SUPLEMENTO - CRÓNICAS

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Gloria Serrano, la escritora que el nopatriarcadopudocallar DOMINGO 21 DE AGOSTO DE 2022 AÑO 2 - N° 69 Págs. 6-7 Págs. 10-11 Págs. 4-5 Pág. 12 Previas alBetanzosCh’utillos:ainvitaraymiEl Heraldo, el periódico GuerradocumentóqueladelPacífico La así‘NoheridaPachamamademuerte.secelebranomás’

DOMINGO 21 DE AGOSTO DE 20222

DIRECTOR a.i. Carlos Eduardo Medina Vargas EDITOR DE CRÓNICAS Estéfani Huiza Fernández COLABORARON: Luis Oporto Ordóñez Norma DanielaIvertDavidErnestoMayorgaFloresMeruviaMendozaSalazarElvisFuertesCallapinoFrancoPinto CORRECCIÓN José Maria Paredes Ruiz Ana Peñaranda Cueto DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN Gabriel Omar Mamani Condo FOTOGRAFÍA Gonzalo Jallasi Huanca Jorge Mamani Karita Redes Lawww.ahoraelpueblo.bosocialesPaz-Bolivia Calle Potosí, esquina Ayacucho N° 1220 Zona Central, La Paz Teléfono: 2902587

E l jueves 11 de agosto llegaba a la pla za principal 14 de Septiembre de Cochabamba. Antes de doblar la es quina escuchaba resonar una ban da. Las plazas principales pueden ser muchas cosas. Son memoria hecha espa cio público. El brazo fundamental de la ciudad. Un lugar de encuentro, de amistad, de roman ce. Y ese famoso cóndor del centro, ojos testi gos, cuántas manifestaciones y sucesos polí ticos ha visto pasar… Me daba la sensación de que la plaza, entre las tantas cosas que puede ser, ese día era un corazón. Porque estaba la tiendo. Las jardineras, sus ventrículos. Doblé la esquina, sentí el nuevo pulso. Las palmeras me lo constataban. Un ritmo cardiaco a lo moreno. Morenada en banda. Es otra cosa, otro gusto. Lo metálico es la llajua de lo pesado. Un, dos… un, dos. Así la plaza, latiendo, ese día. La banda justo afuera de la Casa Departa mental de Culturas (ex Gobernación) tocaba su música a modo de bienvenida y de invitar a la gente. Al ingresar, me topé con el biógrafo e in vestigador Elías Blanco Mamani, llegado de La Paz exclusivamente para revisar asuntos corres pondientes a la elaboración de la biografía del escritor, periodista y poeta Jorge Mansilla To rres (más conocido como Coco Manto). Un tra bajo que fue anunciado esa misma noche. En el patio principal estaban acomodadas numerosas sillas, casi todas ocupadas para cuando entré. La exposición Fiesta y Poder a cargo de la Fun dación Cultural del Banco Central de Bolivia se inauguraba esa noche. Su modo peculiar de pre sentarse, de llamar a su público, parecía picar un lugar especial de la curiosidad cochabambina. Un ambiente de preste. La festividad paceña de la Santísima Trinidad del Señor Jesús del Gran Poder se ha venido por unas semanas. Ahora está aquí, en la Casa Departamental de Culturas. Y nos ha traído todo un presterío de expresiones y manifestaciones culturales, artísticas y políti cas. Inauguraron la exposición, el presidente de la FC-BCB, Luis Oporto Ordóñez; el jefe nacional de Gestión Cultural, David Aruquipa Pérez; el consejero de administración, José Antonio Ro cha Torrico; el asambleísta departamental Ser gio de la Zerda y la jefa de culturas de la Gober nación, Luz Ordóñez. LOS PECADOS TAMBIÉN SE EXPRESAN EN ARTE Cada columna, donde inician las gradas, tie ne su rostro. Dos caretas metálicas de morenos, cuyas plumas largas, coloridas y satíricas señalan

Desde Ch’ijini a la Llajta, fiesta y poder ¡SI NO ES NOMÁS SOLO BAILAR!

La festividad paceña de la Santísima Trinidad del Señor Jesús del Gran Poder se ha venido por unas semanas. Ahora está aquí, en la Casa Departamental de Culturas. Y nos ha traído todo un presterío de expresiones y manifestaciones culturales, artísticas y políticas.

Ernesto Flores Meruvia

FLORESERNESTO/SÁNCHEZGABRIELFOTOS:

3 a la festividad el icónico personaje de la China Morena. Es cuando se da el famoso “beso trans gresor” de Barbarella (Peter Alaiza) al general Hugo Banzer Suárez. Esto último nos demues tra que la fiesta no es mera diversión, ni siquiera solamente devoción, sino que es, además, un es pacio de revolución política. El dar cabida en un recorrido a sectores socia les tan marginados desde siempre como son los homosexuales es un acto profundamente polí tico. Y en un principio los mismos indígenas de los barrios populares que aguantan y hacen res petar su festividad ante los intentos de represión elitista. De ese aguante, de esa fuerza y resisten cia resultó que el único kilómetro de recorrido con el que inició la entrada en sus primeros años actualmente es ocho. Ahora es una serpiente, que hace referencia al cerco de Túpac Katari. Los bailarines cruzan la ciudad, es un acto de transgresión. Lo popular demuestra dominio y mayoría sobre una ciudad que antes parecía ser destinada solamente a unos pocos. El 2019 la festividad es declarada Patrimonio Cultural In material de la Humanidad por la Unesco. Frente a esa línea de tiempo se encuentra un mural enorme. Abarca prácticamente toda la pa red. Y es también, en cierto sentido, otra línea de tiempo. Esta vez, puramente gráfica. Es la obra del artista plástico Javier del Carpio: ‘Una mar cha de resistencia’. El mural muestra la entrada, una marcha danzante, del Gran Poder. Refleja las etapas por las que pasó la festividad. Tam bién la muerte que dejó de las colonias y dicta duras. Y al final una chola paceña sosteniendo la imagen del Tata con vista al Illimani. Así ter mina la entrada, terminando la Camacho, con el cerro a plena vista de los bailarines. En el fondo de la parte derecha del salón están tres mujeres compartiendo una caja de cerveza. La de la izquierda está ch’allando la tierra, a la Aka Pacha. Ha bailado Waka Thoquris. Está vestida de lechera o pollerona. La del medio, clásica chola paceña, vestida del mismo color del cielo, celeste, le alumbra un fondo luminoso, un rayo que sale escapando de un cúmulo de nubes negras que agobian las alturas. Ella me extiende una copa re cién servida. Me invita a compartir, a festejar en unidad. Simboliza el Alax Pacha. Y a lo divino me he de acercar en ebriedad. La otra está en un es el primer piso; algo más hay ahí: arriba. Y antes de que los peldaños se dividan, cada lado por su lado, un diablo rojo, colmilludo, sonriente te mira colgado de la pared, donde termina la sola escale ra. El metal, su diablo. Sus ojos saltones, lejos de intimidar también invitan. Lo que sigue arriba no pertenece solo al mundo de lo santo. Los pecados también se expresan en arte, ¿por qué no? Una primera sala a la izquierda se abre a lo an cho. Una serpiente está naciendo justo al frente mío; la línea del tiempo que logra doblar el sa lón. Empieza con la imagen y un lienzo de la tri nidad. Trica de rostros en uno. No es solo Cristo ni solamente el Padre. Son tres y también uno. Casi con el nacimiento de la República, cada viernes, velas diversas se encienden en La Paz, los creyentes del Gran Poder lo hacen para pedir, rogar y agradecer a la imagen que está en el Con vento de la Purísima Concepción.

