AÑO 2 - N° 56
La morenada articula estatus, lujo y poder
Págs. 6-7
Laguna Ojo del Inca, lugar mítico y legendario
Vida y obra del músico Juan Antonio Rojas Lazcano
‘Unicornio’, el libro que une la poesía con el reciclaje
Págs. 2-3
Págs. 4-5
Pág. 11
FOTO: AHORA EL PUEBLO
DOMINGO 22 DE MAYO DE 2022
2
DOMINGO 22 DE MAYO DE 2022
AVENTUREROS DESAPARECIERON EN SUS AGUAS
Laguna Ojo del Inca, lugar mítico y legendario El repositorio de agua termal es un círculo perfecto y aunque varias cortaderas o sewanqas (planta en forma de plumero) adornan sus orillas, el interior tiene forma cónica. Nobles incas e infortunados aventureros llegaron al lugar, se cuenta que todos perdieron la vida. Ivert Elvis Fuertes Callapino
Enlazado entre paisajes naturales, cerca del pueblo de Tarapaya, municipio de Potosí, una pequeña laguna de agua termal impone respeto a todo aquel que lo visita. El sitio es tan mítico y legendario que a lo largo de su historia, cobró la vida de muchas personas, por lo que infunde miedo a algunos de los visitantes.
V
arios sucesos hablan de aquel lugar, desde nobles incas que llegaron a sus aguas, hasta aquellos relacionados con la súbita partida de infortunados aventureros.
DIRECTOR Marco Antonio Santivañez Soria
LAGUNA EL OJO DEL INCA Le llaman Laguna de Tarapaya, por encontrarse en cercanías de un pueblo que lleva el mismo nombre, pero el denominativo que se impuso desde el siglo XVI, es el de ‘Ojo del inca’, otros la conocen como ‘laguna del inca’. De acuerdo a datos del cronista Bartolomé Arzáns de Orsúa y Vela, la laguna no siempre tuvo esa forma circular perfecta. El año 1.256 cuando dominaba el imperio el cuarto gobernante inca, Mayta Cápac, quien conquistó esos territorios al mando de un numeroso ejército que derrotó a Charcas, se concentró en el valle de Tarapaya y al percatarse de las termas en cercanías del lugar, decide ordenar ensanchar las orillas de esa magnífica laguna. Sus colaboradores dejaron un acabado perfectamente circular, además de explanar todo el recinto, nivelándolo y haciendo el colocado de algunas compuertas para un drenaje que permita controlar el nivel del agua, lo que para la época fue un importante adelanto en relación a la ingeniería hidráulica.
Dos siglos después, el desaparecido historiador potosino Alfredo Tapia Vargas, refería que cuando Huayna Cápac se encontraba en el poder, estableció una política expansionista hacia el norte, su intención fue recorrer todo su amplio territorio y así lo hizo, desde Quito (Ecuador) hasta Tucumán (Argentina), pero “después de su fatigoso y prolongado viaje sintió quebrantada su salud, recibiendo consejo de visitar las termas medicinales de Tarapaya”; es el segundo antecedente que se tiene del arribo del máximo monarca inca en esas tierras.
MÍTICO Y LEGENDARIO Una laguna cuyo trazo es un círculo perfecto, y aunque varias cortaderas o sewanqas (cortadería selloana) adornan las orillas de ese repositorio de agua termal, el interior de la laguna es de forma cónica. La superficie el agua está a 30 grados centígrados, pero a mayor profundidad, aumenta la temperatura.
EDITOR DE CRÓNICAS Estéfani Huiza Fernández
CORRECCIÓN José Antonio Orellana Carpio
Redes Sociales
COLABORARON: Víctor Montoya Claudio Sánchez David Mendoza Salazar Ernesto Flores Meruvia Ivert Elvis Fuertes Callapino
DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN Gabriel Omar Mamani Condo
www.ahoraelpueblo.bo La Paz-Bolivia Calle Potosí, esquina Ayacucho N° 1220 Zona Central, La Paz Teléfono: 2902587
FOTOGRAFÍA Jorge Mamani Karita
3
Mayta Cápac ordena el ensanchamiento de la laguna el año 1256.
Freddy Contreras Chacón trabaja 26 años en la comuna potosina, los últimos 18 años, dedicó su vida como custodio de la laguna de Tarapaya, reiteradamente menciona. “No hay que tenerle miedo a la laguna, hay que tenerle respeto…”, y es que sus ojos fueron testigos de innumerables pérdidas humanas, pero también muy orgulloso menciona que salvó muchas vidas. Su labor principal no es solo cuidar esos predios, sino también proteger a los visitantes, prevenir accidentes, muchos turistas arriban al lugar y suelen acampar en las orillas. Él recomienda no ingresar a la laguna si antes se estuvo bebiendo, ya que la persona, dentro del agua, suele tener calambres que le impiden nadar o hacer maniobras, en ese momento el fenómeno sucede, la laguna presenta un remolino en determinadas horas, mismo que succiona los cuerpos hasta segar-
les la vida, pero también recuerda que en una oportunidad rescató un turista cuando éste ya estaba varios metros bajo el agua, esa no fue la única vida salvada. Según menciona Contreras, fueron más varones los que perdieron la vida en esa laguna; además enfatiza que no cualquiera puede ser custodio de la laguna, las tareas que realiza consisten en salvar vidas, saber nadar y conocer primeros auxilios, una labor que no todos suelen efectuar.
