SUPLEMENTO - CRÓNICAS

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DOMINGO 1 DE MAYO DE 2022

AÑO 2 - N°53

Un poema que une Bolivia y México

Desde el monte Albán hasta Tiwanaku

Págs. 2-3

Estudiantes de Potosí recuperan leyendas y mitos

Muestra fotográfica: Rememorando El Alto en sus familias

La conquista sindical en Estados Unidos y Bolivia

Págs. 10-11

Págs. 4-5

Págs. 6-7


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DOMINGO 1 DE MAYO DE 2022

UN POEMA QUE UNE BOLIVIA Y MÉXICO

Desde el monte Albán hasta Tiwanaku Las letras del escritor mexicano que reside en la ciudad de Cochabamba desde el 2001, Francisco Azuela, evocan el místico sitio arqueológico localizado a 8 kilómetros de la ciudad de Oaxaca de Juárez, México y a la antigua civilización de Tiwanaku.

DE MONTE ALBÁN A TIWANAKU La historia antigua es como un hilo, se rompe, se quiebra y se consume. ¿En dónde están los rostros, las voces, los mascarones de estuco? En estos siglos de silencio se ha perdido el canto del colibrí.

Francisco Azuela

E

l escritor mexicano, Francisco Azuela Espinoza, es un reconocido escritor y poeta mexicano, con diversas obras publicadas y traducidas. El poema que el suplemento Crónicas presenta en esta edición está extraído de su más reciente libro titulado; ‘La cordillera real de los Andes’.

Los mascarones están en Kalasasaya y en el Palacio de Monte Albán, los portones megalíticos, gemelos, los códices insepultos, el recuerdo, los sueños, los rumores, la luz, la otra luz. No se ha perdido la estrella que ilumina el alba, ni el corazón del hombre dibujado en la cordillera con sus nieves en flor. La tierra guarda sus secretos y el humo de las palabras hace círculos en el horizonte. Un cóndor, un águila azteca, el fuego consume la oscuridad. Hablar a la sangre, al pueblo indoamericano, latinoamericano, hispanoamericano, al mundo prehispánico.

DIRECTOR Marco Antonio Santivañez Soria

EDITOR DE CRÓNICAS Estéfani Huiza Fernández

CORRECCIÓN José Antonio Orellana Carpio

Redes Sociales

COLABORARON: Luis Oporto Ordóñez Claudio Sanchez Ernesto Flores Meruvia Ivert Elvis Fuertes Callapino Francisco Azuela Jackeline Rojas Heredia

DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN Gabriel Omar Mamani Condo

www.ahoraelpueblo.bo La Paz-Bolivia Calle Potosí, esquina Ayacucho N° 1220 Zona Central, La Paz Teléfono: 2902587

FOTOGRAFÍA Jorge Mamani Karita


3 Tiwanaku, Bolivia

SOBRE EL POETA Recibió el Gran Premio Internacional Solenzara de Poesía, Université de la Sorbonne, París, Francia 2013. Vincitori Assoluti XXXV Premio Mundiale di Poesía Nósside, Italia, 2020. Fue Honrado por la Academia Gujarat Sahitya de la India con motivo del 75º Día de la Independencia de la India, en reconocimiento a la brillantez literaria de su obra poética. Fue candidato al Premio Nobel de Literatura 2021. Desde noviembre de 2001 es residente en Bolivia donde ocupó cargos en varias bibliotecas de organismos internacionales y se desempeña desde 2013 como director de la Biblioteca de la Universidad Simón I. Patiño en la ciudad de Cochabamba.

Hablarle a la otra sombra, hoy es agosto para siempre, para toda la vida, los augurios, ayer fue el eco, el sonido se repite, otra vez aparece el viento de la tarde, esa delgada sombra con sus manos abiertas. Otra vez el reflejo y el llanto, una lágrima cae en el filo de la espada como un remordimiento. Pesa el pasado y pesa la hora como un siglo de desdichas. Vuelve a amanecer, el tiempo trae nuevas auroras, el canto del colibrí renace y la estrella se oculta tras la colina.

Monte Albán Oaxaca.-Cultura Zapoteca, muy vinculada a Teotihuacan

FOTOS: RRSS

Se oye de nuevo la voz antigua sin reclamos, la alegría y la tristeza se armonizan, el agua envenenada desaparece, la tierra ha florecido de una manera diferente, el águila azteca-zapoteca de Monte Albán y Teotihuacan rompe los aires del espacio y del tiempo y se encuentra con el cóndor en Tiwanaku en un vuelo de luces sobre el arcoíris.


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MUESTRA FOTOGRÁFICA

Rememorando El Alto en sus familias El registro de imágenes, unas tomadas vía celular y otras con una cámara especial, corresponden a jóvenes inclinados al arte quienes registran un trozo de realidad para inmortalizarlo. Jackeline Rojas Heredia

Varios son los caminos que nos conducen a la ciudad de El Alto, ya sea que se elija minibús, taxitrufi o teleférico, uno llega cómodamente, además de tener ante sí la belleza de los nevados, y mientras se sube queda atrás la hoyada, un conjunto de edificios antiguos y nuevos que integran la ciudad de La Paz. A los costados cientos de construcciones pequeñas, altas, anchas, delgadas, semejantes a los mil orificios de un hormiguero. Es una vista conocida y repasada a diario, pero no por eso pierde su enigma, su curioso encanto.