EL BESO TRANSGRESOR En 1894 la iglesia veta el culto; la considera un ‘contrarrito’. Las novicias de velo negro des acatan y trasladan el culto hacia los barrios po pulares. La figura inquieta inspira respeto y, en casos, miedo. Un rostro mira a la derecha, se le pide a éste el bien para los seres que una ama; al del centro, para una misma; y al de la izquierda, para que lo malo caiga sobre quien mal ha obra do y nos ha causado daño y dolor. Así, parece que la cabeza está girando. Vueltas y vueltas que no se detienen: lo cíclico. En 1918 se creía que re chazar a las portadoras del lienzo era sentencia de desdicha, muerte o enfermedad. La gripe es pañola o la peste neumónica pisaban los talo nes a la sociedad de ese tiempo. En 1922 hubo una primera misa y procesión al Señor Jesús del Gran Poder. Y la fiesta, entonces, finalmente nace en el barrio popular de Ch’ijini. Las primeras fraternidades las conformaban diablos lustrabotas (Diablada Trinidad) y more nos q’epiris. Las clases altas buscaban reprimir toda fiesta popular; no había pasado mucho del levantamiento de Jesús de Machaca (1921). Con la Guerra del Chaco aumentaron las peticiones, y con ello la fe en el Tata. La fiesta trae consigo desarrollo económico para los comerciantes: bordadores y todo tipo de vendedores. Más ade lante, en 1972, varios homosexuales introducen

tado onírico, quizás ya bajo los efectos del alco hol, o está muy cansada, porque ya ha bailado Ku llawada. Sin embargo, el muñeco que carga en su espalda no duerme, la vigila, de repente también se antoja. Cuida la quimera de su cargadora. Es el cuadro La festividad del encuentro y la unidad del artista Cristian Laime Yujra. Dos telares especial mente arreglados por el mismo pintor acompa ñan la imagen. El piso de alrededor está lleno de serpentina de varios colores. Y, cómo no, apiladas están las cajas de cerveza. La otra sala está al otro extremo del primer piso. Ya sea que te vayas por la izquierda o por la derecha, fotografías varias te van a mirar mientras pases. Fotos antiguas que correspon den a la festividad del Gran Poder. Entrando al segundo salón dos proyectoras proporcionan imágenes digitales sobre las paredes. Es la mo dernidad que ha adoptado la fiesta. Se encuen tra una reconstrucción del oratorio para el Tata. Y dos obras después de eso que nos llevan a un terreno más reflexivo sobre el tema. Los muros son imanes, se han atrapado los instrumentos de la banda, pegados están en su verticalidad, en un caos que cautiva. Es ‘El bello sonido del desorden’, obra plástica de Ángelo Valverde. Al fondo, frente a lo caótico del metal hay un es pacio reservado para el arte de la escultora y ce ramista Raquel Verástegui. Acercarse es sentir un éter sagrado. Una circunferencia en el suelo, tres rostros tallados, puestos al centro, ergui dos, la trinidad otra vuelta. Y parece que giran, el circulo es eso: lo cíclico. El eterno retorno de la fiesta. El vaivén del poder, siempre inquieto. Siempre una lucha, una revolución. El primer recorrido termina. Y el preste o in auguración no se acaba ahí. Nos invitan chicha. ¡Hay que ch’allar para que nos vaya bien! Las clá sicas dianas pomposas de la banda lo celebran. Entra la morenada, hace temblar la casa. Luego el salay, los caporales y finalmente los tinkus. Una auténtica fiesta que está a disposición de todos en la Casa Departamental de Culturas de Cochabamba, en pleno corazón de la ciudad, hasta el viernes 30 de septiembre.

ERNESTO FLORES MERUVIA – músico, es tudiante de la carrera de Física en la UMSS y de la carrera de Filosofía y Letras en la ernesto.flores.meruvia@gmail.comUCB.

¿LAKANI PAXSI, TIEMPO SOLO DE LA PACHAMAMA? Esta fecha tiene un significado particular, ya que dentro de su contexto hay un tradicio nalismo arraigado de que la Madre Tierra abre su boca para recibir semillas de vida. Esto es cierto, en parte, porque mi abuela aymara me enseñó que también hay que ofrendar a todos los sitios sagrados que existen en la comuni dad, como uywiris, wak’a, paqarina, qutama ma, tíos y sirinos. En la astronomía, la celebración a la Pacha mama está en el tiempo de la constelación del Wara wara K’awa’ (poncho de estrellas) de ‘awti pacha’, tiempo seco. Por eso hay que alimentar la en esa relación de reciprocidad con luqtas y wajt’as (ofrendas sagradas) en lugares sagra

HERIDA DE MUERTE

Si algo positivo tuvo la pandemia y la cuarentena fue darle un respiro a la Madre Tierra, se detuvo la maquinaria de matar la tierra y contaminar el medioambiente; así la Pachamama, junto a mares, ríos y lagos, se limpió. Los animales y peces volvieron a su hábitat lejos de los depredadores humanos.

