SUPLEMENTO CRÓNICAS NRO 31

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AÑO 1 - N°31

La oligarquía invisibilizó la historia de los trabajadores para esconder la explotación Págs. 6-7 Reseña del libro más solicitado en las escuelas a mediados del siglo XX

Restauran la película ‘Alias la Gringa’, que cuenta la historia de un preso famoso

Música y musicalidad en la región del Caribe, Cuba a la cabeza

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FOTO: TOMADA DE EL ALTO DIGITAL

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RUPLARES ES UN PROYECTO VENEZOLANO

Esculturas con llantas recicladas van tras un récord Guinness

La propuesta artística de Jonathan Delgado se ha hecho viral entre los famosos que adquieren sus obras debido a su llamativo y poco común acabado. Orlando Rangel Y. / RT Todo comenzó cuando Jhonathan Delgado regresó a su país para tomar unas vacaciones. En aquella oportunidad, el joven nacido en el estado llanero de Barinas, al suroccidente de Venezuela, transitaba por una de las carreteras e hizo una parada.

A

l bajarse del vehículo observó un local donde vendían artesanías y distintos objetos utilitarios, entre los que encontró piezas hechas con gomas de neumáticos reciclados. Una de ellas era de un ave que obtuvo toda su atención y la hizo pensar que al regresar a España —donde vive desde pequeño junto a su madre— podría dedicarse a realizar obras de arte a partir de las llantas recicladas. Así nació el proyecto artístico Ruplares, una propuesta que dirige Jonathan junto a su novia Zoleidy Rentería y su primo John Anderson, que comenzó a tomar forma en noviembre de 2015 en la isla española de Fuerteventura, la segunda más grande de las islas canarias.

RT conversó con este joven venezolano para conocer en detalle su propuesta artística, que tiene entre sus principales metas establecer un récord Guinness al crear la escultura más grande del mundo realizada con caucho reciclado.

CABRA SURFERA PARA FUERTEVENTURA

Para la obra con la que busca imponer el Guinness, Jonathan necesita que un ingeniero apruebe el proyecto y lo firme. “La idea es hacer una cabra surfera, que es típica de la isla. El problema es que he tenido que buscar arquitectos e ingenieros para hacer el proyecto, porque en España piden muchos papeles para obtener el permiso, pero ninguno se anima, no se

DIRECTOR Marco Antonio Santivañez Soria

EDITOR DE CRÓNICAS Oscar Alarcón Ticona

CORRECCIÓN José Maria Paredes Ruiz

Redes Sociales

EDITOR GENERAL Oscar Alarcón Ticona

COLABORARON: Luis Oporto Ordóñez Homero Carvalho Oliva Claudio Sánchez Víctor Montoya Melina Valencia Achá Orlando Rangel

DIAGRAMACIÓN Gabriel Omar Mamani Condo

www.ahoraelpueblo.bo La Paz-Bolivia Calle Potosí, esquina Ayacucho N° 1220 Zona Central, La Paz Teléfono: 2902587

JEFE DE REDACCIÓN Clayton Benavides Arteaga

FOTOGRAFÍA Jorge Mamani Karita


3 Un unicornio exhibido en el Museo Ruplares de la isla de Fuerteventura, España

¿CÓMO INICIÓ TODO?

Jhonathan recuerda que desde su viaje de vacaciones a su país natal, pasaron años para que se diera la oportunidad de comenzar a realizar su primer proyecto: un ave como la que había visto en Venezuela. “Aquella que vez volví a Venezuela y vi las cosas hechas con caucho de carro dije, en España reciclan mucho, me voy a llevar la idea para allá. Pero durante tres años no hice nada, hasta que un día fui a cambiar las ruedas y le dije al mecánico, déjamelas que voy a probar algo”. El primer trabajo lo inició junto a su pareja, ella decidió ayudarlo a crear, todo de forma autodidacta, y dieron origen a Ruplares, acrónimo de “Ruedas, Plantas y Reciclaje”, que comenzó con varias creaciones como zarcillos, llaveros, camas para mascotas, maceteros, adornos, entre otros objetos. “Comencé con mi chica y traté de hacer una pieza como la que había visto en Venezuela, pero no me salía, nunca me salió. Tuvimos que comprar una caladora, porque era muy difícil cortar el caucho que tenía alambre. Luego se nos ocurrió probar con caucho de moto, fui al taller, lo probamos y salió muy bien”. Tras años de trabajar el caucho con pedidos que les hacían, deciden volver a intentar con una pieza de arte. “Un día dijimos, ‘vamos a intentar hacer a un animal’ e hicimos un lobo. Nos encantó y decidimos llevarlo a una tienda de bicicletas donde nos daban las ruedas. El día que lo llevamos, una persona nos vio y se enamoró. Nos dijo que lo quería comprar, le dimos precio y nos pagó de una vez”. Tras esa primera venta, Ruplares comenzó a realizar más piezas de arte. “Vimos que gustaba mucho, porque es algo diferente, no es común. El cliente que nos compró el lobo ahora tiene como 12 obras nuestras y siempre nos pide”.

AYUDAR AL MEDIOAMBIENTE

Delgado resalta que si bien en España hay una buena cultura de reciclaje, también existe un gran problema con los neumáticos, pues se acumulan por cantidades en extensos lugares que se han incendiado y generan mucha contaminación. “La gente no sabe qué hacer con tanto caucho y se me ocurrió que al menos un porcentaje de eso podría restar al mundo y convertirlo en arte. Entonces, busco los neumáticos en los talleres o ellos me llaman, si no, les toca pagar para que el camión se les recoja”. Una vez los lleva a su taller, Jonathan prepara los cauchos, los lava y corta para dejar las gomas listas. “Al principio era difícil, tardaba, porque hay mucho caucho que tiene alambre, sin embargo, con la práctica te adaptas. Con los años le he ido agarrando el truco, ya sé cuál rueda tiene alambre y cuál no, o cuál es mejor para una cosa u otra”. Y el aprendizaje ha valido la pena: “Lo más gratificante, además de reciclar, es ver que de una llanta que estaba en la basura surgen obras espectaculares. También me anima mucho las reacciones de la gente, me motivan a seguir, como ha sido el reconocimiento de famosos que me escriben y compran mis obras”. Delgado comenta que una de las piezas que más les ha costado trabajar fue un barco saliendo de una pared que les pidió un cliente, y que finalmente vendió en casi 4.000 euros. Ruplares trabaja piezas de distintos tipos, todo depende de lo que le pidan sus clientes. Envía sus obras a distintas regiones del mundo y prueba de ello son los pedidos realizados por varios intérpretes de música urbana como Ozuna, Baby Rasta, entre otros representantes de la farándula.

EL MUSEO

La iniciativa artística gustó tanto que, en julio de 2019, sus integrantes decidieron abrir el Museo Ruplares para que turistas y residentes pudieran comprar y ver sus obras en Puerto del Rosario. Meses después, con la entrada de la pandemia del covid-19, el museo tuvo que bajar las persianas y hasta la fecha se mantiene así. “Tuvimos que cerrar por el tema del coronavirus y hasta que no se estabilice prefiero no puedo abrir. Es mejor que pase todo pero ahora estoy pensando en abrir uno al aire libre, en un campo”. “Aparte del museo que abrimos, siempre iba a exponer las obras en distintos espacios y la gente siempre reaccionaba positivo. Eso es lo que me hace seguir creando”, comenta Delgado, quien resalta que no es fácil comenzar un proyecto personal.

