SUPLEMENTO CRONICAS NRO 23

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DOMINGO 3 DE OCTUBRE DE 2021

AÑO 1 - N°23

El cine de la pandemia en Bolivia

La gran pantalla fue reemplazada por las plataformas de streaming

Págs. 6-7

La FIL Cochabamba acogerá la segunda edición de la novela histórica El tesoro de las guerras

La palliri de los desmontes cuenta la historia de Teodora, originaria de Chayanta, Potosí

Isabel Allende revela que Chuquiago Marka fue testigo de su primer amor

Págs. 4-5

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DOMINGO 3 DE OCTUBRE DE 2021

TODA SU VIDA, MÁS QUE SER VIDA, FUE UN INFIERNO

La palliri de los desmontes

Esta es la historia de Teodora, originaria del pueblo de Chayanta. Como la mayoría de las mujeres que trabajan en los desmontes, a cielo abierto y sin más herramientas que sus manos, forma parte de ese ejército de mujeres abandonadas por sus parejas. Víctor Montoya Teodora es originaria del pueblo de Chayanta, tiene 35 años y seis hijos. Trabaja desde hace unos cinco años como palliri en los desmontes de Llallagua. Su faena, que empieza cuando el sol comienza a despuntar tras los cerros de Catavi, consiste en machucar y rescatar, martillo en mano y sin más armas que su coraje, las chispas de mineral incrustadas en las granzas que conforman los desmontes que, en realidad, constituyen poderosos reservorios de mineral, lo mismo que las lamas del K’enko, donde desembocaron los residuos del Ingenio Victoria de Catavi, una vez realizado el proceso de concentración del estaño, que debía ser embolsado en sacos de Calcuta antes de ser transportado hacia Inglaterra o Estados Unidos.

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eodora vive en una habitación que, más que habitación, parece una pocilga. Vive acompañada por sus hijos y sus animales domésticos. No conoce el agua potable, la luz eléctrica ni la cocina a gas. Sus pocos muebles son cajones de dinamita y no tiene más bienes que un paupérrimo salario, que no le alcanza ni para llenar el estómago de sus seis “wawas”. Teodora, como la mayoría de las mujeres que trabajan en los desmontes, a cielo abierto y sin más herramientas que sus manos, forma parte de ese ejército de mujeres abandonadas por sus parejas. Su mamá murió con una enfermedad desconocida y su papá, desde que lo retiraron de la empresa a causa de su “mal de mina”, se dedicó a la bebida y murió con cirrosis. Ella se juntó con su marido a los 16 años. Él le hizo ver las estrellas y le prometió un paraíso que nunca llegó a conocer. Sus hijos, que no son precisamente una “bendición de Dios”, llegaron uno tras otro, hasta que su esposo, que era flojo, machista, borracho, mujeriego y maltratador,

un día se enroló con otra mujer más joven y la abandonó junto a sus pequeños hijos, sin dejarle un solo centavo para comprar la comida.

UN SUEÑO QUE NUNCA SE HARÁ REALIDAD

Por un tiempo se sintió sola y lloró hasta el cansancio, pero, al final, cayó en la cuenta de que no le quedaba otra que seguir luchando para mantener a sus hijos, quienes, a pesar de las innumerables privaciones y dolores de cabeza, son la mayor razón de su vida. Un día, sobreponiéndose a los prejuicios propios de un medio machista y patriarcal, sujetó sus trenzas debajo del sombrero de paja, se puso overol y se calzó botas de goma. Cargó su martillo y merienda en un aguayo, se despidió de sus hijos y salió a ganarse el pan del día en los desmontes, conocidos también con el nombre genérico de “colas”, que son los residuos de la producción minera y que durante varias décadas fueron acumulándose como cerros café-plomizos cerca de los campamentos mineros.

DIRECTOR Marco Antonio Santivañez Soria

EDITOR DE CRÓNICAS Oscar Alarcón Ticona

CORRECCIÓN Ana Aracely Peñaranda Cueto

Redes Sociales

EDITOR GENERAL Oscar Alarcón Ticona

COLABORARON: Homero Carvalho Oliva Huáscar Adrián Cajías Cueto Víctor Montoya Claudio Sánchez Melina Valencia Achá Estéfani Huiza Fernández

FOTOGRAFÍA Jorge Mamani Karita

www.ahoraelpueblo.bo La Paz-Bolivia Calle Potosí, esquina Ayacucho N° 1220 Zona Central, La Paz Teléfono: 2902587

JEFE DE REDACCIÓN Clayton Benavides Arteaga

DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN Gabriel Omar Mamani Condo


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Desde entonces no ha dejado de soñar en un futuro mejor para ella y sus hijos. Quiere trabajar en el interior de la mina, así tendría más derechos y más ingresos; es decir, ganaría un salario más digno que el que gana como palliri, pero este deseo es sólo un sueño que nunca se hará realidad. A pesar de los pesares está conforme con ser palliri, aunque tanto sacrificio no siempre es recompensado de manera justa, aparte que tiene que trabajar en condiciones infrahumanas, desafiando las inclemencias del tiempo y en un ambiente donde está expuesta a peligros que acechan a cualquier hora del día. Así como no faltan los accidentes y enfermedades, tampoco faltan los “malhechores” que, al verla sola entre los pliegues de los desmontes, intentan abusarla por el simple hecho de ser mujer; por fortuna, ella aprendió a defenderse con el martillo o la piedra que siempre carga en el bolsillo de la pollera.

