DOMINGO 2 DE ENERO DE 2022
AÑO 1 - N°36
Ópera prima de la cineasta Catalina Razzini
Nuevo filme exhibe la belleza y majestuosidad del lago y la Isla del Sol
Págs. 4-5
Literatura: La maquinaria de los secretos o la nueva moral
La palabra escrita como símbolo de la revolución social
No miren arriba de Netflix: aprender de los yanquis
Págs. 2-3
Págs. 6-7
Pág. 8
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DOMINGO 2 DE ENERO DE 2022
PREMIO NACIONAL DE LITERATURA SANTA CRUZ
La maquinaria de los secretos o la nueva moral El miedo es la flaqueza del hombre, la dura batalla de la condición humana, la actitud natural del alma que necesita protección a causa de su debilidad. Pablo Vera En la novela La maquinaria de los secretos, Premio Nacional de Literatura Santa Cruz 2008, de Homero Carvalho Oliva, hay dos particularidades que merecen ser consideradas: el miedo y la destrucción premeditada o la nueva moral.
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a Biblia alienta —como recalca Homero—: “no temáis, yo estoy contigo”. Si revisamos la historia vemos que Moisés tremoló de miedo en su primer encuentro con Dios, los héroes helénicos -cuentan así los vates épicostuvieron miedo al decaer en las batallas, Jesús mismo se abatió en gotas de dolor antes de ser entregado, las doncellas renacentistas se escandalizaban al oír de legiones de demonios, los existencialistas se desesperaban ante el tiempo y la muerte; y nosotros, los contemporáneos, ¿a qué le tememos? El miedo tiene poder, da poder y puede abatir como ser abatido. Este mismo miedo nos plantea Carvalho, no sólo como escudo de los servicios secretos, sino también como la ‘heurística del terror’ y como su ‘principal arma de persuasión’. El miedo, dice, ha determinado nuestra humanidad, nuestra visión y nuestra perspectiva a través de religiones, dogmas y filosofías, moldeando nuestra conciencia que nos lleva a buscar espontáneamente protección y la misma que ocasiona en nosotros el temor a infringir las ‘normas’ [comunitarias], determinadas por nosotros mismos.
proto-entes-hombres invisibles, supuestamente despojados de cualquier temor- como polluelos aterrados, registradas en las listas cibernéticas (de las que no escapa ni siquiera sus secretos más íntimos), expuestas en las telarañas de la tecnología. En este trance nace una nueva moral, una ética destructora y premeditada, tentadora y fatal en la que los justos caen, los valientes flaquean, los firmes trastabillan y los insustanciales e ingenuos alcanzan la gloria. Esta moral nace a raíz de los planes y estrategias premeditadas por las agencias secretas para trastabillar, anonadar y destruir a los sediciosos e insurrectos, y se consolida con el nuevo orden mercantil, político y social, impulsado desde la capital del mundo, New York. Estos agentes, ávidos de poder, traman meticulosamente estrategias secretas para apoderarse de
UNA NUEVA MORAL
Fundados en esta premisa, las sociedades avanzan bajo el tiempo, bajo la arrogancia de
DIRECTOR Marco Antonio Santivañez Soria
EDITOR DE CRÓNICAS Oscar Alarcón Ticona
CORRECCIÓN José Maria Paredes Ruiz
Redes Sociales
EDITOR GENERAL Oscar Alarcón Ticona
COLABORARON: Luis Oporto Ordóñez Homero Carvalho Oliva Claudio Sánchez
DIAGRAMACIÓN Gabriel Omar Mamani Condo