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n la ciudad de altura, los días 21 y 22 de abril, se realizó la 2da versión de la Feria Cultural del Libro organizada por la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia (FCBCB). La actividad contó con la participación de 57 asociaciones, editoriales, fundaciones, autores, repositorios y centros culturales dependientes de la FCBCB. Datos que hacen de marco a un suceso que tuvo particularidades dignas de narrarse. Se presentó, por ejemplo, un grupo de promotoras comunitarias que se dedican a orientar a otras hermanas a fin de frenar los casos de violencia y brindar protección, asesoría legal a las sobrevivientes; el lenguaje empleado fue el arte, la representación de historias con las que muchas se identifican. Pero la identificación también pudo ser provocada en un intercambio de miradas, de palabras, de escenificaciones que rememoran hechos históricos como la obra de teatro del elenco Tabla roja, participantes que montaron la pieza: Los hermanos Vargas. Más allá de libros, proyectos culturales alteños, también ocurrió la identificación con las fotografías. El registro de imágenes, unas tomadas vía celular y otras con una cámara especial, las fotos corresponden a jóvenes inclinados al arte de registrar un trozo de realidad para inmortalizarlo, personas que invirtieron su tiempo, durante dos días de lluvia e intenso frío, para ser guiados por la experimentada fotógrafa, Wara Vargas, en

el taller de Fotografía Artística, organizado por el Museo Nacional de Arte (MNA), dependiente de la FCBCB, en el marco del programa: El MNA en El Alto, que se desarrolló en los ambientes del teatro de Cámara, junto al Raúl Salmón de La Barra, y en coordinación con la Secretaría de Cultura y Deporte del municipio alteño. Para esa actividad muchos fueron los inscritos, pocos los valientes que lograron completar el taller, pero fueron más las historias que despertaron a consecuencia de ese encuentro de imágenes, ideas, sueños, recuerdos y proyectos capturados por un diminuto lente. Parte de esas historias, ya impresas, se logró montar en el stand del MNA en la Segunda Feria Cultural del Libro y entonces ocurrió la alquimia. ¡Es el abuelo, Papá mira!, ¡Es mi abuelo!, se escuchó la aguda exclamación de un niño que condujo a su padre hasta la muestra fotográfica. En efecto, el hijo y el nieto, de los esposos Condori, se hicieron presentes en el stand del MNA, minutos después llegaron, Sabino y Benita Condori, ya con el paso cansado y se detuvieron a observar su imagen colgada en la pared artificial del stand. Los presentes observamos, con asombro, ese mirarse de los esposos, ese reconocerse como si mirarán a través de una ventana y ese recordarse juntos, las manos tomadas, la alianza, una vida de sacrificios, de idas y venidas entre la hoyada de La Paz y la altura de El Alto, esos trasla-

dos a pie, agotadores en un tiempo en el que no existía autopista, menos teleférico. Dos imágenes, décadas de vida por detrás. “Mis padres están felices porque nos han visto crecer, porque ven a sus nietos y porque son testigos del crecimiento de esta ciudad, la vieron nacer”, contó Rubén Condori, uno de los ocho hijos de la pareja. Pero la artista que capturó esas imágenes, la que hizo, de esa historia, su proyecto de registro, fue la esposa de Rubén Condori, la nuera de los abuelos, Marlen Incapoma. “Ellos cumplieron 57 años de casados y siempre recuerdan cómo era antes El Alto, se acuerdan que en la zona 16 de Julio había pocas casas de adobe y una laguna en la Plaza Libertad, lo que hoy es el teleférico Azul. Recuerdan que todo era una pampa llena de paja brava…” dijo Incapoma. Por su parte el esposo narró la vida de su padre, quién se jubiló como “prensista” de


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un medio de prensa; recordó a su madre y los tejidos que ella hacía para aportar a la familia. Los abuelos observaron las imágenes, hablaron poco, se veían cansados pero juntos, a su alrededor los nietos jugaban, ellos sonríen a través de sus miradas y luego continuaron su recorrido por la feria. En el stand la magia perduró, muchos visitantes se acercaron para recorrer las fotos con la mirada; a comentar otras imágenes, a comparar con sus propias historias, en los paneles las fotos, unas a color, otras en blanco y negro, algunas parecían tan desgastadas por el tiempo, pero en realidad se trató de la foto de la foto sobre un marco de aguayo colorido. Fue la presentación del álbum familiar, el de los primeros habitantes de la ciudad más joven de Bolivia, la que tiene raíces fuertes y parece habituada a vivir entre nubes, a veces con un sol quemante, sobre todo en la nuca, mientras la brisa helada se pasea por los huesos y acelera el corazón. Los fotógrafos participantes de esa primera y breve muestra en la Feria, fueron: Ana Huiza, Danna Guzmán, Daneyva Laura, Denis Yujra, Gabriela Mamani, Joel Pachecho, Karen Choque, Luis Cuchuta, Marlen Incapoma, Noemí Gonzales y Santos Winston. Algunos enviaron pequeños textos en los que narraron quienes son los protagonistas de sus fotografías, todos con un denominador común, los migrantes que hicieron de El Alto su tierra prometida. Ana Gabriela Huiza, se encuentra en el grupo de participantes cuyas fotos fueron expuestas; más atrás, durante la segunda jornada del taller de fotografía, Huiza presentó la imagen de su abuelita que está de perfil y cubre su rostro, en clara alusión de que no quería ser fotografiada. La participante narró que esa foto la tomó luego de preguntar a su familiar si fue bailarina cuando era joven. La ancianita le dijo entonces: “Janiwa, janiwa…”, la pregunta surgió porque Huiza había encontrado entre las fotografías familiares antiguas una en la que sus abuelos, están vestidos de bailarines, la abuela de kullawada y el abuelo de moreno. Entonces la joven, entre broma y broma, la invitó a bailar y la señora Isadora Calle de 82 años se resistió a hacerle caso. “Ella vive en la ciudad de El Alto, es migrante como muchos, pocos recuerdos conserva en su memoria, pero guarda las fotografías de viajes, amigos, bailes, su vida antes de la muerte de mi abuelo, su compañero”, narró Huiza. La participante del taller comentó que se siente muy contenta de haber integrado el grupo de jóvenes alteños aficionados por la fotografía y compartió su esperanza de que actividades similares se realicen de manera más periódica en la ciudad, “Es lindo que nos incluyan y que piensen en compartir talleres con nosotros”, dijo.