Jonathan Delgado junto a un ‘Depredador’ de dos metros de altura y una pantera.

LA AREPERA LLANERA Delgado no se dedica exclusivamente a la venta de arte. Su principal fuente de ingresos es un restaurante dedicado a la venta de la tradicional arepa venezolana, un local que ha sido reconocido como el mejor de Fuerteventura. “Actualmente no me dedico solo al arte. Tengo una arepera, la única en la isla, y me dedico a ambos emprendimientos. Tengo cuatro años trabajando y nuestro restaurante, “Arepas Llaneras”, que está catalogado como el número uno de la isla en las reseñas de Tripadvisor”, comenta. En su momento, la idea de llevar este plato de comida típico de Venezuela a una isla de España le sonaba raro a muchos de los residentes, que le comentaban que no iba a tener éxito. “En los dos negocios, tanto en las ruedas como en la arepera, había personas que se reían de lo que hacía”. “Con la arepera me decían que eso no iba a funcionar, que la gente era muy cerrada. Con el arte también me reclamaban que sino tenía otra cosa qué hacer, pero no les paré, seguí con mi sueño y gracias a Dios me ha ido bien”. Por ejemplo, comenta, en la arepera las personas al principio estaban un poco reacias a probar. “Pero cuando degustan las arepas les encantan, dicen que tienen un sabor único y se llevan las pelúas, la reina pepiada, las sifrinas, todas”. El éxito de los proyectos de Jonathan junto a su familia lo resume en la satisfacción de sus clientes. Resalta que ese sentimiento lo llena de orgullo, como cuando le escriben personas famosas para adquirir sus obras y luego comparten imágenes de ellas en sus redes sociales. “La primera vez que hablé con uno de los famosos no me lo creía, y cuando esa persona tenía mi obra en sus manos casi ni pude dormir de lo impresionado que estaba. Eso ha ayudado a que se forme una cadena que ha puesto mi trabajo a la vista y que mis obras viajen a cualquier parte del mundo”.

FOTOS: RUPLARES

arriesgan a darle el visto bueno”, explica. Con ese documento, Ruplares llevaría la propuesta al gobierno local, que ya tiene conocimiento de la propuesta, para que determine qué tipo de obra aprobarían. “Sólo falta la autorización del arquitecto que diga que la obra es viable y segura, pero con los que he hablado no se arriesgan porque en la isla hay mucho viento y eso se convierte en un problema”. La obra que planea realizar tendría una medida de 15 metros de alto, por lo que necesitaría el apoyo de al menos seis personas y requeriría varios meses de trabajo. Para lograr su cometido, explica, debería hacer que la cabra sea mucho más larga de lo que pensaba originalmente, pues así podría eliminar el impacto del viento por las fuertes corrientes de aire y conseguir que la pieza sea aprobada.


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EL ‘PRONTUARIO ESCOLAR’ FUNCIONABA COMO UN DICCIONARIO

El libro más solicitado a mediados del siglo XX en las escuelas bolivianas Estaba antes de la proliferación de las bibliotecas públicas y, desde luego, antes de que los estudiantes dispusieran de computadoras y empezaran a visitar archivos virtuales. Víctor Montoya Cierto día, mientras curioseaba algunas rarezas en una feria de libros usados en la ciudad de El Alto, saltó a mi vista una vieja edición del ‘Prontuario Escolar’, que tenía las tapas estropeadas y las hojas amarillentas de tanto haber pasado de mano en mano y haber sido usado como la principal fuente de consulta de conocimientos generales.

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o compré a un precio módico, con la idea de conservarlo en mi biblioteca personal, como uno de los pocos libros que leí y releí una infinidad de veces durante mi infancia y adolescencia. Mi reencuentro con el ‘Prontuario Escolar’, después de algunas décadas, me provocó la misma sensación que tuve cuando me reencontré con el libro de lectura ‘Alborada’, que tuve en el primer año de la escuela primaria (actualmente denominada “unidad educativa” de nivel primario) y con el que aprendí a leer las primeras palabras de mi vida, aunque no siempre de un modo satisfactorio, debido a que tuve muchas dificultades en cazar las sílabas y formar palabras, como consecuencia de una dislexia más de carácter psicológico que neurológico. A veces, cuando la profesora, señalándome las letras con el dedo índice, me pedía que leyera una palabra, yo no podía leer la palabra silabeando, sino que me fijaba en la imagen que la representaba y fingía que la estaba leyendo correctamente. Este truco me sirvió hasta el día en que la profesora descubrió que aún no había aprendido a leer, a diferencia del resto de mis compañeros de curso, que ya sa-

bían silabear y hasta leer de corrido, sin atufarse ni tartamudear. Este libro de texto, “Alborada” (lectura y escritura), fue elaborado para el primer curso de primaria por las hermanas Albertina Condarco de Duchén y Laura Condarco de De la Quintana, educadoras orureñas de larga trayectoria en el ámbito de la enseñanza primaria. Volviendo al ‘Prontuario Escolar’, un antiguo libro de texto y de consulta, debo comentarles que, al estilo del ‘Pequeño Larousse Ilustrado’ u otra publicación compacta, era una suerte de enciclopedia elaborada por los profesores y esposos Isaac Maldonado y Fidelia Ballón de Maldonado, quienes usaron toda su experiencia pedagógica para estructurar este material didáctico, con la intención de que tuviera un uso apropiado en la educación de tercer grado de primaria; pero que, en realidad, se convirtió en un libro de consulta para educadores y educandos en general. A decir verdad, no conocí en mi infancia otro libro que cumpliera la misma función que esta “breve enciclopedia”, donde estaban com-

Una biblioteca es como un gabinete mágico, donde están encantados los mejores espíritus de la humanidad”. RALPH WALDO EMERSON

pendiados todos los contenidos culturales indispensables para los estudiantes de educación primaria y secundaria; por lo tanto, era también un manual de consulta obligada y útil para los profesores que, más que tener la “Biblia” como libro de cabecera, tenían al ‘Prontuario Escolar’ como al principal auxiliar en la preparación de sus lecciones.