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Judith: warmi wara-wara chakana. Taqi chuymampi jumarikiw munsma. Kusisitatwa (Dawitu) David Mendoza Salazar (Sociólogo aymara) L a ciudad de La Paz está marcada por el tiempo de la ritualidad en un ciclo agrícola y festivo andino. La convención social estableció un calendario que instituye medidas a los cambios que ocurren en la naturaleza. Una de ellas es la que sucede en agosto, mes de la Pachamama. Los especialistas religiosos andinos sostienen que agosto es un tiempo propicio, pues la Pachamama está hambrien ta y requiere de ofrendas. Esta práctica social andina de ofrecer ofren da a la Pachamama en agosto es muy tradicio nal, es un valor aymara-quechua que hereda mos de nuestros antepasados, sin embargo no es el único tiempo en el que se hacen ofrendas, también se lo hace en Alasita, anata-carnaval, 3 de mayo, espíritu, el 21 de junio y en los mo mentos necesarios para pedir, restablecer el equilibrio o agradecer por algún bien recibido. Ahora, la práctica de las ofrendas a la Pacha mama está en un contexto y tiempo histórico que necesariamente está en constante cambio sobre todo desde la sociedad, la familia y el poder político. Aquí surgen algunas preguntas que me quitan el sueño y me indignan algunas actitu des retóricas e ideológicas, humanas y políticas. ¿Qué sentido tiene la celebración de la Pachama ma para los humanos, sobre todo andinos? ¿Qué significado adquiere la Pachamama en el con texto actual pospandemia? ¿Cuál es el significa do que adquiere la Pachamama para la humani dad andina comunitarista, capitalista o liberal? ¿Hasta qué punto los derechos de la Madre Tie rra son respetados? ¿La Pachamama es la misma desde hace 5.000 años? ¿Es posible satisfacer a la Pachamama o contentarla con una ofrenda en el mes de agosto? ¿Somos conscientes de que la tierra sea nuestra madre y la respetamos digna mente? ¿Es cierto que agosto es mes aciago y ma léfico, donde sale el Karisiri?

¿QUÉ ES LA PACHAMAMA O MADRE NATURALEZA? La Pachamama es una deidad femenina ay mara y universal, en la Colonia fue reinterpreta da como la Virgen María, madre protectora de las familias y relacionada con la fertilidad. Las ex presiones de esta práctica son fuertes, en térmi nos de ritos se le ofrecen “mesas”, q’uwa y ch’alla con bebidas y flores. Para el paceño, indígena ur bano y mestizo, la Pachamama es quien sostiene la vida; de su seno salen los alimentos que nutren a todos los seres vivos. Ella representa lo femeni no del cosmos, la capacidad de crear y producir vida; es generosa y cariñosa, protege a los ani males y a las plantas; pero cuando se la enoja, es cruel y vengativa. Las ofrendas que se le rinden son en retribución por los dones bondadosos que ofrece, en agosto está hambrienta. La represen tación de la Pachamama se dice que es una an ciana venerable que se manifiesta en agua, papa, ispallas e illas (espíritus) de los ganados.

No se celebra así nomás a la Pachamama

5 comunarios del ayllu que desde hace miles de años han reconocido que somos hijos de la Madre Tierra, semilla de vida y que sin ella no podemos vivir. La Pachamama es la protecto ra de las cosechas, animales, fecunda en rela ción del ciclo de la vida y nos recibe en su seno cuando partimos al wiñay marka, ciudad eter na de los ajayus o almas. Porque las montañas donde moran los achachilas también son el padre dador de vida y protector de la humani dad. Esa es la dualidad cósmica andina; Luna/ mamapaxsi e Inti/Willka/sol; Mamaquta/ma dre del agua y Achachila, Wak’a y apachetas. El mes de agosto, identificado por el mes de la boca abierta de la Pachamama, tiene un signi ficado de unión entre el alaya (alaxpacha), aka pacha/tierra y mankapacha/subsuelo. Por tan to, la celebración se extiende más allá de agosto y está en cada ciclo de vida natural y social.

Desde el capitalismo depredador la tierra es un medio de producción, un recurso que hay que explotar junto al agua, árboles, ríos, ani males, minerales, es decir todo lo que contiene la naturaleza, incluyendo al ser humano. Este modelo de vida mercantil y global de destrucción planetaria es la causa de los cambios ecológicos y la contaminación no solo de la Madre Tierra, sino de nuestras vi das que están afectando nuestra salud y la re lación con la naturaleza produciendo las epi demias que traen la muerte. Frente al Leviatán–demonio del liberalis mo de acumulación, consumo y de destruc ción total se antepone la resistencia de reco nocer que la tierra vista como madre tiene derechos como todo ser vivo, goza de los de rechos humanos. Ahí está la sabiduría de los como una boca que se abre para ofrecer diversi dad de platos, bebidas y coca para luego cerrarlo con oraciones y música. ¡LA HERIDAPACHAMAMADEMUERTE! Esta acción “sagrada” de ofrecer ofrendas a la Pachamama tanto en la ciudad o en el campo no condice con la práctica vivencial que realiza. La incongruencia y los desvaríos están presen tes cada vez más violentos con la Madre Tierra, a pesar de que en el Estado Plurinacional de Bo livia se tiene la declaración de los derechos de la Madre Tierra, un precepto que debe cumplir se a rajatabla, es decir que debemos proteger y preservar la Pachamama en toda su existencia. Así como en Jujuy existe una ley desde 2014 que declara el 1 de agosto como día de la Madre Tierra, incluso con feriado laboral para realizar la ofrenda. Más allá de las buenas intenciones parece que son simples declaraciones jurídicas para aplacar nuestra mala conciencia. Por tanto considero que no solo es agosto el tiempo de la Pachamama, sino es todo el ciclo agrícola de un año, es decir que debemos tener una actitud y un comportamiento de no agredir irresponsablemente las aguas, bosques, tierra, ani males, aire, cielo y todo lo que conforma el mundo cultural del paisaje humano y natural. Si algo posi tivo tuvo la pandemia y la cuarentena fue darle un respiro a la Madre Tierra, se detuvo la maquinaria de matar la tierra y contaminar el medioambien te, así la Pachamama, junto a mares, ríos y lagos se limpió; los animales, peces volvieron a su hábitat lejos de los depredadores humanos. No le encuentro sentido que solo en agosto veneremos con exhibición y folklorismo exó tico ofreciendo “misa” o “comida” a la Madre Tierra y los demás meses nos dediquemos a contaminar con desechos sólidos, basura, con taminación y explotación minera, agrícola, in dustrial o comercial. Me indigna ver con dolor que gran parte de los sitios turísticos y munici pios, carreteras, ríos, lagos, incluso los sitios sa grados que existen en el altiplano paceño y na cional estén contaminados con basura, botellas de plástico, latas de cerveza, plásticos, mercurio y, ahora, con barbijos. Entonces, interpelo a to dos y a mí mismo ¿Cuánto nos importa la Pa chamama y su cuidado? ¿Estamos en decaden cia producto de la miseria humana?