Daneyva Claribel Laura Rojas, fue otra de las participantes, ella enfocó su proyecto fotográfico al oficio de doña Lucía Mamani, una tejedora y artesana alteña, que disfruta de su labor y que va creando imágenes y combinando colores y formas únicas, lleva más de 20 años en esa labor compartida con amigas y vecinas y, de acuerdo al testimonio de la fotógrafa, jamás dejará de tejer aunque le duelan las manos porque es lo que ama hacer. Otro de los participantes, cuyas fotos se presentaron en el stand de la feria, fue Luis Franco Cuchuta Flores, el eligió como protagonista de sus registros, al profesor Dionicio Flores Condori, docente de primaria en la ciudad de El Alto y en La Paz; sobre el maestro, Cuchuta destacó frases que lo conmovieron mucho, como las siguientes: “Educar a una persona no es hacerle aprender algo que no sabía, sino hacer de él, alguien que no existía. Y otra: “El tiempo que se disfruta es el verdadero tiempo vivido”. En otras imágenes se pudo notar a una madre junto a su hija, son las fotografías de Karen Choque, ella narró que en la primera foto se encuentran calas (flores) envueltas en aguayo, corresponden a un viaje que realizó junto a su madre a Coconi, provincia Muñecas, del departamento paceño; “mientras recogíamos y reuníamos las flores aproveche para tomar fotos a mi mamá” narró.

Una segunda imagen, refiere a los padres de la joven cuando éstos a su vez eran jóvenes, “ Verlos es recordarlos en su juventud, el reflejo de sus proyectos, sus esperanzas, después de su niñez y parte de la adolescencia en sus comunidades, su decisión de radicar en El Alto, lugar donde se conocieron, se instalaron y formaron un hogar”, compartió. En otra imagen se ve a la intérprete de guitarra electrónica vestida con una pollera plisada típica de las zonas occidentales del país, la autora de la fotografía es Noemí Daniela Gonzales Cabrera. Más de esas historias serán narradas y entrelazadas a la historia de las familias de El Alto. La mini exposición finalizó con la puesta del sol y el desmontaje de las carpas, luego el retorno en teleférico sintiendo las voces de los achachilas, el Illimani, el Illampu y el Huayna más imponentes con los reflejos del sol sobre sus nieves. Ahora, muchas otras imágenes de los participantes son preparadas por la fotógrafa a cargo del taller, Wara Vargas, quien coordina con los participantes y realiza un trabajo curatorial en equipo, la exposición completa se realizará el próximo 9 de mayo en la sala Estudio 1, junto al Taypi Qatu de la Villa de París, a cargo del Museo Nacional de Arte (MNA) en la ciudad de La Paz. La muestra busca condensar el surgimiento de la ciudad, su fuerza y su rebelde pujanza.


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PRIMERO

La conquista sindical en E

En 1845 se organizó una sociedad secreta para apoyar las reivindicaciones del proletar aplastar las protestas sociales que fueron empleadas por las e Luis Oporto Ordóñez

Un valioso documento escrito en 1899 reconstruye la más grande conquista de los trabajadores: la reducción de la jornada de trabajo. Las primeras protestas obreras en Estados Unidos surgen a principios del siglo XIX, motivada por constructores y carpinteros de ribera y de construcciones urbanas en Nueva York. En 1832 calafateadores y carpinteros convocaron a la primera huelga a favor de las 10 horas en Boston, seguidos por trabajadores industriales de Nueva York y Filadelfia.

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n 1845 se organizó una sociedad secreta para apoyar las reivindicaciones del proletariado norteamericano. De esa manera se construyeron las bases de un poderoso movimiento obrero, con la organización de la Liga de las Ocho Horas que adoptó el programa socialista; la orden masónica Caballeros del Trabajo en Filadelfia (1869), la Asociación Internacional de los Trabajadores en Nueva York (1870-1871), la Federación de Trabajadores de Estados Unidos y de Canadá en Chicago (1880), que organizó el Gran Congreso Obrero en Baltimore del que surgió el Partido Nacional Obrero (1866). Esa formidable organización dirigió un movimiento para terminar con “la explotación de niños menores de 15 años, niñas menores de catorce, mujeres y muchachas de mayor edad” enrolados en “trabajos penosos, en almacenes, tiendas y fábricas con 14, 10 y 6 horas diarias, en un país donde la relación de los niños menores de 15 años ocupados en diferentes trabajos al número de obreros es de 3 a 7 y de 2 a 5, casi la mitad, para suprimir de una vez todas estas infamias que matan a los padres y a los hijos,

adultos y a los muchachos, a las mujeres y a los ancianos”. Al respecto, los obreros radicalizados denunciaron que en “un país que goza de fama de rico y libre, y sin embargo los obreros sufren tan terrible explotación y viven tan miserables que tienen que arrojar a sus hijos a las rudezas de la faena diaria durante muchas horas”. Con ese fin se convocó a la huelga general por las ocho horas, el 1 de mayo de 1886, medida considerada como “único medio de luchar ventajosamente con el coloso de la explotación”. La multimillonaria e insensible burguesía, en su afán de aplacar la protesta, otorgó reducción de horas de trabajo y otras ventajas, favoreciendo a más de 200.000 trabajadores, pero fue incapaz de detener la huelga. El movimiento se consolidó con la acción de trabajadores de origen alemán “que componen parte importante de los centros industriales de Estados Unidos”, y una exitosa estrategia mediática empleando una red de periódicos obreros: ‘El Socialista’ de Nueva York, ‘Liberty’ del anarquista Tucker, de Boston; ‘Arbeiter Zeitung’ de Chicago, propiedad de anarquistas alemanes, editado por August Spies; ‘Alarm’, de anarquistas americanos, editado por Albert Parsons. Otro medio exitoso era la impresión de volantes subversivos, que en ocasión del 4 de mayo, tuvo una tirada de 20.000 ejemplares.