RESCATANDO LAS CHISPAS DE MINERAL

Teodora tiene su puesto de trabajo, bajo el sol y bajo la lluvia, en la misma zona donde hasta la época de la llamada “relocalización” de 1985 se deslizaban pequeños vagones metaleros enganchados a unos andariveles de acero, de grueso calibre, bien tensados entre un extremo y otro.

Los pequeños vagones, vistos a la distancia y recortados contra el cielo, no sólo parecían pequeñas naves extraterrestres, sino que transportaban, por encima de los campamentos mineros, los desechos expulsados de la Planta Sink and Flaut hacia los desmontes de granza, donde las palliris, como Teodora, se ganaban el sustento diario rescatando las chispas de mineral con la pura fuerza de sus manos. El poco dinero que gana como palliri, machucando granzas con estaño de baja ley, no equivale ni siquiera al salario básico vital; pero ella, que aprendió desde niña el arte de ahorrar centavo a centavo, sabe cómo administrar lo poco que gana, conforme alcance para el plato de comida y la educación de sus hijos. Teodora no sabe leer ni escribir. Toda su vida, más que ser vida, fue un infierno. Ella es un eslabón más de una larga cadena de mujeres que dejan su vida en los campamentos mineros, como antes la dejaron sus padres y los padres de sus padres. Por eso sufre harto por dentro y se parte el lomo trabajando, con la ilusión de que sus hijos sigan estudiando. Ella le ruega a Dios para que ellos no sean mineros ni palliris como sus antepasados. Lo que Teodora quiere es que sus hijos se alejen, de una vez y para siempre, de esos sombríos socavones que, desde la época de la colonia, han sido verdaderos “tragaderos de vidas humanas”.

El poco dinero que gana como palliri, machucando granzas con estaño de baja ley, no equivale ni siquiera al salario básico vital”.


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LA HISTORIA NACIONAL ES DE UN GRAN CONTENIDO MARAVILLOSO Y HASTA FANTÁSTICO

El tesoro de las palabras guardadas ¿Cómo manejar un material que data de siglos y sobre el cual no había mucha información? Se preguntó el autor antes de comenzar a escribir el libro El tesoro de las guerras y la respuesta se la dio la literatura: hacer ficción con aquello que no era historia. El viernes 15 de octubre, a horas 20.00, en el marco de la FIL Cochabamba, se presentará la segunda edición de la novela histórica publicada en 2007. Homero Carvalho Oliva Sabemos que todo país para consolidarse como tal necesita de literatura, poesías y novelas que sustenten su identidad nacional; sin embargo, muchos de nuestros países vecinos tuvieron sus literaturas republicanas que se ajustaron a tales propósitos.

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a fundación de Bolivia no estuvo acompañada de una pródiga literatura que cante sus glorias cívicas y honre a sus héroes, no tuvo los argumentos románticos que los escritores aportan a la definición de las naciones recién fundadas. Nuestra incipiente identidad nacional no gozó de los elementos literarios que plantea el conocimiento de la escritura de una realidad histórica y social en formación. En Bolivia apareció tardíamente, en 1885, 60 años después de Declaración de Independencia en 1825, la novela Juan de la Rosa cuyo subtítulo pone en evidencia la historia misma: Memorias del último soldado de la Independencia. Podríamos decir que no hubo en Bolivia un culto al pasado, un culto que canonice a los héroes de la independencia, quizá porque nuestra clase intelectual no le dio importancia o porque creyó que con los libros y manuales de historia oficiales era suficiente para llenar ese vacío. Sin embargo, desde hace más de una década existe en el país un afán manifiesto por reescribir, revisar o simplemente escribir nuestra historia. Este afán se da como parte de un momento histórico en el que Bolivia viene interpelando su pasado colonial y republicano. En esta tendencia se inscriben, entre otros autores, Adolfo Cáceres Romero con su saga de novelas sobre las guerras, como La saga del esclavo, que busca desentrañar el dramático paso de los Ejércitos Auxiliares de la Argentina por las ciudades

de Sucre y Potosí; Ramón Rocha Monroy con Qué solos se quedan los muertos, la biografía novelada de Antonio José de Sucre escrita porque cuestiona muchos supuestos históricos tenidos como verdades. Así como las novelas de Alcides Parejas, José Antonio Gil, Carlos Alejandro Castro y otros jóvenes narradores como Rodrigo Hasbún, que escribió sobre una guerrillera del

ELN. En esta línea de revisión histórica también citamos la novela Juana Azurduy, la furia de la Pachamama, de Sisinia Anze, y los manuales de historia de Jorge Abastoflor que demuestran que nuestro ejército también tuvo muchas victorias. Cabe mencionar los estudios que hizo el crítico literario Willy Muñoz respecto a la narrativa histórica escrita por mujeres.