UN CANTO A LA PACHAMAMA Madre, pachamama/ pachamama, nanacan tayca Recibe hoy esta comida/ aka mank’awinaka qatukasimQuela tierra ha producido/ cuntix oraqix achuwaykiNocomas a nuestros hijos/ jan mank’ampti nanakan wawanacasaru Por el hambre que te guía/ mank’a awtt’axamataNotecomas nuestras casas/ jan mank’ampti nanakanPorqueutasanacaruestaofrenda te la ofrezco/ katuqasim akaParaloqtawique sacie tu hambre/ mank’a awtt’amataki tukusiñamataki… Recibe esta ofrenda/ aka luqta katuqasim No permitas que entre en nuestra casa/uta sanacaruxa jan Enfermedadesmantayamtiomalalguno/ usunacasa, jani jan wali amuyunacasa Que nuestra vida sea llena de salud/ jakasi ñacasacaxa sumappan (Jorge Laruta, 2010)

LA FRENTEPRODUCTORAFECUNDAPACHAMAMAYALCAPITAL

ALIMENTANDO A LA PACHAMAMA En Lakani Phaxsi (tiempo con boca) es tiempo sagrado y no es aconseja ble casarse, bautizarse (Chimpu sutichawi), viajar, caminar por parajes desconocidos porque el Karisisiri está al acecho, como hablar mal contra tu prójimo que se te puede revertir, porque la Pacha mama te está escuchan do. Por eso se explica por qué se ofrecen comidas tan to asada en el fuego y cocidas que se elaboran en un hoyo que simboliza a una boca hambrienta. En ambos casos se realiza el acullico, lu qta-ofrenda, la que está constituida con quwa, untu, misterios y semillas; adornada con pé talos de flores de retama y hojas de coca. Esta comida es purificada por el fuego y luego será enterrada en medio de danzas y música. Uno de los factores que pervierte este ritual es el uso del feto de llama o sullu que recomien da como parte de la ofrenda, aunque no es obli gatorio. En los rituales a la Pachamama no hay una norma establecida, es diversa. Por ejemplo, en el norte argentino, Humahuaca, la ofren da no se quema, sino se ofrece comida cocina da desde la tierra que se deposita en un hueco dos de la montaña, como sucede en Pajchiri, montañas como Urqupiña y otros. El término de Pachamama proviene de la lengua aymara: ‘Pacha’, tiempo y espacio y ‘Mama’ que simbó licamente es madre. Sin embargo, esta deno minación está en la versión colonizada, posi blemente madre viene del idioma español que hace referencia a la madre que engendró un hijo. Si somos precisos debería ser tayka, mu jer que ha parido un bebé y es protectora de su hijo. Ahí se valora la condición de warmi/mujer y no necesariamente madre, sin embargo toda mujer/warmi es creadora o reproductora en po tencia, por eso se otorga el simbolismo de ser fe cunda y fértil sobre todo en jallupacha/tiempo de lluvia o parcialidad de la warmi (noviembre a marzo). En el caso de pacha, es un paradigma vital en el lenguaje aymara que significa no solo tierra, sino tiempo histórico y espacio total ho lístico que incluye todo el universo o cosmos que nos rodea y de la que formamos parte in trínseco. La Pachamama es la totalidad del universo de la existencia vital y universal y se simboliza a través de la tierra como ser fecunda.

Fue precursora del arte vernacular y de la escritura indigenista; sin embargo, su trabajo y aporte no fueron difundidos. La autora realizó una importante cantidad de escritos inéditos, de los cuales un buen número abordó el género biográfico.

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Daniela Franco Pinto María Rosenda Caballero fue una escritora de izquierda que na ció en La Paz el 17 de enero de 1905, hija del sucrense Rosen do Caballero y de la potosina Felicidad Aramayo, quienes al fallecer tempra namente la dejaron en orfandad en los albores de su adolescencia. A pesar de haber sido pre cursora del arte vernacular y de la escritura indi genista con una perspectiva de izquierda, Serra no fue invisibilizada hasta el presente como lo que verdaderamente fue, una importante repre sentante mujer de la intelectualidad boliviana. A través de un contundente esfuerzo institu cional dirigido a publicar próximamente las obras de esta escritora, la Fundación Cultural del Banco Central y el Museo Nacional de Arte intentan rom per con el injusto olvido de esta brillante escrito ra. Su relevancia como mujer intelectual se debe a que Serrano transitó su existencia con una delica da sensibilidad que la hizo ver el dolor que vivían los indígenas y los trabajadores en esa Bolivia oli gárquica de principios del siglo XX. Además, tuvo la convicción para sumarse al clamor por una re volución que acabe con la injusticia social. Cabe señalar que la formación académica de Rosenda inició con su labor pedagógica. Fue maes tra normalista egresada de la Escuela Normal de Sucre, llegó a ocupar el cargo de directora de la Es cuela Modesta Sanjinés. Entre 1945 y 1947 viajó a Argentina para recoger experiencias pedagógicas y cursar estudios en materia educativa. Realizó su contribución escrita a la educación en sus charlas para niños, en las que manifestó un claro interés por inculcar en los estudiantes el amor por la na ción y por el mundo indígena.

DE LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX

GLORIA SERRANO Esta intelectual señaló que se convirtió en la escritora Gloria Serrano a los pocos meses de haberse unido en casamiento a David Crespo Gastelú, siendo que a las dos semanas publicó en la prensa un trabajo con dicho pseudónimo. Desde entonces, Gloria y David realizaron una obra conjunta para conocer íntimamente el mundo indígena y representarlo, él en sus pin turas y ella en sus escritos. Sin embargo, se ha constatado que la capacidad de escritura apareció en Rosenda Caballero un poco antes que ella se convierta en Gloria Serra no y se encuentre con David Crespo Gastelú, uno de los principales pintores indigenistas del perio do prerrevolucionario en Bolivia. Así, con tan solo 20 años de edad escribió La leyenda del Ekhekho, en este temprano escrito la autora manifestó pre

Gloria Serrano, la escritora revolucionaria en una sociedad patriarcal que la invisibilizó

En adición se ha encontrado documenta ción que acredita su participación en La Ca lle, un periódico de corte nacionalista que se constituyó en una de las opiniones públicas más contestatarias de los años 40 en Bolivia. En una carta de 1945, firmada por Guillermo Maceda Cáceres, secretario general de La Ca lle, se constata el aprecio y el valor que los sectores intelectuales antioligárquicos tuvie ron por la contribución escrita de esta inte lectual en aquellos años previos a la Revolu ción Nacional de 1952. A lo largo de su carrera intelectual denunció el sistema de explotación económica imperante en el país, además evidenció su compromiso con la iz quierda y con el indigenismo. Encomendó su escri tura y su arte al retratar las costumbres, la mitolo gía y la cosmovisión de ese mundo indio y popular. Podríamos considerar a Serrano como una de las pocas figuras femeninas que se abocaron plenamente a representar el mundo subalterno de los andes escribiendo no solo sobre la reali dad indígena, sino también sobre el mundo de los trabajadores mineros. Esta producción literaria, precisa por su lu cidez, veraz por su sensibilidad, es una postu ra que trasciende el tiempo y se extiende hasta el presente para cuestionar las nuevas formas en la que se presenta la injusticia y los abusos de poder. ¡Un jallalla por la lucha y la denuncia de Gloria Serrano!

