Juicio a las Juntas Militares en Argentina en 1985
Reforma procesal en Cuba, el reto de equilibrar garantías y derechos
siderablemente la responsabilidad de los fisca les en una mejor impartición de justicia, agregó la experta.
Para su colega, el fiscal de la Secretaría de la FGR José Rubén Escandón, es muy importante la capacitación realizada con los fiscales desde que las normas se hicieron públicas.
La institución, además, estableció instruccio nes internas para garantizar la implementación de estas nuevas leyes y estudia las principales dificultades que aparecen durante su aplicación, para modificar los apartados que constituyan un error, explicó Escandón.
DESAFÍO PARA TODO EL SISTEMA JUDICIAL
No es una tarea sencilla la puesta en práctica de estas normativas. La reforma procesal impli có la elaboración de casi una decena de textos jurídicos, algunos de ellos ya en vigor y otros en proceso de desarrollo.
Entre los cuerpos legales
más de cuatro décadas de vigor y no pocas re presentan un punto de giro significativo en los principios jurídicos cubanos, herederos de la tradición española, fundamentalmente.
Prensa Latina tuvo acceso a un grupo de ex pertos que coincidieron en que la reforma pro cesal cubana es una necesidad del país a par tir de los derechos y garantías recogidos en la Constitución de 2019.
Los compromisos de la isla caribeña con tra tados internacionales, la antigüedad de algunas normas que no tenían en cuenta cambios socia les y económicos del país, y los resultados de in vestigaciones científicas apuntaron también a la transformación jurídica.
El fiscal profesor de la Escuela Nacional de la FGR, Rudy Nelson Díaz, subrayó que, sin impor tar cuál institución ostentara la iniciativa legis lativa, para la elaboración de cada proyecto de ley se constituyó una comisión integrada por re presentantes de todas las entidades implicadas, que tuvo en cuenta la opinión de expertos, ope
restauración de los derechos y afectaciones que sufrieron las víctimas.
Otras garantías protegidas son la seguridad jurídica, presunción de inocencia, aportación de pruebas en igualdad de partes, ampliación de los derechos de las víctimas, derecho a la defen sa desde el principio del proceso y el tratamien to especial a menores de 20 años.
Esta Ley muestra cómo deberán implemen tarse novedades que aparecen en el nuevo Có digo Penal, el cual entrará en vigor a partir del 1 de diciembre de este año, cuyo principal cambio es la sustitución del concepto de peligrosidad social por el de lesividad social.
Expertos señalan que de esta manera refle jan mejor los derechos y garantías de los impu tados, y las autoridades pueden evaluar de una forma más objetiva los delitos que se cometen.
LEY NOVEDOSA Y DE AVANZADA INTERNACIONALMENTE
El espíritu del marco regulatorio, por ser más
Argentina 1985: juicio a las Juntas Militares
El lunes 22 de abril de 1985 ama neció gris, frío y húmedo en Ar gentina. Parecería un día nor mal según la temporada, hasta que pasado el mediodía un he cho sin precedentes cambió para siempre la historia.
Inició el juicio a las Juntas Militares responsa bles del asesinato o desaparición de un número superior a las 30.000 personas por el Gobierno impuesto entre 1976 y 1983. La película Argenti na 1985, protagonizada por Ricardo Darín y Peter Lanzani, lo recuerda.
La aún frágil democracia, recuperada el 10 de diciembre de 1983, provocó un punto de giro durante los 232 días que duró el juicio y su fa llo. En ese tiempo transcurre la película dirigida por Santiago Mitre, quien solamente tenía cuatro años cuando transcurrieron los hechos reales.
El actor Ricardo Darín —el fiscal Strassera en la ficción— había cumplido 28, mientras que su colega Peter Lanzani —el fiscal Moreno Ocam po— nacería cinco años después.
EL INFORME
Fue en la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal, Palacio de Tri bunales de la Ciudad de Buenos Aires, donde se enjuició a nueve integrantes de las Juntas Mi litares: Jorge Rafael Videla, Emilio Masse ra, Orlando Agosti, Roberto Viola, Arman do Lambruschini, Omar Graffigna, Arturo
Allí estaban para ser testigos de la historia, entre otros, la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, y el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel.
El día anterior, el presidente Raúl Alfonsín ha bló por cadena nacional. Fue necesario desmentir los rumores del golpe militar que, como pataleo de ahogado, echaron a rodar para desestabilizar a la opinión pública e intimidar a los jueces Jorge Torlasco, Jorge Valerga Araoz, Ricardo Gil Lave dra, León Carlos Arslanián, Andrés J. D’Alessio y Guillermo Ledesma.