GABINETE MÁGICO

El ‘Prontuario Escolar’ era el libro más solicitado a mediados del siglo XX en las escuelas bolivianas, antes de la proliferación de las bibliotecas públicas y, desde luego, muchísimo antes de que los estudiantes dispusieran de computadoras y empezaran a visitar las bibliotecas virtuales, ingresando a diferentes plataformas de Internet, con la intención de navegar por las redes que conducen, de manera rápida y efectiva, hacia las publicaciones digitales que les proporcionan toda la información que requieren para resolver sus deberes escolares, sin pagar un solo centavo y sin moverse del escritorio, debido a que ahora, a diferencia del pasado, toda la información no está en la mente del profesor, sino en el disco duro de una computadora, aparte de que las modernas tecnologías de información y comunicación nos han puesto al alcance de las principales bibliotecas virtuales del mundo, incluida la gigantesca Enciclopedia Libre ‘Wikipedia’, que desde sus inicios ha absorbido las búsquedas de información sobre cualquier tema. Aunque en casa no teníamos una amplia biblioteca familiar, ni conocía la excelente apreciación de Ralph Waldo Emerson, quien decía: “Una biblioteca es como un gabinete mágico, donde están encantados los mejores espíritus de la humanidad”, les echaba un vistazo, de cuando en cuando, a los pocos libros que tenía

FOTO: UNICEF

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mi madre, no en su dormitorio, sino apilados en una vitrina que ella puso, por motivos que desconozco, en una esquina de mi pequeño cuarto; más todavía, si mi madre tenía algunos libros de su interés, y que los compraba con su magro salario, no fue tanto porque disponía de todo el tiempo del mundo para leer, sino porque era profesora de educación primaria y secundaria, y una madre, como todas las “amas de casa” en los centros mineros, con una pila de hijos, que reducían a casi nada su tiempo para dedicarse a la lectura. Pero, aun así, a pesar de su ardua labor como madre y profesora, era interesante observarla que, algunas noches, recostada ya en la

cama, leía un libro hasta que se le cerraban los ojos de cansancio y el libro se le caía con las páginas abiertas sobre la cara o el pecho. Yo, a diferencia de mi madre y ante la ausencia de una literatura apropiada para mi edad, sacaba de la vitrina el ‘Prontuario Escolar’ para mirar las ilustraciones de las páginas donde se describía la anatomía humana, con una curiosidad por saber cómo estaba constituida la parte interior de los seres humanos. Las imágenes, que no eran muy prolijas ni detalladas, estaban dibujadas a plumilla. No eran las más apropiadas para satisfacer la curiosidad de un niño precoz, pero describían de un modo general las funciones de los órganos sexuales masculinos y femeninos; desde luego, todo un mundo desconocido para un niño desinformado y provinciano. Reitero que los dibujos y gráficos consignados en las páginas del ‘Prontuario Escolar’ tenían un carácter más ilustrativo que estético; es decir, no eran para reproducirlos en el pizarrón ni en los cuadernos. Y, peor aún, las ilustraciones que acompañaban a los textos no eran de buena calidad, como exige un libro destinado a los adolescentes y niños. Sin embargo, considerando que este tipo de publicaciones correspondían a una época en la que no se daba la suficiente importancia a las imágenes de carácter profesional y a todo color, era natural que no cumplieran con los estándares que se exigen en la actualidad.

‘ODA AL DICCIONARIO’

El ‘Prontuario Escolar’, desde un punto de vista práctico, funcionaba como suele funcionar un diccionario de la lengua castellana, donde uno busca el significado de una determinada palabra y el diccionario proporciona su significado, etimología, ortografía y apartados particulares con sinónimos, antónimos, conjugación de verbos y reglas gramaticales en general. Al fin y al cabo, como escribió Pablo Neruda en

su ‘Oda al diccionario’, dándole realce a este libro elemental para la mejor comprensión del idioma, decía: “Diccionario, no eres tumba, sepulcro, féretro, túmulo, mausoleo, sino preservación, fuego escondido, perpetuidad viviente de la esencia, granero del idioma...”. Recuerdo que, cuando cursaba el ciclo intermedio, mis compañeros de curso acudían a mi casa, cada vez que los profesores nos llenaban con tareas hasta el pescuezo, para buscar los datos en el ‘Diccionario Enciclopédico Ilustrado Sopena’ o en el ‘Prontuario Escolar’, que estaban en la pequeña vitrina de mi cuarto, convertido ocasionalmente en biblioteca sin serlo, no al menos como esas bibliotecas atestadas de libros que han existido desde hace miles de años, precedidas por la más notable biblioteca de la antigüedad que fue la de Alejandría, en el actual Egipto. Los muchachos, casi sin ningún hábito de lectura, no tenían necesidad de hojear los tomos del ‘Diccionario Enciclopédico Ilustrado Sopena’, si toda la información que buscaban podían encontrarla en el ‘Prontuario Escolar’, un manual práctico desde todo punto de vista. Sin embargo, lo que mis compañeros de colegio desconocían por entonces era que cada uno de los cinco tomos de la ‘Enciclopedia Sopena’, aunque pesaba más que la pata de un muerto y no era fácil de manipularlo por su volumen, era no solo una auténtica joya impresa, sino también como bien lo definía Jorge Luis Borges: “el más grato de los géneros literarios”, porque en ese laberinto de palabras había de todo, como de todo había en un almacén de abarrotes. Recuerdo todavía que esa Enciclopedia, que lucía en la vitrina de mi cuarto como una monumental obra escrita por el Espíritu Santo, estaba editada en Bolivia, encuadernada con tapas verdes, bandas horizontales y letras doradas, bajo licencia del famoso editor español Ramón Sopena. El ‘Prontuario Escolar’, elaborado desde una perspectiva didáctica, era un “manual de consulta”, donde los educadores y los educandos podían encontrar una información básica sobre ciencias naturales y estudios sociales. Los temas estaban estructurados en forma de lecciones esquemáticas, siguiendo los principales números de las materias que contemplaban los programas escolares graduados de la centuria pasada.

UN COMPAÑERO El ‘Prontuario Escolar’, de tanto que lo usaba para hacer mis tareas, se convirtió en mi mejor compañero durante mucho tiempo. Si no entendía la lección impartida por los profesores en la escuela o en el colegio, recurría a este libro que me enseñaba sin pegarme ni regañarme. Eso sí, como todo alumno más afectivo a las letras que a los números, la parte que menos consultaba era la sección dedicada a los temas del cálculo, medidas y formas, porque no eran temas de mi interés, a pesar de que incluía operaciones fundamentales, instrumentos básicos para la exacta y rápida solución de los problemas numéricos aplicables a las necesidades de la vida cotidiana. El ‘Prontuario Escolar’, libro pensado para servir como “manual de consulta” para los profesores, que necesitaban un “material auxiliar” para salir de apuros a la hora de preparar sus lecciones, conforme a lo establecido por los Programas Oficiales de Enseñanza Primaria y Secundaria, se convirtió, a falta de una

literatura escrita exclusivamente para los adolescentes y niños, en un libro que se leía y releí una y otra vez, debido a que tenía las mismas características de una brevísima enciclopedia ilustrada, de contextura práctica y fácil manejo. En lo que a mí respecta, atento lector, mi reencuentro con la ya mencionada edición del ‘Prontuario Escolar’, con tapas ajadas y hojas amarillentas por el uso y el tiempo, me devolvió a mis años de infancia, refrescándome la memoria entorno a la importancia de mi primer libro de texto, con el que aprendí a leer y escribir, y las enciclopedias y diccionarios ilustrados que contribuyeron en mi formación tanto humana como profesional. Por lo demás, el antiguo “Prontuario Escolar”, así sea superado por las modernas ediciones en soporte papel y digital, será siempre uno de esos libros destinados a ocupar un sitial privilegiado en el principal estante de mi biblioteca personal.