7 un álbum sobre danzas regionales, para lo cual emprendieron un largo viaje por distintas locali dades bolivianas. Esta experiencia previa de su es poso marcó en Serrano el sendero y la metodolo gía que seguiría dentro de su proceso de escritura. ESCRITOS INÉDITOS Por otra parte, la autora realizó una importan te cantidad de escritos inéditos de los cuales un buen número abordó el género biográfico. Entre los textos de este tipo están: Cantos de la Madre –Maestra (1934), probablemente un esbozo biográ fico de Modesta Sanjinés. David Crespo Gastelú. El pintor del Altiplano (1947), la biografía y la labor artística de su esposo, la misma que ella escribe cuando él fallece como “un intento egoísta a es capar del dolor que la iba a enloquecer”. Finalmente, escribe la biografía Murillo el genial mestizo (1943), propia del líder indepen dentista paceño. Un aspecto curioso de este úl timo libro es que si bien fue escrito en 1943, en el archivo personal de Rosenda figura una últi ma versión fechada en 1967, en la cual la autora firma con un nuevo seudónimo, Gloria Serrano se convirtió entonces en Zoila del Collao. A pe sar de la importancia de estas obras, el contexto social patriarcal de aquella época no permitió la publicación de ninguna de ellas. Por otra parte, en archivo personal de Serrano se halló una zaga de relatos titulados El drama mi nero, donde la autora mostró su vena ideológica de izquierda al denunciar la explotación que sufrían los obreros en manos de un sistema capitalista que los utilizaba. En esta misma compilación revivió personajes mitológicos del entorno minero, entre ellos una figura emblemática pero olvidada en el presente, se trata de la ‘awicha’ que danza en una dialéctica con el ‘tío’ de la mina. Igualmente, se encontraron varios artícu los publicados en prensa donde Gloria retrata el mundo indígena, el obrero, profiere sus opi cozmente su inclinación vernacular siendo que re trató las creencias andinas en torno a la deidad de la abundancia, configuró además un glosario ex plicativo de siete voces aymaras. Lo particular de este texto del año de 1925 es que María Rosenda firmó como Gabriel Serrano, es decir, camufló su género detrás de un nombre masculino. Entre la vasta producción escrita de Rosen da Caballero encontramos dos libros publica dos en torno a la reconstrucción de costum bres, rituales y prácticas andinas en la cuenca altiplánica del continente: Jirones Kollavinos (1933) y Tierras del Kosko (1938), el primero re trata los diversos recorridos de los esposos por lugares autóctonos más representativos de tie rras bolivianas y el segundo los tránsitos por zonas circundantes al Cusco-Perú. Estos dos textos publicados marcaron la obra conjunta entre Gloria Serrano y David Crespo Gastelú, ella escribía lo que él retrataba acerca de aquello que les impactaba de los dis tintos viajes que realizaron sobre la cuenca an dina del continente. La finalidad de estos traba jos apuntó a “exaltar las tendencias nativistas puramente americanas” y a ver y representar la riqueza cultural del mundo indígena. Para aquella época fue remarcable la metodo logía que utilizaron en ambos textos, siendo que se basaron en una especie de trabajo etnográfico previo a la realización de la escritura y del trazo de los dibujos. Bajo esta mirada, los esposos visi taron localidades rurales y ayllus, registrando los momentos de realización cultural como procesio nes, ferias locales, rituales, fiestas, jirones, etc. Es importante señalar que, de esta especie de trabajo de campo, Gloria hizo un meticuloso registro que rotuló bajo el nombre de Apuntes de Viaje Gloria Serrano señaló que esta metodología la aprendió de David Crespo Gastelú, quien a su vez la conoció en su adolescencia por el músico Lucia no Bustíos a quien colaboró con la ilustración de niones sobre las demandas feministas y sus apreciaciones artísticas sobre la plástica boli viana y latinoamericana. Esta intelectual tuvo un rol importante en la prensa, hecho por el cual Elsa Paredes la cataloga como periodista, siendo que colaboró en el suplemento litera rio de La Razón, la revista cultural Mujeres de América, en la Gaceta de Bolivia, en Varieda des, en Mundo Uruguayo de Montevideo y en El Comercio y El Sol de Cuzco.

¡Cuánto me duele ver a mi madre en este es tado! Ella no se merecía esto. ¿Por qué lo per mitiste, Dios mío? No soy quién para pedirte explicaciones, pero no entiendo tus desig nios. Ella nunca fue mala. Al contrario, fue víctima de la ambición de mi abuela, de sus her manas y de mi padre, él nunca le dio el trato que se debe dar a una esposa y encima la martirizaba. Hasta que crecimos y nosotros mismos, sus hijos, le pedimos que se separe y así lo hizo. Mi madre era una persona muy limpia y ha cendosa. Sus manos siempre estaban en movi miento. Hacía honor a los dichos de mi abuela. “Las manos nunca deben estar quietas, mien tras avanzan las horas del día”. Estaba en la coci na preparando los alimentos, en el corral dando de comer a los animales, en el terreno controlan do la siembra o la cosecha y nos exigía que, no sotros, vayamos con el mismo ritmo. Ese día le pedí que no se desespere; podía sufrir agresiones si iba sola. No sé por qué se anticipó. Yo sabía que la casa de Carcaje estaba algo descuidada. Claro, como ya no vivíamos allá, era comprensible. Había mucho que lim piar, ordenar, seleccionar y depurar, el maíz de la última cosecha para guardar en los cánta

Norma Mayorga

ros. Había que almacenar los locotos diseca dos, ordenar los baúles, entre otras cosas.

MAURAfaltaba

TESTIMONIOS Ese día del accidente yo fui a Cliza a com prar semilla para la siembra. Me atrasé en re gresar porque en el camino hubo un choque y todos nos bajamos a ver. Cuando iba llegando a mi casa, vi que en el terreno de al lado se esta ban quemando las calchas de maíz; me preocu pé porque iba a llegar el incendio a mi terreno. Cuando me fui aproximando vi un bulto negro en movimiento. Escuché una voz de mujer pi diendo socorro, era la voz de la Maura. Cómo no iba a reconocerla, si era la madre de mis hijos. No supe qué hacer, busqué agua, tierra, frazada mojada para apagar el fuego. Lo logré, pero muy tarde porque el fuego ya había quemado toda su ropa y gran parte de su cuerpo. Estaba incons ciente. Inmediatamente la llevé a un hospital de la ciudad. No puedo olvidar aquella escena. Pobre Maura, ahora tirada en esa cama toda quemada. Quién diría que la cholita más linda de estas tierras tendría un final como este. De piel blanca, ojosa, bien vestida. En cualquier reunión ella era el centro, las miradas de los hombres se iban tras ella. En la escuela ella con mejores notas que yo y cuando se casó, lo hizo con un hombre latifundista, no le

UNA HISTORIA PERDIDA El cuento fue extraído del libro ‘Entre el terror y el amor’, de la escritora Norma Mayorga. Se basa en una historia real que ocurrió hace más de 40 años en la comunidad de Arpita, ubicada en el departamento de Cochabamba; está relatada en varias voces que la autora recuperó para elaborar el texto.