TURISMO Y NATURALEZA Cerca de la zona existen varios ojos de agua que alimentan las piscinas ubicadas cerca del lugar, como el complejo y la piscina comunitaria de Tarapaya que son alimentados con las afluentes de esos ojos de agua; las sierras que rodean el lugar, brindan un espectáculo apar-
te. La imaginación ayuda a identificar varias figuras de animales como un manta raya, un cocodrilo, un cóndor, pero además el mapa de Sudamérica de forma invertida y la figura de la imagen de Jesús. La laguna del Ojo del Inca se encuentra a 26 kilómetros de la ciudad de Potosí, saliendo por la carretera a la ciudad de Oruro. Para llegar hasta el lugar se puede tomar minibuses que salen desde el mercado Chuquimia ubicado en la avenida Universitaria, para ello se debe hacer una parada en el Complejo de Tarapaya y ascender a pie hasta la mítica laguna, también puede contratar el servicio de un taxi, que, a diferencia del primero, lo llevará hasta la misma laguna. En el lugar no existe ningún servicio complementario, por lo que es recomendable llevar ropa ligera, una gorra, gafas de sol, agua embotellada y alimentos.
La mítica laguna “El Ojo del Inca”.
4
DOMINGO 22 DE MAYO DE 2022
FUERA DE LA CAVERNA
El espacio esencial de los sonidos Crónicas presenta la primera parte sobre la figura y obra del compositor y pianista boliviano, Juan Antonio Rojas Lazcano, además de algunas profundizaciones sobre la música.
Ernesto Flores Meruvia
Un cierto aliento de antigüedad. El violín que lagrimea su sonido; el de tu ausencia. Un abrazo del piano en medio del lamento. Dentro de un palacio, una brisa que se deja respirar llorando: acariciando la nariz, el pulmón y finalmente el corazón. Así, el segundo movimiento Yaraví de la Suite Boliviana Op.12 para violín y piano del compositor orureño Juan Antonio Rojas Lazcano, me hace dar cuenta que cada respiro es el recuerdo de una memoria que no es solo mía; sino del colectivo, de la misma tierra, de quienes ya no están, de los que todavía no son. Eso que llamamos Bolivia. Y eso que era, antes de llamarse así.
J
uan Antonio nació en Oruro, ciudad en la que pasó buena parte de su vida. Cuenta con cariño que su abuelo, Félix Lazcano Martínez, tocaba el piano y que además fue él quien le brindó su primer acercamiento con la música y especialmente con el instrumento. De la infancia, Rojas recuerda a los compadres y amigos que solían asistir a su casa los fines de semana. Después de alguna parrillada se iban a la sala, donde estaba el piano. Su abuelo se ponía a tocar música nacional acompañado de la guitarra, el charango y, seguramente también del canto de todos los compadres. Impregnado de ese ambiente e influido por la belleza de la atmósfera que se creaba en su sala, a sus diez años ya empezó a tocar el piano y, con el impulso e incentivo del abuelo, a sus catorce ingresó al Instituto Superior de Música ‘María Luisa Luzio’. Fue precisamente en esa época cuando tuvo el primer contacto con la música de Simeón Roncal. Después de un fructífero primer año académico, su maestra, María Luisa de Goitia, le presentó la partitura de la Cueca N° 15: Decepción. Luego vino Lágrimas, y así las otras cuecas. Juan Antonio
comenta que la conexión que sentía con esa música fue inmediata e impresionante.
UN PIANO PARA DOS Una mañana de un fin de semana, ya con las partituras brindadas por su maestra, se puso a practicar las cuecas. Al oírle su abuelo, sorprendido, se acercó y le contó una anécdota. Simeón Roncal estaría viviendo para ese entonces en Potosí. Le llamaron a La Paz. Por el tiempo que llevaba ese viaje en aquel entonces, obligatoriamente debía pasar por Oruro y quedarse. Resulta que Roncal se hospedó en la casa en la que creció Juan Antonio. Aunque para esa ocasión, él no existía todavía. Su abuelo le contó que el conocido padre de la cueca tocó sus cuecas en el piano la noche en que se quedó en su casa. El mismo en el que Rojas aprendió a tocar. Dice que don Simeón solía pedir un ‘quemadito’ (un traguito de singani flameado). Félix Lazcano contó a su nieto que Roncal tocaba sus cuecas extremadamente lentas. Uno escuchaba y parecía que podía bailarlas, pero no como cualquier otra cueca. El tiempo de sus obras moderaba al sujeto. Así se toca la cueca chuquisaqueña.