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LA OLIGARQUÍA INVISIBILIZÓ LA HISTORIA DE LOS TRABAJADORES

Archivos sindicales guardan la memoria de la clase obrera

Luis Oporto Ordóñez (*) La labor de documentar la historia fue monopolio de la élite al servicio de la clase dominante y de los gobiernos que actúan en función de sus intereses. Por su carácter de clase, la élite intelectual dedicó sus esfuerzos a reconstruir una historia de prohombres: presidentes, militares, abogados, curas y escritores. Un error de fondo caracteriza ese esfuerzo: la creencia de que los individuos son los que determinan el curso de la historia.

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onsecuentes con la visión mesiánica de la Historia, mantienen intacta la herencia darwinista social por lo que invisibilizan al indio, al obrero, a las mujeres, a tiempo de descargar sobre ellos las responsabilidades históricas del atraso y el subdesarrollo del país. El estudio de la actividad minera de Bolivia privilegió temas industriales, tecnológicos, biográficos, políticos y económicos, dejando al margen, o al menos con vacíos notables, la labor sindical y política de los obreros y las mujeres de las minas. La oligarquía invisibilizó la historia de los trabajadores para esconder la explotación laboral, la represión sistemática, los despidos selectivos, la conculcación de los derechos laborales e inclusive la eliminación física selectiva de los dirigentes. Eso explica que los movimientos sociales en general y la clase obrera en particular, carezcan de historias que expliquen su trayectoria, identifiquen sus héroes y sus principales hitos, sociales, culturales y políticos. Los obreros aparecen esporádicamente en la historiografía al narrar las masacres, las huelgas, la represión, el exilio, los destierros y la violencia. Los muestran como víctimas, pero nunca como constructores de la nacionalidad y niegan sus aportes al desarrollo de la sociedad.

INTELECTUALES COMPROMETIDOS

Los obreros, sin embargo, tuvieron apoyo de intelectuales orgánicos, quienes, al formar parte natural de las élites, dominaron la palabra escrita y oral. Su compromiso con la

causa del proletariado, recuperó su papel en la historia, volcando sus esfuerzos y su conocimiento para apoyar las reivindicaciones sociales de los trabajadores. Entretanto, la clase obrera visualizó una estrategia para trascender su experiencia y perpetuar su memoria, mediante el acceso de los obreros a la educación; la formación de bibliotecas políticas obreras; la creación de centros de discusión política y de formación de cuadros políticos. Ante ese evidente vacío, intelectuales orgánicos y los propios obreros asumieron el desafío de escribir historias de síntesis, siendo los pioneros Trifonio Delgado (1910-1977), obrero intelectual nacido en Uncía, dejó su testimonio con el título de Cien años de lucha obrera, publicado póstumamente en 1984. Agustín Barcelli, autor de Medio siglo de luchas sindicales revolucionarias en Bolivia, en la que ‘por primera vez figuran las multitudes actuando y pensando en la historia de Bolivia’, identificando 67 hitos del movimiento obrero y popular. Guillermo Lora (1922-2009), dirigente del Partido Obrero Revolucionario, conspirador profesional, autor de la célebre Tesis de Pulacayo. Su obra cumbre Historia del Movimiento Obrero Boliviano es un referente para conocer, comprender y analizar la trayectoria del movimiento obrero boliviano, con sus victorias y sus derrotas, sus momentos gloriosos, sus masacres y sus mártires, al que se suma su invaluable Diccionario Político Histórico Cultural de Bolivia (1985). Su vasta producción intelectual se refundió en sus Obras completas (1942-2002), en 70 volúmenes.

FOTO: TOMADA DE ALERTA LABORAL

Los obreros contaron con el apoyo de intelectuales orgánicos, quienes, al formar parte natural de las élites, dominaron la palabra escrita y oral. Su compromiso con la causa del proletariado les hizo volcar sus esfuerzos y su conocimiento para apoyar las reivindicaciones sociales.

La represión contra los trabajadores mineros fue constante en los regímenes dictatoriales y en el período neoliberal.

Trifonio Delgado

ARCHIVOS PERDIDOS

La clase obrera carece de archivos organizados, pues estos recursos de memoria fueron destruidos sistemáticamente a lo largo de la historia. Estas son algunas de las causas de la inexistencia de Archivos de la clase obrera: Destrucción sistemática de la memoria histórica. Los archivos sindicales fueron considerados objetivos ideológicos. A la prisión de los dirigentes se sumó la requisa de los archivos y las bibliotecas mineras. Los archivos incautados fueron destruidos. Destrucción de los Archivos de la Central Obrera Boliviana. Durante el golpe militar del 17

Guillermo Lora


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TALLER DE HISTORIA ORAL En abril de 2016, la Biblioteca y Archivo Histórico de la Asamblea Legislativa Plurinacional convocó al Taller de Historia Oral del movimiento fabril de Bolivia, en el que participaron once exdirigentes históricos fabriles, plasmando su resultado en la obra Historia del Movimiento Fabril de Bolivia. A través del testimonio de sus protagonistas, 19501980, publicado por el Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social. En octubre de 2018, la FSTMB convocó al Taller de Historia Oral del Movimiento Minero, para la reconstrucción del proceso de 1952 a 1985, con el concurso de 24 exdirigentes históricos del movimiento obrero. La obra resultante de este esfuerzo colectivo se plasmó en el volumen titulado: Historia del Movimiento Minero de Bolivia. A través del testimonio de sus protagonistas, 19531985, publicado por la Biblioteca y Archivo Histórico de la Asamblea Legislativa. Estos esfuerzos de reconstrucción y salvamento de la memoria histórica minera, en sus dos vertientes: estatal y sindical, que sintetizan la visión de patrones y obreros, permitirán avanzar en la reconstrucción de una Historia más completa, integral, incluyente y representativa, muy distinta a la historiografía que escribieron los historiadores orgánicos al servicio de la oligarquía nativa. (*) Magister Scientiarum en Historias Andinas y Amazónicas y Archivista. Docente titular de la Carrera de Historia, UMSA.

de julio de 1980, por el General Hugo Luis García Meza, se elevó a su máxima potencia la estrategia de destrucción y aniquilamiento de la clase minera revolucionaria. Ante esa situación, una ONG francesa convenció a la dirigencia de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB) para resguardar sus documentaciones fuera del país, en tanto durase la dictadura, prometiendo su devolución cuando se restituyera la democracia. Los archivos mineros salieron del país pero no fueron devueltos. El DS 21060 y la debacle del movimiento minero revolucionario. El 29 de agosto de 1985, Víctor Paz instauró el neoliberalismo con la promulgación del DS 21060 que dispuso el cierre de los centros industriales mineros y el despido de 35.000 obreros mineros, golpe mortal que desarticuló y liquidó el movimiento minero revolucionario. El final del ciclo nacionalista se llevó consigo a las minas nacionalizadas y el vendaval neoliberal barrió con los jóvenes dirigentes. El daño colateral afectó a la memoria minera, pues al cerrarse los centros industriales, quedaron los archivos en el más completo abandono. Despojo propio. La dirigencia sindical, históricamente y de forma instintiva se llevó consigo los documentos de su gestión. Por ello, la memoria escrita de esos sectores, se encuentra dispersa, lo que equivale a afirmar que no existe. Muchos archivos fueron custodiados por los viejos dirigentes, lo que permitió su supervivencia, pero al estar fuera de la institucionalidad, fue destruyéndose paulatinamente, desapareciendo al mismo tiempo que se extinguía la existencia de sus custodios.

RECONSTRUCCIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA

La memoria histórica se perdió de manera irremediable, es decir, aquella experiencia histórica de principios del siglo XX hasta la debacle de la clase minera revolucionaria en 1985. El desafío de reconstruir la memoria histórica minera se expresa en las siguientes acciones. Creación del Sistema de Documentación e Información Sindical. El Archivo del SIDIS fue organizado por resolución de la FSTMB, a iniciativa de Edgar Ramírez con el impulso de Víctor López Arias. El 7 de julio de 1986, se crea el Sistema de Documentación e Información Sindical SIDIS, “por medio del cual la FSTMB inició el trabajo de recuperar, sistematizar, proteger, catalogar su archivo histórico y crear óptimas condiciones de accesibilidad irrestricta”. Es el mayor esfuerzo realizado por un organismo sindical (por ende privado), para recoger y concentrar las documentaciones de los sindicatos afiliados a ese ente en cada uno de los centros mineros. Sus Directores fueron Fernando Valdivia, Jeroen Strengers y Guillermo Dalence. En esa etapa la participación de los obreros fue crucial: “unos aportaron más que otros, hubo compañeros que entregaron en forma desprendida sus ‘archivos personales’, sus ‘álbumes de fotos’, sus ‘recuerdos’. Algunos, cuando se enteraron que había SIDIS fueron al Archivo a dejar ‘sus aportes’ a la historia”. Creación del Archivo Histórico de la Minería Nacional (2004). Creado por decreto de 14 de mayo de 2004, un grupo de archiveros mine-

ros bajo la dirección de Edgar “Huracán” Ramírez (1947-2021), protagonizaron la hazaña más grande de salvamento de la memoria histórica de la minería nacional. J. Thomas Converse, Chief, Record Management Section, del Banco Interamericano de Desarrollo, visitó el Archivo Histórico de la Comibol en la ciudad de El Alto el 2005, observó la proeza, afirmando que el Archivo Minero “proporcionó valiosas lecciones que se aprendieron al reconstruir un sistema de archivo que se encontraba en un estado de colapso total. Allí se utilizó al máximo al personal, materiales y espacio, para recrear un muy ordenado y vital archivo que se encontraba antes en un absoluto caos. Los archivos de la Comibol son una inspiración para los archivistas de todas partes donde se enfrentan a desafíos de todas clases”. Censo de Archivos Mineros. El 2005, en una acción conjunta entre la Biblioteca y Archivo Histórico del Congreso Nacional y el Archivo Histórico de la Minería Nacional, se levantó el Censo de Archivos Mineros en los Departamentos de Oruro, Potosí y La Paz, logrando empadronar un total de 53 centros de archivo de las antiguas empresas mineras estatales, cerradas como efecto del DS 21060. El empadronamiento proporcionó la información necesaria para planificar la constitución del Sistema Nacional de Archivos de la Corporación Minera de Bolivia, con lo que se construyó la infraestructura archivística suficiente para albergar 40 kilómetros de documentación que fue recogida desde los centros industriales cerrados, dispuestos en modernos edificios construidos en El Alto (La Paz), Oruro y Potosí.


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FOTOS: RRSS

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TODOS EN LA MISMA OLLA CUBANA

Músicos y musicalidad en la región del Caribe

Existe una vasta obra literaria que estudia al Son en su historia y modalidades. Cuba a la cabeza.

Telesur / Ahora El Pueblo Cuando el compositor cubano Manuel Corona hizo su tema ‘Santa Cecilia’, y mucho más, cuando María Teresa Vera le dio vida con su mágica voz, no estaban, a través de este nombre de mujer sino haciendo justicia a la dulce patrona de los músicos, los que por esta fecha ofrendan canciones para compartir la especial bendición de la santa instrumentista, tan martirizada por los romanos.

SANTA CECILIA

El músico, como el poeta, pertenece a la casta privilegiada de los seres humanos que matizan la vida de los otros mortales, y en esta zona del mundo los que matizaron y dieron vida a lo más sublime para el alma divertir: El Son Montuno de Cuba. Se les rinde tributo porque los músicos soneros son parte demasiado importante en la musicalidad caribeña, la sonoridad más contagiante del planeta. Al grano.

GÉNESIS

Muchos creen que junto a Ignacio Piñeiro nació el Son. Otros piensan que fue Matamoros el del asunto. Y el Son, engendrado en Santiago de Cuba como ritmo netamente cubano estaba dando vueltas por Santiago, Manzanillo, Guantánamo y Bayamo, es decir, por el oriente de la isla cubana desde el clareo mismo del siglo XX. Su nacimiento, como buen hijo de Cuba al fin y al cabo se produjo en medio de una doble confrontación. Por una parte, estuvo la Guerra de Independencia que liberó a los cubanos del

dominio español en 1898 y por la otra la decantación efectiva de la vertiente contradancera y la canción tradicional. De una saldrían, por una parte, las orquestas típicas, de Charangas, y el Danzón; de la otra saldrían el Bolero, la Trova Madre y la Guaracha. Más cerca de la canción tradicional estuvo el Son. Todos en la misma olla cubana. Mucho antes de que Miguel Matamoros o Ignacio Piñeiro fueran conocidos por sus sones, ya el ritmo estaba entrando en los grandes salones de la élite cubana, llevado de la mano por el Danzón. Se debe recordar que el primer Danzón de la historia, “Las alturas de Simpson” fue estrenado el 1° de enero de 1879 en Matanzas por su creador, Miguel Faílde, y que a finales de 1909 José Urfé compuso un danzón, “El Bombín de Barreto” al que incorporó en su segunda parte el montu-


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Urfé le agregó sabrosura al que sigue siendo el Baile Nacional de Cuba. Quiere esto decir que no solo había Son a comienzos del siglo XX sino que además ya el montuno era reconocido como una de sus partes”. no del Son cubano, a juzgar por cuanto escrito hay sobre el tema. Urfé le agregó sabrosura al que sigue siendo el Baile Nacional de Cuba. Quiere esto decir que no solo había Son a comienzos del siglo XX sino que además ya el montuno era reconocido como una de sus partes. Analizando meticulosamente, ese montuno de “El Bombín de Barreto” sería el primero de los populares. Piñeiro, nacido en La Habana en 1888, es una prueba de la síntesis vivencial que en el Caribe define a los cantores y una excelente muestra del ingrediente sonero en la salsa del Caribe. Trabajó en los puertos y en las tabaqueras y junto al trabajo fue asimilando las fiestas y jolgorios que se armaban en esos lugares además de en su barrio de residencia, Pueblo Nuevo, donde los Cabildos de ascendencia africana mantenían su vigencia, a través de rituales, y, sobre todo, de la música. Para 1906 Piñeiro ya integra Coros de Clave destacando en la improvisación de décimas. Al poco tiempo era el flamante director de “Los Roncos”, nombre familiar a quienes han seguido el desarrollo de la música cubana. En ese ir y venir lo sorprende 1926 como contrabajista del Sexteto que fuera fundado por María Teresa Vera, el “Occidente”. Un año después, y habiendo asimilado la particular manera que tenía María Teresa de conducir su grupo, y habiendo además viajado con ella a los Estados Unidos de Norteamérica, Piñeiro le compra el grupo a María Teresa cuando ésta, al iniciarse en el mundo de la religión Yoruba y habiendo resultado ser hija de Ochún, recibe de la diosa Yoruba el mandato de no volver a cantar. Así Piñeiro se hace dueño del sexteto de la inmortal autora de “Veinte años” y funda al año siguiente, en 1927 el Sexte-