El escritor Ernesto Sábato —segundo argenti no en recibir el premio Cervantes de Literatura en 1984, después de Jorge Luis Borges en 1979— ha bía presidido una comisión en su país, junto a cin co secretarios y 12 miembros, en la búsqueda de testimonios de sobrevivientes, familiares y tam bién de represores para identificar los lugares uti lizados como centros de detención.
Recorrieron toda Argentina por 280 días y re copilaron —un año antes del juicio—- los testimo nios de los sobrevivientes y un inventario de los 340 centros clandestinos de detención.
También revisaron los registros de las morgues y los documentos policiales con descripciones so bre los “procedimientos” para obtener informa ción de los detenidos.
Sábato puso en las manos del presidente Alfonsín, el 20 de septiembre de 1984, un informe de 50.000 páginas, con una lista parcial de los desaparecidos.
EL JUICIO
Con 48 minutos de retraso por un problema de cortesía procesal, comenzó la lectura de sen tencias, dado que la Cámara Federal exigió como condición para permanecer en la sala, a Hebe de Bonafini, que debía quitarse el pañuelo blanco de su cabeza, lo que consideraban era un distintivo político.
Ante ello, Hebe de Bonafini contestó que allí ha bía hombres con uniforme de las Fuerzas Arma das, lo que era un distintivo político. Entonces fue el propio fiscal Julio César Strassera quien la con venció, aunque a mitad de la lectura de las senten cias las madres se colocaron los pañuelos y aban donaron la sala, cuando el presidente del tribunal leía las absoluciones.
En este juicio fueron presentados más de 830 testigos y se analizaron 280 casos de violaciones a los derechos humanos. La Cámara Federal dictó sentencia el 9 de diciembre de 1985, donde fueron condenados a reclusión perpetua Videla y Masse ra.
Consecutivamente se informó la sentencia a 17 años de prisión para Viola; ocho años de prisión para Lambruschini, así como cuatro años y seis meses de prisión para Agosti. Fueron absueltos Jorge Anaya, Omar Graffigna, Arturo Lami Dozo y Leopoldo Galtieri.
Al conocerse la noticia, unos 2.000 manifestan tes protestaron en el centro de Buenos Aires. No obstante, la reacción acerca del fallo judicial se tra tó de un juicio inédito.
En este proceso fueron presentados más de 830 testigos y se analizaron 280 casos de violaciones a los derechos humanos.
En un decreto del presidente Raúl Alfonsín —15 diciembre de 1983— fue ordenado someter a juicio a los integrantes de la Junta Militar por “los deli tos de homicidio, privación ilegal de la libertad y aplicación de tormentos a los detenidos”, ante el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas. Eso no incluía a los tribunales civiles.
En febrero de 1984 se promulgó una reforma del Código de Justicia Militar, que permitía a la jus ticia civil “asumir el conocimiento del proceso”, en caso de advertir una “demora injustificada o negli gencia en la tramitación del juicio”.
Este había sido aprobado previamente por el Congreso y la Cámara Federal argentina. Fue cuando a instancias de un tribunal civil le advirtie ron a la Justicia Militar que disponían de 180 días para investigar la violación de los derechos huma nos.
LA TESTIGO ESTRELLA Adriana Calvo fue la primera sobreviviente en declarar ante la Cáma ra Federal porteña, frente a los nueve co
mandantes juzgados. Fue secuestrada en febrero de 1977, cuando maniatada y con los ojos venda dos parió a Teresa en un Ford Falcón verde en el trayecto de un centro clandestino a otro.
Adriana pidió que le alcanzaran a su bebé y no lo hicieron. Al llegar al centro clandestino de de tención, tortura y exterminio ‘Pozo de Banfield’, el partero del Circuito Camps le cortó el cordón um bilical y le arrancó la placenta. Jorge Bergés tam bién tiró de la venda de sus ojos con énfasis en “esto ya no lo necesitás”.
Era la señal: “De aquí no saldrás viva”. Entre gritos de sus raptores la trasladaron a una sala de azulejos blancos, le trajeron un balde y ordenaron limpiar su rastro. Después de eso, pudo abrazar a la niña recién nacida.
Tres o cuatro detenidos permanecían en los calabozos de un metro y medio de ancho por dos y medio de largo, por lo que para dormir debían intercalarse. Estaban ubicados en el primer y se gundo piso de la intersección de las calles Sici liano y Vernet, en Banfield, provincia de
Buenos Aires.
Por el bien de la memoria histórica, los sobre vivientes recuerdan aquellos pisos de cerámica roja y dan cuenta de un sótano cuyos cubículos en hileras, por su estrechez, eran llamados “cu chas” como casas para perros; medían entre 60 y 70 centímetros de ancho, un metro de alto y dos de largo.
