DOMINGO 21 DE NOVIEMBRE DE 2021
AÑO 1 - N°30
La fascinante historia de los clubes literarios en la Guerra de la Independencia Págs. 4-5 La novela ‘Al límite del abismo’ se inspiró en un accidente aéreo
El cineasta Diego Pino estrena ‘Gaspar’, su primer largometraje
Walter Reuter es el fotógrafo que ayudó a enjuiciar a Hitler
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DOMINGO 21 DE NOVIEMBRE DE 2021
EL CINEASTA ES UN REFERENTE EN EL SUR DEL PAÍS
Diego Pino acaba de estrenar su primer largometraje: Gaspar La película reflexiona sobre la importancia de crear un núcleo sólido a un niño. Su director reivindica la producción nacional y considera que el cine tarijeño está en desarrollo. Claudio Sánchez En 2012 el realizador tarijeño Diego ‘Gato’ Pino llegó al Festival de Cine de Venecia en la Competencia del Young Film Festival con su cortometraje ‘El general’. Su trabajo había sido seleccionado para participar en este evento que organizaba YouTube. Desde entonces se ha convertido en una de las referencias más importantes del cine tarijeño de las últimas décadas. Ahora acaba de estrenar su ópera prima ‘Gaspar’.
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Gaspar es un niño de ocho años que aún no habla y vive en medio de una constante crisis familiar a causa de los conflictos entre sus padres, Martín y Linda. Cuando a Martín se le presenta la oportunidad de grabar el primer disco junto a su banda (Suke), el delgado hilo que une a la familia se termina de romper”. Conversamos con el director desde Tarija para acercarnos más a su primer largometraje. CLAUDIO SÁNCHEZ (CS).
¿CÓMO SURGE LA PELÍCULA?
DIEGO PINO (DP). Gaspar surge hace 10 años como un concepto central que nace de la observación a una familia, si bien la familia no tiene nada que ver con la de la película, ayudó mucho en la inspiración de la historia. Sin embargo, durante todos esos años de desarrollo, la historia fue mutando muchísimas veces hasta convertirse en lo que es hoy.
CS. ¿QUIÉN ES GASPAR?
DP. Gaspar es un niño que vive en medio de constantes conflictos familiares y que de alguna forma
absorbe toda la mala energía que le rodea. Gaspar son todos esos niños que lamentablemente tienen que vivir en núcleos familiares descompuestos y que no siempre logran arreglarse.
CS. ¿CÓMO ENTIENDES A “LA FAMILIA” EN ESTOS TIEMPOS?
DP. La familia creo que es el pilar fundamental de la sociedad, más aun en estos tiempos de tanta información y mal información en muchos casos. Creo que la familia tiene que ser el sostén entre uno y otro. Entiendo a la familia como un núcleo en el cual desarrollarse, también imperfecto (como todo en la vida) pero que tiene que buscar la unión y el desarrollo de sus miembros.
CS. EN TU CORTO EL GENERAL (2012) YA HABÍAS PRESENTADO COMO PROTAGONISTA A UN NIÑO ¿POR QUÉ INSISTIR CON ESTA IDEA?
DP. Creo que ambas historias son muy distintas y en el caso de Gaspar, el niño es un elemento-protagonista más de la historia. Creo que la niñez es algo hermoso y por eso decidí contar otra historia con un niño de por medio. Los niños son verdaderos y reales, demuestran lo que sienten tal y como es, y eso me gusta mucho. Otro punto en esta historia es ver al niño como alguien que aún se está desarrollando y reflexionar sobre la importancia de crearle un núcleo sólido.
CS. ¿CÓMO ELEGISTE LA PALETA DE COLOR?
DP. La paleta de color fue discutida junto al diseñador de producción Alfredo Roman y la directora de arte Kassandra Balcazar. Queríamos realmente que se diferencien las épocas de la historia,
el pasado y el presente. Queríamos que los colores nos ayuden además a que los personajes se resalten y en el caso de la casa esta se convierta en un protagonista más. El lugar tiene colores gastados que de alguna forma representan lo que está atravesando la familia, y no solamente con los colores sino también con el arte y la utilería.
CS. ¿CÓMO SE COMPUSO LA BANDA SONORA?