5 PRIMEROS ENCUENTROS CON LA MÚSICA La madre de Juan Antonio, Olga Lazcano Mendoza, era cantante soprano y profesora de música. Fue docente y directora en el mismo instituto en el que su hijo se formó y llegó a ser supervisora departamental de educación musical. Estudió en la Escuela Normal de Maestros ‘Mariscal Sucre’ y fue alumna de don Juan Manuel Thórrez Rojas, personaje del que habló a su hijo. Rojas formaba parte del Sexteto Vocal Quirquincho. Cuando todavía estaba en cuarto medio, participó con el grupo en representación de la delegación de Oruro en un festival de música protesta llevado a cabo en la ciudad de Sucre. Además de tocar, el sexteto fue parte del jurado del festival junto a Luis Rico y Matilde Casazola. En esa ocasión fue que, a nombre de su madre, buscó a don Juan Manuel a su casa, que para entonces residía en la calle Loa # 773 (dato corroborado por su hijo Marcelo Thórrez López). Fue tan bien recibido y la buena comunicación tan inmediata que se creó una amistad, pese a la diferencia de edad. Recuerda que en su domicilio había un hermoso piano de cola y un curioso marco en la parte central de su sala que contenía una hoja de un árbol. Ante la pregunta sobre el curioso ornamento, Thórrez le contó que la encontró sobre la tumba de Bach (uno de sus compositores favoritos) en uno de sus viajes a Alemania. En adelante siempre que iba a Sucre y las oportunidades se hallaran favorables, Juan Antonio visitaba al autor del himno al maestro. Del baúl de las memorias resalta un episodio en particular de esas visitas. Un día de esos encuentros el joven Rojas decide comentar, con cierta timidez, sobre la influencia que obtuvo de las grabaciones de Fidel Torricos Cors para su interpretación de las cuecas de Roncal y, en general, de la música boliviana para piano. Thórrez le mira y le
El concierto tuvo lugar en el paraninfo pregunta: “¿ha escuchado la música de ese viejo?”. Ante la afirmativa, vuelve a preguntar: “¿y universitario. Rojas estaba en la sala anterior usted toca como él?”. al escenario. De repente suenan golpes en la El joven que tenía todos los discos de Torripuerta. Abre y era Thórrez que con su estatura cos en su casa, puesto que su abuelo era un gran tapaba a un individuo a sus espaldas: don Mario Estenssoro Vásquez. fan, los había escuchado tanto que incluso ya El joven Juan Antonio casi se muere del pudo sacar su estilo al oído. Por lo que, con absoluta confianza, reitera una respuesta positisusto al verlo. Estenssoro, que había captado va. “Espéreme un momento”, manda Juan Mael pánico del muchacho, le da la mano y le dice nuel. Con emoción, se dirige al teléfono, marca… con una sonrisa: “Hijito, hay que tener miedo “Hola viejo. Ven a mi casa, ahorita”. “Siga tocande los que no saben música, porque de los que do, siga tocando”, le dice a Rojas. sí saben no hay por qué temer”. Así fue el primer encuentro con don Mario. Pasan los minutos y suena el timbre. Abre la Luego del concierto, ampuerta: entra Fidel Torricos bas personalidades se acercon su mandil blanco, venía caron para manifestar sus de su farmacia, ubicada en respectivas congratulacioplena esquina de la plaza 25 nes, ahí el célebre maestro de Mayo. Adentro, en tono tarijeño le hizo una invitaburlesco, Thórrez le dice: Te presento a este ción para una clase al día “Te presento a este muchacho que ha venido de Oruro siguiente. Fue esa primera muchacho que ha y toca como tú; toca tan feo sesión y una más las que venido de Oruro y toca como tú”. Ambos se ríen. pudieron tener; no más. En como tú; toca tan feo Fidel replica: “No pues, no vista de las dificultades que como tú”. puede ser posible. Cómo va surgieron para pasar más a tocar tan feo como yo. Yo clases (don Mario que no tenía certeza de estar siempre no más toco feo”. Juan Antonio entonces toca. El rosen Sucre y Rojas que vivía tro de Fidel se contenta, se pone feliz. “¿Cómo a en Oruro), Estenssoro elaboró una carta de recomendación dirigida a su exalumna que residía un orureño le puede gustar la música de Sucre?”. en La Paz: la maestra Sarah Ismael. EL HUMO DE UN CIGARRO, Juan Antonio la buscó, le entregó la carta e BACH Y EL PIANO inmediatamente tuvo su primera clase de nueLuego de terminar sus estudios en el Instituve y media de la mañana a dos y media de la tarto, Juan Antonio ingresó a la Escuela Normal de de. La primera lección: Pozzoli y Bach. El humo Maestros ‘Ángel Mendoza Justiniano’ de Oruro. se hacía cada vez mayor a medida que pasaba Una vez, en ocasión del aniversario de la Normal la clase. La maestra no paraba de fumar sus cigarros. Sin avisar, llegaba la nube de su pucho. de Sucre, decidieron mandar una delegación a la “¿Qué pasa? ¿Usted no fuma?”. De esa manera capital. De ese modo, como pianista del coro, empezó otra etapa de estudios pianísticos para Rojas visitó la ciudad por segunda ocasión. No la que tenía que viajar tres horas desde Oruro a sin antes avisar por medio de una carta a don La Paz. “Y Doña Sarah me ha hecho amar Bach”, Juan Manuel, ya que en esta oportunidad había dice Rojas soltando un suspiro. preparado un repertorio para piano solo.