También había otro sótano para torturas, al cual los llevaban encapuchados, pero ni siquiera figu raba en los planos. Solo se escuchaba, a lo lejos, un tren.
Fue allí donde esta madre prometió, que si ella y su hija sobrevivían aquel calvario, no iba a de jar un solo día de insistir en la justicia. Y allí esta ba ella, una de las fundadoras de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, cuya voz significó la verdadera connotación del juicio.
Algo para que las nuevas generaciones tengan en cuenta, es que en algún momento, uno de los jueces interrumpió el testimonio de Adriana Calvo. Significa que no todos los jueces eran honestos, porque habían sido parte del juego dictatorial.
Muestra de ello es la escena de la película, cuan do le dicen a Adriana que “no califique” y le seña lan que se limite a narrar los hechos. También la interrumpen cuando dice que no militaba en nin gún partido político, para enfatizar lo absurdo de su detención.
“A mí lograron aterrorizarme, señor presidente, pero, por suerte, no lograron aterrorizar a todo el pueblo. Hubo madres, abuelas, familiares que los enfrentaron y hoy estoy aquí pidiendo justicia gra cias a ellos”, dijo. Después de eso no hubo pregun tas en el tribunal.
Durante largos años de abuso, Adria na insis tió con la Asociación de Ex Detenidos Desa parecidos, por la necesidad de romper el muro del si lencio. En ese tiempo, contribuyó a reconec tarse con algunas personas que había visto en los
En otra celda estaban los hombres, con algunos de ellos había compartido cautiverio en la Comisa ría V. Ellos le hicieron llegar una poesía dedicada a la bebita ‘Teresa, la que nació presa’.
En la celda, las compañeras se turnaban para acunarla en una gaveta de escritorio, e incluso formaron una muralla de contención, cuando los guardias anuncia ron que iban a ha cer una fumigación contra los piojos, con Gamexane, lo cual hubiera asfixia do a la bebé.
Quizá era una de las pocas criatu ras que los militares no habían robado. Más tarde uno de los represores lla mó a Adriana por su nombre y le dijo que se iba, no sin adver tirle que lo que ha bía visto y oído en la cárcel era mentira. La subieron a un au tomóvil Renault 12, de un tono oscuro y la dejaron en plena calle en el municipio de Temperley, Bue nos Aires, algunas cuadras antes de la casa de su madre.
otros cargos, mediante veredictos dictados en 1986, 2004, 2006, 2014, 2016, 2018, 2020 y 2021, los que fueron unificados en una pena única de re clusión perpetua.
Adriana Calvo estuvo hasta dos días antes de su fallecimiento, el 12 de diciembre de 2010, traba jando en las listas de represores y víctimas. Toda una vida consagra da a reclamar justi cia, como juró a su salida de la cárcel.
“Pone luz a las historias de vida que estaban muy silenciadas, como la de mi vieja. Porque a pesar de que ellos intentaron hacer ruido, siempre los callaron tanto por derecha como por izquierda. También me sentí identificada con todo esto de las amenazas: apenas salió mi mamá —salimos las dos, se corrige— hubo amenazas. Y también antes del juicio. Era cosa de todos los días”.
Adriana y su marido inmediatamente se pre sentaron en la facultad para retomar sus puestos como docentes, pero no les fue permitido. Aunque estaban amenazados, se quedaron en Argentina.
En esa casa no faltó la memoria ni el pañuelo
Algunas tris tes remembranzas vienen a la mente de los hijos. “Me acuerdo de la can tidad de amenazas que recibimos. Los domingos nos lla maban para amena zarnos de bomba y teníamos que salir corriendo con los ravioles”.
Teresa Laborde Calvo, la que “nació presa”, estudió His toria del Arte en la Universidad de La Habana, Cuba. Re gresó a Argentina a punto de tener a su bebé, a cuyo par to asistió su madre, Adriana. Justicia poética para ambas.
Sobre la película, Teresa dijo al portal web La Retaguardia que “pone luz a las historias de vida que estaban muy silenciadas, como la de mi vieja. Porque a pesar de que ellos intentaron hacer rui do, siempre los callaron tanto por derecha, como
de la Policía Bonaerense durante la dictadura mi litar, quien volvió a ser juzgado en las causas que habían sido cerradas.