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PASADO, PRESENTE Y FUTURO

La relación entre el presente y el pasado siempre me ha llamado la atención al punto de considerar que parte del futuro de nuestra literatura está en nuestro pasado, desentrañándolo podremos entender algunas claves todavía secretas en nuestra historia. La escritura de una novela histórica implica la construcción de una memoria colectiva del pasado y nos brinda la posibilidad de descubrir algunos de los sustentos de nuestra identidad nacional, tarea irresuelta todavía en el imaginario nacional. Esas fueron algunas de las razones que me llevaron a escribir El tesoro de las guerras. Tenía en mis manos la carta de una viuda, fechada en el año del Señor de 1901, que solicitaba, al Honorable congreso Nacional, le otorguen por vía de premio una pensión alimenticia ya que se encontraba en la pobreza. La mujer afirmaba ser la viuda del coronel Romualdo Villamil que, según ella, había sido Prefecto en cinco departamentos: El Litoral, La Paz, Chuquisaca, Cochabamba y Santa Cruz. En mis investigaciones posteriores pude comprobar que también lo fue en el Beni. ¡Increíble personaje! Pocos me creyeron cuando les contaba la historia de la carta que llamó poderosamente mi curiosidad, pero aun así tardé varios años en animarme a escribir una novela. Quizá porque las cosas tienen su tiempo y nosotros no tenemos por qué intentar transgredir esos designios.

El tiempo de la escritura llegó durante la época de la Asamblea Constituyente (20062007), primer gobierno de Evo Morales, porque muchas cosas empezaron a cambiar en nuestro país y resolví la novela inventando un ayudante de órdenes del coronel Villamil, que sería quien, a través de un diario, contaría la vida de este paradigmático militar que supo ser un boliviano a tiempo completo. Una vez resuelto el problema de cómo narrar la novela me propuse la escritura de la historia, es decir escribir aquel material que tenía como producto de mis investigaciones. Y aquí surgió una pregunta ¿Cómo manejar un material que data de siglos y sobre el cual no había mucha información? La respuesta me la dio la propia literatura: hacer ficción con aquello que no era historia. Y sucedió algo mágico: la ficción, a veces, en El tesoro de las guerras es más verosímil que los hechos históricos, porque la historia nacional es de un gran contenido maravilloso y hasta fantástico que harían sonrojar a más de un incré-

dulo. Gracias a la Editorial Kipus se presentará la segunda edición en la FIL Cochabamba, en el marco del Primer encuentro internacional de narrativa heroica que organiza Sisinia Anze y Jorge Abastoflor Frey, una iniciativa que pretende generar encuentros entre narradores e historiadores nacionales y extranjeros.

UN FRAGMENTO DE LA NOVELA:

“Le reveló que, a través, de la vida de Adelia, Romualdo y Gregorio, y dada la pertinacia con la que cumplieron sus misiones se podía atisbar el tan esquivo ‘ser nacional’, el espíritu que nos anima a ser útiles, el tesoro que buscan las oenegés y, la mayoría de los intelectuales de las ciencias sociales. ¿Cómo fue que en un siglo tan violento pudo sobrevivir este hombre de acción?, cuestionó Francisco. Quizá por los rezos de su esposa o porque, como dice un amigo, en política mejor estar ‘ni tan bajo que te pisen, ni tan alto que te disparen’, respondió Antonio”.

LA CRÍTICA LITERARIA Para terminar, quiero copiar algunos fragmentos de las reseñas y críticas que escribieron escritores e investigador de la literatura boliviana que resumen la intencionalidad de esta obra, publicada originalmente, en primera edición en 2007. Adolfo Cáceres Romero: “El tesoro de las guerras de Homero Carvalho es una obra que nos habla de lo que somos; su estructura se motiva en unos documentos que son sustanciales para entender la vida no sólo de un ilustre militar del siglo XIX, sino que en su trama descubrimos que el autor nos ha ido armando un testimonio que nos habla de nuestro destino como nación, a través de una serie de personajes reales y ficticios. En tal sentido, la indagación de esos personajes es el motivo con el cual su creador nos confronta con la vida hecha nación. La fabulación es mínima en el diseño de esta obra, pues el volumen de los acontecimientos que la cimientan es tal, que sorprende cómo Homero, nuestro Homero boliviano de cepa, ha sabido acomodarlos en 248 páginas”. El secreto de esta novela, el dato escondido, como lo llaman los expertos en novela, está en el tesoro de las guerras, el tesoro de las palabras olvidadas, que el lector deberá descubrir entre sus páginas.