6
DOMINGO 22 DE MAYO DE 2022
NO SE BAILA A
Morenada: Danza rebelde s
“La Morenada nunca pasará de moda. La Morenada es ‘Pacha baila en las calles, en los grandes salones, de donde
David Mendoza Salazar ¿QUÉ IMPLICA DANZAR? La función reveladora de la danza está en la representación social y su puesta en escena en la fiesta. Desde enfoque del pensamiento matraca del eterno retorno. La danza no es posible aislarla del proceso social y cultural de los actores. Por eso, toda interpretación de su significado debe partir analizando el contexto, contenidos, funciones, poder, política, género, sexualidad, filosofía del significado y la estructura de clases. Toda danza aparece asociada a momentos constitutivos, reproductivos y de continuidad histórica de la comunidad. Desde sus orígenes, el baile como la música expresaron actitudes de rebeldía, identidad, corporalidad, motivaciones sociales ligados a creencias religiosas vivencias, anhelos, rituales, mitos del eterno retorno. Por tanto ¿qué es la danza de la morenada desde el pensamiento matraca del ciclo ritual y festivo del eterno retorno?
EL PENSAMIENTO MATRACA La morenada es expresión ritual del patrimonio cultural de los paceños y bolivianos. Es una recreación de origen aymara, chola, de rebeldía y contestaría contra el orden establecido. Más allá si es de Oruro, La Paz o Potosí, es boliviana. Los plagios de parte de otros países remarcan la identidad de esta danza, como parte del acervo boliviano La matraca marca la identidad social y cultural de la danza ritual de la morenada, evoca la fiesta, es un instrumento musical muy particular que no tiene comparación con otro. Presenta un movimiento contradictorio de contragiro circular, mientras giras con la mano a la derecha el instrumento va a la izquierda. Sin matraca no hay música ni danza de la morenada. Desde este punto de vista propongo que hablemos del pensamiento matraca del a-muyu/circular, es decir, del ciclo de la vida no-lineal sino circular. Por eso, sostengo que ese pensamiento tiene que ver con el
enfoque metodológico sobre la ritualidad de la fiesta ligada a la vida social del ser andino aymara, quechua y mestizo. Sabemos que danzar en comunidad es organizar la fiesta de acuerdo al ciclo ritual festivo agrícola y católico, es practicar la reciprocidad con los ancestros, encontrarse con la comunidad y fomentar la solidaridad de manera constante, es un periodo recurrente del ciclo vital humano: nacimiento, vida, muerte y retorno; así como el ciclo agrícola: tierra-semilla-crecimiento-alimento, que se hace en el contexto de jallupacha/lluvia y juipipacha/seco.
7
ASÍ NOMÁS…
seducida por el capitalismo
a’ (tierra). En sus inicios fue una danza discriminada, ahora se e ya no podrá salir”. (José “Jach’a” Flores, 09.1996),
RECUPERAR LA REBELDÍA DE LA MORENADA
LA GENEALOGÍA DE LA MORENADA La morenada cuyos gestores fueron los aymaras de la zona lacustre del altiplano paceño, está inscrita en la arqueología rupestre en Chirapaca (prov. Los Andes) en siglo XVIII. Ya los cronistas de fines del siglo XIX, describen danza de morenos que satirizan artesanos a criollos y españoles. Los artesanos aymaras hábiles creadores inventaron la danza para escenificarlo mimetizándolo bajo la ‘máscara de negro’ que simula al esclavo rebelde frente al poder del amo. El contexto cultural y espacial de producción fueron fiestas que se realizaban en el calendario patronal católico. Los devotos ‘pasantes’ ofrecían la danza del moreno a patronos y vírgenes. En la fiesta del Gran Poder (1964) los bordadores fundaron la morenada de Amaba. A partir de ese entonces surgieron mo-
renadas; Tupak Katari, residentes de Achacachi, Ejes fanáticos, Residentes de Cumana, Vacunos; en ese entonces, la danza no estaba a la moda, como ahora, la más bailada y escuchada que es sinónimo de prestigio, estatus, lujo y poder. Durante muchos años la morenada y las clases subalternas que la representaban sufrieron discriminación cultural y racial de la casta señorial oligárquica paceña. Esa discriminación se revertió cuando sucedió la rebelión de los morenos en 1975, ingresando como Katari/ piente mitológica devorándose sera la casta señorial, clase mediera, con el poder de la fiesta chola y aymara, Desde ese momento Chuquiago Marka ya no es la misma, se hechizó mágicamente con el retorno al mito de “volveré y seré millones”, redescubriéndose el poder de la danza y música como dispositivo de encontrarse con la comunidad y las deidades.