DP. La banda sonora estuvo a cargo de Nicolás Bluske, Rodolfo Bluske, “Camaru y Suke”. Desde un principio sabíamos que la música sería una parte vital de la historia por lo que sucede en ella y queríamos que la música logre trasmitir el sentimiento de los personajes en cada una de sus etapas; es por eso que la música varia y te genera distintos sentimientos.
CS. ¿CREES QUE EXISTE UN “CINE TARIJEÑO”?
DP. Creo que sí existe, aunque aún está en desarrollo. Si tomamos en cuenta nuestra historia tenemos pocas producciones en relación a departamentos más grandes del país, pero también creo que hay una intención de producir cada vez más en la región.
CS. ¿CÓMO AFECTÓ LA PANDEMIA EN TU CARRERA?
DP. Como a todos creo que sí afectó por haber estado paralizado tanto tiempo, en el caso de Gaspar es más evidente porque nosotros teníamos que haber estrenado el 14 de mayo de 2020 y esto no fue posible. Tuvimos la película guardada por más de un año. Por otro lado, la pandemia también me permitió replantear muchas cosas y me dio el tiempo para poder iniciar un nuevo proyecto que está en desarrollo.
DIRECTOR Marco Antonio Santivañez Soria
EDITOR DE CRÓNICAS Oscar Alarcón Ticona
CORRECCIÓN José Maria Paredes Ruiz
Redes Sociales
EDITOR GENERAL Oscar Alarcón Ticona
COLABORARON: Luis Oporto Ordóñez Homero Carvalho Oliva Claudio Sánchez Melina Valencia Achá
DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN Gabriel Omar Mamani Condo
www.ahoraelpueblo.bo La Paz-Bolivia Calle Potosí, esquina Ayacucho N° 1220 Zona Central, La Paz Teléfono: 2902587
JEFE DE REDACCIÓN Clayton Benavides Arteaga
FOTOGRAFÍA Gonzalo Jallasi Huanca
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UNA HISTORIA DESGARRADORA
Acerca de la novela ‘Al límite del abismo’ La obra que la escritora Angélica Guzmán Reque escribió sobre un accidente aéreo del que su esposo fue el único sobreviviente. Homero Carvalho Oliva Hace algunos años, en el prólogo que escribí para el libro de Ximena Suárez Otterburg, Volver a los cielos, testimonio de la única mujer sobreviviente del accidente del vuelo LaMia acaecido en el año 2016, afirmé que sobrevivir a un accidente, ya sea terrestre, marítimo o aéreo, es un milagro o, por lo menos, algo que, muchas veces, no puede ser explicado racionalmente a la luz de la ciencia y de los avances tecnológicos.
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urante estas últimas décadas, así como se desarrolla la seguridad, también se desarrolla su antítesis: la fragilidad de la tecnología expuesta a fallas humanas o mecánicas; sin perder de vista la posibilidad de la violencia que desata la propia naturaleza, recordándonos nuestra debilidad y mortalidad como seres humanos. Muchas personas han sobrevivido a accidentes automovilísticos; sin embargo, sobrevivir a un accidente aéreo es casi imposible y en ellos hasta los milagros escasean, siendo muy pocas las probabilidades de salir con vida. Y no solamente por el atroz golpe del avión contra tierra o el agua, también por el combustible que se convierte en una bomba de alta potencia. Por eso cuando se habla de un superviviente de uno de estos siniestros, se piensa inminentemente en la palabra “elegido” y se invoca la protección divina.