LA TRAGEDIA DE CHICAGO El ambiente tenso generó diversas reacciones del proletariado. El 1 de mayo, en medio de la huelga, la Unión Central Obrera de Chicago convocó un mitin de 25.000 trabajadores que se extendió a 50.000, entre ellos estaban 600 mujeres de sastrería. El 2 y 3 de mayo se celebraron mitines en la fábrica Mc Cormicks, con incendiarios discursos de August Spies, Albert Parsons, Samuel Fielden y Michael Schwab. La Policía respondió con “fuego vivo y continuo sobre la muchedumbre, no respetando a los niños, a las mujeres y a los ancianos”, con el saldo de seis muertos y gran número de heridos. La Policía fichó a los oradores y tramó una cuidadosa celada

contra la dirigencia del movimiento obrero, en ocasión del mitin convocado para el 4 de mayo en Haymarket Square. Ciento ochenta policías recibieron la orden de disolver la manifestación. El documento de Ricardo Mella señala que de improviso “cruzó el espacio un cuerpo luminoso que, cayendo entre la primera y segunda compañía, produjo un estruendo formidable. Cayeron al suelo más de sesenta policías heridos, y muerto uno de ellos llamado Degan. La Policía hizo una descarga cerrada sobre el pueblo que huyó despavorido”. Muchos perecieron o quedaron mal heridos. “Los burgueses habían perdido la cabeza: impulsados por el frenesí del terror, empujaron a la fuerza pública a la matanza”, denunció el autor del documento histórico. La represión fue inmediata: se apresó a obreros, se profanaron domicilios privados; los oradores de Haymarket (excepto Parsons) fueron detenidos; el Arbeiter Zeitung fue suprimido y sus redactores y editores detenidos; los mítines obreros fueron prohibidos. “Así fue interrumpido el movimiento por las ocho horas de trabajo”, acota. Se formó un Gran Jurado: “Es de los mejores y podemos asegurar que la anarquía y el crimen no tendrán cuartel”, vociferó la burguesía. August Spies, Albert Parsons, Michael Schwab, Samuel Fielden, Adolph Fischer, Georg Engel, Louis Lingg, Oscar Neebe, Rodolfo Schmaubet y William Seliger, fueron acusados. La labor del Jurado ante el juez Joseph E. Gary, duró 22 días, desde el 21 de junio. Seliger se vendió y acusó a sus compañeros. El 15 de julio el representante del Estado, Grinnell, fundamentó su acusación y el 20 de agosto se hizo público el veredicto. A pesar que los testigos declararon que ninguno de los ocho acusados arrojó la bomba, el Gran Jurado “condenó a los ocho hombres por ser anarquistas y a siete de ellos a muerte en la libre y feliz República Federal Norteamericana”, parodió el autor del informe. Tiempo después se comprobó su inocencia, pues la


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O DE MAYO

Estados Unidos y Bolivia bomba fue urdida como estrategia ruin para suprimir el movimiento de las ocho horas. Estrategia muy común en el Gobierno de Estados Unidos, en todos los tiempos. La barbarie burguesa capitalista condenó a la horca a los ocho dirigentes anarquistas. Ofrendaron su existencia con el orgullo que brinda la conciencia de clase: Augusto Vicent Theodore Spies, Albert R. Parsons, Adolph Fischer y Georg Engel. Michael Schwab, Samuel Fielden y Oscar Neebe, fueron condenados a cadena perpetua y a trabajos forzados. Louis Lingg, se suicidó en su celda.

EL PRIMERO DE MAYO EN BOLIVIA Al influjo de las movilizaciones obreras de Chicago de mayo de 1886 se genera en América Latina una serie de movimientos libertarios, bajo la consigna de “el derecho a las ocho horas de trabajo” al que se suma una segunda ola como efecto de la Revolución Rusa de octubre de 1917. El historiador Fernando Chuquimia, señala que fueron los artesanos los primeros en organizarse. El gremio de carpinteros de Sucre (1853) y en La Paz (1854). Posteriormente se organizan en Sociedades de Socorro Mutuo y Beneficencia (1871 y 1920). En 1913 se funda la Sociedad de Empleados de Comercio al que se adscriben los trabajadores de la industria minera. Las luchas por las ocho horas de trabajo llegaron a Bolivia en el Siglo XX, ligadas a la lucha por el derecho de organización, como se observa en incipientes organizaciones mineras en Portugalete, Huanchaca y la Compañía Llallagua. La lucha obrera tuvo en el primer convenio laboral por las ocho horas de trabajo, entre la Empresa Minera ‘El Porvenir’ de propiedad de Simón I. Patiño y sus trabajadores, su punto más alto. Sin embargo, de la misma manera que sucedió en EEUU, tras generalizarse la conquista laboral en la década del 50, las empresas de la Compañía Aramayo de Minas no ejecutaron tal medida, como lo estable-

ce un estudio sobre las ocho horas de trabajo. En 1918, Manuel Pareja Abecia (1890-1960), presidente del Sindicato de Trabajadores Mineros ‘El Porvenir’ de Huanuni, protagonizó la lucha por la jornada laboral de ocho horas. Un año más tarde una serie de conflictos conmocionaron a Huanchaca-Pulacayo, Catavi (Potosí), la empresa chilena Totoral (Cochabamba), Corocoro (La Paz). Ante esa situación, Pareja preside una acalorada asamblea general, el 13 de noviembre de 1919, en la que “los trabajadores de la mina y del ingenio de Huanuni, aprueban un pliego de peticiones, en el que se fija la jornada de ocho horas de trabajo como máximo”, con la declaratoria de huelga general. La empresa condiciona realizar el diálogo en Oruro ofreciendo tren para el traslado de los dirigentes, pero los obreros deciden cubrir el trayecto a pie, desde la Plaza de Huanuni hasta la casa de Simón I. Patiño, “escoltados largo trecho por mineros armados de fusiles y cartuchos de dinamita”. El conflicto se prolonga por 54 días, desde el 17 de noviembre de 1919 hasta el 20 de enero de 1920, con la firma del “Acta de Compromiso” entre la Compañía Minera Porvenir y los delegados de los trabajadores, con la presencia del Prefecto del Departamento. La biografía de Manuel Pareja fue recuperada por Silvia y Carmen Paredes Pareja, con el título: ‘Reescribiendo la historia: Manuel Pareja Abecia pionero de la jornada de ocho horas de trabajo en Bolivia-Huanuni; máximo líder sindical minero’ (1914-1920), publicada en 2016.

