AÑO 2 - N° 60
Las magníficas creaciones de Miro Coca
Págs. 2-3
La conquista de los derechos políticos y civiles en Bolivia
Recuerdo de una feria en la ciudad de El Alto
Un corazón para un piano. Sobre la obra de Frédéric Chopin
Págs. 4-5
Pág. 7
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FOTO: MIRO COCA LORA
DOMINGO 19 DE JUNIO DE 2022
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DOMINGO 19 DE JUNIO DE 2022
SU ESTILO ES SURREALISTA Y FIGURATIVO
Las magníficas creaciones de Miro Coca El artista de origen boliviano, nacionalidad sueca y pensamiento universal combinó las artes visuales con acordes musicales. Sus obras demuestran que el arte visual, como la música y el amor, son un vehículo de la fantasía y la necesidad existencial, que rompe con los marcos espaciales y temporales. Falleció a los 58 años el 5 de mayo de 2022. Víctor Montoya
Las plataformas digitales que albergan la obra de Miro Coca Lora son una verdadera fiesta para los aficionados a las artes visuales. En todas sus secciones, ordenadas por categorías y alto sentido estético, destacan la impronta de quien, con la fuerza de la creatividad, logra resultados que conmueven y convocan a la reflexión debido a su gran valor artístico.
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unque Miro Coca Lora nació en Cochabamba, en 1964, residió en Estocolmo, Suecia, desde 1977; país al cual llegó junto a su familia, en una época en que la dictadura militar de los años 70 perseguía, encarcelaba, desaparecía y exiliaba a sus opositores políticos. De modo que la formación de este forjador de las artes visuales tiene más relación con la cultura escandinava que con la cultura de su país de origen. El artista, inspirado por las criaturas de su fuero interno, se funde con sus temas y personajes en cada una de sus creaciones, pero con un toque personal, que tiende a explayar las técnicas y los recursos más variados en el ámbito de la pintura, fotografía y el videoclip. No cabe duda de que estamos ante un artista que ha encontrado un lenguaje propio, que pone de manifiesto su sensibilidad para combinar las artes visuales con los acordes musicales.
MÚSICA Y AMOR, VEHÍCULO DE LA FANTASÍA Los temas son tan variados que el espectador parece tener ante sus ojos un magnífico caleidoscopio, donde las figuras, paisajes, rasgos, detalles y colores dan la sensación de convivir en un escenario en el cual reina el dinamismo y la armonía. Aunque en algunos cuadros, fotografías y videoclips se ensaya una pirotecnia cromática que deslumbra la vista e irradia la mente del espectador. Estas creaciones, vistas desde cualquier ángulo, resultan ser una suerte de desafío contra la lógica y la razón, pues muestran un entorno donde el estilo surrealista y figurativo forman una perfecta mancuerna, induciendo a contemplar un territorio imaginado por el artista, quien está consciente de que cada cuadro, fotografía y videoclip debe ser una criatura del alma, capaz de transmitir los pensamientos y sentimientos de su creador.
DIRECTOR Marco Antonio Santivañez Soria
CORRECCIÓN José Maria Paredes Ruiz
Redes Sociales
EDITOR DE CRÓNICAS Estéfani Huiza Fernández
DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN Gabriel Omar Mamani Condo
COLABORARON: Luis Oporto Ordóñez Víctor Montoya Daniel Averanga Erika Shirley Uyuni Hinojosa
FOTOGRAFÍA Jorge Mamani Karita
www.ahoraelpueblo.bo La Paz-Bolivia Calle Potosí, esquina Ayacucho N° 1220 Zona Central, La Paz Teléfono: 2902587