ALGO FUERA DE LO COMÚN
Para los creyentes no hay duda de la intervención celestial, para los escépticos seguramente que existe explicaciones científicas, y para algunos de nosotros se puede pensar en una fuerza sobrenatural o en energías cósmicas que se dieron cita en el momento y en el tiempo preciso. Cualquiera sea la explicación que usted, amable lector, prefiera, se trata de algo fuera de lo común. Y en este libro usted será testigo de ese tipo de hechos. Muchas de las personas que han sobrevivido a accidentes aéreos se sienten, al mismo tiempo, bendecidas y maldecidas. Bendeci-
Hay una fuerza en cuanto a la fe en la vida y en la familia. Para mí, la importancia que tiene el conocer el entorno, la naturaleza y su lenguaje sutil, que la mitología nos proporciona. Ese accidente me enseñó la fe en Dios, la real y verdadera fe y el valor que tienen los amigos y su colaboración sincera”. Angélica Guzmán
das porque se libraron de una muerte segura, y maldecidas porque tendrán que cargar por el resto de sus vidas con los recuerdos de sus terribles instantes, así como de los recuerdos de los seres humanos que murieron aquel día fatídico y tendrán que aprender a vivir con ellos. La novela Al límite del abismo de la escritora Angélica Guzmán Reque, editorial Kipus 2019, trata justamente de esos temas. En el año 1975, Milton Berbetti, esposo de la autora del libro, tuvo un accidente aéreo del que fue el único sobreviviente; décadas más tarde su compañera de toda la vida decidió escribir el milagro. Para hacerlo eligió narrar en segunda persona, lo que hace de la acción algo muy personal e íntimo. La obra de 211 páginas está dividida en veintiocho capítulos en los que la escritora alterna el relato en segunda persona con el de primera persona, una atmósfera melancólica va marcando el ritmo que por momentos alcanza hitos poéticos, especialmente cuando la nostalgia se hace evidente. Angélica sabe narrar y lo demuestra en esta obra, personal, autobiográfica, intimista, sugerente…
FE EN LA VIDA
Milton estuvo varios días perdido en la selva, malherido, desorientado, solo; sin embargo, el instinto de supervivencia, el amor a su familia, su fe, lo hicieron sobreponerse a un final trágico; el lector puede sentir el dolor, la angustia, la incertidumbre y la esperanza tanto de Milton como de Angélica, su esposa. Imagino que por eso mismo la autora tardó tantos años en animarse a escribir esta desgarradora historia; durante todos esos años estuvo buscando en su interior las palabras precisas y el valor para enfrentar los hechos de un
drama compartido. Milton y Angélica descubrieron una energía recóndita que los impulsaba a seguir creyendo en la vida. La propia autora ha declarado que en su novela “hay una fuerza en cuanto a la fe en la vida y en la familia. Para mí, la importancia que tiene el conocer el entorno, la naturaleza y su lenguaje sutil, que la mitología nos proporciona. Ese accidente me enseñó la fe en Dios, la real y verdadera fe y el valor que tienen los amigos y su colaboración sincera”. El escritor César Verduguez, afirma, acertadamente, en el prólogo del libro: “Se advierte en su lectura que la fe en es un elemento de presencia permanente y de profundización espiritual. (...) El lector puede estar seguro que la lectura de “Al límite del abismo” quedará impreso en su recuerdo de buenas lecturas” y tiene razón, mucha razón.
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DOMINGO 21 DE NOVIEMBRE DE 2021
CHARCAS EN LA PRIMERA DÉCADA DEL SIGLO XIX
Las bibliotecas y clubes literarios secretos en la guerra de la independencia Las sociedades secretas usaban un arma letal para alcanzar la emancipación: la palabra impresa que conformó sendas bibliotecas particulares en poder de la elite criolla que ansiaba la independencia política.
Las revoluciones sociales que transforman la sociedad vienen siempre desde abajo. Los actores sociales suelen ser invisibilizados por la historiografía tradicional en su afán de exaltar a héroes de las elites. El resultado viene a ser, en muchos casos, una historia falaz que impone una visión sesgada de los hechos sociales.
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rónicas presenta una fascinante historia de los clubes literarios secretos que usaron un arma letal para alcanzar la emancipación: la palabra impresa que conformó sendas bibliotecas particulares en poder de la elite criolla que ansiaba la independencia política en la primera década del siglo XIX.
EL PASQUÍN, MOTOR DE LA INSURRECCIÓN
En la ciudad de La Plata, sede de la Real Audiencia de Charcas, destaca la Academia Carolina para Practicantes Juristas, célebre escuela de leyes fundada por Ramón de Rivera y Peña en 1776. La mayoría de los conjurados de la Junta Tuitiva al igual que tres miembros de la junta de Buenos Aires y 15 de los 31 diputados que en 1810 proclamaron la independencia argentina acudieron a sus aulas. En su seno caló hondo el “tomismo”, que ya en la Edad Media postulara que “el poder emana de Dios, sí, pero en beneficio del pueblo mismo, el pueblo y en ningún caso para justificar los poderes omnímodos de un monarca”, germen del silogismo altoperuano o “argumento emanado de la universidad de Charcas, que dio sustento jurídico a la revolución emancipadora”, expresado en el primer grito de rebeldía en América Hispana, en la ciudad de La Plata el 25 de mayo de 1809, secundado inmediatamente por La Paz, el 16 de julio, que en un manifiesto independentista desconoció a la autoridad real y la reemplazó por la Junta Tuitiva, fue el primer órgano de poder en esta parte del territorio subcontinental, actual Estado Plurinacional de Bolivia, que dio inicio a una guerra cruenta sin cuartel que se prolongaría por 16 largos años.
