTO: ABI
Rodríguez fue golpeado por los policías.
tuación ahora le es complicado trabajar y desempeñar actividades de manera normal. La entrevistada lamentó el fallecimiento de sus amigos y compañeros en la masacre de Sacaba. Los recuerdos invaden sus senti-
Evangelina Ayala en la entrevista del programa Somos Democracia.
dos al revivir el momento cuando vio el sufrimiento de las personas que gritaban de dolor por los disparos desde los helicópteros. “Ahora pedimos justicia y sentencia de 30 años para los responsables”, manifestó.
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atalio Reyes Chávez es otra víctima más de los malos tratos y atropellos de parte de grupos irregulares que se conformaron en octubre de 2019 en la ciudad de Santa Cruz para crear pánico entre la gente humilde que exigía trabajar. Reyes relató, en entrevista en el programa Somos Democracia, que mientras pasaba por la Rotonda del Plan Tres Mil vio cómo la gente que demandaba el derecho al trabajo era golpeada y maltratada por los grupos apoyados por la Unión Juvenil Cruceñista. De pronto la Policía llegó al lugar y comenzó a gasificar, las personas se dispersaban por donde podían y en ese momento él recibió un impacto de bala en la pierna. En medio de la gasificación cayó en el suelo producto del dolor y de la sangre en su pierna herida, fue llevado a una clínica cercana al Plan Tres Mil, donde no fue atendido por ser simpatizante del MAS. Llegó a la Caja Petrolera, donde los galenos lo operaron de forma inmediata, pues tenía incrustada una bala nueve milímetros que le había roto el hueso de la pierna. “Me quedé 21 días internado, pues tenía fracturas en la tibia y peroné, no podía caminar, estaba con muletas y no me dejaron salir hasta que pagué la deuda en el hospital, pues mi seguro no cubría esta situación, sino sólo me extendieron una baja médica”, recordó. La falta de recursos impidió que Natalio pueda seguir su traREDACCIÓN CENTRAL
“Bajo amenazas de quemarnos y cortarnos el cabello, nos dijeron que teníamos que grabar un video diciendo que Evo Morales nos pagó para marchar”, contó con lágrimas Rosa Yana Calisaya, otra víctima de la violencia en Santa Cruz en noviembre de 2019, en el golpe de Estado. Acongojada por todo lo que vivió, la señora Rosa manifestó que el 1 de noviembre de ese año, cuando retornaba de una reunión con su federación, las personas que bloqueaban en el Plan Tres Mil, miembros de la Unión Juvenil, los reconocieron. Junto con ella iba el eje-
EL HECHO OCURRIÓ EN SANTA CRUZ, CUANDO LOS POLICÍAS GASIFICARON A LA GENTE QUE EXIGÍA TRABAJAR
Natalio Reyes fue herido por un disparo en el Plan Tres Mil
Después de octubre de 2019, su vida cambió significativamente, pues con mucho esfuerzo logró caminar y dejar las muletas, pero no puede correr y menos alzar objetos pesados. BOLIVIA TV
REDACCIÓN CENTRAL
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La víctima fue herida en la Rotonda del Plan Tres Mil.
tamiento para que vuelva a caminar, ya que los medicamentos eran bastante costosos. Por eso recurrió a hierbas que le ayudaron a volver a caminar. “No me alcanzaba el dinero, todos los días tenía que gastar 700 bolivianos y la gente del campo me sugería que haga otras cosas, pues el médico dijo que no volvería a caminar porque el hueso se había hecho astillas”, narró. Inició un proceso contra los responsables, pero lamentablemente no lo pudo seguir por cuestiones de dinero y porque se encontraba solo. Ahora lo único que pide es justicia porque desde aquel día su vida cambió significativamente, pues no puede correr ni alzar objetos pesados. Natalio Reyes considera que las exautoridades del gobierno de facto ahora se quieren hacer las víctimas, pero en realidad lo que deben hacer es rendir cuentas y asumir sus responsabilidades por los crímenes que cometieron en su régimen por las masacres de Sacaba, Senkata y de otros lugares del territorio.
“ME QUEDÉ 21 DÍAS INTERNADO, PUES TENÍA FRACTURAS EN LA TIBIA Y PERONÉ, NO PODÍA CAMINAR, ESTABA CON MULETAS Y NO ME DEJARON SALIR HASTA QUE PAGUÉ LA DEUDA EN EL HOSPITAL. Natalio Reyes Chávez Víctima
LA AMENAZARON CON CORTARLE EL CABELLO Y LE QUITARON SU CELULAR
Yana: “La Unión Juvenil nos amenazó con quemarnos” cutivo de los gremiales Jaime Flores y otra de sus compañeras, a quienes los tildaron de masista. Atemorizados comenzaron a buscar alternativas para escapar, la señora Paola se entró a una casa, pero Rosa Yana se quedó afuera. Los miembros de la Unión Juvenil Cruceñista le quitaron su bolsa, mintieron que eran policías y llamaron a los bloqueadores, quienes comenzaron a correr en di-
rección a ella. Señaló que había un montón de gente y comenzaron a grabarles como si fuesen delincuentes, las insultaron y discriminaron. Pasó un tiempo y llegó la Policía, pidió ayuda sacando su bandera tricolor. La subieron a una camioneta y la llevaron a una celda policial, donde la retuvieron por varias horas totalmente incomunicada porque le
quitaron su celular. Después de rogar mucho, uno de los policías le entregó el aparato para que se pueda comunicar con su hijo y decirle que estaba aprehendida. Al no poder hablar con su hijo, llamó a uno de los dirigentes, quien hizo todas las acciones legales que correspondían para que obtenga su libertad. “Estaba con miedo, toda esta actividad era
para después salir a una marcha y exigir que nos dejen trabajar, vender, porque ese paro de 21 días fue totalmente injusto. Los grupos que bloqueaban revisaban bolsas, quitaban celulares”, afirmó. A casi dos años de lo ocurrido, lamentó que hasta ahora no haya justicia por las personas que fueron agredidas, maltratadas por estos grupos que los intimidaban en todo momento.
REDACCIÓN CENTRAL
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niela Cuéllar Alcócer es una mujer que vivió en carne propia los abusos de los policías en 2019, en Santa Cruz, durante el golpe de Estado, cuando los gremiales marchaban pacíficamente exigiendo la libre transitabilidad y el derecho al trabajo. Luego de un recorrido por algunas avenidas, intentaron ingresar a la plaza principal y los policías les lanzaron gases lacrimógenos, balines y hasta balas de fuego que impactaron en tres personas, que perdieron la vida de forma inmediata. Con hondo pesar y con mucha impotencia, señaló que no hubo alguien quien los ayudara o apoyara para socorrer a las personas que eran heridas, pues en los nosocomios los galenos se negaban a atenderlas. Indicó que alrededor de unas 15 personas fueron detenidas por los uniformados, quienes les sembraron pruebas para inculparlas en hechos de violencia, pero de los pititas no había nadie culpable, hecho que le causó mucha rabia, porque no había igualdad de condiciones, pues los policías apoyaban a los que cometían una serie de abusos a las personas más humildes. “Llegamos con la marcha a lado de la plaza, pero no nos dejaron entrar los policías, nos echaron inmediatamente gases, no había nadie que diga REDACCIÓN CENTRAL
“‘¡Camacho es mi macho!’, era la consigna que a las mujeres se les hacía decir para atravesar las barricadas que se organizaban en las calles de la capital cruceña”, relató Magdalena Panduro, quien sufrió agresiones y represiones en noviembre de 2019. Luego de radicar 20 años en el exterior, llegó a Riberalta en abril de 2019. Al arribar a su ciudad natal, se sorprendió por ver varias escuelas con nueva infraestructura, campos deportivos, caminos por todos lados y obras en construcción. En su criterio, en esa región las cosas habían mejorado, pero todo cambió en noviembre de 2019, cuando a causa del golpe de Estado, impuesto con sangre por el gobierno de facto de Jeanine Añez, se suscitaron movilizaciones y agresiones,
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POR MARCHAR EXIGIENDO TRABAJO Y LIBRE TRANSITABILIDAD
Cuéllar: Golpe de Estado se tradujo en muertes y detenciones ilegales Los uniformados les lanzaron gases lacrimógenos, balines y balas de fuego que impactaron en tres personas que perdieron la vida en una marcha que exigía sus derechos.
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Testimonios inéditos de las masacres de 2019 PARTE I
Aniela Cuéllar en el programa Somos Democracia.
paren. En el sexto anillo, tres personas murieron, una era de la junta vecinal, del sector del transporte y gremialista”, expresó. Explicó que su hijo, quien
también participaba en la marcha que exigía que les dejen trabajar con normalidad, por poco recibió una bala, ya que por casualidad se agachó para recoger un objeto, mientras
que a su lado un transportista recibió el impacto de un proyectil que terminó con su vida. La señora Cuéllar dijo también que el señor que perdió la vida, de profesión transportis-
ta, era padre y madre para sus dos niñas, una de 15 y otra de 10 años, de las que ahora nadie sabe de su paradero. “Tenemos una vecina y a ella es quien pregunto de las niñas, pero ella afirma que no sabe nada. Yo fui personalmente a buscarlas a su casa, pero ya no viven ahí”, dijo. Denunció que los llamados pititas en ese entonces les obligaban a decir cosas que no querían y si no lo hacían los golpeaban. Agregó que después de lo ocurrido el 2019, muchas de las personas que viven del día a día, les fue imposible recuperarse económicamente. Cuéllar es madre soltera y tiene que hacer grandes esfuerzos para mantener a sus hijos, vendiendo lo que pueda para tener unos pesos en el bolsillo. “Cuando les digo a mis dos hijos ‘tengo una reunión’, ellos no quieren saber que vaya sola, porque quedaron con el temor de que cualquier cosa pueda pasarme”, sostuvo.