Iván Castro Aruzamen: “Leer El tesoro de las guerras, sólo como un dato histórico-novelado del pasado y presente de nuestro país, sería distorsionar el territorio imaginativo en el que Carvalho ha sabido introducir a sus lectores y, finalmente, sería como negar lo que somos; así, en El tesoro de las guerras, aparecemos los bolivianos incorregibles de nuestros males, el país mismo, la nación inconclusa, la Bolivia que lleva el sello del fracaso, pero asimismo el semblante de un héroe y un destino (Romualdo Villamil), paradigma digno de ser imitado”. Claudio Ferrufino-Coqueugniot: “Homero Carvalho ha retomado el camino de la literatura-historia, donde —a semejanza de las extraordinarias series de la Guerra de Secesión norteamericana, de Ken Burns— se ataca el proceso histórico desde la perspectiva de sus inmediatos convivientes, en cartas, notas, documentos personales. Ya lo hizo de cierta manera en La ciudad de los inmortales. Prosigue en esta novela en medio de situaciones pendulares entre el pasado y el presente, refrescando la memoria y deduciendo las posibilidades de una controversial Bolivia”.


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LA GRAN PANTALLA FUE SUPLANTADA POR OTRAS VENTANAS DE REPRODUCCIÓN

El cine de la pandemia en Bolivia La clase media encontró en las plataformas digitales su nuevo elemento de generación de identidades. La validación de un estatus social halló en Netflix su caldo de cultivo, parece ser que si no tienes acceso a esta plataforma entonces estás fuera de un círculo de privilegio que te lo otorga el poder adquisitivo. Claudio Sánchez La pandemia mundial del Covid-19 ha revolucionado los hábitos de consumo cultural en todo el planeta. El cine ha sido uno de esos elementos trastocados por lo que ha significado el confinamiento y las cuarentenas. Como espacio social, la sala fue condenada a su cierre y con esto la función misma que cumplía –de ser un espacio de encuentro– ha sido alterada.

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os estrenos fueron suspendidos, la propia producción se detuvo, el año 2020 y el primer semestre de 2021 son ya tiempos que requieren mayor profundidad en su estudio, las consecuencias de esto todavía no se las conoce. La gran pantalla fue suplantada por otras ventanas de reproducción de contenidos. Esto que ya venía madurando desde hace años, encontró su cúspide durante el periodo 2020-2021. No es, en caso alguno, que se hubiera dejado de consumir contenidos audiovisuales, es más bien todo lo contrario. El encierro dio lugar a que la búsqueda de otros materiales sea mayor, aunque en sociedades de consumo más precario esto hubiera tomado otras rutas. No existen (aún) estudios en nuestro país de lo que ha significado el consumo cultural durante la pandemia.

LA CLASE MEDIA EN LAS PLATAFORMAS DIGITALES

La misma clase media que había encontrado en los espacios de las multisalas un lugar para mostrar su ascenso social (en Bolivia se estima que la reducción de la pobreza durante el periodo 2006-2018 ha dado lugar a que el 48% de la población alcance la condición de clase media) se ha visto huérfana de espacios físicos para demostrar su nueva capacidad adquisitiva. Sin

embargo, la virtualidad vino a reconstruir los escenarios contemporáneos de demostración y es aquí donde el cine juega un nuevo rol. Esta nueva clase media boliviana encontró en las plataformas digitales su nuevo elemento de generación de identidades, Netflix (que para el caso es la más popular de todas) permitió que el consumo cultural sea homogenizado en función de un discurso único (aunque aparente ser plural). Pareciera que lo que hay ahí es lo que hay, haciendo invisibles otros discursos y propuestas alternativas, las que tienen sus propios recursos digitales.


7 Una vez más el sistema encontró la manera de apropiarse de los discursos comunes, de orientar las búsquedas y generar en torno a sí mismo una forma de ver el mundo. Si hasta 2018 aquello que se denominaba el secuestro de las pantallas por las grandes distribuidoras de cine era una realidad, lo que ahora sucede es que la absorción de un público cautivo hacia los contenidos de una misma factura se ha consolidado en función de esta plataforma (y otras que todavía son de menor acceso, pero que repiten la fórmula). La validación de un estatus social encontró en Netflix su caldo de cultivo, parece ser que si no tienes acceso a esta plataforma entonces estás fuera de un círculo de privilegio que te lo otorga el poder adquisitivo. Esto reproduce la ecuación preexistente a la pandemia, cuando la propia sala de cine o el espacio social que genera la multisala se traduce en esto mismo, un lugar de demostraciones con cualidades de construcción social de identidades e imaginarios. ¿Quiénes van al cine? ¿Quiénes ven Netflix? Esto es sólo una provocación para intentar entender a la nueva clase media boliviana, la cual a consecuencia del golpe de Estado de 2019 también se enfrentó –desde este lugar aparentemente tan al margen de lo político– al desmantelamiento de la institucionalidad y la soberanía nacional. Es decir, la enajenación del pensamiento también es una consecuencia de la ausencia de referencias propias, las que en este caso responden a un abandono consciente de los discursos propios a favor de imposiciones sistemáticas de la debilitada sociedad globalizada.