LAS MASACRES, CONSTANTE EN LA HISTORIA DEL MOVIMIENTO OBRERO Las masacres como método coercitivo para aplastar las protestas sociales, fueron empleadas por las empresas mineras capitalistas, desde principios del siglo XX. La primera masacre, provocada por Máximo Nava, hombre fuerte de Simón I. Patiño, se desató en el Ingenio de Miraflores (Socavón Patiño), en cuyos hornos de calcinación fueron consumidos los cadáveres de obreros asesinados.

Rodolfo Soliz, documenta las primeras masacres en los centros mineros. En julio de 1918, obreros de Socavón Patiño y Callapería, de la Empresa La Salvadora de Simón I. Patiño: “cansados de soportar vejámenes y ultrajes formularon su reclamación del pago de haberes que no les fueron abonados íntegramente en ese mes; la tarde de un sábado como consecuencia de esta reclamación fueron reprimidos violentamente por el jefe de Punta un tal José Soruco (alias “El Rosco”) armado de un nervio, lo que motivó el levantamiento y consiguiente indignación de estos obreros, que apedrearon y asaltaron la pulpería y la caja, que fue puesto en conocimiento del entonces gerente don Máximo Nava. Este en compañía de los empleados y de sus guardias blancos armados de carabinas y pistolas, subieron a la mina donde ocurrió el suceso”. La segunda masacre se suscitó en Uncía, en septiembre de 1919, en la que se reivindicó las ocho horas de trabajo. La tercera masacre, en marzo de 1923, cuando la Federación Obrera del Trabajo Central Uncía (FOCU), dirigida por Guillermo Gamarra (presidente), Gumercindo Rivera (vicepresidente), Ernesto Fernández (secretario general), Julio Vargas (tesorero), Primitivo Albarracín, Néstor Camacho Balcázar (vocales) y otros, reclamaron ante la empresa. Esta masacre fue protagonizada por el tenebroso administrador de la Compañía Estañífera Llallagua, Emilio Díaz, en septiembre de 1919, en la Casa Gerencia de Catavi; esta vez fueron los hornos de calcinación de Catavi los que hicieron desaparecer los cuerpos de los mineros asesinados. En la tercera masacre intervienen tropas militares, enviadas con urgencia por el presidente Bautista Saavedra a pedido de las empresas capitalistas. La cuarta masacre fue planificada por la Patiño Mines, que instruyó al gerente de la Empresa Minera Catavi, Percy Holmes, la represión sangrienta con los regimientos Ingavi, Sucre y el de Carabineros, enviados con orden del presidente Enrique Peñaranda, a pedido de la Patiño Mines.

FOTOS: RRSS

riado norteamericano; en Bolivia se usaron las masacres como método coercitivo para empresas mineras capitalistas, desde principios del siglo XX.


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Claudio Sánchez

REGISTRO AUDIOVISUAL

Las imágenes del 1 de Mayo de 2006

Esas imágenes son las más importantes de cualquier manifestación popular de la misma fecha durante lo que va del siglo. Esas son las que generan el imaginario boliviano más contemporáneo, las que ubican al Proceso de Cambio en su justo lugar.

El 1 de mayo es una fecha importante en el calendario del movimiento obrero. Sin embargo, no es simplemente eso. Su lugar señalado en cualquier almanaque genera atención por lo que connota. El Día Internacional del Trabajo es el momento en el que las manifestaciones populares toman las calles, cuando los partidos políticos divulgan su pensamiento, cuando las propuestas y protestas se amplifican, se discuten, es la toma (simbólica) del poder -durante la jornada- del sueño de hacer una sociedad que responda a lo que aquellos discursos proponen en la teoría.

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a marcha del 1 de mayo responde no solo a las cuestiones estructurales de los planteamientos políticos de diferentes corrientes, si no que se ubican en la contextualización de su propio tiempo (cada año) respondiendo a las circunstancias más coyunturales e inmediatas. Los registros cinematográficos (y audiovisuales en general) y quienes los hacen, tienen también en su agenda muy bien señalada la fecha. La televisión, por ejemplo, hace reportes de la marcha que forman parte del contenido de los noticieros. Durante los gobiernos del MAS, la transmisión en directo de la marcha a través del canal estatal, es una de las franjas de programación importante durante el día. Algunas de las medidas económicas, políticas y sobre todo económicas de esos gobiernos han sido motivo de emisiones en directo -desde el lugar de los hechos- de cuestiones que han profundizado lo que se llamó el Proceso de Cambio. Es inevitable pensar en la transmisión televisiva de lo que fue la Nacionalización de los Hidrocarburos (1 de mayo, 2006) cuando el país recuperó sus recursos naturales a favor del Estado. Esta era ya no la toma simbólica del poder, si no la acción contundente de hacerlo. Tal vez aquellas sean algunas de las imágenes más significativas del primer gobierno de Evo Morales. Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos volvería a ser la empresa estatal más importante del país luego de aquel nefasto proceso de ca-

pitalización el cual consagraba al neoliberalismo noventero que enajenaba a Bolivia. La Guerra del Gas, que en 2003 había dejado luto en la familia boliviana. Que cómo consecuencia tenía haber hecho que el presidente de la entonces República renunciara, se consagraba en 2006 con esta medida del nuevo Gobierno. La lucha no había sido en vano. Gonzalo Sánchez de Lozada, el mismo presidente que había llevado adelante la Capitalización en Bolivia, tenía que huir del país sin concluir su segundo mandato. El episodio del 2003 es reconocido cómo uno de los antecedentes del ascenso del MAS al Gobierno, y la respuesta para con las grandes mayorías sería también este Decreto Supremo que devolvía la propiedad de los hidrocarburos al país. Luego de la transmisión televisiva en la mañana del 1 de mayo del 2006 desde el Campo San Alberto en Tarija, la cobertura se trasladó hasta plaza Murillo en La Paz, donde el entonces vicepresidente, Álvaro García Linera se dirigió a la multitud congregada y ratificó la Nacionalización. Las cámaras, se multiplicaron, sobre la figura de quien hacía el discurso, pero también de quienes acompañaban la acción popular. Si bien existió la transmisión oficial, muchos otros registros también se hacían en el mismo momento y lugar, muchas más de las que existían cuando Morales leía el D.S. Esas imágenes del primero de mayo son las más importantes de cualquier manifestación popular de la misma fecha durante lo que va del siglo. Esas son las que generan el imaginario boliviano más contemporáneo, las que ubican al Proceso de Cambio en su justo lugar habiendo devuelto al país sus riquezas, pero también como la piedra angular de la construcción de lo que después sería el Estado Plurinacional. Soberano, digno, dueño de sí mismo. Volver a ver esas imágenes es una manera de transmitir la esencia de la reivindicación popular desde su horizonte más profundo en la construcción de una economía sólida que daría lugar a la redistribución de las riquezas. La cual dio como resultado -entre otras medidas económicas- que la población boliviana dejara atrás los índices de pobreza que la ubicaban en los márgenes de la extrema pobreza. Una nueva clase media urbana estaba a punto de surgir. Un nuevo país se estaba haciendo. Tal vez sea imposible contar visualmente el siglo XXI boliviano sin esas imágenes. En ellas el fervor popular está plasmado y la decisión política del Gobierno se registra para dar fe de aquello que dejó de ser un sueño para hacerse una realidad. ¡Viva el 1 de Mayo! ¡Vivan los trabajadores!.