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9 mi lengua está pegada a mi paladar, estoy toda vendada. Ni puedo escribir. Yo no sé cómo pude aguantar tantos años los malos tratos de mi marido. Renegón, insolente, egoísta, altanero. Si mi madre hubiera adivinado un poquito de la clase de vida que llevaría junto al marido que ella me eligió, tal vez hubiera no me hubiera obligado a casarme con él. . ¡Ay!,Ay! Creo que no voy a resistir este do lor. Tanto luchar por los bienes materiales. ¡Ay!, ¡Ay! Ay! En este momento siento que todo eso no nos sirve de nada. Me iré como vine al mun do, llevándome únicamente el cariño de mis hijos. Parecería que el fuego continúa ardiendo en cada parte de mi cuerpo. nada. En cambio, yo físicamente no tenía mu cha gracia y llegué a concubinar con un hom bre pobre, pero no me quejo porque resultó ser trabajador y respetuoso. Conocí a Maura en Arpita, un 12 de octubre, en la fiesta de la Virgen de Lourdes. Ella estaba con sus primas y con sus tías frente al templo. Desde la primera vez que la vi me causó buena impresión, era una cholita de ojos claros, simpá tica, muy educada, parecida a la Serafina Mayor ga. Siempre se la veía muy pulcra y bien arregla da. Yo la pretendía y creo que ella también me correspondía. Yo le sonreía y ella me devolvía otra sonrisa. La saqué a bailar y nos entendimos bien en el ritmo del baile. Habíamos quedado en vernos junto a la laguna el jueves próximo a la fiesta. Maura no fue a la cita. Al poco tiempo me enteré de que se estaba casando.

INSTANTES DE VIDA ¿Dónde estoy? ¿Qué me pasó? ¡Aaay!, ¡Aaay! Me arde todo el cuerpo. Escucho las voces de mis hijas que lloran. Una voz varonil que les dice: _” Tiene quemaduras de segundo y tercer grado, están comprometidos algunos órganos, les pido serenidad y paciencia”. _” ¿Se salvará, doctor?” _ alguien pregunta, no reconozco la voz. _” No les puedo adelantar nada, cada organismo es diferente. Hay personas que logran salir de peores¡Aaay!,situaciones”.¡Aaay!,ya no aguantooo. Ya recuerdo, aquella mañana se pintó de gris desde muy tem prano. Era uno de esos días donde todo ves por un lente oscuro. ¿Qué pasó?, ¿por qué estaba con ese ánimo? Ah, claro, saber que mis propios pa rientes se querían apoderar de mis terrenos, no era para menos. ¿Cómo podía permitir que aque llo que era herencia de mis padres me lo quitaran aquellas sinvergüenzas? Por eso decidí ir sola a ver qué ocurría. Tenía que ver si se atrevieron a sembrar en mi terreno. ¡Ay! No puedo moverme. En el transcurrir de mi vida sufrí una serie de injusticias. Ay, ay. Ah. Tengo dificultad también para respirar. Creo que serán mis últimos mo mentos en esta vida. Papá, mamá, yo sé que me quisieron mucho, ya iré a estar con ustedes. Ten go que avisarles a mis hijos del dinero que tengo y los papeles importantes. Cómo poder comuni carme con ellos si no puedo ni hablar. Creo que Ese maldito día me puse caprichosa. Insistí en ir al campo. Mi hija mayor me había dicho: Ire mos juntas el miércoles, yo te acompañaré. No la obedecí. El diablo estaba rondando mi casa. ¡Ay!, ¡Ay! Ay! Creo que no voy a aguantar tanto dolor. Cuando llegué allá vi que los terrenos se estaban intactos, no habían arado y me puse a ordenar los granos. Ya por la tarde quise dejar todo limpio y me puse a barrer toda la hojarasca reunida en un mes, barrí el corredor, los pasillos del jardín y arrastré la basura hasta más allá para así poder quemar a fin de reducir la cantidad. Mientras se quemaba la basura yo iba acumulando otras ba suras que estaban más alejadas. De pronto, me di cuenta que el fuego estaba avanzando hacia las calchas de maíz que guardábamos para alimen to del ganado. Corrí, hice escapar dos calchas y cuando corría con la tercera calcha, el viento me jugó una mala pasada, sopló por el lado contrario, incentivó al fuego que rápidamente se prendió a la calcha que yo llevaba. Solté la calcha muy tarde porque el fuego ya se había prendido a mis polle ras, me tapé la cara con las manos para cubrirme del fuego y sentí que tropecé con algo parecido a un alambre. Caí de bruces y sentí que el fuego en volvía a mi cuerpo, devoraba mis ropas, mis cabe llos. Yo gritaba, quería incorporarme y no podía, no recuerdo más. Ahora que desperté estoy en un infierno de dolor y ardor. ¡Ay!, ¡Ay!, ¡Ay! Virgencita de Lourdes ayúdame, ayúdame, por favor. Pare cería que mi cuerpo se ha derretido, todo parece una sola masa. No puedo respirar, no puedo, me ahogo, me ahogo, me ahogo. SOBRE LA AUTORA Norma Mayorga es una escritora boliviana que nació en la ciudad de La Paz en 1950, además es profesora de Literatura y ocupó cargos jerárquicos en el campo educativo en Cochabamba. Entre sus publicaciones se encuentran Camino de Cardos (2006) Bajaron las nubes (2009) Otra Vez La Gata (2011), Entre el terror y el amor (2018, entre muchas otras). Para contactarse con la autora y solicitar al gunos de sus textos, comuníquese al 70742832.

Su edición del 18 de noviembre de 1879 informa sobre el desarrollo de la Guerra del Pacífico. Sin embargo, desde ‘El Comercio’ de Cochabamba se denunció “la indignación que causó ‘El Heraldo’, que, con toda algazara, con tanta alegría, hurras y vivas, ha festejado la pérdida del Litoral boliviano”.