LA HISTORIA ES OTRA, LA CRISIS DEJÓ SU HUELLA

Si bien todavía las políticas públicas en función de lo cultural eran débiles hacia el final del último gobierno de Evo Morales, existía voluntad de consolidar el nuevo imaginario colectivo plurinacional, que en su fin último es intercultural. Por esto mismo se habían destinado fondos estatales a la producción audiovisual. Para finales de 2019 se estimaba que la cosecha 2020 daría al menos 10 largometrajes bolivianos a ser estrenados en sala, esto era por sí mismo un gesto de recuperación de las pantallas locales a favor de la producción local, la que sin duda podía alterar el panorama general de consumo audiovisual. Aunque no se trata de pensar en lo que hubiera sido y no fue, si es que acaso las producciones elaboradas con fondos estatales hubiesen tenido continuidad más allá de su realización, y ante la emergencia sanitaria se habría resuelto poner a disposición del público de manera virtual estos contenidos, quizás se hubiera alterado el tipo de consumo cultural a favor de una identidad local, haciendo de esta una oportunidad única, en la que la identificación y el nuevo gesto de representación propia diera lugar a una clase media que encuentra referencias en su cine. Pero claro, la historia es otra, la pandemia dejó sus huellas, todavía hace falta una reinvención

El encierro dio lugar a que la búsqueda de otros materiales sea mayor, aunque en sociedades de consumo más precario esto hubiera tomado otras rutas. No existen (aún) estudios en nuestro país de lo que ha significado el consumo cultural durante la pandemia”.


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LA ESTRATEGIA: LAS REEDICIONES Y LA ESPECULACIÓN

La industria apostó por el disco de vinilo como objeto coleccionable Al comprobar que la venta de CD disminuía a consecuencia de la aparición de la compresión mediante el MP3, además de su eficaz distribución y la descarga ilegal, la industria de la música optó por introducir el disco de vinilo como objeto coleccionable. Huáscar Adrián Cajías Cueto La potencialidad de resurgimiento del disco de vinilo era evidente, gracias a la sostenida venta de antiguas ediciones y su escasez, que permitía a la gran industria de la música mirar por el reojo de la cerradura e insertar al mercado nuevas ediciones en vinilo, la oferta requería crear condiciones para gravitar de manera importante en el mercado.

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l comprobar que la venta de CD disminuía a consecuencia de la aparición de la compresión mediante el MP3, además de su eficaz distribución y descarga ilegal, la industria optó por la estrategia de introducir el vinilo como objeto coleccionable; empero, tuvo que convencer a los pequeños negocios de crear el día de las tiendas independientes. El encuentro denominado Record Store Day en 2007 fue el motivo para introducir en el mercado ediciones nuevas y variadas para crear una notable demanda acompañada de una elevada volatilidad de precios generada por la especulación. En el caso de Sudamérica, en 2015, el gigante nipón Sony Music, dueño de los derechos de un grueso importante del catálogo de rock hecho en Argentina, aprovechó la alta demanda de las denominadas first pressing o primeras ediciones y sus altos precios por su escasa disponibilidad. La evidente alza de precios se atribuye

en primera instancia al incremento sustancial de la demanda, lo que generó una mayor oferta que debido a la expectativa de precios es inflada de manera artificial por encima de su valor de producción. Sin embargo, la ecuación por sí sola no se explica sin la presencia de la demanda y los efectos consiguientes que contribuyeron para el notable consumo de discos de vinilo, siendo determinantes.

EFECTO DEMOSTRACIÓN O IMITACIÓN

Para que la cantidad de consumidores se incremente (demanda), ésta debe replicarse mediante la reproducción continua de imágenes, es decir que otros consumidores muestren que poseen el artículo, esto acentúa la masificación para su compra. Asimismo, se manifiesta otro fenómeno, en la medida que aumenta la cantidad de gente que lo compra, determina un efecto multiplicador de consumo denominado efecto bandwagon (vagón de tren) o réplica en cadena.


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Es posible que el vinilo sea superado y retorne a su antigua condición, de bien superado, recupere de alguna forma su alma proletaria y sea consumo residual”.

EL EFECTO DEL BIEN VEBLEN

El consumo de bienes diferentes con relación a los consumidos comúnmente otorga exclusividad, como también algunos individuos consideran que el precio de los mismos es una parte intrínseca de su calidad que le da un carácter de especial y de consumo de élite. Cuando se incrementa el consumo de un bien, pese al aumento del precio, se identifica como bien de lujo y se denomina Veblen. Se designa así en memoria del sociólogo y economista estadounidense Thorstein Veblen, quien planteaba que, al ser un bien más exclusivo, en lugar de disminuir como estipula la ley de la oferta y la demanda, aumenta su consumo, de esa manera su leitmotiv la moda genera el consumo denominado como conspicuo y búsqueda de estatus social. Bajo el supuesto de disminución del ingreso, la reducción del consumo de un determinado bien no es automática, disminuye de manera paulatina. Sin embargo, en el caso del disco de vinilo el consumo de este no se reduce, al contrario la tendencia es a mantenerse e incluso a elevarse en algún momento.