www.ahoraelpueblo.bo La Paz-Bolivia Calle Potosí, esquina Ayacucho N° 1220 Zona Central, La Paz Teléfono: 2902587
JEFE DE REDACCIÓN Clayton Benavides Arteaga
FOTOGRAFÍA Jorge Mamani Karita
3 UNA NOVELA REAL
sociedades enteras y, una vez logrado, rumian su ventaja desaforada [con las nuevas tecnologías de comunicación a su favor], poniendo en blanco a aquéllos que estorban sus macabros planes, a aquéllos que poseen un gran calibre intelectual y fuerza vital que, a la manera de Leónidas I y sus 300 guerreros espartanos, o del legendario y tan recurrido rey Arturo y sus caballeros de la tabla redonda, osan enfrentarse valientemente a este nuevo orden seductor, ante el cual muchos ponen una fofa resistencia, o más bien le coquetean con dulzura y se entregan dejando de poner a prueba su valor y exponiendo desvergonzadamente su ignominia. Asimismo, suprime los derechos individuales y asigna derechos relativos a las sociedades en relación inmediata a sus intereses desencadenando un ‘justicia’ descabellada. De esta manera, este nuevo orden se ha apropiado de la privacidad, reputación y libertad de las personas. Su política es intervenir los correos electrónicos de sus rivales para dejarle material obsceno, incorporar dispositivos electrónicos de clonación de computadoras de escritores o intelectuales que no van por su corriente, distraer un complot de algún clarividente con una lozana adolescente, sobornar, conspirar, vigilar, usurpar, falsear, etc. En esta novela hay tres personajes que son víctimas de los agentes secretos sólo por haber buscado alienar su entorno: el candidato político, el joven poeta y el intelectual que escribía para muchos diarios. ¡Qué terrible forma de aplastarlos!
LA TELARAÑA DEL NUEVO ORDEN
Homero, que al comienzo se había adentrado intrépido y osado a ese mundo desvariado, de entes y cibernética para desentrañar los secretos files de inteligencia, cae también preso en las telarañas del nuevo orden. Por tanto, pierde la esperanza y alimenta cada vez más la idea de que nadie puede hacer frente a estas organizaciones secretas y cree que es imposible hacer algo al respecto a menos que apartemos el miedo de nuestras vidas. De esta manera, Homero desenlaza e epiloga su embestida fatalmente. En esta actitud carvalhiana se ve reflejada la condición degradada y desesperanzada del hombre moderno que ha perdido las esperanzas de vivir bajo la vieja y tradicional moral. Además, Carvalho presenta la realidad actual del hombre en relación con la ciencia. Frente a las manipulaciones secretas de las sociedades por los agentes secretos, casi siempre sustentadas en las tecnologías cibernéticas, la particularidad del ser humano es crítica. Nosotros, los seres humanos, somos personas —el resultado del polvo de la vida más el aliento de vida—, y como tales debemos conservarnos ante cualquier intromisión dañina. Ante la relación hombre-ciencia debe haber un límite. No podemos alterar nuestra naturaleza al acondicionarnos a la cibernética, pues implicaría la alteración de nuestra condición y, en consecuencia, de nuestra naturaleza y terminaríamos en entes. La ciencia de los dos últimos siglos ha dado lugar a un nuevo contexto y a una nueva visión materialista donde los hombres se abaten constantemente por poder y cosas materiales.