3 que había tomado en medio de la naturaleza sueca, con sus límpidos lagos y sus exuberantes bosques, donde las luces y las sombras tienen su propio espectáculo durante las cuatro estaciones del año. Siempre pensé que lo hacía para transmitirme la belleza natural de un país que, en tiempos de las dictaduras militares, nos acogió a los bolivianos con los brazos abiertos, brindándonos la oportunidad de realizarnos en el plano humano y profesional. Las fotografías que me enviaba no eran otra cosa que un motivo para recordarme, con reminiscencias de profunda nostalgia y tiempos pretéritos, las innumerables veces que paseamos por la naturaleza protegida de Tyresö, donde vivían nuestros padres, hermanos y conocidos. Miro Coca Lora era un fotógrafo autodidacta, un ser dotado de una sensibilidad privilegiada, que le permitía apreciar la belleza allí donde los demás no veíamos más que una realidad cotidiana y “normal”. No faltaron las veces en que, ingresando a las plataformas digitales (Facebook, Blogspot, YouTube, Myspace, Instagran y otras), donde tenía sus cuentas siempre actualizadas, pude constatar su frenética labor de creador de imágenes que deslumbraban por su forma y colorido, a partir de pintuFOTÓGRAFO ras o fotografías que él poAUTODIDACTA nía en movimiento, como Si lo recuerdo ahora es portantos de sus videoclips que que no está ya con nosotros y llamaban la atención de propios Miro Coca Lora porque hace poco volví a mirar uno y extraños. Se trataba de imágenes de sus cuadros, contextualizado en una cargadas de ilusiones ópticas, que engañaban al sentido de la vista y daban la opción fiesta de mascarada familiar, donde todos portaban disfraces de lo más variopinto. Esa fue de percibir la realidad de manera distorsionada, como si los ojos estuvieran encandilados la ocasión en que Miro Coca Lora captó el momento en que yo lucía una capa y un antifaz tras ver una luz intensa y poderosa. No cabe al mejor estilo de los superhéroes enmascaraduda de que sus imágenes, trabajadas con las dos de las películas y revistas de serie. Tiemnuevas tecnologías digitales y las aplicaciones po después, cuanto lo visité en su apartamentécnicas del Photoshop, daban la vertiginosa to, donde solíamos reunirnos para conversar sensación de ambigüedad de los objetos retratados, debido a que la intención del artista era y compartir entre amigos, me lo enseñó esbozando una sonrisa pícara, pero orgulloso de provocar en el espectador una suerte de alucinación, con imágenes que no eran claramente haber logrado detener un instante inolvidable, que él supo plasmar con pinturas al óleo, perceptibles por el ojo humano, consciente de sin más recursos que un caballete, unos pinque el cerebro sólo puede asimilar o concenceles y una férrea voluntad de pintor obsesiotrarse en un objeto a la vez, y no en varios que nado por retratar los motivos que le llamaban suelen ocasionar confusión, hasta que este entra en desorden y el sentido visual distorsiona poderosamente la atención. la imagen observada, ya sea en lo relativo a la Algunas veces, mientras menos me lo esperaba, me enviaba, a través de mi correo electróforma, el color, la dimensión y la perspectiva. nico y en formato JPG, las últimas fotografías
En este sentido, Miro Coca Lora es un artista a carta cabal. Ahora sólo falta que sean cada día más los espectadores que lo descubran. Ojalá su blog personal ayude a difundir esta obra en la que se funden la pasión, la creatividad y el amor por el arte. Gran parte de su trabajo, revestido de un carácter ecléctico, combina las técnicas pictóricas tradicionales con las modernas tecnologías digitales, que le ofrecen no sólo mayores posibilidades de difusión de sus creaciones, sino que, al mismo tiempo, le permiten experimentar con una serie de herramientas y dispositivos que no requieren necesariamente del uso del lienzo, la paletas y los pinceles, ya que todos los instrumentos de trabajo, aparte de la amplia pantalla de cristal líquido, están instalados en el disco duro de la computadora. Este artista de origen boliviano, nacionalidad sueca y pensamiento universal era un buen ejemplo del individuo cosmopolita empeñado en demostrarnos que el arte visual, como la música y el amor, es un vehículo de la fantasía y la necesidad existencial, que rompe con los marcos espaciales y temporales, con la misma facilidad con que un caminante invisible rompe con las fronteras nacionales.