ILUSTRACIÓN: EL BOSCO

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UNA CELEBRACIÓN CEREBRAL

La fiesta de la locura

Mirada a la obra del poeta cruceño Hugo Montero Áñez, recluido en el Instituto Psiquiátrico de Sucre, quien además es protagonista del documental ‘Mar negro’. Ernesto Flores Meruvia

Es la fractura del aparente absoluto, ese despertar de la quimérica normalidad, que atropella súbito a la conciencia del individuo, quien, en su mero acto accidental, absorbe y rinde cuenta de la gran mentira social, a saber, el disfrazado respeto a la libertad.

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omo si fuera un pecado o una ofensa directa, existen cosas de las que no se pueden hablar, acciones que no se deben hacer e incluso pensamientos que no se deben tener; es pues entonces cuando la incomodidad de la propia normalización impuesta en la realidad social se vuelve un escozor del cual parece no existir alivio, la bota aplastante en el rostro que no conseguimos quitar; pero todo esto que menciono no es para nada una novedad, más aún, creo que la idea de poder y deseo, como artífices de un sacrificio ominoso a la sagrada libertad del individuo transferido a la exclusión, no es solo propiamente político como solemos pensar, ni tampoco de otra índole en particular, sino que es intrínseco a toda relación humana y contingente a todo proceso institucional, de la naturaleza que fuese éste. Como de manera inaugural el racionalismo fue al modernismo, es así también que con ello se instaura una nueva dicotomía vigente aún en nuestros días, pues el ¨saber¨ y sobre todo la posesión de la razón frente y por encima de la locura es objeto del segundo principio de exclusión externa de los discursos: separación y rechazo; ¿pero acaso esta diferenciación es correspondiente a una distinción autentica del que tiene realmente la verdad o del que no?, juega pues aquí un factor elemental para entender esta pregunta, y es que en esencia, la verdad en este principio de exclusión y poco o nada tiene que ver con el propio motivo de la exclusión, ya que el rechazo al loco no reside su causalidad en tener o no, la certeza de algo, sino que es su singular discurso diferenciado, el que necesita decodificarse y desenmascararse para hallar migajas o un rastro de ella, que muy pocas veces e incluso nunca se logra encontrar, pues la locura se define por las palabras del loco, que son escuchadas pero anuladas en importancia y privadas de su circulación social por el atento silencio del cuerdo, quien lo lleva a la marginación, y finalmente

a su tipificación respectiva dentro del parámetro institucional de este principio, los psiquiátricos. No hay un suficiente motivo o una excusa elocuente que nos podrían brindar aquellos quienes pronuncian sus defensas ante tal esquema de poder, cuando las reminiscencias nacionales nos traen a la figura del poeta cruceño Hugo Montero Añez, un caso que despierta nuestra inquietud al saber que tal lucidez, inteligencia y sensibilidad sea posible en un entorno tan peculiar como es el Instituto Psiquiátrico Gregorio Pacheco Sucre; Montero estudió abogacía y trabajó por un tiempo en la base aérea, a la edad de 20 años fue internado por primera vez en el psiquiátrico, desde ese entonces su vida se vería inundada de dificultades e infortunios, pero el alma poeta no se vio frenada en absoluto, es más, me atrevo a afirmar que el carácter particular de su obra corresponde justamente a esa inspiración, al modo de ser sensitivo y meditativo absorbido en un entorno de exclusión. En el año 2017, la editorial PASANAKU nos presenta por fin, un conjunto de obras terminadas del poeta cruceño, recopiladas en el libro ¨Panacea¨; en él podemos denotar claramente la búsqueda incansable y casi a gritos por manifestar una amalgama enorme de emociones humanas, en las que resaltan por sobre todo la inconformidad, el amor, la paciencia, la pena y el miedo; todo esto además, puede apreciarse a través de una optica diferente en el film-documental, Mar negro, un proyecto ambicioso de ocho años iniciado en el 2010 y finalizado en el 2018, bajo la dirección de Omar Alarcón, la cinta realizada casi en su totalidad en los ambientes del psiquiátrico de Sucre, es un adefesio crudo que retrata y plasma de manera muy singular, no solamente la vida de Montero en la clínica de locura, sino que nos demuestra una pasión pura e ineludible de esa otredad de la razón, a saber, de la sinrazón.

IDILIO No sé por qué te quiero tanto, te quiero con locura, con ardiente pasión, te llevo en la memoria, te sueño, te idolatro y deliro con tu amor. Cuando estás lejos te siento más cerca y prefiero no verte, tu mirada me atormenta, dice muchas cosas que a mi alma enternece. Tengo miedo al pensar que si te hablara te disgustes, me reproches, me desprecies. Ya ha pasado mucho tiempo de este idilio adolorido y mi amor es cada día como gotera en la piedra.