LOS BLOQUEADORES QUERÍAN HACER VER QUE LOS CAMBAS ERAN UNA RAZA ESPECIAL
Los cívicos agredían a las personas que pasaban por sus bloqueos principalmente en Cochabamba, El Alto y Santa Cruz. Recordó que a través de los medios de comunicación escuchaba que la gente se movilizaba en las calles cruceñas. Pero para verificar esto, salió de su casa a caminar desde el tercer anillo hasta la Doble Vía la Guardia. En el trayecto sufrió en carne propia las agresiones de los cívicos. En las calles y plazas había barricadas con grupos de personas que incitaban a la violencia e insultaban a la gente que no estaba de acuerdo con ellos. “En cada calle se veía violencia y prepotencia. Obligaban a respe-
tar las sogas (cuerda) que estaban atadas de esquina a esquina. El que pasaba esa soga era agredido violentamente”, sostuvo. Añadió también que su libertad y democracia era a punta de lapos y, motivados por la música de Gladys Moreno, intentaban hacer prevalecer que los cambas eran una raza especial. Señaló que durante todo ese periodo del golpe de Estado una de las cosas que más le impresionó fue la prepotencia de las personas que bloqueaban y las palabras de libertad y democracia, que no eran un común denominador con lo que pregonaban.
Magdalena Panduro en el set de televisión en Santa Cruz.
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AL MENOS UNAS 250 PERSONAS FUERON DETENIDAS ARBITRARIAMENTE
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“El odio de los cívicos llegó al punto de querernos quemar” Candy Barrientos asegura que el gobierno de facto de Jeanine Añez se desentendió de los humildes, mientras sus aliados les aplicaban el terror. William Urguieta ahora sólo puede hacer trabajos livianos.
A Lido Damina le atacaron con un petardo en la nuca Lidio Damina es una de las víctimas de la violencia en 2019 en Mairana, Santa Cruz, donde fue golpeado y discriminado por sectores contrarios al gobierno del entonces presidente Evo Morales. El 28 de octubre de 2019, Santa Cruz se convirtió en un escenario de movilizaciones e intolerancia impulsada por el sector cívico que impuso, posteriormente, el golpe de Estado. En ese ambiente, Lidio se dirigió a la casa de su tío luego de acabar su jornada laboral. Sin embargo, cerca de la casa de su familiar, los cívicos instalaron bloqueos. De pronto fue interceptado por ciudadanos que lo agredieron sólo por sus rasgos campesinos.
REDACCIÓN CENTRAL
“Queremos justicia, esto fue golpe de Estado, no es persecución política. Fuimos discriminados, no somos animales, sino personas humanas para que nos golpeen cuando les daba la gana”, cuenta Marcial Arnez Terrazas, quien relató cómo su padre de 62 años fue golpeado sin piedad por los cívicos cruceños, en octubre de 2019 en Mairana, Santa Cruz. Recordó que aquel día su padre pasaba por el lugar después de cumplir con su jornada laboral en su
“Me corretearon y después, por no escapar, me quedé en una puerta y aparecieron cuatro personas. Me atacó uno directamente en la nunca con petardo, me pegaron”, contó en el programa Somos Democracia que se difunde Bolivia TV. Aseguró que recibió una pedrada en el rostro, le lastimaron la rodilla y la espalda, a tal punto que no podía trabajar. La mejilla izquierda se le hinchó y el dolor era insoportable y sólo podía ingerir líquidos por un buen tiempo hasta que sanen sus heridas y todo su cuerpo. “Pido justicia por las masacres a las que fueron sometidos todos mis hermanos. No quiero que quede impune, lastiman a la persona sin motivo alguno. Nos pegan, nos matan”, dijo.
REDACCIÓN CENTRAL
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Aquel 1 de agosto de 2019 marcará sus vidas para siempre y será difícil de olvidar para quienes participaron en la marcha”, manifestó Candy Barrientos, una víctima más que experimentó en carne propia la agresividad de los cívicos cruceños, aliados con grupos irregulares, quienes intentaron quemarlos. Cuenta que mientras se desarrollaba la marcha que exigía elecciones nacionales para el 6 de septiembre, para tener autoridades elegidas en las urnas, los cívicos cruceños se abalanzaron hacia ellos para golpearlos. La gente huyó por todo lado y mu-
Candy Barrientos en el programa Somos Democracia.
chos se subieron a la montaña de Samaipata para resguardar su integridad. Los cívicos prendieron fuego en las faldas del cerro para que las llamas se extiendan hasta el lugar donde se escondió el pueblo, y comenzaron a lanzar piedras para aturdir más a la gente que se encontraba arriba, con el fin de que las personas caigan hacia la carretera. “Hicieron eso con la intención de matarnos, no había forma de que podamos bajar por otro lado, imagínese si eso hubiese pasado, cuánta gente habría muerto”, contó. Narró que al menos 250 personas fueron detenidas injustamente por policías y cívicos cruceños, de las cuales 49 re-
cibieron imputación legal con pruebas fabricadas por el gobierno de facto de Añez. Demandó justicia y quienes ahora están al frente de las investigaciones procedan de acuerdo a ley para que se procese a los que atentaron contra la vida de miles de personas, además exige que la señora Jeanine Añez permanezca en la cárcel de por vida, por ser quien autorizó que se cometan todas las masacres en Bolivia. Agregó con tristeza que sufrieron la peor discriminación posible, pues el hecho de hablar el idioma quechua y vestir de pollera fue considerado un delito, porque este hecho se relacionaba con los masistas.
Su anciano padre fue magullado por los cívicos chaco y vio que se registraba un enfrentamiento entre los bloqueadores y los cívicos, corrió al mercado central para resguardarse, pero fue alcanzado por las hordas que lo agarraron y lo golpearon con la intención de matarlo. Después de agredirlo violentamente y sin tomar en cuenta su avanzada edad, lo dejaron tirado
sangrando en el suelo. Su familia se enteró en la noche por una red social (Facebook) y fue inmediatamente al mercado, donde lo encontraron inconsciente. Lo trasladaron a un hospital cercano, pero nadie quiso atenderlo, pues los galenos pensaban que eran los movilizados y que pertenecían al Movimiento Al Socialismo
(MAS). Lo llevaron a Santa Cruz, donde, luego de peregrinar por varios nosocomios, lograron hacer que lo atiendan y curen sus heridas que le provocaron los golpes. Lamentó que después de dos años los llamados cívicos cruceños los siguen amedrentando, con odio, humillándolos sólo por el hecho de ser personas humildes.
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FUE GOLPEADO POR SUS RASGOS INDÍGENAS
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Testimonios inéditos de las masacres de 2019 PARTE I
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EXIGÍA EL RESPETO A LOS DERECHOS HUMANOS
SUS COMPAÑEROS FUERON GOLPEADOS HASTA ESCUPIR SANGRE
Recibió una paliza y fue empujado a un barranco
Una piedra le rompió la frente y ahora pide ayuda para curarse
Ante los frecuentes atropellos de parte de los paramilitares del Comité Cívico contra los campesinos, Ciprián Saavedra se sumó a las movilizaciones y bloqueos en la localidad de Mairana, Santa Cruz, exigiendo el respeto no sólo a sus derechos, sino también al de las mujeres y sus hijos que eran maltratados. Contó que fueron atropellados y reprimidos por los policías que, con agentes químicos, lograron disipar a la gran cantidad de personas que se movilizaban, pero un casquete de gas le hirió la pierna, cayó al suelo de forma inmediata, aunque logró pararse y huir del lugar.
Los cívicos, apoyados por los uniformados los humillaron, los amontonaron cerca del puente de Mairana, donde los pusieron de rodillas. Muchos pudieron escapar y quienes no lo hicieron fueron golpeados brutalmente hasta casi matarlos. “Me empujaron a un barranco, me quitaron mi celular, tomé conciencia lo más que pude aunque el dolor era insoportable por la golpiza que me habían propinado, logre huir al monte. Recuerdo que dormimos sin comer y sin cobijo”; aseguró. Ciprián dijo que pudo identificar a tres personas que lo golpearon hasta lo último, pues de las 60 personas que fueron en su momento sólo quedaron unos pocos.
LOS CÍVICOS LE DEJARON HERIDAS EN LA CABEZA El campesino Édgar Orellana fue víctima de agresiones y hostigamiento de los cívicos cruceños en agosto de 2020. Recibió pedradas en la cabeza y humillaciones sólo por pedir elecciones presidenciales en rechazo al régimen de Jeanine Añez. Orellana fue protagonista de uno de los primeros bloqueos campesinos en Mairana, Santa Cruz, en reclamo de democracia, sin embargo eso enfureció a los cívicos cruceños, quienes lo agredieron y le dejaron heridas profundas en la cabeza. “Estuvimos bloqueando pidiendo elecciones. No fuimos a pelear. ¿Por qué pedíamos elecciones? Porque en Santa Cruz éramos ultrajados. Hablamos entre los campesinos. Cuando estábamos bloqueando, vinieron los cívicos y nos dijeron: ‘Ustedes indios, ¿qué quieren acá?, ¿qué saben?, ¿para qué bloquean?’. No respondimos nada”, relata en la entrevista en el programa Somos Democracia. La medida de protesta de los campesinos trató de ser persua-
dida por un contingente policial, pero de pronto apareció un grupo de cívicos que usaron piedras y palos para agredir a las personas que bloqueaban. “Estábamos ahí, pero de repente vinieron con piedras. Estábamos con mis amigos, y (los cívicos) apuntaron directamente a mi cabeza. Recibí pedradas, me caí, me levanté y escapé. Nos siguieron. ‘Paren indios; si son hombres, paren’, decían”, cuenta. “Casi ya no puedo trabajar. Cuando hago fuerza, me duele”, lamenta a un año de los hechos sucedidos en el departamento cruceño.
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n entrevista en el programa Somos Democracia, que se difunde en Bolivia TV desde Mairana Santa Cruz, Juan Manuel Nogales Orellana relató que en el gobierno de facto de Janine Añez, el año 2020, fue agredido por los miembros del Comité Cívico y grupos irregulares, quienes le lanzaron una piedra en el lado derecho de la frente que le destrozó una parte el hueso frontal. Recuerda que el hecho ocurrió cuando estaba en los bloqueos en la localidad de Mairana, exigiendo que se fije una fecha para las elecciones nacionales. Contó que su hermano fue casi quemado, pues huyó para salvar su vida. “Mi hermano fue afectado psicológicamente, si no huía por las peñas hubiese sido quemado. Había otros compañeros que eran golpeados hasta escupir sangre, la agresión fue sin piedad”, afirmó. Esta brutal golpiza le ocasionó un impedimento de 50 días, estuvo internado en un
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Jamás volverá a ser el mismo, pues no puede exponerse al sol, los dolores son permanentes y muy fuertes, además no puede levantar objetos pesados.