CORAZÓN ENAMORADO DE LA LIBERTAD Y LA JUSTICIA Paralelamente a su polifacético quehacer laboral y artístico, convencido de su militancia en las filas de los movimientos de izquierda, se dedicó a crear, sin que nadie le remunerara por su trabajo, la página web de Motstånd (Resistencia), una publicación de la juventud trotskista de Suecia, y la página Web de MASAS.nu del Partido Obrero Revolucionario de Bolivia. Su interés por la actividad política le nació en la niñez, mientras vivía en la población minera de Llallagua, donde aprendió a captar las emociones del alma y el galopar del corazón enamorado de la libertad y la justicia. Estaba marcado por los conflictos sociopolíticos que experimentó el país durante los años ‘60 y ‘70 de la pasada centuria. No en vano, desde su más tierna infancia, conoció la represión política de los gobiernos de René Barrientos Ortuño y Hugo Banzer Suárez, cuyos chacales, con los rostros cubiertos con pasamontañas y armados hasta los dientes, allanaron su casa en varias ocasiones so pretexto de apresar a su padre, que era dirigente minero y militante porista, e incautar materiales subversivos; una situación de terror y zozobra que le causó traumas por el resto de sus días, pero que, a la vez, le despertó su conciencia política y su interés por difundir los ideales de los hombres y las mujeres que luchaban por conquistar mejores condiciones de vida y trabajo. Es probable que no fue el mejor compañero para las mujeres que él conoció en España, Italia, Brasil y Suecia, pero se puede aseverar que fue un padre preocupado por el bienestar de sus hijas, aunque la suerte no siempre jugó a su favor sobre todo cuando las adversidades lo zarandeaban sin contemplaciones, como cuando era atrapado por los embrujos del alcohol que, de cuando en cuando, se tornaba en su principal enemigo. Mas no por eso se daba por vencido; por el contrario, recobrara nuevos bríos y se ponía a trabajar con ahínco, como quien sale de un oscuro túnel y vuelve a vivir la vida con frenesí y regocijo. Era una persona de sentimientos nobles, siempre dispuesto a ayudar a quienes lo requerían, sin pensar dos veces ni recibir retribuciones a su favor. Miro Coca Lora fue el hijo preferido de su señora madre, en quien encontraba todo el cariño y protección que necesitaba para enfrentarse a los conflictos que le planteaba la vida. Ella lo adoraba sin condiciones y lo defendía a capa y espada, como sólo una madre sabe hacerlo cuando se trata de poner a salvo la integridad de su hijo. Nunca dejó de darle sabios consejos ni alentarlo cuando más lo precisaba, hasta el fatídico día en que ella balbuceó por última vez y entornó los ojos para siempre. Desde entonces, el artista se hundió en un insondable dolor y la congoja se le apoderó del alma, dejándolo más desamparado y vulnerable que nunca. Con todo, Miro Coca Lora vivió con la ilusión de convertirse, alguna vez, en un artista a tiempo completo, pero las necesidades existenciales lo obligaron a trabajar en instituciones que estaban al cuidado de personas con capacidades diferentes. Era una labor que le daba muchas satisfacciones, pero que le restaba tiempo, un apreciado tiempo que él pudo haber aprovechado para convertirse en un consumado creador de las artes plásticas y visuales. Sin embargo nunca perdió las esperanzas de que, ni bien alcanzara la edad para jubilarse, se dedicaría de lleno a su actividad artística, pero la muerte no supo darle más tiempo, le pisó los talones a los 58 años y se lo llevó hacia el parnaso, donde moran los seres que nacieron para deleitarnos con sus creaciones hechas de luces, sombras y colores, parecidas a los discos cromáticos de la vida misma, de la vida que tuvo Miro Coca Lora cerca de sus familiares, amigos y seres queridos, aunque lejos de la tierra que lo vio nacer, ya que no falleció en Bolivia, sino en Estocolmo, Suecia, el 5 de mayo de 2022.
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LARGA BATALLA
La conquista de los derechos
La histórica Constitución Política del Estado promulgada el 7 de los pueblos indígenas de Bolivia, zanja un dilema sec Luis Oporto Ordóñez
En efecto, la República de Bolivia se erige sobre la base de un régimen segregacionista y patriarcal que excluye a indios y mujeres de la condición y cualidad de la ciudadanía. Garantiza a un grupo minúsculo de la sociedad el goce de derechos civiles y políticos para “concurrir como elector o elegido a la formación o al ejercicio de los poderes públicos” y para la “admisibilidad en las funciones públicas”.