Ahora, desde la perspectiva puramente literaria, o sea artística, esta novela puede ser simplemente, o sonar, ficticia, a la cual, sobre el esqueleto de la realidad política nacional, tema que todos conocemos y a muchos nos intriga, su autor, sacando materia de ello, inventó las malicias desaforadas de una sociedad secreta entrometida en nuestra sociedad, que termina devorando a nuestros semejantes en una lucha desigual, hasta cobarde diría yo. Si hablamos de una genuina creación literaria, es decir en su sentido ficticio, el creador adopta una dimensión imaginativa-evasiva -fugaz de este mundo por ser de aspectos opuestos a la realidad palpable- donde construye o crea un nuevo mundo, pero, valga la aclaración, le es casi imposible [al creador] escapar completamente de su dominio real y de su pensamiento terrenal, pues estamos condicionados a nuestro tiempo y a nuestro entorno. Por ello en nuestra producción literaria expresamos -ya consciente o inconscientemente- lo que somos y lo que es nuestro mundo. Volviendo a nuestro objeto de estudio, viendo las características de la novela y arguyendo el paralelismo de nuestra realidad [boliviana] con la obra, no parecen mostrar las cualidades de lo que acabamos de exponer; por tanto, yo, personalmente, me inclino más a la idea de que Homero procedió desde una postura crítica y muy asentado sobre la realidad. Además, viendo que la obra no encaja al tradicional lineamiento literario (viaje, aventura, amor) asevero que la presente obra es más documental que literaria, puesto que se construye frecuentemente sobre hechos verídicos como sobre otros que requieren ser validados y en fin, claro está, Carvalho obró osadamente y valientemente, pero no lo suficientemente como para dejar de lado la literatura y recurrir al ensayo. Este mundo de espías, de pinochos y de invasiones a la privacidad es la nueva biblia que conduce a la destrucción de la condición humana y a su constante caída en el abismo. Ante esta nueva moral se requiere una nueva actitud, tanto para entregarse como para hacerla frente. En este último caso se requiere además de una aptitud férrea, fundamentada en valores trascendentes y con un sólido juicio crítico donde la vida debe mantenerse siempre impávida, jugar su propia vida y dejar su sello sobre la historia.
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DOMINGO 2 DE ENERO DE 2022
LAS SALAS DE CINE ALISTAN SU ESTRENO
Filme exhibe la belleza y majestuosidad de la Isla del Sol
Cuidando al sol, la ópera prima de la cineasta Catalina Razzini, es una historia de un imaginario que mezcla lo mítico, la imaginación y la realidad como una sola cosa. Dos niñas de la comunidad Yumani protagonizan la cinta.
Claudio Sánchez Cuidando al sol es la ópera prima de la cineasta Catalina Razzini. La película tuvo un preestreno en la Isla del Sol en junio de 2021 y llegó a salas comerciales en Madrid y Barcelona, España, en noviembre de este año.
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e tiene previsto que se exhiba en las pantallas nacionales en próximas semanas. La directora del filme accedió a una entrevista con Crónicas en la que cuenta detalles del proceso de producción de su obra. CLAUDIO SÁNCHEZ (CS).
‘CUIDANDO AL SOL’ ES TU PRIMER LARGOMETRAJE. ¿CÓMO FUE EL PROCESO DE PRODUCCIÓN?
CATALINA RAZZINI (CR). El proceso fue vertiginoso en su inicio, ya que no teníamos el tiempo para realizar la preproducción, sin embargo, gracias al maravilloso equipo con el que tuve la suerte de trabajar asimilamos el proce-
so de manera rápida, efectiva y sin perder nunca el norte ni las fuerzas. Creo que siempre suceden este tipo de cosas, se debe ir de frente con las posibilidades que se abren y adaptar todos los procesos para cumplir los cometidos. El rodaje en sí duró seis semanas, en las que estuvimos al cien por ciento en la Isla de Sol, particularmente en la comunidad de Yumani, conviviendo entre todos y con la gente del lugar día y noche. Creo que cada película crea sus propios modos y formas de hacerse, nosotros trabajamos con un equipo pequeño, tanto a nivel humano como técnico, adaptándonos a las circunstancias, posibilidades y retos que nos planteaba hacer una película en un lugar como la isla. Trabajamos con niñas del lugar que debutaron como actrices y aportaron generosamente a la historia con sus propios conocimientos y formas de ser. Creo que como equipo aprendimos día a día, sumamos saberes para cumplir con nuestra misión. Fue todo un reto trabajar de esta manera, expectantes a lo que la luz natural nos ofrecía cada hora para adaptar el orden de rodaje a lo que la historia necesitaba. Las condiciones de rodaje fueron muy particulares y especiales, ya que no teníamos las comodidades que un rodaje citadino ofrece, caminába-
mos cargando los equipos con la ayuda de burritos pertenecientes a las familias de la comunidad. Fue duro de sobrellevar por la altura del lugar, sobre todo para las personas que no son paceñas. Sin embargo, semana a semana nos habituamos y generamos métodos de trabajo para cumplir con el plan de rodaje sin que las condiciones sean un impedimento, todo lo contrario, aprovechándolas. Fue un proceso hermoso del que me siento muy contenta, las posibilidades se abrieron y pese a los inconvenientes comunes o ajenos a otros rodajes, se mantuvo un ambiente de amistad, calidez y profesionalismo en todo momento. Definitivamente siento que fue un rodaje poco convencional pero muy especial. CS. LA ISLA DEL SOL Y EL LAGO TITICACA SON LUGARES QUE FORMAN PARTE DEL IMAGINARIO CINEMATOGRÁFICO BOLIVIANO ¿POR QUÉ FILMARON AHÍ?