Juan Manuel Nogales Orellana recibió una paliza de parte del Comité Cívico.
hospital privado debido a que en un hospital público los médicos politizados y parcializados con el golpe de Estado no quisieron atenderlo. Acongojado todavía por el hecho, clama justicia por todo lo que tuvo que pasar y pidió apoyo a las autoridades nacionales, pues por falta de recursos económicos no puede ser sometido a una segunda intervención quirúrgica. “Yo pido justicia, sabemos quiénes son, están libres, hoy no
puedo gozar de una vida tranquila, no puedo darle ni para su cumpleaños a mi hijita y eso me da mucha pena”, dijo con lágrimas en los ojos. Hoy no puede estar expuesto al sol además contó que casi pierde un ojo. Agradeció a todos quienes le colaboraron en su momento para que pudiera salir del hospital, pero ahora su mayor preocupación es la falta de dinero, pues no sólo tiene que cubrir una segunda operación, sino también debe a los bancos.
Fabiola cuenta que la golpearon y le cobraron dinero ABI
“Queremos justicia, queremos que los responsables de las masacres vayan a la cárcel. Nos han hecho llorar, nos han masacrado”, dijo Fabiola Callejas Rodríguez, una agricultora de Mairana, Santa Cruz, quien sufrió maltratos, golpizas, discriminación y humillación durante el golpe de Estado de 2019. Callejas fue entrevistada en el programa Somos Democracia, difundido por Bolivia TV, a través de una alianza de los medios estatales. Dijo que durante los aciagos días de noviembre
de 2019 llevó alimentos para apoyar a los campesinos que estaban movilizados en Samaipata, Santa Cruz, en demanda de la recuperación de la democracia y el Estado de derecho. Durante su recorrido de Mairana a Samaipata fue objeto de maltratos, golpizas, humillaciones y discriminación por parte de grupos de personas que llegaron de la capital oriental para imponer bloqueos que respondían al llamado de Luis Fernando Camacho, quien instruyó la toma de instituciones públicas y bloqueos en contra del Gobierno. “No nos dejaban pasar, nos
maltrataron, nos decían ‘ustedes collas váyanse a su pueblo, aquí los vamos a matar’. Andaban con sus palos. Nos han golpeado”, relató Callejas. Sostuvo que en varios puntos de bloqueos instalados por personas que llegaron de la ciudad de Santa Cruz “con tatuajes y pañoletas” les cobraron dinero para pasar. “Nos cobraron 80 y 100 bolivianos”, manifestó. Callejas señaló que ahora pide justicia y que los responsables de los hechos de violencia sean procesados. “Nos han hecho llorar, nos han masacrado”, recuerda Fabiola.
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FUERON INTIMIDADOS POR LA POLICÍA, LOS FISCALES Y LA UNIÓN JUVENIL CRUCEÑISTA
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Su madre no aguantó la depresión y murió porque su casa era apedreada La Policía y los fiscales les armaron un caso a él y su hermano, quien después fue a la cárcel de Palmasola por delitos que no cometió.
LA TURBA QUERÍA QUEMARLA VIVA
Sarsuri recibió una paliza sólo por transitar la calle REDACCIÓN CENTRAL
“Nunca en mi vida estuve encerrada en un módulo policial, nos dijeron que no iba a pasar nada, pero fue todo lo contrario”, narró Amalia Sarsuri Ramos, comerciante y dirigente de la Federación de Gremiales. Fue detenida y golpeada brutalmente junto a su amiga por la turba de bloqueadores cívicos que impedían el paso en 2019. Todo comenzó cuando ambas mujeres se dirigían a un velorio luego de participar en una reunión de dirigentes de la Federación de Gremiales. Una horda de personas que bloqueaban las calles, siguiendo la línea de Luis Fernando Camacho, las identificó y comenzó a corretearlas. Un hombre en moto las alcanza y las increpa con
violencia, les pregunta con voz de mando si formaban parte del grupo que estaba circulando. Ellas no contestaron y eso le molestó al motoquero, quien llamó a las personas que estaban en las esquinas. El hombre pidió que le entregaran sus celulares y con violencia le quitó a Amalia la mochila pequeña que cargaba, mientras una turba de mujeres de Camacho comenzó a golpearlas y patearlas. Las arrinconaron a la pared. Una de las mujeres que las agredía e incitaba al resto a hacerlo también, vestía de militar y con palabras vulgares y ordinarias las insultaba y hasta las ofendía por ser de condición humilde. La uniformada le dijo: “Yo te voy a enseñar a respetar Santa Cruz”.
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Jaime Flores Santos, dirigente de los gremialistas, es otra de las víctimas de la violencia en 2019, en Santa Cruz, durante los 21 días de paro cívico convocado por el Comité Cívico de Santa Cruz. Cuenta que cuando caminaban él y sus compañeros por las calles del Plan Tres Mil, después de haber celebrado una reunión de dirigentes de su sector, fueron reconocidos por los bloqueadores, quienes los corretearon para
REDACCIÓN CENTRAL
P
aolo Mojica Gutiérrez, en el programa Somos Democracia que se difunde por Bolivia TV, denunció que él y su hermano fueron perseguidos políticos en el gobierno de facto de Jeanine Añez. Su familia fue intimidada en todo momento por los cívicos de Santa Cruz, la Unión Juvenil Cruceñista y los policías por el hecho de militar en el Movimiento Al Socialismo (MAS). Mojica, quien fue detenido ilegalmente por la Policía durante las jornadas de protesta en 2019, señaló que encarcelaron a su hermano durante 67 días en Palmasola, Santa Cruz, y que a consecuencia de este hecho falleció su madre por un infarto. “Vivimos un calvario porque todo era amenazas, persecuciones a nuestra familia, maltrato a las familias. Hubo corrupción, buscaban la forma de sacar dinero de una u otra manera. En eso se produjo la muerte de mi madre debido a tanta amenaza. No aguantó la situación. Rompieron vidrios de mi casa. Muere mi madre por verle a su hijo en la cárcel”, expresó. Explicó que su madre vivía preocupada, asustada y amenazada por el permanente hostigamiento de la Policía, de los fiscales y por la violencia de la Unión
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Amalia Sarsuri Ramos fue golpeada por los bloqueadores cívicos.
Paolo Mojica en el programa Somos Democracia.
Juvenil Cruceñista, que rompió los vidrios de su domicilio. Ahí sufrió un primer infarto. Cuando se enteró que su hijo iba a ser trasladado a la ciudad de La Paz, le vienen dos infartos más que terminan con su vida: “Nos dijeron que (mi hermano) iba a estar 30 años de cárcel no solamente en Palmasola, sino en La Paz. Mi mamá se pone mal, en la noche la llevamos al hospital, le da dos infartos y muere preocupada porque su hijo estaba detenido, muere por pena de su hijo”. Relató que la persecución alcanzó a toda su familia, a su progenitora, hijos, hermanos y tíos. Los uniformados les maltrataban, les golpeaban y se burlaban de su desgracia, entre ri-
sas le decían: “Pagarán todos los del MAS. ¿Dónde está papá Evo? Denunció que la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), en estrecha colaboración con los fiscales Adán Arteaga, Víctor Hugo Justiniano y otro de apellido Claros, armó una causa judicial en contra de él y su hermano, quien por eso fue a parar a la cárcel de Palmasola, acusado de delitos que no cometió. “Gracias a Dios ya pasó esta situación. La gente vivía asustada y ahora estamos en libertad, pero a un año y medio no se olvida, en ese momento vivimos con temor, había miedo hasta de charlar con alguien, pero la vida sigue y ahora hay que sobrellevar”, concluyó.
La Unión Juvenil quiso quemar su puesto de venta agredirlos físicamente. Jaime Flores corrió varios kilómetros para que no lo alcancen. Durante el largo recorrido se escudaba con la bandera nacional y hasta se cambiaba de ropa para que no lo reconocieran. En el trayecto fueron atrapadas dos mujeres por la turba que lo perseguía a él, les quita-
ron sus celulares, las insultaron y las golpearon. “En los bloqueos era difícil pasar. Nos revisaban todas nuestras pertenencias, carteras, billeteras y mochilas y hasta a las mujeres de pollera las agredían sin justificativo alguno, dándoles un trato inhumano con odio y rencor”, recuerda Jaime Flores.
Dijo que se escondió debido a que los seguidores de Luis Fernando Camacho ya sabían dónde estaba. Recibió varias amenazas de intento de quemar su puesto de venta en el Mercado Central y cada vez más crecía el temor de poner en riesgo a su familia porque los ataques eran violentos y sin piedad.
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Testimonios inéditos de las masacres de 2019 PARTE I
LA AMENAZARON FRECUENTEMENTE NO SÓLO A ELLA, SINO A TODA SU FAMILIA
Salubrista denuncia a unionistas por saquear una brigada médica Se llevaron todos los equipos de los ambientes y lanzaron piedras cuando en el interior se encontraban mujeres embarazadas, personas con discapacidad y niños. REDACCIÓN CENTRAL
E
n el programa Somos Democracia, que se difunde por Bolivia TV, Angélica Velasco, profesional del área de salud, relató la manera en que los paramilitares que apoyaban el paro de los 21 días en Santa Cruz destrozaron y saquearon una brigada médica que fue instalada para ayudar en la atención de las personas. Estos grupos vandálicos, apoyados por el Comité Cívico pro Santa Cruz, lanzaron piedras a la infraestructura sin tener consideración alguna de que adentro se encontraban personas con discapacidad, niños, niñas y mujeres embarazadas que salieron espantados del lugar. “Se llevaron todo, computadoras, equipos de fisioterapias, ecógrafos. No sé cuál era el afán de ellos, creo que era saquear los ambientes y hasta inclusive con bates fueron golpeadas las mujeres que prestaban sus servicios”, manifestó Velasco. REDACCIÓN CENTRAL
Jaime Blass Marín, víctima de las palizas rabiosas de 2019 en Santa Cruz, cuestionó la actuación hasta el momento de la justicia, porque todas aquellas personas de condición humilde que fueron ultrajadas, insultadas y agredidas de forma violenta por el Comité Cívico pro Santa Cruz, liderado por Luis Fernando Camacho, no son castigadas como corresponde. “¿La justicia dónde está? Yo me pregunto cuándo tendrán castigo las personas que abusaron y ultrajaron a la gente más humilde. Luis Fernando Camacho es intocable. El que tiene plata tiene justicia y el que no, debe seguir siendo humillado”, se preguntó el señor Blass. Cuenta que mientras retor-
Angélica Velasco, profesional del área de salud, en Bolivia TV.