La danza de la morenada desde su origen fue rebelde y contestaria. La clase chola y migrantes aymaras encarnaron una danza que ridiculizaba al amo/español y esclavo/negro colonial. No fue una sátira simple sino cargada de ironía y critica a los invasores q’aras y sus descendientes. Bailar moreno era ascender de clase para cuestionar el poder, luchar por el espacio público de la ciudad que marginaliza, era legitimarse como sujeto político y reinventarse como devoto de los achachilas de la montaña, por eso adoptaron al Tata del Gran Poder de los tres rostros de la Trinidad andina para conjurar desde el misterio la sagrada wara wara chakana (Judith) y la abundancia. Es necesario recuperar el sentido histórico y significado de la morenada que es danza de migrantes, cholos mestizos aymaras que hacen la comunidad de los fraternos, reciprocidad y ayni con las deidades, espiritualidad con la pacha, solidaridad con la familia, agradecimiento a la ‘pacha’ de la trinidad andina por tiempo de cosecha y abundancia. No es posible acomodarse al sistema de consumo, comercio, lucro, distinción, estatus y explotación. ¡Basta de ser funcional desde la cultura y el folklore al capitalismo depredador! Es tiempo de la revuelta social recuperando el pensamiento matraca del eterno retorno a nuestros ancestros, que nos legaron el cuidado de la pachamama y la vida misma. Recuperar la memoria colectiva y escuchar las voces de la piedra-illa que nos habla que danzar y escuchar música es agradecer, sanarse, encontrarse con el cosmos, la mama paxsi/Luna, el tata Inti, la wara wara Chakana. Es hora de darle vuelta a la matraca para recuperar la memoria y el tiempo sagrado para vivir el presente decadente, recobrando la sencillez, devoción y el amor … ¡porque no se baila así no más!
8
DOMINGO 22 DE MAYO DE 2022
DEFENSOR DE LA JUSTICIA Y LOS RECURSOS NATURALES
Héctor Borda Leaño, el poeta social de Bolivia Ese importante vate de la poesía social boliviana, que escribió hermosos versos dedicados a los mineros, mitos, leyendas y tradiciones ancestrales, no dejó de cultivar una lírica sentimental y romántica. Víctor Montoya
Héctor Borda Leaño (Oruro, 1927 – Malmoe, Suecia, 2022). Autor de los libros premiados ‘El sapo y la serpiente’ (1965), ‘La challa’ (1967) y ‘Con rabiosa alegría’ (1970). Indiscutible defensor de la justicia social y los recursos naturales, y, aunque en su juventud militó en la Falange Socialista Boliviana, FSB, de Óscar Únzaga de la Vega, en su edad madura asumió como suyos los ideales del socialismo marxista. No en vano, después de haber sufrido varias veces la persecución y el exilio, pasó a militar en las filas del Partido Socialista Uno, PS1, fundado por Marcelo Quiroga Santa Cruz en mayo de 1971.
S
u larga trayectoria como político y poeta está avalada por quienes lo conocieron desde sus años mozos en Oruro, la ciudad donde nació y se proyectó como una de las figuras señeras de la poesía social de Bolivia, junto a Alcira Cardona Torrico, Alberto Guerra Gutiérrez y Jorge Calvimontes y Calvimontes. A mediados de los años 1940, se integró a la segunda generación del movimiento literario ‘Gesta bárbara’, constituido por escritores e intelectuales inspirados por el simbolismo brutal y el compromiso social en el ámbito literario.