CR.- La Isla del Sol es mi lugar favorito del mundo mundial y quería compartirlo. Esa es la primera y fundamental razón para situar esta historia ahí. El poder responder y devolver todas las imágenes, sonidos, el aire, los cariños y rituales que me regalaron a lo largo de mi vida era algo esencial.
5 CS. NO ES USUAL, DENTRO DEL CINE BOLIVIANO, QUE LOS PROTAGONISTAS SEAN NIÑOS. ¿CUÁLES SON LAS DIFICULTADES QUE EXISTEN AL TRABAJAR CON ELLOS?
CR. El trabajo con las protagonistas fue maravilloso, son dos niñas oriundas de la misma isla que se entregaron por completo al proyecto y eso fue suficiente para trabajar siempre alegres y con la mirada clara. Su aporte de frescura y naturalidad sin duda enriqueció al guion y a las formas de manejo de la puesta en escena y, por supuesto, me ha devuelto la forma de entender el cine como la vida. Las dificultades del trabajo con las niñas surgieron sobre todo al inicio, nunca se habían enfrentado a las cámaras, a un equipo que esté pendiente de ellas en todo momento y de entender la distancia que existe entre ficción y realidad. Generar el mundo ficticio en cada una de ellas con los personajes que representan fue un proceso complejo y a la vez satisfactorio, ya que, con distintos mecanismos de juegos actorales de trabajo, de ejercicio con cámaras, creación de lazos emocionales, personales e íntimos, generamos una complicidad valiosa que trascendió el trabajo de rodaje.
CS.- ¿CUÁLES FUERON LAS FORMAS DE FINANCIAMIENTO DE LA PELÍCULA?
CR.- La película fue financiada gracias a fondos concursantes de los países coproductores y apoyos específicos. Primero por el Programa de Intervenciones Urbanas (PIU) lanzado el 2019 en Bolivia que fue el que nos abrió la posibilidad de enfrentarnos al rodaje. También fuimos beneficiarios del fondo a la Coproducción del programa Ibermedia, un fondo otorgado por RTVE en España, y Brot für die Welt de Alemania. Esperamos que fondos como el del PIU no se queden truncados con la única versión que existió, sino que pueda ser algo que perdure para abrir más puertas a nuestra producción artística y que se vayan generando e instaurando otros fondos que realmente se comprometan con el avance de estas industrias tan importantes para el país, sin ellos es muchísimo más difícil enfrentarse a este quehacer. Aparte de esta necesidad personal, la película fue concebida bajo conceptos que quieren unir espacio y tiempo con el fondo de lo que se cuenta y creo que, como personaje, el lugar aporta sustancialmente a la construcción narrativa de lo que se desarrolla, a decir cosas que no están verbalizadas, a apelar y dialogar con el espectador desde ese sitio. Se trata de una historia que bebe de un imaginario que mezcla lo mítico, la imaginación y la realidad como una sola cosa y creo que la isla hace perfecta conjunción con aquello que buscábamos. Cada uno los elementos que nos propicia semejante espacio, rodeado del imponente lago y de la poderosa cordillera, contiene un poder que traspasa más allá de la belleza que nos ofrecen los paisajes. La película desarrolla un tema con la suspensión del tiempo, habla de un aislamiento interno que vive la protagonista, de una imposibilidad de ‘escapar’ tan fácilmente de una determinada situación, un espacio único y cerrado en sí mismo, hermético, muy visitado y banalizado a momentos por ese turismo consumista. A momentos siento que todos somos como la isla con nuestras percepciones, emociones y puntos de vista. Lucía, nuestra protagonista, viene precisamente para poner en escena todo eso.