En efecto, hacia 1809, este centro académico derivó en un centro de debate sobre asuntos de orden político y filosófico, con visión crítica sobre la soberanía y los derechos del pueblo; profundizaba temas relativos al rol de la iglesia, los derechos del rey y la organización del Estado en las colonias americanas. Los miembros de la tendencia “Jacobina” “se nutrieron de la lectura de los libros prohibidos por la Inquisición que, por simpatía a ellos, les proporcionaba el canónigo [Matías] Terrazas, clérigo ilustrado, en cuya biblioteca se podía consultar toda la literatura revolucionaria europea”. Mientras que aquello acontecía, en La Paz los patriotas divulgaron sus ideas en pasquines, periódicos manuscritos que circulaban en las calles de la ciudad de Nuestra Señora de La Paz, siendo muy activo Pedro Domingo Murillo (1757-1810), quien se dedicó a papelista, consagrándose con admirable tesón y llegando a ser una especie de cedulario ambulante, al que consultaban cuantos litigantes necesitaban y andaban en demanda de justicia “con bastante habilidad y admirable ingenio confeccionaba los pasquines, que cada noche, en diferentes lugares, calles, aparecían indicando la revolución, especie de diarios. Como muy bien podría clasificarse tatarabuelo de los periódicos de la República, los que tenían en continuo sobresalto a las autoridades españolas, sin poderlo adivinar de dónde procedían”.
CLUBES LITERARIOS REVOLUCIONARIOS
Sin embargo, surge en esa época un elemento crucial para fomentar las ideas independentistas. Al igual que en Europa y otros países sudamericanos, en La Paz, proliferaron los clubes literarios. El primer club revolucionario se instaló en la casa de Faustino Cabezas de Loza, en la calle Chirinos, en 1798. La principal logia fue dirigida por Murillo y estuvo íntimamente ligada con los revolucionarios del Cusco, encabezados por Gabriel Aguilar, que vino a La Paz a ponerse en contacto con los patriotas paceños, que conspiraron en juntas secretas, con “el deliberante propósito de constituir una república independiente, que sería gobernada por el elemento americano, sin
FOTO: RRSS
Luis Oporto Ordóñez
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FOTOS: TOMADO DE BOLIVIATRAVELSITE.COM
BIBLIOTECAS E ILUSTRACIÓN: GERMEN DE LA IDENTIDAD DE PATRIA
excluir al europeo siempre que éstos se solidarizaran con la causa, [y] trabajaban por darle la libertad apetecida [a la patria], y la separación de la madre patria”. Empezaron a principios de junio de 1809, en casa de María Josefa Pacheco. El 20 del mismo mes en la casa de Juan Basilio Catacora; se reunió el 24 de junio en casa de Juan B. Sagárnaga, en la que juraron “encabezar y sostener la revolución, defenderse y protegerse mutuamente”. Vino la junta de 27 de junio. La del 12 de julio en el domicilio de Sebastián Figueroa en el barrio de la Cruz Verde, en la que pidió “degüello para los españoles” y se resolvió dar el golpe la noche del 16 de julio, fiesta de la Virgen del Carmen. Otras reuniones se realizaron en la casa de José Alquiza y Foronda, situada en Chalwakhatu (mercado de bogas), actual Junín; José de Herrera instaló un club revolucionario en su casa en el barrio de Mejahuira, calle Morcellería; otras veces, se realizaron en la tienda de Tomás Rodríguez Palma, en el puente de San Francisco. Las logias secretas, el jueves santo, se congregaron en la casa de Bartolomé Andrade. Faustino Cabezas de Loza, asesor de la logia, se retiró a su finca en Yungas, donde fue envenenado por su administrador, por orden realista. Rodrigo Flores Picón, esposo de María Vicenta Juariste Eguino, fue uno de los primeros en afiliarse a los clubes secretos, “trabajando para su propaganda, su posible realización, su triunfo” y la primera víctima del gobernador Burgunyó que envenenó a los patriotas.