AMISTAD CON MARCELO QUIROGA SANTA CRUZ Nunca olvidó su estrecha relación con el líder socialista, a quien admiraba y respetaba como a nadie en el panorama latinoamericano, no solo porque le impresionó desde la primera vez que le conoció, con su aguda inteligencia y su impecable retórica, sino también porque le impactó, en una casual tertulia de amigos, con sus versados conocimientos en poesía nacional e internacional. Todo esto me lo contó el mismo Borda Leaño, mirándome a través de sus lentes con el brillo de sus enormes ojos,
Víctor Montoya, Héctor Borda Leaño y Alberto Guerra.
apenas abordamos la vida política y el quehacer literario de Marcelo Quiroga Santa Cruz, quien fuera una de las figuras emblemáticas en la recuperación de la democracia secuestrada por las dictaduras militares y una de las mentes más brillante de la intelectualidad boliviana. Durante el periodo de la recuperación de la democracia y cuando el Partido Socialista Uno, PS-1, perdió a su histórico líder, quien fue asesinado y desaparecido en el golpe militar del 17 de julio de 1980, Borda Leaño, que por entonces se encontraba en Suecia, acudió a la convocatoria del PS-1 para ejercer como senador de la República entre 1982 y 1985, aunque ya una década antes se desempeñó como diputado en la Cámara Baja del Parlamento.
ENCUENTRO DE ESCRITORES EN ESTOCOLMO Lo traté de cerca durante la realización del Primer Encuentro de Poetas y Narradores Bolivianos en Suecia, que se celebró en Estocolmo, a mediados de septiembre de 1991; ocasión que permitió conocernos mejor, conversar sobre temas de interés común y, sobre todo, ahondar en una entrañable amistad, que mantuvimos desde entonces por correo y llamadas telefónicas.
9
Recuerdo que la tarde que visitamos las instalaciones de la Sociedad de Escritores Suecos, nos detuvimos en el patio de la entrada y, decididos a aprovechar el sol que caía con todo su esplendor, nos acomodamos en un sitio para beber unas cervezas enlatadas y conversar a mandíbula suelta. Héctor Borda Leaño y Alberto Guerra Gutiérrez, que fueron contertulios desde la juventud recordaron las veces en que, durante los gobiernos de Víctor Paz Estenssoro y René Barrientos Ortuño leían poesías subversivas en locales clandestinos, donde algunos mineros, con fusiles al hombro, hacían de centinelas en la puerta.
LA POESÍA COMO ARMA DE REBELIÓN Héctor Borda Leaño alisándose los mostachos y arreglándose la visera de su gorra, afirmaba que las poesías no conocen barrotes que la encierren ni balas que la maten, porque son como las aves que vuelan más mientras más se las quiere atrapar. Alberto Guerra Gutiérrez, a tiempo de encender un Astoria que se llevó en una cigarrera desde Oruro, asentía con la cabeza, como coincidiendo con las palabras de su dilecto amigo y, mientras echaba bocanadas de humo, añadía que la poesía servía también como arma de rebelión en tiempos de dictadura; una definición que ponía de manifiesto el social asumido por estos dos poetas identificados con las luchas y aspiraciones de su compromiso pueblo.
SU RETORNO A BOLIVIA
exilio y hasta en los momentos en que juntaban sus almas enamoradas al son de la música y las palabras, porque mientras Héctor Borda Leaño leía sus versos, luciéndose con su templada voz de presentador radial, su esposa le acompañaba con una música de fondo, arrancándole a la zampoña sus mejores melodías. Ese importante vate de la poesía social boliviana, que escribió hermosos versos dedicados a los mineros, mitos, leyendas y tradiciones ancestrales, no dejó de cultivar una poesía sentimental y romántica, como la que plasmó en ‘Poemas para una mujer de noviembre’ que, sin lugar a dudas, revela las virtudes, el amor y coraje de su señora esposa, quien no alcanzó a conocer la edición de esta obra, que fue publicada recién en 2013. La prensa nacional, leída casi siempre en su versión digital y a través de la red de Internet, me dio una grata noticia el día en que el Estado boliviano, en reconocimiento a su larga y meritoria trayectoria, le otorgó la Medalla al Mérito Cultural ‘Marina Núñez del Prado’ en 2010, junto al escritor Jesús Urzagasti y el poeta Antonio Terán Cabero, puesto que se trataba de una distinción merecida para cualquier trabajador de la cultura, sea éste cultor de las artes, la música o las letras.
LA PUBLICACIÓN DE SUS OBRAS
Después supe que él, tras la muerte de su esposa, acaecida en la ciudad sureña de Malmoe, retornó a Bolivia, con las cenizas de su eterna y amada compañera, quien, desde el día en que decidieron formar una familia, lo acompañó en las buenas y en las malas, en los periplos del
Mayor fue mi alegría cuando supe que sus creaciones, reunidas en ‘Poemas desbandados’ (1997) y ‘Las claves del comandante’ (1998), fueron publicadas en Bolivia; dos poemarios que, en su gran mayoría, fueron escritos durante su estadía en Argentina y Suecia; dos poemarios
Encuentro de escritores bolivianos en Estocolmo, 1991. Héctor Borda de pie, derecha.