CS. TODAVÍA SON POCAS LAS MUJERES QUE DIRIGEN EN EL CINE BOLIVIANO. ¿CÓMO VES ESTA SITUACIÓN?
CR.- Es verdad que somos pocas, sin embargo, creo que generacionalmente estamos creciendo en número y participación, venimos con fuerza y paso a paso, tanto en documental como en ficción. Durante décadas no se visibilizó el trabajo creativo de las mujeres y ese es uno más de los estímulos que impulsa a seguir, estar más activas y contar historias desde nuestras perspectivas.
CS.- ¿CÓMO AFECTÓ LA PANDEMIA A LA PELÍCULA?
CR.- Tuvimos la suerte de terminar el rodaje antes que comience la pandemia. Sin embargo, trabajamos el montaje y toda la postproducción con ella. Sin duda fue algo que ralentizó el trabajo, pero también otorgó posibilidades de crear otras formas de encarar el proceso. El trabajo virtual a momentos estaba cargado de frustraciones ya que sentía la necesidad de sentarme al lado de la gente y trabajar ‘cara a cara’ en cada uno los aspectos, pero también abrió la posibilidad de repensar las cosas, una más íntima y reflexiva, una de dilatación de tiempos que a veces no teníamos, pero lo debíamos fabricar para que funcione. Sin duda fue un camino que nos enseñó mucho sobre formas de encarar toda esta etapa. La pandemia me permitió abocarme al 200% en el trabajo pese a las distancias y forzó a que los lazos y la comunicación sea siempre certera y concreta. Es lo que nos ha tocado y no reniego de esto, cada película vive lo que sus circunstancias y sus tiempos le permiten. Creo que, dentro de todo, hemos sido afortunadas. La etapa de distribución y difusión es otra historia. Un poco más dolorosa y conflictiva, las salas de cine cerradas y la reticencia del público frontal y justificada a acceder a ellas, las restricciones en los festivales, la acumulación de producciones esperando su turno, la disminución de funciones versus el porcentaje de películas, todo lo que la virtualidad trajo para bien o para mal… Y seguimos en ello, adaptándonos y esperando que la película abra su camino en medio de esta pandemia que continúa.
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LA LUCHA POR EL PODER DEL CONOCIMIENTO
La palabra escrita como símbolo de la revolución social El libro es la célula de la biblioteca, es su objeto y a la vez sujeto, pues todo lo que se haga gira en torno a ese producto curioso, rebelde y contestatario que ha producido la humanidad. Quizá por ello se explique el interés de la pequeña oligarquía del siglo XIX para evitar que el indio se instruya, domine la letra y, consecuentemente, la palabra.
Luis Oporto Ordóñez
La historia de las bibliotecas en Bolivia, pese a su incuestionable importancia, no ha sido objeto de estudio hasta el presente, generando un vacío notable que impide comprender la esencia misma de las luchas ideológicas por el control del poder, que impulsaron las pequeñas oligarquías nacionales, basándose en el monopolio del conocimiento científico, hasta que las fuerzas sociales contestatarias, en su afán de alcanzar la independencia política de las antiguas colonias de España en América, protagonizaron una segunda batalla, menos conocida pero igualmente dramática, para liberar el conocimiento de sus cadenas ancestrales y alcanzarlo a las masas populares mediante la creación de las bibliotecas públicas.