Su hermano, al que ayudó en ese momento, tuvo que esconderse tres meses, puesto que era perseguido y hostigado permanentemente. No contentos con ello, saquearon la vivienda de la madre de Angélica, llevándose televisores y otros artefactos de valor. Sin embargo narró que lo
que más le causó dolor fue cómo estas personas llegaron hasta el colegio de su sobrina, hecho que originó que sus familiares saquen a la niña de la unidad educativa para preservar su vida. “Nosotros, por el miedo, optamos por sacar a las niñas, llevándolas afuera porque te-
míamos lo peor”, agregó. Denunció también que el señor Rómulo Calvo, de Sirma, la sacó de los grupos de Whatsapp web no sin antes colocar todos sus datos personales que la obligaron a trasladarse de un lado a otro para resguardar su integridad y la de su pequeño hijo.
GRUPOS DEL COMITÉ CÍVICO CRUCEÑISTA LO PATEARON Y LE ROBARON SU BICICLETA
Blass: La justicia es para gente con plata, no para el pobre naba de su trabajo a su domicilio particular en bicicleta, debido a los bloqueos instalados en cada calle, un grupo de unionistas sentados en una carpa fumando y tomando café comienza a insultarlo y le obligan a decir “Que viva la unión cruceñista”. Al negarse a repetirlo en voz alta, le quitan su medio de transporte y lo revuelcan a patadas en el piso.
Una anciana, al ver cómo este grupo unionista lo golpeaba sin piedad, reclamó y les pidió que lo dejen tranquilo. El señor Jaime se levanta como puede y haciendo mucho esfuerzo abandona el lugar, sin sus pertenencias,
pues le fueron quitadas antes de recibir los golpes. Lamentó que la gente del interior del país que viene a Santa Cruz buscando mejor calidad de vida para sus familias es abusada y discriminada hasta el día de hoy.
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HUMILLACIONES
Aguilar: Me hicieron pedir perdón de rodillas “A mis compañeras gremiales que pedían que se les deje trabajar les golpearon hasta hacerles orinar”, relató Paola Aguilar Serrudo, quien fue víctima de las barricadas y bloqueos en las calles de la ciudad de Santa Cruz, en noviembre de 2019. Aguilar contó que aquella vez fue humillada, golpeada y secuestrada debido a que en las redes sociales publicó un video donde pedía que a sus compañeros gremiales se les deje trabajar porque viven del día. “El video se viralizó y luego fui perseguida, humillada y amenaza”, recordó Paola, quien es madre y ‘padre’ de cuatro niños (dos con capacidades diferentes), a quienes sustenta con su trabajo de gremialista ambulante en La Ramada. Señaló que grupos de bloqueadores y de la Unión Juvenil Cruceñista la identificaron y comenzaron a perseguirla. Para resguardar su integridad física, ingresó a una casa metiéndose en un baño, pero lamentablemente la vivienda era de una de las personas que apoyaba los bloqueos. Ahí la tomaron de rehén. Suplicó por su vida y que la dejarán marcharse, pero vanos fueron sus intentos, pues el hombre llamó a la turba. Apiadándose la madre del hombre, la dejó salir del baño y huyó, pero unos metros más allá fue detenida nuevamente por mujeres que le obligaron a decir que “el MAS me pagó”; y al negarse, la golpearon y agarraron del cabello e intentaron quemarla viva. De no ser por los medios de comunicación que aparecieron en el lugar, la señora Aguilar habría tenido otro final.
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Ó LO ACUSARON DE PORTAR UN ARMA DE GRUESO CALIBRE
Elías fue encarcelado en Palmasola arbitrariamente por más de un año DURANTE LA JORNADA DEL 30 DE OCTUBRE DE 2019
Cívicos cruceños le cortaron una oreja y le dispararon REDACCIÓN CENTRAL
Juan Gonzales, vecino del barrio Cofadena de Montero, aún con las secuelas luego de la violenta agresión que sufrió el 30 de octubre de 2019 junto a sus vecinos, mujeres y niños por parte de grupos de vándalos enviados por el cívico Luis Fernando Camacho, relata lo sucedido ese día. “Nos atacaron aproximadamente a la una de la mañana, estábamos durmiendo y llegaron con la intención de quemarnos a todos y tuvimos que salir a defendernos, pero eran muchos, con palos, armas de fuego, petardos y esas cosas que le llaman bazucas. Fuimos al puente para atajarlos y ahí me tumbaron, me dieron con un ladrillo y encima otros me patearon”, recordó. Como muchos de sus vecinos, tuvo que huir, pero heriREDACCION CENTRAL
Freddy Riquelme es sobreviviente de los conflictos poselectorales de 2019 en el municipio de Montero, del departamento de Santa Cruz. El 13 de noviembre recibió un impacto de bala en la pierna izquierda, en la zona del mercado Barrientos, durante el hostigamiento de los cívicos cruceños que habían tomado la Alcaldía. Esa jornada, Riquelme salió al mediodía para almorzar en el mercado. Ya en el lugar pidió un
do, igual fue alcanzado por los grupos violentos, quienes continuaron golpeándolo. “Los cívicos tenían en espadas la bandera cruceña y con eso me cortaron también la oreja, al día siguiente amanecí en el hospital. Ahí vinieron mis hijos para sacarme, porque la intención de esos grupos violentos era matarnos y fueron a buscarnos hasta el hospital”, relató Con la bala aún incrustada en el brazo, Juan relata que era difícil ser atendido en un hospital porque hasta ahí fueron seguidos por los grupos camachistas. “En ese entonces, no se podía ir a ningún hospital a hacerse atender, porque nos seguían hasta ahí para intentar matarnos, muchos de mis compañeros de acá tienen heridas de bala, y quedaron con el trauma porque quemaron sus casas”, indicó.
Durante el tiempo de su reclusión tuvo que cuidar su vida, pues lo tenían sentenciado y querían apuñalarlo por apoyar a la gente de su barrio. REDACCIÓN CENTRAL
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lías Nina, un joven y líder de su universidad, fue víctima de los militantes del Comité Cívico Cruceñista en 2019, en la ciudad de Montero, Santa Cruz. Lo persiguieron y lo encarcelaron por más de un año y dos meses en el penal de Palmasola. En entrevista en el programa Somos Democracia, contó que mientras estaba en el banco haciendo una transacción económica recibió una llamada que le informó que los motoqueros y cívicos cruceños habían ido a su casa a destruirla y que estaban intentando quemarla. Sin tener orden de allanamiento, la policía ingresó a la morada para hacer una requisa con el prepropósito de encontrar algo que lo inculpe de la noticia que circulaba en las redes sociales, donde supuestamente se lo veía a Elías con un arma de grueso calibre. “Nunca apareció ese video, jamás, solo hicieron circular ese chisme para ir a mi casa, hacer destrozos con el objetivo de quitarnos la vida”; aseguró. Ante el temor de que pueda suceder algo peor, la madre del joven le pide que vaya a vivir un tiempo con su tío. Llegó hasta la localidad de
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Juan Gonzales muestra sus heridas en la entrevista, en BTV.
La víctima en el programa Somos Democracia.
Oquinagua, donde lo identifica un estudiante de la universidad, quien comienza a gritar que Elías era contrario al entonces régimen de Jeanine Añez. En ese momento, los cívicos se abalanzaron hacia él, lo agredieron y lo obligaron a grabar un video diciendo que estaba bien de salud y que logró escapar de los uniformados. La intención que tenían era ahorcarlo y hacerlo desaparecer. Lo llevaron a una oficina, donde le preguntaron
quién era el presidente de juventudes de Montero; no respondió a la orden y en ese momento los uniformados comienzan a golpearlo y torturarlo. La audiencia se desarrolló de manera rápida y sin respetar los procedimientos legales, sentenciándolo a más de un año y meses de cárcel en Palmasola. Para salvar su vida, porque lo tenían amedrentado todo el tiempo, tuvieron que hablar con el delegado para que no lo maten.
Riquelme cambió su identidad para cuidar su vida plato y comenzó a alimentarse. Mientras consumía, apareció de pronto un tumulto de gente para resguardarse en un espacio público, eran funcionarios del Gobierno municipal que escapaban de los cívicos que los perseguían y que obligaban al alcalde de Montero, Mario Baptista, a renunciar. La tensión del momento pro-
vocó que los vecinos se organicen y resistan los amedrentamientos tanto de cívicos liderados por Regis Medina, actual alcalde del municipio, como de los efectivos policiales. Luego, la Policía abandonó el lugar, pero retornó reforzada con un contingente antimotines. Se apostó en el lugar y comenzó a reprimir.
Riquelme recibió un balazo.
REDACCIÓN CENTRAL
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gnacia Mamani Cárdenas y Adela Zabaleta Lique son dos mujeres víctimas de la represión de 2019 durante el golpe de Estado del gobierno de facto de Jeanine Añez, en la zona Sur de la ciudad de La Paz. Ambas describieron, en declaraciones por separado, los momentos más dolorosos que pasaron producto de las gasificaciones y detenciones ejecutadas por la Policía y los llamados cascos blancos. Ignacia Mamani cuenta que, mientras retornaba del trabajo a su domicilio particular, vio la llegada de una tanqueta militar y por detrás uniformados bien armados que comenzaron a lanzar gases lacrimógenos por todo lado para dispersar a las personas que se encontraban a la altura del puente Rosales. Cuando trataba de escapar, escuchó disparos de arma de fuego y fue en ese instante que la detuvieron juntamente con tres jóvenes. Fueron arrastrados, golpeados e insultados hasta que llegaron en una camioneta a la EPI 8 de Calacoto en la zona Sur. “Me tuvieron todo el día con las manos hacia arriba y me empezaron a interrogar por qué me encontraba en el lugar y me amenazaban constantemente. Fue muy duro lo que viví”, dijo. Contó que recién tarde en la noche la soltaron con otras personas. REDACCIÓN CENTRAL
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useth Rodríguez Seláez, con lágrimas en los ojos, contó en la entrevista del programa Somos Democracia, que se difunde por Bolivia TV, cómo ella y su familia recibieron amenazas anónimas muy fuertes de grupos opositores radicales al Movimiento Al Socialismo (MAS), que la obligaron a abandonar el país. Fue perseguida política en la zona de Irpavi y el caso es de conocimiento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Recuerda que debido a que fue responsable de la campaña electoral del MAS, en la zona Sur, fue fichada y hostigada por la derecha con mensajes desde el 10 de noviembre, día en el que Evo Morales renunció a la Presidencia a causa del denunciado golpe de Estado.