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a condición no era sólo saber leer y escribir, sino “tener algún empleo o industria, profesar alguna ciencia o arte, sin sujeción a otro en clase de sirviente doméstico”, como cruel paradoja, esa misma Constitución ordenaba que “solo los que sean ciudadanos en ejercicio, pueden obtener empleos y cargos públicos”. Los avances constitucionales fueron dramáticos y con un alto costo social, pues la protesta era respondida con cruentas masacres y represión. En 1851, Manuel Isidoro Belzu convoca a una Convención Nacional que sepulta la Constitución de 1831 y sanciona un régimen garantista de los derechos ciudadanos, civiles y políticos, sin excepción, hecho que conmociona a la clase dominante. La Constitución declara que “todo hombre nace libre en Bolivia: todo hombre recupera su libertad al pisar su territorio. La esclavitud no existe ni puede existir en él”, con lo que anula dos bases esenciales del Estado latifundista: el pongueaje de la hacienda y el esclavismo de la población negra afrodescendiente; cierra el ciclo legalista al prescribir que “a la edad de veintiún años tienen los bolivianos la capacidad de ejercer los derechos políticos y civiles”. Tan avanzada legislación, no obstante, está escrita en términos estrictamente patriarcales, ignorando a las mujeres, pues el texto constitucional está redactado pensado en el hombre, estricto sensu. RÉGIMEN SEGREGACIONISTA Tras 33 conatos (intentos) revolucionarios para derrocarlo, en 1855, Belzu dimite al gobierno y sale al exilio. En 1861, el Gral. José Miguel Achá convoca a la Convención Nacional que re-
dacta una nueva Constitución que elimina la histórica conquista de la ciudadanía general, retornando al régimen segregacionista, al declarar que “para ser ciudadano se requiere: ‘saber leer y escribir, y tener una propiedad inmueble cualquiera, o una renta anual de doscientos pesos que no provenga de servicios prestados en calidad de doméstico’. La clase política otorga una concesión a la raza negra, al reconocer que la esclavitud no existe ni puede existir en Bolivia”. Esta situación se mantiene inalterable durante el resto del siglo XIX. La Constitución de 1880 refrenda ese estatu quo. Ni la Guerra del Pacífico (1879) ni la campaña del Acre (1900) conmueve a la clase dominante que prefiere inmolar a sus hijos, excluyendo a los indígenas en la defensa de la Patria. Se abre un resquicio legal con las reformas militares de 1906 que implantan el servicio militar obligatorio, en el que la masa indígena ve de manera pragmática la puerta para acceder a la ciudadanía, pues a pesar que ingresan a los cuarteles esencialmente analfabetos, dentro los recintos castrenses la instrucción militar se imparte en castellano, con lo que los indios son licenciados del servicio ostentando la firma autógrafa que los califica como ciudadanos. El Gral. David Toro, como representante de la generación de la Guerra del Chaco (1932-1935), tomó el poder por la vía del golpe de Estado, con el ideal de implantar el Socialismo Militar. En el ejercicio del gobierno reconoce derechos sociales de los trabajadores y enfrenta el ominoso poder de la Gran Minería. Germán Busch, luego de derrocar a su antiguo mentor, convocó a la Convención Nacional de 1938. EL TRABAJO Y EL CAPITAL COMO FACTORES DE LA PRODUCCIÓN Los convencionales de ese histórico Congreso, entre ellos Renato Riverín, Waldo Álvarez (La Paz), Augusto Céspedes (Cochabamba), Trifonio Delgado (Huanuni), Félix Eguino (Omasuyos), Wálter Guevara (Arani), Víctor Paz (Tarija), Corsino Rodríguez (Potosí) y Emilio Sejas (Bustillos), sancionaron la Constitución que introdujo, por primera vez en la historia de Bolivia, el Régimen Cultural, el Régimen Económico Financiero del Estado y el Régimen Social. El Régimen Económico del Estado responde “esencialmente a los principios de justicia social, que tiendan a asegurar una existencia digna del ser humano”, para cuyo fin declara que “son del dominio originario del Estado (…) todas las sustancias del reino mineral, las tie-
Germán Busch
Gualberto Villarroel López
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A DEMOCRÁTICA
s políticos y civiles en Bolivia
7 de febrero de 2009 reconoce los derechos fundamentales cular que se remonta a la primera Constitución de 1826.