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as élites cultivaron el arte de coleccionar libros, formando impresionantes bibliotecas particulares de las que se han servido para documentar y fundamentar los objetivos históricos de las clases dominantes. La palabra impresa tiene la magia de convertirse en la verdad irrebatible, por esa razón el libro fue expropiado por las élites y con ese instrumento se logró plasmar el control ideológico de las clases subalternas y desposeídas. Sin embargo, ese hecho generó una respuesta desde las grandes mayorías para apropiarse, a su vez, de ese bagaje científico cultural por medio de las bibliotecas públicas como correlato de las luchas ideológicas por el poder. Son numerosos los esfuerzos realizados desde la institucionalidad del Estado para el establecimiento de bibliotecas públicas puestas al servicio irrestricto y políticas de fomento a la lectura, pero también los actores sociales afiliados a las masas obreras, artesanales y los pueblos indígenas, aportaron a ese mismo fin. En el trasfondo sublime de esa lucha por el control de la información, caracterizada por las iniciativas privadas y las acciones estatales para la apropiación del conocimiento en favor
de las masas populares, subyace un elemento que podemos calificar como estratégico: la construcción de una bibliografía nacional, que viene a ser el sumun de ese esfuerzo colectivo de apropiación del conocimiento. Esos objetivos históricos, sublimes para la sociedad coronaron sus esfuerzos al concretarse la creación de las bibliotecas públicas, las que han derivado luego de un largo proceso en constituirse en instituciones sociales, verdaderos instrumentos para construir sociedades democráticas, incluyentes, participativas, y, bien informadas, como se expresa en el manifiesto de IFLA sobre el Servicio de las Bibliotecas Públicas (2001), que no hace sino exponer en niveles modernos el alcance del Manifiesto de la Unesco sobre las Bibliotecas Públicas, a las que considera “fuerza vital para la comunidad, universidad del pueblo y fuerza viva de la sociedad”.
LA DOMINACIÓN HEGEMÓNICA
No siempre fue así, pues el conocimiento fue detentado por las elites históricamente, antes de convertirse en instituciones sociales “que forman parte de la vida en sociedad de hombres y mujeres”, en forma de servicio público que “permite la libertad y la igualdad de acceso a la información para ayudar a construir una sociedad democrática”, como lo expone el bibliotecólogo mexicano Felipe Meneses. En el objetivo estratégico de los grandes imperios, el tema crucial de la hegemonía de las clases dominantes para apropiarse y controlar la economía mundial, ha sido la constante que desencadenó guerras de invasión y conquista, para luego imponer una visión uniforme del mundo del cual surge como resultado esperado y ansiado, la dominación hegemónica, característica del capitalismo. En esa ecuación de fuerzas contrarias, la dominación viene dada por dos acciones: la fuerza física, violenta, aplastante y la capacidad de generar “una concepción universal del mundo a partir de la propia”, de donde deviene el consenso, como base real de la dominación, pero también de la capacidad “de reproducir las formas de dominación en los espacios de los dominados” como indica Ana Esther Ceceña.
LA UTOPÍA DEL PODER
La utopía del poder, mecanismo factual que surge de la dominación y la hegemonía de las ideas sobre el universo y la totalidad de las cosas, se alcanza por medio del uso de la fuerza,
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ese inmenso mecanismo coercitivo que han empleado las clases dominantes a lo largo de la historia, pero como se ha logrado establecer, es apenas un componente del poder, pues “si se lo mira de cerca, no es algo que se divide entre los que lo detentan como propiedad exclusiva y los que no lo tienen y lo sufren. El poder debe ser analizado como algo que circula y funciona en cadena (…) a través de una organización reticular, donde los individuos están puestos en la condición de sufrirlo y ejercerlo (…) son siempre sus elementos de recomposición”, como lo señala con propiedad Foucault. Es en esa intrincada red en la que actúan las élites ilustradas para apoyar la construcción de las visiones hegemónicas y por ese medio, prolongar el dominio de los centros de poder, pero curiosamente es a su interior que se genera un movimiento de cambio, esencialmente dialéctico, en que la propia élite genera su contrapeso, es decir que del núcleo del poder surge la respuesta, igualmente violenta, pero con el mismo fin de lograr la imposición de una visión universal a partir de la suya propia. Ese paso revolucionario hace saltar las etapas del desarrollo socio económico se ha dado por medio del control del conocimiento y de las ideas.