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LOS VIOLENTOS HECHOS OCURRIERON EN LA ZONA SUR DE LA CIUDAD DE LA PAZ
Ignacia Mamani fue detenida y golpeada en la represión de 2019 Los policías, apoyados por los paramilitares de casco blanco, reprimieron con gases lacrimógenos. Golpearon, torturaron a las personas y hasta usaron armas de fuego.
// FOTO: GONZALO JALLASI
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Testimonios inéditos de las masacres de 2019 PARTE I
ADELA ZABALETA LIQUE Con lágrimas en los ojos y acongojada por los recuerdos que aún permanecen frescos en su memoria, la señora Adela Zabaleta Lique relató que ese día, producto de los gases que lanzaban los policías a la gente
Las dos mujeres relatan lo sucedido en la zona Sur, en el programa Somos Democracia.
que se encontraba protestando en las calles, se metió a una casa para resguardar su vida y esperó hasta que su fueran del lugar. “Estábamos asustados, la policía nunca nos defendió, han atropellado a los vecinos, gente que no era de la zona, nos
han correteado, gasificado y hasta matado”, manifestó. Preocupada por su familia, pues Adela vivía muy cerca del lugar del enfrentamiento, recibió una llamada de sus hijos, quienes le comentaron que los gases habían ingresado a su vi-
vienda, lo que generó pánico. “La Policía estaba con esas personas de casco blanco, era terrible, estábamos desesperados por llegar a nuestra casa, era gente que no era de la zona y vinieron a agredirnos, había disparos, hay gente que ha quedado con las secuelas de balines, pero el temor les ha hecho callarse y no denunciar”, complementó Adela. Ahora, ambas mujeres exigen justicia e investigación por todo lo que sucedió, ya que a muchos que se encontraban detenidos les hicieron firmar papeles en blanco y fueron amenazados con tener antecedentes policiales por salir a las calles. Pidió que la gente se anime a contar su verdad, pues en la actualidad persiste el temor en la ciudadania. Lamentó que hoy los traumas aún persisten y demandó a las autoridades, que ahora investigan la violencia de 2019, puedan esclarecer todos los hechos ocurridos ese año.
SUSETH TUVO QUE SALIR DEL PAÍS DEBIDO A LAS AMENAZAS
Rodríguez: Mi hijo con autismo desapareció “En ese momento comienzan las llamadas telefónicas anónimas. Aseguraban que me irían a matar si no me iba del país, pues mi persona estaba en una lista negra”, sollozó. Asustada por lo que podría pasar con su familia, salió del lugar donde se encontraba y se dirigió a su domicilio particular disfrazada para resguardar su integridad. Relató que el 15 de diciembre de 2019, su hijo menor, que tiene autismo, desapareció de su casa. Fue encontrado sin ropa horas más tarde en inmediaciones del Automóvil Club de la zona de Calacoto.
Ante las amenazas que sufría, la señora Suseth y su familia deciden salir del país como exiliados a la Argentina para emprender una nueva vida hasta que los conflictos cesaran en el país. “Nunca pensé vivir en otro país, fue muy duro lo vivido, se vulneraron todos los derechos humanos y destruyeron familias”, dijo. Ahora exige justicia y respeto por los derechos de las personas con discapacidad que se vieron afectadas por los hechos y que no se vuelvan jamás a repetir los mismos actos en la historia del país.
Suseth Rodríguez Seláez, en la entrevista en BTV.
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LOS ENCARGADOS DE LA AUTOPSIA QUISIERON ESCONDER LA BALA
Virginia: Mi hijo quería ser militar, y un militar lo mató A un año y medio de la pérdida de su primogénito, la madre implora justicia y echa la culpa a Luis Fernando Camacho por ser el responsable de generar violencia en el país. REDACCIÓN CENTRAL
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esde que salió del colegio, mi hijo quería ser militar, y murió a manos de un militar. Así Virginia Quispe resume lo acontecido con su hijo Ronald Quispe Ticona, de 23 años, quién fue asesinado por un impacto de bala en el estómago durante la represión de Senkata en 2019. “Mi hijo fue a visitarme a mi casa el domingo en la noche, y el martes salió, después me llama mi hermano y me dice: ‘Tu hijo está muerto’.No podía creer. ¡Cómo me van a decir eso! Después me vuelvo a mi cuarto y mi hija había estado revolcándose viendo en el celular que mi hijo había estado muerto, le dispararon en su estómago”, recordó con dolor Virginia. También rememoró que el papá del muchacho fue en busca del cuerpo de su hijo y lo encontró en la iglesia de Senkata, junto al de otro fallecido, y le confirmó el deceso a su compañera. “Cuando entro a Ventilla encuentro a mi hijo muerto. Harto he llorado, mi esposo se había
Virginia Quispe encontró a su hijo muerto en Ventilla.
desmayado”, recordó. Al día siguiente debían hacerle la autopsia y ahí es cuando los encargados de hacer este procedimiento pretendieron esconder el proyectil que le extrajeron del estómago. “En la autopsia, yo me oculté y pude ver a mi hijo cómo le han sacado de la barriga la bala.
Mi hermano menor estaba ahí cuando querían ocultar la bala y les dijo: ‘¿Por qué quieren hacer eso?’, y exigió que se la entreguen. ‘Voy a llamar al pueblo’, les dijo, y de ahí recién parece que le han entregado”, testimonió. También recuerda con dolor cómo los militares y policías le
Quispe fue torturado y llevado a Chonchocoro REDACCIÓN CENTRAL
“Me acusaron, sin pruebas, de incitar a mi sindicato para que queme los PumaKatari y otros bienes de los garajes de la zona Chasquipampa y Achumani”, dijo Aurelio Quispe Maraza, dirigente del Sindicato de Transporte 14 de Septiembre, quien fue torturado por los policías y llevado a la cárcel de Chonchocoro siendo inocente. Los delitos que pesaban en su contra fueron por destrucción y deterioro de bienes del Estado, incendio, organización criminal, daño calificado y terrorismo.
Quispe contó que arbitrariamente y sin respetar el debido proceso lo trasladaron a una celda judicial y en una rápida audiencia se dictaminó su traslado al recinto penitenciario de Chonchocoro, y de su compañero William Guarachi a la cárcel de San Pedro. En el interior de la cárcel lo golpearon sin piedad e inclusive vinieron más refuerzos burlándose, dijeron que esa noche sería su fiesta. Lo condujeron a la cancha y le obligaron a sacarse toda la ropa y querían que gritase “Ahora sí, guerra civil”, mientras le echaban agua y gas
hasta que cayó inconsciente. Al siguiente día apareció en el baño con la boca totalmente seca, los policías le daban de comer muy poco y todas las mañanas y las noches era sometido a baldazos de agua y gas, estaba incomunicado. Sus compañeros, al enterarse de lo ocurrido, le ayudaron a pagar su estadía en la celda y recobrar su libertad posteriormente. Pidió entre sollozos que reflexionen los policías por todos los tratos y abusos que cometieron para favorecer a un gobierno que fue ilegal y de facto.
decían que su hijo era un delincuente y que se hizo matar por Bs 200 que le habrían pagado. “Para mi hijo quiero justicia, quería estudiar, ‘voy a ser militar, voy a ganar y te voy a criar, todo vas a tener mami’, me decía”, recordó, mostrando entre sus manos documentos que demuestran el hijo ejemplar que era Ronald.
EL ALTO
Aún hay gente encerrada por el régimen de facto de Añez Unas 20 personas fueron detenidas ilegalmente y torturadas por la Policía en 2019, denunció Marcela Calle, representante de las víctimas. Dijo que varios salieron libres luego de un calvario judicial, pero aún existen personas encarceladas por el sólo hecho de protestar contra el régimen golpista. Calle manifestó, en el programa Somos Democracia, que el 11 de noviembre de 2019, 24 jóvenes, entre varones y mujeres, fueron detenidos ilegal e injustamente por la Policía sólo por el hecho de estar transitando en la ciudad de El Alto, por Villa Adela, por la Avenida Cívica y alrededores. Los jóvenes, sin ninguna prueba, fueron considerados sospechosos de actos de violencia. Lego de su detención fueron torturados y golpeados, según Calle, quien dijo que también fueron recibidos en un “callejón oscuro” por los uniformados que patearon, golpearon y gasificaron a los aprehendidos. Después de meses de detención, la mayoría de los detenidos logró la suspensión del proceso judicial por falta de pruebas. Sin embargo, eso no borró las extorsiones, abusos, el sufrimiento dentro de la cárcel, y los gastos en abogados y trámites.
LO EXTORSIONARON CON LA FOTO DE SU HIJO Luis Lipa Vargas, periodista independiente, fue detenido injustamente por la Policía el 11 de noviembre de 2019, cuando retornaba a su casa a pie debido a los bloqueos de ese momento en la zona Sur de la ciudad de La Paz. Sacó una foto a los policías y la envió a una red social para informar lo que sucedía, los uniformados se alertan y lo condujeron en calidad de detenido a una unidad policial. Le quitaron todas sus pertenencias, además de calificarlo de masista, pues encontraron un carnet de militante del Movimiento Al
Socialismo (MAS). Los policías lo insultaron e inclusive lo relacionaron con otra persona que estaba junto a él. Lo enmanillaron y trasladaron a otra unidad para interrogarlo. Le obligaron a decir quiénes eran los dirigentes y quién le mandó para tomar fotos. “Uno de los policías saca su revólver y me golpea en la cabeza, después la pone en mi cien para obligarme a hablar quiénes eran mis dirigentes, y al negarme me amedrenta e intenta manipularme con la foto de mi hijo”, afirmó.