to Nacional al que transforma luego, con la incorporación de metales, en septeto. Es con este Septeto Nacional que Piñeiro aporta a la historia de la música sus mejores creaciones, entra las cuales está, por supuesto, “Échale Salsita”. Y esto no quiere decir que no hubiese creado antes. La prueba está en los temas que Piñeiro le dio a María Teresa para que los estrenara, como “En la alta sociedad” y “Sobre una tumba una rumba”. También hay que acotar que María Teresa Vera no fue exactamente una sonera, sino una trovadora, más Piñeiro, a imagen y semejanza del Son componía para el Sexteto Occidente con mucho gusto haciendo cambiar los giros de María Teresa de quien, se dijo, siempre estuvo enamorado. María Teresa Vera nunca se casó.

GERSHWIN Y CUBA

Tal vez muchos no sepan la relación de amistad que se sembró entre Piñeiro y el compositor estadounidense George Gershwin. Este detalle es bueno saberlo porque Gershwin, admirador de la obra de Piñeiro tomó precisamente “Échale salsita” para, sobre algunos de sus giros, hacer su “Obertura Cubana” (1932) que le dio la vuelta al mundo mucho antes de que se entrara por predios caribeños en la polémica de la palabra. Y en cuanto a la ficción, en 1991, en La Habana, y casi a las puertas de Radio Progreso el talentoso e inolvidable investigador y locutor cubano Eduardo Rosillo señaló en presencia de la periodista a un hombre un tanto mayor, quien transitaba como buscando el malecón, con esa tranquilidad de las tardes de modorra que da el sol habanero. Rosillo indicó que ese hombre era hijo del famoso vendedor de butifarra en el cual Piñeiro se había inspirado para componer “Échale salsita”. O sea que el tema de Piñeiro era una crónica, a las que tan dado se es en el Caribe. Es bastante probable que Échale salsita no haya nacido en 1933 sino antes en virtud del dato según el cual Gershwin la tomó como inspiración el año anterior. Pero es el primer tema masificado en el cual se hace el paralelo entre la salsa en tanto que ingrediente, el preparado que otorga sabor, y la música popular. No está de más acotar que la salsa en tanto que ingrediente, se tiene que elaborar. No nace sola. Tomates, cebollas, ajíes, pimentones y muchos elementos más la conforman. Exactamente así es la salsa musical, sólo que en lugar de vegetales contiene muchos géneros musicales.

Y EN ESO LLEGÓ MIGUEL En cuanto al Trío Matamoros y su importancia en el Son, que luego se trasladará a la salsa, nada mejor que citar al investigador y cronista cubano Eduardo Robreño: “Desde el año 1900, principalmente en La Habana, cuando primeramente Alberto Villalón y después Sindo Garay trajeron el bolero oriental, sincopado y rayado, esa música alegre y pegajosa, que decía de por sí lo que era el carácter del cubano, fue desplazando lentamente a la canción trovadoresca del siglo pasado, melancólica, pausada, en que, como bien decía un chusco de entonces ‘podía echarse una pequeña siesta entre un compás y otro”. Manuel Corona, polifacético y dúctil en todo lo que a la música cubana se refiere fue un cultivador afortunado de esas guarachas que recogían hechos y acontecimientos populares y que posteriormente fueron clave en los éxitos de Matamoros. Todas estas interpretaciones se hacían con una o dos guitarras. Y en verdad que las parejas trovadorescas de entonces hacían magníficas interpretaciones: Floro y Miguel, Parapar e Higinio, María Teresa y Zequeira, Sindo y Guarionex, Pancho y Tata, por solo citar a algunos. Pero llegaron Ciro, Cueto y Miguel. Los dos últimos con sus guitarras prodigiosas y el primero con un Segundo ‘macho’, después que en sus mocedades había comenzado cantando en la voz prima. Miguel, punteando con la yema de los dedos hace primar la canción, cosa ésta que únicamente Eusebio Delfín, en su querido Cienfuegos, había ensayado, y crea unos pasajes melódicos a modo de introducción, que al escucharlos no se sabe qué apreciar más, si la parte del canto, o esos momentos de enlace, como en ‘Mamá, son de la loma’. El Trío sonó cual ningún otro grupo trovadoresco. Valía por un Sexteto”. Existe una vasta obra literaria que estudia al son en su historia y modalidades. Cuba a la cabeza, obviamente, investiga permanentemente en este campo, y los investigadores y musicólogos cubanos pueden hablar en propiedad de todo el complejo sonoro del Son. También en Puerto Rico, México, Colombia, República Dominicana, Perú y Venezuela por citar a algunos países, se estudia con profundidad el tema, pues si bien el son no es oriundo de ellos, ha encontrado magistrales seguidores a través del tiempo. Y para muestra está el botón que significa el Sonero Clásico del Caribe, venezolano.


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MEDIANTE MINISENSORES HIPERSENSIBLES

Detectan mentirosos con más del 70% de precisión, ¿de veras? Según los investigadores la ratio de su nueva tecnología es más alta que la de cualquier otro método que se conoce y por ahora se basa en los micromovimientos faciales. TEL AVIV (Sputnik) Minisensores hipersensibles detectan mentiras con un 73% de precisión, según un experimento de la Universidad de Tel Aviv. Pretenden desarrollar el invento para que cámaras identifiquen a mentirosos en el futuro cercano.

Los detectores de mentiras existentes son tan poco fiables que sus resultados no son admitidos como prueba en los tribunales de justicia, y eso es porque cualquiera puede aprender a controlar su pulso y engañar a las máquinas”, indicó la jefa de la investigación Yael Hanein, del Centro de Nanociencia y Nanotecnología de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Tel Aviv en el comunicado oficial. Según los investigadores, la ratio de su nueva tecnología es más alta que la de cualquier otro método que se conoce y por ahora se basa en los micromovimientos faciales. Y precisamente por la falta de fiabilidad de los detectores existentes, incluyendo a los investigadores humanos, existe una gran demanda de un método que identifique más precisamente las aseveraciones que faltan a la verdad.