Es pues, cuando se trata de catalogar al otro dentro de las sábanas de la sinrazón por quien se ha visto conveniente que si la tenga, y cuando el esfuerzo que genera los saberes discursivos por aquellos quienes instauran el ser de la norma en un mundo subsumido y empoderado por conductas normalizadas, abandona totalmente e ignora absurdamente de que no somos seres neta y meramente cognitivos, sino que existe siempre el aparato dionisiaco dentro de cada uno de nosotros, aquella configuración instintiva de lo humano que hace que seamos seres voluptuosos, vehemenciosos a la pasión por los aspectos intrínsecos que nos brindan las ideas de la vida y de la muerte mismas, es así que quien lleva el cabrilleo intenso en una profunda oscuridad es en muchas de las ocasiones el loco que poseemos en nuestro interior, la locura en ese sentido no es más que un parte constituyente del ser, es el reflejo simétrico de la razón que no tiene por qué entrar en pugna con ella, ni mucho menos ser el motivo de la exclusión y de la censura injusta en un medio biopolítico.

MAR NEGRO En esta noche negra y fría escucho sonar una banda que está muy cercana, y esa música me trae tu recuerdo. Me parece que esa música es del mar, del mar negro que ha sido nuestro amor, mar negro, siempre negro, porque en su cielo nunca brilla la esperanza. Sin embargo te quiero eternamente aunque un mar negro sea nuestro amor, aunque mi corazón se ahogue en el recuerdo como se agita el mar en la marea. Y pienso que si tú escucharas el acento de esta música sin que tú quisieras movería tu corazón al huracán. Si hay algo ineludiblemente certero que nos puede demostrar la vida y obra del poeta Hugo Montero es que, no es para nada atrevido ni presuntuoso afirmar que esa sinrazón debe acogerse con pompa y banda en cada uno de nosotros, en sentido de gloria por esa comunión constante que promueve la pasión por los elementos de la vida más allá del bien y del mal, porque es eso justamente, no un conflicto ni una anomalía, mucho menos un estado salvaje de la razón presente fuera del espectro de lo social, la locura es una virtud, una fiesta cerebral.


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DOMINGO 1 DE MAYO DE 2022

MITOS Y LEYENDAS

El secreto del gran Chorolque y el Wayra El pueblo que habita la región convive con el intenso frío de las alturas, además es un yacimiento minero que emplea a más de un centenar de trabajadores. Ivert Elvis Fuertes Callapino

No cabe duda que muchas poblaciones potosinas en las que resaltan inmensas montañas, lagos, lagunas o ríos, están asociadas a una mitología o relatos ficticios que forman parte de la cultura de un pueblo.

E

n el sud de Potosí, el pico más alto es el Cerro Chorolque, cuya cúspide se halla aproximadamente a 5630 msnm, es tan alto que su colosal figura puede ser divisado desde las pampas del Ayllu de Tolapampa en Uyuni, las serranías de Orcola cerca de Vitichi, además de otras comunidades de Cotagaita, Tupiza, Atocha y otros sitios en Nor y Sud Lípez, el pueblo más cercano a este majestuoso cerro es Santa Bárbara una población ubicada a 4800 msnm.

El Mítico Cerro Chorolque, Imagen Magari Zanoni

El Mítico Cerro Chorolque. Imagen Magari Zanoni

Su gente convive con el intenso frío de las alturas, el Chorolque además es un yacimiento minero en el que centenares de mineros trabajan en la Cooperativa Minera Chorolque, una de las pocas fuentes laborales de la región. Todos quedan atónitos con la belleza del cerro Chorolque, y ante tal admiración, la profesora Tania Elizabeth Calla Estrada junto a la prepromoción y promoción 2022 del Colegio Técnico Humanístico Chorolque y su director, Walter Muñoz, impulsaron el rescate de las tradiciones orales de ese poblado. Por ello se propusieron recopilar todas las leyendas y se dieron la tarea de documentarlas.

EL MITO O LEYENDA A través de entrevistas hechas por estudiantes de ese colegio a varios pobladores de la región como Wilfredo Vargas, Raúl Taboada Flores, Lázaro Vega Choque y Héctor Ortega se obtuvo varias narraciones. A continuación, se presenta el relato titulado ‘El secreto del gran Chorolque y el Wayra’. Cuenta la leyenda que, hace miles de años, toda esa zona estaba habitada por titanes, (una raza de humanoides gigantes pertenecientes a la mitología griega). Uno de ellos llamado Chorolque, se enamoró de una doncella llamada Ubina, (nombres que en la actualidad son centros mineros) y después del noviazgo, ambos


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FOTO: MOISES VALDÉZ

FOTO: MAPCARTA.COM

Mineros haciendo picnic cerca de Tupiza.

quedaron en contraer nupcias, en cuyo matrimonio, participaron también grandes sacerdotes como Wayra, Illampu, Huayna Potosí, Illimani y otros vecinos como Tasna, Siete Suyos, que eran mucho más superiores que ambos, puesto que eran los únicos que podían autorizar esta unión de pareja. Chorolque fue y pidió la mano de Ubina, una vez que consiguió su objetivo retornó contento, pero su nueva familia le pidió que trabaje duro para que la ceremonia se realice en un lugar bello, al que él se comprometió, pero, por más que buscó un sitio dónde trabajar, no consiguió hacerlo, por lo que decidió, construir un enorme salón en su misma entraña. El espacio estaba revestido de cristales de hielo, asemejaban estalactitas cristalinas que colgaban de los techos y estalagmitas de hielo que emergían del piso, la amplitud del lugar hacía que el interior del salón se torne oscuro, por lo que decidió conversar con Wayra (viento), al que le pidió un favor, que le ayude a iluminar ese espacio, que a través de sus fuerzas le permita realizar un orificio en el techo para que el sol pueda irradiar luz en el lugar, era un secreto entre Chorolque y Wa-

El pueblo de Chorolque Santa Bárbara.