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Testimonios inéditos de las masacres de 2019 PARTE I
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LA MAMÁ DE KEVIN VIO MUERTOS A LOS JÓVENES QUE EN LA MAÑANA FUERON A SU TIENDA
Kevin recibió un impacto de bala en la pierna por salir a trabajar LE DISPARARON UN BALÍN EN LA CABEZA
Los policías sacaban heridos del hospital para detenerlos REDACCIÓN CENTRAL
“El doctor del hospital le dijo a mi hermano: ‘Llevatela porque están viniendo los policías para detenerla. Llevatela rápido’”, contó Ema Quispe Choque, una joven de 22 años que fue herida en la cabeza producto de los disparos de los policías y militares el 11 de noviembre de 2019 en Senkata. Luego de recibir el impacto en la cabeza, mientras se dirigía a su casa junto con su hermana menor, fue llevada a un nosocomio para ser atendida de emergencia. El galeno que la revisó la derivó al hospital general, pues requería de forma inmediata una operación. “El doctor me dijo: ‘Es un milagro que estés viva’. Tuve la suerte de que balín salió, ya no estaba en mi cabeza. No me dieron nada ni una pastilla, ni agua, sólo me tomaron la presión”, relató. Ema dijo que en el hospital
le sacaron fotos y más tarde llegó un efectivo policial para investigar cómo había llegado al lugar. Sus familiares, extrañados y molestos porque no recibía atención médica oportuna, consultaron a uno de los galenos, quien le sugirió que se la llevaran a otro lado, pues venían policías para detenerla. Su hermano mayor consiguió el alta médica de Ema y la sacaron del hospital minutos antes de que un grupo de seis policías que bajaron de una camioneta ingresaron al nosocomio para llevarse a los heridos con la intención de hacerlos desaparecer. “Nos salimos y a la vuelta de la esquina llegó la Policía. Si no fuera el doctor, yo estaría detenía y herida junto a mis hermanos y mi papá”, comentó. La joven fue atendida un día después en una clínica particular, donde suturaron su cabeza y le dieron varios calmantes para el dolor, pues ahora no soporta escuchar ruidos muy por las secuelas que dejó el balín. Ema dijo que después de lo sucedido tenía miedo de aparecer en público y decir cómo estaba. Sus parientes vieron en Internet lo que le había pasado. “Tenía miedo que le hagan algo a mi familia, los vecinos me dijeron que ellos me protegerían, pues no quería salir a las calles”, aseguró.
Después de lo sucedido ya no puede jugar fútbol y perdió las ganas de estudiar. La madre exige ayuda. REDACCIÓN CENTRAL
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evin Denis Camino Cochi, de 21 años, es otra víctima de la masacre de Senkata. Recibió un impacto de bala en la pierna cuando se dirigía a trabajar. El incidente ocurrió cuando los efectivos militares y policiales disparaban a la gente en la ciudad de El Alto. La madre, de nombre Cleotilda Cochi, en entrevista en el programa Somos Democracia, cuenta que nunca olvidará aquel 19 de noviembre cuando en su tienda recibió una llamada telefónica que le informó que a su hijo le habían disparado y resultó herido. “Mi hijo salió a las 13.30 del 19 de noviembre porque no había ido a trabajar un día antes. Desde la Ceja traía varios productos, él me proveía. Ya eran las 15.00 y yo seguía viendo la televisión, y de repente recibo una llamada de un número desconocido, contesto y era mi hijo que me deijo: ‘Ma’, me han disparado. Ese momento sentí que me moría”, relató. Cleotilda comentó que su hijo, para llegar a la Ceja de El Alto, debía cruzar por calles aledañas a la planta de Senkata, donde de repente se vio una lluvia de balas. Uno de los proyectiles impactó en su pierna, quiso ponerse de pie y no pudo. Sorprendida por la noticia salió en busca de su hijo y llegó al Hospital Japonés. En el ingreso había pegada a la pared una lista de heridos y fallecidos, ahí figuraba el nombre de Kevin. El hospital parecía un cuadro de terror, había personas fallecidas en el piso. Cleotilda vio a su hijo en una silla de ruedas, se acercó para saber qué sucedió y fue cuando identificó a unos jóvenes que en la mañana
Cleotilda Cochi en el programa Somos Democracia.
fueron a su tienda para hacer una venta de productos; ellos fallecieron por impactos de bala. Cleotilda dijo también que los galenos del hospital discriminaron a la gente más humilde que pedía atención
“ELLOS QUERÍAN AMEDRENTAR A CUALQUIER PERSONA. ESO ES LO QUE VI. ELLOS NO PENSARON EN NINGÚN MOMENTO SI UNA PERSONA PARTICIPABA O NO EN EL ENFRENTAMIENTO.
Cleotilda Cochi Madre de la víctima
médica. Vio a tres personas vestidas de civil que amedrentaban a los heridos, les preguntaban cuánto les pagó Evo Morales para que salgan a bloquear. Dijo que al siguiente día estos sujetos del régimen golpista se llevaron en un taxi a algunos heridos en calidad de detenidos. Cleotilda sacó a su hijo del nosocomio porque había el peligro de que se lo lleven a él también. Lo llevó al hospital Agramont, donde fue operado. Hay mucha gente inocente que fue afectada por esa masacre, personas que estaban trabajando, pero igual fueron atacadas por los efectivos militares y policiales, que tenían una consigna: generar miedo en la población para terminar de consolidar el nuevo régimen. Ahora que ya pasaron casi dos años de lo sucedido, Kevin perdió un semestre en la universidad y hace fisioterapia para poder caminar nuevamente y volvió a trabajar, pero en actividades que no sean muy pesadas.
GONZALO JALLASI
Militares en tanquetas rumbo a la planta de Senkata.
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FUE RECLUIDO ARBITRARIAMENTE POR SEIS MESES EN LA CÁRCEL DE SAN PEDRO
Le quitaron su grúa y lo acusaron sin pruebas de haber bloqueado Obtuvo su libertad hace un mes y medio, y la grúa aún permanece secuestrada hasta que su familia pague lo que se debe a un garaje. REDACCIÓN CENTRAL
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REDACCION CENTRAL
Rodrigo Calisaya fue herido por un disparo de balín a la altura del muslo de la pierna en noviembre de 2019, cuando los policías y militares reprimían a la gente cerca a la zona de Senkata, en el Distrito 8 de la ciudad de El Alto. En el programa Somos Democracia, que se difunde en Bolivia TV, en una alianza con los medios estatales, el joven contó que mientras comía con su padre los policías llegaron y co-
UN PROYECTIL LE PERFORÓ LA PIERNA
“Murillo y Jeanine Añez deben responder por lo que hicieron” REDACCIÓN CENTRAL // FOTO: BTV
ebido a la publicación de una foto en redes sociales, cuando Santiago Colque retornaba a su casa fue detenido y encarcelado en San Pedro. Lo engañaron y no le dijeron que lo llevaban a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), violaron sus derechos, relató su hijo David Colque. “Mi papá estaba en su fuente de trabajo y llegaron dos señoritas diciéndole que necesitaban su servicio de grúa para llevar una moto en Santa Rosa, le dijeron que esperara y llegó un taxi y lo detuvieron. Lo acusaron de haber movido bloques por todo El Alto, y (haber) ayudado a bloquear y de ser un terrorista”, relató David, entrevistado por el programa Somos Democracia. Santiago fue golpeado, no le permitieron hacer una llamada y le quitaron su celular. Gracias a otras personas, sus familiares pudieron conocer su situación e inmediatamente se movilizaron para dar con su paradero y el de su única herramienta de trabajo, una grúa. “En dependencias de la FELCC, toda esa noche lo han mantenido enmanillado y era constantemente agredido, le decían: ‘¿Para qué has venido aquí? Indios de miércoles’, esos calificativos han utilizado contra mi papá”, testimonió David.
El personal médico acusó a Óscar de terrorista.
Al día siguiente, fue dirigido a una primera audiencia en la que no le pudieron demostrar nada y establecieron que no tuvo ningún grado de participación y le dieron detención domiciliaria; sin embargo, a la media hora de ser liberado llegó otra citación iniciándole otro proceso por daños a bienes del Estado, instaurado por la Alcaldía que preside Soledad Chapetón. Inmediatamente lo derivaron a San Pedro con seis meses de detención preventiva, sin opción de asumir su defensa. “Tratábamos de apelar con certificados médicos, y tres audiencias fueron suspendidas
David Colque reclama por la tortura que sufrió su padre.
por falta de los acusadores, mi papá agarró Covid en la cárcel, y en esos momentos fue aislado con otras cuatro personas, ahí nadie les daba comida por miedo a contagiarse, queríamos llevar medicamentos y no nos dejaban”, recordó. Con la grúa, aún secuestrada en un garaje, su padre quedó en libertad hace un mes y medio, pero tiene una deuda encima. David reprochó que ahora Jeanine Añez reclame por sus derechos. “Tanta gente que ha matado, tanta gente que ha sido perseguida injustamente sin tener pruebas, gente torturada ¿Quién pide justicia por esas personas?”, finalizó.
“Así como fueron valientes en 2019, ahora Arturo Murillo y Jeanine Añez tienen que hacerse cargo de lo que nos hicieron”, dijo Óscar Saavedra Chumacero, un vecino de Senkata, ciudad de El Alto, que fue baleado durante el golpe de Estado y ahora se queja del dolor intenso y de la cojera que le dejó el proyectil que le perforó la pierna derecha en esos días. Saavedra contó que el 19 de noviembre de 2019, al retornar de la casa de su suegra, se dirigió a su domicilio en el Distrito 8 de Senkata y en su trayecto pasó por una avenida asfaltada. Justo en ese momento, los policías y militares dispararon contra la multitud. Una de las balas le llegó a su pierna derecha. El proyectil tuvo una trayectoria de ingreso y salida de la pierna.
Luego de caer, debido a la herida, Saavedra dijo que sufrió un intenso dolor y fue auxiliado por los vecinos, quienes lo llevaron al centro de salud de la Avenida Panorámica. Sin embargo, el personal médico no quiso atenderlo y hasta lo acusó de terrorista. Por ello fue trasladado hasta el hospital Corea, donde recibió el tratamiento médico de emergencia. Saavedra no dudó en exigir justicia para los heridos y fallecidos en la masacre de Senkata y responsabilizó de esos hechos a Jeanine Añez y sus ministros. “Así como fueron valientes en 2019, ahora Arturo Murillo y Jeanine Añez tienen que hacerse cargo de lo que hicieron”, indicó el entrevistado, quien tiene claro que su pedido es “justicia; no es venganza, no es persecución”.