IDEAS LIBERTARIAS
El 16 de junio de 1821, desde San Carlos, en vísperas de la batalla de Carabobo, el Libertador se dirige a Santander afirmando que “estos señores (los letrados) piensan que la voluntad del pueblo es la opinión de ellos, sin saber que en Colombia el pueblo está en el ejército, porque realmente está, y porque ha conquistado este
pueblo de manos de los tiranos; porque además es el pueblo que quiere, el pueblo que obra y el pueblo que puede; todo lo demás es gente que vegeta con más o menos malignidad, con más o menos patriotismo, pero todos sin ningún derecho a ser otra cosa que ciudadanos pasivos”. En otras palabras, las revoluciones sociales fueron insufladas desde el seno mismo de las clases dominantes, es decir desde sectores avanzados, contestatarios y rebeldes prohijados por las mismas clases detentoras del poder político y económico, y esta vez, también del poder de la información y la cultura, llámense estos, juventud noble, gentes de letras, clase literaria, jóvenes físicos, sabios del Reino. Este selecto grupo, que se volcó a los afanes conspirativos, fue el que proyectó las ideas libertarias atesoradas en sus bibliotecas particulares. Paul Grossac, el gran bibliotecario argentino, caracteriza la importancia de los libros para templar el carácter y formar las visiones del mundo: “Acaso no exista documento tan significativo de nuestro carácter y de los hábitos mentales ambientes, como la averiguación de los libros que hemos preferido y admirado”. No es casual que las ideas de libertad, igualdad y fraternidad, semillas de un incipiente socialismo surgieran del seno de las clases dominantes, pues estas confiscaron el conocimiento es decir la monopolizaron, precisamente con base a su poder económico. Eso explica que los libros demoraran en llegar a las grandes mayorías por medio de las bibliotecas públicas, el único resquicio para la apropiación legítima del conocimiento.
IDEAS AL SERVICIO DE LA REVOLUCIÓN SOCIAL
En Bolivia, la fórmula se repitió con sus propias particularidades (por ejemplo, las bibliotecas eran de menor envergadura), confirmando la importancia de la importación de ideas, su apropiación en un uso espectacular de tipo político, y su posterior difusión, en nuestro caso, por medio de los pasquines. Sin embargo, existe también la excepción a la regla y viene dada por la politización temprana de los mineros que, al margen del esfuerzo aislado de las élites ilustradas, al interior de esta clase social proletaria, típicamente rebelde y contestataria, se genera un proceso interno de acumulación y/o apropiación de las ideas, para ponerlas al servicio de la revolución social. Los mineros del 52 no necesitaron un farol ilustrado, lo que Silva denomina un ilustrado cultural, para ejercer su fuerza social contra el Estado feudal. Fueron ellos los que motu proprio adoptaron el ideal socialista en su praxis, generando sus propios mecanismos de doctrina y debate, a través de las escuelas de cuadros. El libro es la célula de la biblioteca, es su objeto y a la vez sujeto, pues todo lo que se haga gira en torno a ese producto curioso, rebelde y contestatario, que ha producido la humanidad, desde el libro de las rocas hasta el libro digital. El libro es el medio que concentra el conocimiento intelectual en cualquier parte del mundo. Quien lo controle y posea, tendrá un infinito poder sobre el resto. Quizá eso explique el interés de la pequeña oligarquía del siglo XIX para evitar que el indio se instruya, domine la letra y consecuentemente, la palabra.