yra, del que ningún humano debía de enterarse de este pacto y tampoco debía ingresar al salón cristalino realizado por Chorolque, puesto que si ocurría lo contrario, el trato se rompería y habría un castigo. Es así que Wayra trabajó día y noche, hasta conseguir un pequeño orificio en las entrañas de Chorolque y se hizo la luz; cuando llegó el día de la boda, todos los invitados asistieron; estaban Illampu, Illimani, Huayna Potosí y otros invitados cercanos. La fiesta se extendió hasta tres meses, el casamiento fue un éxito, todos estaban felices, pero cuando culminó el festejo, Ubina desapareció, por lo que Chorolque empezó a buscarla; durante toda la fiesta no hubo ninguna discusión, no comprendía el motivo de la desaparición. Ante la desesperación, inconscientemente Chorolque cometió un error, buscó un ‘sirinaku’ o curandero para que a través de éste pueda buscar a Ubina, y como se dijo anteriormente, ningún humano debía saber del trato entre Wayra y Chorolque, sin embargo, con la ayuda de una lámpara, el curandero ingresó al interior del salón cristalino en busca de Ubina, quedó tan fascinado por la belleza del lu-

gar que se quedó atónito, rompiéndose de esa forma el trato entre ambos, pero esto no termina ahí, el curandero siguió buscando a Ubina por los alrededores, ocasionando que la gente se vaya enterando de la desaparición y vayan comentando sobre lo afligido que se encontraba Chorolque, Ubina había vuelto a su lugar de origen; es así que estos personajes, quedaron inmortalizados en enormes montañas cuyas entrañas guardan minerales. Mucho tiempo después, cerca de la montaña, se establecieron los primeros habitantes, se dedicaban al pastoreo de llamas, quienes un día divisaron la presencia de un toro en la cima del Chorolque, nadie sabía cómo un animal de esas características había llegado allí, puesto que el clima era tan desfavorable y ascender a la cima era bastante complicado. Una noche, todos los pobladores se encontraban descansando en sus moradas, y de repente desapareció todo el pueblo, el animal había caído enterrado, no había ningún sobreviviente, según mencionan los relatos orales, ese fue el castigo que recibieron todos aquellos que ayudaron en la búsqueda de Ubina mismos que se enteraron del hecho a causa del curandero.

El pueblo de Chorolque Santa Bárbara.

FOTO: U.E. CHOROLQUE

Cúspide del cerro Chorolque, colección de Bruno Marco Grimaldi año de 1903.


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SEGÚN ESTUDIO

Presión humana redujo ‘a la mitad’ las poblaciones de insectos Las zonas tropicales registraron los mayores descensos de la biodiversidad de insectos relacionados con el uso del suelo y el cambio climático.

El cambio climático y el uso intensivo de la tierra para la agricultura ya han sido responsables de una reducción del 49% del número de insectos en las zonas más afectadas del mundo, según un estudio del University College London (UCL).

E

l estudio, publicado en Nature, es el primero en identificar que la interacción entre el aumento de las temperaturas y los cambios en el uso del suelo está provocando pérdidas generalizadas en numerosos grupos de insectos en todo el mundo, afirman los autores. “Muchos insectos parecen ser muy vulnerables a las presiones humanas, lo que resulta preocupante a medida que el cambio climático se agrava y las zonas agrícolas siguen expandiéndose” señala en un comunicado Charlie Outhwaite, de la UCL.

“ADOPTAR MEDIDAS PARA PRESERVAR LOS HÁBITATS NATURALES” Según la investigadora, las conclusiones de este trabajo ponen de manifiesto “la urgencia de adoptar medidas para preservar los hábitats naturales, frenar la expansión de la agricultura de alta intensidad y reducir las emisiones para mitigar el cambio climático”.

Los científicos comprobaron que los insectos polinizadores son especialmente vulnerables a la expansión agrícola.

La pérdida de poblaciones de insectos podría ser perjudicial no solo para el medioambiente natural, donde los insectos a menudo desempeñan funciones clave en los ecosistemas locales, sino que también podría perjudicar a la salud humana y la seguridad alimentaria, en particular con la pérdida de polinizadores. “Nuestros hallazgos pueden representar solo la punta del iceberg, ya que hay pruebas limitadas en algunas áreas, en particular en los trópicos, que encontramos que tienen reducciones bastante altas en la biodiversidad de insectos en las áreas más impactadas”.

DATOS DE MÁS DE 6.000 LUGARES DIFERENTES DE TODO EL MUNDO Para llegar a sus conclusiones, los investigadores combinaron datos sobre cambios de temperatura y de uso del suelo con datos sobre la biodiversidad de los insectos en más de 6.000 lugares diferentes de todo el mundo, por un período de 20 años. Descubrieron que, en aquellas con una agricultura de alta intensidad y un calentamiento climático considerable, el número de insectos era un 49% menor que en los hábitats más naturales sin calentamiento climático registrado, mientras que el número de especies diferentes era un 29% menor. Las zonas tropicales registraron los mayores descensos de la biodiversidad de insectos relacionados con el uso del suelo y el cambio climático.

MEJOR ESCENARIO: AGRICULTURA DE BAJA INTENSIDAD Y MENOR IMPACTO DE CALENTAMIENTO CLIMÁTICO Descubrieron que, en las zonas con una agricultura de baja intensidad y un calentamiento climático considerable, el hecho de tener un hábitat natural cercano amortiguaba las pérdidas. Cuando el 75% del terreno estaba cubierto por un hábitat natural, la abundancia de insectos solo disminuyó un 7%, frente a una reducción del 63% en zonas comparables con solo un 25% de cobertura de hábitat natural. Muchos insectos dependen de las plantas para obtener sombra en los días calurosos, por lo que la pérdida de hábitats naturales podría hacerlos más vulnerables al calentamiento del clima, explica la UCL. Los investigadores afirman que el declive de los insectos, debido a la influencia humana, puede ser incluso mayor de lo que sugieren sus resultados, ya que muchas zonas con un largo historial de impactos humanos ya habrían sufrido pérdidas de biodiversidad antes del inicio del período de estudio. Además, el trabajo tampoco tuvo en cuenta los efectos de otros factores como la contaminación. Los científicos comprobaron además que los insectos polinizadores son especialmente vulnerables a la expansión agrícola, ya que parecen ser más de un 70% menos abundantes en las tierras de cultivo de alta intensidad en comparación con los lugares silvestres.

FOTO: PEXELS

DW


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