JUNTAS DE LA REVOLUCIÓN
Gregorio García Lanza, integró el núcleo de las juntas secretas, fue asesor del cabildo, lo que le permitió imponerse de algunos secretos de Estado. José de Herrera, instaló el club revolucionario en su casa, “en el que estaban iniciados personajes de alta valía”, fue otra víctima del gobernador Burgunyó. Romualdo Herrera trabajó secretamente por la independencia desde 1798, fue capitán de Pedro Domingo Murillo, época en la que “se multiplicaron los pasquines incitantes de revolución”. Francisco Javier Iturri Patiño, asistió a las juntas secretas en las que fue muy activo, mandaba proclamas en quechua a los pueblos. Juan de la Cruz Martínez Monje Ortega, amigo de todos los patriotas, concurrió a todas las juntas secretas, fue asesor de la Junta Tuitiva, luego desempeñó la cartera de Gracia y Justicia. Juan Bautista Sagárnaga, trabajó por la independencia de la patria desde 1806, época en la que “aparecían pasquines indicantes de la revolución en todas las calles, únicos medios de publicación”; fue encargado de levantar los planos de las fortificaciones. José Manuel Aliaga, cura, tuvo acceso a los papeles y correspondencia del Obispo La Santa, “comprobantes de la conspiración carlotina del obispo”, que prometió mostrar a los miembros de la Junta; adicto a la revolución fue su propagandista; participó en las juntas secretas de 24, 27 de junio y 12 de julio. Bartolomé Andrade, fue nombrado alcalde segundo de la Hermandad en el cabildo de 1° de
Los patriotas poseían sendas bibliotecas que contenían obras de pensadores franceses e ingleses, como el Contrato Social de Rousseau y otros que trataban ideas prohibidas por España, como la soberanía popular, la división de poderes en el gobierno de las naciones, doctrinas consideradas “peligrosas” que se leían en clubes secretos de patriotas rebeldes. Pedro Domingo Murillo formó una selecta librería en 1797, llegando a acopiar 82 ejemplares, los que fueron incautados en agosto de 1805, al igual que la biblioteca de Gregorio García Lanza que “lleva un sello especial”, “con 827 volúmenes que secuestró Guerra en la casa de Bernardo Callacagua, donde se halló”. La estrategia de usar la palabra impresa, signo de modernidad en el siglo XVIII y XIX, se adapta a las formas culturales de Charcas, en una especie singular de cultura política híbrida que emplea el método moderno de Europa (los clubes literarios) que conjunciona con los anhelos de libertad e independencia de la madre patria, España, empleando para ese fin una red de inteligencia que conglomera a la elite criolla, hasta entonces excluida de la vida política en las colonias de España. La apropiación del conocimiento por la vía de las bibliotecas particulares, vendrá a ser la exitosa estrategia independentista pues generan una convicción de “lucha justa” por una vida independiente en sectores favorecidos por la administración colonial. Las ideas de la Ilustración llegan hasta América española, por una acción meditada de las propias elites de la España moderna de esa época, quizá por efecto de la propia guerra de independencia librada por España contra Francia que había ocupado su territorio peninsular, forzando a una apertura “democrática” que no obstante no logró aplacar la propia sed de independencia que se generó en las colonias de España en América. Los clubes secretos fueron efectivos a la hora de difundir los ideales de independencia y una lucha frontal contra el imperio español que para aplastar la rebelión envió al Perú a lo más granado de su elite militar, los jóvenes mariscales que derrotaron a los ejércitos de Napoleón. La fórmula del debate y el análisis crítico de la realidad fue importada desde Europa, pero la savia de la independencia surgió desde la mentalidad de las elites criollas de los Andes, en un interesante y poco estudiado episodio en el que sobresale, la importancia de las bibliotecas.
enero de 1809; integró las logias secretas. Un caso singular es el de Mariano Tituataunchi, indio noble de Copacabana, “descendiente de la estirpe de los antiguos soberanos del Perú”, quien recibió educación en el Cusco, por lo que “escribía y leía el latín casi con perfección”, fue amigo de la causa patriota, “en correspondencia con todos los demás próceres de la independencia, trabajó con toda entereza de su alma por los intereses de su patria”. Hubo también casos singulares como el de Baltazar de Alquiza que “se afilió al partido por la independencia y participó en las juntas secretas; sin embargo, formó parte del tribunal instaurado por Indaburo que sentenció la ejecución del patriota Pedro Rodríguez”.