MIDEN LA ACTIVIDAD MUSCULAR Y NERVIOSA

La tecnología del estudio de Hanein y sus colaboradores, publicado en la revista Brain and Behavior (cerebro y comportamiento) revisado por pares, se basa en la asunción de que los músculos faciales se contraen cuando se profieren mentiras y, hasta la fecha, ningún electrodo ha sido lo suficientemente sensible como para medir esos micro movimientos, pero en el laboratorio han desarrollado unos sensores que sí lo son. Los pequeños adhesivos desarrollados por el equipo que contienen minúsculos electrodos se pegan en superficies blandas y consiguen medir actividad muscular y nerviosa que antes era imperceptible. Los investigadores colocaron los electrodos en dos grupos de músculos faciales: los músculos de las mejillas cercanos a los labios y los que están sobre las cejas. Los participantes se sentabron en pares, uno frente a otro, uno de ellos usando audífonos en los que oía la palabra “línea” o “árbol”. Cuando el usuario oía “línea” pero decía “árbol”, o viceversa, es decir, mentía, su compañero debía intentar detectar la mentira. Los testados intercambiaron papeles.

Como era de esperar, los participantes no detectaban las mentiras de sus compañeros de manera estadísticamente significativa. Sin embargo, las señales eléctricas emitidas por los electrodos adheridos a sus rostros identificaron las mentiras con un 73% de precisión, que los investigadores calibraron como positivo, pero solo como el comienzo.

INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y PATRONES DE MOVIMIENTO

Los científicos alimentaron una inteligencia artificial con los patrones de movimiento específicos de aquellos gestos faciales y enseñaron a los algoritmos a determinar si quienes los activan dicen la verdad o mienten porque, como apuntaron, en la vida real las mentiras son más sofisticadas y se camuflan en aserciones más largas que en el experimento. Ahí es donde entra la inteligencia artificial. La nueva tecnología se encuentra en la fase experimental en la que el objetivo es enseñar a la inteligencia artificial a analizar los movimientos del rostro sin los electrodos. Desean que el invento logre seguir las caras para detectar la veracidad a través de cámaras, lo que les permitiría descubrir a un mentiroso desde docenas de metros de distancia. “La precisión de nuestro examen aumen-

tará a medida que lo desarrollemos más, y nuestra esperanza es que, en algún momento, tras desarrollo y experimentación, esto pueda ofrecer una alternativa seria a los exámenes poligráficos”, señaló Dino Levy, parte del equipo, en comunicado. “Nuestro examen es mucho más difícil de detectar y más difícil de engañar, ya que está basado en cambios musculares de los que no somos conscientes”, agregó Levy.

MENOS FIABLE QUE LOS HUMANOS

Los investigadores de la Policía y los servicios de seguridad, entrenados en detectar mentiras, carecen de certidumbres científicas de estar aplicando correctamente sus métodos. Tanto como las madres y los padres que supervisan a sus hijos y no siempre pueden estar seguros de cuál de los hermanos agredió primero al otro, por ejemplo, porque cada uno tiene una versión diferente. Los investigadores israelíes no mencionan usos domésticos de su invento, por suerte, pero sí señalan que lugares potenciales de aplicación serían bancos, comisarías de Policía, aeropuertos o incluso en oficinas de entrevistas laborales para discernir las aserciones verdaderas de las falsas.


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ES UN FILME DEL DIRECTOR ALBERTO ‘CHICHO’ DURANT

‘Alias la Gringa’, la versión restaurada La producción cinematográfica cuenta la historia de un preso famoso que en diferentes oportunidades logró escapar de varios recintos penitenciarios. Claudio Sánchez En 2020 el Ministerio de Cultura del Perú, a través de un estímulo para la preservación cinematográfica, otorgó los fondos para la restauración y remasterización de las películas: ‘Malabrigo’, ‘Coraje’ y ‘Alias la Gringa’, del director Alberto ‘Chicho’ Durant.

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n ocasión de celebrarse el Día Mundial del Patrimonio Audiovisual (27 de octubre) se liberó de manera gratuita para su visionado la película en la región latinoamericana. De esta manera se puso en circulación una de las piezas más importantes de la filmografía de Durant y una de las grandes producciones peruanas del fin de siglo XX. Las políticas públicas a favor del patrimonio audiovisual significan la voluntad de profundizar la cultura cinematográfica en uno de sus niveles más abandonados, la puesta en valor de materiales que pertenecen al pasado es un importante gesto por dialogar con la propia tradición y las herencias que se tienen en este presente (imperfecto). La película de Durant tiene una “segunda vida” ahora, luego de haber sido estrenada en 1991. ‘Alias la Gringa’ es la historia de un preso que en diferentes oportunidades logró escapar de distintos recintos penitenciarios. En un contexto peruano particular, los años del terrorismo, la figura de este hombre se despolitiza y da pie a un thriller que se apoya en los efectos especiales de explosiones para poder sostener su relato.

LA FUGA

Con un guión escrito por el propio Durant en compañía de José María Salcedo y el poeta y dramaturgo José Watanabe, la película cuenta con el presupuesto más grande del cine peruano hasta ese año y consigue instalar en el imaginario la posibilidad de hacer una película de alto costo. Una vez más el sueño de “la industria” en Latinoamérica. ¿Quién es la gringa? O más bien, porque le llaman así a este hombre que ha sido nuevamente detenido y que es enviado a la isla-cárcel, pues él es un reo que ya es famoso por sus múltiples fugas, cada una más delirante que la anterior. Él, una vez, se disfrazó de gringa para la fuga “de los grin-

gos, nadie sospecha, menos de las gringas” dirá. Sin embargo, ver ‘Alias la Gringa’ lejos de su contexto original justamente provoca este tipo de reflexiones sobre la propia textualidad de su diálogos, o el sentido visual de lo que propone, y parece dejar en las sombras toda una situación general de la que se nutre el propio largometraje –aunque no lo haga explícitamente- en sus subtextos. Es inevitable pensar en lo que fuera el Motín de 1986 en la Isla El Frontón, en la que un grupo de reos que formaban parte de Sendero Luminoso toman el control del centro penitenciario y posteriormente el levantamiento armado es sofocado por la Marina del Perú dejando un saldo desconocido de muertos. Cómo podría entonces el cine aproximarse a esta realidad tan compleja, se sabe, existe la referencia de la violencia en las calles de Lima y lo que se ve en televisión puede haberse naturalizado tanto que ya ningún exceso en lo visual o algún tipo de efecto especial impacte al espectador.

DICEN MUCHO MÁS

La película se encuentra en ese lugar cuando se estrena, en uno de los años más violentos (1991) del conflicto armado interno en el área urbana peruana, más específicamente, en su capital. Si el reo La gringa parece estar fuera de los márgenes de la violencia política, y su figura se sugiere despolitizada, lo mismo sucede con el filme de Durant. Sin embargo, la carga política que ambos tienen, tanto el reo como la película en sí misma, dicen mucho más de su tiempo, incluso en los márgenes de este, que lo que algunas otras producciones pueden haber dejado como referencias de su época. Elegir esta película para su restauración y remasterización también es una cuestión política, más allá de los valores cinematográficos que posee, con los cuales se inscribe dentro de ese ramillete de grandes producciones con aspiraciones mayores, ‘Alias la Gringa’ es una pieza que está al margen de un compromiso político, como lo está su propio protagonista, pero el gesto final de volver al centro penitenciario en busca del amigo que sí sufre su estancia ahí, encuentra un paralelo con el retorno de la película a los circuitos de exhibición. Un rescate, sí, pero también una condena.