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OTRA LECTURA SOBRE LO QUE MUESTRA EL CINE
‘No miren arriba’, de Netflix: aprender de los yanquis Estados Unidos está dispuesto a sacrificar una parte de los seres humanos, si ellos son rusos, hindúes o chinos. Ernesto F. Villanueva / Página 12 No es la primera. Enseguida me vino a la mente aquella de Peter Sellers, Doctor insólito, pero ésta tiene un alcance difícil de equiparar. Es cierto que muchas películas denuncian injusticias, desigualdades sociales, tengamos presente hace poco, Parásitos, por ejemplo. Pero ésta, y me estoy refiriendo a No miren arriba, combina elementos de un modo más que novedoso.
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uchas veces, este tipo de films llegan a los que ya estamos convencidos, tienen el modo casi de una tesis sociológica y no buscan incorporar a los ajenos a nuestros discursos un tanto cerrados. En cambio, esta se presenta como una farsa con gags, personajes rocambolescos y algunos fácilmente identificables por el gran público norteamericano. Detengámonos un momento en la película. Por un lado, se trata de denunciar que los negocios, en particular las desmesuradas empresas informáticas no sólo son más importantes que la humanidad misma, sino que además la controlan, saben todo sobre ella, incluso hacen predicciones a través de sus algoritmos y, por
supuesto, están por encima del propio gobierno, el cual es un títere en manos de aquellas. En segundo lugar, EEUU está dispuesto a sacrificar una parte de los seres humanos, si ellos son rusos, hindúes o chinos. Esto no es tan original, pero se plantea de manera tan cruda que asusta un poco. En tercer término, toda la clase política, no sólo una presidenta parecida a Trump, está teñida de frivolidad, de inmediatismo en sus decisiones, en las que las internas son más importantes que el futuro del planeta, y que las encuestas de hoy determinan sus conductas de modo aterrador. Pero no sólo los importantes, el empresariado, los políticos, están teñidos de esta inmoralidad generalizada. Buena parte de los científicos más prestigiosos se prestan a este juego que lleva al suicidio colectivo. Por supuesto, también hay desprecio por las universidades estatales, racismo desenfrenado (esta vez, hacia los chilenos), toda clase de fake news, de ignorantes en cargos importantes a través de sus donaciones, y no hay que olvidarse del sistema mediático. Este está estructurado de modo tal que sólo admite cierto tipo de noticia y cuando las existentes no entran dentro del formato correcto, simplemente quedan fuera de foco, son recha-
zadas, ignoradas y arrinconadas en el calificativo de locura o de irracionales. Por supuesto, ronda en las cabezas de los espectadores todo lo que escuchamos y vemos alrededor de la pandemia en las que los dichos de ignorantes son tan escuchados como los provenientes de los expertos, el surgimiento de voces desenfrenadas sin sustento alguno. Y por fin, un llamado desesperado a mirar arriba, a tener una visión un poco más lejana que la de la propia nariz, llamado al pueblo norteamericano, capaz de desmanes y saqueos, pero ingenuo frente a los desafíos que se nos presentan hoy en el mundo. Sin embargo, este resumen algo pretencioso, no es teórico en la película sino en acto, simpático, gracioso, desopilante, esto es, un relato, unas imágenes hechas no para los estudiosos, para los politizados, sino para aquellos que día a días sufren estos avatares sin una explicación racional de adónde está siendo conducida nuestra humanidad, siendo que los propios responsables ya tienen pensado un plan B en caso de fracasar. Cuando discutimos sobre hegemonía, cuando hablamos sobre quién impone la agenda del día, es muy útil recurrir a “No miren arriba” que pega en la línea de flotación de quienes nos anestesian cotidianamente, utilizando esta vez sus mismas herramientas.