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DOMINGO 21 DE NOVIEMBRE DE 2021
NACIÓ EN BERLÍN, EN 1906, EN UNA FAMILIA HUMILDE PRUSIANA
Walter Reuter, el fotógrafo que ayudó a enjuiciar a Hitler La biografía del alemán parece una novela o una película. Su hija Hely habla con DW acerca de su azarosa vida y su obra. DW / Ahora El Pueblo
Walter Reuter vivió una odisea por varios países de Europa, África y América, como combatiente, perseguido por los nazis, exiliado, apátrida, aventurero y preso. También fue un fotógrafo fundamental para la historia del siglo XX, al que un premio periodístico en México honra desde hace 15 años.
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ació en Berlín, en 1906, en una familia humilde prusiana y murió en la ciudad mexicana de Cuernavaca, en 2005. En su juventud, Reuter tuvo que escapar de Alemania, donde sus fotografías ayudaron a enjuiciar a Adolfo Hitler en 1931 por el ataque de los Camisas Pardas un año antes al Palacio Edén, centro de reunión de la izquierda.
“En 1929, mi padre, quien era fotograbador, pidió una cámara prestada e hizo un reportaje gráfico de la manifestación del 1 de mayo, en que hubo muertos, y se lo llevó a la revista Arbeiter Illustrierte Zeitung que le pagó seis veces más que lo que ganaba en la imprenta donde trabajaba”, dice a DW su hija menor, Hely Reuter, radicada en Cuernavaca. Eso marcó el inicio como fotoperiodista para distintas publicaciones de izquierda de Walter Reuter, cuyo padre, chofer de tranvía, peleó en la Primera Guerra Mundial, mientras su madre limpiaba los camerinos de un tren. Hitler nunca olvidó la afrenta. Una vez que se hizo con el poder, ordenó a sus esbirros capturar a Hans Litten, el abogado judío que lo sentó en el banquillo, apoyado por las imágenes que durante largo tiempo Reuter captó de las atrocidades cometidas por la Sturmabteilung (SA). Aunque parte de su trabajo se perdió, producto de las circunstancias, la familia Reuter cuantifica su acervo gráfico en más de 100.000 piezas. La mayoría está en México, a donde el fotógrafo llegó en 1942 con su primera mujer, Sulamith Siliava, de origen judío, y su primogénito Jasmín, quien vino al mundo en Málaga en 1934.
LA CÁMARA DE LA GUERRA CIVIL
Adolf Hitler, político, militar y dictador austríaco nacionalizado alemán.
Al huir de Alemania, narra Hely, “le dejó todos sus negativos a su hermano Erich, quien los escondió. Luego los quemó porque los nazis buscaban a mi papá y sus fotos. Mi padre y su familia se quedaron un tiempo en España, pero al empezar la guerra civil mandó a su esposa e hijo a Francia”. Hombre de firmes convicciones libertarias, pero de gran sensibilidad, Reuter se enlistó en las Juventudes Socialistas Unificadas para pelear contra el fascismo español. La violencia no era lo suyo; en vez de balas, disparó la cámara cada día, de 1933 a 1939. “Fotografió prácticamente toda la Guerra
Civil Española. Era el fotógrafo del gobierno. Recién encontraron allá una lata con algunos negativos”, la que está siendo catalogada y estudiada por tres expertos. En una trinchera en la batalla de Teruel conoció a Ernest Hemingway. Entabló amistad con su compatriota Gerda Taro y trabajó para Robert Capa, quien le pagaba con papel para imprimir sus fotos. Pese a todo, Walter Reuter nunca se avergonzó de ser alemán, nacionalidad que le quitó Hitler, ya como Canciller. No la recuperó hasta 1957. Cantaba canciones antiguas o populares de Alemania, a la que regresó 27 años después de su escape. Hely, quien custodia las 97 mil imágenes del acervo de África y México, recuerda: “Estaba muy orgulloso de su origen germano. Le preguntabas si era alemán y decía soy berlinés. Leyó siempre en alemán, hablábamos alemán con él en casa, pero en México encontró una vida, aunque nunca se nacionalizó mexicano”. En ese país murió Sulamith, con quien procreó su segunda hija, Almuth. Poco después, Reuter conoció a Ana María Araujo, su segunda esposa y madre de otras tres hijas, una de ellas Hely, durante una unión de casi medio siglo.