Gral. David Toro
rras baldías con todas sus riquezas naturales, las aguas lacustres, fluviales y medicinales, así como todas las fuerzas físicas susceptibles de aprovechamiento económico”; consagra la potestad del Estado para “regular el ejercicio del comercio y de la industria, asumir la dirección superior de la economía nacional”; prescribe que “la exportación del petróleo de propiedad fiscal o particular se hará por intermedio del Estado o de una entidad que lo represente”; autoriza a “asumir la dirección superior de la economía nacional” y ordena que “todas las empresas establecidas para explotaciones, aprovechamiento o negocios en el país, se considerarán nacionales y estarán sometidas a la soberanía, a las leyes y a las autoridades de la República”. Rompe las sacrosantas bases del Estado segregacionista y patriarcal al reconocer que “el trabajo y el capital, como factores de la producción, gozan de la protección del Estado”, autorizando regular “el seguro obligatorio de enfermedad, accidentes, paro forzoso, invalidez, vejez, maternidad y muerte, los desahucios e indemnizaciones a empleados y obreros, el trabajo de las mujeres y de los menores, la jornada máxima, el salario mínimo, el descanso dominical y de los feriados, las vacaciones anuales y puerperales con goce de salario, la asistencia médica e higiénica y otros beneficios sociales y de protección a los trabajadores”. Pone al matrimonio, la familia y la maternidad bajo la protección de la ley, reconoce la igualdad entre los hijos, “la defensa de la salud física, mental y moral de la infancia, defiende los derechos del niño al hogar, la educación y a la amplia asistencia cuando se halla en situación de abandono, de enfermedad o de desgracia”. Reconoce las autonomías municipales y de la universidad nacional, declara que “la educación es la más alta función del Estado, implanta el sistema de la escuela única, con obligación de asistencia escolar desde los 7 hasta los 14 años y la instrucción primaria y secundaria del Estado gratuita. Incorpora el concepto de Patrimonio Cultural de la Nación, declara que “la riqueza artística, arqueológica e histórica y la procedente del culto religioso es tesoro cultural de la Nación, está bajo el amparo del Estado y no puede ser exportada” y ordena que “el Estado protegerá los edificios y lugares que sean declarados de valor histórico o artístico”. Como broche de oro, reconocía y garantizaba “la existencia legal de las comunidades indígenas”, afirmando que “la legislación indígena y agraria se sancionará teniendo en cuenta las ca-
racterísticas de las diferentes regiones del país” y que “el Estado fomentará la educación del campesino mediante núcleos escolares indígenas que tengan carácter integral abarcando los aspectos económico, social y pedagógico”. LARGA BATALLA DEMOCRÁTICA La Constitución de 1938 sentó las bases de la revolución democrática y social de 1952. Marca el inicio de una larga batalla por recuperar el derecho de los bolivianos a explotar sus recursos naturales, vivir con dignidad, reconocer los derechos de los campesinos e implantar la “Educación como la máxima función del Estado”. La medida concitó apoyo popular y rechazo de la gran minería y la oligarquía feudal-latifundista-mercantil. La misma noche del 28 de octubre en que el ‘camba’ Busch promulgó el texto constitucional, decretaron la guerra a muerte a su gobierno. El 23 de agosto de 1939 el joven militar aparecía muerto, aparentemente por mano propia. La tranquilidad había vuelto al seno de la vieja clase dominante que impuso una Junta de Gobierno presidida por el Gral. Carlos Quintanilla. Más tarde, el 21 de diciembre de 1942, el gobierno del Gral. Enrique Peñaranda instruyó la cruenta y salvaje masacre minera de Catavi que a la postre provocaría su caída a manos del militar patriota Gualberto Villarroel, que retoma la línea de Busch el 20 de diciembre de 1943. En 1945, Villarroel convocó al Primer Congreso Indigenal que exigió la eliminación del trabajo servil en las haciendas (el pongueaje), medida resistida por la clase terrateniente, que provocó su caída. La oligarquía se ensañó contra el presidente militar, usando su poder económico, planificó la toma del Palacio Quemado, asesinó al presidente y martirizó su inerte humanidad, colgándolo de un farol de la plaza Murillo, el 26 de julio de 1946. Sin embargo, el viejo régimen está herido de muerte y se inicia su cuenta regresiva, con una amenaza de guerra civil en 1949 y la urgente convocatoria a elecciones en 1951, en las que triunfa inesperadamente la fórmula del Movimiento Nacionalista Revolucionario, liderado por Víctor Paz y Hernán Siles, con el 42,91% de los votos. En una brusca reacción, el presidente Mamerto Urriolagoitia dimite el poder a favor del Gral. Hugo Ballivián Rojas, con el consecuente apresamiento y destierro de la joven dirigencia ‘movimientista’. En abril de 1952, como consecuencia de un movimiento revolucionario, el movimiento social organizado en milicias populares impone la nacionalización de las minas, la reforma agraria y el voto universal.
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LAS PALABRAS CREAN AMOR
¿Por qué escribo? Por el consuelo de las almas solas, por el llanto nostálgico del viento Chiri Wayrita, por la necesidad de contar historias en los versos, porque la poesía en mí late desde siempre. Mi escape, en las horas de estío e insomnio. Erika Shirley Uyuni Hinojosa
Siempre sentí demasiado, desde que tengo uso de razón, hay alguien que dentro de mí habita, alguien que pone las palabras en mi boca que me dicta al oído frases que no terminan, me despiertan cuando tengo el mejor sueño. Me obliga a levantarme, escribir es una necesidad que fluye dentro de mí.