AUTOIDENTIFICACIÓN CON EL OBJETO

El otro aspecto asociado con lo “único” es la autoidentificación con el objeto, que yace y construye al individuo donde determinados productos que crean “identidad” en los consumidores (Foucault) y han observado un código de significación de los bienes por el que cada producto tiene una imagen determinada que se transmite al consumidor (Baudrillard).

EL FETICHE

El consumo de música en vinilo no sólo es adquirirlo para el objetivo creado, la reproducción musical, perdiendo ese aura de produc-

to que almacene música y divulgación de la obra, también implica acumularlo y atesorarlo, así nace el artículo fetiche, como demostró la BBC en una investigación. Encargó a la encuestadora ICM Unlimited hacer un estudio sobre el consumo de vinilo y el resultado de esa indagación estableció que el 41% de los compradores de vinilos tienen tocadiscos, pero no lo usan, el 52% reconoce usarlo y un 7% ni tiene uno ni contempla comprárselo. Además, se señala que la mitad de la gente encuestada argumentó que adquiere por el arte del disco o el simple capricho de comprarlo. De hecho, la mitad de los compradores de vinilo encuestados se considera “coleccionista”. Dentro de los encuestados, el público más comprador se ubica en un rango de edad de entre 25 y 34 años y el 45% escucha primero el disco en streaming antes de tenerlo en vinilo.

LA NOSTALGIA O EL APEGO AL PASADO

Para un grupo de consumidores la idea de lo antiguo, desde el recuerdo, aquel tiempo de mayor vigencia del rock y el pop, evoca momentos irrepetibles y sostiene que “todo lo antiguo o pasado fue mejor”, que retoma aquello que posiblemente era inalcanzable para acariciarlo es la incansable pulsión de la moda hacia el cambio constante, pero escarbando en lo antiguo.

LO FÍSICO Y RITUAL

Con el streaming la música dejó de ser incubada en lo material, por más que ésta sigue siendo dependiente del artículo físico para su reproducción, ya sea por medio de una computadora, tableta o celular. El vinilo permite al consumidor acercarse al artista mediante el objeto y ser parte de la experiencia mediante su ritual de reproducción.

EL FUTURO DEL VINILO La presencia del vinilo con relación al consumo de música por plataformas vía streaming es todavía minoritaria; el plástico negro junto al CD son formatos con una participación reducida en el mercado, donde el consumo masivo aún se sostiene en la gran nube, que permite intuir que la permanencia del vinilo es una suerte de “tiempo de primavera” con fecha de expiración. El futuro es posible dilucidar con el incremento de precios (inflación) que, al alcanzar su máximo nivel, evidenciaría que la demanda habría satisfecho su necesidad de consumo de plástico; esto significaría en adelante la disminución de compras de discos de vinilo. Además, la oferta tendría que bajar los precios y romper la burbuja especulativa. La gran oferta, industria, intuye que su consumo es circunstancial, consecuencia de la moda, por la insuficiente inversión en capital fijo (fábricas de vinilo) para su producción, pero es presumible que ésta buscara mantener latente el consumo que permita hacer sostenible la ganancia. Asimismo, se edificarán nuevos paradigmas de consumo como el desarrollo del streaming u otras que hagan sostenible la industria de la música. Es posible que el vinilo sea superado y retorne a su antigua condición, de bien superado, recupere de alguna forma su alma proletaria y sea consumo residual, como se encontraba antes de 2000. Entretanto es el tiempo del retorno del Sonido Granulado.


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HABITUARNOS A LA LUFA Y AL PAPEL FILM

Cocina sin plástico La plataforma EcoIntensa da una guía de los lugares donde más plásticos podemos encontrar. En esta oportunidad aconseja sobre los que se pueden reemplazar.

Hoy en Ecointensa te voy a compartir algunos consejos para que desplastifiques tu cocina. Ya venimos hablando de la importancia de erradicar los plásticos de un solo uso de nuestra vida y, lamentablemente, la cocina es uno de los lugares donde más plásticos podemos encontrar.