El Heraldo, el periódico que documentó la Guerra del Pacífico

SE DECLARABA “TOLERANTE Y LIBERAL POR CONVICCIÓN”

DOMINGO 21 DE AGOSTO DE 202210 Luis Oporto Ordóñez El Heraldo fue fundado en Cocha bamba el 13 de abril de 1877 por Francisco Velarde, gerente propie tario, quien lo concibió como un hebdomadario que salía los jueves, “un periódico que se pone al servicio de los intereses nacionales y departamentales”, con corresponsables en La Paz, Santa Cruz, Sucre, Potosí y Oruro. Asume la responsabilidad de “llenar una necesidad imperiosamente recla mada en Cochabamba. El comercio, la indus tria, la agricultura, la instrucción (…) deman dan un órgano de publicidad constante, que sirva de válvula de respiración y de eco a esas múltiples necesidades”. De la misma manera afirma que en “las cues tiones de interés general, las que afectan al por venir y prosperidad de nuestra Patria ó su sis tema económico exigen también una especial y preferente consideración de parte de Cocha bamba, a fin de que su voz sea atendida en lo que vale en las resoluciones de la comunidad boliviana”. Enuncia que “se pone al servicio de toda idea elevada, de toda aspiración patriótica, venga de donde viniere”. Se declara “tolerante y liberal por convicción. Será el publicador de todo cuanto interese al país, el pregonero del co mercio, el estimulador del funcionario público, el censor de lo malo y el registro del movimien to administrativo, judicial, agrícola, mercantil y de todo lo que concierna a la vida común”. In voca “a las autoridades administrativas, judicia les y de instrucción, a los administradores del hospital y establecimientos públicos, se sirvan pasarnos todos los datos y cuadros que mani fiesten el interés de los intereses públicos para su inserción en el periódico”. Su primera edición fue organizada en una ‘sección política’, en la que se hace un análisis crítico del Reglamento Electoral. En su sección ‘Revista de la Prensa’ comenta las novedades de El Ferrocarril, La Gaceta del Sud y El Correo de Bolivia. En ‘Revista Comercial’ enjuicia el movimiento económico y comercial de Santa Cruz, la circulación de monedas del Banco Na cional, el movimiento comercial desde y hacia Tacna. Con el título de ‘Calamidad’ fustiga la decisión del Gobierno de extender una vía fé rrea de La Paz al Lago. Comenta la publicación ‘Introducción a las obras de Casimiro Olañeta’, de Manuel Campe ro. En ‘Ilustres viajeros’ se refiere al viaje de Ja mes Orthon y Edwin Heath, que exploran el río Beni en su confluencia con el Madidi y el Mamoré. Exultan su sentimiento íntimo sobre

11 mento de Tarapacá, frente al enemigo y dispues tas a presentar el combate definitivo en defensa del honor y de la dignidad nacional” y expone el cuadro de las Fuerzas Aliadas. Suman 13.000 plazas, situadas en Pisagua, Hospicio, Alto de Me jillones, Aguja Santa, Iquique, Molle, San Juan, San Lorenzo, Pozo Almonte, La Noria, Pica y Huatacondo. Bolivia: batallones (Victoria, Inde pendencia, Aroma, Vengadores, Loa, Dalence, Paucarpata, Illimani, Olañeta y Nacionales de Bo livia), regimiento Húzares de Bolívar y el escua drón de francotiradores. Perú: Guardias Nacio nales de Pisagua, Iquique, Pica; cazadores de la Guardia; columna naval, de cazadores, de Tarapa cá, de honor; batallones: cazadores, de Tarapacá, 2 de mayo, Zepita, Ayacucho, N° 8, Puno, Lima; regimientos: Junín y Guías; brigada de artillería. Entretanto, la vida continúa inalterable: Beli sario Peró, de la Compañía Huanchaca de Boli el país y sobre los indígenas: “Desde Gibon y d’Orbigny, ningún viajero científico ha penetra do la hermosa hoya del Mamoré y Beni. La em presa es arriesgada por el peligro que presenta la ascensión del río Beni, cuyas márgenes están pobladas por hordas salvajes, y difícil por las ca chuelas que hay que superar, cuyo número y ex tensión es desconocido. El río Beni recoge y se alimenta de las aguas que descienden de las pro vincias de Yungas, Inquisivi, Ayopaya, Larecaja y Caupolicán, cinco provincias que constituyen un emporio de riquezas y cuyo desarrollo será inmenso, el día que puedan mandar sus produc tos por esa arteria natural llamada Beni”. A través de telegramas, su ‘Crónica del Exte rior’ informa de la muerte de Juan Manuel Ro sas, “el antiguo opresor de Argentina”. La ‘Cró nica Interior’ trata temas de interés nacional: acciones de la Prefectura cruceña contra la fuer za de 500 hombres de Andrés Ibáñez, el líder de la ‘Revolución Igualitaria’ y anuncia la rendición de Carrasco y Rivera-Quiroga, que con 40 hom bres tomó el mineral de Corocoro. En su sección ‘Crónica local’ dedica su interés a caracterizar al “cronista de raza, el cronista in dígena”, al que califica como “acre, mordaz, pun zante, producto de dos climas extremos: el cro nista de La Paz y el cronista de Cochabamba. Es el Mephistófeles de la prensa que se filtra al través de las murallas, se introduce en los Tribunales de Justica, revisa autos, sentencias y cuenta el nú mero de causas despachadas. Es el diablo íncubo que se encarama a los empolvados estantes de las Notarías, compulsa protocolos y comprueba la foliación de los registros. Fígaro curioso, intruso, novelero, charlón, fantasma del barrio y espanto del policía; que todo lo sabe, todo lo ve y todo lo cuenta a los suscriptores de El Heraldo”. En una curiosa sección de ‘avisos locales’, pro porciona datos interesantes sobre el servicio de correos establecidos en La Paz, Oruro, Potosí, Su cre, Tarija, Santa Cruz, Beni, el Litoral y el exterior y el servicio de diligencias a Tarata, Cliza, Punata y Arani, “sale a las 7.30 am y llega a las 3 pm, y a Quillacollo, sale a las 7.30 am y llega a las 7 pm”.

AFÍN A LOS CONSERVADORES Y A CHILE Su edición del 18 de noviembre de 1879 infor ma sobre el desarrollo de la Guerra del Pacífico: “Las fuerzas del ejército aliado se hallan ya recon centradas en un punto conveniente del Departa via, solicita el préstamo de 50 mil pesos fuertes al gobierno, que amortizará anualmente 2000 pesos sin intereses, para tender una línea tele gráfica de 120 leguas desde Tupiza hasta Sucre, pasando por Huanchaca, Guadalupe y Potosí. Durante su trayectoria, El Heraldo de Cocha bamba fue adicto a los conservadores y afín a su postura frente a Chile en posguerra. Cuando se suscribió el nefasto Tratado con Chile, publicó el 10 de diciembre un mensaje cargado de excesi vo pragmatismo, rayano en el cinismo. “La paz está aprobada. Tenemos puerto; po demos respirar libremente. Nuestro comercio es independiente; penetrará con él en nuestro vas to territorio el progreso en todas sus manifesta ciones”. Se le sumó en esa campaña insana, ‘La Razón’ de La Paz (1886), que fue calificada como “órgano de unos cuantos empleomaniacos y muertos de hambre”. José Carrasco, desde ‘El Comercio’ de Cochabamba, denunció “la indig nación que causó El Heraldo, que, con toda alga zara, con tanta alegría, hurras y vivas, ha festeja do la pérdida del Litoral boliviano”. El Tío Camorra desnudó la naturaleza de la prensa oficialista: “El Patriota cumple bien su misión de enaltecer al amo. Es muy astuto, ase gura muy tunante que Don Severo es diaman te; añaden otros: “en bruto”. El Heraldo veterano miente y adula por diez; es un necio casquiva no a pesar de su vejez”. El Siglo XX fue lapidario: “El Heraldo, este mentiroso, viejo, caricatura de Sileno, ayo del niño Alonso, viene insertado sus imposturas de costumbre. Cada periódico mien te como quiere, o como puede. Algunos hay que causan asco por su crónica manía de faltar a la verdad, enredando imposturas escandalosas, y ese conjunto de superchería, no debe pasar a la posteridad. Veamos cuál es el grado de su ver dad, y para apreciarla no podemos dejar de ser liberales; pero no somos sectarios. La prensa liberal miente, miente mucho alguna vez, sin poseer gracia ni memoria para zurcir mentira... pero y la prensa oficial… Oh Mariquita, Bonita sois, tú, la castellana”. El 29 de julio de 1932, ya al final de su existen cia, informaba de la guerra librada en el sudeste afirmando que “no hay novedades en el Chaco.