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e niña solía escaparme del mundo, creo que no fui tan normal, pensaba que ya antes tuve otra vida, en la que seguramente me ha pasado de todo, pues al escribir creo recordar lugares que nunca he conocido, gente que sueño y luego conozco, cosas raras; es más, muchos episodios importantes de mi vida han estado ligados a sueños. Conocí a mi esposo en sueños, era el mes de enero un 11 de 1995, soñé que me perseguía un soldado luego de una marcha en la cual protestaba contra el gobierno, corría y corría, por la plaza de Potosí, sin darme cuenta había corrido tanto que de pronto aparecí en Catavi en la ventana de mi cuarto (debo aclarar que nací en Potosí, pero terminé el colegio en un centro minero llamado Catavi, lugar que dio mucho al país). Iba, en que corría y corría y de ¡pronto! alguien sujeta mi tobillo, justo cuando estoy por saltar hacia la ventana abierta y no puedo lograrlo, doy vuelta a ver quién atrevidamente tomaba mi tobillo, la sorpresa ante mis ojos se sintió tan real. Aquella profunda mirada, la sonrisa más tierna en la imagen ruda de aquél uniformado, se estremeció mi piel y un sudor frío recorrió mi espalda, entonces como una emergencia se abrieron mis ojos, desperté… estaba confundida. ¿Acaso era un sueño, realmente corría y alguien me perseguía? y ese fue un episodio de mi vida germinada de un sueño.
Amor eterno
(Para Nelson, mi amor, que salió de un sueño) Nunca dijiste lindas palabras, Pero te quedaste siempre a mi lado, No traes a menudo flores, Pero me sonríes tiernamente cuando estoy llorando… La palabra más tierna que dijiste, Manzana verde… Pero me ayudó a formar la metáfora más completa, Me has besado tantas veces con la mirada, Me has abrazado el alma con tu silencio prudente, No nos gustan las mismas cosas, No tenemos nada en común, Y por cosas del amor estamos juntos, Y por cosas de la vida, la luna y el sol, Son promesa de amor eterno…
De niña vivía en las mismas faldas del Cerro Rico de Potosí, lugar amado por las ánimas, los achachilas y otros, el mito y realidad confundidos y suspendidos en un tiempo casi inexistente, ahí comenzó todo. El silbido triste del viento me hizo el primer llamado, me acurrucó en su seno y me dictó los primeros versos al oído, ni siquiera me dio tiempo de arrepentirme, las palabras me habían hecho presa, esclava de las palabras que brotan de mi mente y mi alma. Por eso escribo, por el consuelo de las almas solas, por el llanto nostálgico del viento Chiri Wayrita, por la necesidad de contar historias en los versos, porque la poesía en mí late desde siempre. Mi escape, en las horas de estío e insomnio. Creo que también escribo por influencia de mis padres, mi madre poetisa, mi padre un lector empedernido, jamás se acostaba si no leía. Me heredó el gusto por la lectura.
Escribo porque la juventud me inspira, los niños con su noble causa, el amor en todas sus facetas, en el amor de madre, que se traduce el ver crecer a mis lindas hijas, el apoyo incondicional del esposo extraído de un sueño. Escribo para no morir nunca, pues mi cuerpo envejece cada día, sin duda mi corazón en algún momento dejará de latir, pero mis versos, mis versos seguirán de pie y en la trinchera, vivirán más que nunca… escribo para habitar en los silencios. SOBRE LA AUTORA Erika Shirley Uyuni Hinojosa nació en Potosí en 1976, es maestra de Literatura. En 2020 publica su primer poemario Habitar en los silencios en la ciudad de Villa Montes, Tarija. Participó en varias tertulias poéticas desde 2019 hasta 2021 en las que obtuvo menciones especiales y premios. Para obtener un ejemplar del libro comuníquese al 73493001.
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ILUSIONES DE FELICIDAD
Recuerdo de una feria El último paseo fue para ver los carteles de los kioscos con suerte sin blanca, con tiros a muñecos viejos vestidos a la fuerza con nuevas prendas destinadas a Ken wawalones, y ahí contemplé por primera vez a Iron Maiden y a Eddie, su bicho medio punk y medio Laura Bozo, levantando un hacha ensangrentada con un fondo pleno de la Luna llena anunciando algo. Daniel Averanga
Una de mis primeras ferias de inicios de año fue en Villa Dolores. Salimos con mi madre, solos ella y yo, a las 8 de esa noche; mis hermanos mayores pasaban el fin de semana con mis abuelos (vivían cerca del estanque), mis hermanos menores aún no nacían y mi padre, tan oportuno sin notarlo, estaba durmiendo su borrachera, auspiciada horas atrás por sus hermanos y algunos amigos.