¿

Lo habías pensado alguna vez? Vamos con el top 3 de plásticos que puedes reemplazar:

1. La esponja de lavar los platos. La famosa esponja amarilla y verde, que estuvo presente durante toda nuestra vida, tiene que ir retirándose de escena. ¿Por qué? Porque no sólo es descartable (ya que la usamos un tiempo y después tenemos que cambiarla), sino que además está hecha de un material que no es reciclable. Y como si esto fuera poco, a medida que lavamos se va rompiendo. ¿Viste que la parte verde va desapareciendo primero y después también lo hacen pequeñas partecitas amarillas? Todo eso es plástico. Tal vez te parezca poca cosa, pero piensa en los miles de millones de pedacitos de esponja que se fueron por

el caño de la cocina arrastrados por el agua. ¿Dónde terminan esos plásticos? Casi siempre en el agua, contaminando y confundiendo a los pobres peces que se los terminan comiendo. Entonces, para ponerle un fin a ese sin sentido, te presento a la alternativa natural: la esponja vegetal o luffa. La luffa ganó popularidad como exfoliante y elemento de belleza en el baño, pero es una excelente esponja para lavar los platos. Además, las emprendedoras se pusieron creativas y muchas las venden recubiertas en un tejido de yute que es un material también natural y mejora su textura. En cualquier caso, ambas opciones son 100% naturales y por lo tanto biodegradables. Con lo cual, cuando ya no nos sirven perfectamente podemos tirarlas al compost o enterrarlas en un macetón. 2. El papel film. Sí, ya sé, lo amas. Todo el mundo lo ama porque nos da la sensación de orden y limpieza. Pero no, se terminó su reinado. Es cierto que puede haber algunas cosas, pocas, para las cuales el papel film resulta prácticamente indispensable. Pero no son todas, y pongo las manos en el fuego por que la mayoría de las personas usamos el papel film en muchas más cosas que las necesarias. Entonces, ¿cómo lo reemplazamos? Fácil: podemos usar tuppers. Sí, es cierto que los tuppers en general son de plástico, pero eso no significa que sean algo malo. Un objeto de plástico que está hecho para durar no tiene nada de malo. El problema es la descartabilidad. Así

La cocina es uno de los lugares donde más plásticos podemos encontrar”.

que si quieres almacenar restos de comida en la heladera, usa tuppers. Si no tienes tuppers, puedes usar un bowl y taparlo con un plato, y si no puedes aprovechar las bandejitas de comida, esas que son descartables y que en otro video te dije que mejor evitarlas porque no se reciclan. Bueno, esas. Y si no, usa la creatividad, seguro encuentras la forma de dejar de comprar y tirar papel film. 3. Separadores para freezer, no. De esto también era fanática, pero no. Para esto es clave reutilizar. Reutiliza los separadores que ya tienes, arma separadores con bolsas de nailon que no pudiste evitar, principalmente con los envoltorios de aquellos productos que están hechos para ser freezados, así te aseguras de que es un plástico apto para congelador. Te dejo como tarea investigar qué otros plásticos descartables hay en tu cocina. Espero que te animes y recuerda que nunca es tarde para cambiar de hábitos.

La lufa es ideal para refregar los platos sin dañar el medio ambiente.

FOTO: PEXELS

TÉLAM / Ahora El Pueblo


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LA EVIDENCIA MÁS ANTIGUA

El ave más peligrosa era criada por humanos hace 18 mil años Una nueva investigación sugiere que los seres humanos y los temibles casuarios ya se relacionaban a finales del Pleistoceno.

Los casuarios, grandes y peligrosas aves que son capaces de provocar heridas mortales, habrían sido criados por seres humanos hace al menos 18 mil años, según sugiere una nueva investigación publicada por Proceedings of the National Academy of Sciences.

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os humanos que habitaban en el Pleistoceno recolectaban los huevos de estas gigantescas aves para criarlos, un comportamiento “que se produce miles de años antes de la domesticación del pollo”, dijo la autora principal del estudio Kristina Douglass. A veces considerados como “dinosaurios modernos”, los casuarios no se parecen a los pollos, pero comparten una característica con los gansos: los recién nacidos deciden que lo primero que ven es su madre, lo que habría facilitado su crianza.

PELIGROSA Y MORTAL

Capaz de alcanzar 1,8 metros de altura y pesar 54 kg, el casuario es conocido por ser agresivo, territorial y peligroso si es que se siente amenazado: “No se trata de un ave pequeña, sino de un ave enorme, intratable y no voladora que puede destriparte”, agregó. Sus patadas y sus garras son capaces de generar graves heridas que han causado la muerte de seres humanos. “Tienen unas garras realmente grandes, de 10 cm de largo. Y si se sienten amenazadas, las utilizarán”, advirtió Douglas.

UN ANÁLISIS A LAS CÁSCARAS DE HUEVO EN NUEVA GUINEA

Los investigadores se “sumergieron” en las selvas tropicales montañosas de Nueva Guinea para encontrar respuestas. Ahí hallaron los restos de cáscaras de huevo que, luego de análisis posteriores, sugieren que los habitantes de ese entonces no sólo usaban los huevos como alimento, sino que también para criar a las aves hasta su etapa adulta. Esta ave se alimenta principalmente de frutas, vive en Australia y en Nueva Guinea. Particularmente en Nueva Guinea, los casuarios representan un recurso valioso. Las plumas, huesos, carne y huevos son apreciados por los habitantes de la isla que aún los comercializan.