Betanzos invita a celebrar el raymi de San Bartolomé PREVIAS A CH’UTILLOS En la capital betanceña se celebra una expresión cultural que se popularizó como la ‘k’aspi fiesta’, debido a que las calles de esta población se llenan de mercaderes o comerciantes que se dedican a la venta de varias herramientas construidas a base de troncos o maderos.

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Ivert Elvis Fuertes Callapino E n el departamento de Potosí, la fes tividad de San Bartolomé adquiere una solemnidad tan genuina que la celebración repercute en tres lugares, el primero es el que se ce lebra en el Santuario de San Bartolomé y San Ignacio de Loyola, ubicado en la localidad de San Antonio, municipio de Yocalla, fiesta que se extiende también a la capital potosina, y es más conocida como la festividad de Ch’utillos; la misma también se festeja en la ciudad de Colquechaca, del 23 al 25 de agosto de cada año y Betanzos, cuya manifestación también está ligada al apóstol de San Bartolomé. En la capital betanceña se presenta una ex presión cultural que se popularizó como la ‘k’aspi fiesta’, debido a que las calles de esta po blación se llenan de mercaderes o comerciantes que se dedican a la venta de diferentes herra mientas construidas de troncos o maderos. Para el antropólogo belga-boliviano Vincent Nicolas, el antiguo pueblo de Bartolo no siem pre estuvo ligado con el apóstol San Bartolomé, pese a que hasta 1912 esta población tenía por nombre ‘Tambo de Bartolo’. “Los libros de fábri ca no registran ninguna imagen de este santo en el templo durante todo el periodo colonial y no se menciona tampoco ninguna fiesta que le sea dedicada hasta mediados del siglo XIX”; sin embargo, a partir de 1880 “la parroquia volvió a cambiar de santo patrono para adoptar a San Bartolomé”, lo que implica que “las fiestas de San Bartolomé y de Nuestra Señora del Rosario se impusieron como las dos más importantes de la parroquia” a partir de ese año. LA ‘K’ASPI FIESTA’ Agosto es el inicio de la siembra, los ritua les como la siembra del maíz (el Chililin en la provincia Linares y el Waqi en las provin cias Linares y Sud Chichas) o el de la quinua (Ch’isiamama Tarpuy en la provincia Nor Lí pez), apenas son un proceso que tiene un ini cio aún más anterior a estas expresiones, y esta manifestación tiene que ver con los instru mentos que se emplean para la siembra y las herramientas para trabajar en el campo. Marcelino Pacara Quispe, de 64 años, recuer da que desde su niñez la ‘k’aspi fiesta’ se carac terizó por ser un espacio en el que se comercia lizan horcas, q’upanas, palas, caña hueca, vigas, arados, yugos, mango de picotas y todo tipo de artefactos y herramientas de trabajo agrícola, además de utensilios que se emplean en la co cina como cucharas, cucharones, platos y otros que eran traídos de los valles interandinos del departamento de Potosí, particularmente de po blaciones como Millares, Otuyo, Poco Poco y del departamento de Chuquisaca. Mucha gente que proviene de Tinguipaya, Tacobamba, Chaquí, Caiza D, Puna, Yocalla e in cluso de Chuquisaca llega a Betanzos a adquirir estas herramientas. Pacara Quispe menciona que, en los 80, la gente acudía a Betanzos a ad quirir las vigas de palo de ‘tarqo’, molle o euca lipto, mismas que se usaban para la construc ción de casas, incluso la cañahueca no era muy común en estas regiones, pero en esta feria se podía comprar k’aspis o palos. Sin embargo, con nostalgia menciona que año tras año estos arte factos se fueron modernizando; de hecho, algu nas herramientas han dejado de fabricarse y al mercado ingresaron materiales de fierro, lo que desluce y desvirtúa a la ‘k’aspi fiesta’. Desde la perspectiva de Daniel Coria Villca, toda esta práctica es parte de la cultura local, pero desde el ámbito estrictamente medioambiental cree que la ‘k’aspi fiesta’ a largo plazo puede ser depredador para algunas especies de plantas na tivas como el naranjillo, una especie que está en peligro de extinción y se encuentra en las cabece ras de valle, la falta de sostenibilidad o la falta de una política que evite la deforestación es un tema que podría cuestionar la manifestación. El 24 de agosto, de cada año, las calles de Be tanzos se llenan de comerciantes foráneos que comercializan sus productos, esto coincide con la fiesta de San Bartolomé. En los años 80, cen tenares de habitantes que provenían de varias comunidades de ese municipio llegaban a la capital, muchos de ellos como pasantes o alfé reces. Don Marcelino recuerda que eran alre dedor de 30 a 40 pasantes los que se dirigían a la Parroquia de San Bartolomé de Betanzos, ya que en el interior se encuentra la imagen de este apóstol. Al culminar la actividad, los acom pañantes, vecinos y familiares de los pasantes compartían exquisitos platos de la época. Al transcurrir la tarde, estos grupos retornaban a pie a sus comunidades, sin importar la distan cia que los separaba, en la actualidad esa mani festación está extinta, en los últimos años ya no se ha vuelto a ver a ningún pasante.

CÓMO LLEGAR A BETANZOS La capital de la provincia Cornelio Saave dra se encuentra a 45 kilómetros de la ciudad de Potosí y a 110 kilómetros de la capital de Bolivia. El tramo carretero está totalmente asfaltado, es una población que cuenta con todos los servicios como establecimientos de hospedaje, lugares de alimentación, trans porte y telefonía móvil.

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