Héctor Borda Leaño, uno de los poetas sociales de Bolivia.
que, como todos sus libros, demoraron en elaborarse en su mente, en salir de su tintero y en llegar a manos de los lectores, puesto que Héctor Borda Leaño correspondía a esa categoría de autores que escriben con paciencia, dedicación y gran sentido autocrítico. Convencidos de que escribir buenos versos no es lo mismo que fabricar chorizos, por cuanto el poeta, sobre todo el verdadero poeta, hecho de hipersensibilidades e intuiciones lingüísticas, es capaz de trabajar con el lenguaje coloquial, pero también con el lenguaje que juega con las metáforas, las figuras de dicción y la prosodia de las palabras; recursos propios del género más exigente de la literatura, donde la belleza del poema depende de la sensibilidad y experiencia escritural del artista de la palabra escrita.
OTRA VEZ RUMBO A SUECIA Tiempo antes que yo retornara a Bolivia, Héctor Borda Leaño hizo maletas y, apoyándose en el bastón que adquirió en La Paz, abordó un avión con destino a Suecia, probablemente porque ese país escandinavo, que lo recibió con los brazos abiertos y solidarios cuando se asiló en 1977, y donde disfrutaba del cariño de amigos y conocidos, lo atrajo otra vez con sus encantos, su buena atención médica, su seguridad social y, claro está, porque en esas tierras de Odín, a cuyas sagas mitológicas Ricardo Jaimes Freyre le dedicó todo un libro en versos libres, residían sus hijos y nietos, junto a quienes exhaló el último suspiro de su vida. Una vida que vivió con pasión, sabiduría e intensidad, propia de los grandes poetas.
10
DOMINGO 22 DE MAYO DE 2022
PRESERVAN LA HISTORIA
Las imágenes del 2008 en Sucre La repetición de las escenas en varias pantallas, primero como noticia, y después como apropiación de éstas sirvieron para la elaboración de distintos materiales audiovisuales que son parte del patrimonio más oscuro de los últimos años. Claudio Sánchez
No tendría sentido dejar pasar la historia y hacer como si nada hubiera sucedido. No sería coherente hacer la mirada a un lado y evitar enfrentar aquellos hechos que marcaron el presente. O cerrar los ojos, pegar un grito de esos ensordecedores, que también ayudan a no ver.
S
in embargo, hay quienes trabajan la desmemoria, porque de ese modo aseguran las formas de preservar la inalterabilidad de los procesos sociales, convirtiéndose así en agentes de la anulación y el silenciamiento -cómo no, haciendo invisibles- todos aquellos episodios que nos permiten ser lo que somos.
¿QUÉ SUCEDIÓ EL 24 DE MAYO DEL AÑO 2008? En la ciudad de Sucre, un grupo de campesinos fue obligado a besar el suelo de la Plaza 25 de Mayo. Fueron forzados a marchar semidesnudos y arrodillarse frente a los edificios que son símbolos de la República. Se quemaron whipalas y se les impuso hacer ciertos juramentos frente a la bandera tricolor. Aquel día el ex presidente Evo Morales tenía que hacer entrega de ambulancias,
y su llegada al estadio Patria fue obstaculizada, de esa manera, quienes lo esperaban fueron sometidos a esa serie de actos violentos. Las imágenes de todo eso forman parte del imaginario colectivo nacional. Su repetición en diferentes pantallas, primero como noticia, y luego como apropiación de éstas para la realización de distintos materiales audiovisuales que son parte del patrimonio más oscuro de los últimos años. Sin embargo, el registro documental ‘in situ’ que consigue hacer César Brie, como parte de un hecho casual y fortuito son las más importantes y quizás las más difundidas de todas. Brie elaboraría a partir de esos registros el documental ‘Ofendidos y humillados’ (2008) mediante el montaje que hace Javier Álvarez, se rehace la historia desde el lugar en el que sucede el atropello general. La importancia de ‘ordenar’ el relato, y dejar de lado la posibilidad de tener las imágenes sueltas y descontextualizadas, hace que se vuelva a reflexionar sobre la importancia de dejar testimonio más allá de la inmediatez de los hechos. Hacer una película tiene esa cualidad. Permite se pueda preservar, y poner en valor una vez más la propia historia. El cine otorga esa posibilidad y el documental donde se halla, actualmente, la mayor riqueza audiovisual del país brinda las herramientas para volver al hecho. Recuperar esas imágenes para su debate es siempre una tarea urgente cuando se entiende la necesidad de profundizar los procesos de cambio.