“Los médicos nos atendían mal y nos tildaban de masistas” menzaron a reprimir a la gente con gases y un compañero cayó al suelo producto de un balín, corrió para ayudarlo y en ese momento le llegó el impacto. Lo socorrieron y lo llevaron a un centro de salud, pero al ver que el nosocomio estaba repleto de heridos, decide irse a su casa por temor a los co-
mentarios que circulaban, en sentido de que a las personas menos graves se las llevaban los policías. Después de estar una semana en cama, recién fue atendido por los galenos en una clínica particular, donde el médico le indicó que la herida tenía pus y que deberían operarlo
para sacarle el balín. “Me tuve que ir a una clínica privada porque en la pública nos trataron muy mal. Las personas heridas éramos tildadas por los médicos de masistas o pagadas por Evo Morales”, aseguró. Guardó medio año de reposo sin poder hacer nada,
ya que no puede estar mucho tiempo parado. Su familia gastó mucho e incluso, en cierto momento, no tenía ni para comer, relató Rodrigo. Ahora exige justicia pues está seguro de que las fuerzas del orden fueron con intenciones de matar a gente inocente, entre ellos a él mismo.
REDACCIÓN CENTRAL
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eynaldo Huriarte, de ocupación mecánico, chofer y cerrajero, fue herido en el brazo con un arma de fuego mientras tramitaba unos documentos personales el 11 de noviembre de 2019, en la Ceja de El Alto, en la represión policial de la masacre de Senkata. Recuerda que ese día los uniformados bajaron de dos camiones y comenzaron a lanzar gases lacrimógenos. Corrió para cubrirse juntamente con otras personas que se encontraban bloqueando en el lugar y entonces sintió un fuerte golpe en la mano. Mucha sangre salía de su brazo, cae y es socorrido por algunas personas que lo trasladaron en un minibús al hospital Corea, donde los galenos pensaron que estaba borracho y no lo atendieron. Lo trasladan al Hospital Holandés y después al Hospital del Norte, donde lo operaron después de un día. Durante todo ese tiempo soportó los dolores por la herida y la fiebre provocada por el químico del proyectil que le generó problemas en su salud. “No recuerdo nada, desperté y tenía hambre y sed. Una enfermera me dijo que no podía injerir nada porque entraría a cirugía, pero eso sucedió recién al siguiente día, cuando el galeno afirmó que REDACCIÓN CENTRAL
Fregida Aruni Huayculli, madre del joven muerto por un impacto de bala cuando la policía y los paramilitares con cascos blancos correteaban a la gente a disparos por las calles de la zona Sur, culpó a la exmandataria Jeanine Añez y sus ministros de ser los responsables del deceso de su primogénito. En entrevista con el programa Somos Democracia que se difunde en Bolivia TV, narró que su hijo, para resguardar la integridad de su familia y de su pequeña niña recién nacida, salió de su casa para poner una calamina a la ventana con el fin de que ésta bloquee las balas y los agentes químicos lanzados por los uniformados y los cascos blancos que dirigían a la policía. Salió a la calle y es ahí donde recibió el impacto y cayó. La
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EXIGE JUSTICIA Y QUE LOS JUECES Y FISCALES HAGAN RESPETAR LOS DERECHOS CONSTITUCIONALES
Huriarte fue herido en el brazo y ahora ya no puede trabajar Los vecinos de El Alto lo llevaron a varios hospitales porque fue difícil lograr que los médicos lo atiendan. Tardó un día su atención, durante ese tiempo sufrió mucha fiebre.
// FOTO: GONZALO JALLASI
Martes 17 de agosto de 2021
Testimonios inéditos de las masacres de 2019 PARTE I
mi vida estaba en riesgo y que tenían que operarme lo más pronto posible”, expresó. Acongojado por las secuelas que le dejó el impacto de bala, el señor Reynaldo lamentó que ahora no pueda
Reynaldo Huriarte en el programa Somos Democracia.
trabajar porque su brazo no tiene la movilidad de antes y menos la fuerza para continuar con sus actividades que habitualmente desarrolla. Los policías lo hostigaron demasiado sólo por el hecho
de su condición humilde y haber estado accidentalmente ese día en ese lugar. “Mi esposa tuvo que batirse con todo. Dejaba cocinado y se iba a lavar ropa durante todo el día para traer alimen-
to a mi casa, me daba mucha pena por no poder yo ayudarla”, señaló. Dijo que sufrió mucho, pues por el problema de su brazo nadie quería contratarlo y en los trabajos que antes estuvo lo despidieron. “Queremos justicia, queremos que todo salga a la luz”, demandó Huriarte, y pidió también que los jueces y fiscales que investigan lo sucedido hagan valer los derechos constitucionales del pueblo y que los responsables paguen por los muertos y heridos durante el régimen de facto. Agregó que los autores del golpe de Estado tienen que ser sancionados por la violenta represión militar y policial. El entrevistado mencionó que su familia y conocidos de la escuela de sus hijos fueron los únicos que le colaboraron con un hogar y alimentos para subsistir durante el régimen de Jeanine Añez, impuesto como resultado del golpe de Estado de 2019.
UN IMPACTO DE BALA LO MATÓ Y SU BEBÉ NO CONOCERÁ NUNCA A SU PADRE
Aruni culpa a Jeanine Añez por la muerte de su hijo madre quiso acercarse a su hijo tirado en el suelo, pero los policías lo impidieron, dijeron que su hijo se encontraba bien. Le piden a la mujer documentos como constancia que ella vivía en el lugar. Después de insistir y en medio de matonajes de policías y civiles ‘pititas’, Fregida llega adonde estaba su hijo y comienza a gritar desesperadamente. Los vecinos del lugar la ayudan y trasladan al joven en un vehículo particular al hospital Los Pinos, pero cuando lo atienden ya había muerto. “Me lo han matado a mi hijo los policías y los cascos blancos. Todo lo que han hecho deben pagar, quién
me devolverá ahora, le pregunto a Añez, por su culpa”, aseguró. Sostuvo también que en el nosocomio no quisieron entregarle el cuerpo hasta después de la autopsia legal, que recién se hizo un día después. La madre desesperada se comunicó con el padre de su hijo, quien trabajaba en una empresa de radiotaxi y al enterarse la pareja la cuestiona como si ella hubiese enviado a algún lugar a su hijo que ya estaba muerto. Sollozando clamó que la muerte de su hijo no quede impune, ya que dejó en la orfandad una niña que en agosto cumplirá un añito más de vida.
Fregida Aruni cuenta su historia en Bolivia TV.
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on la voz entrecortada y en medio de lágrimas, Sinforosa Velásquez, de 59 años, implora justicia y pide el resarcimiento de daños y perjuicios por la detención de su hija Marina Poma Velásquez, a quien se la acusó injustamente de ser una de las responsables de instigar a la quema de la casa del exrector de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) Waldo Albarracín. “Quiero que se haga justicia, que me devuelvan lo que gasté, porque mi hija es inocente, ella nunca participó en ninguna manifestación y no tiene siquiera una afiliación política. Toda su vida se ha dedicado a trabajar”, dijo. En entrevista en el programa Somos Democracia, que se difunde en Bolivia TV y la red de medios estatales, contó que a dos años de lo ocurrido en los conflictos en La Paz y después de peregrinar en la justicia para obtener la libertad de su hija, ella permanece con detención domiciliaria, sin poder desarrollar sus actividades para ayudar económicamente a su mamá, a sus hijas y a su abuelita. Contó también que para evitar que su hija sea recluida, conversó con el señor Waldo Albarracín, quien sólo atinó a decirle: “nosotros podemos decir cosas, pero nuestros hijos hacen otra cosa a nuestras espaldas”. REDACCIÓN CENTRAL
Celia Mamani, como muchas otras personas, ahora interpela a la justicia y cuenta lo que su hijo Ismael Chino experimentó el 11 de noviembre de 2019, cuando fue detenido, torturado y encarcelado bajo el régimen de Jeanine Añez, sólo por vivir en Senkata. La señora relató que su hijo fue a la universidad, pero al encontrarla cerrada, decidió ir a la casa de su padre. Fue abordado por personas civiles y ahí comenzó un calvario en medio de insultos, golpes y torturas. “Lo agarraron y le preguntaron de dónde era y él dijo de la zona de Senkata y por eso lo agarraron, le tiraron al piso boca abajo y lo amarraron, para que más tarde, en un camión de la Policía, sea trasla-
MARINA POMA ESTUVO DETENIDA INJUSTAMENTE EN EL CENTRO PENITENCIARIO DE MUJERES EN OBRAJES
“Mi hija fue encarcelada por un delito que no cometió” Después de dos años de la violencia del golpe de Estado, aún tiene detención domiciliaria por supuestamente ser la responsable de instigar a la quema de la casa de Waldo Albarracín.
// FOTO: GONZALO JALLASI
REDACCIÓN CENTRAL
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Sinforosa Velásquez cuenta su experiencia con el golpe de Estado.
Marina ya no es la misma desde aquel día que la detuvieron, pues con una orden de aprehensión fue conducida a las celdas de la FELCC y sin respetar el procedimiento judicial la trasladaron hasta la cárcel de Obrajes. Marina, al interior del recinto penitenciario, fue maltratada, ya que no podía sentarse ni en la sombra ni en el sol sin ser insultada y discriminada por la población y los uniformados. Sinforosa pidió que se dé lectura a una carta escrita con su puño y letra de Marina, quien lamentaba todo lo que está viviendo e incluso ratificó que por sólo escribir unas palabras en las redes sociales habría perdido su libertad y habían destrozado su vida. “Mi hija perdió las ganas de vivir, ya que tiene temor de ser recluida nuevamente, por eso evita salir a las calles y sólo está dentro de la casa. Le pedí que volviéramos a vender en mi puesto, pero no lo hace”, señaló entre sollozos su madre.