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Hely Reuter, hija del fotógrafo Walter Reuter.
Walter Reuter, soldado fotógrafo. Alrededores de Madrid, enero de 1936.
La maleta de un “viajero por la libertad”.
Walter Reuter se sentía berlinés.
Hitler nunca olvidó la afrenta. Una vez que se hizo con el poder, ordenó a sus esbirros capturar a Hans Litten, el abogado judío que lo sentó en el banquillo, apoyado por las imágenes que durante largo tiempo Reuter captó de las atrocidades cometidas por la Sturmabteilung (SA)”.
SIN PERDER LA SONRISA
Antes del episodio mexicano, a poco de comenzar la Segunda Guerra Mundial, el que fuera prófugo de los nazis y un hombre siempre pacífico, fue detenido por ser alemán en Francia, a donde cientos de personas como él escaparon al caer la República española. Hely cuenta: “Al terminar la guerra civil llegó a Francia por los Pirineos. Era uno de los inviernos más terribles y decía que mucha gente murió, niños y ancianos por montones. El podía hablar de todo, pero de España casi no hablaba. Creo que fue muy duro”. De carácter afable, amaba conocer gente, tomar café y fumar. Tocaba armónica y guitarra. Iba a funciones de danza y teatro, muchas captadas por su lente. En su patria probó la actuación en 1924, incluso protagonizó una obra de teatro en Heidelberg, sin embargo “eso no le daba de comer”. Cinco veces lo perdió todo, excepto la sonrisa, el entusiasmo, el coraje, la alegría de vivir y un carisma que le salvó hasta en los momentos más trágicos. Su hija relata un sinfín de anécdotas para ejemplificarlo, como cuando Walter Reuter convenció a sus captores franceses de mandarlo a África, o cuando en Casablanca, Marruecos, a bordo de un barco, él y dos alemanes más fueron secuestrados, encadenados y enviados a Argelia a construir el tren transahariano, bajo el mando de la Legión Francesa. “En Argelia estuvo de 1939 a 1942 en campo de trabajos forzados, comiendo lentejas con moscas, mientras Sulamit desde Francia hace todo lo posible por conseguir una visa para salir de Europa”, cuenta cual si se tratase de un filme. Su mujer obtuvo el anhelado documento del diplomático Gilberto Bosques, “el Schindler mexicano”. Notificado por carta y ayudado por sus amigos argelinos, Walter logró fugarse de nuevo, reunirse con los suyos en Casablanca y partir rumbo al puerto mexicano de Veracruz en el barco portugués Saint Thomé. Solo llevaba un abrigo y un negativo en la mano.
EL LEGADO FOTOGRÁFICO Conflictos europeos, reuniones políticas e intelectuales, la cotidianidad de las sociedades que conoció, paisajes o figuras públicas son algunos temas tomados por sus cámaras Leica y Contessa Nettel o con la que consiguió en préstamo de un guardia galo en África a cambio de su ración de vino. Una pequeña selección de ellos quedó resguardada en una maleta creada por Hely, encuadernadora de profesión, con el nombre “Walter Reuter, viajero por la libertad 1906-2005”. Se mostró en el Goethe-Institut de México a diez años del fallecimiento del fotógrafo que vivió 63 años en ese país. “Un mes antes de ser fusilado Federico García Lorca, mi papá lo visitó en Granada. De qué hablaron, no lo sé”, explica la autora de la singular exposición al desplegar un acordeón con miniaturas de sus fotos sobre un montaje de “La casa de Bernarda Alba”. Walter Reuter incursionó también en el séptimo arte. Fue cinefotógrafo y camarógrafo en más de 50 documentales, resguardados en la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México. Al morir, la mitad de sus cenizas se dispersaron en Chicahuaxtla, un poblado del estado de Oaxaca, habitado por indígenas triquis, a los que admiraba y respetaba. De ahí obtuvo sus imágenes favoritas, una serie llamada El viento limpia el alma, descrita así por su hija: “Hay mucha neblina. Es la feria del pueblo y hay una enorme fila de gente esperando subir al carrusel, una y otra vez. Él les pregunta por qué intentan subir y una señora le dice: porque el viento limpia el alma”.
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