De las imágenes, en una pantalla, se puede aprender y de ese modo enseñar. Porque más de diez años después de aquello hay quienes no tienen referencias de lo que sucedió. Y esa ausencia de imágenes y relatos reproducen las maneras más primitivas de la dominación. Hacer cómo si nada hubiera sucedido da paso a que esto pueda repetirse en cualquier momento. Los hechos de 2019 son una clara muestra de lo expuesto. Verse en una pantalla, reconocerse en quienes están siendo sometidos a distintos vejámenes, le otorga a quien ve lo que sucede un empoderamiento que no ocurre cuando las imágenes desaparecen. El llamado es a seguir ordenando las imágenes de nuestro pasado más reciente. Hay urgencias de ver más entre tantas otras imágenes que no vemos. Si bien es importante seguir haciendo los registros, es coherente con cualquier discurso ir un paso más allá e intentar dejar nuevos referentes de lo que nos va sucediendo, solo de ese modo se puede narrar una historia, únicamente cuando el entusiasmo deja se ser solo una pulsación extraordinaria y se le da continuidad a un trabajo es el momento en el cual se trasciende. Hay que insistir con la memoria, con las luchas más importantes. Desde el 2009, y mediante Ley desde el 2011, el 24 de mayo se establece como el Día contra el Racismo y toda forma de Discriminación. Es un momento para deconstruirse como boliviano, pero es un día también para insistir con la profundización de la gestación de una nueva sociedad.
11
DEL ESCRITOR RAMIRO JORDÁN
Unicornio, el libro que une la poesía con el arte de reciclar El autor considera al texto, uno de sus libros favoritos, pues en el incluye sus dos pasiones, la escritura y la escultura para lo cual utiliza material en desuso que encuentra en las calles.
Ramiro Jordán
El escritor cruceño Ramiro Antonio Jordán presenta a continuación un poema extraído de su libro ‘Unicornio’; el texto está compuesto por 82 poemas, cada uno ilustrado por una escultura hecha con material de reciclaje.
‘
Unicornio’ (2017) es el segundo libro publicado del escritor independiente que comercializa sus libros, de forma personal, en ferias y eventos culturales. “Una vez más compruebo que el escribir hermana al mundo, culturas y porque no decirlo civilizaciones, como dije alguna vez los escritores somos una tribu de gentes diferentes y de sensibilidades distintas; la poesía me llegó al alma y cambió mi visión de la humanidad”, sostiene el autor.
UNICORNIO Recuerdos de infancia. Sueños de adolescencia. Hoy destino de otras vidas. Fiel porque siempre estás en mí. De mundos color magenta. De cascadas multicolores. De ríos de fuego y ave fénix que renacen. De dragones que te guían en un vuelo hacia el nunca jamás. Tu único cuerno me remonta por mundos desconocidos. Mundos de elfos, mundos de brujas encantadas, de marmitas de oro. Mundos de pigmeos cantores que dibujan las notas en un aire de retama. Mundos donde llegan los sueños de mi corazón desquiciado. Hoy te veo de multicolor alistando sueños. Tus crines impacientes alborotan inquietas esperas, solo esperas para partir con mi peso en tus grupas con tu cuerno señalando la estrella de Orión. Para ir cabalgando en esta noche de suspiros y sueños.
SOBRE EL ESCRITOR Entre sus libros publicados están; ‘Anoche el cielo se incendió’; ‘Unicornio’, libro de poesía; ‘El latido de mis huellas’; ‘Anverso y reverso’ (escrito junto a Eliana Sosa que une varios géneros literarios); ‘Solo porque sí’ (libro digital) Actualmente prepara un libro de poesía castellano-guaraní y otro de microficción. “Mi proyecto es seguir en esta loca aventura (poco entendida) pero muy feliz de ser parte de ella”. Para adquirir el texto puede comunicarse al número (591) 70899634.
12
DOMINGO 22 DE MAYO DE 2022
¿TE PERDISTE LA LUNA DE SANGRE?
Así ocurrió el espectacular eclipse lunar
Redacción Central
U
n eclipse total perfecto no volverá a ser visible hasta el 2029. El eclipse lunar es un evento astronómico que ocurre cuando nuestro planeta impide que la luz del Sol llegue hasta la Luna. Esto genera una ligera sombra que oscurece al satélite natural. La Luna totalmente eclipsada adquiere un color rojizo oscuro (de acá proviene el famoso nombre “Luna de sangre”), debido a la separación de la luz refractada por la atmósfera del planeta Tierra. El 15 de mayo este espectáculo astronómico fue visible. Este evento pudo ser observado en nuestro cielo durante varios momentos, gracias a que estuvo despejado. La “Luna de sangre” ocurrió entre la noche del 15 y la madrugada del 16 de mayo. Para las ciudades de La Paz y El Alto el eclipse lunar llegó, a su máximo esplendor, a las 23:41 del pasado domingo. Si bien es cierto que el eclipse comenzó a las 21:32, el momento más importante del evento -el ingreso a la parte más oscura de la sombra- se dio a las 22:27 del domingo y acabó a las 01:55, de madrugada. El fenómeno finalizó totalmente a las 02:50 del día lunes 16 de mayo.
FOTOS: AHORA EL PUEBLO / ANDINA