EL JOVEN FUE DETENIDO, TORTURADO Y ENCARCELADO SÓLO POR VIVIR EN SENKATA
Desnudaron a su hijo en la calle y lo pusieron de rodillas toda la noche dado al EPI 3. En el lugar, en un callejón oscuro, lo desnudaron y le echaron agua, luego estuvo de rodillas toda la noche. Cuando lo fui a ver, estaba todo lleno de sangre y les habían dado una pastilla para que no sientan el dolor”, recordó con amargura. Su hijo le contó que dentro del grupo de detenidos, con los que estaba, había policías de civil infiltrados, quienes portaban en sus mochilas granadas de gas y petardos, con el fin de incriminarlos. “Había uniformados, civiles infiltrados, que cuando los pusieron en el grupo de detenidos
decían: ‘nosotros somos 405’ y los dejaban libres, y dejaron sus mochilas con gases para incriminar a mi hijo”, relató. Le gritaron —siguió su relato— que era un delincuente, terrorista, pero no tenían ni una sola prueba para sostener esa denuncia. Ante esta situación, Celia mostró la documentación recabada en la propia Policía, la cual demuestra que el joven no tiene ningún antecedente. “Todo fue muy triste y dejó traumas para mi hijo, no hubo médicos ni psicólogos que lo ayuden. Cuando lo recuerda llora, y yo lloro con él”, finalizó.
Celia Mamani en entrevista con Somos Democracia.
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FOTOS: GONZALO JALLASI
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Testimonios inéditos de las masacres de 2019 PARTE I
Vecinos de Senkata en una movilización pacífica.
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No voy a descansar, ya pasó el tiempo, seguiré adelante como mamá, porque es mi hijo. Desde el momento que sucedió el hecho yo caminé, no me rendiré hasta dejar limpio su nombre porque mi hijo es una persona trabajadora”, aseguró Antonia Arteaga, madre de Freddy, quien fue injustamente detenido en Senkata en 2019. En entrevista en el programa Somos Democracia denunció que su hijo fue víctima de torturas por parte de los policías y no se respetaron de ninguna forma sus derechos humanos. Exige justicia no sólo por su hijo, sino por quienes perdieron la vida injustamente, por las personas heridas y aprehendidas que fueron sometidas a una serie de abusos y actos violentos por parte de los uniformados que protegieron al gobierno inconstitucional de Jeanine Añez. “Teníamos miedo por ser detenidos por la policía, hay hartos hermanos que sufren todavía y callan para que no les pase nada a sus familiares”, manifestó. En noviembre de ese año, Freddy y su hermano menor, ambos albañiles, retornaban a su domicilio particular después de una jornada de trabajo, cuando policías vestidos de civiles lo detuvieron violentamente y subieron a una camioneta para trasladarlo a la Escuela Básica Policial (Esbapol). Antonia, enterada que su hijo fue aprehendido, se diri-
ANTONIA ARTEAGA DENUNCIA QUE SU HIJO FREDDY FUE DETENIDO
“Mi hijo fue torturado sin piedad pero Añez hoy es bien atendida”
A más de un año de su aprehensión, su madre implora justicia, pues tiene detención domiciliaria y no puede desarrollar sus actividades habituales para mantener a su familia.
// FOTO: ABI
REDACCIÓN CENTRAL
Militares en la Planta de Senkata, en El Alto.
gió al lugar para saber cómo estaba. Los policías se negaron a dar información y sólo le dijeron que espere, que pronto sería entrevistada. Pasó frío y sin saber nada de Freddy, la señora pasó la noche en la puerta de esa unidad policial. Relató que salió una camioneta con dos personas detenidas; su hijo estaba de-
Antonia Arteaga en el programa Somos Democracia.
bajo de unos cartones, lo habían ocultado. “Estaba debajo del cartón, los policías lo escondieron. Mi hijo no había y para disimular saltaban sobre el cuerpo de mi hijo”, denunció entre sollozos. El joven fue llevado a otra unidad policial en Ciudad Satélite y llegó a la FELCC de la ciudad de La Paz, donde los uniformados lo torturaron sin
piedad, le pusieron una soga en el cuello y pasó por un callejón oscuro. Le dijeron que era masista y que había sido pagado para que bloquee las calles y avenidas en Senkata. Freddy fue llevado a cinco procesos legales y fue presentado ante los medios de comunicación por el entonces ministro de Gobierno Arturo Murillo como si fuese un
delincuente, y a más de un año aún guarda detención domiciliaria, lo que le impide trabajar para mantener a su familia y ayudar a su madre que ahora demanda justicia. “Me duele que para no nosotros no haya justicia y más cuando mi hijo salió peor que un maleante por culpa de ese Murillo, me da mucha impotencia”, agregó Antonia. El proceso judicial que se ventila en el juzgado quinto avanza lento y su familia pide que sea concluido porque no existen las pruebas para sostener los cargos que pesan en contra de Freddy. Antonia también cuestionó el trato que recibe ahora la expresidenta Jeanine Añez y sus ministros que se encuentran detenidos, pues a ellos se les respeta sus derechos constitucionales, mientras que a quienes fueron heridos y aprehendidos se les vulneró toda clase de derechos. “A los policías no le hicieron nada. Estamos traumados, hemos sufrido mucho, a nadie se le prohibió nada, más al contrario, están siendo muy bien tratados, muy bien, ¿y nosotros?”, preguntó.
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EDDY MAMANI PEREGRINÓ POR VARIOS NOSOCOMIOS EN BUSCA DE ATENCIÓN MÉDICA
La policía le destrozó la pierna y los médicos le dijeron masista Después de ese día nunca más volvió a ser el mismo, le destrozaron su vida y su familia lo abandonó porque no puede trabajar. REDACCIÓN CENTRAL
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REDACCION CENTRAL
Alfredo Durán fue detenido por grupos civiles en inmediaciones de Ciudad Satélite, en El Alto, cuando estaba de retorno a su casa en 2019. Buscaron estigmatizarlo como masista y por ello fue entregado a la Policía. Sólo tenía sus prendas de vestir y un celular, pero aún así lo golpearon y lo torturaron. Durante su detención, fue f lagelado por los policías que
CON 72 AÑOS, FALLECIÓ POR NEGLIGENCIA MÉDICA
Su padre murió porque no recibió atención médica REDACCIÓN CENTRAL
// FOTO: BTV
ddy Mamani fue herido en la pierna producto de un arma de fuego que fue disparada por los policías que reprimían a la gente en El Alto, el 11 de noviembre de 2019 durante el golpe de Estado. El hecho ocurrió en la avenida Achocalla, cuando salió de su casa para ver lo que sucedía en la calle. Nunca se imaginó que le pasaría algo así. Después de ser herido, los vecinos lo socorrieron en una manta y lo llevaron en una carretilla hasta una posta sanitaria, donde le vendaron y le pusieron suero. Su familia llegó al lugar y lo trasladó a un hospital donde los galenos lo trataron mal. Lo insultaron, lo calificaron de masista y lo señalaron como pagado por Evo Morales. Lo operaron con desgano. “El miércoles entro al quirófano porque el dolor era insoportable, salgo y me llevan a la sala de recuperación y después me llevan a una cama, donde las enfermeras me curaban la herida pasado un día y medio, pero ese viernes que me tocaba curación no quisieron atenderme porque antes de hacerlo tenía que saber la policía”, denunció. Sus familiares atemorizados decidieron nuevamente sacarlo de ese nosocomio y peregrinaron por varios hospitales, pues
Aurelia Churo recuerda el dolor de su padre herido.
nadie quería atenderlo para hacer la limpieza de la herida. Se quedó tres días en su casa y su familia lo llevó a otro hospital, donde primeramente le pidieron un documento de la FELCC para ser atendido. Llegó a la clínica Brasil, donde fue atendido por un médico que, después de enviarlo a rayos X y limpiar la herida, le manifiestó que estaba a punto de perder la pierna porque tenía una infec-
Eddy Mamani en la entrevista con Somos Democracia.
ción muy profunda. “El martes me sacan rayos X, me hacen la limpieza y el doctor me informa que estaba a punto de perder la pierna si la infección penetraba al hueso”, dijo sollozando Eddy. Señaló que tres efectivos policiales intentaron detenerlo para llevárselo a la cárcel de San Pedro en calidad de aprehendido, pero gracias a la presencia de su familia se van del lugar.
En entrevista en el programa Somos Democracia, que se difunde por Bolivia TV juntamente con la red de medios estatales, Aurelia Churo cuenta cómo su padre fue herido de bala en la rodilla y los momentos difíciles que pasó para que su familiar fuese atendido. Ese día ambos tenían planificado salir de su casa en Ovejuyo rumbo a Chasquipampa para comprar alimentos debido a que no había nada para comer, pues los bloqueos de los vecinos en la zona Sur dificultaban el abastecimiento. Pero antes de esa actividad Aurelia recibió una llamada a través de la cual se entera que su padre estaba delicado de salud y que debía dirigirse lo más pronto posible al hospital Los Pinos.
Le crearon pruebas para acusarlo y torturarlo lo detuvieron. Fueron tres días interminables hasta que llegó el día de su primera audiencia de medidas cautelares, donde extrañamente aparecieron armas de fuego y granadas de gas para incriminarlo, recordó. “Han hecho aparecer armas, granadas y un chaleco
y sólo los mostraron en la audiencia. Saben los vecinos de Satélite que no tenía nada, sólo era la bronca contra el MAS, tenían esa rabia, por eso se agarraron conmigo, ellos son los que causaron y son los autores de lo que me pasó”, testimonió Durán, entrevistado en el progra-
ma Somos Democracia, una alianza de medios estatales. De profesión técnico en soldadura, fue acusado y procesado por los delitos de asociación delictuosa y portación de armas de la policía. Esas acusaciones falsas quedaron registradas en sus antecedentes.
Debido a la falta de recursos económicos, Aurelia sacó de ese hospital a su padre, Luis Chura, para que sea atendido en un nosocomio de su pueblo. Con la herida abierta y con mucha sangre que brotaba de su pierna intentaron pasar los bloqueos en un taxi hasta Chasquipampa. Debido a muchos problemas en el camino hacia su destino no lograron llegar hasta Ovejuyo, se quedaron a pernoctar en el lugar antes de seguir su recorrido. En Ovejuyo lo curaron, pero sus riñones no resistieron todo el esfuerzo previo que hizo el herido para buscar atención humana y menos costosa, y poco tiempo después falleció con 72 años de edad. La hija llora y señala el trato inhumano que recibió en el hospital Los Pinos.