Es entonces, que una vez más, al margen de la propia película, los valores de esta pueden residir en los espectadores que la vean. El cine, se sabe, como cualquier obra de arte está inconclusa hasta ser vista y restituida desde sensibilidades propias. El gesto de traerla de nuevo a otras pantallas en mejores condiciones, no es solamente una cuestión relacionada con su preservación sino con su propia importancia dentro de una filmografía mayor, ya no sólo la de su director, sino en lo que refiere a su país de origen y la región en su conjunto. Vale subrayar que el filme de Durant hubiera vuelto hasta nosotros y así darnos más motivos para seguir reflexionando sobre lo hecho.


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LA IMPORTANCIA DE LA CIUDAD EN ESTA OBRA ES INNEGABLE

Santo vituperio: Santa Cruz contemporánea No se limita a ser una representación descriptiva de los aspectos físicos y geográficos. Es el escenario donde pugnan los sueños y pesadillas, anhelos, impulsos, hipocresía y hasta hostilidad de sus pobladores.

Martha Cuba Cronkleton (*) “Mientras Inés de las Muñecas era asesinada en una sombría calle de San Lorenzo de la Sierra, Julián Paz Sanabria encendía el computador para continuar escribiendo un artículo periodístico”. Desde la primera vez que leí esta línea, supe que Homero Carvalho tenía un proyecto interesante en sus manos: un asesinato, un periodista escritor, y una ciudad: San Lorenzo de la Sierra que no es otra que la ciudad de Santa Cruz.

L

a importancia de la ciudad en esta obra es innegable: ella no es sólo telón de fondo o espacio donde se desarrollan los hechos, es prácticamente un personaje. El hecho de que un escritor dirija su atención a una ciudad en particular no es algo nuevo en el siempre cambiante mundo de la ficción: John Dos Passos o James Joyce hicieron de Nueva York y Dublín, verdaderos temas literarios. Como ellos, Homero Carvalho decide brindarle homenaje a una ciudad específica, y el resultado es esta novela, a la que podríamos llamar la novela de la Santa Cruz actual, de la Santa Cruz contemporánea. El lector rápidamente se sentirá atraído por la cantidad de información ofrecida acerca de esta ciudad: abundan las descripciones de bares, calles, edificios y monumentos, sin olvidar uno que otro apunte histórico. Sin embargo, no hay duda que los cafés de la avenida Monseñor Rivero, bautizada en la novela como Monseñor Barlozzi, son los protagonistas.

EL MITO ELEGIDO

Caracterizados por una personalidad propia que promueve la tertulia, el diálogo y la comunicación, los cafés se convierten en lugar de reunión de los más variados personajes: solitarios, viajeros, turistas, kollas en comisión, parejas de enamorados, consultores, vagos y ociosos, y por supuesto toda la gama de las “hadas”: las despechadas, las amargadas, las divorciadas, las separadas… Se trata pues de un retrato que logra cautivarnos por encima de la historia misma. ¿Pero de qué historia estamos hablando? Porque aún no he hecho referencia a la trama, ¿verdad? Pues bien, es la historia de un periodista escritor, Julián Paz Sanabria

que decide realizar un experimento: comprobar si los cafés pueden convertirse en generadores de mitos. El mito elegido: que Inés de las Muñecas, una mujer de vida alegre conocida por su culo endemoniado, luego de asesinada, esté haciendo milagros en San Lorenzo de la Sierra. La posibilidad de que una prostituta, una mujer sin escrúpulos de pasado dudoso pueda llegar a ser considerada como santa, genera las más variadas reacciones. Desde el fervor ciego de los más desvalidos que presurosos compran fotografías, bustos del rostro de la santa en cerámica, calendarios o estampitas; pasando por la discusión intelectual en el marco de una mesa redonda organizada por el Comité Cívico pro San Lorenzo, hasta el rechazo directo de las devotas más ilustres de la ciudad, todas ellas representantes de importantes organizaciones católicas. La Iglesia por su parte, no queda fuera de la fiesta: el Vaticano le autoriza a instalar una red gratuita de internet para que de esta manera los fieles católicos, en vez de recurrir a la santa de la calle, puedan averiguar, cuál es el santo que necesitan: Santa Genoveva, por ejemplo, alivia el hambre de los pobres, San Gerardo soluciona los riesgos de embarazo, San Charbel ayuda a los cardíacos, San Jorge a aquellos que han contraído enfermedades venéreas, San Leonardo protege a los presos, mientras que Santa María Magdalena ayuda a las prostitutas. Ah, y para aquellos que sufren de desavenencias en el matrimonio, está San Pedro.

REALISMO MÁGICO

Y es aquí, en la respuesta de la ciudad al fenómeno de Inés de las Muñecas, donde nos damos cuenta que Santo Vituperio no se limita a ser una mera representación descriptiva de los aspectos físicos y geográficos de la ciudad de Santa Cruz. Se trata más bien del escenario donde pugnan los sueños y pesadillas, los anhelos, los impulsos y miedos, la hipocresía, la falta de solidaridad, y hasta la hostilidad de sus pobladores. Una ciudad que se mece entre la tradición y la modernidad, rural y cosmopolita a la vez. Es esta geografía, la interior, y no la física, la que logra develarnos a la ciudad en toda su complejidad. Santa Cruz, o más bien debería decir San Lorenzo de la Sierra, queda reflejada con profundidad insospechada, en una impresión que nos enseña a mirar con otros ojos que los convencionales, que los de siempre, a esta ciudad que no es otra cosa que una ciudad de la posmodernidad.

Confieso que tuve mis dudas cuando en uno de los capítulos encontré algún pasaje que hubiera podido ser considerado como una clara y evidente muestra del hoy en día cuestionado Realismo Mágico. Horror de horrores, justo cuando un joven grupo de escritores latinoamericanos afincados en Estados Unidos nos anda diciendo por allí que ese tipo de escritura está pasé, que la actual narrativa latinoamericana es otra, me tropiezo en esta obra de Homero, con algo que creí podría peligrar el éxito de la misma. Después de todo vivimos hoy en día en un mundo racional que rechaza todo aquello que no se puede verificar, y que nos ha obligado a creer que ya no podemos vivir sin todo lo que la tecnología de punta nos puede ofrecer: celulares, DVD, y el famoso e indispensable internet. Sin embargo, Homero Carvalho decide, a pesar de todos y de todo, no olvidarse del lado fantástico de las cosas, decide conservar ese ingrediente tan particular que hace que nuestra vida se convierta también en un milagro. Al incorporar ese ingrediente mágico, nos recuerda, que en nuestros países aún se puede ser maravillosamente real y dramáticamente globalizado. ¿Cuál es ese ingrediente? ¿Qué resultados tiene el experimento de Julián Paz Sanabria? ¿Logra Julián crear un mito urbano tal como se lo había propuesto? ¿Se convierte Inés de las Muñecas en una santa a pesar de su pasado alegre? ¿Por qué la asesinaron? ¿Quién la mató? Muchas preguntas y ninguna respuesta porque no crean que se las voy a dar. Para eso tendrán que leer la última novela de Homero Carvalho: Santo Vituperio. (*) Literata peruana, experta en literatura latinoamericana.


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