Por primera vez en la historia de Argentina, la sentencia del Tribunal declaró que Miguel Osvaldo Etchecolatz cometió “delitos de lesa humanidad en el marco de un genocidio”. Torturas, secues tros, asesinatos, apropiación de menores, entre
De todo el relato, nos quedan como un eco las palabras que utilizó el fiscal federal Julio César Strassera (1933-2015) en el cierre de su alegato. “Señores jueces: quiero renunciar expresamente a toda pretensión de originalidad para cerrar esta requisitoria. Quiero utilizar una frase que no me pertenece, porque pertenece ya a todo el pueblo argentino. Señores jueces: Nunca más”.
América Latina le da la espalda a Estados Unidos
A pesar de las presiones de los Estados Unidos, los países de América Latina y el Caribe demuestran cada vez más sus deseos de cortar vínculos con esa nación, actuar como Estados independientes y proteger sus propios intereses.
Apesar de las presiones de los Estados Unidos, los países de América Latina y el Caribe de muestran cada vez más sus deseos de cortar vínculos con esa nación y, como Estados in dependientes, implementar sus propias polí ticas dirigidas a proteger los intereses nacio nales en beneficio de la calidad de vida de sus ciudadanos.
Una muestra de la vocación de desapego a los Estados Unidos la evidencian los presidentes de los partidos Avanza País, Hernando de Soto, y Renovación Popular, López Aliaga, del Con greso Nacional del Perú, quienes están pidiendo muy activamente un cambio en la política exte rior de este país y, además, terminar la coope ración estrecha con los Estados Unidos. En su opinión, las actividades del Perú en el ámbito in ternacional, así como el respaldo y promoción de las posturas estadounidenses inciden nega tivamente en el desarrollo de las relaciones con otros Estados, incluido Rusia, y conducen a la pérdida de beneficios políticos y económicos. Paralelamente, parlamentarios peruanos, así como gobernadores y alcaldes, critican a Wash ington por entrometerse en los asuntos internos de la República y de la región en su conjunto, razón del deterioro de la situación socioeconó mica en el área.
Cabe destacar que otros países del continen te también dejan ver una disminución en la de pendencia de los Estados Unidos. Así lo expresa Frederic Schnatterer, columnista de la edición alemana de Junge Welt en el artículo “Occiden te fue derrotado en América Latina” (23 de julio de 2022), en el cual sostiene que la guerra eco nómica desatada por Washington y sus aliados contra Rusia se convirtió en el motivo de la re orientación de los países del Mercosur hacia el este. Al mismo tiempo, las sanciones contra Ru sia convencieron a los líderes latinoamericanos de que el gobierno de los Estados Unidos no es confiable para las naciones occidentales. Para
muestra, un botón: en fecha reciente gigantes económicos como Argentina y Brasil amplia ron significativamente los lazos comerciales con la Federación Rusa. Según el autor, este he cho atestigua la pérdida gradual de la fuerza de Washington en el continente y la intención de los Gobiernos de desarrollar vínculos comercia les y económicos con socios extranjeros en tér minos de beneficio mutuo.
Por su parte, la Casa Blanca no cesa en los intentos de mantener su influencia en los países de América Latina y el Caribe, y sigue actuando de manera egoísta buscando solo el beneficio propio y sin mostrar el mínimo respeto al de recho internacional. La confirmación es la deci sión de Estados Unidos de incluir a Cuba en la lista de países que supuestamente apoyan el te rrorismo, sin aportar siquiera un solo fundamen to legal que sustente tal afirmación. De esta ma nera los cubanos se convirtieron en víctimas de la política de Washington, destinada a castrar cualquier intento de los países de la región de seguir una política libre, soberana y autónoma de los mandatos estadounidenses.
Además, la administración de Joe Biden bus
ca capitalizar cada situación y extender sus “va lores estadounidenses” a todos los países. Evo Morales, expresidente de Bolivia y actual pre sidente del partido de gobierno Movimiento Al Socialismo, luego del inicio de la operación mi litar especial de Rusia en Ucrania, se pronunció en su cuenta de Twitter condenando la injeren cia de Washington en el “enfrentamiento entre ambos países”. Afirmó que Europa no debería convertirse en “un teatro de guerra estadouni dense contra Estados soberanos”.
Las actividades de Washington en Ucra nia, así como en América Latina, son idénticas y conducen por un lado al sufrimiento y sacri ficios innecesarios entre la población de estos países, sufrimiento y sacrificio que solo benefi cia la prosperidad de las empresas estadouni denses. Los latinoamericanos ya están hablan do abiertamente sobre la necesidad de frenar las relaciones con tal “socio”, así como la con veniencia de actuar únicamente en sus propios intereses nacionales y fortalecer la cooperación con aliados reales que respeten la libertad, so beranía y autodeterminación de los pueblos en aras del beneficio mutuo.