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ecuerdo que tiramos algunas pelotas a paneles donde estaba una bruja mal dibujada que, tan grotesca como cúbica, tenía en la parte del rostro un hoyo en forma de estrella y, más al fondo, en esa cavidad en forma de estrella, el rostro deforme esperaba que diéramos en el blanco. Metí solo dos de las cinco pelotas en ese hoyo y me regalaron una pipoca como premio consuelo. Los otros kioscos ofrecían api con pasteles empalidecidos por azúcar molida, que en ese tiempo no tenían de fondo a películas de estreno para acompañar, solo y sino canciones de los Bukis o de José Luis Perales. Ilusiones de felicidad vestidas de recuerdos gratis de algo que no vivimos, en tanto se escuchaba Llega Navidad / y yo sin ti / en esta soledad / recuerdo el día que te perdí... o Sí, sí, sí, / te quiero con el corazón / tú serás para mí / y yo tu amor... Más allá de los espacios de venta de recipientes de barro petrificado, había un par de toldos más reservados para las parejas que
querían beber y bailar Iberia o Maroyu, porque era necesario, puestos alejados de la vista de las familias constituidas, alejados de cualquier ojo curioso, y allá Pasito Tun Tun o Primera experiencia a todo volumen como prioridad. Terreno visto de lejos nomás por mi madre, mientras nos compraba manzanas acarameladas y anticuchos, sentados al lado de otras personas, sin miedo a contagiarse (como ahora) u otras cosas. Al norte de la plazuela aún no llegaba el espectáculo de la mujer que se convertía en gorila, en esa oportunidad lo máximo de atractivo eran los autos chocones... (Más de veinticinco años después, como si estuviera programado, almorzaría sobre uno de los banquitos sobrevivientes de la plaza, sujetando con cuidado un tupper tibio y viendo los mismos autos chocones siendo refaccionados, esto a eso de las tres de la tarde, acompañado de alguien que decía que me amaba y a quien fallé, como todos los que somos amados fallamos a nuestras parejas: nadie que ama y quiere el bien del otro queda impune). Ya eran casi las diez cuando mi madre me dijo que diéramos una vuelta más antes de volver, yo estuve de acuerdo. No había otra opción. Los juegos, los puestos, estarían hasta las 10:30 y luego cerrarían. El último paseo por la feria fue para ver los carteles de los kioscos con suerte sin blanca, con tiros a muñecos viejos vestidos a la fuerza con nuevas prendas destinadas a Ken wawalones, y ahí contemplé por primera vez a Iron Maiden y a Eddie, su bicho medio punk y medio Laura Bozo, levantando un hacha ensangrentada con un fondo pleno de la Luna llena anunciando algo... O esos pósteres con una Gloria Trevi vestida de hembra revolucionaria, con cinturones de proyectiles haciendo cruz sobre sus hermosas tetas (en ese tiempo me producía un rubor acelerado verla así, como un charro sexual, ahora me produce algo de pena).
Esa noche, todo lleno de manzana acaramelada y anticuchos, me metí en cama dispuesto a dormir muy bien, mi padre seguía roncando y mi madre lo arropó más. Ese tiempo ella estaba embarazada de Paola, todavía no se le notaba, pero ya estaba cuidándose mucho. Se acercó a mi cama, se sentó en el borde, contemplando a su hijo, un mocoso negrillo respondón, con problemas en las encías por no lavarse seguido los dientes y con cicatrices en los nudillos y en los reveses de las manos por herirse casi siempre cuando jugaba con piedras, me dijo buenas noches y me besó en el mentón. Fue a dormir con mi padre y yo me sumergí, tan raudo e inconsciente, en un pozo de brea tibia, lleno de esperanzas por vivir tan bonito como esa noche.