Un registro temprano de la caza de casuarios y la recolección de huevos.

Un ejemplar de casuario, junto a un polluelo.

FOTOS: WALLPAPERBETTER

DW / Ahora El Pueblo


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LA ESCRITORA VIVA DE LENGUA HISPANA MÁS LEÍDA

Chuquiago Marka, testigo del primer amor de Isabel Allende Estéfani Huiza Fernández La primera vez que la escritora chilena Isabel Allende sintió un ataque fulminante de amor fue a los 11 años en el colegio Americano en La Paz, Bolivia. El año 1953, su entonces padrastro Ramón Huidobro fue destinado como representante diplomático en el país y llevó a su familia hacia las tierras frías del altiplano. Ese primer sentimiento intenso forjó en ella el tema principal de toda su literatura: el amor.

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llende llegó a la ciudad de La Paz mientras su cuerpo sufría cambios típicos de la pubertad. De esa breve estadía recuerda las calles estrechas, buses destartalados, centenares de iglesias con sus campanarios, campesinos vestidos de múltiples colores y mujeres vendiendo fetos de llamas disecadas junto a otros mejunjes destinados a la salud, trabajo y dinero. El olor, los colores intensos de la ciudad, su singular geografía a la cual parece proteger enormes nevados (apus sagrados), se fijaron en la memoria de aquella niña que despertaba a la adolescencia.

Isabel Allende

Allende rememora a La Paz como una ciudad mágica, llena de enigmas, repleta de gente que vive y ama con la fuerza enérgica de los Andes bolivianos. “Los atardeceres en La Paz son como incendios astrales y en las noches sin luna se pueden ver todas las estrellas, incluso aquellas que murieron hace millones de años y las que nacerán mañana. A veces me tendía de espalda en el jardín a mirar esos cielos formidables y sentía un vértigo de muerte, caía y caía hacia al fondo”, escribía la escritora en su libro autobiográfico titulado Paula, en homenaje a su hija fallecida de porfiria, una enfermedad incurable. PRIMER AMOR Al llegar a la ciudad, Allende asistió a un colegio mixto, hasta entonces su único contacto con muchachos fue con sus dos hermanos a los cuales veía como “bacterias sin sexo”. Fue en la primera clase de historia, en la que la maestra habló de las guerras de Chile contra Perú y Bolivia en el siglo XIX, cuando despertaron sus jóvenes hormonas. Para la pequeña Isabel la revelación sobre cómo sucedieron los hechos de aquellos enfrentamientos bélicos le causaron molestia y rabia, a ella le habían enseñado que los chilenos ganaron las batallas por su valor temerario y el patriotismo de sus jefes. Allende levantó la mano en la clase, dispuesta a defender el honor de las Fuerzas Armadas de su país, sin sospechar entonces de lo que son capaces. “Me cayó una lluvia de proyectiles. La maestra me echó del salón y salí en medio de una silbatina feroz a cumplir castigo de pie en un rincón del pasillo con la cara contra la pared. Sujeté mis lágrimas, para que nadie me viera humillada rumié mi rabia durante tres cuartos de hora”, cuenta la escritora en su libro Amor.

En la esquina opuesta del pasillo, de pie contra el muro, cumplía también castigo un muchacho alto y flaco, Allende lo describe como una escoba, con el cuello largo, el cabello negro y enormes orejas protuberantes, que por detrás le daba un aire de ánfora griega. “No he vuelto a ver orejas más sensuales que aquellas. Fue amor al instante, me enamoré de sus orejas antes de verle la cara, con tal vehemencia, que en los meses siguientes se me arruinó el apetito y de tanto ayunar y suspirar caí en anemia”. El primer amor de Allende fue intempestivo, un arrebato romántico, le llegó como un vendaval, con el transcurrir de los años ese sería el principal tema de su literatura. ”Padecí un enamoramiento casto y por lo tanto mucho más devastador, que duró un par de años”, narraba la escritora. Aunque aquel amor no fue correspondido, Isabel recuerda un momento al cual califica como “el encuentro más erótico de mi larga vida”. Poco antes de partir de Bolivia estalló una pelea en el recreo, en esos típicos problemas de niños y niñas, en ese pleito Allende cayó al suelo con su amado. Entre el polvo, golpes, tirones de pelo y patadas las orejas de aquel muchacho estuvieron al alcance de sus dientes, ella no se resistió y le dio un mordisco. Los recuerdos de ese primer e intenso amor le sirvieron para recrear la escena en dos de sus libros, Paula y Amor, desde entonces no dejó de escribir sobre historias que involucran a ese sentimiento de diferentes maneras. “Mi teoría es que puedes amar con la misma intensidad si tienes lazos de sangre, si eres de la misma edad, del mismo género o no. El amor alcanza para todos y el corazón no hay que dividirlo sino expandirlo”, manifestaba la escritora en una entrevista para la fundación del Banco BBVA.


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