NADA MEJORÓ DESDE AQUEL DÍA Por eso siempre que puedo voy con mis hijos a ese tipo de ferias, para recuperar lo perdido luego de esa noche en la que me dormí esperando que todo fuera bello al otro día, esa sensación como la que nace cuando uno se enamora por primera vez y abraza a quien fallará y dañará irremediablemente... Somos seres de costumbres. Enero 2022
La crónica fue extraída del libro Clave de sol, del escritor alteño Daniel Averanga. El autor se inició en la literatura como un antologador de cuentos y relatos, pero lo que más le llamaba la atención fue la narrativa breve. En 2018 publicó tres antologías de cuentos de terror y fantásticos mediante la editorial 3.600. Averanga ofrece su texto cada miércoles en el atrio de la Universidad Mayor de San Andrés de 11.00 a 14.00.
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EL ARTE DE CONMOVER CON LOS SONIDOS
Un corazón para un piano
Estéfani Huiza Fernández
Solo dos acordes se necesitan para conmover a un corazón, aunque sean emociones banales, subjetivas y algo egocéntricas. Igor Stravinsky, en su libro Poética Musical, refirió a ese arte como una forma de especulación sobre el sonido y el tiempo. “No se abandona el arte sin verse inmediatamente amenazado en sus obras vivas, en su misma existencia”, dice un extracto de su texto.
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n esa lejana y sinuosa bruma donde afloran los recuerdos, ahí es donde la música recrea imágenes relacionadas a hechos pasados que sucedieron en determinadas épocas, las cuales son producto de todo un sistema político, económico, social y cultural. Chopin nació en 1810 en Varsovia, Polonia. Cuando cumplió 20 años dejó su tierra natal con gran pesar, nunca regresó por la invasión de Rusia, Prusia y Austria.
Chopin dominaba a la perfección el arte de conmover con los sonidos, sabía llegar al corazón humano con cada melodía que creaba y cuyos dedos interpretaban ese sentir que provenía de la soledad, amores furtivos y la fragilidad de su salud. Las teclas del piano sonaban, en ese entonces, como un lamento que se sabe es inservible para un mundo lleno de ambiciones, guerras, muertes y hastío. La forma de construcción de una pieza era quizá como los demás compositores, tomar melodías y después unirlas unas tras otras hasta que la música hable. Pero no con rimas y prosas, sino con un elemento subjetivo, el sentimiento. En ese sentido quizá no sea útil descubrir lo que el autor pensara o quiso transmitir al momento de componer, sino lo que los ‘otros’ perciben. Frédéric Chopin fue un niño prodigio, cuando cumplió cuatro años ya tocaba con soltura piezas de Beethoven y Mozart, a los siete compuso su primera obra y ofreció conciertos en Praga, Viena y París. Eso lo llevó a adquirir notoriedad en Varsovia, donde hizo varios conciertos para los aristócratas. En 1831 deja su hogar natal y se traslada a París donde vivió los siguientes años.
MIEDO AL SILENCIO Frédéric Chopin se convirtió en un prestigioso profesor, pianista y compositor. Entre sus obras maestras destacan valses, ma-
zurcas, polonesas y conciertos para piano. Sin embargo, detrás de aquel exitoso músico se ocultaban sus debilidades, el silencio y su fobia a la soledad. Su salud empeoraba, aunque sus dedos tocaban el piano con la misma agilidad, su mente estaba dispersa, presentía su muerte, alucinaba y deliraba. En uno de sus momentos de cordura, Chopin pidió a su hermana Ludwinka que no dejara que lo entierren bajo la tierra. Le imploró que lleve su corazón a su querida Polonia. Cuando falleció, el 17 de octubre de 1847, Ludwika introdujo de contrabando el órgano a su país y consiguió que se quedara en la iglesia de la Santa Cruz de Varsovia. El corazón de Chopin fue preservado en coñac, durante más de 160 años. El 14 de abril de 2014 dos científicos acompañados por 11 personas, entre ellas el arzobispo de la ciudad y el ministro de cultura polaco, entran al templo y descubren la verdadera causa de muerte del compositor, fibrosis quística. Aquel corazón solitario en un frasco de vidrio quizá nos recuerde lo que somos. El cuerpo inherente es solo materia, sin embargo por el cual se rige el sistema y el corazón que en el arte es la representación de la sensibilidad y empatía hacia los seres vivos, está sobrevalorado. En un mundo que ignora la esencia de la vida.
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A lo largo de quince años, el compositor polaco Frédéric Chopin (1810-1849) escribió 21 nocturnos. Esas piezas líricas que destacan por ser expresivas y un poco oscuras describen la vida tortuosa del músico que falleció a los 39 años en París, Francia, pero cuyo corazón descansa en un frasco de coñac en Varsovia.